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Abriendo El Zóhar Capítulo 8 – Siendo como el Creador

Cuando nos igualamos en cada parte con nuestra raíz, sentimos deleite. Baal HaSulam, “La entrega de la Torá”.

Estamos en un punto crucial en la historia. Decenas de miles de años de desarrollo humano, y billones de años de evolución han pasado únicamente para traernos a estos momentos de transformación, al nacimiento de una nueva humanidad. Si examinamos la Naturaleza, veremos que está evolucionando constantemente. Primero, lo inanimado evolucionó, luego lo vegetal y finalmente lo animado. Cada una de estas evoluciones se basa en la evolución del deseo en la creatura. El deseo que solamente desea sostenerse a si mismo sin cambiar toma una forma inanimada. Cuando el deseo desea evolucionar, acercarse a lo que bueno para sí y alejarse de lo que le daña, aparece la forma vegetal. Un deseo mayor aun, que se acerca a lo benéfico y se aleja de lo dañino a través de su propio movimiento, toma la forma animal. Todas las formas que vemos ante nosotros en la realidad son solamente envolturas externas que expresan la evolución de la única fuerza que fue creada, “el deseo por recibir deleite y placer”, o en breve, “el deseo de recibir”. La creatura más desarrollada a nivel animado es la especie humana. Sin embargo, como mencionado antes, hace poco más de 5,770 años comenzó una nueva evolución en la Naturaleza. Uno de las creaturas evolucionó a nivel de parlante, a nivel de Adán, que es Domeh [similar] al Creador. Dentro del deseo de esa persona apareció una ansiedad que no era de este mundo-el punto en el corazón, una chispa que le impulsaba a descubrir al Creador. Descubrimos que la única necesidad en los deseos del hombre, que no existe en ninguna de las especies animales, es el despertar hacia Dvekut (adhesión). Únicamente la especie humana está lista, y ninguna otra. Baal HaSulam, Artículo “Esto es para Judá”

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A diferencia de los grados inferiores, la evolución al grado parlante no sucede por sí misma. Sucede solamente cuando tenemos un deseo, un anhelo por ascender a él. Este anhelo se llama “intención”. Para desarrollar en nuestro interior una intención de ser semejantes al Creador, necesitamos un medio que nos ayude. Por eso fue escrito El Libro del Zóhar. El Zóhar es un libro muy especial. A lo largo de la historia, los Cabalistas lo han usado para obtener el reconocimiento del más alto nivel de desarrollo de la Naturaleza en general. Es por ello que se considera un libro tan importante. De hecho, cuando los Cabalistas se refieren a un libro, sin mencionar su nombre, siempre se refieren al Libro del Zóhar. En la generación que sería el comienzo de un exilio de 2,000 años, diez Cabalistas se reunieron para componer El Libro Zóhar. Eran almas especiales que representaban las diez Sefirót, los diez fundamentos en el sistema general de la Creación, y fueron capaces de expresar la estructura entera de la realidad. Rabí Shimón Bar Yojai fue su líder, y se le consideró la Sefirá (singular de Sefirót) de Keter (Corona). Los demás correspondían al resto de las Sefirót -Jojmá, Biná, Jesed, Geburá, Tiferet, Netzaj, Hod, Yesod y Maljut. Para describir la forma del sistema, los autores del Zóhar usaron símbolos llamados “letras”. Cuando leemos las letras y las palabras, si deseamos estar conectados a ese sistema, este comienza a afectarnos. El estudio del Zóhar nos hace crecer y evolucionar espiritualmente. Gradualmente nos provee de la intención correcta y el poder especial de desarrollo llamado “la luz que reforma”. Ser reformado significa alcanzar el grado del Benevolente -el Creador.

LA LÍNEA MEDIA ______________________________________________________________________________ Uno debe creer que tiene un punto en el corazón, que es una chispa brillante. Algunas veces, es sólo un punto negro y no brilla. Esa chispa tiene que ser siempre despertada… puesto que puede iluminar las acciones para que brillen. Rabash, Los Escritos de Rabash.

