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s / o - í n d i ce 00 Martín Pacheco, un coleccionista de la ilusión. 00 Los elegidos para momentos mágicos. 00 El gran momento de Dios: Hublot vuelve a homenajear a Maradona con una edición limitada y una función privada de la obra de su hija Dalma. 00 Encuentro con las sirenas: las mejores embarcaciones para ir aguas adentro. 00 Viajar a estas ciudades es también entrar en un mundo de sueños. 00 Visitamos a Jaeger-LeCoultre en Suiza. 00 Victoria Noorthoorn, Claudio Villarruel y Bernarda Llorente: tres profesionales que encontraron en la creatividad lo mejor del éxito. 00 IWC recupera el imaginario de Saint-Exupéry y sus viajes encantados. 00 En materia hi tech, nada es lo que parece. 00 Carlos Alvarez Insúa y una nota con arte de magia. 00 IWC brilla en Ginebra. 00 Celebramos 40 años de Royal Oak. 00 El fantástico mundo de Georges Kern. 00 F.P. Journe de festejo en Buenos Aires. 00 Pablo Ramírez revisita Carmen en la estancia Villa María. 00 Relojes: los movimientos más alucinantes de 2012. 00 Chocolates que son joyas o joyas deliciosas como el chocolate. 00 Los mejores habanos cual lámparas mágicas. 00 Míticos fumadores a lo largo de la historia. 00 Cannes y un buen motivo para celebrar el glamour de sus divas by Chopard.
Los elegidos de
Robert Gre u be l Co-fundador de Greubel Forsey.
— Un reloj que lo alucine. El tourbillon “Naissance d’une Montre”. — Un vino para un momento mágico. Petrus 1982. — Un restaurante para una noche especial. Un lodge en la montaña con productos locales. — Una ciudad inolvidable. Praga.
— Un deseo. Que no haya más violencia. — Un regalo para encantar. Una sonrisa. — Una película que le gustaría protagonizar. Le grand bleu, de Luc Besson. — Un objeto que le gustaría hacer aparecer ahora como por arte de magia. Un bosque en el centro de Europa.
— El auto soñado. Mosler MT900 Land Shark.
los elegidos Entre momentos mágicos y objetos que parecen venir de sueños encantados, tres profesionales nos dan sus elegidos para esta edición. 12
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Los elegidos de
E rn e st o Gu t i é rre z Presidente de Aeropuertos Argentina 2000.
— Un reloj que lo alucine. Un Jaeger Le-Coultre. — Un vino para un momento mágico. Opus One 2001. — Un restaurante para una noche especial. La Terraza del Russie, en Roma.
— Una ciudad inolvidable. Praga. — El auto soñado. Porsche Carrera. — Un deseo. Viajar por el espacio. — Un regalo para encantar. Perlas negras. — Una película que le gustaría protagonizar. Gladiador. — Un objeto que le gustaría hacer aparecer ahora como por arte de magia. El caballo de Troya.
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Los elegidos de
Moi sé s C h mea Co-Fundador de Winery.
— Un reloj que lo alucine. Rolex Oyster Perpetual Submariner. — Un vino para un momento mágico. Dentro de los vinos están los champagnes, y me encanta el Taittinger Comtes. Para todos los días, Escorihuela Gascón. — Un restaurante para una noche especial. La fusión peruano-japonesa es la indicada si quiero una fiesta en mi boca, y nada mejor que Osaka Puerto Madero.
— Un regalo para encantar. Todo lo que dije anteriormente y unos discos de Dimitri. — Una película que le gustaría protagonizar. Medianoche en París. — Un objeto que le gustaría hacer aparecer ahora como por arte de magia. La Luna misma.
— Una ciudad inolvidable. Amsterdam y Bangkok. — El auto soñado. Amo los Aston Martin. El AM 310 aún no sale al mercado, pero lo que vi me mata. Siempre en grises. — Un deseo. La Argentina próspera.
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NOCHES MÁGICAS
Singapur, un cielo de neón
Después de que la hora fantástica inaugura la noche, las ciudades del mundo brillan mostrando un escenario distinto al del resplandor del día. Si en la naturaleza el ocaso marca el fin de la jornada, en las grandes urbes la noche enciende con otro ritmo, otras ropas, otras bebidas y otro aire. Los Ángeles, Praga, Reikiavik y Singapur, a la luz de la luna.
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ace mucho tiempo ya que los arquitectos más reconocidos piensan sus edificios para que se destaquen sobre todo durante la noche, tal vez, su momento de mayor visibilidad y brillo, cuando se convierten en faros modernos de ciudades incandescentes. En ese sentido, esta ciudad es sin dudas un icono donde esa idea ha cobrado su dimensión más relevante. La revista Vanity Fair aseguró que en los últimos diez años, Singapur ha elevado la calidad mundial en diseño, arquitectura, shopping y oferta gastronómica. No sólo hay dinero sino también un gusto exquisito a la hora de gastarlo. La mezcla de sus rascacielos modernos y su famosa bahía hacen de la línea del horizonte algo maravilloso; por eso, las terrazas de la mayoría de los edificios tienen los mejores restaurantes, bares y clubes nocturnos. En Singapur, es siempre mejor estar alto. Hay que tener en cuenta que aquí los edificios más antiguos tienen apenas
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30 años, ya que las construcciones se demuelen todo el tiempo para reemplazarlas por otras nuevas con sistemas más inteligentes y diseños más arriesgados. Así, Singapur se gana todo el tiempo a sí misma, en una carrera por la belleza y el consumo que avanza mucho más rápido de lo que pueden dar cuenta sus habitantes. Al mismo tiempo que los mejores arquitectos, muchos de los gourmets más prestigiosos se mudaron a esta polis moderna para abrir restaurantes de alta innovación. Por eso, algunos turistas arman sus días de estancia alrededor de la degustación en los restaurantes mejor ranqueados del mundo. Es el caso de Iggy’s, abierto en 2004 y elegido en las guías más reconocidas dentro de los 50 mejores restaurantes del mundo. Su chef y fundador, Ignatius Chan, se formó en escuelas francesas apoyado por el gobierno de Singapur, y es miembro selecto de la fraternidad de vinos más antigua del
mundo, la venerada Jurade de SaintEmilion. Ubicado en el piso tres del hotel Hilton, aquí hay pura cocina europea y japonesa y una notable selección de vinos dedicada prácticamente al Pinot Noir. “Singapur es la fusión de lo mejor de Occidente y Oriente”, dice satisfecho el chef. Para probar comida lugareña hay que acercarse al Barrio Chino de Singapur: sin dudas, uno de los más interesantes y completos. A la noche, los faroles rojos alumbran las calles llenas de restaurantes que dedican mucha atención a la decoración y la calidad de sus alimentos. Entre los mejores lugares de comida típica se encuentra el Hong Lim Market, donde los sabores estallan en cualquier lugar. Basta con preguntar en la calle, ya que Singapur se jacta de que su gente tiene paladar exquisito. Por último, para los amantes de lo dulce, esta ciudad tiene entre sus pâtissières a la joven prodigio Janice Wong. Después de ser la niña mimada de celebridades de la talla del chocolatero Pierre Hermé y de Christophe Adam, de Fauchon, Wong inauguró 2am dessert, un bar de postres de cocina molecular y sabores exóticos que abre hasta altas horas de noche para saciar todo tipo de antojos y caprichos. En Singapur, todas las noches son mágicas. Cuando el hermoso faro del puerto se enciende, sobre la tierra firme, los rascacielos relampaguean con luces violetas y azules y cascadas de agua que caen sobre las fachadas. La mayoría de los edificios –que hospedan empresas emblemáticas– cuentan con shopping, restaurante y bar de tragos, generalmente ubicados en el último piso, donde se puede comer rodeado de una vista de 360 grados de la ciudad. Es el caso del bar Lantern, del exclusivo hotel Fullerton, abierto en 2010 sobre la mundialmente famosa Marina Bay, el lugar más exclusivo de la ciudad. Construido sobre el agua, todos sus cuartos tienen una impresionante vista de la bahía, y su frente de vidrio refleja la luz del atardecer. El afamado decorador Andre Fu es el responsable de los interiores y de su joya, el bar Lantern, ubicado en la terraza, donde se tiene la sensación de estar bebiendo un trago sobre un cielo de neón.
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Los Ángeles: ciudad de estrellas
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ualquier cosa que uno pueda decir de esta ciudad parece redundante. Ciudad de celebrities, eligen vivir ahí por esa mezcla perfecta de naturaleza, confort y una frondosa oferta de “sueños hechos realidad”. Los años dorados de Hollywood nos vincularon afectivamente con este lugar, sus calles, sus mansiones, sus colinas: recorrer la ciudad es como estar en un set de filmación inmortalizado por Hitchcock, Ford o Huston. Pero LA no sólo es la meca del cine, también lo es de la gastronomía, el diseño, los hoteles de noche. Los Ángeles tiene la particularidad de unir una vida agitada y vibrante con una admirable tranquilidad. Por eso Werner Herzog, el encumbrado director de cine alemán, la tiene como su ciudad adoptiva. Para él la noche perfecta es en auto, subiendo por Mulholland Drive, el paseo que el director David Lynch hizo famoso en su homónima película. En LA hay que empezar al atardecer, entre ricos tragos, y terminar en el observatorio Griffith Park por encima del bullicio, un lugar para apreciar la vista de la ciudad con la luz de la luna. Otro hito de esta urbe es el célebre Château Marmont, casa de las estrellas de cine desde la década del 30 hasta la actualidad. Es uno de esos hoteles, como el Ritz de París, donde las paredes atesoran momentos históricos y secretos invaluables. Este edificio se construyó a finales de la década del 20. La idea era que fuera un edificio de departamentos de lujo, pero la caída de la bolsa de Wall Street paró el mercado inmobiliario, y entonces el dueño decidió convertirlo en hotel. Por eso sus cuartos son departamentos con habitaciones, cocina de estilo retro, livings y patios. Con trato amable y discreción cómplice, dicen los que saben que este hotel es como una abuela rica, libertina y amorosa, los empleados son tíos cultos, y cualquier habitué, un niño mimado. Humphrey Bogart, Grace Kelly, Marlon Brando, Howard Hughes, Greta Garbo y Andy Warhol estuvie-
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ron viviendo en el Château. “Si vas a meterte en problemas, hacelo en el Château Marmont”, dijo alguna vez Harry Cohn, dueño de los estudios de cine Columbia. En 1990, el emprendedor neoyorkino Andre Balazs lo compró y renovó manteniendo la riqueza gótica del lobby y la belleza de los años 20, pero con un toque absolutamente moderno. Scorsese suele ir todas las semanas a jugar al póker en los jardines. Somewhere, la última película de Sofía Coppola, fue íntegramente filmada en este hotel. A la hora de salir a comer, Los Ángeles cuenta con dos de los mejores restaurantes asiáticos del mundo:
Hirozen, con sensibilidad única y profundo respeto por la más antigua tradición japonesa, y Koi, con sede en Bangkok, Nueva York y Las Vegas. En la mesa de al lado siempre pueden estar George Clooney, Michael Douglas o Cameron Díaz, todos habitués de este local con patios tropicales, luz tenue y un altar siempre encendido dedicado a Buda. Para bailar y beber los mejores tragos, los elegidos son Pattern Bar y Crimson. Una ciudad para perderse por la noche y recopilar historias que pueden ser contadas durante el día en alguna reposera en Malibú.
Reikiavik, la bella del polo norte
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slandia es un país fabuloso, con paisajes de otro planeta y, a la vez, con una vida artística pujante. El premio Nobel de Literatura Halldór Laxness, la maravillosa Björk, el prestigioso grupo Sigur Róss son muestra del inquieto panorama cultural que se vive por esos lares. Entre sus bellezas arquitectónicas, uno de los edificios más destacados es el Concert Hall, maravillosa construcción concebida por Olafur Eliasson, artista que en 2003 creó la instalación de un sol artificial en la Tate Gallery de Londres. El edificio está hecho de múltiples
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caras de vidrio que se convierten en espejo de la ciudad. Se recomienda visitarlo al atardecer, cuando el sol crea un efecto visual impresionante. Por la noche, miles de luces de LED iluminan el edificio, variando en intensidad según la estación del año. Pero no sólo de arte se trata (un chiste recurrente hace referencia a las tres Miss Universo que nacieron en estas tierras: ningún país tan pequeño cuenta con este récord). La vida nocturna de esta ciudad es bien agitada: un periodista de The New York Times, en una crónica sobre sus 36 horas en
Reikiavik, contó que dedicaba el día a reponerse de las agitadas noches; es una de las pocas ciudades europeas donde los bares permanecen abiertos hasta las cuatro de la mañana. Entre sus más afamados lugares está Solon. Ubicado en una esquina tranquila, se trata de una casa antigua restaurada con muebles de diseño y una iluminación exquisita. Típico bar nórdico, elegante y sencillo, tiene una de las selecciones más completas de bebidas blancas que existe. Iluminado con velas y con sus paredes adornadas con cabezas de alces y ciervos, no sólo es conocido por sus tragos sino también por sus deliciosos postres. El bar Boston es otro hito de la ciudad, sólo para iniciados; es difícil encontrar la puerta, y dicen que hay una contraseña reservada sólo a los mejores bebedores de Europa. Para dormir luego de las noches de fiesta, nada mejor que Borg Hotel, el mejor del país según la revista Travellers de Condé Nast y uno de los más acogedores de la zona. Este lujoso hotel de estilo art déco fue fundado en 1883 por un luchador que tenía el sueño de construir un cinco estrellas en Islandia. Durante las celebraciones del primer milenio, se inauguró en el corazón de la ciudad, cerca de la Catedral y el Parlamento (el más antiguo del continente). Recientemente remodelado, conservó sus invalorables aberturas, los picaportes y los números de las puertas –verdaderas obras de arte– y las tradicionales lámparas. Todos los muebles de las habitaciones fueron hechos a mano con cuatro tipos de madera y cinco variedades de cuero. La compañía Bang & Olufsen diseñó los teléfonos, los equipos de música y los televisores de cada cuarto con esa mezcla irresistible del diseño nórdico: ¿cómo pueden ser tan modernos y elegantes a la vez?
Praga, cafecitos encantados
A
orillas del río Moldava, Praga se luce con su belleza y su carácter único dado por su ubicación entre Oriente y Occidente. La ciudad creció con la mezcla de culturas: árabes, judíos y alemanes convivían, construían sus edificios, sus sitios de adoración y aportaban sus costumbres formando un lugar donde se hacía indiscernible una sola personalidad. Praga es de esos lugares que sólo al ser recorridos descubren sus secretos y misterios. Pero cuando las luces de la ciudad se encienden dejando en evidencia el resplandor de sus construcciones medievales y modernas es el momento en que Praga se encanta. La Ciudad Vieja, la parte más antigua de la ciudad, conserva sus edificios barrocos y góticos, de cuando Mozart caminaba sus calles y todos la llamaban “la Praga dorada”. La Ciudad Nueva, fundada por Carlos IV, alberga numerosos conventos, monasterios, iglesias y plazas. Aconsejamos acercarse a la plaza Wenceslao, donde no es raro encontrarse con una orquesta virtuosa en sus jardines. Anualmente se celebran varios encuentros musicales, que encienden los sueños de los desvelados. Por nombrar dos: el festival Primavera, en mayo, y el de música clásica, en otoño. Una noche perfecta en Praga empieza de tardecita en sus cafés. Es que esta ciudad desde el siglo XX fue el paraíso cafetero para escritores, periodistas, arquitectos, artistas y empresarios que entre el humo de cigarrillos debatían sobre política, artes y sociedad. Entre los
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más destacados está el café Slavia frente al Teatro Nacional, inaugurado en 1863. Franz Kafka y Rainer Maria Rilke eran habitués de este lugar con grandes ventanales con una vista hermosa al castillo de Praga. Por otro lado, el Café Imperial es un transporte hasta el Lejano Oriente; con sus paredes cubiertas de baldosas con motivos de plantas y animales, es un lugar único en el mundo. Entre las excentricidades arquitectónicas de la ciudad, está el Grand Café Orient, única cafetería de estilo cubista del mundo, diseñada por Josef Gočár, maestro de la arquitectura moderna. La belleza y particularidad del edificio no se encuentra sólo en la fachada sino en su interior, donde el famoso artista diseñó la barra, las arañas y las lámparas. Por último, para los intrépidos, el Ethiopia Café ofrece especialidades africanas poco comunes de Etiopía, Mali, Congo y otros países. Aconsejamos dedicar una tarde para abismarse en estos exóticos sabores. Praga es una ciudad para dejarse seducir. En 2011, la declararon entre los diez destinos más atractivos para celebrar la Nochevieja y el Año Nuevo. Ocupa el cuarto puesto después de Las Vegas, Savannah y las Cataratas del Niágara. Resulta así, el lugar preferido para recibir los primeros días del año, cuando la ciudad se viste de fiesta, sus restaurantes abren sus puertas con su comida típica y sus calles se llenan de música. ◊
E
siguiendo el
canto de las sirenas
Por Pedro Yl arri
Con la imaginación como único límite posible, quienes ven el planeta como una inmensidad de agua lanzan a la mar todos sus sueños entre embarcaciones de lujo. Hoteles de mil estrellas, “gigayates” de diseños tan personales como únicos, de eso se trata este recorrido entre las olas.
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n el Yacht Club de Cannes, en la Riviera francesa, suelen decir que existen dos clases de personas: las que piensan que sólo basta con mirar fijamente el mar para estar navegando, y los que, por el contrario, parafraseando al escritor fantástico Arthur C. Clarke, consideran “inapropiado llamar Tierra a nuestro planeta, cuando es evidente que debería ser nombrado Océano”. Por obvias razones, en el selecto club sobre el boulevard de la Croisette, en la península de la ciudad, la mayoría se considera miembro del segundo grupo. Es que para los amantes de la navegación, ya sea sobre el traslúcido Mediterráneo como frente a la isla Gorriti de Punta del Este, el mundo adquiere una nueva dimensión al desprenderse la soga de la escollera.
Para este exclusivo grupo, la única manera de descubrir los límites de lo posible es aventurarse un poco más allá, hacia lo imposible. Por eso, ya sea en Mónaco, Río de Janeiro, Miami, San Isidro o Malibú, navegar tiene el mismo significado: uno que indica que se puede ir con el viento o contra él, pero nunca estar a la deriva, ni echar el ancla. Hay muchas formas de navegar en yate, velero o crucero, pero en todas el movimiento es el protago-
nista. Navegar, piensan en Cannes, es una experiencia mágica, porque el movimiento lleva siempre a transitar un nuevo camino en cada travesía, uno que se crea al decidir cómo izar las velas para enfrentar el viento. No sólo lo saben los amantes de Cannes, sino también los principales fabricantes de embarcaciones de lujo del mundo, como Beneteau, de Francia; Ferretti y CRN, de Italia; y otros como Viking, Marquis y Bertram, de Estados Unidos. “Estamos ampliando las fronteras: primero concebimos los yates como casas flotantes, pero pronto se han convertido en verdaderas islas personales, en donde con privacidad y exclusividad se logra la experiencia única de vivir en un hotel de un millón de estrellas”, definió desde Fort Lauderdale, Florida, un ejecutivo de Allied Marine, distribuidora de los yates Ferretti para la región. Su más codiciada joya es el Ferretti Altura 840, un yate de 26 metros de largo, con poder de seducción sobre todos los sentidos: con estilo, fuerza, innovador y tecnológicamente puntero. Los valores para acceder a un yate de lujo y los modelos ofrecidos no son similares en todos los continentes. En la Argentina, con una historia náutica centenaria, y Brasil, un mercado en plena expansión, se venden unas doscientas embarcaciones de más de 32 pies de largo (unos 10 metros) por año. Su precio oscila entre US$ 400 mil y US$ 2 millones. En la Argentina, sólo el 5% de las más de 4.000 lanchas que se venden anualmente son consideradas de lujo. Los yates de 32 pies son el modelo de ingreso. El modelo básico del Ferretti Altura 840, por ejemplo, cuesta US$ 4,2 millones. Tiene cuatro cabinas privadas y dos para la tripula-
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Navegar, piensan en Cannes, es una experiencia mágica, porque el movimiento lleva a transitar un nuevo camino en cada travesía, uno que se crea al decidir cómo izar las velas para enfrentar el viento.
