por Guillermina Valent
#15
ĂĄnimo Micaela Trucco en Vincent galerĂa
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de Micaela Trucco textos de Karina Granieri en Vincent GalerĂa Cantilo esquina 17, City Bell del 26 de octubre al 15 de noviembre 2013
Esta sumatoria de formas accidentadas que se tejen construye y destruye, como instantĂĄneas, capturan la fugacidad en este doble juego de los vacĂos.
"tejedora" de Liliana Porter
por Guillermina Valent artista visual, docente e investigadora
RES EÑA
Escribir acerca de una propuesta plástica supone siempre una posición extraña, o si se quiere de extrañamiento, para quien también se asume como productor de discursos plásticos. Sin embargo es una decisión que se desprende de la necesidad de hacer visible la perspectiva teórica de quienes aspiran a desarrollar estas dos actividades en simultáneo. Entiendo desde este lugar que la relación entre texto e imagen se desarrolla desde niveles diferentes, y no hay explicación posible que subordine un tipo de discurso al otro (texto reflexivo/ obra plástica). El primero, muy a pesar suyo, no deberá cerrar, sino transitar el recorrido de lo formal a través de su propia discursividad. Lo deseable será que ambos puedan sugerir al próximo interlocutor nuevas preguntas.
En estos términos entiendo esta invitación a reflexionar acerca de la obra de Micaela Trucco como la suma de tan solo una mirada. Considero también que esta posición puede ser un poco decepcionante para quienes pretendan alguna certeza, pero creo que el territorio del arte se encuentra lejos de las afirmaciones y muy cerca de la duda. ÁNIMO es una invitación a seguir. Conformada por una serie de conglomerados de líneas matéricas. Esta instalación nos invita a pensar la multiplicación de una escena constructiva que no reconoce límites claros. Alberga la esperanza de una labor progresiva, bajo la consigna que repite la acción de las manos de la artista para recrear la diferencia infinitamente. Es por eso que para abordar esta labor desproporcionada hace falta ánimo, o si se quiere en otros términos, esperanza para poder seguir, continuar con un algo indefinido que se va articulando sin demasiada previsión. Sugiere el ánimo que se apoya en la esperanza, el mismo que necesitamos al ver , por ejemplo, la serie de instalaciones "tejedor (con sombrero)" (2010) o "Trabajo forsado"(2010) de Liliana Porter. Aquella desproporcionada tarea que tan plácidamente desempeña la figura frágil y pequeña de la señora mayor. Inconclusas de base, esta serie de construcciones accidentadas penden sobre uno de los muros del lugar. Se exhiben como cristalizadas. Llenos y vacíos se repiten en un repertorio de color que pareciera degradarlas. Como una instantánea que captura la fugacidad del pasaje del fuego, es atravesada por el color que en el proceso hacia la oscuridad, las fosiliza. Lo que comienza como recurso constructivo, esta sumatoria de formas accidentadas que se tejen, termina siendo el elemento que desarticula el plano del vidrio. Las líneas continúan bajo la misma lógica pero sobre el cuerpo transparente del gran plano vidriado remiten su opuesto. Construye y destruye a la vez.
Lo que en el muro es tejido tiene su contracara a pocos metros en el plano transparente de la vidriera. Es así que quienes vivan la experiencia quedarán atrapados en este doble juego de los vacíos. La instalación se completa con algunos elementos más que continúan articulando el contrapunto construcción/destrucción, pero creo que vivenciar la totalidad de la experiencia será menester de los futuros visitantes que pueden acercarse hasta el día 15 de noviembre a la Galería Vicent (callle Cantilo Esq. 17 City Bell).
Guillermina Valent y