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Juan Luis Murillo Gonzáles
Juan Luis acompañaba a su padre en una pequeña embarcación sin motor, comenzó a visitar Puerto Chale desde los siete años. En ese entonces, no habitaban muchas personas, sino que venían desde los ranchos de alrededor para realizar actividades de pesca. Desde entonces, es residente de esa comunidad pesquera donde crecieron sus 10 hijos.
Mero, robalo, callo de hacha, camarón y almeja son algunos de los productos que más extraían del mar. Juan Luis define la pesca en Puerto Chale como una de las actividades más bonitas que realizaban en su infancia. Incluso recuerda que embarcaciones provenientes de otros lugares visitaban este puerto, donde el viento y el sol son una constante, para adquirir pesca fresca.
En la memoria de Juan Luis persisten recuerdos en los que aquellas personas que llegaban a Puerto Chale descansaban a la orilla del mar. Los jóvenes de entonces se dirigían a los manglares, simplemente a gozar del lujo simple que provee la naturaleza. Nos comentó también que, una de las razones por las que la población es tan escasa es debido al tema del agua, pues la gente acarreaba el vital líquido desde las rancherías en cubetas que transportaban en el lomo de los burros.
Eventualmente, más familias se mudaron a Puerto Chale, especialmente cuando comenzaron las actividades relacionadas al avistamiento de ballenas, hace aproximadamente cuatro años. La población se compone, principalmente, por familias que provenían de la ciudad de La Paz y sus alrededores.
Juan Luis define la vida en Puerto Chale como tranquila y que mantiene su desarrollo en ascenso. Cree que continuará cambiando a lo largo de los años y que tiene mucho que ofrecer a los viajeros que buscan un lugar remoto inmerso en la naturaleza.
Juan Luis has been visiting Puerto Chale since he was seven years old, accompanying his father on a small motorless boat. At that time, only a handful of people lived there, mostly from nearby ranches, for fishing. Over time, Juan Luis became a resident of this fishing community where he raised his ten children.
He has fond memories of fishing in Puerto Chale, where he would catch grouper, snook, scallops, shrimp, and clams. He recalls how boats from other areas would come to the port to purchase the fresh catch, which was made even more enjoyable by the constant presence of sun and wind.
In Juan Luis' memory, memories persist of those who came to Puerto Chale to relax on the beach. During that time, young people would go to the mangroves to appreciate the natural beauty. He also explained that one of the reasons for the low population is water scarcity. In the past, people would transport water from nearby rancherías on donkeys carrying buckets.
Over the past four years, Puerto Chale has seen an increase in its population due to the rise of whalewatching activities. Most of the inhabitants in the area are families who migrated from La Paz and its surrounding areas.
According to Juan Luis, life in Puerto Chale is peaceful and steadily improving. He is confident that it will evolve further and provide an extraordinary destination for travelers seeking a secluded location surrounded by nature.