¡HE TENIDO UN HERMANO!

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¡HE TENIDO

UN HERMANO! sLos celoss ”Los últimos meses han sido muy raros para mí: han traído una cuna y un cochecito de bebé, han venido los albañiles a mi casa… Y, encima, mi mamá se ha ido con mi papá y me he quedado “solo” en casa con mis abuelos. Mis papás me han dicho algunas veces lo que está pasando, pero todavía soy muy peque para saber lo que significa realmente tener un hermanito y me costará un poco adaptarme a la nueva situación.”

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¡He tenido un hermano…!

ÍNDICE 1- ¿QUÉ SON?...................................................................................... 3 2- UNA MANIFESTACIÓN NORMAL ...................................................... 4 3- CUÁNDO APARECEN y DURACIÓN.................................................... 5 4- ¿POR QUÉ? ...................................................................................... 6 5- MANIFESTACIONES SINTOMÁTICAS ................................................. 7 6- ALGUNOS ERRORES EN NUESTRA ACTUACIÓN ................................. 8 7- PAUTAS ......................................................................................... 10  PREPARARLE PARA LA LLEGADA DE SU HERMANO: ..................... 11  En el MOMENTO DEL NACIMIENTO, cuando la madre está en la clínica .............................................................................................. 12  TRAS EL NACIMIENTO del bebé, y ya en casa ............................... 13 8- CONCLUSIÓN ................................................................................. 20

Mª Luisa Seco Villar

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1- ¿QUÉ SON? Constituyen una respuesta en el hermano mayor a un desequilibrio en su ambiente, ya que su familia se altera al llegar un nuevo miembro, que restará encuentros afectivos con sus padres, abuelos, tíos. Y, es que las cosas cambian mucho para él cuando llega el bebé. Pues si hasta ese momento, era el centro de todas las miradas, ahora las visitas fijan su atención en el recién nacido y sus padres tienen menos tiempo para atenderle. La llegada de un bebé es un momento de especial alegría para toda la familia; sin embargo, si éste no es el primero de la casa, sino el nuevo hermanito, es probable que surjan los celos. Son un estado afectivo caracterizado por el miedo a perder la vinculación afectiva, el cariño, la atención; por el temor a ser abandonado o a perder para siempre a sus figuras de apego, fundamentalmente a la madre. El niño lo pasa mal, su sufrimiento es real. Por consiguiente, debéis ayudarle a minimizarlo, debéis ayudar a superar la situación que está viviendo, porque le desborda debido a su inmadurez emocional y cognitiva. No hay que dejarlo pasar, pues si los celos quedan mal resueltos, se pueden convertir en patológicos o permanentes. Ahora bien, si se enfocan y resuelven bien, favorecen el desarrollo emocional del pequeño.

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Además, generan en el niño una gran inseguridad, un estado de malestar y culpabilidad; porque ve que tiene que querer a su nuevo hermano, pero al mismo tiempo es incapaz de sentir cariño por él; desea que el bebé desaparezca de su vida y, más tarde, se siente culpable por haberlo deseado. Por eso es fundamental tratar al mayor con mucho cariño y paciencia porque se está sintiendo muy mal. Ante el nacimiento de un hermano, se puede decir que el primogénito se siente como “el príncipe destronado” y ve cómo peligran los privilegios que recibía, hasta entonces, de forma exclusiva de sus padres. Se va a sentir desplazado y, no puede evitar tener un cierto rechazo hacia el nuevo hermano, al que considera un competidor en la búsqueda de la afectividad de sus figuras de apego; un rival que ha invadido su territorio y le ha robado parte del tiempo que compartía con sus padres. Por ello, necesita llamar la atención, resaltar su superioridad.

2- UNA MANIFESTACIÓN NORMAL Lo que sí debemos tener claro es que son algo natural, fruto del deseo del niño de atraer toda la atención de los padres o, al menos, de que estos le hagan más caso que a su hermano. Son una etapa por la que han de pasar los niños que tienen hermanos, ya que quieren tener la máxima atención de los padres.

