Nacha Guevara

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@ personaje  /  personality

Nacha Guevara regresa al escenario porteño con un nuevo musical donde personifica a Tita Merello, luego de protagonizar “Eva” en 2009. Cómo fue su encuentro con la cantante, la nostalgia de una época de oro y por qué no piensa volver a la política. Una mujer que hace uso de su insolencia creativa. 54

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It’s also said about me… After starring in “Evita” in 2009, Nacha Guevara returns to the Buenos Aires stage in a musical in which she plays Tita Merello. The encounter with the singer, nostalgia for the golden days, and the reason she doesn’t plan on getting into politics again: the portrayal of a woman who makes good use of her creative insolence.

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Texto / Text: Susana Parejas

a primera vez que se vieron no se hablaron. Sólo un gesto en completo silencio. Muchas veces, no se necesitan palabras para decir lo que se quiere. Fue por los ‘70 en San Telmo, tal vez una noche de un sábado. No importa. La exactitud del día no cuenta en el recuerdo. Sólo el gesto. Ése fue el mudo comienzo de una mutua admiración que perduró en el tiempo. Luego vinieron muchos encuentros más, en los que sí hablaron y hasta cantaron juntas. El último tema que grabó Tita Merello lo hizo con ella en 1991. “Grabamos ‘Se dice de mí’, en una versión rapeada, una versión completamente irreverente. Eso fue muy interesante”, rememora Nacha Guevara, que hoy es Tita. Por lo menos arriba del escenario. Cambió el rubio Evita por el morocho arrabalero, que le impone meterse en la piel de la Merello, en el musical “Tita, una vida en tiempo de tango”, que dirige y escribió con Alberto Negrín. Por las noches en el teatro Metropolitan I, bajo la dirección musical de Alberto Favero, comienza la transformación cuando canta sus canciones y revive los momentos de la vida de la actriz que murió en 2002, a los 98 años. Una vida que tal vez, a pesar de la fama, no era la que quería vivir. “Ella fue tan grande, tan grande como actriz y como artista casi a pesar suyo. Nunca entendió por qué le pasó lo que le pasó. Cuando le preguntaban ‘por qué llegó aquí’, contestaba: ‘por hambre’. Lo hacía maravillosamente bien, era única, impagable, pero tal vez en el fondo quería otra cosa, no lo sé. A pesar de la entrega extraordinaria que tenía, eso no logró completarla. Hay algo que siempre quedó ahí roto. Una infancia tremenda, orfanato, el padre muerto, trabajar en el campo con un tío, que se dice que la violaba. Si hay algo que la define es que es una gran solitaria”, cuenta Nacha de Tita. Dos mujeres de distinta generación, pero con la misma intensidad. -¿Cómo fue ese primer encuentro con Tita? -Yo estaba haciendo “La mil y una Nachas” en el milenio pasado, ¡sí, el milenio pasado! (en 1973), en San Telmo. Era un espectáculo exitoso, muy bello, fuera del circuito, no tan calle Corrientes. Y una noche, creo que era sábado, apareció Tita a verlo, porque era muy curiosa, tenía una cabeza muy joven, muy abierta. Imaginate la excitación de todo el mundo porque había ido Tita Merello a vernos. El teatro era el “Margarita Xirgu”, estaba preparado como café concert y quedaba un pasillito libre en el medio. Ella estaba sentada más atrás de la mitad de sala. Y cuando terminó la función, mientras estábamos saludando, se levantó y vino caminando, muy cómo era ella. Si se decidió a levantarse era porque ya iba a hacer algo. Vino muy decidida, me miró, se sacó un anillo de oro con un coral, me lo puso en la mano y se fue caminando. -¿Ni una sola palabra? -Ni una palabra. Eso es precioso. Eso lo hace sólo una diva, camina ese pasillo se saca un anillo lleno de significado y te lo da. Y no tiene que decir nada, se va como una reina. Ahora, que hay tanta diva, ninguna se va a sacar un anillo y te lo va a dar. En eso me hizo acordar a Eva. Cuando fue a Sevilla, en su viaje famoso por Europa, la llevaron a ver 55


