Arquidiócesis de Guadalajara, A.R.
N.º 53 • LA SAGRADA FAMILIA , Ciclo B
31 de Diciembre de 2023
Fundada el 4 de junio de 1930. Registro postal: IM14-0019, impresos depositados por sus editores o agentes. INDA-04-2007-103013575500-106
La familia, una comunidad de amor
E
n este Domingo de La Sagrada Familia, la primera lectura, del Eclesiás�co, trata el tema de la familia, con principios que se pueden aplicar a nuestra propia familia. «Quien honra a su padre, encontrará alegría en sus hijos… el que enaltece a su padre, tendrá larga vida, el que obedece al Señor es consuelo de su madre… cuida de tu padre en la vejez y en su vida no le causes tristeza… no lo menosprecies por estar tú en pleno vigor. El bien hecho al padre no quedará en el olvido…». Es un mensaje para todos, pues todos somos hijos. «El que honra a su padre queda limpio de pecado y acumula tesoros el que respeta a su madre».
La segunda lectura, la epístola de san Pablo a los colosenses, amplia el mensaje, yendo de la familia al resto de los hombres. «… sean compasivos, magnánimos, humildes, afables y pacientes. Sopórtense mutuamente y perdónense… tengan amor que es el vínculo de la perfecta unión… aconséjense unos a otros lo mejor que sepan… respeten a sus maridos… amen a sus esposas… obedezcan a sus padres» El Evangelio de Mateo nos traslada a un plano muy superior. La narración es simple y rica en significado, donde el ángel previene a José, pues la vida del niño peligra. Lo que Mateo nos presenta, es la capacidad para escuchar, pero sobre todo para cumplir con la palabra de Dios. Es nuestro Señor hablando a la familia y José obedeciéndolo, pues sabe con quién habla. Es un ejemplo para nuestra familia, el que seamos capaces de escuchar la palabra de Dios y, más aún, obedecerle. Igual que dice a José que huya a Egipto y que, más tarde, regrese, así nuestro Señor nos pide claramente lo que dicen las primeras dos lecturas: honremos a nuestros padres, amémonos en familia, tratemos a los demás como si fueran nuestra familia entera porque en realidad lo son. En los momentos en los que surgen los propósitos de año nuevo, sin mucho aspaviento pero con gran fuerza, las lecturas de este domingo de la Sagrada Familia nos dan la idea del mejor propósito que podamos tener. No para el año nuevo, sino para toda la vida. Oigamos, como José, la palabra que viene de Dios y hagamos lo que él nos manda. Amemos a nuestros padres, amemos a todos los demás. Actuemos como si fuésemos una familia entera, perdonando nuestras faltas, aconsejándonos mutuamente, y amándonos.
1
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que te dignaste dejarnos el más perfecto ejemplo en la Sagrada Familia de tu Hijo, concédenos benignamente que, imitando sus virtudes domésticas y los lazos de caridad que la unió, podamos gozar de la eterna recompensa en la alegría de tu casa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
1
Lectura del libro del Génesis 15, 1-6; 21, 1-3
En aquel �empo, el Señor se le apareció a Abram y le dijo: "No temas, Abram. Yo soy tu protector y tu recompensa será muy grande". Abram le respondió: "Señor, Señor mío, ¿qué me vas a poder dar, puesto que voy a morir sin hijos? Ya que no me has dado descendientes, un criado de mi casa será mi heredero". Pero el Señor le dijo: "Ese no será tu heredero, sino uno que saldrá de tus entrañas". Y haciéndolo salir de la casa, le dijo: "Mira el cielo y cuenta las estrellas, si puedes". Luego añadió: "Así será tu descendencia". Abram creyó lo que el Señor le decía, y por esa fe, el Señor lo tuvo por justo. Poco �empo después, el Señor tuvo compasión de Sara, como lo había dicho y le cumplió lo que le había prome�do. Ella concibió y le dio a Abraham un hijo en su vejez, en el �empo que Dios había predicho. Abraham le puso por nombre Isaac al hijo que le había nacido de Sara. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
del salmo 104, 1-2, 3-4, 5-6, 8-9 R. El Señor nunca olvida sus promesas.
Recuerden los prodigios que él ha hecho, sus portentos y oráculos, descendientes de Abraham, su servidor, estirpe de Jacob, su predilecto. R. El Señor nunca olvida sus promesas. Ni aunque transcurran mil generaciones, se olvidará el Señor de sus promesas, de la alianza pactada con Abraham, del juramento a Isaac, que un día le hiciera. R. El Señor nunca olvida sus promesas.
2
Lectura de la carta a los hebreos 11, 8. 11-12. 17-19
Hermanos: Por su fe, Abraham, obediente al llamado de Dios, y sin saber a dónde iba, par�ó hacia la �erra que habría de recibir como herencia. Por su fe, Sara, aun siendo estéril y a pesar de su avanzada edad, pudo concebir un hijo, porque creyó que Dios habría de ser fiel a la promesa; y así, de un solo hombre, ya anciano, nació una descendencia, numerosa como las estrellas del cielo e incontable como las arenas del mar. Por su fe, Abraham, cuando Dios le puso una prueba, se dispuso a sacrificar a Isaac, su hijo único, garan�a de la promesa, porque Dios le había dicho. De Isaac nacerá la descendencia que ha de llevar tu nombre. Abraham pensaba, en efecto, que Dios �ene poder hasta para resucitar a los muertos; por eso le fue devuelto Isaac, que se convir�ó así en un símbolo profé�co. Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Heb 1, 1-2
Aclamen al Señor y denle gracias, relaten sus prodigios a los pueblos. Entonen en su honor himnos y cantos, celebren sus portentos. R. El Señor nunca olvida sus promesas.
