MANUAL DE RIEGO DE JARDINES
Sergi Ruiz Zarzuelo
I.
EL CONSUMO DE AGUA EN EL JARDÍN. 1.1.
El agua en la jardinería.
1
1.2.
Diseño de hidrozonas.
2
1.3.
Plantas hídricamente poco exigentes.
5
1.4.
Uso de aguas residuales depuradas.
6
1.5.
Suelos y enmiendas.
1.6. Conclusiones.
2.
4.
2.1. Introducción.
15
2.2.
Necesidades de agua de las plantas.
15
2.3.
Necesidades de riego del jardín.
20
2.4.
Elaboración de un plan de riego. Ejemplo Práctico.
22
3.1. Introducción.
27
3.2. Caudal.
27
3.3. Presión.
28
3.4.
Pérdidas de Carga.
29
3.5.
Riego con presión y caudal fijos.
32
3.6.
Elevación del agua.
33
3.7.
Tipos de Bombas.
34
3.8.
Potencia del Motor.
36
3.9.
Criterios de selección del equipo de bombeo.
37
3.10.
Resumen.
37
TIPOS DE SISTEMAS DE RIEGO: COMPONENTES DE INSTALACIONES. 4.1. Introducción.
39
4.2.
Riego Localizado.
39
4.3.
Riego de aspersión y difusión.
42
4.4.
Cabezal de Riego: Filtrado y Fertirrigación.
45
4.5.
Red de Distribución y Drenaje.
49
4.6.
Elementos Singulares.
51
4.7. Emisores.
53
4.8.
57
Dispositivos antivandálicos y Arquetas encastradas.
57
AUTOMATIZACIÓN DEL RIEGO. 5.1. Introducción.
59
5.2.
Ventajas e inconvenientes de la automatización. Sistemas de automatización.
59
5.3.
Elementos utilizados en los sistemas de automatización.
61
5.4.
Cálculo de la sección del cable de conexión.
64
5.5.
Sistemas sin hilo.
65
5.6.
Programación Integral del Riego.
66
5.7. Resumen.
6.
25
CONCEPTOS BÁSICOS DEL RIEGO A PRESIÓN: SISTEMA DE BOMBEO.
4.9. Resumen.
5.
12
NECESIDADES HÍDRICAS DEL JARDÍN.
2.5. Resumen.
3.
10
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Contenido
66
DISEÑO DE INSTALACIONES DE RIEGO DE JARDINES. 6.1. Introducción.
69
6.2.
69
Diseño de Emisores de Riego Localizado.
I
6.3.
Marco de aspersores y difusores.
70
6.4.
Frecuencia y tiempos de riego.
71
6.5.
Sectorización del riego.
74
6.6.
Diseño hidráulico de la instalación de riego.
76
6.7.
Dimensionado del equipo de filtrado.
84
6.8. Resumen.
7.
EVALUACIÓN, MANTENIMIENTO Y MEJORA DEL RIEGO. 7.1. Introducción.
87
7.2.
Evaluación en sistemas de goteo.
87
7.3.
Evaluación en sistema de aspersión y difusión.
90
7.4.
Mantenimiento de las instalaciones.
94
7.5.
Manejo del Riego.
97
7.6.
Manejo de la fertirrigación y quimigación.
98
7.7. Resumen.
8.
II
8.1. Introducción.
101
8.2.
Valor ornamental del riego por superficie. El agua integrada en el jardín.
101
8.3.
Tipos de sistemas de riego por superficie.
102
8.4.
Pozas y alcorques.
102
8.5.
Sistema de riego por surcos.
104
8.6.
Desarrollo y manejo de los sistemas de riego por superficie.
104
8.7.
Mejora del manejo del riego por superficie.
109 110
SISTEMAS DE DRENAJE. 9.1. Introducción.
111
9.2.
El exceso de agua en el suelo.
111
9.3.
Clasificación de los sistemas de drenaje.
112
9.4.
Diseño hidráulico de las instalaciones de drenaje.
114
9.5. Resumen.
10. ANEXO I. 11. ANEXO II. 12. ANEXO III.
CONTENIDO
99
RIEGO POR SUPERFICIE EN JARDINES.
8.8. Resumen.
9.
85
118
I.
EL CONSUMO DE AGUA EN EL JARDÍN.
Hoy día y aunque parezca que el agua es un recurso ilimitado, no lo es, y en ciertas zonas del planeta se llega a considerar un lujo un recurso vital para la vida. Por eso, entre otras cosas, sirva esta introducción al riego de los jardines como una introducción así mismo a la concienciación sobre el uso y aprovechamiento sostenible de un recurso tan preciado. El jardín como consumidor de agua, necesita un manejo eficiente del agua de riego mediante la adopción de medidas que lleven a un consumo responsable acorde a las necesidades del jardín. Estas medidas consisten en:
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• Diseño o delimitación de hidrozonas. • Empleo de especies adaptadas. • Mejora de propiedades del suelo. La práctica de estas medidas, llevan a un jardín eficiente en el uso del agua, sin entrar en conflicto con su valor ornamental o la funcionalidad del mismo.
1.1. El agua en la jardinería. El agua es un componente que forma parte del jardín ya sea por sus funciones fisiológicas para las plantas como por su función ornamental en fuentes y estanques. Al formar parte de los procesos de nutrición, regulación térmica o transporte de sustancias, hace que el riego sea esencial para el correcto mantenimiento de los jardines. En la actualidad, todavía sin muchos los jardines que se riegan mediante métodos tradicionales ya sea por superficie o a pie, utilizando una manguera. Estos métodos hace que las cantidades de agua aplicadas para cubrir las necesidades de las plantas, sean superiores a las necesarias por lo que El agua en el jardín: jardnes árabes. se produce un derroche de este recurso. Si además tenemos en nuestro jardín especies con unas necesidades hídricas muy elevadas, podemos alcanzar cifras de consumo de agua muy elevadas teniendo así un gasto innecesario para el correcto desarrollo del mismo. Un elevado consumo de agua puede también venir del manejo y estado de conservación de los equipos. La falta o deficiente mantenimiento de los mismos puede provocar problemas de la uniformidad del riego, que se produzcan solapes en los sistemas de riego por aspersión o consumo excesivo por una mala distribución de los emisores (goteros) en los sistemas de riego localizado. Hemos de tener en cuenta, al contrario que en agricultura, en jardinería no se buscan rendimientos, sino la supervivencia y mantenimiento de la vegetación con unas condiciones de desarrollo y estéticas aceptables, por lo que debemos reducir el consumo de agua a lo imprescindible para tales fines, por ello debemos tender a la utilización de sistemas de riego con una mayor eficiencia en la aplicación. Para ello, la adecuada adopción de prácticas en la tareas de riego que vayan encaminadas a satis-
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facer las necesidades hídricas de las diferentes plantas que componen en jardín, será el objetivo primordial. Tales prácticas deben incluir la realización de riegos al atardecer o durante la noche en épocas de temperaturas altas, la mayor periodicidad entre riegos, práctica de riego deficitario, el cual consiste en la aplicación de cantidades inferiores a las necesarias pero suficientes para la supervivencia de la vegetación, lo que implica una adaptación de la planta a dichas condiciones. Por otro lado se deben diseñar jardines eficientes en el uso del agua. Medidas que podemos adoptar para reducir el consumo excesivo de agua, sobre todo en épocas de temperaturas altas y sequía son: • Suprimir el aporte de fertilizantes, ya que fomentamos el desarrollo y por tanto el consumo de agua por parte de la planta. • Eliminar los frutos siempre que sea posible ya que consumen gran cantidad de savia. • Emplear antitranspirantes pulverizados para reducir la transpiración de la planta y la pérdida de agua. 2
Hidrozona con riego localizado.
• Realizar riegos profundos y espaciados, lo que reduce la transpiración. • Realizar podas de re-equilibrio, para disminuir las necesidades de nutrientes y por tanto de agua para su transporte. En este punto debemos hacer un alto para referirnos a las áreas destinadas a los campos de golf y zonas deportivas, por ser zonas de césped con altas necesidades hídricas. Son casos en los que más que tener en cuenta su resistencia a la escasez de agua, ciertas características funcionales y estéticas como textura, color, uniformidad, resistencia a enfermedades o capacidad de recuperación tras la práctica deportiva. Hoy en día y gracias al trabajo continuo de los técnicos, disponemos de especies y sus correspondientes variedades que se adaptan a todo tipo de situaciones y seguramente podemos encontrar la variedad adecuada a nuestras necesidades. Pero por lo general debemos hacer hincapié en la instalación de sistemas de riego adecuados, así como el control de la frecuencia de riego para conseguir una profundidad de las raíces óptima.
1.2. Diseño de hidrozonas.
CONSUMO DE AGUA EN JARDINES
A la hora de diseñar un jardín, debemos conseguir que sea eficiente en el uso del agua, es decir, una optimización del uso que reporte un ahorro real de la misma. Para un diseño correcto del jardín debemos tomar unas medidas previas tales como un estudio del suelo, de la calidad del agua de riego a emplear y de los datos climatológicos del lugar (incluyendo la pluviometría). Con estos datos previos podremos concretar más las especies a seleccionar para implantar en el jardín. Además todos esos datos nos ayudarán a elegir el sistema de riego más adecuado, además de pautas a seguir para evitar pérdidas de agua por filtración profunda, escorrentías o evaporación excesiva. Se debería recoger información topográfica, así como la existencia o no de drenajes, así como la pre-existencia de vegetación e infraestructuras en el emplazamiento.
Con todos estos datos recopilados podremos hacer un cálculo de las necesidades hídricas del jardín así como hacer un control posterior del consumo efectivo de agua instalando equipos de medida.
Ejemplo de diseño de hidrozonas.
El consumo de agua estará condicionado por la elección y emplazamiento de las diferentes especies, el cual si no es correcto, mezclando especies de diferentes necesidades hídricas, haremos que ciertas especies reciban mayor cantidad de agua de la necesaria provocando problemas fisiológicos en las mismas además de un consumo excesivo.
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Una de las técnicas más efectivas para evitar esto y tener un jardín eficiente en el consumo de agua es la división del mismo en áreas de requerimientos hídricos similares o hidrozonas. Esta división no debe olvidar otros aspectos como la estética, el uso y la funcionalidad,así como el estilo que se desee para el jardín, contemplándose todos estos aspectos de manera unitaria en la planificación y diseño.
Planificación de hidrozonas. No podemos considerar el jardín como un área homogénea con requerimientos hídricos iguales en su conjunto, máxime si tenemos intención de emplazar en él especies con requerimientos hídricos muy dispares, ya que especies distintas, tienen necesidades distintas, ya sean en cantidades o periodicidades de riego. Esto expuesto anteriormente nos lleva a no tener un uso eficiente del riego. Para evitar esto y optimizar el uso del agua debemos dividir el jardín en zonas hídricas o hidrozonas. Podemos definir una hidrozona como el área delimitada del jardín en el cual conviven plantas con necesidades hídricas, de iluminación, mantenimiento y uso similares. Estas hidrozonas, deben tener en cuenta también la topografía del terreno a la hora de diseñarse y mantener una estética unificada acorde con la deseada para el mismo. Además en la distribución de las plantas deberemos combinar la forma, color y textura para lograr el objetivo. Si tenemos todo lo previamente explicado, podemos definir tres zonas en lo referente al consumo de agua: • Alto consumo. • Consumo medio. • Bajo consumo. Esto nos permitirá aportar las cantidades de agua necesarias en función de cada zona y de las plantas incluidas en ellas, lo que facilita mucho el manejo del riego, además del control económico del mismo.
Hidrozona de alto consumo: Esta zona es la de mayor componente estético, ornamental y posiblemente la de mayor uso, por lo que deberemos restringirla al máximo, sobre todo si tenemos restricciones de agua. En esta zona
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se suele agrupar planas con altas necesidades hídricas además de las plantas de sombra si la emplazamos en las proximidades de viviendas o edificios para aportar frescor a la mismos. Independientemente si es un jardín privado o público, esta zonas se suele hacer coincidir con aquellas zonas que queremos resaltar dentro del jardín como puede ser accesos, paseos, zonas de descanso, visuales concretas, etc.
Hidrozona de consumo medio: Aquí se agrupan las especies de consumo moderado de agua, que suelen coincidir con las zonas de delimitación de espacios del jardín, empleando para tal fin arbustos, flores o bulbos con consumos medios de agua.
Hidrozona de bajo consumo: Compuesta por plantas que sean capaces de sobrevivir con aporte de agua escaso o con el régimen normal de lluvias de la zona una vez establecidas. Por lo general suele estar ocupada por plantas autóctonas, perfectamente adaptadas a dichas condiciones climatológicas. Esta hidrozona suele comprender las zonas de tránsito exteriores, alineaciones de viales, aparcamientos, zonas alejadas de edificaciones y perímetros de parcela.
Elección de especies adecuadas:
4
El componente básico de un jardín, son las plantas. La elección de las mismas es un aspecto esencial al cual en ocasiones no se le presta la suficiente atención, y es primordial para el éxito del jardín en situaciones de escasez de agua y situaciones climatológicas extremas. Un punto importante previo a la elección de las especies, hemos de recabar datos e información sobre las condiciones climatológicas de la zona y sobre todo el régimen hídrico, así como las necesidades hídricas de las plantas a seleccionar y las características de suelo (textura, estructura, etc). En un jardín eficiente debemos combinar de manera estética las necesidades de las plantas con su desarrollo, forma, textura y color, es decir, lo que se viene a denominar el jardín en 4D (las dimensiones espaciales y su permanencia en el tiempo).
CONSUMO DE AGUA EN JARDINES
En principio cualquier especie que se adapte a las condiciones climáticas de la zona tiene cabida en el mismo. En un principio deberíamos tender a la utilización de especies autóctonas por ser las mejores adaptadas a la zona por su bajo consumo hídrico, aunque se pueden introducir otras especies ya sean por razones ornamentales o funcionales, siempre y cuando seamos capaces de reproducir las condiciones de su hábitat dentro del jardín en la zona que las localicemos, siempre dentro de unos parámetros de equilibrio de eficiencia y economía. Las zonas de cespistosas requieren una atención especial, ya que en ellas deberemos elegir las especies que presenten los menores requerimientos hídricos posibles de manera que con un manejo adecuado del riego, consigamos un césped de calidad. Su ubicación también es muy importante porque deberemos separarlas de zonas con requerimientos de agua diferentes y limitando su uso a zonas en donde presenten funcionalidad como zonas de pendiente para así evitar la erosión o zonas recreativas.
Estudio del micro-clima de cada zona: Las condiciones ambientales o micro-clima de cada zona del jardín es un aspecto que debe ser estudiado en la fase de diseño del mismo. Aspectos como la temperatura, humedad, vientos dominantes y velocidad del mismo o radiación solar, serán determinantes para la elección y ubicación de cada una de las especies.
Dentro de una zona climática pueden coexistir diferentes áreas con condiciones ambientales dispares, que conocemos como micro-climas, las cuales también se han de tener en cuenta. Este micro-clima de cada zona del jardín puede ser modificado con unas sencillas prácticas de diseño, corrigiendo condiciones adversas y favoreciendo las adecuadas al desarrollo de unas determinadas plantas.
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Por ejemplo para reducir la radiación solar, se puede jugar con la orientación de edificios, plantar árboles de sombra, así como para proteger de los vientos dominantes, instalar barreras ya sean artificiales mediante mobiliario o naturales como alineaciones de cipreses. Modificación del microclima mediante sombras.
1.3. Plantas hídricamente poco exigentes. Un punto importante para el ahorro de agua en el jardín, va a ser la elección de plantas poco exigentes en cuanto al aporte de agua, es decir, aquellas que tienen requerimientos inferiores y soportan especialmente el estrés hídrico en el cual los aportes de agua mediante riego son escasos o nulos. Aunque podamos pensar que el número de especies con estas características es pequeño, la realidad es muy distinta pues son numerosas las especies autóctonas que pueden servir a estos fines, a parte de muchas otras procedentes de otras zonas que se adaptan perfectamente a esas condiciones. Este grupo de plantas no sólo está compuesto de cactáceas y especies suculentas, sino que podemos encontrar árboles, arbustos, tapizantes, vivaces, aromáticas, trepadoras, palmáceas y hierbas ornamentales, que además proporcionan sombra y frescor al entorno, así como colorido y belleza a los jardines en los cuales se emplean. Aquí podemos incluir algunas especies de cespitosas. Siendo uno de los elementos más utilizado en los jardines y parques tanto públicos como privados. Ese uso, al contrario de lo que se piensa, aporta beneficios no sólo estéticos y sociales, sino ambientales, ya que mejora las propiedades del suelo al aportar grandes cantidades de materia orgánica, evita la erosión del mismo y libera oxígeno a la atmósfera a razón de unos 5.000 m³/ha.
Ejemplo de jardín con uso de plantas autóctonas.
Algunas de estas especies resistentes al estrés hídrico son Cynodon dactylon, Buchloe dactyloi-
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des, Paspalum vaginatum, Zoysia japonica, Stenotaphrum secundatum, Festuca arundinacea, Lolium perenne, Penisetum clandestinum o Poa pratensis.
1.4. Uso de aguas residuales depuradas. La mayor y más habitual escasez de agua debido al cambio del régimen de lluvias es un hecho. Por ello se ha hecho necesario la utilización de aguas residuales depuradas tanto para riegos agrícolas como para jardines. Estas aguas han de ser debidamente tratadas para ser utilizadas para el riego. El R.D. Ley 11/1995 en el artículo 5º establece como fecha tope el 1 de enero de 2001 para la puesta en funcionamiento de estaciones depuradoras de aguas residuales en municipios de más de 15.000 habitantes equivalentes (1 hab eq = 60 gr DBO5) y el 1 de enero de 2006 para municipios para los municipios de más de 2.000 habitantes equivalentes que viertan en cauces naturales. Además se obliga a llegar al final del tratamiento secundario en las estaciones depuradoras, lo que posibilita disponer de gran volumen de agua depurada que puede ser reutilizada para el riego. Los tratamientos posteriores al secundario, dependerán del uso que se le vaya a dar a dicha agua. El R.D. Legislativo 1/2001, establece que las aguas residuales urbanas depuradas pueden ser empleadas por los Ayuntamientos con sólo la autorización administrativa para el riego de parques, jardines, campos de golf, calles, etc.
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Un punto importante a la hora de utilizar las aguas urbanas depuradas, es la necesidad de una red específica para evitar el contacto entre esta agua y la de la red urbana. Por ello en los jardines de nueva construcción o en los que se realicen obras de infraestructura o reforma de los mismos, deberemos prever la realización de una red específica para dichas aguas.
Calidad de las aguas depuradas: La calidad de las aguas depuradas, dependerá de la calidad del agua suministrada y de los residuos añadidos durante su uso. En general, el agua residual está constituida en un 99’9% por agua y tan sólo el 0’1% restante son residuos de tipo orgánico, inorgánico y biológico, que deberán ser reducidos en los procesos de depuración.
CONSUMO DE AGUA EN JARDINES
Este tipo de aguas llevan sólidos disueltos, en suspensión o flotación. Estos sólidos pueden ser de origen orgánico o inorgánico. Los sólidos totales han de ser reducidos al máximo ya que pueden ocasionar problemas de aireación y penetración de aguas en los suelos, así como de problemas de obturación en emisores de riego.
Esquema de tratamiento de las aguas residuales urbanas.
Las aguas depuradas, son portadoras de materia orgánica, expresándose su contenido por medio de la Demanda Bioquímica de Oxígeno (DBO) que indica la cantidad de oxígeno en mg/l requerida por los microorganismos para la oxidación bioquími-
ca de la materia orgánica contenida en el agua en un tiempo determinado (generalmente 5 días, BDO5). Se trata de un indicador indirecto de la concentración de materia orgánica biodegradable en el agua. Tras los tratamientos de depuración, la DBO debería reducirse entre un 70 y un 90%. Para caracterizar los compuestos inorgánicos se deben realizar análisis que determinarán el pH, contenido en nutrientes (fundamentalmente nitrógeno, fósforo y potasio) cuyas cantidades de- Vista aérea de una EDAR. berán ser controladas para evitar problemas contaminantes de aguas subterráneas. Por otro lado tenemos que los contenidos en sales solubles tales como sulfatos, bicarbonatos, cloruros o de iones de sodio, boro, etc, deben estar dentro de los límites adecuados para no provocar problemas de salinidad, así como trazas de elementos metálicos pesados que pueden ser perjudiciales para las personas, animales o plantas.
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El cloro residual puede provocar quemaduras en las hojas, por lo que deberá ser controlado o si es posible airear el agua para que se elimine por evaporación natural. Niveles umbral de oligoelementos en los cultivos Elemento
Aluminio (Al) Arsénico (As) Berilio (Be) Cadmio (Cd) Cobalto (Co) Cromo (Cr)
Concentración máx Elemento
Concentración máx Elemento
Concentración máx
recomendada (mg/l)
recomendada (mg/l)
recomendada (mg/l)
5’0 0’1 0’1 0’01 0’05 0’10
Cobre (Cu) Flúor (F) Hierro (Fe) Litio (Li) Manganeso (Mn) Molibdeno (Mo)
0’20 2’0 5’0 2’5 0’20 0’01
Níquel (Ni) Plomo (Pb) Selenio (Se) Vanadio (V) Zinc (Zn)
0’20 5’0 0’02 0’10 2’0
Dentro de estos residuos biológicos que contienen las aguas residuales, pueden contener microorganismos patógenos como pueden ser bacterias, virus y parásitos, los cuales se han de tener en cuenta y controlar ya que pueden ser causantes de enfermedades. Otras características físicas que definen la calidad del agua residual es su olor y color. Tras la depuración tanto el olor como el color, ha de ser como el de cualquier agua procedente de otra captación para evitar un efecto desagradable y rechazo social.
Tratamiento de las aguas residuales urbanas: El proceso de depuración de las aguas residuales urbanas tiene como objetivo la eliminación de residuos contaminantes para conseguir un agua lo más parecida posible a la suministrada por cada municipio. Con esto se consigue reducir la contaminación y los problemas de eutrofización de los cauces naturales, en caso de verterla u obtener agua para ser reutilizada cumpliendo con los requisitos exigidos.
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El proceso de depuración cuenta con varios pasos o tratamientos los cuales son el tratamiento preliminar, primario y secundario. A modo de resumen, los diferentes procesos tienden a eliminar los sólidos de las aguas residuales en las siguientes proporciones: • Tratamiento Preliminar: elimina las partículas con tamaño superior a 0’2 mm. • Tratamiento Primario: elimina la materia flotante y sólidos en suspensión. Se consigue reducir la DBO en un 25-50%. Los sólidos en suspensión en un 50-70%, las grasas en un 65% y se eliminan parte de los metales pesados, del nitrógeno y el fósforo. • Tratamiento Secundario: consigue eliminar hasta en un 85-95% de la DBO y de los sólidos en suspensión y la mayor parte de los metales pesados. Tras el tratamiento secundario, y según su utilización posterior, se puede someter a un tratamiento terciario para eliminar otros componentes que aún permanezcan en ella. Por último, y en caso que haya contacto directo con las personas (parques y jardines), se puede proceder a un proceso de desinfección para destruir o inactivar los organismos patógenos. Las desinfecciones pueden ser físicas mediante ultravioletas, gamma o microondas, o bien química mediante cloro u ozono. La desinfección cloro necesita especial atención por si regamos con agua tratada por este método, plantas sensibles a este elemento.
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La desinfección con ozono suele ser menos habitual por su coste. Con estos procesos no se consigue la eliminación total de los patógenos presentes en las aguas residuales, pero sí los reducimos a cantidades mínimas.
Ventajas e inconvenientes de uso: Ventajas
Inconvenientes
Aporte de materia orgánica al suelo.
Elevado contenido en sales y elementos tóxicos.
Aporte de elementos nutritivos.
Acumulación de micro-elementos a largo plazo.
Reduce el aporte de fertilizantes.
Presencia de patógenos.
Ahorro económico.
Obturación de emisores.
Incremento de recursos hídricos.
Instalación de sistema de filtrado.
Garantía de suministro regular.
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Calidad de las aguas depuradas para su utilización en el riego de zonas verdes: Tras la correspondiente depuración, la calidad que se le exige al agua es la misma que se le exige al cualquier agua, sea cual sea su procedencia. Dejando de lado los criterios de calidad del agua de riego, en lo que hay que hacer hincapié especial en la calidad sanitaria de la misma.
Riego con manguera.
Esto es importante por el contacto que va a tener con las personas. La O.M.S. establece unos criterios de calidad. Estos criterios los podemos exponer en la siguiente tabla:
Calidad del agua(1)
Tipo de cultivo o zona a regar
Método de riego recomenda- Otras condiciones a cumplir do
Nematodos intestinales*: <1 Riego de campos deportivos y Cualquiera huevo/l zonas verdes de acceso públiColiformes fecales: <200 co.
El riego no debe realizarse en horas de afluencia del público.
UFC/100 ml Nematodos intestinales*: <1 Riego de cultivos de consumo Cualquiera huevo/l en crudo. Coliformes UFC/100 ml
fecales:
<200
Nematodos intestinales*: <1 Riego de cultivos industriales, huevo/l madereros, forrajeros, cereales y semillas oleaginosas, viveros, cultivos destinados a industrias conserveras, productos vegetales que se consuman cocinados y árboles frutales.
No se establecen límites pero se exige un tratamiento de, al menos, sedimentación primaria.
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Cualquiera excepto:
El riego de árboles frutales con Aspersión e inundación para este tipo de agua debe suprimirse al menos dos semanas riego de hortalizas. antes de la recolección y la Aspersión para riego de frutafruta no debe ser recogida del les. suelo. El riego de pastos para consumo en verde debe cesar al menos dos menos antes de que permita apacentar al ganado.
Riego de cultivos industriales, Localizado madereros, forrajeros, cereales, semillas oleaginosas y zonas verdes no accesibles al públicos.
* Ascaris, Trichuris y Ancylostoma. (1) Se considerará que la calidad del agua es conforme con las condiciones requeridas si las muestras recogidas en un mismo punto durante un año, cumplen que: •
El 95% de las muestras no exceden del valor límite establecido para nematodos intestinales.
•
El 90% de las muestras no exceden del valor límite establecido para coliformes fecales.
Con estos parámetros previos tenemos, que el riesgo que pueda haber para las personas y/o plantas vendrá determinado por el sistema de riego empleado. Como se puede presuponer, los sistemas de riego a pie o por aspersión serán los que más riesgos conllevan, al tener contacto directo con las plantas y exposición por parte del operario de riego. Además en el riego por aspersión, las micro-gotas son fácilmente transportadas por deriva a zonas próximas (> 100m si las gotas tienen un tamaño menor de 50 micras y un viento de unos 10 km/h), entrando así en contacto con la población general. Para evitar estos posibles problemas, en riego por aspersión, deberemos tomas las siguientes medidas preventivas a fin de minimizar los riesgos: • Evitar regar los días de viento. • Mantener una distancia de seguridad de al menos 150 m entre la zona a regar y la habitada. • Utilizar aspersores de corto alcance o difusores de baja presión en zonas verdes urbanas y campos deportivos. • Evitar la deriva mediante obstáculos o barreras de protección. • No utilizar estos sistema de riego en sistemas de cultivo de plantas bajo cubierta. El riego localizado es el sistema más adecuado para utilizar agua residual depurada, ya que las plantas no entran en contacto directo con el agua, al mantenerse el bulbo húmedo siempre mojado, las plantas tienen agua disponible continuamente, lo que disminuye el riesgo de salinidad. De
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cara al manejo del riego, es un sistema más seguro ya que ni el operario, ni los usuarios entran en contacto directo con el agua. De cualquier manera, e independientemente del sistema de riego empleado, deberemos señalizar convenientemente, mediante el empleo de carteles con información clara, las zonas en las que empleemos aguas residuales depuradas para su riego.
1.5. Suelos y enmiendas. Propiedades de los suelos: Como ya se ha explicado anteriormente, durante la fase de diseño se debe hacer un estudio del terreno para en caso de ser necesario, aplicar las correspondientes correcciones o enmiendas necesarias para la mejora del mismo, no descartando la sustitución parcial o total de suelos inservibles para segurar el éxito y normal desarrollo del futuro jardín. Podríamos decir que para un eficiente uso del agua, las propiedades más importantes son las relacionadas con la retención del agua y la infiltración. Entre estas propiedades encontramos la textura, estructura, contenido en materia orgánica, profundidad y contenido y tipo de sales predominantes.
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• Textura: es la proporción de arcilla, limo y arena en el suelo. En función de dicha proporción se clasifican los suelos desde arenosos (ligeros) hasta arcillosos (pesados) pasando por texturas intermedias en función de las proporciones de los componentes. El poder de retención de agua en los suelos aumenta proporcionalmente a su contenido de arcilla, al contrario de lo que ocurre con la capacidad de infiltración que aumenta al aumentar la proporción de arena. • Estructura: es la manera de cómo se distribuyen los diferentes agregados y poros que componen el suelo. Del tamaño, cantidad y disposición de los poros determina la cantidad de retención de agua y la velocidad de infiltración del agua. Pero esta estructura puede ser alterada por factores externos, por lo que el mantenimiento de una buena estructura hará que mantengamos una buena infiltración.
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• Materia orgánica: desempeña importantes funciones, tales como contribuir a la fertilidad del suelo aportando nutrientes, por otro lado incrementa la capacidad de retención de agua en el suelo (hasta 20 veces su peso) y contribuye a dar estabilidad estructural al suelo al favorecer la formación de agregados. • Profundidad: habrá que considerarla al diseñar el jardín, la cual puede ser limitada por la presencia de horizontes endurecidos o modificados, por una capa freática o un horizonte salino, en resumen, por alguna variable que impida un buen desarrollo de las raíces de las plantas. En suelos con poca profundidad las raíces se desarrollan cercanas a la superficie en busca de agua y nutrientes, lo que reduce su estabilidad y capacidad de anclaje, dejándolas desprotegidas ante condiciones adversas como sequías y vientos fuertes. Por otro lado el volumen de agua almacenada será menor. • Salinidad del suelo: debe ser estudiada previamente a la instalación del jardín. Todos los suelos presentan sales solubles que en muchos casos son de nutrientes, pero un exceso en el contenido total de sales produce una reducción en la cantidad de agua disponible para las plantas. Por ello debemos asegurarnos que se encuentra dentro de los límites normales, sobre todo iones como el sodio (Na) que provoca deterioro de la estructura del suelo, así también otros como los de boro (B) o cloruro (Cl+) que pueden producir problemas de toxicidad en las plantas.
Enmiendas de mejora: Los problemas descritos los podemos atenuar y corregir mediante la aplicación de las llamadas enmiendas o medidas correctoras. Son varias la medidas que podemos tomar según el caso, así por ejemplo, para suelos excesivamente arcillosos, se podría aportar arena, y viceversa. Pero estas solución sólo es viable para jardines de pequeño tamaño, zonas con alto valor en viveros, semilleros o invernaderos de producción de alta rentabilidad económica.
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Las enmiendas que realicemos deben ir encaminadas a la mejora de la estructura del suelo e incremento de sus espesor. Esto último puede conseguirse mediante un laboreo en profundidad o con un buen sistema de drenaje según el origen de la limitación de dicho espesor. Aplicación de enmienda de mejora a base de turba rubia.
Enmiendas orgánicas: Es primordial mantener un buen nivel de materia orgánica en el suelo mediante el aporte de la misma, es decir, realizar enmiendas orgánicas, las cuales no deben tener sólo en cuenta la cantidad de materia orgánica aportada, sino también la calidad de la misma. Una buena corrección en cantidad y calidad, hará que mantengamos unos correctos niveles de nutrientes, además de mejorar la estructura y porosidad, y por lo tanto la capacidad de retención de agua y la capacidad de infiltración de la misma. Una de las mejores formas de aporte de materia orgánica, es la utilización de fertilizantes orgánicos como el estiércol o el compost, hasta tener un contenido en materia orgánica en el suelo en torno al 2-3%.
Enmiendas calizas: Consisten en la adición de calcio al suelo, en forma de carbonato cálcico. Este tipo de enmienda se utiliza para la corrección del pH en suelos ácidos y activar el proceso del nitrógeno amoniacal, en nítrico el cual es asimilable por las plantas, puesto que los microorganismos que realizan el proceso, no son activos por debajo de un pH 6. En la siguiente tabla, mostramos las necesidades medias de caliza para elevar el pH de los suelos ácidos. Caliza fina (1) necesaria en Tn/ha para pasar de: pH 4’5 a pH 5’5
pH 5’5 a pH 6’5
Arenoso
Tipo de suelo
0’7
0’9
Franco-arenoso
1’1
1’6
Franco
1’8
2’3
Franco-limoso
2’7
3’2
Franco-arcilloso
3’4
4’5
Orgánico
7’4
8’5
(1) Expresado en carbonato cálcico finamente pulverizado.
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Enmiendas yesíferas: Las enmiendas en las cuales añadimos yeso al suelo se realizan en suelos sódicos, el los cuales el deterioro de estructura por la dispersión de las partículas de arcilla hace que el menor tamaño de las mismas sean capaces de producir un sellado de poros, teniendo como consecuencia una mala aireación y la impermeabilización del mismo. Al añadir yeso, lo que favorecemos es la formación de agregados al sustituir el sodio por el calcio, lo que mejora la estructura y por tanto la aireación y la capacidad de infiltración de agua. El aporte lo podemos hacer vía directa en el suelo, o mediante el sistema de riego. El primero es más recomendable con un RAS elevado y una salinidad por encima de 1 dS/m, mientras que el segundo es más recomendable para salinidades inferiores. Para corregir un suelo sódico, las cantidades de yeso suelen variar entre 5 y 40 Tn/ha, según intensidad del problema, aportando en situaciones críticas hasta 40 Tn/ha en una sola aplicación, mientras que en situaciones menos graves, los aportes se suelen hacer mediante dosis de menor cuantía espaciadas en el tiempo.
Otras enmiendas: A parte de la medidas explicadas, se pueden llevar a cabo otras medidas destinadas a la regulación de la humedad del suelo y evitar pérdidas de agua ya sea por evaporación o escorrentía. 12
Entre estas medidas encontramos el empleo del acolchado o “mulching”, realizado mediante el empleo de corteza de pino, hojas secas o viruta de madera, o mediante un sistema mixto compuesto de malla anti-raíces y cobertura natural (corteza de pino, cantos rodados, etc).
CONSUMO DE AGUA EN JARDINES
Estas cubiertas además mejoran la infiltración y distribuir el agua en el perfil del suelo, así como la distribución del agua en la superficie del suelo de forma regular, impidiendo así la acumulación en las zonas más bajas, y evitando la formación de costra superficial y la aparición de malas hierbas. Para finalizar, otra práctica que se puede aplicar a suelos con escasa capacidad de retención de humedad, es la aplicación de productos hidrorretenedores, los Utilización de acolchado vegetal en hidrozona. cuales absorben y acumulan agua y posteriormente la liberan. Estos productos se deben elegir de manera que no compitan a la hora de retener agua con las raíces de las plantas. Estos productos sólo se deberían utilizar en casos extremos, ya que las enmiendas orgánicas suelen ofrecer mejores resultados.
1.6. Conclusiones. De todo lo expuesto podemos sacan las siguientes conclusiones: 1. Los problemas de sequía son frecuentes, lo que obligan a tomar medidas para el uso racional del agua, especialmente en el riego tanto de zonas agrícolas como en zonas verdes. 2. Debido a esto, debemos tender a realizar jardines eficientes en el consumo de agua, teniendo
especial importancia en el mismo la fase de diseño. 3. El diseño de jardines, ha de tener una división en zonas de acuerdo con las necesidades de agua de las diferentes plantas contenidas en ellas, agrupando estas plantas de características similares en estas zonas. Esto facilita el manejo del riego. 4. Elección, siempre que sea posible, de plantas poco exigentes en agua. 5. El empleo de aguas residuales depuradas, es una alternativa viable a la falta de agua y al aprovechamiento de este recurso. Aporta materia orgánica y elementos nutritivos al mismo. Pero también presenta problemas como obturación de emisores y ciertos riesgos para las plantas o personas si no se toman las medidas preventivas pertinentes.
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6. El suelo también juega una gran importancia en el diseño de jardines eficientes en el uso del agua, especialmente en lo referente a la retención de agua e infiltración. Estas característica pueden mejorarse mediante la práctica de medidas correctoras o aplicación de enmiendas, tanto orgánicas como inorgánicas, ya sean estiércol, compost, yeso o aplicación de cubiertas vegetales.
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NECESIDADES HÍDRICAS DEL JARDÍN
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2.
NECESIDADES HÍDRICAS DEL JARDÍN.
2.1. Introducción. El agua es un elemento imprescindible para la vida de las plantas, constituyendo el medio en dónde se disuelven y transportan las sustancias nutritivas que existen en el suelo. Es un elemento primordial en los procesos de crecimiento y desarrollo, así como de regulación térmica frente a las diferentes condiciones climáticas. El consumo de agua en el jardín viene determinado por: • Tipo de plantas: cada especie varía en necesidades. • Climatología de la zona: radiación solar, lluvia, humedad relativa, viento dominante. • Tipo de suelo: determinará la cantidad de agua almacenada y dificultad para que las plantas la extraigan. Para que las plantas se desarrollen correctamente, es preciso conocer de manera precisa la cantidad de agua necesaria a aplicar con los riegos, así como el mejor momento y la forma ideal para hacerlo.
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2.2. Necesidades de agua de las plantas. No toda el agua absorbida por las plantas es retenida y utilizada en los procesos fisiológicos de las mismas. Si hacemos una comparación, el agua retenida es casi insignificante respecto al agua transpirada. Por esto, podríamos decir que el consumo de agua equivale al agua transpirada, teniendo en cuenta además que en el suelo de produce evaporación de agua a la atmósfera desde las capas más superficiales. El agua empleada en estos procesos de transpiración y evaporación suele consiBalance del agua en el suelo. derarse de manera conjunta por la dificultad de calcularlas por separado. Por ello, se considera que las necesidades de agua de las plantas es la suma de la evaporación directa desde el suelo y la transpiración de las plantas, en lo que se denomina evapotranspiración (ET). El valor de la evapotranspiración depende del clima y del tipo de planta, valores relacionados, que para simplificar el tema se considerarán por separado. Así la evapotranspiración es el producto de un valor que representa el clima, evapotranspiración de referencia (ETr), por un valor que representa a la planta, el llamado coeficiente de cultivo (Kc). En general, la evapotranspiración se expresa en milímetros de altura de agua evapotranspirada cada día (mm/día).
Sin embargo, la diversidad de especies de árboles, plantas, césped, etc, dentro de un jardín dificulta este cálculo en la forma señalada, ya que existen varios factores que hacen variar la ET: • Las hidrozonas o zonas de riego en las que se podría dividir el jardín según tipo de planta y necesidades hídricas. • La variación de densidad de plantación. • Los micro-climas dentro del jardín. Debido a estos condicionantes, en el cálculo de la evapotranspiración habrá que tener en cuenta
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una serie de coeficientes al coeficiente de cultivo (Kc), que se engloban en un coeficiente denominado coeficiente de jardín, que explicaremos a continuación:
Evapotranspiración de Referencia. La evapotranspiración de referencia (ETr) se estima a partir de unos valores obtenidos en un cultivo tipo mantenido en unas condiciones de humedad óptimas. La evapotranspiración varía según las condiciones climáticas (radiación solar, temperatura, humedad, etc) y el entorno donde se mida pudiendo variar de una zona a otra. Para conocer la evapotranspiración de referencia normalmente hay que recurrir a los servicios de entidades públicas o asociativas, centros de investigación etc, como la red SIAR (http://riegos.ivia. es/red-siar).
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Coeficiente de cultivo. El coeficiente de cultivo (Kc) describe las variaciones en la cantidad de agua consumida por las plantas a medida que se desarrollan. Éste varía desde la siembra hasta la recolección, pudiendo diferenciar cuatro fases para las cuales se dispone de valores tabulados de Kc, aunque lo ideal es tener los diferentes valores para la zona de cultivo en concreto. Debido a la gran variedad de especies de un jardín, se hace prácticamente imposible establecer el valor del coeficiente del cultivo, por lo que se utiliza un valor diferente a Kc. Por otro lado, la densidad de plantación y la existencia de hidrozonas y micro-climas existentes y que se utilizará para el cálculo de la evapotranspiración (ET) en lugar del coeficiente de cultivo tradicional.
NECESIDADES HÍDRICAS DEL JARDÍN
Coeficiente de jardín. El coeficiente de jardín (Kj) describe las necesidades hídricas en las plantas de jardín en cuenta tres coeficientes en función de: • Las especies del jardín (Ke). • Densidad de plantación (Kd) • Condiciones microclimáticas (Km). En jardinería, al contrario que en agricultura, no se buscan rendimientos de producción sino la supervivencia de las plantas y mantener una estética aceptable, por lo que el coeficiente de jardín (Kj) no es un coeficiente adaptado a jardines, sino de un coeficiente para calcular de forma aproximada las necesidades hídricas del jardín, y así mantener la estética teniendo en cuenta una serie de parámetros.
Coeficiente de especie (Ke): La variedad del plantas que normalmente se encuentra en un jardín dificulta el cálculo de las necesidades hídricas. Para simplificar cálculos, y aplicar el agua correcta, deberíamos agrupar las plantas con necesidades similares en hidrozonas. de esta forma la estética del jardín estaría condicionada por las hidrozonas en lo que se conoce como estética de riego. Este cálculo del coeficiente de especie agrupando las especies por hidrozonas, sólo es posible en jardines de nueva planta. En los ya establecidos, se debe considerar un coeficiente de especie para el cálculo del coeficiente de jardín. Para ello, se deberá tener en cuenta las especies de cada sector de riego y considerar el coeficiente de las especies con mayor consumo de agua, y cubrir así las
necesidades de las plantas que se vayan a regar al mismo tiempo. Esta solución no es adecuada ya que unas plantas recibirán más agua que otras, por lo que una solución es considerar un coeficiente Ke intermedio siempre y cuando lo que nos interese es manterner las plantas, con mayores necesidades o Ke más alto, con vida pero con un aspecto visual inferior al óptimo. Ejemplo: En un jardín formado por una plantación mixta plena y madura se conocen los coefcientes de especie de las plantas que lo componen: • Chamaerops humilis = 0’4. • Olea europeae = 0’26. • Buxus sempervirens = 0’5. • Rosmarinus officinalis = 0’3. • Lavandula spp. = 0’3. • Festuca ovina glauca = 0’4. Para cubrir las necesidades de todas las plantas habría que considerar el coeficiente de especie más elevado, en este caso el Buxus sepervirens, pero otra alternativa, que permite un uso más eficiente del agua, es considerar un coeficiente algo menor entre 0’3-0’4 que mantendrá una estética aceptable.
