BECERRIL DE LA SIERRA DURANTE LA SEGUNDA REPร BLICA, LA GUERRA CIVIL Y EL PRIMER FRANQUISMO
Roberto Fernรกndez Suรกrez 1
Introducción Hasta la década de los años sesenta y setenta del siglo pasado, periodo de urbanización masiva, Becerril de la Sierra no había realmente cambiado su estructura social y económica. Podemos hablar, pues, de una situación general con pocas variaciones desde tiempos muy pasados. Por ejemplo la estructura social y económica de esta localidad que se recoge a grandes rasgos en el diccionario de Madoz, redactado en la parte central del siglo XIX, no era significativamente distinta de la que existió en el periodo que nos interesa destacar aquí, el primer tercio del siglo XX. Dicho diccionario nos habla de una actividad económica centrada en la agricultura y la ganadería. La agricultura, en su término municipal, se adapta en un “terreno de secano y regadío”. Sus fincas de monte y pasto se aprovechan, en parte, para la producción de trigo, cebada, centeno y heno así como para mantener una ganadería centrada en ganado cabrío, vacuno y lanar. Pero debido a su particularidad física, la mayor parte de su término municipal se caracteriza por ser de “monte y peñascos inaccesibles”, característica apropiada para la crianza de ganado cabrío y lanar así como de caza menor de conejos y perdices 1. La estructura de la propiedad es característica de las localidades de esta parte de la geografía madrileña, de la sierra de Guadarrama. Nos hallamos con un grupo predominante de pequeños propietarios que no supera una hectárea de terreno en régimen de propiedad, lo que se caracteriza por una explotación minifundista de la tierra. Es decir que Becerril de la Sierra tuvo una población activa caracterizada, en su gran mayoría, por poseer pequeñas propiedades para el sustento económico del grupo familiar. Esa gran mayoría de pequeños propietarios tuvieron que buscar otras fuentes de ingresos ya que sus pequeñas propiedades no eran, por lo general, suficientes para el sustento. La más tradicional fue la de usar los pastos gratuitos proporcionados por el Ayuntamiento. Tanto la dehesa como los prados comunales ofrecieron esta posibilidad de alimentar a los 1
Datos aportados en dicho diccionario de Madoz.
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bueyes y otros animales de los vecinos sin carga para sus economías privadas. Otra posibilidad fue el transporte de materia prima a la capital para “conducir a la corte piedra berroqueña para las obras y el carbón que producen sus fincas”. Dichas actividades de carreteros se realizaban en periodos de escasa actividad agrícola, normalmente en tiempos invernales. Eran, por lo tanto, actividades económicas complementarias que ya se conocía a mediados del siglo XVIII 2. Pero la más importante posibilidad de incrementar este nivel precario que caracteriza al pequeño propietario es la de arrendar tierras a otros propietarios más pudientes así como trabajar otras fincas a cambio de acuerdos entre partes, actividad llamada “mediero” en algunas partes del país, donde no había presencia de dinero en las transacciones sino cantidades acordadas entre las partes en especie respecto a la producción. Esta organización del trabajo y de las explotaciones de las propiedades agrícolas características del minifundismo generó a lo largo del tiempo importantes y fuertes lazos entre vecinos, entre partes implicadas basadas en acuerdos y en la busca de una buena armonía económica que se reflejó en toda la estructura social local. De esta forma se creó un fuerte y consolidado entramado de redes y relaciones de afines, de vecinos, unos más pudientes que otros, pero sobre todo entrelazados entre sí. Esta última característica es fundamental para poder entender la historia social y política de las comunidades serranas de Madrid. La gran mayoría de pequeños propietarios necesitaron a los más pudientes para mantener sus economías familiares pero estas relaciones no fueron conflictivas sino cooperativas, basándose en acuerdos mutuos y relaciones aceptadas como cordiales. Toda la estructura social de la localidad quedaba así solidificada, sin aparentes grietas ni fracturas, no exageradamente piramidal donde los rituales festivos, por ejemplo, que se realizan cada año, como la celebración de la fiesta patronal, la del Cristo del Buen Consejo en Becerril de la Sierra, ponían de relieve la colaboración
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El Catastro del Marques de Ensenada realizado en 1754 muestra que la población activa de Becerril de la Sierra complementaba la actividad agrícola y ganadera con la del transporte de piedras y leña para la Corte.
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entre grupos sociales, como la de solteros y casados, para mayor armonía deseada. Es sobre esta organización social que la política local actuó y se aprovecharon durante la segunda mitad del siglo XIX y el primer tercio del XX determinados vecinos para convertirse en “élite política” como veremos más adelante.
Becerril de la Sierra entre 1918 y 1930. En el censo demográfico de 1930, esta localidad estaba constituida por 673 vecinos de los cuales 343 eran varones y 330 mujeres. La población infantil y adolescente masculina era de 200 individuos mientras que la femenina de 167. En cuanto a varones casados, eran 127 mientras que las mujeres eran 135. Mientras tanto, la tasa de analfabetismo no era elevada ya que los datos proporcionados daban como varones que sabían leer y escribir en 255 individuos mientras que descendía algo con las mujeres, en 227 personas. Los analfabetos masculinos llegaron a 86 personas mientras que las mujeres se elevaban a 103, una tasa ciertamente importante ya que casi un tercio de la población femenina era analfabeta. Este primer tercio del siglo XX ha supuesto para Becerril de la Sierra el inicio de un cambio irreversible en su estructura económica y social. Su base económica tradicional se fue resquebrajando muy poco a poco. El factor principal de este inicio de cambio fue la modernidad traída por el ferrocarril en la comarca. A finales del siglo XIX, la localidad vecina, Collado-Villalba, sobre todo su barrio de la estación, se convirtió en un nudo importante de comunicaciones. El ferrocarril implicó nuevas infraestructuras que eran desconocidas en esta parte de la sierra. En primer lugar, las comunicaciones entre Madrid y las diferentes poblaciones serranas más o menos cercanas a dicha estación como Becerril de la Sierra fueron muchas fluidas, rápidas y continuadas. Determinadas empresas se encargaron de monopolizar el transporte de materias primas como la piedra berroqueña, leña del monte, madera y
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otros productos más o menos manufacturados para consumo de la capital, cada vez más importante. Por donde pasaba el ferrocarril, todo empezó a cambiar. Poblaciones como Las Rozas, Torrelodones, Galapagar y ColladoVillalba, Cercedilla se vieron directamente implicadas en este cambio que supuso la presencia del ferrocarril en sus localidades. En esta parte de la sierra, esta influencia de la modernidad que supuso el ferrocarril se movió en función de determinadas ondas expansivas. Localidades como Alpedrete, Moralzarzal o Collado Mediano estuvieron, debido a su cercanía con la estación de Villalba, bajo las consecuencias de la presencia de este motor económico que fue el ferrocarril mientras que Becerril de la Sierra quedaba algo al margen debido a su mayor lejanía de la misma. La actividad tradicional de la cantería en Becerril de la Sierra se vio alterada en la medida en que la demanda de piedra fue en aumento. Las canteras locales fueron cada vez más apreciadas, transportadas hasta la estación de Villalba cuyo destino era el empedrado de las calles de Madrid y demás ciudades españolas 3. Fueron unos años de actividad febril en las que las canteras de la zona fueron muy productivas bajo el esfuerzo de una mano de obra local cada vez más especializada en dicho trabajo. Los obreros de la cantería empezaron a tener cierto protagonismo en la vida económica como tales, dejando de compartir, poco a poco, esta actividad como complementaria de otra principal como la labranza o la ganadería. Muchos trabajadores de Becerril de la Sierra que habían tenido una actividad profesional mixta, es decir compaginando las tareas del campo con la cantería y el transporte de la piedra, fueron abandonando, poco a poco, esta modalidad mixta para convertirse en canteros exclusivos, abandonando el campo, porque la demanda de la piedra era cada vez más abundante. Pero la estación de Villalba no solamente intercambiaba materiales sino también personas. El ferrocarril posibilitó el acercamiento entre Madrid y esta parte de la sierra de Guadarrama. Durante el primer tercio del siglo XX, siguiendo las estaciones del ferrocarril, se fueron construyendo colonias de veraneantes para aquellos madrileños que se podían permitir una vivienda en la sierra para el descanso dominical y estival. Todas las poblaciones del recorrido del ferrocarril y las cercanas a 3
Ver J.M Martín Cuesta en bibliografía.
