roho.qxd
17/05/2016
03:20 p.m.
Page 28
OSCAR FERNÁNDEZ
“NO ME VOY A IR AL INFIERNO POR SER MÁS MODERNO” HACE
MÁS DE
20
AÑOS QUE ESTÁ AL FRENTE DE
ROHO,
LA PELUQUERÍA DE CULTO DE ROCKEROS, MODELOS Y ARTISTAS COOL.
SU
PULSIÓN CREATIVA LO LLEVA, TAMBIÉN, A DISEÑAR INDUMENTARIA, DIRIGIR VIDEOCLIPS Y DICTAR CONFERENCIAS SOBRE INNOVACIÓN EN UNIVERSIDADES.
AUTODIDACTA 360º,
PARA CONVERTIRLA EN NEGOCIO. QUE
“LA
EN LOS
RESPONSABLE
‘90
FUE UN PIONERO EN DETECTAR EL NICHO DE LA VANGUARDIA DE IMAGEN
DE LOS LOOKS DE CELEBRIDADES (DE
REVOLUCIÓN ES EL ÚNICO CAMINO POSIBLE PARA IMPONER TENDENCIAS”.
mposible no detenerse en esa frase. Cada movimiento la trae al centro de atención. “Mañana es mejor”. Está tatuada con grandes letras de imprenta en su brazo derecho. ¿Mañana es mejor para el hombre que dice vivir aquí y ahora? ¿Para el que se despierta pensando cómo filmar un videoclip con Julieta Venegas y, en un clic, ya está recibiendo miles de visitas en YouTube? ¿Para el que escucha únicamente discos de vinilo? ¿Para el que escribe sus ideas rápido porque si no se las olvida? ¿Para quien todo es ¡ya, ya!? “Sí, hoy está buenísimo. Vivamos el hoy. Pero mañana va a ser mejor aún. Es una frase de Artaud, el disco de Luis Alberto Spinetta y Pescado rabioso del ‘72, año en que nací. Es el mejor disco del rock argentino. Y me la tatué la semana que falleció El Flaco, en febrero de 2012. Fue como un homenaje hacia él, pero también hacia Gustavo (Cerati), que estaba internado en ese momento”, revela Oscar Fernández. A Osqui, como lo llaman sus conocidos, la muerte del líder de Soda Stereo, su gran amigo, lo afectó mucho. “Fue como una piña a la mandíbula. No hay un día en que no lo recuerde. Son esos vínculos que no tienen explicación”, se sincera. Así, indestructible, es su vínculo con la música. Pero fue otro deseo el que lo llevó a estudiar peluquería. “Empecé a hacer un curso un martes y el sábado ya estaba trabajando. Cortar el pelo fue un puente para ejercer mi creatividad. Si, por entonces, hubiera querido diseñar indumentaria, hubiera necesitado un montón de cosas, desde tela hasta moldería. Cortar el pelo solo requiere una tijera”, reconoce este self-made man que, en los ‘90, se asoció con Horacio Cabrera, dueño de una peluquería de barrio en Caballito, la rebautizó Roho Hair Boutique y la convirtió en el lugar emblemático de los rockeros del momento. Desde allí, fue el responsable del look de Fito Páez, Babasónicos, los Illya Kuryaki y Andrés Calamaro. En 2007, fue asesor de imagen de Me verás volver, la gira de regreso de Soda Stereo. Además, firmó las testas de las it-girls de cada época: ayer, Déborah de Corral; hoy, Calu Rivero. En dos décadas, no sólo sumó una sucursal en Palermo Soho. También cambió el concepto del ru-
I
28 > CLASE
GUSTAVO CERATI
A
CALU RIVERO),
PROCLAMA
Txt: Susana Parejas
bro: sus peluquerías son espacios de culto, donde se sirven tragos al son de la música que siempre está sonando. Siempre. Fernández, puro instinto creativo, no sólo corta y tiñe. Dirige videoclips (Julieta Venegas, Cerati), diseña indumentaria (junto a Dante Spinetta lanzaron Volans, colección cápsula para Garçon García) y anteojos (para Vulk). Y este verano presentó una edición limitada de mallas enterizas que, bajo el nombre Nenas impostoras, lleva inscripciones muy provocadoras, como “Dios es mujer”. ¿Sus musas? Las enfants terribles Rivero, Vitto Saravia, Eva De Dominici, Lola Moran. Tu marca se convirtió en referente en el mundo de la música, pero también de la moda y el arte. ¿Es difícil transitar la vanguardia y convertirla en negocio en la Argentina? No es fácil hacer vanguardia acá y convertirla en un negocio. No digo que sea imposible, porque lograrlo me permitió criar a mis hijos y demás. Pero nunca apelé a que fuera un negocio: siempre lo hice por placer. Y la consecuencia fue que devino en algo que me permitió vivir bien. Creo que si hubiese antepuesto el deseo de ganar dinero, no hubiese sido lo mismo. Lo más fácil hubiera sido hacerle caso a todos los que me pedían franquicias: reventar la marca a cambio de empezar a ganar dinero. Preferí mantener el concepto, estar en boga por más de 20 años, conservar ese romanticismo que tenía mi negocio cuando empecé... Es una tarea artesanal, porque no salí de una facultad de Ciencias Económicas, sino que me movilizaron la música, el arte y la imagen. ¿Por qué asociás el concepto de tu peluquería a la libertad extrema? Creo que fue la consecuencia de un deseo que por mucho tiempo estuvo censurado al haber sido alumno de un colegio católico. Cuando entendí que todo era una farsa y una mentira, y hasta qué punto había sido rehén de todas esas situaciones, empecé a transgredir, a ponerme en la vereda de enfrente y a pensar: “No me voy a ir al infierno por ser más moderno”. Fue como romper las ataduras de todo lo que me generaba culpa. Si no hubiese sido por el psicoanálisis, no me habría podido desprender de todos
