Hoja parroquial Arquidiócesis de Guadalajara, A.R.
N.º 42 • XXVIII Domingo Ordinario, Ciclo B • 14 de Octubre de 2012
Fundada el 4 de junio de 1930. Registro postal: IM14-0019, impresos depositados por sus editores o agentes. INDA-04-2007-103013575500-106
El dinero que
"no es nuestro"
A
l escuchar, este Domingo, el pasaje evangélico del joven rico, nos viene a la memoria la doctrina cristiana que sobre el dinero predicaron con fuerza teólogos y predicadores como San Ambrosio de Tréveris, San Agustín de Hipona o San Bernardo de Claraval. Una pregunta aparece constantemente en sus labios: si todos somos hermanos y la tierra es un regalo de Dios a toda la humanidad, ¿con qué derecho podemos seguir acaparando lo que no necesitamos, si con ello estamos privando a otros de lo que necesitan para vivir? ¿No hay que afirmar más bien que lo que le sobra al rico pertenece al pobre? No hemos de olvidar que poseer algo, siempre significa excluir de aquello a los demás. Con la “propiedad privada” estamos siempre “privando” a otros de aquello que nosotros disfrutamos. Por eso, cuando damos algo nuestro a los pobres, tal vez estamos, en realidad, restituyendo lo que no nos corresponde totalmente. Escuchemos estas palabras de San Ambrosio: «No le das al pobre de lo tuyo, sino que le devuelves lo suyo. Pues lo que
es común, es de todos, no sólo de los ricos... Pagas, pues, una deuda; no das gratuitamente lo que no debes». Esto puede parecer idealismo ingenuo e inútil. Las leyes protegen de manera inflexible la propiedad privada de los grandes potentados, aunque dentro de la sociedad haya pobres que viven en la miseria. San Bernardo reaccionaba así, en su tiempo: «Continuamente se citan leyes en nuestros palacios; pero son leyes de Justiniano, no del Señor». No nos ha de extrañar que Jesús, al encontrarse con un hombre rico
que ha cumplido desde niño todos los mandamientos, le diga que todavía le falta una cosa para adoptar una postura auténtica de seguimiento a Él: dejar de acaparar y comenzar a compartir lo que tiene con los necesitados. El rico se alejó de Jesús lleno de tristeza... El dinero lo ha empobrecido, le ha quitado libertad y generosidad. Esa riqueza monetaria le impide escuchar la llamada de Dios a una vida más plena y más humana. «Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el Reino de Dios».
1
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 129, 3-4
Si conservaras el recuerdo de nuestras faltas, ¿quién habría, Señor, que se salvara? Pero Tú, Dios de Israel, eres Dios de perdón.
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 89, 12-13. 14-15. 16-17
R. Sácianos, Señor, de tu misericordia. Enséñanos a ver lo que es la vida, y seremos sensatos. ¿Hasta cuándo, Señor, vas a tener compasión de tus siervos? ¿Hasta cuándo? R. Sácianos, Señor, de tu misericordia. Llénanos de tu amor por la mañana y júbilo será la vida toda. Alégranos ahora por los días, y los años de males y congojas. R. Sácianos, Señor, de tu misericordia. Haz, Señor, que tus siervos y sus hijos puedan mirar tus obras y tu gloria. Que el Señor bondadoso nos ayude y dé prosperidad a nuestras obras. R. Sácianos, Señor, de tu misericordia.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 5, 3
R. Aleluya, aleluya. Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. R. Aleluya, aleluya.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 33, 11
Los que buscan riquezas, sufren pobreza y hambre; los que buscan al Señor, no carecen de nada.
2
Lectura del libro de la Sabiduría 7, 7-11
Supliqué y se me concedió la prudencia; invoqué y vino sobre mí el espíritu de sabiduría. La preferí a los cetros y a los tronos, y en comparación con ella tuve en nada la riqueza. No se puede comparar con la piedra más preciosa, porque todo el oro, junto a ella, es un poco de arena, y la plata es como lodo en su presencia. La tuve en más que la salud y la belleza; la preferí a la luz, porque su resplandor nunca se apaga. Todos los bienes me vinieron con ella; sus manos me trajeron riquezas incontables. Palabra de Dios.
Lectura de la carta a los hebreos 4, 12-13
Hermanos: La palabra de Dios es viva, eficaz y más penetrante que una espada de dos filos. Llega hasta lo más íntimo del alma, hasta la médula de los huesos, y descubre los pensamientos e intenciones del corazón. Toda creatura es transparente para ella. Todo queda al desnudo y al descubierto ante los ojos de Aquél a quien debemos rendir cuentas. Palabra de Dios.
