Revista Cooperamos 4

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Revista Cooperamos | 3

Contenido CONSEJO EDITORIAL Gabriela Rosero Mónica Páez Carolina Viola María Augusta Salas DIRECTORA Carolina Viola EDITORA María Augusta Salas COORDINACIÓN GENERAL Unidad de Comunicación SETECI FOTOGRAFÍA Visor: Edu León DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN Lápiz y Papel www.lapizypapel.ec IMPRESIÓN Soboc Grafic Todos los derechos reservados. Ninguno de los artículos de esta revista pueden ser reproducidos, almacenados o transmitidos total o parcialmente, a través de cualquier medio, sin la expresa autorización de la SETECI.

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A LOS LECTORES

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EDITORIAL

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OPINIÓN: Escenarios políticos para la cooperación internacional

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ENFOQUE Casa Afuera: AECID: "La crisis económica mundial debe ser considerada como una oportunidad para profundizar en la coherencia de políticas"

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Casa Afuera: UE: “Hay retos y temas que compartimos todos los países”

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COOPERACIÓN EN CIFRAS La cooperación internacional alineada a los objetivos de desarrollo propuestos por Ecuador

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IMPACTOS Un nuevo paradigma para la cooperación internacional en el Ecuador

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A FONDO Coherencia de políticas y acción colectiva: el problema del desarrollo en el mundo globalizado

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Privatización de la cooperación: RSC, realidades sin coherencia

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RECUENTO Y AGENDA

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ANÁLISIS Coherencia en crisis

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VOCES DEL SUR Cuba una cooperación que da luz a los ojos de los ecuatorianos

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VISOR

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A los lectores | 4

“Cooperación y coherencia de políticas en tiempos de crisis” Por: Carolina Viola

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nálisis, reflexión y acción de la cooperación internacional es la línea editorial de COOPERAMOS. Su objetivo es fomentar el debate profundo, crítico e informado sobre la temática en Ecuador. Sus lectores encontrarán el punto de inflexión entre la gestión y la producción teórica, a través de análisis que contribuyan a la reflexión sobre el rol de la cooperación internacional en el desarrollo. En esta ocasión, el tema que nos convoca es “Cooperación y coherencia de políticas en tiempos de crisis”. La crisis multifacética que golpea el sistema internacional cuestiona los paradigmas que antes parecían inmutables. La validez de un modelo de desarrollo lineal, unidimensional y antropocéntrico es puesto en duda, a tal punto de ser considerado un modelo “maldesarrollador”, con efectos perversos a escala global. La crisis del paradigma de desarrollo se traduce además en una crisis de la cooperación en su concepción tradicional. Las evaluaciones realizadas a la cooperación a través de los diferentes foros de Alto Nivel: París, Accra y, recientemente Busán, evidencian el escaso impacto que han tenido los esfuerzos hechos desde la cooperación internacional en la lucha contra la pobreza, la desigualdad o la degradación ambiental, evidenciando que más allá de los problemas de gestión de la cooperación nos encontramos ante un problema estructural. A esto, se suma la creciente disminución de recursos que fluyen, bajo el concepto de cooperación al desarrollo, desde el Norte hacia el Sur, consecuencia de la crisis económica y financiera que hoy estremece las bases del sistema occidental. Javier Surasky nos señala que dado el carácter interdependiente y complejo de la crisis, las respuestas deben tener también un carácter complejo e interdependiente “...Así como el problema no es económico sino circunstancialmente la solución no es económica sino tangencialmente”. Por extensión, en el caso de la cooperación internacional, el problema no es solo la disminución de recursos ni la “mala gerencia”; se trata de avanzar hacia “acciones enmarcadas en políticas múltiples que mantengan relaciones de coherencia”.

Es necesario buscar nuevas alternativas, construir nuevos paradigmas que cuestionen todo lo existente. Natalia Millán en su artículo “Coherencia de Políticas y acción colectiva: el problema del desarrollo en el mundo globalizado” nos señala que las respuestas a las problemáticas del desarrollo deben tener carácter global y nos propone “el concepto de Coherencia de Políticas para el Desarrollo (CPD) coma una visión alternativa (y necesaria) para afrontar, de manera coordinada y consensuada, los desafíos del desarrollo que se presentan en el mundo globalizado”. La acción colectiva como único camino efectivo para enfrentar los problemas del desarrollo, evitando que estos se conviertan en “amenazas globales para la sostenibilidad del sistema internacional”. Finalmente, en este escenario intenso y vital, emergen los países del Sur con fuerza y se posicionan como actores claves en la realidad política internacional. Cuestionan los paradigmas existentes, demandan una nueva arquitectura para el sistema de gobernanza de la cooperación internacional y cuestionan la validez del modelo de desarrollo dominante. En el caso de América Latina, se afirma con fuerza una identidad regional y un nuevo modelo de integración que supera el regionalismo abierto, centrado principalmente en el mercado, para dar paso a una propuesta de desarrollo regional que algunos autores ya denominan como integración post-neoliberal. La cooperación internacional se presenta aquí como una herramienta de promoción de los procesos de integración regional permitiendo articular estrategias para reducir las brechas entre los países de la región y fortalecer los lazos económicos, políticos y culturales. De igual manera, surge la necesidad de construir nuevas plataformas políticas para discutir sobre el futuro de la cooperación en la región, articulando estrategias de relacionamiento extra regional y consolidando, por qué no, una nueva arquitectura de la cooperación del Sur y para el Sur. Recordando hoy que “Nuestro Norte es el Sur”, les deseamos ¡buena lectura!


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Una plataforma de discusión política para la cooperación en América Latina Por: Gabriela Rosero|Secretaría Técnica de Cooperación Internacional (SETECI) La crisis multifacética que hoy estremece las bases del sistema occidental abre una serie de retos y oportunidades para los países del Sur, y en particular para nuestra región. Es nuestro deber, como actores políticos comprometidos con los cambios que se han producido en nuestros países en la última década, trabajar desde nuestros diferentes espacios en el posicionamiento de nuestra región como un actor clave en el sistema internacional. En esta coyuntura, veremos complicarse las relaciones de nuestras economías con los socios tradicionales, pero por otro lado, se presentarán una serie de posibilidades que nos impulsan a explorar nuevos mercados y a establecer nuevas relaciones internacionales, más soberanas y estratégicas, que se complementen con relaciones de cooperación enriquecedoras e integradoras desde el Sur y para el Sur. Este enfoque busca potenciar y fortalecer las relaciones entre los países de la región, pero también superar los límites regionales hacia alianzas con el Sur extra regional. Ello implica superar las lógicas tradicionales de la cooperación internacional, avanzando a nuevos esquemas más amplios e incluyentes, que tengan en cuenta las especificidades y diferencias del Sur Global y el potencial que tiene para afrontar de manera novedosa las crisis que antes los empobrecieron y que hoy golpean al mundo “desarrollado”. Desde la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), se ha impulsado un fuerte cuestionamiento a la

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Arquitectura financiera de Bretton Woods, acusada de “imponer un modelo económico tendiente a perennizar los esquemas vigentes de explotación y beneficio para unos pocos, tanto en la escala global como local”1. De igual manera, desde la cooperación internacional, debemos poner al centro del debate el cuestionamiento a las instituciones que han sustentado el sistema de cooperación Norte Sur, es decir, la arquitectura actual del sistema de gobernanza de la cooperación internacional. La OCDE, instancia principal del sistema actual, no ha podido avanzar a la misma velocidad de la realidad internacional, debido a su dificultad de adaptarse a realidades en permanente transformación y a la reticencia del Norte a modificar las reglas del juego que alteraría un status quo favorable para sus intereses económicos, políticos y geopolíticos. Esta plataforma ha legitimado la utilización de la cooperación como una herramienta de dominación, que en muchos casos ha obrado en sentido opuesto a los esfuerzos de desarrollo impulsados por nuestros países del Sur. La realidad internacional requiere una Nueva Arquitectura para el Sistema de Gobernanza de la cooperación internacional que sea eficaz, eficiente, legítima y justa, transparente y con capacidad de adaptación. En este escenario, surge la necesidad de articular plataformas de discusión política para la cooperación internacional en nuestra región, a partir de los diferentes espacios de integración regional: UNASUR, Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBATCP) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Es el momento de superar la visión de la cooperación como una herramienta de fondeo de nuestros presupuestos y aprovechar el potencial que tiene como herramienta de política exterior clave en el fortalecimiento de los procesos de integración regional; es el momento de articular una voz del Sur y para el Sur, desde nuestra región latinoamericana que ponga al centro del debate internacional la existencia de otras forma de concebir el desarrollo y las relaciones de cooperación enfocadas al fortalecimiento de estos procesos.

Equipo Técnico Nueva Arquitectura financiero Regional –Banco del Sur (2009) “Documento borrado para discusión. El fracaso de Bretton Woods y los tres pilares de la Nueva Arquitectura Financiera Regional”. Ecuador.


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Escenarios políticos para la cooperación internacional Por: Daniela Mora V. – Secretaría Técnica de Cooperación Internacional.*

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ara intentar explicar qué es una crisis, se podría citar las palabras de Gramsci, “cuando lo viejo ya murió y lo nuevo aún no nació” (Tortosa, 2011:60). Esto puede verse claramente en el caso de la crisis económica mundial, que ha desafiado la sostenibilidad del modelo neoliberal dominante. Si bien éste aún no ha muerto, se lo ha puesto en entredicho, a la vez que aún no está claro si va a ser reemplazado, ni por cual nuevo modelo.

Todas estas crisis se retroalimentan una a otra, son interdependientes y están conectadas entre sí. Por lo tanto, podemos hablar de una crisis global y sistémica, una crisis generalizada del paradigma de desarrollo dominante, que se ha caracterizado por la búsqueda casi permanente de rentabilidad y lucro, mediante la explotación intensiva de todo tipo de recursos, sin consideración de las necesidades de las mayorías poblacionales ni de las generaciones venideras.

Pero la crisis económica mundial no es la única crisis que enfrentamos en la actualidad. En realidad, a ella se suman (Tortosa, Ibíd.):

Quizás, en consonancia con este paradigma de desarrollo economicista, la crisis económica aparece actualmente a primera vista como la prioritaria y acapara la atención de los medios y de los mismos gobiernos y organismos internacionales. Para enfrentarla, algunos gobiernos europeos, por ejemplo, han anunciado y tomado medidas de ajuste altamente impopulares, que han acarreado significativos costos políticos y sociales. La política exterior y, particularmente, la cooperación internacional, no han escapado a dichas medidas de ajuste, que se han agudizado en algunos casos, dados los recientes cambios de gobierno y la influencia de las tendencias políticas más conservadoras en el poder1 2.

- La crisis ideológica, o “la ausencia de respuestas ante la crisis económica que sean coherentes, con portadores sociales reconocibles y con suficiente apoyo para ser llevadas a cabo” y el triunfo del “todo vale” en las esferas política y económica. - La crisis energética, relacionada con el agotamiento de las reservas petroleras, sus implicaciones geopolíticas y económicas y los límites y alcances de las fuentes alternativas de energía. - La crisis alimentaria, es decir, la menor capacidad de producción para el autoconsumo y una menguada capacidad de compra de alimentos por falta de recursos y/o por incremento de los precios. - La crisis medioambiental y el cambio climático. - La crisis democrática, o la progresiva alienación de los ciudadanos respecto de sus sistemas políticos. - La crisis de hegemonía de los Estados Unidos.

La crisis está teniendo repercusiones significativas en las relaciones de cooperación con América Latina y en el Ecuador. El más claro ejemplo actual es el caso de España. El anterior gobierno del Partido Popular (PP) redujo la ayuda al desarrollo en 2002 y 2003 en un contexto de crecimiento económico y la mantuvo año tras año en el 0,23 por ciento del PIB español. En 2010, el gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) decidió recortar el presupuesto de AOD en EUR 800 millones, “procurando que no se afecten la ayuda de emergencia, los programas que la AECID gestiona directamente en

1 Esto es significativo, si se toma en cuenta que la UE y sus países miembros representan casi el 60% del total de cooperación internacional que proviene de los países OCDE. 2 Según Domínguez, en efecto la orientación política figura como uno de los determinantes del ratio AOD/PIB de los países cooperantes: los gobiernos progresistas tienden a elevar la ratio AOD/PIB y a equilibrar las consideraciones altruistas con las estratégicas, mientras los conservadores tienden a mantener o reducir la ratio AOD/PIB y a primar las consideraciones estratégicas. (Domínguez; 2010)


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países socios, ni las subvenciones a ONG de Desarrollo, sino fundamentalmente los organismos multilaterales”. A finales de 2011, el recientemente posesionado presidente español, Mariano Rajoy del PP, anunció un recorte de EUR 1.016 millones al presupuesto del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional (MAEC) para 2012, lo que significa una reducción de casi el 40% con respecto al presupuesto de 2011. Adicionalmente, en abril de 2012 se anunció un importante recorte en el presupuesto de cooperación internacional española, con una disminución de más del 70 %. En la anterior presidencia del PP, entre 1996 y 2004, las cifras de cooperación con Ecuador se mantuvieron entre los EUR 20 y 30 millones aproximadamente, con un pico en 2002. Por tanto, en comparación con las cifras de AOD destinadas al Ecuador en el período de gobierno del PSOE (2005 -2011), que han fluctuado entre los EUR 30 y 50 millones anuales, se prevé una disminución. Por su parte, Italia también ha reducido los montos de su presupuesto designado para la cooperación internacional en los últimos años. Los últimos presupuestos del Estado significaron el desmantelamiento de la AOD. Para el período 2009-2011 se asignaron EUR 321,8 millones, EUR 331,26 millones y EUR 215,7 millones, respectivamente, que representan un recorte de 56% de los recursos disponibles para los proyectos de cooperación del Ministerio de Asuntos

Exteriores. El escenario no es alentador, pues si bien Silvio Berlusconi y su partido finalizaron su período de gobierno en 2011 con un récord negativo de popularidad, según analistas ésto no se ha traducido en una ventaja para la oposición. Con miras a las elecciones de 2013, a primera vista se percibe un giro próximo a la derecha por parte del electorado italiano. Existen casos particulares, como por ejemplo el de Alemania, que para algunos analistas podría ser uno de los raros países de Europa Occidental, donde existen condiciones aritméticas para un próximo gobierno de coalición de centro-izquierda (la suma del socialdemócrata SPD, Los Verdes y Die Linke), incrementadas por la aparente debilidad de la coalición conservadora de gobierno (Unión Demócrata Cristiana (CDU) con el Partido Liberal Democrático (FDP)). En marzo de 2012, el ex presidente Christian Wulff fue reemplazado por Joachim Gauck, quien no pertenece a ningún partido pero se define a sí mismo como un "conservador de izquierda liberal", y que contó con el aval del SPD y de Los Verdes, además del propio CDU de la canciller Angela Merkel, pero no con el Die Linke. De momento, con la tendencia que se ha registrado en años pasados, se ha podido constatar que en la última presidencia del SPD, entre 1998 y 2005, las cifras de cooperación de Alemania con Ecuador se mantuvieron entre los EUR 14 y los 18 millones anuales


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aproximadamente. No se registran mayores diferencias con las cifras anuales recibidas por el país durante el gobierno del CDU. De todos modos, hay que esperar a la próxima elección de canciller alemán, que se realizará en 2013, tomando en cuenta que la función de éste es directiva, es decir, establece las líneas políticas de gobierno. En el caso de Bélgica, sería previsible a simple vista que el gobierno socialdemócrata de Elio di Rupo, designado a finales de 2011, no tome medidas drásticas respecto a cooperación. No obstante, la larga crisis de gobierno belga y la necesidad del mismo de alcanzar acuerdos con las comunidades flamencas y atender sus demandas, así como de fomentar la integración del país y priorizar el presupuesto que se requerirá en tiempos de crisis, podrían plantear otros escenarios no tan favorables. Durante el período 1998-2007, bajo el gobierno de la coalición liberalsocialdemócrata, la cooperación belga al Ecuador fue en aumento, desde los 7 hasta los 17 millones de euros anuales aproximadamente. Esta cifra descendió a 12 millones de euros en 2008, con el triunfo de la democracia cristiana conservadora (gobierno transitorio de Yves Leterme). Varios análisis sugieren que los recortes presupuestarios y las medidas anunciadas han venido desacelerando el crecimiento de las economías europeas y lo seguirán haciendo, por lo que se podría pensar además que se afectaría su capacidad de contribución al presupuesto comunitario de la UE, que se financia principalmente mediante las aportaciones de los Estados miembros en función de su prosperidad nacional, representada por el Producto Interno Bruto (este aporte constituye casi las tres cuartas partes de los ingresos del presupuesto comunitario). Quizás por ello, como una respuesta a la actual crisis, la Comisión Europea ha dado a conocer a finales de 2011 su “Agenda para el Cambio 2014-2020” (Comisión Europea, 2011) y sus propuestas presupuestarias para la cooperación que entrega a terceros países. Esta Agenda tiene como fin orientar las políticas de cooperación de la UE hacia un “nuevo enfoque de diferenciación”, nuevas formas de asociación e innovadoras modalidades para cooperar, que le permitan “direccionar sus recursos de cooperación a los países donde se los requiera mayormente para reducir la pobreza y donde puedan tener un mayor impacto”, lo que la llevaría a concentrarse fundamentalmente en los países vecinos y en África Subsahariana.

