Colaboradores
www.kymagazine.com.mx Omar
Juan
en el 2o Premio FAHRENHEIT Magazine de fotografía. Su obra ha sido difundida en diversos catálogos como: IX bienal de Monterrey, de Monterrey FEMSA, revistas como PhotoIcon (UK) Issue 10 (2009), o como parte de la serie de ÓPTICO (TV) de canal 22. Su trabajo forma parte de la colección de Guangdong Museum of Art y la Universidad Iberoamericana, entre otros. Omar García
David H
Fernando
David C
Fernando Javier León R.
Escribe guiones de cortometrajes, entre los
que destacan: La tarde de un matrimonio de clase media, que participó en el 49 Festival de cine de Cannes, Francia; y La gente ya no escribe (con Dirección de Ivan Kirev). En largometraje ha coescrito: De la Infancia (Carlos Carrera, México, 2009) y Expediente del Atentado (Jorge Fons, México, 2010), entre otras películas. Gracias a la intervención de Isabel Cristina Fregoso, directora del cortometrajo Cristeros y Federales, es que publicamos en este número de KY guión y stroy board. Karla
David Corona Licenciado en Artes Visuales por la UNAM. Entre sus exposiciones individuales destaca, Marea, D.F. México; Jardín secreto, Guadalajara, México; Revês de veille, Rennes, Francia. Ha participado en diversas exposiciones colectivas como: Feria Internacional de libro de Artista 2009, Centro de la Imagen; Fabrications, A new perspective in Mexican Photography, San José, Ca. USA; The gaze of 45 Mexican Photographers, Guangzou, China. Fue reconocido con el 1er Lugar
Es estudiante de todo lo que se le ocurre. Un buen día decidió estudiar letras y nunca terminó. Otro día decidió estudiar periodismo y tampoco concluyó. La última vez que inició algo fue a estudiar francés, pero hasta la última semana de febrero, él ya había renunciado. Ha trabajado en diferentes medios de comunicación en Guadalajara, pero nunca en la televisión, y no porque no le guste, sino porque jamás le han favorecido las ojeras con las que carga todos los días por leer a deshoras. Ama la fiesta, pero le da pena que lo vean enfiestado. Escribe crónicas, pero se pelea con sus editores que quieren notitas. Es un buen observador, pero de tiempo para acá necesita de sus lentes. Espera algún día terminar de estudiar comunicación pública, la que dice que es su carrera, sólo aguarda a ver si al destino no se le ocurre ocurre otra cosa. Karla Preciado Es activista según sus maestros, opositoda según su gobernador, pandillera según su presidente, agitadora profesional según los medios de comunicación, peculiar según su mamá y artística según su papá. Egresada de Ciencias de la Comunicación del ITESO, se dedica a la publicidad y a intentar terminar su maestría de manera más o menos decorosa. Socióloga de vocación, músico de pretensión, atlista de corazón y fiestera en extinción; es integrante del colectivo Ciudad para Todos, recientemente acampó un mes en la avenida López Mateos y no ha vuelto a respirar igual que antes. Es la primogénita, tiene un gato llamado Camilo Sesto, se considera adicta al Rock Band, al Twitter y a las barritas Marinela sabor fresa. Fue candidata a un puesto público en las pasadas elecciones y eso la curó de espantos para siempre (no lo vuelve a hacer, no lo vuelve a hacer). Prefiere los libros al cine, aunque la tachen de ñoña. Ella, lo que quiere que le salga bien, es la vida.
Juan Martínez Estudió la licenciatura en Comunicación en la UNAM, dentro de las aulas de la ENEP Aragón. “Juannabis”, como lo conocen sus amigos, es un inquieto periodista y comunicador que ha hecho de la televisión su mejor aliado para contar historias reales. Sus primeras imágenes aportadas para el campo profesional fueron en la UTE –casi casi su alma mater– para programas de Telesecundaria. Años más adelante Juanito tuvo la oportunidad de aportar su visión crítica y política en CNI canal 40 en programas como Séptimo día, Realidades y CNI noticias. Aquí conoce a sus actuales socios: Héctor Tapia y Alejandro Barrios, con quienes actualmente hacen posible Cuarenta Producciones, una productora de televisión independiente, interesada en los derechos humanos, la libertad de expresión y a favor de la tolerancia. Entre sus trabajos destacan vídeos como La trata de personas o Acteal, crónicas de impunidad. Actualmente Cuarenta Produciones son miembros de un movimiento llamado VJ Movement una organización europea interesada en compilar y dar a conocer el trabajo de periodistas independientes en todo el mundo. Juan Martínez es melómano, lector y cinéfilo compulsivo. Su refugio favorito el Salón Corona. Su expresión recurrente: ¡Ash! David Hernández Arriaga Es mejor conocido como “El Bicho”. Fotógrafo y productor de Mezcal, egresado de la ENAP, David crece y se forma entre tres culturas: D.F., Oaxaca y el Edo. de México. Desde los 12 años “El Bicho”, como le llamaban desde niño, se convirtió en aprendiz de fotógrafo al lado de su padre Don Moisés Hernández, quien se ha dedicado a la fotografía de estudio desde hace muchos años. David tuvo la oportunidad de vivir y trabajar en Venezuela y Miami, donde a la par de su trabajo como fotógrafo ha venido desarrollando una visión propia de la realidad a partir del lente de su cámara fotográfica. Es amante de la gastronomía oaxaqueña, la magia de los tianguis, la música y los proyectos audiovisuales. Actualmente es productor independiente del mezcal artesanal Mezcalli los gentilles, un mezcal elaborado a partir de la biodestilación de frutas y de zumo fermentado del Maguey. http://www.myspace.com/artemezcal
Primera KY
De cine, tatuajes y ¡santas muertes!, batman Veinticinco años. Un cuarto de siglo. Se escribe fácil, se lee fácil, pero haber logrado consolidar, en este tiempo, el Festival Internacional de Cine, ha sido una tarea titánica. Pero seguramente satisfactoria. Nos consta, pues muchos de los que hoy hacemos KY estuvimos en las primeras ediciones de lo que entonces era la Muestra de Cine Mexicano. La ciudad era otra. “El lugar” era entonces el Cineforo de la Universidad de Guadalajara. Hay históricas fotografías que fueron tomadas en ese recinto, donde se llevaban a cabo no sólo las funciones principales, sino las inauguraciones, los homenajes, los debates y, sobre todo, las presentaciones de los equipos de las cintas, que al final de cada función aparecían al frente a platicar con el público. Cuando observamos la cantidad de cosas que hoy en día se desarrollan a la par del Festival de Cine no nos queda más que aceptar que, para tener sólo veinticinco años, el Festival es todo un monstruo. En el buen sentido de la palabra, pues. Las actividades, los talleres, el mercado de cine... comparado con lo que era, hace más de veinte años, la entonces Muestra de Cine, hoy al menos hay que estar de acuerdo en que es todo un acontecimiento. Y el ingrediente principal, el cine, lo hay por todas partes y para todos los gustos. Hay que echarle un buen ojo a la programación (www.festivalcineguadalajara.com) y acudir ya sea a las salas tradicionales, o al Teatro Diana o al Auditorio Telmex o bien a las funciones públicas y gratuitas al aire libre. Precisamente con el pretexto del tema del cine, gracias a la intervención de Isabel Fregoso, publicamos en esta edición diversos materiales con respecto al cortometraje que actualmente se encuentra en proceso: Cristeros y Federales, que ella misma dirige; el guión, original de Fernando León R. lo reproducimos íntegro, junto con el story board y las fotos de la filmación, tomadas por nuestra fotógrafa favorita, Natalia Fregoso. Tanto Isabel como Fernando fueron seleccionados para participar en
el Encuentro Iberoamericano de Producción del FICG, con los proyectos de largometrajes Sin Crímenes y La cebra, respectivamente. Vaya desde la KY una felicitación para ellos. Una crónica sobre el culto a la Santa Muerte en la Ciudad de México, a propósito de un documental sobre el mismo tema, de Juan Martínez, es el material que nuestro entusiasta colaborador y amigo, Juan Carlos “Knito” Jiménez, nos consiguió para este número. Juan Martínez, par los cuates “Juannabis”, con su equipo de Cuarenta Producciones, se lanzó a realizar un documental sobre el tema, para organización europea VJ Movement. Tenemos la crónica de “Juannabis”, un valiosísimo material fotográfico que no fue fácil de obtener (y que le agradecemos infinitamente a David Hernández) y una serie de ligas para que vea en su pantalla este y otros interesantísimos trabajos tanto de Cuarenta Producciones como de VJ Movement. Por otro lado, podrán leer una sabrosísima y muy poco dolorosa crónica de Karla Preciado. Un día Karla puso en el muro de su Facebook que ya, por fin, ahora sí, se iba a hacer el tatuaje, que ya tenía cita. Luego la invitamos a que pensara muy seriamente en hacer una crónica para que contara todo lo que quiesiera contar del suceso. Y así lo hizo. El resultado, ya lo dijimos, pero lo diremos de nuevo: es más que satisfactorio. Hablamos tanto de la crónica como del tatuaje. Y, en fin, y los demás contenidos no menos interesantes, de los que podríamos hablar aquí con detalle, pero que no nos alcanzaría el espacio. No dejen de seguir mandándonos sus comentarios, colaboraciones, sugerencias y quejas. Vayan a: www.kymagazine.com.mx, ahí están los correos, ahí podrán ver ediciones anteriores y entrar a nuestro blog y escuhcar el podcast. ¡Salud para todos, en el mes de la primavera!, y a prepararse para el calor que se sentirá en la calle... y en la KY también.
www.kymagazine.com.mx Director Editorial David Izazaga Márquez dizazaga@kymagazine.com.mx
Portada: Fernando Cisneros Colaboradores: José Israel Carranza, Leslie Martín, Alfonso Cadena, Nacho Cadena, Federico Barón, Jonathan Lomelí, Cristian Mejía Ramírez, Ana Cinthya Uribe, Hugo Hernández, Paco Castro, Miriam Ramos, Ricardo Luévanos, Ilsem Yaremy González de Alba, Erandini Aparicio, Sergio Saucedo, Sergio Rodea, Mariño González, Adrián de Galo, Quetzal Cárdenas, Diana Martín, Jonás Acosta, Magaly Ruiz, Victor Sprint Nova, Azzem, René Córdova, Mario Ruiz, Martín Mora, Ulises Rodríguez, Gabriel Anguiano, Alfredo Rodríguez, Karen Puente, Damián Trejo, Eva Cabrera, Carlos Alberto Salgado Chablé, Ulises Arreola, Elizabeth Martínez, Jerónimo Escudero, Marcos Gallegos, Carlos López de Alba, Dolores Díaz, Verónica Nieva, Manuel Ramos, César Chávez, Gloria Pérez, Shantal Contreras, Alejandro Meza, Alejandro Fournier, Ricardo Ruiz, Carlos Aroche, Franky Álvarez Maxemin, Bruno de Loera, Juan Carlos Jiménez “Knito”, José Soto, Gaby Becerra, Tonatiuh Figueroa, Iván Vázquez, Jorge Báez, Tania Ochoa, Héctor Nápoles, Israel Martínez, , Daniel Arelis Fuentes “Le Percep”, y Cabeza de Caset, Isabel Cristina Fregoso, Fernando León, Juan Martínez, David Hernández Arriaga, Karla Preciado, Miriana Moro, Omar Guillermo García Santiago, David Corona. KY magazine, revista mensual de distribución gratuita. Año 2, número 14, marzo de 2010. Editor responsable: David Izazaga (dizazaga@kymagazine.com.mx). KY magazine es una publicación independiente. Impresa en Zafiro Editores, S.A de C.V: calle Cartero 86, Guadalajara, Jalisco, México. C.P. 44190. Número de certificado de reserva otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor: en trámite. Número de certificado de Licitud de Título: en trámite. Número de certificado de Licitud de Contenido: en trámite. El contenido de los artículos es reponsabilidad de quienes los escriben, no necesariamente reflejan el punto de vista de la publicación. Los derechos de reproducción de los textos e imágenes, así como el nombre aquí publicados, están reservados por KY magazine. Prohibida la reproducción parcial o total del contenido, imágenes y fotografías, por cualquier medio físico o electrónico sin previa autorización por escrito del editor. Todos los derechos reservados. “Si es pasión, que se te aumente” (Arduro Suaves, q.e.p.d).
