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Tierra Media

Iván Parro Fernández, España

En la Tierra Media

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el mal hoy acecha, siempre tan macabro, siempre tan oscuro, siempre tan cruel, siempre tan inhumano. Orcos que matan sin ninguna distinción; enanos que valientes luchan por una fuerte convicción. Y un dragón furioso el poderoso Smaug destruye sin piedad Valle inundando de muerte llenándola de sangre, inundándola de muerte y de destrucción constantes. Un hobbit llamado Bilbo se encuentra un poderoso anillo que perdió la criatura Gollum en su vida entre cavernas, maltratado por el poder de lo oscuro, señalado por un maldito tesoro, su tesoro. Y así se desarrolla sin pausa toda esta épica historia legendaria y grandiosa como pocas, especial y eterna como ninguna que nos llevará a todos juntos hacia el Monte del Destino donde el poder del mal se disuelve como la arena en una tormenta, como el humo de una pipa. que lanza su lamento al cielo. Aragorn es proclamado rey, protector de aquellas peculiares tierras que comenzaron una nueva era llenas de ilusión y de buenas nuevas. El Maestro Tolkien creó este gran mundo habitado por nuevas y extrañas bestias, un inolvidable lugar de auténtica leyenda donde enanos, elfos y hombres lucharon por la libertad de sus tierras. Un espléndido legado nos dejó a nosotros el que llaman señor de la Tierra Media

Valinor y Tol Eressea: de las Tierras

Imperecederas a La Isla de la Juventud Céltica Noelia Ramos Soria, España

Resumen

El mundo de El Señor de los Anillos de J.R.R. Tolkien ha sido objeto de estudio de numerosas comparaciones que han contribuido a establecer una relación con aquellos aspectos mitológicos y culturales, que han podido influir en la creación de la obra. Si bien la mitología nórdica ha sido aceptada incluso por el propio Tolkien como una de las principales referencias en la creación de su mundo, la funcionalidad y simbología de aquellos aspectos culturales y mitológicos que abrazan la cultura celta han sido desdeñados y han creado controversia.

El objetivo de este estudio es analizar aquellos elementos que componen El Señor de los Anillos que estén estrechamente relacionados con el “otro mundo” celta y su conexión con la tierra élfica de Valinor y el más allá irlandés Tír na nÓg y el galés Avalon. La metodología utilizada es el método empírico científico a través del estudio de los filmes dirigidos por Peter Jackson y los libros escritos por J.R.R. Tolkien. Es evidente, por tanto, que a pesar de la aversión de Tolkien por lo celta, y la incertidumbre por el concepto de “más allá” hay varios aspectos que, inconsciente o involuntariamente han sido creados y modelados como una posible explicación al más allá.

Varias concepciones sobre la idea del ‘paraíso’ han sido moldeadas a lo largo de nuestra historia. Desde los inicios del cristianismo con la idea del ‘cielo’ e ‘infierno’ hasta otras culturas paganas como es el caso de la Céltica con su ‘más allá’ (‘otherworld’, en inglés) que todavía predominan de una forma u otra en nuestra cultura occidental. Es obvio que el aspecto de la religión ha influenciado de una forma notoria el mundo de la literatura, siendo el género de fantasía uno de estos, mediante la construcción de lugares sagrados como encontramos en la obra de J. R. R. Tolkien El Señor de los Anillos (1954-55) y el propio El Silmarillion (1977). Pese a las propias convicciones mostradas en su famosa carta nº 19 a Stanley Unwin en 1937 y el célebre “¡Por supuesto que no es Celta!”, algunos expertos en el mundo de Tolkien han estudiado las semejanzas que mantienen la tierra de Valinor en yuxtaposición con el más allá irlandés Tír na nÓg, así como Tol Eressëa con Avalon. Amendt-Raduege, en The Sweet and the Bitter: Death and Dying in The Lord of the Rings (2017), remarca los efectos de la muerte en la obra de Tolkien, así como la importancia del heroísmo y el sacrificio como las dos vertientes que otorgan a algunos mortales, como el hobbit Frodo Bolsón, un pasaje hacía el más allá.

Como bien se ha mencionado, si bien Tolkien no acabó dejando unas evidencias claras sobre qué hay más allá de la propia muerte, en los propios libros y en especial, en El Retorno del Rey (1955) en el capítulo 9 sí que puede mostrarnos un poco más esa experiencia hacia las Tierras Imperecederas, donde el lector puede leer entre líneas la percepción de Frodo en un nivel más espiritual y metafísico una vez que se dirige hacia Valinor:

Y la nave se internó en la Alta Mar rumbo al Oeste, hasta que por fin en una noche de lluvia Frodo sintió en el aire una fragancia y oyó cantos que llegaban sobre las aguas; y le pareció que, como en el sueño que había tenido en la casa de Tom Bombadil, la cortina de lluvia gris se transformaba en plata y cristal, y que el velo se abría y ante él aparecían unas playas blancas, y más allá un país lejano y verde a la luz de un rápido amanecer. (Tolkien, 1955, p.176).

