-MONOGRAFIA- 1º parteIX REUNIÓN DE INVIERNO DEL ÁREA DE ENFERMERÍA Y FISIOTERAPIA.
Programa: 9.00 – 9.30 Entrega de documentación 9.30 – 9.45 Presentación de la reunión Dr. J.L. Álvarez-Sala D. E Carmen León 9.45 –10.45 Obesidad y su influencia en la salud; medidas higiénico dietéticas D. E Miguel A. María Moderador: D. E Carmen Burgués 10.45 -11.15 Café 11.15 - 12.15 Obesidad y SAHS
Dra. Mercedes Mayos D. E Inmaculada Martínez Moderador: D.E Mª Jesús Fernández 12.15 - 12.50 Obesidad e Hipoventilación Dra. Neus Salord 12.50 - 13.30 Ejercicio para ayudar a la mecánica ventilatoria y control del peso D. F Inmaculada Castillo Moderador: D. F Vinyet Casolive 13.30 - 15 Comida 15 – 15.45 Tabaquismo como problema añadido D. E Montserrat Torrejón D. E Meritxell Peiró Moderador: D. E Jesús Serrano 15.45 - 16.45 Conferencia: Las emociones ante la enfermedad Dra. En Psicología María Palacín Moderador: D. E Jordi Giner 16.45 - 17 Sesión administrativa y clausura 17 - Café 17.30-18.30 Presentación Guía GEMA para educadores.
LA OBESIDAD Miguel A. María María Diplomado en Enfermería. Diplomado en diabetes, metabolismo y dietoterapia Servicio de Endocrinología y Nutrición Hospital de la Santa Creu y Sant Pau -Barcelona1) Estado de la cuestión
En medicina es difícil encontrar una enfermedad tan maltratada como la obesidad. Al ser un problema relativamente reciente, las consecuencias de la misma y el enfoque terapéutico han empezado a ser conocidos hace escasos años. Queda mucho por hacer y estudiar todavía sobre ella
Hay un problema en el balance energético que conduce a la obesidad. Dicho de otra manera; hay resultados diferentes con una misma ingesta de calorías. La misma dieta que a unos les hace mantener el peso o incluso disminuirlo, a otros engorda. Ello quiere decir que los motivos que conducen a la obesidad son multifactoriales y son el resultado de la interacción entre la carga genética y factores ambientales. Se cree que los factores genéticos podrían ser responsables de un 40% de variación del peso entre unas personas y otras. Respecto a los factores ambientales se pueden encontrar explicaciones en la lactancia artificial, la obesidad durante la infancia y adolescencia, la gestación, la menopausia, ciertos fármacos, el abandono del tabaco y factores socioeconómicos, entre otros. Justificar el aumento de peso basándose en cuestiones genéticas o metabólicas es un error común. El peso es el resultado entre los "ingresos"; lo que comemos y los "gastos"; lo que el cuerpo necesita para cumplir sus funciones vitales, más la actividad física que desarrollamos. Por tanto resulta evidente que si una persona -aún creyendo que come poco y se mueve mucho-, engorda, debe disminuir la ingesta, pues lo que no tenemos es ninguna vacuna o manera de modificar la carga genética o modificar el llamado "metabolismo". A pesar de lo anterior, la evidencia de que el tratamiento que ha sido considerado más eficaz es la dieta y el ejercicio físico, topa con las dificultades que conlleva seguir unos hábitos "de por vida". Por desgracia, pocas enfermedades tienen un tratamiento farmacológico tan escaso -de momento-, por lo que la actitud, el cambio de hábitos alimentarios y de estilo de vida, están en la base de cualquier mejora Sin embargo, la dura realidad demuestra que estamos ante una auténtica epidemia de la enfermedad y si realizáramos una gráfica ficticia, observaríamos que en la evolución hacia mejores condiciones de vida,
existen unas líneas paralelas entre el desarrollo -máquinas, medios de transporte, etc- y la aparición de la obesidad en todas las poblaciones.
