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Economía social Apoyo a los emprendedores

La otra cara de la moneda

Los pequeños comerciantes y cuentapropistas fueron los más golpeados por la crisis derivada del aislamiento obligatorio. Desde el sector social surgen propuestas para ayudar a emprendedores y pymes a mantenerse a flote.

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TEXTO MICAEL RICCO E l avance del coronavirus en el país arroja a diario cifras que generan incertidumbre en torno a la salud de la población. En forma paralela, e inversamente proporcional al creciente número de contagios, la economía parece derrumbarse ante un sistema productivo prácticamente detenido. Un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) prevé que Argentina sufrirá una reducción del 6,5 por ciento de su PBI este año.

En este contexto adverso, los cuentapropistas, los emprendedores y las pymes están en una situación de vulnerabilidad al no contar con la estructura suficiente para poder afrontar las pérdidas provocadas por el estancamiento. Mientras cientos de negocios mantienen sus persianas bajas, diversas organizaciones sociales y agrupaciones de trabajadores buscan mitigar los efectos de la crisis. Golpe a golpe

“El último día que pude ir al local a trabajar fue el 19 de marzo, a partir del 20 no pude entregar más mercadería ni producir más”, sostiene Leandro Pérez, fabricante de camillas terapéuticas desde hace 13 años. Pérez entiende que al desarrollar su actividad en un rubro que no es de primera necesidad, se ve imposibilitado de salir a vender.

“Mis artículos no son vitales en el contexto actual de necesidad sanitaria, es imposible conseguir materia prima, tampoco puedo arriesgarme a salir a la calle y que me secuestren la mercadería. Además le debo plata a mis proveedores, no pude acceder al crédito con tasa cero que otorga la Afip y seguramente voy a tener que sacarlo en un banco con tasas usureras”, agrega.

En la misma situación se encuentra Carlos González, fabricante de cerveza artesanal y creador, junto a dos socios, de la marca Birrenpöl. “Nosotros distribuimos en bares porteños y desde el comienzo de la cuarentena no vendimos ni un litro. Recién ahora estamos armando algunas promociones para poder cubrir aunque sea las necesidades básicas”, explica. Al igual que Pérez, el productor asegura que ve muy lejana la reactivación ya que su actividad no es prioritaria. Y ambos emprendedores coinciden en que la pandemia fue un golpe de knock out para una economía que ya venía lastimada por la recesión de los últimos años.

El caso de Norberto Arapa, fabricante de queso de cabra en la localidad de La Poma, en la provincia de Salta, es un botón de muestra de las dificultades de los pequeños productores del interior para llevar a cabo su actividad. “Nosotros vendemos tanto en el campo como en la capital. A partir de la cuarentena no pudimos trasladar más nuestra mercadería y las ventas se redujeron en un 50 por ciento debido a la caída de precios y el cierre de los mercados”, detalla.

La realidad también se presenta adversa paUn informe de la

Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) prevé que Argentina sufrirá una reducción del 6,5 por ciento de su PBI este año.

Los productores de cerveza artesanal, uno de los sectores más afectados.

La Feria Agroecológica de Córdoba nuclea a varios pequeños agricultores de la provincia cuya subsistencia se veía amenazada.

ra quienes están desocupados y trabajan de manera informal. La situación de Daniel Herrera, habitante de Colonia Tirolesa, en la provincia de Córdoba, es ilustrativa. “Estaba haciendo trabajos de jardinería y ahora no puedo salir a la calle porque me meten preso. Accedí al bono de 10 mil pesos, pero el banco me descontó más de 4 mil por el mantenimiento de la cuenta de mi anterior trabajo. Para los que estamos en el fondo, la situación es desesperante”, asevera. La salida es colectiva

El rol de las organizaciones sociales a la hora de optimizar los canales de difusión, distribución y venta de productos se torna fundamental en esta coyuntura. Con la tecnología como punta de lanza, Salvá una Pyme es una plataforma digital que permite adquirir productos con entrega post cuarentena.

En diálogo con Tercer Sector, Magdalena Tezanos Pinto, una de las creadoras del emprendimiento, explica que la idea “nació el 29 de marzo ante el difícil contexto de aislamiento como una herramienta que potencia a las pymes y emprendedores pensando en el futuro”. El portal incluye más de 540 comercios a lo largo de quince provincias, con proyección no solo a nivel nacional sino también regional. “El acceso es gratuito e incluye rubros como alimentos, indumentaria, tecnología y hogar, entre otros”, destaca.

También es trascendental la labor de agrupaciones como Nuestras Huellas, que desde hace 18 años fomenta el desarrollo de emprendimientos para mujeres en situación de vulnerabilidad a través de bancos comunales y capacitaciones. La acción de la entidad se desarrolla en nueve municipios del noroeste del conurbano bonaerense y acompaña el trabajo de más de 650 emprendedoras.

Hacia el interior del país, la Feria Agroecológica de Córdoba nuclea a varios pequeños agricultores de la provincia cuya subsistencia se veía amenazada. “A partir de la segunda semana de la cuarentena, la demanda de alimentos saludables comenzó a crecer. Al tener permisos para distribuir mercadería y asistir a los campos, pudimos crear cinco nodos de abastecimiento”, sostiene Iván Fernández, miembro de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (Utep) y uno de los organizadores de la feria.