”
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ción. Su diseño asegura la privacidad en todo el barco y tiene una autonomía eléctrica de cuatro días. Los yates incorporan cada vez más herramientas tecnológicas que otorgan seguridad, independencia y facilidad de manejo. “El único límite es la imaginación”, señalan desde Fort Lauderdale, al asegurar que cualquier objeto que se tenga en la tierra o experiencia que se practique en el terreno puede ser replicado sobre “la mar”. Las embarcaciones más exclusivas del mundo suelen ser las generadoras de tendencias hacia otros yates más pequeños, aunque la mejor forma de disfrutar del mar es vistiéndolo con los propios gustos y preferencias. Quienes lo han comprobado son el
cofundador de Microsoft, Paul Allen, el príncipe Jefri Bolkiah –hermano del sultán de Brunei– y los magnates Roman Abramovich y Lakshmi Mittal, dueños de las cuatro embarcaciones más costosas del mundo. El socio de Bill Gates es propietario de The Octopus, un yate de 127 metros de largo y una tripulación de 60 personas. Cuenta con dos helipuertos, un submarino y siete embarcaciones pequeñas. Esta belleza que surca los mares está valuada en US$ 200 millones, y ha visitado Sudamérica en más de una oportunidad. Más exclusivo es The Amevi, considerado el yate más lujoso del mundo, diseñado por Nuvolari y Lenard, y propiedad del indio Mittal, presidente de Arcelor, quien supo combinar su gusto por navegar con el de la inversión. Su yate para 12 huéspedes costó fabricarlo US$ 45 millones, aunque en la actualidad vale US$ 300 millones, según su última valuación. Roman Abramovich, el magnate ruso, es otro fanático de la vida sobre el mar. Su yate Eclipse tiene 168 metros de eslora, dos helipuertos, once cabinas de invitados, dos piscinas, jacuzzi en tres habitaciones, una discoteca y un mini submarino. Fue construido por los astilleros alemanes Blohm & Voss, el preferido por el jet set europeo. Su valor es de US$ 485 millones y suele pasar largas temporadas sobre el Mediterráneo, recibiendo a los invitados en helicópteros desde el sur de España, Francia e Italia. Los alemanes Blohm & Voss, junto con Lürssen, también construyeron Dubai, encargado por el príncipe Bolkiah, un megayate apenas más grande que el de Abramovich, pero bastante menos presuntuoso: su construcción costó US$ 285 millones. Aunque sorprendan las salas de los gigayates, como suelen denominarse a los miembros del selecto grupo de embarcaciones de más de 100 metros de eslora, los que buscan exclusividad y privacidad suelen verse atraídos por unidades más pequeñas, que no ejerzan tanta atracción en los puertos del mundo. Los yates de lujo han evolucionado rápidamente en los últimos
años. Los más habituales son los de 82 pies (27 metros), que en la última década incorporaron infraestructura sofisticada y lujosa, gracias a la producción en serie y a la innovación con fibra de vidrio y otros componentes, en especial en Europa. La gama siguiente es la 130-feet-plus (más de 40 metros), que suman aire acondicionado central, televisión satelital global, cortinas inteligentes y sofisticados sistemas eléctricos de control. La gama inicial es la de 33 pies (10 metros), que en su versión personalizada puede llegar a los US$ 3 millones.
Nuevas tendencias
“Navegar es una experiencia completamente diferente en Sudamérica que en Europa y por eso las embarcaciones también son distintas”, analiza para S/O Martín Demierre, ejecutivo de Le Mon Group, representante de la francesa Jeanneau en Mónaco y Sudamérica. Explicó que “en el Viejo Continente, el invierno suele prolongarse, por lo que las embarcaciones basan el núcleo de las experiencias en el interior del yate, con innovaciones en todo sentido, desde la decoración hasta la electrónica. En cambio, la cubierta es el escenario del placer en Sudamérica”. Una de las increíbles tendencias en ascenso es el intercambio de yates de lujo, a través de nodos como Club Prestige, que permiten permutar barcos de la marca Jeanneau entre clientes del Mediterráneo y del Mercosur. Las ferias náuticas de las plazas más exclusivas del mundo marcan el camino. En el mercado de lujo, las últimas tendencias están vinculadas a barcos más ecológicos con motores de bajo consumo o híbridos, nuevos
sistemas de joystick de ayuda a la maniobra, propuestas de diseño interior que mejoran el confort a bordo y la innovación en infraestructura. En este último aspecto, en el Salón Náutico de Barcelona, las marcas más prestigiosas mostraron cómo los espacios interiores y exteriores pueden redistribuirse para que sean más versátiles, habitables, luminosos y cómodos. La tendencia, según las marcas líderes, es crear “zonas diáfanas” y a la misma altura entre el salón y la popa, incorporando en muchos modelos la barra de bar como separador de ambos ambientes. Los yates más modernos, además, incluyen plataformas hidráulicas que se elevan y pliegan cerca del flybridge (terraza) que permiten acceder fácilmente a la embarcación, realizar actividades acuáticas o bien tener un momento de relax bajo el sol. Todo vale para la mar.
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Panerai desafía las costas
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l paradisíaco paisaje de Antigua fue el escenario del inicio de la temporada 2012 del Panerai Classic Yachts Challenge, del que participan, como todos los años, más de 50 yates clásicos. La estrella de las cuatro competencias, realizadas a fines de abril, fue el Eilean, el “Bermudan Ketch” construido en 1936 en los astilleros Fife, que volvió así a la isla donde pasó sus últimas décadas de existencia antes del trabajo de restauración a cargo de la Officine Panerai. Eilean fue el centro de una serie de celebraciones, que incluyeron una exhibición multimedia dedicada a su historia en el Nelson’s Dockyard, el puerto viejo y astillero georgiano que existe hoy día como el parque natural principal de la isla. No fue la única sorpresa del inicio de la temporada, ya que la aparición de los miembros de la banda de pop Duran Duran alegraron a los presentes. Hace exactamente 30 años, la banda grabó el video de “Rio”, la canción de su exitoso álbum homónimo en 1982, a bordo, justamente, del Eilean.
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Construido en 1936 en los astilleros Fife, Eilean volvió así a la isla donde pasó sus últimas décadas de existencia antes del trabajo de restauración a cargo de la Officine Panerai.
” Estas historias y otras narradas por el skipper Andrew Cully están disponibles en la nueva web del velero (www.eilean.it) El ganador general de la 25ª Antigua Classic Yacht Regatta fue Lone Fox, que recibió el premio en un English Harbour colmado con los protagonistas de la competencia, personalidades y visitantes. Los yates Saphaedra, Rebecca y Mariella también fueron premiados.
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Tras la competencia, la temporada del Panerai Classic Yachts Challenge continuará en el circuito mediterráneo. Entre junio y finales de septiembre, las pruebas se realizarán en Antibes (Francia), Porto Santo Stefano (Italia), Mahón (Menorca, España), Imperia (Italia) y Cannes (Francia). Entre agosto y septiembre, la atención se centrará en la costa este de los Estados Unidos. El circuito norteamericano del PCYC visitará Marblehead, Nantucket y Newport. ◊
Dueños del misterio, amigos de lo oculto y generosos performers, los magos han estado en el corazón de la gente desde hace siglos. Martín Pacheco, mago aficionado y coleccionista, es un custodio de ese legado transmitiendo con pasión un saber que siempre ha estado ligado a lo mejor del entretenimiento.
El arte
de encantar Por Agustina Muñoz
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artín Pacheco es un mago aficionado que se convirtió hace más de 20 años en coleccionista ejemplar. Ha reunido más de 3500 objetos, afiches y memorabilia de magos célebres de la historia: es la única colección de estas características en Latinoamérica y una de las más importantes del mundo. No es simplemente la acumulación de objetos que llegan a sus manos, sino un trabajo arduo que incluye restauración, investigación y selección. Como todo coleccionista que se precie, tiene el ojo astuto y el olfato preparado para ir detrás del objeto y llegar a él. Cuenta con libros de magia que han atravesado 400 años, curiosos documentos de defensa y condena de la actividad de los magos (como la reliquia Discovery of Witchcraft, sobreviviente de los fuegos de la Inquisición), fotografías, juguetes, aparatos para realizar magia, afiches y programas con los que se anunciaban los espectáculos,
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diseñados por valiosos artistas como el litógrafo y diseñador más prestigioso de todos los tiempos, el maestro francés Jules Chéret, que vivió entre 1836 y 1933. Estas y otras tantas piezas hacen de la colección un tesoro con un alto valor no sólo económico sino, sobre todo, emocional. Martín Pacheco es, además, historiador de la magia y su legado. Forma parte del club de magos IBMring, International Brother Magician, donde se intercambian conocimientos e información y donde la principal condición para formar parte es “que te interese la magia y que sepan que vas a cuidarla”. Es que la magia es, sobre todo, un compendio de secretos y un legado centenario que se pasa de iniciado a iniciado, con el pacto de ser buen reservorio de ese conocimiento. Asegura que no hay reglas fijas para la admisión a los selectos grupos de magos alrededor del mundo, aunque luego dirá: “Tenés que ser mago, generalmente debe conocerte alguien que sea miembro, te toman un examen de conocimientos y, sobre todo, verifican que te acerques con sumo respeto”. Cuando uno habla con Pacheco, se percibe sobre todo eso, un profundo respeto por lo que hace; responde lo que tiene que responder, se cuida de hacer juicios aventurados o de opinar sobre lo que no sabe y prefiere no pronunciarse cuando le preguntamos, por ejemplo, por la práctica de la hipnosis; es medido en las palabras pero también generoso cuando tiene que hablar de historias que lo apasionan. En otra clara muestra de su pasión, en 1994 abrió el Bazar de Magia, donde junto a un grupo de expertos, vende objetos y elementos de magia. Allí también funcionan sus oficinas, donde el teléfono suena casi sin parar. Pacheco dedica su vida a esta pasión a la que se acercó no por herencia familiar sino por mera curiosidad. Una curiosidad que lo ha hecho viajar por el mundo a congresos, reuniones de magos y, no pocas veces, persiguiendo una pieza huidiza que deseaba formara parte de su colección. Cuando se le pregunta qué se debate o se aprende en el ámbito académico de la magia, responde: “Un truco no es sólo la destreza del mago, sino que consiste en técnicas
psicológicas y estéticas que se deben aprender”. Muchas de esas técnicas tienen más de cien años y siguen cautivando hasta el día de hoy. Pacheco cree que la magia perdura en el tiempo porque es fascinante, nos conecta con la fantasía, con la ruptura de los límites físicos y naturales. Y si bien hoy en día se sabe que se trata de “un engaño acordado entre el mago y su público”, en otros siglos, los magos fueron perseguidos por creerlos brujos peligrosos. De ahí que se crearan las logias de magos, que practicaban su arte a escondidas, para salvarse de las horcas. El anteriormente citado Discovery of Witchcraft, del año 1584, es considerado el primer libro de magia escrito en inglés. Su autor, Reginald Scot, no era mago, sino un hombre de leyes, que quiso publicar el libro para salir en defensa de los magos y poner fin a la injusta persecución. El rey James VI de Escocia hizo quemar todos los libros, sobreviviendo pocos, uno de los cuales forma parte de la colección de Pacheco. Otro objeto de gran valor es el libro Engaños a ojos vista, de 1733: el volumen de magia en idioma castellano más popular hasta el siglo XIX, escrito por Pablo Minguet, parte de una famosa dinastía de magos e ilusionistas. Pacheco cree que la magia perdurará a través de los tiempos, incluso incorporando las nuevas tecnologías. De hecho, uno de sus trucos preferidos es el flying de David Copperfield –según él, uno de los mejores magos de la actualidad, junto al español Juan Tamaris y al norteamericano Lance Burton–, que sólo es posible con un
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soporte tecnológico asombroso. La tecnología siempre fue acompañando la creatividad de los magos y ensanchando sus posibilidades artísticas. Claro que “así como el flying me parece uno de los ejercicios de magia más asombrosos, también están entre mis preferidos el ‘tres migas’, juego insignia del gran artista argentino René Lavand, que se valía de su carisma especial y su gran destreza para asombrar a su público, sin nada de tecnología”. Gran parte de la colección de Pacheco está compuesta por los carteles, serigrafías, grabados y litografías que son una magnífica expresión de la historia de la magia y del arte. Los carteles nacieron a fines del siglo XIX con el objetivo de modernizar la publicidad en la vía pública. En ellos, verdaderas obras de arte en algunos casos, el talento del mago competía con el del diseñador, que aportaba todo su ingenio para atraer público al espectáculo. Los artilugios de los ilustradores son inmensos y estrafalarios, desde la palma de una mano cuyos dedos están en llamas, hasta magos rodeados de diablillos
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“Un truco consiste en técnicas psicológicas y estéticas que se deben aprender”
(“en una época se usó mucho eso, era parte de la publicidad, jugar con la magia en relación con lo sobrenatural”, dice Pacheco); en otros carteles se ve al mago decapitando bellas señoritas y en otros aparecen rodeados de verdugos con capuchas rojas. Mirando los carteles uno llega a entender el aura mística e inquietante que tenía la magia en esos momentos y que se extiende hasta la actualidad. Esos dibujos pretendían plasmar, con la belleza y el misterio de las ilustraciones, lo prohibido que tenía la magia y la fascinación por lo desconocido. Los magos eran eso: los dueños de esa fascinación, que dejaban a su público atónito y poseían un saber desconocido para el resto; un saber que siempre guardaron bajo el más estricto silencio. Por eso, cuenta Pacheco, en el siglo XIX, una
gran legión de magos cambiaron sus nombres por apelativos orientales, tal el caso de Fu Manchú o Chung Ling Soo (nacido William Ellsworth Robinson): “Los magos quisieron aumentar su exotismo recurriendo a la tradición de misticismo que tenía Oriente, y por eso cambiaban su identidad y usaban kimonos y otras vestimentas orientales”. Fu Manchú es la estrella de la colección, y seguramente, el mago favorito de Pacheco (Bazar de magia, era, de hecho, un espectáculo que realizaba junto a actores, acróbatas y magos conocidos internacionalmente. El acto consistía en la representación de una tienda de magia, en la que un comprador solicitaba varios efectos mágicos realizados por Fu Manchú). El antológico mago, nacido en Inglaterra, fue el padre de la magia
en la Argentina y el más exitoso en todo el mundo hispano. Heredero de una tradición familiar de más de 200 años, fue el último eslabón de la dinastía de los Bamberg. Entre los objetos que se atesoran, se encuentran varios de sus kimonos, correspondencia suya con otros magos y con su padre Okito, filmaciones inéditas y aparatos usados en sus shows. Fu Manchú vivió muchos años en nuestro país y fue el lugar que eligió para morir. Llegó a realizar más de 500 funciones de sus espectáculos, algo muy raro en este ámbito. Cuando se le pregunta si los magos corren riesgos con los trucos en los que se encierran en cajones encadenados o cuando se sumergen bajo el agua (trucos que popularizó Houdini y que Pipo Mancera rea-
4 magos de fiesta S/O hizo una selección de los mejores magos para contratar en sus fiestas, aquí se los presentamos: Pablo Kusnetzoff
Este mago e ilusionista lleva más de 12 años de experiencia en eventos empresariales, promocionales, convenciones, espectáculos de teatro, cine y televisión. Sus efectos de magia se presentan año a año en giras internacionales por Estados Unidos, Suecia, Finlandia, Brasil, Chile, Australia y Japón. Ha recibido de parte de sus pares tres primeros premios nacionales y dos premios internacionales, además de ser convocado cada año para actuar en el prestigioso Magic Castle de Hollywood. Marcelo Goobar
Ganador del 6º Congreso Argentino de Magia de Cerca, sus espectáculos se han presentado en los Emiratos Árabes, México, Holanda, Estados Unidos y España. “Mis shows no son solamente para entretener al público sino para hacerle sentir la sensación de lo inexplicable”, dice Goobar. Emanuel Zaldua
En 1998 obtuvo el 2º puesto en el Festival Latinoamericano de Magia organizado por Flasoma (Federación Latinoamericana de Sociedades Mágicas). En el año 2000 representó a la Argentina en el Mundial de Magia realizado en Lisboa. Yamil Zeid
Único de la lista especializado en magia infantil. Es un joven mago que en su corta carrera ha logrado entrar en el circuito del espectáculo, participando en El centésimo mono, una comedia entre la magia y la muerte dirigida por Osqui Guzmán, un éxito que ya lleva varias temporadas a sala llena. 106
lizó en su escape en el río), Pacheco dice que sí, que absolutamente; y esto aumenta en nosotros la admiración alrededor de estos hombres que llevan su fe al límite de su propia vida. Cuenta que muchos trucos produjeron accidentes, como aquel del famoso mago Chung Ling Soo. “Él era especialista en atrapar balas con los dientes. Las disparaba su mujer. El truco falló y así murió Ling Soo. Pero no hubo mala intención, se comprobó que fue un accidente. En otros trucos llegaron a morir hasta 13 personas durante la muestra.” Dueños del misterio, amigos de lo oculto y generosos performers, los magos han estado en el corazón de la gente desde hace siglos, y seguirán estando en el futuro mientras personas como Martín Pacheco cuiden su valioso legado. ◊
De la magia, de lo nombrado y lo innombrado
Si la palabra fue el primer suceso de magia de la humanidad, el silencio del arte de tramar relojes, que logra detener incluso el tiempo, resignifica hoy lo innombrable para devolverle la sorpresa a un mundo que por momentos parece ya aturdido. Y en ese nuevo estado se dedica a cambiar metales, volverlos nuevos, inesperados, infinitamente valiosos.
Por Carlos Álvarez Insúa Ilustr ación Carlus Rodríguez
S
i primero fue el verbo, con él la palabra trajo magia: el poder de intervenir el mundo, de confundir y embrujar al sujeto en la multiplicidad especular que inventó la vaguedad y la explosión del sentido. Hubo una palabra, pero ella contenía diversos objetos y movimientos; habia más cosas en el mundo que sus nombres. Dominar lo innombrable, el secreto, ése es el arte del mago. Aún en los tiempos cuando los hombres todavía no llegaban a erguirse, uno entre ellos influía en las energías del mundo de manera diferente. Brujo, chamán o mago, él podía –o al menos quienes lo rodeaban así creían– intervenir el tiempo y el espacio a su gusto, prevenir o provocar la catástrofe, sanar o dañar el cuerpo con una palabra que todavía era gruñido o rumor fonético, pero ya verbo. A poco de la aparición del Cristo, en los tiempos de la gnosis, Simón el mago voló y desafió el relato paulino. Lo inscripto refiere a un mundo que pasó, anterior al nacimiento de la ciencia y sus rigores, ésa que sólo acepta aquello que puede demostrarse.
