Arquidiócesis de Guadalajara, A.R.
INDA-04-2007-103013575500-106
Arquidiócesis de Guadalajara, A.R.
INDA-04-2007-103013575500-106
La fiesta de Reyes que hoy celebramos nos recuerda, sobre todo, la vocación universal y misionera de nuestra fe. Lo decía el canto del libro de Isaías, que hemos escuchado en la primera lectura y lo repe�a, acentuando aún más la radicalidad, el texto de san Pablo en su Carta a los Efesios.
La fe cris�ana es una oferta que Dios hace a la humanidad entera. Por la presencia del Hijo de Dios en el mundo –su Epifanía–, todos los hombres de todas las épocas y culturas estamos llamados a la salvación defini�va. Cada civilización, cada �empo, cada hombre, �ene en el cielo su estrella que, seguida e interpretada correctamente, lo lleva hasta Jesús. Él, Jesús, respeta los modos de ser, las costumbres y tradiciones en lo que �enen de valioso y, al hacerse hombre, instaura la nueva y gran fraternidad de todos los hombres, hijos de Dios, llamados a vivir para siempre con Él.
La misión y las misiones de la Iglesia nacen de esta convicción y de este gozo. Pero cuando san Mateo redactaba el Evangelio que acabamos de leer –la adoración de los magos–, quería destacar seguramente que son los extranjeros de buena voluntad los que se acercan a Cristo, mucho más que los que, en teoría, lo tendrían más fácil. Al describirnos el malestar y la hipocresía de Herodes, o el desinterés de los fariseos, también evidenciaba la dificultad que �enen los poderosos del mundo para abrirse de corazón al Evangelio. A menudo �enen miedo –tenemos miedo–de perder posiciones, olvidando que el mensaje de Jesús es precisamente Palabra de libertad verdadera y de dignidad para todos. Herodes, como sabemos, prefirió matar a los niños de Belén; otros encuentran, ciertamente, soluciones menos crueles, pero no por eso se resisten menos a que el Evangelio impregne la vida humana personal y colec�va.
Siempre, en algún rincón de la Tierra, hay hombres y mujeres –los Magos, si queremos– que, captando los signos de los tiempos, seguirán la estrella y encontrarán finalmente a Jesús. Y siempre querrán convertirse, con la gracia de Dios, en signos para los hombres del propio medio y de los confines de la Tierra.
Entre nosotros, Reyes es la gran fiesta de los niños. Ellos son, evidentemente, la alegría y la esperanza de las familias y de la Iglesia. Pienso que el mejor regalo que los mayores podríamos hacerles sería el de enseñarles por la palabra y, sobre todo, por el ejemplo, el profundo ambiente liberador que Cristo da a nuestra vida, que vieran en casa la alegría de la presencia de Jesús y que aprendieran, ya desde ahora, que la felicidad mayor consiste en compar�r.
Señor Dios, que en este día manifestaste a tu Unigénito a las naciones, guiándolas por la estrella, concede a los que ya te conocemos por la fe, que lleguemos a contemplar la hermosura de tu excelsa gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
1Lectura del libro del libro del profeta Isaías 60, 1-6 Levántate y resplandece, Jerusalén, porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor alborea sobre �. Mira: las �nieblas cubren la �erra y espesa niebla envuelve a los pueblos; pero sobre � resplandece el Señor y en � se manifiesta su gloria. Caminarán los pueblos a tu luz y los reyes, al resplandor de tu aurora. Levanta los ojos y mira alrededor: todos se reúnen y vienen a �; tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos. Entonces verás esto radiante de alegría; tu corazón se alegrará, y se ensanchará, cuando se vuelquen sobre � los tesoros del mar y te traigan las riquezas de los pueblos. Te inundará una mul�tud de camellos y dromedarios, procedentes de Madián y de Efá. Vendrán todos los de Sabá trayendo incienso y oro y proclamando las alabanzas del Señor. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL 71, 1-2. 7-8. 10-11. 12-13
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Comunica, Señor, al rey tu juicio y tu justicia, al que es hijo de reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá a tu pueblo justamente.
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era tras era. De mar a mar se extenderá su reino y de un extremo al otro de la tierra. R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Los reyes de occidente y de las islas le ofrecerán sus dones. Ante él se postrarán todos los reyes y todas las naciones.
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Al débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra sin amparo; se apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida al desdichado.
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
2Lectura de la segunda carta dee la carta del apóstol san Pablo a los efesios 3, 2-3a. 5-6
Hermanos: Han oído hablar de la distribución de la gracia de Dios, que se me ha confiado en favor de ustedes. Por revelación se me dio a conocer este misterio, que no había sido manifestado a los hombres en otros �empos, pero que ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: es decir, que por el Evangelio, también los paganos son coherederos de la misma herencia, miembros del mismo cuerpo y par�cipes de la misma promesa en Jesucristo. Palabra de Dios.
Mt 2, 2 R. Aleluya, aleluya. Hemos visto su estrella en el oriente y hemos venido a adorar al Señor R. Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 2, 1-12
Jesús nació en Belén de Judá, en �empos del rey Herodes. Unos magos de Oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: "¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo". Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y
toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: "En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, �erra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de � saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel".
Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: "Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño, y cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo".
Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la
estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino. Palabra del Señor.