Coeficiente de Densidad (Kd): Los jardines difieren considerablemente en cuanto a sus densidades de vegetación. Es decir, no tienen las mismas necesidades los de nueva planta que los maduros o con mayor densidad foliar. A mayor densidad, mayor pérdida de agua, aunque las plantas individuales en un jardín espaciado puedan perder más cantidad de agua para una superficie foliar determinada. El valor de coeficiente de densidad está en función del tipo de vegetación presente en el jardín, siendo el caso de los árboles el más difícil de evaluar. Se suele dar un Kd = 1’0, cuando la cubierta vegetal (suelo sombreado) está entre el 60 y el 100%. Si este porcentaje es menor del 60%, Kd es menor, llegando a un valor mínimo del 0’5 cuando la cubierta vegetal es del 25% o menor. Si la vegetación predominante en el jardín es arbórea pero además hay arbustos y tapizantes, el coeficiente de densidad se ajusta hacia arriba hasta un valor máximo de 1’3 (siempre en función de la cubierta vegetal de los árboles). Para arbustos y tapizantes, el coeficiente de densidad se considera equivalente. Aquí Kd toma un valor medio cuando la cubierta del suelo es completa o casi completa (90%). Si este porcentaje es menor o si la zona está recién plantada, Kd disminuye estando entre 1’0-0’5. Cuando sobre una base de tapizantes o de arbustos exista otro tipo de vegetación, los valores de densidad aumentan tomando valores entre 1’0 y 1’3. Los jardines más comunes son los de Jardín mixto maduro. las plantaciones mixtas de elevada densidad. En estos casos Kd toma el valor máximo de 1’3. También tenemos plantaciones mixtas de media y baja densidad para las que Kd toma valores inferiores, asignando el valor mínimo 0’6 para jardines recién plantados o espaciados.
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Tipo de vegetación Árboles Arbustos Tapizantes Plantación mixta Césped
Coeficiente de densidad (Kd)
a 1’3 1’1 1’1 1’3 1’0
b 1’0 1’0 1’0 1’1 1’0
c 0’5 0’5 0’5 0’6 0’6
Los valores para árboles, arbustos y plantas tapizantes son adecuados para jardines que contienen solamente o predominantemente uno de estos tipos de vegetación. Las plantaciones mixtas están formadas por dos o tres tipos distintos de vegetación (árboles, arbustos o tapizantes). En esta clasificación se asume que no existe superficie descubierta en el jardín. Si no es así, Kd se debe aumentar entre un 10 y un 20%, especialmente para árboles y arbustos.
Ejemplo: Un jardín compuesto por árboles de varias especies, vegetación media de laureles y plantas tapizantes cubriendo todo el suelo y con una densidad de plantación elevada, toma un valor del coeficiente de densidad de 1’3 para el cálculo del coeficiente de jardín. Si el jardín anterior estuviera recién plantado, el valor del coeficiente de densidad a considerar sería proximadamente 0’6.
NECESIDADES HÍDRICAS DEL JARDÍN
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Coeficiente de microclima (Km): La pérdida global de aua en un jardín también se ve afectada por las condiciones ambientales del mismo. Definimos un microclima como las variaciones clímáticas y ambientales dentro de una misma zona climática. Las edificaciones o pavimentaciones, proximidad a tráfico, etc, pueden influir sobre las condiciones naturales del jardín y por lo tanto, crear microclimas. El coeficiente de microclima (Km) se utiliza para tener en cuenta las diferencias ambientales al calcular el coeficiente del jardín, y es relativamente fácil de calcular. Una condición microclimática media (Km = 1’0) se da en jardines en donde no hay influencia de estructuras, edificaciones, etc, en el microclima del jardín. En condiciones microclimáticas “altas” o “bajas” existe una influencia externa sobre las condiciones naturales del jardín. Tenemos en condiciones “altas” tenemos valores de Km entre 1’0 y 1’4, es decir, aumenta la evaporación de las zonas de riego. Esto ocurre en jardines rodeados de edificaciones que absorben calor. Así pues, el jardín recibirá una radiación extra que hará que la evaporación sea mayor. Por ejemplo, un jardín rodeado de edicicios tendrá mayor evaporación que se produzca sea superior a la de un jardín rodeado de edificios de hormigón sea mayor que la de un jardín sombreado por la ladera de una montaña. El caso contrario lo tenemos en condiciones microclimáticas “bajas” (Km = 0’51’0) la influencia externa hará disminuir la evaporación, como es el caso en jarZonas climáticas en España. dines sobreados, protegidos de vientos,
orientados a norte. Estos jardines reciben una tasa de radiación menor y por lo tanto tendrán menor evaporación. Tipo de vegetación
Coeficiente de densidad (Kd)
a 1’4 1’3 1’2 1’4 1’2
Árboles Arbustos Tapizantes Plantación mixta Césped
b 1’0 1’0 1’0 1’0 1’0
c 0’5 0’5 0’5 0’6 0’8
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Los valores para árboles, arbustos y plantas tapizantes son adecuados para jardines que contienen solamente o predominantemente uno de estos tipos de vegetación. Las plantaciones mixtas están formadas por dos o tres tipos distintos de vegetación (árboles, arbustos o tapizantes).
Ejemplo: Un jardín de plantación mixta situado en la zona de aparcamientos verá incrementada su evaporación en la zona de riego, por lo que el valor del coeficiente microclima deberá estar próximo al 1’4. Ejemplo de cálculo de las necesidades hídricas del jardín: Un jardinero desea calcular las necesidades de agua en el mes de mayo en un parque. Está compuesto por una plantación mixta de Magnolia grandiflora, Rododendron spp, Myosostis scorpiodes y Hedera helix. La plantación es plena y madura, está expuesta a pleno sol todo el día y viento por la tarde. Las necesidades de agua están definidas por la evapotranspiración: ET = Kj x ETr 1. En primer lugar se calcula el coeficiente de jardín: Kj = Ke x Kd x Km Ke = Magnolia grandiflora: 0’56 Rododendron spp: 0’65 Myosostis scorpiodes: 0’57 Hedera helix: 0’5 El coeficiente de especie que se puede considerar para el cálculo del coeficiente de jardín puede estar en torno a 0’6, como valor medio de los valores de las diferentes especies. Kd = 1’2 (alta densidad) Km = 1’3 (exposición al sol y al viento) Kj = 0’6 x 1’2 x 1’3 = 0’936 En segundo lugar se calcula el valor de la evapotranspiración de referencia de la zona: ETr diaria en la zona del jardín. Meses
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
ETr
1’5
2’0
3’0
4’0
4’5
5’0
6’0
5’0
4’0
3’0
2’0
1’5
Con los datos anteriores se calculan las necesidades de agua: ET = Kj x ETr = 0’936 x 4’5 = 4’212 mm/día.
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2.3. Necesidades de riego del jardín. El sistema formado por el suelo y las plantas tiene unos aportes y unas salidas de agua, cuyas cantidades no suelen ser iguales y por lo tanto, el contenido de humedad del suelo irá cambiando. Así pues, las entradas de agua pueden ser debidas a la lluvia (LL) o al riego (R). Por su parte, las salidas se deben a la escorrentía (S), la filtración profunda (Fp) y sobre todo a la evapotranspiración (ET). Un sistema de riego bien diseñado, es aquel en el que no existe escorrentía y con nula filtración profunda, es decir, S=0 y Fp=0. Por otro lado tenemos que la cantidad de agua que necesita la planta o Necesidades netas de riego (Nn), corresponde a la diferencia entre la cantidad de agua que el conjunto suelo-planta pierde, evapotranspiración (ET) y el agua que se aporta de forma natural, lluvia (LL).
Pero el agua que se aporta por riego no es aprovechada en su totalidad por la planta, ya que existen pérdidas por escorrentía y/o filtración profunda. Por tanto, la cantidad que se debe aportar por riego, la denominamos Necesidades Brutas de riego (Nb) y la debemos calcular teniendo en cuenta los siguientes factores: • La eficacia de aplicación de riego (Ea). • La fracción de Lavado (FL)
NECESIDADES HÍDRICAS DEL JARDÍN
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Eficacia de aplicación del sistema de riego: Debido a que los sistemas de riego no son totalmente eficaces, para el cálculo de las necesidades brutas, hay que considerar como hemos dicho, la eficiencia del sistema de riego (Ea) o el porcentaje de agua que aprovechan las raíces de las plantas respecto al total aplicado. Este valor depende del sistema de riego empleado, es decir, superficie, aspersión o localizado. Podemos asignar unos valores comúnmente aceptados para estos sistemas que son: • Localizado = 85-90%. • Apersión = 70-80%. • Superficie = 60%. Pero estos valores, cláramente, estarán en función del manejo que se haga del riego. Teniendo en cuenta lo expuesto, las necesidades brutas de riego, se calcularán siguiendo la expresión:
Fracción de lavado: Es el agua que se aporta para el lavado de las sales, cuando nos encontramos en presencia de agua de riego salina o el suelo está muy salinizado. El cálculo de estas necesidades se hace en función de la salinidad del agua de riego y del umbral de tolerancia de las plantas a la salinidad. Esta tolerancia es la capacidad de soportar el exceso de sales en la zona radicular. No es exacto, sino que depende de varios factores como: • Tipo de sales. • Clima. • Estado de desarrollo de la planta. • Tipo de riego. Definimos el umbral de tolerancia de la plantas a la salinidad, como aquella cantidad de sales que
la planta puede soportar, por encima de la cual, sufre reducciones de crecimiento y producción respecto a condiciones no salinas y suele medirse en milimhos por centímetro (mmho/cm) o en decisiemens por metro (dS/m). Por lo que tenemos que para el cálculo de la fracción de lavado de una hidrozona, debemos elegir el umbral de tolerancia de la especie menos tolerante a la salinidad. Esta cantidad de agua de lavado, la podemos estimar fácilmente a partir de la Curva de Necesidades de Lavado, calculando antes el factor de concentración permisible (Fc), el cual se obtiene dividiendo el umbral de tolerancia a la salinidad de la planta, entre la salinidad del agua de riego, la cual la conceremos a través de un análisis. Con las necesidades de lavado las podemos transformar en fracción de lavado, dividiendo entre 100.
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Ejemplo: Para el riego de un jardín público se utiliza agua residual depurada, con una salinidad de 3’3 dS/m, según los análisis realizados. En una de las partes del jardín hay un macizo de rosas regadas por goteo, cuyo umbral de tolerancia a la salinidad es de 3 dS/m. Calcular las necesidades de lavado para el reigo de este macizo de flores. Factor de concentración permisible:
1. Necesidades de lavado: Utilizando la curva de necesidades de lavado se calculan dichas necesidades para un factor de concentración 0’90. Según se observa en la figura anterior, las necesidades de lavado son aproximadamente de un 25%. Esto significa que con el agua de riego se deberá aplicar aproximadamente un 25% más de agua para paliar el efecto de las sales. Una vez conocidas la eficiencia de aplicación y necesidades de lavado, las necesidades brutas de riego se calcularían:
Si se utiliza esta última expresión paa el cálculo de las necesidades brutas de riego, estas pueden estar mayoradas en exceso, ya que el agua que se “pierde” por filtración profunda, también realiza lavado de sales. Por esto, debemos considerar diferentes expresiones para el cálculo de las necesidades brutas de riego, ya de trate de goteo o aspersión el sistema empleado, y según el valor de la fracción de lavado. Riego localizado: Para calcular las necesidades de riego se compara la eficiencia de aplicación con la expresión (1FL) y se emplea la de menor valor.
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Riego por aspersión. • Si la fracción de lavado es inferior al 10%
• Si la fracción de lavado es superior al 10%
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Ejemplo: Un jardinero municipal quiere calcular las necesidades de riego de uno de los jardines que tiene a su cargo. Se trata de un jardín mixto maduro, regado por aspersión. Los datos disponibles son los siguientes: • Nn = 4’2 mm/día. • Ea = 75%. • FL = 0’15. Las necesidades brutas a aportar se calculan mediante la siguiente fórmula:.
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2.4. Elaboración de un plan de riego. Ejemplo Práctico. La realización de un plan de riego, lo concretamos con la elaboración de un calendario, que al fín y al cabo es el elemento práctico que nos guiará a la hora de realizar los riegos y las cantidades de agua aplicar. Existen básicamente dos criterios a la hora de realizar un calendario de riego. Uno es tomar datos climáticos en tiempo real (calendario en tiempo real) o datos climáticos medios de varios años (calendario medio). Este último tipo de calendario suele ser el más habitual ya que nos permite realizar un calendario para todo el año. Por lo general, en jardinería, se suele realizar calendarios medios, determinando las necesidades de riego cada 15 días para todo el año. Los datos que necesitaremos para realizar este tipo de calendario, son los siguientes: • Evapotranspiración de referencia (ETr) y la precipitación de la zona (P). • Coeficientes de especie (Ke), densidad (Kd) y microclima (Km) tanto de las especies como de las hidrozonas a considerar. • Tolerancia a la salinidad de las plantas empleadas. • Eficiencia de aplicación (Ea) del sistema de riego empleado. • Salinidad del agua de riego.
Hay un aspecto que se debe considerar a la hora de realizar estos calendarios, que es saber si los datos son de año húmedo, normal o seco, ya que si la previsión de precipitaciones es errónea, habrá que hacer las pertinentes correcciones en el calendario con el dato pluviométrico y consecuentemente, con las cantidades de riego a aplicar. Personalmente aconsejo tomar un periodo de tiempo de datos bastante amplio (5-10 años), seguidamente, eliminar los datos extremos y después calcular la media resultante. Aunque de todas formas deberemos hacer un seguimiento de las precipitaciones para comprobar si nos desviamos o no de las medias. Ejemplo: Deseamos elaborar un calendario medio de riego para un jardín que permita conocer las necesidades de agua del jardín en periodos quincenales, durante todo el año. Los datos de los que disponemos son: • Nº de hidrozonas con los sistemas de riego y los correspondientes coeficientes. Hidrozonas
1
Sistemas de riego
Localizado Aspersión
2
3
Localizado
Localizado Aspersión
Kd
Km
To l e r a n c i a Salinidad (dS/m)
Especies
Ke
Citrus aurantium
0’5
Begonia semperflorens
0’5
Dianthus spp
0’5
Festuca ovina glauca
0’4
4
Juniperus spp.
0’35
4
Callistemon viminalis
0’38
Rosmarinus officinalis
0’4
Olea europaea
0’26
2 1’2
1
1
1
2 4
4 4
Tamarix spp.
0’16
Lampranthus spp.
0’2
4 0’7
1
10 10
A continuación tenemos la evapotranspiración de referencia (ETr) y precipitación media (mm) de un año meteorológico normal. Los datos de la siguientes están obtenidos a partir de los datos históricos de la estación agroclimática de la zona. Mes
Periodo
ETr (mm/día)
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Lluvia (mm)
enero
1 al 15
1’14
7’80
enero
16 al 31
1’36
68’90
febrero
1 al 15
1’67
3’60
febrero
16 al 28
1’92
68’90
marzo
1 al 15
2’36
47’10
marzo
16 al 31
3’11
5’60
abril
1 al 15
3’43
0’00
abril
16 al 30
4’02
63’20
mayo
1 al 15
4’68
15’70
mayo
16 al 31
5’22
18’70
junio
1 al 15
5’88
23’40
junio
16 al 30
6’01
0’00
julio
1 al 15
6’57
1’10
julio
16 al 31
6’84
0’00
agosto
1 al 15
6’33
2’30
agosto
16 al 31
5’68
1’00
septiembre
1 al 15
5’04
0’00
23
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Mes
Periodo
ETr (mm/día)
Lluvia (mm)
septiembre
16 al 30
4’10
28’40
octubre
1 al 15
3’01
0’00
octubre
16 al 31
2’32
60’10
noviembre
1 al 15
1’76
75’90
noviembre
16 al 30
1’43
12’20
diciembre
1 al 15
1’10
62’80
diciembre
16 al 31
1’05
18’40
La eficiencia del riego considerada para cada sistema de riego es de: • Riego por aspersión: 75% • Riego localizado: 85% Salinidad del agua de riego: 2 dS/m. 1. Cálculo de la evapotranspiración (ET) quincenal: Para ello calculamos previamente el coeficiente del jardín para cada hidrozona, considerando el coeficiente de especie más desfavorable, ya que las diferencias entre las distintas especies que componen el jardín son escasas.
NECESIDADES HÍDRICAS DEL JARDÍN
24
• Hidrozona 1: Kj = 0’60. • Hidrozona 2: Kj = 0’35. • Hidrozona 3: Kj = 0’11. A continuación se calcula la evapotranspiración quincenal para cada hidrozona (multiplicar por 15 el valor de ETr para el cálculo quincenal: ET (mm/quincena) = Kj x ETr x 15 Por ejemplo para la primera quincena de enero en la hidrozona 1 tenemos: ET = 0’60 x 1’14 x 15 = 10’26 mm/quincena 2. Cálculo de las necesidades netas de riego para cada quincena en cada hidrozona. Nn (mm/quincena) = ET - LL Por ejemplo para la primera quincena de enero en la hidrozona 1: Nn = 10’26 -7’80 = 2’46 mm/quincena 3. Cálculo de las necesidades brutas de riego para cada quincena y para cada área con un sistema de riego distinto dentro de la hidrozona. Para ello es necesario primero calcular la fracción de lavado a aplicar durante los riegos de cada hidrozona. Se considerará el valor de tlerancia a la salinidad de la especie más sensible en cada hidrozona, para quedar del lado de la seguridad. Por ejemplo, para la hidrozona 1: • Factor de concentración: Fc = Umbral Tolerancia / Salinidad Agua = 2/2 = 1 Utilizando la curva de necesidades de lavado se calculan las necesidades para un factor de concentración de 1, en este caso aproximadamente un 18%. Así pues, las necesidades brutas para la primera quincena de enero en la hidrozona 1 para el área de riego por aspersión son: Nb = (0’90 x 2’46) / [75 x (1-0’18)] x 100 = 3’60 mm/quincena 4. Repitiendo los cálculos para cada quincena, hidrozona y sistema de riego, obtenemos el calendario medio de riego para nuestro jardín:
H1 Asp Mes
H1 Loc
H2 Loc
H3 Asp
H3 Loc
periodo
riego (mm)
riego (mm)
riego (mm)
riego (mm)
riego (mm)
enero
1 al 15
3’60
2’89
0’00
0’00
0’00
enero
16 al 31
0’00
0’00
0’00
0’00
0’00
febrero
1 al 15
16’73
13’45
6’08
0’00
0’00
febrero
16 al 31
0’00
0’00
0’00
0’00
0’00
marzo
1 al 15
0’00
0’00
0’00
0’00
0’00
marzo
16 al 31
35’50
28’54
13’90
0’00
0’00
abril
1 al 15
45’18
36’32
21’19
7’55
6’66
abril
16 al 31
0’00
0’00
0’00
0’00
0’00
mayo
1 al 15
38’66
31’08
10’44
0’00
0’00
mayo
16 al 31
45’97
36’96
12’39
0’00
0’00
junio
1 al 15
43’20
34’73
8’79
0’00
0’00
junio
16 al 31
79’16
63’64
37’12
13’22
11’67
julio
1 al 15
84’92
68’27
39’29
12’99
11’46
julio
16 al 31
96’09
77’25
45’06
16’05
14’16
agosto
1 al 15
80’00
64’32
36’39
18’86
9’58
agosto
16 al 31
78’33
62’97
36’24
12’00
10’58
septiembre
1 al 15
66’38
53’36
31’13
11’09
9’78
septiembre
16 al 31
12’44
10’00
0’00
0’00
0’00
octubre
1 al 15
39’64
31’87
18’59
6’62
5’84
octubre
16 al 31
0’00
0’00
0’00
0’00
0’00
noviembre
1 al 15
0’00
0’00
0’00
0’00
0’00
noviembre
16 al 31
0’98
0’79
0’00
0’00
0’00
diciembre
1 al 15
0’00
0’00
0’00
0’00
0’00
diciembre
16 al 31
0’00
0’00
0’00
0’00
0’00
TOTAL
766’78
616’44
316’61
98’38
MANUAL DE RIEGO DE JARDINES
Sergi Ruiz Zarzuelo
85’81
Las necesidades de riego de la hidrozona 3 se han calculado como en el caso de las otras dos hidrozonas considerando dos áreas de riego según las especies consideradas. Las necesidades de agua de las plantas utilizadas son muy escasas y la necesidad de aportar agua se produce en épocas puntuales del año. Por este motivo, en lugar de instalar un sistema de riego en esta hidrozona, con los costes que ello supone, se debería estudiar la posibilidad de realizar varios riegos en verano utilizando una manguera.
2.5. Resumen. Como resumen podemos concluir que la cantidad de agua que necesitan las diferentes plantas que componen un jardín, está definida por la evapotranspiración (ET), que depende del clima representado por la evapotranspiración de referencia (ETr), y de las propias plantas representandas en el coeficiente del jardín que a su vez depende del tipo de plantas, su densidad de plantación y de las condiciones microclimáticas. Con todo esto podemos conocer las necesidades netas de riego, pero como tenemos que tener en cuenta ciertas pérdidas y factores como la eficacia del sistema de riego o el lavado de sales, realizaremos unas correcciones lo que nos obligará a aportar una cantidad de agua “extra”, teniendo así las necesidades brutas de riego. A partir de estos cálculos, podemos realizar unos calendarios de riego para el jardín los cuales pueden ser en tiempo real o calendarios medios, siendo estos últimos los más habituales y abarcando todo un año completo.
25
Sergi Ruiz Zarzuelo
SISTEMAS DE BOMBEO
26
3.
CONCEPTOS BÁSICOS DEL RIEGO A PRESIÓN: SISTEMA DE BOMBEO.
3.1. Introducción. Como es sabido, el riego de jardines ha evolucionado en los últimos tiempos con la aparición de los nuevos materiales, equipos y componentes, que permiten un manejo del riego más cómodo y eficiente. Actualmente los métodos de riego más utilizados son los de aspersión y localizado que han desplazado al riego por superficie. Pero estos métodos implican que el agua de riego necesite estar dotada de una cierta energía para su aplicación, es decir, necesita ser impulsada por tuberías con una cierta presión para que los emisores funcionen correctamente y así, el riego sea uniforme y eficiente. Habitualmente, los jardines ya sean públicos o privados, suelen estar abastecidos por la red de distribución urbana, la cual suministra un caudal determinado a una presión concreta. Esto suele chocar con la cada vez más necesaria red específica de riego para estos jardines, lo que nos lleva al diseño de la red de riego del jardín, en la cual deberemos tener en cuenta el caudal disponible y la presión de entrada. Puede ser que en algunos casos tengamos que recurrir a la instalación de un sistema de bombeo que garantice la presión y caudal necesarios para los requerimientos del sistema de riego del jardín, o bien diseñar el sistema de riego de acuerdo a la presión o caudal dados. Como paso previo, debemos conocer y dominar los conceptos de presión y caudal de agua, su importancia en el diseño y las pérdidas de carga que se pueden producir en el sistema. Conocido esto podremos determinar las características del sistema de bomRiego por aspersión en funcionamiento. beo en caso de ser necesaria su instalación, así como la distribución de los elementos del sistema.
3.2. Caudal. Definimos caudal como la cantidad de agua que pasa por una sección de conducción o tubería o que sale por un emisor en una unidad de tiempo. En jardinería los caudales no suelen ser muy elevados, por lo que las unidades de medida más usuales son: • litros/segundo (l/s). • litros/minuto (l/min) • metros cúbicos/hora (m³/h) Conocer el caudal disponible es fundamental, ya que el número de emisores que funcionen simultáneamente estará condicionado por el mismo, lo que influirá en el diseño y manejo de sistema de riego. Las conversiones entre unidades de caudal también es importante conocerlas, ya que nos vamos a encontrar que tanto dispositivos, equipos y componentes tengan expresados los caudales en diferentes unidades, según las preferencias del fabricante.
MANUAL DE RIEGO DE JARDINES
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Unidad base
Multiplicar
l/s
x60
→
Unidad resultado l/min
l/s
x3’6
→
m³/h
l/min
x60
→
l/s
l/min
x0’06
→
m³/h
m³/h
x3’6
→
l/s
m³/h
x0’06
→
l/min
Vamos a ver esto através de un ejemplo sencillo: Ejemplo: En un jardín se han dispuesto 4 tuberías laterales de riego localizado para regar 4 setos de aligustre (Ligustre ovalifolium) con 100 goteros cada una. Cada gotero emite un caudal de 8 l/h. ¿Cuál será el caudal en l/s que ha de suministrarse para el riego simultáneo de los 4 setos? • El caudal que circula a cada tubería lateral sera: 100 x 8 = 800 l/h • Es decir, 0’8 m³/h (ya que 1000 litros son 1 m³). En los cuatro setos a la vez tendremos que: 0’8 x 4 = 3’2 m³/h • Según la tabla de conversión anterior tenemos que para pasar de m³/h a l/s, basta con dividir entre 3’6, por lo que tendremos: 3’2/3’6 = 0’88 l/s 28
Aunque es muy importante, no se suele medir los caudales en la red de las instalaciones de riego en jardines, ya que se piensa que no afecta al funcionamiento de los componentes. Debemos conocer el caudal y la presión en cualquier caso, para lo que utilizaremos caudalímetros comerciales, fáciles de instalar y que proporcionan dicha información. Para el control del riego es muy conveniente medir el volumen de agua realmente aplicada. Esto lo podemos conseguir mediante la instalación de contadores volumétricos en sitios estratégicos de la red, y como mínimo en la toma de agua que abastece el jardín.
Contador volumétrico.
SISTEMAS DE BOMBEO
3.3. Presión. La mayoría de los sistemas de riego actuales, se basan en la conducción de agua de riego desde la toma hasta el punto de aplicación por medio de tuberías en las cuales existe una presión concreta. Esta presión hará que los emisores funcionen de manera adecuada. Además la presión permite: • Superar la diferencia de altura, cuando la toma esté a nivel inferior al del jardín. • Hacer funcionar correctamente los emisores. • Vencer el rozamiento en el interior de las tuberías. Hablando del agua de riego, la presión es la fuerza que ejerce el agua sobre las paredes de la tubería y los distintos elementos del sistema. Técnicamente, la presión se define como la fuerza ejercida por unidad de superficie. Las principales unidades en las que se mide la presión en conducciones o tuberías, son las siguien-
tes: • Kilogramos / centímetro cuadrado (kg/cm²). • Metros de columna de agua (m.c.a.) • Mega-pascales (MPa) • Atmósferas (atm) • Bares (bar) En el riego a presión, la presión del sistema suele indicarse en “kilos”, aunque los diferentes fabricantes indiquen las presiones de funcionamiento en otras unidades, por lo que las relaciones entre ellas son: 1 atm ≈ 1 kg/cm² ≈ 10 m.c.a. ≈ 0’1 MPa ≈ 1 bar Es muy recomendable conocer la presión en diversos puntos de la instalación, pero sobre todo en el punto de entrada. Debemos conocer tanto la presión estática como la presión dinámica. La presión estática, es la presión máxima que tiene la red cuando no hay consumo y es con la que se hace el timbraje de la tubería principal. La presión dinámica o de funcionamiento es la que normalmente va a tener la instalación cuando se encuentre en funcionamiento. Ésta será la que nos servirá para confirmar si la presión existente es suficiente o por el contrario tenemos que instalar un sistema de bombeo para elevar la presión a la requerida para el correcto funcionamiento del sistema. También puede pasar que según la extensión y número de zonas, tengamos que hacer mediciones de presión a la entrada de cada uno de los sectores. La presión se mide haciendo uso de manómetros, tanto Manómetro portátil y fijo. instalados permanentemente en el punto de medida o colocándolos puntualmente en las llamadas tomas manométricas. Ejemplo: Un manómetro aplicado a la salida de la toma de riego en un jardín indica el valor de 2’5 kg/cm²? ¿A cuántos m.c.a. equivale dicha presión? • Teniendo en cuenta que 1 kg/cm² equivale aproximadamente a 10 m.c.a., para saber cuántos m.c.a. son 2’5 kg/cm², basta multiplicar el valor por 10: 2’5 x 10 = 25 m.c.a.
3.4. Pérdidas de Carga. En los sistemas de riego a presión, debido al rozamiento del agua contra las paredes de las conducciones y los elementos singulares de la instalación, se producen pérdidas de presión, comúnmente denominadas “pérdidas de carga”, medidas también en las mismas unidades de presión, siendo la más utilizada los metros de columna de agua (m.c.a.) La pérdida de carga se produce principalmente por: • Diámetro interior de la tubería: teniendo en cuenta que a menor diámetro, mayor pérdida. • Longitud de la tubería: a mayor longitud, mayor pérdida para el mismo diámetro y caudal. • Caudal: siendo mayor la pérdida a medida que aumenta el caudal para el mismo diámetro. • Tipo de material de la tubería: varía según la rugosidad de la misma. • Velocidad del agua: a mayor velocidad, mayor pérdida de carga (relacionado con el caudal y
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el diámetro) • Piezas singulares y especiales instalados. Cada elemento del sistema, produce una pérdida diferente, por lo que deberemos recopilar todos estos datos solicitándolos al fabricante, los cuales en sus respectivas páginas web, suelen poner a disposición del cliente las fichas técnicas de los productos. Cálculos de pérdidas de carga: Para los cálculos de pérdida de carga en tuberías de una sola salida, podemos utilizar la siguiente expresión:
donde: • J es la pérdida de carga por cada 100 metros de tubería, dato tabulado para cada tipo de tubería y material, por lo que hay que solicitarlo al fabricante. Este dato es función del material, la presión, diámetro y caudal.
30
Ejemplo: Se desea calcular la pérdida de carga que se produce en dos tuberías con las siguientes características: 1. Tubería de polietileno de 50 mm de diámetro y 75 m de longitud, con una presión de trabajo de 4 kg/cm² , por la que circula un caudal de 1 l/s. 2. Tubería de PVC de 75 mm de diámetro y 30 m de longitud, presión de trabajo 4 kg/cm² y un caudal de 4’5 l/s. Si miramos las correspondientes tablas, tenemos que: Pérdidas de carga para tubería PE. Presión de trabajo: 4 kg/cm² Ø (mm) ext/int
50/44
Q (m³/h)
Q (l/min)
Q (l/s)
v (m/s)
PC (m.c.a./100)
2’88
48
0’8
0’53
0’77
3’24
54
0‘9
0’59
0’96
3’6
60
1
0’66
1’16
4’32
72
1’2
0’79
1’61
5’04
84
1’4
0’92
2’12
7’20
120
2
1’32
4’03
10’80
180
3
1’97
8’35
14’40
240
4
2’63
14’02
Pérdidas de carga para tubería PVC. Presión de trabajo: 4 kg/cm² Ø (mm) ext/int
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75/71’4
Q (m³/h)
Q (l/min)
Q (l/s)
v (m/s)
PC (m.c.a./100)
1’8
30
0’5
0’12
0’03
5’4
90
1’5
0’37
0’23
9
150
2’5
0’62
0’59
12’6
210
3’5
0’87
1’08
16’2
270
4’5
1’12
1’7
19’8
330
5’5
1’37
2’43
23’4
390
6’5
1’62
3’29
De las tablas anteriores se desprende que para el caso 1, la pérdida de carga es de 1’16 m.c.a. por cada 100 m de tubería. Teniendo en cuenta que la longitud de la tubería es de 75 m, la pérdida de carga será:
Para el caso 2, la pérdida de carga es de 1’7 m.c.a., por lo que para el total de la conducción tendríamos que:
El cálculo de la pérdida de carga en conducciones con salidas equidistantes, se realiza aplicando esta fórmula de cálculo:
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En este caso aparece el factor de Christiansen (F), que está tabulado y toma diferente valor según la cantidad de salidas equidistantes que tenga la tubería de estudio. Nº Salidas
Valor de F
Nº Salidas
Valor de F
1
1
16
0’369
2
0‘525
17
0’368
3
0’448
18
0’368
4
0’419
19
0’367
5
0’403
20
0’367
6
0’394
22
0’366
7
0’388
24
0’365
8
0’383
26
0’364
9
0’380
28
0’364
10
0’378
30
0’363
11
0’375
35
0’362
12
0’374
40
0’362
13
0’372
45
0’361
14
0’371
100
0’359
15
0’370
>100
0’358
Veamos un ejemplo sencillo: Ejemplo: Se desea calcular la pérdida de carga que se produce en una tubería de polietileno con 5 salidas equidistantes, de 50 mm de diámetro exterior y de 100 m de longitud, con una presión de trabajo de 4 kg/cm² y por la que circula un caudal de 0’8 l/s. • Según la tabla del ejemplo anterior, la pérdida de carga por cada 100 m de tubería es de 0’77 m.c.a., mientras que el factor de Christiansen es de 0’403. • Si aplicamos esto a la fórmula, tenemos que:
Cuando realicemos el diseño hidráulico de la instalación, es imprescindible tener en cuenta todas las pérdidas de carga de la instalación. Estas perdidas de carga, incluyen las que se producen en piezas especiales y elementos singulares como manómetros, filtros o caudalímetros. Habitualmente a falta de tener todos los datos, se suele simplificar los datos asignando un 15% del total de pérdida de carga calculada para las tuberías.
31
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3.5. Riego con presión y caudal fijos. Generalmente nos encontramos que el abastecimiento del jardín, viene dado por una red pública o privada, pero en todo caso suele tener dos limitaciones, la presión y en la mayoría de los casos, un caudal preestablecido. Por tanto, tendremos que hacer un diseño adaptado a estas restricciones, tanto en la vertiente agronímica como en la hidráulica. Conocer el caudal es muy importante, ya que de él dependerá la cantidad de emisores que pueden estar funcionando simultáneamente formando los llamados “sectores de riego”. Si no podemos averiguar vía entidades públicas, el caudal que tenemos en la toma, deberemos estimarlo mediante el uso de la relación entre la presión del agua, el diámetro de la toma y el caudal que suministra. Habitualmente, en zonas urbanas, es común que la presión en las tomas, esté en torno a 2-3 kg/ cm², por lo que el caudal para los diferentes diámetros de toma es: Ø Toma (mm) 16
32
Q aproximado (m³/h)
Q aproximado (l/min)
Q aproximado (l/s)
0’78
13
0’22
20
1’2
20
0’33
25
2’04
34
0’57
32
3’42
57
0’95
40
5’4
90
1’5
50
8’7
145
2’42
63
13’8
230
3’83
75
19’68
328
5’47
90
28’32
472
7’87
110
42’3
705
11’75
SISTEMAS DE BOMBEO
Ejemplo: La persona encargada de una finca desea diseñar el riego del jardín. Desea saber el caudal disponible en la toma de riego que utilizará para regar, para lo cual mide el diámetro exterior de dicha toma, resultado ser de 5 cm y comprueba que la presión es de 25 m.c.a. • Teniendo en cuenta que 5 cm son 50 mm, según la tabla anterior el caudal que podrá suministrar la toma será de unos 8’7 m³/h, o lo que es lo mismo, 145 l/min o 2’42 l/s. Si queremos tener una medida más precisa, deberemos instalar un caudalímetro o medir directamente el caudal. Para ello deberemos tomar un recipiente con capacidad conocida y medir el tiempo que tarda en llenarse. Realizando el proceso unas 3 veces, podemos calcular el tiempo medio, con lo que dividiendo el volumen del recipiente entre el tiempo medio, podemos calcular el caudal suministrado. Cuando el caudal no puede ser modificado, es preciso para el manejo de los riegos, dividir el área de riego en sectores de riego, de manera que ninguno de ellos supere el caudal suministrado, ya que de lo contrario, no se podrían atender a las necesidades correctamente. Por ejemplo, si tenemos un caudal de 150 l/min, sabiendo además que se necesitan 420 para todo el jardín y no que-
Caudalímetro.
remos modificar el sistema de abastecimiento, deberemos dividir el área en 3 sectores de riego de forma que dada uno de ellos consuma 150 l/min. Respecto a la presión, la suministrada por las redes urbanas (2-4 kg/cm²) suele ser suficiente como presión de trabajo para la mayoría de dimensiones y equipos de baja necesidad de presión y poca pérdida de carga. La presión en la toma, la podemos medir fácilmente con un manómetro acoplado a la misma. En ocasiones, si la presión es excesiva para el correcto funcionamiento del sistema, podemos recurrir a la instalación de un regulador de presión. En otras por el contrario, la presión suministrada es inferior a la requerida para el funcionamiento correcto de los emisores y aspersores, ya que estos últimos requieren una presión de trabajo determinada, por lo que hay que recurrir a la instalación de un grupo de bombeo.
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3.6. Elevación del agua. Cuando el agua fluye por su propio peso entre dos puntos con grandes diferencias de cota, adquiere una cierta presión que puede llegar a hacer funcionar un equipo de riego. Pero lo más habitual, es que nos encontremos con que debemos dotarla de esa presión artificialmente. Actualmente, la forma más común de hacerlo, es mediante el empleo de un grupo de presión o sistema de bombeo. Una bomba es un mecanismo que se encarga de suministrar a la instalación de riego el caudal necesario a la presión adecuada. Las más utilizadas son las bombas hidráulicas, las cuales están accionadas por motores eléctricos o de combustión interna. Las bombas hidráulicas en la mayoría de los casos, trabajan en dos fases: aspiración e impulsión. • La fase de aspiración, consiste en la elevación del agua desde el punto de captación hasta el eje de la bomba, conduciéndola por la tubería de aspiración. El proceso consiste en la realización del vacío dentro de la tubería por lo que se recomienda que la diferencia de cota entre el punto de captación y el eje de la bomba, es decir la altura geométrica de aspiración (Ha) no sea superior a 7 metros. • La fase de impulsión consiste en la conducción del agua desde la bomba hasta su destino final. Circula por la tubería de impulsión hasta alcanzar el punto más elevado de la instalación, suministrándole la presión necesaria para superar dicha altura y que los emisores funcionen correctamente. A esta diferencia de cotas, se le denomina altura geométrica de impulsión (Hi). Un punto importarte a la hora de calcular la altura a la cual la bomba deberá elevar el agua, es decir la altura manométrica total (Ht), es preciso, conocer las pérdidas de carga que se producen en el sistema, tanto e las tuberías como en los elementos singulares y piezas especiales, lo que denominamos altura de pérdidas de carga (Hp), así como la presión de trabajo de los emisores más alejados de la bomba (Pt). En la práctica y para simplificar los cálculos se le suele asignar a la altura de pérdidas de elementos singulares y piezas especiales un valor del 15% del total de pérdidas de carga en tuberías. Alturas manométricas. También es importante conocer si existe cabezal de riego, las pérdidas que se producen en él, es decir, filtros, medidores, tanques, inyecto-
33
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res, etc, ya que el cabezal de riego, se suele instalar a continuación del sistema de bombeo, por lo que forma parte de la fase se impulsión. Así pues tendremos que la altura manométrica total (Ht), es decir, la presión y por tanto la potencia necesaria del motor que acciona la bomba, viene definida por la siguiente expresión:
donde: • Ht: Altura manométrica total. • Ha: Altura geométrica de aspiración. • Hi: Altura geométrica de impulsión. • Hp: Altura de pérdidas de carga. • Pt: Presión de trabajo de los emisores más alejados de la bomba. Vemos esto a través de un ejemplo:
34
Ejemplo: En un jardín proyectado en la falda de una montaña, tenemos que la presión suministrada por la toma de la instalación urbana no es suficiente, por lo que hay que instalar un equipo de bombeo. La diferencia de nivel entre el agua del pozo y la bomba es de 4’3 m, la diferencia de cota entre la bomba y el punto más elevado es de 32 m. Se sabe que la presión de trabajo de los emisores colocados en los lugares más desfavorables es de 2 kg/cm². Además tenemos que las pérdida de carga en la tubería de aspiración (8 m de longitud) es de 0’12 m.c.a. y las de las tuberías de impulsión (325 m) es de 5’85 m.c.a. Las pérdidas del cabezal son 14 m.c.a. Calcular la altura manométrica total necesaria. • Para este caso, tenemos las siguientes alturas manométricas: Ha= 4’3 m.c.a. Hi= 32 m.c.a. Pt= 2 kg/cm² = 20 m.c.a. • La altura por pérdidas de carga (Hp) que debemos considerar en el cálculo será: Pérdida en tuberías: 0’12+5’85=5’97 m.c.a. Pérdidas en piezas especiales: 5’97x0’15=0’89 m.c.a. Pérdidas cabezal: 14 m.c.a. • Por tanto la altura manométrica total será: Ht = Ha+Hi+Hp+Pt = 4’3+32+20+(5’97+0’89+14) = 77’16 m.c.a. = 7’716 kg/cm² = 7’716 bar
SISTEMAS DE BOMBEO
3.7. Tipos de Bombas. Las bombas más utilizadas para la tareas de elevación de agua, son las denominadas turbomáquinas, las cuales aumentan la velocidad del agua mediante el movimiento giratorio del denominado rotor, rodete o impulsor. Según la dirección del eje de giro y de la salida del agua se subclasifican en axiales o centrífugas. En ambos casos, el rodete o rodetes, se accionan mediante un motor eléctrico o de combustión interna. Los más habituales en jardines de zonas urbanas son los motores eléctricos de corriente trifásica con voltajes entre 220 y 500 V. Las velocidades de giro fijas suelen ir desde las 960, 1.450 ó 2.900 r.p.m. Hay que tener en cuenta que a menores revoluciones, menor desgaste del motor y por
lo tanto mayor duración del motor, que aunque sea una inversión inicial mayor, se amortiza en el tiempo y por tanto un ahorro. Hay que destacar un elemento que suelen llevar acoplados los motores eléctricos, es el calderín, que suele estar timbrado con una presión mínima que provoca la puesta en marcha automática del motor y una presión máxima que determinará la parada. Así evitamos el funcionamiento continuo del motor y por tanto se asegura una mayor durabilidad del mismo. Por otro lado, actúa como una especie de regulador de presiones, evitando sobre-presiones y depresiones en la instalación y por tanto asegurando el correcto funcionamiento de los emisores. En función de la disposición del eje de la bomba, diferenciamos bombas de eje horizontal y de eje vertical. Diferentes tipos de bombas. Bombas de eje horizontal: • Utilizadas generalmente para elevar agua cuando se encuentra almacenada en embalses, canales, etc o pozos poco profundos entre 5 y 7 metros. • Para su correcto funcionamiento, tanto la tubería de aspiración, como la misma bomba, han de estar llenas de agua, es decir, “cebadas”. Para evitar el vaciado de la tubería se suele colocar una válvula de pie y un filtro de rejilla para evitar la aspiración de cuerpos extraños. • Para un rendimiento máximo, es preciso que la altura geométrica de aspiración no supere los 7 metros. Además como elementos adicionales se instalarán una válvula de retención a la salida de la bomba para evitar el contra-giro del Bomba de eje horizontal. rotor por retroceso del agua, una válvula de control de flujo (de mariposa o compuerta) y una ventosa para la purga del aire. Bombas de eje vertical: • Utilizadas para el bombeo desde pozos estrechos y profundos. Debido a su forma, es necesario colocar rotores de diámetros reducidos, por lo que cuando se pretende lograr gran altura de elevación, es necesario instalar varios de ellos acoplados en serie (bombas multinucleares) en lugar de bombas de un solo rodete (mononucleares). • Pueden estar sumergidas en el agua mientras que el motor está en superficie, realizando la transmisión mediante un eje instalado dentro de la tubería de impulsión, limitando así su longitud por las cantidad de cojinetes a instalar y las pérdidas de cargas que se producen. Bomba de eje vertical multinuclear. • Cuando los pozos son profundos, hay que recurrir a las bombas sumergibles o grupos buzo, los cuales tanto la bomba como el motor (aislado) están sumergidos y sostenidos por la tubería de impulsión. Si las prestaciones a suministrar son un tanto particulares, ya sea por altura manométrica muy elevada o caudales variables, podemos hacer una instalación de un grupo de bombas, configuradas entre sí en serie o paralelo. Agrupamiento Paralelo: • Útil cuando es preciso suministrar caudales variables, o cuando no se desea correr el riesgo de
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falta de suministro por avería. • Cada una de las bombas puede funcionar por separado suministrando el caudal nominal, pero funcionando simultáneamente, elevan el caudal a la suma de los caudales individuales a la misma altura manométrica que de forma independiente. • Cuando suministran caudales variables, suele ser recomendable la instalación de un variador de frecuencia, el cual mediante la variación de la frecuencia de giro del motor, mantiene constante la presión de trabajo de instalación independientemente del caudal suministrado por la bomba, y por otro lado permite la reducción del consumo energético del equipo de bombeo. Agrupamiento Serie: • Permiten obtener una altura manométrica equivalente a la suma de las alturas manométricas de las bombas individuales. • Útiles en casos que se precise aumentar la presión de trabajo del sistema o elevada altura manométrica total.
