El Buque Escuela Simón Bolívar cobra vida y poco a poco, al son del yunque y martillo, el maravilloso velero da paso a un trajinar de preparación para hacerse a la mar. La pintura y los remates hacen lo suyo, aquel buque diseñado para una eslora de 80 metros, ahora tiene 82,40, todas sus vergas y el pico de cangreja son fijos, ingentes decisiones y controversias. Su perfil de velero clásico lo identifica plenamente, el resaltar en negro de las falucheras y la franja continua del mismo color alrededor del casco, le merece una tonalidad agresiva, pero de paz y hermandad. Será un sostenido embajador de buena voluntad y un enlace armónico entre pueblos, naciones y continentes.
El 8 de agosto de 1980, con todo su equipamiento y aparejo de labor completo, se efectúa la recepción técnica. El acta respectiva es firmada por el Jefe de la Misión Naval Venezolana en España, el Director de Astilleros y Talleres Celaya S.A. y el Comandante Militar de Marina de Bilbao (autoridad marítima del puerto). Al fin se arriba al gran día, diecinueve meses han transcurrido desde la llegada de los primeros integrantes de la Misión Naval Venezolana en España. El programa establece para el 12 de agosto de 1980, la fecha de recepción oficial y afirmación del Pabellón Venezolano a bordo del Buque Escuela Simón Bolívar. La secuencia de eventos y la gala del empavesado y uniformes indica la realización de un gran acontecimiento.
Vista del acto de afirmación del Pabellón Nacional tripulación en formación de honores.
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GEOGRAFÍA ESPIRITUAL (Fragmento) El mirador aquel, el balconcillo, atalaya igualmente su paisaje de puerto y su horizonte de mar. Cerca, casi se nos metían por los ojos los velámenes de las goletas. Casi nos arañaban los erizados mástiles de los tres palos: “La Mano de Dios”, “El Neptuno”, “La Isabel”, El falucho “Estrella de Mar”. Yodo y azul encendido revueltos, bulliciosos hasta la barandilla de mi refugio. Mi balconcillo. Cuánto se dominaba desde allí. Era un pequeño mundo diminuto colgado sobre el otro, sobre el mundo grande; espectáculo feérico para los cándidos ojos agrandados.
Felipe Massiani (1906 - 1995)
Elocuentes discursos, premiados con aplausos de los invitados instalados en la tribuna acondicionada al efecto y decorada con los nacionales de España y Venezuela, acorde al acontecimiento más importante del día, cuya secuencia se encuentra con el ocaso de un sol de verano, que da la bienvenida a una nueva estrella, que a partir de la afirmación del Pabellón Venezolano, iniciará sus navegaciones portando las blancas velas y el mensaje Bolivariano: unión, amistad, solidaridad y libertad. La recepción y afirmación del Pabellón Venezolano a bordo del Buque Escuela Simón Bolívar, fue un acto presidido por el Comandante General de la Marina Vicealmirante Rafael Bertorelli Moreno, acompañado de su distinguida esposa señora Ada de Bertorelli. El Vicealmirante Bertorelli firmó el acta de recepción del Buque Escuela, acompañado de la firma del Jefe de la Misión Venezolana en España, en su condición de supervisor de la construcción, y la firma de entrega del Director de Astilleros y Talleres Celaya S.A. Fueron acompañantes del Comandante General de la Marina, en calidad de invitados especiales a este importante evento: el General de División (Av) Maximiliano Hernández Vásquez, Comandante General de la Fuerza Aérea y Sra; el Subdirector de la Escuela Naval de Venezuela, Capitán de Navío Jorge Nava Martínez y su esposa la señora Hayde Herrera de Nava y el Ayudante del Comandante General de la Marina, Capitán de Corbeta Oscar Morales Martínez, acompañado de su esposa la señora Zeila de Morales. En el acto de Recepción y Afirmación del Pabellón Nacional, también estuvieron presentes: el Cónsul General de Venezuela en Bilbao, Doctor Domingo Limonggi; el Agregado Naval, Capitán de Navío Cirilo Marcano Mata, el Agregado Militar, Coronel Carlos Prato y el Encargado de Negocios ante la Embajada de Venezuela en España.
Recepción del Buque Escuela Simón Bolívar. Afirmación del Pabellón Nacional. El Comandante General de la Marina Vi c e a l m i r a n t e R a f a e l B e r t o re l i M o re n o e n compañía del General de División (Av) Maximiliano Hernández invitado especial y el Capitán de Navío. Saúl A. Chacín Sánchez.
