N.º 34 • XX DOMINGO ORDINARIO, Ciclo A
20 de Agosto de 2023
N.º 34 • XX DOMINGO ORDINARIO, Ciclo A
20 de Agosto de 2023
“Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarles: Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David”, narra el Evangelio de hoy.
También nosotros hemos iniciado esta Eucaris�a casi con el mismo grito: “Señor, ten piedad”, hemos dicho. Este grito, a la cananea, le salía del alma; no sé si también a nosotros... Ya que a veces la ru�na es capaz de vaciar de sen�do incluso lo más sagrado. El grito de la cananea era la gran plegaria de una madre que siente como propio -porque lo es- el dolor de su hija.
Hoy, una mujer forastera, man�ene con firmeza su fe humilde. Ni tan siquiera el reproche del insulto más bajo, el de los perros, con el que se pone a prueba su fe y su humildad, la hace tambalear. Y Jesús la elogia: “Mujer, qué grande es tu fe”. ¡Cuántas veces, a todos, nos conviene recibir lecciones de la gente más sencilla...!
Podríamos preguntarnos: nuestro “grito”, tan parecido al suyo, por lo menos externamente, ¿ha intentado expresar toda la realidad de nuestra vida? Y no una vida aislada, sino marcada y ensanchada por todas las otras vidas, empezando por las más próximas, las de todos aquellos que conocemos y amamos. Sólo así la Eucaris�a adquiere pleno sen�do. Sólo así puede llegar a ser un verdadero intercambio entre la gran riqueza del Señor y nuestra gran pobreza.
“Señor, ten piedad”, “Kyrie eleison”, he aquí una invocación que arranca del An�guo Testamento, pasa al Nuevo y llena toda la liturgia de las Iglesias cris�anas. Ojalá fuera siempre una expresión llena de sen�do, una autén�ca plegaria.
Todos somos un poco cananeos, porque todos -siempre- somos un poco extranjeros. Y también
porque todos, como esa mujer, llevamos dentro algo que nos preocupa. Algo de qué hablar con Jesús.
Hagamos, pues, de cada Eucaris�a una verdadera vivencia de fe. Celebrémosla gozosos y agradecidos, porque nosotros, a pesar de todo, no estamos invitados a comer las migajas que caen de la mesa, sino que, bien sentados, estamos invitados a compar�r, como hijos, la mejor comida.
Señor Dios, que has preparado bienes invisibles para los que te aman, infunde en nuestros corazones el anhelo de amarte, para que, amándote en todo y sobre todo, consigamos tus promesas, que superan todo deseo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
1 Lectura del libro del profeta Isaías 56, 1. 6-7
Esto dice el Señor: "Velen por los derechos de los demás, prac�quen la jus�cia, porque mi salvación está a punto de llegar y mi jus�cia a punto de manifestarse.
A los extranjeros que se han adherido al Señor para servirlo, amarlo y darle culto, a los que guardan el sábado sin profanarlo y se man�enen fieles a mi alianza, los conduciré a mi monte santo y los llenaré de alegría en mi casa de oración. Sus holocaustos y sacrificios serán gratos en mi altar, porque mi templo será la casa de oración para todos los pueblos". Palabra de Dios.
Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el mundo entero.
R. Que te alaben, Señor, todos los pueblos.
2Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos 11, 1315. 29-32
Hermanos: Tengo algo que decirles a ustedes, los que no son judíos, y trato de desempeñar lo mejor posible este ministerio. Pero esto lo hago también para ver si provoco los celos de los de mi raza y logro salvar a algunos de ellos. Pues, si su rechazo ha sido reconciliación para el mundo, ¿qué no será su reintegración, sino resurrección de entre los muertos? Porque Dios no se arrepiente de sus dones ni de su elección. Así como ustedes antes eran rebeldes contra Dios y ahora han alcanzado su misericordia con ocasión de la rebeldía de los judíos, en la misma forma, los judíos, que ahora son los rebeldes y que fueron la ocasión de que ustedes alcanzaran la misericordia de Dios, también ellos la alcanzarán. En efecto, Dios ha permi�do que todos cayéramos en la rebeldía, para manifestarnos a todos su misericordia. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 66, 2-3. 5. 6 y 8
R. Que te alaben, Señor, todos los pueblos.
Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora.
R. Que te alaben, Señor, todos los pueblos.
Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia; con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones.
R. Que te alaben, Señor, todos los pueblos.
Que te alaben, Señor, todos los pueblos, que los pueblos te aclamen todos juntos.
