Tlaloque nº04

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TLÁLOC ¿QUÉ? Boletín del Seminario El Emblema de Tláloc en Mesoamérica

Año 1

N°4

Octubre-Diciembre


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CONTENIDO

Presentación p. 6 Manifestaciones totémicas en Teotihuacan y su conexión con el culto a la lluvia, la tierra y la guerra p. 8 Alfonso A. Garduño Arzave. Relación entre Tlaloc B y Tezcatlipoca en la iconografía del centro de México p.19 Nadia Giral Sancho Los rostros de Tláloc en Mesoamérica p. 32

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO José Narro Robles

Las opiniones expresadas en Tláloc ¿Qué? Boletín del

Rector

Seminario El Emblema de Tláloc en Mesoamérica son responsabilidad exclusiva de sus autores.

Estela Morales Campos

Tláloc ¿Qué? Boletín del Seminario El Emblema de Tla-

Coordinadora de Humanidades

loc en Mesoamérica es una publicación trimestral del Proyecto El Emblema de Tláloc en Mesoamérica, del

Renato González Mello

Instituto de Investigaciones Estéticas de La Universidad

Director del Instituto de Investigaciones Estéticas

Nacional Autónoma de México, Circuito Mario de la Cueva s/n, Ciudad Universitaria, C.P. 04510, México D.F. Tel. 5622-7547 Fax. 5665-4740.

María Elena Ruiz Gallut Titular del proyecto Editores María Elena Ruiz Gallut América Malbrán Porto Enrique Méndez Torres

Certificado de reserva de derecho al uso exclusivo Diseño editorial

del título, Dirección General de Derechos de Autor,

América Malbrán Porto

Secretaría de Educación Pública, número

( en

trámite ) . Certificados de licitud de título y de contenido, Comisión Certificadora de Publicaciones y

Consejo Editorial:

Revistas Ilustradas, Secretaría de Gobernación,

Jorge Angulo Villaseñor

números, ( en trámite ) , ISSN ( en trámite ) .

Marie-Areti Hers Alejandro Villalobos Patrick Johansson K.

Portada: Foja 34r, Códice Magliabechi. Página 3: Detalle, Foja 89r, Códice Magliabechi. Cenefa: Detalle Mural Templo de la Agricultura, Teotihuacan. Basado en Marquina. 4


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PRESENTACIÓN Este número, el cuarto de la serie, cierra el primer año de Tlaloc ¿qué? con dos interesantes trabajos. En el primero de ellos Alfonso Garduño nos habla de la representación de animales totémicos en la pictografía, como el jaguar, el coyote, la serpiente, el águila arpía y el cocodrilo, todos seres de poder vinculados con el chamanismo. Para ello hace un recorrido histórico iniciando en el Preclásico con los olmecas, describiendo las representaciones de la cueva de Oxtotitlan y terminando en el Clásico concretamente en Teotihuacan, donde abundan las pinturas de éstos, relacionados con las fuerzas de la naturaleza. A lo largo del texto el autor nos explica cómo estos animales de culto dentro del pensamiento teotihuacano fueron relacionados con las deidades de la lluvia, la tierra y aún con fenómenos tan humanos como es la guerra y otros menesteres seglares. En el segundo trabajo Nadia Giral Sancho reflexiona sobre la relación entre Tezcatlipoca y el denominado Tlaloc B, partiendo de los mitos de creación del centro de México para el Posclásico, destacando una interesante analogía entre estos dioses y la dicotomía entre toltecas y chichimecas. Para lograrlo se remonta a la iconografía de diferentes sitios como Teotihuacan y Tula explicando las características de los animales considerados como naguales de estas deidades. A partir de este cuidadoso análisis la autora infiere que el Tlaloc B Teotihuacano es un dios guerrero cuyas características lo vinculan con Tezcatlipoca, por lo que estas representaciones podrían ser un antecedente de lo que en el Posclásico fue la deidad Tezcatlipoca. Para finalizar se presenta el álbum fotográfico de la exposición Los Rostros de Tláloc en Mesoamérica abierta al público el 17 de noviembre en el viejo Museo de sitio de la Zona Arqueológica de Teotihuacan. Después de un año de intenso trabajo, producto del Seminario Los Rostros de Tláloc, se exhibe esta muestra interactiva centrada en esta deidad acuática, sus atributos y la importancia de este numen en Mesoamérica. La exposición estará abierta al público hasta el mes de abril del 2012, para luego convertirse en exposición itinerante.

Los editores 6


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MANIFESTACIONES TOTÉMICAS EN TEOTIHUACAN Y SU CONEXIÓN CON EL CULTO A LA LLUVIA, LA TIERRA Y LA GUERRA

D

Alfonso A. Garduño Arzave e las diferentes manifestaciones artísticas desarrolladas en la época prehispánica (1800 a.C- 1521 d.C.) entre las más elocuentes y representativas se hallan las muestras de arte pictórico plasmado en distintos espacios públicos, religiosos y militares. Du-

rante este período histórico en la América Central, principalmente, los diferentes pueblos indígenas manifestaron un sin fin de ideas y modelos provenientes del mundo natural que transformaron en imágenes ideográficas, jeroglíficas y fonéticas que representaron sin más su vida cotidiana y espiritual, llegando incluso a convertirse y representarse en parte de su cosmovisión a través del plano simbólico (Seler 2008: 11). Desde etapas tan tempranas como el Preclásico (1800- 100 a.C.) se realizaron diferentes ejemplos que poseen gran calidad artística y técnica, adjudicándoselas a sociedades como la cultura Olmeca la cuál se desarrollaría en los antiguos parajes cubiertos por una selva densa y húmeda del Golfo de México. Así por casi 900 años rindieron culto al mayor felino de las Américas el jaguar (Pantera Onca) (Fig.1) y a otros habitantes de la jungla como la serpiente de cascabel (Crotalus horridus), el águila coronada (Arpia arpia) y el cocodrilo americano (Crocodylus acutus), estos animales sin duda exaltaron la imaginación y el fuerte deseo de enlazarse mágicamente con ellos a través del chamanismo con las fuerzas que de estos emanaba como feroces animales de presa, agilidad, fortaleza y poder, mismos atributos que se intentaron transmitir a través de linajes y castas poderosas que gobernaban a través del poder político y militar. Con respecto a este fenómeno de culto a los seres de la naturaleza, en las cuevas de Oxtotitlan en el estado mexicano de Guerrero encontramos un personaje plasmado en la roca que se está ataviando como ave de presa, muy probablemente el águila coronada, dicho individuo posee una serie de plumas adosadas al cuerpo simulando alas y el yelmo aparentando la cabeza del animal siendo sin duda uno de los logros más notables del arte mesoamericano. Y quién lo plasmó nos hace, como espectadores, centrar nuestra atención en el rostro del personaje el cuál se aprecia hacia el interior de la cabeza de dicha ave, técnica que se le ha denominado de rayos “X” pues parece que la intención principal del espectador fue la percepción del individuo dentro de este “disfraz”.