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Placeres
Don Olaff: hornéeme, presto, la mejor pizza de la ciudad txt & img: Federico Barón
Igual que Pedro Picapiedra, cuando flotaba con los ojos cerrados siguiendo el delicioso aroma a comida, así iba yo volando detrás del olor a pizza que circulaba por avenida La Paz casi esquina con Chapultepec. Admito que no era frecuente devoradora de este alimento pues no había encontrado un lugar que satisficiera mi delicado paladar, pero, al querer confirmar que el olor podía ser igual de sabroso que el manjar, entré a Pizzas Olaff y decidí ordenar la primera opción que me acomodaba -debido a que no consumo carne- Elegí la Pizza Margarita, preparada con salsa de tomate, mozzarella y orégano, sencillamente apetitosa. En menos de 10 minutos ya estaba comprobando que éstas son las mejores pizzas de la ciudad. La fina y crujiente masa con intenso sabor a pan, la salsa espesa de tomate natural condimentada con las hierbas precisas, el queso de sabor fuerte, textura suave y elástica, espolvoreado todo con la cantidad exacta de orégano, resulta en una deliciosa e insuperable Pizza Margarita. Eduardo Kasio - de origen argentino - mejor conocido como “Don Olaff” comenzó a elaborar pizzas de calidad artesanal en horno de piedra, hace 37 años para la familia y los amigos. Debutó con el restaurant de comida argentina El Caminito, en Sayulita, Nayarit al lado de su esposa y sus dos hijos. Después de algunos años, su gusto por la gastronomía
y la ciudad de Guadalajara, lo encaminaron hasta aquí. El 7 de octubre de 2009 inauguró las Pizzas Olaff ofreciendo también, cuatro tipos de empanadas argentinas: carne, elote con rajas y queso, espinacas con queso y jamón con queso y piña, lasagna de carne, queso provoleta y champiñón portobello con mozarella gratinado. Los productos con que están preparados los bocados son de la mejor calidad, el lugar es muy cálido y los precios muy accesibles, siempre fieles a su lema: bueno, bonito y barato. La atención personalizada de Don Olaff te hace sentir como en casa ya que lo importante para él no es que vengas, si no que vuelvas. Si tienes suerte de ser la única mesa ocupada en el comedor, podrás tener en tu mano el control para ver el canal de tu preferencia en la pantalla. Don Olaff asegura que lo mejor para acompañar tu pizza son principalmente dos cosas: una buena compañía y una buena cerveza, tiene razón, yo regreso flotando detrás del aroma inconfundible y siempre salgo contenta y embriagada de sabores. Prueba la exquisités en Av. La Paz 1998-B de lunes a sábado de 11:00 am a 10:00 pm. Servicio a domicilio. Tel.: 3331 1955. Los miércoles la cerveza está 2x1 y la botana es cortesía de la casa. Nota de los Editores: Ofrecemos una disculpa a Tania Ochoa, pues su colaboración del mes pasado (KY 13, febrero), en este mismo espacio, apareció firmada con otro nombre.
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Las cosas que le cambiaron la cara a la ciudad FICG: un cuarto de siglo marcando el paso Una historia de cristeros y federales, bajo el ojo de Isabel Fregoso Cristeros y federales Para conocer un país, conoce sus cárceles La niña blanca y su día Ruta 100 Esos pequeños cretinos Crónica de un tatuaje anunciado Cerdo catalogado indeseable Las sombras de las mariposas son blancas Teri Gender Bender y Juan Son en la Red Bull Music Academy 2010 Lumen lab, diez años jugando con el sonido Mi Vida Ampudia, explorando materiales y formatos en la gráfica Yo maté al coco en mi calle Portafolio Moda Post Cómics Última KY
img: Paco Castro
Las cosas que le cambiaron la cara a la ciudad
txt: Federico Barón img: FICG
Ahora que se está celebrando el primer cuarto de siglo del Festival Internacional de Cine de Guadalajara, me viene a la mente, irremediablemente, el Cine Foro de la Universidad de Guadalajara. Cuando el hoy Festival era entonces una Muestra (Muestra de Cine Mexicano, se llamaba), las funciones que se llevaban a cabo ahí tenían una carga emocional diferente. Ahí, en el sótano del Edificio Cultural y Administrativo de la propia Universidad, se podía uno topar no sólo con toda la gente que estaba haciendo cine en Guadalajara, sino con las cientos de personas, de invitados especiales que venían a la ciudad con motivo de la Muestra. No había zonas VIP, uno podía estar sentado codo a codo con María Rojo o bien ofrecerle palomitas a Alonso Echánove. Y si estamos seguros de que el “Cinefoso” de la U de G le cambió la cara a la ciudad, es no sólo porque durante muchos años fue la sede principal de la entonces Muestra de Cine, sino porque fue ahí donde pudimos ver -en aquellos años en los que en Guadalajara no se podía ver fácilmente cine alternativo- toda clase de películas que nunca íbamos e encontrar en los cines comerciales. Desde 1988 en el Cineforo tuvimos oportunidad de ver las películas que en el DF siempre pudieron ver sin problema: ellos tenían la Cineteca, nuestra pequeña cineteca fue el Cineforo. No sólo eso, quienes se aventaron entonces casi de manera personal a animar el proyecto en sus inicios, tuvieron
Cine en el subterráneo
que pasar por aventuras dignas de contarse (nos toco ver a Lorenzo Figueroa, en una de las mejores épocas del Cineforo, literalmente salir corriendo por los carretes de películas que le enviaban y que tenía que proyectar ya mismo). Habría que pedirles que las cuenten. El cineforo nos dio también ciclos que ni por asomo imaginábamos ver: el cine que no era posible ver en ningún lado, el cine que alguien tenía que rescatar, que alguien tenía que ofertar. Cine que se estaba haciendo y cine que se había hecho. Uno de los ciclos que recuerdo haber disfrutado con una inenerrable delicia, fue uno de cintas de El Gordo y el Flaco, cortos y largometrajes entonces inconseguibles. En alguna función casi caigo al suelo, pataleando de risa. Cuando no había Teatro Diana, ni Telmex, ni ningún otro foro que pudiera albergar conferencias, presentaciones y cualquier tipo de función que requiriera un espacio decente, el Cineforo se prestó para ello. Aí están, ahí siguen sus 440 butacas, ahí siguen los boletos a 25 pesos los miércoles, y el eterno descuento a estudiantes, todos los días. Ahí está el mismo cácaro. Y uno quisiera entrar a una función y salir de ahí y encontrar la ciudad como hace 22 años. Pero no, ha cambiado. Y mucho. Y el cineforo puso su granito de celuloide para ello.
FICG: un cuarto de siglo marcando el paso Como cada año desde hace 25, la cita más importante del cine iberoamericano llega a Guadalajara; con Francia como país invitado en esta edición 2010, los platillos que se cocinan ya y están a punto de servirse prevén un agasajo visual. El Festival Internacional de Cine en Guadalajara celebra, del 12 al 19 de marzo, un cuarto de siglo comprometido con el cine iberoamericano. Una edición, la vigésimo quinta, en la que se entregará el Mayahuel de Plata a María Rojo; se rendirá homenaje a la memoria del actor mexicano Joaquín Pardavé y a tres de los pilares de la cinematografía mexicana: la Filmoteca UNAM, Estudios Churubusco y el Centro de Capacitación Cinematográfica; y que tendrá como invitada de honor a Francia Guadalajara vivirá ocho días en los que el cine se unirá con los habitantes y visitantes de la ciudad, que tendrán a su alcance, dentro de la secciones en competencia, 50 largometrajes en los apartados Iberoamericano de Ficción, Mexicano de Ficción, Documental Iberoamericano y Documental Mexicano; así como 33 cortometrajes, en las secciones Iberoamericano, Mexicano y Mexicano de Animación. Las cintas que participan en este último desde este año optan al premio Rigoberto Mora, en homenaje a la memoria del director y animador tapatío fallecido en mayo del pasado año, que entrega el FICG y Guillermo del Toro. Los jurados que determinarán qué trabajos logran los Premios Mayahuel y el resto de galardones son este año, en
Largometraje Iberoamericano de Ficción, la actriz mexicana Dolores Heredia, la directora, productora y escritora alemana Doris Dörrie, el profesor estadounidense Randal Jonson, el escritor y cineasta guatemalteco Rodrigo Rey Rosa, y el director General del Festival de Cine de Sarajevo, Misrad Purivatra. El jurado para Largometraje Mexicano de Ficción está integrado por el actor mexicano Demian Bichir, el crítico estadounidense Howard Fenstein, la curadora del MoMA Jytte Jense, el productor y guionista español Antonio Saura, y la directora del Festival de Cine de Los Ángeles, Rebecca Yeldham. Los encargados de valorar los trabajos documentales serán, en Largometraje Iberoamericano Documental, Inti Cordera, Gonzalo Arijón y Rolando Díaz; para Largometraje Mexicano Documental, Daniela Capelato, Jorge Dalton e Iván Trujillo; mientras que para los cortometrajes, los jurados estarán compuestos por Eduardo Gillot, Rafael Rosal y Jorge Tijerina (Internacional); María Lourdes Cortés, Julio de la Rosa y Alejandro Lubezki (Mexicano); y René Castillo, Rita Basulto, Antonio Urrutia y María Guadalupe Espinosa (Mexicano de Animación).
Funciones de gala Las funciones de gala de la 25 edición del Festival Internacional de Cine en Guadalajara regresan, un año más, al Teatro Diana de la capital jalisciense. Cinco festejos cinematográficos que se iniciarán con la proyección en la noche del sábado 13 de la premiere mundial de película Martí, el ojo del canario, producción hispano-cubana dirigida por Fernando Pérez, que significa la primera obra de la serie Libertadores, formada por ocho producciones sobre otros tantos personajes en la historia de Cuba, Uruguay, Brasil, México, Argentina, Chile, Perú y Venezuela. El lunes 15, el Teatro Diana albergará la proyección de Lula, o filho do Brasil, el biopic sobre el actual presidente brasileño dirigido por Fabio Barreto. Y el martes 16 será el turno de El secreto de sus ojos, de Juan José Campanella, una de las cintas argentinas más exitosas de la temporada, recién ganadora del Goya español a la mejor película hispanoamericana y ganadora del Oscar a la mejor película de habla no inglesa. Y el miércoles 17, el cineasta Rodrigo García presentará su más reciente trabajo, Mother and child. La fiesta del cine en Guadalajara culminará su presencia en el Teatro Diana el jueves 18, día en que se proyectará la producción española Yo, también, dirigida por Antonio Pastor y Antonio Naharro. Como es habitual en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara, todas las galas celebradas en el Teatro Diana favorecerán la labor de varias instituciones de beneficencia.
En esta ocasión, los fondos recaudados se destinarán a Operation Smile, institución dedicada a realizar cirugías gratuitas a niños para corregir malformaciones en el rostro; Mi Gran Esperanza, asociación civil de cuidados y apoyo a niños con cáncer; Corporativa de Fundaciones, que impulsa el fortalecimiento del las instituciones del sector social dedicadas al bienestar comunitario; y a la Fundación Santa María del Tepeyac, que provee vestido, hospedaje y alimentación a niñas de escasos recursos. Se apoyará también a la organización Unidos contra el Cáncer, Cruz Roja Delegación Guadalajara y a la Fundación Universidad de Guadalajara. No sólo de proyecciones vive el FICG Las labores de formación, otra de las apuestas con las que se comprometió el Festival desde hace años, han proporcionado la posibilidad a numerosos estudiantes avanzados y profesionales en formación de conocer y recibir los conocimientos de profesionales consagrados en sus campos. Así este año, los asistentes al Talent Campus Guadalajara contarán con la oportunidad de escuchar a tutores como, entre otros, el guionista estadounidense Barry Gifford, Fred Roos, el ‘productor de Francis Ford Coppola’, la productora mexicana Berta Navarro o la realizadora mexicana María Novaro. La oferta formativa del Festival se completa este año con Talent Press Guadalajara, programa que permite a jóvenes críticos y periodistas desarrollar su actividad en el marco del certamen, y Doculab Guadalara, la segunda edición de este espacio dedicado a la formación y práctica de realizadores
iberoamericanos interesados en el retrato de la cultura, las inquietudes sociales y políticas de sus regiones. Guadalajara, Mercado Iberoamericano Desde que en 2003 el FICG pusiera en marcha las actividades de Industria, las acciones orientadas a los profesionales del ámbito cinematográfico se han multiplicado en el Festival, llegando este año a ofrecer el 8º Mercado de Cine Iberoamericano en Guadalajara, consolidado como uno de los espacios más importantes de su ámbito en el mundo. Aunque tampoco faltarán actividades como Guadalajara Film Market & Producers Network, Hecho en México, Expotec, el V Espacio Digital Guadalajara, la cuarta edición de Guadalajara Construye, el IV Encuentro Iberoamericano de Coproducción Cinematográfica, y la novedad en 2010 de un espacio dedicado al cortometraje en Industria: Short Up!!! Mayahuel de Plata, para María Rojo La gran actriz María Rojo, una de las principales promotoras y gestadoras del cine mexicano, será homenajeada con el Mayahuel de Plata en el 25 Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG). María Rojo ha trabajado con grandes cineastas de la talla de Felipe Cazals, Jorge Fons, Paul Leduc, Arturo Ripstein y María Novaro, entre otros. Su primer papel protagonista lo obtuvo en 1975 con la película El apando. A partir de ahí, María ha trabajado en
más de 70 películas que la han consolidado como una de las actrices más importantes de la cinematografía mexicana. El director Jaime Humberto Hermosillo la convirtió en su musa. María Rojo ha trabajado en 19 películas con él, entre ellas, La tarea, película considerada entre las más atrevidas de la historia del cine mexicano. Rojo amanecer, Danzón, La tarea prohibida, El callejón de los milagros, Salón México, Confidencias, De noche vienes, Esmeralda, Crónica de un desayuno, Mujeres asesinas, Nadie te oye: Perfume de violetas ó La misma luna, son sólo algunos de sus títulos más representativos. Ganadora de varios premios internacionales y nacionales, María Rojo ha hecho de su trabajo y de su vida un compromiso constante. Además del cine, el teatro y la TV han formado parte de su vida profesional. En su trayectoria política ha promovido diferentes leyes en favor del cine mexicano, el fomento de la lectura y las artes en general. Actualmente, María Rojo es Senadora de la República y presidente de la Comisión de Cultura del Senado. Homenaje póstumo a “Don Susanito” El Festival rinde homenaje, también, a la memoria del legendario actor mexicano, Joaquín Pardavé, quién con su incomparable capacidad histriónica en la pantalla grande, logró ganarse un gran número de admiradores no sólo en su tiempo, sino que continúa haciéndolo con las nuevas generaciones que lo siguen reconociendo en sus películas.
