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Oct - Dic 2021
R e v i s t a
D i g i t a l
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Español
English
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Editoras Daniela Morales Lisac M. Paola Malavasi Lachner Coordinación editorial Daniela Morales Lisac Revisión de textos Daniela Morales Lisac M. Paola Malavasi Lachner Kevin Pérez Marcela Hernández Diseño gráfico Jose Alberto Hernández Traducción Marcela Hernández Sexta edición digital, Octubre 2021
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TEOR/éTica arte + pensamiento Equipo y colaboradores M. Paola Malavasi Lachner Daniela Morales Lisac Paula Piedra
Codirectora y Educación Codirectora y Coordinación Lado V Codirectora y programación
Kevin Pérez Méndez Viviana Zúñiga
Archivo y biblioteca Archivo y biblioteca
Gisela Aguilar Fabiola Villalobos
Soporte administrativo Administración
Esmeralda Peralta Servicios generales Félix Montano Seguridad www.teoretica.org 4
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Contenido
08 Nota de las editoras
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Atendido Por sus Propietarios
AVAA SONORO Artes Visuales ES Trabajo
Conversa con Angélica Teuta y Gabriel Zea
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Daniela Morales Lisac Lola Malavasi Lachner
AVAA - Artistas Visuales Autoconvocades Argentina
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20 Permanencia y desgaste: Nombrar nuestros recorridos para poder desempacar Cooperativa Cráter Invertido
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Sobre dar todo y aceptar menos: Confesiones y credos
Reseña: Los Arte/ Comunes: Antropología más allá del capitalismo, de Massimiliano Mollona
LaRuidosaOficina: Mariela Richmond Marga Sequeira Catalina Tenorio
Paula Piedra
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Nota de las editoras Daniela Morales Lisac Lola Malavasi Lachner
¿Cómo nos sostienen los cuidados comunes/colectivos/grupales? ¿Cómo mediar con las crisis/ urgencias permanentes? ¿Cómo permanecer en una resistencia sin llegar al desgaste? 8
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¿Qué posición se toma ante un mundo del arte que sigue unas lógicas que chocan o entran en conflicto con las nuestras? ¿Cómo poner en práctica una economía solidaria? En el 2020 surgieron muchas preguntas sobre el estado de las escenas culturales a partir de diferentes situaciones laborales que se vieron exacerbadas por la pandemia por COVID-19. Estas preguntas nos motivaron a explorar la relación entre arte y economía en una búsqueda de otras maneras en las que se podría conciliar la labor que se hace desde la cultura, con formas de remuneración y prácticas laborales menos explotadoras y aplastantes. Con el propósito de adentrarnos más en el territorio de las economías comunes, invitamos a Cráter Invertido (México), Atendido por sus propietarios (Colombia),
Artistas Autoconvocades (Argentina), La Ruidosa Oficina (Costa Rica) y Paula Piedra (Costa Rica) a compartir sobre sus propias experiencias en torno a economías solidarias/afectivas, así cómo a hacer una reflexión en torno a modelos alternativos de gestión y sostenibilidad. Por medio de esta Buchaca buscamos imaginar cuales son otras posibilidades para conciliar algunas de las tensiones que se generan a partir de un sistema que inevitablemente tiene lógicas que chocan con las artes, y quizás trazar caminos alternativos para lidiar con una realidad actual repleta de incertidumbre.
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{APP}
Atendido Por sus Propietarios Conversa con
Angélica Teuta y Gabriel Zea
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En mayo de 2021 se crea la Fundación Atendido Por sus Propietarios (APP). La iniciativa, sin embargo, sucede un año antes, debido a la necesidad de los artistas independientes de colaborar y cooperar entre nosotros para buscar juntos soluciones propias en medio de una crisis pandémica. Creamos redes de ayuda, fortalecemos los lazos de confianza existentes y no olvidamos al otro.
Somos Angélica Teuta, Ada María León y Gabriel Zea; tres artistas contemporáneos con amplia experiencia en el medio en la gestión y la producción de proyectos, obras de arte, creación gráfica y editorial, pedagogía de las artes y demás tareas propias del arte en la actualidad.
Acogemos a una red de artistas independientes en diferentes lugares de Colombia, con diferentes trayectorias y modos de hacer en el arte. Nuestros artistas ofrecen una amplia gama de obras que pasan por el dibujo, la pintura, la escultura, la instalación, el video, el performance, el arte sonoro y el arte digital.
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Enlace a la conversa
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AVAA SONORO Artes Visuales ES Trabajo AVAA Artistas Visuales Autoconvocades Argentina
“AVAA SONORO - Artes Visuales ES Trabajo” por Artistas Visuales Autoconvocades Argentina (AVAA) es una pieza que recopila sonidos que plasman el espíritu heterogéneo, federal y participativo de nuestra red, y que reflejan las inquietudes y los tópicos que atraviesan a quienes la conformamos. Entre otrxs, participan: • Comisión Ley Federal para la creación de un Instituto Nacional de las Artes Visuales: Soledad de Salta. • Comisión Tarifario de Artes Visuales: Sofía de Córdoba. • Comisión Autocenso para lxs trabajadorxs de las Artes Visuales: Mariel de La Plata. • Comisión Comunicación, redes y agite: Dimas de Catamarca.
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• Idea: Vir de Entre Ríos. • Edición y máster de sonido: JiDo de Rosario. • Estrenado en Radio CASo, del Centro de Arte Sonoro (3 de mayo, 2021).
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Sobre AVAA / Artistas Visuales Autoconvocades Argentina AVAA / Artistas Visuales Autoconvocades Argentina es una red federal, autogestionada, colaborativa y horizontal, conformada por trabajadorxs de las Artes Visuales de todo el territorio argentino. Desde marzo de 2020, dado el contexto de emergencia sanitaria, social, económica y cultural que aún persiste, nos encontramos periódicamente con el objetivo de analizar de qué manera podemos sostenernos, contar con nuevas herramientas para lograr nuestro reconocimiento como trabajadorxs, avanzar ante las necesidades históricas que fueron quedando postergadas, y fortalecernos como comunidad a través del intercambio.
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Nos organizamos para generar una Guía de Recursos y el 1° AutoCenso de Trabajadorxs de las Artes Visuales. Trabajamos junto a otros colectivos en la mejora y actualización del Tarifario, cuya versión 2021/22 publicamos recientemente. Participamos en la reglamentación de una Ley Federal para la creación de un Instituto Nacional de las Artes Visuales y lanzamos una campaña de difusión del proyecto, a la cual estamos abocados. Contamos con comisiones que tratan otros temas de nuestro interés, como son Ambiente, Salón Nacional, Recursos, MICA (Mercado de Industrias Creativas), Monotributo, y otras. El arte es esencial para la vida: Nuestro principal objetivo es llevar esta consigna adelante, afrontando todas las instancias que sean necesarias.
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Escucha dando play
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Permanencia y desgaste: Nombrar nuestros recorridos para poder desempacar Cooperativa Cráter Invertido
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inicio
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PRIMERA CASA Dicen que los mundos están compuestos de aspectos minúsculos y que las transformaciones profundas se manifiestan en pequeños detalles. Otras veces los movimientos son más visibles, evidentes. Lo que empezó como una conversación entre compas de TEOR/éTica y Cráter Invertido en torno a las transiciones, las economías afectivas y la colectividad, nos llevó a reflexionar sobre cómo hemos llegado al presente y a hacer visibles algunas trayectorias de nuestro ser colectivo. Indagamos juntxs sobre posibles respuestas a cuatro preguntas: ¿Cómo nos sostienen los cuidados comunes, colectivos, grupales?
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¿Cómo lidiar con las crisis y las urgencias permanentes? ¿Cómo permanecer en resistencia sin llegar al desgaste? ¿Qué posición tomar ante un mundo del arte que sigue lógicas que chocan o entran en conflicto con las nuestras? Aunque no son los únicos y definitivamente cualquier respuesta que articulemos se mantiene abierta y cambiante, tomamos estos cuestionamientos compartidos como punto de partida para dar sentido a nuestro presente.
PRIMERA MUDANZA
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Lidiar con las urgencias y las saturaciones es algo en lo que tenemos experiencia, tanto individual como grupalmente. Estamos cotidianamente generando los canales necesarios para dar resolución a tareas, conversaciones y fechas límite tanto internas como externas. A menudo “estamos en llamas”, ya sea que se trate de entregar trabajos, dar seguimiento a proyectos, afrontar situaciones emocionales o porque no hemos pagado el gas y el Internet. A veces no nos queda más que continuar, avanzar y guardar los sentimientos y los pensamientos que trae consigo el desgaste. Hacemos lo que se tiene que hacer en el momento. Los procesos de reflexión y sentido colectivo vienen después, cuando dedicamos tiempo y disposición para ello. Asambleas, conversaciones de pasillo, días de pausa. 25
SEGUNDA CASA De casa en casa, de salto en salto, vemos aparecer nuevas palabras y poco a poco se vuelven parte de nuestra cotidianidad. Las hacemos nuestras y las abrazamos en acciones, vamos practicando con ellas nuevas posibilidades. “Autocuidado”, “apoyo mutuo”, “lo afectivo”, “reciprocidad”, “confrontación”, “heteropatriarcado”, “lógicas del poder”. ¿?Cómo llegamos a usarlas? ¿Cómo podríamos historiarnos desde otras puertas de acceso que no sean las de siempre y que sean más singulares? También hace falta encontrar las palabras para nombrar nuestros descuidos. Aún no sabemos cómo continuar este camino sin llegar al desgaste, aunque sí hemos aprendido a regenerarnos y a soportarnos entre mano y mano.