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que fue la base fundamental de la religión Olmeca. Aunque este personaje ha sido motivo de debate con respecto a lo que personifica o se relaciona, varios investigadores coinciden de que se trata de un individuo de elevada jerarquía social debido a la investidura que presenta (Soustelle 2003:97; Davies 2004:41). Y aunque no se tienen datos históricos o epigráficos que nos proporcionen un indicativo de su identidad es probable que al estar investido con un emblema tan importante como lo es el águila, animal posteriormente asociado con el sol y la guerra, sugestivamente podríamos suFig. 1. El jaguar (Pantera Onca) fue uno de los primeros animales mesoamericanos asociados al poder político, militar y probablemente ya desde épocas tempranas a la noche y los cielos estrellados (Foto de Alexander 2008)

poner que nos encontramos con el génesis de este principio ideológico caracterizado en este alto dignatario que, además de ejercer un poder político, también posee un cargo guerrero

Por otro lado con respecto a la dinámica que

y religioso (Fig.2).

presenta el personaje podemos percibir que se

Desgraciadamente aunque sabemos del alto

encuentra sentado en una actitud poco natural

desarrollo de los Olmecas pocos son sin duda

ya que presenta el brazo izquierdo levantado, y

sus restos pictóricos. Todo lo contrario sucedió

el derecho se mantiene hacia abajo, además

durante el Clásico (100 al 900 d.C.) momento

de contar con una pierna flexionada mientras

en que las sociedades mesoamericanas desa-

que la otra aparece en actitud extendida. Un

rrollaron un gran número de obras plasmadas

elemento interesante es el sitio donde el indivi-

principalmente en los muros estucados de los

duo está sentado pues al parecer nos remite

complejos públicos y privados, dejando verda-

posiblemente a la cabeza de una gran serpien-

deras obras maestras como muestra de su ca-

te cuyas fauces abiertas muestran dos largos

pacidad y conocimiento de las formas natura-

colmillos y un par de ojos resaltados por dos

les y subjetivas proporcionadas sólo a través

símbolos en forma de “X” elemento asociado a

de un largo análisis y observación de su entor-

las motas o manchas de un jaguar, felino que

no. La estilización a través de iconos y símbo9


Fig. 2. Personaje representado en una cueva en Oxtotitlan Guerrero, nótese el atavió de ave de presa y la cabeza viperina que le sirve de aposento posiblemente hace referencia es la serpiente llamada nauyaca (Bothrops atropoides) una de las más venenosas de México y única armada de una hemotóxina capaz de matar a un hombre en 30 minutos (dibujo tomado de Soustelle 2003 y foto de Weidensaul 1998).

los transformados en un verdadero lenguaje

dado la connotación de anteojeras pues su se-

codificado, con el que podían registrar anota-

mejanza con estos implementos son significati-

ciones religiosas, políticas, matemáticas, milita-

vos. Además de estos elementos también po-

res, cotidianas, etc.

see una especie de belfo superior que en sus

Entre los ejemplares más connotadas del arte

extremos se enrolla y se dobla a lo largo del

de esta fase encontramos aquellas que fueron

contorno de la boca (Winning 1987: 65-72).

plasmadas en la ciudad de Teotihuacán, en

Es necesario mencionar que sólo es en Teo-

cuyos palacios se albergan los restos más im-

tihuacán donde la efigie del dios de la lluvia es

portantes de la pintura mural de esta época. Y

reproducida continuamente como en ninguna

de la cuál emanan temas muy significativos

otra parte de Mesoamérica. Se la ha represen-

referentes a los diferentes dioses del panteón

tado en diferentes materiales además de la

mesoamericano. Entre estas deidades repre-

pintura mural, abundando principalmente en la

sentadas continuamente hallamos a Tláloc,

cerámica y en menor escala en la escultura, de

cuya apariencia la identificamos claramente ya

ahí que investigadores como Carlos Margain

que debido a sus características simbólicas es

(comunicación personal junio de 1993), desta-

fácil de reconocer; así esta deidad presenta

cado arqueólogo mexicano que creía que la

dos anillos en los ojos, a los cuales se les ha

ciudad de Teotihuacán, bautizada por los mexi10


cas mil años después de su caía, en verdad

agua de las cuevas y del inframundo. Teniendo

era posiblemente conocida como Tlalocan o

en cuenta estas tres designaciones describire-

Tlalopan (Casa, paraíso o lugar de donde vive

mos

Tláloc).

simbólicas.

sus

características

y

connotaciones

Esta deidad presenta en Teotihuacan tres dife-

1) Tláloc dios de la lluvia y la fertilidad

rentes modalidades, entre las que podemos

de la tierra: Patrono de los pueblos agrícolas,

identificar aquella que se relaciona con las co-

esta modalidad de la deidad fue clasificada co-

sechas y la lluvia, la cual subsistió aún des-

mo “A” (Fig.3) por los investigadores por consi-

pués de la caída de la ciudad 650 d.C. Una se-

derarse el primer aspecto y representación que

gunda íntimamente relacionada con la guerra y

tiene como dador de la vida, además de ser

el sacrificio, llamada también jaguar o señor de

uno de los más emblemáticos entre las socie-

la tormenta, pues puede decirse que se le pue-

dades Mesoamericanas contemporáneas y

de equiparar simbólicamente con el efecto del

posteriores a Teotihuacan, llegando incluso su

agua destructiva y devastadora. Y una tercera

presencia hasta el momento del contacto espa-

que se le vincula con el mundo subterráneo, el

ñol en el siglo XVI. Mencionaremos que lo en-

Fig. 3. Tláloc A proveniente del palacio de Zacuala Teotihuacan, esta deidad relacionada con el agua celeste, la agricultura, la vegetación y siempre se encuentra asociada a elementos simbólicos tales como conchas, caracoles, etc. (fotos tomadas de Winning 1987 y Tyler 1994.) 11


contramos asociado regularmente a seres filia-

guerra, al sacrificio y a las ordenes militares teo-

dos al agua como conchas bivalvas, caracoles,

tihuacanas, siendo representado regularmente

estrellas marinas, plantas acuáticas como li-

armado de propulsor, también conocido entre los

rios; animales como peces, mariposas, batra-

pueblos mesoamericanos como átlatl, dardos y

cios, serpientes de cascabel, libélulas, etc.

