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Planeación de la energía en la industria y servicios

EL MES PASADO HABLAMOS DE LO QUE SE ESTÁ HACIENDO EN MÉXICO EN TÉRMINOS DE SISTEMAS DE GESTIÓN DE LA ENERGÍA (SGEN) Y CÓMO LA NORMA ISO50001 JUEGA UN PAPEL MUY RELEVANTE PARA

QUE ESTOS SE DESARROLLEN DE UNA MANERA EFICAZ

Muchos sistemas de gestión usan el enfoque metodológico PDCA, basado en lo propuesto por Deming y en donde la “P” se refiere a planeación. Es el punto de partida del circulo virtuoso de la mejora continua.

Este mes quiero dedicar esta columna a poder explorar con más detalle este elemento de los sistemas de gestión, definiendo cuáles son sus principales actividades y dando algunas recomendaciones para que las empresas puedan reflexionar sobre al importancia de planear el manejo de uno de sus insumos mas importantes: la energía.

La planeación, como en cualquier práctica de negocio, parte de comprender diferentes elementos como son:

– ¿Cuál es la razón de ser de la industria o empresa en cuestión?

– ¿Cuáles son sus objetivos y metas a alcanzar?

– ¿Qué capacidades se tienen actualmente para desarrollar las actividades que permiten cumplir esa meta?

– ¿Qué nueva infraestructura se tiene que desarrollar?

– ¿Cómo se están usando los recursos de la empresa actualmente?

– ¿Qué actividades debe desarrollar la empresa para soportar las metas de la compañía?

La planeación de energía debe ser un capítulo de la planeación estratégica de la empresa, especialmente en empresas en donde este recurso represente una parte importante de los costos de la empresa o en donde su calidad sea vital para la adecuada operación del negocio. Por ejemplo: no se puede pensar en un centro de datos que continuamente tenga fallos en el suministro de electricidad .

Desde una perspectiva de ISO50001 existen cuatro pasos que deben seguirse para las actividades de planeación de la energía:

1. Cumplimiento de requerimientos de negocio y legales.

2. Revisión de la situación energética de la empresa.

3. Definición de indicadores energéticos.

4. Definición de objetivos, metas y planes de acción.

La primera actividad busca enfocar la atención de los administradores en dar cumplimiento a la normativa y a la razón de ser de la empresa. Se debe procurar revisar que la empresa dé cumplimiento en materia energética a las disposiciones aplicables a la industria, así como que exista una alineación a las propias políticas corporativas e institucionales de la empresa o institución.

En un siguiente orden de actividades está la revisión de la situación energética de la empresa. Esta es una de las más demandantes actividades en la etapa de planeación. Las habilidades de análisis del equipo responsable de esta tarea deben ser suficientes para poder identificar claramente todas las derivaciones que implica el manejo de la energía: ¿cuáles son los combustibles usados?, ¿qué equipo es el más demandante de energía?, ¿está alineado este consumo? Entraremos a mas detalle dada la relevancia de la misma.

Durante la etapa de revisión de la situación energética de una empresa se realizan diferentes actividades encaminadas a comprender en que forma consume y usa la energía la industria que se está evaluando. Es muy importante que exista un respaldo técnico en esta etapa, ya que depende de la experiencia de ingeniería de los participantes el hecho de que se pueda hacer un adecuado diagnóstico y se identifiquen áreas de oportunidad relevantes.

También en este momento de la planeación se deben de identificar los principales usuarios de energía, que son los equipos y maquinaria que tienen una fuerte participación en el consumo de energía y sobre ellos se deberán identificar oportunidades de mejora.

He reiterado en mis participaciones con artículos anteriores la importancia de la medición. La planeación de energía debe estar sustentada en la capacidad de medir lo que está pasando periódicamente y de forma reiterada comparar con la situación de origen, conocida en el lenguaje energético como “línea base”, tomando informadamente las acciones que sean necesarias.

El éxito de lo planteado en el párrafo anterior depende de tener la información disponible y definir una metodología para explicarla en términos del uso y consumo de la energía. Aquí se debe estructurar la información en unidades energéticas respecto al volumen de producción o servicios entregados por la empresa.

Los responsables de la gestión energética deben tomar decisiones de cómo obtener la información tanto pasada como actual, y con ella estructurar un sistema de indicadores que permita monitorear y evaluar constantemente el desempeño energético. Respecto al monitoreo es importante comentar que existen diferentes soluciones en el mercado que permiten recopilar información del uso y consumo de la energía en forma constante y remota, lo que facilita mucho la integración de reportes y análisis de la información.

Por último, los gestores de energía deben plantearse metas con respecto al uso eficiente de la misma, soportadas en acciones realistas de operación adecuada, mantenimiento, corrección de fallas e incluso sustitución de equipo ligado a la energía.

Teniendo claridad en las acciones viables se recomienda definir estrategias para dar prioridad al portafolio de medidas propuestas durante el diagnóstico. Deben establecerse criterios que aclaren la toma de decisiones a la dirección sobre las iniciativas a considerar en primera instancia.

Ejemplos de esos criterios son: monto de la inversión, complejidad e impacto económico de la medida, tiempo de ejecución, impacto en el negocio, entre otras.

Para finalizar me gustaría enfatizar en la necesidad de desarrollar una cultura energética en la alta dirección de las empresas, y sean ellas las que promuevan e impulsen iniciativas para administrar la energía eficientemente, con conciencia, y mejorar su estructura de costos, la calidad de sus productos y la continuidad de sus operaciones.