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Son inevitables y los padres han de ayudarle proporcionándole cariño, para que lo que sienta sea lo menos doloroso y molesto posible. No son malos, ni hay que intentar negarlos o reprimirlos. Son una respuesta normal a una nueva situación. Por lo tanto, si constituyen una reacción normal, natural, no hay que alarmarse en exceso. Ahora bien, sí tenéis que seguir ciertas pautas para que se reduzcan y controlen, con el fin de que no lleguen a extremos más graves. De vosotros dependerá que vayan disminuyendo hasta desaparecer o que se incrementen, cronifiquen y se vuelvan patológicos. En tal caso, requerirán un tratamiento especial. Y, no olvidéis que vuestro hijo resolverá bien los celos, cuando comprueba que vuestro cariño no se esfuma por compartirlo. Finalmente, os diré que los celos generan consecuencias negativas, pero también positivas pues el niño aprenderá a aceptar la realidad, que si bien no siempre será tal y como él lo desee, puede ser agradable en la medida que sepa manejarla; aprenderá a resolver sus sentimientos negativos, a expresarlos de forma correcta; aprenderá a afrontar las frustraciones de la vida (esta quizá sea su primera frustración de una larga lista de ellas),.. Todo ello le ayudará en su evolución afectiva, le servirá para madurar.

3- CUÁNDO APARECEN y DURACIÓN Suelen aparecer a partir del año y medio, y pueden prolongarse hasta los 6 o 7 años. A partir de esa edad, los niños suelen tener una actitud de cooperación y de mayor acercamiento al niño. Lo que sí es Mª Luisa Seco Villar

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cierto es que cuanto más pequeño sea, más difícil le resultará entender por qué tiene que querer a ese “intruso” que le “quitó” el amor de su mamá. Hay que tener en cuenta que a menor diferencia de edad entre los hermanos, el niño mayor va a notar más el cambio. Cuando hay una diferencia de más de 3 años, el hermano mayor pasa menos tiempo en casa, con lo que el cambio será menos acusado. Respecto a la duración, la mayoría de los expertos no se atreven a fijar plazos concretos, pues depende mucho de la actuación de los padres. Su intervención es esencial para que los celos no representen un sufrimiento para el niño mayor. Otros consideran que el plazo de un año es relativamente normal y aceptable para superar los celos. De todos modos, si se trata de un problema de seguridad afectiva, en la medida en que esta seguridad sea mayor, el problema se resolverá antes.

4- ¿POR QUÉ? Cuando llega un nuevo integrante a la familia el niño se siente ¡destronado! por ese intruso que entra en su casa. Comienza a ver que se le da menos atención y cuidados que antes; que su mamá ya no tiene tanto tiempo para jugar o estar con él, porque está más ocupada con el bebé o está cansada. Al estar

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acostumbrado a ser el único, a recibir el afecto y la atención de sus padres y familiares, se puede sentir desplazado cuando aparece un hermano con el que debe compartir esa atención y afecto. En general, se puede afirmar que surgen por un afán de conservar, de manera exclusiva, todo el afecto de sus padres. El niño quiere todo el cariño para él y no quiere compartirlo con nadie.

5- MANIFESTACIONES SINTOMÁTICAS Algunas reacciones o expresiones que los padres pueden identificar como celos del niño son las siguientes:  Signos de infelicidad: llanto frecuente y sin motivo aparente; momentos de tristeza; preguntas alusivas a si se le quiere o no; se muestra más mimoso de lo habitual; cambios en su estado afectivo –pasa de la quietud a la intranquilidad, de la alegría a la tristeza, de la actividad a la inactividad-. Puede mostrarse apático, desinteresado por todo lo que sus padres le sugieran, presentando una actitud retraída, indiferente y ensimismada.  Negativismo: responde con un “no” a preguntas que antes aceptaba, a veces sin escuchar lo que se le expone y/o pide. Empieza a oponerse a todo, a ser desobediente.  Regresión o retrocesos a etapas evolutivas ya superadas, es decir, aparecen comportamientos propios de edades inferiores: se trata de un intento de imitar conductas del bebé para captar la atención de sus padres –se hace pis en la cama; quiere volver a comer con rituales más infantiles Mª Luisa Seco Villar