@ personaje  /  personality

Las mil y una Nachas / A thousand and one Nachas El seudónimo tapó el “Clotilde Acosta” del DNI, que dice que nació en Mar del Plata el 3 de marzo de 1940. Nacha hace realidad que la edad no es la que figura en el documento, “A esta altura, ya son los genes”, declara, al mismo tiempo que admite que vivió varias vidas en una. Estudió actuación, baile y fue modelo, también hizo teatro independiente y revolucionó con el recién estrenado café concert de los ’60. La Triple A la puso en la lista negra y volaron el teatro donde se preparaba para estrenar “Las mil y una Nachas”, en 1973. Y como muchos argentinos tuvo que partir. Perú, México, España, Puerto Rico, Estados Unidos fueron su casa en el exilio. “A mi generación le tocó vivir un pedazo de la historia tan acelerada, con cambios tan brutales, que para vivir lo mismo una persona hace tres siglos atrás debería haber vivido 300 años”. La democracia la trajo de vuelta. Filmó con María Luisa Bemberg, Subiela y Barney Finn. Tuvo la ingeniosa irreverencia de mezclar el tango con el rock. Le gustó ser mujer en la TV, donde habló de amor, de conciencia, de ecología. “El Graduado”, “No te Prometo Amor Eterno” junto a Manuel Bandera, y “Eva, el gran musical Argentino” (con 9 premios ACE), la tuvieron como estrella de la calle Corrientes. Irreverente, libre, talentosa y frontal, pero por sobre todo Nacha. “A nuestra generación lo único que le falta, y no sé si todavía no lo voy a ver, es ver bajar los enanos verdes de las naves. Ahora, es más difícil que antes ser individuo, hablar con la voz propia. Pero, no es imposible, aquel que tenga que hablar con su voz, va a hablar pase lo que pase”. Her pseudonym has replaced the “Clotilde Acosta” of her ID document, which says she was born in Mar del Plata on March 3rd, 1940. Nacha

a la Virgen de la Macarena, y cuando la vio, porque es bellísima, se sacó los aros de brillantes que tenía y se los colocó. Es un gesto muy parecido. Y a veces la Macarena, en algunas Semana Santa, sale con los aros de Eva. Así la conocí, después la vi muchas veces, la segunda vez que la vi creo que le pisé a Corbata y me fulminó con la mirada. -¿Qué la decidió a llevar a escena la vida de Tita? -No fue por las canciones, las canciones vinieron después, me parece que es un personaje apasionante. Me gustan las mujeres argentinas fuertes, que se abrieron paso en el siglo pasado a codazos entre los hombres. Esas mujeres tenían que tener una fuerza extraordinaria para hacer algo. El mundo en el que se movió fue la época de oro en nuestra cultura popular, de nuestro cine, literatura, pintura, música, guionistas, actores, todo lo que quieras se juntó en esa época, todo, todo. Es el final de los ‘20, todos los ‘30, ‘40 y principio de los ‘50. Y ahí, chau. También cuando empezamos a trabajar en eso y revisar todos esos artistas, ese material, esa poesía, todo ese cine, te agarra como un amor por lo mejor argentino, y una nostalgia. ¿Qué nos pasó? -¿Tiene una respuesta a esa pregunta? -Muchas cosas, todo lo hemos fabricado. Ese talento se fabricó aquí, es original de aquí, y las desgracias también son originales de aquí. Como en la vida personal todo lo que nos pasa es por algo que hemos elegido. Pero, fuimos eligiendo bastante mal, esa es la cosa. Y se cortaron esas corrientes culturales, donde los tipos estaban tan actualizados. El cine nuestro era igual que el cine del mundo, los músicos también. No había excusas. Había una 56 84 Cielos  Cielos Argentinos  Argentinos :  : Febrero Mayo / /May  February  2011 2011

