Estudios Bíblicos

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Estudios Bíblicos Sheny Laudy Pet Martínez


Estudio bíblico #1 La creación Dios es el Creador de todas las cosas, y reveló en las Escrituras el relato auténtico de su actividad creadora. El Señor hizo en seis días “los cielos y la tierra” y todo ser viviente que la habita, y reposó en el séptimo día de esa primera semana. 1. ¿Los días de la creación son literales? Los días de la creación bíblica significan períodos literales de 24 horas. La expresión “la tarde y la mañana” (Gén. 1:5, 8, 13,19, 23, 31), típica de la forma en que el pueblo de Dios del Antiguo Testamento medía el tiempo, especifica días individuales que comenzaban al atardecer, es decir a la puesta del sol (ver Lev. 23:32; Deut. 16:6). 2. ¿Que son los cielos? Algunas personas se sienten confusas, y con cierta razón, por los versículos que dicen que Dios creó “los cielos y la tierra” (Gén. 1:1; ver 2:1; Éxo. 20:11) y que hizo el sol, la luna y las estrellas en el cuarto día de la semana de la creación, hace seis mil años (Gén. 1:14-19). ¿Fueron llamados a la existencia en ese momento todos los cuerpos celestes? La semana de la creación no incluyó el cielo en el cual Dios ha morado desde la eternidad. Los “cielos” de Génesis 1 y 2 probablemente se refieren a nuestro sistema solar. 3. ¿Qué clase de Dios es nuestro Creador? El relato revela que Dios es un planificador cuidadoso que se preocupa por el bienestar de su creación. Plantó un jardín para que fuese su hogar especial, y les dio la responsabilidad de cultivarlo. Creó a los seres humanos con el fin de que tuviesen una relación con él. Esta relación no debía ser forzada, antinatural; los creó con libertad de elección y la capacidad de amarle y servirle. 4. ¿Quién y porqué estableció el día de reposo? Dios estableció el séptimo día sábado con el fin de que tuviésemos un recordatorio semanal del hecho de que somos criaturas de sus manos. El sábado fue un don de gracia, el cual no expresa lo que nosotros hayamos hecho, sino lo que Dios hizo. El Creador bendijo especialmente este día y lo santificó, para que nunca nos olvidáramos de que la vida incluye, además del trabajo, la comunión con el Creador, el descanso y la celebración de las maravillosas obras de la creación de Dios (Gén. 2:2, 3). 5. ¿Cuáles son las responsabilidades del hombre ante la creación? En la creación, Dios colocó la primera pareja en un jardín (Gén. 2:8). Ellos debían cultivar la tierra y “señorear” sobre toda la creación animal (Gén. 1:28). Esto indica que tenemos la responsabilidad, divinamente asignada, de preservar la calidad de nuestro ambiente.


Estudio bíblico #2 La experiencia de la Salvación Con amor y misericordia infinitos Dios hizo que Cristo, que no conoció pecado, fuera hecho pecado por nosotros, para que nosotros pudiésemos ser hechos justicia de Dios en él. Guiados por el Espíritu Santo sentimos nuestra necesidad, reconocemos nuestra pecaminosidad, nos arrepentimos de nuestras transgresiones, y ejercemos fe en Jesús como Señor y Cristo, como sustituto y ejemplo. Esta fe que acepta la salvación nos llega por medio del poder divino de la Palabra y es un don de la gracia de Dios. Mediante Cristo somos justificados, adoptados como hijos e hijas de Dios y librados del dominio del pecado. 1. ¿Qué es el arrepentimiento? Es el arrepentimiento genuino produce un cambio radical en nuestra actitud hacia Dios y el pecado. El Espíritu de Dios convence de la gravedad del pecado a los que lo reciben, y produce en ellos un sentido de la justicia de Dios y de su propia condición perdida. Experimentan pesar y culpabilidad. 