FACE OFF
EMILIO CHAPELA
Filósofo de la estética PHILOSOPHER OF AESTHETICS
COMUNICÓLOGO, FOTÓGRAFO Y AMANTE DE LA CIENCIA DESDE PEQUEÑO, SU OBRA SURGE A PARTIR DE CUESTIONAMIENTOS FILOSÓFICOS QUE SE EXPRESAN EN LA CONVERGENCIA DEL ARTE Y LA CIENCIA, DONDE EL TEXTO ESTÉTICO EMITE CONTINUAMENTE PREMISAS FILOSÓFICAS QUE RETAN LA MIRADA Y LA MENTE DEL ESPECTADOR. SENTADOS EN UNA INSTALACIÓN TEMPORAL DE ROSALES, EN EL ATRIO DE EL EX CONVENTO, QUE ES HOY EL LABORATORIO ARTE ALAMEDA, CONVERSAMOS SOBRE EL TEMA CENTRAL DE SU MÁS RECIENTE EXPOSICIÓN ‘EN EL TIEMPO DE LA ROSA, NO ENVEJECE EL JARDINERO’. «
A COMMUNICATOR, PHOTOGRAPHER AND LOVER OF SCIENCE SINCE CHILDHOOD, HIS WORK ARISES FROM PHILOSOPHICAL QUESTIONS THAT ARE EXPRESSED IN THE CONVERGENCE OF ART AND SCIENCE, WHERE THE AESTHETIC TEXT CONTINUALLY EMITS PHILOSOPHICAL PREMISES THAT CHALLENGE THE VIEWER'S EYE AND MIND. SITTING IN A TEMPORARY INSTALLATION OF ROSES, IN THE ATRIUM OF THE FORMER CONVENT, WHICH IS TODAY THE LABORATORIO ARTE ALAMEDA, WE TALKED ABOUT THE CENTRAL THEME OF HIS MOST RECENT EXHIBITION "IN THE TIME OF THE ROSE, THE GARDENER DOES NOT GROW OLD". «
¿Cómo ha sido tu formación y tu trayectoria hasta llegar al punto en que te encuentras hoy? Siempre me interesó la ciencia, quizá tenga que ver con mi entorno familiar, mi padre es matemático y actuario y muchos de mis tíos son científicos, hablar de ciencia era muy natural en mi entorno. Cuando llegó el momento de decidir qué estudiar estaba entre cine y fotografía, pero decidí entrar a estudiar matemáticas puras en la UNAM, tenía ganas de estar un rato más en la ciencia y conforme fui avanzando me di cuenta que lo que en realidad me interesaba era la filosofía de la ciencia. Entonces entré a comunicación y empecé a hacer fotografía comercial como oficio. Estuve en un taller de fotografía y medios alternativos en el Centro de la Imagen y ahí me di cuenta que el arte era para mÍ el camino adecuado para plantear las preguntas sobre las cosas que me interesaban, y provocar reflexión a través de la experiencia estética de relacionarse con una obra. ‘En el tiempo de la rosa, no envejece el jardinero’, es un título muy poético, podría ser de un cuento. ¿Cómo surge esta exposición? La exposición invita a reconciliarnos con la idea de que hay varias temporalidades, no solamente la del reloj, que generalmente viene a nuestra mente cuando hablamos de él. Tiene que ver con el tiempo astronómico que es lento y no podemos entender, con la gravedad y la relatividad. A partir de mis conversaciones con José Luis Barrios, que es el curador, y de algunas lecturas poéticas que me metieron en este canal de lo poético de pensar en ciclos distintos de
tiempo, llegué a esta idea de la rosa que tiene que ver con el Barroco y el arquetipo de la belleza, su vida y su belleza son tan efímeras que nunca verán envejecer al jardinero, y a su vez el jardinero jamás verá formarse una montaña. ¿Más allá de ser una convención que nos permita relacionarnos, es el tiempo humano una forma obsesiva de control? Sí, creo que estamos obsesionados con el tiempo humano y de ahí surge cierto corte filosófico ecológico de la exposición, mostrando cómo siempre hemos querido controlar todo, llegando a modificar otros ciclos de vida como los de las plantas y animales con la idea de adaptarlos a nuestras necesidades y a las del mercado. La obra ‘Aquí en el Polo no hay cómo saber la hora’ representa los arcos de los husos horarios, una estructura diseñada para poder comunicarnos que define las horas a partir de Greenwich, respecto al que todos en el mundo estamos atrasados o adelantados, de alguna manera es una herencia colonialista histórica que aun cuando se diluye en el tiempo, preserva la idea del segundero como símbolo de la estructura capitalista que intenta regular todos los procesos nuestros y ajenos, y con ajenos me refiero a plantas, animales, fenómenos naturales, etc. ¿Cuál sería tu sueño dorado para una exposición? En realidad es algo que nunca me he cuestionado, cada exposición colectiva o individual, ha significado un paso muy gratificante. Quizá ahora me gustaría que fuera un reto internacional. «
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foto: Cortesía
Por: YOLANDA ARELLANO