SEGUNDA MUDANZA ¿Cómo narrarían los muebles de Cráter Invertido los vínculos que se tejen en su interior? Por ejemplo, la escoba, la imprenta Riso, la cama, ¿cómo contarían su lugar dentro de casa, la frecuencia de su uso y de su limpieza, las veces que conviven juntas o por qué nunca se ven? ¿Por qué hay una cama en nuestro espacio y cuál es su historiavivencia? ¿Cómo conversaría esa cama sobre las tres casas que le ha tocado compartir? Cada uno de los espacios que hemos habitado ha sido partícipe y configurador de las dinámicas colectivas. De la bodega festiva a la casa multihabitada en sus varias habitaciones divididas, o la casataller en la que intentábamos regenerar nuestra colectividad cuando llegó la pandemia de Covid-19. Hasta ahora, cuatro casas en nueve años.
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TERCERA CASA A lo largo de su vida, Cráter Invertido ha sido percibido de muchas maneras entre quienes lo han leído como espacio social anarquista, taller de artistas o espacio multifacético. Una constante durante mucho tiempo fue la visibilidad predominante de los integrantes varones del colectivo, cualidad no exclusiva de esta cooperativa, sino que sucedía y sucede en muchos otros proyectos mixtos en los que participamos. Desde su primera configuración espacial (Juan Lucas Lassaga, 2012), el género y las relaciones de poder fueron parte de las reflexiones y las conversaciones cotidianas. No obstante, cuando nos enfrentamos a ciertos señalamientos internos y externos relacionados con violencias machistas, encontramos que nuestras herramientas eran insuficientes.
TERCERA MUDANZA Tuvimos la necesidad de frenar los impulsos por responder a un deber-ser, hablamos y lloramos mucho, nos tomamos tiempo para desanudar las tripas, para barrer, cambiar de aires, reaprender a respirar. En ese tiempo habitábamos la segunda sede de Cráter (Icazbalceta, 2014-2019), una casa enorme que nos permitía compartirnos con muchas otras colectividades y proyectos. Allí seguimos nuestra búsqueda amplia y silenciosa de referentes:
¿Quiénes tienen experiencia en responder, desde éticas libertarias, a las violencias que ejercen nuestros propios compas y sobre las que ejercemos o hemos ejercido nosotrxs? ¿Esperamos herramientas dadas o podemos asumir hacer las propias? Años después entenderíamos la importancia de conectar con nuestra propia dignidad, mirar(nos) de frente, abrir la escucha y el corazón. Sacudir la vergüenza, asumir la 27
contradicción y abrazar la complejidad, no de maneras cínicas sino para atrevernos a nombrar todo lo que nos atravesaba. Esa búsqueda nos llevó a habitar una tercera sede, involuntariamente transitiva, en donde sostuvimos la colectividad mientras reflexionábamos sobre las relaciones de poder, la cultura de la cancelación, diferentes prácticas y posicionamientos antipatriarcales.
CUARTA CASA En 2020, a ocho meses de comenzada la era Covid, volvimos a transformarnos. Esta vez decidimos apostar al cuidado desde la articulación de lo colectivo aún en tiempos de distanciamiento social. Una vez más lo hicimos atravesando muchos dolores, urgencias, tristezas, enojos, violencias sistemáticas y precariedades. Redujimos el espacio físico pero crecimos la vida común, nutrimos los imaginarios sobre el presente ante un contexto global que se anunciaba catastrófico. Consideramos prioritario mantener un espacio porque, aunque no es el único sitio donde sucede la colectividad, ahí habita mucha de nuestra infraestructura: la
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imprenta, la biblioteca, el archivo físico, la radio. La casa común es también un lugar de encuentros, con sus respectivas mareas altas y bajas. Quizás ahí hay un punto clave: podemos navegar las urgencias porque también existen momentos de calma, de disfrute, de goce y de vida.
vehíiculo uno ¿CÓMO NOS SOSTIENEN LOS CUIDADOS COMUNES, COLECTIVOS, GRUPALES?
CAJA 1 Cráter Invertido comenzó con el deseo de juntarnos para explorar las potencialidades sociales del arte, pero probablemente ahora podríamos describirlo más como un espacio para no estar solxs, tanto en el sistema del campo del arte como en el régimen que incrementa la impotencia a través de formas de competencia y rapacidad. Los cuidados colectivos nos sostienen de manera emocional y existencial. La mayor parte de las veces no son un sostén económico, pero hay una necesidad de reunirnos para trabajar conjuntamente en lugar de caer en el aislamiento y la guerra individual de cada unx contra la máquina de muerte.
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La apuesta por trabajos en colectivo nos hizo ir notando que una parte de nosotrxs se rompía cada vez que no había tiempo de hablar o expresarse en términos de lo afectivo. Que la negación o la anulación de nuestros sentires no podía seguir guiando nuestras presencias. ¿Por qué no involucrar esos sentires si, al final, la colectividad también es una apuesta por un bienestar común? Recurrentemente, el mismo ritmo de trabajo exige el ocultamiento de todo lo que vamos sintiendo. En ocasiones porque existe una división entre “espacio de trabajo” y “espacio personal”, otras veces porque se dificulta expresar nuestros sentires o disensos frente al otro, y aún más a menudo porque se teme a quedar expuesto. Los sentires se relacionan con vulnerabilidad, insuficiencia, incomodidad o temor al conflicto. Nos obligamos a seguir, a trabajar o producir aun cuando un desgarre interior nos acompañe. 29
CAJA 3 Nos sostienen los diálogos, los aprendizajes, los proyectos creativos. Las varias y múltiples aperturas a la imaginación, a la sensibilidad visual y sonora. Quizá, también, la construcción de alfabetos y signos en común: gestos, acciones, imágenes que se repiten o se convocan. Nos sostiene la escucha y la contención que han emergido de múltiples crisis, inestabilidades y fragmentaciones a las que nos hemos enfrentado a través de los años. Permanece la insistencia en que otras formas, otros mundos, son posibles, como dicen lxs zapatistas. Diríamos que nos sostiene la habilidad de vivir con el agua hasta el cuello pero quizá suene dramático y con poca agencia. Así que mejor diremos que seguimos aprendiendo y ensayando estilos de nado sincronizado para que, cada vez que el agua nos vuelva a llegar hasta el cuello... sepamos nadar.
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vehiculo dos ¿CÓMO LIDIAR CON LAS CRISIS Y LAS URGENCIAS PERMANENTES?
CAJA 1 Organizarse de manera asamblearia puede ser cansado pero permite escuchar la diversidad de voces y crear conjuntamente. En ese proceso es importante ceder la palabra y dejar de lado, en cuanto sea posible, los impulsos egoístas de cada unx. Pero no sólo se trata de egos sino de mediar los procesos considerando una serie de privilegios estructurales que abarcan la clase, el género, el color de piel, las formas de hablar y mucho más. Aprender a hablar pero también a callar, a escuchar, a preguntar con curiosidad real y a hacer sentido colectivo.
CAJA 2 Buscar equilibrio entre la urgencia-crisis permanente y el cuidado se vuelve un ensayo continuo. Hay que tomar descansos, parar para preguntarnos si vamos bien, si el camino nos va dando luz para seguir o si necesitamos que se prenda una velita o se recarguen las pilas de nuestra lámpara. Confiar en que el colectivo puede tener la capacidad de afrontar la urgencia o dejar que el tiempo de la urgencia no nos domine, combatir la inmediatez o la respuesta rápida. Nuestros tiempos no siempre pueden tener la velocidad que pensamos necesaria, pero afrontar eso como una posibilidad y no como una desventaja aliviana un poco. Lo complicado es entender que los pasos que damos, aun en la colectividad, no tienen el mismo ritmo, cada persona lleva una zancada específica, y pretender caminar juntxs es aprender a detenerse para esperar al otrx o ver el final no como una línea recta, sino como un sonido con altos, bajos y todo su espectro.
vehiculo tres
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¿CÓMO PERMANECER EN RESISTENCIA SIN LLEGAR AL DESGASTE?
CAJA 1 Permanecer en resistencia no puede ser un imperativo porque de esta forma pronto se cae en el desgaste. Permanecer en resistencia es una necesidad, algo a lo que nos vemos obligadxs porque allá afuera el mundo no ofrece formas dignas de vida.
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CAJA 2 La posición de resistencia necesita una guardia alta. Temer que cualquier descuido se convierta en un Knockout. Pero la resistencia también es un entramado que ofrece múltiples formas. No siempre es esa guardia, o no sólo es un ataque frontal. La resistencia está también en pequeños actos cotidianos.