Otro aspecto no menos importante es el auge de la llamada "Cocina rápida", o la llamada "Comida basura", con exceso de proteína y grasa animal.
Un
ejemplo
visual
evidente
es
observar
las
películas
norteamericanas: Vean Vds y calculen el % de personas obesas que aparecen en ellas, sobre todo en escenas de exteriores. Lo lamentable es que no sólo en EEUU, sino que el fenómeno se está extendiendo a amplias zonas del mundo. Como en el conocido juego del Risk, el "ejército" de la obesidad está atacando despiadadamente a todas las poblaciones, destruyendo la vida y la calidad de la misma de amplios sectores de la población Las sociedades desarrolladas y también las que están en vías de desarrollo, tienen más de un 60% de su población con exceso de peso, con tasas de obesidad que supera el 30% y año tras año, las cifras aumentan. El problema sería simplemente estético y por tanto dado a la interpretación de los gustos personales de cada uno, si no fuera porque los datos que los estudios científicos arrojan sobre los problemas que conlleva son devastadores. Veamos:
2) Complicaciones de la obesidad •
Dos tercios de los varones y mujeres con diabetes tipo 2 tienen sobrepeso u obesidad. Esto explica el aumento actual de la diabetes tipo 2 en adolescentes. Lo que demuestra que existe una clara asociación entre sobrepeso, obesidad y diabetes
• El riesgo de muerte por cardiopatía isquémica es tres veces mayor en las personas obesas que en las de normopeso •
El riesgo de embolia (Ictus isquémico fatal y no fatal), es el doble en personas con un índice de masa corporal (IMC) superior a 30 Kg/m2
•
Hay un aumento de enfermedades digestivas (litiasis biliar, hernia de hiato, hepatomegalia y alteraciones de los tejidos hepáticos)
•
Alteraciones respiratorias: Hipoventilación y apnea del sueño que se asocia con hipersomnia diurna y disfunción cardio-pulmonar
•
Artrosis, con la consiguiente cohorte de dolores y limitaciones funcionales, discapacidad para la actividad laboral, bajas, mayor índice de intervenciones de artroplastia, etc
•
Cáncer: Ciertos cánceres se observan con mayor frecuencia en la obesidad. En los hombres, cáncer de colon, próstata y recto y en las mujeres mayor incidencia de cáncer de mama, endometrio y de vesícula biliar
• Insuficiencia venosa de extremidades inferiores • Incontinencia urinaria • Alteraciones menstruales, ovario poliquístico, infertilidad • Estrías cutáneas y foliculitis • Lípidos elevados: Aumento de triglicéridos, Colesterol LDL elevado y colesterol HDL bajo (Colesterol protector) • Hiperuricemia • Hipertensión arterial: Con la consiguiente cohorte que lo acompaña; Insuficiencia
cardíaca y riesgo cardiovascular
• Alteraciones psico-sociales: Del 20 al 30% de todas las personas obesas presentan depresión y otras alteraciones psicopatológicas. Las personas obesas tienen menos probabilidades de completar estudios, menores ingresos, mayores índices de pobreza y menos posibilidades de contraer matrimonio Obviamente, todo ello depende claramente del grado de sobrepeso u obesidad. Este riesgo es correlativo, a mayor peso, mayor riesgo en todas o algunas de las complicaciones anteriormente citadas Otro aspecto importante es la trascendencia sanitaria y económica que la obesidad produce. La diabetes tipo 2 y la enfermedad cardiovascular (ECV) asociada a ella son responsables del 80% del coste de la obesidad. Se calcula que en España un 6,8% del gasto sanitario se lo lleva la obesidad y sus complicaciones asociadas. Esto traducido en euros, significa unos 2.050 millones de euros (332.772 millones de las antiguas pesetas). Además se calcula que cada persona con obesidad se gasta una
media de unos 50 euros mensuales en tratamientos para la misma -y no siempre, por desgracia, en los más adecuadosNo todas las personas obesas tienen los mismos riesgos con el mismo índice de masa corporal (IMC). El riesgo cardiovascular (RCV) asociado a la misma -que es la complicación más importante - está claramente influido por la distribución de la grasa corporal, de tal manera que la obesidad llamada "androide" o abdominal, se asocia a un aumento del RCV, en contraste con la "ginoide" o glúteo-femoral.