Frodo parte hacia Valinor ya que, al igual que su tío Bilbo, le ha sido otorgado un permiso por su papel en la salvación de la Tierra Media, consecuencia directa de la destrucción del Anillo Único. En este fragmento, se hace hincapié a las palabras “tipo de paraíso”, “cortina gris” y “césped plateado”, las cuales muestran un simbolismo metafórico hacia esa transición de la vida a la muerte. El Retorno del Rey no sólo muestra esa sensación en el personaje de Frodo Bolsón, sino que esta misma percepción permea en la película dirigida por Peter Jackson en 2003, donde Gandalf mantiene una conversación con Merry sobre el mismo asunto:

Pippin: Nunca pensé en este final.

Gandalf: ¿Final? No, el viaje no concluye aquí. La muerte es solo otro sendero, que recorreremos todos. El velo gris de este mundo se levanta y todo se convierte en plateado cristal. Es entonces cuando se ve.

Pippin: ¿Qué, Gandalf? ¿Qué se ve?

Gandalf: La orilla blanca. Y más allá, la inmensa campiña verde, tendida ante un fugaz amanecer.

Pippin: Bueno, eso no está mal.

Gandalf: No, no desde luego.

(Jackson, 2003 02:40:00)

Uno de los aspectos para tener en cuenta en este estudio es el poema The Nameless Land (1927), seguido de Imran (1955), dos poemas de carácter privado donde Tolkien expuso su más profunda concepción sobre cómo veía él el más allá. Tolkien ya estaba pensando diferentes paralelismos respecto al más allá Celta cuando publicó The Nameless Land en 1927, manteniendo estos bastantes paralelismos con el más allá irlandés:

There draws no dusk of evening near, Where voices move in veiléd choir.

On shrill in sudden singing clear.

(Tolkien, 1987, p.128)

[No se acerca el crepúsculo de la tarde, Donde las voces se mueven en coro velado. En estridente en repentino canto claro.]

(Tolkien. 1987, p.128)

Como bien puede apreciarse las palabras clave ‘coro velado’ así como ‘voces’ hacen alusión a los cánticos de los elfos alrededor del territorio. Cuando la Compañía del Anillo entra en Lothlórien, los hobbits oyen una melodía que viene de los árboles y el viento, algo que se repetirá en el momento de su partida, siendo Galadriel quien los asiste en un barco en forma de cisne en esa transición de lo que Tolkien denomina como ‘mundo secundario’ al primario. En este caso, la palabra ‘coro velado’ puede interpretarse también como una ida y regreso del más allá celta. Más tarde, Tolkien publicaría el poema

Imram, una versión mucho más cuidada que su predecesor, The Nameless Land, e incluso con una alusión todavía más directa hacia la cultura céltica irlandesa.

El poema Imram fue publicado en 1955 siendo este una pieza privada de Tolkien parte de Notion Club Papers y que su hijo, Christopher Tolkien, rescataría e incluiría en el libro The Lost Road (1987). En esta publicación, Christopher indicaría su naturaleza céltica e influencia respecto al Tír na nÓg. Imram expresa una idea muy importante a lo largo del trabajo de Tolkien que concierne sobre una tierra inmortal en el Oeste. En la literatura irlandesa hay una gran tradición de historias sobre Imrama, sobre viajes en el mar. La historia de San Brandán es la más conocida. Durante la travesía, este monje dice haber visto tres cosas: una nube, un árbol y una estrella. En la versión de Tolkien, bautiza esa estrella como Earendil. La idea de un paraíso en el Oeste es muy antigua, idea que el profesor reinterpretó bajo la imagen de una tierra inmortal que no puede ser visitada por cualquier mortal, sino que únicamente puede ser hallada mediante una ‘muerte’ metafórica, como en el caso de los elfos, o como recompensa. Es en Irlanda donde encontramos una tradición considerablemente antigua donde muchas historias narradas son sobre mortales viajando hacia el Oeste.

Cuando pensamos en Tolkien nos vienen a la cabeza varias posibles influencias, como la nórdica y la finlandesa. No obstante, el autor de El Señor de los Anillos también dedicó a su obra un pedacito del mito artúrico, claramente visible en ciertos personajes como Aragorn o Gandalf. No obstante, parte de esta hipótesis también encuentra su respuesta en la isla de Avalon (o Awallawn, según los celtas de Gales), uno de los múltiples “más allá” presentes en el pensamiento mitológico de los celtas. Si uno quiere llegar hasta Avalon únicamente puede hacerlo mediante un viaje en alta mar. Si bien Tolkien jamás especificó esta posible influencia a la hora de dar forma a Valinor, la carta 131 marca lo contrario, ya que especifica la voluntad de incluir algunos aspectos del ciclo en su imaginario. El nombre de Avallone significa ‘Isla Solitaria’, y coincide totalmente con la galesa Avalon, lugar donde va el rey Arturo a curar las heridas recibidas durante la batalla de Camlann. En una de sus cartas, Tolkien destaca la intención de otorgar a Frodo Bolsón un final artúrico, siendo este el privilegio de viajar hasta Aman para curar sus heridas causadas por el Rey Brujo de Angmar, además de todo el daño psicológico que el Anillo causó en él. En la leyenda artúrica, el rey Arturo es llevado en una barca junto a una bella doncella hacia el oeste. En este caso, Frodo es también llevado hacia el Oeste, siendo Galadriel esa bella dama que lo acompaña a lo largo de la travesía.