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Inició su carrera actoral a los 4 años pero paralelamente se desarrollo como compositor y fue reconocido por piezas inolvidables como Negra consentida y No hagas llorar a esa mujer. Se incorporó a la compañía de zarzuela de su tío Carlos, y luego a la de José Campillo. Hizo su debut en La banda de las trompetas, pero ganó renombre interpretando papeles cómicos en Buster Keaton, El chino y El loco, en las que parodiaba a los estadounidenses y orientales.
más de 40 títulos en su carrera, Agnès Varda es considerada por la crítica internacional como “La dama de la Nouvelle Vague”. Sus películas le han cosechado innumerables premios en los principales festivales de cine del mundo, el León de Oro en Venecia, el Oso de Plata en Berlín, varios premios César, premios del Público, de la Crítica y un largo etcétera que han consolidado a Agnès Varda como una de las directoras de referencia obligada en la cinematografía mundial.
Hizo un papel secundario en la película Jalisco nunca muere, pero fue su interpretación de Don Susanito Peñafiel en la película México de mis recuerdos, personaje de la época de Porfirio Díaz, la que lo consagró como un gran actor. Escribió varios libretos e incursionó en la dirección con películas como el Baisano Jalil, Los hijos de Don Venancio, Yo soy de Rancho Grande y Una gallega en México.
Para mayor información y consulta de la programación completa: www.festivalcineguadalajara.com/ficg25/
Con más de 50 películas en su trayectoria, es reconocido como uno de los personajes más entrañables del cine mexicano y será homenajeado con una exposición fotográfica que reúne imágenes inéditas, así como una proyección al aire libre de una de sus películas. La inauguración es el sábado 13 de marzo a las 19:00 horas y la función iniciará a las 20:00 hrs. Ambas en la Rambla Cataluña Homenaje Internacional La cineasta, guionista, cinefotógrafa, editora, compositora, actriz ocasional y productora Agnès Varda, será la homenajeada internacional y recibirá el Mayahuel de plata. Con
Los números del FICG 25
229 Películas 173 Largometrajes 250 Directores 411 Funciones 21 Pantallas de exhibición 19 Exhibiciones gratuitas
Matilde Landeta 1992
Emilio GarcĂa Riera 1995 Guillermo Del Toro 1995
( 16 28//1729) )
Lumi Cavazos y Laura Esquivel 1992 Salma Hayek
Diego L贸pez y Sergio Olhovich 1993 Jaime Humberto Hermosillo Inauguraci贸n de la Segunda Muestra Emilio Garc铆a Riera y Blanca Guerra
Guillermo Arriaga
Javier López “Chabelo” Rosalía Julián de Valdés, viuda de Tin Tan
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Emir Kusturika
Gustavo Santaolalla
John Waters Edward James Olmos
Carlinhos Brown
Una historia de cristeros y federales, bajo el ojo de Isabel Fregoso
txt: Staff KY imgs: Natalia Fregoso
Con el firme deseo de presentar este trabajo en el próximo Festival de Cannes, Isabel Fregoso trabaja actualmente en la última parte del proceso del cortometraje Cristeros y Federales. La producción logró reunir a un muy interesante equipo de trabajo, del cual presentamos aquí una breve radiografía.
de largometraje presentados, para participar en el Encuentro Iberoamericano de Coproducción del 25 FICG, con los proyectos de largometraje Sin crímenes y La cebra, respectivamente.Vaya una felicitación para ambos y las gracias por compartir estos materiales inéditos con los lectores de KY.
Cristeros y Federales son dos historias que transcurren al mismo tiempo, aunque no de manera paralela. En este se cuentan un par de episodios desarrolados en la Guerra Cristera, episodio con fuerte presencia en nuestro estado.
Directora:
Aunado a ello, también publicamos un variado material en torno a este cortometraje: el guión completo, de la mano de Fernando León, story board y fotografías de la filamación, tomadas por Natalia Fregoso. Vale hacer mención de que tanto Isabel Fregoso como Fernando Leon R. fueron seleccionados, de entre 160 proyectos
ISABEL CRISTINA FREGOSO. Ha dirigido dos documentales: Chenalhó el corazón de los Altos y El Aliento de Dios, ambos coproducidos por el IMCINE. Ahora mismo se encuentra en la etapa de creación del diseño sonoro y música de su cortometraje de época, de 12 minutos, llamado Cristeros y federales. Desde hace 5 años, está al frente de la productora de cine de la Universidad de Guadalajara, Cinefusión, a través de esta oficina desarrolla talleres técnicos y creativos, así como producciones y coproducciones de corto y largometraje, por ejemplo: Fecha de caducidad, de Kenya
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Márquez; Alejandro Colunga, el mago travieso, de Gustavo Domínguez; Otro tipo de música, de José Gutiérrez Razura; Corazón del tiempo, de Alberto Cortés; Batalla en el cielo, de Carlos Reygadas; Salvador Allende, de Patricio Guzmán, entre otras. Ha sido becada y/o apoyada por el FORPOCINE, FONCA, FECA, JOVENES CREADORES y COINVERSIONES CULTURALES, así como por el programa Ibermedia y Sundance & Talleres Cinecreación para escritura de guión de largometraje y la Fundación Ford y Rockefeller. Sus dos documentales son distribuídos en México y Estados Unidos y han sido presentados en diversos Foros y Festivales. Con el primero consiguió el ARIEL al mejor mediometraje documental en 2002 y el premio CINED, en la Habana Cuba por mejor contenido educativo. Con El Aliento de Dios una nominación al Ariel en 2009, por mejor largometraje documental. Es fundadora y miembro de la Academia Jalisciense de Cinematografía. Guionista: Fernando Javier León R. Edición: Patricia García Story board: Gil Izquierdo Diseño sonoro: Odin Acosta Música: Mario Osuna Locación: Hacienda Salto de Zurita, en Lagos de Moreno, Jalisco.
ACTORES: HERNÁN DEL RIEGO. Cantante, actor, compositor y creador escénico de singulares características y heterodoxia permanente. Ha dirigido y cantado ópera, actuado y compuesto música para teatro en más de 50 montajes y recibido elogiosas críticas hacia su trabajo y varios reconocimientos importantes. MARCO PÉREZ. El actor que ha hecho de Guadalajara su segundo hogar guarda en su currículum la experiencia de ser dirigido por González Iñárritu en Amores perros (2000), donde interpretó a Ramiro, hermano de Octavio (Gael García). Hace más de una década desde entonces. En su recorrido por la pantalla grande se han sumado producciones como Trade y El traspatio; sin embargo, es el teatro una de sus principales pasiones. TENOCH HUERTA MEJÍA. Nació en México DF. Su filmografía más importante: Sin Nombre, 2009; Sólo quiero caminar, 2008; Sleep Dealer, de Alex Rivera, premiada en los Festivales de Berlín y de Sundance 2008; La Zona 2007. Fue escogido por Mónica Maristain para aparecer en su libro 30 Actores hechos en México, y ha trabajado en largos y cortometrajes.
Cristeros y federales (Exterior: Cascada Salto de Zurita. Día) La llanura se despliega dividida por un río en aparente calma, bordea el cielo un grupo de nubes que obscurece el ambiente. RANULFO, recompone la silla de su caballo a la orilla del río. LUGARTENIENTE CRISTERA, se refresca la cara con su pañuelo mojado junto a su yegua, que bebe agua. RANULFO se monta, pone sus gafas, mira su brújula. ELLA se monta también con cierto apuro; atrás comienza a subir el sol. Parten con decisión, salen a galope descubriendo toda su montura y fornituras. “A raíz de la promulgación de la ley de cultos que prohibía la celebración pública de actos religiosos; México vivió, entre 1923 y 1929, la guerra cristera. No hubo ni vencedores, ni vencidos
LETRERO: CRISTEROS (Interior. Cueva. Día) Una filosa cuchilla rebana una viruta de madera de una rama seca. RANULFO talla un pequeño crucifijo de madera. Es un güero de rancho que está sentado sobre unas pacas de paja. Frente a él, arrodillado y amarrado por las manos por detrás, un FEDERAL, con el rostro deformado por los golpes, solloza casi en silencio. A pesar de lo golpeado se notan los rasgos indígenas del soldado. Escupe sangre, trata sutilmente de zafarse… se oyen caballos, afuera de la cueva; mutis por unos segundos. LUGARTENIENTE CRISTERA se asoma… mira su reloj, y en el rostro del FEDERAL apenas se asoma un breve respiro. La cueva tiene un hueco grande por
txt: Fernando León Rodríguez imgs: Natalia Fregoso
donde se filtra la luz. LUGARTENIENTE CRISTERA, custodia al Federal. Lleva la imagen del sagrado corazón en el pecho a manera de escapulario, RANULFO cierra un ojo para ver si la parte final del crucifijo está parejo. RANULFO: ¿Te bautizaron? FEDERAL asiente con la cabeza. CRISTERA da un fuerte zape con la mano abierta al Federal, y dice: CRISTERA: Sí, señor. No seas lerdo. No le estás hablando a un indio como tú. RANULFO saca otra viruta al crucifijo. Afina su trabajo. RANULFO: ¿Eres católico? Pausa.
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RANULFO deja de tallar. Mira a su prisionero. FEDERAL: Soy creyente, señor. RANULFO: ¿Qué? FEDERAL: Creo en Dios pero no voy a misa. RANULFO vuelve a tallar su crucifijo. RANULFO: Entonces no eres católico… ¿Soltero? FEDERAL: Casado. RANULFO: ¿Por la iglesia? FEDERAL: Cuando me casé ya estaban cerradas las iglesias, por la ley de cultos. RANULFO deja de tallar el crucifijo. RANULFO: Qué ley ni qué la fregada. Sólo existe la ley de Dios. ¿No lo sabes? FEDERAL no sabe qué responder. Guarda silencio. RANULFO pule contra su manga una de las partes del crucifijo.
RANULFO (OFF): ¿Tienes hijos?
manera interrogante.
FEDERAL: Uno.
RANULFO asiente en silencio.
RANULFO: ¿Tu hijo sabe que eres un asesino?
FEDERAL, al ver a RANULFO, solloza.
