Bogotá Ciudad de la Música Apuntes para una cartografía sonora de la ciudad
Contenido
Educación musical para niñas y niños, y trabajo digno para nuestros músicos, una política prioritaria de la Bogotá Humana
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Políticas para una ciudad musical
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La Música: motor del desarrollo social, económico y artístico de Bogotá
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Proyecto prioritario Bogotá Ciudad Creativa de la Música Plan de Desarrollo Bogotá Humana
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¿Cómo suena Bogotá? ¿Qué suena en Bogotá?
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Educación musical para niñas y niños, y trabajo digno para nuestros músicos, una política prioritaria de la Bogotá Humana
Integramos, en el Plan de Desarrollo Bogotá Humana, el proyecto prioritario Bogotá Ciudad Creativa de la Música con la ambición de hacer de esta nominación de la Unesco un aliciente para fortalecer las cualidades de la vida musical de
Rutas musicales
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Cultura e inercia
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Otras músicas tropicales en Bogotá
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Sobreviviendo al rompe cintura: rock en Bogotá
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su vocación y posibilidades creativas y laborales. Sin embargo, hay una gran ener-
¡En la buena!
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gía dispersa, un trato al músico que desconoce el valor de lo musical en nuestras
Haciendo salsa en Bogotá
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vidas, y unas carencias en términos de formación que debemos entrar a atender
Popular de lujo
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con urgencia. Al lado del torrente de la música estandarizada, existen unas co-
Ondas clásicas en Bogotá
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Sonidos a oídos, sordos
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Vallenato en Bogotá: invasión al rojo vivo
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Apuntes reflexivos sobre el jazz en Bogotá
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El cancionismo en Bogotá
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Afro Bogotá en el siglo xxi
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Bogotá Ciudad Creativa de la Música aspira a propiciar el espacio para que las
Frecuencias electrónicas en Bogotá
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fuerzas musicales de la ciudad se articulen y organicen en torno a un propósito
Coordenadas andinas y llaneras
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común: que todos y todas accedan al derecho cultural de conocer, disfrutar y
La “esquizofonia” bogotana y las “nuevas músicas colombianas”
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nuestra capital. Sin duda, Bogotá es el epicentro de una actividad musical febril y de calidad, pues a pesar de estar lejos de la inspiración de sus terruños, los músicos del país llegan a la ciudad buscando ver crecer sus profesiones y proyectar
munidades que escuchan y producen sones relacionados con su vida cotidiana, sones que buscan e investigan el sentido de sus vidas y que distan de ser músicas anónimas, músicas sin rostro. Ese pensamiento musical, que nos ha dado tantas satisfacciones y reconocimiento como nación de naciones, es el que tenemos que preservar y proyectar apoyados en la política pública cultural.
expresarse musicalmente. Anhelamos un Sistema Distrital de Formación Musical que garantice que niños y niñas, desde su más temprana edad, estén expuestos
Testimonios
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al arrullo de sus seres queridos en una ciudad que modula sus sonidos y caracte-
Directorio musical
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res y los alimenta de melodías que les darán fuerzas para participar activamente 3 Bogotá Ciudad de la Música
de una mejor vida social. Diálogos musicales que estimulan el alma y los cuerpos juveniles ansiosos de experiencia y sensaciones. Diálogos musicales que suplantan las confrontaciones y la violencia urbana. Para esa educación musical desde la infancia, esta Administración ha dispuesto los recursos necesarios en el sector
POLÍTICAS PARA UNA CIUDAD MUSICAL
cultural: más de cien mil millones de pesos serán destinados para atender 80.000 niñas y niños con educación musical de calidad. Para lograr un mayor reconocimiento y valoración del trabajo del músico, buscaremos establecer los pactos necesarios con el sector comercial y estimularemos el consumo de la música en vivo. Es con una Bogotá capaz de sonar diferente, que queremos ser parte de la red mundial de ciudades creativas de la música.
Gustavo Petro Urrego Alcalde Mayor de Bogotá
De Sevilla viene el impulso inicial de la red de ciudades musicales creativas de la Unesco. De una Sevilla donde reposa buena parte de nuestra historia como americanos y que es un paso obligado para todos aquellos que quieren ver cuánto se ganó y cuánto se perdió en Las Indias. De una Sevilla donde sigue resonando la voz mayor de Federico García Lorca, quien supo estudiar la variada música popular de su pueblo y ponerla a resonar con otros aires y otros acentos. Un García Lorca que compuso su “Nana de Sevilla”, diciendo: “No tiene mare, sí; / no tiene mare, no;/no tiene mare, / lo echó a la calle”. Un García Lorca que no solo recorrió y cantó las músicas de su pueblo, sino que viajó a América y se encontró con un Son de negros en Cuba, experiencia pionera de diálogo de culturas, en una ida y vuelta memorable. Fue también García Lorca un gran promotor de la cultura como experiencia pedagógica alrededor de los inolvidables Ateneos y Barracas de la República española —que tanto y tan benéfico impacto tuvieron en América Latina desde el comienzo. Y ahora, más de setenta años después de esa gran apuesta por la cultura, al convertirse Bogotá en la quinta ciudad de la Red de Ciudades Creativas de la Unesco (la primera latinoamericana), nos preguntamos cómo se escucha la ciudad en este nuevo milenio, cómo podemos aprender de otras ciudades y a la vez compartir nuestras experiencias creativas que incluyen un legado de varios años de festivales al aire libre, de formación creciente de músicos y de públicos, de variedad de centros de enseñanza formal e informal y de un considerable número de esfuerzos dirigidos a hacer de Bogotá una capital que acoja a los músicos de diverso origen y expresión del país. En Bogotá hoy es posible disfrutar de una programación musical variada y localizada que recorre espacios convencionales y no convencionales, con sonidos que van de la música de cámara al hip-hop, pasando por series temáticas y periódicas que convocan a millones de ciudadanos a lo largo del año, bien sea en los festivales, en las pequeñas salas de estudio o en los bares culturales. A lo largo de los últimos años se ha ido generando un sentido de pertenencia a la ciudad a través
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de la música y pueden verse sugerentes dinámicas populares, en especial juveniles, que se van convirtiendo progresivamente en rituales colectivos entre amantes de un género musical con alcances más allá del ámbito musical, por ser propuestas de política poética que avanzan trasformaciones sociales. Hemos visto, también, cómo, en eventos de salsa o de rock, conviven y comparten entre sí amantes del jazz o del metal, abriendo los horizontes de sentido de unos y otros en diálogos interculturales que iluminan y refrescan. Producto de ello es, por ejemplo, la progresiva movida bogotana de bandas de fusión que combinan sonidos modernos con sonidos tradicionales de varias regiones del país y que han ido haciendo de la noche bogotana un espacio más diverso y amplio para todos. Basta con recorrer los fines de semana la carrera séptima, o la famosa “cuadra picha” de Kennedy, para escuchar y palpar esta inmensa diversidad musical que le da sentido a la idea de pensar Bogotá como una capital creativa. Se puede también ir a una sala de conciertos, como la de la Biblioteca Luis Ángel Arango, a su ya clásico escenario de Jóvenes Intérpretes, ver en vivo la fuerza de la música en experiencias como la de la presentación del coro de la Universidad Autónoma de Bucaramanga (Unab) interpretando un canto chocoano llamado “Sola camisola” que, se decía, era el llanto de una mujer cuyo hijo había muerto. Todo un recorrido musical el de este canto para llegar de esa forma al público bogotano. Este tipo de experiencias, que ponen en contacto culturas diversas con públicos variados, nos permiten pensar el lugar de la música en las sociedades contemporáneas en toda su potencia heterogénea, donde se juntan lo clásico y lo étnico con visiones de la muerte y de la identidad transoccidental y podemos ver cómo la música se convierte en un escenario transformador de nuestras miradas y sentidos. Hay un pasado insondable detrás de nosotros por descubrir, uno que pasa por ejemplo por esos cantos funerarios anónimos que vienen del Chocó y que arrastran siglos de silencio y de invisibilización que, a través de la música, renacen entre nosotros. Sin embargo, no hay que olvidar que la música “no-occidental” ha tenido que recorrer un largo camino de luchas históricas para ganarse un lugar en un escenario como el que acabamos de evocar. Todavía en 1942, Manuel Zapata Olivella, en un magistral artículo titulado “El porro conquista a Bogotá”, mostraba hasta qué punto era difícil asumir, para la sociedad de la época, nuestro carácter multicultural: A la música grosera de los bogas, pescadores, agricultores y vaqueros no se le permitía entrar en las salas aristocráticas, de la alta sociedad criolla, tanto más orgullosa cuanto más desteñida. Pero el pueblo continuó
sosegándose con su música en las horas de descanso en las enramadas, playas, plazas y calles de las ciudades y pueblos... Había muchos cantores y compositores populares, famosos en toda una región o a lo largo de un río, pero las orquestas de Bogotá apenas miraban los aires de las bandas de músicos pueblerinos. Mejor imitaban el jazz band y al charlestón, cuando no la rumba cubana o el un tanto romanticón pasillo. Al bambuco raras veces se le tocaba, aunque se tenía interés en oírlo. Para esa época se prendía la inquietud por pulir el canto de los bogas en el corazón de algunos jóvenes músicos. Hoy los músicos bogotanos sueñan con capturar el ADN de las más recónditas voces de nuestro país. En las universidades los Departamentos de Música se han volcado completamente en esta tarea. Hay pues una larga historia detrás de la música que suena y no suena en Bogotá. Y, ante todo, es necesario seguir investigando todas estas raíces diversas que progresivamente fueron dando lugar a la diversidad que hoy reconocemos, cada vez más, en la ciudad. Al incorporarse Bogotá a la Red, se manifiesta un interés significativo en creer en las posibilidades de la cultura como industria creativa que contribuya al desarrollo de la ciudad no solo en un plano intelectual, sino también en un engranaje económico acorde a los desafíos contemporáneos de las ciudades como centros de conocimiento e innovación. Escuchar a Bogotá implica abrirse a las posibilidades de resignificar nuestras experiencias musicales y plantearse una reflexión musical sobre lo que oímos y cómo lo oímos. Son estos los retos que nos planteamos al pertenecer a la Red de Ciudades Creativas de la Unesco. Esta Red de la Unesco que, además de la música, promueve la libre asociación y cooperación entre ciudades en campos como la literatura, el cine, las artesanías, la gastronomía, el arte digital y el diseño, es una oportunidad para Bogotá de posicionarse como un eje cultural de la región y, al mismo tiempo, en un escenario que implica considerables esfuerzos de gestión para dar sentido a su posición con las otras ciudades convocadas en el campo de la música: Sevilla, Bolonia, Glasgow y Gante. Esta hermandad de ciudades trasciende lo simbólico y apunta a: Poner en contacto a ciudades creativas de tal manera que puedan compartir conocimientos, saber hacer, experiencia, habilidades directivas y tecnología... (y tener) la posibilidad de jugar un continuo rol como centros de excelencia creativa apoyando al mismo tiempo a otras ciudades, especialmente a aquellas pertenecientes a países en desarrollo, para cultivar su propia economía creativa.
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Estamos, pues, en un momento singular en el que hemos logrado superar posiciones nostálgicas y conservadoras que manifestaban con amargura su aprehensión por la ruptura de los cánones y estamos dispuestos a buscar más intercambios y diálogos críticos con otras culturas y sonidos que amplíen nuestras posibilidades creativas. De allí la pertinencia de fortalecer nuestras bases musicales superando el atraso en la educación musical, apoyando la creación musical, la apertura de nuevos escenarios e incentivos para el consumo de música en vivo, y la organización de los creadores y demás agentes del campo musical. Es en este horizonte que cobra pertinencia y sentido el hacer parte de la Red de Ciudades Creativas de la Música y propiciar la concertación de esfuerzos a través de un Plan Distrital de Música y del Sistema Distrital de Formación Musical, con las inversiones respectivas, como demostración de la valoración social que corresponde a lo musical en nuestra sociedad. En este reto nos alienta la conformación de una alianza a la altura de la riqueza musical de la capital. Lo que pensamos lo pensamos juntos, dice el poeta, y es así como celebramos la acción transversal del Instituto Distrital de las Artes, la Orquesta Filarmónica de Bogotá, la Secretaría de Educación del Distrito, la Secretaría de Desarrollo Económico, el Instituto Distrital de Turismo, la Cámara de Comercio de Bogotá, Invest in Bogotá, la Dirección Distrital de Relaciones Internacionales de la Alcaldía Mayor, la Fundación Batuta, la Fundación Gilberto Alzate Avendaño, DC Radio, la Radio Nacional de Colombia y el Consejo Distrital de Música. Clarisa Ruiz Correal Secretaria de Cultura, Recreación y Deporte
La Música: motor del desarrollo social, económico y artístico de Bogotá
La Música: Fuerza creativa de la ciudad En 2010 Bogotá adelanta estudios para la identificación de fortalezas, con el fin de atraer agentes externos que estimulen su desarrollo en el marco de una estrategia de Mercadeo de Ciudad. Los estudios identifican la cultura como fortaleza y la música como la más fuerte expresión artística en términos de preferencias, consumos y prácticas. Los estudios recomiendan implementar acciones para fortalecer la música de la ciudad y su valoración en el contexto local, nacional e internacional.
La Red UNESCO de Ciudades Creativas de la Música Como parte de la estrategia de mercadeo de ciudad, en 2011 se promueve la candidatura para pertenecer a la Red UNESCO de Ciudades Creativas de la Música. La Red UNESCO ofrece a la ciudad la posibilidad de jugar un rol como centro de excelencia creativa, apoyando y recibiendo apoyo de otras ciudades para cultivar su propia economía creativa Bogotá es incluida en la Red a partir de marzo de 2012.
Apuesta de Bogotá: un Plan Distrital de Música Bogotá, en el marco del Plan de Desarrollo Bogotá Humana y como miembro de la Red UNESCO de Ciudades Creativas, se propone fortalecer su sector musical, como herramienta para promover el desarrollo social, económico y creativo de la ciudad. La Administración Distrital desarrollará dos acciones concretas: • El Proyecto prioritario ‘Bogotá, Ciudad Creativa de la Música’, inscrito en el Plan de Desarrollo ‘Bogotá Humana’. • La concertación y adopción de un Plan Distrital de Música, que identifique las políticas, estrategias y metas para el fortalecimiento del sector musical de la ciudad. 8
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Bogotá Ciudad de la Música
Proyecto prioritario Bogotá Ciudad Creativa de la Música Plan de Desarrollo Bogotá Humana Objetivo General Fortalecer el sector musical de Bogotá a través de estrategias y acciones que tengan impacto positivo en las prácticas musicales y su productividad, de manera que generen desarrollo en los ámbitos social, económico y creativo, mejorando la calidad de vida de sus habitantes y afianzando el reconocimiento internacional de la ciudad.
Meta 2012 - 2016 Organizar y fortalecer la oferta y apropiación musical en la ciudad a través del fortalecimiento de 10 redes musicales.
Líneas de Acción Desarrollo socio - cultural Objetivo Generar un impacto positivo en las capacidades y las oportunidades de la población para el ejercicio de sus derechos culturales, garantizando una oferta de educación musical pública gratuita y una oferta de programación musical pública en condiciones de proximidad, pertinencia, diversidad y calidad, orientada a las poblaciones que actualmente no tienen acceso a ella.
Formación Musical Pública Creación de un Sistema Distrital de Formación Musical, que articule las acciones de los diferentes sectores y niveles de la Administración pública para garantizar el acceso de los niños y jóvenes de la ciudad a la formación musical, a través de dos proyectos: • Jornada 40 horas - Meta 2016: 113.600 niñas, niños y jóvenes atendidos. • Atención Integral Primera Infancia - Meta 2016: 70.390 niñas y niños atendidos.
Oferta Musical Pública en Localidades Fortalecimiento de los Circuitos Musicales Locales destinados a la apropiación de las diferentes expresiones del arte musical por parte de las poblaciones con menor capacidad de acceso a los circuitos comerciales de la ciudad, con enfoque territorial y poblacional diferencial, a través del programa Cultura en Común y otras iniciativas. Consolidación de una Red de Equipamientos Culturales Locales destinados a la formación y apropiación de las expresiones musicales y escénicas.
Desarrollo económico Objetivo Lograr un impacto positivo en la generación de empleo y capital económico y en el reconocimiento internacional de la ciudad, a través de la creación de condiciones favorables para sus artistas e industrias musicales, permitiéndoles incrementar su productividad, su competitividad, y consolidar la calidad técnica de sus productos artísticos.
Productividad Bogotá tiene una producción musical diversa y de calidad, pero su entorno no ofrece condiciones estables y favorables de empleo, desarrollo profesional y crecimiento empresarial para sus artistas e industrias. Proyecto Corredores Culturales - Afianzamiento de los circuitos de presentaciones en vivo, buscando mejorar las condiciones y oportunidades de trabajo y la condición social de los músicos bogotanos, incrementar el consumo de música en vivo y generar una oferta de turismo cultural alrededor de la escena musical de la ciudad.
Competitividad Generar condiciones para afianzar la oferta musical de alto impacto en escenarios al aire libre: Rock al Parque, Hip Hop al Parque, conciertos masivos. Promover la creación de un Festival Internacional de Música de Bogotá, en los circuitos de salas de conciertos y auditorios, en géneros como música clásica, jazz, música tradicional y del mundo.
Infraestructura El crecimiento de la oferta musical requiere de la expansión y mejoramiento de la infraestructura disponible para espectáculos.