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Acaso, no es así. Tal vez nos tranquiliza pensar que la magia ya no interviene nuestra serena racionalidad. Pero no es tan así. La ciencia avanza hacia lo indemostrable, se dirige a una conjetura de algo por suceder que todavía no puede verse, partículas elementales. También es paradoja, a poco de revisar la historia, advertir que los creadores de la ciencia creyeron con fervor en lo intangible. Así Descartes, que inventó el método racional con el que la humanidad pensó 500 años, aceptó la astrología y la influencia de los astros; Isaac Newton creyó en cosas inmateriales e intentó protegerse de ellas; Pitágoras no sólo intuyó la geometría, su pensamiento también fue matriz de innúmeras sectas esotéricas; Leonardo, mientras tramaba la medida de la belleza y la mecánica, temió a los hechizos y sus efectos. Los reyes, a lo largo de los tiempos, pidieron auxilio y consejo a la ciencia y a la magia. El nazismo, el horror que le hizo afirmar a Theodor Adorno que luego de la Shoah ya no era posible la
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En la relojería hoy abunda el silicio, el paladio y las nuevas modalidades de titanio. Las noticias de estos metales van y vienen, modificando sus usos y composición química. Así, mediante un conjunto de operaciones complejas –y que sospecho esotéricas–, un material deviene otro, como en la ilusion del alquimista descifrando la transmutacion, la fórmula del oro.
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poesía, fue una jauría intoxicada por antiguos pensamientos mágicos que invirtió su siniestra energía para actualizarlos. La Unión Soviética, durante la Guerra Fría, vinculó sus investigaciones científicas con trabajos mágicos a los que prefirió llamar paraciencia. La Norteamérica capitalista sucede atravesada de religiones inconcebibles e iconografías esotéricas que, de manera más o menos explícita, aluden a la trama de la magia. Mark Zuckerberg, o Mister Facebook, siempre viste el mismo buzo que, en su interior, tiene diseñado el diagrama de la estructura de Facebook: ¿no es eso una cábala? En sus últimos años, la alta relojería suiza ha transmutado los materiales: año tras año, nuevas aleaciones vencen umbrales de dureza y encanto, y así se revelan materias impensadas hace una década en la fabricación de relojes. Hoy abunda el silicio, el paladio y las nuevas modalidades de titanio. Las noticias de estos metales van y vienen desde la aeronáutica, la marinería, la astronáutica y la relojería, modificando sus usos y
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composición química. Así, mediante un conjunto de operaciones complejas –y que sospecho esotéricas–, un material deviene otro, como en la ilusion del alquimista descifrando la transmutacion, la fórmula del oro. En 2012 la relojería no necesita buscar oro, sí cambiar los metales, volverlos nuevos, inesperados, infinitamente valiosos. El silencio, la precisión, el rito, el paisaje de Le Jura traman pases mágicos, relojes de funciones inesperadas, mecanismos que desafían la ley de la probabilidad. Diré que la intervención sobre el tiempo que ejecuta el relojero, dominándolo, fundando la obediencia rigurosa a la convención, uniéndolo al cuerpo y al mundo, interpelando su exterioridad y trascendencia, es una operación similar a la del brujo, que trama la eternidad en el mundo material, manipulando palabras, los elementos de la naturaleza, las pócimas y los movimientos del cuerpo, desafiando a los dioses y a la muerte, para persistir en la materia cuya síntesis es el cuerpo, el sitio donde los sentidos estallan, donde habita lo nombrado y lo innombrado. ◊
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Anillos de humo Nacido con el descubrimiento de América, el tabaco supo ser consumido en diversas formas hasta llegar a uno de sus más famosos representantes: el habano. Objeto de mágica devoción para mayas y taínos, su elegante figura ha sabido hacerse un lugar icónico también en nuestra cultura.
Por Fabián Dor ado
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uando Cristóbal Colón desembarcó por primera vez en Cuba, el 27 de octubre de 1492, lejos estaba de comprender los alcances de su viaje circular. Mas allá de los puristas que claman, no sin razón, que el buen Cristóbal no hizo más que darse de narices contra algo que desde el desmembramiento de Pangea había estado firmemente encallado en su camino a las Indias, no podemos negar que también habría de llevar de vuelta a España una serie de hallazgos completamente inéditos entre los que descollaba el del tabaco. Cronista privilegiado, fray Bartolomé de las Casas, en su Breve relación de la destrucción de las Indias cuenta cómo dos marineros de la Santa María fueron los primeros en internarse en la isla de Cuba. Y en volver con una historia descabellada sobre cómo los locales “se bebían el fuego mediante unos tizones que sostenían entre los dedos de sus manos”. Mientras que el cura no sabía si horrorizarse ante tales usos bárbaros, Rodrigo de Jerez decidió hacer la prueba, convirtiéndose en el primer fumador del Viejo Mundo. Aunque no fue el único que se aficionó a este proto-habano, cuando repitió la gracia frente a la corte española terminó en la cárcel por oprobio a la moral pública. Parece ser que los primeros en dejar registro de la existencia del tabaco fueron los mayas, aunque se olvidaron de hacer constar cómo lo consumían. Sí se sabe que era un elemento de la liturgia mágica y que, mezclado con otros componentes, tenía un rol destacado en distintos rituales
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chamánicos. En cuanto a los taínos, la población originaria con quien primero se cruzaron los europeos en Cuba, si bien fumaban esa suerte de manojos ardientes, preferían consumirlo en sus ceremonias en forma de polvo. Como con muchas de las novedades que llegaban de América, lo primero que se intentó con el tabaco fue prohibirlo. Hasta que, andando el tiempo y dada la popularidad que iba adquiriendo su consumo, la corona española encontró una alternativa mejor: gravarlo. Ya desde ese entonces cualquier cosa que sirviera para recaudar habría de hacer su agosto, y de allí al monopolio castellano de lo que se fumaba hubo un paso. Cuba habría de entronizarse como principal productor de tabaco en desmedro de otros sitios en la cuenca del Caribe merced a una orden regia. Ya desde su mismo nacimiento, el consumo de un habano distaba mucho de ser popular. Fueron primero los sacerdotes y después los reyes y sus respectivos séquitos quienes tuvieran acceso a este producto. Y eso se ha visto reflejado en la forma en que nuestra cultura ve tanto al producto como a quien lo consume. Antes del comienzo de la Segunda Guerra, los puros eran la forma más común de consumir tabaco, seguidos por las pipas. Fueron los incordios de las vidas de trincheras los que impusieron los tratamientos para ampliar la vida útil del tabaco, y la costumbre de envolverlos en papel lo que propiciaría el reinado del cigarrillo que llega hasta nuestros días.
Un nuevo tiempo de antes
El del fumador de habanos es, por tanto, un mundo de otro tiempo. Contra la inmediatez y la compulsión de su joven pariente, el habano necesita de mayor dedicación y parece obligar a la reflexión. Mientras que las mieles de la importación en los 90 posibilitaron por estas costas que muchos se iniciaran en esta práctica por el simple hecho de la novedad y la tendencia de ser visto consumiendo las marcas míticas del parnaso cubano, los cimbronazos de la realidad económica han vuelto a colocar al habano en el sitial de un consumo de lujo. Claro que al habano habrá de respetárselo por su mismo origen. Quien suponga que ese sentimiento nace del hecho de haberse vuelto prohibitivamente caro está en un error. El habano ha sido un símbolo que sólo adornaba y adorna a ciertos ejemplares de nuestra cultura. Pero tanto lo fumaba el Che Guevara o Lenin como
gente que no podía situarse más en sus antípodas como Nelson Rockefeller. Artistas como Mark Twain o el genial Orson Welles parecen poder compartir el mismo ámbito con figuras como Demi Moore. Está visto que cada cual puede tomar algo del habano como símbolo de estatus. Y mientras que algunos sólo consiguen seguir saliendo en las crónicas por haberse separado de un marido sustancialmente más joven, a otros la posteridad les ha reservado un sitial de excepción. He aquí algunos ejemplos. En medio de la crisis de los misiles cubanos, John Fitzgerald Kennedy llamó a su oficina al secretario de Defensa, Robert McNamara, para encargarle una misión tan personal como secreta: hacerse de todas las cajas de Petit Coronas de H. Upmann que pudiera conseguir –que, por si hiciera falta aclarar, eran sus favoritos–. Al día siguiente declaró el embargo que aún hoy padece la isla.
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Los cigarros del poder
Ser un estadista de fuste y un fumador consumado no ha salvado a algunas personalidades históricas de hacer alguna que otra animalada. Winston Churchill era tan aficionado a los Lonsdales de Romeo y Julieta que la marca llegó a bautizar sus Julieta Nº 2 directamente como Churchills. Esto no era óbice para que el líder británico abonara a la espantosa costumbre de sumergir sus habanos en una jarra de Courvoisier para “saborizarlos”. Además de ser un inveterado fumador de habanos, Orson Welles también supo hacer extensiva dicha práctica a los personajes que le tocaba interpretar. En la biografía de Peter Bogdanovich, el genial actor shakesperiano confiesa que, cuando escribía sus papeles de villano, los presentaba como fumadores para obligar a la producción de la película a que le pagara los habanos. Por supuesto, pocos fumadores han tenido el sitial de honor que puede ostentar Fidel Castro. No sólo fue el que incorporó mayoritariamente a la mujer en la producción de tabaco en la isla sino que promovió el lan-
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zamiento del más mítico producto del rubro. Se cuenta que una tarde de 1963, cuando entró al auto que lo transportaba, Fidel notó que el jefe de su custodia, Bienvenido Pérez Salazar, estaba fumando un tabaco que olía maravillosamente. Acto seguido, le preguntó de qué marca era, a lo que el susodicho contestó que no eran de marca alguna, sino que los hacía un amigo suyo llamado Eduardo Rivera. Al principio, Rivera comenzó a fabricar cada vez más tabacos para su amigo (y a la sazón antiguo colega) hasta que descubrió quién estaba fumándose sus creaciones. Habían nacido los Cohibas. Pese al famoso dicho de que no existe mejor sitio donde torcer un habano que en los muslos de una mulata, la verdad era que las mujeres torcedoras brillaban por su ausencia. Fidel preguntó por este punto y también por cuánto se tardaría en formarlas desde cero, a lo que le respondieron que más o menos un año. Así, la primera marca nacida después de la Revolución habría de ser producida por mujeres. Incluso algunos hemos tenido el pri-
vilegio de conocer a la primera integrante del bello sexo en hacerse cargo de El Laguito, la antigua residencia en la que se fabrica Cohiba, la inolvidable Emilia Tamayo. Muchas cosas han cambiado desde los inicios del periplo del habano. Las mujeres no son novedad en cualquier lugar de la industria. Fidel ya no fuma. En todo el mundo el consumo de tabaco está siendo perseguido con una ferocidad que no diferencia puros de cigarrillos y parece que los aficionados al habano terminaremos haciéndonos saludos secretos como los cristianos de las catacumbas, intercambiando señales sobre sitios favorables donde despuntar nuestro vicio. Y sin embargo, la magia de pasar las horas envueltos en una nube del humo más fragante no se ha perdido. Las huestes de los que luchan contra la vorágine de una vida moderna que parece querer tabularlo todo, hasta el tiempo del disfrute de dejarse llevar sin contar los minutos como el viejo Shylock contaba sus monedas, lenta, secretamente, crecen. ◊
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Por: Rodolfo Reich
Coll age: Hector Barreiro
y un a Las mil Ane d n ó i por ucc La trad echa en 1704 ocer al h n noches, lland, dio a co rezade, a h G e Sh e toine ria de de vida nao t s i h la ía s mundo que ganaba d . La historia n r e su l ey la jov entos a e Aladino y z u c le o d rránd ocida es la era ve n La prim más co maravillosa. para, ve salir a m lámpar ino frota la lá ulo del poded la m á A ndo re b que enso, p o sucede cua as d o m u t sm un h . Lo mi ano. Esas volu ico o i n e g roso má g n ha b ende u l preámbulo . En el se enci e o r o son a el pu de hum que encierr o se esconde llo m de aque éreo de ese hu espera por su t e e u q jo u o ic dib aje mág s n e m un ión. traducc
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Abracadabra novedades 2012
Del 27 de febrero al 2 de marzo se llevó a cabo el XIV Festival del Habano, evento clave en el calendario de los mejores cigarros del planeta. Y como sucede cada año, fue el escenario desde donde se presentaron las grandes novedades y lanzamientos de 2012. Adentrados en un año que promete ser único, nos permitimos regodearnos con mágicos apuntes sobre el arte de fumar.
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Los orígenes mágicos del baco deben tarastrearse v arios siglos atrás, antes inclu de octubre d e 1492, cuan so del 28 do Rodrigo de Jerez y L uis tes junto a C de la Torre, tripulanristóbal Coló n, vieron a los indígena s fumando tabaco. Para los taínos, p obladores ori gin Cuba, el tab aco era un re arios de galo de los dioses, herra m pasaje cham ienta de sanación y ánico. Hoy, este valor simbólico d el tabaco se perdió en lo vericuetos d s eu Pero cada ve na veloz modernidad. z que se enci ende un puro surge algo d e esa magia o En cada hab ano hay una riginaria. huella de la América pro funda.
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De t r á la exp s de la ma g ia e s licac tiene truye el h ión. ¿De tá el truc q o l sión a ciencia umo? La ué se con , : se t r srespu de pe de ga ata d e st a l queñ e s a a parte es como s partícu la suspen nitró s sóli l a s , mez geno Así, das d cla e y e caer ste humo las hojas oxígeno, al sue y del ta e s pe el fen l ómen o. Pero el sado, y d baco. lo ha aire c eberí o de l c a a crea d e bailar y, a convecc liente, po i c ó r i o con bujos en mo man n, lo elev t a e o prese ruco dev l aire. Por de artist , elado a nte. E s , u ert , en es e dib n esas vol la magia e, aun uj ut nadie pued o humean as caprich sigue e ex p licar. te, hay alg osas, o que
n omo u c e n fi la e ia se d ndido por r g a m e a r Si la ncomp se debe afirmas. i o s e suc gic ces on má , enton razón cubanas s en ningún s e as de s vega car qu que la cómo expli o las plant arod ¿ Si no, gar del mun omplejidad ndo u l a Cua s c otro gren e lidad única? la de la o l o c ha b taba y persona os, se as person a a c b i a t má os h ultura y l la de l de las se hab l clima, la c cada una : no e a n tierra, trabajan e isión es fals ano, e v u i a q d h l s a a b t na ero es s que hacen oducible P . s a g pr la ve partes n todo irre ón. Como s a l n so az .U or la r l todo sino e prendido p m e inco a. i l a ma g
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Cohiba Pirámides Extra
Romeo y Julieta Petit Churchills 22
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iguen las buenas noticias dentro de Romeo y Julieta, que a lo largo del siglo XXI ya había sumado dos nuevas vitolas (Short Churchills en 2006 y Wide Churchills en 2010). Ahora es el turno del Petit Churchills, con todo el sabor aromático y equilibrado de los Romeo y Julieta, en una vitola de galera (cepo 50 x 102 mm de largo) para disfrutar en 20 minutos. Un habano para toda ocasión. Está disponible en el clásico cajón habilitado de 25 unidades y en tubo de aluminio para petaca de tres unidades.
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ompleta la gama de la Línea Clásica de Cohiba. De sabor medio a fuerte, utiliza la “selección de la selección” de los mejores tabacos de San Juan y Martínez y San Luis. Y si bien en el pasado ha existido algún figurado en producciones limitadas, este Pirámides Extra es el primer figurado en la gama permanente de Cohiba, dentro de la Línea Clásica. Una vitola que, con cepo de 54 x 160 mm de largo, permite disfrutar la esencia del sabor de Cohiba en un formato para grandes ocasiones.
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Romeo y Julieta Churchills Reserva 2008 24
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e trata de la primera Reserva de Romeo y Julieta tras más de 135 años de historia, producida en vitola Churchills, el emblema de la marca. Una edición de 5.000 cajones numerados, cada uno de 20 unidades, con todas sus hojas (tripa, capa y capote) procedentes de Vuelta Abajo, y añejadas un mínimo de tres años. Una ocasión única que ameritó recuperar la anilla histórica de la marca, la misma que llevó la vitola Churchills durante décadas, y que se combina en este caso con la segunda anilla que indica la condición de Reserva.
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Cohiba 1966 CONMEMORANDO SU ANIVERSARIO 45º, EN 2011 SE DIO A CONOCER LA EDICIÓN LIMITADA COHIBA 1966: UN HABANO DE CAPA OSCURA Y TODA LA MAGIA DE SER ÚNICO EN LA HISTORIA .
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as ediciones limitadas son muy esperadas por los aficionados, ya que permiten probar un habano único, por fuera del porfolio de las marcas. Y si se trata de Cohiba, emblema del habano cubano, la felicidad es aun mayor. El Cohiba 1966 (cepo 52 x 166 mm de largo) fue elaborado por los más experimentados torcedores de Cuba en cantidades muy reducidas, con hojas con un mínimo de dos años de añejamiento. Se consiguen en cajón Boite Nature (10 unidades por caja), en Cohiba Atmosphere Buenos Aires.
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El último vuelo de Saint-Exupéry
Por Mariana Mactas
IWC lanza este año una edición especial dentro de la nueva colección Pilot, el sexto reloj que homenajea al aviador y escritor Antoine de Saint-Exupéry. Espíritu pionero, aires retro y última tecnología en una pieza nacida para formar parte de los clásicos de la alta relojería moderna.
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iajar es una de las formas más accesibles de tomar contacto con la dimensión mágica, misteriosa de la vida. El viajero sabe de una realidad que puede cortarse, dividirse en dos mitades. Una más prosaica, que anota los detalles del traslado, la incomodidad y las esperas, las colas de migraciones y el entumecimiento de las piernas en los aeropuertos. Y otra casi de ruptura, aunque sólo sea por el hecho de interrumpir una rutina, de desaparecer por un rato del sofá que se ocupa frente al televisor. Como una leve irrealidad en la que, por instantes, el viajero se desconoce. El huso horario que cambia, la conversación ajena en idioma indescifrable, el sabor novedoso del jugo de una fruta desconocida, la ansiedad por redefinir lo nuevo según estándares conocidos –llegar a tiempo, encontrar el punto de destino– son pequeñas formas de extravío. Dicen los científicos que, en situaciones de vuelo y aeropuertos, el corazón late más rápido. Viajar es perderse un poco, como escribieron ya. Quizá por algo de todo esto, la figura fascinante del francés Antoine de Saint-Exupéry, escritor y aviador de vida accidentada y aventurera, desaparecido en vuelo, sintetiza como pocas estos misterios.
