Perseverancia

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MES DE MAYO 2013 VALOR: PERSEVERANCIA

No es jinete el que no cae Para dominar una habilidad se requiere la experiencia, que incluye superar problemas y contratiempos. Actividad inicial ¿Piensas que todo puede conseguirse rápidamente y con facilidad? Te presentamos a don Venancio y su fantasma que no descansó hasta lograr su proyecto.

EL ALMA DE FRAY VENANCIO Venancio y Antolín eran dos frailes de Lima, Perú. Vivían en la misma casa. Venancio tenía una gran preocupación: las otras agrupaciones religiosas adornaban sus conventos con pinturas en las que retrataba la vida de su fundador. Ellos eran la excepción, pues no habían decorado sus instalaciones con las escenas de la vida de Pedro Nolasco. Cuando comentó al padre Antolín éste le dijo que parecía muy difícil, pues un buen pintor cobraría mucho para realizar el retrato. Venancio no se descorazonó y le dijo que con constancia todo se puede. Nunca volvieron a hablar del asunto. Venancio comenzó a ahorrar lo que le sobraba de su pensión y se lo daba a guardar a Marcos Guruceta, comerciante del portal de Botoneros. A lo largo de mucho tiempo, logró depositar seis mil monedas; sin embargo, una noche tuvo un cólico y murió sin contar su secreto. Don Marcos, el tendero, se sorprendió al ver que pasaban los meses y nadie le reclamaba el dinero, por lo que llegó a considerarlo propio. Habían trascurrido varios años cuando, una noche Antolín se despertó al sentir que una mano helada le tacaba la cara. Con la poca luz que había alcanzó a ver a Venancio sentado a la orilla de su cama. “No te asustes- le dijo el fantasma -, he venido a hacerte un encargo. Ve a la tienda de don Marcos y pídele las seis mil monedas que le di a guardar. Servirán para hacer la pintura de Pedro Nolasco”. Antolín fue al negocio de don Marcos, pero éste se negó a devolverle el dinero. Regresó triste al convento y a la entrada volvió a encontrarse con el fantasma de Venancio, quien le dijo: “Dile a Marcos que si note da la cantidad, yo iré a pedírsela”. Antolín lo obedeció. El tendero, asustado, le entregó el dinero. ¡Pero todavía faltaban cuatro mil duros! Antolín hizo lo posible por conseguirlos y con esfuerzo los juntó. Un año después en el Templo de la Merced se estrenaron las pinturas que perduran hasta la fecha. -

Adaptación del relato de Ricardo Palma -


REFLEXIONA + ¿Crees, como fray Venancio, que con constancia todo se puede? + ¿Cómo calificas la actitud inicial de don Marcos? + ¿Los acontecimientos relatados ocurrieron en poco tiempo o en muchos años? + ¿De qué forma conocemos la constancia de fray Antolín? + ¿Completarías la tarea que dejó pendiente otra persona? ACTIVIDAD PROPUESTA Seleccionen una misión necesaria para mejor la escuela. Por ejemplo, recoger los papeles durante el recreo u ordenar la biblioteca del aula. Extiendan la actividad todo el ciclo escolar y lleve un registro de sus avances.

LO QUE APRENDÍ Un esfuerzo aislado no rinde frutos. Hay que esforzarse de manera continua para obtener logros.

DEFINICIÓN: Se conoce como perseverancia a aquel valor que disponen algunos seres humanos en su actuar y que implica la constancia, la firmeza y la tesón en la consecución de algo, ya sea una meta propuesta, como ser la de graduarse en la carrera de estudios que haya escogido, formar una familia o en el logro de algún trabajo que quiere conseguir. Es decir, la perseverancia es aquello que uno se propone alcanzar y por el cual empleará los medios, las estrategias que sean necesarias para llegar a tal o cual fin. La perseverancia debe ser para cualquiera un valor fundamental, que si no se lo ostenta de nacimiento o por adopción, será necesario que se lo practique, porque seguramente de el dependerá no solamente el logro o no de nuestros objetivos en la vida, sino también el que seamos personas destinadas al éxito o por el contrario, al fracaso. Un consejo para lograr una acertada perseverancia será el de tener bien a tiro la virtud de la fortaleza, ya que solo con esta la obtendremos o estaremos cerca de hacerlo.