Fernández insiste en que la alimentación agroecológica y sustentable, a nivel masivo, es posible siempre y cuando se tome como prioridad tanto a nivel estatal como privado. “A través de una campaña de recaudación, pudimos repartir 4.000 kilos de verdura en diferentes comedores populares de toda la república. La pandemia es una oportunidad para que nos demos cuenta de la importancia de contar con alimentos saludables para todo el pueblo, dejando atrás cualquier elitismo”. CÓMO CONECTARSE Salva una Pyme: www.salvaunapyme.com Nuestras Huellas: www.nuestrashuellas.org.ar Feria Agroecológica Córdoba: www.facebook.com/FeriaAgroecologicaCordoba Birrenpöl: www.facebook.com/birren.pol El parate económico le trae grandes dificultades a un fabricante de quesos de cabra de la localidad salteña de La Poma.

Con espíritu colaborativo

Esta plataforma procura conectar a profesionales de distintas disciplinas con pequeños negocios o emprendimientos que requieran asistencia frente a la crisis del Covid-19. Ya participan de la iniciativa, más de 200 voluntarios y 120 comercios.

TEXTO SOFÍA MOURE E n tiempos en que el contacto parece prohibido y el individuo, un átomo aislado de la sociedad, la solidaridad tiene formas novedosas de surgir. Salimos Codo a Codo es una plataforma que tiene como objetivo conectar a voluntarios con diversos conocimientos –marketing digital, estrategia de negocios, comunicación y diseño, entre otros– con emprendimientos comerciales que se encuentran en dificultades, debido al aislamiento obligatorio.

“La propuesta es que el voluntario y el emprendedor puedan pensar juntos estrategias que le permitan a los pequeños negocios continuar atendiendo a sus clientes y comercializando sus productos y servicios de forma remota”, explica Vanesa Acosta, una de las

LOS VÍNCULOS DE LA COMUNIDAD

“S omos una comunidad colaborativa, una red en la que nos ayudamos entre todos”, sostiene Vanesa Acosta.

El principal beneficio es el acceso a asesoramiento gratuito y de calidad, en cuanto a experiencia y conocimiento. Pero el aspecto vincular también es importante. “El espíritu de colaboración que se está dando en esta red de mentores es muy lindo y se refleja en los mails de voluntarios y comerciantes”, cuenta Acosta. Según explica, desde Salimos Codo a Codo realizan un “seguimiento exhaustivo mediante mails” para estar al tanto de la relación entre el voluntario y el comerciante. Es decir, apuestan a ser más que un mero puente, para contribuir a generar un verdadero vínculo entre las personas.

jóvenes que lleva adelante la iniciativa en el país.

El proyecto comenzó en Uruguay y en su versión argentina es llevado adelante por Acosta, Eugenio Scafati, Matías Kahl, Matías Salzman y Juan Manuel Otero. Los motivos para ponerlo en marcha fueron dos. “Por un lado, acompañar a los pequeños comerciantes y emprendedores a transi

“Frente a este tipo de circunstancias no deseadas, los argentinos solemos ser muy solidarios.”Vanesa Acosta, fundadora de Salimos Codo a Codo.

tar esta crisis y, por el otro, porque sabemos que, frente a este tipo de circunstancias no deseadas, los argentinos solemos ser muy solidarios”, detalla Vanesa.

La idea es vincular la voluntad de las personas que quieren ayudar –desde sus conocimientos y experiencias laborales– con la necesidad de aquellas que atraviesan un momento difícil. Porque, como expresa Acosta y pretenden transmitir desde Salimos Codo a Codo, “no vamos a poder sacar el país adelante, si no lo hacemos juntos”.

La iniciativa responde a una necesidad concreta y existente: proteger un poco la economía de los comercios, sin poner en riesgo la salud. Y tuvo un buen recibimiento, como cuenta Vanesa: “Contamos con más de 200 voluntarios y 120 comercios registrados, de los cuales más de 80 ya están trabajando en conjunto con sus mentores, muy agradecidos por la plataforma y la ayuda.”

El llamado de la Naturaleza

Cuando los ecosistemas se modifican o destruyen se multiplica el riesgo de aparición de enfermedades, según los ambientalistas. La pandemia trae una oportunidad de pensar nuevos modelos de consumo, más respetuosos de la biodiversidad.

TEXTO LAURA EIRANOVA S i bien todavía quedan preguntas sobre los orígenes exactos del Covid-19, la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó que se trata de una enfermedad zoonótica, es decir, que se transmitió de los animales a los humanos.

Son pocos los que se atreven a arriesgar si se podría haber evitado, pero las ONG y grupos ambientalistas levantan la mano para remarcar que una naturaleza sana, con biodiversidad conservada, es el mejor amortiguador de pandemias.

Manuel Jaramillo, director general de Fundación Vida Silvestre, recuerda que el 70 por ciento de las enfermedades humanas tienen origen zoonótico y se pregunta: “¿Necesitamos más pruebas de que nuestra salud y la de la naturaleza están estrechamente conectadas?”.

“Virus y bacterias han convivido con nosotros desde siempre –agrega– y se distribuyen sin afectar al ser humano en hábitats bien conservados. Pero tener contacto y consumir carnes de animales sin contar con registros bromatológicos autorizados, y avanzar sobre espacios naturales silvestres, tenderían a aumentar la posibilidad de transmisión de esas enfermedades infecciosas.”

El coordinador de Campañas de Greenpeace Andino, Leonel Mingo, reconoce la necesidad de mayor información para saber si la propagación del virus era evitable. “Sí podemos suponer que la manipulación de especies y la hipermovilidad humana favorecieron que el coronavirus fuera pandemia”, remarca.

Desde Jóvenes por el Clima Conurbano, una de las sedes de Jóvenes por el Clima Argentina, la militante Martina Hackbartt propicia darle un enfoque integral, “teniendo en cuenta la complejidad de las relaciones que llevamos con la naturaleza y también de la vida en sociedad”.