FEDERAL: Eran Órdenes. Nomás disparaba. Nunca supe si maté a alguien. RANULFO toma al crucifijo por el extremo inferior. Estira su brazo para ver el resultado de su obra. Satisfecho, RANULFO coloca el crucifijo en su pecho, atorándolo con las cartucheras cruzadas que lleva al cuerpo. RANULFO: ¿A poco nunca le diste a un cristiano? FEDERAL: No sé. En la guerra ¿Los cristeros también matan, no? RANULFO: Nosotros no matamos, defendemos nuestra fe. ¿No sabes la diferencia? RANULFO (a Federal): Ustedes asesinan. CRISTERA mira a su superior de
FEDERAL: No me mate, por favor. Por caridad. RANULFO (A Cristera): ¿Cómo ves? CRISTERA: Usted dirá RANULFO: Nomás por tu hijo. RANULFO, cuchilla en mano, se acerca a FEDERAL. Sin decir agua va, le corta la oreja derecha. FEDERAL aúlla de dolor. Un chorro de sangre le baña su hombro. RANULFO arroja el cartílago al suelo. Con parsimonia comienza a cortarle la otra oreja. RANULFO (A Cristero): A este no me lo fusilen. (A Federal) Nomás así, pa que aprendas. Se sale RANULFO, detrás la CRISTERA que apaga el quinqué antes de salir. Cierra a negros
Letrero: Federales (Exterior, ranchería. Día) Al lado de un fogón, una JUANA echa tortillas. Junto a ella EUGENIO come un taco de queso. Es un hombre maduro con el uniforme de capitán del ejército federal. No tiene la oreja izquierda. Un SOLDADO está cuadrándose, muy marcial. SOLDADO: Todo listo, mi capitán. EUGENIO: ¿Y la música? SOLDADO: También, mi capitán.
EUGENIO: Trae a la Queta. SOLDADO: A sus órdenes, mi capitán. EUGENIO da otra mordida a su taco. Soldado sale corriendo. Sobre esta imagen escuchamos los primeros acordes de “Mi querido capitán”. (Interior de iglesia. Día) SOLDADO sube escalera. Un fonógrafo toca un disco que se detiene. Las manos del soldado dan cuerda al fonógrafo y la música vuelve a empezar. La pezuña de un caballo entra a la Iglesia.
EUGENIO entra a la Iglesia montado en su yegüa la Queta. La figura de yeso de una virgen en su altar, bancas de una iglesia, el piso. Un grupo de unos diez SOLDADOS CRISTEROS amarrados de las manos con una cuerda, en línea. Hay unos golpeados, todos se ven cansados. Otros llevan escapularios o imágenes de santos cosidas a su ropa. El grupo está frente al púlpito. Los cristeros están escoltados por CUATRO FEDERALES. ENTRA EUGENIO. EUGENIO: ¿Listos para la prueba, señores?
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EUGENIO y la Queta llegan al púlpito. Desenfunda su pistola. EUGENIO: No existe. EUGENIO dispara El balazo destroza el rostro de la virgen. La música deja de sonar. EUGENIO, campante en su yegüa.
Mi querido capitán comienza a sonar. EUGENIO dispara a diestra y siniestra, mientras ríe a mandíbula batiente. La mano del cristo de un crucifijo estalla por el balazo. CRISTERO 1 intenta desatarse.
EUGENIO: ¿Ven?
Una veladora explota.
Los CRISTEROS se miran entre sí. Alguno ve con odio a EUGENIO, otro baja la vista, un tercero reza en silencio.
CRISTERO 2 reza con fervor.
EUGENIO: Le doy cinco minutos a su Dios pa que me mande un rayo. Mientras, nos echamos un tirito al blanco. ¡Música!
CRISTERO 3 es un niño hecho un hombre. Musita entre el disparo.
El altar de la virgen es deshecho por las balas
CRISTERO 3: Jijo de la tiznada.
EUGENIO, alegre, deja de disparar. Espera unos segundos. EUGENIO: ¿Ven? No hay milagro, ni rayos, ni nada… CRISTEROS se preparan para morir EUGENIO: Ni modo, en lo que quedamos. EUGENIO apunta a la línea de prisioneros cristeros, prepara, apunta… CORTINILLA A NEGROS Se escuhan balazos. NIÑO (off): ¡Viva Cristo Rey! CREDITOS FINALES
Para conocer un país, conoce sus cárceles txt: Gaby Becerra / img: Natalia Armienta
Llegué tarde a la presentación del documental. En la sala en la que se proyectaba abundaba todo tipo de personas: algunas sentadas en las sillas, otras en el piso, unas cuantas más paradas... y yo observando desde afuera. La cinta había comenzado y me molesté, llegué a pensar que no iba a poder comprender del todo la historia, puesto que la introducción y presentación de las mujeres había pasado ya. Me equivoqué: no necesité saber qué crimen había cometido cada una de ellas, lo que necesité comprender era que todas esas mujeres aparte de ser exiliadas (o haberlo sido) tenían dos cosas en común: eran mujeres y eran mexicanas. La gente miraba con gran atención el video, aquellas mujeres que pasaban en el reflector y se escuchaban en las bocinas localizadas por todo el salón, que hablaban de cómo es su vida y su rutina en una celda, que lloraron de impotencia y de tristeza, frente a los ojos de la ley son culpables (y algunas sí lo son), pero todas lo son de inocencia, ignorancia, amor, pobreza y hasta de ser mujeres. Natalia Armenta muestra en su proyecto un gran análisis sociológico sobre los estereotipos que enfrentan las mujeres mexicanas, y más las presas de una cárcel. En este, su segundo documental (el primero fue el multipremiado Compás de arena) Culpables de Inocencia, el cual fue presentado en días pasados en las instalaciones del ITESO (universidad de la cuál ésta directora es egresada en Ciencias de la Comunicación), relata la historia de doce mujeres que por amor, pobreza, miedo y miles de razones más se encuentran o se encontraron presas; cuenta cómo es la vida dentro de la cárcel, quién puede tener ciertas cosas y quiénes no; desde los crímenes que algunas cometieron, hasta cómo las detuvieron; el apoyo de las amistades que
se hacen dentro de la celda, esas familias que se animan y se regañan; el apoyo que algunas reciben de su verdadera familia, y otras solamente el rechazo; las labores que día con día llevan a cabo, y los talleres que se imparten para que estas mujeres se den cuenta de sus aptitudes. Un documental que sin duda alguna refleja la gran problemática mexicana en este rubro: “en esta prisión donde impera la impotencia, no se castiga el delito, sino la pobreza”; donde se sabe que persona que tiene dinero, persona que logra salir. Persona que no puede pagar su fianza, persona que cumple su condena. Pero, sobre todo, refleja el amor que sólo una madre puede llegar a tener; así son estas prisioneras, que se encuentran ahí algunas por asesinar a su esposo, quien las golpeaba, violaba, ofendía y denigraba, tanto a ellas como a sus hijos. O que por amor a su pareja desearon o fueron persuadidas a culparse, creyendo que su príncipe azul haría todo lo posible por sacarlas. Culpables de inocencia es un relato interesante sobre nuestra sociedad y sus reacciones antes estas mujeres que por ser mujeres son fuertemente juzgadas y castigadas por nosotros mismos, señaladas como malas madres, esposas, hijas, hermanas… Dentro de ese mundo de cuatro paredes rodeadas de cercas, policías, cámaras, lo que las mantiene vivas a algunas es el amor hacia sus hijos, a otras el compañerismo que se obtiene ahí dentro, a algunas más escribir, dibujar, leer y a otras el soñar con su libertad. “Prefiero estar dormida porque sueño con mis hijos, sueño que soy libre. Yo soy del campo y aquí me cortaron las alas”. “Se te acaba todo, todo”, asegura una de las entrevistadas.
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La niña blanca y su día Gracias a la entusiasta colaboración de Juan Carlos Jiménez “Knito”, en la Ciudad de México, es que obtuvimos el contacto para que el autor de este texto, Juan Martínez, mejor conocido como “Juannabis”, nos escribiera una crónica acerca de su incursión en este mundo de la veneración a la Santa Muerte; él hizo un trabajo documental que le ha merecido diversos reconocimientos. Al final presentamos una serie de ligas a internet para que vayan a ver los distintos proyectos en los que tanto “Juannabis”, como su equipo de trabajo están constantemente metidos; además de colaborando con el proyecto internacional VJ MOVEMENT. En “Tepis” Tras una vitrina amplia adornada con flores y veladoras hay un esqueleto de tamaño natural adulto colocado en un pedestal, se encuentra con un vestido amarillo adornado con un velo y flores. Firme, vigila la entrada a la vecindad de la calle de Alfarería 12, allá en la colonia Morelos, en el
txt: Juan Martínez img: David Hernández
afamado barrio de Tepito, en la Ciudad de México. Hoy es día primero de mes y desde tempranito doña Queta, junto con vecinos y familiares, preparan café y atole en ollas grandes y pesadas, sobre anafres humeantes, para los visitantes de ese día. Son las seis de la mañana y ya hay gente llegando con flores y veladoras, vienen de varias partes de la ciudad y del Estado de México. Es gente humilde, gente del barrio, gente de fe. Todos vienen aquí a ofrecer una manda, a dar gracias, pagar o pedir un favor a la santa, a la niña blanca, a la Santa Muerte. Pasan las horas y la gente es cada vez más; se escuchan las porras con mucho ánimo “¡A LA BIO, A LA BAO, A LA BIMBOMBAM, LA SANTA, LA SANTA, RA, RA, RAAAA!” Los aplausos no se dejan esperar, es una gran fiesta, pues la mayoría trae a sus “santitas” para presentar y “bendecir”, son santas de muchos tamaños y colores, hechas de barro, cerámica, cartón, pasta y hasta se llegan a ver de vidrio bien cortado. Un grupo de devotos va “bendiciendo” las figuras
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bañándolas con mezcal y tequila en la cabeza, unos más regalan inciensos, otros escapularios con la imagen de la santa, también dan dulces como muestra de bienvenida a todo aquel que llega. Este día se siente caluroso, el sol de mediodía pega en lo alto, la gente paciente avanza en la fila para llegar a la niña blanca. Es una cola larga, la mayoría trae su santa en las manos, un niño de casi once años camina de rodillas llevando un gran ramo de flores, otro adulto va sin camisa y muestra su cuerpo tatuado con la figura de la santa bien dibujada. Ante la vitrina que resguarda a la Santa Muerte la gente llega, se hinca y se persigna, ora, le dejan un regalo u ofrenda como flores, veladoras, dulces, manzanas rojas, botellas de tequila, cigarros encendidos, fumadas de mota frente al altar y lanzando la bocanada hacia los pies de la figura. Desde su posición en el altar la Santa Muerte parece ver, desde los oscuros huecos donde irían los ojos y como sonriendo con algunos dientes chuecos, las muestras de cariño y de amor que la gente le brinda. Cae la tarde y los grupos de mariachis se forman esperando turno para tocarle las mañanitas y brindarle una ronda de
canciones bajo el altar “¡POR TU MALDITO AMOR, POR TU MALDITO AMOR, POR TU MALDITO AMOOOOOORRRR…!” Las trompetas y guitarrones se mezclan con las porras y aplausos que llenan toda la calle. Sigue llegando gente y doña Queta incansable organiza a la multitud. Por la “Meche” No lejos de ahí, en la colonia Centro, cerca del barrio de La Merced, otro barrio popular de la capital del país, existe un predio en la calle de Bravo, donde se creó un santuario a la Santa Muerte de una iglesia llamada Iglesia Católica Apostólica Mex-Usa. Flanqueando la puerta hay dos figuras de tamaño natural colocadas a los extremos en vitrinas, una es la de la Santa Muerte y la otra de San Judas Tadeo. El recinto está abierto desde temprano. Al interior hay bancas y un púlpito de madera al fondo. Figuras de Jesucristo, la virgen María y otros santos están colocados alrededor del templo. La gente respetuosa guarda silencio, se acercan haciendo una fila y se colocan frente a otra figura descarnada vestida con velo rojo y vestido blanco; se persigna, levantan los brazos y agachando la cabeza oran a sus adentros, segundos después, vuelven a persignarse y
hacen sonar una campana que está colgada al frente de la Santa, se alejan para que otro devoto pase y haga su ritual. También llevan flores, dejan cigarros encendidos, manzanas, botellas y dulces. Aquí no hay bocanadas de marihuana, el ambiente es de incienso y veladoras. David Romo, obispo de esta iglesia, oficia la misa con sermón, eucaristía, cantos y alabanzas a la Santa Muerte, y como es primero de mes, la multitud satura el lugar donde es necesario se coloquen bocinas al exterior para que las personas que no pudieron entrar escuchen desde la calle y reciban la bendición. La gente también aquí trae a sus niñas blancas de muchos colores y tamaños adornadas con escapularios y collares. Los católicos La Iglesia Católica Apostólica Méx-USA ha gestionado su reconocimiento legal ante las autoridades pero hasta el momento no ha tenido éxito, aún así, el padre Romo continúa con su lucha. La Iglesia Católica Romana está totalmente en contra de esta creencia pues la relaciona de manera sistemática con el narcotráfico y el crimen organizado. El padre Jesús Aguilar, vocero de la Arquidiócesis de México, considera que la invención de este culto es por la ignorancia de la gente y el abuso de algunos
que se aprovechan económicamente. El padre Aguilar asegura que sí existen quienes veneran esta imagen para cometer crímenes pero hay un gran número de personas que por incultura se acercan a esta figura, en fin, nos dice el padre Jesús Aguilar, a los católicos romanos no les preocupa ni se sienten amenazados por la creciente devoción a la Santa Muerte. Por las calles Santuarios de la Santa Muerte siguen construyéndose en toda la República, en la capital hay varios altares en colonias populares como la 20 de noviembre, en Iztapalapa, en la Doctores e incluso a los pies del cerro del Tepeyac, cerca de la Basílica de Guadalupe. Uno más en Tlalnepantla, en el estado de México, donde una figura de 22 metros se ve desde lo lejos y donde a su líder espiritual, conocido como el Capitán Pantera, fue asesinado dentro de su lujosa camioneta en 2008. Crimen no aclarado hasta la fecha. Fin del día uno El día está terminando, la fiesta a la Santa está terminando, doña Queta no se ve cansada, su elegante mechón blanco no se le ha descompuesto, con sus manos
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indica a sus ayudantes lo que tiene que hacer apresurándoles, la gente se despide de ella y siempre sonriente les agradece la visita, el olor a mota y activo se respira alrededor, la gente se mezclan como una hermandad, sin embargo, cautelosos, cada quien se retira con cuidado, no en balde están en un barrio reconocido por peligroso. Agentes judiciales, policías en civil, raterillos, grupos de homosexuales, ex presidiarios y un montón de personas van abandonando la calle de Alfarería mientras la noche cae. En el santuario de la merced también se cierran las puertas, el padre Romo bendice y agradece también a las visitas, algunos fieles le besan la mano mientras él rocía con agua bendita las figuras mientras va despidiendo a su gente y dirigiéndolas hacia la salida. Doña Queta y el Padre Romo se conocen pero no tienen relación, hay una especie de pacto donde nadie se mete en terreno de cada quién. Por lo pronto el día terminó, queda un mes para volver a ver esta muestra de fe. Hay que empezar a preparar con otra vestimenta a la niña blanca, a la santísima, a la Santa Muerte para que en la próxima visita de sus fieles y con las limosnas que se recaudaron luzca otro lindo vestido para el siguiente día uno del mes próximo.
