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El mar es para los peces

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Un piso firme

Un piso firme

Por María Fernanda Cea Bacot, embajadora de Plastic Fisherman

Uruguay

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PLASTIC FISHERMAN ES UNA INICIATIVA QUE BUSCA, A TRAVÉS DE LA CREATIVIDAD Y EL ARTE, GENERAR CONCIENCIA SOBRE LA CONTAMINACIÓN PLÁSTICA MEDIANTE LA PARTICIPACIÓN DE LA COMUNIDAD.

La contaminación plástica en el océano es un problema que afecta a todo el mundo. La cantidad de plástico en el océano es cada vez mayor y puede causar un impacto grave en la vida marina y en el medio ambiente en general. Sin embargo, hay una iniciativa que está ayudando a combatir este problema de manera creativa y efectiva y desde la generación de conciencia: el proyecto Plastic Fisherman. La idea detrás de este proyecto es simple pero poderosa: convertir la limpieza de la playa en una actividad creativa y divertida. Plastic Fisherman comenzó cuando su fundador,

Rodrigo Butori, un amante del océano y surfista, decidió devolverle algo a la naturaleza después de enterarse de que pronto habría más plástico que peces en el océano. “Muchas personas ven el acto de limpiar la playa como una actividad tediosa, sin sentido y aburrida. El desafío era encontrar una manera de involucrarlos para que tomaran medidas y marcaran la diferencia”, cuenta.

Armado con creatividad y comunicación, decidió hacer una escultura de pescado con el plástico que encontró en la playa. La idea fue compartir esta escultura en Instagram para crear conciencia sobre la contaminación plástica en el océano y animar a otros a hacer lo mismo. A partir de ahí se había autodefinido como #plasticfisherman (pescador del plástico) y la idea se viralizó.

Así nació el proyecto Plastic Fisherman en 2020, bajo una premisa muy sencilla: pescar plástico en la playa y luego usar ese plástico para crear arte. “Entiendo la importancia de mostrar el impacto negativo, pero al mismo tiempo, tener las redes sociales inundadas de malas noticias puede crear una sensación de impotencia”, dice su creador. “Empleamos el arte y la creatividad para inspirar, informar y educar. Todavía mencionamos los números, el impacto y el peligro que representa la contaminación plástica marina para el océano y para nosotros mismos, pero lo hacemos de una manera convincente e inspiradora”. Yo me sumé a la iniciativa en 2020. Ya tenía el hábito de juntar basura por la playa. Salgo a correr como parte de mi rutina diaria y en esos trayectos, voy recolectando residuos y la voy tirando en cestos. Esta práctica, de hecho, tiene un nombre ya que muchas personas la desarrollan: “plogging”. Un día, antes de unirme como embajadora de Plastic Fisherman en Uruguay, me llega la idea inspirada en lo que hacían de realizar una búsqueda del tesoro. La consigna era que la basura que vaya juntando esos días, la fuera guardando en un cofre para armar una figura con ella y generar conciencia de la basura que hay en la playa. A partir de esa experiencia es que me contacto con el movimiento y a partir de ahí, como algo personal, se me ocurre (con la basura que voy juntando) involucrar a las personas que están en la playa. Los invito y les cuento que existe este movimiento. Es de boca en boca. Lo mío es un arte efímero del momento que termina en el tacho. Lo que es basura de la playa, no se recicla.

A través de su presencia en las redes sociales y eventos como el Plastic Fishing Festival, Plastic Fisherman ha logrado llegar a personas de todo el mundo y crear una comunidad activa y comprometida. El festival anual de pesca de plástico, que se celebra cada Día de la Tierra, es una de las principales formas en que Plastic Fisherman reúne a su comunidad.

Un dato curioso que comparte Rodrigo: “Las personas que empezaron a pescar con #plástico nos dicen que ya no ven plástico cuando caminan por la playa. Ven una aleta, una cola, un ojo... y eso es genial”.

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