Quinto domingo de Pascua

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ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN eñor, muéstrate benigno con tu pueblo, y ya que te dignaste alimentarlo con los misterios celestiales, hazlo pasar de su antigua condición de pecado a una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor.

S

BENDICION SOLEMNE Que Dios todopoderoso, los bendiga en este día solemnísimo de Pascua y, compadecido de ustedes, los guarde de todo pecado. R/. Amén. Que les conceda el premio de la inmortalidad aquel que los ha redimido para la vida eterna con la resurrección de su Unigénito. R/. Amén. Que ustedes, que una vez terminados los días de la Pasión, celebran con gozo la fiesta de la Pascua del Señor, puedan participar, con su gracia, del júbilo de la Pascua eterna. R/. Amén. Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes. R/. Amén. ________________________________________ Jesús es la vid, y a través de Él – como la linfa en el árbol – pasa a los sarmientos el amor mismo de Dios, el Espíritu Santo. Precisamente: nosotros somos los sarmientos, y a través de esta parábola Jesús quiere hacernos entender la importancia de permanecer unidos a Él. Los sarmientos no son autosuficientes, sino dependen totalmente de la vid, en donde se encuentra la fuente de su vida. Es así para nosotros cristianos. Injertados en Cristo con el Bautismo, hemos recibido gratuitamente de Él el don de la vida nueva; y gracias a la Iglesia podemos permanecer en comunión vital con Cristo. Es necesario mantenerse fieles al Bautismo, y crecer en la amistad con el Señor mediante la oración, la escucha y la docilidad a su Palabra, leer el Evangelio, la participación a

los Sacramentos, especialmente a la Eucaristía y a la Reconciliación. Papa Francisco, Regina coeli – mayo 2015

LECTURAS PARA LA SEMANA V SEMANA DEL TIEMPO DE PASCUA. V SEMANA DEL SALTERIO TOMO II

3 L

Exaltación de la Santa Cruz Num 21, 4-9 o bien Flp 2, 611; Sal 77; † Jn 3, 13-17

4 M

Santos Felipe y Santiago 1Cor 15,1-8; Sal 18; † Jn 14,614

M

Hch 15,1-6; Sal 121,1-5; † Jn 15,1-8

J

Hch 15,7-21; Sal 95,1-3.10; † Jn 15,9-11

V

Hch 15, 22-31; Sal 56, 8-12; † Jn 15, 12-17

S

Hch 16, 1-10; Sal 99, 2.3.5; † Jn 15, 18-21

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QUINTO DOMINGO DE PASCUA

MISAL DOMINICAL DE LOS FIELES 2 de mayo de 2021 RITOS INICIALES MONICIÓN INICIAL El Señor resucitado nos convoca de nuevo en este 5º domingo de Pascua, acercándonos ya al final de la cincuentena pascual. Como los primeros apóstoles, también nosotros estamos llamados a anunciar el Evangelio con nuestra vida y a servir a nuestros hermanos más necesitados, sólo así podremos experimentar el gozo de sentirnos sarmientos vivos, que están unidos a la vid y dan fruto abundante. Iniciamos esta celebración con alegría y reafirmando nuestra fe en Cristo resucitado. De pie, nos preparamos para recibir al celebrante entonando el canto de entrada. ANTÍFONA DE ENTRADA Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas y todos los pueblos han presenciado su victoria. Aleluya. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Saludo: El Dios de la vida, que ha resucitado a Jesucristo, rompiendo las ataduras de la muerte, esté con todos ustedes.

Comisión de Pastoral Litúrgica Arquidiócesis de San Salvador 2021

Blanco/ Ciclo B que nos libere de todo pecado y acreciente nuestra fe. Tú que al resucitar renuevas todas las cosas: R/. Señor, ten piedad. Tú que nos llamas a transformar el mundo: R/. Cristo, ten piedad. Tú que harás participar a todo el universo de la gloria de tu resurrección: R/. Señor, ten piedad. Dios, todopoderoso, por su amor infinito, tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén. Se dice Gloria. ORACIÓN COLECTA ios todopoderoso eterno, lleva a su plenitud en nosotros el sacramento pascual, para que, a quienes te dignaste renovar por el santo bautismo, les hagas posible, con el auxilio de tu protección, abundar en frutos buenos, y alcanzar los gozos de la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

D

[El rito de la bendición y aspersión del agua bendita sustituye el acto penitencial y puede utilizarse todos los domingos del tiempo pascual].

LITURGIA DE LA PALABRA

Acto Penitencial Hermanos: Sólo permaneciendo en Cristo, la Vid Verdadera, podemos amarnos como Él nos amó. Con esta confianza acudamos a Dios Padre para

Monición a la primera lectura El relato que escucharemos a continuación, del Libro de los Hechos de los Apóstoles, describe los primeros pasos de la vida cristiana de Pablo: su agregación a la vida común, de mano de otro misionero, y su inmediata dedicación a la predicación. Escuchemos.