3.8. Potencia del Motor.
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El motor es el encargado de suministrar a la bomba la energía necesaria para que se produzca la elevación deseada del agua. La potencia requerida del motor, depende del caudal a suministrar y la altura manométrica total, así como de los rendimientos del propio motor y la bomba. El rendimiento de una máquina es la relación del trabajo que realiza y la energía que consume, siendo que cuanto mayor es el rendimiento, mayor es la eficiencia. Normalmente los rendimientos que suministran los fabricantes suelen estar en torno a 0’5-0’7 para los motores eléctricos y 0’7-0’9 para las bombas hidráulicas. Las potencias de los motores suelen expresarse en Caballos de Vapor (CV) o en Kilovatios (kW). Para calcular estas potencias se utiliza la expresión:
SISTEMAS DE BOMBEO
Ejemplo: Para el riego de un jardín público de 3’5 ha se requiere un caudal máximo de 7’2 l/s cuando se riega un sector con aspersores de impacto emergentes. La toma de agua de la red urbana sólo suministra 5’4 l/s con una presión próxima a los 3 kg/cm², por lo que se realiza un poco para extraer agua y elevarla con una bomba hidráulica accionada por un motor eléctrico, ya que no existen problemas de suministro eléctrico en la zona. Tras realizar el pozo, se mide el desnivel entre el agua y la bomba siendo 3’5 m, tras lo cual se determina que la altura manométrica total es de 43 m.c.a. Sabiendo que el rendimiento de la bomba es de 0’8 y del motor de 0’7. ¿Cuál es la potencia del motor en kilovatios (kW) necesaria para que los emisores de la fase más desfavorable funcionen adecuadamente? • Para calcular la potencia expresada en kW, utilizaremos la expresión:
3.9. Criterios de selección del equipo de bombeo. Para la elección e instalación del equipo de bombeo podemos seguir los siguientes criterios: Origen del agua de riego: • Si procede de embalse o canal, recomendable una bomba centrífuga horizontal. Si procede de pozos poco profundos (5 m), también es aconsejable la instalación de bombas horizontales, aunque también es factible al instalación de bombas verticales. • Cuando el agua se encuentra a profundidades medias, se recomienda una bomba vertical, siendo recomendable a su vez la instalación de un grupo sumergible cuando el pozo es de gran profundidad. Existencia de energía eléctrica: • Si existe toma de corriente eléctrica en las proximidades, es aconsejable la instalación de un motor eléctrico frente a uno de combustión interna. • Prestaciones de la bomba: • Dependiendo de las prestaciones a suministrar (caudal y altura manométrica total) se calcula la potencia necesaria del motor, eligiendo aquel que suministre potencia por exceso. • Por otro lado, la bomba se ha de dimensionar un 20% sobre las prestaciones requeridas de forma que se tengan en cuenta posibles disminuciones de rendimiento por desgaste. Grupo de Bombeo: • Comprobar el sentido de giro de las palas del impulsor es el correcto. • La altura de aspiración ha de ser lo menor posible. • Se evitará que la bomba soporte el peso de la tubería de aspiración. • Comprobar que todas las juntas de la tubería de aspiración son herméticas. • Colocación de válvula de pie y filtro, estando sumergida de manera que no toque fondo. • A la salida de la bomba colocar válvula anti-retorno, válvula de flujo y ventosa para purga del sistema.
3.10. Resumen. El riego de jardines se realiza habitualmente por aspersión o localizado mediante un sistema de conducciones con una cierta presión para que circule y funcionen correctamente los emisores. Es importante conocer los conceptos de caudal circulante, presión y pérdidas de carga que se producen al paso por los diferentes elementos del sistema. En jardinería se suele disponer de un caudal y presión limitados, por lo que es necesario conocer sus valores, y diseñar, y programar el riego de acuerdo a estas limitaciones. Si tenemos caudal limitado, dividiremos el área de jardín por sectores de riego. Si tenemos presión excesiva, instalaremos un limitador de presión a la entrada de la instalación. Cuando se requiera mayor presión y/o caudal de los suministrados por toma de agua, dispondremos un equipo de bombeo. La altura de elevación que se requiere es la suma de la altura manométrica de aspiración, la altura geométrica de impulsión, la altura de pérdidas de carga y la altura de presión de trabajo de los emisores más alejados de la bomba. Esta suma es la denominada altura manométrica total. Los equipos de bombeo más habituales están formados por un motor eléctrico acoplado a una bomba hidráulica, siendo esta de eje horizontal o de eje vertical, en superficie o sumergida. Las prestaciones que deben suministrar las bombas por separado o agrupadas, ya sea e serie o en paralelo, al igual que los rendimientos del grupo de bombeo, son datos esenciales para calcular la potencia del motor. En el proceso de elección del equipo, hay que seguir unas recomendaciones para así sacarle el máximo partido al equipo.
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4. TIPOS DE SISTEMAS DE RIEGO: COMPONENTES DE INSTALACIONES. 4.1. Introducción. La estética de un jardín, no depende sólo del diseño del mismo o de la belleza de las plantas que aloja, sino también se su correcto mantenimiento y conservación de las plantas que viven en él. Este objetivo se conseguirá entre otras cosas mediante una serie de tareas a realizar en el jardín como el laboreo, poda, escardas y también mediante la utilización de un sistema de riego adecuado, que permita el máximo ahorro de agua y que sea totalmente eficiente que aporte la cantidad correcta a las plantas.
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La elección del sistema de riego dependerá de: • La disponibilidad de agua y posibilidad de llevar al punto necesitado. • Topografía y forma del terreno. • Climatología, especialmente vientos. • Tipo de plantas y necesidades hídricas. • Calidad de agua de riego. • Costes de instalación. • Tiempo de riego, limitado generalmente en zonas públicas y de recreo. Actualmente los sistemas de riego más utilizados tanto en jardines públicos como privados son los de aspersión y localizado, aunque todavía quedan numerosos jardines que siguen utilizando el riego por superficie. Este último tipo es frecuente en jardines arbóreos y en aquellos en los que la topografía permita la distribución de agua uniformemente por toda la superficie.
4.2. Riego Localizado. El riego localizado, como su propio nombre indica, consiste en el aporte del agua en puntos concretos del suelo mediante un conjunto de conducciones por las que circula el agua a presión, siendo estas superficiales como enterradas, mediante una serie de emisores, los cuales solo mojan una parte del suelo, la circundante a la planta. La salida del agua por los emisores se produce con muy poca o nula presión, a través de unos orificios de muy pequeño tamaño. El volumen de suelo que humedecen mediante este aporte de agua, se denomina “bulbo húmedo”. La forma del bulbo húmedo depende principalmente de la textura del suelo, siendo más extendido en suelos arcillosos, y más profundo en suelos arenosos. El agua al infiltrarse forma capas concéntricas de mayor a menor nivel de humedad desde el emisor. Esta distribución en capas concéntricas, es la misma que siguen las sales contenidas en el agua de riego. Forma del bulbo húmedo.
En centro del bulbo, es la parte que más agua acumula, por lo que la concentración
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de sales es menor, al tiempo que el movimiento del agua a través del bulbo, realiza un lavado de sales acumuladas en el suelo, más intenso en la zona próxima al emisor, por lo que la acumulación de sales se produce en la periferia del bulbo y en la superficie del suelo, puesto que el agua que se evapora, no arrastra consigo las sales. Este lavado, afecta de igual forma a los nutrientes, ya que son sales también.
Movimiento de agua y sales en el suelo..
De esta forma, cuando se utiliza el riego localizado, hay que hacer aportes de nutrientes frecuentemente para evitar la aparición de carencia por lavado del suelo. El método de aplicación de estos nutrientes suele ser mediante la propia agua de riego, en lo que se conoce como fertirrigación. Como ya hemos comentado en capítulos anteriores, a la hora de calcular las necesidades de riego con aguas salinas, hay que tener en cuenta la fracción de lavado o cantidad de agua extra que debemos aportar para alejar la acumulación de sales del centro del bulbo, evitando el contacto de las raíces de las plantas con dichas sales. A la hora de situar las plantas, deberemos por estos motivos, tener en cuenta la forma del bulbo y zona de acumulación de sales y evitar así la plantación en estas zonas de plantas delicadas.
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En jardines con riego localizado, la técnica consiste en la aplicación de pequeñas cantidades de agua pero con una alta frecuencia de riego, es decir dar un número elevado de riegos. La finalidad de ello es mantener el suelo con una humedad constante y óptima. Acumulación de sales en superficie (manchas blancas).
En jardines con vegetación arbórea y en aquellos con suministro de agua no asegurado durante todo el año, esta alta frecuencia puede acarrear problemas de anclaje radicular o falta de resistencia en periodos de sequía.
TIPOS DE SISTEMAS DE RIEGO
Para estos casos, será mejor rebajar las frecuencia, pero aumentando los aportes de agua, a fin de incrementar el volumen del bulbo y la profundidad de las raíces, ya que éstas profundizaran más en busca de agua. Un aspecto muy interesante también, es que con el riego localizado podemos alcanzar unos niveles de automatización muy altos, llegando casi a un funcionamiento casi autónomo del sistema. Este sistema dentro del jardín se suele utilizar para regar: • Árboles. • Líneas de setos. • Arriates. • Macizos de flores.
• Tapizantes. Este es el sistema más adecuado para regar con aguas salinas, ya favorece el lavado de sales, manteniéndolas alejadas de las zona de raíces. Por otro lado al no haber contacto con tronco y hojas, se evitan manchas y problemas de toxicidad. Por otro lado, es el sistema más seguro si se utilizan aguas residuales depuradas, sobre todo si se utiliza la modalidad de riego localizado subterráneo mediante tuberías emisoras (exudantes). Ventajas e inconvenientes: Veamos en un cuadro-resumen las ventajas e inconvenientes que presenta el riego localizado. Ventajas
Inconvenientes
▪▪ Aplicación del agua directamente en zona de raíces.
▪▪ Necesita alta inversión.
▪▪ Permite uso eficiente y ahorro de agua.
▪▪ Puede producir problemas de salinidad en la zona del bulbo
▪▪ Pérdidas por escorrentías, percolación y evaporación, mínimas lo que es un sistema de alta eficiencia de aplicación. ▪▪ Permite aplicación de fertilizantes y tratamientos químicos a través del agua (fertirrigación). ▪▪ Gran control del agua y fertilizantes aplicados. ▪▪ Dificulta la aparición de hierbas adventicias en la zona no
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si no se maneja bien. ▪▪ Alto control y mantenimiento para su adecuado funcionamiento. ▪▪ Emisores se obturan con facilidad. ▪▪ Problemas de enraizamiento de los árboles si la frecuencia no es la adecuada.
humedecida. ▪▪ Reduce ciertos problemas fitosanitarios al no mojar la parte aérea de las plantas. ▪▪ Muy adecuado para bajas presiones de trabajo. ▪▪ Permite el uso de aguas salinas y depuradas. ▪▪ Permite alta automatización.
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Riego Localizado Superficial: Riego localizado superficial, es aquel en el cual, el agua y los fertilizantes, se aplican directamente sobre la superficie del suelo en la zona próxima a las raíces de las plantas. El agua circula por las mangueras de la instalación desde el cabezal, pasando por las tuberías laterales, hasta llegar a los emisores o goteros, en donde pierde presión y sale gota a gota, filtrándose y humedeciendo el subsuelo. Tanto las tuberías laterales como los emisores se instalan directamente sobre la superficie a regar, aunque si queremos conseguir un menor impacto estético, las podemos instalar por debajo de un acolchado o directamente soterrar las tuberías laterales y mediante un sistema de micro-tubos, conectar éstas con los emisores en la superficie.
Riego localizado superficial mediente goteros..
Otro sistema es la utilización de tuberías emisoras, las cuales crean una banda continua humedecida en la superficie. Los tipos de mangueras más utilizados son las tuberías goteadoras y las exudantes, las cuales emiten agua por toda su superficie. Este sistema también lo podemos conseguir si utilizando goteros, jugamos con distancia entre los
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mismos. Este sistema suele ser habitual en el riego de arriates, macizos o setos. Riego Localizado Subterráneo: Este sistema consiste en la aplicación del agua y los fertilizantes directamente en la zona de las raíces. Las tuberías laterales se entierran entre 20-40 cm y los goteros aplican la humedad a esa profundidad. Con este sistema lo que buscamos es crear franjas continuas de humedad, garantizando una buena uniformidad del riego. Este sistema presenta algunas ventajas como: • Mejora la estética del paisaje. • Evita problemas de vandalismo al no ser visible. • Mayor duración de la instalación al estar protegida de radiaciones solares y variaciones térmicas. • Permite el uso de aguas residuales depuradas, ya que el agua junto con los posibles patógenos que- Riego localizado subterraneo. dan en el interior del suelo fuera del contacto con las personas. • Al permanecer seca la superficie, dificulta la germinación de semillas de plantas adventicias, reduciendo la presencia de éstas, con el correspondiente ahorro de herbicidas y mano de obra. 42
Los principales inconvenientes vienen por la obturación de los goteros ya sea por las partículas transportadas por el agua de riego, como externos en forma de partículas del suelo o raíces. Para evitar esto, podemos aplicar las siguientes recomendaciones: • Sistema de filtrado muy perfecto para evitar obturaciones internas. • Utilizar productos como el ácido fosfórico para evitar obturaciones de emisores. • Utilización de trefluralina para evitar la entrada de raicillas por los emisores. • Utilización de goteros autocompensables y antisucción. Si no tenemos cuidado con todas y cada una de las recomendaciones expuestas, nos veremos abocados al fracaso del sistema. Tenemos además unos cuantos inconvenientes derivados de este tipo de instalaciones: • Dificultad de detectar fallos en el funcionamiento del sistema y repararlos. • Estrangulamiento de mangueras por las raíces de las plantas. • Elevado coste de la instalación, ya que requiere instalación de ramales de lavado y ventosas de doble efecto al inicio de cada sector de riego.
4.3. Riego de aspersión y difusión.
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El riego por aspersión se basa en la aplicación de agua en forma de fina lluvia sobre la superficie a regar. El agua es conducida a través de las conducciones a presión, hasta los elementos encargados de aplicarla, los aspersores o difusores, repartiéndola uniformemente sobre la superficie, infiltrándose esta a capas profundas para estando disponible para las plantas. El proceso de infiltración no sólo depende de las características de los aspersores, sino también de las propias características físicas del suelo. Una de las características principales es la falta de control del agua una vez sale del aspersor, estando a merced de las condiciones ambientales, sobre todo del viento que deforma el área de re-
parto y por tanto la uniformidad del riego. Otro aspecto importante que puede afectar a la eficiencia, es el tamaño de gota ya que un tamaño excesivamente pequeño bajo ambientes muy cálidos y secos, puede provocar la evaporación de estas antes de su llegada al suelo, por lo que las pérdidas por evaporación pueden ser muy grandes.
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Los aspersores realizan movimientos rotatorios, regando una superficie más o menos circular. Los modelos regulables, Barrido de aspersores. pueden variar el ángulo de barrido de 0 a o 360 , así como la apertura del arco de riego que modifica el radio de trabajo. Actualmente existen modelos con varias boquillas integradas que modifican tanto el arco de trabajo como el tamaño de gota, lo que los hacen muy adaptables a diferentes condiciones de trabajo. Los difusores, son muy similares a los aspersores, pero carecen de elementos móviles para girar por lo que la regulación se realiza a través de las boquillas entre 20-30o (según modelos) hasta 360o, para definir el sector a regar. El riego por aspersión no es muy adecuado para regar con aguas salinas, ya que al mojar la parte aérea de la planta totalmente o parcialmente, el agua al evaporarse deposita las sales que pueden provocar quemaduras u otros daños. Tampoco es recomendado para plantas de flores u ornamentales si se utilizan sobre todo aguas duras (>50o franceses) y elevado contenido en carbonatos (>300 ppm) ya que producen manchas en hojas y flores con la consiguiente pérdida de valor ornamental. Al igual ocurre si tenemos aguas con exceso de hierro, por lo que con valores mayores de 1 ppm deberemos pensar en la instalación de riego alternativo a la aspersión. El uso tanto de riego con aspersores y difusores se suele centrar en: • Césped y tapizantes. • Campos de deportes. Los aspersores instalados suelen ser emergentes para evitar vandalismos, protegerlos de golpes o simplemente para que no interfieran en la actividad que se realiza en la zona.
Difusor con apertura de 180º.
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Ventajas e Inconvenientes de la Aspersión: Ventajas
Inconvenientes
▪▪ Permite regar terrenos ondulados o poco uniformes.
▪▪ Puede tener efectos negativos en algunas plantas al mojar
▪▪ Puede ser utilizado en gran variedad de suelo, incluso en arenosos con riegos cortos y frecuentes.
la parte aérea de las mismas. ▪▪ El viento dificulta el reparto uniforme del agua, haciendo
▪▪ Muy útil en las principales fases de las plantas con riegos cortos y frecuentes.
disminuir la uniformidad y la eficiencia. ▪▪ El uso de aguas salinas puede ocasionar quemaduras en
▪▪ Útil para riegos de socorro y especialmente eficaz contra heladas.
las hojas debido a las sales. ▪▪ El uso de aguas muy duras, con altos contenidos en car-
▪▪ Permite realizar el lavado de sales al desplazarse a capas más profundas del suelo.
bonatos o hierro, puede ocasionar manchas en las flores y hojas con la consiguiente pérdida de valor ornamental.
▪▪ Permite la aplicación de fertilizantes y algunos tratamientos químicos. ▪▪ Permite la automatización.
Microaspersión y Nebulización: Una variante del riego por aspersión, pero poco utilizada en jardinería, parecida al riego localizado por la forma de aplicar el agua es el riego por microaspersión. 44
Los emisores distribuyen el agua en forma de lluvia fina en una zona limitada sobre las raíces. Se consigue una uniformidad equivalente a la del riego localizado, por lo que es útil en aquellas zonas de jardín dónde sea difícil instalar una línea de goteo, o también en suelos arenosos en los que es difícil conseguir un bulbo húmedo razonable con puntos aislados de emisión. Su utilización suele ser: • Árboles. • Macizos de flores. • Rosales. • Pequeñas áreas de jardín. La zona húmeda varía en función de la distancia entre microaspersores, pudiendo crear círculos aislado o bandas continuas de humedad al aproximarlos.
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Otra clase de dispositivos son los microdifusores, los cuales se diferencian de los microaspersores, en que carecen de partes móviles. Por la forma de emitir el agua en forma de nube con finas gotas, también se les conoce como nebulizadores. Se usan en espacios cerrados (invernaderos y viveros) ya que el viento les afecta enormemente y su función suele ser crear una atmósfera húmeda o bajar la temperatura interior. Su instalación suele ser colgada del techo o de líneas aéreas. Tienen un paso de boquilla muy fino, por lo que hay que extremar el cuidado de
Microaspersores en zona de tapizantes.
la fase de filtrado para evitar atascos. Trabajan a altas presiones, lo que unido al paso fino de boquilla hace que las gotas generadas queden suspendidas en el aire y no lleguen al suelo, en lo que se conoce como el efecto “mist”. En exterior se usan muy poco por el tema comentado de la sensibilidad al viento. Se pueden utilizar para el riego de rosales y setos, siempre y cuando se instalen a ras de suelo, para crear una zona con alto nivel de humedad. Además para la creación de atmósferas húmedas en espacio cerrados, aparte de los nebulizadores, podemos emplear los humidificadores. Son dispositivos que calientan agua contenida en un depósito y la liberan a la atmósfera en forma de vapor, manteniendo el ambiente con una Humedad Relativa (HR) determinada.
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Otros sistema de humidificación, consisten en la aplicación de una corriente de aire desde un ventilador de elevada potencia sobre una lámina de agua.
4.4. Cabezal de Riego: Filtrado y Fertirrigación. La procedencia del agua de riego, condiciona los elementos que albergará el cabezal de riego.
Ejemplo de cabezal de riego.
El cabezal de riego está compuesto por el equipo de bombeo, la fase de filtrado y el equipo de fertirriego. No todos estos elementos son necesarios, ya que la presencia de algunos de ellos dependerá de si la presión es suficiente o no (equipo de bombeo), del tipo de impurezas a eliminar (fase de filtrado) o si vamos o no a aplicar fertilizantes mediante el agua de riego (equipo de fertirriego).
Como ya hemos tratado en capítulos anteriores el equipo de bombeo, en este capítulo sólo vamos a tratar los elementos de filtrado y fertirriego. Equipo de Filtrado: Es el componente más importante del cabezal de riego, ya que tras su paso por él, el agua quedará limpia de sólidos y partículas en suspensión, previniendo la obturación de los emisores, sobre todo en riego localizado. Si el agua de riego procede de un pozo o tiene gran cantidad de sólidos en suspensión, se hace necesario un pre-filtrado para separar las partículas más pesadas. Para esto se utiliza un hidrociclón que las elimina por centrifugación. Una vez eliminadas estas partículas, el agua pasa por el equipo de filtrado tras lo cual estará lista para su distribución por la red de riego. Los tipos de filtros más usuales en un equipo de filtrado son:
Funcionamiento de Hidrociclón.
Filtros de Arena: • Eliminan partículas orgánicas en suspensión. • Formados por capas de arena o grava silícea, uniforme y con un tamaño igual al de paso del agua por el emisor.
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• Tienen gran capacidad de acumulación de suciedad. • Limpios trabajan con una diferencia de presión (pérdida de carga) entre 1 y 3’5 m.c.a. • Sucios la diferencia de presión está entre 5-6 m.c.a., por lo hay que limpiarlos. • Limpieza por inversión de flujo de agua, arrastrando la suciedad por un circuito auxiliar y vertiéndola a la red de residuales (contralavado). • Además de limpiar, en la misma operación, se remueve la arena evitando la compactación de la misma o la formación de grietas.
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Filtros de arena
Filtros de malla: • Eliminan sólidos en suspensión. • Eliminación por el paso del agua por mallas de material no corrosivo con orificios de pequeño tamaño. • La capacidad de retención de estos filtro se suele medir mediante el llamado número de mesh, o número de orificios por pulgada lineal. • El tamaño de los orificios es otro parámetro de calibración, que se puede relacionar con el anterior. El Filtro de malla. tamaño se elige en función del paso del conducto del emisor. • A menor tamaño del emisor, mayor número de mesh. • Se recomienda no utilizar mallas de más de 200 mesh y que el orificio de malla no sea superior a la décima parte del diámetro de salida del emisor. Relación entre nº mesh / Ø orificios de malla
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nº mesh
Ø (mm)
nº mesh
Ø (mm)
nº mesh
Ø (mm)
4
4’70
14
1’18
60
0’25
5
4’00
16
1’00
80
0’18
6
3’35
20
0’85
100
0’15
7
2’80
24
0’75
115
0’12
8
2’36
28
0’60
150
0’10
9
2’00
32
0’50
170
0’09
10
1’70
35
0’42
200
0’075
12
1’40
42
0’35
250
0’063
Filtros de Anillas: • Eliminan todo tipo de sólidos en suspensión entre unas anillas ranuradas, agrupadas y ajustadas unas contra otras en un cartucho insertado en la carcasa del filtro. • La capacidad de filtrado viene dada por el número de ranuras de las anillas y su tamaño. • El tipo de anillas que se utiliza depende del diámetro de salida de los emisores, al igual que en los filtros de mallas. • Para distinguirlas, se fabrican en colores según el
Filtro de anillas.
tamaño de paso con su equivalente en filtro de malla por número de mesh. Relación entre color de anillas y nº mesh color de anillas
nº mesh
Ø (mm)
blanco
18
0’80
azul
40
0’40
amarillo
80
0’20
rojo
120
0’13
negro
140
0’12
verde
200
0’08
gris
600
0’025
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• La diferencia de presión de trabajo (pérdida de carga) cuando están limpios oscila entre 2-3 m.c.a. tanto en los de malla como en los de anillas. • Cuando están sucios la pérdida aumenta hasta los 5 m.c.a. por lo que hay que realizar la limpieza. • La limpieza de realiza de forma manual, abriendo la carcasa y lavando con agua a presión y con un cepillo, o de forma automática mediante contralavado, invirtiendo el flujo y arrastrando la suciedad al exterior. • Existen en el mercado filtros autolimpiantes. • En general los de anillas se limpian mejor que los de malla por lo que están más extendidos en su uso. Si se necesita más de un filtro hay que tener en cuenta lo siguiente: Disposición Paralelo Serie
Características ▪▪ Capacidad de filtrado es igual a la suma de la capaci-
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dad de filtrado de cada filtro por separado. ▪▪ Capacidad de filtrado es igual al de menor capacidad.
Sabiendo el caudal de agua a circular por la red y la capacidad de filtrado, se conocerá el número de filtros a instalar y situación dentro del cabezal.
Bateria de filtros en paralelo.
La necesidad de instalar un tipo u otro vendrá dado por el origen del agua y la utilización. En cualquier caso si tenemos equipo de fertirriego, tendremos que instalar un filtro de malla o anillas para eliminar posibles decantados del fertilizante o impurezas. Así pues tendremos las siguientes configuraciones: Origen Agua de pozo Balsa o embalse
Configuración ▪▪ Hidrociclón (si sólidos en suspensión) + Equipo Fertirriego + Filtro malla/anillas. ▪▪ Filtro de arena + Equipo Fertirriego + Filtro malla/anillas.
Depuradora residual
▪▪ Equipo Fertirriego + Filtro malla/anillas
Red Urbana
▪▪ Equipo Fertirriego + Filtro malla/anillas
Equipo Fertirriego: Es el encargado de distribuir fertilizantes a través del agua de riego. Esta práctica de denomina fertirrigación, siendo bastante frecuente en riego localizado.
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A través de este equipo se pueden incorporar otros productos como fitosanitarios, limpieza, etc, según necesidades. La incorporación se realiza mediante diferentes métodos de inyección. La cantidad de fertilizante puede ser proporcional al volumen de agua o no, según se utilicen inyectores hidráulicos proporcionales o inyectores de volumen. Así pues, tenemos la siguiente clasificación: Inyectores Tanques de fertilización Inyectores Venturi Inyectores eléctricos
De Volumen
Inyectores hidráulicos
▪▪ de pistón ▪▪ de membrana ▪▪ con pérdida de agua ▪▪ sin pérdida de agua
Hidráulicos proporcionales
Los fertilizantes y demás productos químicos se incorporan a la red mediante estos equipos, disolviéndolos en el agua del depósito o tanque. Para evitar obturaciones, ayudar a la disolución y homogeneización de la mezcla se utilizan los agitadores eléctricos. Inyectores de Volumen
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▪▪ El más sencillo y económico. ▪▪ Depósito metálico o plástico. Tanque de Fertilización
▪▪ Conectado en paralelo a la red con tubería de entrada y salida. ▪▪ Entre entrada y salida se coloca válvula de regulación para crear diferencia de presión y derivar agua al interior del tanque. ▪▪ La concentración de fertilizante no es constante en el tiempo. ▪▪ Tubo metálico o plástico, conectado en paralelo a la red principal. ▪▪ Estrechamiento que crea una subpresión, provocando la aspiración de la mezcla.
Inyector Venturi
▪▪ Sencillo y de bajo coste. ▪▪ No necesita energía para su uso. ▪▪ Mantiene la concentración constante. ▪▪ Genera una gran pérdida de carga (7-10 m.c.a.) ▪▪ No utilizable si se tiene poca presión de red. ▪▪ Bomba de accionamiento positivo. ▪▪ Accionada por motor eléctrico que aspira la mezcla y la inyecta en la tubería principal.
TIPOS DE SISTEMAS DE RIEGO
Inyector Eléctrico
▪▪ Puede ser de pistón o de membrana. ▪▪ Mantiene constante la concentración de fertilizante. ▪▪ Regulable mediante dosificador acoplado al inyector. ▪▪ Uso condicionado por existencia de energía eléctrica aunque hay modelos que funcionan a batería.
Inyectores de Volumen ▪▪ Similar al eléctrico. ▪▪ No necesita energía eléctrica, se acciona por el movimiento del agua. Inyector Hidráulico
▪▪ Necesita presión mínima para funcionamiento. ▪▪ Se clasifican en sin pérdida de agua o con pérdida de agua, según se reutilice o no el agua para producir el movimiento.
Inyectores Hidráulicos Proporcionales ▪▪ Funcionan como los hidráulicos de volumen. Hidráulico Proporcional
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▪▪ La cantidad de fertilizante es proporcional a la cantidad de agua que circula en su interior independientemente de las variaciones de caudal y presión que se produzcan.
Sistema de inyección Venturi.
Bomba inyectora.
4.5. Red de Distribución y Drenaje. La conducción del agua desde la toma hasta los emisores se realiza a través de la red de distribución. La unión de los tramos de tubería entre sí así como la adaptación a la forma del jardín se realiza mediante las llamadas piezas especiales. El exceso de agua en la zona de la raíces, si el drenaje natural es insuficiente, se realiza mediante la llamada red de drenaje. La denominaciones de los diferentes tramos de conducciones de la red de distribución se denominan según su jerarquía dentro de la red. Así pues tenemos línea primaria que parte de la toma, secundarias y terciarias que reparten hasta los sectores de riego, y líneas laterales o laterales de riego, a las mangueras portadoras de los emisores de riego localizado, o ramales de aspersión en el caso del riego por aspersión. Conducciones y Tuberías: Las tuberías o conducciones que forman la red de distribución generalmente se fabrican en materiales plásticos poliméricos como el PVC (policloruro de vinilo) o PE (polietileno). Son materiales ligeros y de fácil manejo, con poca rugosidad interior (poca pérdida de carga) y poca alteración química con fertilizantes. La elección del material va en función del diámetro y si va enterrada la conducción o no. Si las tuberías van enterradas y con diámetro superior a 50 mm, son de PVC. Si por el contrario son de diámetro inferior y van en superficie, se opta por el PE.
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Las tuberías de riego se clasifican por: • Presión: presión máxima de trabajo a 20 oC. • Presión de trabajo: valor de presión máxima interior a la que estará la tubería en servicio. • Diámetro: diámetro exterior del tubo declarado por el fabricante. • Espesor: grosor de la pared del tubo declarado por el fabricante. La calidad de las tuberías está relacionada con el buen funcionamiento de las mismas, por lo que debemos exigir que cumplan la normativa UNE, y a ser posible tengan la certificación AENOR, conjunto de normas más estrictas que las propias UNE. Las tuberías que cumplen estas normas, están marcadas en su superficie cada uno o dos metros con unas indicaciones que son: • Identificador del fabricante. • Presión Nominal (MPa). • Referencia del material. • Año de fabricación. • Diámetro nominal (mm) • Espesor (mm) • Referencia a Norma UNE o Certificación AENOR que cumple. Material
Características
Norma
▪▪ Rígido y bastante frágil.
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▪▪ No utilizar con peligro de presiones externas o impactos. ▪▪ Escasa resistencia al aplastamiento. ▪▪ Requiere elementos adecuados (válvulas, ventosas9 para PVC
mantenerlas llenas de agua o aire.
▪▪ UNE 53-112-88
▪▪ Rigidez puede ocasionar problemas con sobrepresión. ▪▪ Sufre degradaciones por radiación solar. ▪▪ Se instalan siempre enterradas. ▪▪ Precio inferior al PE para diámetro ≥50 mm. ▪▪ Flexible y fácil manejo. ▪▪ Se comercializa en rollos. ▪▪ Posibilidad de instalación mecanizada. ▪▪ Elevado precio frente a PVC, sólo se utiliza para diámetros <50 PE
mm. ▪▪ No se deterioran por la acción del sol.
▪▪ PE BD (PE 32): UNE 53-367-90. ▪▪ PE MD (PE 50B): UNE 53-131-90. ▪▪ PE AD (PE 50A): UNE 53-131-90.
▪▪ Las más utilizadas en jardinería. ▪▪ Resistencia al paso del tiempo y a las incrustaciones interiores.
TIPOS DE SISTEMAS DE RIEGO
▪▪ Se encuentran diferentes densidades.
Lo que diferencia a cada uno de los tipos son las características de dureza, resistencia y flexibilidad. Las de PE de baja densidad son más flexibles y blandas. Las de alta densidad presentan mayor resistencia a altas temperaturas y a los productos químicos. Las más utilizadas en jardinería son las de baja densidad. Drenes: Los drenes o tuberías de drenaje son las conducciones encargadas de la evacuación del exceso
de agua en la zona de las raíces o sobrante en el subsuelo. Estas tuberías se conectan a un colector para su evacuación. Los drenes se pueden fabricar en varios materiales, siendo los más habituales: Materiales conducciones de drenajes ▪▪ El agua se introduce por filtración a través de juntas de unos 3 mm.
Arcilla cocida o cerámica
▪▪ Tubos de 50 cm de longitud. ▪▪ Ø 250 mm. ▪▪ Sección polígono regular.
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▪▪ Permite paso del agua a su través o entre dos tramos consecutivos.
Hormigón poroso
▪▪ Empleo limitado por facilidad de obturación de los poros por las partículas de limo. ▪▪ Lisas o rugosas.
PVC rígido
▪▪ Rugosas las más utilizadas por su resistencia al aplastamiento, flexibilidad y facilidad de adaptación al trazado. ▪▪ Entrada del agua mediante ranuras practicadas en la fabricación.
Piezas Especiales: Son parte importante de la red de distribución. Se utilizan la conexión de tuberías entre sí, conectar más de dos tuberías, cambiar diámetros, cambios de dirección, es decir, la adaptación de la conducción a la forma de la parcela o sectores de riego. Entre estas podemos destacar varios tipos de piezas especiales como son los acopes en “T”, codos a 45 y 90o, casquillos de reducción, cruces, tapones, manguitos, etc. El material de fabricación será el mismo de las tuberías en que se instalen, así como la forma mediante la cual se realice la unión.
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Piezas especiales riego localizado.
En PVC las uniones pueden hacerse mediante juntas elásticas o tóricas, o por encolado en función del diámetro. Para diámetros superiores a 60 mm se utilizan juntas elásticas, mientras que para diámetros inferiores así como con las piezas especiales se suelen unir mediante encolado con adhesivos fundentes. En el caso de polietileno, las uniones se realizan mediante piezas mecánicas, entre las que destacamos los manguitos interiores y los rácores. Los manguitos son piezas simples que se conectan a presión, mientras que los rácores son piezas más complejas que se acopan a los extremos tanto por dentro como por fuera y a su vez, entre sí mediante roscado. El precio de los rácores es superior al de los manguitos, pero la unión es mucho más fuerte y segura.
4.6. Elementos Singulares. Los elementos singulares de la instalación, son aquellos encargados del control y medición de la misma, así como de su protección frente a funcionamiento anómalo. En este grupo podemos incluir los caudalímetros, contadores volumétricos, manómetros, ventosas, válvulas, etc.
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Ventosas: Dispositivos que permiten la introducción o extracción de aire en las conducciones, evitando así sobrepresiones o depresiones durante las operaciones de llenado o vaciado. Desde el punto de vista del funcionamiento tenemos los siguientes tipos: • Ventosas monofuncionales o purgadores: eliminan el aire acumulado en la instalación durante el funcionamiento. • Ventosas bifuncionales: eliminan el aire durante el llenado e introducen aire durante el vaciado. • Ventosas trifuncionales: realizan a la vez las tres funciones, admisión y expulsión de aire además de purga del sistema.
Ventosas trifuncional, bifuncional y purgador.
Deben situarse a la salida del grupo de bombeo, en los puntos más altos del sistema o en los cambios de pendiente. Reguladores de Presión:
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Permiten establecer y mantener una presión determinada a partir del punto de la instalación en el que son colocados. Pueden ser fijos (con presión pre-establecida) o regulables, los cuales de adaptan a las necesidades de los emisores. En jardinería se utilizan generalmente cuando la presión en la instalación es superior a la necesaria por los emisores para su funcionamiento y se colocan al inicio del sector de riego con dichos emisores.
Instalación con regulador de presión.
Válvulas: Usadas para controlar el caudal que circula por una conducción, abriendo, cerrando o dejando paso intermedio de agua. Se clasifican por el tipo de accionamiento en manuales o automáticas (accionadas por dispositivos hidráulicos o electromecánicos).
TIPOS DE SISTEMAS DE RIEGO
La válvulas manuales más utilizadas en jardinería son las de esfera y las de compuerta. Las primeras cierran con un giro de 90o mientras que las segundas, cierran con varias vueltas de llave. Las de compuerta no se utilizan mucho, ya que están indicadas para cuando hay riesgo de sobrepresiones, casos muy raros en jardinería. Las válvulas de accionamiento automático, se utilizan en instalaciones automatizadas. Aquí encontramos las válvulas hidráulicas, las volumétricas y las electroválvulas, cuya descripción y funcionamiento veremos más profundamente en próximos capítulos.
Sección de electroválvula.
De las válvulas de accionamiento mecánico, cabe destacar las válvulas de retención, las cuales sólo permiten el movimiento del flujo de agua en una dirección, impidiendo el retroceso. Éstas se instalan sobre todo en sistemas con equipo de bombero tanto al pie de la línea de aspiración, como a la salida del grupo de bombeo para evitar el contragiro del rotor.
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Medida del Caudal: Este grupo lo comprenden los medidores de caudal, los flujómetros y los rotámetros, que miden el caudal instantáneo en un punto de la instalación. Son equipos móviles, que se utilizan en momentos puntuales para conocer datos necesarios para el diseño de la instalación, comprobaciones de instalaciones y programaciones de riegos lo más exactas posibles. Otros elementos son los contadores, que miden el consumo de agua en la instalación. Se utilizan cada vez más para realizar programaciones de riego por volúmenes, utilizando para tal fin contadores de impulsos los cuales conectados a los programadores, envían una señal de cierre una vez consumido el volumen de agua programado.
Contador instalado en válvula hidráulica.
Manómetros: Utilizados para conocer la presión de la instalación en varios puntos de control, y detectar así anomalías de funcionamiento en los componentes (por ejemplo filtros sucios o depresiones). Los más utilizados con los tipo Bourdon. Su funcionamiento suele ser mecánico y los intervalos de medida suelen ser diferentes, por lo que deberemos elegir el tipo de manómetro en función del rango de presiones en el que estemos funcionando. Habitualmente lo interesante es conocer la diferencia de presión entre varios puntos de una instala- Manómetro al inicio de red de distribución. ción, por lo que se utiliza en mismo manómetro para evitar los errores de calibración entre manómetros diferentes, pinchándolo en las tomas rápidas o tomas manométricas.
4.7. Emisores. Son los dispositivos encargados de la distribución del agua en la zona de riego. La forma de hacer esta distribución del agua, bien de forma localizada o bien en forma de fina lluvia, determinarán a que tipo de sistema de riego pertenecen. Los requisitos que debe reunir un emisor para considerarlo de buena calidad son las siguientes: • Buena relación Calidad/Precio. • Caudal uniforme. • Poco sensible a las variaciones de presión. • Alta uniformidad de fabricación. • Poco sensible a obturaciones. • Resistente a las condiciones de trabajo. • Fácil instalación. Los principales datos técnicos que debe suministrar cualquier fabricante para cualquier tipo de
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emisor son: • Presión Nominal: presión para la cual se diseña el emisor y a la que debe trabajar. • Caudal Nominal: caudal suministrado cuando trabaja a la presión nominal. • Coeficiente de variación de fabricación: variabilidad que se produce en el proceso de fabricación. Además, para los emisores de riego localizado, el fabricante debe aportar otros datos de interés como son: • Diámetro mínimo de paso, que indica la dimensión del paso más estrecho del agua en el interior del emisor (importante para el filtrado). • Régimen hidráulico, que podrá ser laminar o turbulento. El régimen laminar es más sensible a las variaciones de presión, viscosidad y temperatura del agua, además de más sensible a obturaciones. • Exponente de descarga (x), indica la sensibilidad del emisor a las variaciones de presión. Si está próximo a 1, el emisor tiene un régimen próximo al laminar. Si el exponente es cercano a 0’5, trabaja en régimen turbulento, mientras que los emisores autocompensables tienen un valor menor de 0’2. Para los emisores de riego por aspersión, otros datos suministrados suelen ser características como las boquillas acoplables, datos de presión, caudal y alcance. EMISORES DE RIEGO LOCALIZADO:
TIPOS DE SISTEMAS DE RIEGO
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Goteros: • Son los emisores más utilizados. • Son emisores de bajo caudal de hasta 16 l/h y presiones en torno a 1 kg/cm². • Fabricados en materiales plásticos. • Disipan la presión del agua en su interior mediante el paso por un canal laberíntico,para que ésta salga gota a gota. • Según su instalación en la tubería lateral, tenemos: ▪▪ Interlinea o insertados: se corta la tubería y se instala a modo de manguito. ▪▪ Pinchados: insertados en un agujero practica- Tipos de goteros. do en la tubería. ▪▪ Integrados: ensamblados en la tubería en el proceso de fabricación. • Según las variaciones que se produzcan en el caudal emitido tendremos: ▪▪ No Compensantes: el caudal cambia al variar la presión (+presión + caudal). ▪▪ Autocompensantes: dentro de un rango de presión (intervalo de compensación) el caudal apenas cambia. • El tipo más utilizado en jardinería es el gotero integrado y el interlinea. El pinchado lo es menos. • Los autocompensantes aunque mejores, se utilizan poco por su precio, pero se hacen imprescindibles cuando tenemos pendientes superiores al 5% o pendientes poco homogéneas (ondulado) Tuberías Emisoras: • Conducen y aplican el agua a través de unos orificios practicados en la fabricación o a través de una pared porosa, generando una banda continua de humedad. • Fabricadas en polietileno.
