BPM (del inglés, Business Process Management) o Gestión por procesos se ha evidenciado como un instrumento, no solo beneficioso, sino necesario para cualquier organización, debido a que sobre el mismo se apoya el funcionamiento y la eficacia de la totalidad de los sistemas que conforman la organización. Lógicamente, su validez se extiende hasta el sector público donde, además de por sus bondades, la gestión por procesos se presenta como una solución para asegurar la necesaria coordinación entre los departamentos de las instituciones públicas.