“Evitarlo hubiese sido posible, sólo en un esquema de “La salud humana no existe sin salud animal y ambiental.Y ninguna de éstas puede darse sin justicia social.” Martina Hackbartt (Jóvenes por el Clima).

OPINIÓN

UN MODELO EN FRANCA CRISIS

POR SERGIO FEDEROVISKY *

El mundo persigue un modelo de producción, consumo y explotación de los recursos naturales que estresa el ambiente y facilita la vehiculización de virus que están alojados en animales, tanto domésticos como salvajes, a personas.

La responsabilidad la tiene un modelo que hoy está favoreciendo la promiscuidad de animales que no deberían tener contacto entre sí y con el hombre, tal como ocurrió en las gripes aviar y porcina.

No necesariamente hay que abolir ese modelo económico, que evidentemente está en una franca crisis, sino modificarlo desde el punto de vista ético y de la sustentabilidad, para reducir las posibilidades de que estas situaciones ocurran.

Es importante abordar la solución desde una cuestión holística y de funcionamiento, tener una mirada de conjunto y saber cómo hay que operar.

Casos como estos permiten corroborar que no alcanza con la “conciencia ambiental” para cuidar el planeta.

Comunidad Wichi recibe bidones de agua de la intendencia de General Ballivian.

relación sustentable del humano con el ambiente”, aporta su colega Santiago Giambroni.

Sus compañeros María Paz Tartarelli y Lautaro Riveiro lo grafican: “No es culpa de los murciélagos, mosquitos, ratones o pangolines, sino de lo que hacemos con el ecosistema en el que viven y cómo los manipulamos”. Acción, más que especulación

Las ONG desisten de dar crédito a las teorías conspirativas que rodean a la pandemia, para enfocarse en las políticas ambientales y los compromisos que los gobiernos del mundo deben motorizar para detener la destrucción de los ecosistemas y el impacto en las poblaciones.

“Tenemos que ser conscientes de que vivimos en un planeta que tiene límites y de la necesidad de gestionar correctamente los recursos naturales que nos ofrece. Si no lo hacemos, las crisis (sanitarias, climáticas o migratorias) serán más frecuentes por el colapso sistémico al que nos abocamos”, asegura Mingo, desde Greenpeace.

Para esa organización ecologista internacional, es “la oportunidad de aprender a construir realmente un mundo que priorice la salud de la humanidad y del planeta”.

La activista Martina Hackbartt proclama la lucha por un modelo económico sostenible, que contemple las necesidades de los pueblos, así como los de los ecosistemas que los rodean. “La salud humana no existe sin salud animal y ambiental. Y ninguna de éstas puede darse sin justicia social”, sentencia.

Su colega Erik Sánchez propone “un cambio en la matriz productiva y del sistema de relaciones sociales, donde también la matriz del consumo y de la circulación y distribución de bienes sea diferente”.

“Mutilar los ecosistemas tiene un precio muy caro para pagar”, lamentan los Jóvenes por el Clima. El Día D

Pensar el día después es el gran desafío, según el vocero de la Fundación Vida Silvestre. “Hemos pedido un minuto, hay que usarlo para repensar muy bien cómo volveremos a relacionarnos con nuestro planeta y reactivar una economía que intente cometer menos errores.”

“No hace falta volver a la época de las cavernas, pero sí dejar de comprometer el uso de los recursos naturales para salir de la crisis –alerta Manuel Jaramillo–. Es momento de poner sobre la mesa las cosas que se pueden promover y a las cuales hay que darles prioridad. Si no lo hacemos nosotros y en este momento, ¿quién y cuándo lo va a hacer?”

Greenpeace coincide. “Cuando todo esto pase, o al menos empiecen a reactivarse las actividades, muchos países (incluido el nuestro) van a necesitar un fuerte estímulo a la producción. En este punto es clave que, para evitar seguir cometiendo los mismos errores, nos preguntemos cómo hacerlo y revisemos los actuales esquemas productivos. La reactivación económica no puede ser a cualquier costo.” CÓMO CONECTARSE Fundación Vida Silvestre: www.vidasilvestre.org.ar Greenpeace: www.greenpeace.org/argentina Jóvenes por el Clima: Twitter/Instagram @jovenesclimarg “Tenemos que ser conscientes de que vivimos en un planeta que tiene límites y de la necesidad de gestionar correctamente los recursos naturales que nos ofrece.” Leonel Mingo (Greenpeace).

Tiempo de acompañar

Frente al impacto psicológico y emocional que provoca la pandemia en muchas personas, varias organizaciones, asociaciones profesionales y redes autogestionadas habilitaron espacios de contención y escucha.

TEXTO RODE CLASSEN A ngustia, insomnio, ansiedad, depresión, miedo al contagio: el escenario actual genera dificultades emocionales y agudiza problemáticas psicológicas. “Esta situación representa una crisis, que es cuando se rompe el equilibro en el que uno venía funcionando. Desestabiliza la organización psíquica con la que estamos entrenados para enfrentar la vida diaria”, explica Mariana Lagos, médica psiquiatra. “La escena cotidiana que la gente transitaba se detuvo y eso produce un montón de efectos traumáticos”, afirma Leopoldo Kligmann, psicoanalista. Compromiso activo

Para ayudar a paliar los efectos emocionales y psíquicos de esta crisis surgieron diferentes iniciativas. La mayoría de ellas son gratuitas, sostenidas por la participación voluntaria.

