IV Domingo de Adviento

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En este último Domingo de Adviento la Iglesia nos invita encarecidamente a abrir nuestras conciencias al acontecimiento clave de la Historia de la Salvación, y de la historia de la humanidad: la Encarnación del Verbo de Dios, el nacimiento del Redentor. Hemos de abrir nuestros corazones a este gran acontecimiento y vivirlo con fe y amor, bajo la acción interior de la gracia. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo. María es el punto final del Adviento, porque nos convierte en realidad y nos da definitivamente al que había de venir, al Dios con nosotros. El Evangelio no es tanto un texto de historia o un tratado de Teología, cuanto un memorial de fe. San Lucas nos refiere la experiencia de la Virgen María y de los primeros creyentes no solo para informar, sino también y, sobre todo, para animar a sus oyentes y lectores. Escribe San Ambrosio: «Sin duda, los misterios divinos son ocultos y, como ha dicho el profeta, no es fácil al hombre, cualquiera que sea, llegar a conocer los designios de Dios (Is 40,13). Por eso el conjunto de acciones y enseñanzas de nuestro Señor y Salvador nos dan a entender que un designio bien pensado ha hecho elegir con preferencia para Madre del Señor a la que había sido desposada con un varón. Pero ¿por qué no fue hecha Madre antes de sus esponsales? Posiblemente para que nadie dijera que había concebido pecaminosamente.

LECTURAS PARA LA SEMANA IV Semana del Tiempo de adviento IV Semana del Salterio, Tomo I Año impar (I) Lunes

21

Ct 2,8-14 o So 3,14-18; Sal 32, 2-3,11-12, 20-21; † Lc 1, 39–45

Martes

22

1Sam 1, 24-28; Sal: 1Sam 2, 1.4-8; † Lc 1, 46-56

Miércoles

23

Mal 3, 1-4.23-24; Sal 24, 45.8-10.14; † Lc 1, 57-66

Jueves

24

2Sam 7,1-5.8-12.14.16; Sal 88,4-5.16-17.27.29; † Lc 1,67-79 NATIVIDAD DEL SEÑOR. Is 62, 1-5; Sal 88, 4-5.1617.27.29; Hch 13, 16-17.2225; † Mt 1, 1-25 o breve † Mt 1, 18-25

Viernes

Sábado

25

NATIVIDAD DEL SEÑOR. Is 52, 7-10; Sal 97, 1-6; Heb 1, 1-6; † Jn 1, 1-18 o breve † Jn 1, 1-5. 9-14

26

San Esteban, Protomártir. Hch 6, 8-10; 7, 54-60; Sal 30, 3-4.6-8.17.21; † Mt 10, 17-22

MISAL DOMINICAL DE LOS FIELES 20 de diciembre de 2020 RITOS INICIALES MONICIÓN INICIAL Hermanos: En este cuarto Domingo de Adviento, culminamos nuestra preparación a la celebración de la Navidad. En la proclamación del Evangelio admiremos la Encarnación del Hijo de Dios en María Santísima. Con profunda alegría vivamos esta Eucaristía dando gracias a Dios Padre por darnos a su Hijo. ANTÍFONA DE ENTRADA Is 45, 8 Cielos, destilen el rocío; nubes, lluevan la salvación; que la tierra se abra, y germine el Salvador. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Saludo: El Señor, que viene a salvarnos, esté con todos ustedes. Acto Penitencial Al comenzar esta celebración eucarística, pidamos a Dios que nos conceda la conversión de nuestros corazones; así obtendremos la reconciliación y se acrecentará nuestra comunión con Dios y con nuestros hermanos. Tú que vienes a habitar entre nosotros: R/. Señor, ten piedad. Tú qué haces maravillas con tu pueblo santo: R/. Cristo, ten piedad.

Comisión de Pastoral Litúrgica ________________________________________

CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO

Arquidiócesis de San Salvador

2020

Tú que llenas de bienes a los hambrientos: R/. Señor, ten piedad.

Morado/ Ciclo B No se dice Gloria. ORACIÓN COLECTA e pedimos, Señor, que infundas tu gracia en nuestros corazones, para que, habiendo conocido, por el anuncio del ángel, la encarnación de tu Hijo, lleguemos, por medio de su pasión y de su cruz, a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

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LITURGIA DE LA PALABRA Monición a la primera lectura El profeta Natán da este mensaje al rey David: Tu hijo Salomón me construirá una casa y a ti te daré prosperidad y tu reino no tendrá fin. Escuchemos. Del segundo libro de Samuel

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7, 1-5. 8-12. 14. 16

an pronto como el rey David se instaló en su palacio y el Señor le concedió descansar de todos los enemigos que lo rodeaban, el rey dijo al profeta Natán: “¿Te has dado cuenta de que yo vivo en una mansión de cedro, mientras el arca de Dios sigue alojada en una tienda de campaña?” Natán le respondió: “Anda y haz todo lo que te dice el corazón, porque el Señor está contigo”. Aquella misma noche habló el Señor a Natán y le dijo: “Ve y dile a mi siervo David que el Señor le manda decir esto: ‘¿Piensas que vas a ser tú el que me construya una casa para que yo habite en ella? Yo te saqué de los apriscos y de andar tras las ovejas, para que fueras el jefe de mi pueblo, Israel. Yo estaré contigo en todo lo que emprendas, acabaré con tus enemigos y te haré tan famoso como los hombres más famosos de la tierra.


