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Innovación Nuevos aires desde Rosario

Nuevos aires desde Rosario

Cuando la pandemia aterrizó en la Argentina, un grupo de jóvenes emprendedores ideó un respirador artificial para pacientes con covid-19, creó un prototipo que ya dio buenos resultados y ahora aspira a fabricarlo masivamente.

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TEXTO EDUARDO SANTACHITA D esde comienzos del mes de marzo, los gobiernos de todo el mundo se desesperaban por suplir el déficit de respiradores artificiales. Ante ese panorama, un grupo deargentinos se animó a soñar una solución y acompañó ese sueño con la voluntad de hacer. Gracias al apoyo de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) desarrollaron un equipo de ventilación mecánica de uso específico para enfermos de covid-19.

Inventu, la empresa que unea estos jóvenes emprendedores, nacióen Rosario ocho añosatrás. Diseña, desde controles remotos para locomotoras, hasta buses eléctricos y tecnología para convertirciudades convencionales en inteligentes.“Dejamos todo eso en stand by para abocarnos de lleno a esta idea”, explica Roberto Bisso, socio de la empresa y coordinador de este ambicioso proyecto, denominado Un Respiro. “Nunca habíamos trabajado en salud, por eso integramos abioingenieros, kinesiólogos, anestesistas, ingenieros clínicos y jefes de terapia intensiva de hospitales públicos y sanatorios privados.” Diseño abierto

Los cinco flamantes prototipos del ventilador de transición superaron con éxito una serie deexigentes pruebas, tanto en Santa Fe como en Buenos Aires. Para validar empíricamente su uso se utilizó emulación de pulmones disminuidos en su capacidad respiratoria. “Esperamos que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica lo apruebe lo antes posible”, reclama Bisso. Y agrega: “El equipo es de altísima reproductividad, en cuanto se empiece a fabricar se pueden hacer mil por semana”. Con ese objetivo, Inventu convocó a proveedores de componentes, makers para fabricar piezas 3D y ensambladores. “El respirador está compuesto por materiales de alta tecnología, pero pensando en la velocidad de construcción, con pocas piezas”, argumenta el emprendedor. Además, el diseño es open source, lo que significa que sus planos, manuales y circuitos pueden ser descargados libremente por quien se interese en producirlo en Argentina y en el mundo.

El equipo se conecta a internet por Wi-Fi y 4G, está geolocalizado y recolecta los datos de cada paciente para comparar resultados. “Todo el funcionamiento de cada respirador está parametrizado,con la información recopilada se puedenelaborar estadísticas y tomar decisiones”, asegura el coordinador del proyecto.

Este respirador, único en el mundo, puede salvar la vida de cualquier paciente con un síndrome respiratorio agudo causado por la nueva enfermedad. Bissodestaca el acompañamiento de la UNR y su rector, Franco Bartolacci. “Nosotros dormimos poco y él debe haber dormido menos”, dice. Quizás ése sea el costo por soñar y hacer. CÓMO CONECTARSE Proyecto Un Respiro: www.theglobalbreath.com/es Inventu: www.inventu.com.ar Inventu

“El equipo es de altísima reproductividad, en cuanto se empiece a fabricar se pueden hacer mil por semana.” Roberto Bisso, socio de Inventu y Coordinador del proyecto Un Respiro.

El gigante amenazado

Con más de 300 mil ONG, la sociedad civil del país vecino desempeña un rol clave frente a las políticas del gobierno de Jair Bolsonaro. La pandemia, sumada a la cuestión ambiental y la situación de la Amazonia imponen una agenda social que exige urgentes respuestas.

TEXTO ALEJANDRO CÁNEPA B rasil, ese enorme país que es el quinto más grande del mundo, aloja a más de 200 millones de habitantes, está salpicado de mesetas, selvas y montañas y guarda en sus entrañas todo tipo de recursos minerales y naturales. Como un eco de esa riqueza, también tiene 300 mil ONG de toda clase, según la Asociación Brasileña de Organizaciones No Gubernamentales (Abong). A continuación, un panorama de cómo se desenvuelve el sector social de aquel país en el contexto de la presidencia del derechista Jair Bolsonaro, con el agregado reciente de la feroz irrupción del covid-19, que, al cie

“Los informales, ambulantes y sin techo son los más afectados”. Alberto Lopes (Instituto Brasileño de Administración Municipal).

rre de esta edición, había sido detectado en 114.715 personas, de las cuales 7921 murieron.

