Lit 10° 2015

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Título: ESPAÑOL 10° ABRIR VENTANAS A OTRO UNIVERSO

Hecho el depósito de ley 7543 tomo VII folio 938,254,756

Diseño de portada: Duálök Ordóñez A. y Heriberto Ordóñez D. 372.63 A634a X

Antología literaria abrir ventanas a otro universo : Español 10º. – 1ª ed. – San José, C. R. : Siwö Editorial, 2014. 256 p. : 21.6 X 27.9 cm. ISBN

978-9968-694-34-6

1. LITERATURA 2. LITERATURAS HISPÁNICAS I. Título Impreso en Costa Rica por Cóndor Editores Cartago, Costa Rica Impreso en Costa Rica Printed in Costa Rica Diagramación, Heriberto Ordóñez Delgado Edición, diseño y producción, Heriberto Ordóñez D. Corrección de pruebas Tsáitami Ordóñez A. y Heriberto Ordóñez 2 2

Reservados todos los derechos. No se permite reproducir, almacenar en sistemas de recuperación de este texto ni transmitir la totalidad o alguna parte de esta publicación, cualquiera que sea el medio empleado -electrónico, mecánico, fotocopia, grabación, etc.-, sin el permiso por escrito de los titulares de los derechos de la propiedad intelectual.


ÍNDICE

Época Clásica ............................................................................................ 3 Sófocles ....................................................................................................................................... 3 Edipo Rey ..................................................................................................................................... 4 Análisis lógico literario de “Edipo Rey” .......................................................................................... 21

Renacimiento ............................................................................................ 24

William Shakespeare .................................................................................................................. 24 “Otelo: El moro de Venecia” .......................................................................................................... 25 Análisis lógico literario de “Otelo: El moro de Venecia” ................................................................ 66

Siglo de Oro ............................................................................................. 69 Miguel de Cervantes y Saavedra ............................................................................................... 69 Análisis de Don Quijote de la Mancha ....................................................................................... 70

Romanticismo ........................................................................................... 74 Edgar Allan Poe: “El cuervo”.......................................................................................................... 74 Análisis lógico literario de “El cuervo” ........................................................................................... 76 Mary Shelley: “Frankenstein” ........................................................................................................ 80 Análisis lógico literario de “Frankenstein”.....................................................................................176

Literatura Costarricense. Generación del Olimpo ............................... 179 Aquileo J. Echeverría. “Mercando leña” ................................................................................... 179 Análisis literario de “Mercando leña” ........................................................................................ 180 “La firmita” ................................................................................................................................. 182 Contexto histórico de “La firmita” .............................................................................................. 184 Análisis lógico literario de “La firmita” ...................................................................................... 185 Joaquín García Monge: “El Moto. Costumbres costarricenses” ................................................ 187 Análisis lógico literario de “El Moto” ........................................................................................... 202

Teatro adicional ....................................................................................... 204 “El entremés del viejo celoso” ..................................................................................................... 204 Análisis lógico literario de “El entremés del viejo celoso”............................................................ 209 Calderón de la Barca ................................................................................................................ 212 Contexto histórico de “La vida es sueño” ................................................................................... 212 “La vida es sueño” ...................................................................................................................... 213 Análisis lógico literario de “La vida es sueño” ............................................................................ 248

Ensayo costarricense ............................................................................ 250 Isaac Felipe Azofeifa: “Invitación al diálogo de las generaciones”................................................ 250 Análisis lógico literario de “Invitación al diálogo de las generaciones” ....................................... 253 33


ÉPOCA CLÁSICA

Sófocles (495 - a.C. 406 a.C.)