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él se fueron poblando, poco a poco, de “hoteles” para segunda residencia de gente de Madrid. Sin llegar a niveles de urbanización tan importantes como Torrelodones o Villalba, Becerril de la Sierra vio cómo se fueron construyendo hoteles en las afueras de la localidad, de estilo moderno y diferenciados de las viviendas serranas. Esta naciente actividad económica implicó, dependiendo de su impacto, un cambio en las actividades productivas: se necesitaron más canteros, albañiles y demás trabajadores de la construcción, además de jardineros y guardianes de dichas propiedades, todas ellas ocupaciones que se ofrecieron a los vecinos que contribuyeron a un pequeño pero progresivo cambio de la estructura económica y social de la localidad. La política local en el periodo anterior a la llegada de la República en Becerril de la Sierra Las pequeñas localidades como Becerril de la Sierra vivían, en esos años, periodos de rutina electoral. Los procesos electorales estaban sujetos a importantes restricciones que impedían la frescura de una verdadera democratización de los procedimientos electorales. La ley electoral municipal de 1907 que vertebró la participación política en los ayuntamientos durante la monarquía, sobre todo, durante el reinado de Alfonso XIII, no permitía la participación de las mujeres en el proceso electoral ni a los más jóvenes ya que solo se podía votar a partir de los 23 años. Cierta apatía reinaba entre los vecinos cuando llegaban las elecciones. Por un lado, se solían presentar los mismos vecinos, algunos de ellos verdaderos especialistas en cargos municipales, pasando su afición de padres a hijos. La participación general era muy baja dando la impresión que los cambios municipales se realizaban a espaldas de los vecinos. Esta ausencia de participación dejó en manos de unos pocos vecinos los destinos de la política local. El entramado social que se ha analizado anteriormente fue un excelente poso donde pudo apoyarse y consolidarse una élite política local. Si la participación vecinal en las diferentes elecciones estuvo restringida, por ley y apatía generalizada, entre unos
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pocos vecinos, lo habitual era ver las mismas personas ocupar los diferentes cargos municipales a lo largo de los años. Iniciando este estudio a partir de 1918 en adelante, se puede observar que unos determinados vecinos de Becerril de la Sierra estuvieron presentes en la dinámica municipal a lo largo del tiempo bajo el amparo de la ley. La de 1907 permitía un aspecto importante: si los candidatos a las elecciones municipales se ponían de acuerdo en presentar el mismo número de candidatos que de miembros a elegir (en Becerril de la Sierra 7 en total), no era preciso realizar elecciones. Este ayuntamiento participó de esta modalidad llamado el “encasillado” en determinadas ocasiones a lo largo del tiempo. No se celebraban elecciones por acuerdo entre candidatos. Sin embargo, los cargos se perpetuaban en los cargos, unos más que otros, ante la apatía de los vecinos. Por ejemplo, el alcalde del periodo monárquico entre 1918 y 1921 fue Manuel Sepúlveda Martín. En esos años hubo elecciones municipales en el país pero él siguió de alcalde por el sistema del encasillado aunque sus concejales del periodo 1918-1919, es decir Feliciano López Sanz, Gervasio García, Fidel Esteban Cabalero y Juan Sanz Sanz, salvo Eduardo Martín de la Rubia no repitieron con él para los años 1920 y 1921 donde acompañaron al alcalde Manuel Sepúlveda Martín, los concejales Francisco Martín Fernández, Carlos Montalvo y Mario Sanz Martín. El ayuntamiento de Becerril de la Sierra fue en esos años monárquicos poco explícito en sus manifestaciones documentales como así lo corroboran sus actas municipales. Acogiéndose a leyes municipales aprobadas en Cortes, este ayuntamiento tuvo una actividad muy pobre, dedicándose exclusivamente a la aprobación de los presupuestos municipales con la aportación y ayuda de la junta municipal de asociados. La existencia de dicha junta se remonta a la ley de ayuntamientos de 1856 donde se señalaba que todos los años los ayuntamientos debían aprobar sus presupuestos mediante su visto bueno mediante una comisión llamada junta municipal de asociados conjuntamente con los miembros del ayuntamiento. Esta comisión fue un intento de abrir el control de las cuentas municipales entre un grupo más amplio y abierto que el propio conjunto de concejales municipales. De esta forma, Becerril de la Sierra contó con
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dicha junta de asociados cuyo cometido fue la aprobación de los presupuestos municipales. Los requisitos legales para optar a ser miembro de esta junta de asociados era la de ser un vecino de Becerril de la Sierra y contribuyente de sus impuestos. En teoría eran elegidos por sorteo y desempeñaban su cargo a lo largo de un año. Pero la realidad parece que fue otra. Según el cuadro nº 2, se puede observar que existe una cierta repetición entre los elegidos como asociados. Entre 1918 y 1923, a pesar de estas condiciones previas, se repitieron los mismos asociados como fueron los casos de Francisco Morales Martín, Antonio López Sanz o Lázaro López Martín. Es de destacar que entre el grupo selecto de asociados solía repetir, a pesar de ser mediante sorteo, el secretario del ayuntamiento Leonardo Fraile del Real que llevaba en dicho cargo desde finales del siglo pasado. Cuadro nº 1: Evolución de alcaldes y concejales de Becerril de la Sierra entre 1918 y 1940 (excepto periodo guerra civil). Nombre/Apellidos
1918
1919
1920
1921
1922
1923
Manuel Sepúlveda Martín Alcalde Alc. Alc Alc. Feliciano López Sanz X X Gervasio García X X Fidel Esteban Cabalero X X Juan Sanz Sanz X X Eduardo Martín de la Rubia X X X X Francisco Martín Fernández X X Carlos Montalvo X X X X Mario Sanz Martín X X X X Cándido de la Rubia Rubia Alcalde Dionisio Fernández García X X Antonio López Sanz X X Gabino Martín Sanz X.alcalde Alcalde Martín Martín de la Rubia X X Luciano Andrés de los Mozos Francisco Morales Martín Ángel López Martín Modesto García de Frutos Eleuterio Castelo de la Rubia Felipe Montalvo Palacios Eleuterio Miranda Martín Anastasio Martín de la Rubia Fuente: Archivo Municipal de Becerril de la Sierra. Elaboración propia.
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Oct. 19231929 Primo de Rivera
X
1930
1931 República
19331936
X
X
X
Alcalde
alcalde X X X X X
X
alcalde X
X
X X
X
alcalde
X
X
X
X X
X X
X
1939-40 Franquis mo
X
Alcalde
En definitiva, la dinámica de esta junta de asociados y la perpetuación de la mayoría de sus cargos que se refleja en dicho cuadro nº 2 demuestran que los asociados se sumaron a la lista de los miembros de la élite política local, aumentando su potencial. Las actas municipales de dicho periodo fueron escasas en información. Durante años, solo se recogieron por parte del secretario municipal las cuentas municipales que se aprobaban entre los miembros de la corporación y la junta de asociados en los primeros días de cada año. Durante el resto del tiempo, la actividad municipal fue muy escasa o nula, así lo corroboran la casi inexistencia de actas municipales. Después de la muerte del alcalde Cándido de la Rubia Rubia en 1922, fue elegido por voto secreto de los concejales el nuevo alcalde, Gabino Martín Sanz, hasta su destitución en octubre de 1923. Dos concejales repitieron del periodo anterior, Carlos Montalvo y Mario Sanz Martín mientras que ocuparon los cargos de concejales nuevos vecinos que tendrán protagonismo en el futuro político local como Dionisio Fernández García, Antonio López Sanz y Martín Martín de la Rubia. Cuadro nº 2: Evolución de la junta municipal de asociados de Becerril de la Sierra hasta su eliminación en 1924. Nombre/apellidos
1918
1919
1920
1921
Alejandro Martín X X X X Francisco Morales Martín X X X X Lázaro López Martín X X Leonardo Fraile X X Apolinar Martín X X X X Antonio López Sanz X X X X Miguel Sanz X X Luciano Andrés de los Mozos Felipe Montalvo Palacios Eleuterio Castelo de la Rubia Modesto García de Frutos Fidel Esteban Cabalero Ángel López Martín Félix Andrés Martín Evaristo Castelo de la Rubia Florentino Espinosa Prados Doroteo Fernández Roca Julián López Martín Julián García Nogales Fuente: Archivo municipal de Becerril de la Sierra. Elaboración propia.
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1922
1923
X X X X
X X
X
X X X X X
Oct. 1923 Primo de Rivera
Marzo 1939 Franquismo
Concejal X
Alcalde Concejal Concejal Concejal Concejal Concejal X X X X X X
Concejal Concejal
Esta renovación de cargos también afectó la junta de asociados, concretamente la de 1923. Ocuparon sus cargos los vecinos Luciano Andrés de los Mozos, Felipe Montalvo Palacios, Eleuterio Castelo de la Rubia, Modesto García Frutos y Fidel Esteban Cabalero que se caracterizarán por ocupar cargos en el futuro. El 9 de octubre de 1923, una vez realizado el pronunciamiento militar de Primo de Rivera, el comandante del puesto de la guardia civil de Cerceda cesó a la antigua corporación municipal. Todo el conjunto de los organismos de decisión política de la monarquía, desde los ayuntamientos hasta las Cortes, cesó para forzar una pretendida renovación política del país de la mano del dictador Primo de Rivera. Se creó el partido del nuevo gobierno, Unión Patriótica, que pretendió aglutinar a los antiguos monárquicos y a todos aquellos ciudadanos que estaban convencidos de la nueva y pretendida regenerativa experiencia política del general así como impulsar una nueva policía ciudadana, el somatén, para ayudar a controlar los desmanes de sindicalistas e izquierdistas del país. En Becerril de la Sierra, de la mano del gobernador civil de la provincia y de la guardia civil, se eligió a un determinado número de vecinos con nueva savia, adheridos a los renovadores conceptos de Unión Patriótica. Los elegidos formaban parte, en su inmensa mayoría, del grupo de élite de los asociados de la Junta Municipal del año 1923. Cuadro nº 3: el gobierno municipal durante el periodo de la dictadura de Primo de Rivera (octubre 1923- 1929) Nombre y apellidos
Luciano Andrés de los Mozos Felipe Montalvo Palacios Eleuterio Castelo de la Rubia Modesto García de Frutos Fidel Esteban Cabalero Francisco Morales Martín Ángel López Martín
Cargo
Alcalde Concejal Concejal Concejal Concejal Concejal Concejal
Fuente: Archivo Municipal de Becerril de la Sierra. Elaboración propia.
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Procedencia
Asociado en 1923 Asociado en 1923 Asociado en 1923 Asociado en 1923 Asociado en 1923, concejal en 1918, 1919 Asociado desde al menos 1918 salvo 1923. Nuevo en política
Fue el gobierno municipal más longevo del todo el primer tercio del siglo XX que tuvo Becerril de la Sierra, amparado por el ambiente político de la dictadura de Primo de Rivera a lo largo de estos 6 años. Pero lo cierto es que las actas municipales siguieron las pautas y ritmos de tiempos anteriores de la monarquía. Dicha corporación eligió a los nuevos Asociados de la Junta Municipal para el año 1924 para aprobar los presupuestos municipales a finales del año 1923. Una vez pasado ese momento, las actas municipales destacaron, otra vez, por su inexistencia. No había vida municipal sin debates ni propuestas, solo rutina administrativa. La única novedad sobresaliente de dichos años de dictadura ocurrió el 21 de abril de 1924 cuando, por orden del gobierno, quedó abolida la Junta Municipal de Asociados con la creación del nuevo Estatuto Municipal. Todos sus miembros tuvieron que cesar (recogidos en el cuadro nº 2) y el libro de actas municipales quedó igualmente “cerrado”. A partir de ese momento, se abrió un nuevo periodo donde las actas municipales fueron algo más específicas y concretas pero igualmente rutinarias: aprobación de los presupuestos municipales anuales, los arrendamientos de los bienes comunales… La experiencia fallida de la Dictadura de Primo de Rivera provocó, de nuevo, un reajuste impulsado desde el Estado, implicando otro cambio forzado en la composición de la corporación municipal. La dictadura de Primo de Rivera lo intentó con la elección de una mayoría de nuevos Asociados de la Junta Municipal. En 1930, la restauración de la monarquía con la promesa del monarca de convocar elecciones tanto municipales como a Cortes implicó que se viviera ese periodo como una especie de transición bajo el gobierno nacional del general Berenguer. Otra vez, el nuevo gobernador civil de la provincia cesó a la corporación anterior, eligiendo a nuevos candidatos para ocupar los cargos municipales de Becerril de la Sierra. De nuevo, el Estado imponía su voluntad en la composición de los ayuntamientos sin pasar por la decisión democrática de elecciones. Dicho gobernador no se complicó mucho para elegir a la nueva corporación. Los nuevos elegidos eran, en realidad, vecinos que ya habían ocupado cargos en tiempos pasados. De esta manera, el gobernador civil,
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en nombre del Estado, volvió a confiar en determinados miembros de la élite política local para su gobierno. Como se puede comprobar, según el cuadro nº 1, el alcalde elegido, Juan Sanz Sanz, ya había ocupado cargos de concejal en los años 1918 y 1919 mientras que los concejales nombrados por el gobernador civil ya eran unos perfectos conocidos como Manuel Sepúlveda Martín que había sido alcalde entre 1918 y 1920, Francisco Martín Fernández fue concejal en 1920 y 1921, Dionisio Fernández García y Martín Martín de la Rubia habían sido concejal en 1922 y 1923, Antonio López Sanz también fue concejal en 1922 y 1923 además de haber sido asociado entre 1918 y 1921. Finalmente Eleuterio Castelo de la Rubia, que fue asociado en 1923, había sido concejal durante todo el periodo de la dictadura de Primo de Rivera entre octubre de 1923 y 1929. En definitiva, fueron vecinos experimentados en ocupar cargos municipales en diferentes periodos institucionales como la monarquía y la dictadura. Los regímenes nacionales sufrían cambios pero, a nivel local, los miembros de la élite local se perpetuaban en los cargos. Esta vez, las actas municipales reflejaron momentos de cierta tensión, a diferencia de épocas pasadas. En la sesión del 5 de mayo de 1930, el presidente de una asociación local llamada “Cultura y Alegría”, Gabino Martín Sanz, solicitó a la corporación la cesión y venta de un terreno municipal en un lugar llamado el Alamillo para edificar un salón de baile. Esta petición no fue bien recibida por otros vecinos del entorno donde se pensaba edificar dicho local. Protestaban porque “esta obra les quitaría ventilación e higiene”. Fue un tema conflictivo ya que suponía la pérdida de un terreno municipal para aprovechamiento privado de una asociación. La corporación del momento, tal vez por su carácter transitorio ya que en abril de 1931 se celebrarían elecciones municipales, no quiso definirse al respecto. Parece que el gobierno municipal surgido de dichas elecciones decidió su venta y por ello el gobernador civil republicano de la provincia “solicitó según la sesión 10 de agosto 1931 información sobre la venta de terrenos púbicos para construir un local para recreo y baile”4. ¿Pero que era esta reciente asociación aparentemente cultural? Recordemos que su presidente, Gabino Martín Sanz, fue alcalde de la localidad en 1922 y 1923. ¿Fue una tapadera de algo más político o simplemente para el recreo y el baile de sus asociados? No estamos en 4
Ver actas municipales año 1931. Sesión 10 de agosto de 1931.