Alberto Lopes, integrante del Instituto Brasileño de Administración Municipal (Ibram), una organización dedicada a “fomentar el desarrollo local, a fin de consolidar la ciudadanía y la democracia”, según reza su sitio web, señala: “En Brasil las ONG predominantemente están vinculadas a la religión, en un 28,5 por ciento; las asociaciones patronales y profesionales, en un 15,5por ciento, y al desarrollo y defensa de derechos, en un 14,6 por ciento. Las áreas de salud, educación, investigación y asistencia social totalizan 54 mil entidades, el 18,6 por ciento”.

La llegada al poder de Bolsonaro provocó un cimbronazo en la relación entre el sector social y el Ejecutivo. De por sí, el presidente se sostiene en una coalición que cree que las ONG son, en bloque, un conjunto de organismos opositores a su gobierno. Ya más en detalle, una llaga principal entre ambos contendientes es la situación de la Amazonia brasileña, esa vasta porción del noroeste del país con selvas tupidas que bajo la tierra posee petróleo, oro, hierro y cobre, entre otros minerales.

Lopes señala que la coalición que sostiene a Bolsonaro considera “a la cuestión ambiental en Brasil como una falsa cuestión que bloquearía el desarrollo del país” y que, con la excusa de proteger áreas, actores internacionales podrían controlar esas zonas. Sin embargo, apoyándose en ese argumento, Bolsonaro y sus partidarios relativizan los daños de la deforestación amazónica y hasta acusaron el año pasado a algunas ONG de haber

“Se colocó a las ONG en el lugar de victimarios y a sectores productivos, algunos de ellos ilegales, en el lugar de víctimas”. Caetano Scannavino (Proyecto Salud y Alegría).

provocado incendios en la región para cobrar subsidios. Pero Lopes considera que eso “es parte de una estrategia de desmoralizar el activismo organizado en torno al tema ambiental y de los derechos humanos en el país”.

Víctimas y victimarios

Por su parte, Caetano Scannavino, coordinador del Proyecto Salud y Alegría, una ONG anclada en la región amazónica y fundada en 1987, explica: “Hubo una inversión de valores: se colocó a las ONG en el lugar de victimarios y a sectores productivos, algunos de ellos ilegales, en el lugar de víctimas”. Para él, los incendios fueron por descuidos de productores agropecuarios o por mala fe, para ocupar ilegalmente la tierra y utilizar el área para agricultura o especulación inmobiliaria.

Sobre esa base, entró en escena el covid-19. En ese

Diferentes organizaciones criticaron con dureza la relativización del presidente Bolsonaro de los peligros del covid-19.

punto, Lopes asegura: “Como suele pasar en el mundo de las ONGs y organizaciones en general del tercer sector, éstas siguen anticipándose al Estado. La capilaridad, flexibilidad y compromiso genuino con la gente, a la que acostumbran mirar frente a frente, les permite en este periodo de crisis y emergencia ofrecer apoyo de sobrevivencia. Los informales, ambulantes, sin techo y otros que, por su incapacidad de generar ingresos y por la naturaleza de sus estrategias de sobrevivencia, no pueden estar en régimen de home office, son los más afectados”. Más allá del sector social, el especialista plantea que “se ofrece en este momento una oportunidad radical para impulsar en Brasil la idea de la Renta Mínima de Ciudadanía, en la cual TODO (sic), absolutamente TODO ciudadano reciba del Estado una renta básica de supervivencia”.

Por lo pronto, una entidad internacional como Human Rights Watch criticó con fuerza la relativización de Bolsonaro de los peligros del covid 19 y sus llamados a no cumplir los aislamientos dispuestos por las autoridades regionales.

Ya por fuera de la relación con el actual presidente, un dilema siempre vigente es qué vínculo deben tener las organizaciones sociales con el Estado, en especial en un país como Brasil, pujante pero al mismo tiempo desbordado de problemas sociales, agudizados por la llegada del Coronavirus. Para Lopes, habría que “dar voz a los beneficiarios directos de la actuación de las ONG en órganos colegiados oficiales e implementar políticas públicas que promuevan el afianzamiento del desarrollo de una política de inclusión sustentable”. Scannavino, por su parte, es de los que consideran que el Estado debe potenciar el trabajo de las ONG. “Habría que hacer un mapeo de iniciativas de ONG ambientales que dieron resultado y, con políticas públicas, darles escala y multiplicarlas en otras regiones”.