2. ¿Qué es justificación? Es “el acto divino por el cual Dios declara justo a un pecador penitente, o lo considera justo. La justificación es lo opuesto de la condenación (Rom. 5:16)”. La base de esta justificación no es nuestra obediencia sino la de Cristo, por cuanto “por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida... por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos” (Rom. 5:18,19). El Salvador concede esta obediencia a los creyentes que son “justificados gratuitamente por su gracia” (Rom. 3:24). “Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia” (Tito 3:5). 3. ¿Cuáles son los resultados del arrepentimiento y la justificación? La santificación, el verdadero arrepentimiento y justificación conducen a la santificación. La justificación y la santificación se hallan estrechamente relacionadas (1 Cor. 6:11), El comienzo de una vida nueva y victoriosa (Juan 16:33). 4. ¿En qué consiste la perfección bíblica? En el Nuevo Testamento, la palabra perfecto a menudo describe a individuos maduros que vivieron de acuerdo con toda la luz de que disponían, y lograron desarrollar al máximo el potencial de sus poderes espirituales, mentales y físicos (ver 1 Cor. 14:20; Fil. 3:15; Heb. 5:14). Los creyentes deben ser perfectos en su esfera limitada, declaró Cristo, así como Dios es perfecto en su esfera infinita y absoluta (Mat. 5:48). 5. ¿Cómo podemos llegar a ser perfectos? El Espíritu Santo nos trae la perfección de Cristo. Por fe, el carácter perfecto de Cristo llega a ser nuestro. Nadie podrá jamás pretender que posee esa perfección en forma independiente, como si fuese su posesión innata, o como si tuviese derecho a ella. La perfección es un don de Dios.


Estudio bíblico #3 La segunda venida de Cristo La segunda venida de Cristo es la bienaventurada esperanza de la iglesia, la gran culminación del evangelio. La venida del Salvador será literal, personal, visible y de alcance mundial. Cuando el Señor regrese, los justos muertos resucitarán y, junto con los justos que estén vivos, serán glorificados y llevados al cielo, pero los impíos morirán. El hecho de que la mayor parte de las profecías esté alcanzando su pleno cumplimiento, unido a las actuales condiciones del mundo, nos indica que la venida de Cristo es inminente. El momento cuando ocurrirá este acontecimiento no ha sido revelado, y por lo tanto se nos exhorta a estar preparados en todo tiempo. 1. ¿Qué testimonio da la Biblia de la segunda venida de Cristo? La segunda venida está arraigada en la confiabilidad de la Escritura. Poco antes de su muerte, Jesús les dijo a sus discípulos que volvería a su Padre con el fin de preparar un lugar para ellos. Pero, prometió, “vendré otra vez” (Juan 14:3). Tal como la primera venida de Cristo a este mundo había sido predicha, así también se predice su segunda venida a través de toda la Escritura. Mil años antes de Cristo, el salmista se refirió a la segunda venida del Señor para reunir a su pueblo, diciendo: “Vendrá nuestro Dios, y no callará; fuego consumirá delante de él, y tempestad poderosa le rodeará. Convocará a los cielos de arriba, y a la tierra, para juzgar a su pueblo. Juntadme mis santos, los que hicieron conmigo pacto con sacrificio” (Sal. 50:3-5) 2. ¿De qué manera volverá Cristo? ● Una venida personal y literal “Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá, como le habéis visto ir al cielo” (Hech. 1:11). ● Un retorno visible “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá” (Apoc. 1:7) ● Un retorno audible “El Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo” (1 Tes. 4:16). ● Un retorno glorioso “en la gloria de su Padre con sus ángeles” (Mat. 16:27). 3. ¿Qué señales habrá en el mundo natural cuando esté cerca la segunda venida de Jesús? Cristo predijo que habría señales en el sol, en la luna y en las estrellas” (Luc. 21:25), especificando que “el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias que están en los cielos serán conmovidas. Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes con gran poder y gloria” (Mar. 13:24-26). Además, Juan vio que un gran terremoto precedería las señales en el cielo (Apoc. 6:12). 4. ¿Qué señales habrá en el mundo religioso? ● Un gran despertar religioso (Apoc. 14:6, 7) ● La predicación del evangelio (Mat. 24:14). ● Decadencia religiosa (2 Tim. 3:1-5) 5. ¿Cuándo vendrá Jesús? “Del día ni la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre" (Mat. 24:36)


Estudio bíblico #4 La Palabra de Dios Las Sagradas Escrituras, que abarcan el Antiguo y el Nuevo Testamento, constituyen la Palabra de Dios escrita, transmitida por inspiración divina mediante santos hombres de Dios que hablaron y escribieron impulsados por el Espíritu Santo. Por medio de esta Palabra, Dios comunica a los seres humanos el conocimiento necesario para alcanzar la salvación. Las Sagradas Escrituras son la infalible revelación de la voluntad divina. Son la norma del carácter, el criterio para evaluar la experiencia y la revelación autorizada de las doctrinas. 1. ¿Cuántos tipos de revelación hay y en qué consisten? Hay dos tipos de revelación general y especial. La revelación general es la vislumbre del carácter de Dios que proveen la historia, la conducta humana, la conciencia y la naturaleza con frecuencia se llama “revelación general” (Sal. 19:1;Isa. 66:13;Sal. 103:13). La revelación especial es mediante el Antiguo y el Nuevo Testamento Dios se reveló a sí mismo ante nosotros en una forma específica. (Heb. 1:1,2; Juan 17:3; Efe. 4:21). 2. ¿Cuál era el método y el contenido de la revelación? Frecuentemente el Espíritu Santo comunicaba conocimiento divino mediante visiones y sueños (Núm. 12:6). A veces hablaba audiblemente o al sentido interior de la persona (1 Sam. 9:15). Las visiones del cielo que recibieron Pablo y Juan fueron acompañadas de instrucciones orales (2 Cor. 12:1-4; Apoc. 4, 5). Ezequiel observó hechos que ocurrieron en otro lugar (Eze. 8). Algunos escritores participaron en sus visiones, realizando ciertas funciones como parte de la visión misma (Apoc. 10). Reveló acontecimientos que aún tendrían que ocurrir (Dan. 2, 7, 8, 12). 3. ¿Cuál es la relación entre Jesús y la autoridad de la Biblia? Jesús destacó la autoridad de las Escrituras. Cuando Satanás lo tentaba o luchaba con-tra sus oponentes, las palabras “escrito está” eran su arma de defensa y de ataque (Mat. 4:4, 7, 10; Luc. 20:17). “No solo de pan vivirá el hombre, dijo, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mat. 4:4). Cuando le preguntaron cómo obtener la vida eterna, Jesús contestó: “¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?” (Luc. 10:26) 4. ¿Cuál es la relación entre el Espíritu Santo y la autoridad de la Biblia? Sin la iluminación del Espíritu Santo nuestras mentes nunca podrían comprender correctamente la Biblia, ni tan solo reconocerla como la autoridad divina.5 Porque “nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios” (1 Cor. 2:11,14; 1:18). 5. ¿Cuánto abarca la autoridad de las Escrituras? Toda la sabiduría humana debe estar sujeta a la autoridad de la Escritura. Las verdades bíblicas son la norma por la cual todas las demás ideas deben ser probadas. AI juzgar la Palabra de Dios con normas humanas perecederas es como si tratáramos de medir las estrellas con una vara de medir. La Biblia no debe estar sujeta a las normas humanas. Es superior a toda la sabiduría y literatura humana. Más bien, en vez de juzgar la Biblia, todos seremos juzgados por ella, porque es la norma de carácter y la prueba de toda experiencia y pensamiento (1 Cor. 12; 14:1; Efe. 4:7-16; Isa. 8:20).


