Mentiras Infantiles
NUESTRO HIJO
MIENTE: ¿QUE HACEMOS?
ÍNDICE: 1.
LA MENTIRA INFANTIL: ¿ES UNA CONDUCTA NORMAL? .................................... 2
2.
LA EVOLUCIÓN DE LAS MENTIRAS INFANTILES: ¿A qué edad empiezan? ............. 2
3.
¿POR QUÉ MIENTE?: Motivos ........................................................................................ 3
4.
¿CÓMO SABER SI MIENTE?: Signos verbales y no verbales ....................................... 4
5.
¿QUÉ HACER ANTE LAS MENTIRAS INFANTILES?: Pautas de actuación ................. 4
6.
CONCLUSIÓN ................................................................................................................. 8
Mª Luisa Seco Villar
Página 1
Mentiras Infantiles
Oír a su hijo “decir mentiras”, puede ser para los padres una conducta bastante desagradable. Puede molestarles, encresparles, ponerles en tensión,…. Fundamentalmente, porque se sienten desconcertados y desbordados por un montón de cuestiones: ¿Le castigamos, reñimos, ignoramos,..?, ¿Es un comportamiento normal a su edad?, ¿Cómo podemos frenar estos embustes infantiles, qué podemos hacer? Intentaré dar respuesta a algunas de esas cuestiones a lo largo de esta exposición.
1. LA MENTIRA INFANTIL: ¿ES UNA CONDUCTA NORMAL? Mentir es un comportamiento inadecuado e inapropiado, que surge de manera natural en el niño. Las mentiras, pueden considerarse como una etapa normal de su desarrollo. Todos los niños mienten alguna que otra vez. . Se trata de una conducta normal; siempre y cuando no se dé con una frecuencia excesiva, persista en el tiempo, o pueda provocar males en otros. Estas mentiras infantiles son muy comunes. Ahora bien, debemos controlar, desde que son pequeños, esta fase por la que pasan la mayoría de los niños.
2. LA EVOLUCIÓN DE LAS MENTIRAS INFANTILES: ¿A qué edad empiezan? Previamente, debéis tener claro que para que exista la mentira infantil debe haber intencionalidad y consciencia de haber modificado un hecho real. Con menos de 3 años: no mienten, aunque digan cosas que no son verdad. Para ellos sí lo son. En la etapa de preescolar, entre los 3 y 6 años: En estos peques, el mundo mágico de los sueños, deseos y fantasías no siempre se diferencia de la realidad. Confunden fantasía y realidad. La frontera, los límites, entre lo real y lo imaginario no están claramente definidos. Sus mentiras son resultado de su pensamiento fabulador, mágico, característico de estas edades. Dan vida a lo que desean y suprimen lo que no les gusta. Son mentiras imaginarias: cuentos, historias fantásticas y maravillosas, fruto de su imaginación desbordante; pero que no tienen ninguna consecuencia en los demás. Se inventan relatos fantásticos que no son verdaderos; o bien exageran demasiado los hechos reales. Disfrutan haciendo volar su imaginación, que les permite modificar la realidad en función de sus deseos. Crear este mundo ficticio y contar historias no veraces es completamente normal y muy común en esta etapa. Este tipo de mentiras permite estimular su fantasía y mejorar su capacidad lingüística. Y, no se producen de manera consciente. Forman parte de sus juegos y fantasías. Además, no entienden que mentir es malo y deshonesto. Mª Luisa Seco Villar
Página 2
Mentiras Infantiles
En la etapa escolar, a partir de los 6 años: Estos niños ya distinguen lo real de lo imaginario. Empiezan a mentir realmente, apareciendo las mentiras propiamente dichas, cuyo objetivo fundamental será obtener algún beneficio o evitar algún perjuicio. Comienzan a mentir de forma consciente, pues ya diferencian lo que es cierto de lo que no lo es. Y, mentir ya es un acto voluntario. Ahora bien, al principio de la etapa aún no tienen claro que sea algo incorrecto. Pero, a medida que van haciéndose mayores van entendiendo que decir mentiras no es bueno. En la adolescencia, mienten para proteger su intimidad, para probar su independencia y sentirse separados de sus padres, para desafiar la autoridad o bien para ocultar algunos problemas serios que tengan con drogas, alcohol,… En definitiva, se puede situar en la edad de los 7 años, el comienzo de las mentiras infantiles. A partir de aquí, sus embustes ya tienen una intencionalidad clara y definida, falseando la realidad para beneficiarse o no perjudicarse. Con anterioridad a ese momento, las mentiras forman parte de la imaginación del pequeño, de su incapacidad para distinguir la realidad de la fantasía.