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Proyecto PLAMEC - Estudios y proyecto para un escenario multipropósito de 25,000 espectadores. Estudios y proyecto para la Casa de la Música, sede de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, centro de creación transdisciplinar a partir de las expresiones musicales, con auditorio de 2,500 espectadores que se diseñará como hito arquitectónico para la ciudad, y que se gestionará a partir de alianzas público – privadas.
escenarios de la ciudad, en donde se programará a los mejores artistas bogotanos ganadores del portafolio de estímulos, la Orquesta Filarmónica de Bogotá diseñará una programación especial con grupos de cámara, con funciones de parques y en articulación con las experiencias de formación sinfónica en la localidad de Kennedy durante todo el cuatrienio.
Internacionalización
Creación de un Sistema de Información de la Música en la ciudad, articulado al Sistema de Información Sectorial y el Observatorio de Culturas de la SCRD, y con la Plataforma de Divulgación que se cree como parte del Sistema. Fortalecimiento de los programas de fomento a la Investigación sobre la música en la ciudad.
Información e investigación Bogotá ha entrado en el circuito Latino Americano de la música, al lado de Buenos Aires, México D.F., Sao Paulo, Santiago de Chile, Caracas y Lima. Además de promover la inserción de Bogotá en los circuitos internacionales de los artistas de mayor reconocimiento en todos los géneros, se buscará lograr que la ciudad sea sede de mercados y encuentros internacionales de artes escénicas. Bogotá será sede de la reunión anual de la International Society for the Performing Arts - ISPA en 2014, y se promoverá el diseño de un Festival corresponsal de WOMEX. Se favorecerá la inserción de los artistas y servicios musicales de la ciudad en circuitos internacionales, mediante alianza con el proyecto BOMM - Bogota Music Market de la Cámara de Comercio de Bogotá, y se promoverá el diseño y realización de una Feria Internacional de Música de Bogotá.
Desarrollo artístico Objetivo Generar un impacto positivo en la calidad y la diversidad de las prácticas musicales de la ciudad, a través de la cualificación de los agentes de la creación, la investigación y la crítica musical, del fomento a la innovación y la creatividad como factores distintivos de la práctica musical en la ciudad, y de la preservación y divulgación de su patrimonio musical.
Estímulo a la innovación y la excelencia creativa La Administración mantendrá los programas de estímulos a la creación, formación, investigación y circulación de la música, y de apoyos concertados para la realización de proyectos por parte de las organizaciones sin ánimo de lucro del sector musical.
Memoria y patrimonio: Promover la creación de un Centro de Documentación Musical para el Distrito Capital, como componente de un Centro de Documentación de las Artes, orientado a la identificación, catalogación, preservación y generación de mecanismos de consulta pública de archivos y colecciones documentales, fonográficas, audiovisuales, y de objetos constitutivos de la memoria musical de la ciudad, con espacio para la visibilización de experiencias comunitarias o populares significativas alrededor de la música. Consolidación del archivo musical y audiovisual de la OFB, con la generación de un Centro de Documentación que desarrolle procesos de digitalización de materiales, compra de partituras, edición de obras, divulgación por medios masivos y mecanismos de uso y consulta pública.
Inversión Inversión Música en Plan de Desarrollo Bogotá Humana 2012 - 2016 Cifras en millones de pesos 2012 SCRD OFB IDARTES Total 26.713 57.587 33.159 117.459 Proyecto Formación 26.861 26.718 53.579 Fomento a la Música 1.350 2.048 645 4.043 Proyecto BCCM 28.063 86.496 60.522 175.081 Total
Festivales y conciertos Se mantendrá la programación de los Festivales ‘Al Parque’, Rock, Hip Hop, Ópera, Salsa, Jazz y Colombia Al Parque, programa ya emblemático de la ciudad. Además de la realización de conciertos por parte de las entidades del sector en diversos 12
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Bogotá Ciudad de la Música
¿Cómo suena Bogotá? Por Luis Daniel Vega* Borracho de los filtros de la noche. Cruza por el sonoro vocerío escuchando las tácitas, las tácitas músicas abismales y recónditas, y las canciones de su desvarío. (León de Greiff)
¿A qué suena una ciudad? La pregunta es abstracta, volátil y, en la mayoría de los casos, inasible. Es como cuestionarse acerca del tiempo, el espacio o el amor; cada uno tendrá una respuesta ensimismada, llena de profundo valor. En el caso de las ciudades, que como un circo se desmontan y transforman a diario (que a lo largo del día nos ofrecen un paisaje inédito), cada uno de los sonidos allí expuestos son tan genuinos y particulares que intentar desglosarlos resultaría una desmesura. En estas ciudades llamadas “apocalípticas”, que albergan en sus extensos territorios cacofonías azarosas, perfectamente hiladas por el caos, laten sin control millares de ruidos que, como los olores, algunas veces nos evocan un pasado nostálgico, otras nos asustan o, simplemente, nos trazan una ruta en alguno de esos vagabundajes sin mapa que, como simples transeúntes, nos permitimos para abstraernos. Y es precisamente allí, en ese momento de soledad, cuando llega nítido a nuestros oídos el pregón hilarante de los vendedores callejeros, el exasperante y aturdidor estruendo del bus donde, a propósito, suben y bajan diariamente cientos de artistas casuales que confunden sus músicas con el alarido intenso de la radio a todo volumen, y aparecen, también, la conversación casual en la tienda, el murmullo del viento que se cuela en los juegos del parque y, entre otros, ese ruido blanco que sutilmente late en cualquier punto cardinal de la ciudad. Pese a lo inquietantes, desapacibles en la mayoría de los casos, amorfas y sin control, urbes desmesuradas como Bogotá contienen una belleza sonora que se alcanza a percibir precisamente cuando, contra toda lógica, intentamos escucharla en sus múltiples fragmentos. *Estudió Literatura en la Universidad Javeriana. Ha trabajado en Javeriana Estéreo, Radio Nacional de Colombia y la revista Rolling Stone. Actualmente escribe para la revista Arcadia y produce programas para UN Radio y 95.9 Cámara F.M de Medellín. En 2009 ganó el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar en la categoría Mejor Programa Cultural en Radio.
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¿Cómo suena Bogotá?
En este caso, sin temor a equivocarnos, cobra sentido esa vieja metáfora que habla de las ciudades como “océanos ruidosos” que emiten sonidos roncos de mamífero dormido. En Bogotá, por ejemplo, es fácil intentarlo si nos aventuramos en el cerro de Monserrate, cerramos los ojos (tal cual recomiendan los místicos para escuchar los sonidos) y nos dejamos llevar por ese murmullo perpetuo en el que están contenidas todas y cada una de las músicas (con sus ruidos, disonancias, divergencias e historias), que dibujan el mapa sonoro de una ciudad que, en el caso de Bogotá, ha estado expuesta, durante cientos de años, a mestizajes inciertos, migraciones desmesuradas, desplazamientos dolorosos y circunstancias geográficas que han modificado definitivamente una “tierra de nadie” que, así mismo, le pertenece a todos. En nuestros tiempos del ruido, cuando sustraerse al silencio es un acto casi reaccionario, intentar “oír” la ciudad es quizás una forma saludable de sobrevivir al embeleco bullicioso que se abre a nuestros oídos. Y Bogotá es, sin lugar a dudas, un espacio privilegiado en el que detrás de esa cantinela abrumadora se encuentran una buena cantidad de músicas —entendidas estas como transformaciones racionales de nuestra relación primaria con la naturaleza— que, con el tiempo, han adquirido, además de rasgos de identidad, una importancia coyuntural en varios aspectos del acontecer cultural capitalino como la vida nocturna, los centros académicos, la industria discográfica, las dinámicas digitales, los eventos masivos y, en especial, las alternativas independientes que, con gran impacto, han suscitado nuevas formas de consumo, circulación y creación. Así, esas músicas hechas en Bogotá (que, repetimos, obedecen a un largo y aleatorio proceso de hibridación), revelan pluralidad, divergencia y diversidad, aspectos estos que son necesarios para intentar comprender un mapa sonoro que a diario nos regala más de una sorpresa. Y si la música, en una ciudad, todavía nos causa fascinación es por que aún no hemos perdido la inocencia y la magia sigue fluyendo.
¿QUÉ SUENA EN BOGOTÁ? La densa y enmarañada Bogotá es un puerto enclavado entre las montañas al que algún día llegaron los españoles para toparse con las danzas rituales y las flautas de los muiscas. Más adelante este acervo hispánico (que traía consigo la herencia árabe, judía y africana) se implantó como norma, a través de la celebración litúrgica, y pronto se mezcló inevitablemente con esas músicas indígenas que hoy hacen parte de una suerte de mitología imprecisa. Lo cierto es que, hasta bien entrado el siglo XX, las músicas en Bogotá se debatían entre las populares y las cultas: las unas de origen campesino y, las otras, un calco de las europeas. Entre bambucos, zarzuelas y óperas, el ambiente bogotano era más bien uniforme hasta los años cuarenta cuando entraron definitivamente los tangos, los boleros, las rancheras, los porros y las cumbias que cambiarían radicalmente el panorama. Luego, en los sesenta, el saco explotaría en mil pedazos con la llegada del rock, el jazz y las músicas experimentales. La onda de esa explosión ha llegado hasta nuestros días donde es fácil encontrar cualquier género o estilo en la capital: desde el punk hasta las fanfarrias balcánicas, del hip hop al reguetón, desde los currulaos hasta el fandango, de la electroacústica a las orquestas sinfónicas, desde el jazz hasta el reggae, desde el joropo hasta el vallenato, de la electrónica a la salsa, desde los pasillos hasta el rock. Aunque no podemos hablar específicamente de una sola “música bogotana”, si tenemos ante nosotros una inmensa gramática musical que, tan diversa como las fuentes, se materializa en los resultados. Con su labor, un creciente número de creadores se niega con fuerza a perecer ante el llano espectro de los medios masivos de comunicación. Y es que, a pesar de que en algunos casos la moda favorece algunos efectos, la variedad en formas y estilos no permite una clasificación estricta, hecho que se refleja cuando se mezcla
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¿Cómo suena Bogotá?
cumbia con timba y algo de hip hop o, aún más, si se tiene punk con porro, rock’n roll con marimba de chonta, o cuando en la cabeza rondan desde Luis A. Calvo, Petrona Martínez y Gualajo, hasta Ravi Shankar, Tego Calderón, Ornette Coleman, Stravinsky, Hendrix, Piazzolla o Rodrigo D.
RUTAS MUSICALES Fragmentada por un sistema de transportes ineficaz, anárquico y peligroso, en Bogotá se han creado barreras infranqueables entre localidades y barrios. Por eso no resulta extraño que muchos de sus habitantes se agazapen en sus territorios y ciertas expresiones musicales queden encerradas en contornos muy estrechos. Sin embargo, con un poco de suerte y mucho espíritu aventurero, cualquier día de la semana uno puede seguir la ruta de alguna de las muchas cartografías sonoras bogotanas sin temor a sentirse defraudado. Camufladas a lo largo de los más de 700 km² del perímetro urbano, las músicas están presentes en las veinte localidades bogotanas, algunas con mayor actividad que otras. De esta manera, si usted decide irse por los terrenos del rock-pop, el jazz, la música de cámara, la música sinfónica, la electrónica, la electroacústica, la salsa, el vallenato, el bolero, la ranchera, el reguetón, el reggae, el ska, el metal, el tropipop, las nuevas modalidades de las músicas tradicionales del Caribe y el Pacífico (cumbia, porro, marimba de chonta), el joropo, las músicas de corte andino (bambuco, pasillo, guabina, torbellino y carranga) y el hip hop, la recomendación es recorrer, con mucha curiosidad, Chapinero, Teusaquillo, La Candelaria, Santa Fe, Kennedy y Usaquén, localidades donde se encuentran la gran mayoría de auditorios, bares, cafés, bibliotecas, teatros, parques y bodegas en los que la música hace presencia desde la jornada matutina hasta la noche. De los cientos de rutas musicales que usted puede trazarse en Bogotá, se nos antoja una que obedece al capricho y al azar: comenzar, por ejemplo, con el concierto de la tarde que todos los sábados la Filarmónica de Bogotá ofrece en el Auditorio León de Greiff, de allí pasar a los encuentros de punk en Boogaloop, calentar la noche con algún combo de jazzeros desmesurados en Matik-Matik, sucumbir a la nostalgia de los tríos de bolero en Camucol, darse una pasada por los bares de salsa y hip hop de la Primero de Mayo y rematar la noche en el centro de la ciudad con una descarga tropical en Quiebracanto. Claro, suena estupendo y persuasivo pero, de la misma manera, es descabellado por la razón más evidente: nuestro sistema de transportes. Es por eso que, aunque celebramos con optimismo el hecho de que Bogotá haya sido designada como una de las capitales musicales más relevantes del mundo en la actualidad, esto se desdibujará fácilmente si el Plan de Desarrollo que surge de esta magnífica designación no camina de la mano con
la idea de una ciudad apacible y transitable, idónea para permitirse un paseo ya sea en busca de sus músicas o de esos sonidos cotidianos a los que hacíamos referencia al inicio de estas palabras. Sumado a lo anterior, la institución debe fortalecer y visibilizar las nacientes industrias independientes, lo mismo que el público debe asistir masivamente no solo a los grandes festivales sino a cada uno de los espacios donde la música encuentra su lugar en Bogotá. También los modos de consumo deben ser equitativos, los músicos, productores y gestores deben ser vistos como trabajadores de la cultura y los medios de comunicación tendrán que escarbar para convencer al público incauto de que, más allá de la superficie, existe una ciudad atomizada en músicas que aún están por descubrirse. Este primer cuaderno de música es una invitación al asombro pues, ante todo, la música en Bogotá significa el reto de asumir riesgos inéditos. Nuevas formas para relacionar al que crea con un público que se forma al mismo tiempo: bailes novedosos, nuevas letras, nuevas formas hasta de tocar un instrumento. Por supuesto, no todo se acepta tan fácilmente, pero es justo en el momento en que se logra superar esta barrera cuando se adquiere una verdadera dimensión del aporte. ¡Todo por hacer y mucho por disfrutar! Ahí está la música en Bogotá, encubierta en los vórtices del “ruido oceánico”.
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¿Cómo suena Bogotá?
Cultura e inercia Por Santiago Rivas*
Bogotá es la ciudad más culta del país, o al menos debería. Culta, me refiero, en el sentido amplio de la palabra. Una ciudad en la que el otro exista de una manera contundente como una realidad en nuestras vidas, que es finalmente una de las grandes cualidades que debe tener la Bogotá Humana. Sin embargo, es todavía una ciudad surcada por abismos enormes. Las señoras en sus casas se horrorizan de que haya metaleros (he visto sus caras cada vez que ven uno). Los metaleros no pueden creer que casi tanta gente como ellos (mayoría arrolladora entre el público capitalino) disfruta de la salsa, el hip hop, o alguna música mestiza en Rock al Parque. Los policías no saben a quién mirar y, peor, se agarran del bolillo como pensando en el momento fatal en que algún metalero se les acerque y los políticos, siempre los políticos, legislan para una masa abstracta de gente que vive muy distinto a ellos y de hecho los considera, a su vez, una masa abstracta de gente que vino a quedarse con su plata, aunque no sepan por qué, cómo y de qué plata les están hablando. En Bogotá hay mucho para hacer. En lo que a música se refiere hay conciertos todas las semanas y en lo que al Distrito concierne existen unos hitos enormes que recorren el calendario completo: convocatorias, festivales en algunas localidades, jornadas de trabajo en muchos barrios y por supuesto, festivales enormes, realizados al aire libre, completamente gratuitos para que el gran público pueda disfrutar de la música en todo su esplendor: Rock, Jazz, Hip Hop, Salsa, Ópera, Zarzuela y Colombia al Parque. Sin embargo, la convocatoria no ha logrado aumentar y, a veces, se ha reducido, al menos en Rock al Parque.
Línea de tiempo Música en Bogotá
* Artista Plástico de la Universidad Nacional de Colombia. Presenta los programas Los puros criollos y Señal deportes, hace crucigramas, organiza la fiesta La Recontra y es uno de los productores de El pequeño tirano. Escribe para El Espectador y www.zonagirante.com.
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El sacerdote bogotano mestizo Gonzalo García Zorro asume el cargo de Maestro de Capilla de la Catedral, siendo
posiblemente el primero en ejercerlo, e inicia la enseñanza del canto al clero indígena.
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Gutierre Fernández Hidalgo, primer compositor de quien se conservan obras
en América del Sur, llega a Bogotá como Maestro de Capilla.
21 ¿Cómo suena Bogotá?
Cuando le pregunto a la gente por el resto de los festivales, no tiene idea de dónde y cuándo se realizan, no sabe quiénes vinieron e incluso he leído en Twitter cosas del calibre de “Rock al Parque es de pobres”. De nuevo, abismos. Va mucha gente, pero podría ser más, siempre más. Y el efecto de los festivales, que tanta plata y esfuerzo cuestan, podría ser mayor, más notorio. A veces pienso en conspiraciones de unos y otros contra la cultura, porque cuando la gente no se comunica entre ella está condenada a obedecer a conservadores y progresistas por igual. La verdad es que se trata de una finísima red de ignorancias e incompetencias, pequeñas inhabilidades que juntas dan vida a estos espacios de nadie, a estos muros. En medio de ellos hacen su agosto los timadores que se la pasan segmentando a la población en mercados específicos, que tienen por encargo crear una realidad de mercados inexistentes en donde unos y otros no conviven. Así que todo podría ser un asunto de mera incomunicación. Pero es un poco más complejo, si vemos que nadie sabe exactamente qué quiere decir la palabra cultura, ni para qué sirve. Es una palabra que debería unirnos en vez de aislarnos y, sin embargo, ahí estamos, disgregados. Los primeros culpables son los medios de comunicación, irónicamente, que han acuñado el fallido rótulo de entretenimiento. No porque la cultura no sea entretenida, claro que lo es y tiene que serlo, precisamente porque buscando distinguirlo de una cultura que se tiene por aburrida, han convertido el mundo del entretenimiento en una sección de lo que hay para ver en donde en realidad nadie ve nada. Todo lo que hay parece la copia de los artículos sobre los festivales del año anterior: las mismas explicaciones de lo que es el metal, sin que lleguen a dar del todo en el clavo; los mismos clichés definiendo la salsa y los mismos términos juveniles condescendientes, porque al parecer nos creen idiotas a todos. Y a lo mejor lo somos, porque no hacemos nada para que dejen de tratarnos así. Los medios están mal, porque al parecer su negocio no es el de estar bien o en lo correcto, es el de entretener. Pero la responsabilidad recae también sobre las instituciones. Yo soy partidario de dejar trabajar, pero también de que trabajen. Siento que el Distrito, atrapado
1648
José Cascante (padre) aparece como Maestro de Capilla de la Catedral.