• Las mas utilizadas son:
▪▪ Manguera con orificios espaciados regularmente.
Perforadas
▪▪ El agua sale gota a gota, o pequeños chorros, según presión. ▪▪ Presión de trabajo en torno a 1 kg/cm².
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▪▪ Formada por dos elementos: la manguera que conduce el agua
Goteadoras
y el laberinto donde pierde presión saliendo gota a gota. ▪▪ Funcionamiento análogo a los goteros, pero de precio y duración menor.
▪▪ Distribuyen el agua a través del material poroso empleado en su fabricación. ▪▪ Crean una banda completamente continua.
Porosas
▪▪ Presión de trabajo muy baja, 0’1-0’3 kg/cm².
Exudantes
▪▪ Caudales menores que otros tipos de riego localizado. ▪▪ Frecuencia de obturación de poros. ▪▪ Necesitan pendiente nula o casi nula para funcionamiento correcto.
Borboteadores o Inundadores: • Se pueden incluir en el grupo de riego localizado, al aplicar el agua de forma localizada en pequeñas áreas sin mojar la parte aérea de las plantas. • Riego por inundación pero en área pequeña. • Presiones de trabajo entre 0’7-2’8 kg/cm² . • Caudales aplicados 0’9-7’6 l/min. • Gotas de gran tamaño que no se evaporan fácilmente. • Orificio de salida mayor, por lo que presentan menos problemas de obturación. • Utilizados sobre todo en el riego de alcorques, arbustos, macizos de rosales y otras flores.
Borboteador o inundador.
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EMISORES DE RIEGO POR ASPERSIÓN: Aspersores: • Distribuyen el agua de riego en forma de lluvia. • Formado por un cuerpo central y una o varias boquillas por las que sale agua a presión. • Realizan movimiento rotatorio, mojando una superficie más o menos circular. • Radio de alcance depende de la presión y tipo de boquilla. • El reparto no es uniforme, por lo que al diseñar el sistema hay que tener en cuenta los solapes de las zonas húmedas. • Por el mecanismo de giro tenemos:
▪▪ Giro mediante impulso del chorro sobre un brazo oscilante. ▪▪ Disponen de una o varias boquillas.
Impacto
▪▪ La boquilla que produce el chorro impactante en al brazo oscilante se denomina boquilla motriz. ▪▪ Las boquillas se fabrican el latón o bronce, aunque también en plástico resistente al rozamiento.
56 ▪▪ Realizan un giro continuo al pasar el agua por un mecanismo de engranajes.
Turbina
▪▪ El giro continuo hace que el reparto sea más uniforme que en los de impacto. ▪▪ Más caros.
TIPOS DE SISTEMAS DE RIEGO
▪▪ Uso más extendido para el riego de jardines.
• Ambos tipos de aspersores se comercializan tanto en tipo aéreo como emergente, siendo estos últimos los más utilizados. ▪▪ Aspersores aéreos: se colocan sobre tubos porta aspersores o patines. Casi no se usan. ▪▪ Aspersores emergentes: se instalan enterrados y cubiertos por un protector (metálico o plástico). Emergen debido a la presión del agua de riego. • Por el área de trabajo, se clasifican en: ▪▪ Aspersores Circulares: distribuyen en agua en 360o. ▪▪ Aspersores Sectoriales: distribuyen el agua en sectores angulares, existiendo modelos regulables por el usuario entre 0 y 360o, y modelos de barrido fijo, prefijado generalmente en cuartos de circunferencia. • Según la presión de trabajo tendremos aspersores de: ▪▪ Baja Presión: presión de trabajo hasta 1’5 kg/cm² y alcances hasta 12 m (+utilizados). ▪▪ Media Presión: presión de trabajo entre 1’5-4’5 kg/cm² y alcances de 12-25 m (áreas deportivas). Difusores: • Los difusores igual que los aspersores, distribuyen el agua en forma de lluvia, cubriendo sec-
tores circulares hasta los 360o. • Carecen de elementos móviles. • Necesitan menos presión para su funcionamiento. • Radio de alcance menor. • Mayor cantidad de agua por m². • Pueden ser emergentes o aéreos. • Posibilidad de intercambiar boquillas, para variar pluviometría, apertura, etc.
4.8. Dispositivos antivandálicos y Arquetas encastradas.
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Los elementos de los sistemas de riego, sobre todo en zonas públicas, pueden ser sometidos a manipulaciones indebidas, robos, etc. Para todas estas incidencias, se disponen de dispositivos antivandálicos, que son dispositivos de seguridad para dotar de cierta protección a estos elementos del sistema de riego. Para la protección de aspersores o difusores, disponemos de: • Dispositivos en la base de los emisores para evitar la extracción. Arqueta encastrada. • Protectores de los mecanismos de regulación de las boquillas para evitar desajustes. • Elevadores de acero inoxidable, más resistentes frente a golpes. • Collarines protectores en el cuerpo de los emisores. • Tapas protectoras con tornillo de seguridad. • Sistemas de instalación de los emisores a baja profundidad (1’5 cm). • Tornillos de protección para fijar la cubierta al cuerpo del emisor. El enterrado de las tuberías integrales para el riego localizado subterráneo o emisores emergentes, al no estar visibles ofrecen mayor protección. Para protección de llaves de paso, reguladores, válvulas, etc, suelen utilizarse arquetas encastradas en el suelo o en la pared, según los casos con cierre de seguridad para evitar su manipulación. Pueden ser circulares o rectangulares.
4.9. Resumen. • Los sistemas de riego más utilizados en jardinería son el localizado y por aspersión. • El riego localizado puede ser en superficie o subterráneo aplicando agua de forma continua en la zona próxima a las raíces. • El riego por aspersión aplica el agua en forma de lluvia sobre la totalidad de la superficie. • Los principales componentes de la instalación de riego son el cabezal, red de distribución, elementos singulares y los emisores. • El cabezal de riego está formado principalmente por el equipo de filtrado y el equipo de fertirriego. • La red de distribución conduce el agua desde la toma hasta los emisores, mediante conducciones de PVC o PE, unidas entre sí mediante las piezas especiales que la adaptan a la forma de la parcela. • Los emisores son los encargados de distribuir el agua sobre la superficie a regar. En el sistema
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localizado se utilizan goteros, tuberías emisoras y borboteadores principalmente y en el de aspersión, aspersores y difusores. • Los elementos que forman parte de la red de riego pueden sufrir manipulaciones y agresiones por lo que deberemos protegerlos mediante el uso de dispositivos antivandálicos y arquetas encastradas.
TIPOS DE SISTEMAS DE RIEGO
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5. AUTOMATIZACIÓN DEL RIEGO. 5.1. Introducción. Actualmente debido a los diferentes estudios sobre la fisiología de las plantas y mejoras en el ámbito de la tecnología, hace que la automatización del riego haya introducido un mayor control y facilidad de manejo de las instalaciones. Los sistemas de automatización emplean parámetros como el tiempo, volumen y agotamiento del agua en el suelo.
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Los elementos utilizados en los sistemas de automatización son básicamente, válvulas hidráulicas, electroválvulas y programadores. Veremos también los equipos denominados “sin hilos”, los cuales están formados por un programador, un equipo de transmisión, equipo receptor y una electroválvula.
Sistema de fertirrigación automatizado.
La automatización del riego, permite la programación integral del riego incluyendo la programación del riego, fertirrigación, limpieza de filtro, detección de anomalías y control de parámetros químicos del agua como el pH.
5.2. Ventajas e inconvenientes de la automatización. Sistemas de automatización. Realizar el riego de forma automática, presenta numerosas ventajas, sobre todo para la persona encargada de esta tarea ya que le libera un valioso tiempo que puede ser dedicado a otras tareas dentro del jardín mientras se lleva a cabo la tarea del riego. También presenta algunos inconvenientes, pero casi todos ellos son de carácter económico. Ventajas ▪▪ Permite mayor control y ajuste de las dosis de riego. ▪▪ Mayor eficiencia de riego y ahorro de agua. ▪▪ Reduce mano de obra, facilitando la ejecución y disminuyendo posibles errores humanos. ▪▪ Permite la programación de otras tareas relacionadas con el riego, como la fertirrigación o la limpieza de filtros. ▪▪ Permite programar en horas en las que la energía es más barata, lo que ahorra costes. ▪▪ Permite programar riegos sin interferencias con el uso del jardín. ▪▪ Facilita el control de las anomalías de funcionamiento del sistema. ▪▪ Permite la posibilidad de variar las condiciones de trabajo de los elementos del sistema. ▪▪ Permite control de parámetros químicos del agua.
Inconvenientes ▪▪ Incrementa el coste de la instalación, lo que puede no ser rentable. ▪▪ Requiere formación adecuada para el manejo de los equipos. ▪▪ Necesita en la mayoría de los casos energía eléctrica para el funcionamiento, por lo que en ciertos casos, implica la instalación de batería o placas fotovoltaicas.
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Sistemas de Automatización: Para el control automático del riego, podemos utilizar varios parámetros distintos, pero básicamente se utilizan tres: • Tiempo: automatización por tiempos. • Volumen: automatización por volúmenes. • Agotamiento del agua en suelo: automatización por demanda. Automatización por Tiempos. Este sistema se basa en la determinación y programación del tiempo de duración del riego. Para ello deberemos hacer los cálculos de los tiempos en función de las necesidades de las plantas, del área mojada por lo emisores y el caudal a suministrar. Los sistemas de automatización por tiempos son más cómodos y fáciles de manejar, ya que basta con indicarle al programador la hora de inicio y finalización del riego. Este tipo de automatización no garantiza el suministro completo de agua, si durante el proceso, surge algún imprevisto como bajadas de presión o variaciones de caudal. 60
Programador por tiempos.
La automatización por tiempos es la más utilizada, aunque si se quiere una mayor exactitud y control, poco a poco se va imponiendo el siguiente tipo de automatización. Automatización por Volumen: Este tipo de automatización, se basa en la programación de volumen de agua que se va a aplicar en cada riego. La cantidad a aplicar será la de las necesidades brutas del área a regar. El riego no se detendrá hasta haber aplicado la cantidad de agua programada. Este sistema admite diversos niveles de automatización, desde apertura manual de válvulas a las que se les ha prefijado el volumen a pasar por ella, hasta programadores que realizan todas las operaciones de forma automática. En la automatización por volumen utilizando un progra- Programador por volumen. mador, no solo tenemos que indicar la hora de inicio del riego, sino también el volumen de agua a circular por cada válvula.
AUTOMATIZACIÓN DEL RIEGO
Actualmente existen en el mercado electroválvulas, que permiten la medición del caudal, y programadores que permiten la programación cómoda y sencilla del riego por volumen. En los niveles más básicos de automatización, esto se hace de forma manual, y a medida que subamos de nivel, la programación la podemos hacer mediante un programador, una consola de programación o un ordenador. Automatización por Demanda: Basa su funcionamiento en la colocación de sensores en lugares clave. Cuando se sobrepasan los niveles establecidos de agotamiento de agua en el suelo, el programador recibe una señal y dispara el sistema, poniendo en marcha el proceso de riego.
La parada del sistema la podemos hacer o bien por criterios volumétricos o bien colocando otro sensor en el nivel inferior del suelo hasta donde se quiere mojar. Su principal problema estriba en temas de temporalidad, es decir, no accionar el riego en el momento exacto de producirse la demanda, sino contemplar la oportunidad de realizarlo en función de otros horarios no coincidentes con los usos del jardín. Esto último es esencial por ejemplo con el riego por aspersión que puede mojar a personas que ocupen personas o producir derivas incómodas.
5.3. Elementos utilizados en los sistemas de automatización.
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Los elementos básicos que se utilizan en la automatización son las electroválvulas y los programadores. A medida que la instalación aumenta, pueden emplearse otros equipos que permiten programas más actividades relacionadas con el riego como la fertirrigación o la limpieza de filtros. En el mercado existe un amplio abanico de equipos, por lo que ante alguna duda, lo mejor es consultar con algún experto en el tema que aconseje sobre el equipo que mejor se adapta a nuestras necesidades. AUTOMATIZACIÓN POR TIEMPOS. Electroválvulas: También conocidas como válvulas de solenoide, que controlan la circulación del agua en función de una serie de impulsos enviados por el programador. Se componen principalmente de dos elementos: un diafragma encargado de permitir o no paso del agua por la electroválvula y un solenoide que recibe impulsos eléctricos, y que acciona la apertura o cierre del diafragma.
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Existen dos modelos, las normalmente abiertas, cuando al recibir el impulso, provoca el cierre del diafragma, y las normalmente cerradas, cuando al recibir el impulso, provoca la apertura. Según el tiempo y la frecuencia de riego, tendremos a un tipo u otro. Si por ejemplo, los riegos son de larga duración, montaremos normalmente abierta, si por el contrario son de corta duración y espaciados, montaremos normalmente cerradas.
Electroválvula. Sección.
Las electroválvulas consumen energía durante todo el tiempo de funcionamiento, lo cual puede ser un inconveniente cuando no tenemos suficiente energía para el sistema de automatización, por lo que una solución, puede ser la utilización de electroválvulas LATCH, que sólo consumen energía durante la apertura o cierre de la misma, y pueden funcionar mediante baterías o pilas. Las electroválvulas se suelen localizar a la entrada de los sectores de riego, colocadas dentro de una arqueta encastrada para protegerla de los agentes externos. Es recomendable rellenar las arquetas con grava que ayude a drenar el agua que se introduzca en ellas evitando inundaciones. También es recomendable instalar aguar arriba válvulas de cierre manual o llaves de paso, que en caso de avería, permitir el control manual del sector de riego o cerrar el circuito para proceder a la reparación o sustitución de manera que no afecte a los demás sectores de riego.
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Programadores: Son los elementos encargados de dirigir el sistema de automatización de la instalación de riego. Se encargan básicamente de la apertura y cierre de las electroválvulas, aunque también pueden encargarse de la puesta en marcha y parada de otros equipos como las bombas o inyectores de fertilizante, o realizar la limpieza de filtros. Según su fuente de alimentación, los programadores, pueden funcionar mediante energía eléctrica de la red, energía fotovoltaica o baterías. Pueden tener una o varias estaciones, es decir, salidas para alimentar una o varias electroválvulas o cualquier otro elemento del sistema. Esto significa que con un programador se puede controlar más de un sector de riego. Pero además, existen en el mercado modelo que pueden alimentar más de una electroválvula por estación, lo que puede significar, que si por ejemplo tenemos un programador con 4 estaciones, y cada estación puede controlar 2 electroválvulas, podríamos controlar 8 sectores de riego distintos, lo cual es una ventaja, tanto en instalación como en puntos de control. La variedad de modelos y prestaciones en el mercado, es muy amplia. Podemos encontrar modelos que indican desde simplemente la hora de inicio y duración del riego, hasta modelos en los que se puede indicar los días que hay que realizar el riego y cuales no, y tiempo de duración del mismo a una semana vista. 62
Para programaciones mensuales o anuales, debemos recurrir a ordenadores con programas específicos para ello. Tipos de programadores: Tipo Programador
Características ▪▪ Dotados de un reloj que establece la duración del riego.
Horario con mandos mecánicos
▪▪ Mandos e interruptores para determinar el orden de apertura y cierre de los equipos conectados a los canales de salida. ▪▪ Son más complejos que los primeros. ▪▪ Constan de un reloj digital que permite el almacenamiento de datos de
Digitales por tiempo
programación en caso de fallo de suministro eléctrico. ▪▪ Suelen disponer de varias salidas para establecer el control de riego, fertilizante y limpieza de filtros. ▪▪ Similares a los anteriores pero además incorporan un contador de caudal instantáneo.
Digital por tiempo con registro de caudal
▪▪ El contador permite la medición del volumen de agua y fertilizantes aportados, así como los valores totales acumulados. ▪▪ Cuentan con entradas de alarma que al recibir información sobre anomalías a través de los sensores, detienen el funcionamiento de sistema. ▪▪ Disponen de un dispositivo electrónico que controla la apertura y cierre
AUTOMATIZACIÓN DEL RIEGO
de la válvula. A Batería con o sin válvula incorporada
▪▪ Existen dos tipo, los programados mediante pulsador y los programados mediante teclado. ▪▪ Son de fácil manejo y de bajo consumo eléctrico, pudiendo llegar a durar la carga de la batería de 1 a 2 años.
A batería con salida a válvulas LATCH
▪▪ Presentan varias salidas de 12 V para el control de las válvulas LATCH ya comentadas.
Para un correcto funcionamiento de los programadores, éstos deben emplazarse en un lugar protegido de la humedad, accesible y protegidos de los agentes adversos. A diferencia de los que funcionan a batería, los programadores suelen ir conectados a la red eléctrica, por lo que suelen estar instalados en las cercanías de una toma de corriente, pero al funcionar con voltajes bajos (12 ó 24 V), necesitan de un transformador. En caso de que el programador no lo lleve incorporado, habrá que conectarlo a uno exterior. Los programadores a batería suelen emplazarse junto a las electroválvulas que controlan dentro de la misma arqueta.
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AUTOMATIZACIÓN POR VOLÚMENES. Los dispositivos utilizados en la automatización por volúmenes, variarán en función del nivel de automatización que introduzcamos en la instalación. En los niveles más bajos, se emplean válvulas hidráulicas y volumétricas para el control del volumen de agua aplicado. En los niveles superiores de automatización, se emplean programadores y electroválvulas, similares a los anteriores pero dotados de mecanismos que permiten programar en función del caudal aplicado. Válvulas Hidráulicas. Son dispositivos que abren o cierran el paso del agua mediante el accionamiento de un pistón, cuando recibe un accionamiento de carácter hidráulico. Se denominan normalmente abiertas cuando impiden el paso del agua al recibir la señal, y normalmente cerradas cuando permiten el paso al recibir la señal. Válvulas Volumétricas. Son válvulas hidráulicas que llevan incorporado un contador tipo Woltmann. En el selector se marca de manera manual la cantidad de agua que ha de pasar por la válvula, que al cumplirse, el contador manda una señal a la válvula y ésta cierra el paso. Durante su funcionamiento, puede reajustarse el volumen de agua a pasar, e incluso permite el cierre manual. Electroválvulas. Las utilizadas en automatización por volúmenes Válvula volumétrica con contador Woltmann. a diferencia de las utilizadas en la automatización por tiempos, incorporan un contador volumétrico, que transmite impulsos a un programador al que previamente se le habrá indicado el valor en volumen de cada impulso. En el momento que haya pasado volumen programado, el programador envía una señal y cierra la válvula. Programadores. Presentan prestaciones muy similares a los utilizados en la automatización por tiempos ya que generalmente están preparados para funcionar con ambos sistemas.
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Algunos de estos modelos además incorporan programas que permiten el control volumétrico de las dosis de fertilizantes y la limpieza de filtros.
5.4. Cálculo de la sección del cable de conexión. Generalmente, los elementos de la instalación automatizada, están unidos mediante cableado eléctrico para la transmisión de las señales entre ellos. Estos cables han de tener una sección mínima que evite y resista el calentamiento de los mismos debido al paso de la corriente eléctrica. El material utilizado para su fabricación es cobre y su sección se calcula utilizando las siguientes expresiones. • Si se conoce la intensidad o consumo al arranque del solenoide:
• Si se conoce la potencia consumida por el solenoide de la electroválvula:
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en donde: • S: sección del conductor en mm². • L: longitud del cable en metros. • I: intensidad de corriente al arranque en amperios. • e: caída de tensión máxima en voltios. • P: potencia consumida en vatios. • V: tensión de apertura de la electroválvula en voltios. La caída de tensión debe ser como máximo de un 20% de la tensión de apertura de la electroválvula,que tendrá un valor de 12 ó 24 V, por lo que se considerará una caída de tensión máxima de 2 V o de 5 V según el caso. Ejemplo: Calcular la sección mínima que debe tener el cable de conexión entre un programador y la electroválvula necesarios para automatizar el riego de un jardín, teniendo que la distancia entre ambos elementos es de 500 m, que el consumo de arranque del solenoide es de 0’3 A y que se trata de una válvula con una tensión de apertura de 24 V.
AUTOMATIZACIÓN DEL RIEGO
Puesto que el dato disponible es el consumo de arranque del solenoide, utilizamos la siguiente expresión para el cálculo de la sección mínima del cable:
En este caso la sección comercial de cable que habría que instalar es de 1’5 mm². En caso que estemos ante programadores que puedan alimentar más de una electroválvula por estación funcionando simultáneamente, el cálculo de la sección del cable se calcula de manera muy similar a la explicada.
La diferencia es la longitud de cable que se considera. Se debe calcular una longitud equivalente que es función del número de electroválvulas alimentadas desde una misma estación, introduciendo ese dato en cualquiera de las dos fórmulas. Ejemplo: Calcular la longitud equivalente que une un programador con una estación capaz de alimentar tres electroválvulas, funcionando al mismo tiempo, situada a 200, 300 y 600 metros del programador. El cálculo de la longitud del cable se realiza comenzando por la electroválvula más alejada del programador:
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Longitud equivalente = (1 válvula x 600 m) + (3 válvulas x 200 m) + (3 válvulas x 200 m) = 600 m + 600 m + 600 m = 1.800 m
5.5. Sistemas sin hilo. La conexión entre el programador y la electroválvula en ocasiones se realiza con los sistemas llamados “sin hilo”, ya sea por no poder hacerlo físicamente por la distancia, por las características del terreno o la energía eléctrica no sea suficiente. Los sistemas sin hilos, como su nombre indica, no necesitan conectarse mediante un cable eléctrico, sino que la comunicación entre los equipos se realiza a través de ondas de radio o vía telefónica. Las ventajas del sistema son: • Sencillez de instalación. • No requiere zanjas para el enterrado de cables. • Bajo consumo eléctrico de los elementos que lo componen. Los sistemas sin hilos lo componen un programador de riego, un equipo transmisor, un equipo receptor y una electroválvula. El proceso es simple: el programador, envía la orden al equipo emisor, el cual transforma la señal y la envía al receptor, que a su vez transforma la señal y transmite la orden a la electroválvula. Los equipos de transmisión-recepción pueden variar en función del tipo de programador y la cantidad de estaciones y electroválvulas que tengamos que controlar. Otro tipo de sistemas sin hilo son las llamadas consolas de programación, que son pequeños teclados del tamaño de un mando a distancia, con los que introducir los datos de programación en un programador o directamente en la electroválvula, si ésta incorpora un solenoide programable, en cuyo caso no haría falta un programador. La transmisión de datos se puede hacer mediante cable, infrarrojos o por ondas de radio. Este sistema aporta ventajas como es el hecho de que al ser necesaria la consola para la programación, se evitan ma-
Consola de programación. Tipos de transmisión.
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nipulaciones no deseadas, y por otro lado en el caso de la transmisión por ondas, incluso no hace falta abrir la arqueta para la trasmisión de los datos. Las consolas de programación utilizadas, suelen ser del tipo multiestación, con el que se pueden controlar varios sectores de riego.
5.6. Programación Integral del Riego. La automatización de una instalación, no solo permite la programación del riego, sino que con el equipo adecuado podemos llevar a cabo la llamada programación integral del riego. Las tareas que podemos realizar con método son: • Programación del riego según demanda del cultivo. • Fertirrigación. • Limpieza de filtros. • Detección de anomalías en la instalación. • Control de parámetros químicos del agua (pH y CE). Para la realización de estas tareas, se emplean las llamadas máquinas de riego. Su uso está más extendido en cultivos hidropónicos e invernaderos y poco a poco se está introduciendo e instalaciones de riego de grandes zonas verdes con elevado número de sectores de riego.
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La principal restricción de estas máquinas son el precio de los equipos, lo que hace que sólo se utilice para plantas de alto valor económico. Este sistema basa su metodología en la instalación de medidores de contenido de humedad en el suelo como son los tensiómetros, TDR o sondas de neutrones. Las máquinas llevan incorporadas un equipo de fertirriego, que permite programar la dosis de fertilizante a aplicar. También suelen llevar incorporadas, estaciones de control químico del agua como son de pH y de conductividad eléctrica (CE), por lo que si los valores no son los adecuados, la máquina procede a la corrección de los mismos. Además estos sistemas llevan incorporados unos contadores para conocer la cantidad de fertilizantes aportada.
Central de control.
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Otra tarea que permiten estas máquinas es la limpieza de filtros de tres formas distintas: por tiempos, por volumen o por pérdida de carga. En el primer caso se determina la fecha, en el segundo la cantidad de agua que ha de circular por el sistema antes de la limpieza y en el tercero se realiza cuando se detecta una pérdida de carga a la entrada y salida de la fase de filtrado, por lo que habrá que instalar manómetros digitales de control en dichos puntos. El control y configuración de todos estos parámetros se realiza a través de un ordenador conectado a la máquina con un programa informático específico.
5.7. Resumen. • La automatización de las instalaciones de riego, facilitan su manejo y control. • La programación del los riegos puede realizar por tiempos, por volumen o por demanda. • Los elementos básicos del sistema de automatización son los programadores y las electroválvulas, de los que existen multitud de modelos en el mercado. • Los programadores, pueden funcionar con diferentes fuentes de alimentación, lo que permite que se adapten a situaciones con problemas de suministro eléctrico.
• Los sistemas sin hilos, conectan los programadores y electroválvulas por control remoto, evitando así la realización de zanjas y cableado. • La programación integral consigue mayores niveles de automatización, controlando más parámetros del riego como el fertirriego o la limpieza de filtros.
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6. DISEÑO DE INSTALACIONES DE RIEGO DE JARDINES. 6.1. Introducción. Un diseño eficiente de las instalaciones de riego de jardines, debe permitir que el sistema aporte el volumen de agua necesario para que estas cubran sus necesidades, preservando al máximo la estética del jardín. Al principio del proceso debemos hacer una recopilación de información de tipo agronímico como es: • Suelo del jardín. • Cantidad y calidad del agua disponible. • Clima reinante. • Especies incluidas en la zona a regar.
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Con todos estos datos, podemos determinar las necesidades hídricas de las plantas, disposición de los emisores en la instalación, así como la frecuencia y tiempo de riegos. El siguiente paso es el diseño hidráulico de la instalación. En esta fase se determinan los diámetros de las tuberías de la red de distribución, caudales y presiones. También se dimensiona el sistema de bombeo, el tipo y dimensiones de los componentes del cabezal.
6.2. Diseño de Emisores de Riego Localizado. Como ya hemos dicho, en el riego localizado, el agua sólo se aporta en una parte del suelo. Aquí debemos establecer el llamado volumen mínimo de suelo mojado que permita el desarrollo de las plantas y su anclaje al suelo para que estas absorban la cantidad suficiente de agua. El volumen de suelo mojado (P), es la relación entre la superficie mojada por los emisores y el área total a mojar.
Este valor se puede estimar en función de la densidad de las plantas a regar. Unos valores orientativos del porcentaje de suelo mojado, pueden ser estos: • Vegetación poco densa: 25 - 35%. • Vegetación densidad media: 40 - 60% • Vegetación densidad alta. 70 - 90% Estos valores varían entre los extremos inferior y superior del intervalo a media que el clima es más árido y cuanto más arenosa sea la textura del suelo. La elección del porcentaje de suelo mojado (P) es importante para la seguridad del sistema, ya que al mojar mayor volumen de suelo, las raíces se extienden más por el interior y aumentan las posibilidades de supervivencia ante averías del sistema y evapotranspiraciones elevadas, además de favorecer un mejor anclaje. Por otro lado hay que tener en cuenta que al aumentar los valores de P, los costes de la instalación aumentan. El número y disposición de emisores en riego localizado va a depender del porcentaje de suelo mojado, del marco de plantación y de si queremos tener una banda continua de humedad o bulbos húmedos alrededor de una planta.
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Las bandas continuas de humedad suelen emplearse para zonas con alta densidad de plantas, donde se busca un alto porcentaje de suelo mojado. La disposición tradicional es una línea lateral por cada fila de plantas, formando líneas paralelas con elevado número de emisores a corta distancia (20-40 cm). Es fundamental que haya solape de los bulbos húmedos. Este efecto también lo podemos conseguir mediante empleo de tuberías exudantes. Los dos inconvenientes fundamentales de este sistema es la cantidad de material que necesitamos, así como la ejecución de las labores de mantenimiento. El otro sistema es la formación de bulbos húmedos aislados. Se utiliza en zonas de jardín con densidades medias o bajas, y sobre todo en zonas de árboles. Para evitar evaporaciones fuertes se suele colocar bajo la copa de los árboles y para disminuir pérdidas por percolación, se ha de instalar más de un emisor para aumentar la eficiencia del sistema. Hay que tener en cuenta que para suelos arenosos, harán falta más emisores que para suelos arcillosos. Otro tema a tener en cuenta es que hay que disponer los emisores de manera que favorezca el anclaje de las raíces y permitir su desarrollo en todas las direcciones, garantizando el soporte. 70
Disposición de emisores.
En los árboles jóvenes se suelen colocar menos emisores de los definitivos, pero a efectos de diseño y cálculo hay que tomar los datos como si de árboles adultos se tratara.
6.3. Marco de aspersores y difusores. La disposición de los aspersores o los difusores, debe ser tal que proporcione una distribución lo más uniforme posible. Para conseguir esto debemos tener áreas de solape entre emisores consecutivos, de manera que la pluviometría aportada sea lo más uniforme posible.
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Existen unas cuantas estrategias para conseguir esta uniformidad. Estas estrategias de disposición de los aspersores, las conocemos como marcos de riego. Estos marcos de riego están íntimamente relacionados con al elección del emisor así como la boquilla del mismo.
Marcos de riego en aspersión.
Los marcos más frecuentes son el cuadro y el rectangular. La elección de uno u otro, estará determinada por uno de los factores más importantes de la zona a regar, que es el viento.
Marco cuadrado: la distancia entre los aspersores es igual al de su alcance tanto entre aspersores consecutivos como entre líneas de aspersores. Este tipo de marco, se utiliza en zonas con escaso viento. Además este marco proporciona buena cobertura de los bordes de jardín. Marco rectangular: la distancia entre aspersores y ramales es diferente. Se utiliza en zonas donde el viento es un condicionante permanente. Si optamos por este marco, la distancia entre aspersores es igual al alcance del aspersor, mientras que la distancia entre ramales es aproximadamente 2/3
del alcance del aspersor. Este marco, permite una menor superficie regada menor, pero incrementamos la uniformidad de distribución del riego. Marco Triangular: la distancia entre dos aspersores consecutivos del mismo ramal, es inferior a la distancia entre ramales. Un caso particular es el marco al tresbolillo, en el cual, los emisores se sitúan en los vértices de un triángulo equilátero. Recomendable en zonas con vientos frecuentes. La distribución del agua es mejor que en los marcos cuadrados.
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Además del tipo de marco, la geometría del jardín hará que tengamos que adaptar el diseño mediante la utilización de emisores sectoriales con aperturas de 45, 90 o 180o para garantizar la uniformidad del riego. También tendremos que elegir las boquillas adecuadas que garanticen la uniformidad de la pluviometría. Ejemplo: En un sistema de riego por aspersión, los aspersores se encuentran situados en un marco cuadrado de 15 m de lado. Al ser un marco cuadrado, tenemos que la distancia entre aspersores y ramales es de 15 m, por lo que el área mojada es: S= 15 x 15 = 225 m² La geometría como hemos dicho, condiciona la disposición de los emisores, por lo que en ocasiones a parte de los marcos ya descritos, se realizan adaptaciones de los mismos o combinaciones para garantizar la uniformidad de la pluviometría, por lo que se utilizan estas combinaciones para conseguir marcos en curva.
6.4. Frecuencia y tiempos de riego. La frecuencia de riego, es el número de veces que se riega en una unidad de tiempo determinada (día, semana, mes, etc) mientras que el intervalo entre riegos es el transcurrido entre un riego y el siguiente. Tiempo de riego, es aquel durante el que ha de estar funcionando la instalación para aplicar las cantidades estipuladas de agua. Estos dos conceptos, están relacionados, ya que a mayor frecuencia o menor intervalo entre riegos, menor será la cantidad a aplicar en ese riego y por tanto menor tiempo de riego. Los riegos de alta frecuencia, permiten aportar poca agua mediante riegos muy cercanos en el tiempo. Los riegos de baja frecuencia aportar mayores cantidades de agua pero en riegos más espaciados en el tiempo. La utilización de uno u otro tipo, dependerá del tipo de planta, textura de suelo, clima, tiempo disponible para realizar la tarea, etc. En general, en jardines, se recomienda una mayor frecuencia cuando: • Menor profundidad de suelo tengamos. • Menor sea la profundidad alcanzada por las raíces de las plantas.
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• Menor sea la capacidad de retención de agua (suelos arenosos). • Mayor sea la evapotranspiración de la zona. • Peor sea la calidad del agua de riego. Se recomienda una menor frecuencia cuando: • No se tenga garantizado el aporte de agua en verano. • Se desee un buen anclaje de la planta al suelo. • En suelos pesados con alta capacidad de retención de agua. En todos lo casos podemos establecer el intervalo máximo entre riegos, superado el mismo la planta pierde calidad ornamental. Este intervalo, lo podemos definir mediante la siguiente expresión:
donde: ▪▪ I: intervalo de riego en días. ▪▪ IHD: intervalo de humedad disponible y representa la cantidad de agua almacenada en el suelo teóricamente utilizable por la planta. ▪▪ NAP: nivel de agotamiento posible. ▪▪ Zr: profundidad de raíces en mm.
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▪▪ Nn: necesidades netas en mm/día.
El nivel de agotamiento posible o NAP, hace referencia al porcentaje de intervalo de humedad que la planta puede agotar sin que la calidad ornamental se vea afectada. Se establecen los valores, en función de la disponibilidad de agua en la zona. Se utilizan valores del 0’7, pero cuando no hay problemas de abastecimiento o se quiere mantener una calidad ornamental alta, vamos a valores cercanos a 0’9. Por otro lado tenemos el tiempo de riego, relacionado con las necesidades brutas de la especie a regar y el caudal de los emisores. A menor caudal suministrado y mayores necesidades brutas, mayor será el tiempo de riego:
donde: ▪▪ t: tiempo de riego en horas.
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▪▪ Nb: Necesidades brutas en mm. ▪▪ Ne: número de emisores por metro cuadrado. ▪▪ Qe: caudal suministrado por emisor en l/h.
Hay que tener en cuenta que el tiempo de riego que se utilice para el diseño hidráulico será el del periodo en el que las necesidades de la planta sea máximas. El tiempo de riego calculado corresponderá con el periodo para el cual se han calculado las necesidades brutas. Para saber el tiempo de riego, basta dividir el tiempo calculado entre el número de riegos, que a su vez, depende de la frecuencia de los mismos.
Ejemplo: Calcular el tiempo de riego necesario para regar mediante goteo un macizo de flores de 6 m². La zona se riega con 4 goteros/m² que suministran un caudal de 2 l/h cada uno. Las necesidades brutas son de 60 mm en un periodo de 15 días. El tiempo que tendrá que funcionar el sistema será:
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Si por ejemplo, se va a realizar cuatro riegos en la quincena, el tiempo para cada uno de ellos sería 7’5 / 4 = 1’875 h. Para pasar las fracciones de hora a minutos, simplemente multiplicamos por 60: 0’875 x 60 = 53 min. Así pues, tenemos que habrán que dar 4 riegos de 1 hora y 53 minutos. En el caso del riego por aspersión, se trabaja con el concepto de lluvia media, que es el agua emitida por una determinada instalación en función del tipo de emisor y marco. La lluvia media la calculamos mediante la siguiente expresión:
▪▪ Qa: caudal suministrado por cada aspersor en l/h. ▪▪ Smr: superficie del marco de riego en m².
En función de la lluvia media, la expresión de cálculo del tiempo de riego quedaría del siguiente modo:
▪▪ t: tiempo de riego en horas. ▪▪ Nb: necesidades brutas de agua en mm. ▪▪ LLm: lluvia media en mm/h.
Como en el caso del riego localizado, el tiempo calculado corresponderá al periodo de tiempo para el que se hayan calculado las necesidades brutas. Ejemplo: Calcular el tiempo de riego necesario para aplicar 70 l/m² en quince días a un césped regado con aspersores que suministran un caudal de 1.000 l/h situados en un marco de 12x12 . La lluvia media será:
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El tiempo que habrá de estar funcionando el sistema para aportar las necesidades brutas del agua de riego será:
6.5. Sectorización del riego. Una de las cuestiones a la hora de optimizar el consumo de agua en el riego de un jardín, es dividirlo en hidrozonas. Con área de riego nos referimos a las subdivisiones que de hacen dentro de una hidrozona, correspondiente a cada uno de los sistemas utilizados. Si no podemos regar todo el área a la vez, habrá que subdividir el área en porciones que denominamos sectores de riego, cuya superficie sí es regada simultáneamente. Un sector de riego no podrá jamás regar a diferentes hidrozonas, por razones ya expuestas y por la propia definición de hidrozona.
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Este motivo de división, varía en función de la procedencia del agua de riego. Si tenemos que procede de la red municipal o red comunitaria, tendremos limitaciones de caudal y presión. Si por el contrario procede de pozo o balsa, no tendremos en principio limitaciones de caudal, pero éstas pueden venir por limitaciones de tiempo, o para evitar tener equipos de elevada potencia y cabezal mayor, lo que encarecería la instalación. El número de sectores dentro de cada zona de riego debe ser el mínimo imprescindible, ya que nos puede llevar a tiempos de riego elevados o a la colocación de numerosos elementos de control si el número es elevado. Pero si es demasiado reducido, también podemos tener encarecimientos de la instalación como hemos dicho. Si tenemos que la procedencia del agua de riego es de la red pública, el número se sectores, se calcula en función del caudal necesario por todos los emisores del área en relación al caudal y presión suministrados por la toma de riego.
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Si obtenemos decimales en la división, redondeamos al siguiente entero superior.
No se deben mezclar emisores de diferente tipo dentro de un sector de riego, como por ejemplo, aspersores y emisores, ya que trabajan a presiones diferentes y por tanto se podría producir un reparto irregular del agua. Vamos a ver a través de un ejemplo, la determinación de sectores de riego.
Sectorización del riego en un jardín particular.
Ejemplo: Calcular el número de sectores de riego en que se debe dividir una instalación de riego que consta de un área de riego por aspersión y otra de riego localizado. Se sabe que el caudal disponible en la boca de riego es de 30 l/min y que los emisores tienen las siguientes características: Aspersores Cantidad
Tipo
Q (l/min)
Qtotal
7
360º
15’7
109’9
4
270º
11’7
46’8
5
180º
7’83
39’15
3
90º
3’91
11’73
Cantidad
Q (l/h)
Qtotal
2.500
2
5.000
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Goteros
El número de sectores será:
Puesto que un caudal de 30 l/min es equivalente a 1.800 l/h, análogamente al caso de la aspersión, se tendría el siguiente número de sectores:
La división la tenemos que hacer de manera que todos los sectores consuman un caudal similar, para poder optimizar las disponibilidades de caudal de la red. Si tenemos que el agua procede de un pozo o una balsa, calcularemos el tiempo disponible de riego diario (problemas de horario) entre el tiempo necesario para efectuar cada riego. Ejemplo: Un jardín que se abastece de un pozo necesita doce horas para cubrir las necesidades brutas de riego de una quincena. Calcular el número de sectores y el tiempo de riego de cada uno de ellos sabiendo que: ▪▪ ETr media diaria: 6 mm/día. ▪▪ Coeficiente de jardín (Kj): 0’65. ▪▪ Precipitación en la quincena (P): 0 mm. ▪▪ Intervalo de humedad disponible (IHD): 0’12. ▪▪ Nivel de agotamiento permisible (NAP): 0’9. ▪▪ Profundidad media de raíces (Zr): 250 mm. ▪▪ Tiempo de riego max disponible al día: 4 horas.
En primer lugar se calcula el intervalo máximo permisible entre riegos:
El intervalo entre los riegos no debe superar 6 días, por lo que el número mínimo de riegos que debe
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recibir el jardín en la quincena, será:
El número de riegos que se hagan en la quincena podrá variar teniendo en cuenta el mínimo de tres, según el diseño de la instalación. A continuación se muestran tres posibles opciones de diseño: 1. Si se realizan tres riegos en la quincena, para cubrir las necesidades brutas del jardín, la duración de cada riego ha de ser de 4 horas. Como el tiempo disponible al día para el riego es de 4 horas, se podría realizar esta opción estableciendo un sólo sector de riego. Si se realiza un diseño más económico, se podrían ampliar el número de riegos en la quincena y de esta manera el área de riego se podría dividir en sectores. Así, el caudal necesario para regar el jardín sería menor y el equipo de bombeo a instalar también sería menor: 2. Si se realizan seis riegos en la quincena en lugar de 3, el tiempo de duración de cada riego será de dos horas. El área de rieho se podrá dividir en dos sectores que se regarán durante dos horas cada uno. en este caso, el caudal que ha de circular por la red será ma mitad que en el caso anterior. 3. Otra posible alternativa sería realizar nueve riegos, de una hora y veinte minutos cada uno, y dividir el área de riego en tres sectores, que regarán durante ese tiempo. Con esta alternativa, el caudal será la tercera parte del caudal que circule en el primer caso. 76
6.6. Diseño hidráulico de la instalación de riego. El diseño hidráulico de una instalación de riego consiste en el cálculo de las dimensiones de todos los componentes que forman parte de la misma. Este diseño lo debemos hacer teniendo en cuenta unas variables como satisfacer las necesidades de las plantas, pero de la manera más económica posible. El sistema de riego, ha de funcionar adecuadamente para que el reparto de agua sea lo más homogéneo posible. Los emisores instalados han de ser de buena calidad y estar en perfecto estado. Por otro lado, la presión de trabajo ha de ser la correcta, igualmente el caudal ha de ser suficiente para que los emisores funcionen correctamente y cumplan su cometido.