Estudio bíblico #5 El bautismo Por medio del bautismo confesamos nuestra fe en la muerte y resurrección de Jesucristo, y damos testimonio de nuestra muerte al pecado y de nuestro propósito de andar en novedad de vida. De este modo reconocemos a Cristo como nuestro Señor y Salvador, llegamos a ser su pueblo y somos recibidos como miembros de su iglesia. El bautismo es un símbolo de nuestra unión con Cristo, del perdón de nuestros pecados y de nuestro recibimiento del Espíritu Santo. Se realiza p o r inmersión en agua, y depende de una afirmación de fe en Jesús y de la evidencia de arrepentimiento del pecado. Sigue a la instrucción en las Sagradas Escrituras y a la aceptación de sus enseñanzas. 1. ¿Qué les mandó hacer Cristo a sus discípulos al fin de su ministerio? Mat. 28:19-20 En esta comisión, Cristo dejó en claro que él requiere el bautismo de los que desean llegar a ser parte de su iglesia, su reino espiritual. 2. ¿Se necesita ser bautizado para ser salvo? Cristo enseñó que “el que creyere y fuere bautizado, será salvo” (Mar. 16:16). En la iglesia apostólica, el bautismo se-guía automáticamente a la aceptación de Cristo. Constituía una confirma-ción de la fe del nuevo creyente (ver Hech. 8:12; 16:30-34). 3. ¿Qué simboliza el bautismo? De la manera como el hecho de ser cubierto por el agua simbolizaba dificultades y aflicciones abrumadoras (Sal. 42:7; 69:2; 124:4, 5), así también el bautismo por agua de Jesús representaba una profecía de sus sufrimientos, muerte y sepultura (Mar. 10:38; Luc. 12:50), y su salida del agua representaba su resurrección subsiguiente (Rom. 6:3-5). 4. ¿Cuáles son los requisitos para ser bautizados? ● Fe. Un prerrequisito del bautismo es la fe en que el sacrificio expiatorio de Jesús constituye el único medio de salvación del pecado (Mar. 16:16; Hech. 8:12, 36, 37; 18:8 ● Arrepentimiento. La instrucción en la Palabra de Dios produce no sólo fe, sino también arrepentimiento y conversión. (Hech. 2:38) ● Frutos de arrepentimiento. Los que desean el bautismo deben profesar fe y experimentar arrepentimiento. Pero a menos que hagan también “frutos dignos de arrepentimiento” (Mat. 3:8). 5. ¿Debieran ser bautizados los niños y los recién nacidos? El bautismo incorpora a los nuevos creyentes a la iglesia, dentro del contexto del “nuevo nacimiento”. Su conversión los ha hecho dignos de recibir el bautismo y llegar a ser miembros de la iglesia. La incorporación tiene lugar en el momento del “nuevo nacimiento” y no en el nacimiento del infante. Es por esto que los creyentes eran bautizados “hombres y mujeres” (Hech. 8:12, 13,29-38; 9:17,18; 1 Cor. 1:14). En ninguna parte del Nuevo Testamento se permite o se manda que se bautice a los infantes.


Estudio bíblico #6 La ley de Dios Los grandes principios de la ley de Dios están incorporados en los Diez Mandamientos y ejemplificados en la vida de Cristo. Expresan el amor, la voluntad y el propósito de Dios con respecto a la conducta y a las relaciones humanas, y son obligatorios para todas las personas en todas las épocas. Estos preceptos constituyen la base del pacto de Dios con su pueblo y son la norma del juicio divino. Por medio de la obra del Espíritu Santo, señalan el pecado y despiertan el sentido de la necesidad de un Salvador. La salvación es totalmente por la gracia y no por las obras, pero su fruto es la obediencia a los mandamientos. Esta obediencia desarrolla el carácter cristiano y da como resultado una sensación de bienestar. Es una evidencia de nuestro amor al Señor y de nuestra preocupación por nuestros semejantes. La obediencia por fe demuestra el poder de Cristo para transformar vidas y, por lo tanto, fortalece el testimonio cristiano. 1. ¿Cuál es el propósito de la ley? ● Revela la voluntad de Dios para la humanidad (Sant. 2:10; Mat. 19:17) ● Es la base del pacto de Dios (Éxo. 20:1-24:8; Sal. 119:172; Ecle. 12:13,14; ver también Sant. 2:12) ● Señala el pecado (Sant. 1:23-25; Rom. 3:19-20; 1 Juan 3:4) ● Es un agente en la conversión (Sal. 19:7; Gál. 3:24; Zac. 13:1; Apoc. 7:14) 2. ¿Desde cuándo existe la ley? La ley existía mucho antes de que Dios le diera el Decálogo a Israel. Si no hubiese sido así, no podría haber existido el pecado antes del Sinaí, “pues el pecado es infracción de la ley” (1 Juan 3:4). El hecho de que Lucifer y sus ángeles pecaron, provee evidencia de la presencia de la ley aun antes de la creación (2 Ped. 2:4). 