Exilio Familia Matanzo-Molero

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HISTORIA DEL EXILIO DE LA FAMILIA MATANZO-MOLERO

En homenaje a la Yaya, que lo dejó todo por su marido al que sin embargo perdió de forma anticipada, y que tuvo el coraje necesario para sacar adelante a una familia en unas condiciones extremadamente difíciles.

Y a sus padres, al Titi que siempre supo ayudar cuando se le necesitaba, al hortelano que regaló sus patatas, al tío Colomán por sus lentejas “con proteínas”, a la familia Barral y por supuesto, a mi madre, que siempre sabe dar las gracias.

Y también a Susana Simón, sin cuya investigación documental no hubiera sido posible este reportaje.


NOTAS SOBRE EL EXILIO DE LA FAMILIA MATANZO-MOLERO Hechos más relevantes: • • • • • • • • • • •

Salida de Madrid en octubre de 1936 en dirección a Albacete para reunirse con otros familiares Bombardeo de Albacete: 19 de febrero de 1937 Estancia en Paterna-Valencia 1937-38 en condiciones de gran penuria Salida en barco de Valencia a Barcelona: julio-agosto de 1938 Estancia en Barcelona: finales de 1938 Huida a Francia por la carretera de la costa: enero-febrero de 1939 Entrada en Francia y concentrados en la antigua cárcel de Le Vigan de febrero de 1939 a abril de 1940 Partida para Beaucaire el 7 de abril de 1940, donde se hospedan en casa y se hacen amigos de la familia Barral Antonio Matanzo es llevado al campo de trabajo de extranjeros de Miramas Partida de la Marceliana Matanzo y sus 3 hijos para España el 6 de enero de 1941 Antonio se escapa de Miramas el 29 de enero de 1942, se enrola en la Legión Extranjera Francesa en 1942-43, es trasladado al Norte de África (¿Argelia?) y de allí embarca para Londres donde llega el 6 de octubre de 1943.


Salida de Madrid: ponerse a salvo El 18 de julio de 1936, un grupo de militares de ideología fascista se sublevó contra la República. Lo que iba a ser un golpe militar y la inmediata conquista del poder, se tornó en una violenta guerra civil de 3 años, anticipo de lo que luego fue la 2ª guerra mundial. La joven familia Matanzo-Molero, constituida por los esposos Antonio Matanzo (35 años) y Marceliana Molero (34), conocida como “Nana” y sus hijos José Antonio (8), Matilde (6) y Marí Carmen (casi 2 años), vio como su vida en común se rompía. Antonio Matanzo, hasta entonces comerciante y militante de Izquierda Republicana, decide enrolarse en el Ejército constitucional, para defender la República, e ingresa en la Guardia de Asalto, la precursora de la Policía Nacional. Pero Madrid no era un sitio seguro y lo mejor era que el resto de la familia se trasladara. Así se inició una separación que duró varias décadas.

Relato sobre la guerra y el exilio, por Matilde Matanzo “Mis primeros años de vida los pasé a caballo entre el pueblo (Hoyo de Manzanares) y Madrid junto con mis padres, mis abuelos y mis dos hermanos. Los primeros meses de la guerra estuvimos en Madrid. Yo era pequeña (no había cumplido aún los 7 años) pero sí recuerdo los problemas de mi madre y mis abuelos para encontrar comida y medicinas y oír algunos bombardeos. Finalmente decidieron salir de la ciudad y marchar a Albacete donde mi abuelo tenía unos familiares.”