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En la casa IWC de Schaffhausen son muy conscientes de ello. Y en este 2012 presentan la sexta edición de uno de sus míticos relojes Pilot, la colección aviadora, con más de siete décadas de historia, en homenaje a “Saint-Ex”: el Reloj de Aviador Cronógrafo edición especial Antoine de Saint-Exupéry. Pero la asociación de IWC con el autor de El Principito no se limita a la producción de los relojes que llevan su nombre. También se enfocan en la alianza con la fundación homónima. Es una institución dirigida por sus herederos que concentra esfuerzos en mantener vivo su legado –sus ideas humanistas, su imaginación prodigiosa– entre las nuevas generaciones. La colección Pilot es especialista en piezas para aviadores, ese es su motto. O para amantes de la aeronáutica, señores que quieren llevar en su muñeca un artefacto inequívocamente vincu-
lado al vuelo, desde la estética y desde sus prestaciones, y que permitiría atravesar duros cambios atmosféricos. La alianza entre esta colección y la figura del escritor toma la forma de homenaje, de tributo que se enmarca en una tradición de relojes de vuelo. Esa que IWC ha hecho brillar en el universo de la industria suiza. El modelo lanzado este año es un cronógrafo que bien podría haber acompañado a Saint-Exupéry durante su travesía extrema en el desierto, cuando casi deshidratado y frente a los restos de su avión enterrados en la arena, imaginó entre alucinaciones la presencia de un hombrecito que le rogaba sin mayor preámbulo: “Dibújame un cordero”. Es que las formas y los materiales resultan en una pieza de aspecto rústico, fuerte, contemporánea pero, a la vez, retro. Los diseñadores consiguie-
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Dicen los científicos que, en situaciones de vuelo y aeropuertos, el corazón late más rápido. Viajar es perderse un poco, como escribieron ya.
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ron aunar el humanismo apasionado del escritor-aviador –que a través de su principito criticaba dura y sistemáticamente la insensibilidad de los adultos– con los elementos técnicos puestos en primer plano, en representación de su otra pasión, por los fierros alados. En palabras de la prensa de la marca, “un cronógrafo que une a las aspiraciones de aquellos tiempos pioneros de la aviación la tecnología de la relojería moderna”.
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Aviadores de hoy y siempre
En los años 1940, los relojes de aviador eran llamados relojes B a bordo de los aviones de navegación”, dice Georges Kern, CEO de IWC. “En aquellos tiempos, sólo los relojes más exactos podían satisfacer las altas exigencias de los observadores.”
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No hace falta recurrir a la Wikipedia para recordar que Saint-Exupéry fue autor de una vasta obra, aunque Le Petit Prince sea la más conocida, la más universal de todas ellas. Y que vivió un capítulo argentino, como director de la red latinoamericana de Aeropostale. En Buenos Aires conoció a su amor, Consuelo Suncín, la mujer que simbolizó la rosa, la flor única y diferente de todas las demás en El Principito. En el marco del aniversario del primer vuelo de Saint-Exupéry, la casa está lanzando esta edición limitada. Un reloj de oro de 18 quilates con una esfera elegantísima, de color tabaco, y correa de cuero gruesa, acolchada y cosida: señas identitarias de la colección que lo honra. El acabado de la superficie combina tramos pulidos con otros mates y la decoración con el patrón solar en la esfera. Su cristal de zafiro, con revestimiento antirreflejo en ambas caras, está protegido contra caídas bruscas en la presión del aire. El movimiento, calibre 89361, desarrollado y fabricado por IWC, muestra largos períodos de tiempo en una subesfera. Un grabado especial embellece la parte trasera del reloj: allí está el último avión con el que Antoine de Saint-Exupéry voló, un P-38 Lightning. Fue el 31 de julio de 1944 cuando “Saint-Ex” despegó en una máquina como esa para llevar a cabo una misión de reconocimiento sobre la Francia ocupada y nunca regresó. Mucho después, en 2003, los restos de su Lightning fueron rescatados del mar Mediterráneo, cerca de Marsella.
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Más allá de esa conmemoración, este año es particularmente importante para los relojes de aviador de IWC. La colección Top Gun lanza cinco nuevos modelos con un punto alto en Miramar, con sus modelos Big Pilot Top Gun Miramar y el Cronógrafo Pilot Top Gun Miramar, en homenaje al enclave californiano donde se forjó el mito de los pilotos de elite. A ellos se suma un Big Pilot y un Cronógrafo Top Gun. Además, una gran complicación dentro de la misma familia, con un Calendario Perpetuo Big Pilot Top Gun. La manufactura de Schaffhausen está decidida a fortalecer año a año una de sus ramas más prestigiosas. Es que los relojes de aviador de la casa tienen 76 años de historia, durante la cual se posicionaron como una especialidad única en la industria de la alta relojería suiza.
“En los años 1940, los relojes de aviador eran llamados relojes B a bordo de los aviones de navegación”, dice Georges Kern, CEO de IWC. “En aquellos tiempos, sólo los relojes más exactos podían satisfacer las altas exigencias de los observadores. El piloto y su tripulación se orientaban en ellos para ajustar sus relojes de pulsera. Y como durante el vuelo la consulta del tiempo debía ser una operación sencilla y rápida, los minutos y segundos se exhibían en un anillo exterior del cuadrante. Allí nació el diseño de los Pilot watches, con el contador de las horas separado de los demás. Dentro de los nuevos modelos Clásicos, el gran cambio de aspecto que trajo su evolución fue la fecha triple, dispuesta en vertical a la altura de las 3, para el Reloj de Aviador Mark XVII, el Reloj de Aviador Doble Cronógrafo, el Reloj de Aviador Cronógrafo y el Reloj de Aviador Worldtimer, un hora mundial de fácil lectura con anillo indicador del tiempo en 23 ciudades. En cambio la nueva versión del Gran Reloj de Aviador, sólo estrena calibre, un
movimiento de la casa, el IWC 51111. Y un nuevo modelo –el sexto– en homenaje a Antoine de Saint-Exupéry que ocupa estas páginas. Las novedades abren un nuevo capítulo en una historia que arrancó en 1930, cuando se pusieron en marcha las primeras producciones de piezas robustas y fiables para pilotos desde los talleres de la casa. El Reloj Especial IWC para Aviador del año 1936 ya presentaba su típica esfera negra, llamativas agujas y grandes cifras, todas luminosas para facilitar la lectura tanto de día como de noche. El modelo de 1940 fue el reloj de pulsera más grande que jamás se ha fabricado en la manufactura. Ocho años después llegó Mark 11, con el calibre 89 de cuerda manual, construido para la Royal Air Force, que se convertiría en el reloj de aviador más famoso de IWC. Desde entonces y hasta ahora, el desarrollo tecnológico y el cuidado por el diseño han sido ejes centrales en el trabajo cotidiano de los relojeros de la casa de Schaffhausen, creada en 1868. ◊
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La imaginación es el límite Por Verónica Gómez
Autora de propuestas curatoriales arriesgadas, Victoria Noorthoorn es una combinación perfecta de fantasía y realismo, de imaginación y capacidad de gestión. Cuidadora de artistas, ha gestado muestras de atmósferas sugestivas que invitan tanto al espectador común como al especializado a vivir una experiencia con todos los sentidos. “Una belleza terrible ha nacido” (11ª Bienal de Lyon), “Ocultar para ver” (Museo Metropolitano de Buenos Aires), “Movimientos imaginarios entre Galicia y el Cono Sur” (29ª Bienal de Pontevedra), “El grito y la escucha” (7ª Bienal del Mercosur) son algunos de los hitos en su trayectoria.
N
os citamos para la entrevista en un café de estilo francés en el barrio de Palermo. Victoria llega presurosa y cargada de bolsas (por una de ellas asoma insólitamente un casco amarillo, de ésos que usan los obreros), acomoda todos los bártulos y se sienta, dejando descansar un poco su panza de siete meses de embarazo. Ella lleva todo este trajín, que uno supone cotidiano en su vida, sin perder un ápice de elegancia ni amabilidad. Hay algo contagioso y genuino en su entusiasmo que hace que nos preguntemos cuál es el secreto de su éxito, un éxito que nada tiene que ver con el brillo enceguecedor, sino más bien con la humildad, la laboriosidad y cierta generosidad idealista que permite esos momentos de iluminación creativa, tan necesarios para que el acontecimiento artístico ocurra con plenitud. Y cuando sucede, muchas personas quedan envueltas en esa irradiación.
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¿Cómo decidiste ser curadora? Yo estaba estudiando Historia del Arte en la Universidad de Buenos Aires y paralelamente asistía al taller de Ricardo Garabito, experiencia que fue muy importante para mí porque me ayudó a comprender las dificultades de ser un buen artista, de enfrentarte a una tela en blanco, atravesar esas angustias y saber en qué momento una se permite volar y en qué momento debe ser más conservadora. Fueron seis años de estos estudios duales y, ya finalizando mi carrera, a los 23 años, estaba en una encrucijada donde no sabía bien qué hacer de mi vida. Entonces, en 1994, Jorge Helft, curador del envío argentino a la Bienal de San Pablo, me invita a viajar. Fui como asistente de montaje; ¡asistente de veras!: iba a buscar el
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¿Cuál es el momento más satisfactorio en el proceso curatorial? Hay muchos momentos. Aquel en el que llega la idea es muy lindo. También, cuando los artistas que convocaste te proponen sus ideas; y cuando ves que un proyecto tiene mucho más potencial y entonces alentás al artista a que tome más riesgos. Ver ese proceso es muy placentero. En general, tus curadurías tienen cierta impronta romántica, atmósferas poéticas y emotivas. ¿Cómo se llevan estos aspectos con las estrategias políticas, más frías o calculadoras, que debés desarrollar? Trato de proteger la poética de la política. Trato de proteger al artista, que se entere lo menos posible de los entretelones de lucha política que tienen que suceder para que la exposición llegue a buen puerto. A veces,
clavo, el destornillador… Para mí fue una cosa reveladora. Yo no sabía que existía el arte contemporáneo. Sabía de Rafael, de El Greco, estaba enamorada del barroco italiano. Y en San Pablo… ¡había millones de artistas vivos! Me causaba mucha curiosidad y fascinación. Y Jorge Helft me dijo: “Tenés que ir a Estados Unidos a estudiar curaduría”. Empecé a investigar de qué se trataba y me di cuenta de que tenía sentido. En el Buenos Aires de ese momento había una desconexión muy notable entre los museos, la comunidad artística y la academia. Y me pareció que el curador podía ser una figura de conexión. ¿Cuál es la misión del curador? Tengo una convicción muy profunda de que un curador es un mediador que debe tener un sentido de la responsabilidad muy grande para con dos agentes: el artista y el público. Y tener claro que existimos porque existen los artistas. El nombre de curador viene de “cuidador”, de aquellas personas encargadas de cuidar las colecciones de los museos. ¿Cómo te planteás una curaduría? ¿Primero tenés una idea y luego buscás a los artistas en los que observás un aire de familia con esa idea, o
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percibís algo en un grupo de artistas que te proporciona el tema? Todo depende de cada proyecto. La manera en que más me gusta trabajar es la segunda: a partir de algo que uno ve en los talleres de los artistas, articular una idea. Pero a veces una institución me convoca con un tema y pienso que ese planteo tiene pertinencia o potencial. ¿Cómo fue el caso de la Bienal de Lyon? Allí me resistía mucho a tener un tema; entonces planeé otra metodología de trabajo, donde el título surgió a mitad de camino y fue comunicado a los artistas pero sin esperar que ellos lo adornen con sus obras, sino que funcionaba de una manera muy amplia, paradójica, que permitía abarcar las preguntas que surgían de cada obra. Muchas veces pareciera haber una especie de statement que el curador tiene de antemano y que luego ilustra con las obras de los artistas… Siempre digo que las exposiciones que hago son mucho mejores de como las pensé. Porque los artistas invariablemente te sorprenden y llevan las cosas a un nivel que una nunca pudo haber imaginado. A medida que tengo información, que sé cómo es el lugar,
quiénes serán sus artistas vecinos, se lo voy comunicando a cada uno, los voy situando. Para que las obras dialoguen. Es bueno que el artista sepa con qué va a estar conviviendo su obra porque crea un clima de amabilidad. Hay un aspecto humano que me parece muy importante cuidar. Una muestra colectiva no tiene por qué ser una competencia. A mí me gusta la sensación de que estoy aprendiendo de los artistas.
hay artistas muy agudos que olfatean lo que sucede y trabajan con eso, con cierta crítica institucional, sin ser literales, y también me parece bien que el artista no sea ajeno a su realidad. Y las soluciones siempre salen del riesgo que el arte toma. Muchas veces las instituciones protegen al dinero del peligro del arte. Y tendría que ser al revés: habría que proteger al arte del peligro del dinero. ¿Cuando vas a ver muestras aparece tu mirada crítica como curadora? Sí, inevitablemente el ojo curatorial está muy presente. Pero, en general, una excelente idea curatorial no es nada sin excelentes trabajos. Y si el concepto curatorial es débil o confuso pero tiene buenas obras, es de todos modos, una buena muestra. Una buena muestra la hace el arte. Es un error pensar al curador como artista.
¿Cuál es el público que te interesa? El público que me interesa es el general. La muestra es para la gente, para un abogado que está cansado y sale de la oficina para ver otra cosa, para el ama de casa que estuvo todo el día con los chicos, gente que va a una exposición de arte porque espera algo, acceder a una ficción que va a darle algo. Me gusta pensar en las emociones del que transita la exposición. Una muestra es un recorrido, hay un cuerpo en un espacio y no sólo un intelecto. Tengo, por supuesto, en cuenta al público especializado, sobre todo en la actualidad del planteo que hago. Pero quiero que la gente la pase bien, que el público entienda qué es lo que está viendo, sin necesidad de explicarlo con un texto. El texto puede complementar pero no reemplazar. ◊
“Trato de proteger al artista, que se entere lo menos posible de los entretelones”.
¿Cómo te llevás con la parte de gestión que implica tu trabajo? Muchas veces es una parte agobiante. Pero cuando volvés al taller te das cuenta de por qué estás haciendo todo lo que estás haciendo. También es muy gratificante cuando los artistas llegan a la exposición y ves que están contentos. Entonces, toda esa parte que puede ser tan dura cobra sentido. Por ejemplo, para la Bienal del Mercosur me pasé ocho meses haciendo cuentas. Nos tocó una crisis muy grande y, en plena marcha, se recortó el presupuesto un 50%. Yo no quería que los artistas se enteraran y bajé los gastos todo lo que pude, de todo lo que no era artístico. Fue una batalla diaria terrible para lograrlo. Quería proteger el arte de la coyuntura.
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DÚO
FANTÁSTICO Claudio Villarruel y Bernarda Llorente dirigieron la programación de Telefé durante diez años, en los que, aun asumiendo riesgos, lograron mantener el canal en la cima del rating. Hoy dirigen la productora independiente OnTV, responsable de ciclos como Televisión por la identidad y Vidas robadas. El año pasado se pusieron al mando de la dirección artística de 360 TV, un canal digital, y este año de Radio del Plata.
por Agustina Muñoz
E
ntender el funcionamiento de los medios es cada vez más complejo y huidizo. El rating, la audiencia cada vez más segmentada y la competencia con internet hacen de la conquista del espectador una verdadera hazaña que muchos batallan con productos prefabricados para espectadores pasivos, y otros, como Claudio Villarruel y Bernarda Llorente, enfrentan con ideas riesgosas y una mentalidad que es, sobre todo, la de dos apasionados que no se conforman y van por más. La radio y la televisión forman parte de nuestras vidas, nos acompañan en la casa, en el auto, en la oficina, después de la cena, estimulan discusiones con amigos y debates familiares y hasta son niñera de nuestros hijos. Semejante responsabilidad es también un imán poderoso y fascinante. Y sobre todo, difícil de dejar. Villarruel y Llorente, después de diez años en el “Boeing” de Telefé, decidieron bajarse de ese raid diario de velocidad, cansados de la gestión y con ganas de dedicarse a sus propios proyectos. Pero la calma que suponía la actividad freelance se vio rápidamente avasallada por la compulsión al trabajo de este dúo que no para de pensar proyectos y no deja pasar oportunidades con las que seguir previendo el futuro del mercado audiovisual. Así, se metieron a trabajar en dos medios nuevos, Radio del Plata, donde el padre de Villarruel trabajó muchos años y con la que dice sentirse emocionalmente muy unido, y 360 TV, un canal digital de periodismo y cultura que pronto incorporará ficción y que pretende venderse a las empresas de cable más importantes del país y del exterior. Con todos esos platillos girando a la vez, sin abandonar OnTV, su productora de ficción, nos dieron una entrevista relajada y comprometida en la que intentaron desmenuzar la televisión actual.
Fotos Constanza Niscovolos
S/O: ¿Cómo empezaron a dirigir juntos Telefé? Claudio Villarruel: Ella hacía diez años que no estaba en la tele; estaba en Washington estudiando en la universidad los fenómenos sociales de la comunicación. Se había ido a estudiar después de trabajar durante mucho tiempo en televisión y gráfica. Bernarda es una intelectual, a mí no me dio el piné. Cuando Yankelevich me propuso reemplazarlo en la dirección de programación, la llamé y le dije: Berni, yo firmo si vos venís. S/O: ¿Tenías miedo? C.V.: Cuando llegás a esos lugares tenés espaldas, y yo no tenía; era el director artístico de Ideas del Sur y el productor de Videomatch, del show del chiste, era el pibe de Marcelo. De hecho, Gustavo Yankelevich le había ofrecido el puesto a tres personas antes que a mí, quienes le habían dicho que no. El vio en mí algo que yo no estaba viendo, es el don del productor. Bernarda descubrió a muchos
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guionistas que estaban haciendo otra cosa: tener ojo para detectar talentos, formar equipos, es una gran parte de este trabajo. El sueño de todo productor es ser director artístico, así que la llamé a Bernarda y nos arriesgamos. No perdíamos nada; yo ya sabía el plan que tenía en la cabeza, y para eso la necesitaba a ella. S/O: ¿Cómo fue ese primer año de programación? C.V.: Fue genial. Había que sobrevivir a los ataques del medio, que no entendían que dos tipos de 30 dirigieran un canal líder; todos los días aparecían noticias de que me echaban. En el fondo, no se dieron cuenta a quiénes estaban poniendo. Nosotros llevamos las ideas a la acción, logramos que Telefé tuviera en su prime time programas que hablaban de hijos de desaparecidos. Durante el primer año, Bernarda, que estaba radicada en Estados Unidos con su marido y su hijo, viajaba de lunes a jueves a Washington. ¡Ni siquiera había vuelo
directo! A veces la llamaba para preguntarle por qué no iba a poder estar en la reunión del martes, y ella me decía: “Porque estoy en Washington ayudando a mi hijo a hacer la tarea”. Éramos unos locos. Pero lo logramos. S/O: ¿Cuál fue su impronta distintiva durante esos diez años en Telefé? C.V.: Nosotros le pusimos a un canal mainstream de comunicación, reflexión, ideología y convicción, más allá de que tuvimos que poner Gran Hermano para vender. Nuestros años fueron los años en los que Telefé estuvo más cerca de la realidad, con la sociedad, con el mundo en que vivimos. S/O: ¿Creés que eso se perdió en la actualidad, cuando la tele está llena de programas de peleas y chismes? C.V.: No, creo que hoy hay de todo en la televisión. Sí es verdad que algunas cosas que nosotros habíamos alcanzado se perdieron, pero la televisión es así. Bernarda Llorente: La televisión, por
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definición, es efímera. Los que hacemos televisión podemos aspirar a dejar algunos programas en la memoria colectiva, o determinadas estéticas y mensajes en lo que se llama “nuevos televidentes”, ir acostumbrándolos a necesitar ver determinados contenidos; el resto es absolutamente efímero. Al que piensa que haciendo televisión hace arte, que haciendo televisión deja una obra, tengo malas noticias para darle. No hay ningún tipo de modelos de construcción desde la televisión. S/O: ¿Construcciones sociales? ¿De pensamiento? B. L.: Modelos en términos sociales y de transformación. Yo siempre digo –y no es para que la televisión zafe de sus culpas– que desde la televisión podés reflejar en mayor o menor medida los procesos sociales que se están viviendo. Lo que no podés hacer desde ella, ni desde ningún medio de comunicación –aunque muchos piensan que sí– es ser protagonista de un modelo o moldear la realidad. En todo caso, podés distorsionar la realidad sobre una base que se sostiene. Nuestro modelo de televisión, durante la década pasada, contó con
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una sociedad preparada para ese modelo: existía una demanda latente que hicimos aflorar proponiendo contenidos que antes no estaban en la televisión abierta; y al arriesgarnos tuvimos una respuesta de la sociedad. Pero existía el germen, los argentinos habíamos pasado por una crisis que nos había hecho reflexionar sobre ciertos asuntos: ¿qué nos había pasado?, ¿cómo queríamos seguir? Volvió la idea de que a través de la acción se podía transformar la realidad, y creo que finalmente todas esas cuestiones aparecieron en los programas que hicimos en Telefé, lo que era muy difícil en un canal tan masivo, con una propuesta que antes era mucho más hermética y segmentada. S/O: ¿Cómo hicieron confluir esas propuestas con la directiva primera de hacer rentable el canal? ¿Cómo se cruza lo comercial con lo creativo en un medio como la televisión? C.V.: Cuando nos hicimos cargo, Telefé era un canal que venía siendo líder en los últimos años. Hubiera sido muy necio decir “vamos por un lado completamente distinto”. Cuando algo funciona, tenés que rescatar lo mejor que tiene y, a la vez, tratar de darle un sello personal. Hay que llevar las convicciones comunicacionales y artísticas propias al medio en que se trabaja, sea cual sea. Uno no tiene ninguna seguridad de nada. Cuando hicimos Televisión por la identidad – el caso de tres niños expropiados durante la dictadura–, por una decisión ética, decidimos levantar un programa del prime time y ponerlo ahí. Con que hagamos siete puntos está bien, pensamos. El primer envío de rating decía que habíamos hecho 15 puntos. El riesgo es fundamental. Tal vez, por deformación profesional –Bernarda, politóloga, y yo, sociólogo– decidimos hacer otro tipo de televisión. Y pudimos hacer convivir Operación Triunfo –que además nos gusta– con otros programas con un contenido mucho más social e ideológico, si se quiere. Nuestro límites eran, por ejemplo, no hacer programas de chi-
que preguntar qué le está pasando, por qué la gente se le está fugando al cable. Debe preguntarse a quiénes expulsó, la gente que antes la veía y ahora no. Los 30 puntos no están más, están en las redes sociales, en Cuevana, en canales internacionales como HBO, en el deporte internacional, en Youtube, con los dvd truchos. C.V.: Si sumás el total de los números de rating del prime time de la tele abierta, hoy el cable está ahí.