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condición de contestar a estas interrogantes pero lo cierto es que la protesta de vecinos colindantes al proyecto fue contundente.
Elecciones del 12 de abril de 1931 y la llegada de la República El compromiso del monarca de volver a convocar elecciones municipales después de bastantes años sin pasar por ellas se concretó para el 12 de abril de 1931. En Becerril de la Sierra, se presentaron los candidatos para ocupar dichos cargos municipales, superando en número a los 7 cargos que le correspondía a esta localidad por su tamaño. Este aspecto es importante a destacar porque suponía que no se había llegado al “encasillado”, que permitía la ley electoral, para evitar elecciones. Por primera vez en muchos años, los vecinos (sin participación de mujeres ni de jóvenes menores de 23 años) de Becerril de la Sierra iban a votar. Cuadro nº 4: resultados elecciones municipales 12 de abril de1931. Nombre y apellidos
Cargo
Eduardo Martín de la Rubia Dionisio Fernández García Manuel Sepúlveda Martín
Alcalde Concejal Concejal
Francisco Martín Fernández Martín Martín de la Rubia Anastasio Martín de la Rubia Eleuterio Miranda Martín Antonio Sanz Roca Hermenegildo Martín de Pedro Jacinto Sánchez Sanz Gabino Martín Sanz Timoteo Montalvo Sepúlveda
Concejal Concejal Concejal Concejal
Fuente: Boletín Oficial de la provincia de Madrid. Elaboración propia.
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Nº votos 98 80 78 76 57 50 44 40 34 31 30 27
antecedentes Concejal entre 1918 y 1921 Concejal en 1920,1921 y 1930 Alcalde entre 1918 y 1921, concejal en 1930 Concejal en 1920,1921 y 1930 Concejal en 1922,1923 y 1930 Nuevo Nuevo Nuevo Nuevo Nuevo Alcalde en 1922 y 1923 Nuevo
El cuadro nº 4 expone los datos de los resultados de las elecciones municipales celebradas el 12 de abril de 1931. Se presentaron 12 candidatos para ocupar 7 cargos. Es de destacar que de los 7 candidatos más votados, 5 ya habían ocupado cargos anteriores en periodos monárquicos. Los vecinos de Becerril de la Sierra seguían confiando a miembros de su élite política las riendas del poder municipal aunque se apreciaron ciertas diferencias notables. En primer lugar, no se presentaron para estas elecciones ningún cargo del periodo anterior correspondiente a la dictadura de Primo de Rivera. Es como si la experiencia de este periodo no hubiera sido satisfactoria para la vecindad, apreciándose ciertos matices entre los elegibles de la élite política local. Distinto es el caso de Gabino Martín Sanz que fue alcalde en periodo monárquico. Se presentó como candidato pero recibió escasos votos que le impidieron alcanzar su meta de llegar a concejal o alcalde. Tal vez surtió efecto entre la vecindad, negativo para el candidato, de la polémica respecto a la edificación del local de su asociación “Cultura y Alegría” y por ello su bajo porcentaje de votos. Lo cierto es que a los elegidos no les dio tiempo suficiente para saborear su victoria. Dos días después, se proclamó la República en España después del abandono del trono por parte de Alfonso XIII. Aunque los candidatos se presentaron a nivel individual, sin etiquetas políticas aparentes, al menos los 3 candidatos más votados fueron unos monárquicos explícitos mientras que los siguientes cuatro concejales cambiaron su inclinación inicial para convertirse al republicanismo a los pocos años. No olvidemos que tanto Eleuterio Miranda Martín como Anastasio Martín de la Rubia se presentaban por primera vez a unas elecciones municipales, tal vez con un nuevo talante, y por ello fueron unos de los destacados representantes hacia la nueva sensibilidad republicana de la localidad. Hasta el 3 de mayo de 1931 no se constituyó el nuevo ayuntamiento de la reciente instaurada República. No hubo en dicho acto ninguna exaltación al nuevo régimen en un acto austero sin alardes favorables al republicanismo. Becerril de la Sierra, en esos momentos, ni siquiera con el viento a favor de la llegada de la República, existía una agrupación republicana como en otras localidades cercanas. De esta manera, se libraba de repetición de elecciones. En efecto, el nuevo gobernador civil de la provincia estuvo muy pendiente de la existencia de dichas
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asociaciones ya que, en dichos casos, impugnaron los resultados de dichas elecciones (aludiendo normalmente a pucherazos) para obligar a la celebración de nuevas elecciones municipales. Otra vez el Estado se entrometía en asuntos municipales 5. Lo cierto es que la naciente República necesitaba el refrendo a su gobierno provisional en unas elecciones a Cortes que se celebraron en junio y julio de 1931 con una clara victoria de la coalición republicanosocialista, motivada en parte por el desconcierto de los partidos conservadores sin rumbo y sin monarca. Los resultados de Becerril de la Sierra contrastan, sin embargo, esta victoria de color progresista, en comparación con el voto conservador en las elecciones municipales. Los vecinos eligieron candidatos de signo ideológico diferentes según fueron elecciones municipales y nacionales. Una de las respuestas a esta diferencia sustancial debe hallarse en la figura del gobernador civil que fue el responsable de atraerse y cooptar la influencia y los respectivos votos de las élites políticas locales en favor de su partido republicano 6. Los datos de Becerril de la Sierra respecto a estas elecciones a Cortes son elocuentes de su buen hacer. Cuadro nº 5: resultados de Becerril de la Sierra a las elecciones a Cortes de junio y julio de 1931. 1º vuelta 2º vuelta Republicanos+Socialistas: 234 votos Republicanos+Socialistas: 122 votos Conservadores: 21 votos Conservadores: 0 votos
Fuente: Boletín Oficial de la Provincia de Madrid. Elaboración propia
Esta política de atracción de votos para su propio beneficio por parte del nuevo poder gubernamental abrió la posibilidad de republicanizar a muchos políticos de antigua tradición monárquica, sensibles a los cambios que se estaban realizando. En este sentido, parte de las élites políticas locales se afiliaron o comulgaron con el ideal republicano. En el caso de Becerril de la Sierra, el único partido político republicano que se fundó fue el de Unión Republicana, una escisión de 5
Hechos ocurridos en las cercanas Moralzarzal, Manzanares el Real, Collado Mediano, Cercedilla o Guadarrama entre otros pueblos, volviendo a celebrar elecciones municipales en junio del mismo año. 66 Ver en particular a O. Rodríguez Barreira (2011)
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Acción Republicana, a partir de 1935. Era un partido muy centrado, el más moderado del espectro republicano del momento. Fue el refugio de algunos miembros del ayuntamiento nacido de las urnas del 12 de abril de 1931 que optaron por colaborar con el ideal republicano desde un modelo centrado y moderado. En este partido hallaron su lugar los 4 concejales electos de dichas elecciones: Eleuterio Miranda Martín, Anastasio Martín de la Rubia, Martín Martín de la Rubia y Francisco Martín Fernández, los dos últimos antiguos concejales monárquicos reconvertidos en republicanos moderados. Fue un ayuntamiento de tendencia moderada cuya única acción en favor de los desfavorecidos, parados e indigentes a lo largo de los 5 años de gobierno entre 1931 y 1936 fue la creación y constitución anual de una comisión “para clasificación de familias pobres a efectos de beneficencia de médico y farmacia”. Formalmente creada cada año para realizar un recuento de aquellos vecinos que se hallaban en la pobreza para aprovecharse de una ayuda fue básicamente formada por las mismas personas: el concejal Eleuterio Miranda Martín y su mujer Plácida Martin, Eusebia Sanz gil, Hermenegilda Miranda, Macaria Sepúlveda, Escolástica Martin, Marcos Montalvo, Esteban Montalvo etc… En la sesión de 4 de agosto de 1933, fue elegido nuevo alcalde Dionisio Fernández García ya que el elegido en 1931, Eduardo Martín de la Rubia, superaba los 70 años, edad máxima para ejercer de alcalde según la ley electoral. Fue el único incidente destacable en las actas municipales durante esos años republicanos del ayuntamiento. La verdad es que el periodo republicano del ayuntamiento de Becerril de la Sierra no fue nada conflictivo. Ni siquiera puso en tela de juicio, como en otros ayuntamiento cercanos, la honestidad de sus anteriores gobernantes monárquicos al no pedir una auditoría de cuentas municipales. Tampoco el periodo republicano supuso el afloramiento y visibilidad de nuevas opciones políticas o agrupaciones asociativas vinculadas con grupos como comerciantes o empresarios. Los vecinos conservadores no formaron partido político que pudiera polarizar el espectro político local. Solo la creación de Unión Republicana en 1935 así como la fundación de la UGT local, en su sección de cantería, en fecha indeterminada pero anterior al 18 de julio de 1936, fueron los hitos más destacados de la vida política y sindical de la localidad.
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Cuadro nº 6: resultados de las elecciones generales a Cortes en diciembre de 1933. Electores: 394 Partidos de Izquierdas: 109 votos
Fuente: Boletín oficial de la Provincia de Madrid. Elaboración propia.
Votantes: 238 Partidos de derechas: 126 votos
Los resultados de las elecciones generales a Cortes de 1933 donde votaron por primera vez las mujeres y los jóvenes mayores de 21 años de la localidad en Becerril de la Sierra dieron una pequeña victoria para los partidos de la derecha, unas elecciones ganadas por el partido Radical, consolidando un gobierno nacional con una alianza con la CEDA, confederación de partidos de derechas y conservadores. Durante la huelga general de octubre de 1934, no se sintieron sus efectos entre los obreros locales a diferencia de otras poblaciones cercanas que sufrieron tensiones con la fuerza del orden público. De hecho, el mismo día 6 de octubre, fecha de su inicio, se celebró una sesión del ayuntamiento sin ninguna referencia a posibles disturbios en la localidad. El periodo republicano de su ayuntamiento tampoco supuso un fuerte rechazo a las manifestaciones religiosas. Todas ellas se permitieron y continuaron con la tradicional ayuda municipal a la festividad taurina durante las fiestas patronales de septiembre así como en la colaboración con las asociaciones de vecinos casados y solteros que según la costumbre tradicional organizaban los festejos de septiembre 7. En definitiva, fue un ayuntamiento continuista con la dinámica institucional de los periodos anteriores con muy pocas diferencias en relación a las políticas municipales del periodo monárquico y de la dictadura de Primo de Rivera.