Acerquémonos a un extracto del Libro del Zóhar. El extracto fue tomado de la porción Lej Lejá (Avanza), y esta habla de la línea media, el MaN de los justos. MaN es la intención de desarrollarse en un ser similar al Creador, y justos son aquellos que desean ser justos. Desean decir que el Creador fue justo al crearlos, y justificarlo, y esta justificación es posible sólo al verdaderamente ver y sentir lo que está sucediendo en la realidad, desde el más alto grado al cual una persona sube. Esto es lo que deseamos alcanzar mediante El Zóhar.

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Hasta se divierte con las almas de este mundo, ya que en la medianoche, todos aquellos verdaderos justos se despiertan todos para leer en la Torá, y elevar alabanzas de la Torá. Y el Creador y todos aquellos justos en el Jardín de Edén escuchan sus voces. Y un hilo de misericordia se eleva sobre ellos durante el día, es decir, que a través del MaN que ellos elevan por medio de la Torá y sus alabanzas, la línea media - la Luz de Jasadim (misericordia) se extiende a Nukva (Arameo: femenino). Y dado que causan esa luz, son recompansados con la misma cantidad que indujeron a la Nukva. Este es el significado de, “Durante el día el Señor mandará a Su misericordia y durante la noche su canto estará conmigo”, que que debido al canto nocturno, uno es recompensado con Su misericordia durante el día. Zóhar para todos, Parashat Lej Lejá, Punto 132

Dentro del sistema general ya hay almas corregidas. Si deseamos descubrir al Creador pero sentimos que se oculta de nosotros estamos en “oscuridad” espiritual, un estado llamado “noche”. En ese estado, debemos esforzarnos y elevar nuestras plegarias, y entonces esas almas elevadas nos afectarán mientras leemos El Libro del Zóhar. El Libro del Zóhar fue escrito específicamente para conectarnos con esas almas. Cuando leemos El Zóhar, creamos esa conexión y nos envían la luz que reforma. Esta luz todavía no penetra y llena nuestras almas, ya que la igualdad de forma entre nuestras almas y la luz está ausente. Pero si nos afecta como si estuviéramos en de una matriz, nos rodea, nos acaricia, nos abraza. Así pues, la luz nos corrige gradualmente hasta que comenzamos a sentirla, es decir que aquellas almas corregidas con las que nos hemos conectado, y al Creador, que está en el sistema de las almas. Esa Luz que nos rodea se llama “luz circundante”. En la medida en la que nos corregimos, entra en nosotros y nos llena, y se convierte en “luz interna” del alma, nuestra vida espiritual. Dentro de la matriz que es la luz circundante, crece la línea media. La línea media es mi propio cálculo preciso, que combina mejor las dos fuerzas de la Naturaleza –el poder del deseo y el poder de la luz- para que la Luz corrija al deseo. La parte del deseo que ha sido corregida en este proceso y se ha hecho más parecida al Creador es la línea media. En otras palabras, en la medida en la que me he hecho similar al Creador se llama “mi línea media”. Es la imagen del Creador que he construido en mi interior, en un proceso que comenzó con la petición que hice durante el estado de “noche”.