Podría decirse que el final de El Retorno del Rey es muy similar al de la leyenda artúrica, haciendo un énfasis en la sensación que tiene Arturo con el aire o brisa que le pasa por el cuerpo y como Bedivere permanece inmóvil, evocando muchos recuerdos, hasta que ve cómo la barca en que viaja el rey se convierte en un punto negro en el horizonte, perdiéndola de vista y quedándose con la única compañía del sonido del mar. En el caso de El Señor de los Anillos, la sensación de Sam al final de la historia es muy similar a la de Bedivere:

Pero para Sam la penumbra del atardecer se transformó en oscuridad, mientras seguía allí en el Puerto; y al mirar el agua gris vio sólo una sombra que pronto desapareció en el oeste. Hasta entrada la noche se quedó allí, de pie, sin oír nada más que el suspiro y el murmullo de las olas sobre las playas de la Tierra Media, y aquel sonido le traspasó el corazón. (Tolkien, 1955, p. 356)

Conclusión

El Señor de los Anillos ha sido catalogada por muchos estudiosos como una obra llena de influencias nórdicas y finlandesas. Considerar el folclore y la mitología celta irlandesa y galesa en la obra de Tolkien es un motivo de análisis, así como el concepto de “muerte” y “vida después de la muerte” es uno de los enigmas que el profesor dejó como parte de su Tierra Media. Tolkien fue uno de los muchos contemporáneos que incluyó la idea de ‘fe’ o ‘religión’ en sus escritos, donde creó diferentes lugares sagrados, como Lothlórien, Valinor o Rivendel. Tal como se ha dicho, la idea del paraíso en Occidente es muy antigua y Tolkien se basó en una tierra donde no existe la muerte y habitada por razas inmortales, que podía ser visitada por algunos mortales a modo de recompensa.

En cuanto a la entrada en el Tír na nÓg celta irlandés, este otro mundo sólo puede ser accesible para los verdaderos héroes y quienes demuestran verdadera valentía y nobleza con sus acciones. La importancia del heroísmo, el sacrificio, el poder, la esperanza y la memoria en El Señor de los Anillos son aspectos clave en el tema de la muerte y cruciales para ser aceptados o adecuados para el viaje final a las Tierras Imperecederas. La partida de Frodo es un claro ejemplo de sacrificio y heroísmo en mano, ya que siente que sus heridas nunca se curarán debido a la herida de los Nazgûl y a los efectos de la carga del Anillo Único. Y, lo más importante, lo que Frodo percibe durante su viaje hacia Valinor con las palabras “cortina de lluvia gris y “hierba plateada” enfatiza esta transición metafórica después de la muerte y alude a un lugar que se asemeja mucho al Tír na nÓg. Como se ha visto, Tolkien ya pensaba en diferentes paralelismos relativos a Valinor y el más allá celta irlandés cuando escribió el poema La tierra sin nombre en 1927, sobre una isla de ultramar representada como un paraíso, y el primer esbozo de lo que más tarde sería su poema póstumo más célebre, Imram (1955). Imram no era una innovación de Tolkien, sino una representación del paraíso celta irlandés de ultratumba que narra el viaje de San Brandán, que navegó hacia una maravillosa tierra justo en el Oeste. Un poema del cual, en El camino perdido, su hijo Christopher confirmó su origen céltico.

Al principio del análisis, se ha expuesto la dificultad de descifrar el concepto de más allá para los estudiosos por la falta de evidencias escritas por parte del profesor. Tolkien aportó poca información y la que proporcionó fue en su carta 131, donde expresaba la intención de incluir algunos aspectos artúricos en su concepción de la Tierra Media, entre los que se incluye Avalon. Respecto a este asunto, esta isla mitológica, procedente del mito artúrico, sólo es accesible mediante un viaje por mar. A su vez, Avalon es el lugar al que acude el Arturo para curarse de las heridas recibidas en batalla, como en el caso de Frodo en Valinor, mostrando un final bastante similar, destacando el sonido de las olas de las orillas, la soledad y la oscuridad una vez que el rey y el portador del Anillo Único han partido.

Bibliografía

New Line Home Entertaintment . (2003). El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey [DVD]. Nueva Zelanda y Estados Unidos.

Tolkien, J. R. R. (2002). El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey. Minotauro.

Tolkien, J.R.R., Tolkien, C. (2010). The Lost Road and other writings. HarperCollins.

Tolkien, J. R. R., Carpenter, H., & Tolkien, C. (2012). The letters of J.R.R. Tolkien. HarperCollinsPublishers.

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