Reseña de "TOC, TOC, TOC" por Eleanor Abernathy

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RES EĂ‘A por Eleanor Abernathy

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TOC, TOC, TOC Ernesto Domenech biblioteca del Palacio de Justicia de la SCBA


TOC, TO


OC, TOC

de Ernesto Domenech en la biblioteca del Palacio de Justicia de la SCBA Calle 13 entre 47 y 48. La Plata del 11 de noviembre al 13 de diciembre, 2013



Todxs lxs que conocemos el funcionamiento de ‘la justicia’ sabemos que es lenta, que repite, que es burocrática y arcaica; sin embargo… ¿es este el principal motivo de crítica hoy al Poder Judicial? ¿Quién accede a la muestra?


Juez de la serie Gente de Justicia (Les gens de justice), 1845-1848, de HonorĂŠ Daumier


por Eleanor Abernathy Abogada

RES EÑA

“Poco a poco, algo fue trazando la pobre mano; borraba más de lo que quedaba legible. Tenía que describir lo que no había visto” E.M.

La exposición está ubicada en la biblioteca del Palacio de Justicia, edificio kafkiano que asemeja con su forma el laberinto burocrático que transita una causa judicial. Es complicado acceder a la obra, llegar a la biblioteca no es fácil y de hecho sería casi imposible si unx no sabe lo que está yendo a buscar, no hay carteles en el edificio y la seguridad de la entrada, pocas veces informada, no tiene ningún dato. Yo sabía lo que estaba yendo a buscar y conocía el edificio, así y todo le pregunté a mucha gente, tuve que hacer algunos llamados telefónicos y dar varias vueltas, demasiado hasta con mi escaso sentido de la orientación. Mientras caminaba surgió mi primera pregunta, ¿cuál es el público de esta obra? ¿a quién está dirigida? ¿quién se acerca hasta ese espacio? No me parece un dato menor para pensar el contenido de la exposición, distintos datos sugieren distintas respuestas: ¿empleadxs judiciales? ¿gente con procesos en curso? ¿compañerxs de trabajo del artista? ¿cualquier persona en general? Es cierto que muchas veces las obras artísticas encuentran el lugar que pueden y no el que sus creadorxs desearían... es cierto que la exposición no sería fácilmente montable en un lugar público pero así y todo me deja pensando ese lugar tan particular que termina de contener una obra que se vuelve un círculo perfecto: su nombre: TOC TOC TOC, Tribunal Oral en lo Criminal n° 3, su autor: un Juez Penal de Menores, su locación: la biblioteca del Palacio de Justicia. Durante este año el eje de la democratización de la justicia desveló a grandes sectores progresistas de nuestra sociedad, el poder judicial empezó a verse como un inmenso fantasma, "realmente me asombra no tener ni idea cómo funciona" escuche hace algunos meses "por muy poco que conozcamos todxs sabemos cómo se eligen lxs legisladorxs, el/la presidente y lxs gobernadorxs, incluso lxs


ministros pero ¿quién pone a lxs jueces? ¿por qué lxs nombran para toda la vida?". Esta demanda de conocimiento, la posibilidad de ver cómo se cuenta la justicia desde adentro era la expectativa con la que llegué a la muestra. La obra está montada con objetos y fotos, muchos de ellos dan cuenta de una situación familiar de oficina, adornos lapiceras, caras; éstos se mezclan con algunos otros que identifican en particular al Poder Judicial (es una oficina pero una oficina en particular) remarcando, su carácter burocrático y arcaico: expedientes, papeles, agujas, hilos, sellos: ES COPIA, repiten ES COPIA, ES COPIA. Incluso vemos algunos chistes “internos” que hablan de una oficina en particular pero en otro sentido, de esa oficina, ubicada territorialmente, de Desirée, la panadería de la esquina… En estos múltiples planos vuelve a aparecer una y otra vez la pregunta ¿a quién está dedicada la muestra? ¿a quiénes trabajan en el Poder Judicial? ¿a quiénes no son parte de él para que puedan entender cómo funciona? ¿a quienes son parte del Poder Judicial como judiciables? ¿a la gente que trabaja en la misma oficina que el fotógrafo? Todxs lxs que conocemos el funcionamiento de “la justicia” sabemos que es lenta, que repite, que es burocrática y arcaica, de hecho no lo sabemos solamente quienes conocemos este funcionamiento sino que lo sabemos todos, es un lugar común una crítica extendida, popularizada y muy certera; sin embargo… ¿es este el principal motivo de crítica hoy al Poder Judicial? ¿Especialmente al fuero penal al que pertenecen todos los Tribunales Orales Criminales y que es desde donde se “controla” a las fuerzas represivas del estado? ¿Dónde se decide quién está preso y por qué? Esto no aparece en las 1 imágenes… El Poder Judicial se jacta de estar en camino a modernizar algunos de sus mecanismos burocráticos, si esto efectivamente pasara… ¿se habrían terminado las críticas? La obra emprende un camino de desacralización de estructuras casi pétreas… de hecho explícitamente pone en juego el tema de lo religioso con asimilaciones a un padre nuestro, será justicia, termina, ¿será justicia? Es


interesante la apuesta, realmente las fórmulas que se utilizan se parecen más a una oración que a un planteo jurídico, en este sentido la posición es clara, es contundente… y un poco después nuevamente aparecen las dudas ¿qué hay que desacralizar? ¿a quién? ¿cómo? ¿el problema son las facturas o las políticas criminales? ¿o las dos cosas por igual? Finalmente (pero centralmente) dos ideas llaman poderosamente mi atención, por un lado un libro de derecho laboral; esto merece algunas aclaraciones: los tribunales orales criminales aplican derecho penal, el derecho laboral es en este caso el derecho de esxs trabajadorxs; se cambia la mirada respecto de quienes trabajan ahí, es menos irónica, menos burocrática… puede, en este sentido, desplazar la crítica sobre el poder judicial, menos culpabilizante de lxs trabajadorxs, de las facturas, de las nimiedades de oficina. Por otro lado dos secuencias de fotos de imputados, en realidad dos fotos que se repiten y en esa repetición se van desvaneciendo. Es llamativo que esto pasa realmente en los expedientes judiciales, con los años comienzan a tornarse parcialmente ilegibles, los jóvenes desaparecen de las fotos, desaparecen de los expedientes y desaparecen2 para la justicia. Aparece acá el principal sujeto de la justicia, y el más olvidado... aparecen lxs jóvenes imputadxs por lxs que nadie pregunta a la hora de democratizar el Poder Judicial, esxs que son usadxs como argumentos políticos pero nunca como fin... esxs que realmente entienden, desde adentro y desde afuera, cómo funciona la justicia. Quedan cosas por fuera: las imágenes espejadas generando su propia copia hasta el infinito, los muebles enmarañados con hilos en los que unx puede verse reflejadx (y enmarañadx), la corbata colgada de un perchero de cuando se trabaja después de hora… muchas omisiones no son elecciones, es difícil escribir sobre cosas que no veo, intento solamente contar lo que me pasó a mí, ojalá aporte para generar en alguien la inquietud de ver con sus propios ojos, ojalá amplíe, aunque sea un poquito, ese público difuso.





Eleanor Abernathy y


La primera sensación, y quizás también la última, es más visceral, menos políticamente correcta, qué importa, ¿qué (me) importa donde trabaja un juez?


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