Cuando en literatura hacemos referencia al clasicismo estamos hablando en particular de dos grandes culturas antiguas: la griega y la romana. En efecto, así como la Época Clásica es el período de nacimiento, apogeo y caída tanto de las ciudades griegas (en sus épocas arcaica, clásica y helenística) como de la República y el posterior Imperio Romano; la abundante literatura tanto en verso como en prosa que produjeron sus autores es lo que ha venido a denominarse, de forma genérica, Literatura Clásica, que de manera ampliada podríamos ubicar entre los siglos X a.C. y el V d.C. cuando ya había caído el Imperio Romano. Siguiendo un orden cronológico, hemos de empezar nuestro repaso de este haber literario desde Grecia. Naturalmente, los primeros autores conocidos son Homero y Hesíodo. El primero escribió o al menos se le atribuyen, dos de las obras más conocidas y alabadas de la historia de la literatura, a saber: la “Ilíada”, que narra un episodio de la Guerra de Troya, particularmente centrada en el personaje de Aquiles; y la “Odisea”, que se ocupa del regreso a Itaca de su rey, Odiseo, justo al acabar la mencionada guerra. Hesíodo, por su parte, escribió hacia la segunda mitad del siglo VIII a.C. “Los trabajos y los días”, un poema didáctico de incalculable valor para conocer la cultura de la época; y la “Teogonía”, una genealogía de las deidades griegas. Más adelante los griegos desarrollaron un virtuoso arte poético (al que llamaron lírica) en el que sobresalieron Alcmán, Safo, Alceo, Anacreonte, Estesícoro, Íbico, Simónides, Píndaro y Baquílides; los nueve poetas “canonizados” por los eruditos de Alejandría. El siglo V fue el siglo de la Tragedia, llevada a su máximo nivel por Esquilo (“La Orestíada”, “Los siete contra Tebas”), Sófocles (“Antígona”, “Edipo Rey”) y Eurípides (“Medea”, “Las Bacantes”) y de la Comedia, género en el que destacó por encima de todos el autor Aristófanes con obras como “Lisístrata”, “Las avispas” o “La asamblea de las mujeres”. La historiografía también fue cultivada por los griegos. Heródoto, considerado el padre de esta y Tucídides son los ejemplos más destacados. Si bien durante el Helenismo los poetas y escritores griegos siguieron ejemplos anteriores, sus obras no volvieron a alcanzar el esplendor y la brillantez de sus predecesores. Hasta tal punto fue así que incluso los autores romanos posteriores se limitaron a imitar el estilo de estos autores clásicos. Así, Virgilio con su “Eneida”, honra y emula a Homero, situando el nacimiento de Roma entre los exiliados de la antigua Troya. Plauto imita a Aristófanes y Ovidio explora los mitos griegos para enlazarlos, como hace Virgilio, con la cultura romana. Solo la sátira, exploradas tal vez mejor que nadie por Marcial, son un género literario específicamente romano. 4 4

El poeta trágico griego, Sófocles nació en Colono, hoy parte de Atenas, actual Grecia. Fue hijo de un rico armero llamado Sofilo. A los dieciséis años fue elegido director del coro de muchachos para celebrar la Victoria de Salamina. En el 468 a.C. se dio a conocer como autor trágico al vencer a Esquilo en el concurso teatral que se celebraba anualmente en Atenas durante las fiestas dionisíacas, cuyo dominador en los años precedentes había sido Esquilo. Comenzó así una prolífica carrera literaria: llegó a escribir hasta 123 tragedias para los festivales, en los que se adjudicó, se estima, 24 victorias, frente a las 13 que había logrado Esquilo. Se convirtió en una figura importante en Atenas y su larga vida coincidió con el momento de máximo esplendor de la ciudad. Su muerte coincidió con la guerra contra Esparta que habría de significar el principio del fin del dominio ateniense y se dice que el ejército atacante concertó una tregua para que se pudieran celebrar debidamente sus funerales. De su enorme producción, sin embargo, se conservan en la actualidad, aparte de algunos fragmentos, tan solo siete tragedias completas: Antígona, Edipo Rey, Áyax, Las Traquinias, Filoctetes, Edipo en Colono y Electra. A Sófocles se deben la introducción de un tercer personaje en la escena, lo que daba mayor juego al diálogo y el hecho de dotar de complejidad sicológica al héroe de la obra.