cuchillos curvos, además de escudos circulares

De esta deidad no sólo se plasmó su efigie en

o rectangulares con un bisel adornado con trián-

la pintura mural de la ciudad sino que también

gulos inversos. Simbólicamente se le ve acom-

la de aquellos hombres santos que le rendían

pañado de una larga lengua bífida que sobresale

culto y profesaban su religión, que por lo regu-

de la bigotera, garras de jaguar, tres elementos

lar se encuentran plasmados en actitudes ple-

en forma de nudos o moños que se encuentran

namente dinámicas como ser personificado en

en el tocado y tiras de papel o tela manchadas

actitudes de movimiento al presentar una pier-

con el emblema de tres gotas de sangre alegoría

na delante de otra o llevar en sus manos una

de los corazones humanos extraídos del sacrifi-

bolsa de copal (resina usada para sahumar)

cio (Fig.4). Hemos de mencionar que esta deidad

elemento que identifica a los sacerdotes en

es particular de Teotihuacan, no encontrándose

Mesoamérica. Llama la atención que dichos

en ninguna sociedad contemporánea o posterior.

personajes presentan los iconos que identifi-

Un elemento que llama la atención en la pintura

can al dios mismo, como las ya mencionadas

mural es que está asociado iconográficamente

anteojeras, la bigotera y aún los colmillos de

con algunos animales ligados a la muerte y la

jaguar o serpiente, hallándose incluso arque-

noche, entre los que encontramos búhos, pu-

ológicamente dichos componentes como suce-

mas, coyotes y el más significativo lo representa

dió en las excavaciones llevadas a cabo en el

un felino fantástico identificado por los estudio-

palacio de Yayahuala entre 1958 y 1961

sos de la iconografía teotihuacana como jaguar

(Sejourné 2004).

reticulado. Este animal en cuyo cuerpo se denota un elemento helicoidal que recorre todo su cuer-

2) Tláloc deidad de la guerra y el sacrificio:

po, por otro lado se representa ingiriendo o ex-

a esta segunda modalidad del dios se le dio la

pulsando, “vomitando”, elementos trilobulados

connotación de Tláloc “B” o de la Tormenta,

filiados al parecer con corazones cortados por la

esta última acepción arguyendo que el agua

mitad acompañados de tres gotas de sangre y

también posee un lado destructivo y devasta-

de los cuales se desprende una vírgula simbóli-

dor. De ahí que este dios este asociado a la 12


Fig.4. Tláloc rojo del palacio de Tepantitla, deidad relacionada con la guerra y el sacrificio, nótese la fusión de diferentes animales totémicos en una sola de estas imágenes (Sejourné 34: 2004) y fotos tomadas de Alexander: 2008, Frost: 2007 y Weidensaul: 1998.

El carácter icnográfico que se desprendió del

evidenciables e identificables como el de estar

arte de la guerra sin duda implicó todo un códi-

representando armado de cuchillos atravesan-

go de diseños artísticos de variadas formas y

do corazones sangrantes o jabalinas y lanza-

estilos que, en ocasiones, reflejan un carácter

dores usados en la guerra.

meramente abstracto que incluso hasta el mo-

3) Tláloc negro deidad del agua del infra-

mento no se ha descifrado total y adecuada-

mundo: La tercera modalidad de esta deidad

mente, quedando sólo en interpretaciones que

(Fig.6), se le ha dado esta denominación por la

en ocasiones rayan en lo exagerado y fantasio-

razón de ser representado con la cara de color

so, un caso de ello lo encontramos en elemen-

negro, símbolo del inframundo o lugar mesoa-

tos tales como el llamado “reticulado” o el sig-

mericano de los muertos, también llamado

nificado que guarda este dios al presentar una

Mictlán en la lengua franca del México antiguo,

lengua bífida, propia de los reptiles como lagar-

el náhuatl. Según la filosofía indígena el agua

tos y serpientes.

es un elemento que puede considerarse ambi-

Sin embargo otros componentes iconográficos

valente, esto quiere decir que se puede pre-

presentes en este personaje son plenamente

sentar en tres planos de existencia, de ahí que 13


Esta última destinada a decorar áreas palaciegas y religiosas amalgamándose con la pintura mural, creando un juego de formas y colores que parecen salir de los muros. Con este ejemplo nos referimos al llamado templo de la Serpiente Emplumada o de Quetzalcóatl, deidad relacionada con el culto a la tierra, que fue construido alrededor del año 300 ó 350 d.C (Fig.7). Esta estructura constituida a partir de seis plataformas superFig.5. Jaguar reticulado, animal fantástico relacionado con el culto al dios de la guerra en Teotihuacan, mural de los jaguares en procesión, Palacio de Atetelco (Foto del autor 2009).

puestas, según interpretaciones arqueológicas y de las cuales sólo sobreviven cuatro bien conservadas en su sector Poniente, presentan una serie de cabezas de reptiles (Fig.8), que sobresalen

se le ligue al agua celeste que cae en forma de gotas de los cielos y que está conectada con la fertilidad de la tierra y los campos, el agua que circula en forma de lagos y ríos.

de la edificación, y cuyo cuerpo emplumado ondula en los diferentes taludes del edificio de izquierda a derecha y viceversa, según su plano de construcción, por sus costados Norte y Sur.

Cabe destacar que el arte mural teotihuacano presenta varios aspectos de los cuáles la razón principal para su representación esta íntimamente ligada al carácter religioso y siempre presente del desarrollo agrícola de sus creadores y donde la naturaleza y el poder religioso y militar de los gobernantes fue motivo esencial de expresión. No obstante estos mismos fenómenos fueron esquematizados y simplificados en elementos meramente simbólicos que evolucionaron a lo largo de 600 años, diversificándose en diversos materiales de expresión artesanal como la cerámica y la escultura.