“Manzana” versus “Pera”
A.D.A.M.
Figura 1:
En la práctica clínica, el diagnóstico de obesidad se establece mediante el valor del IMC, cuyo resultado se expresa en kilos por metro cuadrado de superficie corporal, veamos la fórmula: Peso (En Kg) 85 Kg IMC = --------------------------------Ejemplo: --------------------- = IMC 34,97 Altura 2 (En metros)
Conviene hacer mención de que aún no habiendo obesidad, ya el sobrepeso grado 1, si es a expensas de distribución abdominal de la grasa, requiere intervención médica Tabla 1. Criterios de la Sociedad Española para el estudio de la obesidad (SEEDO) para definir la obesidad en grados según el IMC
Peso insuficiente Normopeso
Valores límite del IMC (Kg/m2) < 18,5 18,5-24,9
Sobrepeso grado 1
25-26,9
Sobrepeso grado 2 (preobesidad)
27-29,9
Obesidad grado 1
30-34,9
La intolerancia a la glucosa o la diabetes tipo 2 es paralela al exceso de grasa abdominal. Algunos estudios refieren que en el momento del diagnóstico de la diabetes, el IMC medio es de 28 Kg/m2 (Pre-obesidad), siendo un IMC >25 en menores de 20 años un dato muy predictivo de obesidad y sus complicaciones asociadas. Cuando el IMC es >30, la tasa de mortalidad, especialmente por ECV aumenta entre el 50-100% Hay que añadir que la obesidad abdominal puede ser un determinante de resistencia insulínica y arteriosclerosis. Se ha observado que los factores trombogénicos (tendencia a la formación de trombos) en las arterias coronarias están relacionados con la obesidad abdominal, la edad, el cociente colesterol total / Col HDL y la función de las células productoras de insulina. Sus consecuencias en
forma de enfermedad coronaria es la secuela más común y grave, siendo los infartos silentes (asintomáticos) tres veces más frecuentes en personas con diabetes que en no diabéticos 3) Beneficios de la pérdida de peso De la misma manera que la evidencia científica demuestra los muchos y graves problemas que conlleva la obesidad, existen también estudios rigurosos que demuestran los beneficios de la pérdida de peso, incluso moderada, sobre la salud y la calidad de vida •
Diabetes mellitus: La disminución de peso, produce una disminución de los valores de glucosa y una mejora de la sensibilidad a la insulina. Pérdidas
del 5 al 10% del peso reducen la aparición de la diabetes en
un 58% de personas con intolerancia a la glucosa que podríamos definirla como una pre-diabetes •
Hiperlipoproteinemias: La pérdida de peso reduce los triglicéridos, el colesterol total y el colesterol LDL, junto a un aumento del colesterol HDL (Colesterol protector). Por cada kilo de peso reducido se reducen un 3% los triglicéridos y un 1% el colesterol total, con todos los beneficios sobre el RCV que ello comporta
•
Hipertensión arterial: La reducción de los valores de tensión arterial es proporcional a la pérdida de peso. Por cada kilo de peso perdido, la presión arterial media se reduce de 0,3 a 1 mm de mercurio, pudiendo evitar el tratamiento anti-hipertensivo o reducir las dosis
•
Enfermedad cardiovascular: Datos del Framingham Offspring Study demuestran que una pérdida de peso de tan sólo 2,25 Kg mantenida durante 16 años disminuyen entre un 40 y un 48% los factores de RCV, -dependiendo de si son mujeres u hombres-
•
Alteraciones digestivas: Pérdidas de peso de aproximadamente un 10%, se asocia con una mejoría en las enzimas hepáticas, el tamaño del hígado y su contenido en grasa
•
Alteraciones respiratorias: La pérdida de peso de alrededor del 10% produce una mejoría en los parámetros respiratorios, el patrón del sueño y la hipersomnia diurna. Pérdidas de peso de un 30% han producido una curación completa