La llegada del Coronavirus puede ser una oportunidad para implementar esos cambios entre el Ejecutivo y el sector social. De hecho, Salud y Alegría interactúa con autoridades municipales para asistir a los principales grupos de riesgo durante la pandemia y abasteció a su barco-hospital de equipamiento para llegar a los lugares más recónditos de la zona donde operan. ¿Marcará este peculiar momento del mundo y del país un punto de inflexión o, más pronto que tarde, todo volverá a su lugar, para bien y para mal?

Cielo Salviolo

“Buscamos acompañar a los chicos para que puedan procesar sus temores durante la pandemia”

La directora del canal Pakapaka explica los cambios que la señal llevó adelante en su programación, para atender la demanda de los niños y niñas en un contexto de aislamiento. El rol educativo y de contención de la televisión.

TEXTO GABRIEL TUÑEZ C uando Cielo Salviolo fue designada directora del canal Pakapaka, a mediados de enero pasado, China, Tailandia y Japón habían reportado casos de coronavirus en su población y sólo unos pocos podían asegurar que aquello se iba a transformar en una pandemia global. Salviolo había sido parte del proceso de creación de Pakapaka, que primero fue la franja para chicos y chicas en el canal educativo Encuentro, entre 2007 y 2010, y luego se transformó en el primer canal infantil público y educativo del país. Allí se desempeñó como directora fundadora de una señal pensada para niñas y niños de 2 a 10 años, con microprogramas, documentales y dibujos animados, y con el objetivo central de brindar contenidos de alta calidad orientados a entretener y educar a todos los sectores sociales de la Argentina y de la región.

En su regreso pensó en llevar a cabo una refundación de Pakapaka, que en los últimos años sufrió una reducción de sus contenidos y producciones, al punto de ser desplazado de la grilla de Cablevisión, a la que recién regresó el 2 de abril último, tras un año y medio.

Sin embargo, los planes originarios y prioritarios debieron quedar momentáneamente a un costado, porque el aislamiento obligatorio decretado por el Gobierno para contener el avance del virus en Argentina hizo que la señal ajustara su programación a la coyuntura, para atender, desde la pantalla y las redes sociales, las necesidades educativas y de contención de los más chicos. Si Pakapaka significa en idioma quechua “escondite“ o “juego de niños”, la misión del canal, ante la pandemia, se transformó en una combinación de ambas acepciones: mantener el aspecto lúcido de los más chicos en la infancia, mientras los acompaña en un período de resguardo provisorio en cada hogar.

–¿De qué modo el canal tuvo que modificar la programación a partir del aislamiento por el coronavirus?

–Cuando comenzó la pandemia decidimos acompañar, desde distintos lugares, el impacto que pudiera ocasionar el aislamiento. Desde lo educativo, hicimos una curaduríarápida de los contenidos vinculados a lacurrícula escolar, que habían sido producidos en los diez años de historia de Pakapaka. Algunos formaron parte de lo que fue la primera etapa de Seguimos educando, el programa de la Televisión Pública en Pakapaka que conducían Sol Canesa y Ernesto Sánchez. Así, incluimos una selección de contenidos educativos presentados por los conductores, que resaltaron constantemente que nuestra función era acompañar a las chicas y los chicos en sus casas. Eso se transformó en el Seguimos educando, que se ve ahora y que tiene una programación especial que cubre los contenidos educativos desde el nivel inicial hasta el medio. Junto con la pareja de conductores hay una maestra o un maestro de cada nivel: inicial, primer grado, segundo y tercero, y cuarto y quinto. Ese fue el paquete que le tocó a Pakapaka, porque es Encuentro el canal que aborda los contenidos de sexto y séptimo grados. Lo hacemos en un formato de teleclase, con narrativas propias de la televisión.