1793
José Tomás Rodríguez construye por iniciativa privada el Coliseo de Comedias, primer escenario
para espectáculos públicos en la ciudad, en el lugar que hoy ocupa el Teatro Colón.
1846
Se crea la Sociedad Filarmónica de Bogotá y su orquesta realiza el primer concierto.
como está por la obligación de reparar los daños del anterior Gobierno de la ciudad y de aliviar la presión que los medios ejercen sobre la Alcaldía Mayor, ha dejado de lado un rubro como el cultural que muestra resultados poco tangibles y que, además, está ahí sin que haya pierde posible, porque todos los festivales son eventos maravillosos, que pocas ciudades tienen, y que, como si fuera poco, son gratuitos y que, cuando no traen un cartel impresionante, siempre traen sorpresas y grupos por conocer. El problema es que sí hay pierde, porque el Distrito, que no es directamente responsable por el talento de los ciudadanos, sí lo es de crear una infraestructura sólida sobre la cual edificar una cultura amplia y llena de posibilidades. En los últimos años la dirección de los festivales ha sido reducida a unas pocas cabezas, reduciendo así también la posibilidad de proveer a cada festival de un enfoque o una propuesta específica. Rock al Parque, el más grande de todos, cuesta mucho más de lo que aparenta en la práctica y se le ve acéfalo, corriendo sin dirección alguna, sometido a los dictámenes de un comité que ha resultado
1858
Se realiza la primera temporada de ópera en el Teatro Maldonado (antiguo Coliseo de Comedias) con
la presentación de Lucia de Lammermoor bajo la dirección de Lorenzo María Lleras.
1874
El bogotano José María Ponce de León estrena su ópera Ester, con libreto de Rafael Pombo, en el Teatro Maldonado.
1882
Jorge W. Price funda la Academia Nacional de Música.
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23 Bogotá Ciudad de la Música
¿Cómo suena Bogotá?
poco eficiente. Se pierden además los esfuerzos por crear circuitos en todas las localidades que afiancen y apoyen el trabajo de las bandas, por lo cual tenemos una escena disgregada y repetitiva, manejada por abogados y presidentes de disqueras, con productos iguales a los de todo el mundo, buscando encajar en un mercado que no pueden ver y despreciando aquél que podría darles la vida. No se puede trabajar desapasionadamente por la cultura. No se debería, al menos. Si no existe la sensación de que se esté cumpliendo un propósito, si no se sigue un plan y en cambio se deja todo a la inercia, aquello que nos convoca y nos define está condenado a desaparecer. La desidia es una forma de incompetencia, que, a su vez, es equivalente de corrupción en una ciudad con presupuestos tan amplios. Pierde la música y perdemos los ciudadanos, muchos de los cuales no tienen idea de lo que pasa día a día en una ciudad que, a juzgar por lo que dicen en la televisión, es un círculo del infierno lleno de muerte y huecos. El Distrito ha olvidado que si bien la música no puede tapar los huecos de las calles, sí puede cerrar esas zanjas que nos separan. La gente tampoco se ayuda. Sea por la sensación de que estamos siendo permanentemente despojados, por el alarmismo de los noticieros o por la poca confianza que tenemos en las instituciones, hemos olvidado que estos espacios (los Festivales al Parque, en este caso específico) no le pertenecen a nadie distinto de nosotros. La poca atención a las manifestaciones de la cultura, incluso a la música que es una de las más asequibles, deja abierto un presupuesto jugoso a las manos de los codiciosos y a nosotros como pintados en la pared. Vamos, bailamos y ya; olvidamos todos los días que esta es nuestra ciudad, que si bien los Festivales al Parque son eventos distritales, el Distrito no es lo mismo que su Gobierno. Los únicos que tenemos la solución a ese problema somos nosotros, los responsables de hacer nuestra esta ciudad y sus espacios. Por algún lado se empieza.
1883
La compositora bogotana Teresa Tanco estrena la primera zarzuela nacional, Similia Similibus, en el Teatro Maldonado.
1881
Junto a nueve músicos, Pedro Morales Pino conforma la Lira Colombiana.
1886
José Caicedo y Rojas relata en un artículo que el censo de pianos en la ciudad (de 60 mil habitantes) arroja la cifra de más de dos mil instrumentos.
1892
Concierto inaugural del Teatro de Cristóbal Colón.
1910
Guillermo Uribe Holguín transforma la Academia Nacional de Música en Conservatorio y crea la Orquesta Sinfónica del Conservatorio.
1924
Se crea el diario gráfico vespertino Mundo al Día, que hasta 1938 difundirá las partituras de 215 pasillos, bambucos, valses, pasodobles,
tangos y torbellinos pertenecientes a compositores como Jorge Añez, Luis A. Calvo, Fulgencio García, Emirto de Lima, Pedro Morales Pino y Emilio Murillo, entre otros.
1929
Inicia emisiones la HJN primera emisora radial de Bogotá, situada en Puente Aranda.
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25 Bogotá Ciudad de la Música
¿Cómo suena Bogotá?
OTRAS MÚSICAS TROPICALES EN BOGOTÁ Por Mario Galeano*
En un giro radical, Bogotá pasó de ser una ciudad sin ancestro tropical a convertirse en el centro de experimentación tropicalista por excelencia de Colombia. Esa evolución habla de una ciudad dinámica que ha acogido, las diferentes influencias externas e internas, para asumirse como un foco creativo, logrando sostener la escena local y, a la par, posicionarla en el ámbito internacional. La apropiación de las músicas tropicales en Bogotá tiene una faceta asociada a la clase social. Al hacer un simple listado, sin rigor académico, encontramos que, luego de la llegada de la cumbia y merecumbé en los años cuarenta y cincuenta, el vallenato empezó a ganar espacio en dos ambientes contrastantes. Por un lado, una clase dirigente que, por cuenta de intereses políticos y sus conexiones con la elite de Valledupar, se acercó al vallenato clásico. Por otro, y por cuenta de la radio popular comercial, una clase baja y media cercana al vallenato moderno del Binomio de Oro y Diomedes Díaz. También, relacionada con la difusión comercial, encontramos la llegada del merengue dominicano, en los años ochenta, y del meneíto, en los años noventa, que se incrustaron en todas las clases sociales. La poderosa salsa, acogida fuertemente desde los años setenta en los medios universitarios y la clase media trabajadora, edificó su propia iglesia aparte. Esto mientras que, en la otra esquina conceptualmente hablando, el rock era acogido masivamente por los jóvenes de la ciudad. Entre las necesidades anglocentristas del rock y el paradigma asumido por la elite intelectual salsera (que descalificaba al “chucu-chucu” como flojo y complaciente), durante * Músico e investigador. Creador de Frente Cumbiero y bajista de Ondatrópica y Los Pirañas. A lo largo de quince años se ha dedicado a desenterrar el pasado de la salsa, el porro, la cumbia y el rock en Colombia.
1933
José Rozo Contreras asume la dirección de la Banda Nacional, la cual ejercería por cerca de 40 años
1935
Última presentación de Carlos Gardel en el teatro de la emisora La Voz de Bogotá, la víspera de su trágico accidente.
1938
Emilio Sierra, autor de temas inmortales de la rumba criolla como “Que vivan los novios” y “On tabas” instaura su orquesta en Bogotá.
1938
Se funda Radio Santafé donde el recién conformado Conjunto Granadino tuvo un espacio diario llamado Ritmos de Colombia.
1940
Se funda la Radiodifusora Nacional de Colombia.
1940
Conformado en 1937, el Conjunto Luis A. Calvo se convierte en el grupo de planta de la Radiodifusora Nacional de Colombia.
1940
Se inaugura el Teatro Colombia, hoy llamado Jorge Eliécer Gaitán.
1944
El bogotano Rafael Puyana realiza su primer concierto público en el Teatro Colón, a la edad de 13 años.
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27 Bogotá Ciudad de la Música
¿Cómo suena Bogotá?
años se asfixiaron las posibilidades de experimentación alrededor de la música tropical. Afortunadamente esto cambió en la década del los años noventa, en gran parte gracias al espíritu del rock alternativo. Es así como, en la escena local, bandas como Aterciopelados empiezan a asumir una postura latinoamericanista al incluir instrumentos y ritmos colombianos en sus discos de la misma manera que, ya en los años sesenta y setenta, lo habían hecho los Speakers, Columna de Fuego y Genesis. Por su parte, la banda Bloque de Búsqueda encamina de forma más asertiva el encuentro entre el rock y la música tropical. Al día de hoy podemos entonces hablar de veinte años de un imparable movimiento que, aunque muy diverso, empuja hacia el mismo lado: desarrollar un lenguaje local. Una de esas aristas, la más experimental, e influenciada por el free jazz, la gaita, el rock progresivo y el paseo nace de bandas como Curupira y el Ensamble Polifónico Vallenato. De esta escuela surge el colectivo La Distritofónica, casa de proyectos como Asdrúbal, Primero mi Tía y Meridian Brothers. El Pacífico empieza a hacer presencia en este nuevo movimiento en propuestas como la de los pioneros Mojarra Eléctrica y Tumbacatre, que electrificaban el currulao así como lo hizo Peregoyo en los años sesenta. En bares como El Anónimo, Piso 3, La Torá Cuatro Brazos, Quiebracanto, Casa de Citas o Boogaloop se empieza a ver un desfile de nuevos tamboreros, gaiteros y marimberos, los mismos que cinco años atrás tenían colgadas guitarras eléctricas o aporreaban baterías en grupos de punk. Una vertiente más, apoyada en la electrónica, surge en Sidestepper y en los sintetizadores de Pernett y sus Caribbean Ravers. El eje entre Chapinero y La Candelaria es el territorio de estos sonidos, donde la champeta también retumba con el Faraón Bantú de Palenque Records. Otra dimensión se abrió dentro de la escena tropical gracias a la paulatina entrada de la cultura del vinilo, donde discjockeys ponen en el plato del bailador la historia musical más sofisticada y arriesgada registrada en pasta negra por los sellos clásicos colombianos. Esta variedad de aproximaciones se manifiesta, hoy en día, en una lista larga de proyectos: La Mákina del Karibe, Frente Cumbiero, Bomba Estéreo, Cero 39, Mucho Indio, La Revuelta, Los Pirañas y Barbaroja, entre otros. Ellos están aquí para atestiguar un movimiento musical contemporáneo que ya se hace particular, incluso en el espectro latinoamericano: ¡Bogotá, capital tropical de la montaña!
1947
Lucho Bermúdez instaura su orquesta en Bogotá para trabajar oficialmente en el hotel Granada.
1948
Egisto Giovannetti, Maestro de Capilla de la Catedral, abandona Bogotá por los sucesos del 9 de abril,
convirtiéndose en el último portador de esta dignidad que contaba con más de 370 años de tradición.
1950
Se funda la emisora HJCK.
SOBREVIVIENDO AL ROMPE CINTURA: rock en bogotá Por Chucky García*
No es un secreto que el género urbano domina la torta de la radio en el país del “Sagrado Reguetón”, seguido por el latino, el vallenato, el pop anglo, el tropical, el crossover, el popular y el rock. Sí, según las estadísticas de National Report Colombia (que genera los reportes diarios, semanales y mensuales de los temas más sonados), el rock ocupa el último lugar con solo un 3,11% (frente al 34,83% del género urbano). El transporte masivo en Bogotá, otrora el soundsystem por excelencia de la capital, es un indicativo de esta brecha: aún en estos días es común que en las busetas, los buses ejecutivos y los “cebolleros” —también en los taxis— suene de todo, menos rock, a muy buen volumen. En otras palabras, mucho reguetón, poco rock and roll. Y a la larga es una suerte, casi un milagro, que así sea en un 3,11%, exista rock en la capital de un país netamente tropical y donde hasta hace cinco años eran pocas las referencias para presumir de una cultura de rock a gran escala: el Concierto de Conciertos Bogotá en Armonía, en los años ochenta, y los conciertos de Guns N’ Roses y Metallica en el estadio El Campín, en los años noventa. Hasta que Roger Waters vino en 2007 y dio paso a una racha de grandes conciertos mucho más constante, entre otros, el de Paul McCartney en el primer semestre de 2012. De todos modos, antes hubo una Bogotá en que las bandas se vestían como The Beatles y posaban frente a las locomotoras humeantes de la Estación de la Sabana como lo hizo * Periodista. Escribe sobre música desde 1993 y ha colaborado con los periódicos La Prensa y El Espectador y la revista Shock. Trabajó en Rock al Parque y en el Festival Centro de Bogotá.
1952
Se crea la Orquesta Sinfónica de Colombia con Olav Roots como director titular.
1953
Durante la primera emisión de la televisión en Colombia, el violinista Frank Preuss y la pianista
Hilde Adler realizan un recital en vivo en los estudios de la Radiodifusora Nacional.
1961
Se graba Luis Rovira Sexteto, el primer disco de jazz registrado en Bogotá.
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¿Cómo suena Bogotá?
¡EN LA BUENA! Por Giovanni Castillo (DJ Cas)*
la banda The Speakers, en los años sesenta, cuando no proponían su propio compendio de rock lisérgico y experimental como The Walflower Complextion, que eran gringos, Los Ampex, Los Flippers, Génesis, Malanga o La Columna de Fuego. Después de Bogotá en Armonía fue Rock al Parque el evento que retomó las banderas de los conciertos distritales, pero en el Parque Nacional en los años setenta también hubo festivales. Entre la imitación al artista foráneo, el smog y la indiferencia de una ciudad que después comenzó a expandirse de una forma aún más vertiginosa y desordenada, el rock en Bogotá encontró una especie de psicodelia a su medida, un sonido y una apariencia, apoyado, más que nada, por cuadrillas independientes y underground de sellos disqueros, revistas de música, programadores de emisoras universitarias, salas de ensayo y bares alternativos (especialmente en Chapinero y la Zona Rosa). La psicodelia no era, sin embargo, de ese color y correspondía al tono de una ciudad estratificada, a mil, fría y represiva. Su sonido era lo más cercano a una Torre de Babel de punk, grunge, hardcore, industrial, heavy, glam o post punk y, en medio de esa torre inclinada hacia los géneros más ruidosos y pesados, había una pinta distintiva: la del metal. Junto con el hip hop, es quizás la música que mantiene en alto la guardia sonora de los jóvenes de las localidades, algunas de las cuales se gestionan sus propios festivales y son las que más asistentes aportan a la ya emblemática jornada de rock duro que ha iniciado la programación de Rock al Parque durante sus ya casi veinte años de vida. Más allá del metal, en particular, el rock en Bogotá es más renuente a los ritmos rompe cintura de lo que se cree, sin importar que tiene en su haber muy buenos discos donde flirtea con la música tropical, bailable y latina y, antes que mover la cintura para llegar al top forty, sin duda preferiría desencajársela en un pogo en el lodo.
1965
Se publica The Speakers, el primer disco de los Speakers.
1965
En los estudios de la Radiodifusora Nacional de Colombia, Fabio González Zuleta compone el “Ensayo electrónico”.
1966
Se inaugura la Sala de Conciertos de la Biblioteca Luis Ángel Arango, con la Obertura de Inauguración
Ser rapero en la capital despierta odios y amores: entre “radicales” y “comerciales” aún se miran mal a los ojos. Sin embargo, y pese a la “desorganización” de la escena, el rap en Bogotá lleva más de veinte años manteniéndose como reflejo de la vivencia juvenil y otros factores sociales que han forjado un estilo particular y raizal que, a pesar de las críticas y de la estigmatización (¡increíble que todavía se escuche esta ecuación: “rapero = delincuencia”!) sigue en pie de lucha. Y aquí hay de todo: desde el acalorado que reclama eventos gratis hasta el típico conocedor (puro, selecto y malicioso) que nos quiere decir siempre que está bien y que está mal. Pese a esto, también hay un amplio grupo que cuida la escena, la comparte, se profesionaliza, la enseña y vive de manera optimista una actividad que se forja en variadas direcciones. Este hip hop bogotano suena en los sitios menos pensados. Tenemos, por ejemplo, la creativa e intensa Avenida Primero de Mayo (lugar en el que aglutina la mayoría de bares especializados) donde se demostró que hay gente que, más allá del lamentable problema de la violencia y las drogas, valora las agrupaciones, goza y, cosa importante, escucha el mensaje. Por su parte, en el mítico centro de la ciudad (donde de alguna manera nació el hip hop en Bogotá), aunque hay cierta actividad, extrañamos hasta el cansancio el espacio del Teatro Embajador donde los viernes todos se reunían para ver el excelente nivel de break dance, y el esfuerzo que el DJ David Fresh le inyectó a los “Septimazos”. Al realizar un recorrido por Bogotá, se respira orgullo al ver escuelas culturales como Ayara, Nueva Granada, Hechos Juveniles (HJ), Formación S-Clan y Judesco, entre muchas otras. * DJ y productor radial. Colaboró con Tres Coronas y PNO. Actualmente es el director del programa Urbe nativa de la emisora UN Radio de la Universidad Nacional de Colombia.