Foto: Madrid tras un bombardeo en 1936. Fuente: Internet


Albacete: los horrores del bombardeo Marceliana Molero, conocida como “Nana”, sus padres Francisco Molero y Marceliana Pajares, y sus tres hijos, José Antonio, Matilde y Mari Carmen, llegan a Albacete en octubre de 1936, y se hospedan en casas de unos familiares, en un piso situado en la calle Isaac Peral, conocido como el edificio de Edmundo Alfaro. Esta ciudad fue el objetivo de la aviación del ejército sublevado que contó con la ayuda de la legión Cóndor alemana. En dichos bombardeos murieron más de un centenar de personas, entre ellos los “abuelos” Francisco Molero (71 años) y Marceliana Pajares (61 años), y resultaron heridos Nana y sus tres hijos, uno de ellos, Matilde, de gravedad. Relato del bombardeo del Albacete el 17 de febrero de 1938 por Matilde Matanzo “A las 00:55 cayeron tres bombas incendiarias. Sé que era esa hora porque se pararon los relojes. Al menos una de ella cayó por el hueco de la escalera y alcanzó a la primera planta. Recuerdo una explosión verde clarito. De pronto se hizo negro. Silencio. Ya después empezaron los gritos. Creo que murieron 33 personas allí, son muchas personas para un solo piso. Vinieron a socorrernos y comenzaron a desescombrar. Iban haciendo varios grupos en función de la gravedad de los heridos. Pese a mi aturdimiento oí como decían “está muerta” y que me echaban al grupo de los muertos. Se conoce que debí soltar un quejido y se percataron del error. Me subieron a una ambulancia de la Cruz Roja junto con otros enfermos rumbo al hospital. En el camino, los aviones siguieron bombardeándonos. La ambulancia tuvo que parar y apagar las luces. Nos sacaron de ella y nos quedamos escondidos en silencio hasta que dejaron de pasar los aviones. Era noche cerrada; serían las tres o cuatro de la mañana.”

Foto: Estado en el que quedaron algunas viviendas a las afueras de Albacete como consecuencia de los bombardeos. Fuente: internet.


Paterna, Valencia, Barcelona: escapando del horror Tras unos meses de convalecencia, la mermada familia quiere llegar hasta un lugar seguro y para ello debe dirigirse hacia la costa mediterránea, lo que consiguen en julio o agosto de 1938. Viven en Paterna y tras meses de intentos, escapan de Valencia por mar para llegar a Barcelona, donde se reagrupa la familia: Antonio Matanzo, que había estado combatiendo defendiendo la República, se une a su mujer y sus hijos. Relato del periplo para ponerse a salvo, por Matilde Matanzo Molero “La guerra, sin embargo, seguía avanzando. En julio o agosto nos trasladamos a Paterna (muy cerca de Valencia) con la intención de llegar a Barcelona en barco. Todos los días mi madre iba a Valencia a pie para buscar pasaje. Durante ese tiempo, pasamos dificultades para comer y algo de miedo cuando oíamos aviones y bombardeos. Los cuentos de mi madre y la ayuda de los hortelanos regalándonos patatas nos ayudaron a pasar los malos momentos. Hicimos el viaje de Paterna a Barcelona en un barquito pesquero al que iba bombardeando la aviación de los llamados nacionales. Mi madre llevaba algo de comida, como una tortilla de patata, que fermentó porque tenía cebolla, y una gallina que había mandado enlatar para que se conservara mejor, pero que se echó a perder porque debió de quedar algún porito sin soldar. Por fin arribamos a Barcelona. No sé el tiempo que estuvimos allí, pero debieron de pasar unos meses porque recuerdo que llegamos a tener un pequeño huertecito en un solar. Entre otras cosas plantábamos coliflor morada, que a mí me llamó la atención porque hasta entonces no las había visto de ese color. El huerto estaba junto a una casa de mala muerte, en la Diagonal. que supongo que nos habían cedido. Ahí dormíamos en el suelo. Un tío de mi madre, que se llamaba Colomán, nos llevaba de vez en cuando algunas provisiones, como garbanzos y lentejas. Como los garbanzos tenían gusanitos y las lentejas gorgojos mi madre nos decía: “Tened en cuenta que esto lleva proteínas”. Yo he admirado siempre la entereza de mi madre.”

