CANNA LEY
PRIORIZAR EL BIEN COMÚN:
REGULACIÓN DEL CANNABIS PARA UNA SOCIEDAD Y UNA ECONOMÍA MÁS SALUDABLE A lo largo de la historia, la distinción entre la administración pública y la política ha sido piedra angular de una gobernanza eficaz. Esta separación reconoce que las decisiones políticas deben guiarse por los principios de una buena administración y la voluntad de la población, más que por sucumbir a temas políticamente atractivos.
• Los derechos de licencia deberían corresponder al tamaño de la operación, desalentando los monopolios. Proponemos un límite de tamaño para los cultivos establecidos después del 2023 para priorizar la calidad sobre la producción en masa. • La libertad de elección debería extenderse al método de consumo. Negar ciertos métodos es arbitrario y contraproducente. Deje que el individuo decida.
En el centro de la formulación de políticas se encuentra la lucha constante entre elaborar legislación que sirva a los mejores intereses de la sociedad y ceder a los caprichos de la popularidad política. Con demasiada frecuencia esto último tiene prioridad, dejando al lado políticas que realmente podrían beneficiar a nuestras comunidades. La Ley 42 y el Reglamento 9038, regulación del cannabis medicinal en Puerto Rico, es un ejemplo de este reto, ya que ofrece una oportunidad única para revitalizar la economía, especialmente, para las pequeñas y medianas empresas en nuestra isla.
• Las medidas de seguridad deberían ser opcionales, al igual que las de las licorerías o joyerías. Los precios deben regularse para garantizar la asequibilidad, proteger a las pequeñas empresas y disuadir a los monopolios. • Regulaciones de transporte flexibles para laboratorios y entregas personales “delivery”. • Mercadeo, pautas y promoción, similares al alcohol o productos farmacéuticos como Viagra, que algunas personas pueden decir que es medicinal, pero también recreativo.
Lamentablemente, las líneas se han cruzados en los últimos tiempos, lo que ha llevado a comprometer la toma de decisiones, dilatando la revisión de la Ley y el Reglamento 9038.
• Implementar límites de precios para evitar la explotación corporativa y mantener la calidad del producto. Los precios deben variar, pero no caer por debajo de un umbral mínimo, por ejemplo, $5 dólares por gramo. Basado en la unidad mínima que se vendía cuando no había regulaciones corporativas.
Aquí sugerimos posibles soluciones para un mercado de cannabis más equitativo y leal, proponemos lo siguiente, entre otras cosas: • Cerrar temporalmente todas las licencias, incluidas las de cultivo, manufactura y dispensarios, hasta que se pueda establecer un mercado abierto.
• Siguiendo modelos como las farmacias de cadenas o de comunidad, sugerimos permitir dispensarios con “servicarro”, reconociendo que la moralidad no se ve comprometida cuando los adultos responsables toman decisiones discretamente.
• Recomendamos que los pacientes están exentos de impuestos, mientras que los usuarios recreativos pagan un impuesto justo. Las licencias en términos generales deben tener un precio razonable “similar al alcohol” e incluir a los dispensarios permisos recreativos para fomentar la accesibilidad.
• Una vez balanceado el mercado, el gobierno debería ofrecer licencias basadas en la cantidad de plantas en lugar de en metros cuadrados, para permitir la participación de pequeños empresarios. Ciertamente, ninguna de estas medidas seria suficientes si no nos movemos a una completa despenalización y descriminalización por el uso y la posesión del cannabis. Uno ejemplo sencillo de esto sería, en lugar de penas severas, imponer multas, garantizando así que las personas no se vean excesivamente cargadas de consecuencias legales.
LCDO. GABRIEL SIFRE
Consultor
@UnaMoñaSinPelo
www.sensculture.com
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Al navegar por las complejidades de la regulación del cannabis, debemos recordar que nuestro deber principal es el bienestar de nuestra sociedad y economía. Al adoptar estas recomendaciones, podemos lograr un equilibrio que fomente el crecimiento económico, salvaguarde las libertades individuales y garantice una industria del cannabis justa, transparente y equitativa en nuestra isla.