FRASES SOBRE LA PERSEVERANCIA El valor, la buena conducta y la perseverancia conquistan todas las cosas y obstáculos que quieran destruirlas y se interpongan en su camino. Ralph Waldo Emerson Siempre he creido que no importa cuantos disparos falle... Acertaré en el siguiente. Jonathan Swift Los grandes trabajos no son hechos por la fuerza, sino por la perseverancia. Ben Jonson Con todas las fuerzas en contra, perseverar. Jamás doblegarse. Mostrarse fuerte atrae el auxilio de los dioses. Johann Wolfgang Von Goethe La energía y la perseverancia conquistan todas las cosas. Benjamin Franklin La perseverancia es un gran elemento del éxito, si tocas el tiempo suficiente con la fuerza necesaria la puerta, estarás seguro de despertar a alguien. Henry Wadsworth Longfellow La vida no es fácil para ninguno de nosotros. ¿Pero qué hay con eso? Tenemos que tener perseverancia y, sobre todo, confianza en nosotros mismos. Marie Curie Para tener éxito, debes tener una enorme perseverancia, una enorme voluntad. "Voy a beber el océano", dice el alma perseverante. Swami Vivekananda Nos gusta llamar testarudez a la perseverancia ajena pero le reservamos el nombre de perseverancia a nuestra testarudez. Jean baptiste alphonse Karr Los pensamientos son cosas, cosas muy poderosas cuando se combinan con la exactitud del propósito, la perseverancia y un imperioso deseo de convertirlas en riqueza, o en otros objetos materiales. Napoleón Hill


Si se siembra la semilla con fe y se cuida con perseverancia, sólo será cuestión de tiempo recoger sus frutos. Thomas Carlyle Estoy convencido que la mitad de lo que separa a los emprendedores con éxito y los que no tienen éxito es la pura perseverancia. Es tan difícil, pones tanto de tu vida en esto, hay momentos tan duros en que la mayoría se da por vencida, no los culpo, es muy difícil y consume gran parte de tu vida. (…) A menos que tengas mucha pasión en lo que haces no vas a sobrevivir, vas a darte por vencido. Steve Jobs El valor, la buena conducta y la perseverancia conquistan todas las cosas y obstáculos que quieran destruirlas y se interpongan en su camino. Ralph Waldo Emerson Las grandes obras son hechas no con la fuerza, sino con la perseverancia. Samuel Johnson El verdadero valor consiste en saber sufrir. François-marie Arouet Voltaire Esto se llama perseverancia en una buena causa y obstinación en una mala. Laurence Sterne El perfecto valor consiste en hacer sin testigos lo que se sería capaz de hacer ante todo el mundo. François De La Rochefoucauld Nos gusta llamar testarudez a la perseverancia ajena pero le reservamos el nombre de perseverancia a nuestra testarudez. Jean-baptiste Alphonse Karr Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo. Julio Cortázar La diferencia entre perseverancia y obstinación es que una viene de una fuerte voluntad, y el otro de un fuerte no. Henry Ward Beecher


PLATILLOS EN EL ESPACIO CUENTO Tere Timbalitos era una niña alegre y artista con un gran sueño: llegar a tocar la batería en un grupo musical. Pero para conseguirlo había un gran obstáculo: Tere tenía que practicar mucho para hacerlo bien, pero justo al lado de su casa vivían un montón de ancianitos, muchos de ellos enfermos, en una residencia; y sabía que el ruido de tambores, bombos y platillos podía molestarles muchísimo. Tere era una niña muy buena y respetuosa, y buscaba constantemente la forma de practicar sin molestar a los demás. Así, había intentado tocar en sitios tan raros como un sótano enterrado, una cocina, un desván, o incluso una ducha, pero no había forma, siempre había alguien que se sentía verdaderamente molesto; así que, decidida a ensayar mucho, Tere pasaba la mayor parte del tiempo tocando sobre libros y cajas, y buscando nuevos sitios donde practicar. Un día, mientras veía un documental de ciencias en la televisión, escuchó que en el espacio, como no había aire, el ruido no se podía transmitir, y decidió convertirse en una especie de astronauta musical. Con la ayuda de muchos libros, mucho tiempo, y mucho trabajo, se construyó una burbuja espacial: era una gran esfera de cristal, en la que una máquina sacaba el aire para hacer el vacío, y en la que sólo estaban su batería y una silla. Tere se vestía con un traje de astronauta que se había fabricado, se metía en la burbuja, pulsaba el de la máquina para sacar el aire, y... ¡se ponía a tocar la batería como una loca! En muy poco tiempo, Tere Timbalitos, "la astronauta musical", se hizo muy famosa. Acudía tanta gente a verla tocar en su burbuja espacial, que tuvo que poner unos pequeños altavoces para que pudieran escucharla, y poco después trasladó su burbuja y comenzó a dar conciertos. Llegó a ser tanta su fama, que desde el gobierno le propusieron formar parte de un viaje único al espacio, y así se convirtió de veras en la auténtica astronauta musical, superando de largo aquel sueño inicial de tocar en un grupo. Y cuando años después le preguntaban cómo había conseguido todo aquello, se quedaba un rato pensando y decía: -Si no me hubieran importado tanto aquellos ancianitos, si no hubiera seguido buscando una solución, nada de esto habría ocurrido.