1966
para órgano del bogotano Fabio González Zuleta.
Se inician las emisiones del programa de televisión El Club del Clan, donde surgirían figuras
de la canción como Claudia de Colombia, Billy Pontoni, Mariluz, Vicky, Harold y Óscar Golden.
1967
Se funda la Orquesta Filarmónica de Bogotá.
1968
La Orquesta Filarmónica de Bogotá ofrece su primer concierto en el Teatro de Cristóbal Colón.
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31 Bogotá Ciudad de la Música
¿Cómo suena Bogotá?
HACIENDO SALSA EN BOGOTÁ Por Jaime Rodríguez*
Estas escuelas preservan la memoria cultural histórica y aportan algo de orden pues, muy juiciosas, enseñan técnicas (MC, DJ, graffiti, b-boy) con las que las nuevas generaciones tendrán material para seguir dando lata. En cuanto a los espacios radiales hay que decir que son muy pocos y sigue resultando inaceptable que los medios más comerciales no apoyen el hip hop local cuando este es masivo y ofrece muchas posibilidades rentables. En este caso, son las emisoras culturales las que ofrecen un oasis musical. Recordamos así el Reino clandestino bajo la dirección de Caoba Nikel que durante los años noventa puso el rap en boca de muchos bogotanos. Así mismo, el programa que conducía La Etnia en la emisora del ejército Big Up Stereo, algunas emisiones de Radiónica, Sexto elemento (bajo la dirección de Esquirla), algunos intentos en RCN y los ejercicios de las radios comunitarias de Suba y Engativa han sumado energías pese a que el reguetón vino y se quedó con todo. En el presente, cabe resaltar Urbe nativa en UN Radio y Sonidos contemporáneos en Javeriana Estéreo que, de manera osada, le siguen apostando al rap local. Por el lado de la televisión, vimos programas especializados como Asfalto y Da Beat que, desafortunadamente, quedaron en intentos. De aquí surge la gran pregunta: ¿se quedará todo allí, en intentos? Además de los tortuosos embelecos burocráticos, la continuidad radica en que el espectador genere mercados a través de su apoyo y la asistencia a los eventos que suceden todo el año más allá de Hip Hop al Parque. En este caso específico: ¿qué pasará si este evento se acaba? Preguntas hay muchas, pero entusiasmo más. Así que, a pesar de nuestro desordenado y adorado rap bogotano, celebramos a todos los que aportan “la buena”… ¡Qué viva nuestra empanada musical!
1968
En la emisora Radio Juventud, Carlos Melo Salazar comienza a emitir Concierto Vallenato,
primer programa radial dedicado. enteramente al vallenato.
1970
Se realiza en el Parque Nacional el Festival de la Vida.
1970
En Inravisión se consolida el programa de televisión Música para todos.
Al ver la Plaza de Bolívar colmada de público durante la primera jornada del Festival Salsa al Parque, que en su XXV aniversario tuvo como plato fuerte la presencia de Eddie Palmieri y El Gran Combo de Puerto Rico, sería fácil imaginar que Bogotá es hoy en día una especie de meca salsera. En el pasado hubo quienes llegaron a calificarla como la “nueva capital de la salsa”, en épocas en las que el surgimiento de orquestas locales parecía opacar la tradición de ciudades que, como Cali, han tenido por décadas la salsa metida dentro de su esencia. Lo que sí puede afirmarse, sin temor a reparos, es que nuestra ciudad, a pesar de no tener un espíritu salsero, ha logrado mantener unos cuantos espacios importantes para el desarrollo y difusión de esta música: espacios como los bares, algunos históricos como Salomé Pagana, Quiebracanto o Sandunguera, que buscan sobrevivir a las constantes crisis económicas. Espacio fundamental también el Festival Salsa al Parque, que a pesar de su escaso presupuesto y de que a veces no se conecta con la realidad del quehacer musical local, permite no solo ver orquestas en vivo de manera gratuita, sino abrir campo a otros actores del medio como los bailarines, coleccionistas, y radiodifusores. Precisamente, hablando de radio, hay que mencionar la labor de las emisoras universitarias y culturales, que a pesar de no tener el volumen de oyentes que poseen las comerciales, demuestran que la salsa sigue viva y vigente y no se limitan a programar éxitos de tiempos pasados. Ya entrando directamente al quehacer musical, Bogotá ha sido cuna de numerosas orquestas, pero por alguna razón no ha permitido la consolidación de la mayoría de ellas. * Trombonista, arreglista y realizador radial. Desde 1992 está vinculado con la emisora Javeriana Estéreo donde coordina la franja Latina. Es fundador de la agrupación de salsa Conmoción Orquesta.
1974
La agrupación Génesis realiza tres conciertos consecutivos con lleno total en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán presentando su segundo disco titulado Génesis.
1977
Nace Javeriana Estéreo.
1978
Se inaugura el bar El Goce Pagano.
1979
Se edita La música del Atlántico, primer disco de la Orquesta Filarmónica de Bogotá.
1980
Los Carrangueros de Ráquira, liderados por Jorge Velosa publican Carrangueros de Ráquira.
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¿Cómo suena Bogotá?
POPULAR DE LUJO Por Jaime Andrés Monsalve B.*
Recordemos que los hoy famosos Niche y Guayacán nacieron aquí, pero debieron radicarse en Cali para alcanzar el éxito. Posteriormente surgieron agrupaciones como Camagüey, Changó y Cañabrava, que lograron algún reconocimiento. Ya en la presente década, surgió una suerte de movimiento de orquestas locales encabezado por La 33. Este movimiento se caracterizó por abarcar orquestas conformadas en su mayoría por músicos bogotanos. También se hizo un especial énfasis en las creaciones propias y, por otro lado, se trabajaron mayoritariamente las tendencias más bailables y, en algunos casos, experimentales de la salsa, dejando de lado la onda romántica, que hasta entonces predominaba en el mercado. El caso de La 33 ha sido especial, pues no resulta explicable que una orquesta de bogotanos, provenientes más de la escena del rock y el ska que de la salsa (y que desarrolló un sonido cercano al de la añorada década de los años setenta), pudiera alcanzar el éxito. Factores como la constancia, la organización y, por supuesto, el haber logrado “pegar” un tema, como fue “La Pantera Mambo”, resultaron fundamentales. Tristemente este caso no se logró replicar a las otras agrupaciones que paralelamente surgieron como Calambuco, Conmoción Orquesta, Real Charanga o Yorubá, las que, a pesar de su calidad y de haber podido ocasionalmente llegar a escenarios internacionales, aún no logran ser profetas en su tierra. A pesar de este panorama siguen surgiendo orquestas en Bogotá, así la radio comercial no las difunda para no alterar su programación, así los bares cada vez ofrezcan peores condiciones laborales, así el público muchas veces prefiera pagar un cover para ver a un “ex cantante” haciendo su show con pista, que pagarlo para ver una orquesta. A pesar de todo esto, la salsa hecha en Bogotá se resiste a desaparecer y aún hay mucha tela que cortar.
1980
El sector conocido como “La Playa”, se consolida como centro de operaciones de grupos de vallenato y mariachi.
1982
Se conforma Cañabrava, la primera orquesta de salsa bogotana integrada por mujeres.
1988
Se realiza la primera edición del Festival de Jazz del Teatro Libre.
1988
En el estadio Nemesio Camacho “El Campín”, entre el 16 y el 17 de septiembre se llevó a cabo el Concierto de Conciertos.
“Amor y tango en Bogotá, / resumen de amistad y de nobleza, / coraje de entregarse sin medir / de tu gente, a la orden, sin pereza (…) / Tango, porque al oírlo sonar / serás fiesta grande en Bogotá”. El anterior es un fragmento de “Amor y tango en Bogotá”, letra de Humberto Luis Gurrieres y música de Osvaldo Filomeno. Ambos formaron parte, a finales de la década de los años setenta, del elenco de la llamada Casa del Tango, en la esquina suroriental del Parque de los Hippies. El tiempo cambió su nombre a Esquina del Tango, y por más de 38 años ha sido enclave de quienes han hecho propio el género de capital a capital, miles de kilómetros al norte de Buenos Aires. La Esquina del Tango, aunque ubicada en el sector de Galerías, es apenas el ejemplo de un local superviviente de la época en la que Bogotá vibraba al cantar de una moneda depositada en un traganíquel. La distribución de productos extranjeros hacia el interior del país, a través del río Magdalena, en la que se solía colar uno que otro disco de música latinoamericana prensado en Nueva York, el naciente fenómeno de la radiofonía, en el que la capital fue precursora con el nacimiento de La Voz de Bogotá, La Voz de Colombia, la emisora Nueva Granada y La Voz de la Víctor —más la novedad globalizante de la onda corta—, y el gusto por el cine de habla hispana en el que los galanes solían ser Pedro Infante, Carlos Gardel o Pedro Vargas, explican la llegada de los géneros populares del continente hasta territorios más fructíferos para el pasillo y la rumba criolla. El tango, en particular, ha visto un interesante renacimiento en Bogotá por cuenta del * Periodista. Ha sido editor cultural de revista Cambio y jefe de redacción de SoHo. Es autor de biografías de Carlos Gardel y Astor Piazzolla y del libro El tango en sus propias palabras. Actualmente es jefe musical de la Radio Nacional de Colombia.
1988
Compañía Ilimitada publica Contacto, disco donde se incluye la canción “La Calle”.
1989
Distrito publica el disco D- Mentes.
1989
Se realiza el Primer Festival Internacional de Música Contemporánea de Bogotá.
1989
El dueto Iván y Lucía presenta el disco Entre el sueño y la realidad.
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¿Cómo suena Bogotá?
interés de muchos jóvenes por la danza. Gracias a ellos existen milongas y escuelas como la Fundación Piazzolla, Tangoesencias y Alma de Tango. A ese panorama se suman agrupaciones como el Quinteto Escuela Leopoldo Federico, del joven bandoneonista Giovanni Parra y programas de radio en Javeriana Estéreo, UN Radio y la emisora de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Más emparentado con el Caribe que con el frío altiplano, el bolero vio su nacimiento bogotano en los concursos radiales y en los finos escenarios de los grilles en boga en los cincuenta como el Europa, el Colombia y el Lion’s Grill, en pleno centro. Algunos célebres compositores cachacos hicieron su aporte al repertorio. Álvaro Dalmar, famoso por el bambuco “Bésame morenita”, creó decenas de boleros con títulos como “Nada espero”, “Orgullosa”, “Cobarde” y “Ojos”, ejecutados por el Quinteto Dalmar y por el barítono Carlos Julio Ramírez. E incluso hilando un poco más delgado, pocos saben que el autor de la letra de uno de los boleros imprescindibles del repertorio mundial, “Cosas como tú”, fue Ernesto Hoffman Liévano, oriundo de la hermana población de Chía, y durante años locutor de La Voz de Colombia en Bogotá. “ ‘Cosas como tú’ fue como una enfermedad contagiosa” manifiesta el investigador musical Jaime Rico Salazar. En la actualidad, en un mercado de pocos cultures serios, se agradece la presencia de espacios como Bolero, un canto al corazón, realizado en la emisora de la Universidad Nacional por Carlos Melo. Sin lugar a dudas, mención aparte merece César Pagano, quien como radiodifusor promueve el género en su espacio Conversación en tiempo de bolero y como anfitrión ha popularizado una noche a la semana para el bolero en sus ya célebres “Martes de amarte”, en su bar Salomé. Y si bien el tango y el bolero ocupan su lugar en la génesis sonora del bogotano, pocos géneros tan privilegiados como la ranchera. Serenata que se respete debe estar encabezada por el formato tradicional de mariachis y, en Bogotá, un sitio en particular, La Playa, en la avenida Caracas entre calles 54 y 57, es el lugar de consecución y negociación de dichas agrupaciones desde hace unas cuatro décadas. Cifras de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte aseguran que por La Playa transitan entre 1.500 y 3.000 músicos al día, de acuerdo a la temporada del año. Según nota extraída del diario tapatío El Nuevo Siglo, en 2005, “solo en Bogotá han surgido unos 200 grupos que interpretan música mexicana, la cual tiene gran arraigo en la sociedad colombiana”. Locales como Plaza
1991
Hora Local publica el disco Orden público.
1991
Humberto Moreno funda la disquera MTM que en los años posteriores edita a Toto La Momposina, Petrona Martínez, Los Gaiteros de San Jacinto, Catedral, EX-3, los compilados Subterránica y El vacile efectivo de la Champeta Criolla, María Sabina, Antonio Arnedo, Velo de Oza y La Derecha, entre otros.
1992-1997
Entre el Centro y Chapinero, de la Séptima a la Caracas, funcionó una red de bares alternativos como Barbarie, TVG, Vértigo Campo Elías, el Bol & Bar, la Florhisteria, Barbie, Kalimán y Ácido Bar.
Garibaldi, Mi Tenampa o el Museo del Tequila siguen atendiendo a una clientela fiel y agradecida; mientras que agrupaciones como el Mariachi Clásico Contemporáneo, compuesto por músicos de academia, y directores musicales como Isnardo Chipatecua, se encargan de mantener ese predominio. El tango, la ranchera y el bolero han sido parte fundamental de las bandas sonoras de bogotanos que saben que a las alegrías, las penas de amor y las nostalgias se les debe cantar a esos compases.
1993
Se publica Háblame de horror, primer disco de 1280 Almas.
1994
Se publica Con el corazón en la mano, el primer disco de los Aterciopelados.
1995
Se realiza la primera edición del Jazz al Parque.
1995
Nace el espacio radial 99.1 Frecuencia Joven de la Radiodifusora Nacional de Colombia.
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¿Cómo suena Bogotá?
ONDAS CLÁSICAS EN BOGOTÁ Por Damián Ponce de León*
“Música clásica”, “música académica” o “música erudita” son algunos de los términos que se utilizan para referirse a las manifestaciones sonoras que provienen de las orquestas sinfónicas y los grupos de cámara. Harto controvertibles por su connotación elitista, lo cierto es que estos mundos sonoros aportan una de las actividades musicales más populares en Bogotá donde esa “inmensa minoría” (a la que se refería hace unos años la emisora HJCK) ya no es marginal y se agolpa en grandes escenarios como el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo y la ya legendaria sala de conciertos de la Biblioteca Luis Ángel Arango. La música sinfónica, al poseer un subsidio permanente distrital y nacional, cuenta con dos buenas orquestas estables que, además de compartir sus repertorios entre el Auditorio Fabio Lozano, el Teatro León de Greiff y el Teatro Mayor, también hacen presencia en parques y plazas públicas. Estas orquestas (Sinfónica Nacional y Filarmónica de Bogotá) tienen públicos estables y directores de alto nivel, lo cual les permite recorrer el repertorio clásico con éxito. Sin embargo, su repertorio rara vez incluye obras escritas después de 1950 y la participación de obras de compositores colombianos es francamente pobre, a pesar de algunos esfuerzos por superar ese “complejo arribista” que tiene como premisa mirar siempre hacia fuera. Por su parte, la música de cámara (campo en el que es mucho más estable y comprometida la participación de compositores) pasa por una etapa muy interesante debido a la participación en diversos espacios de ensambles colombianos estables de alto nivel. Algunos de estos ensambles han tomado la acertada decisión de especializarse en repertorio * Compositor del Instituto Superior de Arte de La Habana (Cuba). Ha compuesto varias piezas para cine, televisión y videoarte. Es el baterista de la agrupación Merdian Brothers.
1995
Se realiza la primera edición de Rock al Parque.
1995
Gotas de Rap edita su primer disco Contra el muro.
1995
La Etnnia edita su primer disco El ataque del metano.
1996
Antonio Arnedo publica Travesías, su primer disco.
1997
Primera edición de Salsa al Parque.
1997
Primera edición de Rap al Parque.
2000
Curupira edita su primer disco Palante patrá.
2001
Se inaugura el bar Tocata y Fuga.
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¿Cómo suena Bogotá?
latinoamericano y colombiano como es el caso del cuarteto de cuerdas Q-Arte, el Ensamble CG y el trío de guitarras Trip Trip Trip. Otros ensambles de trayectorias diversas que vale la pena destacar son el cuarteto de cuerdas Manolov, el cuarteto de guitarras Atemporánea y los ensambles de música antigua Alba Sonora y Música Ficta, entre otros. Varios de estos ensambles representan algo así como el underground de la “música clásica” pues se atreven a confrontar al público con repertorios osados y poco complacientes donde conviven la tradición clásica con las sonoridades más contemporáneas. Esta tendencia da espacio a más de 150 compositores nacionales nacidos en el siglo XX y a toda suerte de “experiencias sonoras” en donde la “música clásica” se nutre de otros movimientos como la música experimental, la electroacústica, el rock, el jazz o las músicas afro e indígenas, campos sonoros que no encuentran su espacio con la misma facilidad en la música orquestal. Esta actividad creciente ocurre en lugares que no solo incluyen las salas antes mencionadas sino también el Auditorio Germán Arciniegas de la Biblioteca Nacional, el Teatro del Museo Nacional, la Sala Otto de Greiff o incluso espacios menos formales como los sótanos de la avenida Jiménez o el café Matik-Matik. En cuanto a la creación, de la mano del auge de la música de cámara, existe en Bogotá un movimiento de compositores (jóvenes y veteranos) que escriben y estrenan piezas de manera sistemática. Las estéticas son diversas e incluso es posible afirmar que hay escuelas de composición muy disímiles entre si que, a pesar de la diferencia, fomentan el dialogo y la actividad local. Iniciativas como los premios nacionales y distritales de composición, así como la labor independiente del Circulo Colombiano de Música Contemporánea (que hace un par de años creó www.ccmc.com.co, la plataforma digital más completa de difusión del ambiente de estas músicas en Bogotá) estimulan la creación. Sin embargo, no podemos pecar de optimistas pues, en este caso, resulta desalentador que los intérpretes olviden rápidamente los repertorios locales (no los vuelven a tocar, salvo al momento del estreno) y esto origina que el público no se familiarice con el amplio espectro de obras. Además, la actividad discográfica es incipiente y los pocos discos que se editan no entran a los circuitos comerciales de las tiendas de música: se quedan archivados en las discotecas de las emisoras, las universidades y las instituciones públicas. Por encima de esto, lo
2002
En el Teatro de Cristóbal Colón se realiza la primera temporada del ciclo Colón Electrónico.