Del libro de los Hechos de los Apóstoles 9, 26-31

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uando Pablo regresó a Jerusalén, trató de unirse a los discípulos, pero todos le tenían miedo, porque no creían que se hubiera convertido en discípulo. Entonces, Bernabé lo presentó a los apóstoles y les refirió cómo Saulo había visto al Señor en el camino, cómo el Señor le había hablado y cómo él había predicado, en Damasco, con valentía, en el nombre de Jesús. Desde entonces, vivió con ellos en Jerusalén, iba y venía, predicando abiertamente en el nombre del Señor, hablaba y discutía con los judíos de habla griega y éstos intentaban matarlo. Al enterarse de esto, los hermanos condujeron a Pablo a Cesarea y lo despacharon a Tarso. En aquellos días, las comunidades cristianas gozaban de paz en toda Judea, Galilea y Samaria, con lo cual se iban consolidando, progresaban en la fidelidad a Dios y se multiplicaban, animadas por el Espíritu Santo. Palabra de Dios Monición para el Salmo El salmista, sediento de Dios, expresa su firme confianza en la victoria del Señor. Participamos de esta oración aclamando: Del salmo 21 R/. Bendito sea el Señor. Aleluya. Le cumpliré mis promesas al Señor delante de sus fieles. Los pobres comerán hasta saciarse y alabarán al Señor los que lo buscan: su corazón ha de vivir para siempre. R/. Recordarán al Señor y volverán a él desde los últimos lugares del mundo; en su presencia se postrarán todas las familias de los pueblos. Sólo ante él se postrarán todos los que mueren. R/.

Mi descendencia lo servirá y le contará a la siguiente generación, al pueblo que ha de nacer, la justicia del Señor y todo lo que él ha hecho. R/. Monición para la segunda lectura El apóstol insiste en que construyamos la Iglesia con obras y no solamente con palabras. La fe en Jesucristo y el amor fraterno es el gran criterio para saber si estamos en comunión con Dios. Escuchemos atentos este mensaje. De la primera carta del apóstol san Juan 3, 18-24

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ijos míos: No amemos solamente de palabra; amemos de verdad y con las obras. En esto conoceremos que somos de la verdad y delante de Dios tranquilizaremos nuestra conciencia de cualquier cosa que ella nos reprochare, porque Dios es más grande que nuestra conciencia y todo lo conoce. Si nuestra conciencia no nos remuerde, entonces, hermanos míos, nuestra confianza en Dios es total. Puesto que cumplimos los mandamientos de Dios y hacemos lo que le agrada, ciertamente obtendremos de él todo lo que le pidamos. Ahora bien, éste es su mandamiento: que creamos en la persona de Jesucristo, su Hijo, y nos amemos los unos a los otros, conforme al precepto que nos dio. Quien cumple sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él. En esto conocemos, por el Espíritu que él nos ha dado, que él permanece en nosotros. Palabra de Dios Monición para el evangelio Jesús, en su conversación de la Ultima Cena, mediante una comparación nos dice hoy lo que debemos hacer para permanecer unidos a él y poder dar fruto abundante. Cantemos el aleluya para prepararnos a la escucha de esta buena noticia.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO R/. Aleluya, aleluya. Permanezcan en mí y yo en ustedes, dice el Señor; el que permanece en mí da fruto abundante. R/. Aleluya.

Del santo Evangelio según san Juan 15, 1-8

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n aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Al sarmiento que no da fruto en mí, él lo arranca, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto. Ustedes ya están purificados por las palabras que les he dicho. Permanezcan en mí y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer. Al que no permanece en mí se le echa fuera, como al sarmiento, y se seca; luego lo recogen, lo arrojan al fuego y arde. Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten así como discípulos míos”. Palabra del Señor Se dice Credo ORACIÓN DE LOS FIELES A Jesús resucitado, vida y esperanza de la humanidad entera, presentémosle nuestras plegarias. Respondamos a cada petición: ¡Jesús Resucitado, Escúchanos!

1. Por la Santa Iglesia de Dios. Para que sea una verdadera Comunidad y produzca los frutos del amor y la unidad, OREMOS. 2. Para que el Papa, los obispos, los sacerdotes, los religiosos y las religiosas tengan el Espíritu de Cristo y sepan transmitir con fidelidad el mensaje renovador de su muerte y resurrección, OREMOS. 3. Por los que han roto con toda práctica religiosa y se han apartado de Dios. Para que sean iluminados por la fe en Cristo Resucitado, OREMOS. 4. Para que los pobres, los enfermos y cuantos sufren encuentren en nosotros la fortaleza que necesitan, OREMOS. 5. Para que todos percibamos los frutos del gozo y la paz que Cristo nos comunicó por su resurrección, OREMOS. 6. Para que los aquí reunidos experimentemos en nuestras vidas la fuerza de Cristo resucitado y llevemos, por el amor y el perdón, su alegre noticia al mundo que nos rodea, OREMOS. Escucha, Señor Jesús, nuestra oración, y condúcenos hacia la vida plena que Dios el Padre nos ofrece. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. LITURGIA EUCARÍSTICA ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS ios nuestro, que por el santo valor de este sacrificio nos hiciste participar de tu misma y gloriosa vida divina, concédenos que, así como hemos conocido tu verdad, de igual manera vivamos de acuerdo con ella. Por Jesucristo, nuestro Señor.

D

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Yo soy la vid verdadera y ustedes los sarmientos, dice el Señor; si permanecen en mí y yo en ustedes darán fruto abundante. Aleluya.


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