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El tema de la presión puede ser un poco menos preocupante si contamos con emisores autocompensantes. Un paso previo al comienzo del diseño hidráulico es la confección de un plano a escala de la instalación de riego donde indicaremos claramente: • Áreas de riego con los emisores. • Construcciones existentes o futuras. • Calles y zonas de descanso. • Pendiente del terreno. • Toma de agua. • Disposición de conducciones. • Situación de las electroválvulas, programador, si existiesen, así como el cableado de conexión entre ellos. Una vez hecho esto, pasaremos a realizar el trazado de las conducciones y dimensionado de las
mismas. La red la jerarquizaremos en orden ascendente, es decir, de menor a mayor diámetro: • Ramales porta-aspersores o laterales de riego, según se trate de riego por aspersión o localizado por goteo. • Tuberías terciarias, que surten a los laterales. • Tuberías secundarias, que agrupan a las terciarias. • Tuberías primarias, que irán conectadas directamente al cabezal de riego o a la toma de la red pública y de las cuales se derivarán las secundarias. La unidad constitutiva de una instalación de riego más simple será el ramal de aspersión o el lateral, de forma que, en función de la complejidad de la instalación, será necesaria o no la disposición de tuberías de mayor orden jerárquico.
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La elección de las tuberías se hace básicamente en función del caudal a circular por ellas. Esquema de sistama de riego localizado por goteo.
Ahora bien, tendremos que hacer una diferenciación en el proceso de cálculo en función de que el agua esté abastecida por la red pública o, por un pozo o embalse, ya que los condicionantes de cálculo variarán. En el caso de la red pública, estaremos condicionados por el caudal y la presión, mientras que en el segundo, habilitando un equipo de bombeo, a priori no tenemos estos condicionantes, sino más bien el tiempo disponible y el coste de la instalación. Para seleccionar los timbrajes correctos, hay que considerar que siempre debemos tener una presión estática de trabajo un 20% superior a la prevista. Los materiales recomendados, como ya hemos comentado, serán PE de baja densidad para diámetros inferiores a 50 mm, y PVC para diámetros mayores de 50 mm. RED PÚBLICA O COMUNITARIA. El primer caso que nos podemos encontrar es que el agua de riego provenga de la red pública o comunitaria, en cuyo caso nos encontraremos que tenemos las limitaciones del caudal y la presión preestablecidos. El criterio principal para determinar las dimensiones de las conducciones será que los emisores trabajen en las condiciones de presión óptimas para que apliquen el agua de forma apropiada (ver unidad 3). Puesto que conocemos la presión del agua en la toma de la red urbana y la presión a la cual deben trabajar los emisores, la diferencia de presión entre ambas será la presión máxima que se puede perder en las conducciones. El caudal real que aplican los emisores, depende de la presión a la que trabajen, salvo en los autocompensantes que tienen cierto margen. Así pues, es necesario que los emisores que trabajan conjuntamente dentro de un sector de riego, lo hagan con la presión más homogénea posible para que los caudales, sean lo más homogéneos posible. Aunque tomemos todas las precauciones posibles en los cálculos, nos encontraremos irremediablemente con que los emisores más alejados en un mismo sector, trabajarán a menor presión que
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aquellos más próximos a las correspondientes tuberías terciarias. Otro factor que hemos visto que influye sobre la presión es la cota, ya que cuanto más elevado se encuentre un punto, más energía será necesaria para elevar el agua a ese punto. Por resumir diremos que, los emisores que se encuentran más alejados y más elevados, trabajarán a menor presión, y por tanto, aplicarán menos caudal que aquellos que estén cerca de las tuberías terciarias o en puntos más bajos del sector de riego. Para acotar este problema y que no afecte demasiado a la homogeneidad, deberemos imponer en el diseño un límite a la diferencia de presión entre los emisores que trabajen en las condiciones más favorables y los que trabajen en las más desfavorables. Generalmente se utiliza unos diferenciales aceptables del 10% de la presión nominal de los emisores para goteo, y un 20% para la aspersión. Una excepción la tenemos con los emisores autocompensantes, ya que no hará falta que tengamos las precauciones descritas, tan sólo deberemos tener la precaución en los cálculos que dichos emisores trabajen en el intervalo de presiones en el cual dichos emisores actúan como autocompensantes. Respecto a las pérdidas de presión, deberemos tener en cuenta que cuanto menor sea el diámetro de la tubería, mayor será la pérdida de presión por rozamiento con las paredes de la tubería. Pero por otro lado a mayor diámetro, mayor coste del material, por lo que tendremos que equilibrar estas dos cuestiones, pero siempre ha de prevalecer el criterio hidráulico sobre el económico. 78
Por otro lado y cuestión importante es la velocidad máxima que el agua puede alcanzar por el interior de las conducciones, la cual no puede superar un determinado valor. En riego de jardines lo habitual es establecer ese valor en 1’5 m/s. Es fácil establecer la velocidad dentro de una conducción, puesto que esta dependerá del caudal y de la sección de la misma. En el anexo 2 podemos cotejarlas para los diámetros comerciales más habituales. Además de las pérdidas de carga dentro de las conducciones (también llamadas lineales), tenemos otras pérdidas que se producen cuando el flujo de agua cambia de dirección de forma brusca, como por ejemplo en derivaciones y codos, o también en el caso de que haya impedimentos al flujo, como es el caso de la colocación de un regulador de presión.
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Estas otras pérdidas de cargas se denominan singulares y habitualmente para simplificar cálculos, se suele considerar un 15% adicional de pérdida de carga sobre las obtenidas por las lineales. Para finalizar hay que tener en cuenta la presión de entrada a los laterales y en los ramales, ya que puede influir en el intervalo de trabajo de los emisores (menos grave en los autocompensantes). Si la presión que llega a los ramales o laterales, es superior a la de trabajo de los emisores, habrá que instalar reguladores de presión a la entrada de cada uno de los sectores. Ejemplo: Se desea calcular las dimensiones de las tuberías de uno de los sectores de riego por aspersión de un jardín situado en una zona con pendiente nula. Para los cálculos se considerará el sector más desfavorable, que en este caso será el más alejado de la toma de agua. En la siguiente figura se muestra un croquis del área de aspersión con los emisores sobre ella:
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Se dispone además de los siguientes datos de la toma de riego y de los aspersores a instalar: ▪▪ ▪▪ ▪▪ ▪▪ ▪▪ ▪▪
Caudal de la toma: 100 l/min. Presión de entrada: 3’5 Kg/cm² ≈ 35 m.c.a. Caudal unitario de los aspersores (l/min): 360º: 15’7 180º: 7’83 90ª: 3’91 Presión nominal de los aspersores: 25 m.c.a. Los valores máximos y mínimos recomendados son 27’5 y 22’5 m.c.a., respectivamente. ▪▪ Radio de alcance: 5 m. ▪▪ Marco de riego: cuadrado.
En primer lugar se calcula el número de sectores de riego: Aspersores Cantidad
Tipo
Q unitario
Q total
8
360º
15’7
125’60
12
180º
7’83
93’96
4
90º
3’91
15’64
Para que los caudales en los sectores sean lo más parecidos posible el trazado de las conducciones en cada uno de los sectores es el que se muestra en la siguiente figura:
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Según este esquema, el caudal necesario en cada sector será: Sector 1
2 aspersores 90º + 5 de 180º + 2 de 360º
78’37 l/min
Sector 2
2 aspersores de 180º + 4 de 360º
78’46 l/min
Sector 3
2 aspersores de 90º + 5 de 180º + 2 de 360º
78’37 l/min
Como se puede ver en la figura anterior, la instalación está constituída por 3 sectores con dos ramales porta-aspersores cada uno. Los ramales se abastecen por terciarias de 5 m, que a su vez se unen a la principal por una secundaria. En este ejemplo, la tubería secundaria no se va a tener en cuenta por su escasa longitud. La tubería principal tiene una longitud de 45 m. El cálculo de las tuberías se realizará para el sector más alejado de la toma. La longitud, presión nominal y diámetro de los distintos tramos de tubería, y los caudales circulantes son lo que muestran en la figura siguiente:
80
En primer lugar se determina la pérdida de presión máxima admisible: Pentrada - Pemisores = 35 - 25 = 10 m.c.a.
A continuación se calculan las pérdidas de carga hasta el punto más desfavorable de la instalación: 1. Pérdida de carga en la tubería principal: Q circulante: 78 l/min Pérdida de carga para tubería de PE. Presión de trabajo: 4 kg/cm² Ø mm
DISEÑO DE INSTALACIONES DE RIEGO
40/35’2
Q (m³/h)
Q (l/min)
Q (l/s)
v (m/s)
P. Carga (m.c.a./100 m)
4’32
72
12
1’23
4’68
5’04
84
1’4
1’44
6’18
7’20
120
2
2’06
11’75
2. Pérdida de carga en la tubería secundaria:
Son despreciables por la escasa longitud de esta tubería.
3. Pérdidas de carga en la tubería terciaria: ra).
Se calculan para el tramo que abastece al ramal de mayor longitud (el de la izquierda de la figu-
Caudal circulante en la terciaria:
3 aspersores de180º (Q = 7’83 l/min): 7’83 x 3 = 23’5 l/min.
2 aspersores de 360º (Q = 15’7 l/min): 15’7 x 2 = 31’4 l/min
Qtotal = 23’5 + 31’4 = 54’9 ≈ 55 l/min Pérdida de carga para tubería de PE. Presión de trabajo: 4 kg/cm² Ø mm 40/35’2
Q (m³/h)
Q (l/min)
Q (l/s)
v (m/s)
P. Carga (m.c.a./100 m)
3’24
54
0’90
0’92
2’79
3’60
60
1’00
1’03
3’37
4’32
72
1’20
1’23
4’68
MANUAL DE RIEGO DE JARDINES
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Pérdidas de carga en el ramal: se calcula utilizando el coeficiente de Christiansen. Puesto que se impone un límite de velocidad de 1’5 m/s y el caudal que suministra el ramal es de 54’90 l/min, se selecciona una tubería de 32 mm de diámetro. Pérdida de carga para tubería de PE. Presión de trabajo: 4 kg/cm² Ø mm
Q (m³/h)
Q (l/min)
Q (l/s)
v (m/s)
P. Carga (m.c.a./100 m)
2’88
48
0’80
1’30
6’77
32/28
3’24
54
0’90
1’46
8’37
3’60
60
1’00
1’62
10’12
Nº salidas
Valor F
Nº salidas
Valor F
5
0’403
20
0’367
Considerando además las pérdidas de carga singulares (15% de las lineales), las pérdidas de carga totales ocasionadas hasta el aspersor más desfavorables serán: PC=(2’78+0’08+0’67)x1’15=4’06 m.c.a.
Al ser la pérdida de carga máxima permitida de 10 m.c.a., no hay limitación de presión para el diseño seleccionado. Sin embargo el problema pude venir por exceso de presión en los aspersores, ya que estos tieen un rango de presiones dentro del cual se garantiza un correcto funcionamiento. Para comprobar que la presión que llega es la adecuada, se comprueba mediante el cálculo de la presión que llega al aspersor que trabaja en condiciones más favorables (con mayor presión):
P toma: 35 m.c.a.
Pérdida en tubería primaria: 2’78 x 1’15 = 3’2 m.c.a.
Pérdida en rtubería terciaria: 0’08 x 1’15 = 0’1 m.c.a.
Presión que llega al aspersor más favorable: 35 - 3’2 - 0’1 = 31’70 m.c.a.
El rango de trabajo de los emisores seleccionados está entre 27’5 y 22’5 m.c.a. y la presión que llega es de 31’7 m.c.a., por lo que será necesario la instalación de un regulador de presión a la entrada del sector de riego que reduzca el valor original a 30 m.c.a. aproximadamente. En los otros dos sectores de riego, más proximos a la toma, la presión en el aspersor más favorable, será superior a la calculada para este sector, por tanto, también habra que instalar un regulador de presiones a la entrada de cada uno de ellos.
81
Sergi Ruiz Zarzuelo
En este caso, la presión en el aspersor más favorable sería: P 1er aspersor = Pregulador - PC regulador-aspersor = 30 - (3’2+0’1) = 26’7 m.c.a.
La presión calculada sí se encuentra dentro del intervalo de presiones recomendado. Por último se comprueba la uniformidad de aplicación del riego en el sector, verificando que la diferencia de presión entre el aspersor que trabaja en condiciones más favorables y el que trabaja en condiciones más desfavorables es inferior al 20% de la presión nominal de trabajo de los emisores. P+favorable = 26’70 m.c.a. PC-favorable = 4’06 m.c.a. P-favorable = 30 - 4’06 = 25’94 m.c.a. ∆P = 26’70 - 25’94 = 0’76 m.c.a. < 5 m.c.a.
Esta diferencia de presiones es inferior a 5 m.c.a. (20% Pnominal de los emisores). Puesto que esta condición se cumple, podemos concluir que el sector riega con la uniformidad requerida. En el ejemplo anterior, hemos puesto en práctica el procedimiento habitual para el riego por aspersión.
82
En el caso del riego localizado, el procedimiento es más simple cuando conocemos los valores de la denominada “longitud máxima permitida”, la cual, la facilita el fabricante. Esta distancia es la máxima que puede tener un lateral para garantizar una determinada pérdida de carga desde la conexión con la terciaria. Otras veces, el dato de la pérdida de carga, se sustituye por el de variación de caudal entre los emisores. La longitud máxima de los laterales, variará según la pendiente del terreno, diámetro del lateral, caudal circulante y distancia entre emisores. Esto lo podemos resumir con una regla simple: cuanto menor pendiente, menor caudal circulante, mayor diámetro o mayor separación entre emisores, mayor podrá ser la longitud del lateral. Ejemplo: En un sector de riego localizado, el lateral más desfavorable se diseña con una tubería de 12 mm de diámetro y 20 m de longitud, con goteros insertados cada 50 cm. Dichos goteros emiten un caudal de 3 l/h y admiten una variación de caudal del 5% respecto al nominal. Se dispone además de la información facilitada por el fabricante sobre la longitud máxima permisible: L máximas persmisibles de laterales en terreno llano (m)
DISEÑO DE INSTALACIONES DE RIEGO
Ø (mm)
12
Q (l/h)
3
∆Q (%)
Distancia entre goteros (m) 0’30
0’40
0’50
0’60
0’75
1’00
1’25
1’50
3’5
15’7
20’2
24’3
28’1
33’0
41’4
49’5
55’4
5
17’8
22’7
27’5
31’9
37’8
46’8
56’3
63’5
7’5
20’8
26’3
32’0
36’7
43’9
54’9
64’1
74’3
10
23’0
29’5
35’6
41’0
48’6
61’2
72’0
82’4
Según se despresnde de la información facilitada por el fabricante, la longitud máxima permisible para las condiciones de diseño es de 27’5 m, la cual es superior a los 20 m considerados, la cual es superior a los 20 m considerados, por lo que se considera que dicho diseño es válido.
ESTACIÓN DE BOMBEO. Si el agua procede de pozo o balsa de riego, nos veremos obligados a la instalación de un equipo de bombeo. En estos casos, el diseño lo hacemos de modo inverso, ya que no tenemos en un principio las restricciones de presión y caudal, ya que las podemos regular. Así pues, partimos de un diseño previo con los sectores de riego definidos y conducciones determinadas, y a partir de estos datos, calculamos la potencia que ha de suministrar la bomba, previo cálculo del caudal a elevar por ésta y la altura manométrica total (Ht).
MANUAL DE RIEGO DE JARDINES
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El valor teórico resultante (potencia para que el emisor más desfavorable trabaje correctamente), deberíamos mayorarlo un 20% por diversas razones: • Presión extra para facilitar el lavado de conducciones, abriendo los extremos de los laterales. • Potencia extra para un previsible descenso del rendimiento de la bomba por desgaste de sus componentes. • Pérdidas de carga no contempladas en el diseño, como por ejemplo, acumulación de suciedad excesiva en filtros. Una vez calculada la bomba necesaria, podemos valorar si es compatible económicamente con el diseño o si sectorizamos para ir a potencias menores. Ejemplo: Calcular la potencia de la bomba necesaria en una instalación de riego de un jardín, que se abastece de un pozo. Dicho jardín cuenta con tres sectores de riego por aspersión y se dispone de la siguiente información de la instalación: nº aspersores/sector:
sector 1: 5 (360º) + 4 (180º) + 3 (90º)
sector 2: 7 (360º) + 5 (180º) + 3 (90º)
sector 3: 8 (360º) + 2 (180º) + 4 (90º)
83
Q unitarios:
aspersor 360º = 13 l/min.
aspersor 180º = 6’51 l/min.
aspersor 360º = 3’25 l/min.
Paspersores =
25 m.c.a.
Ha =
5 m.c.a.
Hi =
10 m
PCa =
35 m.c.a.
PC-favorable =
0’65 m.c.a.
PC singulares =
15%
PCcabezal = 10 m.c.a. Rd =
0’7 (motor), 0’8 (bomba)
En primer lugar se calcula el caudal circulante en cada sector: sector
360º
180º
90º
Qt (l/min)
Qt (l/s)
1
5
4
3
100’79
1’68
2
7
5
3
133’3
2’22
3
8
2
4
130’2
2’17
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Para el cálculo de la bomba se considerán los datos del sector nº 2, que es el que más caudal necesita. En segundo lugar se calcula la altura manométrica total: Ht=Ha+Hi+Hp+Pt. Ha = 5 m. Hi = 10 m. Hp = 0’35 + (0’65 x 1’15) + 10 = 11’1 m.c.a. Pt = 25 m.c.a. Ht = 5 + 10 + 11’1 + 25 = 51’1 m.c.a.
Por último se determina la potencia de la bomba:
El valor obtenido debe mayorarse en un 20%: 2’7 x1’20 = 3’24 CV A la hora de seleccionar una bomba determinada se habrá de adquirir aquella que se encuentre más próxima al valor obtenido, siempre por exceso.
6.7. Dimensionado del equipo de filtrado.
84
El equipo de filtrado, lo debemos dimensionar de acuerdo a las características del resto de la instalación de riego, para que se filtre el caudal de agua requerido y a la vez que no se produzcan pérdidas de carga por encima de las recomendadas por el fabricante. Hidrociclones: Eliminan las partículas minerales en suspensión y se instalan antes de cualquier otro elemento de filtrado. El volumen del filtro ha de ser aquel que no cause pérdidas de carga superiores a 2 m.c.a. Los fabricantes suelen facilitar ábacos en los cuales se relaciona la pérdida de carga con el caudal de filtrado. El volumen del filtro aumentará a medida que mayor sea el caudal de la instalación y el tiempo entre limpiezas del colector. El muy importante no sobredimensionar este elemento para garantizar su correcto funcionamiento.
Hidrociclón.
DISEÑO DE INSTALACIONES DE RIEGO
Filtros de Arena: Eliminan materia orgánica suspendida. Además del volumen de filtrado, el funcionamiento apropiado o no del filtro dependerá el tipo de arena utilizado y del denominado diámetro efectivo, el cual es el tamaño del orificio de un tamiz que permite el paso del 10% en peso de la arena. El diámetro de paso del emisor debe ser superior a la séptima parte del diámetro efectivo de la arena que se utilice en el filtro. El tamaño del filtro debe ser tal que permita filtrar unos 60 m³/h de agua por m² de lecho filtrante. Además, la profundidad del bloque de arena no debe ser inferior a 50 cm. Los filtros de arena suelen clasificarse a partir del diámetro exterior cuyo valor se suele indicar en pulgadas (1” = 2’54 cm).
Filtro Arena.
Ejemplo: Calcular las dimensiones de un filtro de arena con el que se pretende filtrar un caudal de 60 m³/h (1.000 l/min) Puesto que el criterio de referencia para el dimensionado del filtro es que éste debe filtrar 60 m³/h por m² de lecho de arena, el filtro habrá de tener aproximadamente 1 m² de superficie. En los catálogos comerciales de una determinada marca se ha encontrado la siguiente información: Ø en pulgadas
16
20
40
50
S lecho arena (m²)
0’11
0’16
0’7
1’26
MANUAL DE RIEGO DE JARDINES
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De los que aparecen en la tabla el único que tiene una superficie de arena superior a 1 m² es el de 50”, por tanto este sería el filtro a seleccionar.
Filtros de Mallas y Anillas: Retienen todo tipo de partículas sólidas en suspensión. La capacidad de retención se mide por el número de mesh. Este número debe ser suficiente para que el elemento filtrante no permita el paso de las partículas superiores a 1/8 del diámetro mínimo de paso del emisor. Podemos utilizar la siguiente tabla: Ø emisor (mm)
Orificio menor que (ɥm)
nº mesh
1’50
214
65
1’25
178
80
1’00
143
115
0’90
128
125
0’80
114
150
0’70
100
170
0’60
71
200
El volumen de filtros ha de ser aquel que la pérdida de carga originada en su interior no sea superior a 1 ó 2 m.c.a., con el filtro limpio. Además se recomienda que la velocidad de paso no exceda de 0’6 m/s.
6.8. Resumen. Un buen diseño de la instalación de riego, permite el buen funcionamiento del sistema diseñado y permite aplicar a las plantas el volumen de agua necesario para cubrir sus necesidades. Debemos dimensionar todos los elementos que forman parte de la instalación como son, conducciones, emisores, el sistema de bombeo y el de filtrado. Dentro del diseño se determinan el número y disposición de los emisores según el sistema de riego empleado, así como la frecuencia de riego y el tiempo de duración de los mismos. Por otro lado debemos determinar los sectores de riego según el caudal disponible, las conducciones de la red de distribución y el cálculo de los elementos del sistema de filtrado. La procedencia del agua de riego determinará el proceso de diseño y cálculo de los elementos, ya que si procede de la red pública tendremos limitados el caudal y la presión, mientras que si pro-
85
Sergi Ruiz Zarzuelo
cede de pozo o balsa, deberemos determinar la potencia de la bomba en funciテウn del diseテアo de las conducciones y demテ。s elementos.
DISEテ前 DE INSTALACIONES DE RIEGO
86
7. EVALUACIÓN, MANTENIMIENTO Y MEJORA DEL RIEGO. 7.1. Introducción. El riego de jardines, tanto públicos como privados, cada vez más se realiza mediante los sistema de riego localizado o por aspersión. La evaluación de las instalaciones, permitirá comprobar si su funcionamiento es adecuado, satisfaciendo las necesidades del jardín y al mismo tiempo minimizando las pérdidas de agua. Es muy importante realizar junto con la empresa instaladora, una evaluación completa, en presencia del propietario o de la persona encargada del jardín una vez terminada la obra.
MANUAL DE RIEGO DE JARDINES
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Posteriormente, el encargado del riego, ha de realizar inspecciones periódicas para realizar una sencilla evaluación para controlar la uniformidad de aplicación del agua. Esta evaluación deberá hacerse siempre que se sospeche de algún fallo en el funcionamiento. Más importante de la evaluación de los componentes, es el mantenimiento de la Sistema de riego por aspersión/difusión. misma. Esto es necesario para que la uniformidad y eficacia del riego no disminuya con el paso del tiempo. Un buen mantenimiento ayuda a prevenir obturación de las boquillas de los emisores o algún defecto en el funcionamiento de los emisores. Estos problemas pueden causar una baja uniformidad de aplicación y gasto innecesario de agua.
7.2. Evaluación en sistemas de goteo. Si tenemos un sistema de riego localizado, importante es realizar una evaluación de los distintos componentes y piezas que forman parte de la instalación, para detectar y analizar los problemas de funcionamiento y plantear soluciones sencillas y económicas. Si además tenemos un equipo de filtrado, tomaremos nota de: • Número de filtros. • Capacidad de filtrado o caudal que puede filtrar el sistema. • Características y estado del elemento filtrante (arena, anillas, mallas), ya que de ello dependerá el buen funcionamiento del filtro. • En filtros de arena deberá ser uniforme, tener un espesor mínimo de 50 cm y tamaño de grano igual al diámetro de paso de agua del emisor. • En los de malla, el número de mesh, indicador de la capacidad de retención, no es recomendable que sea mayor de 200 mesh. • Evitar deformaciones, roturas o adherencias en mallas. • En filtros de anillas será importante comprobar que todas tienen las mismas características de color, tamaño, material, sin grietas ni incrustaciones. • Evaluar la presión de entrada y salida del sistema de filtrado, para evaluar la pérdida de carga y así establecer la limpieza de los mismos cuando ésta sea superior a 5-6 m.c.a. • En caso de tener filtros autolimpiantes también será necesario comprobar las pérdidas de carga para asegurar su correcto funcionamiento.
87
Sergi Ruiz Zarzuelo
El equipo de fertirriego será evaluado al mismo tiempo que los filtros, comprobando que las dosis de fertilizante, funcionamiento de inyectores y estado del tanque es el correcto, limpiando el mismo cada 15 días. La evaluación de los elementos de control, piezas especiales y automatismos consistirá principalmente en la toma de datos de la cantidad de cada uno de ellos, del estado general y situación dentro del sistema de riego. Hay que comprobar el estado de todas las juntas y uniones para evitar fugas de agua. En instalaciones automatizadas, será fundamental comprobar que las dosis y frecuencia de riego son adecuadas. Al igual que es importante revisar todas las conexiones eléctricas. Finalmente habrá que hacer una evaluación de los laterales y emisores de riego, la cual consistirá en: • Realización de croquis en el que se anote la disposición de los laterales respecto a las plantas, sus diámetros y disposición de los emisores en el lateral. • De los emisores, anotar el tipo, caudal nominal, diámetro mínimo de paso de agua. • Tomar nota de los tratamientos que se empleen para prevenir obturaciones. • Avisar a los jardineros y encargados de riego de la utilización de emisores sin marca o con un alto coeficiente de variación de fabricación. • Comprobar la existencia de fugas y de obturaciones. 88
Estas anotaciones serán la base de las posteriores operaciones de mantenimiento, y servirán para la realización de un plan racional de mantenimiento. Evaluación de la uniformidad del riego: Este proceso de evaluación, incluye el estudio de la uniformidad del riego. Una baja uniformidad daría lugar a un mal reparto de agua y de abono, lo que se traduce en una estética paisajística inaceptable.
EVALUACIÓN, MANTENIMIENTO Y MEJORA DEL RIEGO
Para realizar esta evaluación de uniformidad de riego, se elegirá un determinado número de emisores distribuidos uniformemente, dependiendo del tamaño de la instalación. En las zonas con más de 5 lineas emisoras, seleccionaremos la primera, última y dos intermedias. De estas lineas de emplearán el primer emisor, el último y dos o tres intermedios de cada lateral a evaluar. Con esta evaluación, lo que buscamos es calcular el Coeficiente de Uniformidad de Caudales (CUC), el cual nos puede indicar posibles faltas de eficiencia en el sistema. Antes de efectuar las mediciones, debemos cerciorarnos que el valor de la presión a la entrada del sector de riego para verificar que es la correcta para el funcionamiento del sector. Nos ayudaremos de una probeta o un vaso graduado para recoger el volumen de cada uno de los emisores seleccionados el caudal suministrado. El tiempo de medida será el mismo para todos los emisores y oscilará entre 3 y 5 minutos. Con las mediciones obtenidas, calcularemos el caudal suministrado por cada uno de ellos. Con estos datos, pasaremos a calcular el coeficiente de uniformidad de caudales siguiendo los siguientes pasos: • Se calcula la media de los caudales de los emisores que representan la cuarta parte de los de más bajo caudal (q25%).
Ejemplo: En un jardín se seleccionan ocho emisores de riego localizado para realizar una evaluación repartidos en dos laterales,. Se mide el caudal en cm³/tiempo de muestreo, siendo los resultados los que se muestran en la siguiente tabla. Con dichos datos se desea calcular la media de los caudales de los emisores que representan la cuarta parte de más bajo caudal: Caudal (cm³/tiempo muestreo) 1er emisor
emisor 1/3
emisor 2/3
último emisor
Lateral 1
290
350
300
330
Lateral 2
310
330
320
340
MANUAL DE RIEGO DE JARDINES
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El jardinero que está realizando la evaluación ha seleccionado ocho emisores, por tanto tendrá que tomas los dos de menor caudal (señalados en negrita) para calcular la media:
Caudal medio de los emisores de menor caudal (q25%) = (290+300)/2 = 295 cm³/tiempo
• Se calcula la media de los caudales medidos en todos los emisores (qm). Ejemplo: Con los datos de los caudales de la tabla del ejemplo anterior, el jardinero desea calcular la media de los caudales de todos los emisores:
Caudal medio (qm) = (290+310+350+330+300+320+330+340)/8 = 321’25 cm³/tiempo
• Una vez conocida la media de los caudales que representan la cuarta parte de más bajo caudal y media de todos los caudales medidos durante la evaluación, q25% y qm, se calcula el coeficiente de uniformidad de caudales (CUC) con la siguiente expresión:
Ejemplo: La persona encargada del jardín de una urbanización ha decidido realizar una evaluación de la uniformidad del riego de las fases o estaciones con riego localizado. Tras medir los caudales suministrados por los ocho emisores seleccionados, calcula su media (qm) y la media de los dos que menos caudal proporciona (q25%). los resultados que se obtienen son los siguientes: q25% = 295 cm³/tiempo qm = 321 cm³/tiempo
Con estos datos se desea calcular el coeficiente de uniformidad de caudales. CUC = (295 / 321) x 100= 91’9% ≈ 92%
Dependiendo del valor del coeficiente de uniformidad, podemos tener una clasificación del sector de riego evaluado:
89
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Valor CUC
Calificación
> 94%
Excelente
86 - 94%
Bueno
80 - 86%
Aceptable
70 - 80%
Pobre
< 70%
Inaceptable
Si el CUC no es aceptable, sería conveniente realizar medidas de la presión en puntos críticos del sector de riego. Se seleccionan las mismas lineas de emisores en las que hemos medido el caudal y de mide la presión en la cola de los ramales y se comparará con la de entrada de los ramales. Si tenemos una diferencia de un 10% para goteros no autocompensantes, entonces será necesario acortar la longitud de los ramales o aumentar su diámetro, es decir, redimensionar la instalación. En ningún caso debemos solventar el problema aumentando la presión de la red, ya que incluso descompensaría los caudales. En caso de disponer de goteros autocompensantes, deberemos tener la presión dentro del intervalo de compensación y ajustar la presión para mantenerla dentro del rango. Evaluación del Manejo de Riego:
90
Para terminar de evaluar el sistema del riego, deberemos comprobar que se está haciendo un correcto manejo del riego. Para ello, es necesario conocer la frecuencia, la duración de los riegos y la cantidad de agua aplicada en cada riego. Hay que comprobar si el agua aplicada en los últimos riegos, coincide con las necesidades brutas del jardín.
7.3. Evaluación en sistema de aspersión y difusión.
EVALUACIÓN, MANTENIMIENTO Y MEJORA DEL RIEGO
Al igual que en el caso del riego localizado, en el riego por aspersión, es necesario hacer una evaluación de los componentes y de la uniformidad de aplicación, detectando de esta manera posibles problemas de funcionamiento y determinar la calidad de los riegos. La evaluación de los componentes consistirá básicamente en una inspección a simple vista. En primer lugar, comprobar si los aspersores y difusores son idénticos en marca, modelo, tipo y diámetro de boquilla. Es fundamental que en un mismo sector de riego no se mezclen aspersores con difusores y que los emisores de ese sector sean todos idénticos. Otro punto a comprobar es si existen fugas en las juntas entre tuberías o cualquier otro elemento de la instalación, especialmente en las conexiones a las tomas o bocas de riego. También hay que tomar nota de la existencia o no de elementos de medida y control de la instalación. Evaluación de la Uniformidad del Riego: Deberemos hacer una evaluación de la uniformidad de aplicación para evitar la presencia de zonas con un exceso de agua y otras con un déficit. Disposición de pluviómetros para ensayo.
Es conveniente elegir un día de viento en calma,
MANUAL DE RIEGO DE JARDINES
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para evitar errores no imputables a la instalación. Para esto, elegiremos un sector de riego representativo. A continuación, debemos colocar vasos pluviométricos repartidos homogéneamente, formando una malla entre dos ramales de la zona a evaluar. Los pluviómetros los colocaremos en el suelo cuando las plantas no alteren la lluvia de los aspersores y justo por encima de éstas en caso contrario. Como pluviómetro podemos utilizar cualquier recipiente de al menos 10 cm de diámetro y bordes agudos y sin deformaciones para que el ensayo sea homologable.
Ensayo de pluviometría de aspersión.
Dependiendo del marco de instalación de los aspersores o difusores, normalmente se colocan entre 8 y 10 metros para los primeros, y entre 3 y 5 metros para los segundos. La densidad de vasos será tal que el número de vasos totales entre cuatro emisores (un cuadro de la malla) oscile entre los 4 y los 25. El tiempo que debe durar la recogida será como mínimo de 60 minutos. Una vez recogida el agua, pasamos a medie el volumen recogido en cada vaso. Los volúmenes los medimos en cm³ y con ellos se calculará el coeficiente de uniformidad (CU) siguiendo los siguientes pasos: • Calcular la media de todos los volúmenes medidos en cada uno de los pluviómetros (Vm). • Calcular la media de los volúmenes medidos en la cuarta parte de los vasos que han recogido menos agua (V25%). • Calcular el Coeficiente de Uniformidad de la zona evaluada (CUzona), mediante la siguientes expresión:
Ejemplo: Para realizar la evaluación de la uniformidad del riego en un jardín cuyos aspersores están situados en un marco de 8 x 8, la persona encargada de la evaluación coloca una red de vasos pluviométricos de 2 x 2 entre seis aspersores y mide los volúmenes que se muestran en la siguiente tabla. Con ellos se quiere calcular el coeficiente de uniformidad de la zona evaluada: Volúmenes recogidos en los vasos (cm³) 187
159
205
125
166
160
198
150
165
164
197
131
169
139
173
164
172
137
181
168
174
142
190
146
151
130
200
169
186
171
195
149
En primer lugar calculamos la media de los volúmenes recogidos por todos los pluviómetros (Vm): Vm = 166 cm³
91
Sergi Ruiz Zarzuelo
A continuación se calcula la media de los volúmenes medidos en la cuarta parte de los vasos que hayan recogido menos agua, los ocho destacados en negrita en la tabla anterior (V25%): V25% = 137’40 cm³
Por último, se calcula el coeficiente de uniformidad de la zona evaluada. CU = (137’40 / 166) x 100 = 82’77%
Si se dispone de tiempo y medios, la evaluación de la uniformidad de riego se debería realizar en todos los sectores de la instalación. Evaluación de Pérdidas por Evaporación y Arrastre: Uno de los aspectos más negativos en el riego por aspersión, son las pérdidas que se dan por evaporación de las gotas de agua que producen los aspersores, así como por el arrastre por viento. Estas pérdidas vienen muy influenciadas por el tamaño de la gota emitida. Las pérdidas por evaporación y arrastre se pueden cuantificar de forma general teniendo en cuenta la velocidad del viento y la humedad ambiente.
92
Por ello tenemos que: • Se consideran unas pérdidas de aproximadamente un 5% en situaciones de poco viento, menor de 2 m/s. • Las pérdidas ascenderán en torno al 10% cuando el viento sea moderado entre 2 y 4 m/s. Estos valores deberán incrementarse siempre que se observe que las gotas se pulverizan en exceso, posiblemente porque el aspersor esté trabajando a una presión por encima de la adecuada, y cuando el ambiente sea muy cálido y seco.
EVALUACIÓN, MANTENIMIENTO Y MEJORA DEL RIEGO
En estos casos las pérdidas pueden suponer hasta un 20% del agua aplicada por los aspersores. Importante es que los aspersores y difusores trabajen siempre dentro del rango de presión recomendada por el fabricante. En situaciones de viento es aconsejable disminuir de forma moderada la presión para disminuir las pérdidas por arrastre y conseguir una mayor uniformidad de aplicación, así como cambiar las boquillas, aunque esto pueda modificar los valores de pluviometría del emisor y reducir la uniformidad. Eficiencia de Aplicación Óptima del Sistema de Riego: La eficiencia de aplicación es el tanto por ciento del agua de riego que es realmente utilizada por la planta con respecto al total aplicada. En su cálculo hay que considerar las pérdidas por percolación (filtración profunda) y por escorrentía. Para los riegos por aspersión hay que considerar también las pérdidas por evaporación y arrastre. Se puede en este sistema considerar como nulas las pérdidas por escorrentía, que no existirán si el sistema está bien diseñado y no existen fugas. La Eficiencia de Aplicación será: Eficiencia Aplicación = 100 - Filtración - Evaporación/Arrastre Las pérdidas por percolación se obtiene fácilmente de la relación existente entre el coeficiente de uniformidad obtenido de la evaluación, el déficit de cultivo y la filtración profunda. Conociendo el coeficiente de uniformidad de sistema de riego y aceptando que se produzca cier-
to déficit, se puede determinar la filtración profunda. El porcentaje de déficit deberá determinarlo la persona encargada del riego en función de varios factores entre los que destacan: • Disponibilidad de agua, pudiendo asumir mayor déficit cuanto menor sea el agua disponible. • Estado de desarrollo de las plantas, el déficit asumido podrá ser mayor en los periodos menos críticos. • Tiempo de riego, el número de horas disponibles para el riego determinará un mayor o menor porcentaje de déficit. • Resistencia del cultivo a una deficiencia de agua, cuanto mayor sea esta resistencia, mayor podrá ser el déficit asumido.
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El porcentaje de déficit que se asume toma un valor máximo de un 10-15%: Filtración profunda (%) Déficit %
CU (%) 75
80
85
90
95
0
32
25
19
13
6
5
13
9
5
2
---
10
6
2
1
---
---
15
3
1
---
---
---
20
1
---
---
---
---
Veamos un ejemplo para tenerlo más claro: Ejemplo: Tras realizar la evaluación en un jardín con riego por difusión se ha obtenido un coeficiente de uniformidad del 85% y unas pérdidas por evaporación y arrastre del 18%. Admitiendo un déficit de 5%, ¿qué eficiencia de aplicación se habrá de considerar para obtener las necesidades brutas de riego a partir de la necesidades netas? Filtración profunda (%) Déficit %
CU (%) 75
80
85
90
95
0
32
25
19
13
6
5
13
9
5
2
---
10
6
2
1
---
---
15
3
1
---
---
---
20
1
---
---
---
---
Según se desprende de la tabla, para un déficit de 5% y un CU del 85%, el valor de la filtración profunda es de un 5%, por tanto, la eficiencia de aplicación a considerar en el cálculo de las necesidades brutas de riego será: Eficiencia de aplicación (Ea) = 100 - 5 - 18 = 77%
Evaluación del Manejo de Riego: La evaluación del manejo del riego, es la última parte de la evaluación. Esta evaluación consiste en comprobar la cantidad de agua que se está aplicando con el riego coincide o no con las necesidades brutas de riego en los días previos a la evaluación.
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7.4. Mantenimiento de las instalaciones. En las instalaciones de riego se debe mantener un buen estado de conservación para garantizar un funcionamiento adecuado a lo largo de los años. Esto implica realizar revisiones periódicas de los elementos del sistema de riego. Prevención de Obturaciones de Riego: Uno de los principales problemas de los sistemas de riego localizado es la obturación de los emisores, que se traduce en una pérdida de uniformidad del riego y eficiencia del mismo. La mejor manera de luchar contra este problema, es realizar un programa de mantenimiento de la instalación y una buena elección de los emisores. Hay que tener en cuenta por ejemplo los diámetros mínimos de paso, el diseño o el tipo de emisor a instalar. Por ejemplo los emisores de bajo caudal (< 16 l/h), presentan mayor riesgo de taponamiento. Según los diámetros, la sensibilidad de obturación de los emisores es:
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Ø mínimo (mm)
Sensibilidad a obturaciones
< 0’7
alta
0’7 - 1’5
media
> 1’5
baja
Otro factor que puede afectar a las obturaciones, es la aplicación de fertilizantes, ya que pueden aparecer precipitados en el agua de riego que obturan los emisores, por lo que es importante que existan filtros de mallas o anillas que retengan estas partículas entre el equipo de fertirriego y la conducción general. Así pues podemos hacer una clasificación según la naturaleza del agente causante: físicas, químicas y biológicas. Obturaciones Físicas:
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Causadas por la presencia de partículas sólidas en el agua de riego, obturaciones internas, o bien, por la entrada de materiales desde el exterior, obturaciones externas. Para prevenir obturaciones internas: • Tener los filtros de la instalación bien dimensionados, con el diámetro de paso adecuado. • Mantener los filtros limpios y en perfectas condiciones. • Agitar correctamente el fertilizante en el depósito para su total disolución. Para prevenir las obturaciones externas: • Evitar el contacto de los emisores con el suelo. • Colocar los emisores a cierta altura o con los orificios de salida hacia arriba. • En riego subterráneo evitar la entrada de raíces aplicando herbicida en el agua de riego, bajo control de personal especializado. • Emplear emisores impregnados en herbicida. • Utilizar emisores antisucción para evitar la entrada de partículas desde el exterior, o mecanismos que inyecten aire a presión justo en el momento de paro del riego. Obturaciones Químicas: Estas obturaciones se producen por precipitación de las sustancias disueltas en el agua de riego,
principalmente calcio, hierro y fertilizantes. Los precipitados de calcio, suelen ser carbonatos y casi siempre a la salida de los emisores o en aquellos puntos donde el agua queda en reposo entre un riego y el siguiente. Para evitar esto, podemos añadir al agua ácido nítrico, cuya dosis dependerá de la naturaleza del agua. Para determinar esta dosis, habrá que realizar un análisis en laboratorio. Cómo dosis orientativas, se recomienda se recomienda un cuarto de litro (250 cm³) por cada metro cúbico de agua de riego. Ejemplo:
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Para reducir el pH de una muestra de 10 litros de agua son necesarios 3 centímetros cúbicos de ácido nítrico, ¿qué cantidad de ácido será necesaria aportar por cada m³ de agua de riego? Sabiendo que 1 m³ son 1.000 litros. Haciendo una regla de tres: x = (3 x 1.000) / 10 = 300 cm³ de ácido.
