Reseña de la semana del f11 por Nico Freda

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RES EÑA por Nico Freda

#06

escuelas y grupos de fotografía

f11

en La Plata


seman


na f11 de f11 distintos puntos ciudad La Plata del 2 al 7 de septiembre de 2013



¿porqué la comunidad fotográfica platense se desarrolla principalmente a través de escuelas que nos dan una enseñanza individual y técnica donde no hay una unidad social que premie por sobre los egos?


FOTO: M.A.f.I.A.Š Ciudad de La Plata - 4 de abril de 2013


RES EÑA por Nico Freda

¿Es posible ante la masificación de la fotografía unir las miradas hacia una misma sin uniformarlas? ¿es posible contar lo que nos sucede en La Plata de forma colectiva o serán siempre miradas atomizadas? ¿perteneceremos únicamente a la categoría de “epecularización de la mirada” que nos encierra en las paredes de las redes sociales, la tv y medios de difusión? ¿seremos solo cosmética de la imagen? Si hablamos de nuestros grandes fotógrafos platenses nos cuesta entender por lo menos desde mi generación, como teniendo fotógrafos de reconocida trayectoria como José Luis Mac Loughlin , Vicente Viola, Yuyo Pereyra, Ataulfo Pérez Aznar -por citar algunos, con trabajos profundos, sociales y de alto vuelo estético- su aporte a la comunidad fotográfica platense se desarrolle a través de una escuela, una enseñanza que más allá de la importancia que esto lleva no nos da más que una ayuda individual, y hasta allí podríamos decir, porque poco promueven a sus alumnos fuera del ámbito de la misma. No hay una unidad social que premie por sobre los egos. Hay una ausencia generalizada sobre los circuitos fotográficos, exposiciones, charlas, colectivos y compromisos sociales. El posicionamiento ante los nuevos fotógrafos que nacen se vuelve ajeno al trabajo grupal. Lo mismo ocurre a través del estado, si pensamo en el MUGAFO, es prácticamente nulo lo que promueve las exposiciones de calidad colectiva, es muy poco el lugar que se le da a la nueva fotografía artística, muchas veces las salas de exposiciones no están preparadas ni tienen la suficiente atención y valor. Falta una búsqueda de autores, seres sociales críticos que vincule a su gente con el arte -y con lo que le ocurre a dentro de este-, que se formen lazos donde se pueda seguir profundizando.


Eso no significa que no haya pequeños movimientos que intenten oponerse a esto, en estos últimos años han surgido grupo como la feria JOFF compuesto por 12 fotógrafos que promovieron la fotografía de forma gratuita e independiente con charlas y exposiciones autogestivas. BULBO grupo que expresa una búsqueda reflexiva, social y estética. El grupo FUERA que promueve la exposición de fotografía callejera. O el reciente F11, la semana de la fotografía -del 2 al 7 de septiembre-, donde siente días al año se generan variadas actividades en relación con este arte. Sobre este último, surge una nueva forma que posibilita una apertura al campo lumínico. Cualquiera que esté interesado puede acercarse de modo gratuito y conocer desde destacados fotógrafos hasta fotógrafos emergentes que surgen como hierbas de las baldosas, donde se les da un lugar de charla y exposición. Una de las muestras presentes en el F11 es la de Yuri Deamobrosi quien con su trabajo “Televacia” nos plantea una crítica a la TV desde un punto de vista personal, donde se pregunta y nos pregunta si esa caja que vemos ahí no podría ser otra cosa, si lo que se ve no es en realidad otra cosa y si la cosa puede atravesar un poco más allá del zapping vacío y sin contenido. Puesto que las pantallas han dejado de ser la primogénita idea de protección contra un agente patógeno, logran ser en sí mismas promotoras encubiertas de los grandes males que mediante espejismos de colores nos crean la una idea de inofensividad, de divertimento y espectáculo. Más en realidad lo que logran es neutralizarnos, hacernos olvidar de las posibilidades de cambiar, de la comunión que podría existir si un sistema se basará en la sociabilidad y no el comercio. Jean-Louis Comolli quien nos habla del mercado de las imágenes nos dice “Ellos no hacen zapping con las figuras sino con las personas. El control de la representación es la clave de ejercicio de poder” Otro ejemplo de trabajo colectivo que nos llegó a través del F11 fue el grupo MAFIA integrado por 11 fotógrafos independientes de Capital Federal (con una conformación comparable a la cooperativa Sub), quienes contaron cómo en unos pocos meses lograron organizarse a través de asambleas, de forma horizontal, generar un grupo de trabajo con miradas propias, críticas y de sumo compromiso, su encuentro nos posibilita nuevos mundos a esta posible acción.


FOTO: exposición “Televacia” de Yuri Deambroi

Estos grupos, actividades y propuestas son ejemplos de que la ciudad puede no ser tan cuadrada como muchas veces creemos o nos hacen creer, más allá de su forma, son las diagonales las que nos posibilitan pensar que el individualismo no tiene porque ser de orden natural, pues justamente no lo es, la cooperación en la organización fue desde los principios del hombre lo que pudo posibilitar la supervivencia y la armonía con la naturaleza. Somos seres simbólicos y sociales, necesitamos de nosotros mismos como extensiones de nuestro cuerpo para continuar. Tal vez haya que aprender a desprender, soslayar las barreras y recuperar los valores más humanos que nos hicieron ser parte de la naturaleza, sin querer subordinar sino acompañar. Podemos observar que hay fuerzas colectivas que pujan por salir de manera independiente, organizadas en nuestra ciudad. Tal es la enseñanza contemporánea: se trata de dejar a un lado nuestros egos y fundirnos en un mismo magma, porque la historia se repite creemos que es posible una revancha, darle el verdadero valor a las miradas, sentirlas y hacerlas, esto no quiere decir volver a las viejas costumbres, sino tomar de ellas lo simple, comunitario y real, precisamente se trata de una reconstrucción de la memoria y aunque cueste la vida, el amor triunfará.





Nico Freda y


Los ojos están todas partes, mirar se ha vuelto el sentido más perceptivo de nuestra era, a punto tal que se lo banaliza. Debemos estar alerta pues el arte del mirar puede jugarnos tan a favor como en contra. Basta revisar 1984 de Orwel para reflejar un poco la actualidad, da miedo y no es paranoia su relación con ojo del Gran Hermano que todo lo ve con las cámaras de seguridad y la política de mano dura. John Berger en su libro “Mirar” hablaba de cómo la cámara ha de sustituir al ojo de dios y vincula el declive de la religión que coincide con la aparición de la fotografía. La fotografía no solo nos muestra bellezas en sus formas y matices sino que juega un papel fundamental con la realidad, la construye. Se vuelve una extensión del hombre, por así decirlo, un tercer ojo, el que nos puede mostrar algo que antes tenías que vivir, a su vez crea memoria, permite atestiguar como ha señalado Roland Barthes en “La cámara lúcida” que eso ha ocurrido, “la fotografía jamás miente sobre el sentido de la cosa, podrá ser tendenciosa, pero jamás podrá mentir sobre su existencia”. Toda fotografía es un certificado de presencia. Su uso y comprensión es el que dará el verdadero sentido. No existe ojo inocente, es por eso que nuestra época nos pone a prueba sobre cual es nuestro rol como fotógrafos, como comunicadores de las realidades más profundas y expresar nuestro grano de arena.


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