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I Historia de Vida
El barrio, una gran familia
Anabella Albornoz es referente solidaria y creadora de Suma de voluntades, una ONG que tiene como objetivo acompañar y ayudar a las familias que viven en asentamientos informales de la ciudad de Paraná, en Entre Ríos.
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TEXTO MAIA PELMAN
Algunas personas se pasan la vida lamentando lo que no tienen o lo que no hicieron; otras sueñan, inspiran y toman las riendas del futuro. Sin dudas, Anabella Albornoz representa a esta última categoría. Nació en junio de 1977 y se crió en Buenos Aires, junto con su hermana Vanesa. Durante su infancia tuvo que afrontar varias pérdidas de seres queridos y el rol de su “hermana/madre”, como la llama ella, fue fundamental para transformar el dolor en fortaleza.
Hace once años atrás y luego de varios intentos fallidos de tratamientos de fertilidad, Anabella llegó al barrio San Martín, en la zona oeste de Paraná, tratando de buscar su lugar en el mundo. El deseo de ser madre y no poder, la llevó a conectarse con otras duras realidades. Es por este motivo, que decidió fundar en 2011 Suma de voluntades, con el propósito de ayudar a sus vecinos. “Lo primero que vimos al entrar al barrio era la emergencia habitacional. Queríamos construir casas, pero no teníamos plata, entonces pensamos en la alternativa de hacer casas de pallets. La única certeza en ese momento era querer transformar los barrios desde la improvisación, desde el sentir”, recuerda.
Multiplicar sueños
Poco tiempo después de su llegada a Paraná, finalmente quedó embarazada de Indio, nombre que le puso en honor a los “indios del barrio”. Eso la incentivó a luchar por otros sueños, como el de obtener la personería jurídica de Suma de voluntades, en 2015. Actualmente la ONG cuenta con más de 140 voluntarios que se distribuyen entre los tres comedores de los barrios San Martín, Antártida Argentina y Mosconi Viejo y las recorridas nocturnas para asistir a personas en situación de calle. Asimismo, realizan clínicas deportivas y brindan acompañamiento escolar a más de 400 niños y niñas y alfabetización para adultos. En el corazón del barrio San Martín se encuentra El Volcadero, un basural a cielo abierto en donde cientos de familias revuelven los residuos en busca de comida y materiales reciclables. Frente a este panorama, la Asociación creó dos cooperativas para dignificar el trabajo: Recicladores del Paraná, que realizan recolección de residuos reciclables a domicilio, y un servicio de catering liderado por mujeres. En el 2019, Anabella fue reconocida por el Premio Abanderados, un ciclo que destaca a los argentinos que ayudan a los más necesitados. Hoy, con 43 años pisa fuerte y está orgullosa del barrio que
“Nos basamos mucho en la se convirtió en familia: “Se educación y el trabajo; pueden revertir las desigualdades. Nos tenemos,en el barrio,la primera generación de universitarios.En donde muchos ven estereotipos sociales,nosotros vemos un basamos mucho en la educación y el trabajo; tenemos, en el barrio, la primera generación de universitarios. En donde muchos ven estereotipos sociales, nosotros vemos un enorme poten-enorme potencial y ganas de cial y ganas de salir adelante. Mi suesalir adelante.” ño es un sueño colectivo es la integración sociourbana de los barrios populares, que llegue el acceso a los servicios y derechos básicos para que puedan vivir mejor”.
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