Fig.6. El Tláloc negro relacionado con el inframundo, el agua de las cavernas y el mundo subterráneo (foto tomada de Sejourné 2004) 14


Entre el elemento que debemos de destacar se encuentra la talla de diferentes componentes acuáticos como caracoles y conchas estucados y pintados, al igual que la figura serpentina principal, aquí abundan colores tales como el rojo, verde, amarillo, ocre y el negro. De este conjunto de tonalidades el templo fue cubierto en su totalidad convirtiéndolo en uno de los pocos ejemplos en Mesoamérica donde se combinó el arte pictórico junto al escultórico para aderezar un edificio. No obstante las muestras y la presencia cultural Fig.7. Templo de la Serpiente Emplumada de Teotihuacan ubicado en la Ciudadela al sur del gran conjunto arquitectónico, nótese la fusión de la pintura y la escultura en relieve, uno de los pocos ejemplos de esta naturaleza en Mesoamérica. Sala teotihuacana MNA (Foto del autor 2010)

de la ciudad, no sólo se manifestaron dentro de los límites territoriales de Teotihuacan en el centro de México, sino que trascendieron por toda Mesoamérica, llegando incluso a lugares tan distantes como Guatemala donde se mezclaron con el arte local de ciudades como Tikal y Uaxactún en la región del Petén. La permanencia en las tierras bajas del Petén guatemalteco por teotihuaca-

Fig.8. El cocodrilo (Cocodrylus acutus) fue otro de los animales totémicos teotihuacanos que por su carácter anfibio tomó connotaciones semiacuáticas y a su vez conectadas con Tláloc y deidades relacionadas con el culto a la tierra, véase los tocados de los sacerdotes plantadores Tepantitla Teotihuacan (imagen tomada del eco de la sierra 2010 y foto del autor 2009) 15


nos a partir del año 378 d.C. no sólo incorporó

otros restos arqueológicos, nos permiten enten-

nuevos elementos artísticos a esta región sino

der y comprender la intima relación que existía

que colocó diferentes conceptos de prestigio y

entre la naturaleza siempre presente y la vida co-

de exaltación hacia los símbolos e iconos pro-

tidiana del hombre mesoamericano.

cedentes del Altiplano Central. Sin embargo

Es así que el hombre teotihuacano al parecer con

Teotihuacan también se vio tocada por una in-

un pensamiento y fundamentos anclados en torno

fluencia distinta en cuanto al culto de ciertos

a una conciencia humana y, por qué no decirlo,

animales totémicos particulares de las regiones

“estatal” con todo lo que conlleva esta palabra,

del sur de Mesoamérica, dos ejemplos de ello

inmiscuyendo el carácter de la formación de insti-

son el uso de elementos relacionados posible-

tuciones de filiación político, militar y económico,

mente con el Inframundo como lo será el zorro

no dejó de lado sus firmes creencias que nos re-

(Fig.9) y el águila harpía o coronada (Fig.10)

montan a otras etapas de la vida del hombre

(Winning1987: 24-25).

cuando la adoración a los seres naturales se con-

Aunque sólo comentamos algunos aspectos de

virtió en la primera religión totémica. Mismos que

los animales totémicos más importantes del

permanecieron aunados a elementos mágicos,

espacio artístico teotihuacano o relacionados

siempre presentes en la base interna de su temor

con el agua, la tierra y la guerra, la gran gama

y admiración por la naturaleza poderosa e impre-

que observamos de estos en los murales, y

decible (Marchesini y Tonutti 2002: 10).

Fig.9. Zorro (Urocyon cinereoargenteus), relacionado al inframundo maya y por consecuencia a la guerra y el sacrificio, este animal representado en un fragmento de mural teotihuacano deja entre ver la influencia que debió de haber tenido el área maya en la estética teotihuacana. (Dibujo de Paullinyi 2001) y foto de Alexander 2008).

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Fig.10. El águila harpía (Harpia harpyja) habitante de las selvas tropicales sudamericanas y del sureste mexicano fue uno de los animales totémicos más importantes en el área maya e incorporados a la estética teotihuacana posiblemente como símbolo de guerra (Fotos del autor 2010).

Es por ello que los animales de culto enlaza-

De la Fuente, Beatriz

dos con el pensamiento teotihuacano, que

2000. “Tetitla.” en: La Pintura MuraI Prehispánica,

identificados como deidades de la lluvia, la tie-

Tomo I, Catalógo, IIE UNAM México.

rra y aún con fenómenos tan humanos como

Frost D, Paul

es la guerra y otros menesteres seglares, se

2007. Aves Rapaces. Parragon Books, UK.

combinaron para formar una conexión donde lo

Marchesini, Roberto y Tonutti, Sabrina

material y lo espiritual que eran parte de un

2002. Animales mágicos. Editorial de Vecchi, Bar-

sólo espacio y ocupaban un mismo soporte en

celona, España. pp. 10.

las creencias del teotihuacano que reflejaba a

Petersen, Michael

través de sus obras físicas.

2008. Birds. Winged masters of the sky, Chartwell

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Alexander M, Deborah

Sejourné, Laurette

2008. Big Cats, Their power and beauty,

2004. El Lenguaje de las Formas en Teotihuacán.

Chatwell Books, London UK.

Talleres Litoarte, S de R.L, Dibujos de Abel Men-

Davies, Nigel

doza y Manuel Romero, México.

2004. Los antiguos reinos de México. Fondo de

Seler, Eduard 2008. Las imágenes de animales en los manuscritos mexicanos y mayas. Casa Juan Pablos, México.

Cultura Económica, México. De la Fuente, Beatriz

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Soustelle, Jacques 2003. Los Olmecas. Fondo de Cultura Económica, México. Sugiyama, Saburo 2000. “Teotihuacán as an Origin for Postclassic Feathered Serpent Symbolism” In:

Meso-

america’s Classic Heritage from Teotihuacán to the Aztecs, edited by David Carrasco, Lindsay Jones and Scott Sessions, University Press of Colorado Boulder. pp. 117-143. 2002. “Militarismo Plasmado en Teotihuacán” en: Ideología y Política a través de materiales, Imágenes y Símbolos, Memoria de la Primera Mesa Redonda de Teotihuacán, CONACULTA, INAH, México. pp. 185. Tyler, M 1994. Ecología y Medio ambiente. Grupo Editorial Iberoamericana, México. Weidensaul, Scout 1998. Serpientes del mundo. Edit. Susaeta, Madrid. Winning Von, Hasso 1987. La Iconografía de Teotihuacán: Los dioses y los Signos. Documentos y Fuentes del Arte en México. 2 Vols. Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM, México.