CAJA 3 Existe una advertencia continua, sobre experiencias anteriores, del curso en pendiente de procesos y entornos desgastados, relaciones fracturadas, frustraciones atrasadas. Las alertas emergen cuando en nuestro recorrido faltan cuidados o hay atropellos continuos. La preocupación y el deseo de percibir estos caminos, de cambiar rumbo, de frenar, observarlos y girar, se vuelve un sostenimiento de nuestra colectividad.
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vehiculo cuatro ¿QUÉ POSICIÓN TOMAR ANTE UN MUNDO DEL ARTE QUE SIGUE LÓGICAS QUE CHOCAN O ENTRAN EN CONFLICTO CON LAS NUESTRAS?
CAJA 1 La etiqueta del arte es solamente una máscara o un disfraz. Lo importante probablemente no es el arte, sino cómo usamos los privilegios del mundo del arte para visibilizar otros procesos sociales más importantes, luchas, modos de vida, visiones, etc. El mundo del arte es muy competitivo en general y en México es muy pantanoso. Por ese motivo, muchas veces es mejor hacer las cosas paralelamente o tangencialmente a ese mundo. Si bien el arte como ideal ha servido para dar cabida a todo tipo de iniciativas para transformar la realidad, el mundo del arte materialmente puede llegar a ser muy engañoso, hipócrita, hasta peligroso. Y, sin embargo, la libertad que permite el concepto de arte nos impulsa.
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Al mundo del arte y a sus lógicas hegemónicas— individualistas, capitalistas, de competencia—los confundimos con nuestra continua búsqueda por una vida digna colectiva.
CAJA 3 Una posición de no pertenencia, de alejamiento, de distancia ante el mundo del arte y ante otros “mundos” como las hegemonías académicas o laborales. No obstante, un recordatorio: usar el mundo del arte, saber que somos usadxs y en ese uso, jugar, ocultar y transgredir.
DESEMPACAR A COOPERATIVA CRÁTER INVERTIDO es un espacio de articulaciones entre prácticas artísticas y procesos colectivos para crear imaginarios comunes. Autogestionamos una casataller en la Ciudad de México, habitado por una imprenta risográfica y una 33
radio libre, entre otras herramientas de diálogo, encuentro y autoedición. La cooperativa también se nutre de una variedad de procesos descentralizados relacionados con el cuidado y la defensa de los territorios, las (bio) diversidades, el aprendizaje compartido y la/s comunalidad/es.
DESEMPACAR B Desde 2013 somos parte de Arts Collaboratory, un ecosistema translocal conformado por 25 organizaciones de diversas geografías, centradas en las prácticas artísticas, los procesos de cambio social y el trabajo con comunidades más amplias, más allá del ámbito del arte. Como parte de los múltiples intercambios que suceden en la red, conformada principalmente por colectividades del sur global, hemos organizado y sido partícipes de múltiples residencias, encuentros, asambleas, proyectos colaborativos y grupos de trabajo. Arts 34
06 Collaboratory busca reunir conocimientos y fuerzas para cosechar procesos de organización colectiva que exploren las potencialidades de las prácticas artísticas y las transformaciones sociales.
Organizarse en colectivo es un aprendizaje cotidiano Llevamos varios años andando en caminos diversos de prácticas artísticas, activismo social, luchas comunitarias e imaginación radical. Nos hemos encontrado y reencontrado varias veces, por épocas crecemos y nos multiplicamos, también hay ocasiones de soltar, decrecer, ser menos. Cada persona que ha habitado o hecho de Cráter su espacio, su hogar o su proyecto ha dejado manifestaciones materiales de su andar y de sus sentires, ha formado y constituido parte de nuestras andanzas y aprendizajes. Nunca aprendemos solxs. En estos caminos, con esos
vehículos, hemos ido y venido de conversaciones y asambleas que nos reconstituyen o nos hacen adoptar formas diversas. No somos nunca lxs mismxs. Las continuidades y los cambios, los incendios y las cirugías nos hacen ser unxs ahora y continuar en movimiento. Constantemente regresamos a ese “estar juntxs” como una potencia de apuesta sobreviviente y, aunque sea por breves espacios, gozamos de seguir cambiantes, asumir los traslados, mudar de piel y volver a crecer raíces cada vez que sea necesario.
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SOBRE DAR TODO Y ACEPTAR MENOS: CONFESIONES Y CREDOS LaRuidosaOficina Mariela Richmond Marga Sequeira Catalina Tenorio
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Nos movemos en un espacio complejo, accionamos nuestro hacer en la mediación que enlaza nuestras vidas personales con nuestros deseos profundos, nuestras posiciones políticas y nuestras esperanzas idealistas. Eso nos ha puesto en situaciones condescendientes y vulnerables, que claramente no podemos aceptar. Sin embargo, sabemos que si no seguimos haciendo desde donde se puede, desde donde podemos, seguramente no haríamos nada. Con esa confusión, con el cansancio de reuniones y sesiones de escritura colectiva e individual a deshoras, y con maromas por la subsistencia es que escribimos este texto que no tiene respuestas. No quiere ser un berrinche victimista, pero tampoco un análisis frío de la situación y menos un
discurso cursi sobre “seguir adelante” sin importar nada. Nos parece importante nombrar el problema de la (in)sostenibilidad y hacerlo visible, porque en los espacios del arte poco se habla de qué es lo que realmente paga las cuentas, ni cuál es el costo de mantener una práctica artística. Presentamos entonces nuestras declaraciones, micro-vómitos, confesiones, credos, archivos y una lista de estrategias o autoengaños: aún no sabemos si son una cosa o la otra.
Declaración: Si nos preguntaran si sentimos que nos precarizamos y nos autoexplotamos en relación a los procesos de nuestro trabajo juntas, la respuesta sería que sí. Y sin embargo, más que reducirlo a un mea culpa, nos interesa complejizar lo que implica insistir en trabajar en algo que no es sostenible económicamente pero que a la vez nos hace sentido por otros motivos. LaRuidosa no es nuestro único trabajo. Somos tres y ninguna vive de lo que paga el colectivo. No se puede. Cada una tiene uno, dos, o más trabajos, y simultáneamente somos parte de otros proyectos artísticos insostenibles. Los gastos siempre son más altos que las ganancias. Y ni hablar del gasto emocional. El pago que usualmente está dispuesto para una persona hay que dividirlo entre tres y, con excepción de una única experiencia, siempre aceptamos el presupuesto que nos ofrecen sin sacar cuentas de cuánto vale realmente lo que vamos a hacer. Esa excepción no fue un rechazo, sino la alegre invitación a plantear
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nuestro propio número. La alegría se volvió tragicómica cuando nos debitaron, sin habernos explicado previamente, los impuestos enormes de su país europeo. En lo reciente, para que nos paguen un proyecto al que nos invitaron, tenemos que entregar una lista infinita de documentos sin sentido. Conseguirlos es un trabajo extra, se parece más a una solicitud de préstamo de vivienda que a lo que realmente es: un pago simbólico que aceptamos. Respiramos profundo. Disfrutamos los proyectos porque disfrutamos los encuentros con las personas que los componen, pero tener que esperar meses para que nos paguen y que nunca sea lo justo, o aceptar las burocracias institucionales deshumanizantes, hace que se pierda la alegría, cada vez un poco más. Estamos y estaremos precarizadas ¿y aun así seguimos haciendo proyectos juntas? ¿Por qué? No tenemos una respuesta definitiva, pero: creemos en lo que nos pasa cuando nos juntamos, y sobre todo en lo que sale de esos juntes. Sabemos que si paramos dejamos 37
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de existir, y como no tenemos fecha de caducidad (ni horarios), simplemente seguimos. Siempre está en crisis el tiempo que tenemos para lo que queremos hacer. Pero dejar de hacer no es una respuesta que nos satisface. De hecho, no es la respuesta que aceptamos. Micro-Vómito o Frecuentar la crisis
MR. Hay noches en que duermo muy poco por lo general son las noches que están antes de días difíciles que vienen por delante los pensamientos de inestabilidad me inundan la cabeza y el cuerpo entero no quiero pensar en los miedos pero siempre está presente una presión en el pecho de no poder ejecutar y no porque sea más grande o importante es porque es cada día es más complejo requiere más energía y siento el cuerpo más cansado viejo desgastado qué podemos hacer con más experiencia pero con menos energías son cargas contrarias a lo que el sistema productivo en el que vivimos nos exige cómo y dónde conseguir las fuerzas 39
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para no abandonar las ideas los proyectos las colectividades si una ya sabe lo grosero del camino el cuerpo no responde de la misma manera después de un lapso de tiempo de sobredosis de trabajo necesita el descanso que nunca le dimos que básicamente no podemos darle hay cuentas que pagar responsabilidades con la familia pareja con el colectivo con las mascotas las plantas con una misma con las metas que planteó con los proyectos que se meten entre ceja y ceja los deseos las alegrías que cruzan los cables del cerebro corazón y movilizan las piernas es una red compleja que muchas veces sucede casi por inercia MS. Me levanto recojo el paño entro al baño me ducho salgo le doy de comer a Mali (a veces) doy clase de pilates termino desayuno me siento con la compu abro algún drive escribo reviso el mail respondo el chat agendo reuniones vuelvo al drive vuelvo al mail pausa para el baño cocino (a veces) almuerzo regreso a la compu al zoom al excel a la cotización al teams son las cinco tengo que parar sigue
