TLÁLOC ¿QUÉ? Boletín del Seminario El Emblema de Tláloc en Mesoamérica
Año 3
N° 11
Julio-Septiembre
2
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO José Narro Robles
Las opiniones expresadas en Tláloc ¿Qué? Boletín del
Rector
Seminario El Emblema de Tláloc en Mesoamérica son responsabilidad exclusiva de sus autores.
Estela Morales Campos
Tláloc ¿Qué? Boletín del Seminario El Emblema de Tla-
Coordinadora de Humanidades
loc en Mesoamérica es una publicación trimestral del Proyecto El Emblema de Tláloc en Mesoamérica, del
Renato González Mello
Instituto de Investigaciones Estéticas de La Universidad
Director del Instituto de Investigaciones Estéticas
Nacional Autónoma de México, Circuito Mario de la Cueva s/n, Ciudad Universitaria, C.P. 04510, México
María Elena Ruiz Gallut
D.F. Tel. 5622-7547 Fax. 5665-4740.
Titular del proyecto
seminario.tlaloc@gmail.com
María Elena Ruiz Gallut América Malbrán Porto Enrique Méndez Torres Editores América Malbrán Porto Certificado de reserva de derecho al uso exclusivo
Diseño editorial
del título, Dirección General de Derechos de Autor, Secretaría de Educación Pública, número
( en
Consejo Editorial:
trámite ) . Certificados de licitud de título y de con-
Jorge Angulo Villaseñor
tenido, Comisión Certificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas, Secretaría de Gobernación,
Marie-Areti Hers
números, ( en trámite ) , ISSN ( en trámite ) .
Alejandro Villalobos Patrick Johansson K.
Portada y viñeta: Lámina 33, Códice Borbónico. Edición facsimilar. Ferndinand Anders, Maarten Jansen y Luis Reyes García (Comisión técnica investigadora). Sociedad Estatal Quinto Centenario- Akademische Druck Und Verlagsanstalt- Fondo de Cultura Económica. México. 1991 3
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CONTENIDO Presentación
p. 7
Análisis de los “entrelaces” en El Tajín Martín Cruz Sánchez
p. 9
Alma Imaña. Rituales mortuorios andinos en las zonas rurales aymara de Puno circunlacustre (Perú) Luperio David Onofre Mamani
p.26
Una imagen particular en Chavín de Huántar: anteojeras, bigotera y colmillos María Elena Ruiz Gallut
p. 43
Álbum del II Coloquio Internacional Arte, Arquitectura, Cosmovisión y Patrimonio Cultural
p. 50
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PRESENTACIÓN Uno de los objetivos del conocimiento es el de avanzar con pasos que integren las distintas miradas que pueden darse alrededor de los sucesos culturales. Esta emisión del Boletín representa, en cierta medida, la pluralidad de enfoques y disciplinas en las que concurre un tema como el que nos congrega en el proyecto Tláloc. De tal manera el primer artículo abre la discusión sobre lo que comúnmente se ha reconocido para las formas que recuerdan aquellas producidas por el arte de El Tajín, los llamados entrelaces, pero que más tempranamente encontraron espacio en algunas estructuras teotihuacanas. Martín Cruz Sánchez retoma parte de su trabajo de Maestría en este texto llamado Análisis de los entrelaces en El Tajín para hacer un estudio sistemático de sus elementos compositivos, revisando sus semejanzas y diferencias. Su trabajo se enfoca sobretodo en los diseños que se miran en los tableros de los juegos de pelota del mencionado sitio, para hacer una propuesta que distingue entre las llamadas volutas y otras representaciones que muestran una mayor complejidad. El segundo texto titulado Alma Imaña. Rituales mortuorios andinos en la zonas rurales Aymara de Puno circunlacustre (Perú) de Luperio David Onofre Mamani, ofrece un panorama detallado de las costumbres actuales de los campesinos aymaras alrededor de la concepción del mundo, en donde la muerte es sólo parte de un ciclo. La serie de actividades, fundamentalmente comunitarias, que se desarrollan en torno al hecho funerario tienen como propósito central el apoyar en el tránsito a una nueva “forma de vida”. El documento, abundante en ejemplos, analiza los diversos aspectos que intervienen en los rituales y explica cómo actualmente dichas comunidades mezclan conceptos y tradiciones de naturaleza andina con otras provenientes de la religiosidad católica. Con el artículo que lleva por nombre Una imagen particular en Chavín de Huántar: anteojeras, bigotera y colmillos, de la pluma de quien suscribe, se cierra finalmente este número. El texto da a conocer, por primera vez, los fragmentos de una vasija cuya iconografía resulta sorprendente, ya que semeja en sus formas a las que integran uno de
7
los rostros de Tláloc. La presentación del programa académico del II Coloquio Internacional Arte, Arquitectura, Cosmovisión y Patrimonio Cultural, celebrado en colaboración con la Universidad Nacional del Altiplano en Puno, Perú del 9 al 12 de septiembre, evento impulsado y apoyado por nuestro proyecto (PAPIIT IN401811), da cuenta aquí de algunas de las actividades relevantes en las que participan miembros del Seminario.
María Elena Ruiz Gallut
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ANÁLISIS DE LOS “ENTRELACES” EN EL TAJÍN Martín Cruz Sánchez 1
Pirámide de Los Nichos en Tajín. Foto América Malbrán 2013.
Tipología de entrelaces en El Tajín
E
n la gran mayoría de templos y palacios, así como en numerosas esculturas y en las pocas pinturas murales de El Tajín podemos observar entrelaces y volutas formando parte del discurso visual; su repertorio es limitado, empero, tras la aparente homogeneidad es-
tilística de estos motivos, existen múltiples y contrastantes variantes. Un gran número de ellos convergen en el ámbito del arte religioso aunque también los hay -en menor proporción- dentro del arte civil. Cabe advertir que para referirnos a las estructuras arquitectónicas y monumentos de El Tajín empleamos la nomenclatura asignada por Román Piña Chan y Patricia Castillo Peña. Para su estudio identificamos y clasificamos los siguientes tipos:
1. Maestro en Historia del Arte. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional Autónoma de México. 9
Fig. 1. Ubicación de piezas con entrelaces en Tajín. Tomado de Román Piña Chan y Patricia Castillo Peña, 2001: 31.
10
1. Entrelaces geometrizados con cabeza-
adyacente, ambos emergiendo del interior de
les en dos variantes: a) de forma casi cua-
la tierra (ibíd.: 39). Por la forma en que fueron
drada y b) semiredonda.
representados sugerimos que los escultores
En ambos casos, alternan rítmicamente su di-
tuvieron el propósito de enfatizar el aspecto
rección: arriba-abajo, izquierda-derecha y de-
dual que caracteriza a muchas deidades me-
jan un pequeño hueco en el punto de unión,
soamericanas. También añadiremos que en el
que al juego de luz y sombras, permiten obser-
monumento 149 observamos bien definido el
var una “S” en posición horizontal.
rostro de un hombre que de manera similar al
En cuanto a los que hemos llamado a) entrela-
ejemplo anterior, emerge de las entrañas de la
ces geometrizados con cabezales de forma
tierra pero no ocurre lo mismo con el resto de
casi cuadrada notamos algunos de estos
su cuerpo. En tanto que en el monumento 150
ejemplares en la sección intermedia del Grupo
vemos claramente las extremidades inferiores
de El Tajín Grande (Fig. 1), en las estructuras
del personaje con sandalias y unas volutas.
13 y 14, del Juego de Pelota (Piña Chan y Pa-
Nos parece pertinente hacer la siguiente acla-
tricia Castillo Peña, 2001: 31). En la estructura
ración en cuanto al empleo de los términos
14, monumentos 149 y 150 (Fig. 2) reconoce-
“entrelaces” y “volutas” a fin de evitar confusio-
mos un personaje masculino cuyo cuerpo se
nes innecesarias. Sugerimos que cuando estos
extiende lateralmente y se contrapone con el
motivos se enlacen o sugieran un punto de intersección que pudiera tener o no un nudo, deberíamos llamarles “entrelaces” a fin de distinguirlos de las propias “volutas” que, en mi opinión, claramente se diferencian de los anteriores porque aun cuando se las presenta de perfil, solo tienen un cabezal y si es el caso de verlas frontalmente, como generalmente ocurre en la escultura –éstos motivos proyectan su cabeza hacia el exterior, lo cual las individualiza aun estando abigarradas (Fig. 3) (ibíd.: 38). Creemos que Piña Chan y Castillo Peña cometen un error al designar con el término
Fig. 2. Personaje masculino. Tomado de Román Piña Chan y Patricia Castillo Peña, 2001: 39.
“volutas” a los diseños que ilustran en su obra 11
bajo la denominación Figura II.4, por las . razo-
simbólicos (abstractos y/o realistas). Sin em-
nes antes expuestas.
bargo, es aquí en donde los escultores introdu-
Pasemos ahora a los llamados b) entrelaces
jeron una innovación en el motivo que estamos
geometrizados con cabezales de forma se-
analizando, dando origen a otro tipo al que
miredonda. Estos son visibles en las estructu-
hemos denominado:
ras 11 y 11 bis, juego de pelota, monumentos
2. Entrelaces conformando el signo ollin. Al
157 y 159 (Fig.4) (Ibíd.: 2001: 40). Los autores
que ubicamos en la parte central de la pared
acotan que la estructura 11 bis, presenta es-
sur de la estructura 11, monumento 158 (Fig.
culturas que inician el juego de volutas o gan-
5) (ibid.:41). En él vemos dos serpientes bicé-
chos entrelazados; mientras que la estructura
falas con los entrelaces en posición horizontal,
11 parece comenzar el concepto de los frisos
con su típica forma de “S” acostada, con sus cabezales geometrizados de aspecto cuadriforme y dispuestos en direcciones opuestas, arriba-abajo, izquierda-derecha; justo en el punto de intersección, el rostro de dos personajes, con orejeras y yelmos distintos se, confrontan entre sí. Por tal razón sugerimos que quienes realizaron esta obra tuvieron el propósito de
Fig. 4 . entrelaces geometrizados con cabezales de forma semiredonda. Tomado de Piña Chan y Castillo Peña, 2001: 40.
Fig.3. Figura II.4 de Piña Chan y Castillo Peña, donde donomina Volutas a estos diseños. 2001: 38. 12
Fig. 5. Serpientes que forman el signo Ollin con sus lenguas. Tomado de Piña Chan y Castillo Peña, 2001: 41.
manifestar dos conceptos distintos pero com-
miran en sentido opuesto (estrella matutina y
plementarios entre sí, que confieren unidad a
estrella vespertina: oriente y occidente); en
la naturaleza de sus dioses. La presencia del
tanto que el signo ollin formado por las lenguas
signo ollin que advertimos en el entrelazamien-
serpentinas indica que el “movimiento de Ve-
to de las lenguas viperinas hace referencia a
nus” corresponde a su desplazamiento celeste.
las relaciones que como individuos y colectivi-
Y, por lo que respecta a la confrontación de las
dad guardaron los habitantes de El Tajín en
cabezas de las serpientes, consideran que am-
relación con su entorno inmediato y con el uni-
bas proyectan la cabeza de un saurio. Final-
verso, en donde tiempo-espacio conjugaron la
mente concluyen que estos dos juegos de pe-
unión de los contrarios dando origen al movi-
lota presentan el desarrollo de la greca o volu-
miento y, paralelamente a ello, a la unidad. Pe-
ta denotando movimiento y esbozando el signo
ro también si los vemos frontalmente y a cierta
que posteriormente caracterizará al estilo: nos
distancia estos rostros serpentinos confronta-
referimos al símbolo ollin (Fig. 6) (ibíd.: 136).
dos parecen revelarnos la intención de sus rea-
3. Entrelaces que forman una retícula: son
lizadores, que en opinión de Piña Chan y Cas-
aquéllos que vemos en el Edificio D, de El
tillo Peña fue mostrarnos un rostro zoomorfo.