3. ¿POR QUÉ MIENTE?: Motivos Por imitación. Miente porque antes lo ha visto hacer a sus adultos más próximos, sus padres. Entonces, tiende a imitar, copiar su conducta. Es el caso del papá que dice a su hijo: “Si me llaman, di que no estoy”. No debéis olvidar que vuestro ejemplo es muy importante para vuestro hijo, pues vosotros sois su modelo a seguir. Porque vuestro nivel de exigencia es muy elevado. Entonces, al no lograr responder a vuestras expectativas, miente para evitar defraudaros, y os hace creer que está al nivel que le exigís, que esperáis de él. Además, con su mentira se libra del temor y ansiedad que le generan vuestras exigencias y su incapacidad para darles la respuesta esperada. Para escaparse, evadirse y evitar las consecuencias negativas e indeseadas de sus actos. Miente por miedo a vuestra reacción: reprobación, reprimenda, enojo, pérdida de afecto, de privilegios,... Este tipo de mentira está muy relacionada con la anterior. Y, puede ocurrir que vuestro estilo educativo se caracterice más por los castigos – consecuencias negativas- que por los elogios; sea excesivamente rígido y duro; y esté basado en exigencias muy altas. Para conseguir lo que quiere. Miente por temor a un “no” que no admita discusión. En este caso, manipula a sus padres para conseguir lo que busca. De alguna manera, intenta tantear al adulto para probar cómo va a reaccionar, hasta dónde llegan sus límites. Ejemplo, puede decir que su padre le deja comer chuches antes de comer, cuando eso no es cierto. Para mejorar, aumentar su autoestima. Generalmente, este niño no se siente a gusto consigo mismo o con lo que le rodea; inventándose historias increíbles, alardeando y fanfarroneando de proezas que nunca realizó. Sus mentiras intentan aumentar su prestigio en un mundo en el que se percibe pequeño e insignificante. Sus embustes tratan de compensar su inseguridad, baja autoestima y escasas habilidades sociales.
Mª Luisa Seco Villar
Página 3
Mentiras Infantiles
Mintiendo logra llamar la atención, impresionar a otros y encontrar un lugar en su entorno. Para evitar algo que le genera ansiedad. Y, entonces se inventa dolencias físicas, para liberarse por ejemplo, de un examen, de ir al cole, de algo que le produce inquietud, intranquilidad, agitación, tensión,... Por confundir la fantasía con la realidad, cuando ya debería haber superado esta etapa. En este caso, puede ocurrir que el niño se haya estancado, anclado en fases anteriores de su desarrollo o bien esté perdiendo el contacto con la realidad; siendo incapaz de distinguir lo real de lo imaginario. Requiriéndose ayuda de un profesional especializado, ya que no tiene conciencia de que está mintiendo. Alguien dijo que: “Los niños mienten por miedo al fracaso y al castigo; aunque, en ocasiones, sólo imitan el comportamiento poco sincero de sus padres”.