En este documento, la UE ha manifestado que su política de desarrollo requiere la definición de una agenda inclusiva de desarrollo internacional, que le permita trabajar con aquellos países socios que se han convertido en cooperantes, aquellos que se han vuelto más frágiles (estados frágiles), y también con el sector privado, las fundaciones, la sociedad civil y las autoridades regionales locales, a fin de enfocar la cooperación en los países socios donde puede tener mayor impacto, lo cual reforzaría su retirada de los Países de Renta Media en las modalidades que se han conocido hasta hoy. La Agenda para el Cambio fomentará una mayor participación del sector privado, además de la sociedad civil y las ONG, como complemento a las relaciones de cooperación con la UE. Es posible encontrar enfoques bastante similares sobre el probable futuro de la cooperación en la reciente Declaración de Busán, documento que resultó del 4to foro de alto nivel sobre la Eficacia de la Ayuda realizado a finales de 2011 en Corea, y cuya ratificación está en proceso. Podríamos decir que los ajustes y recortes presupuestarios también están dando lugar a una crisis de la cooperación tradicional, como reflejo y extensión de la crisis económica. Las soluciones a esta crisis se encuentran en una reestructuración de la cooperación incluyendo al sector privado como aliado fundamental de financiamiento. En este contexto, las estrategias de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) estarían acompañando la respuesta que se está dando a la crisis económica, a través de la internacionalización de algunas de las grandes empresas europeas, con miras a entrar con mayor fuerza en el mercado regional latinoamericano3. No obstante, como ya se ha dicho, las estrategias para superar la crisis sistémica de la que hemos hablado no pueden quedarse únicamente en lo económico. Tomando en cuenta la perspectiva de coherencia de políticas de desarrollo (Alonso [et al.]: 2010) y la de la “anticooperación”, es importante recalcar que las acciones de cooperación deben estar encaminadas a beneficiar a los países, en lugar de perjudicarlos y por tanto deberían estar acompañadas de acciones de política exterior y de políticas públicas de los cooperantes, en otros ámbitos no exclusivamente relacionados con cooperación, como el comercial y el ambiental, por ejemplo, que potencien su impacto de forma positiva o que al menos, no resulten contraproducentes o conflictivos (Llistar, 2008). Por tanto

3 Véase un artículo específico sobre RSC en esta entrega. Nota de los editores.


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se vuelve urgente un reenfoque de lo que comprendemos por crisis y de las acciones que se están tomando para “enfrentarla”, en todos los ámbitos y también en el ámbito de la cooperación. Para responder a una crisis sistémica, se requiere pensar en una especie de “coherencia sistémica de respuestas ante la crisis”. En este periodo de transición hacia una “nueva cooperación”, que ya no es la que era ni tampoco termina de tomar una nueva forma, y en esta búsqueda de respuestas coherentes ante la crisis, desde un enfoque sistémico, los países del Sur pueden desempeñar un papel fundamental. La Cooperación Sur-Sur y la integración regional constituyen importantes herramientas que les permiten compartir sus experiencias de éxito y sus avances en la lucha contra la exclusión social, y fortalecer sus capacidades, por ejemplo “acceder a tecnologías adaptadas y respetuosas con los usos locales en sectores abandonados por los donantes tradicionales (desarrollo agrario y rural, energía), satisfacer demandas de desarrollo sin respuesta en campos cruciales (infraestructura, ayuda para el comercio, generación y fortalecimiento de capacidades negociadoras), reducir costes, incrementar la eficiencia de la cooperación y flexibilizar la rigidez en los procedimientos de las agencias financiadoras” (Ayllón, 2009). Pero, además, la CSS facilita la generación de espacios en los que, y a través de los cuales, se pueda fortalecer la demanda de una nueva arquitectura de la gobernanza internacional, que parta del reconocimiento de que se atraviesa una crisis sistémica, que no se reduce a lo económico, y que exige un cambio de paradigma de desarrollo.

En palabras de Ayllón, “la gobernanza global de la ayuda implica un desafío común en la instauración de nuevas formas de cooperación internacional a las que los países en desarrollo, con su experiencia de décadas en CSS, pueden aportar aire fresco e ingredientes como la horizontalidad, la equidad y el consenso. (…) Es importante reflexionar sobre las oportunidades que una extensión de la CSS genera para la ampliación de un marco de gobernanza de la ayuda más inclusivo, que no puede quedar confinado al terreno acotado por el CAD/OCDE y que debe, en función de los cambios en el desarrollo del Sur, incorporar a estos países.” (Ayllón, Ibíd.) Los bienes públicos globales, particularmente aquellos ambientales y demás recursos estratégicos que se asientan en muchos países del Sur, pero que benefician a toda la humanidad, juegan un rol preponderante ya que al verse amenazados por la actual crisis sistémica (y por las respuestas casi exclusivamente económicas que se le asignan), demandan que la humanidad cuestione y reenfoque sus prioridades de desarrollo. En este sentido, los países del sur deben elevar su voz y posicionar la contribución fundamental con la que pueden aportar en este proceso, dejando en claro, sin embargo, que no se trata de que la CSS reemplace a la cooperación tradicional, ni tampoco de recibir “ayuda” a cambio de servicios ambientales. Se trata de un principio de corresponsabilidad que exige pensar en un modelo de desarrollo más justo, en todos los ámbitos, e ir trazando líneas de acción para una necesaria reconfiguración del sistema de gobernanza de la cooperación internacional y las relaciones internacionales.

Bibliografía:

Alonso, José Antonio [et al.] (2010) Coherencia de políticas para el desarrollo en cinco donantes del CAD: lecciones para el caso español. Documento de Trabajo No. 42. Fundación Carolina, Madrid, España.

Ayllón Pino, Bruno (2009) Cooperación Sur-Sur (CSS) y gobernanza multilateral del sistema de ayuda: Implicaciones para la cooperación española. FRIDE, Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior. Madrid, España.

Comisión Europea (2011) Increasing the impact of EU Development Policy: an Agenda for Change. Comisión Europea, Bruselas, Bélgica.

Domínguez, Rafael (2010) Nuevas tendencias y actores de la cooperación internacional para el desarrollo. Cátedra de Cooperación Internacional y con Iberoamérica, Universidad de Cantabria. Material para taller dictado en SETECI.

Llistar i Bosch, David (2008) La anticooperación: Los problemas del Sur no se resuelven con ayuda internacional. Revista Pueblos.

Tortosa, José María (2011) Mal desarrollo y Mal vivir. Pobreza y violencia a escala mundial. Ediciones Abya Yala. Quito, Ecuador.

* Magíster en Relaciones Internacionales (UASB) y en Desarrollo y Economía Social (Université Catholique de Louvain). Investigadora, Unidad de Análisis Político de la Cooperación Internacional – SETECI.


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Entrevista a José Luis Pimentel, coordinador general OTC – AECID Ecuador. Tema: Coherencia de políticas.

Fotografías: José Manosalvas

¿Qué significa la coherencia de políticas para el desarrollo y cómo se inserta en su política de cooperación? La coherencia de políticas significa integrar, potenciar y coordinar el conjunto de políticas públicas que no son estrictamente de desarrollo, con las políticas de cooperación de los países donantes sobre los países en desarrollo. Supone que los donantes aseguran que sus políticas promueven, o al menos no dañan, los logros alcanzados en los resultados de desarrollo y que minimizan el riesgo de producir efectos negativos. La ayuda al desarrollo por sí sola no es suficiente para poder erradicar la pobreza y avanzar en el desarrollo

de los países, sino que es imprescindible maximizar las contribuciones del resto de políticas públicas para poder obtener un mayor impacto en los países en desarrollo. La política comercial, laboral, de migraciones, medioambiente, cambio climático, seguridad de los países donantes y receptores, entre otras, son políticas que manejan una gran cantidad de recursos y tienen un fuerte impacto en los países en desarrollo. Estas políticas no pueden ser contradictorias entre sí ni tener efectos paralelos, sino que deben unir sinergias, coordinarse y potenciarse para conseguir los objetivos de desarrollo del país. En cuanto a cómo se inserta la coherencia de políticas en la cooperación española, la Ley de Cooperación Internacional para el Desarrollo 23/98 en su artículo 4 señala que las administraciones públicas informarán de


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todas las políticas que afecten a los países en vías de desarrollo. En esta línea, el Consejo del Cooperación para el Desarrollo es el encargado de dar seguimiento a los avances en materia de coherencia de políticas y realizar un informe anual al respecto. Además, el III Plan Director sitúa la coherencia de políticas como uno de los ámbitos estratégicos.

¿En un contexto de crisis y progresiva disminución de recursos, que importancia adquiere la coherencia de políticas? Nos encontramos ante el reto de mantener los resultados de desarrollo de la cooperación obtenidos hasta el momento, dentro del panorama de crisis económica mundial y su consecuencia directa de disminución de los recursos disponibles para todos los ámbitos y concretamente para la cooperación. Si los recursos destinados a cooperación se ven recortados por la crisis económica, se torna completamente necesario que estos pocos recursos sean lo más eficaces posibles. Esta eficacia puede aumentarse considerando y coordinando las acciones y previniendo los efectos colaterales de otras políticas No-AOD (comercio, migración, deuda, ambiente, seguridad).

En este contexto, la crisis económica mundial debe ser considerada como una oportunidad para profundizar en la coherencia de políticas que afectan a los países en desarrollo, con el fin de aunar esfuerzos y articular de mejor forma los recursos con los que se cuentan. Además estas líneas comunes evitarán impactos negativos o limitantes de otras políticas, obteniendo una potencialidad de resultados mucho mayor. Con una mayor coherencia entre todas las políticas de estado que afectan a los países en desarrollo, se utilizarán los recursos disponibles que provienen desde diferentes vías para unir esfuerzos en pro de los objetivos de desarrollo y lograr un mayor impacto en las zonas y países de intervención.

¿Cuál ha sido la importancia del compromiso político para lograr una mayor coherencia entre la política de cooperación de España con el Ecuador, y otras áreas de la política pública (comercio exterior, economía solidaria, defensa, migración, ambiente)? En el Marco de Asociación Ecuador – España 2011-2013, firmado en 2011, instrumento donde se han establecido


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conjuntamente las líneas de intervención en el país en base a la política nacional del Ecuador, la coherencia de políticas aparece recogida como un punto fundamental en este trabajo conjunto. El acuerdo marco recomienda la elección de dos o tres grandes conjuntos de políticas no AOD para iniciar el trabajo en coherencia de políticas, teniendo en cuenta la importancia para ambos países. En este sentido, ya se realizó un trabajo previo con la elaboración del documento “Mapeo de las Políticas NoAOD españolas y europeas con impacto en desarrollo en el Ecuador” que fue realizado por un equipo bilateral con trece técnicos de SETECI y de la AECID, definiendo conjuntamente los tres grandes conjuntos de políticas: las políticas migratorias ya que España es el principal destino de la migración ecuatoriana; las políticas ambientales debido a la megabiodiversidad ecuatoriana y; las políticas anticrisis centradas en la internacionalización de la economía. Este trabajo se concibe como un elemento de partida para poder profundizar más con el compromiso de realizar un análisis e investigación sobre la situación de la coherencia de políticas en Ecuador.

¿Cuál considera que ha sido el impacto de la cooperación española a partir de las políticas de cooperación implementadas?, ¿Cómo ejemplificaría que éstas han tenido un impacto para el desarrollo en el Ecuador? Un buen ejemplo de políticas de coherencia que han tenido un impacto importante en el desarrollo del Ecuador es el Programa de Canje de Deuda Ecuador España (2007-2011) gestionado por el Instituto de Comercio Exterior. El canje de deuda es un instrumento de cooperación financiera que consiste en la cancelación parcial de deuda, condicionada a que la liberación de recursos se invierta en diferentes ámbitos del desarrollo del Ecuador. Concretamente en este periodo el canje de deuda asciende a 50 millones de dólares, de los cuales 33 millones se destinaron a proyectos educativos y 17 millones a otros proyectos de desarrollo social con el Ministerio de Salud Pública, el MIDUVI o la SENAMI, obteniendo resultados muy relevantes.

Unos 5.000 alumnos ingresaron en el primer año de educación básica gracias al fomento de la escolarización y la construcción de aulas, 55.000 personas fueron sensibilizadas respecto a la importancia de la escolarización y se construyeron aulas de educación inicial en 286 escuelas. Otro resultado interesante ha sido el Plan Retorno que inició hace poco más de tres años. Desde entonces, alrededor de 8.000 ecuatorianos han regresado, de los cuales 3.000 personas son familiares dependientes. Con el dinero que recibieron muchas de estas personas han podido abrir sus propios negocios en Ecuador, reactivando así la economía del país y creando puestos de empleo.

¿Cómo se podría trabajar, conjuntamente, para mejorar la coherencia de políticas de desarrollo y otras áreas de la política pública? Los gobiernos de España y Ecuador cuentan desde noviembre del 2010 con un documento, Marco de Asociación, que define cuáles son los resultados de desarrollo del Ecuador a los que España va a contribuir a través de todos sus instrumentos de cooperación, y también de la articulación de políticas no AOD. En este sentido, existen dos espacios dirigidos a mejorar la eficacia, articulación y coherencia de todos los actores de la cooperación española y ecuatoriana. Por un lado existe una Comisión Paritaria entre el gobierno de Ecuador y España, que semestralmente revisa y realiza ajustes a la cooperación conjunta, y por otro lado la Embajada de España lidera la reunión del Grupo Estable de Coordinación, que una vez al año junta a todos los actores de la cooperación española presentes en Ecuador, incluidos los representantes de otros ministerios españoles como el Ministerio de Economía y Competitividad o el Ministerio de Empleo y Seguridad Social que a través de su presencia también participan del desarrollo de Ecuador. A través del trabajo e interrelación conjunta en estos dos espacios España y Ecuador tienen la posibilidad de mejorar la coherencia de políticas de desarrollo hacia el país.


