N.º 00 • V DOMINGO ORDINARIO, Ciclo A
5 de Febrero de 2023
N.º 00 • V DOMINGO ORDINARIO, Ciclo A
5 de Febrero de 2023
En este domingo del Tiempo Ordinario, �empo de discipulado, el Evangelio de la Misa nos presenta al Maestro que, instruyendo a sus discípulos, nos invita a ser sal que da buen sabor y luz que ilumina. Imágenes tomadas de la vida co�diana con que enseña la importancia de que los cris�anos llevemos un es�lo vida que sirva para mejorar el entorno que nos rodea, como la sal que mejora el sabor de los alimentos, y para ofrecer a los demás esa luz, nuestra fe en Cristo, que les ayude a salir de las �nieblas y sombras que dominan este mundo.
Profundizando en la expresión “sal de la �erra”, recordemos que en el ambiente judío se le reconocían a la sal varias propiedades: dar sabor y gusto a la comida, librar a la carne y pescados de la corrupción e, incluso, �ene un valor purificador cuando es mezclada en el agua. De modo que, cuando Jesús nos pide ser sal de la �erra, nos está pidiendo que con nuestras buenas acciones y obras de caridad vayamos eliminando lo insípido de la vida egoísta y ru�naria; que con nuestra vivencia de los valores del Reino vayamos borrando la corrupción del mundo que nos rodea donde la injus�cia, la violencia, la deshones�dad y demás an�valores van pudriendo el corazón de los hombres hasta llevarlos a una verdadera muerte espiritual; que con nuestro evangélico modo de proceder vayamos purificando al mundo de tanta maldad y pecado.
Por su parte, la expresión “luz del mundo” trae a nuestra mente un elemento que Cristo predica de sí cuando dice: «Yo soy la luz del mundo» (Jn 5,12). Si Jesús nos está pidiendo ahora ser “luz del mundo” cuando Él mismo es la “Luz del mundo” quiere decir que no está pidiendo ser imágenes
suyas, ser prolongación de su persona, ser presencia suya en este mundo. De hecho, esa es la iden�dad bau�smal del cris�ano: ser otro Cristo. Entonces, no podemos pensar que profesar la fe cris�ana consista solo en el elemento cultual limitando nuestra prác�ca religiosa a lo ritual –lo implica, pero no es todo–. Como cris�anos debemos comprometernos para asumir la voluntad de nuestro Padre, seguir el camino que nos muestra el Maestro y, conducidos por su Espíritu, perseverar en la caridad para con todos. Solo así seremos luz de verdad.
Te rogamos, Señor, que guardes con incesante amor a tu familia santa, que tiene puesto su apoyo sólo en tu gracia, para que halle siempre en tu protección su fortaleza. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
1Lectura del libro del profeta Isaías 58, 7-10
Esto dice el Señor: "Comparte tu pan con el hambriento, abre tu casa al pobre sin techo, viste al desnudo y no des la espalda a tu propio hermano.
Entonces surgirá tu luz como la aurora y cicatrizarán de prisa tus heridas; te abrirá camino la jus�cia y la gloria del Señor cerrará tu marcha.
Entonces clamarás al Señor y él te responderá; lo llamarás, y él te dirá: 'Aquí estoy'.
Cuando renuncies a oprimir a los demás y des�erres de � el gesto amenazador y la palabra ofensiva; cuando compartas tu pan con el hambriento y sacies la necesidad del humillado, brillará tu luz en las �nieblas y tu oscuridad será como el mediodía".
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
del salmo 111, 4-5. 6-7. 8a y 9
R. El justo brilla como una luz en las tinieblas.
Quien es justo, clemente y compasivo, como una luz en las tinieblas brilla. Quienes, compadecidos, prestan y llevan su negocio honradamente jamás se desviarán.
R. El justo brilla como una luz en las tinieblas.
El justo no vacilará; vivirá su recuerdo para siempre. No temerá malas noticias, porque en el Señor vive confiadamente.
R. El justo brilla como una luz en las tinieblas.
Firme está y sin temor su corazón.
Al pobre da limosna, obra siempre conforme a la justicia; su frente se alzará llena de gloria.
R. El justo brilla como una luz en las tinieblas.
2Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios 2, 1-5
Hermanos: Cuando llegué a la ciudad de ustedes para anunciarles el Evangelio, no busqué hacerlo mediante la elocuencia del lenguaje o la sabiduría humana, sino que resolví no hablarles sino de Jesucristo, más aún, de Jesucristo crucificado.
Me presenté ante ustedes débil y temblando de miedo. Cuando les hablé y les prediqué el Evangelio, no quise convencerlos con palabras de hombre sabio; al contrario, los convencí por medio del Espíritu y del poder de Dios, a fin de que la fe de ustedes dependiera del poder de Dios y no de la sabiduría de los hombres. Palabra de Dios.
Jn 8, 12
R. Aleluya, aleluya. Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá la luz de la vida. R. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 13-16
En aquel �empo, Jesús dijo a sus discípulos: "Ustedes son la sal de la �erra. Si la sal se vuelve insípida, ¿con qué se le devolverá el sabor? Ya no sirve para nada y se �ra a la calle para que la pise la gente.
Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad construida en lo alto de un monte; y cuando se enciende una vela, no se esconde debajo
de una olla, sino que se pone sobre un candelero, para que alumbre a todos los de la casa. Que de igual manera brille la luz de ustedes ante los hombres, para que viendo las buenas obras que ustedes hacen, den gloria a su Padre, que está en los cielos". Palabra del Señor.