Tajín Chico. De acuerdo con Brüeggemann,
En cuanto a la hipótesis que Piña Chan y Cas-
“Este edificio lleva en su fachada occidental
tillo Peña elaboran con respecto al monumento
unos rombos encadenados cuyo significado es
158, dicen que en este caso las serpientes, por
otra vez el tema principal en todas las obras
sus volutas o viento, son celestes; que en el
plásticas de Tajín: las dos manifestaciones
centro se desdoblan para simbolizar la duali-
contrarias de la vida y del cosmos en general,
dad del personaje que es Venus, y cuyas caras
unidas por una sola esencia” (Brüeggemann, 13
1992: 55-83; vid cfr. Winning, 1987, Tomo I: 105, fig.14 b). Dadas las características que tiene, pareciera que se trata de entrelaces reticulados como los que observamos en etapas más tardías en las pinturas murales de Teotihuacán. Incluyo estos diseños porque, aunque de manera muy estilizada, los artífices de El Tajín hicieron este tipo de entrelaces que en cierta forma se asemejan a los teotihuacanos. Hasso von Winning ofrece algunos ejemplares de entrelaces en las subdivisiones de los murales, que también se usaron como marcos en Tetitla y Tepantitla siendo el empleo de este método una característica teotihuacana. El arreglo de las características bandas decoradas recuerda los motivos serpentinos y es notable la perfecta simetría y armonía de las composiciones. Ligados a este tipo, encontramos otros a los que denominamos entrelaces romboidales de esquinas fitomorfas con un círculo central: suponemos que se trata de una variante del tipo anterior y se localizan en el Edificio I donde los entrelaces fueron pintados sobre fondo verde y el color turquesa de ellos contrasta notablemente. Cruzados sobre un rombo y unidos céntricamente por un círculo pequeño, sus cabezales salen del espacio romboidal. Tanto los ángulos de la figura principal -es deFig.6. Símbolo del ollin en grecas y volutas. Tomado de Piña Chan y Castillo Peña, 2001: 137.
cir, del rombo- como los entrelaces rematan en volutas y una especie de hojas (Ladrón de 14
Guevara,1992 : 113) (Fig. 7).
ca. La disposición de estas canchas en el co-
4. Entrelaces complejos: se localizan en el
razón de El Tajín, sugieren que un grupo sa-
muro exterior sobre la pared sur del mismo edi-
cerdotal dirigía el ritual y a través de su prácti-
ficio (Fig.8), abigarrados y sin orden, como si
ca integraban socialmente a toda la población,
se hubiera tenido el propósito de haberlos colo-
ejerciendo el dominio y el control sobre la
cado caprichosamente (Ibíd.: 116).
Metrópoli y posiblemente también en los pue-
Nos ocuparemos ahora de aquellos que se
blos circunvecinos (Vid. Pasztory, 1972: 441-
asemejan a los que vemos en Teotihuacán:
455). El hallazgo de múltiples objetos líticos, cerámica y estructuras arquitectónicas de-
Análisis de los “entrelaces” en los tableros
muestran que el juego de pelota fue amplia-
del Juego de Pelota Norte y Sur.
mente conocido por los mesoamericanos con
Los entrelaces que observamos en ambos jue-
variantes en su planta: desde aquellas en for-
gos de pelota2 de El Tajín nos obligan a expo-
ma de doble “T” o “I”, hasta las de “T” sim-
ner la importancia que asumió esta actividad
ple3 (Uriarte, 2001: 227-290, Gómez Chávez,
Fig. 7. Fragmento de pintura mural del Edificio I, donde se aprecian entrelaces de color turquesa pintados sobre fondo verde. Tomado de Ladrón de Guevara, 1992: 113.
2.El juego de pelota implicó entre otras cosas, el sacrificio humano y en los relieves de El Tajín éste se registró en dos modalidades: por decapitación o extracción del corazón, pese a que aún no contamos todavía con vestigios humanos que lo confirmen. 3.Gómez Chávez acota que en El Tajín observamos plantas arquitectónicas en “I” y doble “T”; corresponden a la primera modalidad los Juegos de Pelota Norte y
Sur; en cuanto a la segunda, en las estructuras 13 y 14. Hay diferencias en las paredes: verticales y sin cornisa (Juego de Pelota Sur), o con ella (Juego de Pelota Norte); de paredes laterales inclinadas en dirección hacia el espacio ritual o patio (estructuras 17 y 27, 13 y 14). Piña Chan y Castillo Peña señalan que el Juego de Pelota Norte lo constituyen las estructuras 24 y 25. 15
Fig.8. Entrelaces complejos del Edificio I. Se aprecia la disposición caprichosa de los motivos. Tomado de Ladrón de Guevara, 1992: 113.
2004:165-199; Wilkerson, 1987:34; Piña Chan
dad4 (Pascual Soto, 2009:221). El hallazgo de
y Castillo Peña, Op.cit.:35; Brüeggemann,
todas estas edificaciones nos hace suponer
Op.cit.:84-97). En Teotihuacán como en El
que dicha actividad religiosa fue una de las
Tajín se han encontrado distintos artefactos
más relevantes en El Tajín.
asociados con el juego de pelota. Existe una
Los entrelaces que guardan semejanza con los
amplia gama de accesorios ligados a él: mar-
que observamos en Teotihuacán proceden de
cadores, altares, lápidas, estelas, cabezas con
los Juegos de Pelota Norte y Sur. Sara Ladrón
espiga y anillos (Federico Arreola, 1972: 435-
de Guevara realiza un análisis comparativo e
439; Gómez Chávez, et al, 2004; Ladrón de
identifica algunos temas recurrentes en los que
Guevara, 2005: 77-102) mientras que García
nota ciertos convencionalismos establecidos;
Payón halló algunos artefactos líticos ahueca-
opina que las escenas representadas en los
dos que fueron empleados como base para las
tableros de estas estructuras guardan muchos
pelotas de hule probablemente como los que
aspectos en común. Por ejemplo: en algunas
se aprecian en el Edificio 42 o de Las Colum-
escenas las plantas del maguey fueron coloca-
nas. Actualmente se conocen en El Tajín 17 estruc-
4.Pascual Soto, 2009, Fig. 143, fotografía del Gran Juego de Pelota, en El Tajín; está formado por dos importantes estructuras paralelas, tan altas como la propia Pirámide de los Nichos, la cancha se haya enmarcada por paredes ensambladas con sillares de piedra sin relieves.
turas destinadas para tal fin. Arturo Pascual Soto insiste en la importancia del Gran Juego de Pelota ubicado en la zona norte de la ciu16
das al lado este y se contraponen con la apari-
discurso visual como fuente directa de informa-
ción de un personaje hombre-águila asociado
ción, porque los entrelaces están ligados a es-
con el Sol del poniente. La simbolización del
cenas religiosas y junto con la pintura mural,
juego como oposición de dos serpientes en
son un medio de comunicación propio de la
donde el entrecruzamiento de sus cuerpos for-
elite de El Tajín.
ma el glifo ollin y la muerte es otro tema pre-
a) El Juego de Pelota Norte, 700-900 d.C.
sente en cada esquina (Ladrón de Guevara,
Conformado por las estructuras 24-25, idénti-
2005: 77-103) y proponemos que son bastante
cas, rematadas con cornisas volantes, un eje
más elocuentes que cualquier otro testimonio.
oriente-poniente, un patio angosto y bajo, lon-
En ellos reconocemos con mayor prontitud al-
gitudinalmente en forma de “I”, mide 26.5 m,
gunos objetos del mundo visible, pero también
tiene paredes verticales y seis tableros de los
distinguimos otros de naturaleza simbólica. Las
cuales cuatro de ellos representan ceremonias
escenas han dado cauce a interesantes inter-
relacionadas con el juego de pelota mientras
pretaciones y sin embargo ninguna de ellas ha
que los dos centrales atañen a la “respuesta o
satisfecho por completo a quienes nos intere-
desempeño de los dioses en algunos rituales
samos en estas antiguas culturas5 (Wilkerson,
afines pero propios”6 (Wilkerson, 1987:34-35).
Op.cit.:79; Brüeggemann, Op.cit.: 85-97; Piña
Los
entrelaces de los tableros sureste 060,
Chan y Castillo Peña, Op.cit.; Zaleta Juárez, 1980:62-65).
restantes: primero debemos leer el panel norte central (monumento 540) y después el sur central (monumento 533) Leonardo Zaleta Juárez ofrece una interpretación poco común: la lectura de los tableros inicia con el tablero noroeste, noreste, suroeste, sureste, central norte y central sur. Los cuatro relieves de las esquinas del Juego de Pelota Sur representan escenas rituales (los del norte están asociados con el juego) mientras que los dos sureños se vinculan con el rito de iniciación de un jugador o guerrero, en tanto que los centrales aluden la temática de la ceremonia del pulque. 6. El artífice esculpió imágenes reales y simbólicas formalmente dentro de tres espacios: a diferencia de los tableros del Juego de Pelota Sur, la escena principal se ubica al centro y ocupa la mayor extensión. Los entrelaces se miran en los flancos derecho e izquierdo mientras que en el nivel superior únicamente hay imágenes simbólicas relacionadas con el dios del Viento en sus diferentes advocaciones. La máscara bucal del dios del Viento en el monumento 063 se asemeja al diseño que vemos en Teotihuacán, aunque aquí es más refinado y claramente está ligado a un rostro con atributos que ca-
La ausencia de textos elaborados por los habitantes de esta Metrópoli es una limitante para el estudio de los entrelaces en El Tajín, empero me parece que deberíamos considerar este 5. Wilkerson propone que los relieves del Juego de Pelota Sur deben leerse linealmente, partiendo del tablero 1 (sureste), 2 (suroeste), 3 (noroeste), 4 (noreste) 5 (norte central) y 6 (sur-central). Brüeggemann, propone que la lectura debe hacerse en forma cruzada, comenzando con los tableros 1sureste y 4 noroeste, 3 suroeste y 6 noroeste, concluyendo con los dos restantes, 5 sur-central y 2 norte-central. Román Piña Chan y Patricia Castillo Peña es similar su propuesta a la de Brüeggemann: lectura del tablero sureste (monumento 532), noroeste (monumento 539), suroeste (monumento 537), y noreste (monumento 543); difiriendo en los paneles 17
Fig.9. Tableros del Juego de Pelota Norte. Tomados de Piña Chan y Castillo Peña, 2001: 47,45 y 43 respectivamente.