ÉPOCA CLÁSICA EDIPO REY

Ahora, pues, ¡oh poderosísimo Edipo!, vueltos a ti nuestros ojos, te suplicamos todos que busques remedio a nuestra desgracia ya sea que hayas oído la voz de algún dios ya que te hayas aconsejado de algún mortal; porque sé que casi siempre en los consejos de los hombres de experiencia está el buen éxito de las empresas. ¡Ea! ¡Oh mortal excelentísimo!, salva nuestra ciudad. ¡Anda! y recibe nuestras bendiciones; y ya que esta tierra te proclama su salvador por tu anterior providencia, que no tengamos que olvidarnos de tu primer beneficio, si después de habernos levantado caemos de nuevo en el abismo. Con los mismos felices auspicios con que entonces nos proporcionaste la bienandanza, dánosla ahora. Siendo soberano de esta tierra, mejor es que la gobiernes bien poblada como ahora está, que no que reines en un desierto; porque de nada sirve una fortaleza o una nave sin soldados o marinos que la gobiernen. Edipo -¡Dignos de lástima sois, hijos míos! Conocidos me son, no ignorados, los males cuyo remedio me estáis pidiendo. Sé bien que todos sufrís, aunque en ninguno de vosotros el sufrimiento iguala al mío. Cada uno de vosotros siente su propio dolor y no el de otro; pero mi corazón sufre por mí, por vosotros y por la ciudad; y de tal modo, que no me habéis encontrado entregado al sueño, sino sabed que ya he derramado muchas lágrimas y meditado sobre todos los remedios sugeridos por mis desvelos. Y el único que encontré, después de largas meditaciones, al punto lo puse en ejecución pues a mi cuñado Creonte, el hijo de Meneceo, lo envié al templo de Delfos, para que se informe de los votos o sacrificios que debamos hacer para salvar la ciudad. Y calculando el tiempo de su ausencia, estoy con inquietud por su suerte; pues tarda ya mucho más de lo que debiera. Pero esto no es culpa mía; más sí que lo será si en el momento que llegue no pongo en ejecución todo lo que ordene el dios. Sacerdote -Pues muy a propósito has hablado, porque estos me indican que ya viene Creonte. Edipo -¡Oh rey Apolo! Ojalá venga con la fortuna salvadora, como lo manifiesta en la alegría de su semblante. Sacerdote -A lo que parece, viene contento, pues de otro modo no llevaría la cabeza coronada con laurel lleno de bayas.

Edipo -¡Oh hijos, nueva decadencia del antiguo Cadmo! ¿Por qué venís apresuradamente a celebrar esta sesión, llevando en vuestras manos los ramos de los suplicantes? El humo del incienso, los cantos de dolor y los lúgubres gemidos llenan a la vez toda la ciudad. Y yo, creyendo, hijos, que personalmente y no por otros debía enterarme de la causa de todo esto, he venido espontáneamente yo, a quien todos llamáis el excelso Edipo. Habla, pues, tú, ¡oh anciano!, que natural es que interpretes los sentimientos de todos estos. ¿Cuál es el motivo de esta reunión? ¿Que teméis? ¿Qué deseáis? Ojalá dependiera de mi voluntad el complaceros; porque insensible sería si no me compadeciera de vuestra actitud suplicante. Sacerdote -Pues, ¡oh poderoso Edipo, rey de mi patria! ya ves que somos de muy diferente edad cuantos nos hallamos aquí al pie de tus altares. Niños que apenas pueden andar; ancianos sacerdotes encorvados por la vejez; yo, el sacerdote de Júpiter y estos, que son lo más escogido entre la juventud. El resto del pueblo, con los ramos de los suplicantes en las manos, están en la plaza pública, prosternados ante los templos de Minerva y sobre las fatídicas cenizas de Imeno. La ciudad, como tú mismo ves, conmovida tan violentamente por la desgracia, no puede levantar la cabeza del fondo del sangriento torbellino que la revuelve. Los fructíferos gérmenes se secan en los campos; muérense los rebaños que pacen en los prados y los niños en los pechos de sus madres. Ha invadido la ciudad el dios que la enciende en fiebre: la destructora peste que deja deshabitada la mansión de Cadmo y llena el infierno con nuestras lágrimas y gemidos. No es que yo ni estos jóvenes, que estamos junto a tu hogar, vengamos a implorarte como a un dios, sino porque te juzgamos el primero entre los hombres para socorrernos en la desgracia y para obtener el auxilio de los dioses. Tú, que recién llegado a la ciudad de Cadmo nos redimiste del tributo que pagábamos a la terrible Esfinge y esto sin haberte enterado nosotros de nada ni haberte dado ninguna instrucción, sino que solo, con el auxilio divino -así se dice y se cree que tu fuiste nuestro libertador.

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Creonte. -En todo no quieras disponer, porque aquello en que has dispuesto no resultó bien para tu vida. Coro. -¡Oh habitantes de Tebas, mi patria! ¡Considerad aquel Edipo que adivinó los famosos enigmas y fue el hombre más poderoso, a quien no había ciudadano que no envidiara al verle en la dicha, en qué borrasca de terribles desgracias está envuelto! Así que, siendo mortal, debes pensar con la consideración puesta siempre en el último día y no juzgar feliz a nadie antes que llegue el término de su vida sin haber sufrido ninguna desgracia.