2002
Se publican los discos Bunde nebuloso de Juan Sebastián Monsalve, Imágenes de Manuel Borda y Pacho Dávila de Pacho Dávila.
2003
La banda Mojarra Eléctrica publica Calle 19, su primer disco.
2004
Hace su aparición el colectivo La Distritofónica.
más importante es que los oyentes, consumidores, periodistas y demás actores del sector crean en nuestros creadores e intérpretes y no se abstraigan periféricamente a visibilizar únicamente la actividad del Teatro Mayor o del Festival de Música Clásica de Cartagena. Así mismo, es importante empezar a crear fondos para la creación musical que puedan vincular a la empresa privada y en donde se comisionen obras de forma regular a las diferentes generaciones de compositores locales. La “música clásica”, a pesar de los muchos prejuicios contra ella, es una música viva y llena de actividad en nuestra ciudad. Abra sus oídos y quizá logre descubrir que lejos de ser “aburrida” y “solemne” puede ser la más osada de la infinidad de músicas que pueblan a Bogotá.
2004
Se realiza la primera edición de Bogotrax.
2004
La 33 lanza La 33, su primer álbum.
2005
99.1 Frecuencia Joven cambia su nombre por Radiónica.
2006
Realización de las “Galas Salseras”, primer proyecto conjunto de las orquestas bogotanas.
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¿Cómo suena Bogotá?
SONIDOS A OÍDOS, SORDOS Por Juan David Rubio*
Música experimental, música electroacústica e improvisación libre son manifestaciones artísticas que, si bien no son conocidas por el grueso del público capitalino, llevan un buen tiempo —décadas— produciéndose en Bogotá gracias al trabajo apasionado, concienzudo y constante de un puñado de músicos y entusiastas. A pesar de ser turbulentas, radicales y caóticas en algunos casos, estas músicas nos dan pistas muy sutiles acerca de la naturaleza primordial del sonido a través de vehículos sonoros que van desde los instrumentos acústicos y los digitales hasta la conversación y el ruido cotidiano de la ciudad. Así, esta trilogía nos muestra búsquedas continuas que, encerradas en argumentos específicos (la notación no tradicional, la partitura o el azar), eclosionan instintivamente como si fueran un juego infantil o el remedo de un rito de iniciación. En Bogotá podemos rastrear el ancestro común en los trabajos de Fabio González Zuleta, Jacqueline Nova o Jesús Pinzón Urrea en las décadas de los años sesenta y setenta. Posteriormente, esta génesis de la música experimental en Bogotá fue asumida entre 1980 y 1990 por músicos como Roberto García, Luis Pulido, Harold Vásquez, Mauricio Bejarano, Juan Reyes, Rodolfo Acosta, Ana María Romano y Ricardo Arias, entre muchos otros, que han tenido como centro de operaciones el Conservatorio de la Universidad Nacional de Colombia, la Universidad de los Andes, la Pontificia Universidad Javeriana, la Universidad del Bosque y la ASAB.
La práctica se sigue manteniendo en las instituciones mencionadas pero, cabe aclarar, que subsiste en la mayoría de los casos por iniciativas personales de estudiantes y profesores. En la actualidad, a estos arrojos se suman nuevas generaciones de músicos académicos como Daniel Leguizamón, Camilo Giraldo, Guillermo Bocanegra, Germán David Molano, Ricardo Gallo, Santiago Botero, Rodrigo Restrepo, Eblis Álvarez, Daniel Prieto, Fabián Torres, Jürgen Echeverri y Violeta Cruz quienes se han abierto al espectro de otras músicas experimentando con los formatos de cámara, el rock, el jazz, el noise y hasta las músicas de raigambre tradicional colombiana. Los esfuerzos de estos artistas se ven plasmados en ediciones discográficas esporádicas, documentación bibliográfica aún menor, espacios minoritarios para su difusión como las emisoras Javeriana Estéreo y UN Radio, además de la invaluable gestión mediática de Cecilia Casas y Carlos Barreiro quien desde hace años continúa al frente del sello ACME. ¿Qué hace que un movimiento musical deba ser considerado como parte fundamental de la cultura de una ciudad? Una práctica continua, un determinado número de personas, grupos o colectivos activos (La Distritofónica, Círculo Colombiano de Música Contemporánea, Bogotá Orquesta de Improvisadores, 5M, Ensamble CG) y una serie de eventos, espacios o festivales donde estas músicas tengan un papel protagónico. En este aspecto recordamos con nostalgia el Festival de los Tiempos del Ruido, el Festival Internacional de Música Contemporánea de Bogotá, el Colón Electrónico, Lado B. nuevos encuentros sonoros, En Tiempo Real, y celebramos la llegada del ciclo Bogotá Electrónica del Teatro Mayor, la Semana del Sonido que coordina la Radio Nacional de Colombia, el festival Distritofónico y lugares no convencionales de conciertos como Matik-Matik y Teatro de Garaje. Aunque la música experimental, la electroacústica y la improvisación libre han demostrado su importancia y peso en Bogota, aún falta que el sector institucional, el privado y la audiencia tomen “riesgos” reales. Es cierto que son músicas “difíciles” y, a veces, perturbadoras, lo que no significa que sean herméticas e incomprensibles. Ahí están a su alcance… ¡También hacen parte del mapa sonoro de la ciudad!
* Improvisador, percusionista y compositor manizalita egresado de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá. Como baterista se destaca su labor al lado de Etcétera, Asdrúbal, la Bogotá Orquesta de Improvisadores y 1280 Almas.
2006
Beto Jamaica se corona como el primer Rey Vallenato bogotano en el Festival de la Leyenda Vallenata.
2008
Publicación del álbum Salsa D.C, primera recopilación de temas salseros hechos en Bogotá.
2008
Se inaugura el centro de vanguardia sonora Matik- Matik.
2008
Con el disco Bogotá es Colombia, la Orquesta Filarmónica de Bogotá gana el Grammy Latino en la categoría Mejor Álbum Instrumental.
2009
Primera edición del Festival Internacional de Canción Itinerante – FICIB.
2010
Se publica el libro Jazz en Bogotá.
2010
Se funda el Círculo Colombiano de Música Contemporánea -CCMC.
2012
Paul McCartney se presenta en el estadio Nemesio Camacho El Campín.
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¿Cómo suena Bogotá?
VALLENATO EN BOGOTÁ: INVASIÓN AL ROJO VIVO Por Jenny Cifuentes*
El vallenato, encumbrado en la cúspide del sonido nacional, irrumpió en la capital décadas atrás. En los últimos años, ha subido como espuma y hoy aglutina masas. Propagado por los medios, es infaltable en la programación de emisoras como Olímpica Estéreo o Radio Uno, espacios especializados en UN Radio y Radio Súper y, también, en la televisión con programas como Vallenateando con Rafa. Incluso sonadas figuras se han radicado en la ciudad para promover su trabajo, entre ellos Iván Villazón y Peter Manjarrés, quien contó: “Mi éxito, a diferencia de la mayoría de artistas, primero se hizo en Bogotá y luego en la Costa”. Contagiada, Bogotá es plaza obligada para lanzamientos de discos y giras de luminarias vallenatas que tocan en toda clase de eventos que van desde los llamados “Súper Conciertos” (encuentros de grandes estrellas a precios altos generalmente realizados en Aguapanelas Internacional, Downtown y el Mega Outlet) hasta shows que acogen sonidos tradicionales en el Teatro Colsubsidio o en el Club el Nogal. Por otro lado, el vallenato se hace presente en las calles y plazas bogotanas con celebraciones abanderadas por emisoras en los parques Simón Bolívar y El Tunal, también en el Festival de Verano, aniversarios de la ciudad o en Colombia al Parque. Además, muestras de relevantes festivales nacionales como el Cuna de Acordeones o el de la Leyenda Vallenata hacen presencia en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo y el Jorge Eliécer Gaitán. Ahora, cuando ha explotado la bomba del vallenato y audiencias de todos los estratos consumen sus estilos: clásico, nueva ola, romántico y hasta con cortes pop (permeados con acordeón que airosos se suben al carro), una oleada de agrupaciones ataca con sabor en bares vallenateros que se han multiplicado en las avenidas Primera de Mayo, Boyacá y Las Américas, en Chapinero, Galerías, la 93 y el centro de la ciudad. La parranda impera en establecimientos como Matilde Lina, La Trampa, Donde Toño y La Leyenda. Para los más fieles seguidores existen tiendas de merchandising de sus ídolos como lo es la Tienda
* Realizadora radial. Ha conducido programas de rock, blues, música del mundo y vallenato en Radiónica, Radio Nacional de Colombia y la antigua Radiodifusora Nacional de Colombia. Fue jurado en dos ocasiones de Rock al Parque y escribe para la revista Shock.
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APUNTES REFLEXIVOS SOBRE EL JAZZ EN BOGOTÁ Por José Fernando Perilla*
El desarrollo del jazz en Bogotá, carente aún de una historia escrita de manera sistemática y disciplinada, ha presentado para bien y para mal, características constantes en diferentes momentos de la vida de la ciudad. Esta circunstancia revela carencias y aciertos de un proceso que puede abarcarse con relativa certeza a partir de la segunda mitad del siglo XX, cuando aparecen registros fonográficos en el ámbito de la música popular bailable, con influjo de la práctica del jazz a través de la instrumentación tipo big band.
Martinista con objetos de Martín Elías. Para los músicos podemos encontrar las escuelas Francisco El Hombre o la de Albeiro Ramírez, cursos en el Sena y también reputados estudios de grabación como el de Carlos Huertas Jr. o el de Alfonso Abril. La fiebre ha dado frutos. Por ejemplo, la ciudad tiene rey vallenato: Beto Jamaica, profesor de acordeón del Sena, responsable de pases que se oyen en variados jingles y portavoz crítico de una escena de la que afirma: El vallenato en Bogotá es muy competido, hay una guerra del centavo entre los grupos que apuestan al que menos cobre por toque. Eso daña el mercado. Los festivales no tienen continuidad y no se ha institucionalizado uno donde toquen los músicos que hay por ahí. Los artistas locales graban discos de manera independiente y es casi imposible sonar en emisoras comerciales capitalinas pues sencillamente no le apuestan a nuevos productos. Pese a todo, los sombreros vueltiaos seguirán inundando la ciudad, la Avenida Caracas continuará siendo proveedora de grupos vallenatos que alegran bazares y serenatas. El vallenato, persistirá ambientando rutas del transporte público, ágapes políticos y cuanta rumba exista. Incrustado en el inconsciente nacional hará que la capital siga gritando: ¡Ay, ombe!
La escasez de discos, la dificultad para conseguir los pocos que existen, la casi nula programación de los mismos en medios de comunicación ya sea públicos o privados, aunque mucho menos en estos segundos, la poca atención del público y, por ende, los pocos espacios para su interpretación son quejas que se han presentado desde el momento en que empezaron a generarse grabaciones con cierta regularidad, es decir, desde los primeros años de la década de los noventa e, incluso desde antes, con el agravante de que en el pasado no hubo mayor número de grabaciones. En la actualidad se estima como primer disco el grabado, en 1961, por el sexteto del clarinetista español Luis Rovira, radicado por entonces en la capital. La historia da un brinco hasta Macumbia de Francisco Zumaqué, publicado en 1984, donde participaron músicos en ciernes, que vendrían a descollar años después por sus brillantes carreras como el saxofonista Antonio Arnedo. Solo a partir de 1990 pudieron sostenerse escasas iniciativas alternas a los lineamientos del mercado musical masivo. Edy Martínez, Antonio Arnedo, Oscar Acevedo y William Maestre publicaron sus producciones. Los escasos festivales aseguraron sus pasos, las universidades se fijaron en el jazz y pudieron encontrar músicos competentes para dictar una cátedra de manera sistemática. Una vez establecidas las primeras cátedras y escuelas, la cantidad de músicos se multiplicó, así como el nivel y la oferta, aunque no por ello la demanda.
* Músico de la Universidad Nacional de Colombia. Investigador vinculado a la Fonoteca de la Radio Nacional de Colombia, cofundador y miembro ad honorem del sello Festina Lente Discos.
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Sobre esa base, algo desigual, la generación activa en el siglo XXI cuenta con una rica paleta de sonoridades. El auge que tuvo el free jazz y las fusiones con base en géneros musicales colombianos durante los primeros años del siglo XXI, redunda hoy en propuestas de alto nivel experimental y sonoridades propias, que más allá de la emulación de modelos extranjeros, propenden por un aporte al espectro jazzístico mundial. Conviven con ello propuestas ortodoxas con base en el jazz afrolatino, el funk y los standards. Músicos como Ricardo Gallo, Jorge Sepúlveda, Julián Gómez, Adrián Herrera, Cuatroespantos, Juan Manuel Toro, Raúl Platz, Juan Camilo Anzola, Nicolás Ospina, William Pérez, Pedro Acosta, Óscar Caucaly, Aldo Zolev, Kike Mendoza y Holman Álvarez, entre muchos otros, son algunos de los protagonistas del vértigo de la noche bogotana, además de sostener una gran producción de discos. Este diálogo abierto se respalda en programaciones que tienen bares como Matik-Matik, La Tea Café, San Café, Trementina o El Bolón de Verde, y auditorios de la capital como el de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño, el Museo Nacional, el Auditorio León de Greiff, el Auditorio Pablo VI de la Universidad Javeriana, el Germán Arciniegas de la Biblioteca Nacional y las bibliotecas públicas. Las búsquedas comunes se expresan en el surgimiento de colectivos como La Distritofónica y sellos discográficos independientes que dan cuenta del gran momento creativo que hoy por hoy presenta la capital. Sitios especializados en Internet como www.jazzcolombia.com y libros como Jazz en Bogotá (editado por el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural en 2012) cuentan con discografías, reseñas y reflexiones sobre diversos tópicos. Aunque los bares siguen siendo insuficientes (la mayoría ubicados en el centro y norte de la ciudad), aunque los medios masivos de comunicación continúan de espaldas, aunque el público es circunstancial, el jazz en Bogotá se hace masivo una vez al año en Jazz al Parque y persiste, a pesar de la dificultad económica, en las ya legendarias iniciativas del Teatro Libre y del Teatro La Libélula Dorada. Aunque hoy no causa sorpresa que jóvenes estudiantes se decidan por el jazz como opción profesional, si bien el eco de las quejas del pasado mantiene su resonancia.
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El cancionismo en Bogotá Por Umberto Pérez*
La canción como artefacto artístico y vehículo cultural es incuestionable. Desde que los humanos descubrieran su voz como el primer instrumento musical y se acompañara luego de otros instrumentos y de palabras, existen las canciones y existen los escritores de canciones; basta con remitirse a diferentes momentos de la historia en los que los trovadores, yendo de pueblo en pueblo, cantaban historias reales y ficciones, crónicas de su tiempo y leyendas sintetizadas en versos musicalizados. Siglos después, el desarrollo de la industria discográfica modificó la forma en que se difundían las canciones y, a su vez, permitió que los cantautores le dedicaran su tiempo completo al oficio. Un oficio que tiene más de artesanal que de artístico y que implica un interés particular por la música y por el lenguaje. A grandes rasgos y de forma escueta, una canción es una pieza musical de corta duración acompañada de una letra, de un texto elaborado cercano a la rima o al verso libre pero que dista de ser literatura; por su parte, el componente musical de la canción desciende, principalmente, de las músicas tradicionales y populares, es decir, no corresponde a la música culta. Así mismo, cantautor es todo aquel que escribe y canta sus propias canciones. Así de simple. Pero en Bogotá, como en Colombia y el resto de los países hispanoamericanos, el concepto cantautor se ha asociado a un momento histórico específico, un discurso ideológico y político cuya retórica quedó anclada en el pasado, barbas y fogatas, cargándolo de una connotación peyorativa. Los medios prefieren referirse a los cantautores como cantantes, músicos, compositores, artistas, salseros, rockeros, etc., y muy pocas veces como cantautores. Sin embargo, la perspectiva continental que se tiene de los cantautores ha ido cambiando de la mano de una nueva generación de artesanos dedicados al oficio de escribir y cantar canciones; un movimiento conocido como cancionismo abriga a diferentes cantautores hispanoamericanos que tienen en común un principio rector: no están casados con ningún género musical, ya que han abrevado en fuentes musicales tan ricas como diversas,
* Historiador y comentarista musical. Es autor de la investigación Bogotá: Epicentro del Rock Colombiano. En la actualidad es colaborador habitual de la revista española Efe Eme y se desempeña como programador del Festival Internacional de Canción Itinerante – FICIB.