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como el biberón o que le den de comer otra vez; se chupa el dedo; utiliza un habla infantil imitando el lenguaje del pequeño-.  Síntomas físicos: dolor de tripa; vómitos; inapetencia a la hora de comer – come menos que antes y se niega a probar alimentos que antes solicitaba-; sueño irregular y necesidad de compañía para dormirse –pide ir a la cama de los padres o que estos vengan a la suya, llama frecuentemente a un adulto-; supuestos dolores de varios tipos, que puede llegar a inventarse. En ocasiones, los síntomas pueden confundirse con enfermedades físicas, impidiendo a los padres distinguir si se trata de algo real o emocional.  Llamadas continuas de atención: frecuentes rabietas, pataletas, se pelea con otros niños, hace travesuras,…  Ignora al bebé –no quiere hablar de él y hace como que no existe- o muestra desprecio hacia el pequeño e incluso intenta fastidiarle o hacerle daño. Se vuelve más rebelde y más agresivo, hasta el punto de llegar a morder y/o golpear a su nuevo hermanito, quitándole los juguetes u otros objetos, molestándole en cuanto tenga una oportunidad. Son reacciones normales de la crisis que está atravesando. Tu hijo mayor sentirá que ya no tiene la atención exclusiva de sus padres. Al percibir que el pequeño es la novedad, hará de todo para reclamar la atención perdida. Si tu hijo está pasando por esta situación, es lógico que te sientas desbordada y cansada de su comportamiento, pero ten siempre presente que el que peor lo está pasando es él. Pues un rasgo común a todas esas manifestaciones es el sufrimiento del niño acompañado de un sentimiento de culpabilidad. Por lo tanto, no alarmarse por lo que hace, ni regañarle. Es su protesta y hay que comprenderla con paciencia y muchísimo cariño. Y se requerirá una ayuda profesional cuando estas manifestaciones alteren de forma desmedida la convivencia familiar, el funcionamiento y la vida cotidiana del niño –sus actividades, relaciones con los demás, rendimiento escolar, autoestima,…-. Cuando se prolonguen en el tiempo, se hagan persistentes. Y cuando, además, los síntomas emocionales y de conducta son exagerados, excesivos y no se justifican por la situación. Por otro lado, no olvidéis que hay algunos niños más sensibles que otros y, ante una misma situación o acontecimiento, unos responden de forma alarmante y, sin embargo, otros apenas presentan reacción.

6- ALGUNOS ERRORES EN NUESTRA ACTUACIÓN A pesar de la buena voluntad de los padres en lo que respecta a la educación de los hijos, en ocasiones, cometen equivocaciones y desaciertos que les perjudican y que hay que evitar en la medida de lo posible. Entre ellos:  Los gritos y descalificaciones al hermano mayor, criticándole por estar celoso de su hermano. Incluso, hablar delante de él de los celos que siente. Si actuamos así, pensará que el sentimiento que tiene no es bueno.  Utilizar recompensas excesivas (regalos, juguetes,…) cuando no se encuentra celoso

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 Emplear frases que recriminen sus acciones: “No le toques”, “Aléjate de él, que no me fío de ti”, “Que se te va a caer”,… O vigilarle constantemente cuando esté con su hermano, haciendo que se sienta observado.

 Descartar o suprimir el resentimiento o el enojo del niño, sin dejar que exprese lo que siente.  Insistirle demasiado en que se le seguirá queriendo igual, de una forma agobiante; porque el niño verá que algo grave puede ocurrir y le producirá ansiedad.  Presionarle para que quiera a su hermano, diciéndole: “Tienes que quererle porque es tu hermanito”. Nadie quiere a otra persona sólo porque se lo exijan. El amor vendrá con el tiempo y en forma gradual; sobre todo, cuando deje de verle como una amenaza o un rival en el cariño de los padres. Todo ello debe hacerse despacio, sin pretender que, de la noche a la mañana, acepte y sobre todo “quiera” a su hermano, que acapara la atención de todo el mundo.  Tratar de disimular totalmente el amor hacia el bebé. Eso hará que el mayor crea que realmente es un estorbo, que no merece cariño.  Solicitar al primogénito que represente el papel de modelo para su hermano, olvidándonos que aún es un niño. Son los papás los que tienen que dar el ejemplo.  Sobrevalorar su capacidad para arreglárselas solo: ¡Ahora haces las tares solo, ya eres grande y tú las puedes hacer!  Hacer crecer al hijo mayor de golpe, porque llegó otro hermano: quitarle los pañales de un día para otro, sacarle el chupete y dárselo al bebé…. De la noche a la mañana estos niños crecieron. Esto debe hacerse gradualmente y anticipándose a la llegada del hermano. Mª Luisa Seco Villar