mentos. Decidimos no hacerlo, no porque tengamos prejuicios acerca de la gente que ve eso –de hecho, nos enganchamos muchas veces viendo ese tipo de programa–, pero no queríamos que nuestro canal los tuviera. S/O: ¿El rating es el peor fantasma de la televisión actual? C.V.: Sí. El tiempo lo maneja uno. El rating es el gran error; cuando pasa el poder de decisión del programador a la planilla Excel, a los números, perdiste, estás en una lógica desesperada. Cuando Resistiré empezó, estaba cuarta en la planilla, y era Telefé, era inadmisible, estábamos convencidos de que era algo distinto, y cuando abrís una grieta dentro del establishment comunicacional, para que esa grieta se vuelque al público, tenés que bancar el programa. Lo mismo con AM: el presidente de la compañía, Luis Vera, nos decía que teníamos que sacarlo del aire, y hoy es un programa que hace 60 de share. Si les das bola a los que no saben de tele y miran los números duros, perdiste. Nosotros sabíamos bancar los programas. B. L.: En la tele existe la tentación de prestarle atención solamente al prime time, porque se supone que ahí está la concentración mayor. C. V.: Es una gran falacia. S/O: ¿La televisión abierta está perdiendo espectadores? B.L.: Sí, la televisión abierta se tiene
S/O: Pero repartido en muchísimos canales. C.V.: Sí, es verdad, pero la curva del rating de los canales de aire está bajando desde hace siete años. Si antes se hacían 78 puntos en el prime time, hoy deben hacerse 62. S/O: ¿Y eso a qué se debe? C.V.: Hay una sociedad más activa, una sociedad que sale a buscar. S/O: ¿Entonces la tele actual está en una encrucijada? B.L.: Está en plena transición, no sólo en una encrucijada. En los países emergentes, existe un sistema de televisión por tiras, porque las tiras, aunque caras, son sin embargo la forma más barata de hacer televisión. Lo más caro es hacer unitarios, que es como se hace la televisión norteamericana que nos llega acá. Hacen 20 capítulos por temporada y por eso los programas duran muchos años. C.V.: Allá hay una industria que acá no hay. B.L.: Tienen una producción a otra escala. Y ese producto, muy caro, es pasado por una cantidad enorme de canales; primero en el mercado norteamericano, que es muy grande, y después en distintos canales de la televisión mundial, lo que le permite producir con esos costos. No es el caso de la Argentina. Nuestra programación tiene un desgaste mucho más rápido, es difícil no aburrir a la audiencia cuando tenés una tira de 200 capítulos. C.V.: La tele no está en crisis, ese modelo está en crisis.
S/O: ¿Por eso decidieron tener 360, su canal digital? C.V.: Sí. Hoy por hoy, como están dadas las condiciones y a la sombra del rating, pareciera que toda la programación estuviera obligada a poner los mismos contenidos al aire para poder subsistir, como si fuera una fórmula acabada y no pudieran salirse de esa estructura. En cambio, en la televisión digital, se puede experimentar sin tener esa presión constante del liderazgo. Se sigue teniendo el gustito de la programación y de poder inventar nuevas cosas en televisión, pero es un modelo en que está todo por inventarse, que da realmente la posibilidad de proponer nuevos contenidos y ofrecerle a la gente la oportunidad de elegir.
“Cuando algo funciona, tenés que rescatar lo mejor que tiene y, a la vez, tratar de darle un sello personal”.
S/O: ¿Cómo se imaginan el paisaje mediático con la instalación de la television digital? C.V.: Creo que va a ser más igualitario, que habrá más variedad y que vamos a descubrir todos que era posible pensar otra televisión. Imagino un nuevo mercado audiovisual en el que cada canal podrá mostrar lo suyo, llevar adelante su propuesta y animarse a experimentar. Y toda esa “prueba y error” es la que va a traer nuevos aires que aún no imaginamos, de gente que aún no conocemos. S.O.: Con Radio del Plata y con la programación de 360, que incluye muchos programas periodísticos y cuyo lema era “volver a las fuentes del periodismo”, hacen una declaración con respecto al estado del periodismo actual. ¿Cómo ven el panorama y qué propuesta tienen para modificarlo? B.L.: Los periodistas, en general, carecen de ideas propias para profundizar la noticia, y sobre todo de una formación cultural para ampliarla y conectarla. Antes, el periodismo era un apostolado, una vocación. El acceso a la información es una gran responsabilidad. C.V.: En 360 quisimos volver a esas fuentes del periodismo, tipos con
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referentes, que vienen del periodismo gráfico, con información y agenda propia. La televisión raras veces genera noticias, sólo replica noticias que levantan de otros lados. En 360 tenemos primicias con tres o cuatro fuentes chequeadas y eso es un orgullo. Este año planean hacer una segunda temporada de Televisión por la inclusión, piensan la televisión de forma global imaginando permanentemente productos para vender al exterior, y están en plenas negociaciones para que 360 puede ser adquirido por las grandes compañías de cable para ser visto en los televisores de la Capital y de provincias en los que todavía no están. Se adelantan al futuro de la televisión y no parece estar en sus proyectos ningún año sabático. Bernarda dice que sólo tiene tiempo para su trabajo y su hijo, no mucho más. Almorzaron durante la entrevista, a las seis de la tarde, y sin embargo, se los ve felices.
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¿Qué es lo que tienen los medios para que, siendo tan exigentes y difíciles, esta pareja de amigos y socios siga apostando a dedicarles la vida? C.V.: La tele tiene algo mágico, es una herramienta increíble, una caja de resonancia enorme. Con Televisión por la identidad colaboramos con que Abuelas de Plaza de Mayo recuperaran cuatro nietos, ¡con un programa de televisión! Eso se transforma en un hecho cultural. Una película de Kaurismaki es vista por 20.000 personas; una novela como Montecristo, cuya protagonista es hija de desaparecidos, es vista por tres millones de personas por día. Imaginate la conciencia, lo que tenés en tu mano como herramienta social. Cuando esa herramienta está sólo en manos del mercado no es atractiva para nosotros, porque el espacio aéreo es del Estado; el privado alquila ese espacio y tiene la obligación de devolverle algo a la sociedad. ◊
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Fotos Eduardo torres Estilismo Sonia Mc Gough
Bañado en chocolate
Delicioso lujo efímero, el chocolate es más que un placer para el paladar, un goce para todos los sentidos. Aquí, en un acto celebratorio, lo combinamos con preciosas joyas para redoblar la apuesta.
Aro tipo vintage de oro blanco con brillantes y piedras de cuarzo transparente, aros con clip de oro blanco con brillantes y piedra de cuarzo transparente, aros de oro blanco con piedra de ónix y espiral de oro blanco con brillantes, aro tipo botón de oro amarillo, aro tipo botón de oro blanco, aro solitario de oro blanco y brillantes.
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En la página anterior: anillo de oro amarillo con brillantes y piedra ojo de tigre, anillo de oro rosa con brillantes y piedra topacio fumé, anillo de oro amarillo y piedra ónix, anillo combinado en oro rosa y oro blanco con brillantes y piedra topacio fumé, anillo de oro amarillo con brillantes y piedra topacio amarillo. En esta página: anillo modelo Lady Di en oro blanco con brillantes y piedra de zafiro azul, gargantilla de oro blanco y brillantes carré con engarce invisible, lluvia de brillantes en diferentes quilates.
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En la pรกgina anterior: anillo de oro amarillo con grifas y piedra topacio amarillo, juego de piedras semipreciosas en diferentes tonos. En esta pรกgina: gargantilla de oro rosa combinada con brillantes, cadena de oro rosa con colgante en forma de corazรณn de oro rosa y brillantes. En la pรกgina siguiente: aro de oro blanco y brillantes en forma de espiral, collar de perlas con cierre de oro rosa.
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Por: Catalina Barruti
CHOCOLATE DELUXE “El chocolate es a la cocina lo que la joyería es a la moda. Si bien la joyería es parte de la moda, una persona que fabrica ropa no hace joyas. Esta misma relación se da entre la cocina y la chocolatería: el que cocina no hace chocolates”, explica Daniel Uría, director de la Compañía de Chocolates y uno de los chefs chocolatiers más destacados de nuestro país. Sin embargo, Uría pasó varios años dedicado a la cocina y la panadería hasta decidir dedicarse de lleno a su gran pasión, la chocolatería. Así fue como comenzó una vasta formación en las más prestigiosas academias de Europa: ZDS, en Solingen, y Drouven Fabry, en Stolberg Vicht, Alemania; y L'École du Grand Chocolat de Valrhona, en Tain l'Hermitage, Francia. Fue en esta última donde conoció a Frederic Bau, pastelero francés que le cambió la idea de hacer chocolates con la innovadora fórmula que hoy practica –hacer bombones de corte y no de molde–, y a Pierre Hermé, uno de los más grandes chefs pâtissiers del mundo, con quien forjó definitivamente su estilo. En 2005 fundó la Compañía de Chocolates –con sede en Recoleta y en Palermo– donde hoy combina las fórmulas aprendidas para fabricar desde las clásicas tabletas de chocolate de leche, blanco o negro (“es incorrecto decir amargo”, aclara) hasta trufas, bombones y helados. También cuenta que, en la sede de Palermo, además de vender sus productos da clases de chocolatería. Daniel enseña otras cosas además de recetas, como por ejemplo que el cacao proviene de un árbol llamado Theobroma Cacao, que significa “árbol de los dioses” y crece principalmente en América (en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil, Colombia y Trinidad), que de ahí se pueden extraer tres variedades de granos que son: el Criollo, el de mayor calidad y de menor tamaño; el Trinitario, un híbrido entre el primero y el tercero, que se llama Forastero, el de menor calidad y mayor tamaño (por eso es tan caro comer chocolate bueno). También explica que durante la cosecha de los granos, antes del procesamiento, existe una etapa de fermentación en hojas de banana y otra de secado al sol, donde los granos deben adquirir un color violáceo que indica que ya están listos para ser enviados a las fábricas. La precisión con la que expone todos los conocimientos adquiridos en los largos años en el oficio denota que estamos ante un verdadero fanático, un profesional apasionado que cuida todos los detalles, desde la manufactura hasta la correcta degustación: “Lo principal es usar todos los sentidos; primero la mirás y te fijás que la tableta brille, eso es sinónimo de un buen templado. Después la raspás con el pulgar para que desprenda sus aromas y la olés, porque el chocolate tiene diferentes perfumes; al romperlo debe hacer crack. Por último, la mordés y la disolvés en la boca. En ese momento buscás las diferentes notas: hay cacaos que son florales, otros tienen maderas o son más cítricos: dependerá del lugar de donde fue sacado el grano, de la tierra y los minerales”, detalla. Si se le pregunta cuál es el maridaje perfecto, dirá que prefiere hablar de “acuerdos” y que cada uno sabrá darse cuenta por sí mismo, pero que para él lo mejor es acompañar los chocolates con bebidas fuertes, como el whisky o un buen Porto. Aunque agrega que también se pueden hacer alianzas con ricos tés y buenos cafés. “El chocolate tiene un sabor único y muy fuerte, por eso a algunas bebidas, como un malbec, las pasa por arriba”, decreta.
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H
ubo un tiempo en que los términos “tecnología” y “ostensible” iban de la mano, y los equipos de música hogareños repetían su estética voluminosa como un disco rayado. Poco a poco, las cosas fueron cambiando, y el interiorismo comenzó a conformarse entre productos hi tech. Así surgieron esos objetos tecnológicos que cumplían la doble función de adaptarse al cuarto propio, y brindar, con alta calidad, la experiencia sensorial para la que fueron concebidos. En este sentido, un ejemplo perfecto de la simbiosis entre tecnología y decoración es la alianza entre TCL, uno de los líderes en electrónica de consumo, e IKEA, la empresa de muebles para el hogar. Ambas compañías se han unido para desarrollar un “concepto de salón” donde los avances tecnológicos se fusionan perfectamente en los interiores de los hogares. La convicción es que ya no pueden existir objetos que no contemplen en su diseño la relación con el entorno.
De líneas curvas o rectas, o en tipologías impensadas, los nuevos productos tecnológicos para el hogar son de diseño, y su rol no sólo es hacer la vida mejor y más fácil, sino también más bonita.
Nada es
Mario Trimarchi, arquitecto y diseñador, ex director de la escuela de moda y diseño Domus Academy y actual mentor de Estudio Fragile, pasó por Buenos Aires recientemente para participar de un coloquio internacional organizado por la Universidad Nacional de San Martín. En ese contexto, dejó en claro que hay que diseñar menos cosas, pero con conciencia y estética integradora. Y que hoy sólo vale la pena diseñar objetos que quieran contar una historia. “La belleza se transformó en una promesa estética accesible para todos. No sirve hacer objetos que no sean bellos. Si no hay belleza, no hay misterio, y si no hay misterio, las cosas dejan de ser interesantes”, dijo Trimarchi. Hoy en día no todos los consumidores son entusiastas de la electrónica con funciones per se como única prioridad. Alejados de la idea de tecnología aparatosa donde un parlante luce como un parlante, o un teléfono responde al estereotipo de esos objetos, anhelan algo más. Y hay marcas
que, satisfaciendo ese deseo, ponen creatividad y arte al servicio de la tecnología. La firma Bang & Olufsen combina desde hace años diseño, funcionalidad y tecnología en audio, video y telefonía. Dedican largos períodos a desarrollar cada producto y la idea central es que duren más de 20 años sin perder actualidad tanto en tecnología como en diseño. Entre sus invenciones se destaca el equipo Beolit 12, que funciona acoplando iPad/iPod/iPhone e incluye la tecnología AirPlay, que permite reproducir música de forma inalámbrica desde esos dispositivos, Mac o PC. Diseñado para ser portátil, esta atractiva caja de aluminio ensamblada a mano tiene su manija de cuero diseñada por Louis Vuitton. Un sistema de amplificación digital de 120 watts, de dos parlantes de agudos y uno de graves, le proporciona un sonido preciso y potente. El line up de Bang & Olufsen también tiene un teléfono de líneas futuristas llamado BeoCom 2. Se trata de un dispositivo inalámbrico formado por una pieza única de aluminio en una gama de siete colores: negro, gris, aluminio, azul, amarillo, blanco y rojo. La cuota de mágico realismo la aporta el sonido del timbre, que ofrece notas musicales combinadas con una grabación del sonido de tubos de aluminio cayendo sobre rocas.
lo que parece Por J uan Pablo Margut ti
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Hi Be aut y
“Lo importante no es que diseñemos, fabriquemos y vendamos parlantes. La clave es: ¿cuál será el producto final para la persona que convivirá con ese objeto? Eso es lo fundamental.” La frase pertenece a Philippe Starck, que diseñó los altavoces Zikmu para la marca Parrot, especializada en integrar alta tecnología, diseño y belleza. Y aunque el valor agregado en este caso es que provengan de la usina Parrot-Starck, a esto se suma que los Zikmu son equipos de alta fidelidad (Hi-Fi), con lo cual reproducen el sonido con un superlativo grado de realismo. Esto marca un claro y novedoso acercamiento entre el público y el segmento de la alta fidelidad, relegado por años sólo a un grupo de entendidos y fanáticos que disfrutan de escuchar los sonidos tal y como fueron reproducidos al grabarse. Para hacerlo ahora, simplemente hay que colocar el dispositivo made in Apple en la base integrada de una de las columnas del equipo y se podrá disfrutar de la música favorita y percibir, como una presencia o un perfume, el aire vibrando mágicamente. Parrot tiene otro producto intervenido por Starck: son los auriculares Hi-Fi inalámbricos Zik que cuentan, entre otras prestaciones, con un sistema de cancelación de ruidos que permite aislar el sonido que se transmite a través del auricular del ruido ambiental. De líneas rectas y diseño depurado, el Geneva Sound System Model L es otro producto en formato docking pero que también eleva el iPod al reino de la alta fidelidad. Dos tweeters y dos woofers, un amplificador de altísima calidad, un reproductor de CD y radio conforman este sistema de sonido multifuncional enfundado en una caja de madera laqueada brillante. Puede usarse con una base de acero –lo cual le da cierto aire retro–, o sin ella: de todos modos los sonidos se escucharán en bajos profundos, medios claros y sedosos agudos. Una trilogía auditiva óptima.
“
Alejados de la idea de tecnología aparatosa donde un parlante luce como un parlante, o un teléfono
Hacer posible lo improbable
responde al estereotipo, hoy los consumidores anhelan algo más.