“Creemos que tener un rol activo y solidario es inherente a nuestra vocación”, expresa Lagos, presidenta del Capítulo de Salud Mental, Derechos Humanos y Emergencias Sociales, de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (Apsa), e integrante del Equipo Argentino de Trabajo e Investigación Psicosocial (Eatip). Ambas organizaciones, junto con Liberpueblo, se unieron para brindar acompañamiento por medio de encuentros grupales e individuales llevados adelante por psicólogos o psiquiatras. Las personas acceden a una consulta de admisión y luego son derivadas con un profesional del equipo. “Según la situación, cada profesional hace un acuerdo de la modalidad y frecuencia que tendrán las comunicaciones. Proponemos encuadres estables y seguros para lograr una continuidad en el acompañamiento y no generar un efecto disruptivo”, detalla Noemí Sosa, responsable del primer contacto.

La Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires implementó dos servicios de contención: uno específico, para efectores de salud, y otro, para la población general. “La atención abierta a la comunidad consiste en una intervención puntual, una entrevista para asesorar y contener. Si esto no es suficiente hacemos una derivación al sistema público de salud mental”, explica Kligmann, docente de la facultad.

La Asamblea Permanente de Derechos Humanos (Apdh) también habi“En general se comunican personas con angustia o miedos, que con una sola conversación de contención alivian muchísimo su malestar.” Claudia Borensztejn, presidenta de la Asociación Psicoanalítica Argentina.

UNA PLATAFORMA PARA LA EMPATÍA

Con el propósito de favorecer el acompañamiento en el aislamiento, María Zinn y Juan Pablo Villani desarrollaron la plataforma web Aquí Estoy, para que voluntarios se ofrezcan a escuchar empáticamente a otras personas. “Creemos que mucha gente tiene necesidad de contención y compañía y queríamos generar un espacio virtual donde las personas pudieran tener ese encuentro”, cuenta Zinn. “No está pensado para brindar un acompañamiento terapéutico, sino para ofrecer escucha empática y conexión humana”, aclara Villani, que es counselor y brinda contenidos a los voluntarios para promover ese tipo de interacción. En los primeros días de la cuarentena ya se habían inscripto 6.000 voluntarios.

litó un servicio de escucha y contención, a cargo de profesionales de todo el país. “Consideramos importante que la atención la haga un profesional que haya residido o trabajado en el territorio de la persona, para comprender mejor las posibilidades de salida que se le pueden brindar y las redes a las que puede acceder”, expresa Ángela Cardella, secretaria de Salud de Apdh.

En tanto, la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) inició un dispositivo en el que más de 120 profesionales voluntarios brindan una primera asistencia psicológica y, en caso de ser necesario, derivan a un centro de salud. “En general se comunican personas con angustia o miedos, que con una sola conversación de contención alivian muchísimo su malestar”, comenta Claudia Borensztejn, presidenta de APA.

La Asociación Argentina de Counselors (AAC) también lanzó un servicio de escucha telefónica que funciona todos los días y cuenta con un equipo especial para contención en duelos. La Asociación Argentina de Salud Mental (Aasm), Conduciendo a conciencia, la Red de Psicólogxs Feministas y la Red de Salud Perinatal son otras de las organizaciones que desarrollaron propuestas que se suman a numerosas iniciativas autoconvocadas y personales.

A la ansiedad y temor por la pandemia y el aislamiento se suman otras problemáticas, como las situaciones de violencia, la vulnerabilidad económica, frustración por proyectos interrumpidos y estrés al enfrentar nuevas demandas laborales o educativas. También se ven efectos en las infancias, algo que desde la Apdh intentan abordar: “A los adultos, les sugerimos que los chicos dibujen o modelen y nos envíen fotos para que podamos hacer señalamientos que ayuden a desatar la angustia”, explica Cardella.

Las intervenciones son variadas, pero la escucha y contención son elementos clave. “La posibilidad de que haya un otro que acompaña genera un efecto tranquilizador, porque corta la sensación de soledad y de desprotección”, expresa Lagos. CÓMO CONECTARSE Asociación de Psiquiatras Argentinos: www.apsa.org.ar Equipo Argentino de Trabajo e Investigación Psicosocial: www.eatip.org.ar Liberpueblo: www.liberpueblo.net Facultad de Psicología de la UBA: www.psi.uba.ar Asamblea Permanente por los Derechos Humanos: www.apdh-argentina.org.ar Asociación Psicoanalítica Argentina: www.apa.org.ar Asociación Argentina de Counselors: www.aacounselors.org.ar Asociación Argentina de Salud Mental: www.aasm.org.ar Aquí Estoy: www.aquiestoy.live “La escena cotidiana que la gente transitaba se detuvo y eso produce un montón de efectos traumáticos.” Leopoldo Kligmann, psicoanalista.

Contener a los que curan

Los médicos y el personal del ámbito de la salud trabajan en condiciones de alto estrés desde que el Covid-19 se propagó en el país. La comprensión y escucha por parte de especialistas en salud mental es clave para que puedan continuar con su tarea.

TEXTO FLOR BENIAMINOVICH L os profesionales de la salud de todo el mundo trabajan día y noche para salvar la mayor cantidad posible de vidas. En este momento, ellos son los que están en la primera línea de exposición al virus. La acción no deja espacio para las emociones. Pero esto, tarde o temprano, tendrá consecuencias perjudiciales para su salud mental.

“El personal de la salud necesita ser acompañado. El burnout es producto de la tensión sin respiro, acompañada de la sobreimplicación, y uno de los problemas más serios es que afecta directamente lo vocacional. Son esos momentos donde el profesional se lamenta de no haberse puesto una tienda o trabajar en una oficina. El camino a seguir es comprensión, contención y escucha”, dice Jorge Garaventa, psicólogo y miembro de la Junta Ejecutiva de la Federación de Psicólogos de la República Argentina (Fepra).