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 Cargar al hijo mayor con toda la responsabilidad en el cuidado de su hermano. Se le trata como si fuera un adulto. Y, por muy “mayor” que nos parezca, sigue siendo un niño. No hay que exigirle más de lo que puede dar.  No hablar del tema con el hermano mayor: no explicarle que va a llegar un nuevo miembro a la familia y lo que va a suponer su nacimiento. Es decir, no hacerle partícipe de los preparativos de su llegada o de sus cuidados cuando ya esté en el entorno familiar.  Adelantarles acontecimientos: cuando va a nacer el hermano uno le dice al niño: ¡qué bien, vas a tener un hermano para jugar a la pelota! Pero nace el bebé y el niño ve que lo único que hace es comer, dormir y llorar y, además, le quita a su mamá. Uno ilusiona al niño, pero él se desilusiona y se enoja con la mamá y el bebé; pues aún tendrá que pasar mucho tiempo para que esto ocurra.  Comentarios de familiares, amigos y vecinos haciendo comparaciones entre vuestros hijos.  Realizar comparaciones entre los hijos, ya que estas favorecen la aparición de los celos. Cada niño es un mundo, y hay que destacar las habilidades de cada uno, sin establecer comparaciones entre ellos.  Pedirle al hermano mayor que ceda ante las exigencias de su hermano pequeño: ¡pásale el juguete porque es más chico que tú!, ¿para qué le haces llorar? A uno se le olvida que ese niño sigue siendo niño por mucho que sea el mayor, por lo tanto, le va a costar compartir sus cosas; porque pasan muchos años en esta etapa egocéntrica. Eludir estos modos de hacer, que son negativos y dañinos para vuestro hijo mayor.

7- PAUTAS El modo de proceder de los padres le ayudará a superar los celos y a considerar a su hermano como un próximo compañero de aventuras que estará a su lado y le querrá toda la vida.

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PREPARARLE PARA LA LLEGADA DE SU HERMANO:  Debéis ir abonando el terreno, preparando al mayor para el nacimiento, informándole, con tranquilidad y claridad expositiva, sobre lo que va a ocurrir. De esta manera, se adaptará a los acontecimientos con más facilidad. Es un buen momento para que le contéis que su mamá estará más cansada, qué significa tener un nuevo hermano y, sobre todo, que no se le va a dejar de querer porque llegue otro miembro a la familia.  Adquirid libros, cuentos que hablen de hermanos y un bebé nuevo.  Y, muy importante, vosotros seréis los primeros en dar la noticia a vuestro hijo de la llegada de su nuevo hermano, antes de que alguien se adelante.  No es necesario decírselo desde el primer día de embarazo, ya que vuestro hijo no tiene noción del tiempo y pueden tener fantasías y expectativas innecesarias o quizá pueda haber un fracaso con la consiguiente decepción innecesaria. Por otro lado, no es conveniente hacerlo muy pronto para que no se le haga demasiado largo. Hacia el 2º trimestre es bueno hablarle de los cambios que se van a ir produciendo, pero debéis hacerlo con un lenguaje que entienda y sin saturarle con demasiada información. Los niños pueden manejar los cambios siempre cuando estén preparados.  A partir del 5º o 6º mes de embarazo, cuando ya se ve la tripa grande, que vuestro hijo empiece a comunicarse con su hermano a través del ombligo de su mamá, para establecer un primer vínculo de comunicación entre ambos. Pídele que le cante su música favorita o que le cuente un cuento antes de dormir.  También, debéis hacerle entender la parte positiva de tener un hermano. Por ej., haciéndole ver todas las cosas bonitas que van a poder hacer juntos, en un tiempo próximo. Resaltar la importancia de tener hermanos y la felicidad que esto implicará en el juego, en las labores diarias, en la alegría de la casa y de las reuniones familiares.  Hacedle partícipe de todo lo relacionado con el nuevo miembro de la familia que pronto vendrá. Pedidle su opinión sobre la decoración de la habitación de su hermano, sobre su ropa o los juguetes que puede dejarle ahora que él es mayor, sobre el nombre que le pondrán,…. De este modo, vuestro hijo no se sentirá de lado, lejos de su protagonismo; se sentirá partícipe de todo lo que está sucediendo. Y, al mismo tiempo, estaréis fomentando su autoestima y confianza.  Durante el embarazo, no te quejes ante tu hijo de las molestias y problemas propios de este periodo, y menos aún con comentarios del tipo: ¡Este niño va a ser malísimo, va a acabar conmigo!,…. Porque esto le producirá un rechazo ante el futuro hermano, ya antes de conocerle. Todo ello le ayudará, lo cual no significa que se eviten los celos. Y, no olvidar, que lo fundamental para esta preparación es que el niño comprenda que se le va a seguir queriendo.