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RELACIÓN ENTRE TLALOC B Y TEZCATLIPOCA EN LA ICONOGRAFÍA DEL CENTRO DE MÉXICO Nadia Giral Sancho

A

ntes de estudiar la relación Tlaloc B-Tezcatlipoca, preciso será recordar que el panteón mesoamericano: politeísta y ceremonialista, giraba alrededor de las ideas de la creación del mundo. En la cúspide, y como principio de la mitología mesoamericana, se encontra-

ba el dios dual, una pareja de dioses creadores conocida como Tonacatecuhtli (el hombre) y Tonacacihuatl (la mujer). A esta pareja primordial atribuye la Historia de los mexicanos por sus pinturas (Anónimo, 1947: 209-211), la creación de los cuatro primeros dioses (sus hijos) que, a su vez, serían los creadores de los otros dioses del mundo. El hijo mayor se llamó Tlatlauqui Tezcatlipoca (el Rojo); luego siguieron Yayauhqui Tezcatlipoca (el Negro, que tuvo la reputación de ser el más poderoso y peor de todos); Quetzalcoatl (Serpiente Quetzal) y Huitzilopochtli (Zurdo Colibrí), a quien en el mito de la creación se le conoce como Omitecitl, Maquizcoatl. Seiscientos años después de su creación, estos dioses hicieron el fuego y medio sol, y crearon a la primera pareja humana: Oxomoco (el hombre) y Cipactonal (la mujer), a quienes encomendaron labrar la tierra, a él, e inventar el arte de tejer, a ella. Luego crearon a Mictlantecuhtli y Mictlancihuatl, los dioses del Inframundo, y posteriormente, los cielos y el agua. Dentro del agua pusieron un pez muy grande: Cipactli, del cual se hizo la tierra, a la que “pintaron como dios de la tierra, tendido so19


bre un pescado, por se haber hecho dél” (óp.

de Tlaxcala (Acuña 1983 T. 1); aquí se nombra a

cit. 211). Creada la tierra, hicieron a los dioses

Tlaloc como una sierra o cerro, que tuvo por pa-

del agua: Tlalocatecuhtli1 y Chalchiutlicue, su

reja a Xochiquetzal; al ser ésta raptada por Tez-

mujer.

catlipoca tomó a Chalchiutlicue por segunda es-

En este temprano testimonio, surge ya una con-

posa. Se asienta también en la Relación que to-

fusión con respecto al dios Tlaloc, al que se le

dos los dioses fueron cerros y sierras, y que mu-

asocia tanto con la tierra o su creación, como

chos de ellos grabaron sus nombres en las ele-

con el agua; pero, a cambio, nos ofrece una pri-

vaciones topográficas.

mera referencia sobre la relación entre Tlaloc,

identificados por algunos autores como El Monte

Tezcatlipoca y Quetzalcoatl, la que se man-

Tlaloc, La Iztaccíhuatl-Xochiquetzal y La Malin-

tendrá hasta el Posclásico y el tiempo en que

che-Chalchiutlicue; en lo que se refiere a Tezca-

esta mitología fue registrada por los cronistas.

tlipoca, García Vilchis (2011) lo vincula con el

En las crónicas, con frecuencia, encontramos

Popocatepetl. En el estudio del citado autor,

una asociación entre el viento, el agua y la llu-

centrado en el culto a los cerros, se estudia la

via, ya como cualidades del dominio de Tlaloc o

relación entre los dioses Tlaloc y Tezcatlipoca,

Quetzalcoatl, o bien los llamados Tlaloque, lo

en la que encuentra una serie de oposiciones

que ha dado lugar a confusiones respecto a la

simbólicas que permitirían distinguir los cultos

naturaleza esquiva de estos dioses. Esta rela-

agrícolas de los de caza y los bélicos, presididos

ción ha sido quizá la más estudiada, así como

por una u otra deidad, respectivamente.

la existente entre Quetzalcoatl y Tezcatlipoca, a

Contrariamente a lo que señalan la mayoría de

quienes incluso se les ha llegado a interpretar

los estudiosos del culto a los cerros (Broda

como gemelos antagónicos.

1991; 2001) sobre que estos son Tlaloc, García

Sin embargo, poco se ha Insistido en la relación

Vilchis (óp. cit.), sostiene que existen cerros o

Tezcatlipoca–Tlaloc, misma que puede también

personajes que, aunque poseen rasgos y atribu-

interpretarse como una relación entre opuestos.

tos de Tlaloc, constituyen más bien cultos a al-

Una de las narraciones (siglo XVI), donde figu-

guno de los múltiples Tezcatlipocas. Estas cre-

ran estos dioses, se encuentra en la Relación

encias se expresan como un conjunto de oposi-

Estos cerros, han sido

ciones simbólicas, que hacen la distinción entre agricultores y cazadores. En términos más am-

1 El nombre Tlalocatecutli es un nombre compuesto en nahuatl que significa señor de Tlalocan. Entiéndase por Tlalocan la morada de Tlaloc.

plios se refieren a la dicotomía entre Tolteca y 20


Chichimeca; o bien, Quetzalcoatl vs. Tezcatli-

menos de un mismo orden, al que caracteriza

poca = Cración vs. Guerra. Los ritos, además,

como de “rapacidad”; así como de ser dador

se expresaban mediante la ofrenda de las pri-

de riqueza y de tener un carácter nocturno. Re-

micias de la cosecha, de la caza o bien de la

tomamos asimismo la idea de que algunos ras-

guerra (florida); en el primer caso, se ofrenda-

gos de Tlaloc son más bien insignias que podr-

ban los primeros frutos a Tlaloc; en el segundo,

ían portar algunos personajes, en virtud de su

a Mixcoatl (primera presa de caza) y en el ter-

rango. En este mismo contexto agregaríamos

cero, el primer cautivo de guerra se ofrecía a

al jaguar y las águilas, que igualmente son in-

Hitzilopochtli. Tanto éste como Camaxtle–

signias guerreras.

Mixcoatl, son señalados por el autor como ad-

Para patentizar lo anterior, recurrimos a la ico-

vocaciones de Tezcatlipoca (óp. cit. 167–177).

nografía de Atetelco y al Edificio E de Tula,

Con estos datos puede sustentarse el plantea-

donde aparece una representación que se ha

miento que hice en trabajos anteriores (Cf. Gi-

interpretado como Tlaloc B, en el primer caso,

ral 2003; 2007; 2009), donde sugerí que la re-

y como Quetzalcoatl, en el segundo, aunque

presentación que Paztory (1974) denomina

ambos portan atributos o insignias de Tlaloc.