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Ver libro de actas municipales del año 1935. Archivo municipal de Becerril de la Sierra.
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Cuadro nº 7: resultados de las elecciones a Cortes de febrero de 1936. Electores: 412 Frente Popular: 164 votos
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Votantes: 317 CEDA: 154
Fuente: Boletín oficial de la Provincia de Madrid. Elaboración propia
Las elecciones generales a Cortes de febrero de 1936 dieron el triunfo al Frente Popular donde se hallaba, entre otros, Unión Republicana, el único partido político existente en Becerril de la Sierra. La victoria por 10 votos de las izquierdas en esta localidad fue suficiente para tomar la decisión del nuevo gobernador civil de la provincia respecto a no forzar cambios en el ayuntamiento de esta localidad. En otras poblaciones, los gobiernos municipales en manos de las derechas y donde ganó en dichas elecciones la CEDA, fueron cesados por dicho gobernador en nombre del Frente Popular, colocando en su lugar una comisión gestora con miembros afines a sus ideas políticas hasta la celebración de nuevas elecciones municipales (inexistentes desde abril de 1931), previstas para el otoño de 1936… El republicanismo local en manos de Unión Republicana no fue mayoritario en el seno municipal ni en la totalidad de la población. Las dos elecciones generales dieron pequeñas ventajas a cada una de las dos opciones ideológicas presentes en un ambiente ideológico bastante repartido. Se puede considerar que era una situación más bien igualada entre ambas tendencias, aspecto que tuvo su reflejo entre la élite política local, entre muchos miembros de tradición conservadora y monárquica y de otros reconvertidos en republicanos moderados. Nunca hubo en Becerril de la Sierra partidos como el partido Comunista, ni siquiera un partido Socialista a pesar de la existencia de una sección de canteros de la UGT. Tampoco la CEDA estuvo representada oficialmente como tal en esta localidad ni desde luego hubo presencia de afiliados a Falange Española. La polarización política que caracterizó el último periodo de la República, a raíz de la victoria del Frente Popular en febrero de 1936, no cuajó del todo en Becerril de la Sierra. Su élite política fue especialmente moderada y, de una cierta manera, no permitió la radicalización de las ideologías de sus habitantes. Aspecto que, desde luego, no estaba en la mente de los vecinos de Becerril de la Sierra cuya estructura social no había sufrido especiales alteraciones significativas en los últimos años.
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La guerra civil en Becerril de la Sierra La convulsión del verano de 1936 El golpe militar del 18 de julio de 1936 cambió radicalmente la vida política del país. El gobierno republicano tuvo que enfrentarse a una sublevación generalizada de los mandos militares que apoyaron el golpe militar. En la capital, las tropas sublevadas y civiles afines se atrincheraron en el cuartel de la Montaña y los demás centros militares no pudieron juntarse debido a la respuesta de los efectivos fieles a la República con la ayuda de organizaciones sindicales y políticas de Madrid. Uno de ellos fue el cuartel de Transmisiones de El Pardo cuyos mandos optaron por fugarse hacia la sierra para pasar al bando de los sublevados. Con trampas para poder atravesar los diferentes controles que se crearon a lo largo de las vías de comunicación, dichas tropas pudieron cruzar Colmenar Viejo entre un intenso tiroteo, siendo alcanzados en los aledaños de Manzanares el Real, en Cabeza Illescas, por milicianos republicanos. Se entabló una lucha el día 21 de julio que acabó con la muerte de algunos de los mandos sublevados y la rendición de dichas tropas 8. Una de las personas destacadas en la lucha contra estas tropas sublevadas fue el maestro y alcalde como presidente de la comisión gestora de Manzanares el Real, Ricardo Yáñez Tirado. Militante de Izquierda Republicana, fue uno de los coordinadores de la lucha armada en Cabeza Illescas. Así decía el ABC del 5 de agosto de 1936: “Como técnico militar, el Sr. Yáñez tiene en su haber el haber evitado que los facciosos del regimiento de Transmisiones, huidos de El Pardo, pudieran realizar su propósito de reunirse con los rebeldes que intentaban operar en el puerto de Navacerrada”. Fue una persona de rápida decisión ante los acontecimientos que se estaban desarrollando de forma accidentada. Además de lo estrictamente militar, coordinando las milicias creadas en 8
Ver R. Fernández Suárez (coordinador), en “la Sierra convulsa “(2015), pp: 199 en adelante.
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los diferentes pueblos de la zona, cesó a una serie de ayuntamientos cercanos a Manzanares el Real y con la potestad que le otorgó el gobierno nacional, se convirtió en el alcalde de todos ellos como el de Cerceda, El Boalo, Mataelpino y Becerril de la Sierra. Así lo recordaba el mismo periódico ABC: “Temiendo debilidades en otros mandos, el alcalde de Manzanares se proclamó alcalde de media docena de pueblos inmediatos al suyo, decisión que ha sido confirmada por la autoridad gubernativa, y adoptó todas las medidas oportunas al caso para impedir que la subversión pudiese en aquellos prosperar, así como para adoptar las medidas necesarias para garantizar las comunicaciones y servicios de primera necesidad, algunos de tanta importancia como la presa de Santillana”. El ayuntamiento de Becerril de la Sierra fue uno de los que se sospechaba desde las principales autoridades republicanas de la zona. De esta manera lo confirma el testigo L.S. Contador en diciembre de 1939 cuando escribía: “Al estallar el Glorioso Movimiento Nacional, me encontraba en Becerril de la Sierra (Madrid) a dónde iba a pasar seis meses por razones de salud de mi hija desde el año 1933. A los tres o cuatro días de estallar el Glorioso Movimiento Nacional, se presentó en dicho pueblo un tal Yáñez que al parecer era maestro Nacional en Manzanares El Real, diciendo que le habían nombrado alcalde general de todos los pueblos de aquel contorno con plenos poderes para que él a su vez nombrase los alcaldes de los pueblos del Boalo, Matalpino Cerceda y Becerril”. Después de esta presentación, según este testigo de excepción, Yáñez Tirado dejó claro sus intenciones cuando acudió a Becerril de la Sierra: “En su consecuencia destituyó el Ayuntamiento en general, cuyo alcalde en aquella fecha era Dionisio Fernández nombrando en aquel momento un nuevo Ayuntamiento y como Alcalde a Don Eleuterio Miranda Martín”. Ante esta situación de emergencia, Ricardo Yáñez Tirado confió la alcaldía del ayuntamiento de Becerril a un concejal que consideraba afín a los intereses de la República, a Eleuterio Miranda Martín que estaba afiliado a Unión Republicana. Yáñez Tirado, en contraposición, no se fiaba del anterior alcalde Dionisio Fernández García a quien cesó. Es interesante seguir los argumentos de L.S. Contador, al escribir dicha carta en defensa de Eleuterio Miranda Martín. Según él, la situación en Becerril era complicada para los políticos del ayuntamiento. El sabido
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conservadurismo que les caracterizaba por ser de tradición monárquica, excepto los moderados de Unión Republicana, fue una fuente de suspicacia por parte de los defensores de la República. Así lo expresaba:” Como en aquellos días no había más remedio que acatar las disposiciones de los que llegaban, y más en los pueblos, el citado Don Eleuterio Miranda Martín, no tuvo más remedio que acceder al puesto que le designaban, a pesar de rehusarlos varias veces, alegando que se encontraba enfermo desde hace varios años, y que el médico titular Don Lorenzo Gómez Calcerrada podía justificar la veracidad de los hechos”. Según esta información, el propio Eleuterio Miranda Martín, uno de los defensores de la República, no estaba muy entusiasmado en tomar las riendas del poder municipal de esta manera tan abrupta. Todo lo que venía de fuera (desde la presencia de Ricardo Yáñez Tirado hasta las milicias que pasaban por el pueblo camino del puerto de Navacerrada) era peligroso por ser la expresión de la radicalidad y el extremismo. Él era un republicano pero moderado, alejado de la violencia que ya estaba presente desde los primeros momentos. Ya empezaron a oírse que milicianos sin control gubernamental ejercían la justicia por su cuenta, asesinando a gente de derechas. Durante ese verano de 1936, tiempos de desbordamientos de pasiones y ausencia de autoridad: “Estando como digo una mañana en la Secretaría, serían aproximadamente las doce del día, cuando se presentaron unos individuos armados de pistolas y fusiles preguntando por el Alcalde, pues necesitaban verle con gran urgencia, mientras esto ocurría se presentó el Alcalde Don Eleuterio Miranda, y le dijo el Secretario: “Eleuterio, estos compañeros te buscan con urgencia: eres tú el Alcalde, pues mira, sabemos que en este pueblo hay muchos fascistas y nos vas a decir los nombres de ellos y te vas a venir con nosotros para ir a buscarlos”. La contestación del Alcalde no se hizo esperar mucho tiempo y fue la siguiente: “En este pueblo no hay fascistas ni los ha habido y el único fascista que hay soy yo, que soy el Alcalde, y ahí está el arma que me han entregado para mi defensa, así que ya sabéis lo que tenéis que hacer”. Después de esta manifestación hecha por el Alcalde, hubo discusión, pero consiguió alejarlos del pueblo no habiendo ocurrido incidente alguno” 9. 9
Todos los datos en cursiva están tomados del Archivo Histórico de Defensa (AHD). Consejo de guerra contra Eleuterio Miranda Martín, sumario 59576 legajo 2602.
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Los republicanos locales ante la adversidad exterior Los pueblos de la retaguardia republicana reaccionaron ante el golpe militar de forma rápida creando comités del Frente Popular donde estaban representadas todas las organizaciones sindicales y políticas de la localidad en defensa de los intereses de la República. En Becerril de la Sierra no se creó tal comité de inmediato ya que Ricardo Yáñez Tirado, como vimos anteriormente, había impuesto un nuevo ayuntamiento controlado por los únicos representantes republicanos de la localidad, los militantes de Unión Republicana con Eleuterio Miranda Martín a la cabeza. Pero finalmente, entre agosto y septiembre de 1936, se creó el comité del Frente Popular en Becerril de la Sierra. No sabemos si el propio Ricardo Yáñez Tirado lo impuso, pero lo cierto es que el sindicato local de UGT de canteros tomó la iniciativa con la creación de dicho comité. Por primera vez tuvieron que tomar iniciativas importantes que implicaba a toda la localidad y no solamente a sus propios afiliados.
Cuadro nº 8: composición del comité del Frente Popular de Becerril. Nombre y apellidos Alejandro Sanz Martín Cayo Hernán Martín Luis Martín Sanz Andrés Martín Fadrique Francisco Montalvo Andrés David Gil Fraile
Cargo Presidente Secretario Vocal Vocal Vocal Vocal
Fuente: AHD. Elaboración propia.