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 En el

MOMENTO DEL NACIMIENTO,

cuando la

madre está en la clínica,

intentad que esté alejado de su madre el menor tiempo posible.  Es recomendable, tratarlo con antelación: que el niño sepa con quién se va a quedar y avisarle de todo lo que va a ocurrir para que no le cause inseguridad o sorpresa. Lo mejor es que su papá se ocupe de él en este tiempo, para que no se sienta abandonado durante unos días. Si esto no es posible, lo más acertado es que se quede en casa –rodeado de sus juguetes y de todas las cosas que le dan seguridad- acompañado por abuelos o tíos; mientras su madre está en la clínica. En ningún caso, para tener más tiempo para atender al pequeño, enviar al hermano a una guardería o con familiares durante un tiempo. Hemos de evitar esto, porque el niño lo vivirá como un abandono y justificará así sus temores de soledad y rechazo de sus padres, que se quedan con su hermano, mientras él comienza una nueva etapa.  La madre antes de irse, se despedirá de su hijo y le pedirá que cuide la casa –darle esta responsabilidad, hará que se sienta importante y mejorará su autoestima- durante el tiempo que ella esté en el hospital. Desde allí, ha de llamarle por teléfono para preguntarle sobre sus actividades.  También es conveniente que visite a su madre en la clínica, para conocer a su hermano, buscando un momento tranquilo en el que estén sólo los padres e hijos. Si puedes, es bueno que le recibas con un regalo, y dáselo en nombre de su hermano. No hace falta que sea caro, basta que sea algo que le haga mucha ilusión. Le ayudará a mirar a su hermano con buenos ojos. Invítale a acercarse al bebé, deja que le mire, le acaricie. Así empezará a tomarle cariño desde el principio y aprenderá a tratarlo con cuidado. Mª Luisa Seco Villar

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 Al volver a casa de nuevo, demuestra alegría al encontraros todos juntos otra vez. Muestra interés y una escucha activa por todo lo que el mayor cuente sobre los días en que estuviste ausente.  Es mejor que, durante el embarazo, empiece a alejarse poco a poco de la madre, y que los cambios que deben hacerse no coincidan con el nacimiento (por ejemplo, empezar el cole, cambiar de casa, de habitación, de niñera, etc.). Es preferible adelantar o retrasar tales cambios, para que no asocie “nace mi hermano y me cambian de habitación, salgo de casa –me llevan al cole-,…” Por lo tanto, anticipar los cambios. Es aconsejable implementarlos antes del nacimiento. Así evitaréis que vuestro hijo piense que la llegada del bebé le va a desplazar y le va a quitar de su sitio. 

TRAS EL NACIMIENTO del bebé, y ya en casa

INVOLUCRAR AL HERMANO EN LAS TAREAS DE CUIDADO, HIGIENE, ALIMENTACIÓN,… del recién nacido, para fomentar su independencia y responsabilidad. Le haréis sentirse partícipe, le permitiréis tener un rol activo en la vida del bebé... Ahora bien, hacer partícipe significa que colabore y no que se encargue del hermano si sus padres están ausentes.  Por lo tanto, que el hijo mayor participe en los cuidados del bebé es un acierto: le hace sentirse útil y le facilita mucho la aceptación del recién llegado. Sin embargo, hay que EVITAR QUE CONSIDERE “SU AYUDA” COMO UNA OBLIGACIÓN, es decir, no hay que responsabilizarle en exceso, porque esto le agobiaría y le impediría sentirse plenamente