noroeste 063, y suroeste 058 (Fig.9) están me-
543. En la parte superior miramos la imagen
jor conservados (Piña Chan y Castillo Peña,
de una deidad con dos rostros confrontados,
Op.cit.: 47, 45, 43). Presentan un diseño en
asociada al viento. La lengua exhibe una punta
forma de “S” en posición horizontal, con cabe-
angulosa como navaja de pedernal. En el ta-
zales redondos en los extremos, expuestos de
blero noroeste 063, la escena principal está
izquierda-derecha, arriba-abajo y alternan con
decorada con entrelaces a ambos lados. Se
otro motivo en el que se ven dos bandas angu-
trata del mismo personaje que apreciamos en
lares entrelazadas sin aparentemente cabeza-
el tablero anterior pero ahora sentado de cucli-
les propios; podemos concluir que se parecen
llas sobre la estructura, recibiendo de manos
a los que observamos esculpidos en los monu-
de otro personaje el atavío para el ritual. Coro-
mentos 539 y 543 del Juego de Pelota Sur. El
nado por el enorme rostro de una deidad aso-
tablero sureste 060 muestra a un personaje
ciada con el viento, mostrando su máscara bu-
con el cuerpo en posición frontal, la cara de
cal de pico de pato, los brazos abiertos y
perfil, ricamente ataviado y sentado sobre una
flexionados hacia arriba. En uno de los extre-
estructura. A espaldas suyas la imagen de una
mos se aprecian dos bandas entrelazadas con
enorme serpiente. Esta escena está flanquea-
el cuerpo longitudinal sinuoso, en posición ver-
da por entrelaces similares a los que vemos en
tical y rematando en dos ganchos con cabeza-
el Juego de Pelota Sur, monumentos 539 y
les en forma de prolongadas “S”. El tablero 18
suroeste 058, representa al mismo personaje sentado de cuclillas sobre un recipiente, portando el atavío ritual en el que se entremezclan algunos atributos del murciélago, visibles en los brazos extendidos de esta figura y llevando en su rostro la cabeza de un ave rapaz. Dos personajes –femenino y masculino-
parados
sobre el borde de un recipiente que contiene el agua y sujetando una cinta como intentando ayudar al que está acuclillado. Arriba de ellos se ve el rostro frontal del dios del Viento, con el cuerpo lateral y, extrañamente, un disco hueco con un nudo o entrelace al centro y marcando
Fig.10. Tablero noreste, monumento 061. Tomado de Piña Chan y Castillo Peña, 2001: 44.
posiblemente los cuatro rumbos del universo que convergen al interior del disco. En uno de los extremos aparecen dos anchas bandas an-
Nada podemos decir de los entrelaces labra-
gulares entrelazadas que rematan con sus ca-
dos en los tableros central sur, monumento
bezales en forma de ganchos semi-angulares y
059 y central norte, monumento 062 (Fig. 11)
ligeramente retorcidos.
(Ibíd.: 49, 48 respectivamente), porque su con-
Otra variante la vemos en el tablero noreste,
servación es bastante precaria (Vid. Ladrón de
monumento 061 (Fig. 10) (Piña Chan y Castillo
Guevara, 2005; Vid. cfr. Wilkerson, 1987)7.
Peña, Op.cit.:44) se trata de gruesas “S” de cuerpo erguido con cabezales contrapuestos
b) El Juego de Pelota Sur. 900-1100 d.C.
que alternan con un par de anchas bandas an-
Tiene un alineamiento de oriente-poniente, po-
gulosas y entrelazadas, a las que se les aña-
see paredes verticales y seis tableros graba-
dieron dos ganchos pequeños y angostos con
dos, dadas las medidas que presenta -60.45 m
su cabezal semiredondo y contrapuesto. Nada
de largo por 10.5 m de ancho- se ubica entre
podemos decir de los entrelaces labrados en los tableros central sur, monumento 059 y cen-
7. Para su ubicación, me baso en la obra de Sara Ladrón de Guevara aunque difiere con la propuesta de Jeffrey K. Wilkerson al no coincidir en cuanto a la orientación de los relieves.
tral norte, monumento 062 (Fig. 11) (Ibíd.: 49, 48 respectivamente), porque su conservación 19
Fig.11. Tableros central sur, monumento 059 y central norte, monumento 062 Tomados de Piña Chan y Castillo Peña, 2001: 49, 48 respectivamente
los más grandes de esta urbe. La singularidad
1)
de las estructuras que lo conforman [Edificio 5
los momentos del ritual, en el que hombres y dioses se reúnen.
-de planta trapezoidal- y El edificio 6 –en forma
2)
los que exponen ideas religiosas ligadas
de una pirámide escalonada-] lo diferencian del
al juego de pelota9 (Wilkerson, op. Cit.:61-
resto8 (Wilkerson, Op.cit.: 61; vid. cfr. Ladrón
70; Vid. cfr. Ladrón de Guevara, 2005:
de Guevara, 2005:78; De la Garza e Izquierdo,
78).
1980: 315-333; Sahagún, 1985). Propongo que
Opino que los cuatro relieves ubicados en los
abordan dos temas:
ángulos del Juego de Pelota Sur, narran los momentos más álgidos y significativos del ritual. Por lo que su discurso visual se modifica y
8. Sara Ladrón de Guevara sugiere, con medidas precautorias, que acaso el Juego de Pelota Sur fuese un sitio propio para otro tipo de rituales y que por tener en el centro un espacio similar al de una cancha típica representase al Teotlachtli, la cancha donde jugaban los dioses. Mercedes de la Garza y Ana Luisa Izquierdo, acotan que el juego de pelota está asociado a simbolismo mítico-religioso, el cual es palpable en: códices, ubicación de la propia estructura del Juego de Pelota y elementos que lo integran, así como en los rituales y deidades asociadas al juego, entre otros.
por ende, todos los objetos reales o no, adquieren un significado específico. Con base en
9. Wilkerson distingue dos temas en los bajorrelieves: el ritual del Juego de Pelota y lo que él llama la respuesta de los dioses. 20
esta idea, propongo que la medición y percepción del tiempo, llega a nosotros a través de la narrativa desplegado en cada tablero. Lugar donde el escultor fue capaz de ligar la temporalidad cotidiana con el tiempo mítico. En apariencia las escenas parecen mostrarnos un espacio fragmentado, sin embargo no es así. Todas están vinculadas a los principios cosmogónicos que rigen a la comunidad, en los que cada ente, real o imaginario, tiene un lugar y tiempo determinado10.
Entrelaces en los cuatro tableros angulares del Juego de Pelota Sur identifico dos tipos: A) monumentos 532 y 537– sureste y suroeste- (Fig.12) (Piña Chan y Castillo Peña, Op.cit.: 69, 72 respectivamente; vid. Wilkerson, Op.cit.: 64-65; Castillo Peña, 1995), partiendo del punto de arranque se aprecia un diseño que a simple vista sugiere el perfil de una mandíbula estilizada o quizá los primeros brotes de una planta –acaso sea maíz- alternándose con otro motivo que semeja una especie de “Y” invertida, con el pie completa-
10. Sugiero que el escultor hizo referencia al espacio cosmogónico al que sugiere en los términos siguientes: 1) el destinado a los dioses y hombres –ocupando la plana mayor-; 2) el dedicado a las imágenes simbólicas al que ubico en la parte más alta del tablero; 3) la zona para los entrelaces –en dos modalidades- sin mezclarlos con otros motivos y 4) la parte donde un ser descarnado emerge de una olla, desde las profundidades del ¿océano? y cuya presencia alude a la muerte.
Fig. 12. Monumentos 532 y 537, tableros del Juego de Pelota Sur. Tomados de Piña Chan y Castillo Peña, 2001: 69, 72 respectivamente
21
mente vertical y sus brazos cortos, ligeramente retorcidos. Sobrepuestos, vemos los entrelaces con su típica forma de “S” y cuerpo longitudinal inclinado hacia la izquierda, sus cabezales alternándose direccionalmente arriba-abajo, izquierda-derecha, incorporando a la vez entrelaces de forma distinta: constituidos por dos bandas angulares entrelazadas, dispuestas en posición vertical y decorada por pequeñas plumas que van terciadas y colocadas rítmicamente arriba-abajo que rematan sin cabeza. B) monumentos 539 y 543 -noroeste y noreste (Fig. 13). Ubicados en la parte inferior de los tableros éstos presentan una forma de “S”, en posición horizontal, con cabezales redondos en los extremos, expuestos de izquierda-derecha, arriba-abajo y alternando con otro motivo en el que se miran dos bandas angulares entrelazadas sin aparentemente cabezales propios; podemos concluir que se parecen a los que vemos esculpidos en los monumentos 539 y 543 del Juego de Pelota Sur. En cierta forma se asemejan a los descritos en el apartado A, pero con algunas diferencias, por ejemplo, ambos tienen la característica forma de “S” en posición horizontal, con sus dos cabezales, alternándose de izquierda-derecha, direccionalmente dispuestas arriba-abajo. Son distintas entre sí porque en el apartado A se combinan
Fig.13. Monumentos 539 y 543 , tableros del Juego de Pelota Sur. Tomados de Piña Chan y Castillo Peña, 2001: 72 y 71 respectivamente
con los elementos de dos bandas horizontales en los que miramos por una parte, los entrela22
ces que hemos descrito a los que se les añaden pequeñas plumas; y en la otra banda, pequeñas mandíbulas estilizadas o brotes de maíz alternándose con unas “Y” invertidas; mientras que los entrelaces del apartado B aparecen solitarios.
Entrelaces en los tableros centrales del Juego de Pelota Sur Monumentos 540 y 533, norte central y sur central (Fig. 14) (Piña Chan y Patricia Castillo Peña, Op.cit: 75, 76; vid. cfr. Wilkerson, 1987) en este caso propongo que el escultor distribuye su discurso visual formalmente en cinco espacios: 1) nivel inferior, entrelaces. 2) nivel central, escena terrestre en la que convergen el dios de la lluvia, el sol, el viento y el huracán con los hombres 3) y 4,) laterales derecho e izquierdo, imágenes simbólicas, segmentadas verticalmente en cuatro bandas, en dos de las cuales se miran ganchos o ¿huesos?; en otra dos serpientes confrontadas, y en una más el rostro de un ¿búho? entrelazado por enormes plumas exhibiendo un par de brazos y 5) el nivel superior albergando la imagen simbólica de dos personajes con el cuerpo y el Fig.14. Monumentos 540 y 533, norte central y sur central del Juego de Pelota Sur. Tomado de Piña Chan y Patricia Castillo Peña, 2001: 75 y 76.
rostro confrontados, que al unir sus cabezas muestran el rostro de un dios sonriente, portando la máscara bucal del dios del viento. 23
Los motivos que observamos en ellos -nivel
Bibliografía
inferior- probablemente son los mismos, aun-
Brüeggemann, Jüergen K.
que parcialmente se conserven en el segundo
1992 Tajín. Equilibrista, Citibank. México.
ejemplar. En principio, observo que posiblemente se trata del rostro individual y estilizado
Castillo Peña, Patricia
de dos felinos, construidos a partir de un gan-
1995 La expresión simbólica del Tajín. Museo
cho de extenso cuerpo longitudinal con cabe-
Nacional
de
las
Culturas,Colección
zales a ambos extremos, ligeramente angula-
Científica: 306. Serie Arqueología. Insti-
res y de giros semiredondos que convergen al
tuto nacional de Antropología e Historia,
centro. Dos círculos pequeños simulan los
México.
ojos, en tanto que debajo de ellos apreciamos un diseño que aparenta la nariz y expone parte
De la Garza, Mercedes, Ana Luisa Izquierdo
de la mandíbula superior11. Por encima de sus
1980 “El Ullamaliztli en el siglo XVI”, en Estu-
rostros se miran un par de entrelaces angula-
dios de Cultura Náhuatl, número 14, Ins-
res acéfalos que van alternándose con otro
tituto de Investigaciones Históricas, Uni-
que ostenta la forma de una “Y” invertida o no,
versidad nacional Autónoma de México.
con brazos cortos y semicirculares y la orien-
México, pp. 315-333.
tación de ellos está determinada por la posición del motivo referido.
Federico Arreola, Teresa 1972 “Algunos aspectos del desarrollo histórico mesoamericano y el juego de pelota” en Religión en Mesoamérica, XII Mesa Redonda, Sociedad Mexicana de Antropología, México, pp. 435-439. Gómez Chávez, Sergio; Julie Gazzola y Jaime
11. En cierto modo este diseño guarda cierto parecido al que vemos en el Altar sub 53 del Complejo de la Calzada de los Muertos en Teotihuacan, quizá como bien señala Arturo Pascual Soto, los habitantes de El Tajín imitaron a los teotihuacanos, no de forma directa, porque eso fue imposible dado que ambas ciudades están desfasadas, pero sí pudo llevarse a efecto a través de otras culturas que tejieron una red intermediaria entre el Altiplano Central y el litoral veracruzano.