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Procedencia UGT UGT UGT UGT UGT UGT
Según los testimonios directos de estos miembros del comité, no se hace referencia en ningún momento al control del orden público, aspecto a tener muy en cuenta en esos días. No podemos hablar, por lo tanto, de milicias organizadas en Becerril de la Sierra. En los demás pueblos, estas fueron las encargadas de controlar los cruces de carreteras, vigilando el intenso y a veces sospechoso tráfico de vehículos. Aquí, sin embargo, no parece que los defensores de la República siguieran esta iniciativa armada, sin saber realmente si fue por falta de un impulso inicial desde dentro, por ausencia de armas disponibles o simplemente de pocos efectivos entregados a la causa republicana. ¿Cuáles fueron los cometidos de este comité? Uno de ellos fue utilizar el recurso de la incautación. Debido a que el dueño de alguna propiedad había abandonado su finca o su hotel, el comité tenía la potestad legal de incautarse de la misma para uso propio relacionado, por ejemplo, para uso militar o bien continuando con su producción agrícola. Según Cayo Hernán Martín, “se incautaron de un hotel, de ganados para la Intendencia militar y varios coches para uso del pueblo y del ayuntamiento”10. Lo mismo dijo Francisco Montalvo Andrés: “hemos requisado un hotel, algunas fincas, ganados y coches pero siempre en nombre del comité y nunca para uso particular”11. Luis Martín Sanz fue más explícito al respecto, diciendo que “se hicieron cargo de un hotel del pueblo para evitar que las fuerzas rojas lo estropeasen. Siguiendo órdenes superiores, se hizo cargo de varias fincas en Navahuerta” 12. Realizaron, por lo tanto, incautaciones para proteger los bienes de sus propietarios huidos. Pensaban que si así procedían, dichos bienes no serían destrozados por las tropas militares, sobre todo los hoteles, por su descuido del material casero y de los enseres privados. El primer documento del ayuntamiento de este periodo corresponde al día 19 de septiembre de 1936, o sea dos meses después del golpe militar. Con la anterior corporación cesada, en la vigente estaba presente el secretario de los ayuntamientos anteriores, Leonardo Fraile del Real y como alcalde Eleuterio Miranda Martín, acompañado de los siguientes concejales: Anastasio Martín de la Rubia, Martín Martín de la 10
Ver AHD. Consejo de guerra contra Cayo Hernán Martín. Sumario 23414, Caja 1514/10 Ver AHD. Idem. 12 Ver AHD. Idem 11
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Rubia y Francisco Martín Fernández. O sea nos encontramos con los cuatro miembros de Unión Republicana que representaban la legalidad republicana en Becerril de la Sierra. Fueron ellos los que tuvieron que representar el ayuntamiento republicano en momentos difíciles y complicados ya que la autoridad ya no emanaba del gobierno sino de las milicias organizadas por sindicatos y partidos políticos que iban y venían al frente de la sierra para parar el avance de las tropas sublevadas por el norte. A los pocos días del 18 de julio de 1936, las cumbres de la sierra madrileña fueron escenarios de duros combates. Muchos pueblos cercanos fueron declarados como zona de guerra por parte del gobierno militar, lo que provocó que los comités revolucionarios locales forzaran la evacuación de vecinos considerados derechistas para evitar espionaje y posibles sabotajes. Becerril de la Sierra acogió a parte de estos vecinos evacuados. Así lo describen los propios actores, en 1939, como Alipio Burdiel-Felipe, Francisco Hermida Díaz, Emilio Badenas Segarra y Salvador Bans y de Casaux, vecinos de Los Molinos. “Que cuando los marxistas mandaron evacuar el pueblo de Los Molinos, Eleuterio Miranda los acogió siendo alcalde y los protegió”. Así lo confirmaba Dionisio Alonso Martín, Presidente de la Gestora franquista de Los Molinos en 1939,: “Que cuando Los Molinos fue evacuado por los marxistas el día 17 de agosto de 1936, Eleuterio Miranda los acogió a todos en Becerril y los protegió”. Lo mismo certificó en 1939 Luis Bravo Carralón como presidente de la Gestora franquista del Ayuntamiento de Guadarrama, Julián Ruiz Victoria, Emilio Jiménez Geromini y Damián García Fernández como miembros de la misma: “Que cuando en 1936 fue evacuado Guadarrama, Eleuterio Miranda los acogió en Becerril y los ocultó junto con sus familiares”13. El alcalde y sus compañeros del ayuntamiento, así como los miembros del comité del Frente Popular optaron por colaborar con los refugiados derechistas que huían de sus localidades, protegiéndoles a pesar de que esta decisión pudiera ser controvertida, provocando tensiones entre milicias de otras localidades o de Madrid y este ayuntamiento.
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Declaraciones recogidas en AHD, consejo de guerra contra Eleuterio Miranda Martín, sumario 59576 legajo 2602.
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Becerril de la Sierra se estaba convirtiendo en un pequeño oasis de tranquilidad y paz. Los demás pueblos circundantes ya sabían lo que eran los asesinatos de vecinos de derechas así como la violencia antirreligiosa donde se vieron afectados los curas párrocos y la quema de las iglesias. Aquí, sin embargo, los republicanos responsables del ayuntamiento y los sindicalistas del comité del Frente Popular fueron un freno hacia esta escalada de violencia que procedía del exterior ya que en su seno no existía ningún grupo organizado de izquierdas que pretendiera realizar acciones revolucionarias. La UGT local no pudo ni quiso ser un revulsivo revolucionario. Todo quedaba en manos de este grupo de republicanos y sindicalistas moderados.
El control de la violencia política Un acontecimiento trágico, ocurrido en septiembre de 1936, se convirtió en una mancha dentro de este oasis de paz que era Becerril de la Sierra. Fue hallado el cadáver del médico de Moralzarzal, Horacio Hernández Calvo, en su término municipal 14. Esta noticia perturbó a las autoridades locales y obligó a extremar las precauciones. Ante el posible contagio que pudiera provocar la muerte de personas de derechas, tanto de vecinos como de afincados, por parte de milicianos, el alcalde Eleuterio Miranda Martín, tuvo una peculiar iniciativa. Utilizando su poder institucional, “dio un pregón siendo alcalde para que nadie sacara a derechistas fuera del pueblo para matarlos” 15. Otra de las precauciones tomadas fue la de la protección del cura párroco, Rodrigo Rodríguez González y de la iglesia parroquial. Después del 18 de julio, el párroco entregó las llaves de la iglesia al ayuntamiento, quedándose el templo cerrado al culto, mientras que el propio cura quedaba oculto como él mismo dijo en 1939: “Que Eleuterio Miranda me salvó de las hordas marxistas que saqueaban y mataban, me acogió en Becerril, y le avisaba cuando venían los rojos y despistaba a sus 14
Archivo Histórico Nacional. Fondos Contemporáneos. Causa General, 1508, expediente: 5. Declaraciones recogidas en AHD, consejo de guerra contra Eleuterio Miranda Martín, sumario 59576 legajo 2602. 15
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perseguidores” 16. Tanto el cura como la iglesia estaban a salvo de los violentos que ejercieron su ira anticlerical durante el verano de 1936 ya que el ayuntamiento fue el garante de su seguridad. De hecho el templo pudo salvarse de esta primera oleada de violencia antirreligiosa ocurrida en el verano de 1936. El ayuntamiento y el propio comité del Frente Popular protegieron el templo de cualquier desbordamiento popular. Al contrario, era un lugar seguro y controlado como así lo aseveró el vecino Vicente Martín López, comentó en 1939, “que al comienzo del Movimiento Nacional, Cayo Hernán se presentó en su casa diciendo que, para que evitara responsabilidad, le entregara una Virgen milagrosa que tenía en su casa porque una de sus hijas era presidenta de una hermandad. Y ambos la llevaron a la iglesia, portándose muy bien Cayo Hernán con el declarante”17. Pero, una vez instaladas las tropas republicanas en el pueblo, el ayuntamiento y el comité ya no pudieron controlar la iglesia. Un año después, en julio de 1937, dichas tropas militares se llevaron las campanas de la iglesia para fundirlas para material de guerra así como eliminó todos los altares e imágenes religiosas de su interior para dejar el edificio vacío de elementos religiosos y darle otro uso más funcional para tiempos de guerra: almacén e intendencia 18. Esta vez las autoridades locales no pudieron hacer nada para salvar el templo. Para el control político de los vecinos y afincados en Becerril de la Sierra, se creó un comité de investigación. Esta tarea poco grata era la de vigilar y denunciar a cualquier vecino sospechoso de colaborar con las tropas enemigas a la República o mantener actitudes públicamente desafectas al Régimen. Así lo declaró su presidente Primitivo Sanz Fernández: “es cierto que fue jefe del comité de investigación pública, que para este cargo fue designado por el alcalde llamado Eleuterio Miranda Martín y con él componían este comité los concejales en representación del ayuntamiento y otros representantes directos del comité del Frente Popular” 19. Según parece, este comité de investigación fue creado como consecuencia de presiones externas al propio ayuntamiento y comité del Frente Popular. Así lo aseguraba uno de sus miembros, Daniel de la Rubia Sanz,: “que los nombramientos de este comité los hizo el alcalde Eleuterio 16
Idem Ver AHD. Consejo de guerra contra Cayo Hernán, Sumario 23414, Caja 1514/10 18 Archivo Histórico Nacional. Fondos Contemporáneos. Causa General, 1508, expediente: 5. 19 Ver AHD. Consejo de guerra contra Primitivo Sanz Fernández, Sumario 23 416, Legajo 2490 17
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Miranda quien les dijo que se hacía la constitución de este comité porque lo ordenaban desde arriba y solo para hacer ver que se constituía” 20. Este comité había nacido realmente para despistar a milicianos foráneos y autoridades republicanas externas a la localidad. Como decía Daniel de la Rubia Sanz, vocal del mismo: “Este comité no efectuó denuncia ninguna”.
Cuadro nº 9: composición del comité de investigación Nombre y apellidos Primitivo Sanz Fernández Paulino Morales de la Rubia Daniel de la Rubia Sanz Ángel Martín Martín Mario Sanz Martín Eleuterio Miranda Martín Anastasio Martín de la Rubia Francisco Martín Fernández Martín Martín de la Rubia Alejandro Sanz Martín Cayo Hernán Martín Luis Martín Sanz Andrés Martín Fadrique Francisco Montalvo Andrés David Gil Fraile
Fuente: AHD. Elaboración propia
cargos presidente Vocal Vocal Vocal Vocal Vocal Vocal Vocal Vocal Vocal Vocal Vocal Vocal Vocal Vocal
representación UGT UGT UGT UGT UGT Ayuntamiento Ayuntamiento Ayuntamiento Ayuntamiento Comité FP Comité FP Comité FP Comité FP Comité FP Comité FP
Después del hallazgo del cadáver del médico de Moralzarzal, se intensificaron las presiones para que este comité realizara denuncias de personas de derechas que había camufladas en el pueblo. En boca de su presidente, Primitivo Sanz Fernández, sabemos que: “fue llamado a 20
Ver AHD. Idem.