3. ¿Qué relación hay entre la ley y el evangelio? La salvación es un don que llega a nosotros por gracia por medio de la fe, no por las obras de la ley (Efe. 2:8). “Ninguna obra de la ley, ningún esfuerzo, por más ad­mirable que sea, y ninguna obra buena ya sean muchas o pocas, de sacrificio o no pueden justificar de manera alguna al pecador (Tito 3:5; Rom. 3:20). 4. ¿Qué relación tiene Cristo y la ley? Cristo tenía supremo respeto por la ley de los Diez Manda­mientos. Como el gran “Yo Soy”, él mismo proclamó desde el Sinaí la ley moral de su Padre (Juan 8:58; Éxo. 3:14). Parte de su mi­sión en este mundo consistía en “magnificar la ley y engrandecerla” (Isa. 42:21). El siguiente pasaje de los Salmos, que el Nuevo Testamento aplica a Cristo, deja clara su actitud hacia la ley: “El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón” (Sal. 40:8; Heb. 10:5, 7). 5. ¿Qué bendiciones se obtienen al obedecer la ley? Entendimiento y sabiduría (Sal. 119:98, 99); (2) paz (Sal. 119:165; Isa. 48:18); justicia (Deut. 6:25; Isa. 48:18); una vida pura y moral (Prov. 7:1-5); conocimiento de la verdad (Juan 7:17); protección contra las enfermedades (Éxo. 15:26); longevidad (Prov. 3:1, 2; 4:10, 22); y la seguridad de que nues-tras oraciones recibirán respuesta (1 Juan 3:22).


Estudio bíblico #7 El sábado El bondadoso Creador, después de los seis días de la creación, descansó el séptimo día, e instituyó el sábado para todos los hombres como un monumento conmemorativo de la Creación. El cuarto mandamiento de la inmuta-ble ley de Dios requiere la observancia del séptimo día, sábado, como día de reposo, adoración y ministerio en armonía con las enseñanzas y la práctica de Jesús, el Señor del sábado. El sábado es un día de agradable comunión con Dios y con nuestros hermanos. Es un símbolo de nuestra redención en Cristo, una señal de nuestra santificación, una demostración de nuestra lealtad y una anticipación de nuestro futuro eterno en el reino de Dios. El sábado es la señal perpetua del pacto eterno entre él y su pueblo. La gozosa observancia de este tiempo sagrado de una tarde a la otra tarde, de la puesta de sol a la puesta de sol, es una celebración de la obra creadora y redentora de Dios. 1. ¿Cuáles fueron los tres actos divinos distintos en la creación que establecieron el sábado? ● Dios reposó en el sábado, en el séptimo día, Dios “cesó y reposó” (Exo. 31:17); sin embargo, no descansó porque necesitara hacerlo (Isa. 40:28). ● Dios bendijo el sábado, Dios no sólo hizo el día de reposo, sino que también lo bendijo. La bendición sobre el séptimo día implicaba que por ella era señalado como un objeto especial del favor divino y un día que sería una bendición para las criaturas de Dios. 2. ¿Cómo vio Cristo al sábado? La Escritura revela que Cristo fue, tanto como el Padre, el Creador (ver 1 Cor. 8:6; Heb. 1:1, 2; Juan 1:3). Por lo tanto, él fue quien apartó el séptimo día como día de reposo para la humanidad. (Mar. 2:27-28;Mat. 24:20; Luc. 4:16; Luc. 23:5) 3. ¿Cómo vieron los apóstoles el sábado? Los discípulos manifestaban gran respeto por el sábado. Este hecho se hizo evidente en ocasión de la muerte de Cristo. Cuando llegó el sábado, interrumpieron sus preparativos para el sepelio, “y reposaron el sábado conforme al mandamiento”, con planes de continuar esa obra el domingo, “el primer día de la semana” (Luc. 23:56). Pablo asistía a las sinagogas en sábado, y predicaba a Cristo (Hech. 13:14; 17:1, 2; 18:4) 4. ¿Cuándo comienza el sábado? El sábado comienza a la puesta del sol del viernes, y termina a la puesta del sol del sábado por la tarde (ver Gén. 1:5; Mar. 1:32). Al día anterior al sábado (viernes), la Escritura lo llama “día de preparación” (Mar. 15:42), un día en el cual debemos prepararnos para el sábado, de modo que nada eche a perder su carácter sagrado. 5. ¿Qué día se guardará en el cielo? “Y será que de mes en mes, y de sábado en sábado, vendrá toda carne a adorar delante de mí, dijo Jehová” (Isa. 66:23).