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DE LA OSCURIDAD A LA LUZ En nuestro mundo, el día y la noche se intercambian entre sí como resultado de la rotación de la tierra. En la espiritualidad funciona de forma diferente: yo mismo convierto la noche en día porque al leer El Zóhar y el trabajo en el grupo, invierto la dirección de la operación de mi deseo de recibir de dentro hacia afuera con la ayuda de la lectura en. Esto es, la oscuridad y la luz dependen de la forma en la que opera el deseo. Expliquemos esto: El deseo de recibir puede obrar de una de estas formas -con el fin de recibir o con el fin de dar (también conocido como “para otorgar”). Cuando el deseo opera con el fin de recibir, no puede contener nada. El placer no puede entrar al deseo; sólo roza el deseo y sentimos como si estuviéramos disfrutándolo, pero sólo parece ser así. En realidad, la sensación de placer desaparece inmediatamente después de recibirlo. Esto se debe a que el deseo de recibir y el placer son opuestos –el deseo es como el negativo y el placer el positivo -se neutralizan entre sí. Jamás logramos mantener el placer en el interior. Si por ejemplo, compramos algo que hemos deseado mucho por un largo tiempo, algo muy especial, una semana después la sensación de placer desaparece. Hay placeres, como el placer del sexo, que desaparecen de inmediato, en el momento mismo en el que lo obtenemos por su oposición entre la naturaleza del deseo y la naturaleza del placer. Es así como Baal HaSulam resume esta inútil búsqueda: Este mundo fue creado con una carencia y vacío de toda buena abundancia, y para adquirir posesiones necesitamos movimiento. … Por ende, elegimos el tormento del movimiento para adquirir la satisfacción de las posesiones. Sin embargo, dado que todas sus posesiones y son para si mismos, y “Aquel que tiene un ciento quiere dos cientos”, finalmente muere con menos de la “mitad de su deseo en mano”. Al final, sufren desde ambas partes: por el dolor del aumento de movimiento, y por el dolor de la deficiencia de posesiones, cuya mitad les falta. Baal HaSulam, Talmud Eser Sefirot [el estudio de las Diez Sefirot], Parte 1, “Reflexión interna, Capítulo 4

Esta oscuridad, que se siente en el deseo de recibir, se puede convertir en luz solamente si cambiamos el modus operandi del deseo de recibir a “con el fin de otorgar”. En otras palabras, si usamos el deseo de recibir para dar a otros, y disfrutamos de dar, nos haremos ilimitados en nuestras acciones porque se puede dar indefinidamente. Si disfrutamos amar y dar a los demás tanto como el Creador lo disfruta, nos haremos similares a Él y sentiremos la vida como eterna y completa. ¿Qué necesitamos para hacerlo? Necesitamos adquirir amor por los demás y encontrar la abundancia que podemos entregar a los demás.

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Amar a los demás se puede obtener del Creador a través de la luz que reforma. Una vez que se el amor a los demás se crea dentro de nosotros y nos hacemos similares al Creador, la abundancia del Creador aparece en nosotros. Cuando actuamos partiendo del amor a los demás, llevamos a cabo el pensamiento de la Creación, y nos hacemos “socios” del Creador con respecto a las creaturas. Este es el proceso de corrección de cómo opera el deseo de recibir. Una acción corregida del deseo sigue la fórmula: “Israel, Dios y la Torá – son uno”. Israel, el Creador, y la Torá son uno”. Israel significa el deseo en mí por ir directo al Creador, Yashar-El [directo a Dios], es decir hacerme similar al Creador. El Creador es el Creador, la meta a la que me aspiro. Torá es el mecanismo corregido completo, los lazos de amor que conectan las almas. Para ilustrar lo anterior, piensen en el cuerpo humano. En el cuerpo, diferentes partes trabajan al unísono y con garantía mutua. Cada una ayuda a las otras y hay entre ellas conexión y unión. Nuestras almas deben funcionar de forma similar –unidas en una conexión de amor y de dar. Esta es la Torá. La Torá contiene 613 conexiones correctas entre cada alma y todas las demás. Si la conexión entre las almas es de odio y no de amor, no hay Torá y está escondida. Las almas que no sienten los lazos de amor entre ellas están en el exilio de la Torá y del Creador, es decir, desconectadas de la conexión correcta (la Torá) y de la luz que llena la conexión correcta (el Creador). Podemos compararlo con la diferencia entre un cuerpo sano y uno cuyos sus sistemas no funcionan. Las correcciones que llevamos acabo en nuestro deseo -para cambiar de la forma corrupta a la corregida- se llaman “Mitzvot” [mandamientos]. Es por ello que se dice que “Ama a tu prójimo como a ti mismo” es una gran regla en la Torá, porque contiene el sistema entero de relaciones correctas entre las almas.