–Estos contenidos alcanzan también a las redes sociales…

Por otro lado, además de Seguimos educando, que es la estrategia nodal que llevan adelante el Ministerio de Educación, la Televisión Pública y los canales educativos, y que “Dispusimos de contenidos para darles consejos a los chicos acerca de cómo cuidarse y cuidar a otros en la pandemia.”

es la que nos insume la mayor cantidad de tiempo, también lo que nos sucedió fue que empezamos a programar contenidos originales en las redes. Esto fue algo inédito, no porque las redes no fueran importantes o no tuviéramos experiencia en su manejo, sino que empezamos a producir contenidos exclusivamente para las redes. Así surgió una coproducción que estamos haciendo con Unicef en la que invitamos a artistas de la escena infantil, de la cultura popular, vinculados a la televisión y el cine, a que cuenten cuentos, canten una canción o propongan una actividad para las chicas y chicos que están en su casa. Transitaron por ahí Natalia Oreiro, Eleonora Wexler, Magdalena Fleitas, Koufekin y Vuelta Canela, entre otros.

–Además de los aspectos educativos y recreativos, ¿también abordaron los consejos de prevención ante la pandemia para las chicas y chicos?

–Dispusimos una línea vinculada a la prevención, para darles consejos acerca de cómo cuidarse y cuidar a otros. Generamos muchas piezas con ilustradoras e ilustradores que acompañaron esa estrategia de prevención, y a eso le sumamos una estrategia de programación y contenidos para hacer en la casa y una última línea para generar mensajes que repongan el sentido de lo colectivo y de comunidad en un momento de aislamiento. Eso ayuda a que las chicas y chicos puedan procesar sus temores, preocupaciones, angustias, y encuentren y descubran que están en casa, pero que sus amigos están del otro lado, lo mismo que sus abuelas y abuelos. También intentamos responder preguntas muy propias de las chicas y los chicos: ¿por qué no puedo ir a los cumpleaños de mis compañeras y compañeros? ¿Puedo abrazar a mis papás? ¿Me tengo que lavar las manos a cada rato? Buscamos acompañarlos en ese universo de mensajes y contenidos en esta situación tan particular.

■ Gestora cultural, consultora e investigadora en comunicación e infancia y productora especializada en contenidos y formatos audiovisuales infantiles. ■ Participó en el proceso de creación de Pakapaka, primer canal de televisión público infantil de Argentina reconocido en América latina. ■ Fue su directora fundadora y, luego, se desempeñó como consultora creativa y de contenidos de la señal. ■ Dirigió el programa de actividades culturales y recreativas de los Juegos Olímpicos de la Juventud, Buenos Aires 2018. ■ Fue asesora de la franja infantil de TV Perú. ■ Se desempeñó como consultora sobre medios e infancia en diversas instituciones, como Unicef, Red Andi, Bice y Periodismo Social, entre otras.

BIO

–¿En cuánto esta coyuntura les obligó a cambiar el plan original para esta nueva etapa del canal?

–En paralelo, seguimos pensando los contenidos de la pantalla para cuando esta pandemia termine. La pantalla se va a renovar. Tenemos series que se van a estrenar en su momento, una nueva identidad visual, un nuevo branding y una serie de contenidos producidos originalmente, surgidos del intercambio con otras televisiones públicas o de productores independientes. El marco de trabajo que elegimos para este año tiene que ver con el derecho a la felicidad, pensado como la síntesis de todos los derechos, y desde ahí habilitamos las palabras de las chicas y los chicos para que cuenten, por ejemplo, qué es ser feliz, cómo se siente la felicidad en el cuerpo y qué cosas necesitan para ser felices. Esto lo habíamos iniciado antes del coronavirus y lo vamos a retomar una vez que pase la pandemia. Además, seguramente esta pandemia tenga un impacto en cómo se redefine el concepto de felicidad debido a los temores, las angustias y el aislamiento vividos. Es algo que va a atravesar a la refundación del canal y la pantalla. No vamos a poder desconocer el lugar del que venimos ni el impacto que tuvo esto en las chicas y los chicos.

–En algunos sectores de la sociedad, Pakapaka fue visto en los últimos años como una suerte de resistencia, especialmente por contenidos como Zamba.

–Cuando uno dice Pakapaka aparece esa propuesta de construcción cultural y también Zamba, que es el personaje icónico de la señal y representa una forma de contar un contenido educativo bien atractiva. Es un personaje con el cual, las chicas y chicos, de cualquier experiencia socioeconómica o cultural, se identifican y lo han apropiado. Zamba resistió porque quedó preso de una grieta: sobrevivió, se siguió utilizando en la escuela y las chicas y los chicos lo siguieron consumiendo en las redes. Es un emblema de Pakapaka y, en tanto emblema, tiene que estar en la pantalla y contando contenidos de historia, de ciencia, de medioambiente.

