mayo-junio 2012 - año 1 - nr.4
tinta roja revista de tango Entrevistas - Historia - Reseñas - Libros - Discos
Entrevista
$ 25.-
Cucuza Castiello
Entrevista Raimundo Rosales
Entrevista Marcela Vigide
Orquesta Típica de Almagro
Barrios de Buenos Aires Almagro
Tinta Roja Tango publicación bimestral ISSN: 1853-7952
Foto de tapa: Cucuza Castiello por Anna Franken
publicación online: www.tintaroja-tango.com.ar info@tintaroja-tango.com.ar Ricardo Steiner Editor responsable Vanina Steiner Editora Jefa de Redacción Autores: Sebastián Linardi Carlos Zito Celeste Blanco Guillermo Anad María Susana Azzi Stine Engen Claude Mary Hernán Gallegos Ignacio Amatriain Vanina Steiner Fotografía: Magdalena Ladrón de Guevara Carlos Zito Anna Franken Darío Caballes Diseño gráfico: Vanina Steiner Diseño web: Christian Martínez Ilustración: Pablo Jofré Sergio Pérez Moretto Corrección: Celeste Blanco
Publicidad y ventas: info@tintaroja-tango.com.ar Impreso en Brapack Compañía Gráfica Saraza 1354 - CABA Tinta Roja es una publicación de Contemporánea Grupo Editor Av. Corrientes 4125 - 1E 1195 CABA Argentina www.contemporanea-web.com.ar info@contemporanea-web.com.ar
© 2011 Contemporánea Grupo Editor Registro de la propiedad intelectual en trámite. Prohibida su reproducción total o parcial por cualquier medio impreso o digital, sin previa autorización de la redacción.
Editorial
Sumario
Laten contentos los corazones tangueros, ¡El Tango volvió al barrio!
Editorial 1 _______________________________________
En los últimos años, Buenos Aires se llenó de propuestas de conciertos, para todos los gustos. Año a año se forman cada vez más agrupaciones y orquestas, y cada vez son más los músicos que se acercan al género. Ya no son sólo un grupito de jóvenes urgando en el pasado para reconstruir un puente al presente, como hace 15 años. Hoy ya son muchos los jóvenes que deciden estudiar y transitar este complejo camino. Complejo porque a pesar de ser esta música parte
Entrevista: Cucuza Castiello
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Sebastián Linardi
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Carlos Zito
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fundamental de nuestra cultura e identidad, no se encuentran el apoyo necesario ni las políticas culturales que se requieren. El tango volvió, autogestionado, y luchador como nunca, para reconquistar en el público el lugar que merece. Género popular que alguna vez
Orquesta Típica Almagro
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Carlos Zito
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fue masivo, hoy busca hacerse de nuevo un lugar en el corazón de la
Entrevista: Marcela Vigide
gente, ampliar su acotado público.
Celeste Blanco
Hernán “Cucuza” Castiello, acaso el cantor más popular hoy día,
Poesía tanguera y Filete
es uno de los representantes de esta movida en la que los artistas
Pablo Jofré
deciden sacar al tango de las tanguerías de cena-show y llevarlo a la
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gente, a los barrios, al lugar de donde nunca debió irse. ¿O acaso nunca se fue? Y quizás es así, que nunca murió, que “era sólo siesta
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Entrevista: Raimundo Rosales
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Vanina Steiner
la que dormía”, ya nos lo decía Alorsa.
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Volver a crear es, también, la premisa de los jóvenes tangueros de
Las letras de tango de hoy
hoy. Y lo hacen con renovado entusiasmo, con convicción y desde la
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autogestión. ¡A disfrutar entonces de esta oportunidad, de vivir el tango cada noche, en tantos barrios, y a cuidarlo! Cuidar con orgullo este tesoro
Lunfardo, letra y lingüística
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Guillermo Anad
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de nuestra cultura. Apoyar a los nuevos creadores e intérpretes es mínimamente nuestra obligación, y recordar que la identidad de un pueblo es parte fundamental de su autodeterminación.
