Arquidiócesis de Guadalajara, A.R.
INDA-04-2007-103013575500-106
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En el Evangelio de hoy resaltan las palabras de Juen el Bau�sta: “Éste es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”, son palabras que repe�mos siempre que celebramos la Eucaris�a, antes de comulgar, muestra de que la Iglesia les otorga un peculiar valor. Un valor cuyo sen�do quizá nosotros no comprendamos bastante. Porque, ¿sabemos qué significa esto de "el Cordero de Dios"?, y ¿cuál es el sen�do de "el pecado del mundo"?
Es muy posible que la palabra nos suene demasiado como sacrificio de quien inclina la cabeza ante los poderosos. La expresión de Juan significa bastante más que esto: significa que Jesús, el Mesías, el Hijo de Dios,
realiza su misión como un servidor absolutamente humilde, pobre, sencillo..., pero que así consigue la victoria. No podemos olvidar que en el úl�mo libro de la Biblia, en el Apocalipsis, se nos presenta a este Cordero como el gran triunfador.
Es la paradoja de la vida y obra de Jesucristo: sigue un camino de servicio, como un hombre sin poder, junto a los pobres y despreciados. Hasta morir como un criminal entre criminales. Pero este camino –un camino que, como dice san Pablo, es locura y escándalo–resulta ser el camino de vida, de victoria. De ahí que siempre, para quienes queremos seguir a Jesucristo, la interrogante es si, para par�cipar de su victoria, escogemos el camino que Él escogió, o si nos queremos pasar de listos y escogemos otro camino.
El pecado del mundo es la otra expresión que hemos de considerar. No habla del pecado de cada hombre sino del pecado del mundo. Se trata de la realidad del mal que hay en el mundo, más allá de lo que cada uno de nosotros hace. Es lo que queremos expresar al hablar de "pecado original", un niño al nacer no entra en un mundo limpio, sino en un mundo herido por una presencia de mal que, de un modo u otro, le afectará. Ninguno de nosotros se libra de esta herida, todos la sufrimos. Por eso su lucha es contra el pecado del mundo, contra esta presencia poderosa de mal que hay de hecho en nuestro mundo. Isaías en la primera lectura, decía que el "Siervo de Dios" sería "Luz". Porque el pecado del mundo es básicamente oscuridad, �niebla, negación de verdad. Es trampa, hipocresía, falsedad.
Lleva al egoísmo, al desamor. Por eso la lucha de Jesucristo contra el pecado del mundo –la lucha que hemos de con�nuar nosotros– es camino de verdad que lleva al amor. Solo con verdad y solo con amor se combate eficazmente contra el mal que hay en el mundo.
Dios todopoderoso y eterno, que gobiernas los cielos y la tierra, escucha con amor las súplicas de tu pueblo y haz que los días de nuestra vida transcurran en tu paz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
1Lectura del libro del profeta Isaías 49, 3. 5-6
El Señor me dijo: "Tú eres mi siervo, Israel; en � manifestaré mi gloria".
Ahora habla el Señor, el que me formó desde el seno materno, para que fuera su servidor, para hacer que Jacob volviera a él y congregar a Israel en torno suyo –tanto así me honró el Señor y mi Dios fue mi fuerza–. Ahora, pues, dice el Señor: "Es poco que seas mi siervo sólo para restablecer a las tribus de Jacob y reunir a los sobrevivientes de Israel; te voy a conver�r en luz de las naciones, para que mi salvación llegue hasta los úl�mos rincones de la �erra". Palabra de Dios.
del salmo 39, 2 y 4ab.7-8a.8b-9.10
R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Esperé en el Señor con gran confianza, él se inclinó hacia mí y escuchó mis plegarias. El me puso en la boca un canto nuevo, un himno a nuestro Dios.
R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Sacrificios y ofrendas no quisiste, abriste, en cambio, mis oídos a tu voz. No exigiste holocaustos por la culpa, así que dije: "Aquí estoy".
R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
En tus libros se me ordena hacer tu voluntad; esto es, Señor, lo que deseo:
tu ley en medio de mi corazón. R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
He anunciado tu justicia en la gran asamblea; no he cerrado mis labios, tú lo sabes, Señor.
R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
2Lectura de la primera carta el apóstol san Pablo a los corintios 1, 1-3 Yo, Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, y Sostenes, mi colaborador, saludamos a la comunidad cristiana que está en Corinto. A todos ustedes, a quienes Dios santificó en Cristo Jesús y que son su pueblo santo, así como a todos aquellos que en cualquier lugar invocan el nombre de Cristo Jesús, Señor nuestro y Señor de ellos, les deseo la gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y de Cristo Jesús, el Señor. Palabra de Dios.
Jn 1, 14. 12 R. Aleluya, aleluya. Aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. A todos los que lo recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de Dios. R. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan 1, 29-34
En aquel �empo, vio Juan el Bau�sta a Jesús, que venía hacia él, y exclamó: "Éste es el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo. Éste es aquel de quien yo he dicho: 'El que viene después de mí, �ene precedencia sobre mí, porque ya exis�a antes que yo'. Yo no lo conocía, pero he venido a bau�zar con agua, para que él sea dado a conocer a Israel".