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Madrid donde le preguntaron que si era cierto que en el pueblo estaban todavía el cura y un capitán. Que allí le ordenaron que acompañase a varios individuos que iban a proceder a la detención de los dos para que les indicasen el lugar en que vivían. Que con anterioridad a esta detención había hecho el comité todo lo posible por evitar que fuesen detenidos. No se atrevió a contestar a las preguntas que le hicieron en la checa por miedo. Que no se les ocurrió esconderlos porque todo el mundo sabía donde estaban”21. En efecto, sabemos que el cura estaba escondido en el pueblo con la ayuda de las autoridades republicanas locales. El propio cura decía, en 1939, “el 25 de septiembre de 1936 fue detenido en Becerril como cura de dicha parroquia. Que primeramente desde el alzamiento tanto el deponente como el capitán Gomá fueron protegidos por el alcalde del Frente Popular Eleuterio Miranda, evitando que fuéramos detenidos en los primeros momentos pero más tarde se formó una junta de investigación que presidía Primitivo Sanz y se trasladaron a Madrid presionados por los elementos extremistas de esta comarca en que destacaba un comandante conocido como el tuerto de Navacerrada” 22. ¡Otra vez el mismo argumento! El peligro procedía de fuera y solamente desbordamientos y fuertes presiones podían hacer perder el control de los republicanos locales como la supuesta presión ejercida por parte del miliciano aludido de Navacerrada que se llamaba Felipe Espinosa Morales, jefe marxista de esta zona de la sierra. Mientras tanto el capitán aludido era Federico Gomá Orduña. Residía con su familia en un hotel en esta localidad desde hacía unos pocos años veraneando en esta localidad. Su hermano José, en 1939, denunciaba lo siguiente: “que su hermano veraneaba en el pueblo cuando estalló el movimiento y el primer día salió de su casa para dirigirse al regimiento de artillería de Getafe llegando a la estación de Collado Mediano en donde las milicias armadas no le dejaron subir al tren teniendo que regresar al pueblo. Allí permaneció en su casa como detenido sin que el alcalde hiciera nada contra él. Viéndose en esa situación llamó a los miembros del comité y les dijo que pensaran bien antes de denunciarle
21 22
Ver AHD. Idem Ver AHD. Idem
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porque si a él lo mataban, cuando entrasen los militares correrían la misma suerte”23. Este militar y el cura fueron arrestados, pero a partir de una iniciativa propia de la checa de la calle Fomento de Madrid quienes fueron los que obligaron al presidente del comité de investigación, Primitivo Sanz Fernández, a detenerlos en el pueblo, acto que realizó para no enfrentarse al poderío de dichos milicianos. Así lo corroboró el vocal Paulino Morales de la Rubia: “que formaba parte del comité cuyas atribuciones desconocía, no tomaron acuerdo de ninguna clase, que las únicas detenciones fueron las del cura y del capitán y éstas se realizaron por haber sido llamado Primitivo Sanz a Madrid a la checa de Fomento donde no se atrevió a negar la existencia de tales personas”. Los dos presos quedaron encerrados en los calabozos de la checa de Fomento. El cura párroco fue liberado a los pocos días mientras que el capitán desapareció de la misma siendo asesinado el 27 de septiembre de 1936 apareciendo su cadáver en la calle Vallehermoso de Madrid 24. Este caso fue el único asesinato en que los republicanos de Becerril de la Sierra estuvieron involucrados, aunque de forma pasiva, ante la presión ejercida por las milicias de Madrid, muy poderosas durante los primeros meses de la guerra civil.
Funcionamiento de la retaguardia republicana en guerra. Becerril de la Sierra sufrió ciertos cambios a lo largo del año 1936 que se acentuaron hasta el final de la guerra. Al no hallarse en primera zona de guerra pero inmediata a ella, recibió la llegada de vecinos de derechas de localidades colindantes que fueron evacuados y pudieron ser atendidos en Becerril de la Sierra por las propias autoridades republicanas locales. Algunos de estos evacuados se fueron con su propio ganado como el vecino de los Molinos, Deogracias Antón, diría en 1939,: “Que cuando fue evacuado con los vecinos de su pueblo, fueron muy bien acogidos por 23 24
Ver AHD. Idem Ver AHD. Idem.
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el Comité del Frente Popular de Becerril, que les dieron toda clase de facilidades para instalarse, y que les dieron pastos para el ganado que pudieron salvar de la “rapiña roja” de Los Molinos. Que por mediación de Cayo Hernán pudo cobrar el 60% del valor de 34 reses vacunas que le sacrificó la Intendencia de Villalba y que no le quería pagar por desafecto al Gobierno de la República. La Intendencia se quedó con el 40% porque decía que no eran suficientes garantías las presentadas por Cayo Hernán en favor del declarante” 25. Si muchas personas vinieron a vivir como evacuados a Becerril de la Sierra, otros tuvieron que irse, esconderse en Madrid o pasarse a la otra parte de la sierra donde estaban las tropas sublevadas porque no se sentían seguros y sujetos a sufrir denuncias. Fue, por lo tanto, un periodo de alteraciones en la vida cotidiana de los habitantes de la localidad. La fuerte presencia militar a partir de 1937 en adelante condicionó la marcha del pueblo. Muchas divisiones descansaban a turnos y durante un tiempo en la localidad. Pernoctaban en lugares habilitados mientras que sus altos mandos ocupaban hoteles incautados para el efecto, priorizando un buena gestión respecto a la intendencia y manutención de las tropas. Para ello, impuso sus propias necesidades a las de los vecinos. El mando militar era quien ejercitaba el poder en el pueblo. Se intentó por parte del ayuntamiento dar enseñanza a los niños y niñas que andaban por las calles. Para ello, dicho consejo municipal creó en octubre de 1936 el comité de la primera enseñanza siendo su portavoz Martín Martín de la Rubia para resolver los problemas respecto a la educación infantil. Al iniciarse 1937, el gobierno republicano se había recompuesto después del periodo anterior que se inició a raíz del golpe militar caracterizado por una pérdida de control del poder estatal en muchos aspectos de la organización de la retaguardia, uno de ellos en el control político de la vida municipal. En este sentido, el gobierno ordenó la creación de nuevos concejos municipales en donde debían estar representadas todas las organizaciones afines al gobierno republicano. El 22 de febrero de 1937, se creó dicho nuevo consejo en Becerril de la Sierra que terminaba con el anterior que 25
Ver AHD. Consejo de guerra contra Cayo Hernán Martín, Sumerio 23414, Caja 1514/10
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había nacido de la intervención directa del alcalde de Manzanares el Real, Ricardo Yáñez Tirado, a los pocos días después de la sublevación militar. Una vez creado este consejo municipal, sus miembros apostaron por su estabilidad en estos tiempos convulsos. Por ello decidieron que esta composición de 1937 fuera inalterada para el año 1938 y 1939, consiguiéndolo hasta la caída de la República el 28 de marzo. Siguieron ocupando cargos de relevancia personas como Eleuterio Miranda Martín y sus compañeros de partido Francisco Martín Fernández y Anastasio Martín de la Rubia, aunque esta vez, Eleuterio Miranda Martín también figuraba como afiliado a la UGT. Su alcalde Primitivo Sanz Fernández de UGT también era presidente del comité de investigación que tantos quebraderos de cabeza le proporcionó. Pero la gran novedad fue la creación del sindicato CNT en Becerril de la Sierra en enero de 1937 del cual conocemos algunos miembros de los que se comentará más adelante, sospechando que tres de esta nueva organización estuvieron presentes en este consejo municipal. Cuadro nº 10: composición del nuevo consejo municipal desde el 22 de febrero de 1937 hasta marzo de 1939. Nombre y apellidos Primitivo Sanz Fernández Eleuterio Miranda Martín Félix García de la Rubia Francisco Martín Fernández Anastasio Martín de la Rubia Dionisio López Sanz Basilio Rozas Sanz
Cargo Alcalde 1º teniente Vocal Vocal Vocal Vocal Vocal
Fuente: Archivo municipal de Becerril de la Sierra. Elaboración propia
Representación UGT UR y UGT ¿CNT? UR UR ¿CNT? ¿CNT?
La CNT, de tradición anarquista, era un sindicato de relativa poca implantación en Madrid y de escasa presencia en su provincia antes de la guerra. Sin embargo, todo cambió a raíz del golpe militar del 18 de julio de 1936. En los pueblos de la retaguardia republicana surgieron secciones de este sindicato y, a partir del establecimiento de los consejos municipales
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donde debían de estar representadas todas las organizaciones afines a la República, el sindicato CNT tuvo su representación y espacio propio. Ahora bien, la creación de este sindicato a nivel local debe entenderse como parte de una estrategia en busca de seguridad, reconocimiento legal y espacio de poder por parte de aquellos vecinos que optaron por esta vía. En efecto, son determinados vecinos de Becerril de la Sierra quienes buscaron a este sindicato y no al contrario. No es el factor revolucionario y anarquista de dicho sindicato que atrajo a sus nuevos afiliados de 1937 sino la posibilidad de encontrar una organización sindical que pudiera ampararles y protegerles ya que aquellos vecinos que así se afiliaron a la CNT buscaron esta posibilidad que la organización regional permitió debido a su permisibilidad. Se afiliaron vecinos que no quisieron hacerlo en UGT ni en UR sino en bloque en este nuevo sindicato desconocido para muchos. En su mayoría fueron vecinos conservadores, deseosos de protegerse de la amenaza marxista y comunista. La Federación Comarcal de Colmenar Viejo donde estaba encuadrada la CNT de Becerril de la Sierra realizó un informe, a 9 de junio de 1937, sobre el sindicato en esta localidad del cual se puede sacar conclusiones. Dice así: “Contiene un número de afiliados de 50 en su totalidad ganaderos y campesinos, todos pequeñitos propietarios que de por si se lo trabajan ellos mismos, no existe colectividad debido a la poca voluntad de los mismos creyendo que así viven mejor, no ha sido por falta de esta Comarcal de haber insistido en lo que hubieran trabajado en colectividad”26. Se puede considerar que el número de afiliados era importante ya que 50 afiliados en unos pocos meses supone un grado importante de implantación local. También se nos dice que son todos ganaderos y agricultores pequeños propietarios, es decir el grupo económico y social más importante de la localidad, caracterizado por su conservadurismo dependiente de sus redes contractuales para conseguir y mantener clientela y trabajo. Tampoco se lanzaron en una experiencia colectivista, cada afiliado seguía trabajando sus propias tierras sin que sean puestas en común entre todos.
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Archivo General de la Guerra Civil Española. PS Madrid, legajo 2281.