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“Hay retos y temas que compartimos todos los países” Entrevista a Dominque Wauters, jefe de cooperación, Delegación de la U.E. para el Ecuador. Tema: Coherencia de políticas.

las contradicciones y construir sinergias con aquellas políticas que tienen un impacto sobre la política al desarrollo, la cual está al servicio de los países asociados.

¿En el contexto de crisis en el cual nos encontramos actualmente, donde hay una progresiva reducción de recursos, qué importancia adquiere tener una coherencia de políticas? Hay que ver de qué crisis se habla. Si hablamos de la crisis financiera internacional, y en particular de la crisis del euro en la zona euro, puedo confirmar que existe el compromiso de la UE de mantener sus objetivos de apoyo global a los países en desarrollo para alcanzar el valor del 0,7% del PIB de los países europeos. Entonces, este apoyo no va a disminuir. Hay una gran preocupación por parte de la UE para que las dificultades financieras no afecten a los países socios de manera global. En un comunicado de la Comisión Europea al Parlamento Europeo y el Consejo del mes de octubre de 2011, se ha dado un planteamiento de la futura cooperación para el 2014 - 2020, en el cual, uno de los elementos principales es que si no disminuye la ayuda global se va a reorientar hacia los países y sectores que más necesitan.

¿Qué significa la coherencia de políticas para el desarrollo y cómo se inserta en la política de cooperación? La Unión Europea (UE) se esfuerza en crear sinergias entre las políticas que no conciernen la cooperación al desarrollo, pero que tienen una incidencia marcada sobre los países en vías de desarrollo. Algunas de sus políticas pueden tener impactos reforzando o afectando la política de cajón de la UE; por ello se busca reducir al mínimo

¿Dentro de eso estaría el Ecuador? El Ecuador afortunadamente es un país que gracias a su política macroeconómica ha logrado estar clasificado según la OECD DAC entre los países de ingresos medio alto, y ahí está especificado que van a recibir otro tipo de cooperación, de entidades del mismo nivel. Sería paradójico que cuando hay países europeos que tienen un PIB anual por habitante inferior al de Ecuador, no se haga así. Lo cual, no quiere decir que no vaya a haber apoyo. Éste se va a mantener a nivel de América Latina, de la subregión, a nivel temático, es decir, un apoyo a la so-


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ciedad civil, con las líneas temáticas "actores no estatales, y a autoridades locales en el desarrollo", "inversión en las personas" (como la lucha contra la pobreza, la protección de las mujeres, de los niños, varios temas ligados a los grupos vulnerables); finalmente, las líneas "protección y asilo", "medio ambiente", "democracia y derechos humanos", "cambio climático", y "seguridad alimentaria". Estos apoyos que son específicos para la sociedad civil, se van a mantener y fortalecer. Entretanto nuestra cooperación y compromisos continúan, y los proyectos por su duración de ejecución van a ir más allá de 2014.

tenían políticas definidas, estrategia, acuerdos, había un consenso general tanto de la Unión Europea como del país que con ellos se podría trabajar. Este es un ejercicio interno de la Comisión y todavía falta mucho para lograr los objetivos que se han fijado y por eso vamos de manera progresiva, y de hecho son estos 5 temas los principales para los países en desarrollo.

Tratando de ejemplificar, ¿cuál sería el avance desde la visión de ustedes, en este compromiso político de la UE por la coherencia de política con las políticas públicas nacionales en diferentes áreas: comercio, ambiente, etc.?

Puedo dar dos ejemplos al nivel de la agricultura: por un lado la UE tiene varios instrumentos como el denominado FLEGT (Forest Law Enforcement, Governance and Trade), que sirve para limitar la llegada de madera ilegal a Europa y para proteger la tala de bosques de origen. Eso es un acuerdo voluntario que se propone a todos los países, incluyendo a Ecuador. Por otro lado, la política interna enfocada a la producción daba apoyo a la exportación europea, lo cual podía afectar a las producciones agrícolas de algunos países en desarrollo. Muchos de los esfuerzos, actualmente, se enfocan en la producción verde; es decir, la agricultura en Europa se considera cada vez más como un apoyo a mejorar el ambiente, no solamente de manera puramente productiva. Ahora hay que trabajar para ver qué impactos tienen las políticas sobre el cambio climático y sobre las condiciones de vida global en la tierra.

Desde el 2009 la UE decidió continuar su tarea sobre la coherencia de políticas al desarrollo para hacerla más operacional, es decir, concentrar sus esfuerzos sobre cinco dominios de acción prioritarios para alcanzar los objetivos milenarios para el desarrollo: comercio y finanzas, cambio climático, seguridad alimentaria, migración, y seguridad. Sobre estos temas específicos la UE ha querido profundizar sus esfuerzos para la coherencia, involucrando a la Comisión Europea, el Parlamento Europeo, el Consejo Europeo, así como también a los estados miembros de la UE. En el mes de diciembre, la Comisión publicó el resultado de su informe bianual sobre la coherencia de las políticas, el cual detalla todos los elementos, avances, retos y las recomendaciones para el futuro.

¿Por qué en estas áreas se ha enfatizado en la coherencia de políticas? Se ha querido concentrar los temas que tienen realmente más importancia para nuestra cooperación en relación con los países en desarrollo. De los 12 temas planteados en un principio, se eligieron 5 conjuntamente con Ecuador; no es que los otros 7 quedaron de lado porque no se quiso, o no se llegó a un acuerdo. Los 5 que se eligieron

¿Cómo se ha avanzado en algunas de estas políticas, cuál ha sido su impacto?

¿Respecto al tema de seguridad alimentaria, cuál es la lógica de las políticas? Todavía existen países en desarrollo, que no es el caso afortunadamente con los parámetros del Ecuador, que tienen problemas para producir suficiente comida para su propio pueblo, es decir, el problema de la seguridad alimentaria. Ahí hay un esfuerzo de la UE para apoyar a estas regiones o países para crear un sector agrícola, competitivo, productivo y que sea un mercado resistente a los golpes externos.

¿Sobre el tema de migraciones? A nivel del tema de las poblaciones, se ha observado que 214 millones de personas, 3% de la población mundial


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Fotografías: José Manosalvas

(De izq. a der.) Roberto Cogno, Agregado de Cooperación UE - Ecuador y Dominique Wauters, jefe de Cooperación UE - Ecuador

han nacido fuera del país donde están viviendo. También en Europa viven 32,5 millones de personas que no son originarios de la UE, que es el 5,5 % de la población total europea, y 46% vienen de países de desarrollo intermedio.

¿Cómo se podría trabajar conjuntamente para mejorar la coherencia de políticas?

Desde el 2009, la UE ha mantenido sus esfuerzos para garantizar que la migración realmente beneficie a los países tanto de origen como de destino con el fin de maximizar los efectos de desarrollo sobre nuestra política de migración y minimizar sus efectos secundarios negativos. Asimismo, la migración temporal o permanente para los países en desarrollo, además la migración circular, sabemos que puede contribuir a la reducción de la pobreza de muchas maneras. Entonces, el trabajo que más se ha impulsado ha sido sobre propuestas para la facilitación de las remesas o envíos, la lucha contra la fuga y el desperdicio de cerebros, y respecto de protestas de migración laboral. Se han tomado en cuenta, tanto las necesidades de los países de origen, como las de los países de destino y las de los migrantes. Hay un esfuerzo muy importante a través de la existencia de una amplia legislación en protección de los derechos de los migrantes; ésta es una de las propuestas recurrentes planteada en el diálogo de la UE con los terceros países.

Para un futuro próximo la UE va a proponer a las diferentes entidades geográficas en el mundo el participar en la elaboración de la programación de 2014 – 2020, es un proceso consultativo que incluye todos los actores del desarrollo: la sociedad civil, el sector privado, y por supuesto los estados beneficiarios. Este es un proceso que tendría que empezar próximamente y que va a culminar más tarde, el 31 de diciembre del 2013, para que los programas puedan entrar en ejecución a partir del 2014. Próximamente, la UE tendrá encuentros con las autoridades locales y los diferentes actores del país para trabajar sobre esta programación. De hecho, existe la voluntad, la obligación de los países europeos por apoyar al desarrollo en el mundo, en las regiones, para los valores que son los valores de la UE centrados en la personas, como en el cambio climático, las migraciones, la seguridad, recursos naturales; pues son retos que compartimos todos los países y problemas que en particular competen a países de la región. La crisis no puede ni debe afectar el apoyo de la UE a los grupos vulnerables y a sus socios en general.


Cooperación en cifras | 16

La cooperación internacional alineada a los objetivos de desarrollo propuestos por Ecuador Por: Eco. David Rodríguez*

U

no de los cinco compromisos asumidos por la cooperación internacional en la Declaración de París de la eficacia de la ayuda es el de “apropiación”, el cual recomienda a los países socios ejercer el “liderazgo desarrollando e implementando sus propias estrategias de desarrollo nacional” y “traducir estas estrategias de desarrollo nacional en programas operativos, priorizados y orientados a los resultados” para “dirigir la coordinación de la ayuda en todos los ámbitos”1.

gistrando un monto de USD 90.6 millones, es decir, el 24.31% de los recursos 2010, a través de la ejecución de 357 programas y proyectos. La provincia que mayor cantidad de recursos alineó a este objetivo fue Galápagos, cuyo monto asciende a USD 23.48 millones y representa el 25.9% del total, mediante el registro de 24 proyectos ejecutados. El principal cooperante alineado a este objetivo fue Estados Unidos, cuya cooperación está valorada USD 13.5 millones, es decir el 14.9% del total, lo cual permitió la ejecución de 133 proyectos. Los organismos oficiales bilaterales se identifican como el principal tipo de entidad canalizadora de recursos, al aportar con USD 54.2 millones, lo cual representa el 59.8% del total; y permitió el financiamiento de 85 proyectos. Mientras que los resultados muestran que el gobierno central es el principal ejecutor con USD 55.36 millones y, además, participó del 61.1% del total de los recursos a través de 64 proyectos registrados.

Como parte del análisis de este compromiso, se revisan los resultados estadísticos obtenidos durante el año 2010 y cómo se distribuyen y alinean respecto al Plan Nacional para el Buen Vivir 2009 – 2013 (PNBV). Hay que indicar que la cooperación internacional no reembolsable registró un desembolso 2010 total de USD 372.73 millones para Ecuador, el cual fue distribuido a través de los 12 objetivos del PNBV. El objetivo 4 “Garantizar los derechos de la naturaleza y promover un ambiente sano y sustentable” fue el de mayor priorización para la cooperación en Ecuador, re-

Distribución del monto y número de proyectos de CINR durante el año 2010 por objetivo del PNBV y en millones de dólares Monto desembolsado 2010

Número de proyectos

$100,00

400

$90,00

350

$80,00

300

$70,00 $60,00

250

$50,00

200

$40,00

150

$30,00

100

$20,00

50

$10,00

0

$Objetivo 4

Objetivo 11

Objetivo 2

Objetivo 1

Objetivo 3

Monto desembolsado 2010 en millones de dólares

Objetivo 6

Objetivo 9

Objetivo 12

Objetivo 10

Objetivo 5

Objetivo 8

No Alineado

Objetivo 7

# de proyectos

Fuente: SETECI | Elaboración: David Rodríguez | Fecha: 03/ 03/ 2012 1 Declaración de París sobre la eficacia de la ayuda al desarrollo (2005), p 3 – 4.


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El Objetivo 11, “Establecer un sistema económico social, solidario y sostenible”, es el segundo en relevancia, registró USD 66 millones a través de 246 proyectos alineados con sus metas y políticas. Es importante indicar que el 11.7% de los recursos se ejecutaron a través de 43 programas y proyectos, cuya valoración del desembolso 2010 alcanzó los USD 7.8 millones. A nivel territorial, la provincia de Chimborazo fue la de mayor concentración de recursos alineados con este objetivo, al registrar un total 2010 de USD 6.9 millones en 33 proyectos. El mayor cooperante con el objetivo 11 fue la Comunidad Europea, mediante USD 17.9 millones que permitieron financiar 7 proyectos incluido el “Programa de Apoyo al Sistema Económico, Solidario y Sostenible (PASES)”. El aporte total de este cooperante representa el 27.2% del total. Los organismos oficiales bilaterales se erigieron como la principal entidad canalizadora, al registrar USD 45.7 millones, es decir, el 69.2% de la totalidad de recursos a través de 112 proyectos. Por otro lado, el gobierno central fue el principal tipo de entidad ejecutora con USD 28.7 millones distribuidos mediante 44 intervenciones. En tercer lugar de priorización 2010 está el Objetivo 2 “Mejorar las capacidades y potencialidades de la ciudadanía”, el cual participa del 17% de los recursos de cooperación, alcanzando el monto de USD 63.4 millones; lo cuál financió 176 proyectos alineados con esta prioridad de desarrollo. El 51% de los recursos, es decir USD 32.3 millones, se ejecutó en 32 proyectos con alcance a nivel nacional. Hay que indicar que la distribución provincial registró a la provincia de Guayas como la que mayor cantidad de recursos percibe, con USD 4.5 millones, lo cual facilitó la ejecución de 20 proyectos. Comisión Europea fue el principal cooperante del Objetivo 2, pues registró un monto de USD 28.8 millones, los que a su vez se asignaron para las actividades del “Programa de Apoyo al Plan Decenal de Educación 2006 – 2015 (PAPDE)”. Esto representa el 45.4% del total de recursos para el objetivo. Mayoritariamente, las entidades canalizadoras del Objetivo 2 fueron los organismos oficiales bilaterales, con USD 44.1 millones; es decir, el 69.6% de los recursos y facilitó la intervención de la cooperación en 78 proyectos. El principal ejecutor fue

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el gobierno central mediante 40 proyectos valorados por USD 40.3 millones, es decir, el 63.6% de todos los recursos 2010 alineados a este objetivo. El Objetivo 1 "Auspiciar la igualdad, cohesión e integración social y territorial en la diversidad" también fue parte de los objetivos de mayor priorización para la cooperación internacional, registró un aporte de USD 50.3 millones, es decir, el 13.5% del total. Con elllo, se implementaron 249 proyectos. Cabe especificar que las intervenciones de la cooperación, que fueron de alcance nacional en el Objetivo 1, se plasmaron en 36 proyectos, con un aporte de USD 15.7 millones; es decir, el 31.3% del total de cooperación recibida en el 2010. Estados Unidos fue el cooperante número 1 de este objetivo, pues asignó un monto de USD 13.8 millones. Esto permitió financiar 66 proyectos, lo cual representa el 26.6% del total de recursos provenientes de la cooperación. Por otro lado, los resultados estadísticos muestran que las principales canalizadoras de recursos del Objetivo 1 fueron las ONG extranjeras, las cuales distribuyeron USD 26.9 millones; es decir, el 66.7% de los recursos. Este resultado se obtuvo del registro de 166 proyectos. Asimismo, los datos revelan que son las mismas ONG extranjeras quienes ejecutaron la mayor cantidad de recursos disponibles en este objetivo, su participación alcanza el 37.1% del total; es decir, USD 18.6 millones. Pese a que la gran mayoría de recursos provenientes de la cooperación internacional se encuentran alineados al Plan Nacional para el Buen Vivir, gracias a un planteamiento de metas y objetivos integrales y multitemáticos —lo cual amplía y facilita el ámbito de acción de los distintos programas y proyectos de cooperación internacional— existe un porcentaje mínimo de recursos que no se alinean a las prioridades de desarrollo del Ecuador. Esto alcanza un total de 12 proyectos valorados por un monto de USD 1.8 millones, es decir, participan del 0.48% del total de recursos 2010. En este punto hay que señalar que solo el objetivo 7 “Construir y fortalecer espacios públicos, interculturales y de encuentro común” alcanza un aporte menor, registrando apenas USD 1.6 millones a través de 18 proyectos.