2. ¿En qué consiste el libre albedrío? ¿Usted es libre de tomar sus propias decisiones? ¿Es responsable de esas decisiones? ___________________________________________ ___________________________________________ ___________________________________________ ___________________________________________ ___________________________________________ ___________________________________________ ___________________________________________ ___________________________________________ ___________________________________________ 3. Inferencia: ¿Usted cree que en cada momento de nuestra vida tenemos libre albedrío para decidir lo que haremos o no? ___________________________________________ ___________________________________________ ___________________________________________ ___________________________________________ ___________________________________________ ___________________________________________ ___________________________________________

Análisis lógico literario de “Edipo Rey”

4. ¿Infiera en cuáles aspectos de la obra se ve reflejado el libre albedrío? Argumente sus respuestas.

En todos los casos debe inferir, deducir,argumentar. No hay respuestas literales. En resumen, se debe pensar.

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1. Inferencia: ¿Qué opina de la resolución tomada por el padre Layo con respecto al nacimiento de su hijo?

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5. ¿Qué haría usted si se encontrara en la situación de Edipo cuando se enfrentó a Layo en el camino? ___________________________________________ ___________________________________________ ___________________________________________ ___________________________________________ ___________________________________________ ___________________________________________ ___________________________________________ 6. Escriba un argumento válido a partir de las siguientes interrogantes: ¿Edipo Rey es responsable de sus actos, como todos nosotros(as)? ¿Considera justo el castigo autoimpuesto y el que le impone la sociedad después de enterarse de su desgracia? ¿Por qué? ___________________________________________

8. Según el oráculo, Edipo está destinado a matar a su padre y a “unirse” a su propia madre. ¿Usted cree en el destino o piensa que somos los artífices de lo que podemos lograr o hacer con nuestras vidas? ___________________________________________ ___________________________________________ ___________________________________________ ___________________________________________ ___________________________________________ ___________________________________________ ___________________________________________ ___________________________________________ ___________________________________________ ___________________________________________

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___________________________________________ ___________________________________________ 7. Deducción: Edipo se enfrenta al enigma de la Esfinge y esta pregunta: “¿Cuál es la criatura que camina de cuatro patas por la mañana, de dos al mediodía y de tres por la noche? Edipo logra descifrar el enigma y salva de la maldición al reino de Tebas. ¿Podríamos afirmar que el conocimiento lleva a Edipo a la tragedia? ¿Ergo, no es importante el conocimiento?

9. Inferencia: ¿Es responsable la reina Yocasta de lo que le ocurrió? ¿Es posible no darse cuenta? ___________________________________________ ___________________________________________ ___________________________________________ ___________________________________________ ___________________________________________

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Renacimiento El Renacimiento es uno de los grandes momentos de la historia universal, que marcó el paso de mundo Medieval al mundo Moderno. Es un fenómeno muy complejo que impregnó todos los ámbitos yendo por tanto, más allá de lo puramente artístico como ha querido verse. Para muchos autores empieza en 1453 con la conquista turca de Constantinopla. Según otros es un nuevo período que surge desde el descubrimiento de la imprenta e incluso se considera que no se produce hasta que Copérnico descubre el sistema heliocéntrico; pero la fecha tope es 1492, con el descubrimiento de América. El término Renacimiento deriva de la expresión italiana rinascita, vocablo usado por primera vez por el literato Petrarca y revalorada por el arquitecto y teórico Giorgio Vasari, que la delimita en el mismo momento histórico en que tuvo lugar este movimiento cultural. El término no empieza a utilizarse hasta el siglo XVI, pero no será consagrado en sentido histórico, social y cultural hasta mediados del siglo XIX. Será a partir de este momento cuando ya cobrará fuerza el redescubrimiento del hombre como individuo, el redescubrimiento del mundo como armonía y realidad que rodea al hombre liberado de todas las preocupaciones religiosas. El Renacimiento es ante todo, un espíritu que transforma no solo las artes, sino también las ciencias, las letras y formas de pensamiento. En su conjunto se ha visto una clara reacción al espíritu teológico de la Edad Media, sin embargo, la ruptura no se produce de manera violenta porque no pocas de las concepciones que se van a desarrollar tuvieron su origen durante el medievo y esto es claramente apreciable en el terreno artístico. Durante buena parte del siglo XV perviven las formas del arte medieval, iniciándose una convivencia entre los clasicismos, que poco a poco van a ir imponiéndose a los elementos góticos en autores como Brunelleschi o Fra Angelico que ensayan movimientos que posteriormente se van a desarrollar. Esta serie de fenómenos nos dan a entender que hablar de ruptura no es del todo correcto, es quizá más una evolución que nos permite comprender mejor ciertas manifestaciones del siglo XV. Este movimiento surge en Italia a fines del siglo XIV y principios del XV, expandiéndose con fuerza a Europa a mediados del siglo XV y desde mediados del siglo XVI al mundo hispanoamericano. Es un movimiento universal pero que adopta las características y modos propios del pasado de las naciones a través de un proceso de asimilación. 8 8