R. Aleluya, aleluya. En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los profetas. Ahora, en estos tiempos, nos ha hablado por medio de su Hijo. R. Aleluya.
Del nombre del Señor enorgullézcanse y siéntase feliz el que lo busca. Recurran al Señor y a su poder y a su presencia acudan. R. El Señor nunca olvida sus promesas.
EVANGELIO Lectura del santo Evangelio según san Lucas 2, 22-40
PROFESIÓN DE NUESTRA FE
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos;
2
al tercer día, resucitó de entre los muertos, subió a los Cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
T
ranscurrido el �empo de la purificación de María, según la ley de Moisés, ella y José llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley: Todo primogénito varón será consagrado al Señor, y también para ofrecer, como dice la ley, un par de tórtolas o dos pichones. Vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, varón justo y temeroso de Dios, que aguardaba el consuelo de Israel; en él moraba el Espíritu Santo, el cual le había revelado que no moriría sin haber visto antes al Mesías del Señor. Movido por el Espíritu, fue al templo, y cuando José y María entraban con el niño Jesús para cumplir con lo prescrito por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios, diciendo: "Señor, ya puedes dejar morir en paz a tu siervo, según lo que me habías prome�do, porque mis ojos han visto a tu Salvador, al que has preparado para bien de todos los pueblos; luz que alumbra a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel". El padre y la madre del niño estaban admirados de semejantes palabras. Simeón los bendijo, y a María, la madre de Jesús, le anunció: "Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel, como signo que provocará contradicción, para que queden al descubierto los pensamientos de todos los corazones. Y a �, una espada
te atravesará el alma". Había también una profe�sa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana. De joven, había vivido siete años casada y tenía ya ochenta y cuatro años de edad. No se apartaba del templo ni de día ni de noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Ana se acercó en aquel momento, dando gracias a Dios y hablando del niño a todos los que aguardaban la liberación de Israel. Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y fortaleciéndose, se llenaba de sabiduría y la gracia de Dios estaba con él. Palabra del Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN Padre misericordioso, haz que, reanimados con este sacramento celes�al, imitemos constantemente los ejemplos de la Sagrada Familia, para que, superadas las aflicciones de esta vida, consigamos gozar eternamente de su compañía. Por Jesucristo, nuestro Señor.
La beatificación de toda
E
la familia Ulma
l 10 de sep�embre del año pasado, por primera vez en la historia de la Iglesia, el Papa Francisco bea�ficó a una familia entera. Los Ulma eran una familia común con sólidos valores cris�anos. La familia entera fue exterminada por los nazis el 24 de marzo de 1944. Su crimen fue dar refugio en su hogar a ocho judíos perseguidos. Esta valiente decisión los llevó a la muerte, pero también a la san�dad. Se les considera már�res. Al odio y la violencia de la guerra, la familia los venció con el amor evangélico, con su oración. Pidió el Papa Francisco que esta familia polaca, que representó un rayo de luz en las �nieblas de la Segunda Guerra Mundial, sea para nosotros un modelo a imitar en el celo por el bien y en el servicio a los más necesitados.
La madre, Vi�oria Ulma, estaba embarazada de su sép�mo hijo, dio a luz en medio del mar�rio. Al ser bea�ficado ese bebé, brinda esperanza a las madres que han perdido a un hijo: Saber que hay un bebé beato en el Cielo.
3
La alegría de ser una familia
“S
er hogares luminosos y alegres”, invitaba san Josemaría de Balaguer a los matrimonios. Se trata de una alegría, dice el papa Francisco, que proviene del hecho de ser familia, de ser percibida como un regalo, y sen�rnos agradecidos: “La alegría de ser una familia no significa que todo vaya bien, que no haya problemas… Todos sabemos que la vida familiar se compone de momentos felices y otros dolorosos, de periodos más serenos y otros más di�ciles”, dijo el papa Francisco.
Se trata de que todos, padres, hijos, abuelos, �os… intenten día a día salir adelante, con un es�lo de sencillez y servicio. Agradecer en primer lugar a Dios, y luego a nuestros antepasados; pero también por tener hijos y nietos. Indicó el papa Francisco que la “familia está llamada a ser un factor de fraternidad y amistad social, arraigada en un territorio y al mismo �empo abierta al mundo”. Aconseja dedicar un �empo a la oración, al diálogo entre los cónyuges y con sus hijos, y a la vida comunitaria en la Iglesia.
Director Responsable y administración: Sr. Cango. Luis Enrique Silva Álvarez • Redacción: Pbro. Juan Javier Padilla • Alcalde 294, Guad., Jal. Tel. 3343875300 • Consulta la Hoja Parroquial: www.arquidiocesisgdl.org.mx/publicaciones/hojaparroquial Diseño e Impresión: Centro Católico de Comunicaciones. Tels. 3002-6470 • 3002-6471 Los anuncios que se muestran en La Hojita Parroquial son responsabilidad, única y exclusivamente, del solicitante. No nos hacemos responsables de los servicios que se publicitan.
Bole�n semanal de la Arquidiócesis de Guadalajara, A.R. Tiraje de 80,000. $60.00 ciento
4