Nuñez Hernández 2004 “Nuevas ideas sobre el juego de pelota en Teotihuacán” en Mesa Redonda de Teotihuacán: La Costa del Golfo en tiempos teotihuacanos: propuestas y 24
perspectivas; María Elena Ruiz Gallut y
1985 Historia General de las Cosas de la
Arturo Pascual Soto editores. Instituto
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Nacional de Antropología e Historia,
Ángel María Garibay K, Colección Se-
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Ladrón de Guevara, Sara
Uriarte, María Teresa
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2001 “Tepantitla, el Juego de Pelota”, en:
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cruz.
cas, Universidad Nacional Autónoma de México, México. pp. 227-290.
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2009 El Tajín: arte y poder, Instituto de Inves tigaciones Estéticas, Universidad Nacio
1987 La iconografía de Teotihuacán: Los dio-
nal Autónoma de México, México.
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tuto de Investigaciones Estéticas, Uni-
1972 “The historical and religius significance
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1980 El Tajín: misterio y belleza, Artes Impresas Eón SA. México.
Sahagún, Bernardino de
25
ALMA IMAÑA. RITUALES MORTUORIOS ANDINOS EN LAS ZONAS RURALES AYMARA DE PUNO CIRCUNLACUSTRE (PERÚ) Luperio David Onofre Mamani1
Puno, lago Titicaca. Foto América Malbrán 2013
1.
Las Comunidades Aymara Circunlacustres de Puno
E
l presente estudio tiene como principal objetivo describir detalladamente e interpretar los rituales mortuorios andinos contemporáneos en las zonas rurales aymara de Puno Circunlacustre, específicamente en las comunidades de Wakani (Pomata), Moya Pampa (Juli),
Ccota (Platería), Chinchera (Chucuito), Anccaca (Laraqueri) y Urus Chulluni (Puno). En estas comunidades campesinas aymaras la concepción del mundo es diferente de la visión de Occidente, por cuanto todo lo que existe en el mundo tiene vida, y todos sus elementos tienen la virtud de relacionarse y, además, transcurren por sus respectivos ciclos vitales. Esta percepción aymara del mundo también se expresa en la visión de la muerte, en cuanto se percibe como una forma de vida, que ocurre después del fallecimiento. Para ello es necesario morir (o "permanecer dormido"). Existe la creencia que en esa nueva condición la vida se desarrolla con las mismas peculia-
1. Universidad Nacional del Altiplano, Puno-Perú 26
ridades que en este mundo.
que estos ritos no son pues estrictamente andi-
Para lograr que el alma pueda desenvolverse a
nos. Hay una mezcla con la concepción y los
plenitud en el mundo de los muertos, el
símbolos católicos que a mi modo de ver han
"mundo alma", es necesario realizar un conjun-
sido reconvertidos o andinizados.
to de rituales, que deben efectuarse antes, du-
Primero caracterizamos las comunidades a
rante y después del entierro, preparar ofrendas
que se refiere este aporte. De manera general
y desplegar ciertos comportamientos colecti-
debemos señalar que estas comunidades se
vos. De esta manera se reconforta las relacio-
desarrollan sobre la base de una economía
nes entre los que vivimos en esta vida y los
productiva de agricultura, ganadería y pesca.
muertos.
La producción y la productividad tienen un bajo
El fallecimiento, el entierro y el duelo, compro-
nivel con escasa incorporación de tecnología
meten nuevamente a los hombres a expresar y
moderna. Las comunidades practican más bien
reafirmar de manera especial los valores andi-
una tecnología tradicional y un modo de pro-
nos, como son la reciprocidad, la solidaridad, el
ducción andina. Como tal, desarrollaron una
parentesco y los valores éticos.
agricultura altamente diversificada, con rota-
Los diferentes rituales efectuados por los
ción de cultivos, control natural de las plagas y
miembros de estas comunidades campesinas,
una forma colectiva de la organización produc-
tienen un objetivo común: ayudar al muerto en
tiva con un sistema de ayuda mutua basada en
esa nueva forma de vida. Cumpliendo con to-
ayni, satja y minka, que resultan en una tecno-
dos los rituales, finalmente logramos conseguir
logía adecuada de la producción y una organi-
todo lo que el muerto necesita en esa vida: te-
zación racional de la fuerza de trabajo. Funda-
rreno, casa, víveres, enseres, animales, terre-
mento de la economía y la tecnología es una
nos de cultivo y otros elementos. Esta relación
visión del mundo en que el entorno natural y
se perenniza en la medida en que haya una
social es concebido como algo vivo, perma-
constante rememoración de las almas, que
nente, que cada cierto tiempo se recrea ritual-
pueden consistir en misas, ofrendas, rezos, vi-
mente con la finalidad de estar así al ritmo del
sitas a la tumba, adornos florales, en fin, llevar-
progreso de las sociedades.
los siempre en nuestra memoria.
La familia constituye la unidad social básica de
Los rituales mortuorios tienen muchos procedi-
la comunidad. A partir de ella se ha tejido un
mientos en común, pero se diferencian en los
complejo sistema de relaciones de parentesco.
detalles. Por otro lado, se ha podido constatar
La familia es el vehículo que transmite los valo27
res culturales y sus expresiones. Las condicio-
de los muertos. Llevados por esta fe, desarro-
nes de vida de la familia son precarias, de mo-
llan un amplio conjunto de ceremonias, cos-
do que cada vez más se hace sentir la pobre-
tumbres, acciones, eventos y procesos ritua-
za, la desnutrición, el analfabetismo, la mortali-
les.
dad infantil y materna. Un recurso particular para enfrentar esta situación es la medicina
2. "Tukusiña": el fallecimiento
andina. En términos de la medicina tradicional
En el mundo aymara, los fallecimientos son
andina existe un amplio conocimiento sobre la
posibles percibirlos antes de que ocurran, a
salud y la enfermedad, con que los comuneros
través de los presagios. Gracias a esta percep-
contrarrestan estas anomalías y se procuran la
tibilidad se pueden describir y explicar estos
salud.
acontecimientos religiosos.
El efecto de una fuerte presión modernizante
Al respecto hay una variedad de indicadores.
que ejerce la sociedad moderna, neoliberal y
Por ejemplo, la presencia de un gran número
materialista, estas comunidades experimentan
de moscas en las habitaciones, el aullido del
cambios profundos que amenazan la perviven-
perro, el frecuente descanso del búho sobre el
cia de sus tradiciones. A pesar de ello la cultu-
techo: estos son presagios de la muerte de un
ra aymara continúa firme, vigente y arraigada
familiar. El búho, como ave nocturna, pertene-
profundamente en sus valores de comunitarie-
ce al manka pacha, el mundo oscuro de aden-
dad, solidaridad, laboriosidad, familiaridad, ge-
tro, y es lógico que viene a avisar sobre la
nerosidad, dignidad personal y colectiva. Otro
muerte. Las visitas de algunas aves del lago,
elemento cultural importantísimo que se con-
los "kota jamach´is", pronostican la muerte
serva intacto es el idioma, el "jaque aru". A
también, porque dicen que vienen a llevarse el
través de su idioma los aymaras pueden reco-
alma de las personas. Para evitar que se cum-
nocer y explicar su visión del mundo y su uni-
pla tal presagio y para que no se muera ningún
verso simbólico, desarrollan armónicamente y
familiar, hay que ahuyentar a estos pájaros de
reproducen fielmente el sistema andino de re-
mal agüero. Otros presagios que se observan
laciones y estructuras sociales.
son: el comportamiento de las personas que
En la religión de los aymaras ocupa un lugar
van a morir: si alguno de ellos se tropieza al
muy importante su fe en las almas de los muer-
caminar: cuando hace algo inusual, cuando
tos, en particular la partida del alma después
actúa de manera tan amable como en toda su
de la muerte y su establecimiento en el mundo
vida no ha sido así. Es así como la persona 28
misma anuncia su muerte. Se cree que de to-
Cuando se anuncia la muerte de una persona,
das maneras morirá.
es necesario preparar al paciente para la de-
Otra manera de presagiar la muerte es a través
función. Para eso se contrata un yatiri (un sa-
de los sueños. Cuando una persona en sueños
bio) o un resiri (un orador) para que realice el
conduce un carro, cuando así ingresa y sale de
rito de la "t´akja" que es la separación simbóli-
una casa o cuando se sueña manipulando sal
ca entre la muerte y la vida. El objetivo de este
y carne de un animal degollado, significa que
rito es ayudar a morir a la persona desahucia-
alguno de la comunidad va morir. Algunas ve-
da. En estos casos algunas familias aprove-
ces pueden precisar también las personas que
chan para reunir a los familiares que viven cer-
van a morir; por ejemplo, cuando pierde los
ca, con la finalidad de perdonarse con el mori-
dientes en sueños: esto significa que uno de
bundo antes de su muerte. Cuando ocurre la
sus padres o de sus familiares cercanos va a
muerte, los familiares hacen oraciones y le pi-
morir.
den al moribundo para que diga: "¡Jesús,
Una persona puede llegar a presentir su muer-
Jesús!".
te y reconocer los presagios de su próximo fa-
En el caso, que la agonía del paciente continúe
llecimiento. Por ejemplo, cuando se sueña con
por varios días, se reunirá a todos los familia-
muertos conocidos o desconocidos. Por eso,
res con la finalidad de que el desahuciado se
no es de extrañar que algunos anuncian y co-
perdone con alguno de ellos. Coincidentemen-
munican su muerte a sus familiares. Inclusive
te ocurre que la persona fenece con tranquili-
pueden reunirlos para darles por anticipado la
dad, momentos después del encuentro más
herencia sobre la base de un testamento.
esperado con el familiar más querido. Hasta la
Otra manera de pronosticar la muerte, es recu-
fecha no podemos explicar este fenómeno con
rriendo al diagnóstico del cuy, a través del cual
mayor juicio.
se determina la enfermedad de una persona o
Los criterios para declarar muerta a una perso-
su eventual deceso. El procedimiento consiste
na giran en torno a la percepción del latido del
en observar los intestinos del animal: si éstos
corazón o la respiración o cuando el cuerpo
se presentan en forma de un collar o rosario, la
sufre un proceso lento y progresivo de enfria-
muerte será indudable y por lo tanto hay que
miento. Consumado el hecho, se derraman las
prever todas las acciones necesarias para el
primeras lágrimas. En seguida los familiares se
entierro. Una de las primeras tareas es visitar
vestirán con luto. Los varones generalmente
el templo o la capilla para prender velas.
usan un sombrero, poncho, pantalón y chalina 29
negros; las mujeres utilizan phullo (el velo andi-
Los comuneros ni bien se enteran del falleci-
no), mantón y pollera negros. Los hijos pueden
miento se constituyen en casa del finado, lle-
vestirse igual o en todo caso utilizar cualquier
vando consigo regalos _las apjatas_ consisten-
vestidura negra. En algunas comunidades la
tes en especies, bebidas y coca, y ofreciéndo-
solidaridad se expresa en prestar ropa negra
se a asumir algunas responsabilidades confor-
hasta los ocho días.
me lo requieran las circunstancias. Tales servi-
Seguidamente se confecciona el ataúd, pidién-
cios son, por ejemplo, encargarse de lavar al
dose este servicio a un aficionado en carpinter-
muerto, ayudar en la cocina, encargarse de los
ía que no sea pariente del finado. Si la familia
trámites legales, preparar el ambiente para el
es pudiente podrá comprarse el ataúd. En caso
velorio, preparar las ofrendas y orientar a los
de extrema pobreza y donde falta o escasea la
dolientes respecto a la secuencia de los diver-
madera, como en comunidades aisladas de
sos ritos que deben cumplirse en honor al falle-
altura, simplemente se envolverá el cadáver en
cido.
