Ginneth Perilla Mendez Universidad Pedagógica Nacional Lic. Artes visuales Práctica artística en Colombia 2015
Desde el descubrimiento de América, la batalla por el terreno, el poder, las masas, provoco en cantidad de pueblos un sin número de cambios asumidos no por gusto, el inicio del progreso dirían los colonialistas. Las nuevas costumbres, el lenguaje, la cultura, las rupturas provocadas desde entonces, en los nativos conquistados, dejaron consecuencias que hoy en día aún son notorias. Tal como el sistema económico que hoy rige a nuestro país, así mismo su idea de heroicidad no es autóctona, es proveniente del legado que dejaron nuestros conquistadores. El héroe aparece en la historia mundial quizá mucho antes de la Antigua Grecia, pero en Colombia, llega junto con la historia compartida entre este país y otras naciones, y el arte Colombiano se apropia de la heroicidad, en la crítica, en modelos a seguir y sobre todo siempre en la búsqueda constante de un héroe para todo.
Hemos pasado la vida, la historia, brindando la responsabilidad o el título de acciones admirables a personas a las que denominamos héroes, entendiendo que son seres ennoblecidos, con ideas, valores y acciones que generan respeto y veneración. Denominamos héroes de la historia a quienes por su actuar valiente en búsqueda de la justicia y la igualdad para todos, lograron la unidad de una nación, ganando admiración, exaltación y recordación generación tras generación volviéndose parte importante de la cultura. Posteriormente, seguidores de este mismo ideal defienden lo ya conseguido por estos personajes históricamente recordados, protegen a su país con ahínco y son concebidos como personajes heroicos, esta vez bajo el titulo héroes de la patria, en ellos encontramos a los militares, policías y de más fuerza pública. Otro tipo de héroe es el ciudadano, es decir aquel que hallamos de manera repentina, que se encuentra aún más cercano a nuestra vida, ese que podría ser cualquiera y de manera inesperada realiza una hazaña digna de elogio y de imitación por parte de la comunidad que le rodea. Inventamos imaginarios de cómo nos gustaría que fuese un héroe, quién debe serlo y cómo debería actuar, le atribuimos el carácter de “salvador”, de ahí que para solucionar ciertas
complicaciones, buscamos individuos que cumpliendo o no con las facultades que debe poseer este personaje, le denominamos como uno, su único requisito es ser socialmente aceptado ¿no lo habían notado? No puede ser un héroe aquel que se ha descarriado de los rieles que rigen al país, puede ese alguien perfectamente actuar con facultades heroicas, pero el héroe como construcción social que es, debe cumplir con el requisito más importante, quizá el único requisito, debe encajar en el sistema.
JosĂŠ Alejandro Restrepo, Maqueta para el Dante http://festivaldeteatro.com.co/programacion/obra/maque ta-para-el-dante/
El monumento de los héroes ubicado en Bogotá fue creado con la intensión de hacer memoria a los caídos de las guerras; aprovechándose un poco de todas las discusiones generadas alrededor de éste con respecto a su creador, Angiolo Mazzoni fascista, el gobierno que había para esa época en Colombia, Laureano Gómez, el artista José Alejandro Restrepo realiza su obra temporal “Maqueta para el Dante” intervención que permite el ingreso a dicho monumento desde la parte superior de la estructura, divida en varios niveles, cada nivel visto de la parte superior a la inferior, acercaba más al espectador a lo que sería una representación del infierno que Dante describe en sus obras; este trabajo podría considerarse como una especie de blasfemia contra el monumento, contra los héroes, pero logra su cometido, hace poner en duda el ideal de héroe, logra que se cuestionen subjetividades con respecto a la heroicidad, hace evidente la visión inocente que hemos tenido con la intensión de no caer en un infierno Dantesco, cuando ya nos hemos dejado caer en él.