Tlaloc B, constituye en realidad una represen-

Sin embargo, por asociación con los elementos

tación de un dios bélico, que parece estar di-

que les acompañan, percibimos que se trata

rectamente relacionado con Tezcatlipoca. A

de contextos bélicos, por lo mismo, al persona-

diferencia de lo que señala García Vilchis (óp.

je ahí representado sería más acertado vincu-

cit.), dicha relación puede rastrearse por el es-

larlo con Tezcatlipoca, que con los arriba cita-

tudio iconográfico, ausente en el citado trabajo

dos. A continuación describo las pinturas de

que llega hasta el Clásico. Pero, la interpreta-

Atetelco y los frisos de Tula, con miras a esta-

ción simbólica que plantea refuerza lo que apa-

blecer una comparación entre ambos para pos-

rece en la iconografía de diferentes sitios como

teriormente vincularlos con los atributos que

Teotihuacan y Tula, no mencionados por el au-

caracterizan a Tezcatlipoca.

tor.

En los tres pórticos del Patio Blanco de Atetel-

Entre los simbolismos que destaca, debemos

co se conserva una rica y exuberante icono-

retomar al coyote, nagual de Tezcatlipoca; las

grafía en la que sobresalen figuras de un cáni-

serpientes, las ofrendas de sangre y corazo-

do, ya sea coyote o lobo en un contexto de

nes, la caza y la guerra, entendidos como fenó-

guerra y sacrificio. Se las identifica por el pelo 21


Fig. 1. Procesión de cánidos. Pórtico 1 del Patio Blanco de Atetelco. Foto Nadia Giral, 2011

que las cubre, representado por pequeñas

tiene la primacía sobre el jaguar en lo que se

rayas ordenadas en delgadas franjas. En los

refiere a su relación con la divinidad y en el

taludes del Pórtico 1 los cánidos entran y sa-

acto mismo ritual, por cuanto es el primero en

len del templo (Fig. 1), y en el Pórtico 2

entrar al templo para entregar el corazón san-

(Templo Este) aparecen acompañados de ja-

grante.

guares reticulados (Fig. 2). En los taludes

No debe extrañarnos la aparición de los ja-

frontales el cánido va a la cabeza, es decir, es

guares acompañando a los cánidos, pues co-

el primero en entrar al templo, mientras que

mo bien apunta Seler (1910) ambos animales

en los taludes laterales es el jaguar el primero

están emparentados. Aunque no aclara en

que sale al exterior, a la luz externa. La repre-

qué consiste ese parentesco, suponemos que

sentación conjunta de cánidos y jaguares en

se refiere a que ambos poseen cualidades

el Pórtico 2, y por la posición en la que éstas

similares, como son la fuerza y la destreza.

se encuentran, puede deducirse que el cánido

Por otro lado, ambos son considerados seres 22


Fig. 2. Procesión de cánidos y jaguares. Pórtico 2 o Templo Este del Patio Blanco de Atetelco. Foto Nadia Giral 2011

nocturnos, vinculados al mundo de abajo –el

razón sangrante, lo que indica la sangre del

Inframundo- y sabido es que la guerra como

sacrificio, es decir el significado ritual. Los del

actividad pertenece al lado oscuro del Cosmos.

Pórtico 1 tienen en medio de su torso un

De ahí se infiere que tanto el lobo como el ja-

círculo con tres bandas diagonales, alterna-

guar pudieran ser representantes de la guerra.

das en dos tonos de rojo, que Rubén Cabrera

Esto vendría a confirmar la idea de Seler

(De la Fuente, 1995: 206) interpreta como un

(Ibídem), y de otros autores, acerca de la exis-

escudo o chimalli, mientras que para Agustín

tencia de una orden de guerreros de lo que

Villagra (1956-1957: 9) este círculo es un ras-

ellos denominan “guerreros coyotes”.

go distintivo de los coyotes, hasta el grado de

No obstante, es precisa una aclaración: existe

que los lingüistas, caso éste el de Molina

una diferencia entre los cánidos del Pórtico 1 y

(1966), traducen la palabra náhuatl coyotl co-

del Pórtico 2. A los del Pórtico 2 les sale del

mo agujero o cosa agujerada, en alusión a la

hocico una figura trilobulada con tres gotas,

habilidad de estos animales para hacer hoyos

que para algunos estudiosos, como Laurette

en el suelo.

Séjourné (2002:102-103), representa el co-

En las cenefas que enmarcan los muros late23


rales y frontales de los taludes y tableros del

bordes y tres pequeños colmillos colocados

Pórtico 2, se encuentran, en intervalos regula-

en su parte superior. La cenefa termina en

res y alternando, la representación de patas

sus extremos con la cola de lobo, que lleva

desmembradas de lobos y rostros de Tláloc,

adornos de figuras trianguliformes, medias

que además de traer sus elementos carac-

lunas y gotas (fig. 3).

terísticos (orejeras formadas por dos círculos

Asimismo en Tula Xicocotitlan, la capital de

concéntricos, anteojera, bigotera y colmillos),

los toltecas, se hallan relieves con representa-

tienen la lengua bífida. Su tocado está ador-

ciones de lobos, jaguares y rostros de figuras

nado con cintas de piel de cánido, que cuel-

humanas que presentan las características de

gan hacia los lados y van sostenidas con tres

Tlaloc B.

Fig. 3. Rostros de Tlaloc B acompañados de patas desmembradas y colas de lobos. Cenefas del Pórtico 2 o Templo Este del Patio Blanco de Atetelco. Foto América Malbrán Porto

24


Fig. 4. Rostro que presenta unas anteojeras formadas de dos círculos concéntricos, nariguera y lengua bífida. Tablero inferior de los dos primeros cuerpos del Edificio B de Tula. Foto Nadia Giral 2010.