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Las palabras elocuentes del Vicealmirante Rafael Bertorelli Moreno, merecieron un caluroso aplauso de los asistentes. Seguidamente se leyó la resolución designando al Comandante y la tripulación del Buque Escuela Simón Bolívar. El Comandante de la Armada hace entrega del Pabellón Nacional y del Gallardete de Mando; el primero para su afirmación en el asta de popa con la interpretación del Himno Nacional de Venezuela y el segundo como símbolo de comando, fue izado en el penol de estribor de la verga más alta del palo trinquete. Con motivo de la recepción del Comando del Buque Escuela Simón Bolívar, el Capitán de Navío Saúl Antonio Chacín Sánchez, expresó las siguientes palabras: En el día de hoy 12 de agosto de 1980, se escribe una página trascendental en la historia de la Marina venezolana, ésta recibe su Buque Escuela, fruto de profundos pensamientos, grandes anhelos y una confianza sin límites. La importancia de este sencillo evento se ilumina por entre las rendijas de los siglos, para crear un símbolo moderno, en época de donde las ideas surcan en fracciones de tiempo las mayores distancias del mundo inteligente conocido. La juventud naufraga, al enfrentarse a la tempestad de ideas y la tecnología avasallante del mundo actual, súbitamente da la impresión de ser incapaces de mantenerse en superficie, ante el embate estruendoso de la rápida evolución y el madero salvador se sumerge y flota, resistiendo los embates naturales de la tempestad. Se menciona el símbolo, porque el nuevo Buque Escuela constituirá el eje motriz, que construido en el presente, con ideas del pasado, moldeará el carácter, el espíritu de equipo y dará la formación marinera a los jóvenes que en el futuro serán hombres de mar de la Marina venezolana. El símbolo, del símbolo. Lleva este buque el nombre de una gloria inconmensurable, vivo reflejo de la misión que deberá desempeñar, fundamentado en los atributos de un genio superior. Infinita paciencia, perseverancia y tenacidad inquebrantables, absoluta fe en el triunfo final y amor a la libertad, que representa la profunda convicción de un hombre en sus ideales, es el espíritu de sacrificio reflejado en una acción lucida de gloria, es el pensamiento decidido de uno de los hombres más heroicos de todos los tiempos Simón Bolívar. La tripulación del Buque Escuela no aspira su sabiduría, ni su genio polifacético y creador, desea su espíritu joven y enérgico, su fe, voluntad y ganas de triunfar, para que unidos a la bendición del Todopoderoso nos permita cumplir con la misión encomendada.
Es profunda y embriagante la emoción de este momento, el sueño se ha convertido en realidad. El Pabellón de nuestro Buque Escuela, ha recorrido triunfante y glorioso medio continente americano, honrado y respetado por cinco repúblicas, blasón, ejemplo de la libertad y libre determinación de los pueblos, símbolo de la consideración y proyección de un ideal noble y justo; será izado y arriado a partir de este momento con los honores que ha conquistado, será la tripulación del Buque Escuela Simón Bolívar la responsable de cumplir este mandato superior aún con riesgo o sacrificio de su vida. Tripulación del Buque Escuela Simón Bolívar: hemos recibido con esta unidad el más grande honor que pueda otorgársele a un profesional de la Marina venezolana. Doble responsabilidad que estoy seguro sabremos compartir juntos, la de ser portadores y difusores de los principios e ideales Bolivarianos, junto con las expresiones de buena voluntad y sentimientos de hermandad del pueblo venezolano, conjugado esto a la noble y responsable misión de formar el espíritu y carácter profesional de nuestros sucesores. Tripulación del Buque Escuela Simón Bolívar: no puedo predecir nuestro futuro, ni lo que nos tiene deparado el destino, pero por sobre todas las cosas, debemos mantener una profunda fe en el porvenir de nuestra Patria y nuestra Institución con una profunda confianza en los hombres que las dirigen. Una significativa y agradable coincidencia: el Buque Escuela ha sido construido en la tierra donde vieran luz los antepasados de la familia Bolívar. El destino de una manera casual ha juntado de nuevo a los Bolívar, y ha sido de orgullo y un gran honor para los venezolanos integrantes de la Misión Naval y tripulación del Buque Escuela, el haber cumplido con esta honrosa responsabilidad, en tierra de tan noble estirpe y a la cual todos los venezolanos debemos un profundo agradecimiento, y donde dejamos cariño, amistad y una gran comprensión. No deja de ser motivo de inquietud la misión futura que desempeñará el Buque Escuela Simón Bolívar, por esta razón invoco una plegaria al Gran Dios del Universo, para que nuestras singladuras estén amparadas por el don divino de su infinita bondad, y expreso: “Señor omnipotente sitúa un relámpago del Catatumbo cual señal guiadora en cada escollo, punta, cabo, sitio conspicuo o peligro, para que el Buque Escuela Simón Bolívar, navegue por aguas seguras y cumpla a cabalidad con la noble misión asignada”.
Cubierta del Buque Escuela Simón Bolívar, durante una prueba de mar.
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