William Shakespeare (1564 - 1616)

El dramaturgo y poeta inglés, Shakespeare nació en Stratford on Avon, Reino Unido. Fue tercero de los ocho hijos de John Shakespeare, un acaudalado comerciante y político local y Mary Arden. Parece probable que estudiara en la Grammar School de su localidad natal, si bien se desconoce cuántos años y en qué circunstancias. Según un coetáneo suyo, William Shakespeare aprendió «poco latín y menos griego» y en todo caso parece también probable que abandonara la escuela a temprana edad debido a las dificultades por las que atravesaba su padre ya fueran estas económicas o derivadas de su carrera política. Sea como fuere, siempre se ha considerado a Shakespeare como una persona culta, pero no en exceso y ello ha posibilitado el nacimiento de teorías según las cuales habría sido tan solo el hombre de paja de alguien deseoso de permanecer en el anonimato literario. A ello ha contribuido también el hecho de que no se disponga en absoluto de escritos o cartas personales del autor, quien parece que solo escribió, aparte de su producción poética, obras para la escena. La publicación, en 1593, de su poema “Venus y Adonis”, muy bien acogido en los ambientes literarios londinenses, fue uno de sus primeros éxitos. De su producción poética posterior cabe destacar “La violación de Lucrecia” (1594) y los “Sonetos” (1609), de temática amorosa y que por sí solos lo situarían entre los grandes de la poesía anglosajona.


RENACIMIENTO Otelo: el moro de Venecia

YAGO.- ¡Execradme si no es cierto! Tres grandes personajes de la ciudad han venido personalmente a pedirle, gorra en mano, que me hiciera su teniente; y a fe de hombre, sé lo que valgo y no merezco menor puesto. Pero él, cegado en su propio orgullo y terco en sus decisiones, esquiva su demanda con ambages ampulosos, horriblemente henchidos de epítetos de guerra; y, en conclusión, rechaza a mis intercesores; «porque ciertamente (les dice) he elegido ya mi oficial». ¿Y quién es este oficial? Un gran aritmético, a fe mía; un tal Miguel Cassio, un florentino, un mozo a pique de condenarse por una mujer bonita, que nunca ha hecho maniobrar un escuadrón sobre el terreno ni sabe más de la disposición de una batalla que una hilandera, a no ser la teoría de los libros, que cualquiera de los cónsules togados podría explicar tan diestramente como él. Pura charlatanería y ninguna práctica es toda su ciencia militar! Pero él, señor, ha sido elegido y yo (de quien sus ojos han visto la prueba en Rodas, Chipre y otros territorios cristianos y paganos) tengo que ir a sotavento y estar al pairo por quien no conoce sino el deber y el haber por ese tenedor de libros. Él, en cambio, ese calculador, será en buen hora su teniente; y yo (¡Dios bendiga el título!), alférez de su señoría moruna. RODRIGO.- ¡Por el cielo, antes hubiera sido yo su verdugo! YAGO.- Pardiez, ¡y qué remedio me queda! Es el inconveniente del servicio. El ascenso se obtiene por recomendación o afecto, no según el método antiguo en que el segundo heredaba la plaza del primero. Juzgad ahora vos mismo, señor, si en justicia estoy obligado a querer al moro. RODRIGO.- En ese caso, no seguiría yo a sus órdenes. YAGO.- ¡Oh! Estad tranquilo, señor. Le sirvo para tomar sobre él mi desquite. No todos podemos ser amos ni todos los amos estar fielmente servidos. Encontraréis más de uno de esos bribones, obediente y de rodillas flexibles, que, prendado de su obsequiosa esclavitud, emplea su tiempo muy a la manera del burro de su amo, por el forraje no más y cuando envejece, queda cesante. ¡Azotadme a esos honrados lacayos! Hay otros que, observando escrupulosamente las formas y visajes de la obediencia y ataviando la fisonomía del respeto, guardan sus corazones a su servicio, no dan a sus señores sino la apariencia de su celo,

