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Atención de Adultos Con los mayores cuidados

Con los mayores cuidados

Quienes superan los 65 años son el principal grupo de riesgo del Covid-19, por lo que distintas organizaciones multiplicaron sus acciones para asistirlos durante el aislamiento. Aquí, algunas de las iniciativas en marcha.

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TEXTO ESTEFANÍA HERNÁNDEZ E n el marco del aislamiento social, preventivo y obligatorio decretado por el Gobierno Nacional para frenar la expansión del coronavirus, distintas organizaciones generaron acciones para la protección y el cuidado de los adultos mayores, considerados como el principal grupo de riesgo frente a la pandemia.

Desde el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se lanzó el programa Mayores Cuidados, en el que se inscribieron miles de voluntarios. Con el objetivo de evitar que las personas mayores rompieran el aislamiento, los miembros de esa red les brindan asistencia en la compra de alimentos, medicamentos y otros elementos de primera necesidad, así como también acompañamiento telefónico. Los interesados en recibir asistencia pueden anotarse a través de la línea telefónica 147, donde se los registra para conocer cuál es su situación y qué tipo de ayuda requieren: contención telefónica, logística para compras o paseo de mascotas. El operador que los anota les solicita que generen una contraseña personal y luego se contacta con el voluntario y le asigna la persona a la que debe ayudar.

Además, el gobierno porteño firmó un acuerdo con el sindicato Suterh mediante el cual los encargados de edificios, además de reforzar la higiene y el cuidado de las áreas comunes, asisten a los adultos mayores en las compras de primera necesidad, para hacer trámites o pasear mascotas. Una red que sostiene

Por su parte, desde el área de Adultos Mayores, de la Asociación Mutual Israelita Argentina (Amia), desplegaron un funcionamiento adaptado de su Centro Integral de Adultos Mayores, desde el cual brindan habitualmente más de cuarenta talleres. “Hemos elaborado contenidos que vamos subiendo a las redes sociales para que la gente pueda seguir activa en su casa y estamos haciendo un seguimiento telefónico”, afirma Sebastián Fridman, coordinador general de Adultos Mayores de la Amia.

“Este seguimiento telefónico lo está haciendo el equipo profesional y además tenemos voluntarios que están colaborando con esta tarea. Ahí estamos detectando cuáles son las necesidades de las personas mayores durante el aislamiento. Brindamos contención e información sobre prevención ante potenciales situaciones de riesgo; también articulamos con una institución que brinda prestaciones de salud mental y hacemos derivaciones cuando vemos que hay alguna situación de riesgo en ese sentido”, explica Fridman. Además, desde el Servicio Social de la Amia brindan una prestación que consiste en el envío de alimentos, medicamentos y elementos de higiene a personas mayores en situaEl 42 por ciento de los beneficiarios de la

Fundación Tzedaká son adultos mayores, entre ellos, los participantes del programa de Ayuda a Sobrevivientes del Holocausto.

“Hemos elaborado contenidos que vamos subiendo a las redes sociales para que la gente pueda seguir activa en su casa.” Sebastián Fridman (coordinador de Adultos Mayores de la Amia).

ción de vulnerabilidad. “Lo que es el trabajo de Adultos Mayores en este momento particular tiene que ver con el diseño de contenidos, el acompañamiento telefónico y la prestación que se envía a domicilio”, concluye el coordinador.

En el contexto del aislamiento, Fundación Tzedaká también orienta su trabajo hacia los adultos mayores garantizando medicamentos, reforzando la ayuda alimentaria y brindando acompañamiento telefónico. “El 42 por ciento de los beneficiarios de la Fundación Tzedaká son adultos mayores, entre ellos, los participantes de nuestro programa de Ayuda a Sobrevivientes del Holocausto, con un promedio de edad por arriba de los 85 años y con situaciones de salud complejas debido a situaciones vividas durante la guerra”, puntualiza Ruth Heymann, directora de Comunicación de la institución.

Para asegurar la alimentación aumentaron las transferencias de fondos y la distribución de viandas a los mayores que viven solos, especialmente en hoteles y pensiones donde ven limitada su posibilidad de cocinar o almacenar mercadería. “Para ello contamos con los camiones de Tzedek (nuestro emprendimiento que retira donaciones a domicilio), que al no estar en funcionamiento, hoy fueron puestos al servicio del área social. También implementamos un sistema de distribución domiciliaria de medicamentos y pañales, ya que aún en cuarentena, el Banco Comunitario de Medicamentos continúa trabajando para preparar los pedidos de quienes ya venían recibiendo remedios. Los distribuimos a través de los mismos camiones y de voluntarios que con sus autos particulares realizan la entrega y a quienes se capacitó en medidas de prevención”, agrega Heymann.

Particularmente con los sobrevivientes del Holocausto, la fundación ofreció una serie de talleres y actividades en forma virtual para contribuir a que los destinatarios mantuvieran sus rutinas y evitar que se aíslen. Además, iniciaron una campaña de aplicación de la vacuna antigripal a domicilio, trabajando con una empresa de cuidados domiciliarios.

El objetivo de estos programas y acciones es generar una red de contención y acompañamiento para cuidar y proteger a los adultos mayores. No solamente asistirlos y garantizar que sus necesidades básicas estén cubiertas, sino también para sostener un vínculo afectivo con ellos.

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