Autor. Pedro Pablo Sacristán


EL DIBUJO PARLANTE Cuento Pintín Tilirín era un niño pequeño que disfrutaba yendo al cole y haciendo cualquier cosa, menos pintar y escribir. A Pintín no se le daba muy bien eso de usar los lápices, así que sus dibujos no le salían muy bonitos y él se disgustaba y no quería seguir pintando. Pero un día, Pintín encontro un lápiz de colores tan chulo, que no pudo resistirse y se puso a pintar un círculo. Como siempre, no le salió muy bien, y ya estaba a punto de tirar el lápiz cuando el dibujo comenzó a hablar: - Pss, no irás a dejarme así, ¿verdad?. Píntame unos ojos por lo menos. Pintín, alucinado, dibujó dos puntitos dentro del círculo. - Mucho mejor, así ya puedo verme - dijo el círculo mientras se observaba... - ¡¡¡Argggg!!! ¡pero qué me has hecho! El niño comenzó a excusarse: - Es que yo no dibujo muy bien... - ¡Bueno, no pasa nada! -le interrumpió el acelerado dibujo-. Seguro que si lo vuelves a intentar te sale mejor. ¡Venga, puedes borrarme! Pintín borró el círculo y trazó otro nuevo. Como el anterior, no era muy redondo. - ¡Ey!, !los ojos, que se te olvidan otra vez! - ¡Ah, sí! - Hmmm, creo que voy a tener que enseñarte a pintar hasta que me dejes bien -dijo el muñeco con su vovecilla rápida y gritona. A Pintín, que seguía casi paralizado, no le pareció mala idea, y enseguida se encontró dibujando y borrando círculos. El muñeco no paraba de decir, "borra aquí, pero con cuidado que duele", o "¡píntame un poco de pelo, anda, que parezco un chupa chups!", y otras cosas divertidas. Después de pasar juntos casi toda la tarde, Pintín ya era capaz de dibujar el muñeco mucho


mejor que la mayoría de sus compañeros de clase. Estaba tan contento, que no quería dejar de pintar con aquel profesor tan chiflado, y antes de acostarse, le dio miles de gracias por haberle enseñado a pintar tan bien. - ¡Pero si yo no he hecho nada, tontuelo!- respondió con su habitual tono acelerado-. ¿No ves que has estado practicando mucho y con alegría? Seguro que nunca antes lo habías hecho, ¡pintabichos! Pintín se paró a pensar. Realmente antes dibujaba tan mal que nunca había practicado más de 10 minutos seguidos, y siempre lo hacía enfadado y protestando. Sin duda, el muñeco tenía razón. - Bueno, tienes razón, pero gracias de todas formas- dijo el niño, y antes de meterse en la cama, guardó con mucho cuidado el lápiz en su mochila. A la mañana siguiente, Pintín se levantó de un salto y fue corriendo a buscar su lápiz, pero no estaba. Buscó por todas partes, pero no había rastro del lápiz. Y la hoja en que había dibujado el muñeco, aunque seguía llena de borrones, estaba blanca. Empezó a ponerse nervioso, y ya no sabía si había estado toda la tarde anterior hablando con el muñeco o lo había soñado. Así que para salir de dudas, tomó un lápiz y una hoja, y se puso a dibujar un muñeco... No le salió nada mal, sólo se le torcieron un par de esquinas; entonces se imaginó al muñeco mandón pidiéndole que redondeara esos bordes, que parecía que le quería poner granos, y con alegría borró ese tramo y lo rehízo. Y se dio cuenta de que su loco dibujo tenía razón: daba igual o no tener el lápiz mágico, para aprender a hacer las cosas bastaba seguir intentándolas con alegría; y desde aquel día, cada vez que pintaba, dibujaba o hacía cualquier otra cosa, no dejaba de divertirse imaginando el resultado de su trabajo protestando y diciendo "¡arréglame un poco, chico, que así no puedo ir a la fiesta!". Autor. Pedro Pablo Sacristán


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