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y aunque aman el rock y las músicas tradicionales, ni son rockeros ni son folcloristas, son cancionistas y lo más importante para ellos es la canción. Desde 2009, Bogotá se ha convertido en punto de encuentro del cancionismo hispanoamericano gracias a la gestión de la Fundación Barrio Colombia. La creación y celebración de un festival dedicado a los cantautores ha sido, sin duda, el motor principal del empuje que este sector artístico ha recibido, no sólo en Bogotá, también en Medellín. Ante la ausencia de espacios concretos para los cantautores en Bogotá y la dificultad que aún representa para los medios de comunicación y los diferentes festivales de música ubicarlos dentro de un espectro sonoro, el Festival Internacional de Canción Itinerante (FICIB) se ha convertido en el principal escenario por el que han pasado los cantautores hispanoamericanos más importantes de la última década. En ese mismo orden, la capital de Colombia ha visto crecer, concretar y también reafirmar la carrera de los cancionistas más notables del país cuyas discografías personales rondan o superan los cuatro álbumes, en la mayoría de los casos. En los últimos cuatro años, el público bogotano ha sido testigo de cómo, al menos, durante una semana las salas de pequeño y mediano aforo se llenan de canciones y cancionistas de diferentes ciudades hispanoamericanas y colombianas. Cada noche un público inquieto por descubrir y conocer artistas diferentes establece una complicidad con los artistas imposible de encontrar en los grandes festivales. El cancionismo ha encontrado en el FICIB un punto de referencia y un paso obligado. No por nada es el más importante de su estilo en el continente. Y Bogotá puede sentirse orgullosa de ello. A lo largo de sus cuatro ediciones el FICIB ha visto desfilar a cancionistas colombianos tan importantes como Pala, Roberto Camargo, Victoria Sur, Alejo García y Andrés Correa, punta de lanza de un fenómeno nacional diverso e inquieto que apuesta por sonoridades tradicionales tanto como por la experimentación. Junto a ellos, otros cantautores que han revitalizado a la canción en Bogotá son Eblis Álvarez, Alfonso Espriella, Edson Velandia y Sol Okarina, entre otros, que abordan la canción desde diferentes ópticas, algunas más usuales, otras vanguardistas; mientras que propuestas más jóvenes como las de Andrés Gualdrón, Julián Mayorga y Mateo Lewis, empiezan a tomar la posta para insuflar de alientos nuevos al cancionismo colombiano. Así como a inicios de la década de los años noventa un puñado de bandas de rock labraron un camino para que el rock nacional gozara de buena salud, veinte años más tarde, los cantautores colombianos trabajan en Bogotá para que sus canciones traspasen fronteras geográficas, mentales e ideológicas; burlando obstáculos vetustos como los medios tradicionales, echando mano de las nuevas tecnologías para crear puentes y fortalecer lazos con sus colegas de otros países de Hispanoamérica para que la canción crezca fuerte y sana.
Afro Bogotá en el siglo XXI Por Lucas Silva*
Aunque las músicas de raíz afro han estado presentes en la historia sonora de Bogotá, no fue sino hasta la década de los noventa cuando algo en el ambiente se removió de manera definitiva. A la llegada de muchos afrocolombianas a la capital (arrancados de sus territorios a causa de la violencia) se sumó el éxodo masivo de músicos provenientes de Cali, Medellín, Quibdó, San Andrés y Barranquilla que vinieron acá en la búsqueda de nuevas alternativas. Lo que no se imaginaron fue que crearían una nueva escena en la que la música de marimba, el currulao, la champeta, el calypso, el reggae y la chirimía se transformarían radicalmente en manos de unos músicos inquietos que hicieron suya esta variopinta paleta de sonidos. Varios frentes han hecho parte de esta revolución. Por un lado, la comunidad sanandresana impulsó el reggae y el zouk desde discotecas como Congo Reggae o Zion; allí se sembró la semilla que germinó en Alerta Kamarada, Via Rustica o Voodoo Souljah’s. Mientras tanto, músicos como Teto Ocampo, Pedro Ojeda, Pacho Dávila, Mateo Molano, Jacobo Vélez, Alejo Aponte, Urián Sarmiento, Juan Sebastián Monsalve, entre muchos otros, hicieron viajes por Colombia y conocieron los secretos que tenían Encarnación Tovar “El Diablo”, Petrona Martínez, el Sexteto Tabalá o Paulino Salgado “Batata”. A través de estos baluartes populares, la riqueza musical del departamento de Bolívar se incrustó en Bogotá donde ya no fue extraño escuchar son palenquero, bullerengue, canto Lumbalú y champeta, este último, ritmo moderno que se tomó a la capital cuando el sello Palenque Records editó la compilación El vacile efectivo de la champeta criolla (1998), caldo de cultivo de lo que años más tarde sería el Faraón Bantú, primer picó capitalino. De esta vertiente champetera (que alude directamente a la cultura del picó) emergieron Systema Solar y Bomba Estéreo, dos bandas que han alcanzado alto impacto mediático. En los terrenos discográficos, además de Palenque Records y varios esfuerzos de Urián Sarmiento y Juan David Castaño, recientemente asistimos a la creación de Reef Records, sello que ha grabado música del Archipiélago de San Andrés y Providencia y San Juan de Urabá.
* Antropólogo y productor musical. Fundó el sello Palenque Records con el que ha grabado a Paulino Salgado “Batata”, Colombiafrica: The mystic orchestra y el Sexteto Tabalá.
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¿Cómo suena Bogotá?
FRECUENCIAS ELECTRÓNICAS EN BOGOTÁ Por Pepe Plata*
Como escenario para la música electrónica en los últimos diez años Bogotá lo ha tenido todo y sigue teniendo nada. Por acá frecuentemente viene “el mejor DJ del mundo” y existen clubes y discotecas con buenos sistemas de sonido, pero pocas veces se mira para adentro y se considera el talento electrónico como un potencial creativo más allá de la rumba del fin de semana.
A partir del 2003, gracias al auge que empezó a tomar el festival Petronio Álvarez, se evidenció un cruce de saberes entre músicos bogotanos y algunas figuras legendarias en el ámbito de la chirimía y el currulao. Alfonso Córdoba “El Brujo”, Hugo Candelario, Cecilio Lozano, Baudilio Cuama, José Antonio Torres “Gualajo” y Leónidas Valencia inyectaron brios a Tumbacatre, Mojarra Eléctrica, Curupira y La Revuelta quienes durante la década pasada (y aún en nuestros días) han sido la punta del iceberg de un fenómeno musical que se consolidó con Choc Quib Town, quizás la banda más representativa del cruce entre músicas del Pacífico colombiano, el funk, el hip hop y la electrónica. Lugares como Antifaz, Cabaret Son, Le Funk y, en la actualidad, Boogaloop, La Torá Cuatro Brazos, El Anónimo, Casa de Citas y Quiebracanto han sido los centros neurálgicos de creación y difusión de una nueva forma de vivir el legado afrocolombiano que, a pesar de su impacto en la capital, todavía hace parte de una minoría de artistas y jóvenes gestores que lo promueven a través de plataformas independientes. En la mayoría de los casos los esfuerzos no son equivalentes a los resultados pues a la sordera de los medios masivos de comunicación, se le suman la ausencia de políticas culturales coherentes. Aunque resulte difícil de creer, solo hasta hace muy poco los prejuicios raciales se superaron gracias, en parte, a ese encuentro fortuito entre la idiosincrasia musical afrocolombiana y esa otra porción capitalina que vivía un tanto agazapada en si misma. Echamos de menos, eso sí, más escenarios, más festivales, mayor apoyo a las empresas independientes y, sobretodo, que el público se convenza de que acá en Bogotá las músicas afroamericanas suenan en su salsa.
No se trata de decir que no hay DJ que la ciudad no aprecia, porque hay quienes en este campo han sido gestores, mentores y aún son referencia. Así van de Toto a Fresh, Gabriel Odín, Sónico y el grupo artístico Techsound, pasando por las propuestas de los ya extintos Mutaxion. Vale la pena reflexionar por qué no hay tantos creadores electrónicos que puedan verse en vivo y por qué son pocos los escenarios donde esto pueda obverse. Porque la cultura electrónica entendida como “pinchar discos” se puede agotar y no renovarse. Del vinilo se pasa a la mezcla digital y en el medio quedan las canciones que se bajan, pero ¿dónde están los eventos con electrónica local? ¿Dónde están los espacios de reflexión sobre esta cultura que puedan servir como mirada local y global? De una ciudad que tiene como materia prima ocho millones de habitantes, y donde hay realidades sonoras como el rock, jazz, pop, hip hop, metal, reggae, clásica, contemporánea, se esperaría que tuviera muestras considerables de aprecio por esta posibilidad creativa, la misma que, en su momento, ha sido capaz de mostrar talentos en otros lugares latinoamericanos como lo son Buenos Aires, Guadalajara, Tijuana, Ciudad de México o Santiago de Chile. Podemos ver que, a lo largo de los años, la cultura electrónica se ha asociado a la fiesta, al hedonismo, los excesos, la noche y por qué no, el derroche. Y esto no está mal, no lo condenamos de ninguna manera. Hay quienes han hecho buen negocio y hay quienes han optado por enfocar la electrónica al jolgorio a través de sus sesiones en diferentes estilos y tendencias (house, minimal, tecno, electro, schranz, progressive, drum and bass, dubstep). Los nombres que han hecho historia han sido Cinema, La Sala, Radio Berlín, Piso Treinta, * Especialista en Periodismo de la Universidad de los Andes de Bogotá. En la actualidad es investigador de la Fonoteca de la Radio Nacional de Colombia.
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Coordenadas andinas y llaneras Por Sofía Elena Sánchez Messier*
El Chacha, The End, Vinacure, Salón Continental, Miranda, Tokyo, Salón Continental, Gótica, La Puerta Grande, La Tora, Asilo, El Sub, Theatron, Armando, Mizú, Tavarúa, Mai Lirol Darlin, casi todos ubicados entre los sectores del centro y norte de Bogotá. Los espacios radiales están más a gusto con DJ que con actos en vivo. La presencia en medios y la visibilización de esta cultura está ligada a Internet y a espacios en radios universitarias o públicas como lo es el caso de Radiónica y UN Radio. A esto le podemos agregar que, si bien existe un circuito que cada fin de semana está presente en los diferentes clubes de la ciudad (referenciado en algunas reseñas y descargas), la producción, la creación o el esfuerzo por dejar obra no siempre se tiene en cuenta como una posibilidad. Sin embargo, es importante reconocer que la ciudad aún tiene un largo camino para recorrer en este campo y algunos festivales alternativos (Bogotrax, Colón Electrónico y Encuentro Electrónico en el Gaitán) se hicieron visibles en los últimos años dándole otra cara a la electrónica, estilo musical que va más allá de cigarrillos, licores, bebidas energizantes o teléfonos celulares. En ese sentido, lo creadores bogotanos saben que de esto no quedan más que postales. Es este el momento y el lugar en el que la creación electrónica tiene que reclamar un espacio y tiene con qué hacerlo. En los últimos veinte años ha sido una de las opciones sonoras que mejor se han amalgamado con otras tendencias generando sonidos inéditos. Por eso es necesario consolidar los portales digitales, darle continuidad a los festivales y que el público pida discos y productos nuevos consecuentes con la cultura electrónica del siglo XXI.
Instaladas en la memoria colectiva de las generaciones de principios del siglo XX y posicionadas durante décadas como “música nacionales”, pasillos, bambucos, guabinas y torbellinos son algunos de los ritmos propios y comunes en casi toda la escarpada geografía musical de las montañas colombianas. En menos de un siglo, éstas abandonaron su fuente popular buscando validarse entre la música erudita, de salón y de cámara, una estrategia que nació en un círculo de notables músicos académicos. Con la mejor de las intenciones y buscando perpetuar el legado de los primeros cultores de música andina colombiana, fueron ellos, compositores, arreglistas y ejecutantes quienes se encargaron de elaborarla a tal punto que las alejaron del público y las marginaron en una élite, cerrada, culta y especializada. Sin embargo, en los albores del siglo XX, la edición de música, la aparición del fonógrafo y de la radio llevaron estos aires más allá de las fronteras del país, y dentro de él contribuyeron a que se reconociera ésta como la “música colombiana”, hasta las últimas décadas del siglo, cuando la música del Caribe irrumpió con fuerza incontenible. Periódicos, emisoras, disqueras, así como los cafés, grilles y bares del círculo bohemio de la Bogotá del siglo XX, fueron testigos del encuentro entre el bambuco, el pasillo y la danza, y sus pares latinoamericanos, el tango y el bolero, que también encontraron lugar en el ámbito doméstico, a través de interpretaciones radiales en vivo, en programas como el legendario Nocturnal Colombiano de Oriol Rangel. Estas músicas hoy conviven en Bogotá respaldadas por una gran audiencia que se agolpa en teatros y bibliotecas para escuchar los exponentes de sus nuevas tendencias: Trío Nueva Colombia, Palos y Cuerdas, La Cofradía, La Séptima, Común Tres, Oí, Fáber Grajales, la monumental Orquesta de Bandolas dirigida por Fabián Forero, Ensamble Tríptico y Colombita, entre muchos otros. Mientras estos ritmos andinos construyeron su escenario entre las músicas académicas, otras le apostaron a retornar a su cauce y re-descubrir su raíz eminentemente popular, * Guitarrista y productora radial. Estudió en la academia Luis A. Calvo con Gentil Montaña. Hace parte del trío Colombita y conduce el programa Travesía por las músicas colombianas en UN Radio.
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¿Cómo suena Bogotá?
LA “ESQUIZOFONIA” BOGOTANA Y LAS “NUEVAS MÚSICAS COLOMBIANAS” Por Iván Benavides* como lo fue el caso de Jorge Velosa quien en un gesto visionario y arraigado en la más férrea ancestralidad campesina, recordó el sentido del arte popular en todas las complejas capas sociales del país. Así, la poesía costumbrista, la canta, el refrán, el cuento, la sátira y el verso contagiaron a una multitud que desprevenidamente cantó y bailó sus coros y coplas. Hoy en día la carranga tiene decenas de agrupaciones activas que le imprimen frescura a este género en la capital, entre ellos Caminata, Los Filipichines y Los del Pueblo. Casi al mismo tiempo que la cultura boyacense encontraba su espacio en esta ciudad cosmopolita, los llaneros criollos migran a suelo bogotano en busca de nuevas oportunidades para sus músicas y sus vidas. A diferencia de la música campesina boyacense, los llanos y su música permanecían vivos en la cotidianidad de la inmensa sabana oriental, pero necesitaban posicionarse en una ciudad como Bogotá para trascender el ámbito local. Estos géneros han encontrado su espacio en los restaurantes de comida llanera, epicentro de la cultura del baquiano colombiano donde convergen su cultura, su oficio y su música. Los recién llegados se encontraron con establecimientos en donde siendo músicos, podían trabajar y subsistir en la gran ciudad. Instrumentistas y cantantes complacen a su público con las obras emblemáticas de los llanos y no dejan pasar la oportunidad de compartir sus creaciones propias. Estos lugares se constituyen en una escuela de vida, un primer estadio de circulación y proyección de grupos, compositores y trabajos discográficos. La academia y otras tendencias que llevan las músicas llaneras más allá de la informalidad han aparecido como lo es el caso de la Academia Llano y Joropo y agrupaciones de avanzada como Cimarrón, Laura Lambuley, Sinsonte y Guafa Trío. La música andina, la llanera y la carranga, en sus formas tradicionales o en sus nuevas manifestaciones, han tenido un lugar preponderante en las músicas que pueblan a Bogotá. Desde el rigor académico hasta la jovialidad de un baile espontáneo, éstas sonoridades hacen presencia fuerte en encuentros, festivales, teatros, bibliotecas públicas, parques y en tertulias caseras que aún sobreviven al tiempo. Falta, eso sí, mayor difusión (aunque tenemos a la mano el portal independiente www.bandolitis.com), una mejor distribución de los discos que se editan y mayor presencia en la radio, no obstante a través de UN Radio, Javeriana Estéreo, Laúd Estéreo y Radio Nacional de Colombia es frecuente escuchar algún golpe recio o la nostalgia de un bambuco.
En 1947, García Márquez se instala en Bogotá. Sus impresiones no son las mejores: la capital le parece “gris y yerta”, con sus “cachacos” que siempre “andaban de negro, parados ahí con paraguas y sombreros de coco, y bigotes”, un pueblo grande, monótono y poco estimulante para un alma libre como la del joven escritor. El asesinato del caudillo popular Jorge Eliécer Gaitán, ocurrido el 9 de abril de 1948, inaugura una larga época conocida como La Violencia que trajo como consecuencia una serie de transformaciones dramáticas. El éxodo masivo de gente de todas las regiones, hace que la más bien monocultural Bogotá, en poco tiempo deje de ser un pueblo con 500.000 habitantes, y se convierta en la diversa y caótica metrópoli de ocho millones de personas en la que hoy vivimos. Las industrias culturales generaron un trabajo de reingeniería en el imaginario colectivo: nos llegaron el tango, el son, el bolero y la ranchera, trasformados en aires panlatinos, y después el jazz, la salsa, el rock, el hip hop, la electrónica y todos los sonidos del mundo. Recientemente, el aceleramiento de la globalización y las tecnologías de la comunicación han generado grandes cambios en las maneras de producir y consumir música. Hoy por hoy, en Bogotá, conviven diferentes tiempos y culturas, desde lo más tradicional hasta lo hipermoderno. Ni Macondo ni Nueva York. Somos una metáfora de convergencia en la diversidad. En los últimos años han surgido estéticas, hijas de la mezcla. Nuevas generaciones de músicos se conectan con el mundo, pero también con las músicas populares regionales, y trabajan de manera creativa con los sonidos de los que se han apropiado. No se trata de una propuesta estilística única, pero este movimiento nacido en los noventa, se ha aglutinado bajo el rótulo de “Nuevas músicas colombianas”. Carlos Vives, Bloque, Sidestepper y Antonio Arnedo son los pioneros de estas tendencias, seguidos en el siglo XXI de * Músico y productor. Ha trabajado con Carlos Vives, Choc Quib Town, Los Gaiteros de San Jacinto, la Orquesta Filarmónica de Bogotá y Odio a Botero, entre otros. Fue miembro de Iván y Lucía, Bloque y Sidestepper. Ha sido asesor del Ministerio de Cultura y gestor de proyectos de gran envergadura como el Gran Concierto Nacional.