La persona que está expuesta de manera continua a altos niveles de estrés, carga de trabajo excesiva y poca autonomía puede sufrir el burnout, que en español significa “estar quemado”. Los síntomas más comunes son depresión y ansiedad. ”Para el profesional que padece burnout o puede padecerlo, el enfoque más adecuado es, además de sus procesos terapéuticos individuales, la reflexión en grupos de pares, en lo posible del mismo sector, y con un observador –terapeuta– supervisor, externo al espacio”, comenta Garaventa.

Marcelo Cetkovich, director del departamento de psiquiatría del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco), sugiere generar en el día a día espacios para que las per“El camino a seguir es comprensión, contención y escucha.”

Jorge Garaventa, psicólogo.

sonas puedan desahogarse. ”Otro aspecto fundamental es que tengan directivas claras para bajar los niveles de estrés”, agrega.

Además, Cetkovich observa que cuando la demanda hacia los trabajadores de la salud es muy persistente y el estrés es muy abrumador, la capacidad de responder se va agotando. “Los equipos de salud mental se tienen que preparar para las consecuencias que se vienen”, dice.

Miedo, culpa y frustración

Las sensaciones que experimentan los trabajadores de la salud tienen que ver con el miedo, la culpa y la frustración por no tener un tratamiento adecuado. El personal que está en casa e infectado se siente culpable por no estar allí para ayudar a sus colegas y por poner en riesgo a su familia.

Desde la Red Psicólogos de la Universidad de Buenos de Córdoba (UNC), el Ministerio de Salud de la provincia y la Municipalidad de Córdoba ofrecen un dispositivo virtual de acompañamiento y contención para equipos de salud, de los sectores público y privado. La iniciativa se llama Cuidando a quienes cuidan. El equipo que brinda la atención está conformado por especialistas formados en Psicología Clínica. El servicio es confidencial, de acceso gratuito y requiere contar con un usuario de Facebook y un dispositivo móvil o computadora con acceso a internet, a través del cual se realizará la atención.

Aires consideran que es importantísimo que los trabajadores de la salud cuenten con asistencia psicológica siempre que la necesidad se haga presente. “No es algo que se pueda establecer para todos los casos, ya que cada uno transita la situación de un modo particular. Es probable, incluso, que haya personas que accedan a la consulta una vez finalizada la crisis sanitaria”, comentan.

El riesgo sería que, debido a la vorágine en la que se ven inmersos actualmente los profesionales, no puedan asimilar o elaborar la carga afectiva que la situación implica, ya sea por las incertidumbres a las que se enfrentan, las inquietudes y afectaciones personales que puedan surgir por experiencias previas, o falta de experiencia en determinadas tareas, por la presencia de familiares con factores de riesgo a los que teman contagiar, entre otras.

“Primero comenzamos con un servicio de contención y acompañamiento para personas que estaban infectadas. Luego, el Ministerio de Salud nos pidió articular para dar un servicio para cuidar a los que cuidan, es decir, a los equipos de salud. Ellos, no solamente se enfrentan a un riesgo mayor que el resto de la población, sino que advierten de manera directa la fragilidad del sistema donde traba

“Un aspecto fundamental es que tengan directivas claras para bajar los niveles de estrés.” Marcelo Cetkovich, Instituto de Neurología Cognitiva.

jan. Eso da temor y angustia”, dice Patricia Altamirano, decana de la Facultad de Psicología de la UNC.

Otra iniciativa es la de Juan Pablo Villani y María Zinn. Ellos crearon la plataforma web Aquí Estoy, con el fin de brindar contención online gratuita a quien lo necesite. La plataforma reúne a más de 5.000 psicólogos, counselors, coaches y voluntarios de todo el mundo que ofrecen su tiempo de escucha. La iniciativa cuenta con el apoyo de la incubadora de proyectos de impacto Socialab y los mismos emprendedores tienen la intención de lanzar Aquí Estoy Salud, para que se contacten profesionales de la salud que necesiten ser escuchados desde la empatía.

CÓMO CONECTARSE Federación de Psicólogos de la República Argentina: www.fepra.org.ar Red Psicólogos de la Universidad de Buenos Aires: www.redpsicologosuba.com.ar Cuidando a quienes cuidan (Córdoba): cuidandoaquienescuidan@psicologia.unc.edu.ar

Compartir la vida

El avance del coronavirus en Argentina impactó en la conducta de los donantes de sangre. Hasta un 80 por ciento de los voluntarios dejó de concurrir a hospitales y centros de salud. La respuesta de las Organizaciones de la Sociedad Civil.

pxhere.com

TEXTO MARIANO BARRAGÁN E l aislamiento social, preventivo y obligatorio implementado por el Gobierno Nacional para frenar el avance del Covid-19 modificó los hábitos de la población. Se suspendieron las clases, cerraron los comercios y se prohibieron las actividades públicas. El lema “Quedate en casa” se internalizó y las calles quedaron vacías.

La medida, muy eficaz para contrarrestar el crecimiento de contagios, trajo daños colaterales. Según la Asociación Argentina de Hemoterapia e Inmunohematología, durante la primera semana de cuarentena la reposición de los componentes sanguíneos cayó entre 70 y 80 por ciento. “Esto ocurrió por una falta de previsión. De un día para el otro, todos nos tuvimos que quedar en nuestras casas”, asegura Silvia Arreghini, presidenta de la ONG Dale Vida, que tiene como misión informar y alentar a las personas a ser donantes voluntarios, altruistas y habituales.