Estudio bíblico #8 La iglesia La iglesia es la comunidad de creyentes que confiesan que Jesucristo es Señor y Salvador. Como continuadores del pueblo de Dios del Antiguo Testamento, se nos invita a salir del mundo; y nos reunimos para adorar, para estar en comunión unos con otros, para recibir instrucción en la Palabra, para la celebración de la Cena del Señor, para servir a toda la humanidad y para proclamar el evangelio en todo el mundo. ¿Qué significa el término “iglesia”? En las Escrituras, la palabra iglesia es una traducción del término griego ekklésía, que significa un llamado a reunión. Esta expresión se usaba comúnmente para designar cualquier asamblea reunida como resultado de un llamado o proclamación. 2. ¿Cuáles son las raíces de la iglesia cristiana? Desde los primeros tiempos, las familias temerosas de Dios conectadas con el linaje de Adán, Set, Noé, Sem y Abraham, eran los guardianes de su verdad. Esos hogares, en los cuales el padre funcionaba como el sacerdote, pueden ser considerados como la iglesia en miniatura 3. ¿Qué significa la iglesia como un cuerpo? La metáfora del cuerpo hace énfasis en la unidad de la iglesia y la relación funcional que cada miembro mantiene con el todo. La cruz reconcilia a todos los creyentes con Dios “en un solo cuerpo” (Efe. 2:16). Por el Espíritu Santo, son “todos bautizados en un solo cuerpo” (1 Cor. 12:13), la iglesia. La iglesia no es otra cosa que el cuerpo de Cristo (Efe. 1:23). 4. ¿Que representa la iglesia como familia? En la Escritura, se considera que la iglesia del cielo y de la tierra constituye una familia (Efe. 3:15). Se usan dos metáforas para describir cómo los individuos se unen a esta familia: La adopción (Rom. 8:14-16; Efe. 1:4-6) y el nuevo nacimiento (Juan 3:8). Por fe en Cristo, los recién bautizados ya no son esclavos, sino hijos del Padre celestial (Gál 3:26-4:7), los cuales viven bajo el nuevo pacto. Ahora forman parte “de la familia de Dios” (Efe. 2:19), “la familia de la fe” (Gál. 6:10). 5. ¿Quién la cabeza de la iglesia? El dominio de Cristo sobre la iglesia se basa primariamente en su obra mediadora. Desde su victoria sobre Satanás en la cruz, Cristo recibió “toda potestad... en el cielo y en la tierra” (Mat. 28:18). Dios “sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia” (Efe. 1:22; compárese con Fil. 2:10, 11). Por lo tanto, Jesús es “Señor de señores y Rey de reyes” (Apoc. 17:14).