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¿Cómo suena Bogotá?
Mac McClure Director del Conservatorio de la Universidad Nacional
Choc Quib Town, Bomba Estereo, el colectivo La Distritofónica, La Mojarra Eléctrica, Ensamble Sinsonte, Maria Mulata, Ensamble Tríptico y el Frente Cumbiero, entre muchos otros. Intentaré proponer algunos rasgos comunes que comparten los músicos que lideran estos nuevos sonidos que no solo se restringen con su trabajo a Bogotá sino que también hacen presencia en Cali, Medellín, Bucaramanga, Barranquilla y Pasto. Son “antropófagos”: se alimentan ávidamente de diversas fuentes. Son “anfibios”: sobreviven en diferentes medio ambientes y pueden sumergirse por igual en la tradición oral, la electricidad, la cultura digital y los computadores según su elección personal. Sufren de “esquizofonia”: sus personalidades sonoras son múltiples y sus referencias eclécticas. Son “posttradicionales”: si bien su música se alimenta de diferentes tradiciones, el contacto con otros sonidos, la tecnología, la academia o la calle hace que sus actuales ritos musicales se resignifiquen a través de su experiencia histórica y personal. Sus músicas son “bastardas”: rompen con los límites de la pureza de los géneros. Son “transculturales”, van más allá de una “interculturalidad” mal entendida como “monoculturalismo plural”, donde pretendidas identidades monolíticas no se mezclan. No “exotizan” la otredad, aprenden de ella. Las artes y las culturas no han cesado de mezclarse a través de los tiempos, las fronteras ahora son más porosas y artificiales que nunca, los diálogos interculturales y los mestizajes actuales nos permiten vivir en la ilusión de pertenecer a varios mundos a la vez.
Te s t i m o n i o s
¿Cuál es la principal virtud que tiene Bogotá como lugar para la creación musical? La virtud es el interés de los músicos. Hay una cantidad de gente estudiando y buscando sitios para tocar y aprender. Yo creo que este interés depende de instituciones como Batuta. Las cajas de compensación también tienen programas de música y todo esto educa. ¿Cuál es el principal reto que tiene Bogotá para promover la creación musical? El principal reto es tener más apoyo institucional. Más dinero por parte de la Alcaldía. El Conservatorio es del Estado y este tendría que responder por él. Hay una iniciativa privada que es importante, pero es el Estado el que tiene que responder. Hay miles de niños estudiando música en en Colombia y cuando crecen el Conservatorio responde por 25 cada año. Si los gobiernos ponen plata para los niños, habría que tener un Conservatorio para recibir a los que quieran profesionalizarse. Son 150 mil niños en todo el país, solo estudiando en Batuta.
NÉSTOR LAMBULEY ALFÉREZ Coordinador Proyecto Curricular de Artes Musicales, Facultad de Artes ASAB Universidad Distrital Francisco José de Caldas ¿Cuál es la principal virtud que tiene Bogotá como lugar para la creación musical? Aquí confluyen las músicas tradicionales colombianas que han aportado las comunidades y sus músicos provenientes de muchas regiones del país por múltiples razones históricas, sociales económicas, y culturales. También como parte de los sistemas de los medios de comunicación y el espectáculo promovido por las industrias culturales en las ciudades, se tejen circuitos de la gran promoción de las músicas populares urbanas (el jazz, la salsa, el rock el reguetón) y los conciertos de la llamada música clásica. Con esta paleta sonora bogotana creo que la creación puede encontrar sus mapas, sus caminos y sus públicos. ¿Cuál es el principal reto que tiene Bogotá para promover la creación musical? El primer reto es que las instituciones distritales de gran cobertura entiendan esta dinámica cultural arriba descrita, y posibiliten a las comunidades, a los grupos artísticos y a sus músicos las herramientas y medios para ellos mismos sean protagonistas de la creación y no propiamente del “bienestar cultural” de un espectáculo que se les lleva y que en la mayoría de los casos no dinamiza sus prácticas musicales. Entonces promover la creación es dotar e incentivar las múltiples posiblidades del juego, la improvisación y la diversa producción musical.
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¿Cómo suena Bogotá?
Te s t i m o n i o s
Beatriz Goubert Etnomusicóloga ¿Cuál es la principal virtud que tiene Bogotá como lugar para la creación musical? Bogotá es una ciudad donde la creación musical tiene múltiples facetas. Desde los compositores más clásicos, hasta los creadores de vanguardia, pasando por una variedad de géneros como la salsa, la fusión, el rock, el hip-hop, la música mexicana, la carranga; desde los niveles más profesionales hasta las manifestaciones aún en formación, los músicos comparten el espacio urbano, que se enriquece por el arribo constante de poblaciones de todos los rincones del país. Esta diversidad se ha cultivado históricamente, y aunada a la política en arte y cultura, así como a los circuitos de circulación apoyados desde la esferas pública y privada, se conjugan para que Bogotá sea una ciudad especial para la creación musical. ¿Cuál es el principal reto que tiene Bogotá para promover la creación musical? El esfuerzo de las entidades públicas para la promoción de la creación musical, y en general de las artes, ha sido bandera en América Latina durante la última década. Ahora, este esfuerzo debe implementarse aún más, con la generación de nuevos escenarios de diversa capacidad para la difusión de las propuestas musicales locales, y el diseño de políticas que permitan a los artistas acceder a los nuevos circuitos de circulación global. Así mismo, debe contarle al mundo acerca del desborde creativo de la ciudad para posicionarse de manera más contundente en el mapa sonoro internacional.
JUAN ANTONIO CUÉLLAR Presidente Ejecutivo Fundación Nacional Batuta ¿Cuál es la principal virtud que tiene Bogotá como lugar para la creación musical? A mi juicio, la principal virtud que tiene Bogotá está en la gran multiplicidad de organizaciones, entidades, instituciones, iniciativas y proyectos de producción, educación y circulación musical que coexisten en la ciudad. Alrededor de 15 programas de educación superior en música; dos orquestas sinfónicas; 18 centros de Batuta y un gran número de organizaciones que trabajan con jóvenes y niños; compañías de producción y empresas culturales; dos asociaciones de compositores; tres asociaciones de música de cámara; buenas salas de conciertos, auditorios y teatros; una rica vida nocturna musical; compañías dedicadas a la producción de jingles, arreglos, grabaciones y música para televisión, cine y otros medios audiovisuales; los estudios de grabación; el centro Atico de la Javeriana; en fin, un gran universo de actividades y oportunidades musicales creativas de todos los niveles, de todos los géneros, a todas las horas, en todas las localidades, todas las semanas del año.
¿Cuál es el principal reto que tiene Bogotá para promover la creación musical? Por la misma razón, el gran reto es articular las iniciativas, los proyectos, las instituciones, las organizaciones, alrededor de una gran voluntad de ciudad; de un proyecto organizado, estructurado, consolidado. En Bogotá hay mucha competencia y muchas entidades trabajando desarticuladamente. De la capacidad que tengamos todos de orientar conjuntamente nuestros esfuerzos y sumar las fuerzas de todos, depende la verdadera sostenibilidad de la idea de Bogotá como ciudad creativa de la música.
RAMIRO OSORIO FONSECA Director General. Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo ¿Cuál es la principal virtud que tiene Bogotá como lugar para la creación musical? Que es la síntesis del país pluriétnico y multicultural que es Colombia. Es una ciudad vibrante, provocadora y propicia para la creación musical. ¿Cuál es el principal reto que tiene Bogotá para promover la creación musical? Fortalecer los mecanismos de búsqueda, selección y promoción de los nuevos talentos. Consolidar y diversificar las audiencias existentes y crear nuevas. Crear espacios para la promoción nacional e internacional de la creación musical. En el marco de la corresponsabilidad, crear mecanismos de financiamiento público-privados para las instituciones y proyectos musicales.
Mauricio Reina Crítico ¿Cuál es la principal virtud que tiene Bogotá como lugar para la creación musical? La ebullición de una gran variedad de expresiones musicales en un solo lugar. Colombia tiene múltiples culturas musicales y, a raíz de la migración, todas han confluido en Bogotá. Bajo esas condiciones, el potencial de creación musical de la ciudad es inmenso. ¿Cuál es el principal reto que tiene Bogotá para promover la creación musical? Desarrollar escenarios para presentar espectáculos musicales. La escasez de buenos auditorios, especialmente de gran tamaño, y las múltiples deficiencias de infraestructura limitan la expansión del gusto y la práctica musical, y sin ellos una ciudad no puede ser foco dinámico de creación musical.
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Testimonios
¿Cuál es el principal reto que tiene Bogotá para promover la creación musical? Generar espacios. Ya hicimos una labor con el tema de los impuestos, aunque aún podría mejorar, pues si se compara con el resto de los mercados, aún estamos atrás. Sería bueno imponer un tema de salvaguardas: acá cualquier extranjero puede hacer solo un concierto, sin necesidad de tener un socio nacional. En Brasil, México o Argentina no me dejan hacer eso. Sería bueno que hubiera una protección para los que hacemos conciertos, porque los extranjeros tienen mucho más poder
Instituciones públicas
¿Cuál es la principal virtud que tiene Bogotá como lugar para la creación musical? El público. Los artistas que llegan a Colombia quedan fascinados con el público y la calidez de la gente. En Estados Unidos, por ejemplo, no hay tanta emoción como acá. También la variedad de géneros. En Argentina, por ejemplo, funciona el rock en inglés y en español y la música de allá. En Bogotá tenemos de todo: despecho, vallenato, pop, ranchera, etc. Con tantas culturas que hay en la ciudad, todo eso funciona. Es un mercado muy especial.
Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte
Carrera 8 # 9-83 PBX: 3274850 www.culturarecreacionydeporte.gov.co
Instituto Distrital de las Artes - IDArteS Gerencia de Música
Calle 8 # 8-52 PBX: 3795750 www.idArtes.gov.co
Orquesta Filarmónica de Bogotá
Calle 39 Bis # 14-57 PBX: 2883466 www.filarmonicabogota.gov.co
Ministerio de Cultura Dirección de Artes
Carrera 8 # 8-43 PBX: 3424100 www.mincultura.gov.co
Orquesta Filarmónica de Bogotá
Calle 39 Bis # 14-57 PBX: 2883466
Asociación Nacional de Música Sinfónica Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia
Calle 39 Bis # 14-57 PBX: 2883466 www.filarmonicabogota.gov.co
Fundación Nacional Batuta Sede principal
Calle 9 # 8-97 PBX: 7449510 www.fundacionbatuta.org
Centros Orquestales Batuta Bogotá
Orquestas sinfónicas
Gerente General de Evenpro Colombia
direc torio musical
Te s t i m o n i o s
Alfredo Villaveces
Centro Orquestal Argelia
Calle 63 # 81 A 30 Sur, Alianza Educativa Argelia Bosa Centro 7751187
Casa de la Cultura
Carrera 38 # 59B-43 Sur Casa de la Cultura (Ciudad Bolivar (Localidad Ciudad Bolivar) 3167340072
Discapacidad 1
Calle 9 # 8-97 7449510
Engativá Escuela de Formación
Calle 71 # 73 A 44 Piso 3, Ala Sur Salón 1 - Alcaldía Local Engativá 3184922487
Fontibón
Calle 20B # 97B-88 2672408
Gaitana
Tvr 126 # 133-32 Cade de La Gaitana 6976280
Jerusalén - Sabio Caldas
Carrera 42 # 72 C-24 Sur Gimnasio Sabio Caldas 3142519519
Kennedy
Carrera 72 C BIS # 6-08 Sur - Barrio Cervantes 4521672 / 2645137
La Candelaria Sede 1
Carrera 8 # 5-36 Casa Comunitaria de Santa Bárbara 3002194565 / 3184922487
La Candelaria Sede 2
Calle 6 # 1-61 Casa Comunitaria de Belén 3002194565 / 3184922487
La Resurrección
Dg 32 B Sur # 12B-36 I.E.D. José Marti Sede D - Barrio La Resurección 321 2500205
Lisboa
CLL 136 # 154-11 Salón Comunal Centro Parroquial 320 4880380
Orquesta Bogotá
Carrera 72 C BIS # 6-08 Sur - Barrio Cervantes 4521672 / 2645137
Puente Aranda
Calle 1B #.52A 14. Salón Comunal La Ponderosa 7137815
San Rafael
Calle 135 # 52A 55 - Barrio Spring 6332363 / 6268918
Santa Bibiana
Carrera 23 # 100-80 (Localidad Usaquén) 6021099
Santiago de las Atalayas
Calle 61 Sur # 103-33 Colegio Alianza Educativa Santiago de las Atalayas
Tejares
Carrera 1A Este # 75-26 Sur Colegio Fé y Alegría Barrio Santa Librada
Teusaquillo
Calle 35 # 15-56 3380305
Filarmónica Joven de Colombia Fundación Bolívar Davivienda
Calle 26 # 69-63 Torre 26 Centro Empresarial piso 11 6353200 ext. 105 www.filarmonicajovendecolombia.org
Fundación Orquesta Sinfónica Juvenil de Colombia
Carrera 16 # 49-52 2322171 / 2322173 www.fosjc.blogspot.com
FOSBO - Fundación Orquesta Sinfónica de Bogotá
fosbosinfonica.org
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Directorio musical
Auditorio Fabio Lozano Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano
Carrera 4 # 22-61 2427030 Ext. 1404 www.utadeo.edu.co/dependencias/auditorio/
Escuela de Suboficiales / Madrid Cundinamarca Carrera 5 # 2-92 Sur 01 8000 115010
Auditorio Mario Laserna Universidad de los Andes
Carrera 1ª Este # 19A-40 3394949 Ext. 2006 eventos.uniandes.edu.co
Banda de Músicos de la Armada.
Carrera 69 # 51-31 Batallón de Infantería de Marina 7144300 www.fac.mil.co
Teatro William Shakespeare Colegio Anglo Colombiano
Avenida 19 # 152A-48 6149747 anglocolombia # edu.co/Centro_Cultural_William_ Shakespeare
Biblioteca Luis Ángel Arango Sala de Conciertos
Calle 11 # 4-14 3812929 www.banrepcultural.org/musica
Sala Ernesto Bein Centro Cultural del Gimnasio Moderno
Carrera 9 # 74-99 5401888 gimnasiomoder # edu.co/servicios/centro-cultural/
Auditorio Teresa Cuervo Borda Museo Nacional de Colombia
Carrera 7 # 28-66 3816470 Ext. 2181 www.museonacional.gov.co
Transversal 33 # 47 A 35 Sur. Dirección Nacional de
Banda Sinfónica de la Policía Nacional de Colombia Escuelas 3159000 Ext. 9856
Teatros y Auditorios
Banda Militar de la Fuerza Aérea Colombiana
Torre Beneficencia Piso 5 7491191
Corporación Colombiana Contrafacta Coro de la Ópera
Diagonal 45 D # 16-38 6263949
Corporación Coral y Orquestal de Colombia
Carrera 7C # 123-46 2149291 www.corosyorquestas.org
Auditorio Skandia Centro Cultural Skandia
Avenida 19 # 109 A-30 6584000 ext. 4322 www.skandia.com.co
Fundación Música en los Templos
Diagonal 46 # 16-30 2328524 / 2884958 www.musicaenlostemplos.org
Sala Otto de Greiff Orquesta Filarmónica de Bogotá
Calle 39 Bis # 14-32 2883466 www.filarmonicabogota.gov.co
Sociedad Coral Santa Cecilia
www.coralsantacecilia.com
Fundación Gilberto Alzate Avendaño
Fundación Camarín del Carmen Ópera de Colombia
Calle 24 # 6-00 6088752 www.operadecolombia.com
Calle 10 # 3-16 282 9491 www.fgaa.gov.co
Fundación Ópera Estudio Ópera
Carrera 6Bis # 26-51 Of. 801 2432663 www.operaestudio.org
Centro de Documentación Musical Biblioteca Nacional de Colombia
Calle 24 # 5-60 Piso 4 3816441 www.bibliotecanacional.gov.co
Fundación Arte Lírico Zarzuela
Calle 24 # 7-14
Centro de Documentación en Arte 'Gabriel Esquinas' Universidad Distrital Francisco José de Caldas
Carrera 13 # 14-69 3239300 Ext: 6616 www.udistrital.edu.co
Fundación Jaime Manzur Zarzuela
Calle 61a #14-58 2496283
Fonoteca RTVC Radio Televisión Nacional de Colombia - RTVC
Carrera 45 # 26-33 PBX: 2200700 www.fonoteca.gov.co
Fundación Lírica Azury Marmolejo Zarzuela
Calle 46 # 22-30 3204762 fundacionlirica.galeon.com
Patronato Colombiano de Artes y Ciencias
Carrera 15 # 33 A-46 2854309 musicapatronatocol.blogspot.com
MISI Producciones MISI, Compañía de Producción Artística
Calle 103 B # 51-11 6160388 www.misi.com.co
SAYCO Sociedad de Autores y Compositores de Colombia
Calle 95 # 11-31 PBX: 5925200 www.sayco.org
Fundación Teatro Nacional
Calle 71 # 10-25 2882222 - 2174577 www.teatronacional.com.co
ACINPRO Asociación Colombiana de Intérpretes y Productores Fonográficos
Calle 80 # 12A-11 Piso 2 5306748 www.acinpro.org.co
Teatro Municipal Jorge Eliécer Gaitán IDARTES
ACODEM Asociación Colombiana de Editoras de Música
Carrera 15 A #121 -12 Of. 401 6195931
Carrera 7 # 22-47 3795750 Ext. 200 www.teatrojorgeeliecer.gov.co
Centro Cultural Teatro al Aire Libre La Media Torta IDARTES
Down Town Majestic Eventos, géneros varios
Calle 23 # 6-19
Calle 18 # 1-05 Este 2817704 www.mediatorta.gov.co
Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo IDARTES y Sector privado
Calle 170 # 67-51 - San José de Bavaria PBX: 3779840 www.teatromayor.com
Centro de Convenciones Downtown 727 Electrónica, rock, reggae
Carrera 7 # 27-46 2826663 www.elcentrodeconvenciones.com
Metropol Géneros varios
Calle 24 # 6-31 342 13 66 www.teatrometropol.com
Auditorio León de Greiff Universidad Nacional de Colombia
Carrera 30 # 45-03 Ciudad Universitaria 3165000 Ext. 17605 www.divulgacion.unal.edu.co/leon_de_greiff.html
Teatro Metro Géneros varios
Calle 34 # 13-32 2456676
Teatro de Cristóbal Colón Ministerio de Cultura
Calle 10 # 5-32 2847420 www.mincultura.gov.co
El Viejo Almacén Tango y milonga
Calle 15 # 4-30 2433356
Teatro Roberto Arias Pérez Colsubsidio
Calle 26 # 25-40 3432670 publico.colsubsidio.com/cultura/teatro-colsubsidio
La Tea Rock en español, inglés y pop latino.
