Parroquial Hoja
N.º 49 • Domingo I
de
A dviento / C iclo C
• 2 de Diciembre de 2012 • Fundada el 4 de junio de 1930. Registro postal: IM14-0019, impresos depositados por sus editores o agentes. INDA-04-2007-103013575500-106
Arquidiócesis de Guadalajara, A.R.
"Señor-nuestra-justicia"
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odo final tiene un principio. Parece una afirmación obvia. Pero hablar de esto en la vida cristiana tiene un sentido muy particular. Se trata de prevenciones cuando podemos, antes de que todo termine... Hacer caso al amor, a la fe, a la esperanza, a las virtudes. Pensar que las cosas están empeorando no es una virtud, es la ausencia de ella. Y por supuesto que... ¡esperamos que las cosas mejoren! Pensar que “todo está empeorando” es la cosa más sencilla del mundo. Es dejar avanzar el pensamiento hacia el conformismo, a la derrota... y esto es, en sí mismo, un pecado. Es desconfiar de Dios y también de nosotros mismos. Estamos iniciando el tiempo de Adviento. Queremos escudriñar “cómo viene lo que viene”. El Adviento es
–sobre todo– esperanza, alejar de nuestra mente y corazón la convicción que presumen los que no creen: “¿Para qué rezar si todo sigue igual o peor?”. El ambiente litúrgico nos invita a rehacer nuestras virtudes para que Dios pueda llegar. La Navidad no llegará al corazón si no lo abrimos personalmente a Dios. Con Dios, todo puede mejorar Cuando había tiempos difíciles, en el pueblo de Yahvé –en Israel–, el pueblo se alimentaba de la esperanza que les traían los profetas –anuncios de parte de Dios para empezar una nueva época– para confiar totalmente en Quien podía darle un giro diferente a la historia. Los signos mesiánicos de parte de Dios, empezaban por cambiar el nombre para que la gente confiara en que todo podía ser dife-
rente. Jeremías ha anunciado que «en aquellos días se salvará Judá, y en Jerusalén vivirán tranquilos, y la llamarán así: Señor-nuestra-justicia». El anuncio que nos alegra en estos días es la llegada del Señor: viene Navidad, Dios llega. Pero primero hay que ingresar al tiempo del Adviento, que es purificación; hacer los preparativos personales, familiares y sociales para que «se presenten santos e irreprensibles ante Dios, nuestro Padre»: la primera Carta a los Tesalonicenses de San Pablo nos lo está advirtiendo para que no haya engaño. Se acerca la liberación ¡El mundo tiene muchas cadenas y no somos plenamente conscientes! Nos abruma todo tipo de preocupaciones y abandonamos una: revisar nuestro proceder y el entorno familiar. Aquí está la estrategia inicial para mejorar. No dejemos que el confort nos aturda y que un puño de cosas engañen nuestro corazón. Hoy, dice Lucas en el Evangelio que si confiamos en Dios y ponemos algo de nuestra parte, el mundo cambiará: «Tengan cuidado: que no se les embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se les eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra». Adviento es prepararnos con oraciones y obras de caridad. Es bueno, para empezar bien, rezar con el Salmo de este domingo: «A ti, Señor, levanto mi alma. Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus mandamientos...».
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ORACIÓN COLECTA
Señor, despierta en nosotros el deseo de prepararnos a la venida de Cristo con la práctica de las obras de misericordia para que, puestos a su derecha el día del juicio, podamos entrar al Reino de los Cielos. Por nuestro Señor Jesucristo.
SALMO RESPONSORIAL
del Salmo 24, 4bc-5ab. 8-9. 10 y 14 R. Descúbrenos, Señor, tus caminos. Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvador, y tenemos en ti nuestra esperanza. R. Descúbrenos, Señor, tus caminos. Porque el Señor es recto y bondadoso, indica a los pecadores el sendero, guía por la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus caminos. R. Descúbrenos, Señor, tus caminos. Con quien guarda su alianza y sus mandatos, el Señor es leal y bondadoso. El Señor se descubre a quien lo teme y le enseña el sentido de su alianza. R. Descúbrenos, Señor, tus caminos.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 84, 8
R. Aleluya, aleluya. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación. R. Aleluya, aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por nuestra participación en esta Eucaristía, enséñanos, Señor, a no poner nuestro corazón en las cosas pasajeras, sino en los bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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Lectura del libro del profeta Jeremías 33, 14-16 “Se acercan los días, dice el Señor, en que cumpliré la promesa que hice a la casa de Israel y a la casa de Judá. En aquellos días y en aquella hora, yo haré nacer del tronco de David un vástago santo, que ejercerá la justicia y el derecho en la tierra. Entonces Judá estará a salvo, Jerusalén estará segura y la llamarán ‘el Señor es nuestra justicia’ ”. Palabra de Dios. Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses 3, 12-4, 2 Hermanos: Que el Señor los llene y los haga rebosar de un amor mutuo y hacia todos los demás, como el que yo les tengo a ustedes, para que Él conserve sus corazones irreprochables en la santidad ante Dios, nuestro Padre, hasta el día en que venga nuestro Señor Jesús, en compañía de todos sus santos. Por lo demás, hermanos, les rogamos y los exhortamos en el nombre del Señor Jesús a que vivan como conviene, para agradar a Dios, según aprendieron de nosotros, a fin de que sigan ustedes progresando. Ya conocen, en efecto, las instrucciones que les hemos dado de parte del Señor Jesús. Palabra de Dios. EVANGELIO Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 25-28. 34-36
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n aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Habrá señales prodigiosas en el sol, en la luna y en las estrellas. En la tierra, las naciones se llenarán de angustia y de miedo por el estruendo de las olas del mar; la gente se morirá de terror y de angustiosa espera por las cosas que vendrán sobre el mundo, pues hasta las estrellas se bambolearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube, con gran poder y majestad. Cuando estas cosas comiencen a suceder, pongan atención y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación. Estén alertas, para que los vicios, con el libertinaje, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida no entorpezcan su mente y aquel día los sorprenda desprevenidos; porque caerá de repente como una trampa sobre todos los habitantes de la tierra. Velen, pues, y hagan oración continuamente, para que puedan escapar de todo lo que ha de suceder, y comparecer seguros ante el Hijo del hombre”. Palabra del Señor.