La dosis de ácido se puede también calcular por tanteo, es decir, añadiendo poco a poco ácido a una cantidad determinada de agua, hasta conseguir un pH del agua entre 5’5 ó 6. Posteriormente se puede a razón de esto, calcular la cantidad de ácido necesaria por cada metro cúbico de agua de riego. Los precipitados de hierro, se producen en aguas que llevan hierro disuelto, éste al oxidarse, precipita y forma depósitos de color marrón que provocan obturaciones. Para evitar estas obturaciones se debe provocar la oxidación y precipitación del hierro antes de su paso por los filtro, evitando así la entrada en la red, mediante agitación mecánica del agua. Si esto no es posible, se puede clorar el agua ya que el cloro oxida el hierro y el precipitado puede ser filtrado. El cloro se calcula mediante la expresión: ppm Cl = 0’65 x ppm de Fe en agua El fertirriego, también puede producir obturaciones en los emisores por precipitación, mala disolución o incompatibilidad de los fertilizantes. Esto se puede evitar mediante la mezcla de abonos adecuados, uso de abonos totalmente solubles y adecuado manejo de la fertirrigación. Si las medias preventivas no son suficientes, se pueden aplicar ácido nítrico al agua de riego en el caso de las cálcicas y ácido sulfúrico en el caso de las férricas. ¡OJO!: Estos productos son altamente corrosivos, por lo que su manejo ha de hacerse con especial cuidado, es decir, utilizando los EPI correspondientes. En general, las obturaciones químicas se tratan con ácido nítrico, sulfúrico, fosfórico y clorhídrico. Las dosis de cada uno han de determinarse mediante análisis químico. Se pueden aplicar las dosis orientativas que se indican a continuación, siempre teniendo en cuenta aplicar un riego sólo con agua durante minutos antes y después de los tratamientos: • Ácido nítrico, para tratamientos preventivos se utilizan unos 0’25 l/m³ de agua. Si el tratamiento es de limpieza, se puede subir la dosis hasta 0’5 - 1 l/m³ de agua. • Ácido sulfúrico, la dosis media que suele utilizarse es de unos 0’5 - 1 l/m³. • Ácido fosfórico, suele emplearse en concentraciones de 0’25 - 0’5 cm³/l de agua. • Ácido clorhídrico, para tratamientos preventivos es recomendable una dosis de unos 0’5 - 1 cm³/m³ de agua, y si se trata de eliminar precipitados ya formados, se deberá aumentar la dosis hasta 5 -10 cm³/l de agua.
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Si dentro de las tuberías se producen precipitados resistentes, hay que hacer una limpieza en profundidad incrementando las dosis de ácido. Esto se consigue llenando la red después de un riego, siempre garantizando la estanqueidad, con agua y ácido en cantidad suficiente para bajar el pH a 3. La mezcla se deja reposar en las conducciones unas 24 h, tras lo cual, se realizará un riego abundante a mayor presión de la habitual. Conviene destapar los extremos de los ramales para evacuar los precipitados no disueltos por el ácido. Obturaciones Biológicas: Se producen por acumulación de algas, bacterias o restos vegetales en la red de riego. Esto suele suceder cuando el agua permanece estancada en albercas, balsas o depósitos. El riesgo de padecer estas obturaciones es mayor cuando se utiliza agua residual depurada. En ambos casos, como medida de prevención deberemos clorar el agua con hipoclorito sódico, pero teniendo cuidado cuando reguemos cultivos sensibles al cloro. Las dosis recomendadas de hipoclorito sódico son: Hipoclorito sódico (100 g/l) Prevención Limpieza
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0’1 - 0’15 l/m³ 1 - 3 l/m³
Es importante tener en cuenta, no se puede mezclar tratamientos con hipoclorito sódico con tratamientos con ácido, ya que en este caso el cloro se desprende es forma de gas, es extremadamente venenoso. Mantenimiento de los Componentes de la Instalación: El objetivo de un buen mantenimiento de la instalaciones de riego es conseguir que todos los componentes se conserven adecuadamente.
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Esto implica la preparación de los elementos antes del riego y la realización de revisiones periódicas de los mismos durante el tiempo que estén funcionando, para comprobar el estado general. Puntos importantes a revisar son los siguientes: • Conducciones: • Realizar limpieza de conducciones y laterales, después de terminar las obras de instalación de sistema y antes de comenzar a regar, dejando abiertos los extremos de las conducciones para que salgan los posibles restos de plásticos y suciedad. • Un buen mantenimiento de las instalaciones, pasa por un control de todos los componentes, desde filtros hasta los emisores de riego, válvulas, sensores, automatismos, cables eléctricos, etc... • Sistema de Filtrado: • Revisar periódicamente los componentes internos (arena, mallas, anillas) y cambiarlos si fuese necesario. • Determinar los momentos de limpieza, cada semana o diez días (según lecturas de manómetros) • Si los filtros son autolimpiantes, comprobar su funcionamiento y el estado de cableado y conexiones eléctricas. • Elementos de control: • Se realizará un control y mantenimiento de los contadores, válvulas, reguladores de presión y
demás elementos de medida y control. • Este mantenimiento pasa por su limpieza e inspección periódica para evitar fugas y comprobar su correcto funcionamiento. • En los automatismos, comprobaremos el estado general de los contactos y conexiones eléctricas y el funcionamiento de todos los accesorios y sensores. • Red de Riego: • Toda la res de riego la debemos revisar para detectar posibles fugas y repararlas si es preciso. • Revisar el estado de las juntas y detectar signos de deterioro o daños, causados por los animales o vandalismo, y en todo caso sustituir los elementos dañados. • Con esta revisión se podrá verificar el correcto funcionamiento de los emisores y sustituir o reparar los que lo requieran.
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7.5. Manejo del Riego. Un sistema de riego bien diseñado e instalado es necesario para poder realizar un uso adecuado del agua de riego. Esto lo podemos conseguir mediante un correcto manejo de los riegos que permita una elevada uniformidad de aplicación y reducir al mínimo las pérdidas de agua. Para optimizar los resultados, deberemos emplear algunas prácticas de mejora sencillas y poco costosas, entre las que destacan el control de presión de trabajo de los emisores y el riego en situaciones de riego. Control de la Presión de Trabajo: La presión de trabajo durante el riego debe ser conocida y próxima a la recomendada por el diseño. Deberemos conocer la presión de trabajo de los equipos y emisores mediante las fichas técnicas. En los sistemas de riego por aspersión y difusión, si la presión de trabajo es demasiado baja las gotas emitidas son de gran tamaño, y por el contrario es demasiado alta, se pulveriza en exceso. En ambos casos, la distribución del agua no es adecuada, pero en el segundo de los casos, los efectos del viento de acentúan y produce un mayor consumo de agua y energía. Por esto es importante la presión existente al inicio de la instalación, en la toma de riego y modificarla, y en caso de ser necesario, instalar un regulador de presión, si ésta es excesiva. Por el contrario, si la presión es escasa, deberemos instalar un grupo de bombeo que la eleva hasta el valor requerido. Cuando un jardín se abastece de la red urbana, suele tener variaciones de presión, por lo que para estos casos la mejor solución es la instalación de un regulador de presiones para mantener la presión estable, ya que las llaves de paso son muy sensibles a estos cambios de presión aguas arriba y no son demasiado fiables. Riego en Situaciones de Viento: El viento es un factor negativo del riego por aspersión y difusión al disminuir la uniformidad de aplicación del agua. A mayor velocidad del viento, mayor es la pérdida por evaporación y arrastre. En zonas de viento continuado, siempre que sea posible, iremos a un marco de aspersores triangular para conseguir una mayor uniformidad de aplicación o situarlos en marcos más reducidos que en aquellas zonas donde el viento no es un factor determinante. Cuando la velocidad del vierto es superior a 8 km/h (2 m/s), se pueden tomar unas medidas que reducen los efectos del tiempo: • Utilizar marco triangular siempre que sea posible. • Utilizar una presión de trabajo algo inferior a la recomendada por el fabricante.
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• Si es posible, regar durante la noche, ya que la velocidad del viento suele ser menor. • Regar en pequeños ciclos repetidos. • Utilizar aspersores o difusores de menor alcance. Con vientos superiores a 20 km/h (5 m/s), se recomienda no regar.
7.6. Manejo de la fertirrigación y quimigación. La fertirrigación es cada vez más frecuente, sobre todos en los sistemas de riego localizado, en los que se consigue mayor eficacia en la aplicación de los nutrientes. Este sistema aporta numerosas ventajas entre las que destacan: • Ahorro de fertilizantes debido a su aplicación directamente en las zonas de raíces. • Mejor asimilación de los nutrientes disueltos en agua. • Posibilidad de dosificar los fertilizantes en función de las necesidades de las plantas en cada momento. • Posibilidad de actuar con rapidez en estados carenciales de las plantas. • Reducción del impacto ambiental negativo que representan las pérdidas de fertilizante por lixiviación. • Posibilidad de automatizar el proceso, lo que da lugar a una dosificación y momento de aplicación más ajustados.
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Los inconvenientes del fertirriego en los sistemas de riego localizados son menos numerosos que las ventajas, pueden evitarse con un adecuado manejo de la técnica, como ocurre con las obturaciones de emisores o aumento de la salinidad de riego. Para evitar obturaciones, debemos emplear fertilizantes totalmente solubles y realizar mezclas compatibles, para que no formen precipitados. Importantes es, realizar la solución nutritiva en función del fertilizante menos soluble, para que el volumen de agua en el que se disuelve sea el adecuado. Otro punto muy importante a la hora de fertirrigar, es comenzar y finalizar el proceso, regando con agua limpia únicamente, de este modo lo que conseguimos es limpiar las conducciones y lavar las sales del bulbo húmedo.
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Se recomienda que al menos un 20% del tiempo total al riego, se destine al proceso de limpieza. Las dosis de fertilizante variará en función de varios factores, tipos de plantas, estado de desarrollo, tipo de fertilizante, etc., teniendo como recomendación aplicar un máximo de 0’5 gramos de fertilizante por litro de agua de riego. En casos excepcionales podemos elevar las dosis hasta 1 gramo por litro, pero en cualquier caso, la conductividad eléctrica del agua de riego cuando se está aplicando el fertilizante, nunca debe sobrepasar los 2’5 mmhos. A través de estos equipos, también podemos incorporar otras sustancias como productos fitosanitarios o productos químicos de limpieza y prevención de obturaciones de los emisores de riego. La incorporación de productos agro-químicos con el agua de riego, recibe el nombre de quimigación. Tanto la fertirrigación y quimigación, aunque menos frecuente, también se utiliza en sistemas de riegos de aspersión. Aquí se pueden producir otros inconvenientes ya que se trata de sistema de cobertura total. Estos inconvenientes pueden venir en forma de manchas en la superficie de las plantas o quemaduras en las hojas por acumulación de sales u otros componentes de la solución nutritiva una
vez evaporada el agua de riego. Para evitar esto, aumentaremos el tiempo de lavado, es decir, dedicar más de un 20% el tiempo total de riego a la aplicación únicamente de agua, que posibilite el lavado de la superficie de las plantas. Frecuencia de Fertirrigación: La fertirrigación la podemos aplicar de forma continua o fraccionada. La fertirrigación continua, incorpora los nutrientes en función de la demanda de la planta con las misma frecuencia que el agua de riego a través del equipo de fertirriego. Es el sistema más extendido en casos de cultivos hidropónicos y plantas de alto valor económico que requieran un control estricto en el abonado.
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El agua está continuamente fertilizada. Las dosis varían en función de los resultados obtenidos en análisis periódicos del agua de drenaje de las plantas. Es la forma ideal de nutrir a los vegetales. La fertirrigación fraccionada incorpora los productos en fases distintas del desarrollo de las plantas, aprovechando las capacidades de retención e intercambio de nutrientes del suelo con las plantas. En los sistemas de riego localizado, esta capacidad de ve reducida por el continuo lavado de sales en la zona del bulbo húmedo. En estos casos, es necesario realizar una fertirrigación más frecuente que en otros sistemas de riego. La fertilización fraccionada se utiliza más que la continua, si bien la fertirrigación no está demasiado extendida en jardinería. Actualmente la fertilización continua se está llevando a cabo principalmente en campos de golf, en los que es muy importante mantener el césped con buena calidad.
7.7. Resumen. • La realización de evaluaciones periódicas de las instalaciones, tanto en riego localizado como en aspersión son esenciales para el buen funcionamiento de las instalaciones y equipos. • Además, en las evaluaciones se analizará el funcionamiento de todos los componentes del sistema, lo que permitirá detectar problemas de funcionamiento y plantear soluciones sencillas y económicas. • En las instalaciones de riego localizado, la uniformidad del riego se evalúa mediante el Coeficiente de Uniformidad de Caudales (CUC). En las de riego por aspersión o difusión, además de la uniformidad del riego, hay que evaluar las pérdidas por evaporación y arrastre del viento para calcular la eficiencia de la aplicación máxima que podemos conseguir. • Aparte de estas evaluaciones periódicas de las instalaciones, es importante un mantenimiento adecuado de las mismas, para que todos los componentes funcionen correctamente y la eficiencia no disminuya con el paso del tiempo. • Al mismo tiempo se deberán emplear algunas prácticas de mejora que permitan optimizar los resultados del riego como son el control de la presión de trabajo y del riego en situaciones de viento. • La aplicación de los fertilizantes (fertirrigación) y de los productos agro-químicos (quimigación) con el agua de riego, son técnicas que han ido incrementando su práctica y que con un adecuado manejo, ofrecen numerosas ventajas.
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8. RIEGO POR SUPERFICIE EN JARDINES. 8.1. Introducción. El riego por superficie ha sido el sistema de aporte de agua más utilizado en jardinería a lo largo de la historia, hasta la aparición de métodos más modernos y eficientes como los sistema de riego localizado y por aspersión. El riego por superficie, como su nombre indica, se realiza mediante la circulación del agua por el suelo, cubriéndolo en su totalidad a la vez que se infiltra en su interior.
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La distribución del agua sobre la superficie del suelo, es la responsable de algunos inconvenientes del sistema, como son el consumo elevado, pérdidas y erosión del suelo. No todo es negativo, porque el agua con su movimiento, también crea sensaciones, efectos estéticos y ambientales sobre el jardín. Lo cual en algunos estilos, es parte fundamental del propio diseño del jardín.
El agua integrada en el jardín. Jardín estilo árabe.
Por esto, la actuación sobre algunos factores, pueden permitir la reducción de los posibles efectos negativos que pueda tener este tipo de práctica, y hacer recomendable su inclusión dentro de los sistemas utilizados en el riego de jardines.
8.2. Valor ornamental del riego por superficie. El agua integrada en el jardín. 101 El agua ha jugado siempre un papel muy importante en los jardines mediterráneos. La utilización del agua como elemento integrado dentro del jardín procede de la cultura árabe, dentro de la cual el jardín era símbolo del Paraíso. Al ser el agua un bien escaso en las zonas de origen de los pueblos árabes, ésta alcanzó tal importancia que el tamaño de la alberca era símbolo del poder de su propietario, ya que a medida que era más amplia, la cantidad de agua que poseía y dominaba era mayor y por tanto, más poderoso. Dentro del uso del agua en el jardín, hay que destacar que no sólo permite la supervivencia de las plantas, sino que además, contribuye a la creación de ambientes húmedos, efectos sensoriales y estéticos, mejorando la estancia en el jardín. De los diferentes mecanismos que aporta podemos destacar: • Los canales, crean arroyos artificiales por los que discurre el agua, aportan naturalidad y sonidos agradables. • Las fuentes, proporcionan paz y frescura al entorno. La salida del agua en uno o varios chorros regulables, se les puede dotar de movimiento, e incluso la iluminación artificial de éstas, pueden colaborar a la creación de espectáculos de luz y color. • Los estanques y albercas, aparte de almacenar agua, pueden servir para la creación de jardines acuáticos, mediante la incorporación de especies como los nenúfares. También podemos incluir en la composición especies animales como peces. Existe la posibilidad de dotarlos de iluminación artificial como a las fuentes.
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La irregularidad de la lluvia que se produce en zonas de clima mediterráneo a lo largo del año, obliga a un manejo del agua de la forma más óptima posible, sin llevar a cabo un despilfarro. Así pues, en el riego por superficie se utilizan algunas de las infraestructuras descritas anteriormente también para su funcionamiento, participando así en el proceso de creación de belleza de jardín. Las albercas, tradicionalmente se han situado en los puntos más altos de las zonas a regar, cuya misión era la captación del agua de lluvia y facilitar la distribución sobre el jardín. A veces, se sitúan varias de ellas en terrazas para poder regar a diferentes alturas.
Alberca en jardines.
Los canales se utilizan para el transporte del agua a las distintas zonas a regar. Un ejemplo es el riego por alcorques, en donde los canales sirven para unir los mismos y el paso del agua de uno a otro. También la propia conformación del suelo del jardín en su preparación para el riego, puede recrear formas y figuras.
RIEGO POR SUPERFICIE EN JARDINES
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8.3. Tipos de sistemas de riego por superficie. Los sistemas pueden clasificarse en función de cómo tenga lugar el reparto del agua. • Riego por inundación: el agua se aplica sobre el terreno, quedando acumulada sobre éste y posteriormente se infiltra en el interior. • Riego por escurrimiento o vertido: el agua es aplicada en la cabecera de la zona a regar, y discurre por ésta aprovechando el desnivel existente en el terreno, a medida que se infiltra en el mismo. Según la forma de distribuir el agua sobre la superficie del suelo, podemos distinguir: • Riego por alcorques y pozas: son sistemas de riego por inundación, en los cuales el agua se distribuye sobre una superficie de pequeño tamaño o poca profundidad, excavada alrededor de la vegetación a regar. Sistema de riego en superficie. • Riego de compartimentos cerrados: pertenece también al riego por inundación y se utiliza para el riego de áreas grandes donde se moja todo el suelo. • Riego por surcos: encuadrado en los sistemas se riego por escurrimiento, se realiza el reparto del agua mediante surcos preparados en el terreno.
8.4. Pozas y alcorques. Dentro de los sistemas de riego por inundación, encontramos el riego por pozas y por alcorques. ▪▪ Cavidades de pequeña profundidad.
Pozas
▪▪ Se realizan sobre suelo laboreable. ▪▪ Delimitan el riego a una porción del suelo que suele coincidir con la zona sombreada por la planta.
▪▪ Se utilizan con la misma finalidad de las pozas.
Alcorques
▪▪ La zona de suelo laboreable se encuentra por una obra de fábrica o cualquier otro sistema. ▪▪ Los alcorques suelen aparecer insertados dentro de un área compacta con aceras, enlosados o pavimentos blandos.
Este sistema se emplea sobre todo para el riego de árboles y arbustos de gran tamaño o arbustos agrupados. El riego se realiza por inundación del área delimitada por la poza o el alcorque, quedando almacenada el agua sobre el suelo a medida que se infiltra en el mismo.
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Pozas y alcorques, pueden encontrarse aislados unos de otros o comunicados entre sí mediante los canales de riego. En el caso de encontrarse comunicados, el exceso de agua de un alcorque, pasa al siguiente, circulando a través del canal de riego. No hay reglas determinadas para el tamaño de los alcorques y pozas. Se deberán realizar lo suficientemente amplios para que las raíces del árbol o arbusto se desarrollen adecuadamente, asegurando una correcta absorción de agua y nutrientes. Algunos ayuntamientos establecen unas dimensiones mínimas que van de los 40x40 cm para especies de pequeño porte hasta los 100x100 cm para árboles de gran tamaño. Una recomendación general es que los diámetros de los alcorques, presenten la mayor amplitud posible, disponiendo en su superficie emparrillados para facilitar el paso de peatones sobre los mismos en caso de dificultar el tránsito. La profundidad libre que deben presentar, se recomienda de que sea al mínimo de 20 cm para poder almacenar suficiente agua. El riego de alcorques tal y como se realizan en la actualidad genera gran cantidad de problemas en los desarrollos radiculares. Por esto se propone para situar el agua y los nutrientes a cierta profundidad, se coloquen uno o varios tubos corrugados verticales y se realice el riego y el abono a través de ellos. Estos tubos deberán tener un diámetro entre 40 y 60 mm, dispuestos en los extremos del alcorque hasta una profundidad de 70 y 90 cm. En la parte superior se dispondrá de uno gotero de alto caudal (8 - 24 l/h) o bien una manguera de bajo caudal. El interior podrá estar o no relleno de grava. Se recomienda tapar la parte superior para evitar la entrada de tierra, y para que el sistema no quede visible, se puede cubrir éste mediante un acolchado o “mulch”. La utilización del sistema de tubos corrugados, es esencial para árboles recién plantados y sobre todo en los primeros años de vida, al ser el perio- Riego por tubos corrugados. do de conformación radicular. Con este sistema se consigue que las raíces del árbol, no sólo se establezcan en superficie. Las tuberías corrugadas también cuando disponemos de plantas sobre superficies de césped, para conseguir un desarrollo de las raíces en profundidad, ya que en caso contrario, las raíces se dirigen hacia la superficie en busca de la humedad superficial, dónde es más alta.
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8.5. Sistema de riego por surcos. En este sistema, la infiltración se produce tanto horizontal como verticalmente. Si el suelo presenta textura arenosa, predominará la componente vertical, mientras que si su textura es arcillosa, predominará la horizontal. Para suelos arenosos o textura gruesa no es muy recomendable este sistema. De todos modos si estamos obligados a utilizarlo, requeriremos de surcos cortos y estrechos, con pequeñas dosis de agua y bajos tiempos de aplicación.
Riego por surcos.
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El riego por surcos está recomendado para especies sensibles al encharcamiento, pero no para aquellas sensibles a la salinidad.
Debemos tener en cuenta una serie de factores en el diseño: • Forma: la más común es en “V”, aunque en suelos poco permeables se tiende más a la forma en “U”, más anchos que los anteriores. • Anchura: debe ser tal que asegure la humectación del volumen se suelo ocupado por las raíces. • Longitud: deberá adaptarse a las dimensiones del área a regar, si no es excesivamente larga. • Pendiente: debe ser la misma en toda la longitud del surco. Los valores más adecuados son los comprendidos entre 0’2 y el 1%, pudiéndose aumentar ligeramente en aquellos casos de surcos con menor longitud o si los caudales circulantes van a ser pequeños. En jardinería suele ser poco utilizado este sistema de riego, pero en los casos utilizados, lo solemos encontrar formando mediante los surcos formas geométricas o dibujos.
8.6. Desarrollo y manejo de los sistemas de riego por superficie. El desarrollo y evolución de un riego por superficie puede dividirse en fases, durante las que tiene lugar la distribución e infiltración del agua en el suelo. Se establecen unos tiempos característicos que determinan la duración de cada fase.
RIEGO POR SUPERFICIE EN JARDINES
Fases del Riego: Las fases del riego hacen referencia a las diferentes etapas que pueden distinguirse del movimiento del agua sobre la zona a regar, su almacenamiento y su infiltración en el perfil. • El riego comienza con el avance del agua sobre la zona de riego, denominada fase de avance, la cual continua hasta que el frente de agua alcanza el punto más alejado. La duración de la fase de avance puede ser muy variable según el sistema de riego empleado, pero sobre todo depende de el caudal, la pendiente, longitud del área a regar y la capacidad de infiltración del suelo. • Una vez completado el avance, si continuamos aportando agua, ésta empieza a almacenarse sobre el suelo en la llamada fase de almacenamiento, la cual se inicia cuando termina el avance y continua hasta que se corta el suministro de agua. • Posteriormente, la lámina de agua existente sobre la superficie va desapareciendo poco a poco, y se produce al agotamiento progresivo del agua, en lo que se conoce como fase de agotamiento, la cual comprende desde que se deja de hacer aporte de agua, hasta que comienzan a aparecer zonas del suelo descubiertas. • Cuando tenemos zonas del suelo descubiertas de agua, comienza la última fase, denominada fase de receso, que se prolonga hasta que el agua desaparece totalmente de la superficie del suelo, si en la zona no existe pendiente, el receso se producirá en todos los puntos a la vez.
Tiempos Característicos del Riego: Los tiempos característicos que determinan cada fase del riego son los siguientes: • Tiempo de avance: tiempo que tarda en llegar el agua a todos los puntos de la zona a regar. • Tiempo de receso: representa el tiempo en que todo el agua desaparece de la superficie del suelo. Se mide desde el comienzo del riego. • Tiempo de infiltración: es el tiempo que permanece el agua en contacto con el suelo a medida que se infiltra en su interior. Se calcula como la diferencia entre el tiempo de receso y el tiempo de avance registrados en el mismo punto. Este tiempo suele ser mayor en la cabecera que en la cola. • Tiempo de aplicación del riego o tiempo de riego: representa el tiempo durante el cual tiene lugar el aporte del agua durante toda la ejecución del riego.
MANUAL DE RIEGO DE JARDINES
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Lo normal es que todos los tiempos se midan en minutos. Estos tiempos los podemos representar gráficamente en el diagrama de avance-receso, el cual nos permite visualizar el tiempo que la lámina de agua está en contacto con la superficie, que se corresponde con la distancia existente entre las dos líneas. Considerando que el volumen infiltrado en cada punto, se puede valorar la calidad del riego a partir de índices tales como la eficiencia de aplicación o la uniformi- Diagrama avance-receso. dad. También permite la deducción de los tiempos de infiltración en cada punto, lo cual es de interés para determinar la eficiencia del sistema de riego y la uniformidad del mismo. Manejo de los Sistemas de Riego por Superficie: Los principales factores que condicionan el manejo de los sistemas de riego por superficie son el caudal a emplear y el tiempo de aplicación del riego. Caudal. • El caudal disponible, establece el caudal máximo que podrá ser utilizado durante el riego. • Para determinar el caudal a emplear, hay que considerar las dimensiones del área, la pendiente y las características de infiltración del suelo. • Para evitar problemas de erosión del suelo, se recomienda utilizar caudales máximos no erosivos, que dependen de la facilidad del suelo para ser erosionado y de la pendiente del terreno. • Un suelo será menos erosionable si está húmedo, bien estructurado o presenta restos vegetales en su superficie. A continuación, se muestran valores orientativos del caudal a emplear en un riego por surcos, según tipo de suelo y pendiente. Caudal máximo no erosivo para el riego por surcos (l/s) Tipo de suelo
Pendiente (%) 0’1
0’2
0’3
0’5
Suelo muy erosionable
1’10
0’45
0’25
0’12
Suelo poco erosionable
2’15
0’85
0’50
0’25
• Se puede estimar la superficie que puede ser regada en función de la textura del suelo y del
105
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caudal disponible en la zona. Si establecemos un rango de caudales entre 0’25 y 2’5 l/s, aproximadamente se pueden regar las siguientes superficies: Superficie estimada de riego (m²) Tipo de Suelo
Caudal disponible (l/s) 0’25
0’50
1
1’50
2
2’5
Arenoso
2-7
8-13
18-23
27-32
38-43
46-51
Franco
7-11
14-21
30-37
47-34
63-70
79-86
Arcilloso
35-45
75-85
155-165
235-245
315-325
395-405
Tiempo de Aplicación del Riego. • El tiempo de riego depende de las necesidades hídricas de las plantas y el caudal disponible. Es un parámetro fácilmente modificable por el jardinero. • El tipo de suelo también influye en la determinación del tiempo de riego, al ser diferente la velocidad de infiltración del agua en cada caso. Estimación de Número, Dosis y Duración de los Riegos: Para la estimación del número de riegos a realizar, las dosis de agua a emplear en cada riego y la duración de los mismos, es necesario considerar las necesidades hídricas de las plantas, que nos dirán el volumen de agua a suministrar, y la capacidad de almacenamiento del suelo, que determina la cantidad de agua existente en la zona que ocupan las raíces. 106
Para determinar la capacidad de almacenamiento del suelo, es necesario considerar los siguientes factores: • La textura del suelo que determina el Intervalo de Humedad Disponible (IHD) del mismo. • La profundidad de la capa del suelo ocupada por las raíces de las plantas. • El nivel de agotamiento permisible (NAP). El Intervalo de Humedad Disponible (IHD) representa la cantidad de agua almacenada en el suelo que teóricamente puede ser utilizada por las plantas y su valor depende principalmente de la textura del suelo. En suelos pesados como los arcillosos, la capacidad de retención de agua del suelo es mayor que en los ligeros, como los arenosos. El IHD se mide en milímetros de agua por metro de profundidad de suelo (mm/m), siendo los siguientes valores, bastantes representativos:
RIEGO POR SUPERFICIE EN JARDINES
Textura
IHD (mm/m)
Arenoso
70-100
Franco-arenoso
90-150
Franco
140-190
Franco-arcilloso
170-220
Arcilloso
200-250
Respecto a la profundidad de la capa de suelo ocupada por las raíces, en jardinería podemos hacer una aproximación, dependiendo del tipo de planta al que pertenezcan las especies que pretenden regar.
Tipo de Planta
Profundidad radicular (m)
Cespistosas / Hierbas ornamentales
0’25
Vivaces y tapizantes
0’40
Arbustos
0’65
Árboles
1
El Nivel de Agotamiento Permisible (NAP) representa el porcentaje del intervalo de humedad disponible que determina la reserva del agua que se va a agotar en el perfil del suelo. Se trataría, por tanto, de regar antes de que se agotase la cantidad que representa el IHD.
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Valores del NAP que suelen establecerse varían entre 0’7 y 0’9. Se utilizarán valores próximos a 0’7 cuando no existan problemas de abastecimiento de agua en la zona y valores de 0’9 en caso contrario. Podemos establecer los siguientes intervalos de capacidades de almacenamiento según el tipo de suelo: Valores de capacidad de almacenamiento del agua en el suelo (mm) NAP = 0’7 Tipo de suelo
NAP = 0’9
Profundidad de raíces (m)
Profundidad de raíces (m)
0’25
0’4
0’65
1
0’25
0’4
0’65
1
Arenoso
12-18
20-28
32-46
49-70
16-23
26-36
41-59
63-90
Franco-Arenoso
16-27
26-42
41-69
63-105
23-34
33-54
53-88
81-135
Franco
25-34
40-54
64-87
98-133
32-43
51-69
82-112
126-171
Franco-Arcilloso
30-39
48-661
78-101
119-154
39-50
62-80
100-129
153-198
Arcilloso
35-44
56-70
91-114
140-175
45-57
72-90
117-147
180-225
Para el cálculo del número de riegos a realizar durante un periodo de tiempo determinado se dividen las necesidades brutas de agua de dicho periodo, entre la capacidad de almacenamiento del suelo, aproximando el resultado obtenido al número entero superior más próximo. De esta manera se asegura que, durante el periodo de tiempo considerado, los riegos se realicen con una frecuencia que garantice el correcto estado hídrico de la planta:
Nb: necesidades brutas de agua de riego (mm).
Capacidad de almacenamiento del suelo (mm)
La dosis de agua a suministrar en cada riego se calcula dividiendo las necesidades brutas de las plantas entre el número de riegos obtenido:
Dosis de riego (mm)
Nb: necesidades brutas de agua de riego (mm).
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El valor de las dosis de riego debe ser inferior al de la capacidad de almacenamiento del suelo, ya que en caso contrario el agua excedente se perdería por debajo de la zona de raíces. Generalmente estos cálculos de número de riegos y dosis, suelen establecerse para períodos de tiempo quincenales. Ejemplo: Calcular el número y la dosis de riego necesarias durante la quincena el 1 al 15 de junio para regar un macizo de flores compuesto por Begonia sepervirens, a) en el caso de un suelo arcilloso y b) en caso de uno arenoso, sabiendo que las necesidades brutas de las flores durante la quincena son de 90 mm y que la profundidad de raíces es de 0’40 cm. Como se prevé que no existan problemas de abastecimiento en la zona, se considera un NAP de 0’7. En primer lugar será necesario estimar la capacidad se almacenamiento del suelo en cada caso, según la tabla. Se considera el valor intermedio del intervalo: NAP = 0’7 Tipo de suelo
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Profundidad de raíces (m) 0’25
0’4
0’65
1
Arenoso
12-18
20-28
32-46
49-70
Arcilloso
35-44
56-70
91-114
140-175
a) Para el caso de un suelo arcilloso:
nº Riegos
= 90/63 = 1’42 → 2 riegos
Dosis de Riego
= 90/2 = 45 mm
De esta forma se realizan dos riegos, cada uno de 45 mm, se conseguirá suministrar a las plantas la cantidad de agua correspondiente a sus necesidades brutas en esa quincena, sin que el contenido de agua existente en el suelo llegue a agotarse, no afectando por tanto a la calidad ornamental de las planta. b) Para un suelo arenoso:
nº Riegos
= 90/24 = 3’75 → 4 riegos
Dosis de Riego
= 90/4 = 22’5 mm
En este caso habría que realizar 4 riegos con dosis de 22’5 mm cada uno, cubriendo así las necesidades brutas de las plantas y no agotando el perfil del suelo.
RIEGO POR SUPERFICIE EN JARDINES
De ambos casos se desprende que a medida que la capacidad de almacenamiento del suelo es menor, es necesaria la palicación de un mayor número de riegos y por tanto más frecuentes, con dosis inferiores de agua. Una vez conocida la cantidad de riegos que hay que realizar, y la dosis de riego en cada uno de ellos, hay que determinar la forma en la que va a llevar a cabo la distribución del agua. La distribución del agua debe realizarse de la forma más uniforme posible y en un corto espacio de tiempo, para la que la infiltración en el suelo sea lo mas homogénea posible en toda la zona a regar. Esto lo podemos conseguir con caudales altos al principio y posterior reducción del mismo, o aportando el caudal desde varios puntos. El cálculo del tiempo de aplicación del riego se determina, primero calculando la superficie a regar (m²) y posteriormente el volumen total de agua a aplicar (litros). Vtotal(l) = Dosis riego(mm) x S (m²)
Conocidos el volumen total de agua a aplicar y el caudal disponible en la zona (l/s), el tiempo de aplicación del riego vendrá determinado por el cociente entre ambos:
Ejemplo: Calcular el volumen de auga a aplicar sobre un macizo de flores que se localiza en un parterre de 4 metros de ancho por 6 metros de largo, sabiendo que la dosis de riego es de 45 mm y el caudal disponible de 1’5 l/s.
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Solución:
S = 4 x 6 = 24 m²
Vtotal = 45 x 24 = 1.080 l Tr = 1.080 / (1’5x60) = 12 min.
De esta forma, durante 12 minutos se suministra a la superficie regada el volumen de agua necesario para cubrir als necesidades brutas de las plantas en cada riego.
8.7. Mejora del manejo del riego por superficie. Los sistemas de riego por superficie se caracterizan por presentar un consumo de agua más elevado que el resto de los sistemas de riego, y por producir un mayor volumen de pérdidas durante la ejecución, principalmente por filtración profunda, debidas a un mal diseño o a un manejo inadecuado del mismo. Podemos tomar una serie de medidas, encaminadas a la mejora del manejo del riego por superficie. Dentro de estas medidas, destacan el manejo adecuado del tiempo de riego, la realización de riego por pulsos y la aplicación del recorte de caudal. Manejo del Tiempo de Riego. En los sistemas de riego por superficie, se recomienda detener el suministro de agua cuando ésta haya llegado al final del área regada, consiguiendo que el tiempo de avance sea igual al tiempo de riego y reduciendo la escorrentía. Si el caudal aplicado es pequeño, o la capacidad de infiltración del suelo es alta, el avance del agua sobre la superficie del mismo puede llegar a ser muy lento, lo cual puede provocar que se infiltre gran cantidad de agua e la cabecera, y se genere demasiada filtración profunda. En estos casos lo que se recomienda es detener el suministro de agua antes que alcance el final del área regada, donde llegará gracias al efecto de la pendiente. Riego por Pulsos: El tiempo que el agua permanece sobre el suelo durante el riego no es el mismo para todos los puntos del suelo, por lo que la cantidad de agua que se infiltre tampoco será igual, lo que contribuirá a la pérdida de uniformidad del riego. El riego por pulsos consiste en realizar el suministro de agua al sistema de manera intermitente. El proceso se realiza de la siguiente manera: • Se comienza aportando agua durante un tiempo determinado, y pasado éste se detienen el suministro hasta que desaparezca el agua de la superficie. • Posteriormente se reanuda el suministro, circulando el agua inicialmente sobre suelo húmedo y posteriormente sobre suelo seco. Tras un cierto tiempo se vuelve a detener el suministro.
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• Las pulsaciones se van repitiendo hasta que se consiga que el agua llegue al final de la superficie a regar, pudiendo continuar o no la aplicación del agua, dependiendo del criterio del jardinero tras comprobar la profundidad del perfil humedecido. Cuando el agua avanza en la primera pulsación, lo hace sobre suelo seco, pero en posteriores pulsaciones, el agua se infiltra de manera más lenta sobre el suelo humedecido por la pulsación anterior, avanzando sobre el mismo de manera más rápida, evitando de esta manera la filtración profunda excesiva. Recorte de Caudal: Para evitar las pérdidas por escorrentía, podemos utilizar la técnica del recorte de caudal. Esta técnica consiste en la disminución del caudal aplicado una vez que el agua haya alcanzado el final de la superficie a regar. Se lleva a cabo aplicando caudales elevados al principio, pero sin producir erosión. Cuando llega al final de la zona a regar se recorta el caudal. Resulta fundamental la experiencia del jardinero, para aportar los caudales adecuados en cada momento.
8.8. Resumen.
RIEGO POR SUPERFICIE EN JARDINES
110
• La incorporación del agua como elemento integrante del jardín aporta belleza y frescor a su entorno. Esto lo conseguimos mediante la inclusión de canales, fuentes y estanques en los jardines, que en ocasiones forman parte de los sistemas de riego por superficie. • El riego por superficie se utiliza para el riego de jardines junto con los sistemas de riego por aspersión y riego localizado. • Los sistemas de riego por superficie más utilizados son el riego mediante pozas, alcorques, compartimientos cerrados y mediante surcos. Los tres primeros riegan mediante inundación y el último mediante escurrimiento o vertido. • Uno de los factores característicos del riego por superficie es el alto consumo de agua frente a otros sistemas de riego. Por ello deberemos tomar medidas para reducir estas pérdidas, basadas en el caudal y el tiempo de riego. • De esta forma se podrá conseguir un importante ahorro de agua y una infiltración uniforme, al tiempo que se conserva la calidad del suelo.
9. SISTEMAS DE DRENAJE. 9.1. Introducción. En un jardín desde el punto de vista de la utilización del agua, en el sistema de riego debería ser tan eficiente como para suministrar las cantidades correctas de agua a las plantas. Cabría pensar que la instalación de un sistema de drenaje sería innecesaria. Sin embargo esto es erróneo, ya que la existencia de una capa freática próxima a la superficie, un subsuelo o capa de suelo impermeable, o las lluvias intensas, puede ocasionar que la capacidad de almacenamiento del suelo se vea desbordada, siendo necesaria la evacuación del sobrante hacia la red de alcantarillado.
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Así pues, tras un estudio previo del suelo, el sistema de drenaje debe diseñarse en aquellos casos que el suelo no pueda eliminar de forma adecuada el exceso de agua que ocupa la zona de las raíces.
9.2. El exceso de agua en el suelo. La capacidad de almacenamiento de agua es posible gracias al volumen de poros que componen la estructura del suelo, que retienen agua en su interior. De esta manera se pueden establecer niveles de humedad del suelo. Dentro de estos niveles, se encuentra el estado de saturación del suelo, que se caracteriza por encontrarse todo el espacio poroso del suelo ocupado por agua. El estado de saturación del suelo puede ser alcanzado por diversos motivos, a saber: • Por causas de tipo climático: fuertes tormentas o lluvias copiosas continuadas. • Por la presencia de capas freáticas poco profundas. • Debido a problemas estructurales del suelo, que encharquen el mismo. • Por manejo inadecuado de los riegos. • Por un aporte adicional al agua de lluvia, como consecuencia del vertido desde zonas impermeables (pavimentos, tejados, etc), en el perímetro del jardín. El estado de saturación del suelo es indeseable, y los efectos derivados del mismo suele ser bastante graves, presentando consecuencias desfavorables tanto para el suelo, como para las plantas situadas sobre éste, destacando principalmente las siguientes: • Problemas de asfixia radicular, como consecuencia de la falta de espacio poroso en el suelo para el almacenamiento de oxígeno. • Desarrollo de micro-organismos anaerobios, que producen productos tóxicos para las plantas, como nitritos, sulfuros y etanol. • Imposibilidad para el desarrollo de microorganismos aerobios, que se encargan de procesos como la humidificación de la materia orgánica, la fijación del nitrógeno, y la mineralización de los nutrientes entre otros. • Se limita la profundidad del suelo como consecuencia del desarrollo de capas freáticas próximas a la superficie, lo cual obliga a las raíces de las plantas a exten- Sistema de drenaje en jardín.
111
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derse por los horizontes más superficiales del suelo. • Los riesgos de salinización son también mayores, ante la imposibilidad de poder realizar un lavado del suelo. Estos efectos negativos pueden evitarse mediante el diseño de sistemas de drenaje, que permitan la evacuación de los excesos de agua.
9.3. Clasificación de los sistemas de drenaje. En general, los sistemas de drenaje pueden clasificarse atendiendo a: • La forma de conducir el agua. • La disposición de la red de riego. • El sistema utilizado para facilitar el acceso del agua a las tuberías de drenaje. Según Forma de Conducir el Agua: Los sistemas de drenaje, pueden ser superficiales o de sistema abierto, y subterráneos. Los sistemas superficiales se caracterizan por utilizar zanjas excavadas en el terreno. En jardinería no suelen ser utilizadas ya que presentan múltiples inconvenientes, como por ejemplo la alteración de la estética del jardín, la pérdida de espacio utilizable por los usuarios, los riesgos de accidentes, y dificultad para realizar las operaciones de mantenimiento del jardín.
112
Los sistemas subterráneos están formados por una red de tuberías enterradas, fabricadas generalmente en PVC corruga y perforado. La red la forman tuberías de drenaje o drenes que recogen el agua sobrante y la conducen hasta otras de mayor diámetro llamadas colectores, desde dónde es conducida a la red de evacuación. Los sistemas subterráneos suelen ser utilizados (los que más) en jardines y campos de deporte, cuando se requiere su instalación. Según la Disposición de la Red en el Terreno: Pueden clasificarse según la disposición de los drenes con respecto al colector, y según la disposición de las tuberías de drenaje en relación a las curvas de nivel. Disposición respecto al colector
Parrilla
SISTEMAS DE DRENAJE
Peine
Cuando los drenes se unen al colector formando un ángulo recto.
Cuando los drenes se unen al colector formando un ángulo.
Disposición respecto al colector
Espina de pez
Cuando los drenes se unen al colector por ambos lados formando un ángulo.
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Disposición respecto las curvas de nivel
Longitudinales
Drenes perpendiculares a las curvas de nivel.
Transversales
Drenes paralelos a las curvas de nivel.
113 Oblicuos
Zig-zag
Las curvas de nivel y los drenes forman un ángulo determinado.