La sangre es una necesidad permanente en todos los tratamientos médicos y no puede fabricarse. Ninguno de sus tres componentes (glóbulos rojos, plaquetas y plasma) se pueden generar en un laboratorio. La sangre sólo la produce el ser humano. Cartas en el asunto

Para mitigar la disminución de voluntarios, el Poder Ejecutivo Nacional habilitó la libre circulación a quienes concurran a donar. Sólo es necesario mostrar la citación individual del banco de sangre o la convocatoria abierta general si se concurre en forma espontánea.

Por su parte, el Ministerio de Salud de la Nación brindó a la red de bancos de sangre recomendaciones específicas para preservar a los donantes y habilitó las colectas externas, con el objetivo de facilitar la donación durante el período de aislamiento. “Se hicieron caminos seguros y se dan turnos espaciados para que la gente no se junte. Además se habilitarán postas con horarios fijos para que se pueda ir a donar sin necesidad de concurrir a los hospitales”, detalla Arreghini.

La sangre es una necesidad permanente y no puede fabricarse.

Debido al aislamiento obligatorio, las donaciones de sangre cayeron entre un 70 y 80%.

Con el apoyo del actor Facundo Arana, el cantante Andrés Ciro Martínez y el futbolista Sergio Agüero, entre otras personalidades, el Hospital Posadas y diversos centros sanitarios confeccionaron campañas de comunicación en redes sociales para fomentar la donación. A su vez, Dale Vida generó una aplicación donde se puede encontrar el lugar de extracción más cercano al domicilio. La app también brinda los teléfonos para solicitar turnos.

La importancia de donar

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en la Argentina se necesitan más de 5.000 transfusiones por día. Si entre el 3 y el 5 por ciento de la población del país concurriera a donar dos veces por año se llegaría a la suficiencia en forma voluntaria. Hoy sólo el 1,5 por ciento de los habitantes tiene el hábito de donar.

Cada componente de la sangre es aprovechado en su totalidad, aunque la durabilidad de cada uno es diferente. “Los glóbulos rojos se conservan por un máximo de 42 días. El plasma se congela y puede durar hasta un año. El problema radica en las plaquetas, porque sólo perduran cinco días almacenadas a temperatura ambiente”, comenta Bruno Wannesson, hematólogo y jefe responsable del Banco de Sangre de la Fundación para combatir la Leucemia (Fundaleu).

La imposibilidad de fabricarla y el corto período de conservación convierten a la donación en un acto esencial. La Ley Nacional de Sangre (22.990) prohíbe la comercialización y el lucro en la obtención de la sangre humana; en consecuencia, la única forma de suministro es por medio de donantes voluntarios.

Mitos y verdades

Desde hace 15 años, Dale Vida trabaja para incrementar la reposición solidaria. “El propósito es que la gente no vaya a donar sangre por la angustia que genera tener a un familiar enfermo, sino comprender la necesidad. Buscamos que la gente elija ir dos o tres veces al año”, comenta su presidenta.

Los mitos y miedos conspiran contra la posibilidad de engrosar la cantidad de voluntarios. Dale Vida busca destruir esas falsas creencias desde temprana edad con información confiable y segura. “Es necesario educar e informar mucho a la población. Si a los chicos les enseñamos desde la escuela que hay que donar sangre, seguramente pronto tendremos un batallón inmenso de donantes”, se entusiasma Silvia Arreghini.

Los especialistas aseveran que el 80 por ciento de la población en algún momento necesitará una transfusión. En nuestras venas está la posibilidad de salvar vidas. Que el coronavirus no nos impida ser héroes.

CÓMO CONECTARSE Dale Vida: www.dalevida.org.ar Instagram @DaleVidaONG dalevidadonasangre@gmail.com Fundaleu: www.fundaleu.org Instagram @Fundaleu info@fundaleu.org.ar

SER DONANTE EN MENOS DE UNA HORA

Para convertirse en donante voluntario sólo hace falta presentarse en el hospital más cercano al domicilio, tener entre 18 y 65 años, pesar más de 50 kilos y gozar de buena salud. “El proceso inicial no dura más de una hora. Hay que llenar una planilla con antecedentes personales, luego se pasa a la entrevista con el médico y después se evalúan los valores de la sangre. Si están bien, comienza el llenado de la bolsa, que lleva diez minutos. Al finalizar se da un refrigerio y a los veinte minutos, el donante ya puede retomar su actividad habitual”, detalla Bruno Wannesson.

La seguridad del donante se garantiza a través del uso de material descartable. No existe ningún riesgo de contagio de enfermedades. A su vez, la donación resulta un beneficio para el propio donante. “Conlleva un estudio de laboratorio donde vemos la constitución de la sangre. Así damos un perfil sano del paciente. Al donar sangre ganamos un control de salud general, sin necesidad de ir al médico de cabecera”, afirma el hematólogo de Fundaleu.

Una persona adulta tiene como mínimo cinco litros de sangre en su cuerpo y durante la donación sólo se extraen 450 mililitros. Con una simple extracción voluntaria, se pueden salvar tres o más vidas.

Listos para dar una mano

Frente a la emergencia sanitaria y el aislamiento obligatorio, miles de personas decidieron hacer algo por quienes más ayuda necesitan. De manera espontánea ofrecen su colaboración y, así, le dan vida a una trama solidaria para aliviar, en parte, el impacto de la crisis.

TEXTO EDUARDO SANTACHITA L a pandemia esvivir en un paréntesis demiedo, estrés e incertidumbre. Pero también despierta en muchas personas la voluntad de hacer, de servir, de colaborar con lo que se pueda, con lo que se tiene al alcance, en una muestra de solidaridad horizontal y desinteresada de un pueblo que sabe bien que una mano lava ala otra, hoy más que nunca.