Foto: Uno de los barcos pesqueros que se dedicó a trasladar a gente de Valencia hacia Barcelona. Fuente: internet


Salida de España: la huida de los vencidos La situación cada vez es más desesperada, y como decenas de miles de españoles, la familia toma la decisión de refugiarse en Francia. Continúa el relato por parte Matilde Matanzo Molero “Hasta que llegó el momento en que viendo el avance de las tropas de Franco decidimos irnos hacia Francia. Una parte del camino a Figueras lo hicimos en camiones, pero sobretodo íbamos andando. Por eso he procurado evitar esas imágenes que muestran las colas de gente cruzando la frontera. En una de esas colas calamitosas íbamos nosotros: mis padres, mis dos hermanos, mi tío Alejandro, y yo. Mi padre, hasta entonces había estado luchando como miliciano de Izquierda Republicana.”

Foto: Columnas de personas a su paso por Gerona en dirección a la frontera francesa. Fuente: Internet


El refugio en Francia - vida en Le Vigan, Beaucaire, Miramas: una esperanza trucada Pero la vida en Francia no iba a resultar nada fácil: los exiliados españoles no eran bien recibidos, se le consideraban personas indeseables, y se les internó en distintos campos de concentración, separando a las familias: los hombres por un lado y por otro las mujeres y los niños. De esta manera, Antonio y Alejandro Matanzo fueron conducidos a un campo de concentración y a Marceliana Molero y sus hijos les retuvieron en una antigua cárcel abandonada en Le Vigan. Alejandro, en vista de la penosa situación, tomó la decisión de regresar a España, pero su hermano Antonio, que había sido un destacado miembro de Izquierda Republicana y Comisario de la Guardia de Asalto en defensa de la República, no podía regresar, ya que el régimen franquista estaba en pleno proceso de represión y exterminio de los que consideraban sus enemigos. La vida para los refugiados no es nada fácil. Se mantienen gracias a las pírricas asignaciones militares. A los hombres se les confinan en los llamados Centros de Trabajadores Extranjeros, donde son explotados haciendo distintos trabajos para el Estado o para particulares. Muchas mujeres y sus niños se ganaron algunos jornales empleados en tareas agrícolas, como la vendimia. Sabemos que Antonio Matanzo estuvo en el Centro de Trabajadores Extranjeros en Miramas y que a partir de abril de 1940, la “Nana” y sus tres hijos pudieron trasladarse a Beaucaire. Allí alquilaron una casucha y la Nana fue ganando algo de dinero gracias a la confección de ropa. Continúa el relato por parte Matilde Matanzo Molero “Nada más cruzar la frontera en febrero de 1939 nos pusieron una vacuna y a los niños nos dieron un vaso de leche en polvo y unas galletas que según mi hermana –y era verdad- sabían a jabón. Nos separaron. A mi padre y a mi tío Alejandro, los llevaron a un campo de trabajo donde mandaban a los hombres; y a mi madre y mis hermanos nos recluyeron en Le Vigan, en una cárcel abandonada, aunque íbamos en calidad refugiados. Allí nos alojaron. Para dormir nos echaron unas balas de paja y para comer nos ponían en fila con un plato en la mano.”

Foto: Vistas antiguas de Le Vigan. Fuente: Internet


Continúa el relato por parte Matilde Matanzo Molero “Desde Le Vigán pasamos a Beaucaire. Ahí vivíamos en una casa que recuerdo con los cristales rotos. Creo que la habíamos alquilado. Pertenecía a unos franceses que nos mostraban, por si no lo sabíamos, cómo funcionaban los interruptores de la luz. Había un solo retrete consistente en un agujero en el suelo para todas las familias del edificio. A nosotros nos acogieron bien, decían que éramos bravos, o sea buena gente, pero entre los refugiados había mucha chusma. En Beaucaire las familias francesas empleaban a las mujeres españolas para labores del hogar. A mi madre, que sabía coser muy bien, la tomó como costurera la familia Barral. Ella, Edu, era española y él René Barral. Mi madre confeccionaba abrigos, pantalones y vestidos con los patrones que mi tío Julián, que era modisto, le mandaba por correo desde Madrid. Y como tenía mucho trabajo llegaron a comprarle una máquina de coser.”