William Shakespeare

DRAMATIS PERSONÆ EL DUX DE VENECIA. BRABANCIO, senador. OTROS SENADORES. GRACIANO, hermano de Brabancio. LUDOVICO, pariente de Brabancio. OTELO, noble moro, al servicio de la República de Venecia. CASSIO, teniente suyo. Yago, su alférez. RODRIGO, hidalgo veneciano. MONTANO, predecesor de Otelo en el gobierno de Chipre. BUFÓN, criado de Otelo. DESDÉMONA, hija de Brabancio y esposa de Otelo. EMILIA, esposa de YAGO. BLANCA, querida de Cassio. UN MARINERO, ALGUACILES, CABALLEROS, MENSAJEROS, MÚSICOS, HERALDOS y ACOMPAÑAMIENTO. ESCENA: En el primer acto, en Venecia; durante el resto de la obra. en un puerto de mar de la isla de Chipre.

Acto primero Escena primera

Venecia. -Una calle Entran RODRIGO e Yago RODRIGO.- ¡Basta! ¡No me hables más! Me duele en el alma que tú yago, que has dispuesto de mi bolsa como si sus cordones te pertenecieran, supieses del asunto... YAGO.- ¡Sangre de Dios! ¡No queréis oírme! ¡Si he imaginado nunca semejante cosa, aborrecedme! RODRIGO.- Me dijiste que sentías por él odio. 99


los utilizan para sus negocios y cuando han forrado sus vestidos, se rinden homenaje a sí mismos. Estos camaradas tienen cierta inteligencia y a semejante categoría confieso pertenecer. Porque, señor, tan verdad como sois Rodrigo, que a ser yo el moro, no quisiera ser YAGO. Al servirlo, soy yo quien me sirvo. El cielo me es testigo; no tengo al moro ni respeto ni obediencia; pero se lo aparento así para llegar a mis fines particulares. Porque cuando mis actos exteriores dejen percibir las inclinaciones nativas y la verdadera figura de mi corazón bajo sus demostraciones de deferencia, poco tiempo transcurrirá sin que lleve mi corazón sobre mi manga para darlo a picotear a las cornejas. ¡No soy lo que parezco! RODRIGO.- ¡Qué suerte sin igual tendrá el de los labios gordos si la consigue así! YAGO.- Llamad a su padre. Despertadle. Encarnizaos con el moro, envenenad su dicha, pregonad su nombre por las calles, inflamad de ira a los parientes de ella y aunque habite en un clima fértil, infectadlo de moscas. Por más que su alegría sea alegría, abrumadle, sin embargo, con tan diversas vejaciones, que pierda parte de su color. RODRIGO.- He aquí la casa de su padre. Voy a llamarle a gritos. YAGO.- Hacedlo y con el mismo acento pavoroso e igual prolongación lúgubre que cuando en medio de la noche y por descuido alguien descubre el incendio en una ciudad populosa. RODRIGO.- ¡Eh! ¡Hola! ¡Brabancio! ¡Señor Brabancio! ¡Hola! YAGO.- ¡Despertad! ¡Eh! ¡Hola! ¡Brabancio! ¡Ladrones! ¡Ladrones! ¡Mirad por vuestra casa, por vuestra hija y por vuestras talegas! ¡Ladrones! ¡Ladrones! (Entra BRABANCIO, arriba, asomándose a una ventana). BRABANCIO.- ¿Qué razón hay para que se me llame con esas vociferaciones terribles? ¿Qué sucede? RODRIGO.- Signior, ¿está dentro toda vuestra familia? YAGO.- ¿Están cerradas vuestras puertas? BRABANCIO.- ¿Por qué? ¿Con qué objeto me lo preguntáis? YAGO.- ¡Voto a Dios, señor! ¡Os han robado! Por pudor, poneos vuestro vestido. Vuestro corazón está roto. Habéis perdido la mitad del alma. En el momento en que hablo, en este instante, ahora mismo, un viejo morueco negro está topetando a vuestra oveja blanca. ¡Levantaos, levantaos! ¡Despertad al son de la campana a todos los ciudadanos que roncan; o si no, el diablo va a hacer de vos un abuelo! ¡Alzad, os digo! BRABANCIO.- ¡Cómo! ¿Habéis perdido el seso? RODRIGO.- Muy reverendo señor, ¿conocéis mi voz?