La energía no es un elemento técnico aislado o un mal necesario, es un recurso fundamental al cual se le debe dar un grado alto de importancia dentro de una

Columna Invitada Diana Gabriela Castro Frontana

Energía y residuos sólidos urbanos

LA “BASURA”, TAN DESPRECIADA Y SOSLAYADA EN NUESTRA SOCIEDAD

ACTUAL, REPRESENTA UNA FUENTE IMPORTANTE DE RECURSOS PARA LA GENERACIÓN DE ENERGÍA EN EL FUTURO

Los residuos sólidos urbanos, mejor conocidos por la mayoría de nosotros como “basura”, son una fuente importante de recursos que desperdiciamos debido a nuestros hábitos de consumo a veces irracional. Podemos haber hecho una correcta disposición de nuestros residuos en casa (no tirar basura, entregarlos separados al camión recolector, reusarlos y reciclarlos por nuestra cuenta o llevarlos a centros de acopio, etcétera), pero la realidad es que el problema no se acaba ahí. Los residuos representan una carga financiera enorme para los municipios que, por Ley, son los responsables de su manejo.

En México se generan diariamente casi 103 mil toneladas de RSU (no incluye a los residuos peligrosos –RP– ni a los residuos de manejo especial o RME) según el Diagnóstico Nacional para la Gestión Integral de los Residuos 2012 publicado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). Tan sólo en el Distrito Federal producimos 12 mil 500 toneladas diarias de RSU.

La tendencia mundial para atacar de raíz los problemas que genera la mala disposición de los residuos sigue la siguiente jerarquía: no generación (es decir, se debe buscar como no generar residuos); minimización, reuso, reciclaje, tratamiento, aprovechamiento energético y como última opción la disposición final en vertederos controlados.

Me referiré en esta ocasión en particular al aprovechamiento energético de los residuos, conocido también como “Waste to Energy” (WTE, por sus siglas en inglés). El WTE puede entenderse como un proceso de incineración en el cual los residuos son convertidos en energía térmica para mover turbinas para la generación de electricidad o calor.

Suecia es una de los líderes mundiales en generación de energía a partir de la basura. En este país se aprovechan prácticamente todos los residuos para la producción de energía (sólo 2% de los mismos llega a disposición final en un vertedero). Es tal el grado de aprovechamiento y segregación de los residuos, que Suecia recibe residuos de otros países, normalmente de Noruega, para mantener funcionando su infraestructura.

Recientemente en México, la Semarnat ha puesto como una de sus prioridades el manejo integral de los RSU, dada la realidad tan espantosa que enfrentamos: proliferación de tiraderos clandestinos, falta de infraestructura para el manejo integral, poca cultura y educación ambiental, poca o nula planeación en los municipios, etcétera; y ha puesto como objetivo fomentar el aprovechamiento energético de los RSU.

Diana Gabriela

Es dgabyfrontana@yahoo.com

Ambiental con Maestría en Ingeniería Ambiental e Infraestructura Sustentable por el Royal Institute of Technology (KTH-Suecia). Actualmente imparte clases en el Instituto Politécnico Nacional (IPN). Le gusta viajar, leer sobre ciencia y tecnología, bailar, pasar el tiempo con su familia y aprender cosas nuevas (no necesariamente en ese orden). En su “otra vida” le hubiese gustado ser gimnasta olímpica.

Sin embargo, me preocupa se quiera apoyar con todo esta opción sin antes realizar estudios de prefactibilidad de conversión de residuos en energía. Es decir, es necesario llevar a cabo estudios a nivel gran visión de las localidades o municipios en los cuales es factible aprovechar los residuos para su conversión energética Técnicamente, aquellos sitios en donde se asegure una recolección de al menos 100 toneladas diarias son potencialmente factibles. De lo contrario el proyecto tendrá costos de inversión y operación muy elevados con poca entrada de “materia prima”.

Es cierto que en México necesitamos resolver cuestiones prioritarias en materia de residuos que permitan preservar la salud y el ambiente. Acciones tales como la desaparición de tiraderos a cielo abierto y su regularización a sitios controlados son urgentes antes de pensar en los residuos como fuente de energía. Sin embargo, a la par que se atienden estos problemas prioritarios, no debemos dejar a un lado la tendencia mundial del WTE como lo desea impulsar la Semarnat. Pero deberíamos planearlo y hacerlo bien para evitar el desperdicio de recursos que en muchas ocasiones se traducen en infraestructura que termina como “elefante blanco”.

Podemos comenzar a hacer mucho al respecto. Por ejemplo, no existen estudios del potencial de generación de energía a partir de los residuos sólidos urbanos en México. De hecho, uno de los problemas a los que nos enfrentamos aquellos que realizamos investigación o desarrollo tecnológico en el tema, es la falta de información a nivel local (municipal) acerca de datos tan vitales como la generación de residuos. Conocer la generación y composición de los residuos en una localidad es el cimiento para el diseño de cualquier proyecto o programa de manejo integral de los mismos, desde un “simple” programa de separación hasta la instalación de una planta de aprovechamiento de biogás. Un estudio de este tipo es relativamente fácil de hacer: conociendo la población de una localidad y su generación per cápita se puede estimar aquellos sitios en donde la generación diaria excede las 100 toneladas diarias. El resto involucraría hacer consideraciones de otra índole.

El aprovechamiento energético de los residuos es definitivamente una opción para México pero sólo en ciertas ciudades y para ello es necesario realizar los estudios de gran visión y pre-inversión correspondientes. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) otorga apoyos económicos para estudios de preinversión de este tipo.

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