4) Pauta alimentaria equilibrada Aunque la pormenorización de los consejos dietéticos requieren un artículo más detallado. Daremos aquí los titulares principales que ayuden a una disminución adecuada, progresiva y sostenida del peso: •
Dieta pobre en grasas. La grasa está presente sobre todo en los aceites, carnes, embutidos, quesos y patés
• Rica en fibra que básicamente está en verduras, ensaladas, hortalizas y frutas •
Consumir tantas veces pescado como carne y que en general no sobrepasen los 100 gr de carne o 120 gr de pescado
•
Verduras y hortalizas presentes en todas las comidas principales, abundantes, por su efecto saciante y alto contenido en fibra, minerales y vitaminas, aparte de otros efectos beneficiosos
•
Legumbre 2-3 veces por semana, con algún "tropezón", más una buena ensalada y una fruta. Ese día no comer segundo plato, por el alto contenido proteico de la legumbre, similar al de la carne
•
Restringir o eliminar el consumo de alcohol, refrescos azucarados, horchatas, etc por su alto contenido calórico y de glucosa
•
Eliminar o restringir a algún momento puntual el consumo de dulces, bollería, pastelería, etc
•
Tipos de guiso recomendados: Plancha, vapor, horno, hervido, papillotte. Restringiendo los fritos, guisos y rebozados
Figura 2: Principales efectos beneficiosos de la pérdida de peso sobre los factores de riesgo cardiovascular, el control metabólico y la función respiratoria
5) PAUTA DE EJERCICIO FÍSICO INDISPENSABLE PARA CONSEGUIR LOS OBJETIVOS PROPUESTOS Al igual que lo explicado en el caso de la dieta, este tema, por su importancia, sería motivo de otro capítulo independiente. Pero como decíamos de los titulares, en el apartado de la dieta, para lograr perder peso y mantenerlo es imprescindible realizar ejercicio físico: sirva de momento, el consejo de caminar 4-5 kilómetros al día. Andar 24 horas al mes equivale a disminuir un kilo de peso, independientemente de lo que se pierde con la dieta.
OBESIDAD Y SAHS. Cuidados y seguimiento desde una consulta monográfica de trastornos respiratorios durante el sueño.
1. Influencia de la obesidad en el SAHS. La obesidad se acompaña de notables alteraciones del sueño, y constituye un importante factor de riesgo para presentar síndrome de apneas-hipopneas durante el sueño. Se considera que aumenta el riesgo de padecerla desde un 2 a un 4 % que presenta la población general, hasta un 20 a 40% en aquellos individuos con IMC mayor de 30.1 También se ha observado un aumento de la somnolencia diurna en sujetos obesos, aun en aquellos sin criterios polisomnográficos de apnea del sueño.2 Independientemente de la causa, parece clara la asociación entre obesidad y problemas del sueño. La obesidad, suele contribuir a la reducción del tamaño de las vías respiratorias altas, por aumentar el depósito de grasa a nivel de los tejidos blandos de la faringe o por comprimir la faringe con masas de grasa superficial en el cuello.
2. Medidas antropométricas, clasificación y recomendaciones previas al diagnóstico y/o tratamiento del SAHS. Los pacientes que llegan a nuestra consulta, presentan en un alto porcentaje, sobrepeso y obesidad en diferentes grados. Es importantísima la labor preventiva que se debe realizar en ellos, debido a la alta sospecha que ya se tiene de la existencia de SAHS, en cuanto a medidas higiénico-dietéticas. A continuación se describen de modo sucinto los aspectos de la exploración del paciente obeso que se consideran más importantes. Peso: la báscula ha de tener como mínimo intervalos de 100 g. El paciente debe ser pesado sin zapatos y en ropa interior. Hay que procurar pesarlo siempre a la misma hora y en la misma báscula Talla: se medirá al paciente descalzo, la medida se anota en metros con dos decimales.