Eva, el musical

Yiya Murano

makes that date hard to believe. “By now, I’d say it’s the genes”, she says, at the same time she adds she has lived several lives in one. She studied acting and dancing, she worked as a model, and also as an underground theatre actress who revolutionized the new café-theater movement of the 60s. The Triple A blacklisted her and blew up the theatre where she was about to present “Las mil y una Nachas” , in 1973. And like many other Argentines, she had to leave. Peru, Mexico, Spain, Puerto Rico and the United States hosted her in exile. “My generation had to live through a very fast period in history, with lots of brutal changes. Democracy brought her back. She had the clever audacity to mix rock and tango. She enjoyed being the woman on TV who talked about love, awareness and ecology. She starred in “El Graduado”, “No te Prometo Amor Eterno” with Manuel Bandera, and “Eva, el gran musical Argentino” (with 9 ACE awards). “The only thing lacking for our generation, and I don’t know if I’ll get to see this, is to watch the little green men descend from their spaceships. Nowadays it’s harder to be an individual than before, to have a voice of your own. But it’s not impossible. She who has a voice of her own will talk, no matter what”.

necesidad tan grande de expresarse y de expresar esos talentos que traían, que barrían con todo. Y además, como convivían todos juntos, fue un movimiento. No fue una cosa aislada, no era Tita sola, Discépolo solo, Lucas Demare, Manzi solo, eran todos. Era una corriente. Ése es nuestro patrimonio. Ese es el que yo elijo, tal vez para otra gente no, pero, para mí, mi herencia cultural son ellos. Entonces, hay que rendirles un homenaje, no sólo a Tita, sino a esa época, a ese talento, a esa valentía que tuvieron esos artistas. No tenían miedo a mostrar lo que les pasaba y a decir las verdades de su corazón. - Tita decía: “Soy insolente de nacimiento y de temperamento”. ¿Ésas podrían también ser sus palabras? -Y además dijo, “tengo con que ser insolente”. Sí, soy insolente como ella, porque compartimos algunas cosas de la historia personal que hacen que, sobre todo en las mujeres que no han tenido relación con sus padres, que no los han conocido, que se han muerto, que las han abandonado, cualquiera sea las circunstancias, no reconozcamos la autoridad. No es rebelarse contra la autoridad, porque cuando te rebelás contra la autoridad es que la reconocés. Es un paso anterior, como no estuvo esa información en el momento que tenía que estar en el cerebro humano, no se la reconoce. Y en eso sí me identifico con Eva, con Tita, con todas las mujeres que han vivido esa experiencia. Y, por eso, no es que sea contra, es que sencillamente no se la reconoce. Pero es insolencia creativa, la de Tita no es insolencia al pedo. -¿Y la suya? -A veces sí, a veces no. [Risas]. Pertenezco también a una


generación de insolencia creativa. Fue la generación que en los ’60 explotó con el DiTella, con la nueva canción, con el café concert. Es que la creatividad siempre trae insolencia. Tiene que traerla, porque viene con algo que en un momento antes no estaba, que no es completamente nuevo porque toda creación es reciclable a algo que ya hay. Pero, sí es nuevo en la forma que se presenta. Todos los artistas que siempre han hecho algo nuevo han sido siempre resistidos de entrada. Así que la insolencia es parte de la vida de un artista. -Usted dijo hace poco, que era tiempo de buscar nuevas utopías. ¿Cuál sería la nueva utopía? -Al fin y al cabo es la más antigua de todas, lo único que es común a todos los seres humanos en todos las épocas de la humanidad es el deseo de ser feliz. Esa es la base de nuestra existencia. Ahora, como hemos tomado los caminos completamente equivocados, nos parece que es tan inalcanzable, imposible. Estamos llenos de creencias que se pelean con esa necesidad esencial e irreemplazable que traemos, venimos a eso. La nueva utopía tiene que ser un sueño colectivo. Las utopías son sueños colectivos, y como esta época es tan individualista, nos ha llevado a ser a todos tan individualistas, ocurrirá algo. Porque hay cosas que suceden que son procesos de la evolución y, cuando el universo decide que tienen que suceder, suceden. -¿Es existencialista? -Siempre, siempre. Como si fuera el último de uno. Hay una pregunta que siempre se hace, “¿si fuera el último día de tu vida que harías?”, y la respuesta nos sorprende. Casi siempre no estamos haciendo lo que haríamos. -¿Y usted qué haría? 58