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feliz consigo mismo y con su hermano. Y es que, cuando nace el 2º hijo, los padres no deben olvidarse de que su primogénito sigue siendo muy pequeño.  Mientras nos echa una mano, en la medida de sus posibilidades, RECORDARLE CÓMO ERA ÉL DE BEBÉ: qué cosas hacía, enseñarle fotos o vídeos para que vea que también pasó por las mismas cosas y recibió los mismos mimos y atenciones. Contadle anécdotas divertidas y entrañables de cuando nació. Explicarle por qué, en ocasiones pasamos más tiempo con su hermano recién nacido. Decirle que los bebés no saben hacer nada y necesitan de personas que satisfagan sus necesidades. VALORAR a vuestro hijo TRAS LA REALIZACIÓN DE ESTAS TAREAS;  Más por la actitud que manifiesta que por el resultado final. Usar, por tanto, la alabanza o elogio frecuentemente. Decidle “gracias” cuando os ayude. Contadle lo orgullosos que estáis de él por cuidar del pequeño: por avisaros cuando llora, por acercaros la ropita al vestirle o los pañales al cambiarle, por deciros qué piensa él que le puede pasar al bebé cuando llora y vosotros no sabéis por qué.  Reforzarle también cuando tenga una actitud positiva hacia el pequeño. Esto potenciará que este comportamiento se repita. Además, fortalecerá su autoestima.  Por otro lado, es realmente importante reforzarle positivamente delante de familiares, visitas,…. tratando de omitir todo comentario negativo sobre él o toda expresión que aluda a “los celos” que tiene de su hermano. Aunque creamos que no lo entiende, se entera y lo capta, incluso el lenguaje corporal. Por otra parte, se les avisará para que presten atención al hermano mayor y no sólo al recién nacido. Pues, las personas adultas solemos dirigirnos rápida y casi exclusivamente al recién nacido, relegando la atención al hermano; sin embargo, es éste el que puede manifestar conductas celosas y no el recién nacido, que no es consciente del momento.  Los abuelos y demás familiares utilizarán la misma estrategia que los padres frente al tema de los celos. Así se reafirmará la estrategia y conseguirán todos disminuir la intensidad de los mismos. Es importante que al primogénito se le DEN PRIVILEGIOS DE MAYOR  El niño está adquiriendo un nuevo papel en su vida: el de hermano mayor. Intentad que se sienta orgulloso y responsable de este nuevo “puesto”, permitiéndole hacer cosas “de mayores” y que se adecúen al mismo tiempo a su edad. Por ejemplo: podéis dejarle que coma en la mesa de los adultos, que se acueste un poco más tarde,…  Además, hay que decírselo, para que se dé cuenta de que crecer también tiene ventajas: “mamá está contenta porque puede hablar contigo y contarnos cosas, mientras que el bebé aún no puede, por eso nos gusta estar contigo”,… Explicarle los beneficios de ser ya mayor y las desventajas de ser bebé. De este modo, sentirá que las posibles pérdidas que haya tenido, de atención o exclusividad, se ven recompensadas.

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ENCAUZA SUS LLAMADAS DE ATENCIÓN CUANDO IMITA CONDUCTAS DEL BEBÉ. Respecto a esto hay dos posturas:  Los que dicen que las regresiones a etapas anteriores son la forma que tiene el niño de expresar que desea ser como el bebé. Y, que si los padres actúan con naturalidad ante ellas, el pequeño enseguida comprueba que “eso” ya no le satisface y dejará de comportarse como cuando era más pequeño. Por consiguiente, aconsejan que si te pide de nuevo el biberón o el chupete, se lo des.  Los que consideran que si el niño empieza a manifestar deseos de volver a realizar conductas del bebé –conductas regresivas- se le negará con firmeza, aunque sin darle la mayor importancia, y mucho menos humillarle. Si tales conductas aparecieran no deben reforzarse. El niño que se comporta como más pequeño, no debe “hacer gracia”, ni obtener mayores atenciones y cuidados. Por consiguiente, se le hará menos caso de lo normal. Cuando un niño ve que haciendo “tonterías” no consigue nada y que, al contrario, cuando se le hace caso es cuando se comporta de una forma normal; entonces irá normalizando progresivamente su conducta. Yo estoy más de acuerdo con esta posición. NO ALARMARSE, NI REGAÑARLES, O CASTIGARLES ante conductas inadecuadas como: gritos, llantos rabietas.  Es preferible ignorar tales reacciones negativas a regañarle muy a menudo, ya que esto podrá reforzar su idea de que ha perdido el cariño de sus padres.  Y, de forma alternativa, estar atentos a reforzar -con premios afectivos (como por ejemplo, pasar más tiempo jugando con él) o expresiones de elogio- todo acercamiento

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positivo y las mínimas conductas adecuadas. En una época en que el niño busca la atención de los mayores, será mejor que lo haga por lo adecuado, con lo que también mejorará su autoestima. Esto le ayudará a regular sus emociones y conductas  Corrige con dulzura sus “excesos” de amor por el bebé. Si de tanto abrazarle le hace llorar, no le riñas; pídele que te ayude a consolarle. Así le das la posibilidad de redimirse y de sentir que puede querer a su hermanito. Ahora bien, si le pillas “in fraganti”, adviértele con voz firme que desapruebas su conducta y que no debe repetirla jamás.  En definitiva, debéis actuar con mucho cariño, pero con firmeza, sin perder de vista vuestros criterios educativos, normas y los límites, establecidos en la familia, que hay que mantener y respetar.