*** Dale click en: Documentales destacados: Demo presentación 40 producciones: http://www.youtube.com/watch?v=ehRktcJuIzs Acteal, crónicas de impunidad: http://www.youtube.com/watch?v=nB8lkweq5dc&NR=1 Trata de personas: http://www.youtube.com/watch?v=aIrU5oizCyw VJ Movement: (http://www.vjmovement.com/) Colaboraciones en VJ Movement Perfil: http://www.vjmovement.com/truth/276 Santa Muerte: http://www.vjmovement.com/truth/211 Journalists Targeted in Mexican Drug Violence: http://www.vjmovement.com/truth/484
Excipiente
Ruta 100 La distancia entre dos puntos en el espacio es inversamente proporcional a la distancia que hay entre el punto temporal a —fijo en la primera vez que se recorrió la primera distancia— y el punto temporal b —cuya marca corresponde a la vez última, la más reciente, que se hizo el trayecto dicho. Ayer puede ser hoy mismo, si uno quiere, pero todo intervalo de tiempo —innegable aunque uno no quiera, y, para acabar pronto, incognoscible siempre—, conforme se amplifica, va desmintiendo toda noción de lejanía, que se reduce paulatinamente en cada nuevo recorrido. La incandescencia del sol de la una de la tarde, pongamos, podría ser la misma, y durar hasta cerca de las dos, pero ahora me aturdiría menos; la primera hora de la noche sería la misma que entonces, y duraría igual, pero difícilmente alcanzaría en su transcurso a reconocer el silencio que por el que iban abriéndose cami-
txt: José Israel Carranza imgs: Abraham Pérez
no las imaginaciones que dieron forma a un relato que hoy, de encontrarlo, me resultaría indescifrable. Sin embargo, aunque uno y otro viaje —la ida, la vuelta— únicamente puedo hacerlos en la memoria, por deficiente que ésta pueda ser (intentarlos en el presente carece de sentido: la distancia va comprimiéndose, apenas llegaría a ver desaparecer los deficientes borrones que encontrara), las impresiones de que dispongo acaso sean las indispensables: para qué, no sé: quizás para hallar alguna vez, si se ofrece, una explicación de mi suerte, el origen de mis ignorancias, la causa de lo que sea que ahora mismo soy incapaz de preguntarme. Esas impresiones, principalmente, consisten en casas, que de algún modo un otro siguen por ahí. La de Madero y Galeana (el camión venía ya lleno, ahí lo tomaba, y salvo
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http://azotecarranza.blogspot.com
raras excepciones tenía que ir de pie), por cuyo zaguán sólo una vez (es decir: siempre) vi salir a una anciana con los pies torcidos; en Robles Gil y Vallarta, luego de la primera vuelta, otra, cerrada siempre, acallada, que convenía invariablemente en admitirme habitándola; poco más adelante, en Hidalgo e Ignacio Ramírez (habíamos doblado antes por Morelos), una más, custodiada por un tabachín, que estaba seguro de haber podido dibujarla; la de enfrente, cruzando Hidalgo, desvencijada y adusta, que me infundía temor; otra en Justo Sierra y Ramos Millán, donde siempre (es decir: un par de veces) entraba un hombre de traje gris. También había casas al regreso, pero sólo dos: la de Alfredo R. Placencia e Hidalgo, y otra una calle más adelante, en Morelos: eran las mejores, porque ya era de noche y el
silencio aquél las intensificaba. Pero también estaban cosas como ésta: en la ida, siempre (es decir: siempre) veía a un viejo de sombrero de fieltro, sentado, seguramente porque subía mucho antes —e ignoro dónde se bajaba—; el camión pasaba cada hora, y la coincidencia era inevitable. Y una vez, que me tocó pararme junto a su asiento, se quitó el sombrero. Era calvo: eso pude haberlo supuesto. En la coronilla tenía un agujero del tamaño de una moneda de diez pesos: se veía una membrana de color aceitoso, una gelatina que pulsaba. Palpó el hueco, se puso de nuevo el sombrero. Etcétera. Tres años, cinco días a la semana.
Esos pequeños cretinos txt: Jonathan Lomelí / img:Alvar Ramos
Hay peines, prendas de vestir y cortaúñas más longevos que una amistad, y más útiles también. Si tuviéramos más arraigado el hábito de la prosopopeya -figura literaria que atribuye cualidades humanas a entes abstractos o inanimados-, descubriríamos que a parte del tornado de imbéciles que revolotean a nuestro alrededor, también vivimos rodeados de “otros” cretinos o seres adorables que ponen piedras o rosas sobre nuestro camino en la vida.
aquí y allá. En la primera página de Reynada se despliega una lista de pendientes para mi viaje a Dublín. Curioso, pero de nueve propósitos que me fijé, sólo cumplí tres. También pormenores de varias direcciones, un poema, una entrada furibunda escrita en el aeropuerto gringo, en contra de un agente aduanal reprobado en geografía -destrocé su ilusión de que Dublín era una ciudad alemana-, y olas de resbaloso vocabulario sajón para un desmemoriado como yo.
Partamos de una pregunta: ¿cabe la posibilidad de que exista una relación emocional entre los objetos y nosotros? Puede parecer tema anodino, pero si hace cuarenta años el hombre ya tuvo la ociosidad delirante de ir a la Luna para ondear una bandera, cualquier maroma o pirueta en mis palabras es puro circo casero.
No tengo un aprecio incondicional por Reynadla, sobre todo porque la considero demasiado veleidosa. Es sofisticada, práctica, moderna y de marca reconocida –una de éstas usaba Hemingway, reza su publicidad-. Si no hubiera sido un regalo, jamás la habría comprado. Su arrogancia proviene de que una vez que has escrito sobre ella, te echa en cara que la tersura de su papel ha sido mancillado por tus garabatos a tinta. Es como si reclamara, sobre el lustre de sus páginas casi doradas, posteridad y sapiencia únicamente. Y así, hoja tras hoja, la perra te echa en cara su belleza imposible. Para darle una lección, hace poco la degradé con una lista vulgar para el supermercado.
Desde luego existen afectos, simpatías y antipatías, que asechan y cultivan esas relaciones: uno pasa más horas al día con su celular que con cualquier otra persona -sé de un fulano, padre de familia ejemplar, que duerme con su Iphone bajo la almohada-. Julio Ramón Ribeyro, narrador peruano, resume que nuestra vida no es más que un corto suceso en torno a unos cuantos objetos. Cada uno de nosotros, si hurga en su listado de objetos más cercanos y cotidianos, encontrará odios y amores a veces tan longevos como una vida entera. Reynalda. En mi bolsillo, por ejemplo, cargo a Reynalda. Es una libreta de cuero con montones gregarios de palabras
Cirilo Malquerido. También llevé varios años conmigo a Cirilo Malquerido, mi primer celular, de modelo atrasado, sin trucos ni atajos ni más ejecuciones que su fin utilitario y original. Era un bastardillo inofensivo y su orfandad nunca apeló a mis buenos sentimientos. Si alguien me inspiraba desprecio era él: malcriado, gritón e impertinente sin el mínimo recato para quedarse callado. Un invasor de mi privacidad y un cordón umbilical que me condenaba a la
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peor de las tiranías modernas: el poder que otros ejercen sobre tu tiempo -para desperdiciarlo, generalmente-. Mi relación con Cirilo Malquerido terminó hace poco. La forma de perderlo redobló mi odio por él. Lo abandoné así -como a un cualquiera- sobre la mesa de la biblioteca en tanto elegía algún periódico para hojear. No pensé que ese bicho de baja ralea pudiera valer algo como para robarlo. Pero alguien, tal vez un miserable igual que Cirilo, alargó sus pezuñas y se lo llevó. ¡Oh, destino tan carajo! Ahora es tan difícil encontrar un celular modelo atrasado, sin cámara ni jueguitos pendejos, ni lucecitas sonoras, ni mil tonos bailables, ni más función que la de llamar y ser llamado... Todo eso que tuvo y no tuvo Cirilo, pero eso no le evitó ser codiciado. Ahora, como ingrediente irónico añadido al hurto, uso un celular prestado: un Nokia N73 de última generación que por cada botón que tecleo me ofrece cinco cosas más de las que le pido. Y en los comercios atestados de chinos y celulares, nadie quiere venderme un móvil sin amenazarme con un centenar de funciones memas y maromeras. Para probar lo absurdo de un celular con delirio esquizoide, acudo a la parábola del Maromero Páez, famoso pugilista mexicano de los noventa. Reza así: ¿Quién quiere a un boxeador que puede dar maromas cuando lo esencial es que sepa dar y recibir chingadazos? Cirilo sabía, sobre todo, recibirlos.
Por otra parte, las tiendas de celulares me llenan de miedo a comprar algo novedoso, ahora que el consumo de nuevas tecnologías es la variación moderna del pecado capital de la lujuria, eternamente insatisfecho. Mike Bic y Agripino. En la bolsa de mi pantalón vive Mike Bic, un encendedor inesperablemente afiliado a mis días a pesar de su pequeñez fugitiva y perdidiza. Es sólo un residuo prehistórico de mi hábito intermitente de fumar. Siempre que lo siento adentro del bolsillo, pienso en él como en un peón sustituible y reemplazable. Un soldado jubilado del vicio en espera de mejores tiempos. O la repetición circular y obsesiva de fijarme el mismo cinturón cada día como un símbolo personal y old fashion de mi resistencia pacífica contra la moda. Se trata de Agripino, mi cinturón de hilo tejido y apretado. Útil, oportuno y combinable, su estilo impuso moda entre adolescentes a mediados de los noventa. Yo lo merqué hace dos años en el Baratillo porque su precio me conmovió: 5 pesos. ¡Cuántos objetos de mayor y menor mérito rodean nuestra vida! Están allí arrumbados o activos en espera de que ordenemos su historia. Desean su propia personalidad, un nombre, un sentido y un valor. Puede ser la idea más ociosa del mundo, pero incuestionablemente más divertida y barata que el afán anodino de ir a poner una banderita a la Luna. Y todavía querer regresar.