DEL EVANGELIO
Cfr. Mt 4, 23
R. Aleluya, aleluya.
Jesús predicaba el Evangelio del Reino y curaba las enfermedades y dolencias del pueblo. R. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio
según san Mateo 15, 21-28
En aquel �empo, Jesús se re�ró a la comarca de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea le salió al encuentro y se puso a gritar: "Señor, hijo de David, ten compasión de mí. Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio". Jesús no le contestó una sola palabra; pero los discípulos se acercaron y le rogaban: "A�éndela, porque viene gritando detrás de nosotros". Él les contestó: "Yo no he
sido enviado sino a las ovejas descarriadas de la casa de Israel".
Ella se acercó entonces a Jesús, y postrada ante él, le dijo: "¡Señor, ayúdame!" Él le respondió: "No está bien quitarles el pan a los hijos para echárselo a los perritos". Pero ella replicó: "Es cierto, Señor; pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de sus amos". Entonces Jesús le respondió: "Mujer, ¡qué grande es tu fe! Que se cumpla lo que deseas". Y en aquel mismo instante quedó curada su hija. Palabra del Señor.
Unidos a Cristo por este sacramento, suplicamos humildemente, Señor, tu misericordia, para que, hechos semejantes a él aquí en la tierra, merezcamos gozar de su compañía en el cielo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
La libertad de religión o de creencias, la libertad de opinión y de expresión, el derecho de reunión pacífica y el derecho de libertad de asociación son interdependientes, están interrelacionados y se refuerzan mutuamente.
Estos derechos están contemplados en la Declaración Universal de Derechos Humanos. Pueden desempeñar un papel clave en la lucha contra todas las formas de intolerancia y discriminación basadas en las creencias.
Sin embargo, se con�núan perpetrando actos de intolerancia y violencia basados en la religión o las creencias.
Es por eso que la Asamblea General adoptó la resolución A/RES/73/296, �tulada "Día Internacional en Conmemoración de las Víc�mas de Actos de Violencia Basados en la Religión o la Creencia", que condena enérgicamente la violencia y los actos de terrorismo dirigidos a individuos, incluidas las personas pertenecientes a minorías religiosas, sobre la base o en nombre de una religión o creencia.
Los Estados miembros reafirmaron su condena inequívoca de todos los actos, métodos y prác�cas de terrorismo y extremismo violento propicio al terrorismo, en todas sus formas y manifestaciones, dondequiera y por quienquiera que se hayan come�do, independientemente de
su mo�vación, y reiteraron que el terrorismo y el extremismo violento que conlleva terrorismo, en todas sus formas y manifestaciones, no puede ni debe asociarse con ninguna religión, nacionalidad, civilización o grupo étnico.
La Asamblea General decidió designar el 22 de agosto como el Día Internacional en Conmemoración de las Víc�mas de Actos de Violencia Basados en la Religión o la Creencia.
Responsabilidad del Estado
La Asamblea deploró enérgicamente todos los actos de violencia contra las personas por su religión o creencia, así como los actos dirigidos contra sus hogares, negocios, propiedades, escuelas, centros culturales o lugares de culto, así como todos los ataques que violan el derecho internacional en y contra lugares religiosos, si�os y santuarios.
Al proclamar un día internacional para conmemorar a las víc�mas de actos de violencia basados en la religión o las creencias, la Asamblea General recordó que los Estados �enen la responsabilidad primordial de promover y proteger
los derechos humanos, incluidos aquellos pertenecientes a las minorías religiosas y su derecho a ejercer su religión o creencia libremente. La voz del Papa Francisco al respecto La Iglesia está en este tenor, por eso Francisco ha dicho que “la violencia come�da en nombre de la religión desacredita a la religión misma, y por ello debe ser condenada por todos. Hoy, más que nunca, todas las religiones están llamadas a excluir cualquier absolu�zación que jus�fique cualquier forma de violencia”.
Así lo dijo el Pon�fice en su discurso a polí�cos y religiosos, el 2 de febrero de 2018. Estaban deba�endo sobre la violencia come�da en nombre de la religión. Ahí citó unas palabras que había pronunciado en su viaje a Egipto (2017), con ocasión de la Conferencia Internacional para la Paz, en el Al Azhar Conference Center: “Estamos obligados a denunciar las violaciones que atentan contra la dignidad humana y contra los derechos humanos, a poner al descubierto los intentos de jus�ficar todas las formas de odio en nombre de las religiones y a condenarlos como una falsificación idolátrica de Dios”.
TEMA:
EVANGELIZANDO A MILLENNIALS Y CENTENNIALS
Dr. Fabian Acosta CON:
PARTICIPA en el Sábado 2 de Septiembre de 2023
Recepción 8:30, evento de 9:00 a.m. a 2:00 p.m.