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ya casi otra clase y otra después (a veces) y como hoy es martes a las 7 tenemos reunión no pude entrarle al texto no pude revisar el fondo no pude tener la última clase con Ang acabó pilates le doy de comer a Mali lavo platos me hago un puro vuelvo a la compu (por ahora nos toca tener reunión virtual) nos encontramos me alegra verlas estamos agotadas aún así pensamos y resolvemos las mediaciones pero seguimos agotadas son las nueve nos vamos a cenar se acabó por hoy seguimos agotadas y seguimos haciendo y no es por la plata a veces digo que lo que hacemos no parece trabajo ahora pienso que ese es el problema aunque lo otro que sí pienso como trabajo tampoco paga lo suficiente pero ahí sigo aceptando proyectos pensando proyectos involucrada en proyectos por miedo y por deseo CT. Últimamente hago/hacemos listas infinitas sobre todo lo que tengo/tenemos que hacer listas que nunca llegan a desaparecer pero que de alguna forma me/ nos tranquiliza enlistar me toco el pelo más de lo normal tomo microorganismos para mejorar mi 41
panza pero no mejora hablo más acelerada sueño raro cuando logro dormir y me veo tentada a fumar Marlboro rojo en el cuartito de pilas de atrás es como si siempre estuviera/estuviéramos corriendo cuesta arriba huyendo de algo o quizás lo opuesto a eso es decir intentando acercarme/acercarnos a algo que supuestamente puedo/ podemos nombrar pero que en el fondo no estoy/estamos tan segura/s de qué es parece como si el carrerón fuera insuficiente como si siempre andara/andáramos con la lengua afuera y la respiración acelerada me pregunto cuándo voy/vamos a aprender a mirar cuándo voy/vamos a parar el tren cuándo me voy/vamos a liberar de la dictadura del hacia delante cuándo voy/vamos a hacer las paces con la disyuntiva de parar y contener o avanzar y expandir entre la subsistencia y el deseo la potencia del no-hacer el horror a no-hacer y desaparecer o tomar una posición y desaparecer devenir reversible pero invisible por ahora servirse un vaso grande de algo fuerte poner música y sentarse de nuevo frente al computador
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Yo confieso _________________ Yo confieso haber dicho que sí sin saber ni siquiera cuánto iban a pagar Yo confieso haber faltado a una fiesta de amigxs a la que quería mucho ir por reunión ruidosa Yo confieso haberme robado tiempo de otros trabajos para hacer bretes ruidosos Yo confieso haber puesto a mi pareja a editar proyectos ruidosos por más de doce horas un sábado Yo confieso que nunca saco cuentas de horas trabajadas vs. pago recibido Yo confieso haber trabajado demasiado y después no darle seguimiento al pago porque sabía que era muy poco Yo confieso haber descuidado mi relación por las dosis de trabajo Yo confieso haber encendido la compu antes de desayunar para enviar un archivo Yo confieso que me he acostado tarde trabajando para conectarme a un zoom a las 8:00 am para otra reunión Yo confieso que tengo semanas de trabajar doce horas diarias Yo confieso que me he sentido empleada de las instituciones sin siquiera haber facturado Yo confieso que me cuesta hacer pausas Yo confieso que casi nunca tengo tiempo para mí 44
06 Yo creo ____________________ Yo creo que el trabajo que hacemos con LaRuidosa es muy satisfactorio Yo creo en el trabajo colectivo, en la fuerza que generan varias voces Yo creo porque mi pugna de toda la vida con la Escuela ha encontrado un lugar de escucha Yo creo en el espacio crítico, seguro y reflexivo que hacemos como Ruidosa Yo creo porque es necesario tener un laboratorio abierto para experimentar sobre cómo accionar en colectividad Yo creo en los proyectos que nacen en comunidad Yo creo porque los vínculos con la gente dan más satisfacción que cualquier proceso artístico en el que haya estado Yo creo en lo que resulta de las reuniones de domingo Yo creo porque LaRuidosa me ha enseñado a aprender de ellas y de mí misma Yo creo en los juntes intergeneracionales, en los diálogos y en las fiestas que hemos construido 45
Estrategias o autoengaños Vernos los domingos a las 11:00 am y no a las 10:00. Si alguna llega un poco tarde no hacer drama. Hacer recreos para comer rico. Planear el junte como si planeáramos una pequeña fiesta. Llevar algo para tomar, ojalá alcohólico. Chismear antes, en el medio, después. Apoyarnos en lo que se pueda. La que tiene más energía asume más para que las otras no se recarguen. Dividir lo administrativo de los proyectos. Intentar vernos donde haya verde. Diseñar los espacios que facilitamos para también disfrutar nosotras, incluido el proceso. Escribir los mensajes sobre pendientes con muchos stickers. Auto-mediarnos las
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sesiones. Jugar y tontear un rato, confiar en que de ahí también van a salir cosas valiosas. A veces soltar cuando no se está de acuerdo. Hacer reuniones cortas cuando es de noche y por videollamada. Hacer reuniones largas cuando es de día y presenciales. Burlarnos un poco de nosotras mismas y de nuestras manías. Burlarnos un poco de la institucionalidad con pequeños hackeos. Si alguna llega agobiada, sacar un espacio para que lo cuente, aunque tome tiempo de la reunión. Permitirnos hacer las cosas a nuestra manera aunque no cumplan todas las instrucciones que nos proponen. LaRuidosa es nuestro espacio seguro para el trabajo y la creación, nuestro laboratorio permanente sobre lo colectibizable. Con sus cosas buenas y sus complejidades. Compartimos preocupaciones políticas/micropolíticas y cierta intensidad de trabajo. Con el tiempo, hemos logrado trabajar desde la fluidez y lo no-dicho, confiamos en las otras. Es como un abrazo en medio de tanta desconfianza en el mundo.
El trabajo que hacemos nos convoca porque tiene más que ver con los vínculos que con el arte. “No son las cosas, son los vínculos. No son las cosas, son los vínculos”, nos repetimos. Buscamos generar espacios vivos, donde se establezcan relaciones, donde conversemos honestamente y conozcamos a las personas y sus contextos. Donde nos podamos contagiar por sus urgencias, conmover por sus deseos y aprender de sus experiencias. Y es que en los procesos y espacios artísticos una da mucho, pero lo que se devuelve es a cuentagotas. Por eso el arte en nuestra práctica es solo un medio, un detonante, no un fin. Sentimos, en cambio, que los encuentros que suceden desde la educación nos generan mucha más satisfacción, mucho más asombro, mucha más conexión con lo que realmente nos importa. Es quizás por eso que nos pasa cuando la gente se acerca a aprender y pensar juntes, a afectar y dejarse afectar, a buscar formas de accionar desde la solidaridad de lo colectivo y no solamente a
producir, competir o sobresalir, que insistimos en hacer esto a pesar del cansancio, a pesar de la falta de auto-cuido. Sin idealizar esa falta, por supuesto. Y es que, aunque estamos comenzando a sentir los efectos en el cuerpo de este compromiso que asumimos desde el deseo, estamos intentando tomar conciencia y pensar estrategias para que esto sea menos pesado. Estrategias como interpelar a las instituciones en relación al ejercicio de poder desigual que está tan naturalizado en su accionar. O estrategias para interpelarnos a nosotras mismas. Pensar-nos desde nuestra falta de cuido, límites y dignidad. Pensar la dignidad. Pensar cómo nosotras también hemos naturalizado esas relaciones de poder y las hemos asumido y tolerado. Comenzar ahora (recién) a pensar una contrapedagogía hacia las instituciones y hacia esa forma de gestionar el poder. Mejor aún, intentar ser esa contra-pedagogía.
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RESEÑA:
Los arte/ comunes: Antropología más allá del capitalismo, del autor Massimiliano Mollona Paula Piedra
Recientemente se publicó el libro Art/Commons: Anthropology Beyond Capitalism (2021) del antropólogo e investigador italiano Massimiliano Mollona, quien actualmente es profesor titular, además de presidente del Comité de Aprendizaje y Enseñanza en el Departamento de Antropología en Goldsmiths, Universidad de Londres.
La pregunta central que se hace Mollona para articular esta investigación es: “¿Cómo puede contribuir el arte a la creación de los comunes?” (p. 60)1. Para responder a esta pregunta, Mollona articula la investigación en dos partes. La primera es la propuesta de una teoría antropológica sobre los arte/ comunes, la cual realiza a través de una amplia revisión de teoría de economía política y teoría filosófica, de un entendimiento histórico de la relación intrínseca entre arte y capitalismo, y de la revisión de algunas experiencias desde el arte de las vanguardias del siglo XX; además, toma aportes de sociedades no occidentales, de la teoría decolonial y de los black studies. La segunda parte presenta la investigación de campo realizada a través de tres etnografías que Mollona llama “(auto)etnografías de prácticas de los comunes” (p. 63). Estos son tres proyectos en los que el autor estuvo implicado de distintas maneras con el propósito de proponer y activar, 1 Todas las citas de este artículo fueron traducidas por la autora.
