Hoja Parroquial #19- V DOM. DE PASCUA., Ciclo A-7 de mayo 2023

N.º 19 • V DOMINGO DE PASCUA, Ciclo A

7 de Mayo de 2023

Iglesia, comunidad de Jesús

En la Iglesia de Jesús no pueden hacerlo todo unos cuantos. Desde siempre la Iglesia salida del corazón y las manos de Jesús ha querido ser una Iglesia incluyente. No es Iglesia de líderes, es comunidad de creyentes. Todos los líderes son, sobre todo, “servidores”. En el corazón de esta Iglesia comunidad está la persona, la palabra y la cercanía del Señor Jesús.

En el �empo Pascual, que estamos casi concluyendo en sus diversas etapas, después de la Resurrección de Jesús, Él mismo quiere darle este sen�do a la comunidad de los creyentes; su presencia, su iden�dad en su Palabra y en su modo de ser, de exis�r en el mundo. Pero invitando a cada creyente a hacerse cargo de una tarea, desde la familia y en todas y cada una de las comunidades eclesiales.

Ustedes son raza elegida

En este domingo V de la Pascua, las lecturas quieren ahondar sobre esta iden�dad de la Iglesia. Somos, sobre todo, “comunidad de Jesús”. En el primer grupo de creyentes, los primeros cris�anos se dan cuenta de la tarea inmensa que les corresponde. Los mismos Apóstoles saben que no pueden hacerlo todo. Existe la suprema necesidad de incluir a otros.

Muchas tareas

Hay una gran diversidad de ministerios, de quehaceres en la comunidad en donde cada uno puede incluirse, sobre todo en las necesidades más urgentes de la predica-

ción. Nunca hay que desatender esta tarea, predicar a todos y en todas partes. La primera comunidad cris�ana invita ya a elegir a sus propios servidores, desde cada grupo de bau�zados deben salir sus animadores.

No cada quien por su lado

Jesús es el camino, es Palabra, es puente, es quien da los dones, es inspiración, es la única verdad que debemos admi�r. Su Evangelio es la única tarea para toda la Iglesia. Es cierto que debe haber diversidad, porque cada persona es dis�nta, pero sobre todo darnos cuenta de que la tarea es vivir todos los carismas, las capacidades, en un solo sen�do de Iglesia en donde Jesús es quien nos

Creer como discípulos en Jesús En toda comunidad humana puede surgir la falsedad. Las religiones �enen el riesgo de conver�rse en opiniones de unos cuantos y no en lo que deben ser, Jesús es verdad. Las men�ras siempre nos acechan, la corrupción frecuentemente entra hasta la médula de los huesos y falsifica a toda religión. Es menester atender a la Palabra anunciada y tes�moniada por Jesús, que es la fuerza y Palabra del Padre, solo Él es veraz y todos estamos llamados a seguir su doctrina, su persona.

Él es vida: Señor de la vida y vencedor de la muerte. Con Él se puede salvar a la Iglesia, a toda persona del caos, la exclusión, la maldad, la injus�cia, la corrupción…

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, lleva a su plenitud en nosotros el sacramento pascual, para que, a quienes te dignaste renovar por el santo bautismo, les hagas posible, con el auxilio de tu protección, abundar en frutos buenos, y alcanzar los gozos de la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

1Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 6, 1-7 En aquellos días, como aumentaba mucho el número de los discípulos, hubo ciertas quejas de los judíos griegos contra los hebreos, de que no se atendía bien a sus viudas en el servicio de caridad de todos los días. Los Doce convocaron entonces a la mul�tud de los discípulos y les dijeron: "No es justo que, dejando el ministerio de la Palabra de Dios, nos dediquemos a administrar los bienes. Escojan entre ustedes a siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a los cuales encargaremos este servicio. Nosotros nos dedicaremos a la oración y al servicio de la palabra".

Todos estuvieron de acuerdo y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Pármenas y Nicolás, prosélito de An�oquía. Se los presentaron a los apóstoles y éstos, después de haber orado, les impusieron las manos. Mientras tanto, la palabra de Dios iba cundiendo. En Jerusalén se mul�plicaba grandemente el número de los discípulos. Incluso un grupo numeroso de sacerdotes había aceptado la fe. Palabra de Dios.

Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones son leales. El ama la justicia y el derecho, la tierra llena está de sus bondades.

R. El Señor cuida de aquellos que lo temen. Aleluya.

Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían; los salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida.

R. El Señor cuida de aquellos que lo temen. Aleluya.

2 Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 2, 4-9

Hermanos: Acérquense al Señor Jesús, la piedra viva, rechazada por los hombres, pero escogida y preciosa a los ojos de Dios; porque ustedes también son piedras vivas, que van entrando en la edificación del templo espiritual, para formar un sacerdocio santo, des�nado a ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios, por medio de Jesucristo. Tengan presente que está escrito: He aquí que pongo en Sión una piedra angular, escogida y preciosa; el que crea en ella no quedará defraudado. Dichosos, pues, ustedes, los que han creído. En cambio, para aquellos que se negaron a creer, vale lo que dice la Escritura: La piedra que rechazaron los constructores ha llegado a ser la piedra angular, y también tropiezo y roca de escándalo. Tropiezan en ella los que no creen en la palabra, y en esto se cumple un designio de Dios. Ustedes, por el contrario, son es�rpe elegida, sacerdocio real, nación consagrada a Dios y pueblo de su propiedad, para que proclamen las-obras maravillosas de aquel que los llamó de las �nieblas a su luz admirable. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL del salmo 32, 1-2.4-5.18-19

R. El Señor cuida de aquellos que lo temen. Aleluya.

Que los justos aclamen al Señor; es propio de los justos alabarlo. Demos gracias a Dios al son del arpa, que la lira acompañe nuestros cantos.