esos males que me afectaban desde chico. En una conferencia en la Universidad de Palermo, recomendaste: “Hagan lío. Si no, la moda no tiene sentido. Hagan su propia revolución”. “Hagan lío” ahora lo dice hasta el Papa Francisco (risas). Estoy dando conferencias en las universidades y lo único que cursé fue el CBC. Veo que los pibes van a la facultad para que les den herramientas para generar. Y, la verdad, lo que te lleva a hacer es esa pulsión de vida que tenés adentro y que necesitás sacar para que todos la vean. Hablo de revolución porque nuestra generación la hizo. Hasta los ‘90 había una quietud en la moda y en el diseño, donde no pasaba nada. Pero en esa década explotó, con la salida de MTV, Déborah de Corral conduciendo El rayo, los Babásonicos, Illya Kuryaki... Fue una bisagra en la historia de la cultura argentina. Y nosotros fuimos parte: no existía Palermo, no existía “la onda”... Teníamos que ir a buscar los lugares diferentes: tal discoteca, tal restaurante en el Bajo. Ahora tenés todo concentrado y es más sencillo: googleás y te aparece todo. En la uniformidad de esta era, ¿hay menos margen para innovar? Sí, totalmente. Por eso tienen que aparecer esos héroes que, cada tanto, marcan nuevamente el camino. Creo que en Buenos Aires hubo y hay gente súper talentosa. Pero, también, existe un mecanismo que hace que lograr algo te cueste muchísimo más que en Barcelona, Nueva York o París, ciudades donde hay crédito para emprender y todo es mucho más sencillo. Claro que esta situación hace que al argentino sea aun más creativo. Mis amigos que se fueron a vivir afuera en 2001 tienen un restaurante o una tienda de diseño, y me dicen: “En Buenos Aires no podríamos haber hecho nada”. Porque esta es la ciudad de la furia. Acá necesitás unos tremendos cojones para avanzar, porque es una ciudad que no te deja. Es muy compleja y muy hostil en un punto. “¿Pa, vos pensás que tenés onda?”, le pregunta Aitor, su primogénito, de 18. También tiene a Rona, de 13. “Tengo 43 años. Otros padres van al colegio con camisa, saco y ataché: yo caigo con musculosa y
18/05/2016
03:26 p.m.
Page 29
SÓLO LAS PUNTAS “Al porteño le cuesta mucho asumir el riesgo de absolutamente todo. Y en la moda mucho más: tiene miedo de hacer el ridículo. En París, Londres, Nueva York o Río, vas por la calle y ves unos looks divinos. El porteño habla mucho pero, cuando tiene que hacer algo, se achica”.
el pantalón todo roto”, señala Fernández, quien para la entrevista lució colorida remera sin mangas y chupín negro con un gran tajo en la rodilla. “A Rona no tanto, pero a Aitor le da un poco de vergüenza”, reconoce. Y juega con la idea de que, tal vez, debería empezar a vestirse más formal. Pero, ese “tal vez” suena tan lejano como el recuerdo de su mamá preguntándole por qué había cortado a tijeretazos un jean nuevo. “Ella no tenía un gran poder adquisitivo, porque estaba separada de mi padre, metalúrgico y ausente. Y la tuvo que remar bastante. En un momento, entendió que no podía controlar nada porque veía que mi deseo era muy fiel, honesto. Y como siempre tenía muy buenas notas en el colegio y no le daba problemas con el estudio, me dejaba llevar un poco la bandera de la rebeldía. Yo no tenía rosca con la droga ni el alcohol, era un pibe sanísimo. Sólo tenía locura con la música, el arte, la moda. Eso tiene que ver con el deseo y con la energía. Ojalá me siga sucediendo”. ¿A qué personaje, de aquí o del mundo, te hubiese gustado cortarle el pelo? ¡A David Bowie! Porque fue nuestra musa. Si no hubiese sido por él, tal vez Roho no existiría: fue quien movilizó un montón de cuestiones en mi cabeza. Era un artista muy camaleónico, que asumía, todo el tiempo, un riesgo artístico que no encaraba nadie más.◆
Ph: Antonio Pinta
roho.qxd