4. ¿CÓMO SABER SI MIENTE?: Signos verbales y no verbales A veces, es muy difícil para los padres saber si sus hijos están diciendo la verdad o no. Pero, si queréis descubrir si vuestro hijo os miente o no, debéis escuchar atentamente, con oídos y ojos, lo que os cuenta. Tenéis que oír sus palabras, su lenguaje verbal; y debéis observar cuidadosamente lo que os transmite con su lenguaje no verbal -expresiones faciales, miradas, movimientos corporales, gestos, pausas en su discurso,…..- De este modo, podréis tener una mayor certeza de la verdad o falsedad de su discurso. Normalmente, cuando miente podréis ver algunas indicaciones no verbales que le delatan: su cara no está relajada, sino tensa; le cuesta mirar directamente a los ojos y mueve mucho las manos y los pies, mostrándose nervioso y con ansiedad. Si atendéis a lo que os dice: descubriréis que sus palabras suenan ensayadas, sin espontaneidad o naturalidad; encontraréis contradicciones en la historia que relata, que no parece verosímil, creíble, e incluso carece de sentido. Además, cuando le hacéis alguna pregunta, sus respuestas le delatan. A uno de los personajes más famosos de la literatura infantil, Pinocho, le crecía la nariz cuando mentía. Vosotros no disponéis de rasgos tan evidentes. Ahora bien, conocéis a vuestros hijos, y si prestáis atención a su comunicación verbal y no verbal, percibiréis si hay veracidad o no en sus expresiones.
5. ¿QUÉ HACER ANTE LAS MENTIRAS INFANTILES?: Pautas de actuación Vuestro apoyo y guía podrán evitar comportamientos inaceptables, como el decir mentiras. Las siguientes recomendaciones o pautas de actuación os podrán ayudar a combatirlas:
Mª Luisa Seco Villar
Página 4
Mentiras Infantiles
Enseñarle LA DIFERENCIA ENTRE LA VERDAD Y LA MENTIRA: Esto es fundamental especialmente en la etapa preescolar, en la que los niños son muy fantasiosos y “las mentiras” son muy comunes. Apenas distinguen entre lo real y lo irreal. Necesitan de los adultos, para que les ayuden a entender mejor el mundo que les rodea. Es un buen momento para motivar, alentar su creatividad, para apreciar su imaginación; pero también para trazar la línea entre lo real y lo inventado, para hacerle comprender la diferencia entre lo que es verdad y lo que pertenece a su fantasía, sin olvidar demostrar interés por su mundo ficticio a través de preguntas. También es una gran ocasión para mostrarle que exagera un poco, sirviéndose del humor. Ahora bien, sin descalificarlo, rotulándole de mentiroso. Podéis hablar con estos peques y decirles: “Ahora estoy hablando contigo”. Eso es verdad; pero si digo: “Ahora estoy en el parque”. Estoy diciendo una mentira. Jugar a “Esto es verdad y esto es mentira”. También, debéis estar atentos a las ocasiones en las que exagera alguna situación. Ej Un niño puede contaros que tiene un coche de fórmula una, de verdad, en su garaje, que le han traído los Reyes Magos. Evitar decirle que está mintiendo, es mejor indicarle: “Eso es lo que te gustaría que fuera, pero no lo es en la realidad. Tienes una imaginación impresionante” Enseñarle EL VALOR DE LA VERDAD Hablarle sobre la importancia de ser sinceros con las personas de nuestro entorno, sin hacer grandes discursos morales. Aprovechar cualquier ocasión para enseñarle este valor. Hacerle comprender que cuando se dice la verdad: Te sientes bien contigo mismo y eso influye positivamente en tu autoestima. Ganas la confianza y credibilidad de los que te rodean, quienes se fiarán de ti; lo cual es imprescindible para establecer y fortalecer las relaciones interpersonales. No haces sentir mal a los que te rodean, ni causas ningún daño o perjuicio a los demás. Enseñarle a ser sincero haciendo que reconozca, ante los demás, las travesuras que haya hecho, siendo capaz de decir “He sido yo”. Valorar con alguna recompensa su sinceridad y cada vez que diga la verdad, hacerle saber lo orgullosos que os sentís de él. Decirle que valoráis más la verdad que su comportamiento inadecuado y que os enojará más la mentira que algo que haya hecho mal. Serviros del cuento de “El pastor mentiroso”, la historia de Pedro y el lobo. Os será útil para conversar con él sobre las consecuencias negativas de mentir, entre ellas, la pérdida de la confianza y credibilidad de las personas con las que te relacionas. También podéis aprovechar ejemplos de los dibujos animados, de los cuentos infantiles o de la vida real para que vuestro hijo vea modelos de honradez, que subrayen la verdad como un valor demasiado valioso. CREAR UN CLIMA DE CONFIANZA Para que vuestro hijo aprenda a decir la verdad, es preciso que creéis un clima en el que se sienta tranquilo y seguro, en el que exista una verdadera comunicación entre todos sus miembros, y en el que no se sienta presionado y con miedo por lo que pueda contar. Un clima que le sirva para tener la certeza de que puede expresarse con tranquilidad y sin temor. Mª Luisa Seco Villar
Página 5
Mentiras Infantiles
Debéis configurar un entorno familiar tranquilo, que brille por la ausencia de represión y miedo, que facilite que vuestro hijo se sienta cómodo al haceros partícipes de sus temores y pueda responsabilizarse luego de sus actos. Apostar por un ambiente que se caracterice por relaciones de confianza y no por la sospecha e inseguridad, que obstaculice y ponga trabas a una comunicación veraz. Darle la garantía de que puede contaros cualquier cosa sin interrogatorios insistentes, que únicamente le conducen a creer que desconfiáis de él. Apostar también por un ambiente que se base en el cariño. Hacerle ver que vuestro amor por él es independiente de sus actos. En definitiva, vuestro hijo debe crecer rodeado de seguridad, afecto y confianza, demostrándole que le aceptáis y queréis tal y como es. SER UN BUEN EJEMPLO para vuestro hijo Él busca en vosotros una guía sobre cómo vivir su vida y cómo comportarse. Vosotros sois su modelo. Vuestro hijo aprende por imitación; copiando e imitando lo que hacéis y decís. Por consiguiente, si ve que mentís con frecuencia, pensará que está bien y es lo correcto; con lo cual aprenderá a mentir. Los padres se lo enseñáis. No hace falta que le digáis explícitamente que mienta, pero os ve hacerlo y eso ya es suficiente. Si no queréis que mienta, evitar hacerlo en su presencia. Es completamente ilógico pedirle que no mienta, si vosotros lo hacéis normalmente Si ve que decís la verdad, sin importar lo difícil que sea, entonces estaréis siendo consecuentes con lo que predicáis y el niño aprenderá a no mentir. Nunca digáis mentiras delante de él, ni prometáis cosas que luego no podáis cumplir. De lo contrario, le estaréis transmitiendo el mensaje de que mentir e incumplir promesas es aceptable. Asimismo, vuestras mentiras pueden confundir y desconcertar a vuestro hijo, si luego le recrimináis por decir cosas que no son ciertas. Además, cuando mienta, no tendréis argumentos para corregirle. En ocasiones, podéis llegar a mentir ante preguntas difíciles de vuestro hijo, que no sabéis cómo responder. La pauta es evitar la falsedad y responder mejor con "no lo sé" o "déjame que lo piense”. No recurráis a promesas que no se pueden cumplir o a contestaciones que no se ajustan a la verdad, para ahorraros esfuerzos o situaciones incómodas. Todos los padres desean que sus hijos no les mientan nunca, que confíen en ellos y les digan siempre la verdad. Para ello, deben darles ejemplo, desde que son pequeños. Deben crear un ambiente en el que se respire sinceridad, para que los niños adquieran ese hábito como algo natural. ESTABLECER LÍMITES O REGLAS CLARAS Manteneros firmes en las normas establecidas, y hacerle entender que únicamente pretenden su bien. Explicarle con claridad, cariño y contundencia que las mentiras no son admisibles y que no serán toleradas. Decirle que cuando uno se equivoca o tiene un problema hay que intentar solucionarlo; no encubrirlo o resolverlo sirviéndose de embustes y engaños. Dejarle claro que mentir no le permitirá conseguir lo que desea, lograr el beneficio que busca o utilizarlo como vía de escape de algún castigo; pues falsear un mal comportamiento conllevará consecuencias negativas.