Empezar a enseñarle, educarle en el CONTROL DE LAS EMOCIONES.  Aprender a soportar pequeñas frustraciones (recoger sus juguetes, comer algo que no nos gusta tanto,..), a alegrarse del éxito de los demás, a responder con tranquilidad ante situaciones adversas (alejarse de su mamá para ir al cole, tener un hermanito,..). Enseñarle a aceptar sus incapacidades y dificultades con optimismo.  Esto se hace siempre por imitación; pues si tratamos de ponernos como ejemplo en situaciones adversas, y ven cómo se superan, les ayudaremos a entenderlo mejor. Estimular al hijo mayor para que EXPRESE LO QUE SIENTE con libertad, y pueda compartir tristezas y alegrías.  Deja que te cuente los sentimientos negativos que le produce el bebé, para que se libere de ellos; pero no le permitas que le pegue, ni que le rompa sus cosas. Además, presta

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mucha atención a lo que dice y no le impidas que hable, cuando lo que va a expresar sea negativo.  No le recrimines por manifestar sentimientos de celos, porque entonces no los pondrá en evidencia, y será más dañino para él. Es mejor hacer que exprese sus sentimientos, entenderle y, tranquilizarle diciéndole que es normal y, que poco a poco, aprenderá a quererle y a compartir con él; que el tiempo suaviza todo y cuando vaya siendo mayor lo aceptará y querrá como es natural. Por otro lado, también evita frases que recriminen sus acciones, como: “No le toques”, “Aléjate que no me fío de ti”, “Que se te va a caer”,…  Busca el momento oportuno para encauzar los sentimientos: cuando los niños expresan los sentimientos negativos que tienen hacia el hermano, hay que esperar el momento adecuado para conversar acerca de esos sentimientos y tomarse el tiempo necesario para hacerlo.  Si el niño no tiene el vocabulario adecuado para expresar sus sentimientos, ponerle vosotros las palabras exactas de lo que siente. Decirle que sabes cómo se siente…….; decirle, por ejemplo, que tiene pena, rabia, vergüenza,…  Todo esto se conseguirá cuando vosotros seáis modelo y ejemplo; pues él siempre aprenderá por imitación de vuestro comportamiento. Así que, si sois capaces de reconocer ante él vuestras emociones, él también lo hará y si reprimís vuestros sentimientos, él también los reprimirá.  Cuando os diga cosas como ¿cuándo le devolvemos? Responderle que el bebé forma parte de la familia y que no se irá nunca, y que entendéis que, de momento, se sienta así por ello. Explicarle que el nuevo hermano no ha venido a sustituirle, sino a vivir con todos ellos. Cuando sea un poco mayor, podrán jugar juntos y pasar ratos increíbles. Hablarle de lo bien que lo pasabais con vuestros hermanos y/o amigos. Incluso decirle que había momentos en que también os fastidiaba que mamá no pudiera estar con vosotros por estar con vuestro hermano pequeño. Es una buena manera de que vea que también lo habéis vivido y que entendéis en qué situación se encuentra y cómo se siente. Necesita PACIENCIA, CARIÑO Y COMPRENSIÓN, para ayudarle a superar este sentimiento, para hacerle ver que compartir el amor de sus padres no quiere decir perderlo.  El cariño, el afecto físico, las caricias,… hacen crecer a vuestros hijos por dentro y por fuera.  Convencer a vuestro hijo que tiene un lugar especial en vuestro corazón. No sirve de nada decirle ¡te quiero mucho!, si eso no lo acompañáis con obras.  Aunque a vuestro hijo mayor le cueste aceptar a su hermano, no le ayuda que le miméis y le protejáis en exceso, ni que mostréis una fingida actitud de desapego hacia el bebé.  Si sois cariñosos con los dos y concedéis a vuestro primogénito algún privilegio por ser mayor, podréis reprenderle siempre que tengáis que hacerlo, sin que se sienta mal por ello. Vuestra actitud serena y vuestras muestras de afecto hacia los dos reyes de la casa acelerarán su proceso de adaptación a esta nueva situación.