En los dos primeros cuerpos del Edificio B que

colmillos ondulados en la mandíbula inferior y

corresponden a las etapas constructivas II y III,

espirales en las comisuras de la boca; los ojos

la decoración consistió en tableros esculpidos

son redondos; el izquierdo conserva una placa

con relieves de representaciones zoomorfas y

trilobulada encima; la nariz en forma de dos

míticas. En el tablero inferior hay águilas y zo-

espirales en cuya parte superior se levantan

pilotes que alternan con rostros humanos de-

una serie de barras verticales a manera de plu-

ntro de las bocas abiertas de animales fantásti-

mas que van flanqueadas por un par de barras

cos. En el tablero superior alternan jaguares y

bajo las cuales se aprecian elementos redon-

cánidos silvestres. Acosta menciona “19 jagua-

deados que en su parte superior muestran una

res, y coyotes, once águilas y zopilotes y seis

especie de anillo grueso (fig. 4). Sobre los ojos

representaciones

surgen dos bandas curvas que llevan en sus

de

Quetzalcoatl”

(1956-

1957).

bordes externos una serie de círculos de los

A continuación se describirán cada una de las

que se desprenden plumas largas curvadas

figuras: En el tablero inferior aparece un animal

hacia fuera. A los lados de la cabeza del ani-

fantástico y un rostro humano vistos de frente.

mal se observan sus extremidades superiores,

El rostro emerge de las fauces de un animal

dobladas en ángulo agudo hacia adentro y ter-

que muestra dos hileras de dientes, grandes

minadas en garras de gruesas uñas. Sobre di25


chas extremidades se perciben círculos y plu-

cuyos atributos se vinculan con la guerra, y no

mas de punta curva sobre ellas. Por estas ca-

con Quetzalcoatl como identifica Acosta (1956-

racterísticas nos inclinamos a identificar a este

1957). Además se sabe que una de las advo-

animal con un felino: el jaguar.

caciones de Tezcatlipoca es Tláloc; por lo tan-

El rostro humano tiene los ojos formados por

to, este rostro humano haría referencia a este

dos círculos concéntricos tal como se repre-

dios en su representación de Tláloc y no a

sentan las anteojeras de diversos personajes

Quetzalcóatl.

en el arte teotihuacano. La nariz es recta, con

Las otras dos imágenes de este tablero inferior

la punta trilobulada. La boca está cubierta por

corresponden a un águila vista de perfil; la ca-

una nariguera, de la que desciende una larga

beza está a la derecha e inclinada, su ojo es

lengua bífida, compuesta de dos bandas verti-

redondo y tiene abierto el pico, dentro del cual

cales cuyos extremos se curvan en direcciones

se asoma la lengua. Da la impresión de que

opuestas. Por estos atributos nos aventuramos

está a punto de devorar un objeto trilobulado

a relacionar a este personaje con la deidad que

(fig. 5). Las plumas de la cabeza y del cuello

en Teotihuacan se ha identificado con Tláloc B,

se curvan hacia arriba. La segunda imagen co-

Fig. 5. Águila vista de perfil. Tablero inferior de los dos primeros cuerpos del Edificio B de Tula. Foto Nadia Giral 2010. 26


Fig.6. Procesión de lobos y jaguares. Tablero superior de los dos primeros cuerpos del Edificio B de Tula. Foto América Malbrán Porto

rresponde a un zopilote, cuya cabeza está en

y entrelazados, un lobo y un jaguar (fig. 6). Se

el lado izquierdo; tiene abierto el pico del cual

puede distinguir uno del otro puesto que el

sale la lengua. Parece que está devorando un

cánido tiene el hocico alargado y las orejas

elemento trilobulado con dos volutas a los la-

puntiagudas con una línea incisa curva. Tiene

dos de su extremo superior. El ojo es un círcu-

el hocico abierto, se ven dos hileras de dientes

lo. El cuerpo termina en diversos elementos;

y la lengua que cuelga. Del ojo sale una línea

en la parte superior, en dos plumas cortas y

curva que marca la quijada. El cuerpo es alar-

curvas, y en la parte media, en un diseño verti-

gado con una pequeña prominencia en el lo-

cal con tres apéndices redondeados; en la par-

mo. Las patas están colocadas de perfil, ali-

te baja, con tres plumas largas con el cañón

neadas una frente a la otra. Muestran tres

marcado por incisión. Las patas están juntas;

uñas inferiores y una en la parte posterior. La

las garras tienen dos uñas adelante y una

cola es larga, ancha y termina a la altura de las

atrás.

garras. Tiene marcadas en su parte inferior

Además en el tablero superior se encuentran

unas líneas diagonales y rectas en la orilla in-

representados de perfil, a manera de procesión

terna, que representan el pelo del cánido. Por27


Porta un collar sencillo formado de una franja

emplumada (Quetzalcóatl). Por lo demás el

con un elemento que semeja un anillo, del cual

simbolismo de los lobos es la guerra y los sa-

pende un objeto, al parecer sagrado. Mientras

crificios humanos. En esta tesitura cabe rela-

la otra figura representa un jaguar que da la

cionar la aparición del cánido silvestre con el

impresión de estar en movimiento, puesto que

momento histórico en que Tezcatlipoca se apo-

una de sus patas delanteras, la derecha, está

dera del gobierno de Tula y se extienden los

ligeramente levantada. Su cabeza es corta, ojo

sacrificios humanos y las guerras en el lugar.

circular con ceja curva, la nariz redondeada,

Por otra parte la representaciones de jaguares

marcada por una incisión curva, hocico chato y

resulta mucho más antigua que la de Tlaloc, y

abierto, que deja ver dos dientes arriba, una

aparece profusamente en códices, murales,

hilera continua, abajo, y lleva la lengua de fue-

escultura y cerámica de todos los periodos (fig.

ra. Además, la oreja es corta y redondeada,

7). Sin embargo, no se menciona tanto como a

con un remetimiento interno. El cuerpo presen-

Tlaloc en su papel de dios de las lluvias y, de

ta una leve protuberancia en la parte anterior y

hecho, en los pocos señalamientos que de él

un hundimiento en la parte media del lomo. Las

hay, se le vincula más bien con Tezcatlipoca.

patas alineadas una frente a la otra, terminan en grandes garras de tres uñas. La cola es una banda ancha que desciende hasta la altura de las patas y luego se curva hacia arriba. Al igual que la otra figura lleva una cuerda gruesa colgada de su pescuezo que presenta incisiones diagonales; va unida al frente por una especie de anillo y termina en un objeto ovoide. A manera de hipótesis, la aparición de lobos y jaguares en la iconografía tolteca está vinculada con el conflicto mítico entre Tezcatlipoca y Quetzalcóatl que obligó al último a abandonar Tula. Pues sólo así se explica la proliferación de esos animales en un contexto histórico donde predominaba la iconografía de la serpiente