En este Año de la Fe, aprendamos de memoria el Credo y recitémoslo como oración todos los días
Credo
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por Quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación, bajó del Cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras; y subió al Cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su Reino no tendrá fin.
Año de la Fe Se concede Indulgencia Plenaria
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l Papa Benedicto XVI ha decidido conceder a los fieles la Indulgencia Plenaria con motivo del Año de la Fe: se podrá obtener desde el día de su inicio, 11 de octubre de 2012, hasta el día de su clausura, el 24 de noviembre de 2013. Se podrá obtener en cualquiera de los siguientes cuatro casos: 1. Cada vez que participen en tres momentos de predicación durante las Sagradas Misiones o, al menos, en tres lecciones sobre los Actos del Concilio Vaticano II y sobre los artículos del Catecismo de la Iglesia en cualquier parroquia o lugar idóneo. 2. Cada vez que visiten en peregrinación una Basílica papal, una catacumba cristiana o un lugar sagrado designado por el Ordinario del lugar para el Año de la Fe (por ejemplo: Basílicas menores, Santuarios marianos o de los apóstoles y patronos), y participen en una ceremonia sacra o, al menos, se recojan durante un tiempo en meditación y concluyan con el rezo del Padre Nuestro, la Profesión de fe en cualquier forma legítima (el Credo), las invocaciones a la Virgen María y, según el caso, a los santos apóstoles o patronos. 3. Cada vez que, en los días determinados por el Ordinario (Obispo) del lugar para el Año de la Fe, participen en cualquier espacio sagrado en una solemne Celebración Eucarística o en la Liturgia de las Horas, añadiendo la Profesión de fe en cualquier forma legítima. Continúa en la página 4
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo; que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
Gloria a Dios en el Cielo, y en la Tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos; te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial,
Gloria
Dios Padre todopoderoso. Señor Hijo único, Jesucristo, Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre. Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;
Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo Tú eres santo, sólo Tú, Señor, sólo Tú, Altísimo Jesucristo, con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre. Amén.
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Viene de la página 3
4. Un día, elegido libremente, durante el Año de la Fe, para visitar el baptisterio o cualquier otro lugar donde recibieron el sacramento del Bautismo, si renuevan las promesas bautismales de cualquier forma legítima. El documento concluye recordando que los fieles que "por enfermedad o justa causa" no puedan salir de casa o del lugar donde se encuentren, también podrán obtener la Indulgencia Plenaria. Para ello, deberán estar "unidos con el espíritu y el pensamiento a los fieles presentes, particularmente cuando las palabras del Sumo Pontífice o de los obispos diocesanos se transmitan por radio o televisión, y recen, allí donde se encuentren, el Padre Nuestro, la Profesión de fe en cualquier forma legítima y otras oraciones conformes a la finalidad del Año de la Fe, ofreciendo sus sufrimientos o los problemas de su vida".
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Jubileo Circular 3, 4 y 5: Lunes, Martes y Miércoles La Purísima Concepción Madre Santísima de la Luz Sta. Teresita del Niño Jesús La Divina Providencia, Toluquilla Ntra. Sra. de los Dolores, Polanco Los Santos Reyes, Cajititlán Ntra. Sra. del Carmen, Chapala El Espíritu Santo
6, 7 y 8: Jueves, Viernes y Sábado Santa Cruz del Valle San Martín de Porres, Col. Cinco de Mayo Los Doce Apóstoles San Sebastianito Madre Admirable, El Salto San José, Milpillas de Allende Jesucristo Rey del universo, Crucero de la Mesa
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