–¿Cómo relanzar o aggiornar un personaje tan relevante en estos nuevos tiempos sin perder lo que llevó a su reconocimiento?

–Estamos pensando algo nuevo para Zamba, especialmente en su código humorístico, su perspectiva de género y el rol de los personajes femeninos. Lo primero que se verá de Zamba será una serie de micros acerca de su relación con las chicas y los chicos, y después veremos un capítulo especial sobre Manuel Belgrano, porque este año se celebran 250 años de su nacimiento y se conmemora el bicentenario de su muerte.

El aula en casa

Ante la suspensión de las actividades escolares presenciales, la tecnología se convirtió en el principal aliado para compartir conocimientos. Soluciones, limitaciones y desafíos que presenta esta adaptación urgente.

TEXTO RODE CLASSEN L a medida de aislamiento social empujó a escuelas, docentes, instituciones y educadores no formales a recurrir a la tecnología para continuar con las tareas de enseñanza. La respuesta fue rápida y diversa: el uso de las plataformas de educación virtual explotó y algunas herramientas bían cerrado las puertas de sus escuelas, pero sólo la mitad implementó alguna alternativa de educación a distancia a nivel nacional, según un informe del Observatorio Argentinos por la Educación. Argentina fue uno de los quince países de América latina y el Caribe que desarrolló una respuesta rápida: el día del cierre de las aulas, el Ministerio de Educación de la Nación lanzó el programa Seguimos Educando, que incluye un portal en línea y

populares, como Facebook y WhatsApp, se adaptaron a nuevos usos.

Gran parte de la población incursionó en nuevas prácticas y descubrió un sinfín de posibilidades: sistemas de gestión de los aprendizajes o aulas virtuales (como Google Classroom, Edmodo y Moodle), sistemas de videoconferencia (Zoom, Jitsi, Google Meet), herramientas de colaboración para equipos (Slack, Google Chat o Currents), plataformas de usos específicos y páginas web con recursos didácticos. Creatividad y desigualdad

En el primer mes desde la declaración de la pandemia de coronavirus, 188 países hala emisión de programación audiovisual educativa. “Contamos con catorce horas diarias de contenidos televisivos y siete de radio, divididos en niveles que abarcan desde el preescolar hasta el último año de la secundaria. Los contenidos están articulados con la currícula educativa y la plataforma Seguimos Educando es la que estructura y guía todo el proceso”, explica Claudio Martínez, subsecretario de Medios Públicos de la Nación.

El programa también abarca la realización y distribución de material impreso para las comunidades que tienen acceso limitado a internet.

A la propuesta oficial se suman las brin“La principal dificultad que hay hoy es la enorme brecha de recursos y de tecnología que hay entre las familias.” Melina Furman, doctora en Educación e investigadora del

Conicet.

dadas por otras plataformas y organizaciones como Aprender en casa, Fundación YPF, Science Bits, Commonlit, Abuelas de Plaza de Mayo y otras que presentan contenidos complementarios.

“El Estado brinda un montón de recursos valiosos y también hay muchas organizaciones que pusieron sus desarrollos a disposición, pero lo interesante es que son propuestas que el docente tiene que apropiar, ver cómo las organiza dentro de una secuencia que tenga sentido para su realidad y para sus alumnos”, opina Mónica Trech, coordinadora del Proyecto en Educación y Nuevas Tecnologías de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).

“La principal dificultad que hay hoy es la enorme brecha de recursos y de tecnología que hay entre las familias. Estamos en un país enormemente desigual y esto se desnuda en este contexto de pandemia, no sólo en el acceso a dispositivos y conexión, sino también en antes”, considera Furman.

la posibilidad de tener un lugar para estudiar, de pedir ayuda, de dedicarle tiempo. Los docentes y el Estado están buscando todas las alternativas posibles como usar la radio, la tele, cuadernillos, videos por WhatsApp y otras maneras creativas de lograr que no se suspenda la enseñanza”, señala Melina Furman, doctora en Educación e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).