Mª Luisa Seco Villar
Página 6
Mentiras Infantiles
Hacerle ver que cada uno es responsable de sus actos. Si por ejemplo, se le cayó el zumo y dice que él no ha sido. No debéis centraros en la mentira, y entrar en un interrogatorio de si fue él o no; en un montón de preguntas imprecisas para que confiese, si sabéis que no os está diciendo la verdad. Es preferible focalizar vuestra atención en su responsabilidad. En este caso, podéis decirle: “Debes limpiar el suelo, porque se te ha caído a ti el zumo”. Darle una fregona y enseñarle cómo hacerlo, si lo ignora. De este modo, se irá dando cuenta de que la mentira no le servirá de nada, no le va a evitar escapar de las consecuencias de sus actos. Así, irá comprendiendo la relación entre conducta y consecuencias. Por otro lado, es importante que no os mostréis excesivamente exigentes, estrictos y duros en vuestra tarea educativa. Que establezcáis límites y exigencias en función de sus capacidades y que procuréis reforzar y prestar más atención a las conductas positivas que a las erróneas. Recordar que si le ponéis demasiadas reglas y le abroncáis por todo lo que hace; es fácil y hasta lógico que mienta para evitar vuestras regañinas. Tenéis que buscar un término medio. ACTUAR CON FIRMEZA, PERO TAMBIÉN CON PACIENCIA Y DULZURA Cuando os enfrentéis a una mentira de vuestro hijo, hacerle entender con amabilidad y mirándole a los ojos, que no os creéis lo que os está explicando y, al mismo tiempo, demostrarle que, a pesar de todo, le seguís queriendo muchísimo. ADOPTAR MEDIDAS SI CONTINÚA MINTIENDO Entre ellas: El tiempo de aislamiento –time-out-: mandarle a su habitación un tiempo determinado. La retirada de privilegios: quitarle temporalmente objetos o actividades, que sean atrayentes e interesantes para vuestro hijo. En ambos casos, tenéis que aseguraos de que sabe que se le está castigando por mentir. Algo muy importante es que debéis ser contundentes y no ceder con las medidas adoptadas. De lo contrario, no lograréis vuestro objetivo: que aprenda que las mentiras no solucionarán sus problemas y que sus actos tienen consecuencias. Para más información sobre estas y otras medidas, recurrir a la entrada de este blog: “Qué hacer para que nuestro hijo nos obedezca”; Categoría en el menú: “Desobedientes” FELICITARLE POR DECIR LA VERDAD Reconocer su valentía, recompensarle por ser honesto, especialmente si la verdad conlleva el riesgo de ser castigado. Por lo tanto, no olvidéis alabarle y reforzarle por ser sincero, lo cual conducirá a que vuelva a repetir la conducta positiva en sucesivas ocasiones. Elogiarle por ser veraz. Decirle « ¡Qué fenomenal, nos gusta que digas la verdad!». «¡Qué chico tan honrado y sincero!». Los adjetivos positivos son convenientes, por la misma razón que los negativos no lo son, ya que animan al niño a comportarse mal. NO REACCIONAR DE FORMA DESPROPORCIONADA O EXAGERADA CUANDO MIENTA. Guardar proporcionalidad entre la conducta y sus consecuencias. Los castigos se ajustarán a la gravedad de la acción inadecuada. Si la mayoría de las veces son muy Mª Luisa Seco Villar
Página 7
Mentiras Infantiles
severos, la tentación de mentir para evitarlos será mayor. Por consiguiente, si reaccionáis de forma represiva y desproporcionada, no lograréis que diga la verdad. No olvidéis que los extremos siempre son malos y tan inapropiado es castigar de forma excesiva un comportamiento erróneo, como premiar de forma exagerada uno positivo. COMENTARLE LO OCURRIDO EN PRIVADO No le debéis avergonzar o dejarle en ridículo en presencia de otras personas. Tenéis que llamarle la atención siempre en privado, dentro del contexto familiar. No le descalificaréis, pese a que os sintáis muy decepcionados. No le transmitáis la idea de que es malo por mentir. Ni le etiquetéis con el rótulo de “eres un mentiroso”, pues eso menoscabará, mermará mucho su autoestima, afectará al concepto que