Le asignaré un lugar a mi pueblo, Israel; lo plantaré allí para que habite en su propia tierra. Vivirá tranquilo y sus enemigos ya no lo oprimirán más, como lo han venido haciendo desde los tiempos en que establecí jueces para gobernar a mi pueblo, Israel. Y a ti, David, te haré descansar de todos tus enemigos. Además, yo, el Señor, te hago saber que te daré una dinastía; y cuando tus días se hayan cumplido y descanses para siempre con tus padres, engrandeceré a tu hijo, sangre de tu sangre, y consolidaré su reino. Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo. Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante mí, y tu trono será estable eternamente’”. Palabra de Dios Monición para el Salmo El salmo 88 nos invita a una alabanza agradecida a Dios y también a recordar la promesa hecha a David. Nos unimos al salmista respondiendo todos: Del salmo 88 R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor y daré a conocer que su fidelidad es eterna, pues el Señor ha dicho: “Mi amor es para siempre y mi lealtad, más firme que los cielos. R/. Un juramento hice a David, mi servidor, una alianza pacté con mi elegido: ‘Consolidaré tu dinastía para siempre y afianzaré tu trono eternamente’. R/. Él me podrá decir: ‘Tú eres mi padre, el Dios que me protege y que me salva’. Yo jamás le retiraré mi amor, ni violaré el juramento que le hice”. R/.

Monición para la segunda lectura San Pablo se siente orgulloso de haber sido el designado para anunciar a las naciones el misterio de Cristo, escondido desde los siglos, y ahora revelado para que todos los pueblos lleguen a la fe. Escuchemos. De la carta del apóstol san Pablo a los romanos 16, 25-27 ermanos: A aquel que puede darles fuerzas para cumplir el Evangelio que yo he proclamado, predicando a Cristo, conforme a la revelación del misterio, mantenido en secreto durante siglos, y que ahora, en cumplimiento del designio eterno de Dios, ha quedado manifestado por las Sagradas Escrituras, para atraer a todas las naciones a la obediencia de la fe, al Dios único, infinitamente sabio, démosle gloria, por Jesucristo, para siempre. Amén. Palabra de Dios

H

Monición para el evangelio San Lucas nos presenta el gran Acontecimiento de la Encarnación del Hijo de Dios que, por obra del Espíritu Santo, tomó carne en el seno de la Virgen María, se hizo hombre y vino a vivir con nosotros, mostrándonos cómo y cuánto nos ama Dios. Dispongámonos al anuncio de su palabra, entonando el Aleluya. ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO R/. Aleluya, aleluya. Yo soy la esclava del Señor; que se cumpla en mí lo que me has dicho. R/. Aleluya, aleluya.

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Del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38

n aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada

con un varón de la estirpe de David, llamado José. La virgen se llamaba María. Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. Al oír estas palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría decir semejante saludo. El ángel le dijo: “No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y él reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin”. María le dijo entonces al ángel: “¿Cómo podrá ser esto, puesto que yo permanezco virgen?” El ángel le contestó: “El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder de Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti, será llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de su vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril, porque no hay nada imposible para Dios”. María le contestó: “Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho”. Y el ángel se retiró de su presencia. Palabra del Señor Se dice Credo ORACIÓN DE LOS FIELES Demos gracias a Dios que, por medio de Jesucristo, su Palabra eterna, que ha creado al mundo y por su Encarnación nos recreó redimiéndonos. Oremos juntos diciendo:

3. Para que aquellos que han abandonado las prácticas cristianas, pero acudirán al templo en las próximas fiestas de Navidad, descubran la buena noticia del Evangelio, como luz permanente que ilumina y alegra toda la vida, OREMOS. 4. Para que las fiestas del nacimiento del Señor alejen las tinieblas de quienes viven sumergidos en dudas e incertidumbres, y colmen los deseos de quienes se sienten descorazonados y tristes, OREMOS. 5. Para que el nacimiento de Cristo nos ayude a renunciar a los deseos mundanos y a vivir sobria y honradamente esperando la aparición definitiva del Señor, OREMOS. Dios de bondad y misericordia, que eliges a los humildes para llevar a término tus designios de salvación, escucha nuestras plegarias y concede a tu Iglesia los dones del Espíritu Santo. Por Jesucristo, nuestro Señor. LITURGIA EUCARÍSTICA ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS ue santifique, Señor, estos dones, colocados en tu altar, el mismo Espíritu Santo que fecundó con su poder el seno de la bienaventurada Virgen María. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Q

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Miren: La Virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien le pondrá el nombre de Emmanuel.

Ven, Señor, a liberarnos. 1. Por la Iglesia, para que al igual que María Santísima, se caracterice por la disponibilidad y el servicio, OREMOS. 2. Por los gobernantes de todas las naciones, para que trabajen por la paz y el bien común, OREMOS.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN abiendo recibido esta prenda de redención eterna, te rogamos, Dios todopoderoso, que, cuanto más se acerca el día de la festividad que nos trae la salvación, con tanto mayor fervor nos apresuremos a celebrar dignamente el misterio del nacimiento de tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

H


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