un chusi, una frazada, pero esta costumbre se
La responsabilidad del jefe de familia es con-
practica en muy pocas comunidades de altura.
vocar a todos los familiares del finado, con el
El fallecimiento conmueve y compromete gene-
fin de conversar y tomar acuerdos respecto a
ralmente a toda la comunidad. Los comuneros
los gastos que ocasionará el entierro. Asimis-
asumen una serie de tareas con la única finali-
mo se hace un anticipo de cómo se distribuirán
dad de apoyar moral y materialmente a los fa-
las pertenencias del finado. En adelanto de es-
miliares del muerto. La primera tarea de los fa-
ta herencia todos los familiares concertan en
miliares es comunicar el fallecimiento a las au-
acopiar cuasi equitativamente diversos produc-
toridades de la comunidad. En algunos casos
tos o víveres que servirán para preparar los
éstos pueden intermediar para que la comuni-
fiambres y las comidas. Esta costumbre es pe-
dad contribuya en los diferentes gastos que
culiar en estas comunidades aymaras.
con esta ocasión realiza la familia. La respues-
La siguiente tarea es contratar a una persona
ta solidaria es casi de inmediato. Este acto soli-
que no sea familiar, para que se encargue de
dario es común entre los comuneros de Urus
lavar el cuerpo del muerto. Para este fin se uti-
Chulluni, donde están obligados a recolectar la
liza agua hervida con la yerba de romero o
suma de 100 nuevos soles para ayudar a los
simplemente agua con sal, lavatorio que se
dolientes. Posteriormente se extiende el aviso
realiza para expurgar los pecados del muerto y
a todos los amigos de la comunidad.
ayudar a conservar su cuerpo por los días que 30
permanecerá en casa.
grados del difunto. Según la creencia de los
En algunas comunidades antiguamente se
aymara, el finado utiliza estos elementos du-
practicaba el estrangulamiento del muerto. Ac-
rante su viaje y en su residencia en el mundo
tualmente esta costumbre se ha prohibido por-
de los muertos. Se supone que tendrá que co-
que trae complicaciones legales. La costumbre
cinarse, vestirse, trabajar, bailar, pastear,
se realizaba con la finalidad de asegurar la
construir su casa, cultivar, saciar su sed y otras
muerte de las personas, o en todo caso para
actividades humanas acostumbradas. Aproxi-
evitar la expulsión del mal olor. Inclusive existía
madamente a las cuatro, o cinco, de la tarde
la costumbre de golpear con piedras al muerto
se sacrificaba al animal. Su sangre se ofrecía a
para que expulse los pecados. En aymara este
la Pachamama para saciar su sed y para que
acto se denomina "nakjañani kalampi". La posi-
ella acoja al muerto en sus entrañas. Este acto
ción del muerto en el ataúd debe ser de cúbito
se denomina "ch'alla", pero el término más co-
dorsal, las manos sobre el vientre en actitud de
rrecto sería la "wilancha" que significa: asper-
oración. Los ojos y la boca deben permanecer
sión ritual de purificación con sangre. Mencio-
cerrados, ya que por ahí salió el alma. Otras
no aquí una información complementaria res-
prácticas son las siguientes: hacer morder
pecto a la percepción del hombre aymara so-
algún metal, para librarse de las deudas. En la
bre el origen y destino de los humanos: un co-
comunidad de Moya Pampa (Juli), las comune-
munero de Chinchera con mucha firmeza de-
ras nos informaron que sus abuelos acostum-
cía que nosotros salimos _"kkuñstanja"_ de las
braban, a hacer agarrar a su muerto una soga
profundidades de la Santa Tierra y al morir re-
enlazada a una llama viva, durante todo el día,
gresamos a ella: "k´uñuntjaraktanwa".
hasta que se realice el sacrificio del animal,
La ubicación del ataúd varía de comunidad en
aproximadamente a las 5 p.m., o sea, poco an-
comunidad. Algunos lo colocan en el fondo de
tes de que se ponga el sol.
un cuarto viejo, semi-arruinado, creyendo que
Este acto simbólico se realizaba creyendo que
así podrían evitar una próxima muerte. Otras lo
el alma debía ser acompañada por un animal
depositan en un cuarto nuevo, con la finalidad
resistente y acostumbrado a resistir largas ca-
de conseguir una casa nueva en el "alajpacha"
minatas. El único animal con esas condiciones
_el mundo de arriba2_ y en otros casos lo ubi-
sería la llama. Este animal debe estar cargado
can en la habitación que ocupaba el finado. El
de un costal que contiene los víveres, bebidas,
área cercana al ataúd se cubre con tela negra
herramientas, utensilios, enseres y objetos sa-
y se pegan figuras que representan calaveras 31
y crucifijos. De igual manera se prenden velas
En la comunidad aymara no está permitido en-
y se ponen flores. El espacio libre del cuarto se
terrar los difuntos _"allintaña"_ en los días Mar-
utiliza para extender algunas frazadas y cue-
tes o Viernes, porque estos días son conside-
ros. Sobre éstos se deposita en una inkuña
rados como malignos y pueden perturbar el
_un pequeño lienzo ritual_ la coca y el alcohol.
viaje del alma. Con la mayor insistencia se
A la vez servirán las frazadas para que las mu-
practica esta costumbre en los distritos de La-
jeres tomen asiento en un gran círculo alrede-
raqueri y Platería.
dor de la inkuña. Los varones se ubican en los
El día del entierro, a muy tempranas horas, los
asientos que se preparan con motivo de la vigi-
familiares y amigos se concentran en la casa
lia. Durante la vigilia las personas se dedican a
de los dolientes con la finalidad de cooperar en
conversar y comentar sobre la vida del muerto,
los quehaceres. A su vez entregan los
recordando sus hechos más importantes y va-
"apjatas" que consisten en papas, carne, chu-
lorando algunos de ellos como ejemplos para
ño, habas, coca, alcohol y/o pisco, reafirmando
los amigos y los familiares. Inclusive está per-
con esto una verdadera reciprocidad.
mitido reírse sin ofender o sobrepasarse. En
Antes de trasladar el cadáver al cementerio o
esta ocasión se hacen presentes los familiares
al lugar de entierro, los familiares consanguí-
venidos de lejos y amigos con sus respectivos
neos más cercanos depositan las últimas
regalos, las apjatas, que consisten en pisco y
ofrendas en el interior del ataúd. Estos consis-
coca. Los varones están encargados de servir
ten en huevos y monedas (para pagar las de-
en dos copas juntas las bebidas, conforme el
udas), fiambre (consistente en kispiña, tojjtos,
principio dual aymara, y las mujeres se respon-
khati, chüño phuti, mot´e y aycha khatita), flo-
sabilizan a servir la coca en una inkuña.
res, bebidas (para los varones), juguetes (para
En la mayoría de los casos la vigilia es toda la
los niños) y algunas ropas nuevas. Además se
noche. Durante este tiempo se realizan oracio-
hacen los últimos arreglos al muerto, cuyos de-
nes dirigidas por el resiri. Asimismo se compar-
talles son importantes a fin de no recibir críti-
ten bebidas y hojas de coca. Aproximadamente
cas u objeciones de parte de la comunidad.
a las cuatro de la mañana o poco antes de la
El traslado del difunto puede realizarse entre
salida del sol se acostumbra consumir un plato
las once de la mañana y las dos de la tarde.
de caldo de cordero.
Los primeros en trasladar el ataúd son los familiares del difunto. En el camino se da la oportunidad a los acompañantes a que lo lle-
3. Entierro (Alma Chaktayaña). 32
ven también. El mismo orden se repetirá al arri-
viajes, negocios y otras transacciones. De ser
bar al lugar de entierro o cementerio.
enterrado lejos, el diablo podría apoderarse del
Con respecto al lugar de entierro vale agregar
muerto y bailar sobre la tumba con los genita-
que desde antaño se ha acostumbrado ente-
les descubiertos; la gente y los animales podr-
rrar los difuntos a las orillas de los caminos de
ían pisotearlo; en suma, quedaría abandonado.
herradura, los cruces de caminos o las apache-
Estos patrones culturales son conservados y
tas. Las razones son varias. Algunos creen que
desarrollados con mucha fe por los comuneros
al enterrar en estos lugares siempre serán re-
de Wacani (Pomata)3.
cordados por las personas que transiten por
La romería debe realizarse según ciertas re-
estas moradas. Además, es sumamente impor-
glas. Así, por ejemplo, no puede trasladarse
tante expresar la relación entre las almas y la
con prisa al muerto. Además es necesario des-
comunidad. Precisamente en las comunidades
cansar en determinados lugares conocidos co-
de Wakani, Ccota y Chinchera, las tumbas se
mo "samawis". Estas reglas se observan así
encuentran en los linderos de sus terrenos de
porque se dice que el alma se fatiga rápida-
chacra (korpa patjaru), o algunas veces en un
mente. Por otro lado, para acompañar el corte-
rincón del canchón, porque según las creen-
jo es necesario respetar el status y la jerarquía
cias de estos comuneros, el alma cumple dife-
de las personas. Esto se nota en la siguiente
rentes funciones, como son, proteger el hogar
distribución de personas: los que encabezan la
de las malas intenciones de los ladrones. El
comitiva son los familiares que llevan las flores
alma habla y estornuda como cualquier otra
y las coronas, llamadas "pillus". En seguida
persona,
mal-
van los varones de la familia doliente, y al final
intencionadamente acecha la casa. Se levanta
van las mujeres, las "jach´iris" (lloronas). Este
si es necesario para defender el hogar como
orden se invertirá al regreso del panteón. Para
un hombre; cuida los sembríos; convive con los
retornar al hogar, elegirán otro camino, cos-
humanos, a pesar de estar descansando. En
tumbre que se practica con la finalidad de des-
este sentido, los aymaras sienten que sería in-
pistar a las penas que en todo momento persi-
justo enterrarlo lejos del hogar, después de
gue a los deudos. Cuando arriban al lugar del
haber compartido la vida, el techo, la comida y
entierro _lugar elegido por el muerto o determi-
la cama. Al estar juntos con el alma habría la
nado por los familiares_ se realiza el último
oportunidad de encontrarse, cuidarse por am-
descanso. Este entretiempo puede durar de
bas partes, solicitar al alma el permiso para los
media hasta tres horas, dependiendo de la pre-
cuando
alguien
33
paración de la fosa. Esta responsabilidad ge-
bre, llamada "jachjatasiña", consiste en echar
neralmente está a cargo de amigos varones.