Analista de Enlace, Seguimiento y Evaluación de la Secretaría Técnica de Cooperación Internacional.


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Un nuevo paradigma para la cooperación

internacional en el Ecuador Por: Carolina Viola | Coordinadora Unidad de Análisis Político - SETECI.

América Latina, nos recuerda que a lo largo de la historia el “Desarrollo ha sido un término de azarosa biografía…. Desde la Segunda Guerra Mundial ha cambiado muchas veces de identidad y de apellido, tironeado entre un consistente reduccionismo economista y los insistentes reclamos de todas las otras dimensiones de la existencia social. Es decir, entre muy diferentes intereses de poder y ha acogido con muy desigual fortuna de un tiempo a otro de nuestra cambiante historia” (Quijano, 2000:11).

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a crisis que afecta el planeta golpea las estructuras del sistema internacional y pone en duda la validez del concepto de desarrollo que ha guiado por décadas la política de cooperación internacional a nivel global, así como las instituciones que han alimentado este discurso. Hoy, no estamos solo enfrentando una crisis económica y financiera, estamos ante una crisis multifacética, resultado de la “combinación e interconexión de siete crisis que conforman la crisis global: económica, ideológica, energética, alimentaria, medioambiental, democrática, de hegemonía” (Tortosa, 2011:66). Estamos viviendo una crisis profunda que cuestiona la base ideológica que sustenta la visión de desarrollo. Ese “fantasma del desarrollo” inalcanzable, que le ha quitado el sueño al Sur y ha justificado la aplicación de azarosas recetas a lo largo de nuestra historia reciente. La crítica de Aníbal Quijano al concepto de desarrollo, impuesto por el patrón de dominación colonial en

Si nuestra meta no es el desarrollo lineal, unidimensional y reduccionista, impuesto por ese patrón de dominación colonial Norte-Sur, la cooperación se queda sin apellido y hay que darle nuevos significados, llenarla de contenidos nuevos y plantear nuevos paradigmas. Es necesaria una política de cooperación que ponga nuestro Norte en el Sur.

La crisis de la cooperación internacional Los países del Sur atraviesan hoy un contexto favorable para redefinir su rol en el concierto internacional. Sin embargo, este nuevo abanico de oportunidades demanda asumir retos y responsabilidades. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha anunciado que la cooperación de los principales donantes a los países en vías de desarrollo ha caído alrededor de un 3% en el 2011, rompiendo con la tendencia de incrementos anuales que se mantenía desde 1997. Algunos socios importantes para el Ecuador como España registran recortes que alcanzan el 32,7% (OCDE, 2012). En este escenario el Ecuador, en consonancia con los vientos que soplan en América Latina, busca superar la visión de la cooperación internacional como fuente


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de fondeo del presupuesto nacional —la cooperación internacional representa hoy el 0.77% anual del PIB, y en media, el 2,82% del presupuesto nacional del Estado— y avanzar hacia una visión de la cooperación como herramienta de política exterior e instrumento eficaz para fortalecer el proceso de integración de los pueblos de América Latina y el Caribe. Si bien las dificultades que atraviesan nuestros socios europeos conlleva la progresiva disminución de los recursos que destinan a países como Ecuador, considerados por la OCDE como de renta media, esta situación nos incentiva aún más a fortalecer y construir nuevas relaciones de cooperación enriquecedoras e integradoras desde el Sur y para el Sur. Este nuevo enfoque de la cooperación implica introducir nuevos esquemas de cooperación más amplios e incluyentes, que tengan en cuenta las especificidades y diferencias del Sur Global y el potencial que tiene éste para afrontar de manera novedosa los retos que hoy enfrenta la sociedad global. En este contexto, es necesario preguntarnos si las instituciones que han sustentado el sistema de la cooperación internacional Norte – Sur son las más idóneas a enfrentar los nuevos retos de nuestros tiempos. También es fundamental empezar a cuestionar la aceptación ciega que han hecho nuestros países de un modelo de desarrollo que ha revelado ser “maldesarrollador”1. Por maldesarrollo entendemos la insatisfacción estructural de necesidades básicas: en vez de bienestar ha traído pobreza, inequidad y desigualdad; en vez de libertad ha traído represión, marginación y una escasez de democracia; en vez de identidad se ha acompañado de procesos de colonización interna, nacionalismo y fundamentalismo; en vez de seguridad nos ha condenado a la violencia, las guerras civiles y el terrorismo (Tortosa, 2011:49). Esto nos lleva a repensar el paradigma de la cooperación, y cuestionarnos la validez de sus estructuras. La situación actual y las transformaciones del sistema internacional requieren una nueva gobernanza para la cooperación internacional que tenga en cuenta los aportes de los países del Sur, y en particular de América Latina y el Caribe, como proveedores por excelencia de bienes públicos globales ambientales, fundamentales para el equilibrio del planeta. En la región, esto implica avanzar

1

hacia nuevas plataformas políticas que permitan cuestionarnos las metas del desarrollo regional a partir de nuevos paradigmas que puedan dar respuestas a los retos de nuestro tiempo.

Una política de cooperación internacional para el Ecuador El Ecuador ha impulsado desde el 2009 una Agenda Soberana para la Cooperación Internacional. Esta agenda pasa tanto por un posicionamiento soberano y crítico a las estructuras de poder anacrónicas e ineficientes, así como por avances a nivel normativo, de gestión y procedimientos a nivel interno. La base de una cooperación internacional soberana implica la definición de políticas claras que definan ¿Qué? y ¿Para qué? la cooperación internacional en el Ecuador. Es así que el Ecuador ha construido una política de cooperación internacional anclada a cuatro pilares fundamentales: la Constitución del 2008, que fija las bases de las relaciones internacionales y el régimen del Buen Vivir como objetivo de desarrollo nacional, el Plan Nacional para el Buen Vivir, que define las metas y las estrategias enfocadas a este fin, el Sistema Internacional de Derechos Humanos, como base transversal de nuestro accionar; y los instrumentos y declaraciones internacionales relativos a la cooperación internacional. La política de cooperación del Ecuador busca dar respuesta a la crisis del apellido de la cooperación, introduciendo el concepto del "Buen Vivir" como meta del Estado ecuatoriano, para construir una sociedad más justa en la cual los seres humanos podamos coexistir en armonía y equilibrio con la naturaleza. La crisis del concepto de desarrollo conlleva la crisis de las instituciones que lo han promovido; por esto, es necesario sancionar la denuncia a la gobernanza de la cooperación internacional y la necesidad de avanzar hacia una nueva arquitectura eficaz, legítima, justa, transparente y con capacidad de adaptación a una realidad compleja. La creciente importancia de la cooperación Sur - Sur, como herramienta de política exterior idónea a promover la integración latinoamericana y caribeña, nos lleva a

El término fue utilizado por primera vez en un artículo de Sugata Dasgupta “Peacelessness and Maldevelopment” de 1968, y después por diferentes autores entre los que se señala a Samir Amin. En este artículo, lo desarrollamos a partir del trabajo reciente de José María Tortosa (2011) “Maldesarrollo y Mal Vivir”.


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priorizar su impulso y a consolidarla como una estrategia fundamental para la cooperación en el Ecuador. La demanda de una mayor participación y horizontalidad a nivel internacional se reflejará en una gestión descentralizada de la cooperación internacional, buscando así alcanzar una mayor equidad territorial y respetando el principio de subsidiariedad. La crisis ecológica que afecta el planeta se atribuye principalmente al Norte Global, que con sus hábitos de consumo insostenibles y la pretensión de dominar la naturaleza han puesto en peligro la sobrevivencia de la humanidad. Por ésto nuestra política demanda la promoción de los principios de corresponsabilidad y justicia ecológica, así como el reconocimiento de la deuda ecológica de los países del Norte con el Sur. El Ecuador ha asumido la responsabilidad de atender las demandas de servicios básicos por parte de la población, destinando presupuestos adecuados para ello. Por esto la cooperación internacional en el Ecuador debe dar un salto cualitativo y enfocarse en la transferencia tecnológica y de conocimientos, que apoyen la transformación del patrón de especialización de la economía, a fin de mejorar la productividad para satisfacer las necesidades básicas de la población, sin explotar a las personas y a la naturaleza. El salto cualitativo implica también utilizar el potencial de la cooperación para fortalecer las relaciones comerciales, así como apoyar la búsqueda de nuevos mercados apoyando la estrategia de inserción soberana del Ecuador en el sistema mundo.

Una cooperación soberana debe además liberarse de las condicionalidades que demandan la adquisición de bienes y servicios de los países cooperantes disminuyendo los impactos positivos que podrían tener esos recursos cuando se adquieren bienes y servicios del país receptor. Por esto, se introducen también una serie de políticas de enfoque técnico, relacionadas con la gestión misma de la cooperación: utilización de sistemas nacionales de planificación, finanzas, compras públicas y el involucramiento de las instituciones nacionales con la finalidad de garantizar la sostenibilidad y la plena apropiación por parte de las instancias encargadas de hacer la política pública en el Ecuador. La política de cooperación internacional del Ecuador es parte de la estrategia para afrontar la crisis de la cooperación internacional y de las instituciones desde una perspectiva nacional. Busca llenar a la cooperación de aquellos contenidos políticos que han sido negados en nombre de los tecnicismos que nos han llevado a olvidar que las causas de la pobreza y el subdesarrollo son políticas y forman parte de la estructura de un sistema económico y político internacional asimétrico, inequitativo y excluyente. Por otro lado, cuestiona el modelo de desarrollo impuesto por el patrón de dominación colonial, para dar pasó a la introducción de nuevos conceptos que buscan reenfocar la relación del hombre con la naturaleza, que nos permitan corregir las estrategias "maldesarrolladoras" que han llevado a la crisis compleja y multifacética que hoy afecta, con diferente intensidad temporal y espacial, a nuestro planeta.

Bibliografía:

Tortosa, José María (2011): Mal desarrollo y Mal vivir. Pobreza y violencia a escala mundial. Ediciones Abya Yala. Quito, Ecuador.

Quijano, Anibal (2010): “El Fantasma del Desarrollo en América Latina”. En: El desarrollo en la Globalización. El reto de América Latina. Coord. Alberto Acosta.

SETECI (2012): Informe de Cooperación Internacional no reembolsable en el Ecuador 2010-2011. Quito, Ecuador.

SETECI (2012): Políticas de Cooperación Internacional en el Ecuador. En fase de publicación. Quito, Ecuador.

OCDE (2012): “Development: Aid to developing countries falls because of global recession”. Disponible en: http://www.oecd.org/documen t/3/0,3746,en_21571361_44315115_50058883_1_1_1_1,00.html

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Máster en Relaciones Internacionales y Derechos Humanos.


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Coherencia de políticas y acción colectiva: el problema del desarrollo en el mundo globalizado Por: Natalia Millán* - Instituto Complutense de Estudios Internacionales.

1. Introducción

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a globalización ha generado cambios fundamentales en las dinámicas sociales, económicas, políticas, culturales y simbólicas que constituyen las relaciones entre Estados y personas. Tras el fin de la Guerra Fría se han acelerado los procesos de interconexión e integración de las comunicaciones, los mercados, los capitales y los significados culturales en buena parte del mundo contemporáneo, lo que ha profundizado los fenómenos de transnacionalización e interdependencia en diversos ámbitos de las organizaciones humanas (Sanahuja, 2008; Del Arenal, 2009). En un mundo cada vez más interrelacionado, las problemáticas del desarrollo adquieren una dimensión global, que cuestionen la legitimidad y sostenibilidad del sistema en su conjunto. En este sentido, la globalización introduce nuevas formas de interconexión, en diversas escalas, que problematizan inevitablemente el concepto del “otro”; ya no existen los “otros” dado que toda la humanidad comparte un destino común (Beck, 2004). Esta nueva configuración de la realidad humana conecta a las personas a sistemas de gran escala como parte de una dialéctica local y global en constante movimiento (Giddens, 1999, Held, 2004, Sassen, 2010). Desde esta perspectiva, el concepto de Coherencia de Políticas para el Desarrollo (CPD) surge coma una visión alternativa (y necesaria) para afrontar, de manera coordinada y consensuada, los desafíos del desarrollo que se presentan en el mundo globalizado (Millán, 2011). En la medida en que en algunas dimensiones las interdependencias e interrelaciones entre las naciones se acrecientan, los problemas del hambre, la pobreza o la degradación medioambiental afectarán, inevitablemente, a todas las economías del mundo (y no únicamente a los países más vulnerables). Como consecuencia, desconocer la problemática del desarrollo global y sus posibles amenazas para el sistema en su conjunto, podría afectar los intereses fundamentales de todos los países.

El presente documento pretende analizar brevemente los cambios estructurales que para el desarrollo implica la progresiva interdependencia entre las naciones al tiempo que propone el análisis de la CPD desde una dimensión trasnacional que suponga la acción colectiva entre donantes y socios. Para ello, el segundo epígrafe analiza las dinámicas de interdependencia y asimetrías derivadas del proceso globalizador; el tercer epígrafe aborda el concepto de CPD, para luego concluir, en el cuarto epígrafe, sobre la necesidad de promover una mayor coherencia en el actual mundo globalizado. En definitiva, la coherencia de políticas debería integrar una dimensión trasnacional, dado que, como se sostiene en este artículo, la problemática del desarrollo es un fenómeno trasnacional que no puede ni debe abordarse desde ámbitos nacionales o segmentados.