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La implantación de este sindicato en el entramado de la guerra civil en Becerril de la Sierra fue un aspecto que todos los vecinos tuvieron que tener en cuenta, sobre todo los republicanos locales en los cargos municipales. Auto-organizados de esta forma tan peculiar, estos vecinos conservadores con nueva identidad no tuvieron que vivir ningún conflicto con los demás vecinos ni con sus representantes políticos. Sus relaciones fueron cordiales como veremos a continuación. En junio de 1937 fallecía el viejo secretario del ayuntamiento Leonardo Fraile del Real que se había mantenido en este cargo desde 1898. Para el alcalde Primitivo Sanz Fernández, la solución era hallar un nuevo secretario que comulgara con el contexto político del pueblo y que no fuera un problema añadido por si fuera demasiado exaltado. La solución la encontró en Antonio Gutiérrez García, “que por defunción del secretario de Becerril Leonardo Fraile de muerte natural fue Primitivo Sanz a buscarme a Manzanares el Real en donde residía y había sido secretario de su ayuntamiento antes del 18 de julio para proponerme ser el secretario del ayuntamiento de Becerril. Traté de disuadirlo por ser considerado en la comarca como de derechas, que en Manzanares se me perseguía por haber sido contrario a los marxistas, que se había dado paseo a mi suegro, y yo andaba escondido en la Pedriza durante muchas semanas. Primitivo Sanz me dijo que me consideraba un hombre honrado y un buen administrador de fondos municipales y que estaría amparado en un pueblo en donde no se tenía animosidad en contra de él. Presté mis servicios en dicho ayuntamiento desde el 1 de julio de 1937 hasta el 8 de julio de 1938 en que no tuve más remedio que incorporarme a filas”27. Otra vez sin secretario a partir de julio de 1938, el alcalde Primitivo Sanz tuvo que buscar un sustituto con los mismos requisitos que el anterior. Lo importante era no levantar suspicacias de ningún tipo. El elegido fue Faustiniano Saavedra Franco quien comentaba en 1939: “estando oculto en Becerril para no sufrir las persecuciones de la horda roja y el 8 de julio de 1938 al cesar el secretario del ayuntamiento en su cargo fue requerido por Primitivo Sanz como alcalde para ir a sustituirle como secretario honorario sin percibir nada a cambio. Siempre fue
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Ver AHD. Consejo de guerra contra Primitivo Sanz Fernández, Sumario 23 416, Legajo 2490
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protegido por dicho alcalde y bien reconocido en el pueblo que en su mayoría es de derechas”28. La apreciación de dicha persona era que Becerril de la Sierra era, durante la guerra civil, “en su mayoría de derechas”. Un pueblo en la retaguardia republicana de la sierra de Guadarrama con población de derechas evacuada de otras localidades, sin haber sufrido violencia política extrema ni haberse aventurado en experiencias revolucionarias notables daba la impresión de ser “de derechas”, a pesar de la presencia continuada de tropas republicanas en su seno. En noviembre de 1937 se hallaban tropas de la 33º brigada del Bon de ametralladoras. Cuatro de sus soldados denunciaron a sus superiores (no a las autoridades locales) al vecino Antolín Esteban Martín, también llamado el manco. Éste conocía a dichos soldados porque regentaba una taberna en el pueblo. Le denunciaron porque “se dedica a la venta de bebidas estando éstas prohibidas su venta en esta zona por la Intendencia de la 29º Brigada (..) Para efectuar sus ventas suele salir por las noches con botellas debajo del brazo y reunirse con ciertos militares clasificados como “confusos” de las fuerzas que estamos descansando en este pueblo (…). En otras ocasiones, se lleva a los soldados fuera del pueblo a conversar llevando una botella de coñác debajo del brazo y decirles que cada día que pasa es más ventajoso para el enemigo, que ellos respetan más las cosas que nosotros etc… se dedica a contar bulos de una manera derrotista…”. Estos denunciantes aclaran que dicho vecino estaba constantemente vigilado por miembros de dicho Batallón y observaron que se le hacía sospechoso “por acudir a reuniones en varias casas del pueblo en las que suelen reunirse las personas de mayor significación derechista, viéndole salir de noche camino de Navacerrada o el Moral y viéndose vigilado se ocultaba para no ser visto”. Se sabe de él, según pudieron oír en el pueblo, que fue un propagandista de derechas en el pasado.
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Ver AHD. Idem
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Fuente: Causa General. Carta del alcalde Primitivo Sanz Fernández remitida como aval en favor del denunciado Antolín Esteban Martín.
“Acudió él con otros más al famoso mitin de Gil Robles en 1934 en El Escorial. En cierta ocasión que ocurrió un accidente de un automóvil en la carretera de Collado Mediano con un camión que transportaba municiones para el frente cuyo camión explotó con toda la carga dentro y fue tan grande y persistente la explosión creyeron la gente de Becerril que eran que las tropas fascistas habían tomado Collado Mediano y venía a por el pueblo y para lo cual pusieron unas banderas blancas por casi todo el
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pueblo (..) el cual el tal Antolín Esteban Martín se le vio pasear con unas de éstas por las calles”29. Antolín Esteban Martín tuvo, durante su juicio, varios avales que le defendieron y fueron determinantes para que esta denuncia acabara con la puesta en libertad del denunciado. Una de ellas fue la declaración a su favor del alcalde Primitivo Sanz Fernández quien defendió su inocencia y el compromiso del denunciante con el régimen republicano. El segundo aval procedió del secretario del sindicato CNT local, Bernardo Sepúlveda Esteban, en el que demuestra que Antolín Esteban Martín estaba afiliado a la CNT de Becerril de la Sierra. El 6 de septiembre de 1938 se celebró su juicio en Madrid. En su propia defensa negó ciertos extremos como el de haber estado en el mitin de Gil Robles, de que la denuncia fue por un mal querer por no vender bebidas en su establecimiento a los soldados cuando realmente lo que hizo fue acatar la orden del alcalde. Se defendió aclarando que era un buen republicano “que cuando se proclamó la República llevó la primera bandera tricolor que salió en el pueblo”. El alcalde Primitivo Sanz Fernández volvió a acudir en su defensa, diciendo que no se le ha visto en alguna actividad política contraria al Régimen. Siguió argumentando al juez que como presidente del comité de investigación que es, “al realizarse la depuración que se hizo en el pueblo, no le hicieron ninguna investigación, ni a él ni a nadie, por creerle afecto al Régimen Republicano”.
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AHN. FC. Causa General, 183, exp 32. Todas las siguientes citas son de este expediente.
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Fuente: Causa General. Aval del secretario de CNT de Becerril, Bernardo Sepúlveda, respecto al denunciado Antolín Esteban Martín .
Antolín Esteban Martín fue uno de estos vecinos conservadores que se afilió a la CNT local para protegerse de cualquier tipo de problemas que le pudieran afectar. De hecho, su afiliación le salvó en esta denuncia gracias al aval de Bernardo Sepúlveda Esteban, otro vecino derechista camuflado en dicho sindicato de la localidad, hijo de Manuel Sepúlveda, antiguo alcalde monárquico. Ambos individuos, Antolín Esteban como Manuel Sepúlveda, tendrán protagonismo en el inmediato futuro de la localidad puesto que el primero será el jefe de la Falange local mientras que el segundo será concejal franquista. En 1939, ante la justicia franquista militar, Antolín Esteban Martín le devolvió el favor a Primitivo Sanz Fernández que estaba siendo juzgado en un consejo de guerra. Allí comentó lo siguiente: “Antolín Esteban es jefe de Falange de Becerril: que habiendo sido detenido por la policía marxista a finales de 1937, Primitivo Sanz a la sazón alcalde, emitió un informe que se reproduce y por ello fui puesto en libertad, ascendiendo dicho alcalde a declarar a mi favor en el juicio que se celebró en Madrid el 6 de septiembre de 1938” 30.
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Ver AHD. Idem sumario contra Primitivo Sanz Fernández.
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La vuelta a la rutina hasta el final de la guerra El ayuntamiento recuperó en 1938 la iniciativa que había sido la más comprometida a nivel social del ayuntamiento republicano: la comisión para formar listas de ayuda de beneficencia para pobres. Se volvieron a elegir a las mismas personas como si no hubiera pasado nada desde entonces. Volvía la rutina. Los elegidos de esta comisión fueron Eleuterio Miranda Martín y su mujer, Hermenegilda Miranda, Macaria Sepúlveda, Leonarda Cuena, Marcos Montalvo, Eugenia Sepúlveda etc… En sesión del 18 de marzo 1938, el ayuntamiento aprobó una petición del Gobernador civil de la provincia, “la de animar a la población en los valores de la defensa de la República”31, en la que por primera vez este ayuntamiento se decantaba oficialmente por la República. Podemos apreciar de nuevo que esta iniciativa procedía de fuera, del gobernador civil en concreto, y no de ellos mismos. Finalmente destacaremos decisiones tomadas por el ayuntamiento, las últimas antes del final de la guerra. En sesión de 12 de diciembre de 1938, el ayuntamiento decidió eliminar el toril de la plaza por su inutilidad y ser un foco de infección mientras que en la sesión de 26 de diciembre de 1938 se abrió un expediente contra la vecina Dionisia López por palabras insultantes contra el consejo municipal. El alguacil municipal se percató de que la cántara de leche que vendía tal señora estaba aguada, contraviniendo la ordenanza municipal al respeto. Dicha vecina fue multada por 10 pesetas lo que provocó un altercado entre ambos donde dicha vecina insultó al consejo municipal durante la algarabía ante testigos presenciales.
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Ver Archivo municipal de Becerril de la Sierra.
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La toma del poder municipal franquista El 28 de marzo de 1939, al entrar las tropas sublevadas en Becerril de la Sierra, se dirigieron al ayuntamiento para realizar el acto que formalizaba el cambio de régimen. Ante la presencia de los antiguos miembros del ayuntamiento republicano, la comandancia militar llamado “ejército de ocupación” invitó a una serie de vecinos para que ocuparan de forma provisional los cargos municipales. Como podemos comprobar, las figuras emergentes del nuevo régimen franquista local no eran tan novedosas sino que se nutrieron del antiguo contingente de vecinos conservadores de la localidad que ya habían ocupado cargos en periodos monárquicos y durante la Dictadura de Primo de Rivera como ediles y antiguos Asociados de la Junta Municipal. Cuadro nº 11: composición de la primera Comisión Gestora franquista (28 de marzo al 4 de mayo de 1939) Nombre y apellidos Dionisio Fernández García Juan Sanz Sanz Florentino Espinosa Prados Evaristo Castelo de la Rubia Rafael Sanz Fernández Tomás Sepúlveda Sanz
Cargo Alcalde Concejal Concejal Concejal Concejal Concejal
Fuente: Archivo municipal de Becerril de la Sierra. Elaboración propia
Antiguos cargos Alcalde republicano 1933-1936 Concejal 1918-1919 Concejal 1923-1929 Concejal 1923-1929 Nuevo Nuevo
La instalación del nuevo régimen franquista debía seguir sus pasos, sin prisas. Todo era provisional después de un periodo de tres años de guerra. Su recomposición debía ser lenta pero segura y para ello había que asegurar los cimientos de la pretendida “nueva sociedad”. El flamante gobernador civil franquista debía elegir a nuevos vecinos para ocupar cargos municipales pero teniendo en cuenta los criterios del partido único del nuevo Régimen, la Falange. Dicho partido desconfiaba de la vieja élite monárquico y de la época de Primo de Rivera ya que su ideal era hallar nuevos hombres (las mujeres
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se hallaban, para ellos, en otro plano: el doméstico) con nueva savia, confiados en el Caudillo como líder y en la revolución falangista. Lo primero que se hizo en Becerril de la Sierra fue fundar la Falange que no existía previamente. Sus jefes inmediatos fueron los ya conocidos Antolín Esteban Martín y Bernardo Sepúlveda Esteban. Cuadro nº 12: nueva composición de la Comisión Gestora franquista ( 5 de mayo de 1939 a 12 de abril de 1940) Nombre y apellidos Amalio Montalvo Sanz Ángel Sanz Sanz Luis Teisseire Fraile Manuel Sanz Sanz Luciano Sepúlveda García Rafael Sanz Fernández Vicente Castelo Fernández
Cargos Alcalde Concejal Ídem Ídem Ídem Ídem Ídem
Antiguos cargos
Repite anterior Comisión
Fuente: Archivo municipal de Becerril de la Sierra. Elaboración propia
Esta nueva comisión que duró casi un año se constituyó con miembros aparentemente ajenos a la vieja élite monárquica. No habían ejercido ningún cargo municipal hasta este momento. Tal vez por ello tres de ellos (Luis Teisseire Fraile, Ángel Sanz Sanz y Rafael Sanz Fernández) formaron parte de la obligada comisión de investigación encargada de poner nombres a todo lo acontecido en el pueblo durante “la dominación roja”. Un tiempo más tarde presentaron su investigación propia y llegaron a la conclusión que no hubo ningún trabajador municipal que pudiera tacharse de “rojo” y por lo tanto depurarle. El otro cimiento en que se elevó el nuevo Estado franquista fue la represión de los republicanos. La justicia franquista militar celebraba sus consejos de guerra contra todos los republicanos de Becerril de la Sierra que fueron denunciados en su sede ubicada en Colmenar Viejo. En estos casos, el juez militar solicitaba información respecto al denunciado, contestando el alcalde, el jefe de Falange y los miembros de dicha comisión de investigación.