Jacques Louis Napoleon en su despaho 1812
José María Córdova Angel Maria Palomino Jose Gil de Castro Simon Bolivar
Franz Xaver Napoleon III
Jose Maria Espinosa Francisco de Paula Santander 1853
Si observamos detenidamente el retrato de Napoleón en su despacho, pintura hecha por Jacques Louis; la de Napoleón III por el pintor Franz Xaver y las comparamos con pinturas como la de Simón Bolívar elaborada por José Gil de Castro; Francisco de Paula Santander de José María espinosa y el retrato de José María Córdova hecho por Angel Maria Palomino, encontraremos similitudes a nivel corpóreo que no podrían ser justificadas en tiempo y contexto. Algunos movimientos del cuerpo y ciertas posturas se han convertido en una especie de insignia, de símbolos que denotan el carácter heroico. La mirada de perfil, la columna erguida pero relajada, las manos en la cintura, en la espada como representación de lucha o dentro de la camisa, piernas ligeramente separadas, una más adelante que la otra, pies mirando hacia fuera. Este tipo de lenguaje es compartido por todos los representantes de las obras mencionadas anteriormente, a pesar de que su época, sus causas y su origen son completamente distintas. La imitación es una acción natural del hombre, es utilizada como método de aprendizaje, de hecho es de las primeras acciones que realizamos en las primeras etapas del crecimiento y pasa de ser un acto involuntario a voluntario con el pasar de los años. La manera como interpretamos lo que percibimos
visualmente puede convertirse en aspectos que forjan y establecen las identidades, y con ellas la corporeidad de cada individuo. Muchos de los comportamientos y los movimientos de nuestro cuerpo tienen un antecedente visual que lo explica, como si fuese un linaje familiar, una herencia transmitida a través de los genes, la diferencia en este caso es que aquel “legado” se ha quedado implícito en nosotros atreves de un lenguaje visual, unos códigos que nuestro cerebro apropia y pasan a ser parte esencial de nosotros. Entonces si la heroicidad como concepto en Colombia no es una construcción propia, sino el resultado de todo el proceso de colonización llevado a cabo en estas tierras, lo más probable es que el lenguaje corporal que ha caracterizado a los héroes de esta patria tampoco sea autentico.
Álvaro Barrios Arrepiéntete y no peques más. 2006. Acrílico sobre lienzo. 100 x 180 cm
Durante años, representantes del arte en Colombia, han usado la heroicidad con cantidad de fines; Álvaro Barrios por ejemplo se aprovecha de figuras heroicas ficticias, creadas por las grandes potencias mundiales, para dar un mensaje crítico con respecto al arte y cómo es visto por multitudes, en obras como “Arrepiéntete y no peques más”, una especie de sátira a la obra de Andy Warhol , la versión alíen de Batman y Robín se topa con dicha obra y la versión humana de estos
superhĂŠroes se cuestiona cĂłmo un trabajo de este estilo pudo considerarse arte, lo que hace evidente la postura de Barrios frente al arte pop y la obra, en este caso, especĂficamente de Warhol.
Alvar barrios Pintor loco. 2006. Acuarela sobre papel. 27 x 30 cm
“Pintor loco” es otro de sus trabajos, en donde utiliza estas figuras heroicas para brindar un mensaje frente al tema, en este caso, hace uso del personaje de la Mujer Maravilla, quien se encuentra escribiendo una carta en donde hace notorio su amor por el pintor Salvador Dalí, lo cual genera una nueva forma de percibir a tal conocido artista y convierte al icono inicial en un ser del común, mostrando su lado más humano al enamorarse.
Juan Pablo Echeverri,Supersonas 9 digital prints 65 X 60 cm
Juan Pablo Echeverri también se apropia de estos personajes para crear su obra “Supersonas”, una serie de fotografías en donde hace la personificación de Acuaman, Linterna Verde, Spiderman, Batman, la Mujer Maravilla,
Video arte 6,25min
Supermancito
Juan Pablo Echeverri
Robín, Flash, Hulk y Superman, lo que hace alusión a que un héroe puede ser cualquiera y puede encontrarse en cualquier parte.
Otro reconocido trabajo de este artista es el video arte “Supermancito, en la ciudad de la furia” film realizado en Argentina, Buenos Aires, en donde representa a Superman y muestra su vida secreta, con un empleo común en el día y un enorme secreto referente a su orientación sexual, cuando llega la hora de apropiarse de su otra identidad, la de un héroe, no salva al mundo, solo cumple el deseo de ser un rockero a plena luz del día, arrebatando las facultades sobrehumanas del personaje y dotándole de aspectos “normales” que poseería una persona del común.
Nadin Ospina El pensador III /El pensador de Nadin Medellin 2,90cm alto – 513kg peso
Por otro lado Nadín Ospina da sin duda un nuevo significado a las figuras heroicas ficticias con “El pensador III” O “Pensador de Nadín” una escultura en bronce de más de dos metros de altura y de un peso aproximado de 213 kilos, situada en la ciudad de Medellín, obra basada en el pensador de Rodín y fusionada con el icono de la cultura pop, Superman, visto entonces con la intención de entrelazar elementos culturales, otorgando a esta figura compendios de liberación en aspectos sociopolíticos, modernidad, relaciones de poder entre países, poniendo en postura al primer mundo. Tal vez sea esta obra de Ospina la que de una forma no directa, relaciona arte y humor, pero más que eso da a conocer la postura Colombiana frente iconos heroicos a los que algunos artistas les otorgan la responsabilidad de brindar un mensaje más allá de lo popular, de las modas y la actualidad, se trata entonces de cuestionarse ¿Quién es un héroe? ¿Qué responsabilidad tiene? Y sobre todo ¿Por qué seguimos en la búsqueda constante de un héroe para todo?