IMC: se calcula dividiendo el peso en Kg entre la talla en metros al cuadrado y se suele expresar con dos decimales redondeando al primer par.
El método más aceptado para definir y clasificar la obesidad es el índice de masa corporal (IMC), Múltiples estudios han demostrado una correlación aceptable entre el IMC y el porcentaje de grasa corporal. Además, el cálculo del IMC es más exacto que la medida aislada del peso en la estimación de la grasa corporal total
3,4
. Es cierto que el IMC presenta limitaciones como la
sobrestimación del porcentaje de grasa en individuos musculosos (deportistas) o la infravaloración en sujetos con baja masa magra (ancianos), y que la relación entre IMC y grasa corporal no es la misma en distintas poblaciones
5,6
.
Sin embargo, debe señalarse que los estudios epidemiológicos que han demostrado la relación entre obesidad y sus complicaciones han utilizado fundamentalmente el IMC como medida de obesidad. Medición de circunferencias: Si bien la estimación del exceso de grasa corporal que define la obesidad se basa en el cálculo del IMC, múltiples estudios sugieren que los riesgos para la salud asociados con la obesidad no sólo dependen de la adiposidad total sino también de su distribución. Ya en la década de los cincuenta, Vague7 describió que el exceso de grasa abdominal o central representaba un mayor riesgo para la salud que la acumulación en la zona gluteofemoral. Esta observación ha sido corroborada en diversos estudios8. Por ello, aunque no forma parte de la definición de obesidad, en la evaluación del paciente obeso se recomienda la valoración de la distribución de la grasa corporal. Las técnicas más precisas para valorar la distribución de la grasa corporal no están al alcance general en la práctica clínica diaria. Sin embargo, se ha sugerido que puede obtenerse una estimación clínica a partir de medidas antropométricas, como el perímetro de la cintura, la relación entre los perímetros de cintura y cadera o el diámetro sagital. La circunferencia de la cintura (CC) se mide con el paciente de pie en el plano horizontal (paralelo al suelo) que pasa por el punto más elevado del margen superior de la cresta ilíaca. La medida debe llevarse a cabo al final de una expiración no forzada, haciendo uso de una cinta métrica, bien ajustada pero sin ejercer compresión y sin ropa. La circunferencia de la cadera se mide a la altura de los trocánteres mayores del fémur.
El índice cintura/cadera se calcula dividiendo la CC por la circunferencia de la cadera. El diámetro sagital se valora estimando la distancia entre el ombligo y L4-L5 con el individuo en decúbito supino
9,10
. La medición del diámetro sagital
presenta muy buena correlación con la acumulación adiposa perivisceral medida por tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM). Este indicador se valora estimando la distancia entre el ombligo y L4-L5 con el individuo en decúbito supino. Cifras superiores a 25 cm para el diámetro sagital delimitan valores de riesgo. Pliegues cutáneos: sirve para medir la grasa corporal total. Es también una técnica fácil de realizar y que requiere la utilización de un plicómetro. Los inconvenientes son la variabilidad de la medida según el profesional que la realice, la dificultad que hay para medir grandes pliegues, incluso a veces la insuficiente apertura del plicómetro no permite realizar la medición y, por último, sólo mide la grasa subcutánea y no la visceral. Estudios epidemiológicos indican que la medida de la CC es la más fiable y práctica para estimar el contenido de grasa abdominal 11,10.
Diámetro del cuello: Es una de las medidas más importantes a tener en cuenta, dada su correlación con el diámetro de la vía aérea superior. Cualquier aumento de depósito graso a este nivel ayudará a la oclusión de la vía aérea durante la noche. Todas estas medidas se registran en nuestros cuestionarios, para ser comparadas en posteriores revisiones y controlar su evolución. 3. Control y seguimiento del SAHS: primera revisión y siguientes.
