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Junio: “Adoración por medio de la música’’
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JUNIO
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Texto Clave: Salmos 150: 1, 5-6
Introducción
Crecí en un hogar cristiano, donde temprano en las mañanas, nuestros padres nos levantaban antes de iniciar las labores del día para el culto matutino, y nuestra madre, lo hacía de una forma peculiar, iba a nuestra cama cantando una melodía mañanera, te pasaba sus manos calientitas, cantando suavemente la melodía “Por la mañana yo dirijo mi alabanza” o “Por la mañana oh Señor” y esto indicaba que era la hora del culto. En esos cultos, solíamos cantar, y cantar, y solo de recordar esos momentos de niñez, mi corazón se enternece. Como familia fuimos altamente bendecidos, todos cantamos a voces, tanto así que si mami en el baño iniciaba una canción, mi hermano Abraham en la sala continuaba haciendo un dúo o Esther estando en la habitación se unía como trío, y así todos juntos terminábamos en un cuarteto o hasta quinteto, cada quien cantando su voz, o en una sana competencia, tratando de cantar una voz diferente a la que se escuchaba. Esa forma de alabar en mi hogar desarrolló mi amor por la música, de una forma tal que no puedo estar sin cantar, tararear o escuchar una melodía.
AMO CANTAR, y hoy en día agradezco a mis padres por fomentar en nosotros un estilo de música que solo alabe y glorifique el nombre de nuestro Dios.
Pero a mi viene una gran pregunta:
• ¿Qué es la música? • ¿Porqué el Señor creó este instrumento de adoración hacia él?.
1. ¿QUÉ ES LA MÚSICA?
Se conoce como música a la combinación ordenada de ritmo, melodía y armonía que resulta agradable a los oídos. Por su carácter inmaterial, la música se considera un arte temporal o del tiempo, al igual que la literatura.
Pero nosotros creemos que la música se originó en Dios como un lenguaje capaz de expresar ideas, sentimientos y emociones. Es un agente de conexión entre el cielo y la tierra.
La primera referencia en la Biblia sobre el primer músico la encontramos en Génesis 4:21
“Y el nombre de su hermano fue Jubal, el cual fue padre de todos los que tocan arpa y flauta”
Este texto solo nos da un posible origen humano, pero hay otro texto que nos dice que la música es anterior a los humanos. Esto lo podemos encontrar en Ezequiel 28:12-13: “Hijo de Adán, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: Tú eras el sello de la Perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura. “En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación”
Hay que fijarse en el versículo 13 “En Edén, en el huerto de Dios estuviste”, esto nos da una pista de la antigüedad, que desde el principio de la creación del mundo ya existía la música, pero donde se ve más claro dentro de este versículo, es en la porción que dice: “los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación”.
La palabra preparado nos hace entender que ya había un trabajo previo o ensayo, para el festejo de su nacimiento, indicando que la música se utilizaba mucho antes de la creación de este mundo.
En la Biblia ciertamente la música es percibida como un regalo recibido de Dios que debe ser devuelto a Él con admiración. Debe ser una ofrenda placentera para Dios.
Desde los tiempos de Israel la música siempre los acompañó en sus múltiples lugares, y era de suma importancia esa adoración hacia Dios.
David es el personaje bíblico que se asocia con la música, más que cualquier otro. Él era un músico hábil, cantante y compositor. Después de ser ungido rey el
Señor estaba con él de una manera significativa (1 Sam. 16:13).
La música de David era una manifestación del Espíritu de Dios, y los que lo rodeaban eran consciente de ello.
La primera vez que David entro al palacio real, no fue como rey, sino como un músico de renombre. La música de David era un alivio para el Rey Saúl, curando de manera temporal la depresión y la ansiedad causada, por el mal espíritu que le atormentaba.
David escribió muchas canciones de alabanza, arrepentimiento, agradecimiento y dedicación al Señor. Él animó a sus oyentes a “cantar un cantico nuevo” al Señor. Creía que hay que alabar y dar gracias a Dios por experiencia propia y no simplemente cantar a Dios como herencia de nuestros antepasados. La música de David conmovió a una nación, y mientras guiaba a su pueblo en el culto, David ayudó a evitar la idolatría.
David sabía esto, y también reconocía que un canto que levanta el nombre de Jesús tiene mucho poder, cuando cantamos de todo corazón al Señor, esto trae liberación y sanidad espiritual a nuestras vidas.
Continuamos en respuesta de nuestra siguiente interrogante.
2. ¿PORQUÉ EL SEÑOR CREÓ ESTE INSTRUMENTO DE ADORACIÓN HACIA ÉL?