Señor Dios, que quisiste hacernos par�cipar de un mismo pan y un mismo cáliz, concédenos vivir de tal manera, que, hechos uno en Cristo, demos fruto con alegría para la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Este 5 de febrero, según el calendario litúrgico propio de México, conmemoramos a San Felipe de Jesús, el primer santo y már�r mexicano que fue canonizado (en 1862). Felipe de la Casas nació en Ciudad de México en 1572. Entró en la Orden franciscana donde, al profesar, escogió el nombre de “Felipe de Jesús”. Fue enviado a la ciudad de Manila, pero le permi�eron ordenarse Sacerdote en su patria; sin embargo, una tormenta lanzó el barco hacia las costas del Japón, en donde sufrió el mar�rio junto a los santos Pablo Miki y compañeros (dos misioneros jesuitas, otros cinco franciscanos y diecisiete laicos japoneses, entre ellos tres muchachos de trece años). Todos ellos fueron crucificados el 5 de febrero de 1597. Felipe de Jesús murió repi�endo el nombre de Jesús.
Según sus biógrafos, de niño fue muy inquieto y travieso, a veces rayando en lo malicioso. En este sen�do, una leyenda cuenta que en su casa había una higuera marchita, y que en cierta ocasión su nana, harta de las travesuras del niño, viendo la higuera que tenía años de estar seca, decía que Felipe sería santo cuando esa higuera reverdeciera: «¿Felipillo santo?
Sí, cuando la higuera reverdezca, cuando la higuera reverdezca». Así, el día de la muerte de Felipe, a esa higuera le brotaron retoños y reverdeció.
Un día antes de morir, a la espera de su ejecución, Felipe escribió la siguiente carta: «Nagasaki, Japón, 4 de febrero de 1597. Queridos padres y amigos: La noche pasa rápida. Mañana moriré ejecutado en la cruz, pero no tengo miedo. Mi pensamiento vuela hacia ustedes y a mi Patria querida. Ahora que estoy para recibir el bau�smo de sangre, recuerdo que fui bau�zado en la Catedral de México, y las veces que asis� a Misa en San Francisco de Plateros. Lamento los años que perdí buscando mis ape�tos, egoísta y disipado. Bendito sea Dios que vino en mi ayuda y comprendí que no valía la pena vivir para eso. Quise ser misionero, pero ahora Dios me premia antes del trabajo, concediéndome dar mi vida para probar mi amor. Lamento no haber vuelto a México, aun cuando apenas fuese un día; pero volveré. Estoy cierto de que volveré para decirles a todos, que la verdadera vida por la que vale la pena vivir, es la vida eterna. Paz y Bien. Fray Felipe de Jesús».
¿Felipillo santo? Sí, Cuando la higuera reverdezca
Seguramente ya has escuchado antes algo acerca del Seminario. Probablemente tengas alguna idea de lo que estamos hablando, pero si no, déjame te cuento un poco.
El Seminario es una comunidad educa�va eclesial, integrada por sacerdotes formadores y por adolescentes y jóvenes con indicios de vocación al Sacerdocio. En otras palabras, el Seminario es la casa y escuela de formación donde se preparan quienes han de ser los futuros Sacerdotes de la diócesis.
Esto significa que el señor Cura que a�ende tu parroquia, antes de llegar a ser Sacerdote, tuvo que estudiar y formarse en el Seminario. Si te sirve esta comparación, así como antes del matrimonio es necesario vivir una etapa de noviazgo, podemos afirmar que antes de la ordenación sacerdotal es necesaria la etapa del Seminario.
La comunidad del Seminario está estructurada por una profunda amistad, de modo que puede ser considerada una familia. Es como la con�nuación de la comunidad de los Apóstoles que estuvieron en torno a Jesús.
En el Seminario la Iglesia cumple con el deber de ini-
ciar en el camino de formación a los discípulos de Jesús que son llamados al ministerio sacerdotal. Su fin específico es proporcionar una formación integral, comunitaria y misionera, orientada a la configuración con Cristo, es decir, que el corazón y la vida de quien se forma en el Seminario sea conforme al Señor Jesús. El Seminario Diocesano de Guadalajara cuenta con diversas casas para realizar su función forma�va, de acuerdo al grado en el que se encuentren los seminaristas, según su edad y los estudios que ellos van cursando.
Para ingresar al Seminario es requisito indispensable que el candidato haya llevado previamente un proceso de acompañamiento y discernimiento vocacional, no contar con algún impedimento establecido por la Iglesia y tener una recta intención de ser Sacerdote. Si tú experimentas el llamado al Sacerdocio o conoces a alguien que manifieste inquietud por esta vocación, no dudes en contactarnos, puedes escribirnos a través de nuestras redes sociales:
Facebook.- Seminario Diocesano de Guadalajara Instagram.- @seminario.guadalajara www.semguad.org.mx
Tengo un problema, ¿qué voy a hacer?
¿Me eligieron para ser padrino y no he hecho las pláticas?
Alégrate… la Congregación Mariana y el Santuario del Señor de San José de Gracia tiene una respuesta para ti.
En el marco de la Gran Misión de la Misericordia que impulsamos en nuestra diócesis de Guadalajara, y en las difíciles circunstancias de la pandemia que estamos viviendo, abrimos una puerta más para ti. De preferencia te invitamos a que te acerques a tu comunidad para que recibas tus pláticas de preparación como papá o padrino de algún Sacramento. Si no puedes acudir a tu comunidad, la Congregación Mariana te ofrece las catequesis (pláticas) de preparación todos los días del año.
Pláticas presacramentales: Bautismo, Confirmación, Matrimonios, 1era. Comunión, XV años. Entre semana o fin de semana: previa cita. Tels. 33 12 18 91 98 / 33 36 14 27 46 Santuario Señor San José de Gracia, Alcalde #294, Col. Centro, Guadalajara, Jal. ¡La Línea 3 del Tren Ligero llega hasta aquí!
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