”
La marca también vuelve sobre productos otrora populares y ahora en desuso, como su modelo XS. Un sistema de audio Hi-Fi inspirado en el viejo reloj de viaje, pero con prestaciones de esta época: sintonizador de radio digital y la posibilidad de reproducir audio estéreo a través de Bluetooth. El audio es enviado en forma inalámbrica al XS desde cualquier dispositivo Bluetooth, como un iPad, o cualquier smartphone. Incluye un estuche de cuero que se abre para brindar un sonido puro y delicado. El mundo de las computadoras también tiene su costado de diseño y se puede ambientar con los parlantes GLA-55 de Harman Kardon, otra marca referente entre el público audiófilo. Una carcasa transparente que se asemeja a un cristal facetado y una caja reflectora de graves con tubos de cromo brindan graves potentes gracias a los woofers Atlas, y agudos claros y nítidos gracias a sus tweeters. Además, cuenta con controles táctiles para el volumen, y puede usarse con teléfonos inteligentes o cualquier dispositivo que disponga de la clásica salida 3,5 mm.
Finalmente, en este universo donde todo es mucho más de lo que parece, variantes tan distintas como los autos de alta gama y el hardware se unen en la propuesta del LaCie Porsche Design P'9230. Se trata de un disco duro portátil que combina forma y función para transferir archivos más rápido que nunca con el rendimiento de USB 3.0 y sus 2 terabytes de capacidad. También incorpora una luz LED que indica el estado de alimentación y transmite una elegancia sofisticada. Viene en aluminio resistente a rayones que protege los mecanismos internos y que además regula el calor para garantizar el desempeño, y es 100% reciclable. Otras opciones en periféricos de lujo son los dispositivos de Click Car, una compañía especializada en la creación de mini coches que esconden en su interior un mouse o pueden almacenar datos en el formato USB. Hay diseños para todos: el Mini Cooper S, el Volkswagen Escarabajo, el BMW Z4 o el último Aston Martin DBS, aprobados por las marcas originales. En la versión mouse, que puede ser inalámbrico, los botones laterales, derecho e izquierdo, se ocultan bajo el capó, y el trackpad se sitúa justo en medio. En todos los casos, las luces frontales y traseras del vehículo se iluminan, aunque también es posible desconectarlas. Alternativas para vivenciar desde otro ángulo el consumo tecnológico, sin contaminaciones visuales, más despojadas y hermosas. ◊
40 años
con los tornillos a la vista
S
Reloj ícono de Audemars Piguet, Royal Oak impuso el acero como material de lujo para un deportivo con diseño eterno. Una apuesta tan original como irresistible. A 40 años del suceso de su aparición, nuestro homenaje.
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on pocas las marcas de lujo que pueden jactarse de haber creado un objeto icónico, de esos que se convierten en clásicos y nunca pasan de moda. El bolso Kelly de Hermès, la chaqueta de tweed de Chanel, el lazo colorado de Valentino, el cuero con monograma de Louis Vuitton. Entre los relojes deportivos, el Submariner, de Rolex, y el Royal Oak, de Audemars Piguet, pican en punta, cabeza a cabeza, a la hora de hacer la lista. Pertenecen al selecto grupo de ítems que nos acompañan y se identifican enseguida, en todas partes, como piezas familiares. Son parte del imaginario estético de generaciones. Y, desde los años 50 el primero, desde los 70 el segundo, jamás pierden una gota de majestuosidad, ese aire de prestigio que imponen las creaciones de alta relojería. En estos días, AP está celebrando los 40 años de su modelo emblema. No es una efeméride más. Conmemora el lanzamiento de una idea que marcó un punto de inflexión en la relojería moderna. Lanzado en 1972 como el primer deportivo de lujo, Royal Oak era pura vanguardia pero con ánimo clásico. La lógica indica que este tipo de hallazgos debe resultar de largos períodos de estudio, complicados procesos de ida y vuelta de bocetos, intensas reuniones de brainstorming. Sin embargo, la leyenda dice que el Royal Oak fue diseñado por Gérald Genta, para AP, en una noche.
El primer modelo parecía olvidar los códigos tradicionales de la relojería para reescribirlos desde cero. Llevaba un movimiento mecánico ultraplano en una caja de acero que tenía precio de oro, una audacia que mantuvo bajas las apuestas por su éxito futuro. De hecho, el suceso no fue inmediato. Cuando Royal Oak se presentó en el salón de Basilea de ese año, se llevaban los relojes pequeños, más delicados. Con sus 39 milímetros de diámetro y la caja octogonal, era un aparato que se salía decididamente de las normas. Es que no era solo una cuestión de técnica, sino, claro, de aspecto. Sobresalía la forma caprichosa de la caja y, principalmente, los tornillos hexagonales a la vista, todo un canto a la mecánica. Con esas herramientas de seducción, el Royal Oak empezó a atraer a un grupo cada vez más numeroso de iniciados. Eran coleccionistas, hombres de negocios
como Giovanni Agnelli, de Fiat, y figuras del jet set que marcaban tendencia en estilo, como Alain Delon, que no se separaba de su modelo con esfera champagne. Cuarenta años después, desde las muñecas de Lio Messi o Russell Crowe, Royal Oak no es solo el reloj icónico de Audemars Piguet, sino su línea más exitosa. Hasta el punto de que su producción se ha mantenido sin interrupciones desde su lanzamiento. Para celebrar sus primeras cuatro décadas de vida, la marca lanzó ocho nuevos modelos que se basan en la colección original, de 1972, y que completan dos familias distintas dentro de la línea: por un lado, los extraplanos, y por el otro, los Royal Oak automáticos y de cuarzo. Dos líneas diferentes, sobre todo por sus esferas: los extraplanos tienen cuadrantes con motivo petite tapisserie, mientras que los automáticos y los de cuarzo,
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especialmente pensados para el público femenino, llevan unas esferas con motivo grande tapisserie. En los más llamativos, una elegante esfera gris pizarra, calada, ofrece una impresionante visión del calibre esqueletizado 5122. Para preservar la transparencia de este movimiento, el disco del calendario está realizado en cristal de zafiro. Mientras los dígitos y la fecha están transferidos en color negro, esta última se hace visible gracias al fondo gris de la ventanilla de cristal de zafiro metalizado decorada con rasgos estirados. Una proeza de sentido estético. ¿Por qué extraplanos? Porque es la complicación que presentaba el primer modelo, claro, además de una de las especialidades de la casa de Le Brassus. En el corazón de las primeras versiones del Royal Oak se albergaba el célebre calibre 2121, uno de los movimientos mecánicos de carga automática más planos del mundo con sólo 3,05 mm de grosor. Además, entre los extraplanos, cuatro categorías de novedades: un tourbillon esquelético y un extraplano también con cuadrante esqueleto,
ambos producidos en edición limitada. Por último, un tourbillon extra plano y un Royal Oak ultradelgado. Entre los automáticos y de cuarzo, también hay cuatro novedades: automático de 41 y 37 milímetros de diámetro; de cuarzo de 33 milímetros y un cronógrafo imponente de 41 milímetros. El excepcional esqueleto extraplano se hizo en platino y para solo 40 ejemplares, uno por cada año de vida del modelo. En su 40º aniversario, el reloj símbolo de la casa de Le Brassus sigue teniendo larga y fructífera vida. ◊
“La lógica indica que este tipo de hallazgos deben resultar de largos períodos de estudio. Sin embargo la leyenda dice que el Royal Oak fue diseñado en una sola noche.”
Que se abra el telón Mucho más que simples objetos nacidos para dar la hora, estas piezas de lujo y belleza salidas del arte y oficio de maestros relojeros ofrecen un espectáculo para todos los sentidos.
C
entígrafo, duómetro, esferotourbillon, chronomaster, tourbillon volante, con forma de camelia, con GMT o de 14 días. A primera vista, es difícil inferir que estamos hablando de relojes, aparatos mecánicos concebidos para darnos la hora. Cierto, además pueden ser piezas de extraordinario lujo y belleza, las famosas únicas joyas masculinas. Pero también pueden, como lo demuestran año a año, transformarse en campo fértil para los experimentos y las innovaciones más increíbles, grandes complicaciones para pequeñísimos sistemas que, así, nos dicen bastante más de qué hora es. En 2012, las principales casas de la alta relojería suiza vuelven a competir por quién es capaz de lograr la complicación más llamativa, más vistosa de todas. En sus talleres, los relojeros invierten horas y horas de ensayo y error, asomados, a través de un monóculo, a sus micropiezas, jugando con la delicadeza que permiten sus microherramientas. Son procesos largos y artesanales, en los que un trozo de metal pasa por distintas etapas, incluidas las de los especialistas en diseño y decoración, para salir de la fábrica transformado en una pieza exclusiva capaz de latir durante varias generaciones. Por eso son pocos, se producen en limitadísimas ediciones y ya, desde el mismo momento en el que llegan al mercado, son objetos de culto y deseo de coleccionistas. Vale notar la vigencia absoluta del tourbillon, la complicación de complicaciones, que este año encuentra, sorprendentemente, nuevos horizontes. En esta nota, algunas de las complicaciones más importantes del año. ◊
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Greubel Forsey
El tourbillon extremo Los inventores de la alta relojería viajan desde el tourbillon hasta la hora universal. Tras explorar a lo largo de la pasada década el mundo del tourbillon y multiplicar sus funciones, Robert Greubel y Stephen Forsey incorporaron una nueva complicación, interpretada a su manera. Es que no se contentaron con la indicación habitual de un huso horario en una casilla o mediante agujas y añadieron una representación tridimensional de la hora en forma de globo terrestre giratorio que realiza una rotación completa en 24 horas en el sentido contrario a las agujas del reloj, es decir en el sentido natural de la rotación terrestre. El resultado quiere ofrecer una nueva percepción de los husos horarios en tiempo real: desde una visión polar de la Tierra se pueden ver todos ellos a la vez. Cuando son las 12 en Inglaterra, comienza el mediodía en Roma o Ginebra, el sol va a salir en la costa Este de Estados Unidos, mientras que el Extremo Oriente está inmerso en la oscuridad. Un vistazo basta. El calibre GMT está equipado con la jaula del tourbillon de 24 segundos, inclinada a 25º, una de las principales patentes de esta marca. Además de sus cualidades cronométricas y su fiabilidad, se ha logrado que sus dimensiones sean muy reducidas. Otra hazaña de la microingeniería.
Roger Dubuis
Digno del Rey Arturo El modelo Excalibur Doble Tourbillon decoración cincelada, emblema de la identidad de RD, se presenta en una nueva versión con caja de titanio full black. La ligereza del material realza el aspecto aéreo del movimiento. El Excalibur Doble Tourbillon se realiza en titanio negro y en una producción limitada a 88 piezas. Es un reloj robusto, liviano y transparente que guarda un movimiento de alta complejidad. Integra dos técnicas muy caras a los relojeros de la casa: el doble tourbillon volante y la decoración cincelada. Con un diámetro de 45 milímetros, es sumergible hasta 50 metros. De alta precisión, tiene una reserva de 48 horas.
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Audemars Piguet
El torbellino esquelético y ultradelgado Quizá el más notable de los complicados que presentó Audemars Piguet para celebrar el 40º aniversario de su modelo emblemático deportivo, el Royal Oak, sea la versión con tourbillon extraplano y esqueletizado. Una pieza espectacular que suma glamour a la estética bold del modelo de los años 70. Se realizó en una edición limitada a 40 ejemplares, en platino, y bien podría ser una de las piezas que se guardan en las vitrinas del museo de la casa. Especialistas en movimientos extraplanos, los relojeros de Brassus trabajaron en base al calibre 2121, uno de los movimientos mecánicos de carga automática más delgados del mundo, y uno de los más famosos de la casa: tiene sólo 3,05 milímetros de grosor. Así llegaron al 2924, de cuerda manual, que lleva este modelo aniversario. Además, lo dotaron de un tourbillon, la reina de las complicaciones. Y lograron una reserva de marcha mínima de 70 horas. En la caja –de 41 milímetros de diámetro, tamaño novedoso para la colección– destacan el bisel octogonal y los ocho tornillos hexagonales a la vista, pulidos y sujetos por el fondo con ocho tuercas. La versión esqueletizada ofrece un contraste de contornos y tonos grises –de los aceros– y amarillos –del oro del barrilete y los volantes–. Tiene una bella esfera color pizarra y se puede sumergir hasta 50 metros.
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Chanel
Camelias y diamantes Para celebrar el 25º aniversario de su primera creación relojera, aquella inspirada en la geometría octogonal del tapón del mítico N°5 y de la Place Vendôme, Chanel vuelve a meterse en el mundo de las grandes complicaciones mecánicas. Después de presentar su primer tourbillon en un modelo J12 en 2005, lanza por primera vez este año un tourbillon volante, cuya puesta a punto, fruto de la estrecha colaboración entre Chanel y los prestigiosos maestros relojeros de Renaud & Papi (APRP SA) –el servicio de investigación y desarrollo avanzado de Audemars Piguet– representa una primicia para las dos casas. Première Tourbillon Volante se presenta en forma de camelia, la flor preferida de Mademoiselle Chanel, y su tourbillon late casi en secreto, en el corazón del reloj. La pequeña red de pétalos y su corazón pavé de diamantes construyen su delicada textura y, a medida que el tourbillon volante completa una rotación por minuto, los pétalos van indicando el paso de los segundos. El movimiento tiene una reserva de marcha de 40 horas y va montado sobre una platina de forma rectangular. Las agujas engarzadas de las horas y los minutos han sido descentradas a la parte superior de la esfera, de cerámica negra. Première Tourbillon Volante está hecho de oro blanco de 18 quilates y se ha editado en 20 ejemplares numerados. Lleva 101 diamantes talla baguette, para un peso total de 5,2 quilates; y 127 diamantes talla brillante, para un peso total de 2 quilates.
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Panerai
La elegancia del negro absoluto Tuttonero es el simpático nombre del nuevo reloj de Officine Panerai. Con una caja Luminor 1950 y el clásico brazalete Panerai de cerámica, el Tuttonero está fabricado, como su nombre indica, en cerámica de color negro mate. El negro está en todos los detalles: la caja Luminor 1950 de 44 mm de diámetro, el protector de la corona que hace inconfundibles todos los Luminor y la esfera de estructura sándwich. Al igual que los números y los índices horarios, las agujas (hora, minuto, segundero pequeño y segunda zona horaria) están cubiertos con una capa luminosa que garantiza visibilidad y legibilidad excelentes incluso en la oscuridad. También el brazalete es de cerámica de color negro mate, con eslabones conformados y acabados siguiendo los mismos procesos que la caja y unido a un cierre de acero satinado recubierto de PVD. Los eslabones son todos asimétricos y tienen superficies curvadas que realzan la sensación de suavidad y ergonomía.
El movimiento del modelo Tuttonero Luminor 1950 3 Días GMT es el calibre P.9001/B, íntegramente desarrollado y construido en la manufactura. Se trata de un movimiento mecánico automático con reserva de marcha de tres días, fecha, segunda zona horaria, puesta a cero del segundero e indicación de la reserva de marcha en el movimiento visible a través del cristal zafiro del fondo. El movimiento se ha sometido a un proceso de ennegrecimiento para dar al reloj un acabado completamente negro, como corresponde a un reloj tutto nero.
Zenith
Cronógrafo maestro, 1969 Un nuevo cronógrafo de grandes prestaciones nace en Zenith con todos los elementos de un heredero clásico. Lleva el calibre El Primero y los colores históricos, precisamente, del primero de esos cronógrafos automáticos, creado en 1969. Estos tonos se unen sobre la emblemática abertura que permite observar el movimiento de su máquina interna. Con El Primero Chronomaster 1969, la casa quiere rendir homenaje a aquel cronógrafo presentado como el más preciso del mundo, a 40 años de su crea-
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ción. En ese tiempo, llamó la atención por su cuadrante polícromo, cuando la mayoría de los relojes eran de un solo color. Ahora, los contadores de 30 minutos y de 12 horas llevan el mismo tono que el original, azul oscuro y antracita. Su movimiento oscila a 36.000 alternancias por hora y mide con precisión la décima de segundo. Además, tiene 50 horas de reserva de marcha. La caja es de acero de 42 mm de diámetro, resistente al agua hasta 100 metros, con pulsadores redondos de estilo vintage.
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Hublot
El poder de la hora mundial El movimiento de cronógrafo de Hublot, Unico, presenta su primera versión. King Power se apoya en la complicación GMT, que permite la lectura de las horas en distintos husos horarios gracias a un hábil juego de cuatro discos giratorios, en este caso de aluminio. Se controlan con un pulsador situado en la carrura de la caja en las 2, que permite colocar de forma simultánea los discos que ofrecen una lectura instantánea y directa de la hora en la ciudad elegida de entre las 14 propuestas. Con un diámetro de 48 mm, King Power Unico GMT está disponible en dos versiones, en cerámica y oro rojo. Su esfera tiene gran legibilidad a pesar de las numerosas indicaciones que incluye. Con una reserva de marcha de 72 horas, se produce en una edición no limitada.
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Richard Mille
El tourbillon del polo En esta casa, es evidente, no le temen a los problemas. Por eso, sus relojeros se embarcaron en la aventura de construir un tourbillon para uno de los deportes más exigentes y bruscos que existen, el polo. El modelo creado para el argentino Pablo Mac Donough, colaborador de la marca que se impuso en 2010 como uno de los mejores jugadores del mundo, tiene una caja completamente nueva de estilo cilíndrico, concebida para soportar los golpes extremos causados por los tacos y los choques de los caballos. Esta caja blindada tiene dos elevaciones realizadas en carburo de titanio y que acaban en dos ventanas de lectura. El movimiento también tiene una inclinación, de 30 grados. Los segundos y la jaula del tourbillon aparecen en la ventana de lectura izquierda: ángulo de visión ideal para el jinete. El diseño de su movimiento incluye una platina esqueletizada y puentes que muestran una disposición compacta del tren de engranaje y del barrilete. La edición especial del RM 053 Pablo Mac Donough se limita a sólo 15 unidades. Son relojes de titanio granallado y carburo de titanio.
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Vacheron Constantin
El misterio de los 14 días El nuevo Patrimony Traditionnelle Tourbillon 14 Días ostenta el prestigioso Punzón de Ginebra, que sólo pueden llevar los relojes de altísima calidad hechos en esa ciudad y que en su nueva regulación no sólo analiza los movimientos sino también la terminación de cada pieza. Su calibre, desarrollado en los talleres de la casa, tiene un excepcional tourbillon en caja redonda con reserva de marcha extraordinaria: 14 días. Se le da cuerda manual, va dentro de una caja sobria y distinguida, y parece nacido para transformarse en objeto de colección. Y para conmemorar los 125 años de la casa.
F.J.Journe
La sorpresa del aluminio El constructor y maestro relojero Francois Paul Journe ha vuelto a hacerlo. Unos meses antes del SIHH sorprendió con el lanzamiento de un reloj deportivo con caja, pulsera y movimiento en aluminio. El Centigraphe Sport inaugura su nueva colección, LineSport, formada por relojes livianos, de carga manual o automática. La inspiración viene de la mano de un coleccionista de la marca que competía en maratón y triatlón, actividades para las que necesitaba un reloj capaz de medir hasta un centésimo de segundo pero que, a la vez, no le pesara en la muñeca. La pieza es resultado de largas investigaciones en busca de un material ultraliviano pero resistente. Es el primer reloj de pulsera hecho totalmente en aluminio –movimiento, caja y pulsera–: pesa sólo 55 gramos. Claro, con un cronógrafo ergonómico, puesta a cero, contador de centésimas de segundo, reserva de marcha (de 100 horas) y otras virguerías mecánicas, el desafío de pasar del oro rojo de 18 quilates tradicional de la marca al desconocido aluminio era aún mayor. El feliz desenlace está a la vista: uno de los lanzamientos más sorprendentes de la industria.