Foto: Imagen antigua de Beaucaire. Plaza del Monumento. Fuente: Internet


Listado de refugiados españoles en Le Vigan. 23-29 de noviembre de 1939 En la 2ª hoja aparecen listados “Matanzo Martin Antonio” (38 años) y “Matanzo Molerra Marcelle” (36 años), con 3 hijos de 12, 10 y 7 años. También figura que el motivo por el que se le debe considerar refugiado: militante de Izquierda Republicana y Comisario de Policía de Madrid.




Lista de refugiados españoles en Le Vigan. 19 de mayo de 1939 La primera imagen corresponde a la carta que dirige el vice-prefecto de Le Vigan al prefecto de Gard indicándole que le adjunta la lista de refugiados españoles varones, con su edad y el oficio que desempeñaban en España. En la segunda hoja aparece “Matanzo-Martín, Antonio, 35 años, Comerciante”.



Informe oficial sobre el estado de los refugiados espaĂąoles en la zona de Gard. 12 de julio de 1939




Traducción del informe “Ministerio del Interior. Dirección General de la Seguridad Nacional. República Francesa. Nimes, el 12 de julio de 1939 El Comisario de la División de Policía Especial de Nimes al Sr. Prefecto de Gard Tengo el honor de hacerle conocer que la identificación de los refugiados españoles albergados en Vigan ha terminado. El resultado de este trabajo es que el total de las personas a cargo de la colectividad se descompone como sigue a continuación: Hombres: 27; Mujeres: 102; Niños: 117; Total 246 ALOJAMIENTO: Alrededor de 150 refugiados han sido albergados en las antiguas prisiones y en una fábrica abandonada, el resto se han quedado con los lugareños en pisos amueblados que han alquilado. Los locales ocupados en las antiguas prisiones y en la fábrica abandonada son espaciosos, bien aireados y mantenidos adecuadamente. Con la excepción de algunos, todos los refugiados están dotados de camas y de material de aseo que mantienen en buen estado. ALIMENTACIÓN: Los refugiados se alimentan por sí mismos; los que han sido alojados en los edificios puestos a disposición por la Administración se agrupan por familias y comen todos juntos; los otros hacen lo mismo, pero todos preparan su comida al estilo de su país. VESTIMENTA: No les falta la ropa de cama y la vestimenta; hombres, mujeres y niños están correctamente vestidos. CONDUCTA Y MORALIDAD: No se han observado comentarios desfavorables sobre este tema. ESTADO DE ÁNIMO: El ánimo es bueno, pero como en todos los centros las mujeres cuyos maridos han sido internados en campos de concentración, estas solicitan que se les autorice la reagrupación familiar. En Vigan podemos notar que los refugiados muestran una cierta comprensión de su deber hacia nuestro país y gracias a la vigilancia a la que fueron sometidos tres ilegales que habían llegado a Le Vigan hace algún tiempo sin autorización, estos fueron inmediatamente identificados, denunciados a la Prefectura y regularizada su situación. Antes de las últimas instrucciones que regularon el empleo de refugiados en Francia, un pequeño número trabajaba de forma irregular con la autorización de las autoridades. Dos refugiados solicitan regresar a España en el próximo convoy, que son: MENAZA Beatrice 46 años e YBRA Vittoria 17 años. Cinco refugiados cuyas familias enteras ha permanecido en España, que no se van porque las familias españolas con las que conviven los retienen para recibir el subsidio, podrían incluirse en un futuro convoy, estos son: ANTA Jaime 15 años, FOLQUE Mercédés 18 años, VIDAL Ramon 17 años, SANCHEZ Michel 16 años, FUENTES Antonia 24 años. La llamada FUEYO Cécile 20 años que ha residido en Francia durante 14 años y cuya madre y hermana están domiciliadas en Issy les Moulineaux, calle de la Igualdad 162, está reclamada por sus parientes. Esta joven trabajaba como planchadora en la Blanchisserie de Grenelle y a mi parecer, puede ser enviada con su familia. La llamada VILLA Isabelle 50 años, solicita reencontrase con su marido que después de haber estado en un campo de concentración ha sido autorizado a trabajar en la finca de su hermano, agricultor en Prat de Molo, donde este último ha residido por numerosos años. ESTADO DE ÁNIMO DE LA POBLACIÓN A CONSIDERAR: Bueno pero una gran parte considera que su situación se prolonga demasiado tiempo. INICIATIVA LOCAL A REMARCAR: La administración de los refugiados está asegurada por la municipalidad de Vigan ayudada por el Sr. Prefecto de Vigan. OBSERVACIONES: La identificación destaca que todos los refugiados albergados en Vigan demandan trabajo. Se adjunta un listado, del cual una copia ha sido remitida al Sr. Director de la Oficina Departamental de Mano de Obra. El Comisario de la División”