Carrera 15 # 108-08 2147102
Teatro de Bellas Artes de Bogotá Cafam
Carrera 68 # 90-88 Cafam La Floresta 6444900 www.teatrodebellasArtesdebogota.com
Alto Café El Anónimo Jazz. Géneros varios
Avenida Suba Calle 106 Centro Comercial Puente Largo Loc. 17 4749182
Sociedades gremiales
Archivos musicales y fonográficos
Banda Sinfónica de Cundinamarca Gobernación de Cundinamarca - Instituto de Cultura
Espacios con programación musical en vivo
Bandas sinfónicas Música Coral Teatros y Auditorios
Teatro Musical
Ópera y Zarzuela
direc torio
Orquesta Sinfónica de Vientos del Ejército Nacional Calle 102 # 7-80 / Escuela de Misiones Internacionales / Sección Integral 4755189 de Colombia
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Directorio musical
Quiebracanto Salsa, bolero y son
Carrera 5 # 17-76 2431630 www.quiebracanto.com
Andrés DC Jazz, blues, fusión, latin jazz
Calle 81 # 11-94 8637880 www.andrescarnederes.com/es/andres_dc
Casa Buenavista Bar Salsa
Carrera 6 # 35-37 2454427 http://www.casabuenavista.org
La Puerta Grande Jazz, blues, bossa nova, funk, flamenco, disco, electrónica, house, pop
Carrera 12 #93-64 6363425
Warehouse Bar Funky, soulfunk, latin, chicago, french
Calle 59 # 6-36, piso 2 7535826 / 7533108
Hard Rock Café Bogotá Rock
Calle 81 # 13-05 Atlantis Plaza local 011 5307328 www.hardrock.com/bogota
Matik Matik Experimentación sonora. Géneros varios
Carrera 11 # 67-20 www.matik-matik.com
La Hamburguesería
www.lahamburgueseria.com
Cinema Electrónica
Carrera 14 # 85-59 310 551 01 40
Vinacure Géneros varios
Calle 63 # 13-32 Antiguo Teatro Libertador 255 53 85 www.vinacure-colombia.com
Full 80's Café Restaurante Géneros varios 80´s
Calle 95 # 12-37 2180762 www.full80s.com
Cantares Balada rock 60´s, 70´s, 80´s - Nostalgia
Calle 116 # 17A-45 6121217 www.cantares.com.co
Congo Afro-reggae
Carrera 7 # 49-37 www.congoreggae.com
El Gran Garibaldi Mariachi - Ranchera
Av. Primera de Mayo # 69-50 2616021
El Gato Gris Bohemia
Carrera 1A 13-12 3421716 www.gatogris.com
Tribeca Bohemia
Carrera 15 # 88-71 5302356
La Casa del Ekeko Bohemia
Carrera 12A # 79-45 2178853
Theatron LGBTI
Calle 58 # 10-13 2356879 www.theatrondepelicula.com
Jazz
Calle 70 # 4-69 3213350
Rock, jazz, blues. Géneros varios
Calle 85 #12-49 61 02 001
Rock
Calle 93B # 11A - 34 Parque de la 93 6160169
Rock
Calle 118 # 6A-40 2141943
Abbot y Costello Rock
Calle 65 # 13-42 2353306
Ozzy Bar Rock Rock
Avenida Boyacá # 63F-15 5486998
Sargento Dodó Punk
Carrera 7 # 49-25 2325647
Kukaramakara Vallenato, salsa. Géneros varios
Carrera 15 # 93-57 642-3166 www.kukaramakara.com/bogota
Aguapanelas Internacional Vallenato, salsa. Géneros varios
Autopista norte 500 metros delante del peaje 6760218 / 258 6781
Gaira Café Cumbia House Vallenato y colombiana
Carrera 13 #96-11 7462696 www.gairacafe.co
Espacios con programación musical en vivo
Carrera 16a #75-77 320 5086924
La Leyenda Vallenato
Carrera 13 # 93-76 6364512
Matildelina Vallenato House Vallenato
Calle 81 # 11-34
Asilo Rock alternativo
Avenida Caracas # 40-43 315 2246930
El Sitio Salsa. Géneros varios
Carrera 11A # 93B-12 6167372 elsitiobar.com
La Tora 4 Brazos Géneros varios
Carrera 8 # 40-18
Cachao Salsa
Carrera 13 #82-52 6233003
El Bolón de Verde Jazz
Carrera 1A # 13-20, Plazoleta del Chorro de Quevedo
Afroglam Son cubano, cumbia, salsa, Hip Hop y funk
Centro Comercial el Retiro, 5 Piso 3760581
San Café Jazz
Carrera 24 # 45A-64 7449097
Galería Café Libro Jazz, salsa, bolero y son
Carrera 11A # 93-42 2183435 www.galeriacafelibro.com.co
Boogaloop Géneros varios
Calle 58 # 13-88
Galería Café Libro Palermo Jazz, salsa, bolero y son
Transversal 15 # 46-38 2858318 www.galeriacafelibro.com.co
Armando Records Géneros varios
Calle 85 # 14-46 www.armandorecords.org
Salsa Camará Salsa, bolero, son y antillana
Carrera 14 # 82-86 Piso 2 2564869
Salomé Pagana Salsa, bolero y son
Universidad Nacional de Colombia Conservatorio de Música
Carrera 30 # 45 - 03 Ciudad Universitaria - Edificio 305 3165000 Ext. 12505 www.facArtes.unal.edu.co/conservatorio
Carrera 14A # 82-16 2184076
El Goce Pagano Salsa, bolero y son
Carrera 1 A # 20-04 2432549
Pontificia Universidad Javeriana Facultad de Artes - Departamento de Música
Carrera 7 # 40 - 62 3208320 Ext. www.javeriana.edu.co/Facultades/Artes/musica/ depto/index.htm
Cuban Jazz Café Cubana, bolero y son
Carrera 7 A # 12 C-36 313 2043278 cubanjazzcafe.com
Universidad de los Andes Facultad de Artes y Humanidades Departamento de Música
Carrera 1E #18A-10 3394999 / 5960011 Ext. 2504 musica.uniandes.edu.co
Educación Superior
Espacios con programación musical en vivo
direc torio
Maestros Jazz Bar Bogotá Jazz
68
69 Bogotá Ciudad de la Música
Directorio musical
Carrera 13 # 14- 69 3239300 Ext. 6612 udistrital.edu.co/asab
Sacriorum Fortalecimiento a bandas de Rock
Calle 2 a bis # 11 b - 49 Este 3142972285 / 3133491944
Universidad Pedagógica Nacional Licenciatura en Música
Calle 78 # 9-92 3465853 / 3465786 artes.pedagogica.edu.co
Estilo y Conciencia Hip Hop, 4 elementos
Diagonal 37 # 2-00 Este 3144099505
Universidad Juan N. Corpas Pregrado en Música
Carrera 80 # 172A-05 (San José de Bavaria) 672 1143 / 672 1197 www.juanncorpas.edu.co/oferta-academica/ pregrado/musica.html
Kat Producción Hip Hop, 4 elementos
Carrera 22 # 19-26 Sur 3182654629
Universidad INCCA Programa de Música
Carrera 13 # 24-15 PBX 4442000 www.unincca.edu.co
Universidad El Bosque Programa de Formación Musical
Carrera 7 B Bis # 132-11 6489054 / 6489011 www.uelbosque.edu.co/programas_academicos/ pregrado/formacion_musical
Universidad Sergio Arboleda Departamento de Música ‘Mauricio Cristancho’
Centro de Expresión Cultural Fe y Alegría Calle 50 d Sur # 3 c 80 (9 centros) Rock, Ska, Andina Sureña, Colombiana, Protesta 7610679 / 7684043 / 3107582050 De Puro Caballo Música y Danza
Carrera 17 a Este # 87-22 Sur 3104998554
Corporación Sociocultural Musical TEMPO Música y Danza
Carrera 6 # 93-76 Sur 7629656 / 3105888373
Calle 83 Bis # 24-58 Polo Club PBX: 3257500 www.usergioarboleda.edu.co/musica/index.htm
GAIA - Tierra Jóvenes Música, Investigación y Fotografía
Transversal 3 h # 67 a - 70 Sur 7673051 / 3164179231
Universidad Antonio Nariño Facultad de Artes - Programa de Música
Carrera 3 Este #. 47 A - 15 3384960 Ext. 107 www.uan.edu.co/programas/pregrados-/musica
Fundación Manitas Cariñosas Música POR Proyectos
Calle 90 Sur # 5 d - 04 7689895 / 3157038114
Universidad Central Departamento de Estudios Musicales
Cra 5 # 21-38 3362607 / 5612102 www.ucentral.edu.co
Centro CRECER Adaptativo y ocupacional para discapacitados
Carrera 81C # 68A - 24 Sur 7808402 / 3013709868
Academia de Artes Guerrero Música - Educación para el trabajo y el desarrollo humano
Calle 45 # 18 A-25 6094792 / 6094795 www.artesguerrero.edu.co
Corporación Cultural Folclórica Kandombeo y Color Músicas del Pacífico
Carrera 81 a # 58 J - 08 Sur 3123718992 / 3123751993
Escuela de Música y Audio Fernando Sor Música - Educación para el trabajo y el desarrollo humano
Calle 26 # 34A-37 3407771 / 3407772 / 340 7773 www.fernandosor.edu.co
Fundación Cultural Zarakua
Carrera 89 # 49 b - 14 Sur 3134794695
Academia Luis A. Calvo Universidad Distrital Francisco José de Caldas
Carrera 9 # 52-52 Cr. 9 # 52 - 52 www.udistrital.edu.co
Escuela de Arte Social 'Videos y Rollos' Música prevención de violencia
Carrera 85 b # 61 a 54 Sur 3134619451
Corporación para la Expresión Artistica MISI Escuela de Teatro Musical
Calle 103B # 51-13 2492780 / 2486403 www.misi.com.co
Fundación Cultural Calarte Música Colombiana niños, jóvenes y adultos mayores
Calle 65 Sur # 80 h - 20 7794783 / 3124991179 / 3138491286
Academia de Música Fundación Artística Gentil Montaña Ciclos básico, medio y técnico laboral
Calle 66A # 15-43 249 6550 / 347 4311 www.gentilmontana.org
Fundación Cultural "Guayata" Instrumentistas
Carrera 72 q # 35 b 65 Sur apto 312 int 6 esquina del parque 3114723913 / 5605183
Allegro Escuela de Música Formación musical para niños y adultos
Carrera 51 # 96 -16 2571837 www.allegro.edu.co
Colombia Amiga Banda Show Formación para espectáculos
Carrera 105 # 19-94 3103431756 / 2671933
Centro de Orientación Musical Cristancho Música académica, jazz
Cl 86 Bis # 24-58 2369550 www.franciscocristancho.com
Casa de la Cultura de Engativá Trabajo por talleres
Carrera 77 bis # 73 c- 05 2918578 / 2524914 www.casadelaculturadeengativa.org
Asociación Artística Afrocolombiana Yambambó Danza, Música y Teatro.
Calle 127 C 4-46 apto 103 Ed. Los pinos
Escuela de Formación Artística 'Hechos Juveniles' HJ Formación de formadores Hip Hop
Calle 70 b # 111 - 78 3003366663 / 3138068466
Fundación de Artistas Urbanos - FUNARTU Urbana
Calle 93 # 49 c 05 la castellana
Calle 151 # 109 A - 50 cs 20 3203153144 / 8078051/ 3202262523 (secretario)
Corporación Casa Cultura Afrocolombiana Artes en general, cultura afrocolombiana
Carrera 5 # 26-54 2439069 colombianegra.webs.com/casadelaculturaafro.htm
Fundación Musical Nueva Expresión Trabajo grupal enfocado en las músicas colombianas
Fundación Artística y Cultural Neojuventus Danza, Teatro, Música, Poesía
Fundación Artística y Cultural Shekinah Música
Calle 131 a # 53 b - 15 Casa 38 6141546 / 3202297462
Carrera 4 # 24 - 37
Fundación Bandolitis Investigación, circulación y formación
Calle 21 # 6-13 Of 502 3509840 www.bandolitis.com
Casa de la Cultura de Suba Iniciación musical para Niños
Carrera 90 # 147-44 6800378
Corporación Cultural Urban Art Rap, Dance, Graffiti, Teatro.
Calle 9 # 6 A - 44 Este www.escuelashiphopbogota.com
Corporación Casa de la Cultura Ciudad Hunza Teatro, Danza, Música
Calle 128 b # 86-20 6815582
Escuela de Música Moderna, Audio y Tecnología - EMMAT
Carrera 48 # 98-30 6108747 / 6109973 www.emmat.net
Corporación Casa de la Cultura Juvenil El Rincón Formación Hip Hop (Proyectos)
Calle 128 # 96-57 5368174 www.escuelashiphopbogota.com
Fundación Artística y Cultural La Familia Ayara Talleres de Rap, talleres de D.J.
Av. Caracas # 39-50 8050142 / 805 0155 www.ayara.org
Educación No Formal
Educación Superior Educación No Formal
direc torio
Universidad Distrital Francisco José de Caldas Facultad de Artes ASAB - Artes Musicales
70
71 Bogotá Ciudad de la Música
Directorio musical
Educación No Formal
Calle 62 # 20-28 2354907 /3125037559 centroculturallanero.blogspot.com/
Compañía Filarmónica de los Andes Música académica
Calle 61 # 16-58 6005055 www.filarmonicadelosandes.com
CEARP - Corporación de Enseñanza Artística Popular de Bogotá Técnica vocal en salud
Diagonal 46 # 15-55 2879290 / 3112644232
El Alcaraván Música y Cultura Llanera
Carrera 29 # 1 A - 56 3124965807 / 3123961005
Academia de Música DIAL. Talleres
Calle 1 d Bis # 29 B - 77 4080550 / 2371212
Corporación Casa Nariño Rock
Carrera 20 # 19-26 Sur, Centro de desarrollo juvenil 7139574 / 3167807510
Reimon Salvatore Hip Hop
1 Sur # 5-50 2042518 / 3107547982
Corporación Somos Colombia Cultural Formación y circulación de artistas jóvenes, proyectos con mayores
Calle 2 f # 41-43 Piso 2 2033324/3133222883
Fundación Folclórica Arpa, Llano y Leyenda Música llanera
Carrera 41 a # 29 c - 78 Sur 7273526 / 3114558817
Corporación Integración Sistema Musical Música Académica
Carrera 3 # 10-24 3505806 / 3118698846 www.integracionsm.com
3475266 / 3475077 www.ortizo.com.co
Ortizo S.A.
Carrera 7 # 57-54 Carrera 9 # 22-82 Transversal 34 # 40-02 Sur
Tiendas de instrumentos
direc torio
Fundación Centro Cultural Llanero Música Y Danza Llanera
Calle 175 # 43-17
Musical Cedar
Calle 23 # 9-31 Local 63 6076826 www.musicalcedar.com
Instrumentos Musicales Serrano
Carrera 7 Calle 48 esquina 3231332
Bazoom Music
Carrera 7 # 59-06 esquina www.bazoommusic.net www.lacolonial.com.co
Casa del Músico La Colonial
Carrera 7 # 57-43 249 3126 Carrera 9 # 22-89 284 6093 Carrera 10 # 8-82 333 0353
Yamaha Musical
Calle 90 # 17-28 6168083 www.incolmotos-yamaha.com.co
Tienda Musical Santander
Calle 15 S # 21-08 403 9967 www.tiendamusicalsantander.com
El Redoblante
Cra 7 # 57-31 3484058
Fundación Gestando Caminos Carrera 6 # 11-54 Of 409 3132113324 Proyectos Locales - Banda de Zampoñas Urbanas S.A. Clan - Hip Hop Escuela de Formación Hip Hop, Danza, Producción
Calle 10 # 4-43 Este 2827223 / 3132601849 www.escuelashiphopbogota.com
Escuela La Nueva Granada Hip Hop, Cultura y necesidades del artista
Calle 14 Nº 1-33 3417020 / 3017286139 lnghiphop.com/
RapJudesco Rap y Break Dance
Carrera 14B # 33-26 Sur 3611522/ 3105769220
Kontravía Corporación Cultural
3115652801
Bhustak Records Prevención y derechos. Hip Hop y cultura
Transversal 50 # 73B-22 Sur 715 1490 - 313 414 0134 www.escuelashiphopbogota.com
Calles con Mentes Hip Hop
Calle 61 A Sur # 18 p - 25 Altos de Jalisco Meisen 790 6561 www.escuelashiphopbogota.com
72
73 Bogotá Ciudad de la Música
Directorio musical