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-Yo me iría a Polinesia. Jacques Brel, el maravilloso cantante, autor y todo, cuando enfermó de cáncer se fue a vivir a Polinesia. Y dijo: “Tuve que esperar a tener cáncer para hacer lo que yo deseaba”. Y cuántos en la vida postergamos los deseos. -¿Por cobardía? -Es cobardía siempre. Es miedo. Miedo. Porque vivimos en un mundo en el que no estamos gobernados por nadie ya no hace falta, se han establecido de tal manera las cosas que lo que gobierna es el miedo a nivel de conciencia. Hay miedo a la enfermedad, a la pobreza, al terremoto, ahora a la fuga nuclear, a la riqueza, a la guerra, al éxito, al fracaso. ¡Uauuuu! Basta de miedo. - ¿Nunca más la política? -Después de la utopía. [Risas]. No es para mí, soy una persona muy ejecutiva, me gusta ver las cosas realizadas muy rápido. Estoy acostumbrada desde chica a autogestionarme, soy muy independiente, entonces depender de varias personas para levantar un alfiler del piso me puede llegar a volver loca. Y hablar tanto al pedo es algo que yo no tolero, me gusta la acción. No es para mí el desgaste que tiene. Yo aprendí temprano que por mí pueden decir lo que quieran de mi trabajo, que soy la peor, la mejor, todos tendrán sus razones y no me afectan en absoluto. Ahora, estar expuesta como están los políticos, a que digan de ellos lo que sea, con razón, sin razón, que se metan con su familia, a eso no estoy dispuesta. He sido siempre una persona muy privada, y eso no lo puedo negociar. -Alicia Moreau de Justo, Eva Perón y Tita son mujeres fuertes que dejaron su huella. ¿La pondría a Cristina en esa lista? -No es tiempo todavía. Todavía Tita está muy cerca. Son menos de 10 años que murió. El otro día me di cuenta de que era demasiado cerca de contar la historia, y me dije: “Uauuu”. Es así, hay que tomar más distancia. -¿La votaría si se postula? -Yo creo que sí. -¿Cómo se ve dentro de veinte años? -No sé, yo creo que en veinte años estoy afuera. Cuando deje de ser completamente independiente, me voy. Ésa es una decisión que tomé. Y las cuentas están a mano, porque si fuera hoy… mi vida está cumplida. > The first time they met, they didn’t speak; only a gesture in complete silence. Many times, words are not necessary. It was in the 70s, in San Telmo, maybe on a Saturday night; it doesn’t matter. The exact date is not part of the memory; only the gesture. That was the silent beginning of a long lasting mutual admiration. Then came several more encounters in which they did speak and even sang together. The last song recorded by Tita Merello, in 1991, featured Nacha. “We recorded a rap version of ‘Se dice de mí’. It was a totally irreverent version. It was very interesting”, recalls Guevara, who is Tita today; at least on stage. She changed her Evita blonde hair for a wilder dark color, a requisite for playing Merello in “Tita, una vida en tiempo de tango”, a musical written and directed by Alberto Negrín. Every night at the Metropolitan theatre, under the musical direction of Alberto Favero, her transformation begins when she starts to sing Tita’s songs and relives the life of the actress who passed away at the age of 98, in 2002. It was a life that, in spite of the fame, she didn’t want to live. “She was a big star, almost in spite of herself. She never quite understood why all that happened to her. When she was asked why she got there, she would answer ‘because I was starving’. She was undeniably great; she was wonderful, unique, but