Fig.7. Escultura de un jaguar. Museo Nacional de Antropología. Foto Nadia Giral 28


Esta deidad se ha identificado también con un cerro, como antes señalamos y se caracteriza por su forma de jaguar, como Tepeyolotli, quien es un felino que aparece sentado sobre un cerro, llevando a veces por pie, un espejo humeante, símbolo y significado de Tezcatlipoca (fig. 8). Dicho personaje, se considera como el señor del monte, entiéndase por éste último término la vegetación silvestre, de la que es dueño o patrono, lo mismo que Tlaloc, según algunos autores. El señor del monte, es además el dueño de los animales silvestres, lo mismo que de las riquezas que se esconden en cuevas y cerros. Al respecto, nos señala Sahagún (1989), que Tezcatlipoca, entre sus varias cualidades Fig.8 Tepeyolotli, Códice Borbónico.

era quien otorgaba o quitaba las riquezas a los hombres y quien sembraba la discordia en sus corazones.

tihuacanos y en el Edificio E de Tula, lo que

A diferencia de Tlaloc, este dios tiene múltiples

refuerza la idea de que este era ante todo un

advocaciones, entre ellas, Ixtlilton, Huitzilo-

dios bélico.

pochtli, Camaxtle-Mixcoatl, etc., ya que se tra-

Por otra parte, en los mitos que han sido reca-

taba de tres dioses y no uno solo, que se ca-

bados por las etnografías recientes encontra-

racterizaban por tener diferente color: rojo, ne-

mos muchas alusiones a las serpientes, aso-

gro y azul.

ciadas a veces con el agua de manantiales o

Era además, según las mismas fuentes, un

como dadoras de lluvia; pero las hay también

hombre joven o viejo, a veces un borracho y

que son dadoras de riquezas y se asocian más

tenía por nagual o doble animal al coyote y al

bien con el demonio cristiano, es decir, con el

jaguar. Ambas fieras, como ya vimos eran

señor del monte o Tezcatlipoca.

además emblema de ciertas órdenes guerreras

Si, como arriba indicamos, Tlaloc y Tezcatlipo-

y aparecen representadas en los murales teo-

ca comparten ciertos atributos, se debe a que 29


poseían una misma jerarquía. Prueba de ello

cerros”, en: J. Broda, S. Iwaniszewski y L.

es que los dos templos situados en la cúspide

Maupomé (editores) Arqueoastronomía y etno-

del Templo Mayor de México Tenochtitlan esta-

astronomía en Mesoamérica, p. 461-500,

ban dedicados a Tlaloc y a Huitzilopochtli

UNAM, México.

(advocación de Tezcatlipoca) respectivamente. Por lo expuesto, consideramos que el Tlaloc B

2001, “Astronomía y paisaje ritual: el calenda-

Teotihuacano es un dios guerrero cuyas carac-

rio de horizonte de Cuicuilco – Zacatepetl”, en:

terísticas lo vinculan con Tezcatlipoca, por lo

J. Broda, S. Iwaniszewski y A. Montero

que estas representaciones podrían ser un an-

(coordinadores), La montaña en el paisaje ri-

tecedente de lo que en el Posclásico fue la dei-

tual. Pp. 173-199 CONACULTA INAH, UNAM,

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Sahagún, Bernardino de, 1989, Historia General de las Cosas de la Nueva España, México, Editorial Porrúa.

31


Tras un año de intensos preparativos el 17 de noviembre fue abierta al público la exposición Los Rostros de Tláloc en Mesoamérica, misma que se exhibe en el viejo Museo de sitio de la Zona Arqueológica de Teotihuacan. El público podrá conocer a través de la visita: Quién es Tláloc, dónde habita este dios, cómo se reconoce, la importancia de Tláloc en Teotihuacán y la presencia de Tláloc en Mesoamérica. La exposición interactiva combina la realidad virtual con algunas piezas arqueológicas, para que el paseante se impregne de todo lo que tiene que ver con esta importante deidad mesoamericana. Ex-museo de Sitio, puerta 1, Zona arqueológica de Teotihuacán De noviembre de 2011 a marzo de 2012 Informes Zona Arqueológica de Teotihuacán Ecatepec Pirámides km.22 + 600, Municipio de Teotihuacán, Estado de México, C.P. 55800. Tel. 01-594-95-6-02-76 / 01-594-956-00-52 FAX http://www.gobiernodigital.inah.gob.mx/mener/index.php?id=30

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ROSTROS DE TLALOC ALBÚM FOTOGRÁFICO

Dra. María Elena Ruiz Gallut y comitiva en la inauguración de la exposición Foto Daniel Beltrán

Dra. María Elena Ruiz Gallut y Dr. Francisco Villaseñor explicando la exposición Foto Daniel Beltrán

Dr. Francisco Villaseñor explicando a la Secretaria de Turismo del Estado de México Foto Daniel Beltrán

Dra. Ruiz Gallut y la comitiva de la Secretaría de Turismo del Estado de México Foto Daniel Beltrán 33


Dr. Daniel Flores en la entrada de la exposición Foto América Malbrán Porto

Público esperando entrar Foto América Malbrán Porto

Iluminación en una de las salas Foto América Malbrán Porto

Mtro. Tobías García Vilchis y Mtra. Nadia Giral Foto América Malbrán Porto 34


Explicándole a los pequeños Foto América Malbrán Porto

Arqlgo. Enrique Méndez y Dr. Alfonso Garduño Foto América Malbrán Porto

Recreación de una cueva en la sala 2 Foto América Malbrán Porto Vasija Tlaloc, cortesía del INAH Foto América Malbrán Porto 35


Comentarios Foto América Malbrán Porto

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Invitación a publicar Se invita a todos los investigadores interesados en temas relacionados con Tlaloc y demás deidades de la lluvia y la fertilidad a enviar sus artículos de no más de 8 cuartillas. Las imágenes se enviaran por separado en resolución de 300dpi. Se aceptará un máximo de 8 imágenes. Para entrega de originales se siguen las normas de la revista Anales IIEs Toda correspondencia deberá dirigirse a la Dra. María Elena Ruiz Gallut al Instituto de Investigaciones Estéticas, Circuito Mario de la Cueva, s/n. Ciudad Universitaria, C.P. 04510, México D.F. Tel. 5622-7547 Fax. 5665-4740. De igual manera los artículos podrán mandarse a las siguientes direcciones electrónicas: seminario.tlaloc@gmail.com.

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