Hoja Parroquial - 10 de Febrero de 2013 - Num. 6

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Parroquial Hoja

N.º 6 • Domingo V Ordinario / Ciclo C

• 10 de Febrero de 2013 • Fundada el 4 de junio de 1930. Registro postal: IM14-0019, impresos depositados por sus editores o agentes. INDA-04-2007-103013575500-106

Arquidiócesis de Guadalajara, A.R.

Desde siempre, Dios busca colaboradores

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a Iglesia es receptora de un don que el Señor le confió: la tarea de anunciar y proclamar el Evangelio; desde el principio, los que Él llamó, «dejándolo todo, lo siguieron»... Estamos en las puertas del tiempo cuaresmal, y este envío tiene una relevancia preponderante, sobre todo en este Año de la Fe. Las imágenes de la vocación de los primeros discípulos, sorprenden por el riesgo que Dios corre al llamar a su servicio a gente común y corriente; Pedro lo expresa de manera contundente, cuando después de la pesca milagrosa le dice a Jesús: «Aléjate de mí, que soy un pecador». Jesús da una muestra de confianza al escoger seres humanos frágiles, y enviarlos a predicar su Reino. Dios siempre ha tenido predilección por los sencillos, los llama a tareas importantes. El enviado se siente indigno El momento en que Isaías percibe que Dios lo mira con predilección, siente en lo profundo de su ser una emoción singular ante la visión de Dios, pero también una indignidad natural porque

aquello está más allá de su comprensión. Es consciente de su indecencia y se siente abrumado por esa visión. La brasa encendida que lo toca en los labios, le hace experimentar su purificación; Dios lo libera de su pecado, es entonces cuando Isaías acepta la tarea que Él le ofrece, y sólo atina a decir: «Aquí estoy, envíame». Pasando de la angustia del pecado a la seguridad de estar autorizado para hacer de profeta, responde de inmediato, manifestando así su disponibilidad y pertenencia absoluta a la voluntad del Señor. «Por la gracia de Dios, soy lo que soy» La tarea que ha recibido Pablo para predicar el Reino de Jesús, no termina con él; lo comunica enfáticamente en la carta a los Corintios que hoy leemos: «...porque les transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí». Esta es la historia de la Iglesia, un relevo de envíos que no termina, sino que se tiene

que apresurar y diversificar porque los tiempos lo requieren. En la narración de la pesca milagrosa, antes de que Jesús elija a Pedro para darle una tarea, pasan cosas interesantes: Pedro, el experto en la pesca, pudo haber dicho que no era ni la hora ni el lugar para pescar, y todo hubiera quedado ahí. Pero dice: «Hemos pasado toda la noche bregando»; reconoce su fracaso y desilusión: «No hemos cogido nada», pero en nombre de Jesús echa las redes. Y ya conocemos el final feliz: ¡una pesca maravillosa! Cuando Jesús le pide a Pedro que “reme mar adentro”, lo está invitando a una tarea que va más allá de las pescas habituales: le pide ir a un horizonte mucho más amplio. Y Pedro cree en la palabra de Jesús. Así ha sido a lo largo de la historia la invitación a predicar y a ser apóstoles: de personas frágiles, Dios hace cosas grandes.

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ORACIÓN COLECTA

Señor, que tu amor incansable cuide y proteja siempre a estos hijos tuyos, que han puesto en tu gracia toda su esperanza. Por nuestro Señor Jesucristo.

SALMO RESPONSORIAL

Sal 137, l-2a. 2bc-3. 4-5. 7c-8 R. Cuando te invocamos, Señor, nos escuchaste. De todo corazón te damos gracias, Señor, porque escuchaste nuestros ruegos. Te cantaremos delante de tus ángeles, te adoraremos en tu templo. R. Cuando te invocamos, Señor, nos escuchaste. Señor, te damos gracias por tu lealtad y por tu amor: siempre que te invocamos nos oíste y nos llenaste de valor. R. Cuando te invocamos, Señor, nos escuchaste. Que todos los reyes de la tierra te reconozcan, al escuchar tus prodigios. Que alaben tus caminos, porque tu gloria es inmensa. R. Cuando te invocamos, Señor, nos escuchaste. Tu mano, Señor, nos pondrá a salvo, y así concluirás en nosotros tu obra. Señor, tu amor perdura eternamente; obra tuya soy, no me abandones. R. Cuando te invocamos, Señor, nos escuchaste.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 4, 19