Cuando la dirección del colector cambia a lo largo del recorrido formando los drenes un ángulo con éste.
Según el Sistema de Acceso a las Tuberías de Drenaje: En ocasiones el perfil del suelo es poco permeable como consecuencia de las actividades realizadas en la superficie. Esto obliga a combinar las redes de drenaje con sistemas que permitan la infiltración del agua a través del perfil del suelo.
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De estos sistemas, los más utilizados son los siguientes: • Drenaje con tuberías, grava y arena: en estos sistemas las tuberías se disponen en el fondo de las zanjas, que se rellenan de grava y arena, y sobre éstas se dispone la capa de enraizamiento. Si el material de contacto es muy fino, conviene rodearlas de algún sistema que evite el taponamiento de los poros como fibra de coco o geotextil. • Drenaje con tuberías y rendijas de drenaje: como el sistema anterior, pero además se incluyen unas bandas transversales (rendijas) que conectan la superficie con las tuberías de drenaje. Las rendijas facilitan el drenaje pero no se consigue una buena aireación de la zona de raíces. • Drenaje con tuberías, rendijas de drenaje y tapiz de arena: se utilizan para resolver el problema de la aireación de la raíces del sistema anterior. Para solucionar esto, se añade al suelo una capa de arena entre 200 y 150 mm de espesor. La capa que queda bajo la arena, ejerce de reservorio de agua y nutrientes. Un alternativa a la realización de rendijas, es modificar la composición de la zona de las raíces para dotarla de una buena permeabilidad. Mezclaremos con el suelo una cantidad determinada de arena. La cantidad de arena será suficiente para conseguir una red de macro-poros, pero sin que llegue a crear una superficie de menor calidad que la anterior. Habrá que tener en cuenta al textura original del suelo, la textura que se pretende conseguir en la zona de raíces y la profundidad del suelo que se pretende modificar. 114
La arena recomendada es la arena de río, la cual debe lavarse si existe riego de salinidad, descartando las destinadas a la construcción. Normalmente, en los céspedes de campos de golf, suelen utilizarse para este fin mezclas de arena-turba y mezclas de arena-tierra, utilizándose más la primera opción al presentar una granulometría más gruesa y una capacidad de drenaje mayor que la segunda. Según la USGA (Asociación de Golf de EE.UU.), recomienda las siguientes composiciones (% peso) y granulometría para las capas de enraizamiento: Material
Ø partículas (mm)
Recomendaciones (% peso)
Grava fina
2’00 - 3’40
Menos del 10% del total, incluyendo como máximo un
Arena muy gruesa
1’00 - 2’00
3% de grava fina, o preferiblemente nada
Arena gruesa
0’50 - 1’00
Arena media
0’25 - 0’50
Arena fina
0’15 - 0’25
Arena muy fina
0’05 - 0’15
Limo
0’002 - 0’05
Arcilla
< 0’002
Como mínimo un 60% del total Menos del 20% Arena y limo, 5% como máximo. Arcilla, 3%. Entre las tres no pueden superar el 10% del total.
Estos datos pueden servir como orientación a la hora de modificar la composición de la capa de enraizamiento de los suelos de jardinería.
SISTEMAS DE DRENAJE
9.4. Diseño hidráulico de las instalaciones de drenaje. Para realizar el diseño hidráulico de una instalación de drenaje, son necesarios una serie de parámetros que determinen la capacidad natural de drenaje del suelo y los requisitos que debe presentar la instalación. Los parámetros utilizados son el tipo de suelo,profundidad de raíces, y tolerancia al encharcamiento.
Tipo de suelo: Según la textura del suelo, el agua drenará con mayor o menor facilidad. Ésta proporciona información sobre dos características relacionadas con el movimiento del agua en su interior: • Conductividad hidráulica: que da idea de la facilidad con la que el agua es capaz de atravesar el perfil del suelo. • Espacio poroso drenable: que proporciona el porcentaje de macro-poros existentes en la estructura del suelo, en los que tiene lugar el almacenamiento y circulación del agua. En la tabla siguiente se recogen los intervalos de variación de la conductividad hidráulica y del espacio poroso drenable, en función de los tipos de suelo: Tipo de Suelo
Conductividad hidráulica (cm/h)
Espacio Poroso Drenable (%)
2’50 - 25
20’40 - 22’70
Franco-arenoso
1’30 - 7’60
18’20 - 26’00
Franco
0’80 - 1’20
10’00 - 18’70
Franco-arcilloso
0’25 - 1’25
7’60 - 17’10
Arcillo-limoso
0’03 - 0’50
4’00 - 13’90
Arcilloso
0’01 - 1’00
4’30 - 13’80
Arenoso
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De esto se desprende que los suelos con textura gruesa, como son los arenosos, presentan una mayor facilidad al drenaje que los de textura fina como los arcillosos. Profundidad de Raíces: La profundidad de raíces de las plantas, determinará la profundidad a la que pueda instalarse la red de tuberías de drenaje, es decir, la profundidad mínima a la que pueda llegar la capa freática en el perfil del suelo para evitar el encharcamiento de la zona ocupada por las raíces. Tolerancia al Encharcamiento:
115
La tolerancia al encharcamiento de la plantas, permite estimar el tiempo en el cual la instalación de drenaje debe reducir la altura de la capa freática hasta la profundidad deseada. Así pues tenemos tres niveles de tolerancia al encharcamiento: Tolerancia al encharcamiento
Tiempo para eliminar el exceso de agua (días)
Baja
1 día
Media
3 días
Alta
6 días
Diseño de la Instalación: Para el diseño de la instalación del sistema de drenaje, seguiremos los siguientes pasos: • Establecimiento de la profundidad de instalación de los drenes. • Determinación de espaciamiento entre los drenes. • Determinación de la pendiente y la longitud de los drenes. • Elección de los diámetros adecuados para los drenes y los colectores. Profundidad de instalación de las tuberías de drenaje: Para este apartado, es necesario considerar la profundidad de las raíces de las plantas del jardín. Es muy importante que la capa freática no alcance la zona de las raíces. Por otro lado, se debería
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optar por una mayor profundidad de los drenes cuando menor sea la conductividad hidráulica del suelo, ya que en este caso el agua drena más fácilmente. Si en el terreno existe una capa impermeable, la profundidad máxima quedará limitada por la profundidad a la que se encuentre ésta. Para simplificar el tema, se pueden establecer tres alternativas de profundidad, alta (0’40 m), media (0’25 m) y baja (0’10 m), cuyo valor sumará al de la profundidad de raíces para determinar dónde instalar las tuberías. Profundidad de raíces Cespitosas
0’25
Vivaces y tapizantes
0’40
Arbustos
0’65
Árboles
1’00
Ejemplo: ¿A qué profundidad habría que situar las tuberías de drenaje en la zona de césped de un campo de golf, situado sobre un suelo de baja conductividad hidráulica? Al tratarse de un suelo de conductividad hidráulica baja, se deberá optar por un nivel de profundidad alto. Profundidad de las tuberías = profundidad de raíces + nivel de profundidad = 0’25 + 0’40 = 0’65 m
116
Determinación del espaciamiento entre drenes: La distancia a la que se sitúen las tuberías de drenaje depende de los siguientes parámetros: • La profundidad de las raíces de las plantas (tipo de especie). • La profundidad de instalación de los drenes (alta, media o baja). • La tolerancia al encharcamiento de las especies utilizadas. • El tipo de suelo. El valor de espaciamiento entre drenes se ha tabulado para cespitosas, vivaces y tapizantes, arbustos y árboles, y para cada una de las alternativas de profundidad (alta, media o baja) citadas con anterioridad (ver Anexo 3). Ejemplo: Calcular el espaciamiento entre las tuberäias de sistema de drenaje de un jardäin situado sobre un suelo arcilloso-limoso, sabiendo que la especie que compone el jardäin es Cynodon dactylon, una cespitosa de baja tolerancia al encharcamiento. Se considera una profundidad de drenaje media. El valor del espaciamiento entre drenes se obtiene consultando en el anexo 3 la tabla que se corresponda con las condiciones dadas:
Profundidad de raíces: 0’25 m
Tipo de especie: Cespitosas
Profundidad de drenaje: MEDIA (0’25 m)
SISTEMAS DE DRENAJE
Tipo Suelo
Espaciamiento entre drenes (m) Tolerancia baja
Tolerancia media
Tolerancia alta
Arenoso
6’61
11’45
16’20
Arcilloso
1’06
1’83
2’59
Arcillo-limoso
2’24
3’88
5’49
Franco
4’04
7
9’90
Tipo Suelo
Espaciamiento entre drenes (m)
Franco -arenoso
4’78
8’28
11’71
franco-arcilloso
3’66
6’34
8’97
En este caso, como vemos, el espaciamiento entre drenes es de 2’24 m. Hay que tener en cuenta que a medida que los drenes se colocan a mayor profundidad, el espaciamiento entre estos puede ser mayor, y que, a medida que los drenes se colocan más próximos entre sí, los costes de instalación son mayores.
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Determinación de la pendiente y la longitud de las tuberías de drenaje: Las tuberías deberán tener una cierta pendiente para que el agua pueda circular por su interior y ser evacuada. La pendiente puede venir determinada por la granulometría del terreno. La pendiente debe ser tal que permita el arrastre de dichas partículas, evitando de esta manera la colmatación de la tubería. Los drenes deben proyectarse con la mayor pendiente posible para poder desaguar el máximo caudal con la mínima sección. La pendiente será del 0’1% como mínimo, siendo lo deseable el 0’3% siempre que sea posible. La longitud máxima de los laterales de drenaje depende de la pendiente que estos tengan y su relación con la del terreno, geometría del jardín y necesidades de mantenimiento de los drenes. No deben tener una longitud superior a 250-300 metros. En terrenos con pendiente y siempre que ésta lo permita los drenes pueden alcanzar los 1.000 metros, aunque en este caso sería necesario instalar pozos de registro cada 250 metros aproximadamente para poder realizar las operaciones de mantenimiento de las tuberías. Elección de los diámetros de los drenes y los colectores: El diámetro de los drenes depende del caudal máximo que se estima que van a conducir y de la pendiente. En general, suelen ser de diámetros pequeños, lo que puede ser un inconveniente de tipo económico. Otro problemas que puede surgir es que en ocasiones, se originan problemas de sifonamiento en las instalaciones de drenaje como consecuencia de errores cometidos en la nivelación durante la colocación de las conducciones. Una posible solución sería elegir drenes con diámetros mayores de los teóricamente necesarios. Se recomienda en instalaciones de drenaje de jardines utilizar conducciones de 10 cm de diámetro. El diseño de los colectores debe realizarse teniendo en cuenta el caudal máximo que deben conducir, que corresponderá con la suma de todos los caudales aportados por los drenes laterales unidos al colector, y la pendiente con la que se instalen. Para determinar el caudal que conduce el colector hay que calcular que caudal evacua cada dren, cuyo valor resulta de multiplicar el caudal específico por metro lineal evacuado por éste, por la longitud de dicho dren. El caudal específico lo obtenemos de la siguiente expresión:
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donde:
Q: Caudal específico (m³/h).
d: Separación entre drenes (m).
h: Profundidad de raíces (m).
E: Espacio poroso drenable (tanto por 1).
t: Tiempo para eliminar el exceso del agua (días).
En la siguiente tabla para colectores de PVC corrugado, se relaciona el diámetro interior de la tubería con la pendiente y con el caudal máximo que puede conducir. Caudales circulantes (l/s) Ø Interior (cm)
Pendientes 0’1%
0’2%
0’3%
0’4%
0’5%
2’60
3’68
4’51
5’21
5’83
15
7’63
10’80
13’21
15’26
17’06
20
16’55
23’41
28’68
33’11
37’02
10
Así por ejemplo, un colector que reciba de los drenes un caudal de aproximadamente 3 l/s que tiene una pendiente del 0’3%, deberá tener un diámetro interior de 10 cm.
9.5. Resumen. En ocasiones es necesario el diseño y la instalación de sistemas de drenaje en los jardines, con el 118 fin de garantizar la evacuación de los excesos de agua que pudieran generarse por cualquier causa: de tipo climática, estructural, accidental, etc. Existen diversos tipos de sistemas de drenajes que se adaptan a las características concretas de nuestro jardín. En jardinería y campos deportivos, suelen utilizarse sistemas de drenaje subterráneos. Para el diseño, son necesarios una serie de parámetros como tipo de suelo, profundidad de raíces y tolerancia de las plantas al encharcamiento, que determinan la capacidad natural de drenaje del suelo y los requisitos de la instalación.
SISTEMAS DE DRENAJE
El proceso propiamente dicho consta de: • Establecimiento de la profundidad de instalación de las tuberías de drenaje. • Determinación de espaciamiento entre drenes. • Elección de la pendiente. • Longitud y diámetros interiores de la tuberías y colectores.
10. ANEXO I. Especie
Ke
Tolerancia Salinidad (dS/m)
Tolerancia Encharcamiento
Tipo Especie
A Abelia “Edward Goucher”
0’50
Baja
ArP
Abelia floribunda
0’50
4-8
Baja
ArP
♣Abelia grandiflora
0’40
2-4
Baja
ArP
Abelia “Sherwoodii”
0’50
Abies spp
0’50
♣Abies cefalonica
0’30
♣Abies pinsapo
0’20
Baja
Con
Abutilon hybridum
0’72
baja
ArP / PF
♣Acacia baileyana
0’20
baja
AP
♣Acacia cultriformis
0’30
♣Acacia cyanophylla
0’30
♣Acacia cyclops
0’30
♣Acacia dealbata
0’18
4-8
baja
♣Acacia decurrens
0’18
4-8
baja
AP
♣Acacia karoo
0’30
baja
AC
♣Acacia longifolia
0’20
4-8
baja
AP
♣Acacia melanoxylon
0’30
♣Acacia pendula
0’32
4-8
baja
♣Acacia podalyriaefolia
0’30
♣Acacia pycnantha
0’30
♣Acacia retinoides
0’30
4-8
baja
AP
♣Acacia saligna
0’26
8-10
baja
AP
♣Acacia verticillata
0’30
Acalypha wikesiana
0’50
Alta
ArP / PF
♣Acanthus mollis
0’50
Media
V
♣Acer campestre
0’50
Baja
AC
♣Acer granatense
0’50
AC
♣Acer monspessulanum
0’50
AC
♣Acer negrundo
0’50
♣Acer negrundo var. violaceum
0’50
Acer saccharinum
2-4
Baja
ArP
Baja
Con Con
MANUAL DE RIEGO DE JARDINES
Sergi Ruiz Zarzuelo
ArP 4-8
baja
AP AP AP
AP AP AP AP
ArP
4-8
4-8
Media
AC
0’50
2-4
Alta
AC
Acer pseudoplatanus
0’50
4-8
Baja
AC
♣Achillea ageratum
0’30
Media
V/T
Achillea filipendulina
0’30
Media
V/T
♣Achillea millefolium
0’30
Media
V/T
♣Achillea odorata
0’30
Media
V/T
Achillea tormentosa
0’30
Media
V/T
Acokanthera venenata
0’50
♣Adenocarpus decorticans
0’20
♣Aeonium spp
0’20
Aesculus carnea
0’50
Aesculus hippocastanum
0’50
Baja
AC
Agapanthus africanus
0’50
Media
V / PF
♣Agatea coelestis
0’50
♣Agave spp
0’20
Ageratum coeletis
0’30
♣Ailanthus altissima
0’17
8-10
Media
AC
Ajuga reptans
0’65
0’65
Media
V / T / PF
♣Albizia julibrissin
0’40
4-8
Baja
AC
♣Albizia julibrissim “Ombrella”
0’40
Alnus cordata
0’50
Alnus glotinosa
0’58
AC
4-8
ArP ArP
8-10
Baja
S
Baja
AC
V / PF 8-10
Baja
S V / PF
AC
2-4
Alta
AC
Alta
AC
119
Sergi Ruiz Zarzuelo
Especie
ANEXO I
120
Ke
Tolerancia Salinidad (dS/m)
Tolerancia Encharcamiento
Tipo Especie
Alnus incana
0’60
Alta
AC
Alocasia spp
0’80
Alta
S
♣Aloe vera
0’20
Baja
S
Aloysia trhiphylla
0’50
Media
ArC
♣Amelanchier canadensis
0’50
Media
ArC
♣Amelanchier ovalis
0’50
ArC
♣Ampelodesmos mauritanica
0’30
HO
Ampelopsis quinquefolia
0’50
PT
Ampelopsis tricuspidata
0’50
PT
♣Andropogon spp
0’30
HO
Anemone x hybrida
0’50
V / PF
Anigozanthus flavidus
0’50
Anisodontea campensis
0’50
Annona cherimola
0’50
Antigonon leptopus
0’50
PT
♣Aphyllantes monspeliensis
0’30
T
♣Aptenia cordifolia
0’32
S
Aptenia “Red Apple”
0’32
♣Aquilegia spp
0’40
♣Arabis alpina
0’40
Aralia elata
0’50
Baja
AC
Araucaria araucana
0’40
Media
Con
Araucaria bidwilii
0’42
Media
Con
♣Araucaria heterophyla
0’50
Media
Con
♣Arbutus unedo
0’30
Baja
AP
Archontophoenix alexandre
0’80
Media
Pal
Arctostaphylos densiflora
0’20
Baja
ArP
Arctostaphylos uva-ursi
0’20
Arctotis hybridus
0’38
Baja
PF
Ardisia japonica
0’65
Media
ArP
Aristolochia elegans
0’50
Alta
PT
Aristolochia gigantea
0’80
Alta
PT
♣Armeria maritima
0’50
Media
V/T
Artemisia arborecens
0’20
8-10
Baja
ArP
Artemisia absintium
0’30
8-10
Baja
ArP
♣Artemisia herba-alba
0’20
8-10
Baja
ArP
Arundo donax
0’50
Media
HO
♣Asclepias curassavica
0’40
Baja
PF
Asparagus spp
0’50
Media
V
Aspidistra elatior
0’38
Media
Asplenium scolopendrium
0’40
Aster spp
0’50
Baja
Astilbe taqueti “Superba”
0’80
Alta
Athyrium filix-femina
0’74
♣Athyllis cytisoides
0’50
♣Atriplex glauca
0’20
8-10
Baja
♣Atriplex halimus
0’20
8-10
Baja
ArP
Aubrieta deltoidea
0’20
Baja
V / T / PF
Aucuba japonica
0’50
Media
ArP
Azalea mollis
0’40
PF
Azalea pontica
0’40
PF
Azalea japonica
0’40
Azara dentata
0’60
Baja
ArP
Azara microphylla
0’60
Alta
ArP
Bambusa spp
0’40
Media
B
8-10
Media
V
Media
AC
V <2
S 2-4
V T
2-4
ArP
V H V / T / PF V H AC ArP
PF
B
Especie
Ke
Tolerancia Salinidad (dS/m)
Tolerancia Encharcamiento
Tipo Especie
Banksia integrifolia
0’50
Media
ArP
Banksia speciosa
0’50
Media
ArP
Bauhinia corymbosa
0’50
Media
AC
Bauhinia variegata
0’50
Media
AC
Bauhinia tormentosa
0’40
Media
AC
Beaucarnea recurvata
0’20
4-8
Baja
S
Beaumontia grandiflora
0’60
Begonia semperflorens
0’50
4-8
Media
V/PF
Bellis perennis
0’40
Baja
V/PF
Beloperone guttata
0’40
♣Berberis thumbergii
0’40
Baja
ArC
♣Bergenia crassifolia
0’65
Media
V/T/PA
Betula papyrifera
0’40
Alta
AC
Betula utilis
0’40
Media
AC
♣Bignonia ungis-cati
0’20
PT
Boronia spp
0’50
ArP
♣Bougainvillea spp
0’22
Baja
PT
♣Brachychiton acerifolium
0’30
Media
AC
Brachychiton populneus
0’35
Baja
AP
Brachyscome iberidifolia
0’20
♣Brahea armata
0’20
Baja
Pal
Brahea edulis
0’20
Baja
Pal
♣Broussonetia papyrifera
0’20
Baja
Brugmansia spp
0’60
ArC
Brunfelsia pauciflora
0’62
ArP
♣Bryophyllum spp
0’20
♣Buchloe dactyloides
0’30
Baja
Ces
♣Buddleja davidii
0’40
Baja
ArC
♣Buddleja madagascariensis
0’40
Baja
ArP
Buddleja officinalis
0’40
Baja
ArP
♣Bupleurum fruticosum
0’40
Baja
ArP
♣Butia capitata
0’20
Baja
Pal
♣Buxus balearica
0’30
Baja
ArP
Buxus microphylla japonica
0’50
4-8
Baja
ArP
♣Buxus sepervirens
0’50
4-8
Baja
ArP
Caesalpinea gilliesii
0’30
Baja
ArC
Calliandra haematocephala
0’60
Baja
AP
Calliandra tweedii
0’50
Baja
AP
Callicarpa bondinieri
0’40
Media
ArC
Callistemon pinifolus
0’20
Media
ArP
Callistemon rigidus (lanceolatus)
0’30
Media
ArP
Callistemon salignus
0’40
Baja
ArP
Callistemon speciosus (citrinus)
0’50
Media
ArP
Callistemon viminalis
0’38
Media
ArP
Calluna vulgaris
0’50
Baja
ArP
Calocedrus decurrens
0’50
Baja
Con
Calycanthus floridus
0’40
Baja
ArC
Camellia japonica
0’62
Media
ArP / PF
Camellia sansaqua
0’62
Campanula spp
0’50
♣Campsis radicans Canna spp
PT
ArP 2-4
MANUAL DE RIEGO DE JARDINES
Sergi Ruiz Zarzuelo
PF
AC
S
C
2-4
4-8
2-4
Media
ArP / PF
Media
V / T / PF
0’40
Baja
PT
0’55
Media
PF
♣Capparis spinosa
0’20
Baja
ArP / T
Caragana arborescens
0’20
Carissa grandiflora
0’42
4-8
8-10
Baja
AC
Baja
ArP
121
Sergi Ruiz Zarzuelo
Especie
ANEXO I
122
Ke
Tolerancia Salinidad (dS/m)
Tolerancia Encharcamiento
Tipo Especie
Baja
ArP
Carissa macrocarpa
0’42
♣Carnegiea gigantea
0’17
Carpentaria acuminata
0’40
Carpentera californica
0’28
Carpinus betulus “Fastigiata”
0’35
4-8
♣Carpobrotus spp
0’24
8-10
Baja
S
Caryopteris x clandonensis
0’50
Media
ArC
Caryota mitis
0’50
Baja
Pal
Caryota urens
0’65
Baja
Pal
Cassia alata
0’40
Media
AP
Cassia acuminata
0’40
Cassia corymbosa
0’40
Cassia javanica Cassia renigera
Cac
4-8
Baja
Pal
Alta
ArP
Baja
AC
Media
AP
Media
AC
0’40
Media
AP
0’40
Media
AP
Castanea sativa
0’40
Baja
AC
♣Casuarina cunnighamiana
0’30
4-8
Media
AP
♣Casuarina equisetifolia
0’40
4-8
Baja
AP
♣Casuarina stricta
0’40
♣Catalpa bignonioides
0’40
4-8
Baja
AC
Ceanothus spp
0’40
Media
ArC
♣Cedrus atlantica
0’45
Baja
Con
♣Cedrus deodara
0’40
Baja
Con
Cedrus libani
0’20
Baja
Con
♣Celtis australis
0’42
Baja
AC
Centaurea dealbata
0’20
Baja
V / PF
Centaurea macrocephala
0’20
Baja
V / PF
♣Centaurea rutifolia “Candidissima”
0’20
Baja
V/PF
♣Cetranthus ruber
0’22
Baja
V/PF
♣Cephalocereus spp
0’18
♣Cerantonia siliqua
0’20
Baja
AP
♣Ceratostigma plumbaginoides
0’45
Media
T/PF
Cercis siliquastrum
0’20
4-8
Baja
AC
♣Cereus peruvianus
0’20
8-10
Baja
Cac
Cestrum elegans
0’50
Media
ArP
Cestrum nocturnum
0’50
Media
ArP
Chaenomeles x superba “Crindom Gold”
0’40
Baja
ArC
Chamaecyparis spp
0’50
Media
Con
Chamaedorea spp
0’80
Baja
Pal
Chamaemelum nobile
0’45
♣Chamaerops humilis
0’40
Baja
Pal
Chamelaucium uncinatum
0’32
Cheiranthus cheiri
0’50
Choisia ternata
0’50
♣Chorisia insignis
0’42
♣Chorisia speciosa
0’28
♣Chrysanthemum frutescens
0’50
ArP
♣Chrysantemum maximum
0’50
PF
♣Chrysantemum parthernum
0’40
V
Cibotium glaucum
0’80
♣Cinerea speciosa
0’40
Cinnamomum camphora
0’50
Media
AP
Cissus antartica
0’44
Baja
PT
Cissus rhombifolia
0’50
Baja
PT
♣Cistus albidus
0’20
Baja
ArP
♣Cistus clusii
0’20
Baja
ArP
♣Cistus crispus
0’20
Baja
ArP / T
4-8
AP
4-8
Cac
PA 4-8
ArP 4-8
V / PF Media
ArP
4-8
Baja
AC
4-8
Baja
2-4
AC
H ArP
Especie
Ke
Tolerancia Salinidad (dS/m)
Tolerancia Encharcamiento
Tipo Especie
♣Cistus landanifer
0’20
Baja
ArP
♣Cistus laurifolius
0’20
Baja
ArP
♣Cistus monspeliensis
0’20
Baja
ArP
♣Cistus salviifolius
0’20
Baja
ArP / T
Citrus spp
0’50
Clematis armandii
<2
Baja
AP
0’50
Baja
PT / PA
♣Clematis cirrhosa
0’50
Baja
PT / PA
♣Clematis flammula
0’50
Baja
PT / PA
Clematis hybrids
0’50
Baja
PT / PA
♣Cleome spinosa
0’50
Clerodendrum thomsoniae
0’40
Baja
ArP
Clerodendrum trichotormum
0’40
Baja
ArC
Clivia miniata
0’44
Baja
V/T
♣Cneorum tricoccon
0’30
Baja
ArP
Cocculus laurifolius
0’50
AP
Coleonema album
0’50
ArP
Coleonema pulchrum
0’50
ArP
♣Colutea arborecens
0’20
ArC
♣Convolvulus mauritanicus
0’40
Baja
♣Convolvulus cneorum
0’20
Baja
ArP
♣Coprosma repens
0’50
Baja
ArP / T
Cordyline australis
0’40
Baja
S
Corsyline stricta
0’50
Baja
S
♣Coreopsis lanceolata
0’30
4-8
Media
V / PF
♣Coreopsis tinctoria
0’30
4-8
Media
V / PF
♣Coreopsis verticilata cvs
0’30
4-8
Media
V / PF
Cornus florida
0’80
Baja
ArC
Cornus stolonifera
0’80
Baja
ArC
Corokia cotoneaster
0’50
♣Coronilla emerus
0’20
Media
AP
♣Coronilla minima
0’30
Media
ArP/T
Correa spp
0’26
Baja
ArP
♣Cortaderia selloana
0’18
Media
HO
Corylus avellana contorta
0’50
Baja
ArC
Corylus colurna
0’40
Baja
AC
Corylus maxima
0’20
Media
ArC
Cortinus coggygria
0’20
Baja
ArC
♣Cotoneaster buxifolia
0’50
<2
Baja
ArP
♣Cotoneaster congestus
0’50
<2
Baja
ArP
♣Cotoneaster horizontalis
0’50
<2
Baja
ArC / T
♣Cotoneaster lacteus
0’50
<2
Baja
ArP
♣Cotyledon spp
0’20
♣Crassula spp
0’20
Baja
S
♣Craetagus azarolus
0’50
Media
ArC
♣Craetagus laevigata
0’50
Media
ArC
♣Craetagus monogyma
0’50
Media
ArC
♣Craetagus tanacetifolia
0’50
Media
ArC
♣Crataegus x carrierei
0’50
Media
ArC
Crinum spp
0’50
Cryptomeria japonica
0’72
Media
Con
Cuphea micropetela
0’50
Media
ArP
♣Cupresssocyparis x leylandii
0’50
Media
Con
♣Cupressus arizonica var glabra
0’15
Media
Con
♣Cupressus cashmeriana
0’30
Baja
Con
♣Cupressus glabra
0’30
Baja
Con
♣Cupressus lusitanica
0’30
Baja
Con
4-8
PF
MANUAL DE RIEGO DE JARDINES
Sergi Ruiz Zarzuelo
PT
ArP
4-8
S
PF
123
Sergi Ruiz Zarzuelo
Especie
Ke
Tolerancia Salinidad (dS/m)
Tolerancia Encharcamiento
Tipo Especie
♣Cupressus macrocarpa
0’50
Baja
Con
♣Cupressus sempervirens
0’30
Baja
Con
Cycas circinalis
0’40
Baja
Pal
Cycas revoluta
0’50
Baja
Pal
♣Cyclamen hederifolium
0’35
4-8
V
Cyclamen persicum hybrids
0’50
4-8
V
Cydonia oblonga
0’20
♣Cynodon dactylon
0’20
Cyperus alternifolius
0’80
Cyperus papyrus ♣Cystisus x praecox
Baja
AC
Baja
Ces
Alta
PAc
0’80
Alta
PAc
0’30
Baja
ArP
♣Cytisus scoparius
0’30
Baja
ArC
Dahlia spp
0’65
PF
♣Daphne gnidium
0’40
ArP
♣Daphne laurifolia
0’40
ArP
Daphne mezereum
0’40
♣Dasylirion spp
0’20
Datura arborea
4-8
D
124
ArC 8-10
Baja
S
0’40
Media
ArP
Datura sanguinea
0’40
Baja
ArP
Datura suaveolens
0’40
Baja
ArC
♣Delonix regia
0’40
Delphinium spp
0’50
Deutzia spp
0’50
4-8
Baja
ArC
♣Dianthus barbatus
0’50
4-8
Baja
V/PF
Dicksonia antartica
0’80
Dimorphotheca aurantica
0’40
Baja
V/PF
♣Dimorphotheca ecklonis
0’40
Baja
V/PF
Diosspyros kaki
0’45
Dombeya x cayeuxii
0’50
♣Dracaena drago
0’17
♣Drosanthemum floribundum
0’20
Dryopteris erythrosora
0’50
Duranta repens
0’50
AC Baja
V/PA
H
4-8
Baja
AC
Baja
ArP
Baja
AP
>10
T H Baja
ArC
ANEXO I
D ♣Echeveria spp
0’26
S
♣Echinocactus spp
0’16
Cac
♣Echium vulgare
0’20
♣Elaeagnus angustifolia
0’30
♣Elaeagnus commutata
0’30
Eleagnus x ebbingei
0’35
♣Eleagnus pungens
0’20
♣Ephedra fragilis
0’40
♣Erica arborea
Baja 8-10
Media
ArP/PF AC ArC
Media
ArP
4-8
Baja
ArP
0’50
2-4
Media
♣Erica multiflora
0’50
2-4
Media
ArP
♣Erigeron mucronantus
0’40
Media
V / T / PF
♣Erigeron karvinskianus
0’45
Media
V / T / PF
♣Eriocephalus africanus
0’30
ArP
Erodium x variabile
0’20
PF
Erodium chrysanthum
0’45
♣Eryobotrya japonica
0’38
♣Erythrina caffra ♣Erythrina cista-galli
ArP ArP
PF <2
Baja
AP
0’20
Baja
AC
0’38
Baja
AC
Erythrina falcata
0’20
Baja
AC
Escallonia spp
0’50
Media
ArP
♣Eucalyptus camaldulensis
0’28
Alta
AP
4-8
Especie
Ke
Tolerancia Salinidad (dS/m)
Tolerancia Encharcamiento
Tipo Especie
Alta
AP
2-4
Baja
AP
♣Eucalyptus ficifolia
0’40
♣Eucalyptus globulus
0’28
♣Eucalyptus gunnii
0’30
AP
♣Eucalyptus leucoxylon
0’30
AP
♣Eucalyptus polyanthemos
0’30
♣Eucalyptus siderozylon
0’30
♣Eucalyptus viminalis
0’30
Euonymus europeus
0’40
Media
ArC
Euonymus fortunei
0’50
Baja
ArP
♣Euonymus japonicus
0’40
Baja
ArP
♣Euphorbia candelabrum
0’20
Baja
S
♣Euphorbia (=Poinsettia) pulcherrima
0’40
Baja
S
♣Euphorbia dendroides
0’30
Baja
S
♣Euphorbia myrsinites
0’30
Baja
S
Euphorbia rigida
0’18
Baja
S
♣Euphorbia splendens (=E. milii)
0’20
♣Euphorbia tirucali
0’15
Baja
S
♣Euryops pectinatus
0’30
Baja
ArP
Evolvulus convulvuloides
0’20
Fagus sylvatica
0’65
Baja
AC
Fatsia japonica
0’56
Media
ArP
♣Feijoa sellowiana
0’32
♣Ferocactus spp
0’15
♣Festuca arundinacea
0’50
♣Festuca ovina glauca
0’40
Ficus benjamina
0’50
♣Ficus carica
0’50
Ficus elastica
0’50
Ficus macrophylla
0’50
♣Ficus microcarpa (=F. nitida)
0’50
♣Ficus pumila (=F. repens)
0’50
♣Ficus rubiginosa
0’50
Forsythia x intermedia
0’40
♣Fouquieria splendens
0’18
S
Fragaria vesca
0’40
T
♣Frankenia corymbosa
0’30
T
♣Frankenia laevis
0’30
T
♣Frankenia pauciflora
0’30
T
♣Frankenia thymifolia
0’30
T
Fraxinus americana
0’50
AC
Fraxinus excelsor
0’40
Alta
Fraxinus ornus
0’40
Alta
AC
Fremotodendron spp
0’13
Baja
ArP
Fuchsia spp
0’65
Media
ArP
♣Furcraea spp
0’20
Baja
♣Gaillardia aristarta
0’40
♣Gaillardia grandiflora
0’40
♣Gaillardia pulchella
0’40
Gardenia spp
0’50
Gaultheria procumbens
0’80
♣Gazania pavonia
0’50
♣Gazania splendens
0’50
♣Gazania x hybrida
0’50
♣Genista cinerea
0’40
Baja
ArP
♣Genista hispanica
0’40
Baja
ArP / T
AP 4-8
AP AP
4-8
MANUAL DE RIEGO DE JARDINES
Sergi Ruiz Zarzuelo
S
V / PF F
2-4
2-4
Baja
AP
Baja
Cac
Alta
Ces
Baja
Ces
Baja
AC
AP 4-8
AP Baja
AP AP
Baja
PT
Media
ArC
AP
AC
S V / PF
Media
V / PF
Media
V / PF
2-4
ArP Baja
ArP
8-10
Media
V/T
8-10
Media
V/T
8-10
Media
V/T
125
Sergi Ruiz Zarzuelo
Especie
Ke
Tolerancia Salinidad (dS/m)
Tolerancia Encharcamiento
Tipo Especie
♣Genista ramosissima
0’40
Baja
ArP
♣Genista scorpius
0’40
Baja
ArP
♣Genista spartioides
0’40
Baja
ArP
Geranium sanguinium
0’50
♣Ginkgo biloba
0’50
Baja
AC
♣Gleditsia triacanthos
0’25
Alta
AC
♣Globularia alypum
0’40
ArP / T
♣Globularia cordifolia
0’40
ArP / T
♣Graptopetalum spp
0’26
S
♣Grevillea robusta
0’32
Baja
AP
♣Grevillea rosmarinfolia
0’20
Media
ArP
♣Grevillea themanniana
0’30
Grewia occidentalis
0’50
♣Gypsophila paniculata
0’38
PF
8-10
ArP ArC Baja
PF
Baja
ArC
Baja
ArP
Baja
PT / T
Baja
PT / T
Baja
PT / T
H
126
Hamamelis virginiana
0’50
♣Haworthia spp
0’20
Hebe spp
0’50
Hedera canariensis
0’50
Hedera colchica
0’40
♣Hedera helix
0’50
Hedychium gardneranum
0’72
♣Hianthemum nummularium
0’20
♣Hychirsum bracteatum
0’20
Hiotropum arborescens
0’50
♣Hiotropum peruvianum
0’40
Hieborus spp
0’50
Hemerocallis spp
0’50
Heuchera sanguinea
0’50
Hibbertia scandens
0’50
Hibiscus mutabilis
0’50
♣Hibiscus rosa-sinensis
0’56
♣Hibiscus syriacus Hosta spp
S
2-4
2-4
PF Media
ArP / T
Media
ArP
PA
PT PF Media
V / PA / PF T / PF PT
Media
ArP
Media
ArP
0’45
Baja
ArC
0’50
Media
V
Houttuynia cordata
0’50
Media
V/T
Howea belmoreana
0’50
Baja
Pal
♣Howea fosteriana
0’50
Baja
Pal
Hydrangea macrophylla
0’70
8-10
Baja
ArC
♣Hypericum balearicum
0’50
♣Hypericum calycinum
0’50
4-8
Baja
ArP / T
Hypericum inodorum
0’40
Baja
ArC / T
♣Iberis sempervirens
0’50
Media
V/T
Ilex aquifolium
0’45
Baja
ArP
Impatiens spp
0’65
Media
V / PF
Iochorma cyanea
0’50
Baja
ArP
♣Ipomoea acuminata
0’35
♣Iris spp
0’50
Media
V / PA / PF
Ixora coccinia
0’50
2-4
ArP / T
I
2-4
PT
ArP
ANEXO I
J Jacaranda mimosifolia
0’50
Baja
AC
Jasminum azoricum
0’40
Baja
PT
♣Jasminum fruticans
0’40
Baja
PT
Jasminum humile
0’44
Baja
PT
Jasminum nitidum
0’44
Baja
PT
Jasminum nudiflorum
0’40
Baja
PT
Especie
Ke
Tolerancia Salinidad (dS/m)
Tolerancia Encharcamiento
Tipo Especie