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desde las prácticas artísticas, modos alternativos a las lógicas del capitalismo respecto de las relaciones de intercambio de trabajo e incluso personales — tanto internas como externas a los proyectos —bajo el concepto de los arte/comunes. De una manera sintetizada, lo que Mollona llama “teoría antropológica de los arte/comunes” es presentado a partir de los conceptos de los comunes, hacer los comunes y el postcapitalismo. El autor define los comunes de tres maneras: (1) un conjunto de recursos naturales y/o humanos, (2) una comunidad de personas con relaciones recíprocas y compartidas y (3) actos de trabajo conjunto para la reproducción de la comunidad (p.9). Solo cuando estas tres dimensiones se unen existen verdaderos comunes: comunidades que crean maneras de vivir en común, y que en conjunto producen, comparten, y se mantienen en constante transformación. Además, los comunes y hacer los comunes implican formas de gobernanza participativa (control y resolución de conflictos colectivos) que reflejan las urgencias prácticas, 52
los conocimientos de base y las habilidades de los que hacen los comunes. En términos espaciales, los bienes comunes no son ni privados ni públicos, ni colectivos ni individuales. Son umbrales relacionales y espacios de apertura radical que reflejan la autonomía del colectivo. Afectivamente, rechazan las formas ideológicas de identificación y de pertenencia, así como la crueldad optimista del capitalismo. Los comunes exigen apegos fugitivos, afectos precarios; una producción de conocimiento silenciosa, sensual, relaciones que están en constante cambio y que son co-evolutivas. Explica el autor que la intención de “hacer los comunes” no es crear utopías ni tampoco bienes y servicios controlados de forma pública. Tampoco implican una vida sin ningún tipo de relaciones mercantiles. “Hacer los comunes” significa transformar los actuales modelos y estrategias de desarrollo económico extractivistas y buscar que los valores cualitativos, no comerciales, como las relaciones humanas y el compromiso con la comunidad, no sean instrumentalizados.
Si bien el movimiento de los comunes tiene como fin romper los esquemas de vida cosificados del capitalismo (dinero, trabajo, propiedad, consumo de mercado, ideologías asociadas a la escasez, a la competencia y al interés propio), ”los comunes no pueden existir aislados del capitalismo” (p. 10). Los grupos sociales que viven bajo los comunes (por ejemplo, las comunidades zapatistas) no están fuera del capitalismo y del estado burgués, sino que han construido zonas de autoorganización y autonomía dentro de ellos. De esta manera, los comunes fungen como umbrales, espacios que permanecen abiertos, pero resisten la normalización impuesta por el capital.
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Por otro lado, para Mollona el postcapitalismo es la intersección entre capitalismo y los comunes, un espacio lleno de tensiones, conflictos y reveses, un espacio al que se puede llegar desde el arte y la economía política con un poco de imaginación antropológica para esbozar y dar vida a proyectos de vida utópicos, mundos radicales y modos alternativos de instituirse. El autor menciona que, desde distintas investigaciones 53
antropológicas, se ha estudiado que la noción de los comunes es un concepto transcultural desde el cual ha sido posible resistir el colonialismo, el imperialismo y el capitalismo. Estas formas de resistencia no solo han desarrollado maneras de supervivencia y sostenibilidad, sino que además han desarrollado estéticas basadas en los imaginarios colectivos y de coproducción de los comunes; es por esto que Mollona propone los arte/comunes como una manera de vivir. Además, imaginar el fin del capitalismo o la llegada al postcapitalismo por medio de los arte/comunes también implica devolver la mirada a las formas de vivir no occidentales. Finalmente, el libro presenta las tres (auto)etnografías que constituyen el trabajo de campo donde Mollona pone en práctica lo desarrollado en su propuesta teórica. Todos estos proyectos son prácticas que se sitúan en la intersección del arte, la antropología y el activismo; desde ellos, Mollona ha investigado y trabajado para la imaginación colectiva y la reproducción de los comunes. El objetivo que 54
une a estas tres etnografías es desarrollar y construir imaginarios postcapitalistas, no solo desde el ámbito de la estética y el arte, sino desde las relaciones sociales y las formas de hacer que se implementaron en cada uno de los proyectos. Estos tres proyectos son: Steel Lives, una película documental del año 2005 realizada por Mollona. La Bienal de Atenas del año 2015: OMONIA AB5 to AB6, de la cual Mollona fue nombrado director artístico. Y por último, el Instituto de Imaginación Radical (IRI, por sus siglas en inglés), fundado por Mollona y un conjunto de agentes en el 2017 como un espacio institucional híbrido, una plataforma intelectual y cultural flexible, adaptable para la imaginación de los comunes.
Referencia bibliográfica: Mollona, Masimiliano (2021). Art/ Commons: Anthropology Beyond Capitalism (In Common). Londres: Zed.
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¿Dónde adquirir Art/Commons: Anthropology Beyond Capitalism (In Common)? Disponible en Bloomsbury o Amazon
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Gracias
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A todes les invitades a participar en esta edición, por su tiempo y dedicación. A quienes muy generosamente cedieron sus imágenes y material para la publicación. Esta publicación es posible gracias al apoyo de numerosas personas, artistas y colegas, que contribuyeron con su conocimiento y experiencia para construir esta revista.
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Oct - Dec 2021
D i g i t a l
M a g a z i n e
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Translations
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Editors Daniela Morales Lisac M. Paola Malavasi Lachner Editorial coordinator Daniela Morales Lisac Copy editing Daniela Morales Lisac M. Paola Malavasi Lachner Kevin Pérez Marcela Hernández Graphic Design Jose Alberto Hernández Translation Marcela Hernández Sixth digital edition, October 2021
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TEOR/éTica art + thought Team and collaborators M. Paola Malavasi Lachner Daniela Morales Lisac Paula Piedra
Co-director and Education Co-director and Lado V Coordinator Co-director and Public Programs
Kevin Pérez Méndez Viviana Zúñiga
Archive and Library Archive and Library
Gisela Aguilar Fabiola Villalobos
Administrative Support Administration
Esmeralda Peralta General Services Félix Montano Security www.teoretica.org 62
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Contents
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Run by the owners
AVAA SONORO Visual Arts ARE Work
Talk with Angélica Teuta y Gabriel Zea
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Daniela Morales Lisac Lola Malavasi Lachner
AVAA - Artistas Visuales Autoconvocades Argentina
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78 Permanence and exhaustion: Naming our routes in order to unpack them Cooperativa Cráter Invertido
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On giving all and accepting less: Confessions and creeds
Book review: Art/Commons: Anthropology Beyond Capitalism (2021), by Massimiliano Mollona
LaRuidosaOficina: Mariela Richmond Marga Sequeira Catalina Tenorio
Paula Piedra
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Word from the editors Daniela Morales Lisac Lola Malavasi Lachner
How are we sustained by common/collective/group care? How do we mediate the permanent crises/emergencies? How can we endure staying in a state of resistance without burning out? 66
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What stance do we take in the face of an art world that follows logics that collide or conflict with our own? How can we put in practice a solidarity economy? In 2020, many questions on the state of the cultural landscape began to arise due to different work situations that were exacerbated by the COVID-19 pandemic. These questions motivated us to explore the relationship between art and economy in an attempt to find ways in which cultural work can be reconciled with less exploitative and crushing forms of remuneration and labor practices. In order to delve deeper into the territory of common economies, we invited Cráter Invertido (Mexico), Atendido por sus propietarios (Colombia), Artistas
Autoconvocades (Argentina), La Ruidosa Oficina (Costa Rica), and Paula Piedra (Costa Rica) to share their experience with solidarity/ affective economies, as well as to reflect on alternative models of management and sustainability. Through this Buchaca, we wish to imagine other possibilities that can help mend some of the tensions that arise from a system that inevitably has logics that conflict with the arts, and perhaps trace alternative routes to deal with a current reality that is full of uncertainty.
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{APP}
Run by the owners Conversation with
Angélica Teuta y Gabriel Zea
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In May 2021, the foundation Atendido Por sus Propietarios (APP) was created. The initiative, however, began about a year earlier, given the need for independent artists to collaborate and cooperate to search together for our own solutions amid the pandemic crisis. We create networks of help, strengthen existing bonds of trust, and do not forget the other.
We are Angélica Teuta, Ada María León, and Gabriel Zea; three contemporary artists with extensive experience in the management and production of projects, artworks, graphic and editorial creation, art pedagogy, and other tasks of the current art world.
We host a network of independent artists in different parts of Colombia, with different backgrounds and ways of doing art. Our artists offer a wide range of works including drawing, painting, sculpture, installation, video, performance, sound, and digital art.
