N.º 16 • II DOMINGO DE PASCUA, Ciclo A
16 de Abril de 2023
N.º 16 • II DOMINGO DE PASCUA, Ciclo A
16 de Abril de 2023
Creer, nos dice el Evangelio de hoy, es renunciar a ver con los ojos de la carne, a tocar con las manos, a meter el dedo en las heridas del crucificado para iden�ficar al resucitado. Creer es buscar y encontrar al Señor, nuestro Dios, en la asamblea de los que creen que Jesús es el Mesías, de los que encuentran en los sacramentos la vida que ha brotado de la cruz. No hemos conocido a Jesús según la carne, no buscamos visiones o hechos extraordinarios donde apoyar nuestra fe. La felicidad que nos salva ahora es la presencia vivificante del Señor que nos reúne por el Espíritu en la Iglesia donde no cesa de predicarnos el Evangelio y de par�r para nosotros el pan. Cada domingo somos felices por este encuentro con el Señor.
“Reciban el Espíritu Santo”, dice Jesús hoy a sus discípulos. Antes de la resurrección, no había venido el Espíritu Santo (Jn 7, 39). La tarde del primer do-
mingo de Pascua, Jesús resucitado dio el Espíritu Santo a los Apóstoles, exhalando su aliento sobre ellos. El Espíritu es el aliento de la nueva creación. El Espíritu es la fuerza que reciben los Apóstoles, que los hace hombres nuevos, luchadores contra el mal, liberadores del pecado, para ir formando dentro del mundo la nueva creación. El Espíritu es el primer fruto de la Pascua del Señor y el que da la plenitud. Esta memoria del Espíritu, aliento de la nueva creación, será más intensa en el �empo que transcurra entre la Pascua y Pentecostés, cuando celebramos y recordamos los sacramentos de la iniciación cris�ana que, por obra del Espíritu, nos hace criaturas nuevas. Esto concuerda con la colecta de la misa de hoy en la que pedimos comprender mejor "la ines�mable riqueza del bau�smo que nos ha purificado, del espíritu que nos ha hecho renacer y de la sangre que nos ha redimido".
Dios de eterna misericordia, que reanimas la fe de este pueblo a ti consagrado con la celebración anual de las fiestas pascuales, aumenta en nosotros los dones de tu gracia, para que todos comprendamos mejor la excelencia del bautismo que nos ha purificado, la grandeza del Espíritu que nos ha regenerado y el precio de la Sangre que nos ha redimido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
1Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 2, 42-47 En los primeros días de la Iglesia, todos los hermanos acudían asiduamente a escuchar las enseñanzas de los apóstoles, vivían en comunión fraterna y se congregaban para orar en común y celebrar la fracción del pan. Toda la gente estaba llena de asombro y de temor, al ver los milagros y prodigios que los apóstoles hacían en Jerusalén. Todos los creyentes vivían unidos y lo tenían todo en común. Los que eran dueños de bienes o propiedades los vendían, y el producto era distribuido entre todos, según las necesidades de cada uno. Diariamente se reunían en el templo, y en las casas par�an el pan y comían juntos, con alegría y sencillez de corazón. Alababan a Dios y toda la gente los es�maba. Y el Señor aumentaba cada día el número de los que habían de salvarse. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 117, 2-4. 13-15. 22-24
R. La misericordia del Señor es eterna. Aleluya.
Diga la casa de Israel: “Su misericordia es eterna”. Diga la casa de Aarón: “Su misericordia es eterna”. Digan los que temen al Señor: “Su misericordia es eterna”.
R. La misericordia del Señor es eterna. Aleluya.
Querían a empujones derribarme, pero Dios me ayudó.
El Señor es mi fuerza y mi alegría, en el Señor está mi salvación.
R. La misericordia del Señor es eterna. Aleluya.
ATREVETE A VIVIR UNA EXPERIENCIA PARA VALIENTES…. UNICA,ESPECIAL E INOLVIDABLE
VEN A VIVIR EL ENCUENTRO HOMBRES NUEVOS EN CRISTO
LOS DIAS 21,22 Y 23 DE ABRIL
CALLE EMILIANO ZAPATA 1325 SAN MARTIN DE LAS FLORES SEMINARIO MISIONEROS DEL SAGRADO CORAZON DE JESUS Y DE SANTA MARIA DE GUADALUPE
La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. Este es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R. La misericordia del Señor es eterna. Aleluya.
2Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 1, 3-9
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, por su gran misericordia, porque al resucitar a Jesucristo de entre los muertos, nos concedió renacer a la esperanza de una vida nueva, que no puede corromperse ni mancharse y que él nos �ene reservada como herencia en el cielo. Porque ustedes �enen fe en Dios, él los protege con su poder, para que alcancen la salvación que les �ene preparada y que él revelará al final de los �empos. Por esta razón, alégrense, aun cuando ahora tengan que sufrir un poco por adversidades de todas clases, a fin de que su fe, some�da a la prueba, sea hallada digna de alabanza, gloria y honor, el día de la manifestación de Cristo. Porque la fe de ustedes es más preciosa que el oro, y el oro se acrisola por el fuego.
A Cristo Jesús ustedes no lo han visto y, sin embargo, lo aman; al creer en él ahora, sin verlo, se llenan de una alegría radiante e indescrip�ble, seguros de alcanzar la salvación de sus almas, que es la meta de la fe. Palabra de Dios.