R. El Señor cuida de aquellos que lo temen. Aleluya.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO

Jn 14, 6

R. Aleluya, aleluya.

Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre, si no es por mí, dice el Señor. R. Aleluya.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 1-12

En aquel �empo, Jesús dijo a sus discípulos: "No pierdan la paz. Si creen en Dios, crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. Si no fuera así, yo se lo habría dicho a ustedes, porque voy a prepararles un lugar. Cuando me vaya y les prepare un si�o, volveré y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, estén también ustedes. Y ya saben el camino para llegar al lugar a donde voy".

Entonces Tomás le dijo: "Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?" Jesús le respondió: "Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí. Si ustedes me conocen a mí, conocen también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto".

Le dijo Felipe: "Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta". Jesús le replicó: "Felipe, tanto �empo hace que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces? Quien me ha visto

a mí, ha visto al Padre. ¿Entonces por qué dices: 'Muéstranos al Padre'? ¿O no crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les digo, no las digo por mi propia cuenta. Es el Padre, que permanece en mí, quien hace las obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Si no me dan fe a mí, créanlo por las obras. Yo les aseguro: el que crea en mí, hará las obras que hago yo y las hará aún mayores, porque yo me voy al Padre". Palabra del Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, muéstrate benigno con tu pueblo, y ya que te dignaste alimentarlo con los misterios celes�ales, hazlo pasar de su an�gua condición de pecado a una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor.

María, Madre de la Pascua

Pascua. Cristo vivo y resucitado. ¡Éste es el núcleo de nuestra fe! La Iglesia celebra misterio central en un día de cincuenta días, en un gran domingo, que es el �empo pascual.

Así tenemos la oportunidad de asomarnos a los múl�ples ma�ces de este misterio de victoria de la vida sobre la muerte.

María es colmada de alegría en la Resurrección del Hijo. Alegría es la expresión de la Pascua. El Sol, nacido de lo Alto, y ensombrecido por unos días, ha vuelto a aparecer, ha vencido las �nieblas. La noche, iluminada en el nacimiento de Cristo, vuelve a estallar en rayos de luz ante la Resurrección del Rey de los judíos.

María, que había concebido al Hijo creyendo, y creyendo esperó su Resurrección, es el modelo de la fe con que los discípulos confiesan a Cristo, el nacido de una virgen.

María se presenta como una luz para los que

creen. La que engendró a Cristo, luz del mundo, hoy es modelo de un nuevo engendrar creyentes, de abrir los ojos a los que están ciegos.

El Nuevo Testamento nos presenta a María reunida en oración con los discípulos y en espera de la llegada del Espíritu Santo. Así, María reúne a los ín�mos para la oración y para la recepción de los dones del mismo Espíritu. Ella misma es y está llena del Espíritu. El Espíritu la cubrió, y en sus entrañas se aposentó el Hijo de Dios.

María es modelo de oración y de vigilancia. En oración y en vigilancia aguardamos la venida del Señor y la propagación de la Palabra de Dios a todos los pueblos.

Pascua es la única dirección del cris�ano. Desde que las aguas del Bau�smo cayeron sobre nosotros, los creyentes estamos encaminados en “dirección pascual”. Asociados con�nuaremos al paso de la muerte a una vida nueva, renunciando al pecado (Rm 8,4).

Entrevista a María sobre la Resurrección

Cuéntame, Señora, ¿qué pasó el domingo?

–Verás, era el tercer día después de la muerte de mi Hijo, María Magdalena y las demás mujeres pasaron a buscarme para ir al sepulcro antes del amanecer…, llevaban perfumes y estaban muy tristes. Yo, en el fondo de mi alma, sen�a una profunda paz, recordaba las palabras de mi Hijo…, no sabía exactamente qué sucedería, pero tenía la certeza de que algo iba a cambiar la historia.

¿No les comentaste nada a ellas?

—No, existen caminos que cada uno debe recorrer por sí mismo… Ellas lo entenderían cuando Jesús dispusiera que así debía ser. Al llegar al sepulcro, el corazón les dio un salto, pues la piedra de la entrada estaba corrida. Entraron ellas al recinto y me dijeron que estaba vacío, yo quedé fuera… No necesitaba más explicaciones, podía sen�r la presencia de mi Hijo, mas no le veía.

Señora, ¿por qué no a ti? Quiero decir, porque no te visitó especialmente a ti, que eras su madre…

—Porque mi Jesús conocía mi corazón, sabía que yo

le esperaba; en cambio, los Apóstoles y las demás mujeres estaban desesperados. Estaban sumidos en la mas profunda tristeza. Pero no te preocupes, nos encontramos Jesús y yo…

¿Cuándo?

—Cuando Él se presentó en la casa mientras las puertas estaban cerradas, con un perfume de eternidad… Mi corazón la�a fuerte… Yo tenía muchas ganas de abrazarle… Antes de salir, se volvió hacia mí, me miró con todo el amor al que me tenía acostumbrada, fue una mirada intensa, profunda, que valió más que mil palabras. Sus ojos parecían repe�r: "Mujer, aquí �enes a tus hijos", y le vi par�r.

María Susana Ratero (Catholic.net)

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