2. Interdependencia y desigualdad en la era global Diversos autores han abordado el concepto de globalización atendiendo a los procesos de creciente trasnacionalización e interdependencia que han generado cambios estructurales en las relaciones sociales y en el ejercicio del poder en diversos ámbitos de las organizaciones humanas —local, nacional, regional y global— (Beck, 2004; Sanahuja, 2008; Held, 2004 y Giddens, 1999, entre otros). Se ha trascendido desde una sociedad internacional condicionada en sus relaciones internacionales por la dimensión espacio— tiempo a una sociedad global caracterizada por la mundialización, la trasnacionalización, la inmediatez y la instantaneidad en buena parte de las dinámicas interrelacionales (Del Arenal, 2009). Asimismo, el proceso de globalización parece caracterizarse cada vez más acusadamente por una profunda asimetría entre los grados de integración reales alcanzados por los capitales y mercados y la incapacidad política del sistema internacional para generar instancias y marcos normativos que permitan regular estas interdependencias


A fondo | 22

(Alonso, 2002). Se observa, de hecho, una importante brecha entre el poder económico (que no quiere ser regulado) y el poder político (que ha sido incapaz de erigir un sistema institucional internacional para regular el poder económico). El avance vertiginoso que, en las últimas décadas se ha observado en la integración de los mercados, los capitales y las comunicaciones no se ha visto sustentado por el diseño de un marco institucional (político) internacional que permita gestionar el alto grado de vulnerabilidad al que las naciones (y su ciudadanía) se ven expuestas como consecuencia de este nuevo orden internacional. En consecuencia, la dinámica de la globalización no sólo ha ampliado y profundizado el grado de vulnerabilidad de los actores (países, personas e instituciones) sino que, principalmente, han creado nuevos riesgos que cuestionan la estabilidad del sistema actual (Held, 2004). Al tiempo que se aceleran los procesos de integración se incrementan las desigualdades entre los países y las personas. Las importantes brechas en la distribución de la renta se encuentran profundamente vinculadas con el fenómeno de la pobreza y la exclusión. De acuerdo a los datos del Banco Mundial (2010) el 16% de la población accede al 71% de la riqueza total del planeta mientras que el 14% más pobre dispone del 1% de los ingresos totales. En 2009, la ONU ha calculado que alrededor de 2.700 millones de personas vivían con menos de dos dólares al día (PNUD, 2009). En suma, la globalización ha creado nuevos espacios de poder a la vez que ha acotado los ámbitos de decisión tradicionales de los otrora protagonistas principales del panorama internacional: los Estados Nación. Desde esta perspectiva, parece lógico suponer que son necesarias propuestas y caminos alternativos que permitan avanzar hacia una gobernanza global que promueva el desarrollo inclusivo de todas las naciones; desde esta dimensión se analizará el concepto de CPD.

3. La coherencia de políticas y la acción colectiva La CPD puede entenderse como la integración de la perspectiva de desarrollo en el diseño, implementación y evaluación de las políticas estatales —tanto domésticas como internacionales— de los países (Millán, 2011). Se trata, pues, de un concepto extremadamente sugerente en tanto el fin último del trabajo por la coherencia

consiste en modificar progresivamente las políticas públicas para integrar de manera transversal la perspectiva de desarrollo. No obstante, dado que en un sistema democrático coexisten por definición intereses contradictorios y legítimos que representan a una vasta diversidad de opiniones y grupos, alcanzar un grado absoluto de coherencia se convierte en un objetivo incompatible y poco deseable para un sistema plural, y participativo (Ashoff, 2002; OCDE, 2002). En consecuencia, el desarrollo no podrá ser necesariamente la única prioridad en el diseño de políticas públicas de los países; no obstante, el entender la CPD como un eje transversal de trabajo supone que el interés de los países más pobres estará presente en todos los procesos públicos de toma de decisiones. El diseño de políticas coherentes requiere un manifiesto compromiso político por parte de los Gobiernos, así como el diseño de una estrategia consistente que permita avanzar, progresivamente, hacia políticas convergentes con el desarrollo humano. En este sentido, la dimensión política es el elemento primordial en la promoción de la CPD. Por ello, el análisis de la voluntad política, las instancias de negociación, los compromisos asumidos por los diferentes actores con capacidad de incidencia, las estrategias electorales, las cuotas de poder que ostentan los diferentes ministerios y agencias gubernamentales y las presiones específicas de cada grupo son elementos fundamentales para valorar la verdadera capacidad de un Gobierno para avanzar hacia una mayor CPD. En este sentido, el compromiso transversal con el desarrollo —que supone el trabajo por la CPD— parece presentar sistemáticas resistencias institucionales. Esto es debido a que, en diversas ocasiones, existe la percepción de que los “intereses nacionales” (a corto plazo) de un Estado se contraponen con el objetivo del desarrollo humano, global y sostenible. En buena parte de los países del mundo, las campañas políticas se centran en temas que atraen los intereses del electorado los cuales suelen confinarse a las fronteras nacionales. De esta manera, los intereses de los países más pobres se abandonan en pos de lo que se entiende, a corto plazo, como el interés nacional (OCDE, 2008). En muchas ocasiones (especialmente en contextos de crisis) el compromiso con el desarrollo global es asumido con cautela por los representantes políticos dado que éste puede ser advertido como una amenaza por el electorado nacional. En este sentido, defender y


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promover los derechos de otros ciudadanos (como por ejemplo los inmigrantes) o reducir la pobreza mundial puede, en el corto plazo, ser percibido como un objetivo que compite o incluso es contradictorio con otros objetivos nacionales. Dentro de este contexto, las administraciones públicas parecen asumir que la práctica política es exitosa en tanto promueva los intereses particulares (y en algunos momentos corporativos) de los países o grupos a los que representan, independientemente de las consecuencias globales que tengan esas decisiones para otros Estados y personas. Esta lógica, que tradicionalmente ha imperado tanto en la práctica política como en las corrientes principales de las ciencias sociales, es convergente con la visión del nacionalismo metodológico de Beck (2004). De esta manera, es el interés nacional a corto plazo el que parece guiar el discurso y la práctica política, así como las preferencias de la mayoría del electorado. Esta forma de entender el interés nacional supone que cada país asume políticas unilaterales y discrecionales para gestionar bienes que son transnacionales y requieren de una acción global y colectiva para ser administrados de forma efectiva. En tal sentido, la mirada nacional es ciertamente una aproximación insuficiente (y obsoleta) para abordar las diferentes dimensiones del desarrollo que se han trasnacionalizado. En consecuencia, parece existir en diversos ámbitos de la administración pública una inercia a reproducir una realidad aprehendida que supone priorizar la competencia, el corporativismo, los resultados tangibles y a corto plazo, y los intereses particulares sobre lo que se pudiera conceptualizar como bienestar colectivo —que necesariamente también implica una acción conjunta y a largo plazo—. De ahí, que el concepto de CPD suponga un desafío significativo para la práctica y la teoría política porque implica una suerte de ruptura con las expectativas, valores y comportamientos esperados y socialmente construidos que rigen, estructuran, premian y castigan la acción política. Esta forma de entender la acción política y el interés nacional no parece ser potestad de ningún tipo de nación en particular sino que, en principio, forma parte del know how político de buena parte de los Estados del planeta (independientemente de su renta per cápita, capacidades institucionales o niveles de pobreza). No se trata, no obstante, de un dilema de suma cero donde los Estados deben elegir entre la conveniencia individual y el desarrollo global. En un mundo extrema-

damente interdependiente la coherencia de políticas y la acción colectiva orientada al desarrollo es un camino necesario para encontrar soluciones eficientes a largo plazo tanto a escala nacional como global. El problema radica en que en general, es la mirada a corto plazo la que impide avanzar hacia soluciones comunes y concertadas. El desafío radica entonces en comprender que las soluciones colectivas son el único camino posible y eficaz para afrontar los nuevos desafíos globales. Desde esta perspectiva, es preciso ampliar el concepto de CPD que no debe ser un mandato restringido al espacio de los países desarrollados sino que debería entenderse como un compromiso global concerniente a los todos los Estados del planeta, independientemente de su estadio de desarrollo. En suma, el desafío más importante que supone la práctica de la CPD reside en el cambio radical de enfoque para los teóricos y diseñadores de políticas públicas. Como se ha sostenido, la CPD también debe suponer la promoción de un marco institucional democrático tendente a garantizar a las personas el libre y pleno ejercicio de sus derechos sin discriminación por raza, sexo o nacionalidad. Esta visión es convergente al ideario cosmopolita, defendido por teóricos como Ulrick Beck, David Held, Daniel Archibugi o Mary Kaldor, donde la acción colectiva se presenta como el único camino realista (Beck, 2004) para garantizar la sostenibilidad de un sistema global que, al mismo tiempo que se vuelve progresivamente interdependiente y trasnacionalizado, se constituye como un mundo profundamente asimétrico y desigual.

4. Reflexiones finales Los cambios experimentados en el escenario internacional están modificando las dinámicas sociales, políticas y económicas de las sociedades contemporáneas. Fruto de la integración creciente de las economías así como de la emergencia de nuevos actores transnacionales, se está generando una reestructuración en la distribución, instrumentación y configuración de las esferas de poder. Estas modificaciones inciden tanto en la escena internacional como en las dinámicas internas de las sociedades. Dentro de este nuevo escenario, los problemas del desarrollo adquieren una dimensión global que afecta, inevitablemente, tanto a los países del Sur como a las economías más desarrolladas del planeta. Como consecuencia, se vuelve necesario


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afrontar coordinadamente los desafíos y problemas del desarrollo en tanto la pobreza, la extrema desigualdad o la degradación medioambiental pueden convertirse en verdaderas amenazas globales para la sostenibilidad del sistema internacional. Desde esta perspectiva, profundamente pragmática, se reclama la aplicación de políticas más coherentes con el desarrollo que permitan reducir —al menos parcialmente— las extremas desigualdades entre los países “ricos” y los países “pobres”. Para ello, cada país se enfrenta al reto de diseñar políticas nacionales, regionales y globales que contemplen la acción colectiva como el único camino efectivo para enfrentar los problemas del desarrollo. Esta acción colectiva deberá integrar, asimismo, a las naciones consideradas tradicionalmente receptoras o socias, especialmente a la luz del importante papel que algunos países emergentes están jugando en el escenario internacional.

Para finalizar, es necesario recordar que la perspectiva racional y pragmática del “mutuo beneficio” utilizada en este trabajo no debe agotar los argumentos que promueven el avance hacia una mayor coherencia orientada al desarrollo. La pobreza extrema, el hambre y la inseguridad que afectan la vida de miles de millones de personas en el mundo cuestionan la legitimidad de un sistema extremadamente desigual en el reparto de la riqueza. La implementación de políticas globales orientadas al desarrollo permitiría promover un marco institucional más democrático, que tendiera a garantizar a toda la ciudadanía el libre y pleno ejercicio de sus derechos. Derechos que deberían estar asegurados para todas las personas del planeta sin distinción de raza, sexo, género, orientación sexual ni nacionalidad, tal como sostiene la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Bibliografía:

Alonso, José Antonio (2002) “Bienes públicos globales y cooperación al desarrollo” en La realidad de la ayuda: una evaluación independiente de la ayuda oficial al desarrollo internacional, Nº. 2002-2003, Págs. 127-153. Intermón Oxfam. Madrid.

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Beck, Ulrich (2004): Poder y contrapoder en la era global. La nueva economía política mundial. Paidós, Barcelona.

Del Arenal, Celestino (2009): “Globalización, creciente interdependencia y globalización en las relaciones internacionales” en Cursos de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales de Vitoria Gasteiz 2008, Págs. 182-268

Giddens, Anthony (1999): Consecuencias de la modernidad. Alianza editorial. Madrid.

Held, David y Antonhy Mc Grew (2008): Globalización Antiglobalización. Sobre la reconstrucción del orden internacional .Editorial Paidos. Barcelona

Held, David (2004): Un pacto Global. Editorial Taurus. Madrid

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PNUD (2009): Informe sobre Desarrollo Humano 2009. Superando barreras: movilidad y desarrollo humanos. Nueva York.

Sanahuja, José Antonio (2008): “Europa y Estados Unidos después de Bush. La difícil reconstrucción del vínculo trasatlántico”, Foreign Affairs, Vol. 8, Nº 4, 2008.

Sassen, Saskia (2010): Territorio, autoridad y derechos Katz Editores. Buenos Aires.

* Investigadora del Instituto Complutense de Estudios Internacionales y coordinadora del Master de Desarrollo y Ayuda Internacional del ICEI.


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Privatización de la cooperación: RSC, realidades sin coherencia Por: Decio Machado*

E

l origen de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) se remonta al siglo XIX, cuando el Estado no asumía su función social y en una conjunción entre filantropías y militancia caritativa se constituían los primeros fondos de solidaridad, mutualidades, ONG y otras herramientas de cobertura para los sectores más vulnerables de la sociedad. Esta realidad fue desapareciendo en función de la construcción del Estado de bienestar europeo tras la Segunda Guerra Mundial. Más allá de sus antecedentes históricos, la RSC se empieza a implementar a partir de la década de 1960, desarrollándose también conceptos como rentabilidad social de la empresa, teoría de los stakeholders1, y ética empresarial. Teóricos actuales de la RSC, como Archie B. Carroll2, resumen esta disciplina en cuatro grandes áreas: 1) Responsabilidades económicas, enfocadas a la producción de bienes y servicios para la sociedad; 2) Responsabilidades legales, enfocadas a cumplir las leyes; 3) Responsabilidades éticas, enfocadas a las actividades no reguladas directamente por las leyes, pero deseadas por la sociedad; y 4) Responsabilidades filantrópicas, enfocadas a las acciones voluntarias que contribuyen al bienestar de la comunidad. Es decir, más allá de las aportaciones económicas —lo filantrópico—, se reconoce un sentido de la RSC que incluye dos enfoques claves: el primero respecto a la inclusión de la empresa en el campo social, a través

de fundaciones u organizaciones subsidiarias, con el fin de que administren y gestionen las donaciones y el problema social de interés corporativo; y el segundo significa un cambio en la racionalidad corporativa, que busca incorporar cierto sentido social siempre y cuando no afecte a su interés económico. Fue Milton Friedman en un artículo publicado el 13 de septiembre de 1970 en The New York Times (“La responsabilidad social de la empresa es aumentar las ganancias”), quien indicaba que la empresa no tenía la responsabilidad de resolver los problemas de la sociedad, y que la verdadera “responsabilidad social” de una corporación era ganar más, teóricamente con el objetivo de crear más empleos y producir más bienes y servicios3. Siguiendo a los actuales teóricos de la RSC es fácil ver cómo el debate actual está centrado en determinar cuánto aporta en beneficios dicha modalidad de intervención cuando se incluye en la gestión y dirección empresarial. Así, para unos autores, la RSC mejora el rendimiento financiero de la empresa (Simpson y Kohers, 2002); para otros se fideliza a los clientes (Maignan, 2001); hay teóricos que determinan que a través de la RSC se revaloriza la imagen y reputación de las corporaciones (Smith, 2003), e incluso hay quienes afirman que la RSC es un mecanismo por el cual se incrementa la capacidad de atraer y retener a los trabajadores (McGuire, 1988) o de facilitar el acceso al capital (Hockerts y Moir, 2004).

1 Stakeholder es un término inglés utilizado por primera vez por R. E. Freeman en su obra: “Strategic Management: A Stakeholder Approach” (Pitman, 1984), haciendo referencia a «quienes pueden afectar o son afectados por las actividades de una empresa». Desde entonces, estos grupos o individuos son los públicos interesados o el entorno interesado ("stakeholders"), y pasan a ser considerados como un elemento esencial en la planificación estratégica de los negocios. 2 Archie B. Carroll es profesor emérito en el Terry College of Business, University of Georgia, donde continua prestando servicios como director del Nonprofit Management and Community Service Program. Carroll dirige desde hace décadas investigaciones sobre la Responsabilidad Social Corporativa, siendo miembro de la Fellow of the Academy of Management, miembro destacado de la Social Issues in Management Division of the Academy of Management y primer presidente de la Society for Business Ethics. 3 Friedman, Milton (1970): “La noción de responsabilidad social de la empresa, enmarcada en la lógica neoliberal, sugiere que esta responsabilidad se agota en la generación de empleo y cumplimiento de las imposiciones legales”.