@ personaje  /  personality

maybe deep inside she wanted something else, I don’t know. Even when she devoted herself to her career, it never really fulfilled her. There was always something broken inside of her: a terrible childhood; the orphanage; her dead father; working in the fields with an uncle, who is said to have raped her. She was a loner”, says Nacha about Tita. Two women of different generations, but with the same passion. - How was your first encounter with Tita? - I was doing “Las mil y una Nachas”, last century … yes, last century! (in 1973) in San Telmo. It was a very successful show; very beautiful, underground, not main stream at all. And one night, I think it was a Saturday, Tita came to check it out, because she was very curious; she had a very young personality, very open minded. Imagine how excited everyone was that Tita Merello had come to see us. It was at the “Margarita Xirgu” theatre, which at the time was a café-theater type of place, with a little empty isle in the middle. She was sitting at the back of the room. And when the play ended and we were greeting everyone, she stood up and came walking down, very much in her style. She came walking, very determined, took off her gold ring, put it in my hand and walked away. - Not a single word? - Not a single word. It was beautiful. Only a diva does that: gives you a meaningful ring, places it in your hand and walks away. Doesn’t say a word; leaves like a queen. Now, in an era full of divas, no one is going to give you a ring. In that way, she reminded me of Eva (Perón). When she went to Sevilla, during her famous trip to Europe, she went to see the Macarena Virgin, and was struck by her beauty. She took off her earrings and left them there for her. It was a very similar gesture. And sometimes, for Easter, the Macarena wears Eva’s earrings. That’s how I met her. After that I saw her many times. I think on the second occasion I saw her, I stepped on her dog, Corbata, and she gave me a withering look. - Why did you decide to bring Tita’s life to the stage?

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- It wasn’t because of the songs; the songs came later. I think she is a fascinating character. I like those strong Argentine women who elbowed their way among the men in the last century. Those women were extraordinarily strong. She lived in the golden era of our popular culture: our cinema, literature, painting, music, script writing, acting … everything flourished at that time, everything. It’s the end of the 20s, the 30s and 40s, and the 50s. And then: “adios”. When we started working on this idea, researching the material, looking at all that poetry and those films, we kind of felt this deep love and nostalgia for everything that is Argentinean. What happened to us? - Tita used to say “I’m insolent since birth”. Could those also be your words? - She also said, “I have the material to be insolent”. Yes, I’m as insolent as her, because we share some personal stories. - You recently said it was time to look for new utopias. Which would be the new utopia? - In the end, it’s the oldest of them all, what all human beings have wanted throughout history: to be happy. That’s the basis of our existence. Now, since we have taken totally mistaken paths, it seems unreachable, impossible. We’re full of beliefs which fight against that essential and irreplaceable need we have. That’s why we came here. The new utopia has to be a collective dream. Utopias are collective dreams, but this era is so individualistic that something needs to happen. Some things are part of the evolutionary process, and when the universe decides they have to happen, they do. - Would you go back into politics? - After the utopia (laughter). It’s not for me. I’m a very executive person: I like to see things happening, and fast. I was used to managing for myself from a very early age. I’m very independent, so depending on other people to lift up a pin from the floor can drive me mad. I can’t stand so much talking: I like action. The political arena is not for me. I learned from very early on that people can say whatever they want about my job: that I’m the worst, the best, everyone is entitled to an opinion and that doesn’t affect me at all. Being exposed to the way politicians are, is a different thing. People say lots of things about them; sometimes they’re right, sometimes they aren’t. But they also mess with their families. - Alicia Moreau de Justo, Eva Perón and Tita are strong women who left their mark. Would you add President Cristina to that list? - Not yet. Tita is still around. It hasn’t even been 10 years since she passed away. The other day I realized it was still too soon to tell some stories. It was amazing to discover that, but that’s the way it is. You need to have more distance. - Would you vote for her? - I think so. - How do you see yourself in twenty years? - I don’t know. I’m not sure I’ll be around in twenty years. When I cease to be completely independent, I’m out. That’s a decision I’ve made. And I have no regrets, if my life were to end now … my mission in life has been accomplished.


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