Jasminum officinalis
0’50
Baja
PT
Jasminum polyanthum
0’50
Baja
PT
Jasminum sambac
0’50
Baja
PT
Jasminum simplicifolium
0’50
Baja
PT
♣Jubaea chilensis
0’35
Media
Pal
Juglans regia
0’50
Baja
ArC
♣Juniperus chinensis
0’35
Media
Con / T
♣Juniperus communis
0’35
Media
Con/T
♣Juniperus horizontalis
0’35
Media
Con/T
♣Juniperus oxycedrus
0’35
Media
Con
♣Juniperus phoenicea
0’35
Media
Con
♣Juniperus sabina
0’35
Media
Con / T
♣Juniperus squamata
0’35
Media
Con / T
♣Juniperus thurifera
0’35
Media
Con
♣Juniperus virginiana
0’35
Media
Con / T
Justicia carnea
0’74
Media
ArP
♣Kalanchoe spp
0’26
Kerria japonica
0’50
♣Kleinia tomentosa
0’30
Kniphobia uvaria
MANUAL DE RIEGO DE JARDINES
Sergi Ruiz Zarzuelo
K 2-4
Baja
S
Baja
ArC
0’26
Media
V
♣Koelreuteria paniculata
0’50
Baja
AC
Laburnum anagryoides
0’50
Baja
AC
♣Lagerstroemia indica
0’40
2-4
Baja
AC
♣Lagunaria patersonii
0’20
4-8
Baja
Lamium maculatum
0’40
♣Lampranthus aurantiacus
0’20
>10
Baja
♣Lantana camara
0’26
4-8
Media
ArP
♣Lantana montevidensis (=sellowiana)
0’26
Baja
ArP / T
Larix dedicua
0’40
Baja
Con
♣Lathyrus odorantus
0’40
♣Laurus nobilis
0’30
Baja
AP
♣Lavandula spp
0’30
Baja
ArP / PA
Lavatera assurgentiflora
0’32
♣Leonotis (=Phlomis) leonurus
0’30
Baja
♣Leptospermum laevigatum
0’20
Baja
AP
♣Leptospermum scoparium
0’35
Baja
ArP
Ligustrum japonicum
0’50
Baja
ArP
Ligustrum lucidum
0’40
Baja
ArP
♣Limonium cossonianum
0’30
V
♣Limonium insigne
0’30
V
♣Limonium latifolium
0’30
Limonium perezii
0’32
♣Limonastrum monopetalum
0’20
♣Lippia repens
0’50
Liquidambar styraciflua
0’50
Liriodendron tulipifera
0’56
Liriope muscari
0’55
Liriope spicata
0’50
V/T
♣Lithodora fruticosa
0’50
V/T
♣Lithodora oleifolia
0’50
♣Livistona australis
0’50
Alta
Pal
♣Livistona chinensis
0’50
Baja
Pal
Lobelia laxiflora
0’23
V/T
Lobelia richmondensis
0’50
V/T
S
L
Ac V/T V/T
PT
ArP
4-8
ArP
V Media
V
Media
V/T
4-8
Alta
AC
2-4
Media
AC
Media
V/T
ArP
V/T
127
Sergi Ruiz Zarzuelo
Especie
Ke
Tolerancia Salinidad (dS/m)
Tolerancia Encharcamiento
Tipo Especie
♣Lolium perenne
0’60
4-8
♣Lonicera caprifolium
0’40
PT
♣Lonicera etrusca
0’40
PT
Lonicera hildebrandiana
0’50
PT
♣Lonicera implexa
0’40
♣Lonicera japonica
0’37
Lonicera nitida
0’40
♣Lotus corniculatus
0’44
Lysimachia nummularia
0’80
Macadamia spp
0’50
Magnolia grandiflora
0’56
Magnolia x soulangiana
0’50
Magnolia stellata
0’50
Ces
PT 4-8
Media Baja
PT ArP ArP / T
Media
V/T
M
128
AP 2-4
Baja Baja
AP AC ArC
♣Mahonia aquifolia
0’5
Mahonia bealei
0’50
ArP
Mahonia lomariifolia
0’45
ArP
♣Mahonia pinnata
0’50
ArP
♣Malus sylvestris
0’50
AC
Mandevilla laxa
0’50
Melaleuca armillaris
0’33
4-8
ArP
Melaleuca decussata
0’33
8-10
ArP
♣Melaleuca elliptica
0’33
4-8
Melaleuca fulgens
0’40
4-8
ArP
Melaleuca linariifolia
0’20
4-8
AP
Melaleuca nesophila
0’20
4-8
AP
Melaleuca squamea
0’40
4-8
ArP
Melaleuca styhioides
0’32
4-8
AP
♣Melia azedarach
0’17
4-8
Melissa officinalis
0’20
Mentha spp
0’40
♣Mesembryanthemum spp
0’20
Metasequoia glyptotroboides
0’80
Alta
Con
♣Metrosideros excelsus
0’40
Baja
AP
♣Mikania (=Senecio) scandens
0’40
Mimosa pudica
0’20
Mimulus luteus
0’20
Media
PF
♣Miscanthus sineris
0’50
Media
HO
Monstera deliciosa
0’80
Media
PT
♣Morus alba
0’40
8-10
Baja
AC
♣Morus nigra
0’40
8-10
Baja
AC
♣Muehlenbeckia complexa
0’38
Murraya paniculata
0’58
ArP
Murraya exotica
0’40
ArP
Musa spp
0’74
♣Myoporum tenuifolium
0’42
Alta
♣Myrica faya
0’40
Baja
ArP
Myrica pensilvanica
0’40
Baja
ArC
♣Myrtus communis
0’35
Baja
ArP
<2
Baja
ArP / T
PT
Media
Baja
ArP
AC V/T
Media
V / T / PA S
PT ArP
Media
PT
ArP ArP
ANEXO I
N ♣Nandina domestica
0’35
2-4
Baja
ArP
Nandina domestica “purpurea”
0’50
2-4
Baja
ArP
Neodypsis decaryl
0’25
Pal
♣Nepeta mussini
0’45
V / T / PA
♣Nerium oleander
0’30
4-8 O
Baja
ArP
Especie
Ke
Tolerancia Salinidad (dS/m)
Tolerancia Encharcamiento
Tipo Especie
♣Olea europaea
0’27
4-8
Baja
AP
♣Olea europaea var. sylvestris
0’20
4-8
Baja
AP
Oenothera fruticosa
0’20
V
Oenothera macrocarpa
0’20
V
♣Oenothera missourensis
0’20
V
♣Oenothera tetragona
0’20
V
♣Ononis aragonensis
0’30
Baja
ArP
♣Ononis fruticosa
0’30
Baja
ArP
♣Ononis matrix
0’30
Baja
ArP
♣Ophiopogon japonicus
0’70
4-8
Media
V/T
♣Opuntia spp
0’15
4-8
Baja
Cac
Origanum spp
0’35
4-8
Alta
V / T / PA
Osmanthus fragans
0’50
Baja
ArP
Osmanthus heterophyllus
0’50
Baja
ArP
♣Osteospermum spp
0’26
Baja
V/T
Ostrya carpinifolia
0’40
Media
AC
♣Pachypodium magadascariensis
0’20
♣Paeonia spp
0’50
Baja
V
♣Paliurus spina-christi
0’40
Pandorea jasminoides
0’50
♣Parkinsonia aculeata
0’17
♣Parthenocissus quinquefolia ♣Parthenocissus tricuspidata ♣Paspalum vaginatum
0’30
♣Passiflora caerulea ♣Passiflora quadrangularis ♣Pawlonia tomentosa
0’40
♣Pelargonium domesticum (=grandiflorum)
0’40
4-8
V / PA / PF
♣Pelargonium hortorum
0’38
4-8
V / PA / PF
♣Pelargonium peltatum
0’50
4-8
V / PA / PF
♣Pelargonium zonale
0’40
4-8
V / PA / PF
♣Pennisetum clandestinum
0’20
4-8
Ces
Pennisetum setaceum
0’18
4-8
HO
♣Pennisetum villasum
0’20
♣Penstemon heterophyllus
0’50
Baja
V
Pentas lanceolata
0’40
Media
ArP
Perovskia spp
0’50
Persea americana
0’50
♣Phaseolus caracalla
0’40
♣Phalaris arundinacea
0’50
Philadelphus coronarius
0’50
♣Phillyrea latifolia
0’20
AP
Philodendron bipinnatum
0’50
ArP
♣Phlomis fruticosa
0’30
♣Phlox subulata
0’50
♣Phoenix canariensis
0’30
8-10
Media
Pal
♣Phoenix dactylifera
0’22
8-10
Baja
Pal
♣Phoenix reclinata
0’50
Baja
Pal
Phoenix roebelenii
0’50
♣Phormium tenax
MANUAL DE RIEGO DE JARDINES
Sergi Ruiz Zarzuelo
P S
ArC PT 4-8
Baja
AC
0’50
Media
PT
0’50
Media
PT
>10
Alta
Ces
0’50
<2
Baja
PT
0’50
<2
Baja
PT
Baja
AC
HO
V/T <2
AP PT
2-4
Alta
HO
Baja
ArP
Baja
ArP / PA V/T
8-10
Baja
Pal
0’32
Alta
ArP
Photinia davidiana
0’50
Baja
AP
Photinia serrulata
0’50
Baja
ArP
♣Photinia x fraseri
0’50
Baja
ArP
♣Phyllirea angustifolia
0’30
♣Phytolacca dioica
0’40
<2
ArP Media
AC
129
Sergi Ruiz Zarzuelo
Especie
ANEXO I
130
Ke
Tolerancia Salinidad (dS/m)
Tolerancia Encharcamiento
Tipo Especie
Picea abies
0’50
2-4
Baja
Con
Picea pungens
0’50
2-4
Baja
Con
Pieris japonica
0’50
Baja
ArP
♣Pinus brutia
0’30
♣Pinus canariensis
0’35
♣Pinus halepensis
0’20
Pinus mugo
0’35
Pinus muricatqa
0’40
Pinus nigra
0’50
♣Pinus pinaster
0’40
♣Pinus pinea
0’30
♣Pinus radiata
0’50
♣Pinus sulvestris
0’50
♣Pinus thurbergii
0’40
Pistacia atlantica
0’20
♣Pistacia lentiscus
0’50
♣Pistacia vera
0’35
♣Pittosporum crassifolium
0’50
♣Pittosporum phillyraeoides
0’38
♣Pittosporum undulatum
0’30
Pittuosporum tenuifolium
0’50
♣Pittosporum tobira
0’45
♣Pittosporum viridiflorum
0’40
♣Planatus x hispanica
0’40
Platanus occidentalis
0’40
Media
♣Platanus orientalis
0’40
Media
AC
Platycodon grandiflorus
0’50
Baja
V/T
Plectranthus spp
0’50
♣Plumbago auriculata (=campensis)
0’44
Plumbago scandens
0’35
♣Plumeria rubra
0’35
Poa annua
0’70
Poa pratensis
0’60
Poa trivialis
0’80
Podocarpus neriifolius
0’50
♣Podranea ricasoliana
0’50
Polygala x myrtifolia
0’42
Polystichum setiferum
0’65
H
Populus alba “Pyramidalis”
0’60
AC
Populus x canadensis
0’74
Populus nigra “Italica”
0’60
♣Portulacaria afra
0’20
4-8
♣Portulacaria grandiflora
0’20
4-8
♣Potentilla reptans
0’50
Baja
ArC / T
Primula japonica
0’50
Media
V/T
Prosopis chilensis
0’30
AP
Protea spp
0’50
ArP
Prunus avium
0’40
Prunus cerasifera “Antropurpurea”
0’40
Prunus dulcis
0’15
Prunus lauroceracus
0’60
Baja
Prunus lusitanica
0’20
Baja
AP
♣Prunus mahaleb
0’40
Baja
AC
Prunus persica
0’40
Baja
AC
Prunus serrulata
0’40
Baja
♣Prunus spinosa
0’40
Con
4-8
Baja
Con
Media
Con
Baja
Con Con
8-10
Baja
Con
Baja
Con
Baja
Con Con
Baja
Con Con ArP
Baja
ArP AC AP
4-8
AP AP
4-8
Baja
ArP
Baja
ArP AP
4-8
AC AC
ArP Baja
PT ArP ArC
2-4
2-4
Media
Ces
Media
Ces
Alta
Ces Con
4-8
PT Baja
ArP
AC Media
AC S / PF S / PF
Baja
AC
Media
AC
4-8
AC AP
AC ArC
Especie
Ke
Tolerancia Salinidad (dS/m)
Prunus triloba
0’40
Psudopanax linearifolius
0’40
Pseudotsuga menziessi
0’40
♣Psidium guajava
0’50
♣Psidium littorale
0’50
Pterocarya franxinifolia
0’80
♣Punica granatum
0’40
4-8
♣Punica granatum nana
0’40
4-8
♣Pyracantha coccinea
0’35
4-8
Pyrostegia venusta
0’50
Pyrus communis
0’50
♣Pyrus salicifolia
0’40
♣Pyrus spinosa
0’40
Tolerancia Encharcamiento
Tipo Especie
Baja
AC
Baja
Con
AP
ArP AP Alta
<2
Baja
AC AC ArC
Baja
ArP
Media
PT
Baja
AC
Baja
AC
MANUAL DE RIEGO DE JARDINES
Sergi Ruiz Zarzuelo
AC Q
♣Quercus calliprinos
0’40
ArP
♣Quercus cerris
0’40
AC
Quercus coccinea
0’50
♣Quercus faginea
0’40
♣Quercus ilex
0’40
♣Quercus macrocarpa
0’40
♣Quercus pubescens
0’40
Quercus robur
0’50
♣Quercus rotundifolia
0’40
♣Quercus suber
0’20
Alta
AC AC
Baja
AP AC AC
Baja
AC AP
Baja
AP
R Radermachera sinica
0’50
Ranunculus asiaticus
0’50
Media
PF
Ravenea rivularis
0’50
Alta
Pal
♣Retama monosperma
0’20
♣Retama sphaerocarpa
0’20
♣Rhamnus alaternus
0’28
♣Rhamnus ludovici-salvatoris
0’30
♣Rhamnus lycoides
0’24
♣Rhamnus saxatilis
0’30
ArC
♣Raphiolepis indica
0’50
ArP
♣Raphiolepis ovata
0’50
♣Rhapis excelsa
0’50
Rhododendron spp
0’65
♣Rhus typhina
0’20
AC
Ribes rubrum
0’35
ArC
♣Ricinus comunis
0’40
Robinia hispida
0’20
♣Robinia pseudoacacia
0’20
♣Romneya coulteri
AP
ArP ArP 4-8
Media
AP AP
4-8
AP
ArP
2-4
Baja
Pal
Baja
ArP
Baja
ArP ArC
8-10
Baja
AC
0’13
Baja
ArP
Rosa banksiae
0’40
Media
ArC / PF
Rosa californica
0’40
ArC / PF
♣Rosa canina
0’40
ArC / PF
Rosa “Cecile Brunner”
0’40
ArC / PF
♣Rosa rugosa
0’40
ArC / PF
♣Rosa spinosissima
0’40
ArC / PF
♣Rosa virginiana
0’40
ArC / PF
♣Rosmarinus officinalis
0’30
♣Rudbekia hirta
0’40
Rudbekia lacitania
0’40
Media
V
♣Ruscus aculeatus
0’40
Media
ArP
Ruscus racemosus
0’40
4-8
Baja
ArP V / PF
ArP
131
Sergi Ruiz Zarzuelo
Especie Rusellia equisetifolia
Ke
Tolerancia Salinidad (dS/m)
Tolerancia Encharcamiento
0’40
Tipo Especie ArP
S
ANEXO I
132
♣Sabal spp
0’50
Salix spp
0’80
Alta
AC
♣Salvia aneustifolia
0’30
4-8
Baja
ArP / PA
♣Salvia argentea
0’20
4-8
Baja
ArP / PA
♣Salvaia leucantha
0’30
4-8
Baja
ArP / PA
♣Salvia microphylla
0’32
4-8
Baja
ArP / PA
♣Salvia officinalis
0’45
4-8
Baja
ArP / PA / PF
♣Salvia sclarea
0’30
4-8
Baja
ArP / PA
Sambucus spp
0’30
8-10
Media
ArC
♣Santolina chamaecyparissus
0’20
4-8
Baja
ArP / T
♣Saponaria ocymoides
0’35
V/T
Schefflera arboricola
0’50
ArP
♣Schinus aroeira
0’50
♣Schinus molle
0’50
♣Schinus terebinthefolius
0’50
AP
♣Sedum acre
0’20
S/V/T
♣Sedum sediforme
0’20
S/V/T
♣Sedum sielbodil
0’20
♣Senecio cineraria (=Cineraria maritima)
0’26
Baja
ArP / PF
Senecio petasitis
0’50
Baja
ArP / PF
Senna artemisoides
0’35
♣Sequoia sempervirens
0’80
Baja
Con
Sequoiadendron giganteum
0’50
Baja
Con
Serissa foetida
0’40
Sesbania punicea
0’50
♣Silene spp
0’30
♣Smilax aspera
0’50
♣Solandra maxima (=hartwegii)
0’50
♣Solanum jasminoides
0’50
♣Sophora japonica
0’40
Baja
AC
Sorbus aria
0’40
Baja
AC
♣Sorbus aucuparia
0’50
Baja
AC
♣Sorbus domestica
0’50
Baja
AC
♣Sorbus torminalis
0’50
Baja
AC
♣Spartium junceum
0’13
4-8
Baja
ArP
Spiraea x bulmalda
0’50
2-4
Baja
ArC
Spiraea x vanhouttei
0’50
2-4
Stachys byzantina
0’38
♣Stachys lanata
0’20
♣Stapellia spp
0’30
♣Stenotaphrum secundatum
0’50
>10
Stephanotis floribunda
0’50
4-8
♣Stipa barbata
0’20
HO
♣Stipa capillaris
0’20
HO
♣Stipa offneri
0’20
HO
♣Stipa parviflora
0’20
HO
♣Stipa pennata
0’20
Strelitzia nicolai
0’50
Media
ArP
Strelitzia reginae
0’50
Baja
ArP
Streptossolen jamesonii
0’65
Syagrus romanzoffiana
0’40
Baja
Pal
♣Syringa vulgaris
0’50
Media
ArC
Symphoricarpus orbiculatus
0’50
ArC
Symphoricarpus racemosus
0’50
ArC
Pal
AP 2-4
Baja
AP
S/V/T
ArP
ArP Baja
ArP PF PT
4-8
PT PT
Baja
ArC
Media
V/T V/T S
Baja
Ces PT
HO
ArP
Especie Syzygium paniculatum
Ke
Tolerancia Salinidad (dS/m)
0’50
8-10
Tolerancia Encharcamiento
Tipo Especie ArP
T Tabebuia chrysantha
0’50
♣Tagetes lemmoni
0’30
4-8
♣Tagetes patula
0’50
4-8
V
♣Tamarix africana
0’20
8-10
AC
♣Tamarix anglica
0’20
8-10
AC
♣Tamarix canariensis
0’20
8-10
AC
♣Tamarix gallica
0’16
8-10
AC
Taxodium distichum
0’50
Taxodium mucronatum
0’50
Taxus baccata
0’50
Taxus baccata “Stricta”
0’50
Con
Taxus baccata x media
0’50
Con
Tecoma stans
0’50
♣Tecomaria capensis
0’50
♣Tetraclinis articulata
0’50
Con
♣Teucrium aragonense
0’20
ArP / T
♣Teucrium fruticans
0’26
Thevetia peruviana
0’50
Thuja occidnetalis
AP V
Alta
Con
MANUAL DE RIEGO DE JARDINES
Sergi Ruiz Zarzuelo
Con Baja
Con
AP 4-8
PT
4-8
Baja
ArP
0’50
8-10
Baja
Con
Thuja orientalis
0’50
4-8
Baja
Con
Thunbergia alata
0’50
PT
Thunbergia cocinea
0’50
PT
♣Thunbergia grandiflora
0’50
PT
♣Thymus vulgaris
0’50
Baja
ArP / T
Tibouchina urvilleana
0’65
Baja
ArP
Tilia americana
0’50
Baja
AC
Tilia cordata
0’50
Media
AC
Tilia platyphyllos
0’50
Baja
AC
Tilia tormentosa
0’50
Baja
AC
Tilia umbraculifera
0’50
♣Tipuana tipu
0’50
Trachospermum jasminoides
0’50
Trachycarpus fortunei
ArP
8-10
AC Baja <2
AC
Media
PT
0’44
Baja
Pal
Tradescantia andersoniana
0’50
Media
Trithrinax campestris
0’50
V Pal
U Ulmus americana
0’50
Ulmus glabra
0’20
AC
Ulmus minor
0’20
AC
♣Ulmus parvifolia
0’50
AC
♣Ulmus pumila
0’32
AC
Umbellularia californica
0’50
AC
Vaccinium corymbosus
0’50
ArC
Verbena hybrids
0’38
PF / T
♣Verbena repens
0’20
PF / T
♣Viburnum lantana
0’50
ArC
♣Viburnum odorantissimum
0’50
Viburnum opulus
0’44
Media
ArC
Viburnum rhytidophyllum
0’50
Media
ArP
♣Viburnum suspensum
0’50
♣Viburnum tinus
0’50
Vinca major ♣Vinca minor
Media
AC
V
ArP
ArP 2-4
Media
ArP
0’50
Media
ArP / T
0’50
Media
ArP / T
133
Sergi Ruiz Zarzuelo
Especie
Ke
Tolerancia Salinidad (dS/m)
Tolerancia Encharcamiento
Tipo Especie
♣Vitex agnus-castus
0’35
4-8
Baja
ArC
Vitis vinifera
0’40
PT W
♣Washingtonia filifera
0’35
4-8
Media
♣Washingtonia robusta
0’35
4-8
Media
Pal
Weigela florida
0’50
Baja
ArC
♣Wigandia caracasana
0’80
Baja
ArP
Wisteria foribunda
0’50
Baja
PT
♣Wisteria sinensis
0’50
Baja
PT
♣Yucca aloeifolia
0’20
8-10
Baja
S / ArP
Yucca elephantiphes
0’20
8-10
Baja
S / ArP
♣Yucca filamentosa
0’20
8-10
Baja
S / ArP
♣Yucca gloriosa
0’20
8-10
Baja
S / ArP
Media
Pal
Pal
Y
Z Zamia furfuraceae
0’20
Zantedeschia aethiopia
0’60
♣Zelkova serrata
0’45
♣Zinia elegans
0’40
4-8
♣Ziziphus jujuba
0’35
>10
Baja
AC
♣Zoysia spp
0’50
4-8
Baja
Ces
PAc Baja
AC PF
Leyendas 134 Tolerancia a Salinidad
ANEXO I
Cualitativa
Tipo de Planta
Cuantitativa (dS/cm)
Descripción
Clave
Muy Resistente
>10
Árbol hoja caduca
AC
Resistente
8-10
Árbol hoja perenne
AP
Bastante Resistente
4-8
Arbusto hoja caduca
ArC
Sensible
2-4
Arbusto hoja perenne
ArP
Muy Sensible
<2
Bambú
B
Cactácea
Cac
Cespitosa
Ces
Conífera
Con
Helecho
H
Hierba ornamental
HO
Plamácea
Pal
Plata acuática
Pac
Planta aromática
PA
Planta de flor
PF
Planta trepadora
PT
Planta tapizante
T
Planta vivaz
V
Suculenta
S
Planta apta Xerojardinería
♣
11. ANEXO II. Pérdidas de carga para Tubería de PE. Ptrabajo: 4 kg/cm² Ø ext/int (mm)
Q (m³/h)
Q l/min)
Q (l/s)
v (m/s)
PC (m.c.a./100 m)
20/17’4
0’09 0’144 0’216 0’288 0’36 0’54 0’72 0’90 1’08 1’44
1’5 2’4 3’6 4’8 6 9 12 15 18 24
0’025 0’04 0’06 0’08 0’1 0’15 0’2 0’25 0’3 0’4
0’11 0’17 0’25 0’34 0’42 0’63 0’84 1’05 1’26 1’68
0’16 0’36 0’74 1’22 1’80 3’66 6’06 8’96 12’32 20’39
25/21
0’54 0’72 0’90 1’08 1’44 1’80 2’16 2’52 1’88 3’24
9 12 15 18 24 30 36 42 48 54
0’15 0’20 0’25 0’30 0’40 0’50 0’60 0’70 0’80 0’90
0’43 0’58 0’72 0’87 1’15 1’44 1’73 2’02 2’31 2’60
1’50 2’22 3’32 4’61 7’74 11’56 16’05 21’19 26’95 33’31
32/28
1’08 1’44 1’80 2’16 2’52 2’88 3’24 3’60 4’32 5’04 5’40
18 24 30 36 42 48 54 60 72 84 90
0’30 0’40 0’50 0’60 0’70 0’80 0’90 1’00 1’20 1’40 1’50
0’49 0’65 0’81 0’97 1’14 1’30 1’46 1’62 1’95 2’27 2’44
1’16 1’95 2’91 4’04 5’33 6’77 8’37 10’12 14’05 18’55 21’00
40/35’2
1’80 2’16 2’52 2’88 3’24 3’60 4’32 5’04 7’20 10’80
30 36 42 48 54 60 72 84 120 180
0’50 0’60 0’70 0’80 0’90 1’00 1’20 1’40 2’00 3’00
0’51 0’62 0’72 0’82 0’92 1’03 1’23 1’44 2’06 3’08
0’97 1’35 1’78 2’26 2’79 3’37 4’68 6’18 11’75 24’38
50/44
2’88 3’24 3’60 4’32 5’04 7’20 10’80 14’40
48 54 60 72 84 120 180 240
0’80 0’90 1’00 1’20 1’40 2’00 3’00 4’00
0’53 0’59 0’66 0’79 0’92 1’32 1’97 2’63
0’77 0’96 1’16 1’61 2’12 4’03 8’35 14’02
63/55’4
5’40 9’00 12’60 16’20 19’80
90 150 210 270 330
1’5 2’5 3’5 4’5 5’5
0’62 1’04 1’45 1’87 2’28
0’79 1’99 3’65 5’73 8’23
MANUAL DE RIEGO DE JARDINES
Sergi Ruiz Zarzuelo
135
Sergi Ruiz Zarzuelo
Pérdidas de carga para Tubería de PE. Ptrabajo: 6 kg/cm²
ANEXO II
136
Ø ext/int (mm)
Q (m³/h)
Q (l/min)
Q (l/s)
v (m/s)
PC (m.c.a./100 m)
20/16
0’09 0’144 0’216 0’288 0’36 0’54 0’72 0’90 1’08 1’44
1’5 2’4 3’6 4’8 6 9 12 15 18 24
0’025 0’04 0’06 0’08 0’1 0’15 0’2 0’25 0’3 0’4
0’12 0’20 0’30 0’40 0’50 0’75 0’99 1’24 1’49 1’99
0’24 0’54 1’10 1’82 2’68 5’46 9’03 13’34 18’36 30’37
25/20’4
0’54 0’72 0’90 1’08 1’44 1’80 2’16 2’52 1’88 3’24
9 12 15 18 24 30 36 42 48 54
0’15 0’20 0’25 0’30 0’40 0’50 0’60 0’70 0’80 0’90
0’46 0’61 0’76 0’92 1’22 1’53 1’84 2’14 2’45 2’75
1’72 2’55 3’82 5’30 8’89 13’29 18’45 24’35 30’97 38’28
32/26’2
1’08 1’44 1’80 2’16 2’52 2’88 3’24 3’60 4’32 5’04
18 24 30 36 42 48 54 60 72 84
0’30 0’40 0’50 0’60 0’70 0’80 0’90 1’00 1’20 1’40
0’56 0’74 0’93 1’11 1’30 1’48 1’67 1’85 2’23 2’60
1’59 2’68 4’00 5’55 7’33 9’32 11’52 13’92 19’33 25’51
40/32’6
1’80 2’16 2’52 2’88 3’24 3’60 4’32 5’04 7’20 10’80
30 36 42 48 54 60 72 84 120 180
0’50 0’60 0’70 0’80 0’90 1’00 1’20 1’40 2’00 3’00
0’60 0’72 0’84 0’96 1’08 1’20 1’44 1’68 2’40 3’59
1’40 1’94 2’57 3’26 4’03 4’88 6’77 8’94 16’98 35’23
50/40’8
2’88 3’24 3’60 4’32 5’04 7’20 10’80 14’40
48 54 60 72 84 120 180 240
0’80 0’90 1’00 1’20 1’40 2’00 3’00 4’00
0’61 0’69 0’76 0’92 1’07 1’53 2’29 3’06
1’11 1’37 1’66 2’31 3’04 5’78 12’00 20’14
63/55’4
5’40 9’00 12’60 16’20 19’80
90 150 210 270 330
1’5 2’5 3’5 4’5 5’5
0’72 1’20 1’69 2’17 2’65
1’14 2’85 5’23 8’22 11’79
Pérdidas de carga para Tubería de PE. Ptrabajo: 10 kg/cm² Ø ext/int (mm)
Q (m³/h)
Q (l/min)
Q (l/s)
v (m/s)
PC (m.c.a./100 m)
20/17’4
0’09 0’144 0’216 0’288 0’36 0’54 0’72 0’90 1’08 1’44
1’5 2’4 3’6 4’8 6 9 12 15 18 24
0’025 0’04 0’06 0’08 0’1 0’15 0’2 0’25 0’3 0’4
0’15 0’25 0’37 0’49 0’61 0’92 1’23 1’54 1’84 2’46
0’39 0’89 1’81 3’00 4’43 9’00 14’89 22’01 30’28 50’09
25/21
0’54 0’72 0’90 1’08 1’44 1’80 2’16 2’52 1’88 3’24
9 12 15 18 24 30 36 42 48 54
0’15 0’20 0’25 0’30 0’40 0’50 0’60 0’70 0’80 0’90
0’59 0’79 0’98 1’18 1’57 1’96 2’36 2’75 3’15 3’54
3’12 4’66 6’96 9’66 16’22 24’23 33’65 44’41 56’47 69’81
32/28
1’08 1’44 1’80 2’16 2’52 2’88 3’24 3’60 4’32 5’04
18 24 30 36 42 48 54 60 72 84
0’30 0’40 0’50 0’60 0’70 0’80 0’90 1’00 1’20 1’40
0’71 0’95 1’18 1’42 1’66 1’89 2’13 2’37 2’84 3’31
2’86 4’80 7’17 9’95 13’13 16’70 20’65 24’96 34’65 45’74
40/35’2
1’80 2’16 2’52 2’88 3’24 3’60 4’32 5’04 7’20 10’80
30 36 42 48 54 60 72 84 120 180
0’50 0’60 0’70 0’80 0’90 1’00 1’20 1’40 2’00 3’00
0’76 0’91 1’06 1’21 1’36 1’51 1’82 2’12 3’03 4’54
2’46 3’41 4’50 5’72 7’07 8’55 11’87 15’67 29’78 61’70
50/44
2’88 3’24 3’60 4’32 5’04 7’20 10’80 14’40
48 54 60 72 84 120 180 240
0’80 0’90 1’00 1’20 1’40 2’00 3’00 4’00
0’78 0’87 0’97 1’17 1’36 1’94 2’91 3’89
1’97 2’44 2’95 4’10 5’41 10’27 21’31 35’77
63/55’4
5’40 9’00 12’60 16’20 19’80
90 150 210 270 330
1’5 2’5 3’5 4’5 5’5
0’91 1’52 2’12 2’73 3’34
1’98 4’96 9’09 14’30 20’51
MANUAL DE RIEGO DE JARDINES
Sergi Ruiz Zarzuelo
137
Sergi Ruiz Zarzuelo
Pérdidas de carga para Tubería de PVC. Ptrabajo: 4 kg/cm² Ø ext/int (mm)
50/48
63/61
75/71’4
138 90/86’4
110/105’6
125/120
140/134’4
ANEXO II
160/153’6
Q (m³/h)
Q (l/min)
Q (l/s)
v (m/s)
PC (m.c.a./100 m)
1’08
18
0’30
0’17
0’09
1’80
30
0’50
0’28
0’22
2’52
42
0’70
0’39
0’40
3’24
54
0’90
0’50
0’63
5’40
90
1’50
0’83
1’58
9’00
150
2’50
1’38
3’96
12’60
210
3’50
1’93
7’26
16’20
270
4’50
2’49
11’41
1’80
30
0’50
0’17
0’07
5’40
90
1’50
0’51
0’50
9’00
150
2’50
0’86
1’25
12’60
210
3’50
1’20
2’30
16’20
270
4’50
1’54
3’61
19’80
330
5’50
1’88
5’18
23’40
190
6’50
2’22
7’00
1’80
30
0’50
0’12
0’03
5’40
90
1’50
0’37
0’23
9’00
150
2’50
0’62
0’59
12’60
210
3’50
0’87
1’08
16’20
270
4’50
1’12
1’70
19’80
330
5’50
1’37
2’43
23’40
390
6’50
1’62
3’29
3’60
60
1
0’17
0’05
10’80
180
3
0’51
0’33
18’00
300
5
0’85
0’82
25’20
420
7
1’19
1’50
32’40
540
9
1’54
2’37
39’60
660
11
1’88
3’39
46’80
780
13
2’22
4’59
54’00
900
15
2’56
5’93
10’80
180
3
0’34
0’12
18’00
300
5
0’57
0’31
25’20
420
7
0’80
0’57
32’40
540
9
1’03
0’90
43’20
720
12
1’37
1’52
57’60
960
16
1’83
2’54
72’00
1.200
20
2’28
3’80
18’00
300
5
0’44
0’17
25’20
420
7
0’62
0’31
32’40
540
9
0’80
0’49
43’20
720
12
1’06
0’82
57’60
960
16
1’41
1’38
72’00
1.200
20
1’77
2’06
86’40
1.440
24
2’12
2’86
21’60
360
6
0’42
0’14
36’00
600
10
0’70
0’34
50’40
840
14
0’99
0’63
64’80
1.080
18
1’27
0’99
79’20
1.320
22
1’55
1’42
93’60
1.560
26
1’83
1’92
108
1.800
30
2’11
2’48
144
2.400
40
2’82
4’16
21’60
360
6
0’32
0’07
36’00
600
10
0’54
0’18
50’40
840
14
0’76
0’33
64’80
1.080
18
0’97
0’52
79’20
1.320
22
1’19
0’75
93’60
1.560
26
1’40
1’01
108
1.800
30
1’62
1’31
144
2.400
40
2’16
2’19
Pérdidas de carga para Tubería de PVC. Ptrabajo: 6 kg/cm² Ø ext/int (mm)
50/46’4
63/59’2
75/70’6
90/84’6
110/103’6
125/117’6
140/131’8
160/150’6
Q (m³/h)
Q (l/min)
Q (l/s)
v (m/s)
PC (m.c.a./100 m)
0’72
12
0’20
0’12
0’05
1’44
24
0’40
0’24
0’17
2’16
36
0’60
0’35
0’36
2’88
48
0’80
0’47
0’60
3’60
60
1’00
0’59
0’90
7’20
120
2’00
1’18
3’12
14’40
240
3’00
2’37
10’86
1’44
24
0’40
0’15
0’05
3’60
60
1
0’36
0’28
7’20
120
2
0’73
0’97
10’80
180
3
1’09
2’01
14’40
240
4
1’45
3’37
21’60
360
6
2’18
7’00
1’80
30
0’50
0’13
0’03
5’40
90
1’50
0’38
0’25
9’00
150
2’50
0’64
0’62
12’60
210
3’50
0’89
1’14
16’20
270
4’50
1’15
1’79
19’80
330
5’50
1’40
2’57
25’20
420
7’00
1’79
3’97
32’40
540
9’00
2’30
6’24
3’60
60
1
0’18
0’05
10’80
180
3
0’53
0’36
18’00
300
5
0’89
0’91
25’20
420
7
1’25
1’66
32’40
540
9
1’60
2’62
39’60
660
11
1’96
3’76
46’80
780
13
2’31
5’07
7’20
120
2
0’24
0’07
14’40
240
4
0’47
0’23
21’60
360
6
0’71
0’48
28’80
480
8
0’95
0’80
36’00
600
10
1’19
1’20
50’40
840
14
1’66
2’19
64’80
1.080
18
2’14
3’45
72’00
1.200
20
2’37
4’17
10’80
180
3
0’28
0’07
18’00
300
5
0’47
0’23
25’20
420
7
0’71
0’48
32’40
540
9
0’95
0’80
43’20
720
12
1’19
1’20
57’60
960
16
1’66
2’19
72’00
1.200
20
2’14
3’45
86’40
1.440
24
2’37
4’17
14’40
240
4
0’29
0’07
21’60
360
6
0’44
0’15
36’00
600
10
0’73
0’38
50’40
840
14
1’03
0’69
64’80
1.080
18
1’32
1’09
79’20
1.320
22
1’61
1’56
93’60
1.560
26
1’91
2’10
108
1.800
30
2’20
2’72
122’40
2.040
34
2’49
3’41
18’00
300
5
0’28
0’06
28’80
480
8
0’45
0’13
43’20
720
12
0’67
0’28
57’60
960
16
0’90
0’46
72’00
1.200
20
1’12
0’69
86’40
1.440
24
1’35
0’96
100’80
1.680
28
1’57
1’27
126’00
2.100
35
1’96
1’89
162’00
2.700
45
2’53
2’98
MANUAL DE RIEGO DE JARDINES
Sergi Ruiz Zarzuelo
139
Sergi Ruiz Zarzuelo Pérdidas de carga para Tubería de PVC. Ptrabajo: 10 kg/cm² Ø ext/int (mm)
50/46’4
63/59’2
75/70’6
90/84’6
140
110/103’6
125/117’6
140/131’8
ANEXO II
160/150’6
Q (m³/h)
Q (l/min)
Q (l/s)
v (m/s)
PC (m.c.a./100 m)
0’72
12
0’20
0’14
0’07
1’44
24
0’40
0’27
0’24
2’16
36
0’60
0’41
0’50
2’88
48
0’80
0’55
0’84
3’60
60
1’00
0’68
1’26
7’20
120
2’00
1’36
4’40
14’40
240
3’00
2’73
15’31
1’44
24
0’40
0’16
0’06
3’60
60
1
0’39
0’33
7’20
120
2
0’78
1’16
10’80
180
3
1’18
2’41
14’40
240
4
1’57
4’05
21’60
360
6
2’35
8’40
1’80
30
0’50
0’14
0’04
5’40
90
1’50
0’42
0’30
9’00
150
2’50
0’69
0’76
12’60
210
3’50
0’97
1’38
16’20
270
4’50
1’25
2’17
19’80
330
5’50
1’52
3’12
25’20
420
7’00
1’94
4’82
32’40
540
9’00
2’49
7’57
3’60
60
1
0’19
0’06
10’80
180
3
0’58
0’44
18’00
300
5
0’96
1’09
25’20
420
7
1’35
2’00
32’40
540
9
1’73
3’15
39’60
660
11
2’11
4’52
46’80
780
13
2’50
6’10
7’20
120
2
0’26
0’08
14’40
240
4
0’52
0’28
21’60
360
6
0’77
0’58
28’80
480
8
1’03
0’98
36’00
600
10
1’29
1’46
50’40
840
14
1’80
2’67
64’80
1.080
18
2’32
4’20
72’00
1.200
20
2’58
5’08
10’80
180
3
0’30
0’09
18’00
300
5
0’50
0’23
25’20
420
7
0’70
0’41
32’40
540
9
0’90
0’65
43’20
720
12
1’20
1’09
57’60
960
16
1’60
1’84
72’00
1.200
20
1’99
2’75
86’40
1.440
24
2’39
3’81
14’40
240
4
0’32
0’09
21’60
360
6
0’48
0’18
36’00
600
10
0’79
0’46
50’40
840
14
1’11
0’84
64’80
1.080
18
1’43
1’32
79’20
1.320
22
1’75
1’89
93’60
1.560
26
2’07
2’55
108
1.800
30
2’38
3’30
122’40
2.040
34
2’70
4’14
18’00
300
5
0’30
0’07
28’80
480
8
0’49
0’16
43’20
720
12
0’73
0’34
57’60
960
16
0’97
0’56
72’00
1.200
20
1’22
0’84
86’40
1.440
24
1’46
1’17
100’80
1.680
28
1’71
1’54
126’00
2.100
35
2’13
2’30
162’00
2.700
45
2’74
3’62
12. ANEXO III. ESPACIAMIENTO ENTRE DRENES (m) Profundidad de raíces: 0’25 m Tipo de especie: Cespitosas Profundidad de drenaje: ALTA (0’40 m)
Tipo de Suelo
Tolerancia Encharcamiento Tolerancia Encharcamiento Tolerancia Encharcamiento Baja Media Alta
Arenoso
9’25
16’02
22’65
Arcilloso
1’48
2’56
3’62
Arcillo-limoso
3’14
5’43
7’68
Franco
5’65
9’79
13’85
Franco-arenoso
6’69
11’58
16’38
Franco-arcilloso
5’12
8’87
12’55
MANUAL DE RIEGO DE JARDINES
Sergi Ruiz Zarzuelo
Profundidad de raíces: 0’25 m Tipo de especie: Cespitosas Profundidad de drenaje: MEDIA (0’25 m)
Tipo de Suelo
Tolerancia Encharcamiento Tolerancia Encharcamiento Tolerancia Encharcamiento Baja Media Alta
Arenoso
6’61
11’45
16’2
Arcilloso
1’06
1’83
2’59
Arcillo-limoso
2’24
3’88
5’49
Franco
4’04
7
9’9
Franco-arenoso
4’78
8’28
11’71
Franco-arcilloso
3’66
6’34
8’97
Profundidad de raíces: 0’25 m Tipo de especie: Cespitosas Profundidad de drenaje: BAJA (0’10 m)
Tipo de Suelo
Tolerancia Encharcamiento Tolerancia Encharcamiento Tolerancia Encharcamiento Baja Media Alta
Arenoso
3’62
6’26
8’86
Arcilloso
0’58
1
1’42
Arcillo-limoso
1’23
2’12
3
Franco
2’21
3’83
5’42
Franco-arenoso
2’61
4’53
6’4
Franco-arcilloso
2
3’47
4’91
Profundidad de raíces: 0’40 m Tipo de especie: Tapizantes y vivaces Profundidad de drenaje: ALTA (0’40 m)
Tipo de Suelo
Tolerancia Encharcamiento Tolerancia Encharcamiento Tolerancia Encharcamiento Baja Media Alta
Arenoso
8’37
14’49
20’49
Arcilloso
1’34
2’32
3’28
Arcillo-limoso
2’84
4’91
6’95
Franco
5’11
8’86
12’53
Franco-arenoso
6’05
10’48
14’81
Franco-arcilloso
4’63
8’02
11’35
141
Sergi Ruiz Zarzuelo Profundidad de raíces: 0’40 m Tipo de especie: Tapizantes y vivaces Profundidad de drenaje: MEDIA (0’25 m)
Tipo de Suelo
Tolerancia Encharcamiento Tolerancia Encharcamiento Tolerancia Encharcamiento Baja Media Alta
Arenoso
6’08
10’54
14’9
Arcilloso
0’97
1’68
2’38
Arcillo-limoso
2’06
3’57
5’05
Franco
3’72
6’44
9’11
Franco-arenoso
4’4
7’62
10’77
Franco-arcilloso
3’37
5’83
8’25
Profundidad de raíces: 0’40 m Tipo de especie: Tapizantes y vivaces Profundidad de drenaje: BAJA (0’10 m)
Tipo de Suelo
142
Tolerancia Encharcamiento Tolerancia Encharcamiento Tolerancia Encharcamiento Baja Media Alta
Arenoso
3’45
5’97
8’44
Arcilloso
0’55
0’95
1’35
Arcillo-limoso
1’17
2’02
2’86
Franco
2’11
3’65
5’16
Franco-arenoso
2’49
4’32
6’1
Franco-arcilloso
1’91
3’31
4’67
Profundidad de raíces: 0’65 m Tipo de especie: Arbustos y tapizantes arbustivas Profundidad de drenaje: ALTA (0’40 m)
Tipo de Suelo
Tolerancia Encharcamiento Tolerancia Encharcamiento Tolerancia Encharcamiento Baja Media Alta
Arenoso
7’68
13’29
18’8
Arcilloso
1’23
2’13
3’01
Arcillo-limoso
2’6
4’51
6’38
Franco
4’69
8’13
11’49
Franco-arenoso
5’55
9’61
13’59
Franco-arcilloso
4’25
7’36
10’41
Profundidad de raíces: 0’65 m Tipo de especie: Arbustos y tapizantes arbustivas Profundidad de drenaje: MEDIA (0’25 m)
ANEXO III
Tipo de Suelo
Tolerancia Encharcamiento Tolerancia Encharcamiento Tolerancia Encharcamiento Baja Media Alta
Arenoso
5’69
9’68
13’94
Arcilloso
0’91
1’58
2’23
Arcillo-limoso
1’93
3’34
4’73
Franco
3’48
6’03
8’52
Franco-arenoso
4’11
7’13
10’08
Franco-arcilloso
3’15
5’46
7’72
Profundidad de raíces: 0’65 m Tipo de especie: Arbustos y tapizantes arbustivas Profundidad de drenaje: BAJA (0’10 m)
Tipo de Suelo
Tolerancia Encharcamiento Tolerancia Encharcamiento Tolerancia Encharcamiento Baja Media Alta
Arenoso
3’33
5’77
8’16
Arcilloso
0’53
0’92
1’3
Arcillo-limoso
1’13
1’96
2’77
Franco
2’04
3’53
4’99
Franco-arenoso
2’41
4’17
5’9
Franco-arcilloso
1’84
3’19
4’52
MANUAL DE RIEGO DE JARDINES
Sergi Ruiz Zarzuelo
Profundidad de raíces: 1 m Tipo de especie: Árboles Profundidad de drenaje: ALTA (0’40 m)
Tipo de Suelo
Tolerancia Encharcamiento Tolerancia Encharcamiento Tolerancia Encharcamiento Baja Media Alta
Arenoso
7’23
12’53
17’72
Arcilloso
1’16
2
2’83
Arcillo-limoso
2’17
4’25
6’01
Franco
4’42
7’66
10’83
Franco-arenoso
5’23
9’06
12’81
Franco-arcilloso
4’01
6’94
9’81
Profundidad de raíces: 1 m Tipo de especie: Árboles Profundidad de drenaje: MEDIA (0’25 m)
Tipo de Suelo
Tolerancia Encharcamiento Tolerancia Encharcamiento Tolerancia Encharcamiento Baja Media Alta
Arenoso
5’45
9’44
13’35
Arcilloso
0’87
1’51
2’13
Arcillo-limoso
1’85
3’20
4’53
Franco
3’33
5’77
8’16
Franco-arenoso
3’94
6’82
9’65
Franco-arcilloso
3’02
5’23
7’39
Profundidad de raíces: Tipo de especie: Profundidad de drenaje:
Tipo de Suelo
Tolerancia Encharcamiento Tolerancia Encharcamiento Tolerancia Encharcamiento Baja Media Alta
Arenoso
3’26
5’65
7’99
Arcilloso
0’52
0’90
1’28
Arcillo-limoso
1’11
1’92
2’71
Franco
1’99
3’45
4’88
Franco-arenoso
2’36
4’08
5’78
Franco-arcilloso
1’81
3’13
4’42
143