Lista de refugiados espaĂąoles en Le Vigan. 19 de diciembre de 1939 En la segunda imagen aparecen inscritos los 5 miembros de la familia, curiosamente con los nombres traducidos al francĂŠs, la fecha de nacimiento y el domicilio en EspaĂąa.





Asignaciones de asistencia a refugiados por trabajos realizados. 18 de enero de 1940. En el listado figura que Antonio Matanzo realizĂł 19 jornadas de trabajo y que se le entregan 285 francos (ver 2ÂŞ hoja)




Asignaciones de asistencia a refugiados por trabajos realizados. 8 de febrero de 1940. En el listado figura que Antonio Matanzo realizรณ 14 jornadas de trabajo y que se le entregan 210 francos


Asignaciones de asistencia a refugiados por trabajos realizados. 23 de febrero de 1940. En el listado figura que Antonio Matanzo realizรณ 14 jornadas de trabajo y que se le entregan 210 francos


El regreso a España: la necesidad de sobrevivir Las condiciones se fueron tornando más difíciles. La 2ª Guerra Mundial había comenzado y el Gobierno de Francia presidido por el mariscal Pétain, colaboraba intensamente con el alemán, quien no obstante decidió invadir Francia. El sur lo tomaron en otoño de 1942. Además de los refugiados españoles, en los campos de concentración, los franceses también retenían a judíos y otros grupos de extranjeros. Muchos de ellos, tras invasión alemana, fueron conducidos directamente a los campos de exterminio nazi, como se relata en el libro Provençe-Auschwitz.

Continúa el relato de Matilde Matanzo Molero “Estando en estas anuncian que a las mujeres y a los niños nos van a desplazar a otro campo de refugiados. Mi padre, que podía venir a visitarnos los fines de semana, le dijo a mi madre “por mí no os va a pasar nada. No podemos permitir que nuestros hijos estén sin médico, sin colegio… así que regresad a España”. Pero hay que decir que en Beaucaire estábamos escolarizados. Mi padre era de Izquierda Republicana y había sido Guardia de Asalto, por eso no podría seguirnos. El 6 de enero del 41, día de Reyes, cruzamos bajo una intensa nevada el puente del Ródano hasta llegar a Tarascón, donde cogimos el tren que nos traería a España. Cuando retornamos yo tenía doce años, mi hermana tendría ocho y mi hermano catorce.” Ese 6 de enero, el regalo de Reyes lo trajo Julián Pajares, el “Titi”, tío de Marceliana Pajares, que fue a recibirlos a la frontera y encargó una fuente de chuletas de cordero con patatas fritas que fue todo un festín. Su ayuda fue fundamental para que “Nana” y sus hijos pudieran rehacer una vida nueva en España.

Foto: Estación de ferrocarril de Tarascon. Fuente: Internet


Solicitud de visado de repatriación. 12 de diciembre de 1940

“Sr. Prefecto: Yo Matanza, Marceliana, nacida Molero Pajares, de nacionalidad española, casada, residente en Beaucaire (Gard), en la calle de la República nº 37, le ruego me facilite su opinión favorable a la demanda de visado de salida, con el fin de conseguir mi regreso a mi Patria, acompañada de mis tres hijos, José Antonio, Matilde y Carmen, de 13, 11 y 6 años, de acuerdo con el pasaporte nº 217, expedido por el Sr. Cónsul de España en Sète, fechado el 2 de diciembre de 1940. Le manifiesto que por ser refugiada estoy privada de medios económicos para pagar las tarifas del viaje. Por favor, Sr. Prefecto, acepte mi tributo más respetuoso. Beaucaire, 12 diciembre 1940 Marceliana Molero”