R. Aleluya, aleluya. Síganme –dice el Señor– y yo los haré pescadores de hombres. R. Aleluya, aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, Tú que has querido hacernos participar de un mismo pan y de un mismo cáliz, concédenos vivir de tal manera unidos en Cristo, que nuestro trabajo sea eficaz para la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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Lectura del libro del profeta Isaías 6, 1-2. 3-8

El año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor, sentado sobre un trono muy alto y magnífico. La orla de su manto llenaba el templo. Había dos serafines junto a Él, con seis alas cada uno, que se gritaban el uno al otro: “Santo, santo, santo es el Señor, Dios de los ejércitos; su gloria llena toda la tierra”. Temblaban las puertas al clamor de su voz y el templo se llenaba de humo. Entonces exclamé: “¡Ay de mí!, estoy perdido, porque soy un hombre de labios impuros, que habito en medio de un pueblo de labios impuros, porque he visto con mis ojos al Rey y Señor de los ejércitos”. Después voló hacia mí uno de los serafines. Llevaba en la mano una brasa, que había tomado del altar con unas tenazas. Con la brasa me tocó la boca, diciéndome: “Mira: Esto ha tocado tus labios. Tu iniquidad ha sido quitada y tus pecados están perdonados”. Escuché entonces la voz del Señor que decía: “¿A quién enviaré? ¿Quién irá de parte mía?”. Yo le respondí: “Aquí estoy, Señor, envíame”. Palabra de Dios.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios 15, 1-11

Hermanos: Les recuerdo el Evangelio que yo les prediqué y que ustedes aceptaron y en el cual están firmes. Este Evangelio los salvará, si lo cumplen tal y como yo lo prediqué. De otro modo, habrán creído en vano. Les transmití, ante todo, lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, como dicen las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según estaba escrito; que se le apareció a Pedro y luego a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos reunidos, la mayoría de los cuales vive aún y otros ya murieron. Más tarde se le apareció a Santiago y luego a todos los apóstoles. Finalmente, se me apareció también a mí, que soy como un aborto. Porque yo perseguí a la Iglesia de Dios y por eso soy el último de los apóstoles e indigno de llamarme apóstol. Sin embargo, por la gracia de Dios, soy lo que soy, y su gracia no ha sido estéril en mí; al contrario, he trabajado más que todos ellos, aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios, que está conmigo. De cualquier manera, sea yo, sean ellos, esto es lo que nosotros predicamos y esto mismo lo que ustedes han creído. Palabra de Dios.

EVANGELIO Lectura del santo Evangelio según san Lucas 5, 1-11

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n aquel tiempo, Jesús estaba a orillas del lago de Genesaret y la gente se agolpaba en torno suyo para oír la palabra de Dios. Jesús vio dos barcas que estaban junto a la orilla. Los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió Jesús a una de las barcas, la de Simón, le pidió que la alejara un poco de tierra, y sentado en la barca, enseñaba a la multitud. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: “Lleva la barca mar adentro y echen sus redes para pescar”. Simón replicó: “Maestro, hemos trabajado toda la noche y no hemos pescado nada; pero, confiado en tu palabra, echaré las redes”. Así lo hizo y cogieron tal cantidad de pescados, que las redes se rompían. Entonces hicieron señas a sus compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a ayudarlos. Vinieron ellos y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús y le dijo: “¡Apártate de mí, Señor, porque soy un pecador!”. Porque tanto él como sus compañeros estaban llenos de asombro al ver la pesca que habían conseguido. Lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Entonces Jesús le dijo a Simón: “No temas; desde ahora serás pescador de hombres”. Luego llevaron las barcas a tierra, y dejándolo todo, lo siguieron. Palabra del Señor.


En este Año de la Fe, aprendamos de memoria el Credo y recitémoslo como oración todos los días

Credo

Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por Quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación, bajó del Cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras; y subió al Cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su Reino no tendrá fin.