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Esta nueva Comisión Gestora siguió en parte la rutina anterior y como no podía faltar, se aprobó de nuevo la constitución de la comisión de beneficencia de gente pobre cuyos miembros seguían siendo los mismos que en el pasado incluidos los de Eleuterio Miranda Martín y su esposa, actividad que no pudo desarrollar por hallarse en la cárcel a la espera de la celebración de su consejo de guerra. Finalmente esta Comisión Gestora aprobó la vuelta a las tradiciones que habían dejado de celebrarse en el periodo anterior como las fiestas religiosas y las patronales. Concretamente para las patronales de septiembre, se volvieron a llevar toros en la plaza del pueblo y las procesiones recuperaron el espacio público ocupando las calles del pueblo aunque sin la presencia de imágenes religiosas porque habían sido destruidas. Cerraremos este ciclo con el nuevo ayuntamiento que se renovó el 13 de abril de 1940 cuyos nuevos miembros elegidos fueron como alcalde Antolín Esteban Martín y nuevo concejal Bernardo Sepúlveda Esteban, los representantes del nuevo régimen en Becerril de la Sierra.
LOS PROTAGONISTAS A continuación vamos a relacionar a los republicanos de Becerril de la Sierra que sufrieron consejo de guerra militar. De la Rubia Sanz, Daniel Nacido en Becerril de la Sierra en 1898, hijo de Santiago y Juana, jornalero de UGT. Formó parte del comité de investigación elegido en el verano de 1936. Ha sido también presidente de la junta agraria habiéndose roturado una finca en virtud de órdenes del comité agrícola del pueblo que presidía Primitivo Sanz Fernández. El tribunal militar de Colmenar Viejo, a 3 de junio de 1939, le condena a 6 años y 1 día de prisión mayor. El 29 de julio de 1943, se le conmuta la pena a 2 años de cárcel.
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Gil Fraile, David Nacido en Talavera de la Reina en 1912 y vecino de Becerril de la Sierra, hijo de Fernando y Esperanza, soltero, tornero, de UGT. Miembro del comité del Frente Popular y del comité de investigación. Se fue voluntario a filas llegando a cabo. El tribunal militar de Colmenar Viejo le absuelve el 5 de junio de 1939. González Balandín, Gregorio Nacido en Becerril de la Sierra en 1914, cantero, soltero, de UGT. El 19 de julio de 1936 estaba en Becerril de la Sierra de permiso cumpliendo el servicio en el regimiento de artillería de Medina de Campo. Se incorporó el 30 de julio de 1936 en Campamento en coche que le facilitó el alcalde del pueblo. Fue teniente del Ejército acabando la guerra en Teruel. El 9 de abril está internado en un campo de concentración en Reus (Tarragona). El 15 de junio de 1942 reside en Becerril de la Sierra. Hernán Martín, Cayo Nacido en Becerril de la Sierra en 1912, soltero, jornalero, hijo de Francisco y Estefanía, de UGT. Fue secretario del comité del Frente Popular y del comité de investigación. Se fue voluntario a filas llegando a ser sargento. Más tarde se fue al Batallón de retaguardia. El tribunal militar de Colmenar Viejo le absuelve el 5 de junio de 1939. Martín de la Rubia, Anastasio Nacido en Becerril de la Sierra en 1880, casado, cantero, afiliado a Unión Republicana. Fue elegido concejal en las elecciones del 12 de abril de 1931. Será concejal durante todo el periodo republicano, afiliándose a Unión Republicana. Elegido miembro de la Comisión Gestora impuesta por Ricardo Yáñez Tirado el 20 de julio de 1936 hasta febrero de 1937. También miembro de la comisión investigadora creada durante la guerra. El tribunal militar de Colmenar Viejo le impune una multa de 500 pesetas.
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Martín de la Rubia, Martín Nacido en Becerril de la Sierra en 1881, casado, zapatero, de Unión Republicana. Fue concejal en periodos monárquicos de 1922, 1923 y 1930. Fue concejal durante todo el periodo republicano afiliándose a Unión Republicana. Miembro de la comisión gestora impuesta por Ricardo Yáñez Tirado el 20 de julio de 1936 hasta febrero de 1937. Fue juez municipal suplente en 1936 hasta febrero de 1937. Fue miembro de la comisión fundadora de la comisión de primera enseñanza creada en octubre de 1936. El 27 de junio de 1941, el tribunal militar de Colmenar Viejo le absuelve. Martín Fadrique, Andrés, alias el chiva Nacido en Becerril de la Sierra en 1908, casado, cantero, hijo de Gregorio y Florencia, de UGT. Fue miembro del comité del Frente Popular y del comité de investigación. El tribunal militar de Colmenar Viejo le condena a 6 años y 1 día prisión. Martín Fernández, Francisco Nacido en Becerril de la Sierra, de Unión Republicana. Fue concejal monárquico en 1920, 1921 y 1930. Fue concejal durante todo el periodo republicano entre 1931 y 1936, afiliándose en esos momentos a Unión republicana. Fue miembro de la Comisión Gestora impuesta por Ricardo Yáñez Tirado el 20 de julio de 1936, ocupando este cargo hasta febrero de 1937. Fue también miembro del comité de investigación durante la guerra civil. Entre diciembre de 1937 y marzo de 1939 fue juez municipal. El tribunal militar de Colmenar Viejo, a 27 de junio de 1941, le absuelve. Martín Martín, Ángel Nacido en Becerril de la Sierra en 1904, soltero, zapatero, hijo de Ignacio y Bernarda, de UGT. Fue miembro del comité de investigación que se creó durante la guerra civil. El tribunal militar de Colmenar Viejo a 3 de junio de 1939 le condena a 6 años y 1 día de cárcel. El 29 de julio de 1943 se le conmuta la pena a dos años de cárcel.
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Martín Sanz, Luis Nacido en Becerril de la Sierra en 1910, soltero, jornalero, hijo de Anastasio y Francisca, de UGT. Miembro del comité del Frente Popular y del comité de investigación creados durante la guerra civil. El tribunal militar de Colmenar Viejo, a 5 de junio de 1939, le absuelve. Miranda Martín, Eleuterio Nacido en Becerril de la Sierra, casado, afiliado a Unión Republicana y a UGT. Figura principal del republicanismo de Becerril de la Sierra. Consiguió salir elegido concejal en las elecciones del 12 de abril de 1931. Durante el periodo republicano, fue el motor de la afiliación de concejales hacia Unión Republicana. Fue impuesto como alcalde por Ricardo Yáñez Tirado el 20 de julio de 1936 para llevar las riendas de la comisión gestora en un periodo difícil al inicio de la guerra civil. En febrero de 1937 deja de ser alcalde y pasa a ser teniente alcalde afiliándose también a la UGT. Miembro de la comisión de investigación creada durante la guerra civil. El tribunal militar de Colmenar Viejo le condena el 6 de julio de 1940 a 6años y 1 día de prisión mayor. Montalvo Andrés, Francisco Nacido en Becerril de la Sierra en 1913, soltero, jornalero, hijo de Alejo y Natividad, de UGT. Fue miembro del comité del Frente Popular creado en el verano de 1936 así como del comité de investigación. El tribunal militar del 5 de junio de 1939 le absuelve. Morales de la Rubia, Paulino Nacido en Becerril de la Sierra en 1898, jornalero, soltero, hijo de Mauricio y María, de UGT. Miembro del comité de investigación creado en el verano de 1936. Fue presidente de UGT en 1938. El tribunal militar de Colmenar Viejo, a 3 de junio de 1939, le sentencia a 6 años y 1 día de cárcel. El 29 de julio de 1943, se le conmuta la pena a dos años de cárcel.
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Sanz Fernández, Primitivo Natural de Becerril de la Sierra, nacido en 1893, jornalero, hijo de Agapito y Rufina, reside calle del Barranco, de UGT. Fue presidente de la comisión de investigación creada en el verano de 1936. Fue alcalde desde febrero de 1937 hasta el final de la guerra, 28 de marzo de 1939. Fue presidente del comité agrícola durante la guerra civil. El tribunal militar de Colmenar Viejo, a 3 de junio de 1939, le sentencia a 30 años de reclusión mayor. El 30 de enero de 1941 se le conmuta la pena a 6 años de prisión menor. Sanz Martín, Alejandro Natural de Becerril de la Sierra, nacido en 1908, soltero, labrador, hijo de Leonardo y Martina, de UGT. Fue el presidente del comité del Frente Popular creado en el verano de 1936. El tribunal militar de Colmenar Viejo le condena a 6 años y 1 día de cárcel. Sanz Martín, Mario Natural de Becerril de la Sierra, nacido en 1884, jornalero, casado, hijo de Hermenegildo y Juliana, de UGT. Miembro del comité de investigación creado en el verano de 1936. El tribunal militar de Colmenar Viejo, a 3 de junio de 1939, le condena a 6 años de prisión mayor. El 29 de julio de 1943, se le conmuta la pena a dos años.
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ANEXO: FICHAS MILITARES DE VECINOS DE BECERRIL DE LA SIERRA EN EL EJÉRCITO REPUBLICANO (A.G.C.E.)
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LUCIANO SEPULVEDA GARCIA FUE CONCEJAL FRANQUISTA DE BECERRIL DE LA SIERRA EN 1940.
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Bibliografía Roberto Fernández Suárez (coordinador) et alt. La sierra convulsa. Segunda República, guerra civil y primer franquismo al norte de Madrid. Ediciones Círculo Rojo. (2017). Miguel Ángel Martin Cuesta (coordinador) (2007): En la memoria de Collado-Villalba. Oscar Rodríguez Barreira (2011): “El pueblo contra los pueblos. Intervención gubernativa y clientelismo en las instituciones locales durante la Segunda República” en Ayer. Revista de Historia Contemporánea, nº 83, pp: 175-211 Archivos consultados: Archivo municipal de Becerril de la Sierra. Archivo Histórico de Defensa Archivo Histórico Nacional. Fondos Contemporáneos. Causa General. Archivo General de la Guerra Civil Española. Sinceros agradecimientos información gráfica.
para
Santiago
50
Grande
por
facilitarme