Informe de la Comisaría de Policía para la concesión del visado de salida. 12 diciembre 1940

“El Comisario de Policía de Beaucaire al Sr. Prefecto de Gard (Servicio de carné de identidad) Al enviarle el expediente de solicitud de pasaporte de la llamada MATANZO nacida MOLERO Marceliana, tengo el honor de informarle de lo siguiente: Identidad: MATANZO, nacida como MOLERO Marceliana el 31 de marzo de 1902 en Madrid (España), de nacionalidad española. Tres hijos, 13, 11 y 6 años respectivamente. Motivo del viaje: Refugiada en Francia desde febrero de 1939, esta extranjera ha estado en Beaucaire desde mayo de 1940. Su marido fue conducido, conforme a sus instrucciones, al campo de concentración de Miramas. Ella tiene por único salario la asignación militar, insuficiente para criar a sus tres hijos. El motivo de su solicitud de visado de salida está plenamente justificado, y su salida de Beaucaire no puede más que arreglar la desgraciada situación en la que se encuentra la Sra. Matanzo en estos momentos. Aviso: Pienso que no ha lugar el rechazo del visado solicitado. Por eso emito una opinión favorable a la concesión de la demanda. El Comisario de Policía”




Remisión del pasaporte por la Prefectura de Gard. 17 diciembre de 1940 “Prefectura de Gard. 1ª División. Policía General. Nimes, 17 diciembre 1940 Sr. Comisiario de Policía de Beaucaire Le ruego haga llegar urgentemente el pasaporte adjunto a nombre de Matanzo, nacida Molero Marceliana, de nacionalidad “francesa” domiciliada en Beaucaire, calle de la República nº 37. P. El Prefecto, El Jefe delegado de la División.”


La 2ª Guerra Mundial: una reagrupación truncada Antonio Matanzo, internado en el Centro de Trabajadores Extranjeros en Miramas, pone toda su esperanza en que los aliados hagan caer el régimen de Franco y así poder reencontrarse con su familia en España. Pero la situación, lejos de arreglarse, se va complicando, y ante la previsión de la toma del sur de Francia por el ejército Nazi alemán, decide escaparse del campo de concentración de Miramas el 29 de enero de 1942 (tal y como se recoge en la parte trasera de ficha de identidad de trabajadores extranjero. Llegó hasta Beaucaire en un pésimo estado y solicitó ayuda a la familia Barral. Sabemos que luego se alistó en la Legión Extrajera de Francia durante 1942 y 1943, que estuvo en el Norte de África y que de allí tomó un barco que le llevó a Reino Unido el 6 de octubre de 1943.


Foto y testimonio de Albert Veisid: Trabajadores del Campo de Trabajo de Extranjeros de Miramas. Fuente: libro Provençe-Auschwitch. De izquierda a derecha: fugitivo del campamento de Miramas (podría tratarse de Antonio Matanzo); Marc Beraha, turco, 19 años; Joseph Levy, turco, 37 años; Benjamin Abachri, turco, 37 años, Albert Veissid, turco, 19 años; Simon Bendavid, griego, 21 años; Haïm Bahar, turco, 24 años. Todos ellos, a excepción del 1º, fueron enviados en convoyes a campos de exterminio, del que sólo sobrevivió Albert. Veissid. Este grupo extrajo bloques de piedras que luego se cargaban en vagones y se llevaban a la trituradora. La grava obtenida se empleaba en la construcción de fortificaciones en previsión de un posible desembarco


Certificado de Extranjería de Antonio Matanzo en el Reino Unido En este certificado se especifica que Antonio Matanzo entró el Reino Unido el 6 de octubre de 1943, que estuvo en el Ejército Republicano Español de 1936 a 1939, y en la Legión Extranjera Francesa de 1942 a 1943, y que su última residencia fuera de Reino Unido fue en el Norte de África.


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