EVANGELIO
Jn 20, 29
R. Aleluya, aleluya.
Tomás, tú crees, porque me has visto. Dichosos los que creen sin haberme visto, dice el Señor. R. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio
Según san Juan 20, 19-31
Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Dicho esto, les mostró las manos y
INFORMES E INSCRIPCIONES JESUS NEGRETE: 332338-4170
marcas e incentivan ventas.
ventas.creator@cccomunicaciones.com.mx
el costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría.
De nuevo les dijo Jesús: “La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo”. Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban al Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar”. Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían: “Hemos visto al Señor”. Pero él les contestó: “Si no veo en sus manos la señal de los clavos y si no meto mi dedo en los agujeros de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré”. Ocho días después, estaban reunidos los discípulos a puerta cerrada y Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó de nuevo en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Luego le dijo a Tomás: “Aquí están mis manos; acerca tu dedo. Trae acá tu mano,
métela en mi costado y no sigas dudando, sino cree”. Tomás le respondió: “¡Señor mío y Dios mío!” Jesús añadió: “Tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haber visto”.
Otras muchas señales milagrosas hizo Jesús en presencia de sus discípulos, pero no están escritas en este libro. Se escribieron éstas para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre. Palabra del Señor.
Dios todopoderoso, concédenos que la gracia recibida en este sacramento pascual permanezca siempre en nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
En el cuarto Evangelio aparecen muy unidos los personajes de Simón Pedro y el discípulo amado, Juan. Ellos corren al sepulcro vacío y, al final, ellos pasean con Jesús en las riberas del lago de Galilea.
Aparece subrayada la importancia de Pedro: él entra primero al sepulcro y él será quien dialogue personalmente con Jesús después de la comida junto al lago. Él confesará por tres veces
su amor renovado al Maestro y él recibirá la llamada final: "¡Sígueme!".
Pero ahí está siempre el otro discípulo, Juan, que corre más que Pedro y llega primero al sepulcro, aunque le deja pasar a Simón primero. Allí, es el amado quien cree, no Simón Pedro.
En la escena final, junto al lago, es este discípulo el que reconoce al Señor, se lo comunica a Pedro, y hace posible que éste se lance al mar. Por fin, en la conversación final, Pedro sigue preocupado por el otro discípulo: "¿Qué sucede-
rá con él?, ¿qué �ene que ver con mi misión?" Pedro debe reconocer la ayuda de ese discípulo para estar cerca de Jesús, debe aceptar que su misión, aunque sea "piedra" y el primero entre los Apóstoles, necesita la presencia y la misión de otros discípulos. Debe reconocer que sí, él es el primero, pero que el otro es "el amado". Debe reconocer que otros le preceden en la fe, en el reconocimiento, en el amor; no por ello su misión queda frustrada. Al revés: su misión queda sostenida por la misión de los demás.
Los ángeles y los soldados
La presencia de seres divinos es importante en los relatos de Resurrección. En unos Evangelios, se trata de hombres ves�dos de blanco (Mc, Lc); en otros, se habla directamente de ángeles (Mt, Jn).
Con su presencia, el relato nos sitúa en un nivel celeste: Dios interviene en los acontecimientos de la historia. De hecho, está interviniendo como nunca: la surrección de Jesús es el acto principal de Dios en la historia de los hombres.
Además de hablarnos de este nivel celeste, estos hombres luminosos nos muestran que la
resurrección, antes que experiencia vivida, es anuncio escuchado. A todos "nos han dicho" que Cristo ha resucitado: creyendo ese anuncio nos ponemos en camino y, cuando Él quiere, irrumpe el mismo Señor y nos sale al en-
Ese anuncio se con�núa en las mujeres que lo proclaman a los discípulos; éstos, a Tomás o a otros que estaban ausentes; todos ellos, nos han transmi�do a nosotros la no�cia. La verdad de la Resurrección es un tes�monio en el que hemos creído.
Frente a los ángeles están los soldados: ellos también han iniciado un tes�monio a par�r del sepulcro. Con el dinero de los sacerdotes, quedan mo�vados para extender una men�ra: el cuerpo de Jesús ha sido robado. Junto al tes�monio que parte de Dios, junto al tes�monio de la Iglesia, otras no�cias se vierten en el mundo sobre Jesús y su misteLa evidencia aún no ha llegado. Evangelizar es fruto de la fe y es llamada a creer. Luchamos contra el dinero y el poder; pero la fuerza de la verdad es mayor que las maquinaciones de la men�ra: Dios es garante de sus tes�gos.
Director Responsable: Pbro. Enrique González• Redacción: Pbro. Alberto Ávila / Pbro. Juan Javier Padilla Administración: Pbro. Enrique González • Alcalde 294, Guad., Jal. Tel. 3343875300 – 3325385480 • Consulta la Hoja Parroquial: www.arquidiocesisgdl.org.mx/publicaciones/hojaparroquial Diseño e Impresión: Centro Católico de Comunicaciones. Tels. 3002-6470 • 3002-6471 Los anuncios que se muestran en La Hojita Parroquial son responsabilidad, única y exclusivamente, del solicitante. No nos hacemos responsables de los servicios que se publicitan.
Bole�n semanal de la Arquidiócesis de Guadalajara, A.R. Tiraje de 200,000. $50.00 ciento