La contribución de la inmigración italiana al tango, parte 4
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María Susana Azzi
_______________________________________ Bienvenidos a estas páginas, y ¡buena lectura! Vanina Steiner
Discos 35 _______________________________________ Libros 38 _______________________________________
Entrevista a
Hernán “Cucuza” Castiello
“Siempre me gustó más juntar, que separar” Por Sebastián Linardi En una de esas noches mágicas en El Faro. Foto: Darío Caballes
Hernán “Cucuza” Castiello ya es una de las figuras destacadas del renacer tanguero. En su caso, el haber ganado dos veces el Certamen “Hugo del Carril” (en 2005 como letrista por su tango “Tibieza” y en 2007, como mejor voz masculina) es casi una anécdota. Es que este cantor, que debutó a los 5 años en el programa de TV “El tango del millón” para ganarse una pileta de lona, y que siguió cantando en las peñas de los 70s donde aún se presentaban los sobrevivientes de la llamada “época de oro”, hoy es una de las figuras más convocantes y queridas del género. Prueba de ello no es sólo ser invitado en forma recurrente por orquestas y artistas para sus presentaciones en vivo, sino su reverso: la movida de “El tango vuelve al barrio” que desde 2007 organiza y anfitriona en el Bar “El Faro” de Villa Urquiza, acompañado por el guitarrista Maximiliano “Moscato” Luna. Un ciclo de gran convocatoria, alejado del circuito turístico, donde la dupla “Cucuza – Moscato” viene invitando desde hace cinco años a los artistas del 2x4 en eternas noches de tango “a la pa-
rrilla”. Por allí pasaron leyendas como Rubén Juárez y Alberto Podestá y multitud de artistas de la variada y floreciente movida tanguera actual. Hincha de Atlanta, con un trabajo discográfico en su haber (Cucuza y Moscato “El tango vuelve al barrio…!!! - En vivo” - 2010), varias participaciones en grabaciones de otros artistas en calidad de invitado y amigo querido, un pasado lejano de mascota murguera, otro de futbolista, otro como cantante de una banda pop en los 80s, un raid por trabajos varios (hasta su vuelta al ruedo tanguero ya de grande, cumpliendo con una deuda consigo mismo) este cantor tiene mucho que decir, no sólo de lo suyo sino también del presente del género. Por expreso pedido del artista, esta entrevista fue realizada en el Bar “El Faro”. No sólo por sentirse allí más cómodo, sino por ser éste su lugar en el mundo. Vos, a diferencia de la mayoría de los tangueros de tu generación, empezaste a cantar de pibe... Es que de chiquito era todo muy natural. A los 5 años yo escuchaba tango en mi casa. Empecé a hacerlo naturalmente. Mis viejos eran re tangueros, pero ninguno era artista del palo. Mi vieja era profesora de
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entrevista
piano y después ellos se comieron la época de los clubes, iban a bailar a Newlls Old Boys, que es un club del barrio de Agronomía del que mi abuelo fue socio fundador. Tengo una cosa muy afectiva con ese club. Mi vieja se casó ahí. La primera vez que yo canto “formalmente“, es ahí. ¿Es decir que ya venías cantando desde antes de lo que fue tu presentación de pibe en el programa de TV “El tango del Millón“? No. En realidad la primera cosa de la que yo me entero, cuando era chiquito, era de que ahí regalaban una pileta Pelopincho, entonces le pido a mi vieja que me lleve. Un poco por lo que regalaban y otro poco porque yo cantaba. Y ahí largué. El primer tango que canté, y que marca bien la época, era el de la novela “Rolando Rivas Taxista“ (NdeR: “Taxi mío“ de R. Taboada). Esa fue la primera vez. Y la segunda visita a ese programa, también fue con ese tango y “El Clavelito” (Cabral - Yiso). El concurso recién lo gano la segunda vez... yo quería la Pelopincho. ¿Y el tango “Cucusita”, todavía no? No. Todavía no. Luego de lo del programa, cuando empiezo a cantar en las peñas del tango, ahí sí lo incorporo y me queda de apodo (NdeR: “Cucusita“, tango de A. Castillo y C. Lucero). Mi viejo trabajaba en una empresa de turismo y uno de los que laburaban ahí, Felipe Bruno, un amigo de él que era un tanguero de ley, empezó a armar peñas de tango. Te estoy hablando del 76 -77, una época que también para el tango era complicada. Quedaban todavía algunos pesos pesados, pero ya veteranos. Y así se mantenía lo que era la escena del tango. Con algún que otro boliche como “El Rincón de los artistas“. Eran los últimos coletazos de su época de oro. Pero ya venía derrapando, era raro ver orquestas grandes. Esa Peña viajaba por los clubes de barrio: Newlls Old Boys, el club Fénix, el club de El Talar, el Club Morán... en esas Peñas empecé a cantar y ahí conozco personalmente