Prueba y error

“Los docentes de todos los niveles estamos animándonos, a los apurones y masivamente, a usar la tecnología. Creo que hay una experimentación interesante de todos los que damos clases que está haciendo que en este marco de dificultad se enriquezcan las prácticas que teníamos

“En este tiempo es fundamental promover la comunicación y mantener el vínculo, no solamente mandar tareas.” Mónica Trech, coordinadora del Proyecto en Educación y Nuevas Tecnologías de Flacso.

“Hemos pasado de no usar la tecnología a querer usarla para todo en esta especie de revolución motivada por las circunstancias. En muchos ámbitos está cambiando el medio pero no el modo de hacer las cosas, pero creo que éste es un desafío y no una preocupación, porque es algo normal, que tiene que pasar. Aunque al principio sólo se intente replicar una instancia presencial, la prueba y el error es la forma de llegar a mejores prácticas”, asegura Trech. “En este tiempo –añade– es fundamental promover la comunicación y mantener el vínculo, no solamente mandar tareas. Es complejo, pero el solo hecho de querer comunicarse con los alumnos y proponerles actividades es algo muy valioso”.

No sólo la escuela o la educación superior se adaptó a las nuevas circunstancias: todos los cursos, seminarios y

talleres migraron hacia lo digital. “Hubo un gran impacto en lo no formal. Nos dimos cuenta de que con internet podíamos enseñar un montón de cosas y poner a disposición posibilidades de formación variadas. Cuando esto pase, no sé si todo el mundo va a querer volver a correr de un lado al otro para tomar una clase sabiendo que hay muchas cosas que se pueden hacer en línea”, reflexiona Trech. “Se abrió un campo impensado para una gran cantidad de procesos de formación no formal. Estas instancias van a ir encontrando su modo, herramientas y metodologías más adecuadas”, concluye.

En cuarentena con el enemigo

En Argentina, los femicidios dejaron de ser prácticamente invisibles hace cinco años, con la primera marcha Ni una Menos. Pero la violencia machista, lejos de decrecer, parece aumentar. El aislamiento obligatorio plantea otro desafío para las mujeres que conviven con sus agresores.

TEXTO ALEJANDRO CÁNEPA H asta hace pocos años, cuando una mujer era asesinada por su pareja o un ex novio, el caso no tenía un peso específico o se lo etiquetaba como “crimen pasional”, como si el homicidio fuese algo vinculado al exceso de amor y, por lo tanto, menos grave. Si bien la denuncia de las violencias contra las personas de sexo femenino venía ganando espacio en la sociedad, a partir de 2015, con la primera marcha del colectivo Ni una Menos, el tema se consolidó con mucha más fuerza. A casi un lustro de esa primera marcha del 3 de junio, ¿cuánto camino queda por recorrer para desandar las consecuencias más criminales del machismo y la misoginia? ¿Cómo impacta el aislamiento social, preventivo y obligatorio en esa problemática?

En Argentina, no hay cifras históricas sobre femicidios como para comparar líneas extensas de tiempo. La memoria colectiva recuerda casos como el de Alicia Muñiz, asesinada por el ex boxeador Carlos Monzón, en 1988, o, más acá en el tiempo, los de las adolescentes Natalia Melmann, en la ciudad de Miramar, en 2001, y Lucila Yaconis, en el barrio porteño de Núñez, en 2003.

El crecimiento de los movimientos feministas generó que después del asesinato de Chiara Páez, en mayo de 2015, se realizara la primera marcha bajo el lema Ni una Menos, el 3 de junio, en el centro de la ciudad de Buenos Aires. Así, en esa fecha y año tras año, decenas de miles de personas en las principales ciudades del país se congregan para rechazar la violencia machista y exigir al Estado políticas activas para contrarrestar esta problemática. Nos Ven y la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de la Nación. Como los tres poseen diferentes metodologías, las cifras no coinciden con exactitud. En lo que sí hay unanimidad es que las estadísticas sobre femicidios no descienden e, inclusive, aumentan. ¿Qué hacer?

Cifras en aumento

Cuando se habla de números existen distintos, según el organismo que lleve adelante la recopilación. El Observatorio María Zambrano, de la Casa del Encuentro, es uno, pero también existe el Observatorio Ahora Que Sí

La llegada del coronavirus y el consecuente aislamiento obligatorio que dictó el Gobierno nacional provocó mayores riesgos para las mujeres que padecen violencia de género.