Te pedimos, Señor, que tu luz celes�al siempre y en todas partes vaya guiándonos, para que contemplemos con ojos puros y recibamos con amor sincero el misterio del que quisiste hacernos par�cipes. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Los reyes magos aparecen, en su primera época, como una casta sacerdotal de Media y Persia. Además, dicen, se dedicaban al estudio de la sabiduría.
Fue el escritor y teólogo del siglo III, de nombre Orígenes -uno de los tres pilares de la teología cris�ana-, quien propuso, por primera vez, que fueran tres magos en razón de los tres dones ofrecidos al niño.
En las pinturas de las catacumbas de Santa Priscila, desde comienzos del siglo II, los representaban solo como nobles persas.
Por otro lado, en el arte los comenzaron a presentar como reyes desde el siglo VIII.
A par�r del siglo VIII, los Reyes Magos recibieron nombres, con algunas variaciones. Los primeros fueron Bithisarea, Melchior y Gathaspa. Ya en la Edad Media fueron incluso venerados como santos.
Los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar, se los da, en el siglo IX, el historiador Agnello, en su obra «Pon�ficalis Ecclesiae Ravenna�s».
¿Cómo son representados los tres Reyes Magos? Melchor se representa generalmente como un anciano
blanco con barba por las personas provenientes de la zona Europea y ofrece al Niño el oro por la realeza de Cristo.
Gaspar representa a la zona asiá�ca y porta el incienso por la divinidad de Jesús.
Baltazar es negro en representación de África, y regala al Salvador la mirra, sustancia que se u�lizaba para embalsamar cadáveres y símbolo de la humanidad del Señor.
En la época que se les empezó a pintar con estas caracterís�cas no se tenía conocimiento de América. Además, los tres hacen referencia a las edades del ser humano: juventud (Gaspar), madurez (Baltazar) y vejez (Melchor).
El oro se relaciona con el poder; el incienso, u�lizado habitualmente como ofrenda a los dioses, serviría para reconocer el lado divino de Jesús. Por úl�mo, la mirra se trata de un producto de color ambarino rojizo que se ob�ene de la resina de un árbol que crece en el noreste de África, Arabia y Turquía, y que exuda esta sustancia de forma natural. La mirra, por su parte, no parece tener un significado concreto.
Él y su esposa hicieron un compromiso di�cil de llevar. En nuestro �empo de materialismo, cuando el concepto de la cas�dad va decayendo visiblemente, la imagen de San Julián y de su esposa Santa Basilisa resaltan por su determinada voluntad.
Hijo único de una noble y rica familia, educado en la religión cris�ana, tenía hecho voto de cas�dad, cuando al cumplir los dieciocho sus padres se empeñaron en que contrajese matrimonio con una joven de igual nobleza, llamada Basilisa.
Temeroso el muchacho de faltar a su voto, pero sin�endo también desobedecer a sus padres, acudió a Dios con la oración y el ayuno. Dice la tradición que por celes�al revelación le fue dado a conocer que con su esposa podría guardar la prome�da virginidad. Julián y Basilisa se consagraron mutuamente de esta manera, aunque actualmente esto no sería posible llevarlo a cabo.
Desde aquel día se dedicaron a los demás. Repar�an sus bienes entre los pobres y se re�raron a vivir en dos casas situadas en las afueras de la ciudad que convir�eron en monasterios. A la de Julián acudían hombres a pedir consejo.
A la de Basilisa, una mul�tud de muchachas que, edificadas con el ejemplo de su virtud, muchas de ellas abrazaron la vida religiosa. Suscitada en aquel �empo la persecución de Diocleciano y Maximiano contra el cris�anismo, ordenaron apresar y encarcelar a Julián y a cuantos con él residían en su monasterio.
San Julián profesó su fe con valen�a ante el �rano, quien lleno de confusión, el magistrado condenó a Julián a morir degollado.
Tengo un problema, ¿qué voy a hacer?
¿Me eligieron para ser padrino y no he hecho las pláticas? Alégrate… la Congregación Mariana y el Santuario del Señor de San José de Gracia tiene una respuesta para ti.
En el marco de la Gran Misión de la Misericordia que impulsamos en nuestra diócesis de Guadalajara, y en las difíciles circunstancias de la pandemia que estamos viviendo, abrimos una puerta más para ti. De preferencia te invitamos a que te acerques a tu comunidad para que recibas tus pláticas de preparación como papá o padrino de algún Sacramento. Si no puedes acudir a tu comunidad, la Congregación Mariana te ofrece las catequesis (pláticas) de preparación todos los días del año.
Pláticas presacramentales: Bautismo, Confirmación, Matrimonios, 1era. Comunión, XV años. Entre semana o fin de semana: previa cita. Tels. 33 12 18 91 98 / 33 36 14 27 46
Santuario Señor San José de Gracia, Alcalde #294, Col. Centro, Guadalajara, Jal. ¡La Línea 3 del Tren Ligero llega hasta aquí! Director Responsable: Pbro. Enrique González• Redacción: Pbro. Alberto Ávila / Pbro. Juan Javier Padilla Administración: Pbro.
3002-6470 • 3002-6471
Bole�n semanal de la Arquidiócesis de Guadalajara, A.R. Tiraje de 200,000. $50.00 ciento