En dos ruedas

“Soy culo inquieto, esa es la verdad, yo no me propuse ayudar a la gente”, dice Agustín Trincheri, un estudiante de sommelier de 37 años que pasa gran parte del tiempo montado en su bicicleta por las calles de La Plata. “Cuando se empezó a hablar de una posible cuarentena obligatoria publiqué en mi muro de Facebook que el que necesitara medicamentos, comida o algún trámite, podía contar conmigo.” Agustín explica que la iniciativa tenía como objetivo a sus conocidos y familiares que tuvieran hijos o algún parienteque fuera grupo de riesgo, pero admite que la publicación tuvo una repercusión inesperada.“Me llamó más gente que no conozco que personas de mi entorno. Fue un boca en boca y se hizo viral. Incluso me contactó un amigo desde Alemania para que le lleve un medicamento a su abuela, que vive cerca de casa”, se sorprende este hombre de voz alegre, al que no le sobra nada, pero está lleno de ganas. “Me quedé sin laburo unos días antes de que el Gobierno dispusiera el aislamiento preventivo, porque estaba trabajando de camarero y cerró todo”, cuenta. Y reflexiona: “Me parece que el mundo decidió detenerse y ponernos a pensar qué estamos haciendo mal. Cuando yo estuve en la lona, mucha gente me dio una ma

“Publiqué en mi muro de Facebook, que el que necesitara medicamentos, comida o algún trámite, podía contar conmigo. Me llamó más gente que no conozco que personas de mi entorno.” Agustín Trincheri (camarero).

“No tengo familia, no tengo hijos, estoy solo. Si esto fuera una guerra, y tiene muchas características de guerra, yo soy el soldado que tiene que perder.” Eduardo “Cabito” Massa Alcántara (actor y humorista).

“Son 20 familias que se llevan el pan a su casa sin pagarlo.Y, si no alcanza, saco del que tengo para vender y se lo alcanzo a la gente.” Juan Marcos Gallo (comerciante).

no, y como todo lo que va, vuelve… todos los días me siguen pidiendo cosas, y yo voy”, concluye.

Del laboratorio a las redes

“A principios de marzo, un colega publicó en sus redes sociales que estaba recibiendo muchas preguntas de la gente sobre el Covid-19”, relata la bióloga Florencia Curzel. El colega del que habla es Fabricio Ballarini, un divulgador científico con más de 100 mil seguidores entre Instagram y Twitter. Preguntó quién se quería sumar a responder dudas sobre el nuevo virus y así nació @coronaconsultas, que llega a más de 30 mil seguidores con información útil, confiable y, a la vez, fácil de entender. “En total somos 17 científicos entre médicos, biólogos, un pro

“Tengo mucho trabajo y estoy haciendo mi tesis de doctorado, pero está bueno como aprendizaje salir un poco del laboratorio y ver qué está pasando en la sociedad para dar una mano.” Florencia Curzel (bióloga).

gramador web, una diseñadora industrial, una bromatóloga y un lingüista”, enumera Florencia. Todo lo que recomiendan,tanto desde la web como desde las redes sociales, es información del Ministerio de Salud de la Nación, de publicaciones científicas o de la Organización Mundial de la Salud (OMS). “Estamos todo el tiempo buscando papers, y lo que no se sabe oficialmente no se responde”, explica la bióloga. Y se sincera: “Tengo mucho trabajo y estoy haciendo mi tesis de doctorado, pero está bueno como aprendizaje salir un poco del laboratorio, que es esa cajita donde uno vive, y ver qué está pasando en la sociedad para dar una mano”.

Al pan, pan

Sobre una mesita improvisada con dos cajones de cerveza, hay un recipiente lleno de bolsas de pan. “Si lo precisás, llevalo”, indica el cartel. “Pido flautitas de más para poder ayudar a los que peor la están pasando. Dejo 20, 22 bolsas por día en la puerta del local y al rato no queda nada”, reconoce Juan Marcos Gallo, el dueño de una pequeña despensa en la esquina de 37 y 28 bis de la localidad bonaerense de Claromecó. “Son 20 familias que se llevan el pan a su casa sin pagarlo. Y si no es suficiente, saco del que tengo para vender y se lo alcanzo a la gente”, dice Juan, que profesa la fe cristiana y explica: “Lo que de gracia recibimos, de gracia debemos darlo, y a mí la gente de este barrio me ayudó muchísimo”. Y se esperanza: “Yo creo que con solidaridad podemos revertir el problema económico del país”.

El valor de la fama

Desde Córdoba, Mariela vio un posteo en Instagramy pensó en su mamá de 81 años, que vive sola en Martínez: “Vecino de zona norte: si sos mayor y no podés ir a hacer tus compras, escribime. Personalmente voy a hacerlas. No salgas”. El autor de una publicación tan seria era un hombre que miles de veces la hizo reír: Eduardo Massa Alcántara, más conocido como Cabito. “Cuando hago algo así nunca lo digo, me parece una postura idiota andar colgándose el cartel de ‘solidario’, pero en este caso tuve que darle visibilidad para que los viejos confíen”, dice el humorista. Y considera: “Creo que esta pandemia saca lo mejor y lo peor de cada uno de nosotros”. Cabito hace mandados, busca medicamentos y lleva las compras del supermercado con su auto. Incluso cocinó, que es una de sus pasiones, para adultos mayores y para personal de la salud. “Mangueo materia prima a las marcas que me quiereny con eso cocino y reparto”, dice. Gracias a su afición gastronómica, este actor multifacético tiene una buena cantidad de guantes descartables de nitrilo. “Me vinieron bien para cuidarme y, fundamentalmente, cuidar a las personas a las que ayudo”, subraya. Consultado acerca de su motivación para postear ese mensaje, que tuvo más de quinientos comentarios y cosechó cientos de respuestas, Cabito se sincera crudamente: “No tengo familia, no tengo hijos, estoy solo… Si esto fuera una guerra, y tiene muchas características de guerra, yo soy el soldado que tiene que perder. La patria es el otro. Siempre”.