Una vez que el paciente está diagnosticado de SAHS, puede recibir diferentes tratamientos: considerar que se le puede tratar con medidas generales, o iniciar tratamiento con CPAP, además de las medidas generales. Para iniciar cualquiera de los dos tratamientos, el paciente es citado de forma personal, preferentemente acompañado de un familiar y se le explica la enfermedad y el
tratamiento que va a recibir, todo ello debidamente
documentado para su fácil entendimiento. En caso de precisar solamente medidas generales, se le explican dichas medidas, haciendo hincapié en aquellas que más le pueden influir en la mejoría, es decir, pérdida de peso, educación postural, hábitos higiénicos de sueño... Recomendaciones específicas sobre el tratamiento básico para la pérdida de peso: cambios permanentes en el estilo de vida (alimentación planificada hipocalórica, actividad física y modificación de conducta)12 –
El tratamiento integral para adelgazar (y para mantener el peso
corporal) debería incluir la combinación de alimentación baja en calorías, el aumento de la actividad física y la terapia conductual. –
Se recomiendan los planes dietéticos hipocalóricos para la
reducción de peso en las personas con sobrepeso u obesidad –
La disminución de la grasa alimentaria constituye una forma
práctica de disminuir la energía en las dietas hipocalóricas –
La reducción de la grasa dietaria conjuntamente con la reducción de
los hidratos de carbono dietarios puede facilitar la disminución de la energía alimentaria. –
Una alimentación planificada individualmente para ayudar a crear
un déficit diario de 500 a 1.000 kcal deberá ser parte integrante de cualquier programa dirigido a conseguir un adelgazamiento de 0,5-1 kg de peso semanal. –
Se recomienda que la actividad física forme parte del tratamiento
global para la reducción y el mantenimiento de peso porque: –
Aunque modestamente, contribuye a la disminución de
peso en los adultos con sobrepeso u obesidad
–
–
Puede reducir la grasa abdominal
–
Aumenta la competencia cardiorrespiratoria
–
Puede ayudar en el mantenimiento del peso perdido.
Inicialmente debe de animarse a la realización de grados moderados
de actividad física durante 30 a 45 min, de 3 a 5 días semanales. A largo plazo todos los adultos deberían de establecerse el objetivo de acumular 30 min o más de actividad física de moderada intensidad la mayoría de los días de la semana y preferiblemente todos los días. –
La terapia conductual constituye un accesorio útil cuando se
incorpora al tratamiento para la reducción y el mantenimiento del peso –
Con objeto de tomar las medidas apropiadas para motivar al enfermo
es necesario que el médico valore la disposición del paciente para incorporarse al tratamiento y ejecutar el plan.
Recomendaciones específicas sobre el tratamiento básico para el paciente con SAHS tratado con medidas generales: –
Realizar una buena higiene de sueño: dormir las horas suficientes, seguir unos horarios pautados de acostarse y levantarse, realizar la última ingestión de comida al menos dos horas antes de acostarse y, a ser posible, que esta no sea copiosa
–
Abstinencia alcohólica, especialmente 6 horas antes de acostarse
–
Supresión del hábito tabáquico
–
Pérdida de peso (o mantenimiento del mismo si es el adecuado)
–
Tratamiento de la obstrucción nasal (buena higiene nasal y uso de sprays para la descongestión)
–
Tratamiento postural, evitando dormir boca arriba (usando camisetas con pelotas de tenis cosidas a la espalda)
–
Supresión (si es posible) de medicamentos hipnóticos o sedantes
–
Actividad física diaria, incluyendo
caminar, nadar o algún ejercicio que
pueda realizar. SAHS leve-moderado tratado con medidas generales.
El paciente acude al cabo de uno o dos meses de iniciar el tratamiento. Se revisa el cumplimiento o no de estas medidas y la influencia que han tenido sobre su peso, medida de cuello, de circunferencias y sobre la situación actual respecto al sueño: excesiva somnolencia diurna, hábitos y síntomas. El control dependerá de los resultados: cada seis meses, anual, o revisión de nueva instauración de tratamiento.
SAHS grave en tratamiento con CPAP.