se está construyendo de sí mismo. Además, puede acostumbrarse a ese adjetivo negativo; puede llegárselo a creer y, entonces, continúe mintiendo como respuesta a esa etiqueta. Consecuentemente, evitar hacer uso de ese calificativo tan dañino. Por otro lado, no os riais, ni mostréis ningún tipo de admiración ante las mentiras de vuestro hijo, por muy graciosas que os puedan parecer. Pues, lo percibirá como una forma de aprobación o reconocimiento, que le inducirá a reiterar de nuevo esa conducta, que a sus adultos más próximos parece que les agrada. REFORZAR Y FORTALECER SU AUTOESTIMA Si vuestro hijo no se siente a gusto consigo mismo o con lo que le rodea. En esta situación, se inventa un mundo, una vida que responde a sus deseos, que le permite evadirse de esa realidad que no le agrada y le lleva a percibirse inferior e insignificante. De este modo, con sus mentiras logra sentirse más fuerte. Hacerle ver que es una persona muy valiosa, y que le aceptáis y queréis tal y como es, con sus fortalezas y defectos. BUSCAR LA AYUDA DE UNA PERSONA ESPECIALIZADA Cuando vuestro hijo desarrolle un patrón serio y repetitivo de mentir, cuando mienta constantemente, en exceso y no se sienta mal por ello. Si os veis incapaces de afrontar esa situación, lo mejor es que solicitéis ayuda profesional, que os indique cómo debéis actuar, qué camino seguir en este momento de auténtica preocupación.
6. CONCLUSIÓN La sinceridad es un valor para la convivencia que requiere el esfuerzo y el compromiso de la familia. Las mentiras irritan y causan malestar a los padres. Pero os deberíais plantear si vuestro hijo tiene interlocutores dispuestos a escuchar o, por el contrario, le fuerzan a mentir debido a la rigidez de las normas impuestas y a sus exigencias tan elevadas. En este último caso, ocultar la verdad será una salida al miedo a defraudaros o al castigo. Por otro lado, no debéis olvidar que vuestro hijo os observa todo el día; está al tanto de todo lo que hacéis; imitando luego casi todas vuestras conductas. Si mentís en su presencia, considerará la mentira como algo aceptable. Así que debéis ser modelos de sinceridad y honradez para él. Debéis ir siempre con la verdad por delante y, de esta manera, aprenderá este valor.
Mª Luisa Seco Villar
Página 8
Mentiras Infantiles
Mentir es un aspecto normal del desarrollo, por lo tanto, cuando vuestro hijo es preescolar sus mentiras no os deben preocupar. Ahora bien, eso no significa que haya que darlas rienda suelta e ignorarlas siempre. Debéis estar muy atentos a lo que os cuente, y comenzar desde que es peque a iniciarle en el camino de ser amable, honesto y sincero,…, de ser una buena persona. Valores que debéis empezar a inculcarle. Progresivamente, debe aprender a asumir las consecuencias de sus actos, debe aprender a enfrentarse con valentía a aquello que haya hecho. Le debéis hacer comprender que ir con la verdad por delante es siempre ventajoso ya que, más tarde o más pronto, la mentira tiene consecuencias contra él mismo. Hacerle saber que si miente, los demás dejarán de fiarse de él, perderá credibilidad y confianza. Además, se sentirá mal consigo mismo y hará sentir mal a los que le rodean, alejándose de sus amigos y seres queridos, una vez que descubren sus mentiras. Abordar las mentiras de vuestro hijo, no es una tarea fácil y no se termina de un día para otro. Todo lo que conduce a mejorar como personas y a enseñar e inculcar valores es un proceso lento. Pero, lo más importante es que a la larga da sus frutos. Queremos niños responsables, seguros y felices. Lograr ese objetivo requiere vuestra implicación, para que en un futuro tengamos mujeres y hombres sinceros y veraces. Algo que es de urgente necesidad en nuestra sociedad actual, carente de valores y principios. Espero haberos servido de ayuda
Mª Luisa Seco Villar
http://ponceteorienta.blogspot.com.es/
Mª Luisa Seco Villar
Página 9