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Link to conversation
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AVAA SONORO Visual Arts ARE Work AVAA Artistas Visuales Autoconvocades Argentina
“AVAA SONORO - Artes Visuales ES Trabajo’’, by Artistas Visuales Autoconvocades Argentina (AVAA), is a piece that compiles sounds capturing the heterogeneous, federal and participative spirit of our network, and which reflects the concerns and topics that traverse the AVAA members. Among others, participants include: • Federal Law Commission for the creation of a National Institute of Visual Arts: Soledad from Salta. • Visual Arts Tariff Commission: Sofía from Córdoba. • Self-Census Commission for Visual Arts Workers: Mariel from La Plata. • Communication, Networks and Agitation Commission: Dimas from Catamarca.
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• Idea: Vir from Entre Ríos. • Editing and sound master: JiDo from Rosario. • Premiered at Radio CASo, Centro de Arte Sonoro (3 May, 2021).
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Sobre AVAA / Artistas Visuales Autoconvocades Argentina AVAA / Artistas Visuales Autoconvocades Argentina is a federal, self-managed, collaborative, and horizontal network of visual arts workers from all over Argentina. Since March 2020, given the context of health, social, economic, and cultural emergency that persists, we meet periodically to: analyze how we can sustain ourselves, have new tools to achieve our recognition as workers, advance in the face of historical needs that have been postponed, and strengthen ourselves as a community through exchange. We organized to create a Resource Guide and the first SelfCensus of Visual Arts Workers. We worked together with other collectives on improving and updating the recommended tariffs for our work. We recently
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published the 2021/22 version. We participated in the regulation of a Federal Law for the creation of a National Institute of Visual Arts, and launched a campaign to disseminate the project, which we are currently working on. We have commissions that deal with other issues of interest to us, such as: environmental issues, the Salón Nacional exhibition, resources, MICA (Creative Industries Market), Monotax, and others. Art is essential for life—our main objective is to carry this slogan forward, facing all necessary hindrances.
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To listen press play
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Permanence and exhaustion: Naming our routes in order to unpack them Cooperativa Cráter Invertido
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start
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FIRST HOME They say that worlds are made up of tiny aspects and that profound transformations manifest themselves in small details. Other times the movements are more visible, evident. What began as a conversation between TEOR/éTica and Cráter Invertido about transitions, affective economies, and collectivity, led us to reflect on how we have arrived at the present and to make visible some trajectories of our collective being. Together we explored possible answers to four questions: How does common, collective, group care sustain us? How do we deal with crises and permanent urgencies?
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How do we remain in resistance without becoming exhausted? What position do we take in the face of an art world that follows logics conflicting with our own?
Although they are not our only shared questions, and any answer we articulate remains open and changing, we take them as a starting point to make sense of our present.
FIRST RELOCATION
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Dealing with urgencies and saturations is something we have experience in, both individually and as a group. On a daily basis, we provide the necessary channels to resolve internal and external tasks, conversations and deadlines. We are frequently “on the verge”, whether it is about complying with deadlines to deliver work, following up on projects, dealing with emotional situations or because we haven’t paid the gas or the internet bills. Sometimes we have no choice but to go on, to move forward, and to put away the feelings and thoughts that come with burnout. We do what has to be done at each moment. The processes of reflection and collective meaning come later, when we dedicate time and willingness to do so. Assemblies, corridor conversations, days of pause. 83
SECOND HOME From house to house, from leap to leap, we see new words appear and little by little they become part of our everyday life. We make them our own and embrace them in actions, we practice new possibilities with them. “Self-care”, “mutual support”, “affective”, “reciprocity”, “confrontation”, “heteropatriarchy”, “logics of power”, how do we come to use these words? How do we make good use of them, historicize ourselves from access doors other than the usual, from more singular vantage points? We also need to find the words to name our oversights. We still don’t know how to continue on this path without becoming worn out, although we have learnt to regenerate ourselves and to support ourselves from hand to hand.
SECOND RELOCATION How would the furniture in Cráter Invertido narrate the links woven within it? For example, the broom, the Riso printing press, the bed, how would they tell about their place in the house, how often they are used and cleaned, how often they are placed together, or why they never see each other? Why is there a bed in our space and what is its life-story? How would that bed talk about the three houses it has shared? Each of the spaces we have inhabited has participated in and shaped collective dynamics. From the festive bodega to the multi-dwelling house with its various divided rooms, or the house-workshop in which we tried to regenerate our collectivity when the Covid-19 pandemic hit. So far, four houses in nine years.
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THIRD HOME Throughout its life, Cráter Invertido has been perceived in many ways as an anarchist social space, an artists’ workshop or a multifaceted space. A constant for a long time was the predominant visibility of the male members of the collective, a quality that was not exclusive to this cooperative, but was and is present in many other mixed projects in which we participated. From its first spatial configuration (Juan Lucas Lassaga, 2012), gender and power relations were part of everyday reflections and conversations. However, when we were confronted with certain internal and external signals related to macho violence, we found that our tools were insufficient.
THIRD RELOCATION We had the need to curb our impulses to respond to an ought-to-be, we talked and cried a lot, we took time to unknot our guts, to sweep, to renew the atmosphere, to relearn how to breathe. At that time, we lived in the second home of Cráter (Icazbalceta, 20142019), an enormous house that allowed us to share ourselves with many other collectivities and projects. There we continued our broad and silent search for referents:
Who has experience in responding, from libertarian ethics, to the violence exercised by our own compas and to the violence we exercise or have exercised ourselves? Do we expect to be given tools? Or can we take up the task to make our own? Years later we would understand the importance of connecting with our own dignity, to look at ourselves and at each other in the eyes, to open our ears and our 85
hearts. Shaking off shame, assuming contradiction and embracing complexity, not in a cynical way but in a way that dared to name everything that was going through us. This search led us to inhabit a third, involuntarily transitive, venue where we held collectivity while reflecting on power relations, cancel culture, alternative practices and an anti-patriarchal positioning.
FOURTH HOME In 2020, eight months into the Covid era, we transformed ourselves again. This time we decided to bet on care from the articulation of the collective even in times of social distancing. Once again, we did it through much pain, urgencies, sadness, anger, systematic violence and precariousness. We reduced our physical space but we increased the common life, we nourished the imaginaries about the present in the face of a global context that seemed catastrophic. We consider it a priority to maintain such a space because, although it is not the only way in which the collective gathers, much of our infrastructure
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inhabits it: the printing press, the library, the physical archive, the radio. The common house is also a place of encounters, with their respective high and low tides. Perhaps this is a key point: we can navigate the urgencies because there are also moments of calm, of enjoyment, of pleasure and of life.
vehicle one HOW DOES COMMON, COLLECTIVE, GROUP CARE SUSTAIN US?
BOX 1 Cráter began with our desire to come together and explore the social potentialities of art, though we could now rather describe it as a space not to be alone, both in the system of the arts and in the regime that increases powerlessness through forms of competition and rapacity. Collective care sustains us emotionally and existentially. Most of the time it is not an economic support, but there is a need to come and work together instead of falling into isolation and into the war of each individual against the death machine.
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The commitment to collective work made us realize that a part of us broke down every time there was no time to talk or express ourselves in terms of affection. Why not involve those feelings if, in the end, collectivity is also a commitment to a common wellbeing? The very rhythm of work often demands the concealment of everything we feel. Sometimes because there is a division between “workspace” and “personal space”, other times because it is difficult to express our feelings or disagreements with others, and yet more often because we are afraid of being exposed. Feelings are related to vulnerability, inadequacy, discomfort or fear of conflict. We force ourselves to go on, to work or to produce, even when we are torn inside.
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BOX 3 We are sustained by dialogues, learning, creative projects. By the various and multiple openings to the imagination, to visual and sound sensibility. Perhaps, also, by the formation of common alphabets and the performance of common signs: gestures, actions, images that are repeated or asked for. We are sustained by the listening and containment that have emerged from the multiple crises, instabilities and fragmentations we have faced over the years. We are sustained by the insistence that other ways, other worlds, are possible, as the Zapatistas say. We would say that we are sustained by the ability to live with water up to our necks, but perhaps that sounds dramatic and with little agency. So we better say that we continue learning and rehearsing synchronized swimming styles so that every time the water reaches our necks again... we know how to swim.
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vehicle two HOW DO WE DEAL WITH CRISES AND PERMANENT EMERGENCIES?
BOX 1 Organizing as an assembly can be tiring but it allows us to listen to a diversity of voices and to create together. In this process, it is important to give the floor and to put aside, to the extent that it is possible, the egotistical impulses of each individual. But it is not only about egos; it is also about mediating processes by considering a series of structural privileges that encompass class, gender, skin color, ways of speaking and much more. It is about learning to speak but also to be silent, to listen, to ask with real curiosity, and to make collective sense.