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A. Lange & Söhne
Fecha y reserva de marcha La casa de Glashütte presenta un Datograph Up & Down que, como su nombre indica, concentra esfuerzos en la lectura del calendario. Es un reloj de platino, de 41 milímetros de diámetro, con una función estrella: una indicación fiable de la reserva de marcha –de 60 horas–, situada a la altura de las 6. Funciona así: sólo cuando al tercer día la aguja se coloca en el sector rojo, es el momento de suministrar nueva energía al mecanismo. Es el calibre de la manufactura de Lange L951.6, de cuerda manual, decorado y montado a mano, con regulación de precisión en cinco posiciones. Sus platinas y puentes son de alpaca natural e incluye detalles tan exquisitos como el puente del volante grabado a mano y el gran fechador, uno de los distintivos estéticos de la casa.
Jaeger-LeCoultre
El tourbillon como espectáculo La información de prensa da cuenta de que fue la precisión la piedra angular, la obsesión que guió a los relojeros de Jaeger-LeCoultre durante la realización del Duomètre Sphérotourbillon. Es, afirman, el primer reloj tourbillon que puede ajustarse con una precisión de un segundo. Incluso aseguran que, hasta el día de hoy, ninguno permitía parar la aguja de los segundos y hacerla volver a cero para efectuar un ajuste ultrapreciso de la hora. El uso del concept Dual-Wing permitió que los relojeros de JLC lograran la hazaña: el pulsador situado a las 2 hace posible la vuelta a cero del segundero pequeño situado bajo el tourbillon, gracias al principio de vuelta al vuelo o flyback. Como resultado, el reloj conserva
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su máxima precisión incluso durante el ajuste de la hora. A la vez, ofrece un espectáculo fascinante a través de la esfera calada cuando efectúa un movimiento de rotación totalmente inhabitual. Todas estas innovaciones permitieron a Jaeger-LeCoultre ganar el primer concurso de cronometría del siglo XXI. La jaula, elaborada en una sola pieza a partir de un bloque de titanio, suma ligereza y elevada precisión. El volante oscila con un ritmo de 21.600 alternancias por hora. Para el placer de las miradas, un fondo de cristal de zafiro transparente hace visible en el dorso del reloj su hermosa decoración y el funcionamiento del Calibre Jaeger-LeCoultre 382 ensamblado y decorado a mano.
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C El mago
del tictac Por Mercedes Quintana y Lucía Barro
Desde que Nicolas Hayek hizo renacer la industria de la alta relojería con sus creativas y eficaces herramientas de marketing a mediados de los 80, varios fueron los ejecutivos que siguieron sus pasos y tomaron la posta. Uno de ellos fue un joven suizo que, con gran carisma y manejo del negocio, supo conquistar a las más glamorosas celebrities de la escena mundial y acercarlas a la marca que dirige con éxito desde hace 10 años. Estamos hablando de Georges Kern. 102
EO de IWC desde 2002, Georges Kern nació en Suiza en una familia de joyeros y desde pequeño incorporó un gran conocimiento sobre el mercado del lujo, legado que le permitió moverse con naturalidad en el mundo de este negocio cuyas estrategias de marketing son, muchas veces, absolutamente opuestas a lo que dice el librito para el mercado masivo. Dueño de gran capacidad creativa y afinado ojo para las finanzas, el joven Kern se graduó en la Universidad de San Galo, una de las Escuelas de Negocios más importantes de Europa. El comienzo de su carrera lo pasó en Tag Heuer antes de unirse, en el año 2000, al Grupo Richemont, donde fue uno de los más jóvenes directores de la historia del Grupo. Allí fue el responsable de impulsar la incorporación de importantes marcas como A. Lange & Söhne, JaegerLeCoultre e IWC. Con tan sólo 36 años, en 2002, fue elegido para liderar IWC, y se convirtió en el CEO más joven del conglomerado suizo. Este año se cumplen 10 años de su asunción y ya es una realidad probada: Kern es uno de los hombres más reconocidos de la industria de la relojería, y esto se debe a su poder de generar ideas valiosas y a una gestión responsable que le permitió posicionar a IWC como una de las marcas más importantes de la industria.
Mucho de su espíritu creativo se ve reflejado en su trabajo. La comunicación de IWC de los últimos años revela dos líneas bien diferenciadas: para los avisos publicitarios su única estrella es el reloj, que fabrican desde su manufactura en Schaffhausen. Una gran imagen del frente del reloj es acompañado con una frase que muchas veces es irónica y otras tantas emotiva. La lectura es clara: los relojes IWC se sostienen por sí mismos, son el gran protagonista de esta marca de alta tecnología y diseño. Pero la imagen de IWC tiene otro costado, aún más glamoroso que sus propios relojes. El exquisito gusto por el espectáculo y la emoción que conviven en Georges Kern lo pusieron en la vidriera del mundo al crear las celebraciones más exclusivas de la industria. Noches mágicas que se viven una vez al año, en el Salón Internacional de Alta Relojería en Ginebra, donde reúne cientos de invitados. Festejos inolvidables donde celebrities de todas partes del globo
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se animaron a mostrar su lado creativo para la manufactura. Repasemos aquí algunos de estos momentos. En 2006, el reconocido actor, productor y director de cine John Malkovich protagonizó el cortometraje Pilot, dedicado a la colección de relojes de aviación de IWC. Un año después, el ganador del Oscar como actor protagónico Kevin Spacey actuó en vivo para el lanzamiento de los relojes de la colección Da Vinci, con la obra Leo y Lisa, interpretada en exclusiva para los invitados de la manufactura. Ese mismo año, Kern ideó un espectacular viaje al desierto de Marruecos, al que invitó a periodistas de todo el mundo a celebrar un homenaje especial a Antoine de Saint-Exupéry. Una gala en medio del desierto fue el escenario ideal para la presentación del Reloj de Aviador Automático edición especial, dedicada al mítico piloto. En 2008, para celebrar los 140 años de la marca, y con más de 1.200 invitados, Kern se superó a sí mismo durante la presentación mundial de la colección Vintage, donde se realizó una performance multimedia llamada Minutes of a Separation, con puesta en escena de la Sydney Theatre Company y la codirección artística de Cate Blanchett, quien apareció en la película, y que contó además con la participación en vivo de escaladores y acróbatas, y del aclamado actor británico Joseph Fiennes. También cantó en vivo Alanis Morissette, una de las más aplaudidas de la noche. En la gala anual de 2009 volvió al escenario de IWC Kevin Spacey, quien interpretó de forma espontánea dos canciones con el saxofonista de Supertramp John Helliwell, durante una noche en la que el objetivo era presentar al mundo la nueva colección de relojes de buceo Aquatimer. Un año más tarde, en el SIHH de 2010, IWC celebró el nuevo lanzamiento de la familia de relojes Portugués con una película protagonizada por el actor nacido en
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Sólo un mago carismático y estratega puede reunir a estas reconocidas figuras internacionales durante tantos años, con un mismo objetivo. Su magia consigue convencerlas, congregarlas y hacer productos de calidad que acompañan la exclusividad de sus colecciones.
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Casablanca, Marruecos, Jean Reno. En The Spirit of Navigation, el actor se mueve a través del tiempo y del espacio para revelar los secretos del arte de la navegación y contar cómo se han ido desarrollando los instrumentos de medición a lo largo de los siglos. En la fría Ginebra de 2011, la estrella fue la nueva colección Portofino y la exposición de fotografías, en primicia mundial, realizada por el célebre fotógrafo Peter Lindbergh, que contó con la participación de los amigos de la marca Cate Blanchett, Kevin Spacey, Elle Macpherson, Jean Reno, Matthew Fox, Marc Forster, Boris Becker, Luís Figo y Zinedine Zidane, así como Tim Jefferies y Ronan Keating. Durante la gala anual que se celebró el pasado enero, Kern y su equipo reunieron más de mil personalidades y representantes de los medios de comunicación de todo el mundo para celebrar el lanzamiento de su nueva colección de Relojes de Aviador. Bajo el lema “Top Gun” y nuevamente junto a Cate Blanchett, Jean Reno, Ewan McGregor, Ronan Keating, las leyendas deportivas Boris Becker, Luís Figo y Zinedine Zidane y la supermodelo Adriana Lima, los invitados disfrutaron de una magnífica gala, que tuvo como punto culminante la interpretación de Bryan Ferry, el reconocido cantante, músico, autor y ocasionalmente actor británico. Sólo un mago carismático y estratega puede reunir a estas reconocidas figuras internacionales durante tantos años, con un mismo objetivo. Su magia consigue convencerlas, congregarlas y hacer productos de calidad que acompañan la exclusividad de sus colecciones. “Luego de 10 años, donde coexistieron fuertes crisis económicas, hoy tenemos un mejor producto, una mejor historia y una marca más fuerte”, afirma Georges Kern reviviendo su gestión. No sólo lo logró con perfectos relojes de muñeca sino con un espíritu audaz, creativo y glamoroso. ◊
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Eppur si muove
Tras el éxito de la multipremiada película Hugo, los autómatas, esas misteriosas creaciones de inventores que soñaban con un mundo de objetos que funcionaran por sí solos, volvieron a cosechar admiración y fanatismo. Una muestra triple en Suiza permite recorrer ese arte que conjuga lo mejor de los sueños de la historia humana. Textos y Fotos Por Sergio Zagier con l a col abor ación de Cl audia Herrer a
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n 2012 una película mágica y hermosa se llevó cinco premios Oscar, entre sus 11 nominaciones. Hugo (en nuestro país, La invención de Hugo Cabret) relata el destino de un niño huérfano, hijo de un relojero en el París de los años 20; entrelazado ese relato con la historia de un pionero de la cinematografía fantástica, el mago del cine, Georges Méliès. El nexo entre ambos sucede a través del hallazgo de un olvidado autómata, esa especie de robot primitivo, máquina con la que algunos maestros de la micromecánica –ni más ni menos que los grandes relojeros de los siglos XVIII y XIX– intentaron trascender su universo de la medición del tiempo a otros ámbitos más espectaculares. En el siglo XX la electricidad y luego la electrónica tomaron el mando de la capacidad extrahumana de realizar tareas complejas –hoy el mundo es impensable sin el accionar “automático” de casi cualquier proceso–, pero hace dos o tres siglos algunos prodigios fueron imaginados y llevados a cabo sólo con las herramientas mecánicas de la época: engranajes, cuerdas, resortes y piezas por el estilo. ¿Qué es eso sino la materia prima de los creadores de relojes? Esas maravillas de la mecánica, como el autómata que el padre le había obsequiado a Hugo antes de morir, quedaron mayormente en el olvido dando paso al desarrollo de máquinas más utilitarias y menos románticas. De alguna manera, con cierta similitud a lo que ocurrió con los relojes clásicos luego del desembarco masivo de la relojería digital y de bajo costo en los 70. Por fortuna para quienes todavía se ven fascinados con esas complejas maquinitas del tamaño de una moneda, la relojería de alta gama no sucumbió sino que se hizo aún más exquisita, pasando de un mero artefacto para medir el paso de las horas a verdaderas joyas de una pureza superlativa. Sin embargo, los autómatas mecánicos no siguieron el mismo camino que los relojes. Hoy en día poca gente tiene alguna idea de qué cosa significa un “autómata”. Pero, ¿quiénes otros que los suizos podrían resucitarlos, no para que comprendamos sus principios y su funcionamiento, sino para que nos quedemos boquiabiertos al contemplar algunos de los pocos ejemplares todavía existentes? Rescatándolos de colecciones públicas y privadas, han montado una triple exposición simultánea en tres ciudades de la Meca relojera: La Chaux-de-Fonds, Le Locle y Neuchâtel. Un suceso singular y quizá irrepetible.
Tres museos, tres exposiciones, tres humanoides
La muestra Automates & Merveilles transcurre desde el 29 de abril hasta el 30 de septiembre de 2012. Las tres localidades donde se exhibe son cercanas entre sí y hacen posible la visita en un solo día, aunque es altamente recomendable dedicar por lo menos un día y medio para evitar una maratón. Adicionalmente, cada uno de los museos participantes exhibe otras colecciones que merecen conocerse, en especial el Museo Internacional de Relojería de La Chaux-de-Fonds, una cita imprescindible para el coleccionista o aficionado a la relojería. Para sintetizar las particularidades de cada una de las tres muestras, se puede decir que la exposición de La Chaux-de-Fonds está dedicada a las maravillas mecánicas. Allí se exhibe en forma parecida al resto de la colección del museo, como un agregado de vitrinas y un pequeño auditorio donde en días prefijados se ponen en funcionamiento las piezas estrella. Por ejemplo, entre otras La Musicienne de Jaquet-Droz; una pieza moderna del brillante François Junod (responsable del autómata que aparece en Hugo); y un mago de bronce que responde a preguntas prefijadas. Acompañados por Jean-Michel Piguet, conservador del museo, pudimos ver funcionar a los autómatas más llamativos. El tema de la muestra del Museo de Relojería de Le Locle en el Château des Monts es la miniaturización y las
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piezas de lujo, y se caracteriza por ocupar un palacete elegante que forma parte de la historia de la relojería suiza. Solamente visitar la residencia es ya una experiencia interesante, y si a eso le sumamos que contamos como guía con Phoebe Forsey, esposa del prestigioso relojero y creador de la manufactura Greubel Forsey, se dobla la apuesta. La pieza central de la exhibición es Le Dessinateur, el autómata dibujante de Jaquet-Droz. Finalmente, la muestra de Neuchâtel, dedicada a introducirnos en la vida de Pierre Jaquet-Droz, su hijo Henri-Louis y Jean-Frédéric Leschot, está montada en el Museo de Arte e Historia y su desarrollo es más didáctico que en las otras dos sedes, con criterio más museístico. Caroline Junier nos acompañó a lo largo de la exhibición con el entusiasmo propio de quien concibió la idea de esta triple muestra y la llevó adelante. Aquí la pieza maestra es el más famoso autómata de Jaquet-Droz, L’Ecrivain. Es de mencionar que este museo de arte es el propietario de las tres grandes creaciones de Jacquet-Droz y cedió dos de ellas por el tiempo que dura la exposición para nivelar la importancia de las tres sedes.
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Maestros cre adores
Aunque François Junod deslumbra a todos con sus creaciones mecánicas, combinación de arte e ingenio, los Jacquet-Droz, esos genios del siglo XVIII, son la estrella de la muestra, justamente auspiciada por la compañía relojera que lleva ese nombre. Pierre Jaquet-Droz –el gran creador–, su hijo Henri-Louis –el emprendedor– y su asistente JeanFrédéric Leschot –el gran técnico–, se embarcaron en una aventura creativa y comercial que hizo época. Con sus prototipos mecánicos recorrieron salas de Europa maravillando a los espectadores, cualquiera fuese su alcurnia. Cuatro parecen haber sido sus creaciones maestras, entre ellas los tres humanoides exhibidos en la exposición. Una cuarta pieza, según puede leerse en crónicas de la época, consistió en una escena palaciega en miniatura con múltiples figuras en movimiento. Se desconoce el destino final de esta máquina. Los tres autómatas con forma humana están capacitados para funciones distintas. La Musicienne es una dama sentada ante un órgano que toca realmente el instrumento. Sus dedos y sus expresiones, hasta el movimiento de los ojos y la respiración, están gobernados por artilugios mecánicos en su interior. El instrumento musical es real y responde a las teclas que oprime la señorita. Le Dessinateur es un niño sentado ante un escritorio que dibuja con un lápiz delicados diseños prefijados. El autómata del film Hugo, en cuya construcción para el cine intervino François Junod, también dibuja. L’Ecrivain, el tercero y más conocido de los autómatas, obviamente, escribe. Así como en el caso del dibujante, es un niño con su interior repleto de relucientes piezas de bronce en forma de discos dentados, levas, frenos y demás. Aunque estos androides deslumbran por sus habilidades y su aire algo macabro (Sigmund Freud eligió un cuento que trata sobre un autómata como la obra más siniestra que leyó), el resto de las piezas que se exhiben terminan de completar la exposición. Hay aves emplumadas en jaulas de oro
que cantan y aletean, cajitas musicales esmaltadas con un lujo exquisito, muñecas que lloran, escenas rurales dentro de un reloj de bolsillo y otros prodigios imaginados hace más de dos siglos. Quizá nunca antes ni después la fusión del arte y la técnica mecánica, la magia y el ingenio, llegaron a una comunión tan sublime. ◊
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olver al pasado Copete simulado lujo efímero, el chocolate es más que un placer para el paladar, un goce para todos los sentidos. Aquí, en un celebratorio, lo combinamos redoblar la apuesta.
Fotos: Gustavo di mario Estilismo: Simona Martinez Colección Invierno 2012 "Carmen" de Pablo R amírez.
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Pág. 01 - Él: aro roseta de oro blanco y brillantes. Prendedor en forma de flor, de oro blanco combinado con oro rosa y brillantes. Reloj F.P.Journe, Centigraphe Souverain. Ella: aros con clip de oro blanco y brillantes. En la solapa, aros largos de oro blanco y brillantes baguette. Anillos de oro blanco y brillantes. Reloj F.P.Journe, Octa UTC. Pág. 03 y 06 - Argollas de oro banco y brillantes pavé. Anillo modelo Lady Di de oro blanco y brillantes con piedra rubí. Pulseras de oro blanco y brillantes baguette. Juego de anillos de oro blanco y brillantes pavé. Reloj A. Lange & Söhne, Lange 1 Time Zone. Pág. 04 y 05 - Collar de perlas con cierre combinado de oro rosa y oro blanco. Aros de oro rosa con perla. Anillo de oro blanco con perla y brillantes. Anillo de oro rosa con brillantes pavé. Anillo estilo vintage de oro blanco combinado con oro rosa y brillantes. Reloj Audemars Piguet, Royal Oak. Pág. 07 - Él: Reloj Jaeger-LeCoultre, modelo Master Compressor Diving. Ella: Aros tipo clip de oro blanco y brillantes. Prendedor de oro blanco y brillantes en forma de moño. Anillo redondo de oro blanco y brillantes. Anillo de oro blanco con brillantes pavé. Reloj Jaeger-LeCoultre, Master Compressor Lady. Pág. 08 - Argollas de oro rosa y brillantes. Anillo bombé de oro rosa y brillantes pavé. Juego de pulseras de oro rosa y brillantes. Reloj Zenith, Elite Class. Pág. 09 - Él: Prendedor en forma de flor, de oro blanco y brillantes. Anillo de oro blanco y brillantes. Reloj Panerai, Radiomir 8 días Cerámica. Ella: Aros modelo Vintage de oro blanco combinado con oro rosa y brillantes. Pulsera de oro blanco y brillantes carré. Juego de dos anillos de estilo Vintage en forma de alas, en versión de oro blanco y oro rosa con brillantes. Anillo de oro blanco y brillantes. Reloj Panerai, Radiomir Oro Rosa.