EVANGELIO Lectura del santo Evangelio según san Marcos 10, 17-30
E
n aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó corriendo un hombre, se arrodilló ante Él y le preguntó: “Maestro bueno, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?”. Jesús le contestó: “¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, no cometerás fraudes, honrarás a tu padre y a tu madre”. Entonces él le contestó: “Maestro, todo eso lo he cumplido desde muy joven”. Jesús lo miró con amor y le dijo: “Sólo una cosa te falta: Ve y vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y así tendrás un tesoro en los Cielos. Después, ven y sígueme”. Pero al oír estas palabras, el hombre se entristeció y se fue apesadumbrado, porque tenía muchos bienes. Jesús, mirando a su alrededor, dijo entonces a sus discípulos: “¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el Reino de Dios!”. Los discípulos quedaron sorprendidos ante estas palabras; pero Jesús insistió: “Hijitos, ¡qué difícil es para los que confían en las riquezas, entrar en el Reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el Reino de Dios”. Ellos se asombraron todavía más y comentaban entre sí: “Entonces, ¿quién puede salvarse?”. Jesús, mirándolos fijamente, les dijo: “Es imposible para los hombres, mas no para Dios. Para Dios todo es posible”. Entonces Pedro le dijo a Jesús: “Señor, ya ves que nosotros lo hemos dejado todo para seguirte”. Jesús le respondió: “Yo les aseguro: Nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, dejará de recibir, en esta vida, el ciento por uno en casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras, junto con persecuciones, y en el otro mundo, la vida eterna”. Palabra del Señor.
Año de la Fe
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación, bajó del Cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al Cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su Reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
C
Gloria a Dios en el Cielo, y en la Tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos; te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial,
E
EL CREDO
l Credo es un breve compendio de las creencias fundamentales que todo cristiano, en toda época y lugar, cree. Básicamente, se trata de un esfuerzo realizado por la Iglesia de Cristo, en sus primeros tiempos, para unificar criterios debido a la preocupación existente, sobre todo durante el siglo III, de que creencias provenientes de tradiciones orales, sin fundamento en la ortodoxia, estaban permeando la naciente fe cristiana. Durante los Concilios ecuménicos de Nicea, en el año 325, y Constantinopla, celebrado en el 381, se enuncia el llamado Credo de los Apóstoles, ya que se considera como el compendio más fiel con respecto a las enseñanzas de los apóstoles. Hay una versión extendida, unión de los Credos anteriores, por lo cual es llamado Credo de Nicea-Constantinopla (que es el que todos rezamos en Misa).
El actual Catecismo de la Iglesia Católica afirma, en los números:
sia, puede ser considerado como superado e inútil. Nos ayuda a captar y profundizar, hoy, la fe de siempre a través de los diversos resúmenes que de ella se han hecho. Entre todos los símbolos de la fe, dos ocupan un lugar muy particular en la vida de la Iglesia: 194. El Símbolo de los Apóstoles, llamado así porque es considerado con justicia como el resumen fiel de la fe de los apóstoles. Es el antiguo símbolo bautismal de la Iglesia de Roma. Su gran autoridad le viene de este hecho: «Es el símbolo que guarda la Iglesia romana, la que fue sede de Pedro, el primero de los apóstoles, y a la cual él llevó la doctrina común» (San Ambrosio, symb. 7). 195. El Símbolo Nicea-Constantinopla debe su gran autoridad al hecho de que es fruto de los dos primeros Concilios ecuménicos (325 y 381). Sigue siendo, todavía hoy, el símbolo común a todas las grandes Iglesias de Oriente y Occidente.
192. A lo largo de los siglos, en respuesta a las necesidades de diferentes épocas, han sido numerosas las profesiones o símbolos de la fe: los símbolos de las diferentes iglesias apostólicas y antiguas: el Símbolo «Quicumque», llamado de San Atanasio, las profesiones de fe de ciertos Concilios: Toledo, Letrán, Lyon, Trento; o de ciertos Papas, como la «fides Damasi» o el «Credo del Pueblo de Dios» de Pablo VI (1968). 193. Ninguno de los símbolos de las diferentes etapas de la vida de la Igle-
Dios Padre todopoderoso. Señor Hijo único, Jesucristo, Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre. Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;
Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros, porque sólo Tú eres santo, sólo Tú, Señor, sólo Tú, Altísimo Jesucristo, con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre.
Amén. 3
Domingo Mundial de las Misiones
La Fe, un Don para compartir
E
l próximo Domingo 21 de Octubre celebraremos el DOMUND (Domingo Mundial de las Misiones), con el lema: “La Fe, un Don para compartir”. El Papa Benedicto XVI recuerda que la fe se debe y puede compartir, "misión que sólo podemos realizar si lo hacemos a semejanza de las primeras comunidades, teniendo un encuentro personal con Cristo...".
La celebración del DOMUND tiene 5 grandes objetivos: • Oración ferviente al Señor para acelerar su reinado en el mundo. • Hacer comprender a todos los fieles el formidable problema misionero. • Estimular el fervor misionero de los sacerdotes y de los fieles. • Dar a conocer mejor la Obra de la Propagación de la Fe. • Solicitar la ayuda económica en favor de las Misiones.
JUBILEO CIRCULAR 15, 16 y 17: Lunes, Martes y Miércoles
San Ildefonso Jesús María San Francisco Javier de las Colinas Basílica de Ntra. Sra. de Zapopan San Juan Apóstol y Evangelista El Crucero de Santa María Ntra. Sra. Reina del Palomar El Señor de la Salud, La Estanzuela 18, 19 y 20: Jueves, Viernes y Sábado
San Antonio de Padua, Tesistán El Padre Nuestro, Las Juntitas La Divina Providencia, Tonalá Ntra. Sra. de Guadalupe, Chapalita San José Obrero, San Marcos San José Obrero, GVSA Cristo Rey, Estipac San José, Ameca El Fortín San Francisco de Asís, Loma Dorada
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