BRABANCIO.- No. ¿Quién sois? RODRIGO.- Mi nombre es Rodrigo. BRABANCIO.- Tanto peor llegado. Te he advertido que no rondes mis puertas. Me has oído decir con honrada franqueza que mi hija no es para ti; y ahora, en un acceso de locura, atiborrado de cena y de tragos que te han destemplado, vienes por maliciosa bellaquería a turbar mi reposo. RODRIGO.- Señor, señor, señor... BRABANCIO.- Pero puedes estar seguro de que mi carácter y condición tienen en sí poder para que te arrepientas de esto. RODRIGO.- Calma, buen señor. BRABANCIO.- ¿Qué vienes a contarme de robo? Estamos en Venecia. Mi casa no es una granja en pleno campo. RODRIGO.- Respetabilísimo Brabancio, vengo hacia vos con alma sencilla y pura. YAGO.- ¡Voto a Dios, señor! Sois uno de esos hombres que no servirían a Dios si el diablo se lo ordenara. Porque venimos a haceros un servicio y nos tomáis por rufianes, dejaréis que cubra a vuestra hija un caballero berberisco. Tendréis nietos que os relinchen, corceles por primos y jacas por deudos. BRABANCIO.- ¿Quién eres tú, infame pagano? YAGO.- Soy uno que viene a deciros que vuestra hija y el moro están haciendo ahora la bestia de dos espaldas. BRABANCIO.- ¡Eres un villano! YAGO.- Y vos sois... un senador. BRABANCIO.- Tú me responderás de esto. Te conozco, Rodrigo. RODRIGO.- Señor, responderé de todo lo que queráis. Pero, por favor, decidme si es con vuestro beneplácito y vuestro muy prudente consentimiento (como en parte lo juzgo) como vuestra bella hija, a las tantas de esta noche, en que las horas se deslizan inertes, sin escolta mejor ni peor que la de un pillo al servicio del público, de un gondolero, ha ido a entregarse a los abrazos groseros de un moro lascivo...; si conocéis el hecho y si lo autorizáis, entonces hemos cometido con vos un ultraje temerario e insolente; pero si no estáis informado de ello, mi educación me dice que nos habéis reprendido sin razón. No creáis que haya perdido yo el sentimiento de toda buena crianza hasta el punto de querer jugar y bromear con vuestra reverencia. Vuestra hija, os lo digo de nuevo (si no le habéis otorgado este permiso), se ha hecho culpable de una gran falta, sacrificando su deber, su belleza, su ingenio, su fortuna 10 10


11. Lea el siguiente argumento y conteste a las preguntas. “El político, o es un educador o es un corrupto de la conciencia de su pueblo. ¿Cuándo es que el hombre le abre la puerta a su propia corrupción moral? Cuando dirige todo acto de su vida hacia beneficio de sí mismo, olvidando que la vida del hombre es una vida entre, con y para los demás”.

a. ¿Son nuestros políticos educadores? ____________________________________________ __________________________________________ __________________________________________ __________________________________________ __________________________________________

12. Cuando el YO discursivo se dirige a sus nietos se dirige también a todos(as) los jóvenes, por eso es que podemos criticar su falta de claridad a la hora de ver otras clases sociales. Obviando ese craso error comente el siguiente fragmento a la luz de las preguntas: “Y descubren que la más profunda pobreza, el hambre, la

enfermedad y los vicios cada vez más asqueantes y una insondable miseria moral, conviven con la riqueza, con la opulencia más insolente y perversa. Y ven que este mundo, que por un lado es todo diversión y consumo y luces y deportes y música que reúne a grandes multitudes de jóvenes, arrastra un peso enorme de dolor, violencia y muerte. Y entonces conocen ustedes lo que es la injusticia, la anti-humanidad. Y ven que aquella aparente paz y alegría es la máscara de una humanidad que se destruye a sí misma”.

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Argumente: ¿Cuál es su responsabilidad como ciudadano de este país con los vicios que se plantean en el fragmento y el ensayo en general? ¿Qué debe hacer? ___________________________________________

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b. ¿Qué caracteriza a un verdadero educador?

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