BOX 2 Finding a balance between permanent urgency/ crisis and care becomes a continuous rehearsal. We have to take breaks, stop to ask ourselves if we are doing well, if the path is giving us light to continue or if we need to light a candle or recharge the batteries of our lamp. Trusting that the collective can have the capacity to deal with urgency or to let the time of urgency not dominate us, to fight against immediacy or rapid response. Our times may not always have the speed we think necessary, but facing that as a possibility and not as a disadvantage alleviates us a little. What is complicated is to understand that the steps we take, even in the collective, do not have the same rhythm; each person has a specific stride, and trying to walk together is learning to stop and wait for the other or to see the end not through a straight line, but as a sound with highs, lows and all its spectrum.
vehicle three
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HOW DO WE REMAIN IN RESISTANCE WITHOUT BECOMING EXHAUSTED?
BOX 1 Remaining in resistance cannot be an imperative because in this way one soon falls into exhaustion. Remaining in resistance is a necessity, something we are forced to do because the world out there does not offer dignified forms of life.
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BOX 2 The position of resistance needs a high guard: Any carelessness may turn into a knockout. But resistance is also an interweaving that offers multiple paths. Resistance is not always about being on guard, not only about frontal attacks. Resistance is also built in small everyday acts.
BOX 3 There are continuous warnings about past experiences, about the pending course of worn-out processes and environments, fractured relationships, frustrations overdue. Warnings emerge when there is a lack of care or continuous abuse in our journey. The concern and desire to perceive these paths, to change course, to slow down, observe them and turn around, becomes a supporting force for our collectivity.
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vehicle four WHAT STAND DO WE TAKE IN THE FACE OF AN ART WORLD THAT FOLLOWS LOGICS THAT CONFLICT WITH OUR OWN?
BOX 1 The label of art is only a mask or a disguise. The important thing is probably not the art, but how we use the privileges of the art world to make visible other more important social processes, struggles, ways of life, visions, etc. The art world is very competitive in general and in Mexico it is very swampy. For that reason, it is often better to do things in parallel or tangentially to that world. Although art as an ideal has served to make room for all kinds of initiatives to transform reality, the art world materially can be very deceptive, hypocritical, even dangerous. And yet, the freedom that the concept of art allows moves us.
BOX 2
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In the face of an art world whose hegemonic logic is individualistic, capitalist, and competitive, we produce confusion with our continuous search for a dignified collective life.
BOX 3 We hold a position of not belonging, of taking distance from the art world and from other “worlds” such as the academic or labor hegemonies. Nevertheless, a reminder: use the art world, know that we are used and in the meantime play, hide, transgress.
UNPACKING A COOPERATIVA CRÁTER INVERTIDO is a space of articulations between artistic practices and collective processes to create common imaginaries. We self-manage a houseworkshop in Mexico City, inhabited by a risograph printing press and a free radio, among other tools 91
for dialogue, encounter and self-publishing. The cooperative is also nourished by a variety of decentralized processes related to the care and defense of territories, (bio)diversities, shared learning and communality.
UNPACKING B Since 2013 we are part of Arts Collaboratory, a trans-local ecosystem made up of 25 organizations from diverse geographies, focused on artistic practices, processes of social change and working with wider communities beyond the realm of art. As part of the multiple exchanges that take place in the network, made up mainly of collectives from the global south, we have organized and participated in multiple residencies, meetings, assemblies, collaborative projects and working groups. Arts Collaboratory seeks to bring together knowledge and forces to harvest 92
06 processes of collective organization that explore the potential of artistic practices and social transformations.
Organising collectively is a daily learning process
We have been walking for several years on diverse paths of artistic practices, social activism, community struggles and radical imagination. We have met and met again several times, at times we grow and multiply, there are also occasions to let go, to grow smaller, to be less. Each person who has inhabited or made Cráter their space, their home or their project has left material manifestations of their journey and their feelings, they have formed and constituted part of our journeys and learning. We never learn alone. On these roads, with these vehicles, we have come
and gone in conversations and assemblies that reconstitute us or make us take on different forms. We are never the same. The continuities and the changes, the fires and the surgeries make us become one now and continue to move. We constantly return to this “being together” as a force of survival and, even if only for short periods of time, we enjoy continuing to change, to assume relocations, to shed our skin and to grow roots again whenever necessary.
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On giving all and accepting less: Confessions and creeds LaRuidosaOficina Mariela Richmond Marga Sequeira Catalina Tenorio
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We move in a complex space. We develop our work in the mediation that links our personal lives with our deep desires, our political positions with our idealistic hopes. This has put us in situations of condescension and vulnerability, which we clearly cannot accept. However, we know that if we do not continue to make do with whatever we have, we would surely do nothing. It is with this confusion, with the tiredness of meetings and collective and individual writing sessions after hours, and with the struggle for subsistence that we write this text, which has no answers. It does not attempt to be a victimizing tantrum, but neither a cold analysis of the situation and even less a cheesy speech about “moving forward no matter what”. It seems important to us to name the problem of (in)
sustainability and make it visible, because in art spaces little is said about what really pays the bills, or what is the cost of maintaining an artistic practice. We then present our statements, microvomits, confessions, creeds, archives, and a list of strategies or selfdeceptions. We still do not know if they are one thing or the other. Statement: If we were asked if we feel that we self-exploit and put ourselves in precarious positions in relation to the processes of our work together, the answer would be yes. And yet, rather than reducing it to a mea culpa, we
are interested in complexifying the insistence on working on something that is not economically sustainable but at the same time makes sense to us for other reasons. LaRuidosa is not our only job. There are three of us and none of us live off what the collective pays. We cannot. We each have one, two, or three jobs, and simultaneously we are part of other unsustainable artistic projects. The expenses are always higher than the payment. Not to mention the emotional expense. The payment that is usually arranged for one person has to be divided between three people and —with the exception of one single experience— we always accept the budget that is offered to us, without taking into account how much the work we are going to do is really worth. The exception mentioned before was not a rejection, but the joyful invitation to present our own number. The joy became tragicomic when, without having previously explained this to us, they deducted the huge tax wages demanded by their European country. Recently,
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in order to get paid for a project, we had to deliver an endless list of meaningless documents. Getting them is extra work, it looks more like a home loan application than what it really is: a token payment that we accept. We take a deep breath. We enjoy the projects because we enjoy the encounters with the people who participate. But having to wait months to get paid, never getting paid fairly, or accepting dehumanizing institutional bureaucracies, makes us lose the joy, little by little. We work and will work precariously. And yet, we continue to do projects together. Why? We do not have a definitive answer, but we believe in what happens to us when we get together, and, above all, in what comes out of those meetings. We know that if we stop we cease to exist, and since we have no expiration date (or timetable), we just keep going. The time we have for what we want to do is always in crisis. But stopping is not an answer that satisfies us. In fact, it is not the answer we accept. 95
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06 Micro-vomiting or frequenting crisis MR. There are nights when I sleep very little they are usually the nights before difficult days ahead thoughts of instability flood my head and my whole body I don’t want to think about fears but there is always a pressure in my chest of not being able to perform and not because it is bigger or more important but because every day is more complex it requires more energy and my body feels more tired old and worn out what can we do with more experience but with less energy these are loads contrary to what the productive system in which we live requires of us how and where to get the strength not to abandon ideas projects collectivities if one already knows how rough the road is the body does not respond in the same way after a period of work overdose it needs the rest that we never gave it that we basically cannot give it there are bills to pay responsibilities with the family partner with the collective with the pets the plants with oneself with the goals that one has set with 97
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the projects that get between the eyebrows with the desires the joys that cross the wires of the brain and the heart and mobilize the legs it is a complex network that often happens almost by inertia MS. I get up I pick up the towel I go into the bathroom I take a shower I go out I feed Mali (sometimes) I teach pilates I finish I eat breakfast I sit down at the computer I open the drive I write I check email I answer chat I schedule meetings I go back to the drive back to the email bathroom break I cook (sometimes) I have lunch I go back to the computer zoom excel quote teams it’s five o’clock I have to stop almost time for next class and then another (sometimes) and since today it is Tuesday at 7 we have a meeting I couldn’t read the text couldn’t go deep into it couldn’t have the last class with Ana I finish pilates I feed Mali I wash dishes I roll a joint I go back to the computer (for now we have a virtual meeting) we meet I am glad to see them we are exhausted we still think and address mediations but we are still exhausted it’s nine o’clock we
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go to dinner it’s over for today still exhausted and we keep doing and it’s not for the money sometimes I say that what we do doesn’t seem like work now I think that might be the problem although the other things I think of as work don’t pay enough either but there I am accepting projects thinking about projects involved in projects out of fear and out of desire CT. Lately I/we make endless lists about everything I/we have to do lists that never go away but somehow they reassure me/us I touch my hair more than usual I take microorganisms to improve my tummy’s health but it doesn’t get better I talk faster I dream weird dreams when I get to sleep at all and I am tempted to smoke red Marlboros in the little back room it’s like I’m/we’re always running uphill running away from something or maybe the opposite of that I mean trying to get closer to something I/we can supposedly name but deep down I’m/we’re not so sure what it is it seems as if the race is not enough as if I’m/ we’re always walking around with our tongues hanging out and 99