LÁGRIMAS ___________________________________________________________________________ Si mi pueblo me escuchara … se afanarían toda su vida en el estudio del Libro del Zóhar … y extenderían abundancia y Luz. Rabí Ytzjak Yejuda Yejiel de Komarno

Al leer El Zóhar tenemos que intentar que la fuerza nos afecte. El Zóhar está compuesto de tal manera que se filtra en nosotros poco a poco. Una y otra vez, con la misma intención de crecer, debemos dejar que El Zóhar nos afecte. Entonces sentiremos cómo nos lleva de la oscuridad a la luz.

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El siguiente extracto del Zóhar discute las lágrimas: Cuando esta plegaria en lágrimas asciende a traves de esas puertas, ese ángel llega … cuyo nombre es Yerajmiel. Toma la plegaria en lágrimas, la plegaria entra y se conecta en lo alto, y las lágrimas se quedan aquí, inscritas en la puerta que el Creador abre. La plegaria en lágrimas eleva a MaN para la corrección de la Mifteja [arameo: llave/clave], para elevar a Maljut hasta Bina, por lo que la plegaria es respondida, y las lágrimas se quedan inscritas en la puerta, causando allí la mitigación de Maljut en Bina. Lágrimas proviene de la palabra “mezclar” porque sumerge y mezcla Maljut en Bina. Zohar para todos, Parashat Pekudei, Punto 490

¿Qué son las “lágrimas”? En este mundo, una persona llora porque está triste, siente dolor, no tiene control sobre una situación, o se siente pequeño y débil. Lloramos cuando nos encontramos en una situación con la que no sabemos cómo lidiar– destino, casualidad, fuerza mayor. En el mundo espiritual, sin embargo, el estado de “lágrimas” es el estado más activo. Mediante el cual activamos el mecanismo entero de corrección y ascensión. “La plegaria en lágrimas eleva a MaN para la corrección de la Mifteja para elevar a Maljut hasta Bina”, dice El Zóhar en el extracto anterior. Mifteja significa “llave/clave” en arameo. Las lágrimas abren la puerta al mundo espiritual, a través del cual entramos para corregir nuestro deseo, Maljut, para convertirse en otorgante como el Creador, Bina. A pesar de que nuestro deseo es un deseo de recibir, y por lo tanto es opuesto al Creador, lo mitigamos con la intención de otorgar, haciéndolo similar al Creador. El extracto anterior también dice, “Por lo que la plegaria es respondida, y las lágrimas se quedan inscritas en la puerta”. Una plegaria es una petición para hacerse similar al Creador, y las lágrimas son las que mantienen la puerta abierta. Por consiguiente esas lágrimas son una acción que nos permite ser similares al Creador. ___________________________________________________________________________________ Ser permitido estudiar los asuntos sublimes, llamados “la sabiduría de la Cabalá”, es únicamente como un remedio, puesto que pueden llevarnos a desear u anhelar la adhesión con el Creador … Cuando se estudian los asuntos sublimes para que nos acerquen a la santidad, causan el acercamiento con las luces. Esto significa que este estudio nos causa que a través de este, lleguemos a dirigir todas nuestras acciones para ser para otorgar. Rabash, Los Escritos de Rabash, “Las tres líneas” _____________________________________________

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Cuando nos comprometemos con El Zóhar, pasan por nosotros todas las fuerzas y las luces que están ocultas en este. Aun si todavía no podemos detectar o sentir esas cosas, viajan a través de nostros, nos afectan, y nos cambian. No hay otra forma de crecer. Es como un bebé que no entiende todavía cómo crece y se desarrolla, pero tiene un impulso interno de correr de un lado a otro para buscar, examinar, conocer cada cosa. No importa cuales sensaciones pueden despertar en nosotros nuestra lectura del Zóhar. A veces será placentero, y otras veces no tanto; a veces nos reiremos, y a veces lloraremos; a veces nos emocionaremos, a veces será indiferente. Aún así, al final, sólo la perseverancia traerá resultados. Tenemos que permitir que las fuerzas del Zóhar nos afecten para que podamos crecer y prosperar espiritualmente.