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Si en algún momento alguien llegó a creer que hay una nueva tendencia del capital dirigida a superar el objetivo único de la maximización de beneficios por parte de las empresas, el debate de los teóricos “duros” de la RSC a nivel mundial demuestra todo lo contrario. No hay debate sobre “buenas prácticas” sin que este esté asociado a la rentabilidad económica. Si la RSC genera costes adicionales estos deberán ser superados por la rentabilidad económica obtenida de ella. ¡¡Esto es el capitalismo!!

La visión ciudadana sobre la RSC Las diferentes estrategias de imagen, derivadas del quehacer cotidiano de los departamentos de comunicación y relaciones externas de las transnacionales, han conseguido posicionar en el imaginario de gran parte de la ciudadanía mundial la creencia de que la RSC se inspira en la pertenencia o identidad de estas macro corporaciones empresariales hacia las sociedades en las cuales actúan, como una herramienta más que contribuye a la solución de sus problemas. De esta manera, la RSC se vincula socialmente a un sentimiento filantrópico organizacional dirigido a los sectores más vulnerables, que tiene como finalidad ayudarles a insertarse más dignamente a la sociedad. Desde esa perspectiva, la RSC pasa a ser una lógica altruista realizada desde los sectores empresariales, buscando retribuir a los núcleos más débiles de las sociedades donde actúan, con un fin compensatorio. Bajo esta idea se esconde una estrategia de marketing que busca una mejor aceptación social, sustentada sobre el planteamiento de que las organizaciones empresariales, especialmente las que mayor poder tienen, desarrollan más allá de su actividad productiva y comercial, una serie de loables actividades de enfrentamiento con los problemas sociales, en gran parte generados por ellos mismos. Sin embargo, desde la misma etimología del término “corporativo”, se hace alusión a una figura amplia de

la organización capitalista, la gran empresa, dado que el desarrollo empresarial en el sistema capitalista tiene como finalidad la construcción de grandes “corporaciones” que combinan empresas productivas y comerciales para mayor beneficio del capital empresarial. Así, se fomentan actividades culturales o educativas y la financiación de proyectos de cooperación y desarrollo en las comunidades o regiones donde desarrollan sus actividades empresariales. A estas actividades se unen la pertenencia a instituciones que promueven la RSC tales como el Pacto Global , la firma voluntaria de códigos éticos y de prácticas de buena conducta o la realización de auditorías socioambientales con la presentación de informes de rendición de cuentas.

La RSC crece en momentos de crisis El 3 de febrero de 2009, en los momentos más álgidos de la crisis en los EE.UU., Stefan Stern publicaba un artículo en The Financial Times haciendo uso de un juego de palabras en inglés donde alegaba que las “emisiones” de la RSE son el gas de efecto invernadero más mortífero (“The deadliest green house gas: The hot air of CSR”). Según Stern, debido a la recesión, por fin se acabaría esta tontería de la RSC y, siguiendo las tesis de Friedman, se volvería a la principal responsabilidad de la empresa: hacer dinero. Fue la ignorancia de Stern, desconocedor que la RSC es en realidad una fórmula para hacer dinero, la que le llevó a equivocarse garrafalmente. En los momentos más duros de la crisis estadounidense y por ende mundial, corporaciones como la Glaxo Smith Kline (GSK) anunciaban que reducirían un 25% el precio de las medicinas en los cincuenta países menos desarrollados. La transnacional químico farmacéutica indicaba además que reinvertiría el 20% de los beneficios en esos

4 El Pacto Mundial (Global Compact) es un instrumento de las Naciones Unidas que fue anunciado por el entonces secretario general de la organización, Kofi Annan, en el Foro Económico Mundial (Foro de Davos) en su reunión anual de 1999. Su fin es promover el diálogo social para la creación de una ciudadanía corporativa global, que permita conciliar los intereses de las empresas, con los valores y demandas de la sociedad civil, los proyectos de la ONU, sindicatos y Organizaciones no gubernamentales (ONGs), sobre la base de 10 principios en áreas relacionadas con los derechos humanos, el trabajo, el medio ambiente y la corrupción. 5 http://www.ft.com/cms/s/0/0543162e-f193-11dd-8790-0000779fd2ac.html#axzz1r540yTPw


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países en infraestructura de salud y que respaldaría el intercambio de investigaciones sobre enfermedades ignoradas.

anuales, algo insignificante para una corporación de estas características.

De igual manera, la transnacional británica Cadbury, pionera en la RSC desde el siglo XIX, anunciaba asociaciones con el fin de mejorar las condiciones económicas, sociales y ambientales de los productores de cacao, invirtiendo $45 millones de libras esterlinas para los próximos diez años. En 2008 invirtió un millón de libras de sus utilidades netas, las cuales se elevaron a 650 millones. De igual manera, anunciaba que la barra de chocolate más popular en el Reino Unido pasaría a ser elaborada con cacao certificado por el comercio justo, anunciando una campaña de distribución de bicicletas gratis en Ghana.

Por último, el caso de GSK, sin duda el más vergonzoso. El ingreso per cápita del más rico entre los 50 países menos desarrollados es del 1.6% respecto de los EE.UU. Reducir el precio de sus medicamentos en una cuarta parte no significa nada, dado que los habitantes a los que se les dirige esta oferta no tienen capacidad de compra para estos productos. El 20% de las utilidades de GSK en estos 50 países tan solo asciende a unos 2 millones de dólares, los cuales distribuidos entre los países en cuestión significa una inversión promedio para infraestructuras de salud para cada uno de ellos de 50.000 dólares. En lo que respecta a compartir información sobre enfermedades ignoradas por la investigación, ello solo incluye las patentes en enfermedades raras en los países en vías de desarrollo, que en general no han sido sometidas a las pruebas clínicas en países desarrollados.

De igual manera, unas semanas después de que Starbucks sufriese duras críticas en la prensa por malgastar seis millones de galones de agua al día —finales del 2008—, la transnacional anunciaba que en 2009 duplicaría sus compras de café con comercio justo a 40 millones de libras. Ahora veamos el porqué de tanta buena acción. Cadbury es uno de los compradores de cacao más importantes del planeta. En algunos países de África como Ghana —segundo productor del mundo y un el principal proveedor de Cadbury—, la producción sufre una caída importante debido a la migración de los jóvenes a las ciudades en busca de mejores oportunidades económicas. Esta circunstancia tiene severas implicaciones en la oferta y el precio del producto para la transnacional. A este hecho, hay que sumar que el mercado británico tiene una tendencia a la demanda de cacao certificado (Cadbury produce 300 millones de barras de chocolate al año). Las empresas que quieren mantener sus mercados están obligadas a readaptar sus estrategias en el mercado. Lo mismo le sucede a la transnacional Starbucks, teniendo una demanda tan grande que apenas logra obtener el 6% de su materia prima con el certificado de comercio justo (datos 2008). Esto lleva a la compañía a desarrollar programas de apoyo a sus productores con el fin de mejorar la oferta. En realidad los préstamos a estos productores no superan los 20 millones de dólares

Nuevas formas de cooperación internacional: la RSC Si se considera la cooperación internacional como el flujo de recursos internacionales destinados “teóricamente” al desarrollo, veremos que la AOD es apenas una parte de la cooperación internacional. En las últimas dos décadas han proliferado nuevos actores y nuevas fórmulas en la cooperación. Entre ellas destaca la cooperación proveniente de entidades privadas, como es el caso de las Fundaciones de Responsabilidad Social vinculadas a corporaciones. El nuevo discurso de las transnacionales, forjado especialmente a partir de la Cumbre de la Tierra (1992)6, afirma que éstas han de regirse bajo un nuevo paradigma de orden ético: la RSC. Con el desarrollo de la Sociedad de la Imagen, el Espectáculo y la Información se expandió también el concepto de la RSC a escala planetaria, generándose un desorden conceptual y terminológico. De esta manera la RSC pasó a ser un “cajón de sastre” en donde tienen cabida

6 La cita de Río de Janeiro tiene lugar poco después de la primera Guerra del Golfo y la implosión de la URSS, ambas en 1991, y en el momento en que EE.UU. se afianzaba como la única superpotencia en un mundo que en aquel momento aparecía como unipolar.


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desde el marketing solidario hasta las adscripciones a acuerdos internacionales, transversalizados por códigos de conducta y acuerdos marcos globales, informes de sostenibilidad y buen gobierno, fondos de inversiones éticas y desarrollo de actividades culturales, sociales y educativas, llegando a proyectos de investigación y cooperación al desarrollo en los países del Sur. Las transnacionales encontraron en la retórica del Desarrollo Sostenible y en la RSC, ambas inventadas por ellos mismos, un arma de “alto calibre” para combatir la cada vez mayor erosión que sufría su imagen corporativa, desgastada por continuas denuncias de violación de derechos humanos y responsabilidades en la generación de pasivos ambientales. De esta manera, muchas de las corporaciones más denunciadas a lo largo y ancho del planeta se presentan hoy como un nuevo Ciudadano Global. Gracias a la asunción de los principios de unilateralidad y voluntariedad que implica la RSC, lo que se generó fue un freno a la exigencia de códigos vinculantes y obligatorios que delimiten las responsabilidades de las empresas transnacionales por los efectos de sus operaciones. En un mundo globalizado, donde las nuevas tecnologías de la información hacen posible la socialización de los hechos ocurridos en cualquier lugar del mundo de una forma inmediata, las grandes corporaciones son conscientes de que no les interesa desarrollar una estrategia de confrontación, siendo mucho más efectivo forjar una imagen corporativa que transcienda el propio objeto de consumo del que son responsables. La RSC se ha convertido en una forma de crear valor añadido para las empresas, proyectando imágenes positivas de sus productos y servicios hacia gobiernos y sociedades afectadas, así como a los consumidores de otras partes del planeta. Esta nueva forma de intervención se va convirtiendo en una realidad en los países del Sur, ya sea a través de proyectos con poblaciones locales, programas ambientales o financiamientos de proyectos sociales. Todo ello con el beneplácito de gobiernos locales y nacionales cómplices por ignorancia o mala fe.

De esta manera, por poner tan solo un par de ejemplos, sociedades como ENDESA, que dice querer “ser percibida como una empresa cercana a las preocupaciones sociales y un socio indispensable para el progreso económico, social y ambiental de los países donde tiene presencia”7, mantiene un pulso, donde incluso hay presos con la población chileno-mapuche, que no la quiere en su territorio. También es reseñable el caso de REPSOL YPF, una de las empresas más galardonadas en el ámbito de la RSC, que ha sido denunciada en una reciente Auditoría Petrolera realizada en Bolivia por apropiación de reservas a costo cero, incumplimiento de contrato, incumplimiento de inversiones, falta de tecnología, generación de pasivos ambientales e ilegalidad de contratos de riesgos compartidos8. Está claro que asistimos a una fase de cambio radical en la cooperación internacional tal y como la conocemos. En el actual mundo de la globalización económico capitalista, la cooperación internacional tiende a un marco inter empresarial privado y sostenida sobre este tipo de fundaciones e instituciones de carácter privado. Mientras determinados países del Sur, como es el caso del Ecuador, tienden a normativizar y controlar la cooperación internacional, la RSC aparece como una forma para eliminar toda forma de control dado su carácter voluntario y por ello no consensuado. Cabe recordar que en los años setenta, la Asamblea General de Naciones Unidas pretendió aprobar un código externo de carácter vinculante para las empresas transnacionales, lo cual fue bloqueado de inmediato. Paralelamente, en EE.UU. se aprobaban más de 300 códigos empresariales de voluntariedad como una demostración de fuerza de las transnacionales frente a los Estados promotores de la iniciativa. Esta voluntariedad implica varias cuestiones: alcance del compromiso, adopción de ciertos criterios y no de otros, no determinar objetivos medibles y la desfiscalización de las acciones emprendidas. Volviendo a los ejemplos, el último informe elaborado por el Observatorio español de la RSC indica que siguen dándose notables dife-

7

http://www.endesa.com/ES/NUESTROCOMPROMISO/POLITICASOSTENIBILIDAD/PLANDEENDESA/RETOS/RETOLOCAL/Paginas/home.aspx

8

http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2012022907


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rencias entre la información que se da a los accionistas e inversores respecto a la que reciben otros grupos de interés; señala también la falta de información respecto a cuestiones ambientales y sociales, y termina indicando la asimetría existente entre el interés que muestran las empresas españolas por contribuir al desarrollo de los países donde operan versus la falta de indicadores económicos en sus informes que permitan analizar seriamente su compromiso real con esta causa. Por último, se hace necesario señalar que siendo la RSC una realidad ya indiscutible que se va transformando en un nuevo modelo de cooperación internacional, se hace necesario y urgente habilitar los mecanismos que permitan al Estado y a las comunidades afectadas controlar la rendición de cuentas de las transnacionales a los inversores al menos en sus obligaciones sociales, ambientales y de desarrollo. De esta manera las empresas tendrán al menos algún tipo de fiscalización respecto al cumplimiento de sus promesas de ofertas de empleo, ganancias para las comunidades que sufren su actividad y sobre el uso responsable de los recursos naturales. De igual manera los Estados deberán articular mecanismos de control de la RSC, articulando en sus órganos rectores de la cooperación departamentos, técnicos y legislación adecuada.

Bibliografía:

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Maignan, I. (2001): “Consumers perceptions of Corporate Social Responsibilities: A Cross-Cultural Comparison”, Journal of Business Ethics.

McGuire, J.B., A. Sundgren y T. Schneeweis (1988): “Corporate Social Responsibility and Firm Financial Performance”, Academy of Management Journal.

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Smith, N.C. (2003): “Corporate Social Responsibility: Whether or How?”, California Management Review.

Vives, Antonio (2011): “Mirada Crítica a la Responsabilidad Social Empresarial en Iberoamérica”. Competere.

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Sociólogo, periodista, miembro de la Alianza Continental en el Ecuador.


Recuento y agenda | 30

Noticias SETECI presentó Informe de Gestión de la Cooperación Internacional 2010 – 2011 La Secretaría Técnica de Cooperación Internacional (SETECI) presentó el Informe de Cooperación Internacional no reembolsable 2010-2011, el 20 de marzo de 2012. La publicación contiene información estadística sobre el trabajo de la cooperación internacional en el país. En el marco del evento se realizó el Foro: “Cooperación Internacional en tiempos de crisis”, que planteó la reflexión sobre el papel de la cooperación internacional en el contexto de la crisis mundial.

Beatriz Zepeda, FLACSO; Gabriela Rosero, SETECI; Dominique Wauters, UE; y, Javier Surasky, Universidad de La Plata, exponentes del foro.

Jornada de Cooperación Iberoamericana se desarrolló en Ecuador La Secretaría Técnica de Cooperación Internacional (SETECI) y la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) organizaron la Jornada de Cooperación Iberoamericana en Quito, el 14 y 15 de marzo de 2012, con el objetivo de dar a conocer y evaluar los programas iberoamericanos que se desarrollan en el Ecuador. Durante la Jornada, la SETECI presentó el Informe de Cooperación Sur - Sur en Iberoamérica 2011, que muestra la implementación de 529 proyectos en la región Iberoamericana.

