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Migrando Ando
Por Leonor Villasuso Rustad
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Los poderes del idioma
Recientemente en la Ciudad de México fue presentado con bombo y platillo el “Diccionario de mexicanismos propios y compartidos”, editado por la Academia Mexicana de la Lengua, cuyo proceso de elaboración tomó diez años a un equipo de académicos, lexicógrafos y biólogos, que recorrieron pueblitos y ciudades por toda la república para capturar el habla de los mexicanos y sus muy peculiares expresiones. Apa- rentemente es una obra divertida en la que en algunos casos se explica el origen y desarrollo del uso de ciertas palabras o frases para expresar algo que, en principio, no tiene sentido en la situación en que se aplica; por poner un ejemplo, solemos decir que tal persona “chupó faros”, cuando estamos hablando de que se murió. Los faros a los que se refiere la expresión son una de las marcas más antiguas y baratas de cigarrillos mexicanos, y con eso como que ya se ve más claro el por qué decimos eso, ¿cierto?
El caso es que este anun- cio me puso a pensar en lo interesante y útil que sería poder contar con un diccionario del español que usamos los latinos que vivimos en los Estados Unidos, sin importar de dónde venimos originalmente. Interpretando para las escuelas públicas he tenido la oportunidad de conocer familias provenientes de casi toda Latinoamérica, y tanto he pasado momentos de vergüenza como de confusión cuando no nos entendemos del todo a pesar de que supuestamente hablamos el mismo idioma. Igual y con la práctica uno se va acostumbrando a ciertos