breathing fast I wonder when will I/we learn to look when will I/ we stop the train when will I/we free myself/ourselves from the dictatorship of moving forward when will I/we make peace with the dilemma of stopping and containing or moving forward and expanding between subsistence and desire the power of nondoing the horror of non-doing and disappearing or taking a position and disappearing becoming reversible but invisible for now pour a big glass of something strong play music and sit in front of the computer again
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I confess _________________ I confess to having said yes without even knowing how much they were going to pay I confess to having missed a friend’s party that I really wanted to go to because of a meeting with LaRuidosa I confess to having stolen time from other jobs to do ruidoso work I confess to have put my partner to edit projects for LaRuidosa for more than twelve hours on a Saturday I confess to never keeping track of hours worked vs. pay received I confess to having worked too much and then not following up on the payment because I knew it was too little I confess to having neglected my relationship because of the workload I confess to turning on the computer before breakfast to send a file I confess to going to bed late after work and then to wake up at 8:00 am for another zoom meeting I confess that I have weeks of working twelve hours a day I confess that I have felt like an employee of the institutions without even having invoiced I confess that I find it hard to take breaks I confess that I hardly ever have time for myself
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I believe ____________________
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I believe that the work we do with LaRuidosa is very satisfying I believe in the collective work, in the strength produced by several voices I believe, because my lifelong struggle with the Department has found a place where it can be addressed I believe in the critical, safe, and reflective space that we make as LaRuidosa I believe, because it is necessary to have an open laboratory to experiment on how to act collectively I believe in the projects that are born in community I believe, because the bonds with people give more satisfaction than any artistic process I have ever been in I believe in what comes out of Sunday gatherings I believe because LaRuidosa has taught me to learn from them and from myself I believe in the intergenerational gatherings, in the dialogues, and in the celebrations that we have brought forth
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Strategies (or self-deceptions) See each other on Sundays at 11:00 am and not at 10:00. If someone is a little late, no drama. Take breaks to eat delicious food. Plan the get-together as if we were planning a small party. Bring something to drink, hopefully alcoholic. Gossip before, in the middle, after. Support each other as much as possible. She who has more energy assumes a greater workload so as to avoid overloads in the other(s). Divide the administrative part of the projects. Try to meet in green spaces. Design the spaces that we facilitate to also enjoy ourselves, including the process. 104
Write sms with pending tasks with lots of stickers. Self-mediate sessions. Play and fool around for a while, trusting that valuable things will also come out of that. Sometimes we let go when we don’t agree. Have short meetings when they are at night and by video call. Have longer meetings when it is daytime and face-toface. Make fun of ourselves and our own neuroses. Make fun of institutionalism with little hacks. If someone arrives overwhelmed, make room for her to talk about it, even if it takes time out of the meeting. Allow ourselves to do things our way even if we don’t comply with all the instructions they propose. LaRuidosa is our safe space for work and creation, our permanent laboratory on the collectivizable. With its good things and its complexities. We share political/ micropolitical concerns and a certain intensity of work. Over time, we have managed to work from the fluidity and the unspoken, we trust each other. It is like a hug in the midst of so much distrust in the world.
The work we do compels us because it has more to do with bonds than with art. “It is not the things, it is the links. It is not the things, it is the links”, we repeat to ourselves. We seek to generate living spaces, where relationships are established, where we can talk honestly and get to know people and their contexts. Where we can be infected by their urgencies, moved by their desires and learn from their experiences. In artistic processes and spaces, one gives a lot, but what is returned comes in little portions at a time. That is why art in our practice is only a means, a trigger, not an end. We feel, on the other hand, that the encounters that happen through education generate much more satisfaction, much more amazement, much more connection with what really matters to us. It is perhaps because of what happens to us when people come to learn and think together, to affect and let themselves be affected, to look for ways to act from the solidarity of the
collective and not only to produce, compete or excel, that we insist on doing this despite the fatigue, despite the lack of self-care. Without idealizing such a lack, of course. And, although we are beginning to feel the effects on our bodies of this commitment that we assume from desire, we are trying to become aware and think of strategies to make it less burdensome. Strategies such as questioning the institutions in relation to the exercise of unequal power that is so naturalized in their actions. Or strategies to question ourselves. To think ourselves from our lack of care, limits and dignity. To think about dignity. To think about how we too have naturalized these power relations and have assumed and tolerated them. To start now ( just now) to think a counter-pedagogy towards institutions and towards that way of managing power. Better yet, to try to be that counter-pedagogy.
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BOOK REVIEW:
Art/Commons: Anthropology Beyond Capitalism (2021), by Massimiliano Mollona Paula Piedra
Zed Books recently published Art/Commons: Anthropology Beyond Capitalism (2021), by Italian anthropologist and researcher Massimiliano Mollona, currently Senior Lecturer and Chair of the Learning and Teaching Committee at the Department of Anthropology at Goldsmiths, University of London.
Mollona’s central question in articulating this research is: “How can art contribute to the creation of the commons?” (p. 60).
To answer this question, Mollona articulates the research in two parts. The first part is the proposal of an anthropological theory of the art/commons, which he approaches through a broad review of political economy and philosophical theory, a historical understanding of the intrinsic relationship between art and capitalism, and a review of some experiences from the 20th century avant-garde; he also takes contributions from non-Western societies, decolonial theory and black studies. The second part presents the field research carried out through three ethnographies which Mollona calls “(auto) ethnographies of practices of the commons” (2021, p. 63). These are three projects in which the author was involved in different ways where he proposes and activates, from artistic practices, alternative modes to the logics of capitalism with respect to labor and even 109
personal exchange relations— both internal and external to the projects—under the concept of the art/commons. In a synthesized way, what Mollona calls “anthropological theory of the art/commons” is presented on the basis of the concepts of the commons, making the commons, and postcapitalism. The author defines the commons in three ways: (1) a set of natural and/or human resources, (2) a community of people with reciprocal and shared relationships, and (3) acts of working together for the reproduction of the community (p.9). Only when these three dimensions come together are there true commons: communities that create ways of living together, and that together produce, share, and keep themselves in constant transformation. Moreover, commons and commoning involve forms of participatory governance (collective control and conflict resolution) that reflect the practical urgencies, grassroots knowledge, and skills of commoners. In spatial terms, commons are 110
neither private nor public, neither collective nor individual. They are relational thresholds and spaces of radical openness that reflect the autonomy of the collective. Affectively, they reject ideological forms of identification and belonging, as well as the optimistic cruelty of capitalism. The commons demand fugitive attachments, precarious affections; a silent, sensual production of knowledge, relationships that are constantly changing and coevolving. The author explains that the intention of “making the commons” is not to create utopias, nor is it to create publicly controlled goods and services. It also does not imply a life without any kind of market relations. “Making the commons” means transforming current extractivist economic development models and strategies and seeking to ensure that qualitative, non-market values, such as human relations and community engagement, are not instrumentalized. While the commons movement aims to break the reified life patterns of capitalism (money,
labor, property, market consumption, ideologies associated with scarcity, competition, and self-interest), “the commons cannot exist in isolation from capitalism” (p. 10). Social groups living under the commons (e.g. Zapatista communities) are not outside capitalism and the bourgeois state, but have built zones of selforganization and autonomy within them. In this way, the commons function as thresholds, spaces that remain open, but resist the normalization imposed by capital.
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On the other hand, Mollona claims that post-capitalism is the intersection between capitalism and the commons, a space full of tensions, conflicts and setbacks, a space that can be reached from art and political economy with a little anthropological imagination to outline and give life to utopian life projects, radical worlds and alternative ways of constitution. The author mentions that different anthropological perspectives have studied the notion of the commons as a transcultural concept from which it has been possible to resist colonialism, imperialism and capitalism. These 111
forms of resistance have not only developed ways of survival and sustainability, but have also developed an aesthetics based on collective imaginaries and co-production of the commons— this is why Mollona proposes the art/commons as a way of living. Moreover, imagining the end of capitalism or the arrival of post-capitalism through the art/ commons also implies looking at non-Western ways of living. Finally, the book presents the three (auto)ethnographies that constitute the fieldwork where Mollona puts into practice what he developed in his theoretical proposal. All these projects are practices situated at the intersection of art, anthropology and activism; from this vantage point, Mollona has researched and worked for the collective imagination and the reproduction of the commons. The aim that unites these three ethnographies is to develop and construct postcapitalist imaginaries, not only from the realm of aesthetics and art, but from the social relations and ways of doing that were implemented in each of the 112
projects. These three projects are: Steel Lives, a documentary film from 2005 made by Mollona; the Athens Biennale 2015: OMONIA AB5 to AB6, of which Mollona was appointed artistic director; and finally, the Institute for Radical Imagination (IRI), founded by Mollona and a set of agents in 2017 as a hybrid institutional space, a flexible, adaptable intellectual and cultural platform for the imagination of the commons.
Book reference: Mollona, Masimiliano (2021). Art/ Commons: Anthropology Beyond Capitalism (In Common). Londres: Zed.
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Where to find Art/Commons: Anthropology Beyond Capitalism (In Common)? Available in Bloomsbury o Amazon
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THANKS TO
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To all those invited to participate in this edition for dedicating their time and effort. To those who generously gave us their images and material for this publication. This publication is possible thanks to the support of numerous people, artists and colleagues who contributed their knowledge and experience to construct this magazine.
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