Enrique Iglesias, Secretario General Iberoamericano; Kintto Lucas, Ministro de Relaciones Exteriores (e ) y Gabriela Rosero, Secretaria Técnica.

SETECI visitó proyectos dirigidos a mujeres en Eloy Alfaro La secretaria técnica de Cooperación Internacional, Gabriela Rosero, visitó los proyectos implementados por las organizaciones de mujeres del Cantón Eloy Alfaro, en Esmeraldas, y el Centro Ecuatoriano de Desarrollo y Estudios Alternativos (CEDEAL), el 8 y 9 de marzo de 2012. El propósito fue conocer el trabajo que realizan las mujeres, con el que se benefician 980 mujeres de 15 parroquias, afiliadas a la Asamblea del Cantón.

Tienda comunitaria Desarrollo y Paz, emprendida por mujeres del cantón Eloy Alfaro, permitiendosu progreso e independencia económica.


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Becas Internacionales TAILANDIA: Curso de capacitación sobre Gestión de residuos para la sustentabilidad. Plazo máximo de entrega de documentos: 8 de mayo de 2012. Mayor información: www.iece.fin.ec

OEA-ISRAEL: Curso de capacitación sobre competitividad local y regional. Plazo máximo de entrega de documentos: 27 de junio de 2012. Mayor información: www.iece.fin.ec

AUSTRALIA: Becas de postgrado, magíster o doctorado (Masters o Phd) en varias áreas. Plazo máximo de entrega de documentos: 31 de mayo de 2012. Mayor información: www.becasadslatam.org

CANADÁ: Becas de desarrollo sobre regulaciones esenciales en las telecomunicaciones. Plazo máximo de entrega de documentos: 13 de julio de 2012. Mayor información: www.iece.fin.ec

CHINA: Seminario sobre reformas e innovaciones de los servicios públicos. Plazo máximo de entrega de documentos: 20 de junio de 2012. Mayor información: www.iece.fin.ec

CANADÁ: Mini MBA en telecomunicaciones. Plazo máximo de entrega de documentos: 12 de mayo de 2012. Mayor información: www.iece.fin.ec

HOLANDA: Maestría en Estudios del Desarrollo con concentraciones en varias áreas. Plazo máximo de entrega de documentos: 15 de junio de 2012. Mayor información: www.iss.nl

CHINA: Seminario sobre el desarrollo económico y el cambio climático. Plazo máximo de entrega de documentos: 04 de mayo de 2012. Mayor información: www.iece.fin.ec

ISRAEL: Curso de capacitación sobre: Estrategias de los medios de comunicación para el cambio social. Plazo máximo de entrega de documentos: 18 de mayo de 2012. Mayor información: www.iece.fin.ec

ISRAEL: Curso de capacitación sobre: La mujer rural y la microempresa. Plazo máximo de entrega de documentos: 18 de mayo de 2012. Mayor información: www.iece.fin.ec


Análisis | 32

Coherencia en crisis Por: Javier Surasky*

Crisis en clave de Sirtaki

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esde la aprobación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) en el año 2000 la realidad internacional se ha transformado de manera asombrosa. Por entonces había pasado una década desde la caída del muro de Berlín y se hablaba del “dividendo de la paz” como fuente de financiamiento del desarrollo. Las promesas de un nuevo siglo de prosperidad comenzarían a desvanecerse el 11 de septiembre de 2001. El ataque a las Torres Gemelas daba inicio a una crisis de seguridad global, la primera del siglo que produjo la securitización de la agenda internacional y el re-examen de las estrategias nacionales de seguridad, dando un lugar destacado a la “seguridad energética”. En septiembre de 2008 el Director de la Organización Internacional de la Energía Atómica afirmaba la necesidad de que los líderes mundiales tomen medidas: “para afrontar la crisis energética que se está preparando ante nuestros ojos. Los precios del petróleo se disparan, y cada vez parece menos probable que se trate de una burbuja. (…) Los Estados ricos, donde también se producen apagones periódicos, están preocupados por la seguridad del suministro de energía” (El Baradei, 2008:39. El resaltado es propio). Se instalaba así la crisis energética global, cuya permanencia en la actualidad ha sido expresada por el Fondo Monetario Internacional: “La principal razón por la que la escasez de petróleo podría continuar —y, de hecho, aumentar— es la tensión entre […] una desaceleración de las tendencias de la oferta [y] el fuerte impulso de la tasa de crecimiento de la demanda de petróleo” (FMI, 2011:117) La suma de las crisis de seguridad y energética sirvió de abono a la crisis alimentaria.

La “Revolución Verde” impulsada por el Banco Mundial en los años ’60 industrializó el sector agrícola y, como consecuencia, el petróleo se volvió un insumo básico para la misma, no solo por su utilización en máquinas sino también en la elaboración de fertilizantes y pesticidas. Ya en la década de 1990 creció el mercado de la biotecnología y el uso de semillas transgénicas. El resultado de ambos procesos fue un incremento en la cantidad de alimentos producidos a nivel mundial y la aceptación de que los mismos son una mercancía comercial como cualquier otra. En 2008 la producción agrícola continuaba en aumento pero también crecían la demanda y la especulación financiera sobre alimentos básicos. A esto se sumó la cada vez mayor utilización de territorios fértiles para la producción de biocombustibles como consecuencia de la crisis energética y la especulación con bienes agrícolas en los mercados financieros: “entre octubre de 2007 y el fin de marzo de 2008 el número de contratos en el CME de Chicago se incrementó en un 65%, sin ningún incremento en la producción real” (Wahl, 2009:12). La crisis alimentaria estaba instalada: la FAO estimó que el número de personas subnutridas en el mundo había ascendido desde 923 millones en 2007 a 1020 millones en 2009, alcanzando la mayor cifra de personas hambrientas desde que se comenzó a medir el dato en 1970. En 2011, el índice de precios de los alimentos que elabora la FAO había superado el valor que tenía en 2008, “pico” de la crisis, lo que llevó al Banco Mundial a afirmar que entre junio de 2010 y febrero de 2011 el aumento del precio de los alimentos había llevado a la pobreza a unas 44 millones de personas que viven en países en desarrollo1. La crisis alimentaria, en consecuencia, no está resuelta.

1 Ver el Comunicado de Prensa del Banco Mundial 2011/333/PREM “El aumento del precio de los alimentos lleva a 44 millones de personas a la pobreza” del 15 de febrero de 2011. Disponible en http://go.worldbank.org/6C1TDF74D0


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En las crisis reseñadas se perfeccionaron nuevas herramientas de ingeniería financiera, parte de la explicación del origen de la crisis hipotecaria en los EE.UU. que, en poco tiempo, iba a convertirse en una crisis del sistema financiero global. Se ha escrito mucho sobre el origen de esa crisis, solo queremos recuperar algunos elementos centrales: La amenaza de recesión que pesaba sobre la economía de los EE.UU. llevó a la Reserva Federal a reducir las tasas de interés, impulsando la toma de créditos, particularmente en el sector inmobiliario. Los niveles de inversión superaron los de ahorro, y la brecha entre ambos se llenó mediante “ahorro externo”, con el consiguiente déficit de cuenta corriente. La contracara del déficit en cuenta corriente de los EE.UU. era el superávit de la balanza china. En ese marco, a inicios de 2007, la Bolsa de Shangai cayó 8,8 puntos porcentuales —el “martes negro chino”— reflejo de lo cual Wall Street vivió la peor performance en puntos desde el 11-S y el dólar se depreció respecto de otras monedas “fuertes”. Como consecuencia cayeron las solicitudes de nuevos créditos hipotecarios: la demanda de vivienda comenzó a decrecer ante un nivel de oferta que se mantenía alto. Los precios de las viviendas cayeron y su valor ya no cubría el de los créditos otorgados para su compra. En el interín instituciones financieras habían recibido en garantía por su dinero, las hipotecas, las cuales se negociaban en los mercados: grandes fondos especulativos compraban los títulos hipotecarios y formaban “paquetes” uniendo varios de ellos, los que llevaban nuevamente al mercado donde eran negociados y comprados por especuladores que hacían “paquetes de paquetes” que volvían al mercado en una rueda interminable. También se desarrolló el instrumento financiero de la emisión de deuda colateralizada: ofertas de deuda de empresas que garantizan la misma mediante títulos hipotecarios con el fin de mejorar su calificación. Ambos son instrumentos financieros eran netamente especulativos, es decir que no tenían vinculación con actividades productivas, y “cuando el entusiasmo de

los mercados financieros topa con la situación objetiva de la economía real (…) resulta inevitable un ajuste de las expectativas exageradas de los participantes” (UNCTAD, 2009:xi). La necesidad de las instituciones financieras de mantener la circulación aumentó el otorgamiento de hipotecas de riesgo —subprime—. Los inversores se retiran del mercado hipotecario y los bancos, que habían asumido el rol de garantes, ven cómo sus recursos “líquidos” se esfuman. El miedo bursátil se propaga, las entidades financieras de varios países europeos se ven directamente afectadas, comienzan los planes estatales de inyección de liquidez en EE.UU y Europa. El resto de la historia hasta la toma del gobierno por economistas en Italia —pasando por los sucesos de Grecia y España y los algo menos conocidos en Islandia— es de público conocimiento. Hayek finalmente vence a Keynes. El problema más importante en la actualidad no es el de la gestión de la crisis financiera sino el de enfrentar las causas que estuvieron en su origen, tal como lo afirma el G-77 más China2. Los sucesos en Grecia son ya una muestra de que la crisis financiera ha derivado en otra más compleja que ocupa hoy las primeras planas de los diarios mundiales: la crisis económico-política.

Un comienzo antes del inicio Al abrir este trabajo decíamos que la crisis de seguridad iniciada en 2001 no era el punto de partida de la rueda de crisis que sigue girando. Es momento de explicar por qué. Con la caída del Muro de Berlín comenzó un proceso de “crisis intangible” —del que se nutrieron todas los demás— al que podemos denominar “crisis ideológica global”. Ignacio Ramonet (2001) nos decía entonces que la desaparición de la Unión Soviética habían provocado “un adormecimiento momentáneo de lo que podríamos llamar el pensamiento crítico. La aplastante victoria del campo occidental en la guerra fría y la del capitalismo

2 Ver el anexo a la Resolución de la Asamblea General A/64/886 del 4 de agosto de 2010.


Análisis | 34

sobre el comunismo de tipo soviético favorecieron una irresistible expansión de las tesis neoliberales y de la dinámica de la globalización. Hasta mediados de los años noventa […] el principal esfuerzo de los oponentes críticos a estas corrientes se consagró esencialmente a identificar, describir y comprender estos fenómenos” (Ramonet, 2001). Esa carencia de “pensamiento crítico” creó una suerte de oscurantismo moderno. Sobre esto nos hablaba Viviane Forrester en su libro Una extraña dictadura publicado en 2000: “Es hora de despertar, de constatar que no vivimos bajo el imperio de una fatalidad sino de algo más banal, de un régimen político nuevo, no declarado, de carácter internacional (…) tanto más imperceptible por cuanto su ideología descarta el principio mismo de lo político” (Forrester, 2000:7). En ese marco tienen lugar los atentados del 11-S. La crisis ideológica global nos lleva al origen, pero también nos proyecta hacia adelante: si en lugar de actuar sobre el corazón de los problemas seguimos operando en su epidermis continuaremos dando rodaje al proceso de crisis solapadas unas con otras, transcurriendo sin solución de continuidad. La superación de esta dinámica signada por crisis sucesivas requiere recuperar la capacidad de análisis crítico y de pensamiento creativo así como su praxis. Debemos entender que lo que está sucediendo es que cada una de las crisis mencionadas no es más que una expresión particular de una única realidad que emerge allí donde encuentra una grieta. Lo que tenemos frente a nuestros ojos es una crisis sistémica. Habiendo ubicado el origen de la situación en la crisis ideológica causada por el tratamiento dado al pensamiento no neocapitalista luego de la guerra fría, podemos identificar la crisis sistémica global con la idea fundamental de que es el mercado la fuerza que mejor regula la economía, los procesos sociales que le dan origen y se derivan de ella. La crisis económico financiera que nos afecta hoy produce en el ciudadano la sensación de que el mercado es incapaz de dar respuestas a sus necesidades funda-

mentales y entonces vuelve su vista hacia un Estado que ha quedado debilitado por un proceso en el que se redujo a sí mismo en un acto de auto-canibalismo, por lo que también resulta incapaz de brindar respuestas. La paz social se ve así amenazada y el vínculo entre los ciudadanos y sus representantes se tensa por la incapacidad de estos de dar soluciones a sus representados, poniendo en peligro la relación básica sobre la cual se construye la democracia representativa. La situación puede entonces derivar, en el mejor escenario, hacia salidas como las que intentan movimientos sociales del tipo de los “indignados” —quienes niegan la política como elemento de acción aunque la practiquen— y rechazan a los partidos políticos como instituciones de la democracia. En el peor escenario las opciones pueden ser los estallidos sociales al estilo griego o el crecimiento de partidos xenófobos o fascistas.

Seguir o cambiar: coherencia, eficacia, sumak kawsay Recuperar el pensamiento crítico y la capacidad de ver como requisito para la acción es la tarea de la hora y es una tarea que por su misma esencia no puede ser llevada adelante por ninguna persona o Estado de manera aislada: el regreso al trabajo conjunto es entonces un pre-requisito y el recurso a la multilateralidad y la cooperación, herramientas para el cambio. La Conferencia sobre la crisis financiera y económica mundial y sus efectos en el desarrollo (Nueva York, 24 al 30 de junio de 2009), parece percibir esto cuando en su documento final sostiene que en los intentos por superar la situación de crisis los países deben guiarse “por la necesidad de afrontar los costos humanos de la crisis: el aumento del número, de por sí inaceptable, de personas pobres y vulnerables, en particular mujeres y niños, que padecen y mueren de hambre, malnutrición y enfermedades prevenibles o curables; el incremento del desempleo; la reducción del acceso a la educación y a los servicios de salud; y las carencias actuales en materia de protección social en muchos países”. Así como el problema no es económico sino circunstancialmente la solución no es económica sino tangencialmente. No se trata de un mero problema de recursos financieros ni mucho menos de su uso efectivo.