Miércoles de Ceniza: inicia la Cuaresma

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l próximo Miércoles 13 de febrero es Miércoles de Ceniza. La imposición de la ceniza nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentra en el Cielo. La Cuaresma comienza con el Miércoles de Ceniza y es un tiempo de oración, penitencia y ayuno. Cuarenta días que la Iglesia marca para la conversión del corazón. Las palabras que se usan para la imposición de ceniza, son: • “Concédenos, Señor, el perdón, y haznos pasar del pecado a la gracia y de la muerte a la vida”. • “Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás". • “Arrepiéntete y cree en el Evangelio”. La imposición de ceniza es una costumbre que nos recuerda que algún día vamos a morir y que nuestro cuerpo se va a convertir en polvo. Nos enseña que todo lo material que tengamos aquí se acaba. En cambio, todo el bien

que tengamos en nuestra alma nos lo vamos a llevar a la eternidad. Al final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello que hayamos hecho por Dios y por nuestros hermanos, los hombres. Cuando el sacerdote nos pone la ceniza, debemos tener una actitud de querer mejorar, de querer tener amistad con Dios. La ceniza se le impone tanto a los niños como a los adultos. El ayuno y la abstinencia El Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo son días de ayuno y abstinencia. La abstinencia obliga a partir de los 14 años y el ayuno de los 18 hasta los 59 años. El ayuno consiste hacer una sola comida fuerte al día y la abstinencia es no comer carne. Este es un modo de pedirle perdón a Dios por haberlo ofendido, y decirle que queremos cambiar de vida para agradarlo siempre. La oración La oración en este tiempo es importante, ya que nos ayuda a estar más cerca de Dios para poder cambiar lo

Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo; que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

Gloria a Dios en el Cielo, y en la Tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos; te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial,

Continúa en la página 4

Gloria

Dios Padre todopoderoso. Señor Hijo único, Jesucristo, Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre. Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;

Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo Tú eres santo, sólo Tú, Señor, sólo Tú, Altísimo Jesucristo, con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre. Amén.

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Viene de la página 3

que necesitemos cambiar de nuestro interior. Necesitamos convertirnos, abandonando el pecado que nos aleja de Dios. Cambiar nuestra forma de vivir para que sea Dios el centro de nuestra vida. Sólo en la oración encontraremos el amor de Dios, y la dulce y amorosa exigencia de su voluntad. El sacrificio Al hacer sacrificios (cuyo significado es “hacer sagradas las cosas”), debemos hacerlos con alegría, ya que es por amor a Dios. Si no lo hacemos así, causaremos lástima y compasión, y perderemos la recompensa de la felicidad eterna. Dios es el que ve nuestro sacrificio desde el Cielo, y es Quien nos va a recompensar. «Cuando ayunéis, no aparezcáis tristes, como los hipócritas que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo, ya recibieron su recompensa. Tú cuando ayunes, úngete la cabeza y lava tu cara para que no vean los hombres que ayunas, sino tu Padre, que está en lo secreto: y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará» (Mt 6,6).

Jubileo Circular 11, 12 y 13: Lunes, Martes y Miércoles Ntra. Sra. de San Juan de Los Lagos, Tetlán Santos Mártires Mexicanos, Sta. Ana Tepetitlán Ntra. Sra. del Rosario, El Molino Ntra. Sra. de La Paz, Tonalá Santo Toribio Romo, Toluquilla Santa Anita, Condominio Pablo de Tarso

14, 15 y 16: Jueves, Viernes y Sábado Dulce Nombre de Jesús La Madre de Dios, Providencia Familia de Nazaret La Guadalupana, Jardines de Nuevo México Sagrado Corazón, Zapopan Ntra. Sra. del Rosario, Totatiche San Luis Obispo, San Luis Soyatlán Ntra. Sra. de la Asunción, El Capulín

Director Responsable: Pbro. Adalberto González González Consulta la Hoja Parroquial: Redacción: Pbro. Alberto Ávila / Pbro. Juan Javier Padilla www.arquidiocesisgdl.org.mx/publicaciones/hojaparroquial Liceo 17, Guadalajara, Jal. Tel.: 3942-4305 Diseño e Impresión: Centro Católico de Comunicaciones. Administración: Pbro. Rubén Darío Rivera • Alcalde 294, Guad., Jal. Tel. 3614-2746 Tels. 3002-6470 • 3002-6471

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Boletín semanal de la Arquidiócesis de Guadalajara, A.R. Tiraje de 200,000 a 300,000. $40.00 ciento


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