tierra sobre el ataúd (puede ser tres puñados o
Nunca lo hacen los familiares. Estos amigos
tres lampas de tierra). Si no hubiera suficiente
son elegidos por los dolientes. Provistos de
tierra para este ritual, sería una señal de que
herramientas de excavación, comida y bebi-
otra persona podría fallecer, o en todo caso
das, ellos se dedican a preparar la futura "casa
que el muerto tiene muchos pecados y que
del muerto". Generalmente este lugar, como ya
"Dios no acepta el perdón", así cuentan en la
indiqué anteriormente, puede ser un patio,
comunidad de Chinchera. Apenas termina el
canchón, puede ubicarse en el lindero de un
cortejo fúnebre, las personas muy afanosa-
terreno de cultivo o un cementerio; pero lo im-
mente se quitan las prendas mayores, las vol-
portante es que esté cerca del hogar, para que
tean, luego las sacuden y vuelven a ponerse
posteriormente no sea víctima del abandono y
dichas prendas. La finalidad de este acto es
para que no sea olvidado o pisoteado por la
dejar las penas en el panteón. Luego del entie-
gente. El trabajo de la preparación de la tumba
rro se sitúan a la salida del panteón. En este
va también acompañado de costumbres. Por
lugar los dolientes reciben los sentidos pésa-
ejemplo, tanto al iniciar como al culminar los
mes y agradecen públicamente a los acompa-
trabajos de excavación se cruzan las herra-
ñantes por la solidaridad que mostraron en es-
mientas en forma de cruz. Asimismo disfru-
te día penoso. La frase aymara muy usual en
tarán los excavadores del fiambre obsequiado
este caso es la siguiente: "Aka ch'amak uruna
por los dolientes. Posteriormente se dedicarán
suma urjapt'apjesta" (en esta oscuridad nos
a la preparación de la fosa. Sus paredes deben
das claridad), o: "Aka ch'amak uruqipt'ayapjes-
tener pequeñas hornacinas, que servirán para
ta" (en esta oscuridad nos iluminas).
prender velas y hacer la vigilia mientras des-
Posteriormente se comparte la comida con to-
cansa la comitiva.
dos los asistentes. Los ritos que acompañan
Antes de que acabe el día, los dolientes solici-
esta cena difieren de un lugar a otro. Un ejem-
tan al "resiri" que invoque la última oración. En-
plo muy peculiar lo encontramos en la comuni-
seguida se procede a bajar el cajón en la fosa
dad de Anccaca (distrito de Laraqueri). Prime-
con la ayuda de sogas y llicllas. Una costumbre
ramente los dolientes estiran tres manteles teji-
aymara es ponerse flores en el cuerpo. En esta
dos en el suelo, inmediatamente los asistentes
oportunidad después de friccionarse con estas
al entierro se dividen en tres grupos, uno de
flores, las echan sobre la tumba. Otra costum-
los dolientes y familiares, otro grupo lo confor34
man los acompañantes y el tercero es el grupo
munidad de Tarapoto (distrito de Wacullani).
de los que excavaron la tumba. En esta forma
Allí la comida consiste en un plato de sopa y
se reparte el fiambre entre los tres grupos, sin
un segundo de fideos. Los primeros en comer
ningún tipo de discriminación. La comida con-
son los varones, mientras las mujeres perma-
siste en "tajtis" (torrejas), chuño, papas,
necen en la cocina ayudando a servir los pla-
"mote" (maíz), carne, "maná" (maíz tostado) y
tos. Después de que terminan de comer los
un poco de ají en salsa. En la comunidad de
varones, recién viene el turno de las mujeres.
Ccota y Urus Chulluni, la costumbre es diferen-
Al respecto nuestros informantes indican que
te; allí se prefiere comer "choca y chau-
siempre fue así la costumbre. Para servirse la
lla" (carne de ave y pescado). Volviendo a lo
bebida ocurre igual. Muy pocas veces las mu-
anterior, las sobras de la comida se reparten
jeres pueden juntarse con los varones.
entre los invitados, de tal manera que cada uno
Con respecto a la asistencia de los niños en
lleve su "alsa" o porción a la casa. Con respec-
los entierros, las reglas por lo general prohíben
to a esta agrupación de las personas, el señor
la participación de los niños, para evitar que se
Emilio Pacho aseguró que antiguamente se
enfermen con la "urija" _las emanaciones peli-
prohibía juntar a los dolientes con los acompa-
grosas de los muertos_ pudiendo causar la
ñantes, porque no podían mezclarse las perso-
muerte de un niño, pero existe la posibilidad de
nas que tienen pena y las que no la tienen. A
curarlo cerca de la tumba del recién fallecido.
partir de estos dos grupos opuestos, se organi-
En el caso de un bebé (si la madre no puede
zaban todas las actividades sociales y religio-
dejarlo solo en el momento en que debe acom-
sas de los funerales. Inclusive se degollaba
pañar al finado), ella tiene que solicitar a un
dos animales, uno para los jach´iris _los dolien-
varón que pase su niño por encima del ataúd,
tes_ y otro para los acompañantes.
del lado izquierdo al lado derecho. Esto se
De manera similar se dividían los víveres para
hace con la finalidad de distanciar la muerte de
preparar la comida o fiambre por separado.
la vida. Algunos informantes en Ccota (distrito
Con respecto al animal degollado, sólo se debe
de Platería) nos decían que los niños son lisia-
consumir la carne; lo demás (vísceras, cuero,
dos o amilanados por los muertos porque tie-
menudencias) debe llevarse el sacrificador; de
nen "isk´a espíritu" (un débil coraje, un espíritu
no ser así la familia cargaría con las penas. Es-
menor). Por eso es que se asustan rápidamen-
ta costumbre de servirse la comida después
te los niños. Un niño, en esta misma comuni-
del entierro, tiene otra particularidad en la co-
dad, me contaba que las personas mayores le 35
prohibían asistir a un entierro porque le dijeron
podrido, se busca los agujeros _"sepultura"_
que se volvería loco o que le crecería la barriga
de la casa donde supuestamente se han que-
de tal manera que no se contentaría con la co-
dado las penas. El procedimiento es, introducir
mida.
la varilla en este agujero, echarle orín y cubrirlo
Ahora bien, al muerto se debe enterrar mirando
con arena o con excremento de vacuno. Mien-
el recorrido del sol, conforme nosotros lo hace-
tras tanto los invitados disfrutan de la comida,
mos rutinariamente: al levantarnos por las ma-
la bebida y la coca ofrecidos por los familiares
ñanas miramos el sol y también nos calenta-
del finado. Con estos actos termina esta parte
mos mirando el sol. Esta es la razón por la que
del duelo.
entierran al muerto mirando el sol. En aymara
Al día siguiente se reúnen los amigos con los
se dice: "Aka Inti uñkatata ikiñapaja" (su cama
familiares para realizar otros rituales en benefi-
está mirando el sol).
cio de los dolientes, como son: la sanación de
Terminados los ritos en el lugar del entierro, los
los dolientes, la expulsión de las penas del
dolientes reiteran la invitación a la gente para
hogar, la separación de la vida y la muerte. En
que los acompañen al hogar. El retorno debe
el distrito de Laraqueri, el rito tradicional más
realizarse por otro camino, con la finalidad de
común para este día es la "t´akja" o "t´aka",
confundir _"pantjayaña"_ a las penas que
que significa: separación. La ceremonia se ini-
están al acecho de los familiares y que los per-
cia con el respectivo permiso de los dolientes.
siguen.
En seguida el "t´akara apsuri", el ritualista de
Al momento de ingresar al hogar los dolientes,
esta ceremonia, entrega a cada uno de los
llamados los "almanis", y los acompañantes
asistentes una piedra mágica envuelta en lana
deben sahumarse con el humo de yerbas
de llama denominada en aymara "kollpa". Es
aromáticas: romero, salvia, ají y una planta que
un amuleto que debe conservarse en alguna
sirve de comida a las aves, llamada "jamach´i
parte sobre el cuerpo de la persona. En segui-
mank´apa". Dicen que es buena para ahuyen-
da el oficiante toma hilos de colores blanco y
tar las penas. Otro rito se realiza en el interior
rojo. Si no hubiera estos, usa hilos blanco y
del hogar que se llama: "sepultura thakaña".
negro hilados de lana de alpaca por los propios
Esta expresión significa: "buscar la sepultura" y
comuneros. Luego, procederá a encadenar a
se buscan los escondrijos de la pena. Provistos
las personas, partiendo del cuello, descendien-
de una "jiska diablo" (chicote o varilla del dia-
do a los pies y así sucesivamente con todas
blo), de arena, excremento de vacuno y orín
las personas. Terminado este acto, el yatiri re36
coge las piedras mágicas, pero no sin antes
monedas de 10 décimos. Las monedas son
pasarla por todo el cuerpo a modo de limpieza.
entregadas en la boca de cada uno de los asis-
Después de un soplo de la persona sobre el
tentes. Estos lo sujetaran con los dientes hasta
amuleto lo deposita en una bolsa sagrada. Fi-
que se lo pida el oficiante. Seguidamente se
nalmente se recoge también el hilo despe-
lava la cara de los dolientes. Asimismo se les
dazándolo en varias partes y al mismo instante
quita la moneda con un movimiento brusco de
invocando a los dioses y espíritus y pidiéndoles
entre los dientes. Finalmente el oficiante re-
que no vuelva la tristeza a la familia y que no
prende a los familiares por haber comido a un
retorne la muerte a la casa para llevarse a otro
pariente y además recomienda que no vuelvan
familiar. Con este acto se separa definitiva-
a hacerlo.
mente la muerte de las personas. Los hilos y la
En otras comunidades, el castigo es más duro.
piedra extraídas del cuerpo de las personas, se
Con una rama de ortiga se flagela a los dolien-
llevan al cerro que está al lado occidente, con
tes con la finalidad de sacar del cuerpo del do-
la finalidad de sacrificarlo y de esta manera
liente las penas que aún quedaron y al mismo
salvar a las personas de las penas y persecu-
tiempo se le dice que no vuelva a comer o ma-
ciones de la misma. También este día se acos-
tar a otra persona.
tumbra a visitar la sepultura procediendo de un
La conducta de los familiares después del fu-
modo similar al que hemos detallado anterior-
neral está sujeta a ciertas reglas restrictivas,
mente.
creencias y tabúes. Se les prohíbe cambiarse
En algunas comunidades del distrito de Juli, se
de ropa, pastear ganado, trabajar la chacra y
celebra este día el lavatorio de los dolientes.
otras actividades domésticas, hasta los ocho
David Onofre Juli describe un caso de su pue-
días. Los dolientes están obligados a vestir el
blo: "Aproximadamente a las 8 ó 9 de la maña-
luto debido a que se encuentran "adolorados":
na, están nuevamente presentes los familiares
"llaquisiñantanwa". La responsabilidad de los
y amigos en casa de los dolientes y propician
familiares es cortejar durante toda la semana a
el rito del "llaquinaka jareqaña", o lavado de las
los dolientes y apoyar a curar las heridas, acto
penas. Se agrupa a las personas de acuerdo a
que se realiza para evitar la apropiación de las
la dimensión de una tela blanca que se adecúa
penas de los cuerpos de los dolientes.
a la altura del cuello de las personas. En seguida la dueña de casa alcanza a su esposo una
4. "Llaqui": el Duelo.
fuente con agua, en que yacen flores y unas
La misa de almas a los ocho días, llamada 37
también "la octava", marca una etapa del due-
mino, agua bendita y todas las ropas del finado
lo. Con esta celebración se busca el despacho
que previamente han sido lavados en un río: la
definitivo del alma. Los rituales que por esta
idea es que el agua corriente se lleva no sólo
ocasión se realizan son similares a los del en-
la suciedad sino todo mal que podría haberse
tierro. Por eso se los denomina también "el se-
pegado a las prendas, como enfermedades,
gundo entierro". Las ceremonias comienzan
penas, maleficios y mala suerte.
con la velación o vigilia, para lo cual se prepara
El conjunto de todos estos elementos se lleva
una imagen vestida con las ropas lavadas del
al lugar de la hoguera del sacrificio, llamado el
finado, simulando la presencia del cuerpo
"alma despachuni". La hoguera necesariamen-
muerto. Esta noche se comparten los juegos
te debe estar ubicada al lado poniente de la
mortuorios.