Crónica de un tatuaje anunciado
txt: Karla Preciado img: Miriana Moro
Desde que tengo uso de razón me encantan los tatuajes. Recuerdo haber ido de niña a la tienda que estaba enfrente de mi casa a comprar unos dulces que venían en una cajita en forma de dominó y que prometían tatuajes temporales en diversas formas y colores. Llegando a mi casa me comía los dulces y guardaba los tatuajes en un joyero. En los días posteriores -y a lo largo de la semana- me metía al baño y con ayuda de un poco de agua me ponía todos los tatuajes que me cupieran en los brazos. Luego, sin que se diera cuenta mi mamá, me ponía un suéter y así me iba a la escuela. Presumía a mis compañeritos los tatuajes durante el recreo y algunas veces en clase, aunque estas veces sólo repercutían en regaños de la maestra y mandadas al baño a tallarme una y otra vez los dibujos de la piel (no salen tan fácil como parece), hasta que me quedaba la piel roja y pequeños puntos de tatuaje todavía pegados; pero no me importaba: yo me sentía toda una rock star.
por ejemplo, de tener algo grabado en la piel para siempre, algo que no te podías ir a quitar aunque fuera con esfuerzos y un buen estropajo en el baño de la escuela.
Cuando por fin tuve edad suficiente para ponerme un tatuaje, me empezaron a surgir cuestionamientos que nunca antes habían pasado por mi infantil cabeza. La idea,
Los años pasaron y yo seguía sin tatuaje. Dos veces hice una cita para diseñarlo y cotizarlo y a ninguna de las dos acudí. Quise empezar por un piercing en la nariz pero ni
También estaba la parte de lo doloroso del proceso, que era la que más me podía, puesto que soy una marica. Sí: soy una marica y siempre lo he sido. Cuando me golpeo o me pellizco lanzo gritos de dolor como si estuviera soltando una piedra del riñón. Mi umbral del dolor es pequeñísimo y siempre he evadido las cuestiones dolorosas: como procedimientos médicos, estéticos o incluso deportes, por el simple y sencillo hecho de que no tolero bien el dolor. Conociéndome entonces, el hacerme un tatuaje era impensable, a menos de que estuviera profundamente sedada. Además, había otras cuestiones como las sociales, familiares, la incapacidad de donar sangre, etcétera, pero las que más me podían eran las dos primeras.
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a eso me animé. Me creí condenada a vivir el resto de mi vida entre queriendo y no pudiendo (por el miedo, más que nada). Además, a eso se sumaba el hecho de que dentro de mi círculo social y familiar nadie tenía tatuajes, o quien lo tenía se lo había hecho hace varios años, en una peda, con un amigo, etcétera y la verdad los diseños dejaban mucho qué desear. No tenía quién me informara bien cómo iba la cosa, cuánto dolía, cómo se hacía, cuánto costaba. Parecerá estúpido, falaz y sumamente cliché, pero mi primer contacto con el mundo “real” de los tatuajes lo tuve por medio de la televisión. En el canal People & Arts un día caché el programa de “Miami Ink”, un reality show donde cinco tatuadores de la costera ciudad de Miami cuentan sus historias diarias y las de sus clientes. En el programa aparecen escenas de cómo se preparan los tatuajes, cómo se diseñan, qué representaban para los clientes, las visiones de los tatuadores, la maquinaria que se utiliza (yo todavía pensaba que se hacían con una aguja, al más puro estilo de las prisiones), las técnicas que hay, los cuidados previos y posteriores al tatuaje, la higiene básica del lugar y del tatuador, entre muchas cosas más. Por fin tenía información
a la mano sobre el proceso del tatuaje. Sobra decir que me enamoré del programa, que lo veía todos los días y que además obligaba a mi mamá a verlo conmigo (cosa que luego me sería muy útil, aunque yo en el momento no lo sabía). Un par de años después me tocó vivir con una amiga cercana la experiencia de hacerse un tatuaje. A ella le habían recomendado un tatuador, un tal Carlos Velasco, que le hizo un diseño de unos revólveres. Carlos fue a mi casa, la tatuó y me enamoró. La calidad de sus tatuajes, el detalle que tenían, las sombras, las luces, todo: me convenció, si es que todavía había cabida para la duda. Le pedí su teléfono y le prometí que le hablaría pronto. Ese “pronto” fue poco más de un año, tiempo en el que encontraba mil pretextos para no tatuarme: que el nuevo trabajo, que la entrada de la escuela, que la influenza porcina, que la boda de mi vecina que ya viene, que la ida a la playa, etcétera. Finalmente me di cuenta de que el factor sufrimiento podía mucho conmigo y se estaba volviendo definitorio en mi decisión. No quise permitirlo, me resistí a pensar en mí como una gallina y decidí hacerlo, de una vez por todas, sin más ni
más. Recuerdo haber estado en mi oficina, marqué el celular de Carlos, lo saludé y le pedí una cita para platicar sobre mi tatuaje. Cuando colgué supe que esta vez no iba a ser como las anteriores y que las cuestiones de estar marcada de por vida, el qué dirá la gente y todo lo demás ya no eran importantes. Sólo quedaba decidir el diseño, pero eso fue mucho más fácil. Siempre he sido fan del libro El Principito y no sólo de la parte escrita, sino también de los dibujos. Es un libro muy significativo para mí: fue el primer libro que tuve, el primero que leí en mi vida, el primero que leí después de mi primer rompimiento, el primero que leí cuando entré a la universidad, el primero que traje a mi casa cuando me mudé de casa de mis papás… era casi lógico que El Principito me acompañara entonces en mi primer tatuaje. El día que fui a mi cita con Carlos me acompañó mi wingman, mi compañera en esta travesía: Miriana. Ella iba por su sexto tatuaje y no me bajaba de marica y de niña de mamá. Carlos vio el tatuaje, lo midió, me hizo unas propuestas y me hizo una cita para quince días después. Quince días, después de 10 años, se sentían como una eternidad. Dos días antes de mi cita para el tatuaje no pude dormir bien, ni comer. Estaba tan nerviosa que mi jefa del trabajo me regaló un par de pastillas para “ayudarme con el dolor”. No pregunté qué eran, mejor no saber. Me dijo que me las tenía que tomar 4 horas antes para que hicieran efecto en el momento programado, que era a las 11 de la mañana. Así
que el sábado que tuve mi cita para tatuarme, me levanté a las 7 de la mañana, me tomé las pastillas y volví a dormir otro par de horas. Cuando desperté, estaba tan mareada que no pude ni bañarme bien. Me tropezaba con todo, parecía borracha, la vista se me nublaba. Como pude salí de mi casa y llegué a casa de Miriana (vive a un par de cuadras de mi casa), a la que obligué a conducir, no sin burlarse de mi todo el camino, obviamente. Llegamos a mi cita diez minutos antes de las once de la mañana y la tienda estaba cerrada. Como todavía era temprano, fuimos a un Oxxo y compramos chocolates, coca, agua, galletas, todo lo necesario para pasar el trance. Regresamos a la tienda y seguía cerrada, así que nos sentamos en la banqueta. Yo gracias a las pastillas estaba más calmada que el Mar Muerto, no sentía ni piezca de nervios y el mareo estaba cediendo, me sentía feliz. Los minutos pasaban y ni la tienda abría ni el tatuador llegaba. Pasadas de las once y media le llamamos, no contestó, revisamos las agendas a ver si no nos habíamos equivocado de día, no wey sí es hoy, entonces qué pasa, hay que llamarle otra vez. Por fin después de un rato nos contestó, se hizo el occiso, dijo que la cita era a las doce. No es a las doce es a las once. Bueno, ya voy para allá. La espera duró todavía poco más de una hora hasta que llegó el tatuador y abrió por fin la tienda. Me enseñó el dibujo, lo puso en mi espalda, me pareció muy chico, hay que hacerlo más grande. Imprimió otro más grande, ese estuvo bien. Lo trazó sobre papel
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pasante, limpió religiosamente todo su estudio, acomodó las pinturas, se puso guantes y cubrebocas, sacó agujas nuevas, limpió la máquina, la probó y luego, por fin, dijo: pásate para acá. Cuando entré a su estudio ya eran poco más de la una de la tarde y el efecto de las pastillas para el dolor había pasado, maldecí un poco a Carlos pero ya estaba ahí, no podía echarme para atrás. Me senté en una silla frente a él, con mi pecho recargado en el respaldo, el cabello recogido y la mano de Miriana tomada fuertemente entre las mías. Me calcó el tatuaje con el papel pasante, me pidió que lo viera, me gustó y me dijo: ahora sí, vamos a empezar. Le pedí que primero hiciera una línea pequeña para conocer el dolor. Me metí parte de mi chamarra en la boca, apreté los dientes, apreté la mano de Miriana hasta que ella se quejó y entonces lo sentí. Era un dolor, sí, pero ni tan fuerte como lo esperaba, ni tan malo como la mayoría de la gente cree. Le pregunté que si eso era todo, me dijo que sí, le dije que estaba perfecto, me dijo que entonces iba a subirle un poco más a la intensidad, abrí los ojos como platos: ¿cómo que más?, Carlos se rió, Miriana se rió. Se estaban burlando de mí, humor para novatos. El resto de la sesión siguió sin complicaciones, acrecentándose el dolor cuando más se acercaba a la columna y disminuyéndose cuando se alejaba. Tomó poco más de una hora en hacer el delineado y media hora en colorear. A las tres de la tarde ya había terminado: tenía
mi tatuaje y estaba hermoso. Lo cubrió con plástico, me dio una hoja con los cuidados y me mandó a mi casa. Esa misma tarde fui a comprar todo lo que me indicó: crema de bebé para rozaduras, un jabón antibacterial, una toalla especial, crema humectante. Durante una semana me tuve que lavar con el jabón antibacterial, tocándome apenas, luego aplicarme la crema para rozaduras y andar pegajosa todo el día. Decidí utilizar blusas sin manga a pesar del invierno, porque era menos doloroso y menos pastoso. Fui exageradamente cuidadosa y Miriana se burlaba de mí, cambiaba mis sábanas todos los días y no dejaba que nadie me tocara para no infectarlo, me lavaba religiosamente tres veces al día y no comí carne de puerco ni tomé bebidas alcohólicas durante dos semanas. El cambio en mí fue notorio: me sentía diferente, me sentía especial. El Principito tatuado en mi espalda me asemejaba a la persona que quería ser, no sólo por el adorno que llevaría conmigo por el resto de mi vida, sino porque me probé a mí misma mi capacidad de superar mis miedos y conseguir algo que realmente quería. Ahora me estoy preparando ya para el segundo, pero esa, como dijo Doña Chonita, esa es otra historia.
Cerdo catalogado indeseable txt: Ana Cinthya Uribe img: Alvar Ramos
Aquella mañana Mohamed me miró con los ojos muy abiertos y cara de sorpresa, como si yo hubiera perdido completamente el juicio. Ya desde las nueve, cuando habíamos apenas subido la cortina de metal del restaurante, se veía venir la tormenta. Una reservación para comer temprano de un grupo de 20 personas, más otras diez para el desayuno. Vamos, que para el restaurante increíble, pero para nosotros la aceleración más absoluta. En medio del caos, en la cocina, saqué un pedazo grande de tocino del congelador y lo tiré hacia él con un grito: “Mohamed, córtalo por favor en trozos pequeños”. Sus manos fueron rápidas y alcanzó la pieza, pero al darse cuenta de lo que era inmediatamente la dejó caer ruidosamente sobre la mesa de trabajo. Me miró con desconcierto y luego, en este español chapurreado de catalán y de árabe con el que me habla, me reclamó. “Yo no puedo tocar eso, ¿sa-
bes? Está sucio”. No me volteé para verlo. “No, Mohamed… lo acabo de sacar de la nevera…”. Iba a continuar discutiendo cuando Koutar, la otra cocinera – también marroquí de origen – me apretó el brazo. “Él es musulmán muy estricto. No lo va a hacer. Déjalo, que lo hago yo”. Se me fue la sangre hasta los pies. Era una cuestión que no había tenido en cuenta para planear el menú. En realidad, la primera prueba al respecto me había llegado meses antes, cuando junto con Koutar comencé a cocinar los desayunos al estilo mexicano en un restaurante en Barcelona. Llegué con un paquete de manteca de cerdo y la dejé sobre la mesa – pensaba hacer los frijoles fritos como los hacía mi abuela. Cuando comenzó a oler la manteca requemada, ella llegó corriendo, alarmada. “¿Qué es eso tan horrible? ¿Cerdo? ¡Pero qué asco!”, haciendo un mohín. Por
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supuesto, no le pude dar a probar nada… y eso nos complicaba el panorama porque necesitaba que ella aprendiera a hacer los platos. Total que cambié la manteca por aceite de girasol. Y me consolé pensando que era mucho más sano para todos los clientes. No teníamos más problema, porque con excepción de algún desayuno puntual con tocino, trabajábamos más con pollo que con cerdo. Poco a poco, mientras ella se ocupa del couscous o del tajine con membrillo, y mezclo salsas o frío tortillas para los chilaquiles, me he ido enterando de lo absolutamente prohibido que es el cerdo para los musulmanes… y he tenido que hacer una limpieza en el recetario o hacerme a la idea de que tengo que prepararlo todo yo. Los sábados, que es cuando cocino y los chicos marroquíes
hacen a apoyo logístico, aviso qué pueden probar y qué no. Koutar, muy profesional, se mete conmigo a hacer el mole y hasta los tamales. Pero ni si quiera los huele. Y sé que cuando no la miro directamente hace una discreta cara de asco. Y constantemente la hago reír con aquella broma que me hacían a mí – cuando me dice que soy mala, le respondo: “sí… mala como la carne de cerdo en sábado”. Antes de irse aquel día, Mohamed regresó a hablar conmigo. “Perdona”, me dijo. “No es por ti. Es porque no puedo tocarlo. Y yo quiero cocinar mexicano, pero sin eso”. Asentí con la cabeza y me guardé la información. Ahora, se ha vuelto un experto en la salsa verde para los chilaquiles y me imagino a mi abuela orgullosa de su interpretación de la receta de la tinga de pollo.