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Si hay una respuesta —y la hay— su diseño y puesta en práctica requieren de un amplio abanico de políticas económicas, de cooperación internacional, cultural, comercial, etc. que trabajen en un mismo sentido. Lo que se requiere es coherencia de políticas. Ya no hay espacio ni tiempo para la esquizofrenia en las decisiones internacionales y sin embargo mantenemos e impulsamos agendas incoherentes de por sí, uno de cuyos mejores ejemplos es la de Eficacia de la Ayuda, como quedó demostrado en la reunión del IV Foro de Alto Nivel sobre la Eficacia de la Ayuda que tuvo lugar en Busán (Corea) a finales de 2011. ¿Cómo puede pensarse que una ayuda pueda ser eficaz solo por la forma en la que se la gestione? ¿Qué maravilla de gerenciamiento es capaz de solucionar el problema de la subalimentación infantil en el África Subsahariana sin los recursos económicos y humanos mínimos suficientes? Si por el contrario nos limitamos a pensar en cómo gerenciar de la mejor manera los recursos efectivamente existentes estamos organizando una fiesta en el salón de baile del Titanic. ¿Cómo es posible que hayamos puesto en marcha un proceso sobre eficacia de la ayuda que ya lleva cuatro encuentros internacionales y casi una década de labor sin haber debatido qué significa que una ayuda sea eficaz? Estamos construyendo un edificio comenzando por la azotea. Para colmo, la reunión de Busán demostró que el proceso es internamente incoherente: al mismo tiempo que dio recepción a la Cooperación Sur-Sur en términos de especificidad, asegurando que “La naturaleza, modalidades y responsabilidades que se aplican a la cooperación Sur-Sur son diferentes de las aplicables a la cooperación Norte-Sur. Al mismo tiempo, reconocemos todos somos parte de una agenda de desarrollo de la cual participamos sobre la base de objetivos comunes y principios compartidos. En este contexto, llamamos a incrementar los esfuerzos para apoyar una cooperación efectiva basada en las situaciones específicas de nuestros países, los principios, compromisos y acciones acordadas en el documento final de Busán deben

ser de referencia para las asociaciones Sur-Sur sobre una base voluntaria” (“Busan Partnership for Effective Development Cooperation, punto 2) Bueno sería reconocer que esos principios a los que hace referencia han sido, en la práctica, también “de referencia” y de “base voluntaria” para los donantes tradicionales, como lo demuestra el Informe Aid Effectiveness 2005-10: Progress in implementing the Paris Declaration elaborado por la OCDE3, cuya principal conclusión fue que de los objetivos establecidos en París solo uno había sido cumplido: la coordinación de la cooperación técnica. Más aún, los “Principios de la Declaración de París”, cuya evaluación de cumplimiento debía realizar el Foro de Busán fueron modificados en esa reunión internacional: • La armonización y el alineamiento no son explícitamente mencionados. • La apropiación se mantiene como elemento central, aunque se afirma que los esfuerzos de los donantes por promover avances sobre este principio deben estar “adaptados a la situaciones y necesidades específicas de los países”, lo que deja abierta una puerta para evaluaciones caso por caso con la consiguiente posibilidad de regreso de condicionamientos. • La “gestión por resultados” de París es ahora el “enfoque en resultados”, lo que implica alejar el principio de la efectiva gestión (procesos) y llevarlo solo a los resultados (fines) en una agenda que había nacido precisamente para acordar formas de “gestión” eficaz de la ayuda. • La “responsabilidad mutua” es transformada en “transparencia y responsabilidad recíproca” como parte de la apertura que se buscó en Busán hacia las ONG y, sobre todo, hacia el sector privado. El “Busan Partnership” incluye además un nuevo principio: la “asociación inclusiva para el desarrollo” por la cual se reconocen las diferencias y complementariedad

3 Disponible en: http://www.aideffectiveness.org/busanhlf4/en/component/content/article/513.html


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de roles de los diferentes actores de la cooperación internacional.

ticularmente en sus referencias al suma qaamaña y al sumak kawsay (vida buena y buen vivir).

El proceso de eficacia de la ayuda se ha mostrado en Busán como una teatralización vacía de argumento. Es dudoso que una agenda de este tipo tenga alguna posibilidad de producir cambios e incluso de sobrevivir en el tiempo…

Retomando visiones críticas, asociadas a epistemologías divergentes de las actuales, estas iniciativas asumen la idea de interdependencia recíproca entre todo aquello que habita la Tierra y con la Tierra misma, proponiendo nuevos paradigmas de trabajo que, lejos de llevarnos hacia la acumulación como destino final, nos dirigen hacia el buen vivir como un camino siempre inacabado poniendo nuestras políticas al servicio de las necesidades tanto individuales como del conjunto, percibidas como indivisibles.

Hallar respuestas a la situación en que nos encontramos hoy requiere pasar a la acción, pero no a cualquier acción, y de allí que hagamos hincapié en la necesidad del pensamiento crítico. Otras agendas están intentando caminos más complejos pero también más apegados a lo requerido para lograr las modificaciones sistémicas que reclamamos, desde el pensamiento hacia la acción enmarcada en políticas múltiples que mantengan relaciones de coherencia. Un buen ejemplo de ello viene dado por el nuevo constitucionalismo latinoamericano, expresado en las constituciones hoy vigentes en Bolivia y Ecuador, par-

El buen vivir es un punto de partida epistémico, una vía ética, un marco amplio donde pueden dialogar todos los pensamientos y un ejercicio que necesita de la acción para estar completo, actuando a la vez como “coherenciador” de políticas. El desafío está planteado, no hay opción posible al cambio cuando la permanencia implica suicidio y la inacción es complicidad. El futuro y hacia dónde nos dirigiremos son realidades por crear.

Bibliografía:

A. D. (2011): "Nuestro Planeta, en riesgo" , en Diario La Nación de Argentina. Editorial, 17 de Diciembre de 2011. Disponible en http:// www.lanacion.com.ar/1433478-muestro-planeta-en-riesgo

AIE (Agencia Internacional de la Energía) (2008): World Energy Outlook 2008, AIE-OCDE, París.

El Baradei, Mohamed (2008): “Atajar la crisis energética”, en Boletín de la OIEA, 50-1, septiembre de 2008. Páginas 39 y 40.

FMI (Fondo Monetario Internacional) Perspectivas de la Economía Mundial. Las tensiones de una recuperación a dos velocidades. Desempleo, materias primas y flujos de capital, abril de 2011, FMI, Washington D.C.

Food & Water Watch (2009): Casino of Hunger- How Wall Street Speculators Fueled the Global Food Crisis, Food & Water Watch, Washington D.C.

Forrester, Viviane (2000): Una extraña dictadura, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires.

Ramonet, Ignacio (2001): “El consenso de Porto Alegre”, en El País de España, edición on line, 12 de febrero. Disponible en http://www. elpais.com/articulo/opinion/consenso/Porto/Alegre/elpepiopi/20010212elpepiopi_8/Tes

UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) (2009) La crisis económica mundial: Fallos sistémicos y remedios multilaterales, UNCTAD, Nueva York-Ginebra.

Wahl, Peter (2009): Food Speculation The Main Factor of the Price Bubble in 2008, WEED - Weltwirtschaft, Ökologie & Entwicklung, Berlín. Disponible en www2.weed-online.org/uploads/weed_food_speculation.pdf

*

Magister en Cooperación Internacional al Desarrollo. Coordinador del Departamento de Cooperación Internacional del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de La Plata (Argentina). javiersurasky@gmail.com


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Cuba una cooperación que da luz a los ojos de los ecuatorianos

E

n la sierra centro del Ecuador – Latacunga, Cotopaxi; en la costa de la Península de Santa Elena – Ballenita y en la costa sur del país – Machala, El Oro trabaja “Misión Milagro”, un proyecto de la cooperación cubana que tiene 6 años beneficiando a Ecuador. La misión consiste precisamente en lo que significa la Cooperación Sur – Sur, intercambios solidarios de experiencias entre pueblos hermanos, en este caso a través de médicos cubanos que devuelven la vista y con ella una nueva vida a miles de ecuatorianos y parte de la población peruana que por la vecindad han buscado su ayuda. Cada centro atiende gratuitamente un promedio diario de 80 a 120 personas de todas las edades y ciudades del país, en su mayoría con patologías como cataratas y pterigium las cuales son operadas, así como también

otras enfermedades oculares que reciben tratamiento; ninguna deja de ser atendida o direccionada a otra casa de salud en caso de no poder solucionar su afección. Las puertas de estos centros: Eloy Alfaro en Latacunga, José Martí en Santa Elena, y Solidaridad en Machala se abren desde las 8 de la mañana y cierran cuando el último paciente ha sido atendido. Entre 12 y 16 médicos cubanos especializados en oftalmología, farmacia, ingenieros, licenciados en enfermería, técnicos de laboratorio, optometristas forman parte de la misión de cooperación en cada centro. El gobierno cubano y ecuatoriano trabaja con la Misión de manera conjunta con los gobiernos provinciales de Cotopaxi, Santa Elena, Machala y las alcaldías. Los días sábados el equipo de médicos realiza lo que ellos llaman “pesquisaje”, que consiste en visitar las po-


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blaciones rurales de difícil acceso de los cantones aledaños, para hacer un primer diagnóstico preferentemente de la población adulta mayor, pues en ella se presenta pterigium y catarata. Esta población, en el caso de la Sierra, ha vivido en el páramo dedicándose a la agricultura y en la Costa a la pesca, actividades que por su naturaleza exponen a las personas a la inclemencia del sol durante horas, lo cual ha afectado su visión desarrollando el pterigium y un proceso fisiológico degenerativo propio de la edad, la catarata. Justamente, estos factores se consideraron para la instalación de los centros, con el afán de que la cooperación sirva a poblaciones que han vivido en condiciones de extrema pobreza, dedicadas a actividades donde la exposición solar es permanente y donde el acceso a los servicios de salud es mínimo. El boca a boca ha traído a la mayoría de pacientes a los centros, en otros casos han llegado guiados por los coordinadores de los consejos provinciales que colaboran con la misión, y muchos después de la visita del “pesquisaje” donde se les ha dado la esperanza de recuperar la visión. En los centros se realizan los diagnósticos, exámenes, tratamiento de las patologías y, en aquellos casos donde se requiere de la operación, se facilita su hospitalización y atención postoperatoria sin ningún costo. Las experiencias contadas por los médicos de la Misión son de gratificación diaria “el reconocimiento de aquellos a quienes se les ha llevado la luz por primera vez, o les ha sido devuelta, no tiene precio” explica Idalmis Hidalgo, especialista en oftalmología, quien lleva al servicio de la misión 9 meses. Historias hay muchas, como la de padres que por primera vez conocen con sus ojos a sus hijos, o parejas de esposos o novios que logran mirarse por primera vez y admirar la fisonomía de su compañero o compañera; son situaciones que han marcado la vida de los protagonistas y también de este grupo de cooperantes cubanos. El único requisito para recibir atención es llevar la cédula o documento de identidad. El compromiso de Cuba con Ecuador es dotar del personal médico especializado, proporcionar medicinas gratuitas para los tratamientos, incluidos los postoperatorios; y beneficiar a aquellos pacientes que, gracias al pesquisaje hecho en coordinación con los gobiernos provinciales en los lugares más escondidos del Ecuador, llegan al centro. Ecuador facilita las locaciones a través del convenio de cooperación donde funcionan los centros; asimismo contrata a

personal de apoyo ecuatoriano en el área administrativa y de servicios. La prefectura costea la alimentación y hospedaje de los pacientes que se internan para la cirugía. La misión de cooperantes cubanos trabaja también con las instituciones que soliciten su ayuda, como ya ha sucedido con algunas casas de abuelos, de personas que no tienen familiares y viven en casas de cuidados, es decir, cualquier institución o persona puede solicitar las coordinaciones para dar los servicios médicos oculares, así como tratar emergencias, accidentes y traumas de los ojos. Actualmente, Misión Milagro está en 16 países, incluyendo dos países de África, con resultados exitosos de pacientes operados. En el Ecuador además de beneficiar a los ecuatorianos, Lázara Aguilar, jefe de la misión, cuenta que existe, hasta el momento 11 mil peruanos operados en el centro de Machala, que es el más cercano a la población de la zona norte del vecino país, pues su otra opción está cerca de la ciudad de Cuzco y les resulta muy lejana.


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Resumen de las cirugías realizadas desde Junio 2006 hasta 13 de marzo 2012 Centros Oftalmológicos

Eloy Alfaro Latacunga

José Martí Santa Elena

Machala Machala

Ecuador

Patologías

Acumulado

Acumulado

Acumulado

Acumulado

Catarata

6457

8565

6217

21239

Pterigium

32881

32363

30155

95399

Glaucoma

106

20

5

131

Otros

1315

1132

481

2928

TOTAL

40759

42080

36858

119697 Fuente: Centro Oftalmológico Eloy Alfaro.

¿Cómo nace Misión Milagro? Misión Milagro es un programa del ALBA y nace a raíz de un encuentro entre el comandante Fidel Castro y Hugo Chávez en julio del 2004 en el municipio de Sandino en Cuba. Allí toman la decisión de incluirlo. Precisamente, el ALBA surgió oficialmente en diciembre de 2004, cuando los presidentes firmaron los protocolos de su fundación como forma de integración y unión de América Latina y el Caribe, basada en un modelo de desarrollo independiente, con prioridad a la complementariedad económica regional que permitiera promover el desarrollo de todos y fortaleciera la cooperación mediante el respeto mutuo y la solidaridad. El proyecto comenzó en Venezuela en el 2005, luego se extendió a los países de América del Sur como Bolivia, Guatemala, Honduras y algunos países de Centro América y el Caribe y llegó a Ecuador y países del África como Angola. El gobierno del entonces presidente, Alfredo Palacio, suscribe el convenio de cooperación con Cuba, vigente hasta estos días. Las necesidades de atención ocular se identificaron desde un inició en la provincia de Santa Elena pues existía un alta incidencia de pterigium, producto de las condiciones climáticas hostiles: resequedad,

rayos ultra violeta y la caída perpendicular del sol sobre la geografía ecuatoriana, lo cual acelera los procesos degenerativos del cristalino. Inclusive se han detectado estas patologías en pacientes jóvenes, lo que no es usual, indica Lázara Aguilar. Desde el 2005 arranca Misión Milagro en Cotopaxi, luego se abrió en Ballenita y Machala, con un fuerte apoyo político del gobierno ecuatoriano y un compromiso permanente del gobierno cubano. Los médicos cooperantes rotan cada dos años en la Misión; el objetivo es cumplir con su servicio, a pesar de vivir lejos de sus familias, se llevan la satisfacción de llevar la luz a los ojos que permanecieron en la oscuridad, de ver su alegría y, sobre todo, convencidos de que la salud es un derecho de todas las personas. Apenas en 7 minutos, se realiza la operación de catarata que en promedio tiene un costo de 1500 dólares, cantidad a la cual muchos no pueden acceder y que con la Cooperación Sur – Sur es posible. El capital humano es el principal recurso de esta cooperación que es la que impulsa el Ecuador y, como dice el propio Fidel, “Es preferible tener capital humano que minas de oro o grandes yacimientos de combustible o cualquier otro recurso, pues mientras éstos se agotan, aquel se multiplica”. Ecuador está convencido que nuestro Norte es el Sur…


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Convivir con el petróleo Fotografía: Edu León* Las familias que habitan en Sacha, uno de los asentamientos de Sucumbíos, se acostumbraron a vivir entre las tuberías de petróleo. Su paisaje incluye estos interminables tubos que transportan el crudo por encima de su vida y su cotidianidad. Este riachuelo, donde se refrescan los vecinos de los campos petroleros, es una de las paradas del ‘Toxic Tour’, que organiza el Frente de Defensa de la Amazonia. Estos defensores de la Amazonia llevan al visitante por las zonas contaminadas por la explotación petrolera que inició en la década de los 70 y cuentan que la batalla judicial en contra de Texaco-Chevron se inició hace 19 años, en Nueva York, y que llegó a las cortes ecuatorianas en 2003. Cuentan que el juicio consta de 180 mil hojas en las que se argumenta que la petrolera debe pagar más de 20.000 millones de dólares a los habitantes de las zonas afectadas (aunque el último veredicto haya condenado a la empresa norteamericana a pagar 18.000 millones de dólares). * Periodista y fotógrafo del Periódico Diagonal (España). Trabaja para la agencia GETTY IMAGES, colaborador de diario El Telégrafo y Revista Diners.





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