casa. El oficiante provisto de todo lo necesario
Al día siguiente se asiste a la misa de los ocho
para este trascendental acto procede a sacrifi-
días. Generalmente la realizan en la capilla de
car las pertenencias del muerto, convencido de
un pueblo cercano o se contrata un sacerdote
salvar así el alma del muerto de los pecados y
para que visite la casa de los dolientes. El mis-
asegurarle su estadía en el mundo de los
mo día el yatiri con su sabia experiencia y habi-
muertos. Por otro lado, los familiares también
lidad técnica confecciona objetos en miniatura
se beneficiarán de este ritual en el sentido de
que el alma en su partida definitiva al más allá
que estarán libres de pecados y tristezas.
se llevará cuando en la tarde de ese día éstos
La quema de las ropas del difunto es necesaria
serán dedicados al fuego en una hoguera. En-
porque "sólo de esta manera podríamos evitar
tre estos objetos en miniatura pueden figurar
el padecimiento del alma. Además nadie podr-
herramientas de labranza (como el lluco y el
ía utilizar las ropas del muerto porque cargaría
arma del arado), del telar (como el sahu y el
con las penas y desgracias del muerto", dice la
kapu), de albañilería (como un varilejo o un
señora Manuela Colla de la comunidad de
martillo), instrumentos de sastrería (como tije-
Urus Chulluni (distrito de Puno).
ras, hilos, y agujas), enseres (como sogas,
Al llegar a la casa de los dolientes, se sirven
costales y mantos). De igual modo se deposi-
algunas bebidas y comidas típicas que en Urus
tan en un costal, víveres para la dispensa del
Chullini ha de ser un caldo de pescado.
finado en el más allá, con papas, arroz, chuño,
La misa de los ocho días se celebra con la úni-
cebollas, sal, ají, pan, comino, chocolate, coco-
ca finalidad de salvar el alma del muerto, des-
a y otros). Se le agrega un fiambre para el ca-
pacharle definitivamente y a la vez con esta 38
misa se logra comprar su casa, en el mundo
tumba y posteriormente se retorna al hogar,
del más allá.
donde se procede a realizar el acto más impor-
Posteriormente, a los seis meses, se celebra
tante de la "qimsa mara misa", el llamado
nuevamente otra misa denominada "terso mi-
"mursuña", que consiste en reemplazar la ropa
sa". El motivo de esta celebración es recordar
negra con otra de colores rojo, azul y otros.
el alma del muerto que quizás aún no esté per-
Los que ejecuten este ritual son los familiares
donado. Este ritual se inicia con una vigilia o
más cercanos de los dolientes. Su primera ta-
velación muy parecida al ritual de los ocho
rea es desvestir las ropas negras y en su re-
días. Al día siguiente se asiste a la misa en un
emplazo vestir a los varones con ponchos ro-
poblado cercano. Posteriormente se visita la
jos, chalinas blancas y sombrero negro, y a las
tumba del fenecido y luego en el hogar se com-
mujeres con mantones y polleras de colores
parte comida y bebida.
vivos y alegres. En seguida echan sobre la ca-
Las visitas a los muertos no siempre se hacen
beza misturas y flores como símbolo de alegr-
exactamente a los seis meses, sino también se
ía. Así celebran la etapa final del duelo. Todos
puede hacer en algunas fiestas del calendario
los visitantes les echan mistura y flores, de ma-
cercanas a los seis meses, como son: los días
nera tal que los protagonistas de la fiesta de
de compadre y comadre, la fiesta de San Pe-
cabo de año terminan con muchas ropas como
dro y San Pablo, San José, Semana Santa y
símbolo de abundancia y alegría. Luego, los ex
otras fechas que los familiares vean conve-
-dolientes, en un acto de reciprocidad y agra-
nientes.
decimiento, brindan comida, bebidas y baile a
Más tarde ocurren las ceremonias del "cabo de
los visitantes.
año", denominado comúnmente "mara mi-
5. "Alma Phista" la Fiesta de Todos los San-
sa" (misa de año), y a los tres años, la fiesta
tos.
del cambio de las ropas del duelo, en "qimsa
Cuando se acerca el día primero de Noviem-
mara misa" (la misa de los tres años). En am-
bre, es necesario prepararse para recibir a las
bos casos el objetivo común es completar el
almas que vienen de visita. Los familiares di-
despacho del alma y celebrar el establecimien-
rectos del muerto, obligatoriamente, asumen la
to definitivo del alma en el mundo de los muer-
responsabilidad de recibir a sus almas. Dos
tos. Es indispensable hacer celebrar una misa
semanas antes de celebrarse la fiesta, se reali-
en honor del finado en alguna capilla o templo
za la feria tradicional denominada "suni alt-
de un pueblo cercano. Se visita nuevamente la
hapi". Bajo el sistema del "trueque" o mediante 39
la compra con dinero, cada familia se aprovi-
lia. Los rezadores a cambio de la oración reci-
siona de todo lo necesario para la fiesta. Gene-
ben sus ofrendas consistentes en panecillos,
ralmente
como:
tojtos, quispiñas, maná y un poco de asado. A
"maná" (maíz tostado), galletas, pan, vino, car-
las personas mayores, además de la ofrenda
ne, sal, cebolla, agua bendita, panecillos,
se les invita un vaso de bebida. Al día siguien-
"quispiñas"
y cal),
te _el "despachu uru"_ acostumbran ir a la
"tojtos" (picarones), ají, coronas, flores, dulces
tumba. Ante el muerto hacen rezar. Algunos
y, principalmente, la harina para elaborar los
comienzan la oración en la tumba muy tempra-
"t´anta wawas" o "turco wawas" que son panes
no, como a las cinco de la mañana. Dicen que
con forma de bebé y otras. Algunos de estos
esta hora es muy propicia para las almas de
elementos rituales servirán para preparar la
los niños, ya que ellos tienen que irse tempra-
comida, otros para elaborar los objetos rituales
no, porque en la noche podrían perder el cami-
que se pondrán en la tómbola o sobre la tumba
no o tener dificultades al regresar al mundo de
de los muertos. Otros elementos servirán para
las almas. A los adultos muertos se hace rezar
beber y bendecir con ch´allas la tumba del
aproximadamente a partir de las diez de la ma-
muerto.
ñana y hasta las doce del día, aunque algunos
Preferentemente se preparan comidas que le
despachan sus almas más temprano por la
han gustado más al difunto. Decía el señor
mañana. Luego de hacer rezar se invita a los
José Bailón para explicar esta costumbre:
acompañantes para que visiten la casa de los
"Cuando uno regresa de la calle, la mujer
misayiris (celebrantes), para servirse comida y
siempre espera con una comida que nos gusta.
bebidas. Se cree que si se hace comer y tomar
Entonces igual debe pensarse en la comida de
bien a los visitantes, entonces las almas se
los muertos".
habrán ido tranquilas y felices.
se
adquieren
(bocaditos de
productos
quinua
El recibimiento de las almas es el momento más trascendental para los aymara. Se cree
6. "¿Aymaranakatakex Kunas Jiwañaja?".
que llega el día primero de Noviembre a las
(¿Qué es, pues, la muerte para los aymara?)
doce del día. Por la noche se celebrará el
Para concluir esta exposición, quisiera compar-
"nakayaña" o velorio. En esta ocasión se reci-
tir con ustedes una declaración de una señora,
ben a los resiris para que oren por el alma ben-
de la comunidad de Chinchera, que muy bien
dita que ya está en casa disfrutando la comida,
interpreta la concepción de los aymara respec-
la bebida y otros preparativos que hizo la fami-
to a la muerte. Su padre le había pedido, antes 40
de morir, que le hicieran el favor de no ente-
ejemplo, en la noche, cuando dormimos, pasa-
rrarlo a las orillas del lago, porque no quisiera
mos a un estado de muerte menor: "sullqa ji-
sufrir las peripecias del frío. Por eso preferiría
wa", donde simplemente funciona nuestro
que lo enterrasen en la ladera del cerro o a la
espíritu y éste se encuentra con las almas ben-
cabecera de su casa. Este lugar sería más pro-
ditas. De modo que cuando experimentamos la
picio, más seguro y perfecto para dormir y des-
"muerte mayor" únicamente estamos descan-
cansar tranquilo.
sando por largo tiempo. Casi de igual manera
De esta explicación se pueden deducir dos
nos explicaban los comuneros de la comuni-
conclusiones. Primero, el hecho de una pre-
dad de Ccota (distrito de Platería).
ocupación permanente sobre la próxima forma
Otro tema que vale analizar es la divinización
de vida y del estado en que quisieran encon-
de los muertos. En estas comunidades hay un
trarse las personas después de la muerte. Los
consenso en el sentido de considerar a los
aymara conciben sin duda alguna una vida
muertos como una divinidad menor, "isk´a di-
después de la muerte. Por eso se anticipan los
yusa". Por eso hay que respetarlo y recordarlo.
moribundos, escogiendo el lugar preferido para
A partir de este nuevo status el alma asume
su descanso. En segundo lugar, la muerte no
nuevas responsabilidades. Entre las principa-
es muerte como se piensa y se cree en otras
les está su tarea de proteger a los familiares
culturas. Los aymara definen la muerte como
que aún quedan en este mundo y rezar por su
aquel estado en que simplemente se duerme.
bienestar. En reciprocidad a ello, los humanos
Con esto sin dudas se reconoce que el hombre
le rinden culto en diferentes ocasiones, espe-
pasa a otro estado o forma de vida, donde se
cialmente en Todos los Santos, San Pedro y
actúa, piensa y siente al igual que en esta vida.
San Pablo, San José y en el mes de Agosto
Además adquiere la categoría de un "dios me-
que es la época en que se abre la tierra y el
nor", según su propia expresión. Al respecto
mundo de las almas para escuchar las plega-
queremos recordar las palabras de otra señora
rias y oraciones de los hombres.
de la comunidad de Moya Pampa (distrito de
Según los aymara la muerte es benéfica para
Juli) quien afirmaba categóricamente, que mo-
la sociedad. Es como una fuerza sobrenatural
rir es equivalente a dormir: "ikiña" o "jach´a ji-
que ejerce influencia en los diversos comporta-
wa". Es más: para ella, la muerte es parte de
mientos del hombre. Al respecto, se puede ob-
esta vida. Decía: "Algunas veces nosotros mo-
servar cómo los niños de la comunidad de
rimos pero también continuamos viviendo. Por
Chinchera conservan la tradición de visitar la 41
tumba de sus abuelos, porque dicen que el al-
Notas
ma les da mucha suerte en sus estudios y así
2. Nótese que sobre el destino del viaje del al-
obtienen diplomas y notas elevadas en sus
ma hay diferentes opiniones. La visión tradicio-
cursos. Por eso no olvidan a sus almas y pre-
nal es que el finado va a la "manqhapacha", el
servan una constante relación con ellos.
mundo de adentro, las entrañas de la Tierra;
El hecho antropológico de la muerte para los
según la visión de los aymara-cristianos, en
aymara no es dramático. Sin embargo, hoy en
cambio, se dirige a la "alajpacha", el mundo de
día surgen nuevas causantes de la muerte por
arriba, el cielo.
ligadura de trompas, la intromisión del T de co-
3. En esta comunidad se practica actualmente
bre, cáncer y algunos suicidios por ingerir ve-
los rituales nocturnos en el interior de las anti-
nenos de animales e insecticidas de las plan-
guas torres funerarias, las llamadas "chullpas".
tas. Estas formas de muerte no son normales
Estas construcciones son consideradas como
para los campesinos. En esta forma la muerte
lugares sagrados para los yatiris. Por eso reco-
es una anomalía. No es "la muerte como la
miendan a la gente y en especial a los niños
quiere Dios". Los aymara creen que estos
no acercarse, porque adquirirían la enferme-
muertos no recibirán perdón de los dioses y
dad de la "katjja", o el agarrado de la chullpa.