En la música hay un propósito divino. Dios creó la música para alabanza y gloria de sí mismo. Ese es el propósito y razón primordial de ser de la música.
Inicialmente, Dios puso la música, en manos solamente de los seres celestiales. En el principio de los principios, antes que existiese la humanidad, la tierra y el universo, los ángeles alababan a Dios en las alturas y él se gozaba en esa alabanza; porque obviamente, ha siempre digno de ella.
“Alabad a Jehová desde los cielos; alabadle en las alturas. Alabadle, vosotros todos sus ángeles; alabadle, vosotros todos sus ejércitos” Salmos 148: 1-2
Creo que desde que Dios creó sus ejércitos celestiales, además de haberles dado hermosa voz, puso también en sus manos la forma de alabarle con música e instrumentos musicales. En distintos pasajes de las Escrituras se menciona, tanto el canto, como los instrumentos musicales utilizados en las alturas para adorar a Dios. Incluso hasta el final de los tiempos, vemos que las criaturas celestes seguirán adorando y rindiendo homenaje al Rey de reyes y Señor de señores, y esto por medio de la música.
“Y oí una voz del cielo como estruendo de muchas aguas, y como sonido de un gran trueno; y la voz que oí era como de arpista que tocaban sus arpas. Y cantaban un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos; y nadie podía aprender el cántico sino aquello ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los de la tierra” (Apocalipsis 14:2-3).
Desde muchísimo tiempo atrás, ese propósito de alabar y adorar a Dios fue cumplido en el cielo y aún se sigue cumpliendo en las alturas. Y la música ha sido, es y será eternamente para tal fin.
Hasta aquí estamos claro que la música se hizo exclusivamente para alabar y glorificar el nombre de nuestro Dios.
Pero el enemigo de las almas sabe que la música es un instrumento muy poderoso y muy especial para entorpecer nuestra mente, nuestro carácter y también con el uso que le demos desobedecer a nuestro Dios.
Querido hermano, el señor nos dio una mente limpia como un lugar donde siempre él puede interactuar con nosotros, pero cuando satanás se dio cuenta de esto, quiere destruir nuestra mente para detener nuestra interacción con Dios. Una de las formas que el enemigo utiliza esto es a través de la música.
Antes de su caída “Satanás había dirigido el coro celestial. Había dado la nota; luego toda la hueste Angélica se había unido a él, y entonces en todo el cielo habían resonado acordes gloriosos en honor de Dios y de su amado hijo. (Historia de la Redención. P.25)
Desde su expulsión Satanás ha pervertido con frecuencia la música y la ha transformado en instrumento seductor de la tentación. “Pero, debidamente empleada es un precioso don de Dios, destinado a elevar los pensamientos hacia temas más nobles y a inspirar y levantar el alma. (La Educación P. 167).
Por eso debemos tener sumo cuidado de la música que vamos a escuchar, ¿porqué?
• Porque la música que no alaba a Dios ahuyenta la presencia del Espíritu Santo de nosotros.
• Abre una puerta para que el enemigo entre a nuestras vidas.
• Porque la música que no alaba Dios te da inseguridad y pensamientos negativos.
• Porque la música que no alaba a Dios quita tu fe y la paz que solo Dios puede darte.
• La música que no alaba Dios te hará olvidar todo acerca de la palabra escrita.
Por eso debemos tener sumo cuidado con la música que escuchamos porque el enemigo sabe esto y lo utiliza de manera que nosotros no lo imaginamos.
3. RECIBIMOS BENDICIÓN A TRAVÉS DE LA MÚSICA
Segunda de Crónicas 20 nos cuenta una historia extraordinaria de una batalla que se ganó por medio de la adoración a Dios con música y canto. Este incidente ocurrió después de que tres naciones paganas habían formado una alianza para que sus Fuerzas Armadas marcharan contra el pequeño reino de judá. Con su número de soldados tan elevado parecía que no podrían perder la batalla. Cuando el pueblo de Dios oyó que se acercaban, clamaron a Dios por ayuda. Pero en vez de guiarlos en alguna estrategia militar, Dios les dijo que mandaran músicos quienes marcharían frente a las fuerzas armadas cantando: “Glorificad a Jehová, porque su misericordia es para siempre.” Cuando empezaron a cantar, Dios hizo qué se confundieran los enemigos. Se volvieron unos contra otros, peleándose y matándose. El pueblo de Dios entró después solo para recoger el botín. Después regresaron a la ciudad tocando arpas y trompetas, dándole gloria a Dios porque les había dado la victoria. Quizá no estemos librando una batalla actualmente, pero Efesios 6 nos recuerda que nuestros enemigos de hoy no son de carne ni sangre, sino de huéstes y potestades de las tinieblas. Pero así como el enemigo físico fue conquistado a través del canto hace tantos siglos, el enemigo espiritual se puede conquistar hoy.