El paciente debe acudir a la consulta con su CPAP y toda la documentación relacionada con ella: albaranes de la empresa que se la ha suministrado y posteriores revisiones. Se reinterroga de nuevo al paciente respecto a su situación desde que usa el tratamiento y sobre el uso de la CPAP, horas de uso diario, síntomas de rechazo o intolerancia, efectos secundarios, clínica actual. Se revisa el equipo de CPAP: medida de la presión, estado de mascarilla, filtros, tubuladuras, humidificadores si los hay. Comprobación del contador horario y cálculo de horas/día. Comprobación del funcionamiento de la máquina. El paciente se prueba la CPAP él solo, ajustándosela como si fuera a dormir, reeducándole de nuevo en caso necesario. Se comprueban los efectos de la aplicación de las medidas generales en cuanto al peso, las medidas de circunferencias y del cuello. También el resto de revisiones se planificará dependiendo de la respuesta, llegando a realizarse de forma anual. 4. Resultados Presentaré los resultados de nuestra unidad, en cuanto al número de pacientes obesos con CPAP, con medidas generales, que han disminuido su peso y en qué porcentaje. (Aún no tengo los datos).
Conclusiones:
La reducción de peso en pacientes diagnosticados de SAHS se traduce en una mejoría de la patología
13,14
, con una disminución del número de apneas y una
mejoría de la oxigenación nocturna
15
Además la propia obesidad es capaz de
favorecer la aparición de excesiva somnolencia diurna
2
Desgraciadamente
sólo una minoría de pacientes obesos con SAHS consigue reducir su peso y aún son menos los que logran mantenerlo una vez reducido. Sin embargo, la pérdida ponderal en pacientes obesos puede ser curativa. Reducciones del 5-10% son capaces de disminuir el IAH y mejorar la sintomatología. La pérdida de peso precisa un cambio en los hábitos alimenticios y estilo de vida que la mayoría de los pacientes no cumple. No obstante, hemos podido comprobar como una simple y breve intervención de enfermería en la consulta externa conseguía que el 11% de los pacientes obesos con SAHS perdieran más del 10% de IMC y lo mantuvieran estable al cabo de 2 años
16
Por ello, insistir en la pérdida de peso en pacientes obesos o
con sobrepeso es un objetivo al que no debemos renunciar 15.
1. Dixon J. B, Schachter MBBS LM. and O´Brien PE. Prediting sleep apnea and excesive day sleepiness in the severely obese. Indicators for polymnography Chest 2003; 123: 1134-1141 2. Vgonzas AN, Bixler EO, Tan TL, Kantner D, Martín LF, Kales A. Obesity without apnea is associated with daytime sleepiness. Arch Intern Med 1998;158:1333-1337 3. Van Hubbard S. Defining overweigth and obesity: what are the issues? Am J Clin Nutr 2000;72:1067-8 4. Kuczmarski RJ, Flegal KM. Criteria for definition of overweight in transition: background and recommendations for the Unites States. Am J Clin Nutr 2000;72:1074-81. 5. Fernández-Real JM, Vayreda M, Casamitjana R, Sáez M, Ricart W. Índice de masa corporal (IMC) y porcentaje de masa grasa. Med Clín (Barc) 2001; 117:681-4.
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SÍNDROME DE HIPOVENTILACIÓN-OBESIDAD Neus Salord Olèo Hospital del Mar. Hospital de la Santa Creu i Sant Pau. Barcelona.
La obesidad es una enfermedad multifactorial crónica y compleja generada por la interacción entre genética y ambiente. Actualmente se considera la obesidad como uno de los principales problemas de salud pública en los países desarrollados. Su relación con el aumento del riesgo cardiovascular y la muerte precoz han centrado los esfuerzos de las autoriades sanitarias. Sin embargo, son menos conocidos los trastornos respiratorios asociados a la obesidad, que van desde una mera alteración mecánica ventilatoria a ser una de las principales causas etiopatogénicas del Síndrome de Apnea-Hipopnea del Sueño y del Síndrome de Hipoventilación-Obesidad. Detectar y tratar estas alteraciones ha demostrado reducir la morbi-mortalidad y mejorar la calidad de vida del paciente.
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