Estudio bíblico #9 Los dones y ministerios espirituales Dios concede a todos los miembros de su iglesia, en todas las épocas, dones espirituales para que cada miembro los emplee en amante ministerio por el bien común de la iglesia y de la humanidad. Concedidos mediante la operación del Espíritu Santo, quien los distribuye entre cada miembro según su voluntad, los dones proveen todos los ministerios y habilidades que la iglesia necesita para cumplir sus funciones divinamente ordenadas. ¿Qué son los dones del Espíritu Santo? El Espíritu Santo es el agente que distribuye “a cada uno en particular como él quiere” (1 Cor. 12:11) los dones que le permiten a la iglesia cumplir la tarea que se le ha asignado. 2. ¿Cuál es el propósito de los dones espirituales? El Espíritu Santo concede una capacidad especial a cierto miembro, permitiéndole ayudar a que la iglesia cumpla su misión divina. Dios concede dones espirituales para beneficiar todo el cuerpo, y no simplemente a los individuos que los reciben. Y, tal como el receptor no recibe el don para sí mismo, así también la iglesia no recibe la totalidad de los dones para sí misma. Dios dota a la comunidad de la iglesia con dones que la preparan para cumplir ante el mundo la misión que él le ha asignado. 3. ¿Qué papel desempeñan los ministros? La doctrina de los dones espirituales coloca sobre los hombros del ministro la responsabilidad de preparar la congregación. Dios ha establecido aspóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros, con el fin de equipar a su pueblo para el ministerio. “Los ministros no debieran hacer la obra que pertenece a la iglesia, de este modo agotándose, e impidiendo que otros cumplan sus deberes. Debieran enseñar a los miembros a trabajar en la iglesia y en la comunidad” 4. Unidad en la diversidad, no uniformidad, ¿Qué significa? Algunos cristianos procuran hacer que todos los demás creyentes sean como ellos. Este no es un plan divino sino humano. El hecho de que la iglesia permanece unida a pesar de la diversidad de los dones espirituales, comprueba la naturaleza complementaria de dichos dones. Indica que el progreso de la iglesia de Dios depende de cada creyente. 5. ¿Cómo descubrir los dones espirituales? Si los miembros desean participar con éxito en la misión de la iglesia, deben comprender sus dones. Los dones funcionan como una brújula, dirigiendo al que los posee hacia el servicio y el goce de la vida abundante (Juan 10:10). En la medida como elegimos “no reconocer, desarrollar y ejercer nuestros dones (o simplemente los descuidamos), la iglesia es menos de lo que podría ser. Menos de lo que Dios quería que fuera”.9 El proceso de descubrimiento de nuestros dones espirituales10 debiera caracterizarse por los siguientes rasgos: La preparación espiritual y el estudio de las Escrituras.


Estudio bíblico #10 El gran conflicto Toda la humanidad está ahora envuelta en un gran conflicto entre Cristo y Satanás en cuanto a l carácter de Dios, su ley y su soberanía sobre el universo. Este conflicto se originó en el cielo cuando un ser creado, dotado de libre albedrío, se exaltó a sí mismo y se convirtió en Satanás, el adversario de Dios, e condujo a la rebelión a una p arte de los ángeles. ¿Cuál es el origen de la controversia? Si bien la aparición del pecado es inexplicable e injustificable, se puede trazar su origen hasta el orgullo de Lucifer: “Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor” (Eze. 28:17). Lucifer rehusó conformarse con la exaltada posición que su Creador le había concedido. En su egoísmo, codició la igualdad con Dios mismo: “Tu... decías en tu corazón: subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono... y seré semejante al Altísimo” (Isa. 14:12-14). 2. ¿Cómo se vieron implicados los seres humanos? Después que Satanás fue expulsado del cielo, se dedicó a extender su rebelión a nuestro mundo. Disfrazado a manera de serpiente que hablaba, y usando los mismos argumentos que lo habían llevado a su propia caída, logró socavar la confianza que Adán y Eva tenían en su Creador (Gén. 3:5) 3. ¿Qué impacto tiene sobre la raza humana? Los efectos de la controversia entre Cristo y Satanás pronto se hicieron evidentes, cuando el pecado comenzó a distorsionar la imagen de Dios en la humanidad. A pesar de que Dios ofreció su pacto de gracia a la raza humana a través de Adán y Eva (Gén. 3:15, ver el capítulo 7), su primer hijo, Caín, asesinó a su hermano (Gén. 4:8). La maldad continuó multiplicándose hasta que, lleno de tristeza, Dios vio que “todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal” (Gén. 6:5). 4. ¿Cuál es el tema central en esta lucha a vida o muerte? El gobierno y la ley de Dios. La ley moral de Dios es tan esencial para la existencia de su universo como lo son las leyes físicas que le dieron origen y lo mantienen funcionando. El pecado es “la transgresión de la ley" (1 Juan 3:4), o “ilegalidad”, como lo indica la palabra griega anomia. La ilegalidad brota del rechazo de Dios y su gobierno. 5. ¿Cuál es el significado de la doctrina? La doctrina de la gran controversia revela la batalla formidable que afecta a cada persona que nace en el mundo; de hecho, el conflicto abarca hasta los últimos rincones del universo. La Escritura dice: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efe. 6:12)



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