espíritus. Ellos mismos fueron los que decidieron este destino. Inclusive cuando alguien muere ahogado en un río, culpan al mismo muerto, porque es él quien se ha dirigido al río a sabiendas que era peligroso. Por eso es que el río _como persona viva_ sabe decir: "yo estuve caminando borracho; por lo tanto yo no tengo la culpa de la muerte de esa persona". En el caso de las personas asesinadas y muertos por la fulminación de un rayo, más bien, son beneficiadas para irse directo a la gloria, "el lugar donde vive Dios". Y los pecados y desgracias de estas personas se traspasan a su homicida para causarle una eterna culpa moral. 42
UNA IMAGEN PARTICULAR EN CHAVÍN DE HUÁNTAR: ANTEOJERAS, BIGOTERA Y COLMILLOS María Elena Ruiz Gallut1
E
Parte de la Cordillera Blanca, Callejón de Conchucos, Perú. Foto Alejandro Cervantes, septiembre de 2013.
n el departamento de Ancash, zona andina del norte de Perú, particularmente en el Callejón de Conchucos y al oriente de la llamada Cordillera Blanca se ubica uno de los sitios arqueológicos más importantes del país, no sólo por la geografía que lo cobija sino por su
antigüedad y por las impresionantes expresiones culturales que produjo la sociedad que ahí se desarrolló ( Artehistoria , 2013). Se trata de Chavín, patrimonio de la humanidad, lugar enclavado a 3180 msnm. en un pequeño valle entre los ríos Mosna y Wachecsa (Contreras, 2008:51), rodeado por las imponentes masas de altas montañas cuya topografía otorga un fondo escenográfico de gran impacto a las antiguas estructuras arquitectónicas, obra de una cultura cuya larga historia corrió entre los años 900 y 200 a.C. 1. Dra. En Historia del Arte. Investigadora, Instituto de Investigaciones Estéticas, Universidad Nacional Autónoma de México. 43
En el concierto espacial particular del Perú,
iconografía contempla las figuraciones de aves
donde ocurren los más diversos tipos de terri-
rapaces, serpientes y felinos, ligadas con la
torios y climas -desiertos, selva, costas y cade-
práctica religiosa y, por ende, con las funcio-
nas montañosas de grandes alturas- la ubica-
nes político-administrativas (Tantaleán, 2011).
ción de Chavín resulta estratégica: se separa
Entre ellas sobresale la creación de un reperto-
por dos cordilleras de la Amazonía y otras dos,
rio de imágenes notablemente vinculadas con
la Negra y la Blanca, la distancian de la costa
el jaguar. Los destacados rasgos felinos en re-
pacífica peruana (Ibíd.).
presentaciones antropomorfas son el ejemplo
Es evidente pues que esta situación posibilitó
más relevante de lo anterior, rasgos que se ob-
que el sitio fuera un lugar de peregrinaje, ca-
servan asimismo en una de las expresiones
racterística ya señalada por múltiples autores
artísticas que despierta mayor interés: las lla-
y a la que se atribuye uno de los factores su de
madas cabezas clavas que en gran parte
permanencia e impacto cultural.
muestran tales figuraciones (Fig.2).
Dicha permanencia puede observarse en el
No es intención de este texto abundar mayor-
desarrollo de un estilo artístico propio (Fig.1),
mente sobre la cultura Chavín, sino dar a co-
que tuvo una amplia difusión en sociedades
nocer información recogida en una visita re-
contemporáneas y posteriores a Chavín, cuya
ciente al sitio. Como parte del viaje a Perú con
Fig.1. La plaza hundida y el Templo Nuevo, Chavín, Perú. Foto Alejandro Cervantes, septiembre de 2013.
44
Fig.2. Cabezas clavas, Museo Nacional Chavín. Foto Alejandro Cervantes, septiembre de 2013.
motivo del II Coloquio Internacional Arte, Arqui-
Sin embargo, por la relevancia que considera-
tectura, Cosmovisión y Patrimonio Cultural, ce-
mos tiene este hallazgo, inédito hasta el mo-
lebrado en la Universidad Nacional del Altipla-
mento, y como texto preliminar, queremos ade-
no en Puno en septiembre del presente año,
lantar aquí algunas de sus características for-
parte del grupo de investigadores mexicanos
males, agradeciendo de antemano todo el apo-
miembros del Seminario Tláloc estuvimos, en-
yo del arqueólogo Bazán para poder dar a co-
tre otros lugares, en el sitio arqueológico de
nocer estas imágenes. Es de nuestro conoci-
Chavín (Fig.3), donde fuimos recibidos por el
miento que él prepara el estudio que da cuenta
arqueólogo Augusto Enrique Bazán Pérez, di-
de los datos arqueológicos particulares para su
rector de la zona, quien luego de conocer los
difusión.
objetivos de nuestro proyecto, nos mostró tres
Se trata pues de tres piezas de pequeñas di-
fragmentos de cerámica que, por la iconografía
mensiones, que con seguridad forman parte de
que presentan, resultan de un gran interés.
una vasija (Figs.4 y 5). Dos de ellas empatan
A la fecha no podemos proporcionar mayores
claramente y de este empalme se deduce que
datos que refieran con certidumbre información
en el objeto se representó la misma imagen
más detallada sobre las piezas en cuestión.
varias veces, pues de la unión de los dos frag45
Fig.3. Entrada a la zona arqueológica de Chavín, Perú. Foto Alejandro Cervantes, septiembre de 2013.
se completa un rostro, a cuyos lados aparece
observa una banda horizontal que muestra los
la mitad de una figura similar, proporcionando
extremos curvados hacia abajo y hacia aden-
con ello la idea de que esta representación pu-
tro. En la parte inferior de la imagen están lo
do funcionar como un modelo o alegoría de
que puede interpretarse como tres largos col-
gran carga simbólica. El tercer fragmento
millos (uno central y dos a los extremos) y dos
muestra los mismos elementos y puede o no
dientes entre ellos, es decir, cinco elementos
pertenecer al objeto referido que, dicho sea de
vinculados a lo que sin duda es semejante a la
paso, es una pieza que bien puede transporta-
representación de una bigotera.
da.
Cabe apuntar someramente que estos elemen-
La imagen que se muestra es la del rostro de
tos se observan parecidos en muchos otros
un personaje que se ubica cerca del borde de
soportes en el propio sitio, como por ejemplo
la vasija y sobre dos delgadas franjas (Fig.6).
en el llamado Lanzón, objeto de culto de gran
Su cara está integrada por dos aros o anillos a
antigüedad en el sitio que se ubica dentro del
manera de ojos, entre los que se dispuso el
Templo Viejo o bien incisos en las columnas
arranque de la nariz, que tiene las fosas an-
de La Puerta de las Falcónidas, en el Templo
chas y dilatadas, por debajo de las cuales se
Nuevo (Fig.7). 46
Figs. 4 y 5. Fragmentos de cerámica provenientes del sitio arqueológico de Chavín, Perú. Fotos María Elena Ruiz Gallut, sep. 2013.
Fig.6. Dibujo de la pieza Augusto E. Bazán 2013.
47
Fig.7. Chav铆n, a) Lanz贸n, Templo Viejo; b, c y d) Puerta de las Falc贸nidas, Templo Nuevo. Fotos Mar铆a Elena Ruiz Gallut, septiembre de 2013. 48
De tal forma es patente que la configuración de
Contreras, A. Daniel
este rostro fue emblemática para Chavín,
2008 “Geomorfología y paisaje en Chavín de
puesto que aparece y se mantiene en uso des-
Huantar” en Museo Nacional Chavín,
de tiempos tempranos.
Instituto Nacional de Cultura, Lima,
Esta composición única y precisa de elemen-
Perú. Pp. 51-59.
tos, nombrados aquí como los que se expresaron en Mesoamérica –anteojeras, bigotera y
Tantaleán, Henry,
colmillos- encuentra una fuerte consonancia en
2011 “Chavín de Huántar y la definición ar-
otras latitudes y tiempos, ya que tanto las for-
queológica de un estado teocrático andi-
mas como su ordenamiento son similares a
no” en Arqueología y Sociedad Nº23,
aquellas que denotan la lectura de lo que para
Museo de Arqueología y Antropología,
muchas de las culturas mesoamericanas cono-
Centro Cultural de San Marcos, Univer-
cemos como Tláloc, entidad sagrada que se
sidad Nacional Mayor de San Marcos,
reconoce, entre sus múltiples advocaciones,
Lima, Perú. Pp.47-92.
como el dios de la lluvia y de las tormentas y que sabemos mantiene una estrecha relación con el jaguar. Los fragmentos aquí expuestos señalan, en ese sentido, correspondencias sugerentes que habrán de analizarse con mayor detalle. Baste por ahora recordar la importancia de su inserción en el pensamiento religioso de la cultura Chavín y dejar constancia de su similitud con aquellas formas que presupuestamente surgieron en el hemisferio norte.
Bibliografía Artehistoria 2013 http://www.artehistoria.jcyl.es/v2/ contextos/8497.htm, consultado el 15 de agosto 2013. 49
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II Coloquio Internacional Arte, Arquitectura, Cosmovisi贸n y Patrimonio Cultural, Puno, Per煤 del 9 al 12 de septiembre 2013
Inauguraci贸n del Coloquio. Dr. Edmundo de la Vega, Dra. Mar铆a Elena Ruiz Gallut, Mgstr. Jorge Apasa Ticona y Mtro. Enrique Aguilar Montalvo
Conferencia magistral Dr. Alejandro Villalobos 51
Arqlgo. Eduardo Arizaca
Mtra. Rocío Gress y Dra. Marie-Areti Hers Dr. Daniel Flores Gutiérrez
Mtro. Alfredo Calderón Torres Mgstr. Jorge Apaza Ticona
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Dr. Edmundo de la Vega
Dr. Enrique Rivera Vela
Mgstr. Henry Flores Villasante
Mtra. América Malbrán Porto y Dr. Mair Sittón
Miembros del Seminario y colegas sudamericanos en la entrada de la Universidad del Altiplano 53
Visita a Zona Arqueol贸gica de Pukar谩
Mtra. Georgina Bribiesca
Dr. Edmundo de la Vega guiando la visita a los miembros del Seminario de Tlaloc
Clausura del Coloquio
Zona Arqueol贸gica de Pukar谩
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Visita al Complejo Arqueol贸gico de Sillustani
Mtra. Marina Anguiano y Mgstr. Luperio David Onofre Mamani
Miembros del Seminario en Sillustani acompa帽ados del Arqlgo. Eduardo Arizaca , director del proyecto arqueol贸gico Chulpas de Sillustani
Comida de clausura del Coloquio 55
Miembros del Seminario en Sillustani acompa帽ados del Arqlgo. Eduardo Arizaca , director del proyecto arqueol贸gico Chulpas de Sillustani
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Invitación a publicar Se invita a todos los investigadores interesados en temas relacionados con Tlaloc y demás deidades de la lluvia y la fertilidad a enviar sus artículos de no más de 15 cuartillas, en letra Arial a 12 puntos, interlineado 1.5. Las imágenes se mandaran por separado en resolución de 300dpi. Se aceptará un máximo de 10 imágenes. Todas las imágenes se llamaran Fig. y deben estar referidas en el texto. Los subtítulos deberán ir en negritas en minúsculas. Todas las figuras deben tener su respectivo pie de foto y autoría. Las citas tendrán el formato Oxford. Ej. (Maudslay, 1886:22 ) Toda correspondencia deberá dirigirse a la Dra. María Elena Ruiz Gallut al Instituto de Investigaciones Estéticas, Circuito Mario de la Cueva, s/n. Ciudad Universitaria, C.P. 04510, México D.F. Tel. 5622-7547 Fax. 5665-4740. De igual manera los artículos podrán mandarse a las siguientes direcciones electrónicas: seminario.tlaloc@gmail.com.
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