Ada Rico, presidenta de la Casa del Encuentro, señala: “Siempre, pero más en esta coyuntura de aislamiento por el coronavirus, pedimos que las provincias prorroguen las medidas cautelares de perimetrales, que los juzgados habiliten teléfonos para denuncias; que si la mujer se tiene que ir con sus hijos de la vivienda en la que vivía con al agresor, se le otorgue por 180 días una jubilación mínima, y por último desarrollar un plan estratégico”.

La Casa del Encuentro nació en 2003 como punto de reunión y actividades de mujeres lesbianas mayores de 40 años. “Comenzamos a hacer reclamos por la desaparición de Marita Verón y nos dimos cuenta de que no había estadísticas sobre asesinatos de mujeres. No había línea 144 ni nada, así que en 2008 empezamos a hacer los informes sobre femicidios”, explica Rico. Así, de acuerdo con su último estudio, durante 2019 se cometieron 299 de esos crímenes, y 341 hijas e hijos quedaron sin madre.

Laura Rothberg, integrante del Observatorio Ahora Que Sí Nos Ven, considera que la reducción de los femicidios sólo se producirá “con un cambio cultural apoyado por instancias educativas. La Educación Sexual Integral (ESI) es fundamental para eso. Hay que concientizar y, desde el Estado, dar políticas públicas fortaleciendo los canales de denuncia y las líneas de emergencia. Otra deuda es la construcción de refugios para las mujeres; si les pedimos que denuncien, ¿a qué lugar van si dejan sus hogares?”.

Las más expuestas

La llegada del coronavirus y el consecuente aislamiento obligatorio que dictó el Gobierno nacional provocó mayores riesgos para las mujeres que padecen violencia de género. En ese sentido, el Observatorio Ahora Que Sí

Desde 2015, cada 3 de junio decenas de miles de personas se congregan en las principales ciudades del país para rechazar la violencia machista.

Nos Ven expresó: “En este escenario, las mujeres que sufren situaciones de violencia se encuentran más expuestas porque, en la gran mayoría de los casos, conviven con su agresor”, por lo que remarcó que “es momento, como sociedad, de tomar conciencia de esta problemática e involucrarnos. Si sabemos de una amiga, vecina o conocida que esté sufriendo violencia, es necesario que la acompañemos y le acerquemos las herramientas necesarias para salir de esa situación”. Hasta el 14 de mayo se contabilizaban trece femicidios comprobados en dos semanas de aislamiento, más otros casos en análisis. El Observatorio Ahora Que Sí Nos Ven, en tanto, informó que en lo que va del año, hasta el 30 de marzo, se cometieron 86 de esos crímenes.

En 2018 se sancionó la llamada Ley Brisa, que establece una ayuda económica y de salud para los niños, niñas y adolescentes hijos de víctimas de femicidios y que lleva el nombre de una nena cuya mamá, Daiana Barrionuevo, fue asesinada por su pareja en 2014, en la localidad bonaerense de Moreno. Otra norma fundamental es la Ley Micaela, que obliga a los integrantes de los tres poderes del Estado a capacitarse en prevención de violencia de género y que evoca a Micaela García, a quien mató Sebastián Wagner en 2017, crimen por el que fue condenado a cadena perpetua.

Por su parte, Nazarena Galatini, coordinadora de la Campaña por la Emergencia Nacional de Violencia contra las Mujeres, explica que el proyecto legislativo que plantea dicha iniciativa incluye, entre otros puntos, la construcción de refugios para las víctimas de violencia de género, ayuda económica para aquellas y construcción de guarderías en los lugares de trabajo o de estudio de las afectadas. Mientras el país intenta adaptarse al repentino cambio de planes provocado por la pandemia de Covid-19, las necesidades de las mujeres que atraviesan situaciones de violencia se multiplican a cada instante. CÓMO CONECTARSE Observatorio Ahora Que Sí Nos Ven: IG ahoraquesinosvenok La Casa del Encuentro: 1159978955 Campaña por la Emergencia Nacional en Violencia contra las Mujeres: FB Campaña por la Emergencia Nacional en Violencia contra las Mujeres. “Hay que concientizar y, desde el Estado, dar políticas públicas fortaleciendo los canales de denuncia y las líneas de emergencia.” Laura Rothberg (Observatorio Ahora Que Sí Nos Ven)

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