Buenas impresiones

El avance del Covid-19 dejó al descubierto las limitaciones del sistema de salud. Muchas personas comenzaron a fabricar mascarillas y barbijos que donan a instituciones y trabajadores de la sanidad.

TEXTO MICAEL RICCO L as medidas de aislamiento decretadas en todo el mundo, a raíz de la pandemia de coronavirus, significaron un giro de 180 grados en la dinámica de las comunidades a nivel global. En Argentina, también pusieron de relieve una crisis cimentada en la falta de recursos sanitarios, tanto para el personal de salud como para la población en general.

Dentro de esta coyuntura, son fundamentales las acciones que tienen como premisa brindar herramientas imprescindibles para el cuidado y la prevención de forma desinteresada. Los proyectos solidarios de fabricación y abastecimiento de insumos se extienden como una forma de contrarrestar la especulación financiera en un país signado por la desigualdad. Mascarillas en 3D

Emiliano Cirelli es ingeniero mecánico recibido en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y uno de los fundadores de Imprimiendo Escudos, una ONG compuesta por más de 50 voluntarios que fabrican mascarillas de acrílico y acetato. “Asistimos a más de 80 instituciones de salud y ya entregamos mil mascarillas. Hay colaboradores en todas las provincias, los cuales cuentan con impresoras 3D puestas al servicio de la actividad”, aclara.

Cirelli explica que las donaciones de dinero y material provienen tanto de la propia organización, como del canal para aportes externos. “Si bien asistimos en su mayoría a hospitales y sanatorios, en provincias como Río Negro, donde hay baja cantidad de contagios, también distribuimos mascarillas entre la policía, los bomberos o cualquier persona que las necesite”, agrega.

En la misma línea, Reesistencia Argentina es una comunidad maker (grupo de fabricantes con impresoras 3D) que cuenta con más de 3.000 integrantes en todo el país. En diálogo con Tercer Sector, Fernando Ferrari, coordinador de la organización en la Ciudad de Buenos Aires, detalla que en este momento están fabricando viseras para mascarillas y desarrollando la creación de respiradores.

“Nuestra idea es asesorar a todo aquel que se haya comprado una impresora y quiera colaborar. Nosotros enviamos las viseras a los hospitales y allí llevan a cabo el proceso para transformar las radiografías en máscaras de acetato, no hacemos mascarillas enteras ni barbijos, porque no están reglamentados por la Anmat (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica)”, esclarece.

Ferrari también deja en claro que las medidas de seguridad para la entrega son minuciosas. A su vez, remarca que la organización no recibe dinero, sólo materia prima de donaciones. “Los médicos que pasan a buscar las viseras previamente nos confirman día, horario y hasta número de matrícula. Cuidamos tan“Al principio, yo tenía material, y cuando se me acabó, me lo fueron dando mis amigas, hasta que empecé a recibir aportes de mucha gente que ni siquiera conocía.” Graciela Medina (costurera que confecciona barbijos en Campana).

Reesistencia es una comunidad compuesta por más de 3.000 fabricantes con impresoras 3D en todo el país.

Reesistencia

to a los médicos como a los makers”, amplía. Superar obstáculos

Las regulaciones gubernamentales son una de las barreras más sólidas que encuentran quienes tienen la voluntad de hacer su aporte. Si bien los protocolos de seguridad certifican la efectividad de los insumos, los argumentos se ven puestos en duda cuando el herramental necesario para que el personal de salud pueda trabajar a resguardo no aparece.

“El Gobierno prohíbe el uso de barbijos que no estén autorizados, perfecto. Pero al día de hoy, todavía no llegamos al supuesto pico de contagios, se nos están por acabar y todavía no nos han entregado otra partida. Entonces, ¿cómo hacemos?”, se pregunta Natalia, instrumentadora quirúrgica de guardia quien, junto con un conjunto de colaboradores, recolecta y entrega suministros higiénicos en el Hospital de Agudos José María Penna, del barrio porteño de Parque Patricios.

“Hay un tatuador que provee guantes de nitrilo, también una mujer que cose barbijos; la mayoría de los recursos, los brinda gente que no está relacionada con el mundo de la salud”, aclara Natalia. Dentro del heterogéneo grupo se encuentran artistas como Maximilano Bagnasco y Daniela Lucero, además de Mariela Ballesta, quien es coordinadora de Arteterapia, en el hospital que recibe las donaciones. De boca en boca

Si bien la coordinación de gran parte de los proyectos tiene epicentro en la Ciudad de Buenos Aires, el trabajo territorial toma vital importancia a la hora de que los recursos lleguen a sitios donde no apuntan las grandes luces. El caso de Graciela Medina, costurera que confecciona barbijos para los habitantes del barrio de Villanueva, en la localidad bonaerense de Campana, es ilustrativo. “Se fue dando de boca en boca. Al principio, yo tenía material, y cuando se me acabó, me lo fueron dando mis amigas, hasta que empecé a recibir aportes de mucha gente que ni siquiera conocía y se contactaba por Facebook”, afirma Medina. CÓMO CONECTARSE Imprimiendo Escudos: Instagram @imprimiendoescudos Reesistencia Argentina: www.reesistencia.com.ar Mariela Ballesta: Instagram@marielaballestaart “Asistimos a más de 80 instituciones de salud y ya entregamos mil mascarillas.” Emiliano Cirelli (Imprimiendo Escudos).

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