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Pág. 11 - Aros de oro blanco y brillantes. Juego de pulseras de oro blanco y brillantes. Anillo de oro blanco y brillantes pavé. Anillo en forma de flor, de oro blanco y brillantes. Anillo en forma de flor, de oro blanco y oro rosa con brillantes. Reloj Chopard, Happy Sport. Pág. 12 - Aro solitario de oro blanco y brillante. En la cintura, juego de aros circulares de oro blanco con brillantes pavé. Anillo sello de oro blanco. Reloj Hublot, Big Bang. Pág. 13 y 14 - Aro solitario de oro blanco y brillante. Cadena de eslabones de oro blanco y brillantes. Prendedor en forma de flores, de oro blanco y brillantes. Anillo de oro blanco. Reloj IWC, Portugués.
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hechiceros contemporáneos
A través del vidrio
En Le Sentier, en el valle de Joux, entre los pequeños caseríos que encantan la postal de este bello lugar que parece salido de un cuento, está la Manufactura de Jaeger-LeCoultre. Un espacio tan íntimo como misterioso, donde los artesanos se sumergen en su labor detenidos en el tiempo. Visitarla es una experiencia única, por momentos difícil de transmitir. Texto y fotos: Sergio Zagier con l a col abor ación de Cl audia Herrer a
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l lago de Joux, casi tocando la frontera con Francia, está rodeado de pequeñas localidades, apenas caseríos. Uno de esos pueblos, junto a la desembocadura del lago, se destaca por ser sede de una de las marcas más tradicionales de la alta relojería. Jaeger-LeCoultre fusiona diseños clásicos que ya llevan varias décadas con innovaciones técnicas que resultan Jalones de la evolución relojera, como lo han sido el Gyrotourbillon y las 55 complicaciones del Hybrys Mechanica. La sede de la compañía está compuesta por varios edificios de distintas épocas que se fueron agregando con el crecimiento de la manufactura y que albergan alrededor de un millar
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de personas. Hoy están unidos por una moderna estructura vidriada, la más notable del lugar. El acceso a la planta es muy restringido y requiere de una cita previa. Además, el ingreso al sector de producción impone a los visitantes el uso de guardapolvo blanco, credencial y, por supuesto, un acompañante. Una vez allí, acreditados y uniformados, nos adentramos en el universo de Jaeger-LeCoultre acompañados por Eduardo Maclean, coordinador de entrenamiento de marketing, un argentino extrovertido y estimado por todos en la manufactura. Eduardo nos acompañó durante el recorrido laberíntico por las distintas salas, dispuestas a ambos lados
de los pasillos que atraviesan los diferentes pisos. Los ambientes están vidriados, por lo que se pueden apreciar los escritorios y bancos de trabajo, con sus técnicos o artesanos inclinados sobre microscopios o alguna máquina herramienta. Cada uno en lo suyo, agrupados por tipo de tarea. En algunos salones puede haber dos docenas de técnicos alineados ante las mesas, pero en otros sectores los especialistas son muchos menos, dedicados a las grandes piezas que requieren su concentración extrema. Como ejemplo, el montaje de un espiral en un volante Gyrotourbillon lleva todo un día. Algunas complicaciones demoran seis meses en montarse.
Los talleres de fabricación, ensamblaje, grandes complicaciones (las piezas maestras de las colecciones), grabado, esmaltado, diseño, control, etc. operan en un ambiente de trabajo muy prolijo, silencioso y organizado pero a la vez cordial. En ningún caso los relojeros pusieron objeciones al pedido de fotografiarlos, o de consultarlos acerca de su tarea o de las piezas superlativas que estaban manipulando. Ante la pregunta de cómo se procede con un reloj que requiere reparación, nos sorprenden con lo siguiente: “Una pieza de las colecciones más básicas puede ser atendida en un centro de reparaciones regional, para evitar el traslado a Suiza. No obstante, si la situación lo justifica, el reloj vuelve a los atelieres de ensamblado, donde su atención se intercala con la producción de piezas nuevas”. ¿Y en cuanto a las grandes complicaciones?: “En ese caso, únicamente se reparan aquí en Le Sentier, más aún, si el relojero responsable de su armado original sigue formando parte del plantel de Jaeger-LeCoultre, únicamente es él quien atenderá ese reloj, no importa cuántos años hayan pasado desde su venta”. Todos sabemos que las piezas de un reloj de pulsera son muy pequeñas, pero no todos estamos al tanto del tratamiento individual que cada minúscula rueda, resorte o tornillo es capaz de demandar para calificar como apto para relojes como estos. Tornillos que no son más grandes que un grano de azúcar pero cuya ranura es tallada con un ángulo preciso. Áncoras de unos tres milímetros que deben terminar de pulirse a mano antes de la inserción de sus extremos de rubí, los cuales siguen fijándose a la antigua, con goma
laca. Puentes decorados individualmente por un grabador, aun en lugares que el afortunado poseedor del reloj nunca verá. Son algunos de los detalles que, complementados con los intrincados diseños de los calibres, hacen que uno deba sacarse el sombrero ante la relojería artesanal. En este sentido, Jaeger-LeCoultre se enorgullece al afirmar que es prácticamente la única gran manufactura que produce virtualmente todas las partes de sus calibres.
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Instantes de colección
Maestros artesanos
La sede de la compañía está compuesta por varios edificios de distintas épocas que se fueron agregando con el crecimiento de la manufactura. 104
Tuvimos el placer de conversar con Christian Laurent, responsable del atelier de especialidades relojeras y con 40 años de antigüedad en el taller. Orgulloso y entusiasmado, habló acerca de la nueva evolución del Tourbillon que lanzó JaegerLeCoultre, el Sphérotourbillon, un regulador que se mueve como un trompo y, a diferencia del Gyrotourbillon, permite el diseño de relojes más chatos y livianos. “Nuestro desafío era disminuir la altura de los relojes regulados por el Gyrotourbillon 2. Con este nuevo concepto, un volante procediendo como un trompo, compensamos los efectos de la gravedad en la precisión de la marcha, con menor altura de la máquina.” Con esta innovación se logró un calibre altamente preciso en una caja más chata. Christian y Eduardo enfocan diversos calibres con un proyector de gran aumento conectado a una pantalla ancha. “El Duomètre es una pieza maestra, con sus dos fuentes de energía que se cargan alternativamente con la misma corona”, explica Eduardo. “Sin embargo, la solución a la acústica de las sonerías es brillante”, agrega Christian mientras hace sonar una gran complicación como es la Grande Sonnerie y explica cómo se debió fusionar el metal con el cristal del reloj para que el sonido no se apagase dentro de la caja, una pesadilla clásica de los diseñadores. También visitamos el pequeño atelier de esmaltado, ubicado por poco tiempo más en una casa adjunta a la manufactura, a la que se llega a lo largo de la calle, saliendo del edificio principal. A diferencia de la planta de producción, éste es un lugar más íntimo, de dos o tres ambientes reducidos, parecido a un tallercito de composturas. Es notable que en un lugar tan sencillo se conciban y realicen verdaderas obras de arte
en miniatura. Allí conocimos a su director, Miklos Merczel, y a algunos aprendices de unos 16 años que estaban siendo instruidos en un arte casi perdido y recuperado por unas muy pocas casas relojeras. La pequeñas plaquetas se pintan bajo el microscopio y luego pasan a un diminuto horno de 800 grados donde el destino dirá si se logró una pieza memorable o el material colapsó, así de
artesanal es el proceso. Sobre una bandejita, descansaban algunas de las placas terminadas: imágenes del Art Nouveau creadas por Alfonse Mucha, además de otras reproducciones de pinturas conocidas o no tanto. El proceso continúa luego en los talleres de ensamblaje donde cada pintura está asignada a su correspondiente reloj, ya sea como esfera o en el reverso de la caja.
La sala de trabajo correspondiente a los Atmos –esos relojes que transmiten una sensación de parsimonia y eternidad, siempre en un lugar estable, con un péndulo giratorio de baja frecuencia y una sobriedad en su diseño casi única– impacta. Sobre las mismas repisas hay piezas de los años 30 en reparación, docenas de unidades en control final, modelos nuevos o solo vistos en fotos. Por último, para graficar el trabajo de la cápsula, el fuelle metálico y los mecanismos que hacen de este reloj un verdadero mecanismo perpetuo, sobre una mesa, Eduardo nos preparó un ejemplar desarmado y una cubeta con hielo. Sumergió el fuelle –compuesto por una aleación desarrollada especialmente por la manufactura– en el agua helada para hacer bien notable el cambio de volumen provocado por la variación de temperatura. En condiciones normales de funcionamiento, cambios infinitesimales en la temperatura del ambiente cargan la cuerda del Atmos permitiendo una reserva de marcha virtualmente inagotable. Hay en la manufactura un pequeño museo, en una de cuyas paredes un largo panel detalla las 3331 operaciones que son necesarias para montar el calibre 382, el novedoso Duomètre Sphérotourbillon que Jaeger-LeCoultre introdujo hace poco tiempo. Esta máquina, sumada a los varios nuevos modelos que la marca lanza periódicamente, no deja perder el aura que acompaña a un Jaeger-LeCoultre y que permite identificarlo quizá antes de ver su clásico logotipo en la esfera. La imagen que nos dejó la visita a la “Grande Maison” es la de una innovación técnica brillante, excelencia en la fabricación y ensamblaje, y un perfil bajo en el diseño, pensado más para el conocedor que para el comprador impulsivo. ◊
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Hublot celebra a Maradona en
hija de Dios El evento elegido para el lanzamiento del nuevo cronógrafo Hublot King Power Maradona aconteció en un marco muy especial: una función privada, para amigos de Hublot y el astro del fútbol, de la celebrada obra Hija de Dios, de su primogénita Dalma. Un evento que conmovió a todos.
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l lanzamiento del nuevo cronógrafo Hublot King Power Maradona contó con la presencia de más de 100 invitados y la inigualable figura de Diego Armando Maradona y su familia, reunidos para una ocasión especial: el primer unipersonal que protagoniza Dalma Maradona, Hija de Dios, de la directora Erika Halvorser. El Diez acaparó la atención con el carisma que lo caracteriza acompañado de sus anfitriones: Valérie Servageon, directora de Hublot, y Martín De Leeuw, presidente de Simonetta Orsini. Entre otras, personalidades, asistieron al evento Martín Palermo y Andy Kusnetzoff. El nuevo cronógrafo King Power Maradona lleva la firma del 10 en la esfera en una edición limitada de 500 unidades en cerámica y 200 en oro. Las dos versiones cuentan con un cristal de zafiro antirreflejo, PVD negro de titanio o de oro de 18 quilates, con reserva de marcha de 42 horas y movimiento mecánico automático. Además, Hublot desarrolló un King Power diseñado especialmente para los amantes del fútbol, con dos agujas centrales que permiten mayor legibilidad en movimiento. La primera aguja indica los segundos, y la segunda, el tiempo que ha pasado en los 45 minutos de cada mitad de un partido.
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Desde hace dos años, Diego Maradona, apasionado por los relojes Hublot, es homenajeado por la marca con ediciones especiales inspiradas en él como ícono y figura. A su vez, El Diez los luce cada vez que puede, de a uno o de a dos: como en el Mundial de Fútbol de Sudáfrica, donde llevó uno en cada muñeca. En esta ocasión especial, Hublot acompañó a Maradona, además, como patrocinador de la celebrada obra de su primogénita, Dalma. Una obra a modo de testimonio de vida, de reflexión y catarsis que nos cuenta desde la intimidad la relación padre-hija: “Hija de Dios me da la posibilidad de expresarme y compartir la mirada que tengo de mi papá y sobre el fenómeno que representa”, expresó Dalma. En escena, la joven actriz enfrenta un desafío personal donde demuestra su sensibilidad y compromiso con la actuación, creando un universo propio en la construcción de “yo soy” a partir de la deconstrucción de “él es”. Dalma Maradona describe su puesta en escena como “un
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abrazo teatral, porque el teatro es el lugar que elegí para crecer, para dejar de ser ‘la hija de’ y empezar a ser actriz”. En la función, Maradona, emocionado, sostuvo: “Sos mi sangre, sos mi vida”. Pero el momento más conmovedor de la noche fue al final de la obra, cuando El Diez subió al escenario y, entre lágrimas, se fundió en un abrazo interminable con su hija. Momentos después, Maradona declaraba: “Dalma es lo que es por Claudia, porque yo estuve muy ausente. Pasé momentos durísimos, con una enfermedad muy difícil, y en esos momentos, a Dalma le tenía miedo. A la gorda, no; pero cuando la rubia se me paraba en la puerta, quería que me tragara la Tierra”. Y agregó: “Es una gran actriz”. ◊ La obra se estrenó el 8 de junio, en el teatro Sha de la ciudad de Buenos Aires.
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Cuidador de los detalles, Journe examina una de sus creaciones antes de que lleguen los invitados. La Bourgogne fue el lugar elegido para esta exclusiva cena.
F.P.JOURNE Y UNA APERTURA ÚNICA EN EL MUNDO
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poco de terminar 2011, Simonetta Orsini tuvo una celebración única: la apertura del primer espacio de F.P.Journe del mundo. Ubicado dentro de Petit Palais, para su inauguración se celebró un cocktail en Cohiba Atmosphere y una cena en el Salón Privado del exclusivo restaurante del Hotel Alvear, La Bourgogne, donde Francois-Paul Journe compartió el agasajo con selectos clientes.
François-Paul Journe junto a los socios de Simonetta Orsini, Fabian Guelman, Mimi Kohen y Martín De Leeuw.
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IWC Schaffhausen y sus relojes de aviador deslumbraron en Ginebra
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Zinédine Zidane aprovechó la oportunidad para probarse la nueva colección de la Manufactura. Cate Blachett junto a Georges Kern CEO de IWC Schaffhausen.
nas mil personalidades y representantes de los medios de comunicación de todo el mundo celebraron el lanzamiento de la nueva colección de relojes de Aviador en el Salón Internacional de la Alta Relojería (SIHH). Con los modelos Top Gun y Top Gun Miramar en el centro de la escena, todo giró en torno a la legendaria escuela de élite en aviación. Por ejemplo, en la gala, invitados como Cate Blanchett, Jean Reno, Ewan McGregor y Zinédine Zidane fueron recibidos por el personal de tierra con sus uniformes de gala blancos originales. Aquí, una recorrida fotográfica por lo mejor de esa velada.
El reconocido actor mexicano, José María Yazpik, quedó encantado con la nueva colección Pilot de IWC. 22
Astrid Muñoz junto a Clive Owen, fiel amigo de la Manufactura.
Jaeger-LeCoultre y los bellísimos gauchos de Astrid Muñoz
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a modelo y fotógrafa Astrid Muñoz vistió de arte la boutique de Jaeger-LeCoultre con su primera exhibición de fotos. Celebrities como Natalia Vodianova, Clive Owen, Marc Newson, Clare Milford Haven, Suzy Menkes, Dinos Chapman, Tamara Beckwith y Patrick Cox, entre otros, se deleitaron con su mirada personal dedicada al gaucho argentino. Publicadas previamente en el fabuloso quinto anuario de la marca que le rinde tributo al icónico Reverso, la muestra de las fotografías de Astrid fue otro modo de sellar una profunda amistad.
Intimas amigas, Natalia Vodianova pasó por la Boutique Jaeger-LeCoultre para felicitar a Astrid. Retoque final antes de que comience la exposición. 24
Publinota
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Mucho más que una
alfombra roja H
Naomi Wat ts
L ana Del Re y
La mística del festival de cine de Cannes no está dada únicamente por la solidez y el prestigio de su premio sino porque cada una de las estrellas que ingresa a su mundo recorriendo la alfombra roja pareciera brillar más que ninguna otra. Para sumar motivos, Chopard engalana con sus piezas a las más bellas.
abía una vez una chica. La chica era rubia, hermosa, encantadora: lo tenía todo para ser una princesa, excepto un príncipe. Durante algunos años, entonces, interpretó a princesas en las películas. Hasta que un día viajó a Cannes, posó, sonrió, deslumbró, y allí conoció al hijo de reyes con quien completaría su destino. De su vida anterior, nos dejó una imagen icónica, encantada, hipnótica. La imagen: una escena de Grace Kelly al volante, con la Costa Azul como escenografía fantástica bajo el comando de Alfred Hitchcock. En ese clásico ligero – por liviano y por veloz– que es Para atrapar al ladrón, concentra todo el magnetismo y la fantasía de cuento de hadas que se produce cuando las estrellas de Hollywood desembarcan en la Riviera francesa, cada vez que se funden un mundo y el otro, como ocurre en mayo casi todos los años desde hace más de 80. De la misma materia de esta escena hechizada parecen estar hechas las celebridades que flotan sobre la alfombra roja del festival de Cannes cada año. En un recorrido rápido por las imágenes más emblemáticas de la muestra, se manifiesta esa extraña alquimia en la que se funden el prestigio, la vanguardia intelectual de los cines europeos y los experimentos de los llamados “periféricos” con la más gozosa y multimillonaria frivolidad de las superproducciones estadounidenses. Las estrellas pueden ser francesas, italianas o inglesas, californianas o neoyorquinas, iraníes, kazajas o argentinas; en ese universo parecen, al menos durante dos semanas, de otro mundo. Cannes
Caroline Scheu fele y E va H er zigova en l a re apertu r a de l a boutiqu e Chopard Cannes
Isab elle H u ppert
Jane Fonda
puede ser el lugar en el que el cine se manifiesta contra un problema político con mayor visibilidad que nunca, al mismo tiempo que los problemas más mundanos y pedestres parecen suspendidos por 15 días. De allí, de ese universo paralelo, descendieron alguna vez la futura esposa del príncipe Rainiero posando sobre un bote con amarras en 1955; la sonrisa de la Loren coronando un famoso strapless en forma de corazón; la provocadora
Por Mariano K airuz
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Br ad Pit t y Caroline Scheu fele
juventud de una Brigitte Bardot dispuesta a llevarse el mundo por delante; e incluso, más cerca en el tiempo, Madonna amenazando al mundo con esas puntas letales diseñadas por Gaultier, el “grunge-power-couple” de Johnny Depp y Kate Moss modelo 97; y la más frías Brangelina, Nicole Kidman, Diane Kruger. Los planetas volvieron a alinearse este año, conservando la magia de sus ediciones más clásicas: la ascendente Dolores Chaplin puede no haber llevado una película este año, pero su pura presencia encarna la historia del cine –bisnieta de Chaplin y Oona, sobrina de Geraldine, la lleva en sus genes–. Hermosa y deslumbrante, Freida Pinto, descubierta prácticamente ayer –en la aventura en la India del inglés Danny Boyle, Slumdog Millonaire, y apenas después en uno de los opus londinenses de Woody Allen– reaparece como tallada para la pantalla. Jane Fonda –también heredera de una familia del arte– e Isabelle Huppert encarnan en vertientes distintas la veteranía del cine, un arte sobre el tiempo, como si este transcurriera a un ritmo distinto que para el resto de los mortales. Virginie Ledoyen podría ser la heredera de esta última. Con apenas algunas experiencias televisivas, y en un look casual muy difícil de imitar, la cantante neoyorquina Lana del Rey parece reclamar ya mismo una pantalla grande; del mismo modo que Kylie Minogue –que alguna vez abrió la muestra sobre el Palais de la Criosette con Moulin Rouge– demuestra que es la movie star sin películas. Todas ellas podrían ser, en este lugar, en este tiempo suspendido, al menos por un instante, futuras princesas que atraviesan la Riviera francesa a toda velocidad, mágicas e intocables, como recién venidas de otro mundo. ◊
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Dolores Chaplin
K ylie Minogu e
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