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Las sombras de las mariposas son blancas txt: Shantal Contreras / imgs: Abraham Pérez
Para Gloria Pérez
I Pasaba de las nueve de la noche, el Bala apretaba el último pedazo de alambre que faltaba para terminar de sostener la bici blanca. Minutos antes, cuando la bicicleta aún reposaba sobre la carroza metálica que la trasladó de la Plaza República a Cruz del Sur, algunos ciclistas emprendieron la búsqueda de trozos de alambre para sujetarla, en tanto el Bala, con gesto sereno, la desataba. Seis años atrás había construido, con un carrito de supermercado, un remolque para su bicicleta con la intención de trasladar en él a sus hijas. Así fue hasta que las niñas pudieron por si solas pedalear a sus destinos. Ahora, cada vez que la muerte alcanza en alguna calle de la ciudad de Guadalajara a un ciclista, Javier Nungaray sube a su remolque la bicicleta blanca y pedalea hasta llegar al punto donde el ciclista se volvió inocencia. Después de que el Bala terminó de sujetar la bici blanca en la parte baja de la farola que está en el camellón de Av. Cruz del Sur esquina con Av. Mercado, un camionero asomó medio cuerpo por la ventanilla y se quedó absorto mirando, no sé si la leyenda que decía en memoria de un ciclista
atropellado o la imagen de la bicicleta reparando hacia la nada. No escuché cuando, ni qué preguntó el chofer, sólo sentí cómo la mujer que estaba parada junto a mí en el camellón giró con fuerza el cuerpo para responder en un tono que rozaba el grito: Lo mató uno de los tuyos. Qué pasó señorita si yo llevo a mis hijos a la vía recreactiva. Bueno, entonces tú cuídanos porque los de la 623 nos matan. II Los comercios se encontraban abiertos cuando llegamos a la colonia Del Fresno, pero sólo un hombre nos esperaba; sujetaba a su pecho un legajo de hojas. Vestía pantalón de casimir, mocasines negros y camisa blanca bajo un gabán de lana estampado. No supe que nos esperaba hasta que comenzaron a tratar de montar la bicicleta blanca en memoria de Sergio Romo. Lo vi caminar entre el grupo de gente que se detuvo a observar la instalación, detenerse, contar en susurros a los mirones que era abogado, que hacía diez días que un camión había atropellado a su papá a media cuadra del trabajo. Sobre un andamio improvisado cinco ciclistas formaron
una escultura de brazos que subía cadenciosa la bicicleta blanca al poste de luz que se encuentra en la Calle Roble casi esquina con Ciprés. La escena estuvo iluminada por el flash de los reporteros, tan efímero como su acercamiento a la caravana. Bajo la cruz de ruedas blancas, dos niñas de bici y ciudad nos contaron que los rinocerontes no tuvieron piedad y mataron a la mariposa, comprendí entonces por qué Sergio no soltaba de su pecho las hojas que hablaban de su padre, esa mariposa no vuela más. III En el verano de 2009 comenzaron a aparecer bicicletas blancas en Guadalajara, una nueva manera de significar la muerte, de sublimar una de las aristas del dolor al que nos enfrenta la urbe, un símbolo dual que reúne al doctor Jekyll y al mister Hyde colectivo. Dos estaciones después de que apareció la primera cruz de ruedas blancas, el lunes 22 de febrero, llegaron a la Plaza Revolución 63 ciudadanos que utilizan la bicicleta como medio de transporte en una ciudad de más de cinco millones de habitantes. Cuatro ciclistas habían muerto atropellados una semana antes.
A las ocho menos treinta de la noche, el colectivo dividido en tres caravanas partió de Chapultepec y Av. México, rumbo a los cuatro puntos de la ciudad donde se colocarían las bicicletas blancas. El grupo más pequeño se dirigió al cruce de las calles Francisco Ayza y Felipe Ángeles; otro, un poco menos anónimo que el anterior pedalearía hasta la colonia Paraísos del Colli para liberar la mariposa blanca de nueve años. Me fui con el grupo más numeroso, recorrimos en un silencio solemne, por momentos inquietante, las calles de esta ciudad indiferente, hasta llegar a la colonia Del Fresno donde nos detuvimos a colocar la primera bicicleta de las dos que correspondían a esa ruta, de ahí, retomamos las bicis y el silencio hasta llegar a Cruz del sur. La caravana de cuatro ciclistas que llegó al Colli, se encontró con un agente de la metropolicia que se negó, rotundamente, a que sujetaran la bicicleta en cualquier poste que estuviera dentro de su radar de visión. El percance duró unos minutos, los que tardó en llamarle el compadre del agente para pedirle que les diera chance. Y les dio.
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Teri Gender Bender y Juan Son en la Red Bull Music Academy 2010 La ex integrante de Les Butcherettes y Juan Pereda, mejor conocido como Juan Son, participan junto con otro mexicano: Jorge Federico Rivas, en la Red Bull Music Academy 2010; son sólo ellos tres, entre 60 patricipantes de todoe el mundo, los que ponen en alto el nombre de México Desde el pasado 7 de febrero y hasta este 12 de marzo Londres recibe a los elegidos que lograron su pase tras aplicar durante el 2009. Vivirán una experiencia única y tendrán la oportunidad de intercambiar inimaginables ideas musicales; así mismo desarrollarán proyectos al lado de reconocidas personalidades de la escena musical. Además ofrecerán pequeños conciertos y presentaciones en lugares londinenses cargados con la mejor vibra. Este año, la Red Bull Music Academy 2010 será una expedición hasta el corazón de la música, donde productores legendarios, compositores, DJ’s y músicos en general, compartirán las mejores historias que logran llegar a el. Los 60 músicos provenientes de 32 países explotarán nuevas ideas, junto a quienes que han logrado revolucionar este arte. Estarán divididos en dos grupos de 30 participantes cada uno. La Academia consta de tres edificios equipados con estudios de música, una estación de radio, islas de edición, salón de clases y todo el equipo necesario para crear millones de melodías. Historia de Red Bull Music Academy La primera edición de Red Bull Music Academy tuvo lugar en 1998 en Berlín, Alemania. Cincuenta Djs y productores de Alemania y Austria fueron seleccionados para atender dos talleres que tratarían acerca de historia de la música, tecnología y negocios. Después de dos años en Berlín la
academia decidió moverse a Dublín, Nueva York, Londres, Sao Paulo, Cape Town, Roma y Seattle incrementando la mezcla internacional de los asistentes a 28 países. El propósito de la academia es proveer una plataforma para el intercambio de conocimiento musical e ideas dentro de una atmósfera familiar donde nuestros invitados y los participantes puedan hablar de las experiencias y fascinaciones que los han movido hacia la escena musical. Los participantes también pueden aprender mucho unos de otros, mostrando sus propios estilos e intercambiando ideas y técnicas durante las dos semanas de convivencia. La academia no expide ningún reconocimiento o diploma para poder entrar, y el ser seleccionado para asistir a ella no va a comprarle a ninguno de sus integrantes una carrera en la industria musical. Sin embargo es una experiencia importante, ya que al compartir los logros y fracasos de invitados y participantes les dejará nuevos conocimientos y un entendimiento más completo de la música. Participantes Mexicanos: Juan Pereda Nombre artístico: ‘Juan Son’ Edad: 25 años Ciudad de residencia: Guadalajara Ocupación: Músico Estilo de música: Indie, Pop Aptitudes: Compositor / Vocalista / Instrumentalista Instrumentos: Guitarra
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Webpage: www.myspace.com/juansonmusic Extra: Nominado para un Grammy Latino. Su música ha estado presente en varias películas y en la serie de HBO Capadoccia. El hecho de pertenecer al coro Tejano desde que era un niño y viajar alrededor del desierto asistiendo a competencias en iglesias, hizo evidente que él no era un hijo convencional. Antes de recibir la nominación del Grammy Latino en el 2009, asistió al Centro para Música Contemporánea en Londres y fue miembro de grupos como Porter, Novocain y los Care Bears. Ya sea vestido como un gigante camarón espacial cantando sobre un escenario enfrente de miles de fans en Guadalajara, o realizando un solo en un puesto de pizzas en el festival de música Coachella en California, los beats demuestran un mundo anti-pop de Juan Son.
poeta estadounidense Sylvia Plath, reconocida por su poesía de confesión. Ha tocado al lado de un sin fin de importantes bandas mexicanas como Kinky, Fobia y Molotov. El reconocido Jack White del grupo ‘The Dead Weather’ la invitó a abrir sus conciertos en México. Incluso Omar López Rodríguez del grupo ‘The Mars Volta’ será quien produzca su primer álbum. Jorge Federico Rivas
Teresa Suárez
Nombre artístico: ‘Bala’ Edad: 26 años Ciudad de residencia: Cd. de México Ocupación: Arquitecto Estilo de música: Experimental, Electrónica Aptitudes: Productor / DJ / Instrumentalista Instrumentos: Teclado
Nombre artístico: ‘Teri Gender Bender’ Edad: 20 años Ciudad de residencia: Zapopan, Jalisco Ocupación: Músico Estilo de música: Punk, Indie Aptitudes: Vocalista / Instrumentalista Instrumentos: Guitarra, Batería, Teclado. Webpage: www.myspace.com/lebutcherettes Extra: Teresa publicó un libro de poetría The Missing Carcass. Omar López de ‘The Mars Volta’ producirá su primer álbum.
Como la propia vida, las canciones producidas por el arquitecto mexicano ‘Bala’ tienen una tendencia a subir y bajar, o a acelerar y disminuir, pero nunca a mantenerse constantes. Renunció a la autoproducción de su álbum por tratar de crear uno con su propia banda. La mayoría de sus canciones se basan en figuras geométricas. Admira a los artistas post-punk y encuentra sorprendentemente atractivo todo lo angular. Sus beats electrónicos agresivamente alegres son tan cercanos a la música como el baile lo es a la arquitectura.