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Intentar CAMBIAR LO MENOS POSIBLE LAS RUTINAS de vuestro hijo mayor. Lo cual podría implicar:  Mantener las mismas costumbres -hora de comer, aseo, dormir-, que tenía antes y explicarle, previamente y de forma afectuosa, el porqué de su alteración en determinadas circunstancias.  Conservar las mismas normas sobre lo que está permitido y lo que no. Por lo tanto, seguiremos teniendo unos criterios educativos estables, evitando consentirle demasiado. Los niños son muy listos y aprenden rápidamente a beneficiarse de la situación y chantajear a los mayores.  Continuar manteniendo los mismos ritos a la hora de irse a acostar, sin olvidar leerle un cuento.  Intentar seguir pasando un tiempo de calidad con vuestro hijo mayor. Dedícarle un tiempo especial, un rato en exclusiva, para que se convenza que sigue ocupando un lugar único y especial en vuestro corazón. El niño puede esperar este tiempo y confiar en él, por lo que se debe cumplir lo que se promete. Y, así, todos los días buscar un hueco para jugar con él a lo que prefiera, sin que esté el bebé. Un espacio de tiempo para prestarle atención preferente cuando os cuente qué le ha pasado en la escuela, cuando os cante una canción, os enseñe un dibujo. Necesita que compartáis sus ilusiones con él. Si durante esta etapa de celos, los padres seguís dedicando el mismo tiempo al hijo mayor, y ofreciéndole el mismo cariño y afecto que le demostrabais antes de nacer el bebé, esos sentimientos de celos acabarán por desaparecer.

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ACTUAR CON NATURALIDAD CUANDO ESTÉIS CON LOS DOS. Procurar que él se divierta cuando esté su hermano con vosotros. Por ejemplo, en determinados momentos, podéis jugar con él e intentar que disfrute un montón, cuando el bebé esté presente Esto, poco a poco, le hará ver que el tener a su hermano no es tan malo. Entonces, no olvidéis alabar sus actitudes responsables, hacerle ver que es mayor. Esto le hará sentirse mejor. Cuando la casa empiece a llenarse de los lógicos regalos, NO caer en la trampa de HACER REGALOS DE “COMPENSACIÓN” AL MAYOR, diciéndole: “Toma para que no estés celoso”. Pues:  Contribuiréis a reforzar unos incipientes celos.  Aprenderá que vale la pena mostrarse algo celoso, porque gracias a ello caerán regalos inesperados.  Y, además no le dará seguridad. Al contrario, puede llegar a desconfiar de vosotros, por ser ahora tan generosos. A medida que vaya creciendo el más pequeño, NO “PASARLE” O CONSENTIRLE TODO. Muchas veces, el peque se aprovecha. Puede molestar al mayor y este reaccionar con violencia. No reprender muy fuertemente al mayor, ni consolar minuciosamente al pequeño. Se puede reñir al peque suavemente para que sea más cuidadoso y hablar con el mayor para que no reaccione de esa manera, pero tratando de ser justos con ambos. A veces damos por sentado que el culpable es el mayor, porque el otro es el más pequeño. Si castigamos injustamente, alimentaremos aún más sus celos. Una vez que los niños crecen un poco, los celos pueden seguir apareciendo tanto del mayor hacia el pequeño, como del pequeño hacia el mayor. Para reducirlos es importante NO COMPARARLOS. Evitar las referencias a lo bien que se porta el hermano o a seguir su ejemplo. Incluso abstenerse de comentar, delante de ellos, el hecho de que uno aprenda más rápidamente que el otro o lo espabilado que es este en comparación con el otro. Por consiguiente, no hacer comparaciones entre los hijos. Hacerles notar, percibir, sentir que son únicos e irrepetibles.

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¡He tenido un hermano…!

8- CONCLUSIÓN Lo fundamental es hacer ver al niño celoso: que le queréis igual o más que antes; que el otro hermano disfrutará de vuestro cariño, pero que su llegada no se lo quitará; que, poco a poco, aprenderá a quererle; y, sobre todo, que comprendéis sus sentimientos actuales. Eso hará que la culpa no aparezca. Por consiguiente, no olvidéis que si transmitís seguridad y afecto, los celos irán dando paso a una buena relación entre los hermanos. Y, tenerlos es muy positivo. Las relaciones entre hermanos preparan para una adecuada participación en la sociedad; enseñan a respetar los sentimientos de los demás, a compartir, a perdonar, y a confiar. El niño debe sentir que es especial para sus papás. Con el tiempo los celos disminuirán si ve que ocupa un lugar único en vuestro corazón y, que el peque, lejos de ser una amenaza para su seguridad, llegará a ser un compañero con quien compartir y a quien querer. Es muy difícil dejar de ser el sol para ser una estrella más en el universo de la familia, pero si intentáis seguir las pautas descritas, podréis minimizar en los hijos mayores los efectos de la llegada de un nuevo miembro a la familia. Quizá no los evitéis, porque constituyen una respuesta evolutiva normal, debido al hecho de compartir el afecto de los padres, especialmente de la madre, con una tercera persona. Ahora bien, ayudaréis a que sean menos dolorosos y a no fomentarlos.

Mª Luisa Seco Villar

Mª Luisa Seco Villar

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