La Biblia nos revela el poder de la alabanza. Cuando Pablo y silas fueron encarcelados por causa del Evangelio (Hechos 16), se regocijaron en el Señor. Aunque habían sido flagelados severamente, puestos sus pies cepo (Trampas para animales), oraron y cantaron alabanzas a Dios. De repente, se produjo un terremoto violento y sus cadenas se cayeron. ¡Dios los había liberado!
Entonces pasó algo más. El carcelero, lleno de miedo, se iba a suicidar, pero Pablo impidió asegurándole que nadie se había escapado. “Señores”, gritó el carcelero “¿qué debo hacer para ser salvo?”
Esta era la oportunidad que buscaban Pablo y Silas. Ellos le dijeron al hombre que serían salvos él y su casa y con sólo creer en Jesucristo. El y su familia creyeron y fueron bautizados inmediatamente. Pablo y Silas pudieron regocijarse en una victoria doble.
Aún hoy en día muchas personas son conducidas a Cristo por medio de la música.
Un guerrillero de Sudamérica encontró a Cristo después de entrar en una pequeña Iglesia donde se oía cantar. Otros han sido atraídos a servicios en la Iglesia por medio de la música, en algunos casos la música no era tan sobresaliente, pero el Espíritu Santo la usó para atraer a hombres y mujeres a él.
Nosotros obtenemos beneficios por medio de la música, cuando cantando recibimos la seguridad de que el señor está cerca. Cuando por medio de un canto recibimos nueva esperanza, animo, y comprendemos cuán grande y fuerte es Dios. Cuando usted se sienta triste o solo cante un cántico de adoración. Cuando sienta temor, ¡cántale al señor! Usted se sorprenderá de cuán rápidamente él llenará de gozo su corazón. Quizá usted pueda pedirle a alguien que cante con usted: un amigo o quizá toda una congregación. El cantar nos une en gozo y amor; y todos sabemos que la unión hace la fuerza.
Pero aún más importante que los beneficios que recibimos, es el privilegio de adorar al señor mismo. Le alabamos no solamente por lo que la alabanza significa para nosotros, sino porque él es digno de nuestra alabanza. Podemos entrar por sus puertas con acción de gracia y por sus atrios con alabanza, porque Dios es bueno y su amor es eterno. (Salmo 100).
Creemos que el Evangelio afecta a todos los aspectos de la vida. Por eso sostenemos que, dado el vasto potencial de la música para el bien o para el mal, no podemos ser indiferentes ante ella. Aunque percibimos que los gustos en música varían en gran manera de un individuo a otro, creemos que la Biblia y los escritos de Elena G. de White sugieren principios que pueden moldear nuestras elecciones.
La música con la que se deleite el Cristiano debe ser dirigida por los siguientes principios:
1. Toda la música que el
Cristiano escuche interprete o componga debe glorificar a
Dios.”Si pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” (1
Cor. 10:31). Este es el principio bíblico fundamental. Cualquier cosa que no pueda satisfacer esta norma elevada debilitará nuestra experiencia con el señor.
2. Toda la música que el
Cristiano escuche intérprete o componga, debe ser lo más noble y lo mejor. “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre, si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad” (Fil. 4:8). Como seguidores de
Jesucristo que esperamos y anhelamos unirnos a los coros celestiales, consideramos la vida en esta tierra como una preparación para, y un anticipo de, la vida por venir.
3. La música que cantamos debe expresar nuestro encuentro personal con Cristo, nuestras alabanzas deben ser como una oración para mantenernos en contacto con el señor. No sigamos tendencias que abran la mente hacia pensamientos impuros que llevan a comportamientos pecaminosos o que destruyan el aprecio por lo que es Santo y puro. La música secular o aquella que sea de naturaleza dudosa o cuestionable nunca debería salir de nuestros labios.
4. Que la música que escuchemos glorifique a Dios, que el que escuche lo que estamos cantando sea atraído a Dios, que el Espíritu Santo a través de las melodías que entonamos pueda llenar nuestros corazones.
5. No podemos olvidar que “La música es de origen divino. Hay gran poder en ella. Fue la música de la hueste angelical la que emocionó el corazón de los pastores en las llanuras de Belén y alcanzó el mundo entero. Es mediante la música
como nuestras alabanzas se elevan a Aquel que es la personificación de la pureza y la armonía. Es con música y con cantos de victoria como los redimidos entrarán finalmente en la recompensa eterna”. (Mensajes selectos, t 3, p. 382).
Que el Señor nos ayude a adorarle con un corazón agradecido, y en adoración solo a él.