‘Teri Gender Bender’ escribía música y poesía punk para su grupo ‘Le Butcherettes’; éste fue inspirado en la famosa
Sigue el desarrollo de la participación de los mexicanos y conoce más detalles en: www.redbullmusicacademy.com
Sociedad y sonido en la ciudad
txt: Israel Martínez img: Lumenlab
Lumen lab, diez años jugando con el sonido Este 2010, Lumen lab - proyecto musical electrónico creado por Diego Martínez - cumple diez años de proponer sonidos siempre refrescantes para el comprimido espectro auditivo que se produce en México. Fue en 2000 cuando Lumen (aún sin el Lab) comenzó con una propuesta más emparentada a lo que entonces se conocía en la escena especializada como rhythmic noise, un sonido postindustrial con beats que se descomponían constantemente con ayuda de la distorsión. Poca gente entendía lo que Diego a sus quince años producía con su caja de ritmos y progresivamente con una PC de bajo costo. En aquel tiempo Lumen llegó a presentarse en el Bar Marsella, también en Puebla y León, además del ahora desaparecido café Le Fleurs du Mort, donde llevó a cabo el concierto multimedia “Censurado”, acompañado de una narrativa visual en video con insertos de películas como Metrópolis o el Acorazado Potemkin, set que presentó tan sólo un par de veces más, sentando un precedente en música experimental y video en esta zona del país, lo que le trajo buena reputación entre los
seguidores de dichas estéticas. En 2002 y tras haber publicado su primer disco de corta duración, titulado En nombre de Dios (2001), se presentó por última vez con este concepto en el Bar Evangelina, en lo que fue una de las primeras sesiones de música electrónica experimental en Guadalajara: Entropía. Unos meses más tarde en el apenas inaugurado bar La Santa, estrenó el nuevo proyecto Lumen lab, con una oferta más abierta a otras estéticas como el intelligent dance music, el hip hop abstracto, el ambient y otras tendencias que desde entonces forman parte de su amplia paleta sonora. Para 2003 el trabajo de Lumen lab tuvo exposición en gran parte del país con la proyección del naciente colectivo y sello discográfico Abolipop, del cual Diego es co-fundador al lado de otros proyectos como Carrie, Destreza, Nebula 3 y Transistor. Los conciertos no se hicieron esperar y para 2004 le llegó la oferta de publicar su primer disco en forma en un
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pacto de las disqueras Abolipop y Bons Records, esta última de la Ciudad de México. Con el impulso de la distribuidora Pro Disc, Comiendo algodón en la pista de baile se posicionó rápidamente como uno de los discos más arriesgados de la música electrónica producida en México, con gran aceptación y reseñas positivas tanto en este país como en España, Holanda y Alemania. El arte gráfico fue realizado por JIS, imprimiendo mayor fuerza al concepto que Diego buscaba expresar en una ironía de las aburridas pistas de baile de la música electrónica mexicana. En 2005, después de tocar en un par de festivales Mutek MX, fue invitado a participar en el Encuentro Electrónico en el Gaytán, gran festival de música electrónica en Bogotá, Colombia, donde tuvo una excelente presentación y compartió escenario con artistas consolidados como Luomo y Deadbeat, entre otros. Su sonido dislocado lleno de melodías sintéticas deformadas y ritmos rotos, es verdaderamente enérgico en vivo, con gran susceptibilidad
a la improvisación, no en balde Lumen lab se ha mantenido siempre propositivo en una década de realizar conciertos. Después de colaborar en producciones de otros proyectos como Movus, Nebula 3 y Hey Chica!, además de grabar el primer disco de su proyecto lateral, Jack’s son, y tocar en ciudades de Inglaterra y España, Diego lanzó en 2009 el segundo álbum de Lumen lab: Shhh!!, un disco en el que mete en la licuadora hardcore, electro bizarro y otras tendencias, como siempre apoyado de glitches, estridencia y mucha imaginación. El disco ha encontrado problemas para su distribución pero está disponible en sus presentaciones en vivo, así como a través de la página web de Abolipop y en todo el mundo en formato mp3. Lumen lab no necesita mucho ruido mediático, no fue así hace diez años y probablemente no será en lo subsecuente, sin embargo, quienes conocen su música y su fuerza en vivo, saben que es uno de los mejores exponentes de la música eléctrica mexicana en el contexto global.
Mi Vida
Israel Martínez - Salvador Ricalde (2008)
Audio - Video Originalmente concebida como una obra únicamente auditiva - construida con sonidos de automóviles - la pieza se ha redirigido como instalación audiovisual, con imágenes de espectáculos de choques en la ciudad de Tijuana, así como el proceso de reciclaje de estos autos. Mi Vida, en su versión sonora, ganó el Premio de Distinción en la categoría de Músicas Digitales del Prix Ars Electronica de Austria en 2007. www.israelm.com
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Ampudia, explorando materiales y formatos en la gráfica Este mes en la Galería Apollinaire (dentro del Café André Bretón, centro de Guadalajara) se expone el trabajo de David Ampudia (Guadalajara, 1987), joven artista multidisciplinario que explora la plástica con distintos materiales y formatos que llevan al espectador a una reflexión estética y conceptual sin lineamientos fijos. Ampudia hizo la carrera técnica en artes en el CEDART, aunque su acercamiento a la creación artística viene desde la infancia con el apoyo y la influencia de su abuelo, quien fue pintor, y su madre, que realizó escultura y modelado de manera empírica. Desde niño dibujó y pintó, y en su adolescencia aprendió a tallar madera. Al terminar sus estudios en CEDART participó en exposiciones colectivas e hizo un par de exposiciones individuales, mostrando una obra más formal, principalmente basada en la pintura pero con apertura hacia el grabado, la monotipia y las técnicas de estampación, además de fotografía intervenida con otros materiales. Después de su paso por el CEDART, Ampudia decidió seguir camino en Xalapa, Veracruz, buscando aprender del maestro Per Anderson, quien dirige el Taller La Orduña, en Coatepec, especializado en grabado. Ampudia trabajaba en el establecimiento de este proyecto en un casco de hacienda, mientras estudiaba y creaba obra que a la postre influiría en su quehacer actual. A su regreso a Guadalajara a inicio de 2007, continuó explorando técnicas y materiales, pero no expuso hasta
txt: Israel Martínez
2009, ya que sentía que más allá de la técnica su trabajo no encontraba un discurso claro; mientras tanto tomó talleres con Gabriel Canales y Olivia González, logrando conjuntar diversos materiales como los textiles y objetos a su obra gráfica, además en este lapso realizó colaboraciones, por ejemplo, para la revista MAGIS; hizo también fotografía y escultura; trabajó junto con Paula Silva y Mónica Leyva en varios proyectos, entre ellos las maquetas para los 50 años de ITESO, participó en un cortometraje a cargo de Pedro Jiménez, creó un par de escenografías para danza e hizo maquillaje para teatro, pero no se paró en galerías, a menos que fuera como espectador, hasta que expuso en colectivas de Humo Live Art y Apollinaire. Justo en esta última galería es donde expone actualmente “Mojibake”, su exhibición individual compuesta por arte objeto, monotipia y una incursión en el videoarte producido con fotografía fija. “Mojibake” es un concepto que conjuga dos palabras japonesas, se refiere a los caracteres internacionales que al ser decodificados por algún software no son legibles, como cuando abrimos un archivo de imagen en un programa para texto y el resultado es sólo un torbellino binario. La gramática y los símbolos son importantes para Ampudia, quien explora dichas rutas en su trabajo dejando abierta la posibilidad de tránsito sensorial e interpretación en el espectador. La exposición se inaugura el jueves 18 de marzo y estará en exhibición hasta el 10 de abril. No pierdas detalle del trabajo de un joven con fuertes bases y una exploración estética y conceptual sólida.
Yo maté al coco en mi calle Sí, lo derroté… quizá porque nunca lo conocí, quizá porque mi realidad infantil era más impactante que monstruos imaginarios sacados de una buena conciencia. El ejercicio de recordar es un buen pretexto para traer los traumas al presente, reírme de ellos, hacer una alegoría de lo que pude ser. De pensar que no fui un niño mimado, llorón, y con expectativas de vida tan inocuas como un carro, ni una familia o un buen trabajo. Sólo es cosa de recordar… pero eso será al final, cuando mi historia tenga un final menos feliz de lo que quisiera. Hoy que vivo lo que queda del resto de mi vida recuerdo mis miedos infantiles, o los que algún día lo fueron. El primero, y el que desencadenó todos los vicios fue la calle. Abrir la puerta sin padre o madre, tomar un camión sin saber a quién pedirle ayuda, tener seis años y de repente portarse como grande. Con la cara seria, con las cejas duras y el mentón cuadrado, viendo esa calle, mi calle, la que se transformaba con el paso del tiempo. La gente me daba tanto miedo que algún día pensé en que todos estaban locos, pero la verdad es que la loca era la señora que vivía frente al kínder, la que gritaba a todas horas, la que se cortaba el pelo con el casquete corto y en la frente lucía un copete negro azabache, la que me daba cinco pesos por ir a comprarle leche, cigarros y algunas pastillas que
aún no sé para que eran, la que vivía en una casa donde entraban policías, señores, perros y gatos. También al final sabré que ella no estaba tan loca como aquel muchacho que una mala tarde me encontró. Aquella tarde, cuando ese golpe me estalló en la mejilla, no alcancé a entender que esa bofetada que me reventó los tímpanos no era otra cosa que un bien. El Isra, aquel joven moreno cuya leyenda barrial decía que había quedado tarado de tanto golpe que le tundieron cuando era boxeador, y que combinados a los gramos de cocaína que consumía, un mal día perdió la conciencia y comenzó a pegarle a los niños de la colonia; quizá sea ese momento el forjador de mi historia. Desde ese momento pienso en las personas cuya vida los ha dejado dañados por los golpes que les ha asestado. Viví en una calle retacada de grilla, que estaba entre el Rastro Municipal y el Centro Correccional de Menores de Guadalajara. Yo me enteraba de todo porque la única tienda de abarrotes que no estaba en alguna esquina era la de mi familia. Mi cochera se convirtió en el centro del chisme y del pitorreo de aquella vieja cuadra. Mis amigos no eran más ni menos que yo, pero hoy que
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txt: Omar Guillermo García Santiago img: Alvar Ramos
los veo ya no son los mismos. Algunos “se quedaron en el avión”, destruyeron sus cerebros con resistol y tonsol por querer encontrar vida en mundos imaginarios. Incluso recuerdo haber jugado con ellos al fútbol; antes de cada cascarita sus ojos brillaban de más, soñaban ser Ronaldo o Rivaldo con un balón entre los pies, incluso se rapaban la cabeza en homenaje. Siempre soñando, siempre drogados. Algunos otros de mis amigos se asociaron a negocios que les consiguieron casa, comida y sustento. Fueron recluidos en algún centro penitenciario por robos menores. Del único que recuerdo es de Luis, un amigo que daba santo y seña de sus vínculos familiares con Cantinflas, eso nunca se lo creímos. Un día que regresé a esa cuadra me contaron que hizo fraude a la empresa para la que trabajaba, que lo habían descubierto y sentenciado. Que ni perdón les pidió. Viví mis primeros 16 años en aquella vieja cuadra llena de personajes. Por ejemplo, estaba el indigente que por las noches se olvida del mundo ahogado entre sus orines y botellitas de alcohol de 96°, le decían el “chanclas”. Se burlaban porque no tenía las dos piernas que en una de sus tantas borracheras había perdido en una apuesta contra el tiempo con el tren que pasaba todas las noches. La drogadicción vivía de la mano con la delincuencia. Era
muy común que Alex, el vendedor de papas Sabritas, llegará a mi tienda asustado y con un bolillo entre las manos narrándole a mi madre cómo es que lo habían asaltado esa misma mañana. Se hablaba de narcos y profetas. Todas las noches llegaba la camioneta “placoza”, de esas pick up último modelo con las llantas levantadas y con los vidrios oscuros, las manejaban tipos cuya cara se desconoce porque a su paso se les ve únicamente las mejillas detrás de esos lentes enormes. El Coby y Don Coby, su padre, dos de esos. Detrás de los cristales de su casa se veía la burla de la riqueza en territorio pobre. Y si ellos eran narcos, quizá el “Pato”, el “Dany” y el “Cleto”, eran los dealers. El “Pato” y el “Dany” eran huérfanos y andaban por la vida solos, los recuerdo de catorce y diez años con sus hermanas, Cintia y “la Prieta”, de ocho y siete años. Ahora tengo 20 años y los últimos cuatro los he pasado en un fraccionamiento de la misma ciudad, pero de la que no sé ni el nombre de las calles. Me la paso en la escuela estudiando cosas que no me sirven en la calle, voy a la escuela por las mañanas y por las tardes vivo con ella, la que me da historias cada que se las pido…la calle, ahí donde el todo existe, menos él…. el que nunca conocí, el Coco, al que maté en mi calle.
Portafolio: David Corona www.davidcorona.com
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Ana Isabel lleva blusa Adolfo DomĂnguez de El Palacio de Hierro / Guantes vintage.
El Team Kit de Brasil: Fiesta, fútbol y Nike Como muchos lo saben, Nike ha elaborado varios Team Kits con motivo de la próxima copa mundial de fútbol Sudáfrica 2010. Estos Team Kits han sido especializados para cada selección de fútbol, entre las que están Sudáfrica, Francia, Holanda, USA, Brasil e Inglaterra, cada uno intervenido personalmente por un artista destacado en su país. Dos de estos Team Kits han llegado a la tienda de Nike Sportswear 1987 de nuestra ciudad: Brasil e Inglaterra, dos de los kits mejor elaborados. Y como todas las excelentes
piezas merecen una gran presentación, habrá, el sábado 13 de marzo, a las 18:00 horas, un evento compuesto de grandes sorpresas, como la música que correrá a cargo de Gavin Judd, directamente desde Inglaterra, y arte en vivo realizado por “Mottilaa”, proveniente de Brasil. Nike Sportswear 1987 Avenida Capultepec 155 Colonia Americana
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Octavio Grimaldo “Tavi” Demencia # 4 Acuarela Goucache
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img: Tania Ochoa