PLACER ETERNO ______________________________________________________________ Aun si se viven mil años, el día que se abandona el mundo, parecerá como si sólo se hubiese vivido un día. Zóhar para todos, Va Yeji [Jacob vivio], Punto 293

Después del fallecimiento del cuerpo, si no nos elevamos del nivel animado al nivel humano durante nuestras vidas, si no alcanzamos la igualdad de forma –adquiriendo la cualidad del amor y el dar y parecernos al Creador –y con ello revelando al Creador- no queda nada de nosotros. El punto espiritual que hubo en nosotros y no se desarrolló, reencarna en nuestro mundo, adquiere una nueva vestimenta (deseo egoísta adicional), y comienza un nuevo ciclo de vida. Sólo por medio del estudio de la sabiduría de la Cabalá podremos elevarnos al grado humano.

Se sabe por los autores y los libros que el estudio de la sabiduría de la Cabalá es una obligación para cualquier persona de Israel. Y si se estudia toda la Torá, y se conoce el Mishná y Gemará de memoria, y se está lleno de virtudes y buenas acciones más que los contemporáneos, pero no ha aprendido la sabiduría de la Cabalá, se tiene que reencarnar en este mundo para estudiar los secretos de la Torá y la sabiduría de la verdad. Esto se dice en varios puntos en los escritos de nuestros sabios. Baal HaSulam, “Introducción a Boca de Sabio”

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En el sentido espiritual, solamente nuestros esfuerzos por evolucionar más allá del grado animado se escriben para toda la eternidad. Cuando nuestro grado animado deja de existir, es decir cuando nuestros cuerpos mueren, nos quedamos sólo con lo que hemos adquirido del grado superior a este. Así pues, es claro que comprometerse con El Zóhar es lo más grande que uno puede hacer en nuestras vidas, mucho más allá que cualquier cosa que se pueda obtener en este mundo. Y considerando las ganancias, es importante comprender que la fuente de todos los placeres está en el mundo de Ein-Sof. Los placeres llegan como luz superior y viajan a través de un sistema de cinco mundos en los que la luz disminuye de cien a cero por ciento. Entonces, a través de la línea divisoria que separa el mundo espiritual del nuestro, irrumpe una diminuta chispa. Incidentalmente, la ciencia también ha descubierto que nuestro universo comenzó con una pequeña chispa de energía especial. Esta chispa, explica El Zóhar, es todo el placer que existe en nuestro mundo, y no hay nada más. En nuestro mundo, el placer que existe en esa chispa se divide en dos tipos principales: placeres físicos –comida, sexo, familia, etc. y placeres humanos – riqueza, respecto, dominio, y conocimiento. ¿Cuál es la diferencia entre todos esos placeres y los placeres del mundo espiritual? Primero, todos los placeres de nuestro mundo, de toda la gente, y de todos los tiempos, se suman en una diminuta chispa de luz. La diferencia entre esa chispa y el placer que se siente en el mundo espiritual es inmensa. El Zóhar compara esa diferencia con la que hay entre una pequeña vela frente a una enorme luz, o entre un grano de arena y el mundo completo. Segundo, en nuestro mundo, los placeres van y vienen. Son inconstantes, mientras eventualmente desaparecemos, morimos. Pero en el mundo espiritual, el placer es eterno; experimentamos nuestra existencia por encima de tiempo, movimiento y lugar. Para resumir, estamos frente al umbral de un desarrollo maravilloso hacia el nivel más alto de la realidad. El Libro del Zóhar ha sido revelado hoy para traernos la luz que nos ayude a llegar ahí.

_________________________________________________________________________ Una sabiduría que uno tiene que conocer: saber y observar lo que quiere decir su Amo, conocerse a sí mismo, saber quien es, cómo fue creado, de dónde viene, y a dónde va … y uno debe ver todo eso desde los secretos de la Torá. Nuevo Zóhar, Cantar de cantares, Puntos 482-483 ____________________________________________________

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