Entonces Juan dio este tes�monio: "Vi al Espíritu
descender del cielo en forma de paloma y posarse sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bau�zar con agua me dijo: 'Aquel sobre quien veas que baja y se posa el Espíritu Santo, ése es el que ha de bau�zar con el Espíritu Santo'. Pues bien, yo lo vi y doy tes�monio de que éste es el Hijo de Dios". Palabra del Señor.
Infúndenos, Señor, el espíritu de tu caridad, para que, saciados con el pan del cielo, vivamos siempre unidos en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
El próximo 17 enero celebraremos la memoria de San Antonio Abad. La vida de este santo fue contada por Atanasio de Alejandría, un importante Padre de la Iglesia que vivió en el siglo IV y que defendió la doctrina trinitaria establecida por el Concilio de Nicea frente al arrianismo. Éste, pues, escribió la vida de Antonio para la edificación de los monjes y los fieles; a fin de que estos imiten, o al menos traten de imitar, su san�dad de vida.
Tuvo una larga vida, que fue desde el año 251 hasta el 356 d. C., es considerado el primero de los “Padres del desierto”, así como el iniciador del monaquismo anacoré�co, esto es, de la vida monacal en el re�ro y la soledad.
“Antonio, pues, sanaba, no dando órdenes sino orando e invocando el nombre de Cristo, de modo de que para todos era claro que no era él quien actuaba, sino el Señor, quien mostraba su amor por los hombres sanando a los que sufrían, por intermedio de Antonio. Este anacoreta se ocupaba solo de la oración y de la prác�ca de la ascesis; por esta razón llevaba su vida montañesa, feliz en la contemplación de las cosas divinas, y apenado de que tantos lo perturbaban y lo forzaran a salir a la Montaña Exterior”, escribió San Atanasio.
San Antonio Abad no dejó grandes obras filosóficas, teológicas o espirituales, ni reglas ni tratados, ni ins�tuciones monacales; lo que dejó fue su ejemplo de vida sencilla “en servicio a Dios”, tal como la cuenta Atanasio en su memoria.
Inicia un nuevo año y con él las oportunidades para cumplir nuevas metas, para iniciar proyectos personales, profesionales y familiares. Son doce meses a lo largo de los cuales se pueden plantear retos y situaciones que nos ayuden a ser mejores personas y más felices.
Con la llegada de un nuevo año, nuestro espíritu se siente renovado, es el inicio de una nueva etapa y una oportunidad para hacer más y mejores cosas en todos los aspectos de nuestra vida, ya sea a nivel personal, profesional, espiritual o de cualquier otra índole.
Siempre se debe comenzar un año con la mejor ac�tud, llenos de esperanza y conscientes de que todo lo que hagamos dejará huella a nuestro paso.
Que todo sea muy bueno La llegada del 2023 nos da la oportunidad de replantear nuestra vida, de iniciar nuevos proyectos,
desechar hábitos y costumbres que no son sanos, trabajar por alcanzar nuevas metas, cumplir sueños y superar situaciones que quizás no nos permiten caminar para alcanzar la paz y la plenitud para lo que hemos sido creados.
Hacer un recuento de los logros que se tuvieron durante el año que recién terminó y de los aspectos a mejorar, nos da la pauta para planificar un año que, al finalizar los 365 días, pueda ser muy bueno, e incluso, considerarlo uno de los mejores de nuestra vida, con plena consciencia y sin roman�cismos ni fantasías, simplemente real.
Un aspecto fundamental para iniciar de la mejor manera este año es cuidando nuestra salud, haciéndonos conscientes de que somos responsables de nuestro cuidado, porque de ahí parte todo para tener un año diferente con todas las esperanzas, fe y confianza, con�nuar trabajando por lo que sí quieres que llegue a tu vida.
Tengo un problema, ¿qué voy a hacer?
¿Me eligieron para ser padrino y no he hecho las pláticas? Alégrate… la Congregación Mariana y el Santuario del Señor de San José de Gracia tiene una respuesta para ti.
En el marco de la Gran Misión de la Misericordia que impulsamos en nuestra diócesis de Guadalajara, y en las difíciles circunstancias de la pandemia que estamos viviendo, abrimos una puerta más para ti. De preferencia te invitamos a que te acerques a tu comunidad para que recibas tus pláticas de preparación como papá o padrino de algún Sacramento. Si no puedes acudir a tu comunidad, la Congregación Mariana te ofrece las catequesis (pláticas) de preparación todos los días del año.
Pláticas presacramentales: Bautismo, Confirmación, Matrimonios, 1era. Comunión, XV años. Entre semana o fin de semana: previa cita. Tels. 33 12 18 91 98 / 33 36 14 27 46
Santuario Señor San José de Gracia, Alcalde #294, Col. Centro, Guadalajara, Jal. ¡La Línea 3 del Tren Ligero llega hasta aquí! Director Responsable: Pbro. Enrique González• Redacción: Pbro. Alberto Ávila / Pbro. Juan Javier Padilla Administración:
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