a Alberto Marino, a Goyeneche, a Rufino, a Floreal Ruiz... hay una parte ahí muy inocente, pero yo compartía noches en que cantaba yo y después venía uno de ellos. Y tenía ese trato del pibito de 7 u 8 años que cantaba tango y entonces, por ejemplo Marino, que por supuesto cerraba, venía un rato antes para verme ya que además se había hecho medio amigo de mi viejo. Y desde tu imagen idealizada de niño y lo que hoy vivís en El Faro ¿ves alguna diferencia en cuanto a la movida? Me doy cuenta ahora, viendo la movida de El Faro, de que hay como una esencia de público que es más tanguero, más veterano... más conservador en algunas cosas, que está en El Faro también. Y ojo, a mí me parece bueno. Pero al Faro también viene otro público y
ahí está la diferencia, en la mixtura. Porque está el veterano que conoce el tango del 40 y del 50 y que por una cuestión de ignorancia o de que se quedó con esa época que para él fue la mejor, no siguió averiguando. Quedó ahí y después no pasa nada más. La mayoría de los viejos tienen eso. Piensan que no pasa nada más con el tango. Y claro. Si te comparan con Pugliese, con Troilo, es jodido medirse con esa época. Pero me parece que es increíble el momento que hoy está pasando el tango. Desde las letras nuevas, hasta otras propuestas como... ¡Moscato y yo! Que lo que hacemos es recrear el espíritu más tradicional, aunque quizás no desde un lugar estrictamente tradicional respecto al manejo con la gente u otra cosita que podamos sumar. ¿Vos ves que hoy es distinto el manejo con la gente respecto a lo que viste en tu niñez? Yo realmente me siento bastante identificado con un montón de cosas del cantor barrial, que tenía llegada con el público. A mí como público, me gustaban ese tipo de artistas. Me siento muy representado con eso. Quizás con lo que no me siento representado es con otra parte muy “estructurada“. Ojo, no hablo de hacer las cosas desprolijas ni nada de eso. Pero no me parece que todo el tiempo los límites del tango tengan que ser tan cerrados o almidonados. ¿Pensás que ese tango que viste era “almidonado“? Y sí, en algunos artistas más que en otros. Y sigue pasando hoy mismo. Había como una cuestión más formal en todo ¿no? Inclusive cuando el cantor trataba de distender, siempre estaba dentro de algo más formal. Hoy me parece que hay un margen más relajado con eso. ¿Ves a la movida que se arma acá en “El Faro“ como una mezcla de dos mundos? Me parece que sí. Me parece que están en la mixtura de la cosa. En mi caso, por haber conocido los dos mundos del tango y además porque a lo largo de mi vida, por supuesto transité otros géneros. Pero que en mí fue raro, porque a diferencia de otros de mi edad, yo empecé con el tango y después conocí el rock. Eso me hace más permeable a todo lo que es la mixtura. Desde cantar con Manuel Moretti de “Estelares“ un vals de él hasta que me invite Ariel Ardit a cantar con su orquesta. No me da miedo. No me parece que una cosa sí y otra no. Aunque alguna gente no lo entienda. ¿Te sentís de alguna manera como un puente entre esos mundos del tango? Y a mí me parece que sí. Te lo digo a conciencia, porque siempre me gustó más juntar, que separar.
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Cucuza y su hijo Mateo. Foto: Carlos Zito
Respecto a los clásicos, que forman buena parte de tu repertorio ¿todavía tienen mucho que decir? Me parece que es tan básico como que esas historias, tan bien contadas, tan lúcidas, en realidad son vivencias que pasaron en el 20, 30, 40... y aunque no reniego de las temáticas actuales, también me pregunto por qué voy a tener que renegar de eso, que es el tango de toda la vida, con sus temáticas universales, atemporales. Me vienen con la imagen del farolito ¡y no me vengás con eso! Yo sé que el farolito no existe, pero pará; es una parte mínima dentro de una letra que cuenta algo mucho más groso y que tiene cosas que las vas a aplicar hoy y las vas a aplicar dentro de cuarenta años, porque habla de sentimientos. Yo entiendo que digan “hoy pasa otra cosa”. Está fenómeno, es verdad. Contá lo que pasa hoy pero no podés negar esas letras, desde la vivencia hasta lo poético. Para mí el tema está en convivir. Esos tangos siguen diciendo cosas y siempre hay alguien que los canta por primera vez. Yo, los nuevos tangos los incorporo, me gustan, pero a la vez, si te canto por ejemplo “Viejas Alegrías” (NdeR: de Charlo – Cadícamo, 1937) y vos no lo conocés ¡qué te importa si es del 40! Si para vos es un tango nuevo, ya está. Con Moscato nos gusta bucear en la búsqueda de tangos viejos, desconocidos y buenos. Y en cuanto a las nuevas letras ¿qué te hace elegirlas? Los tangos nuevos que más me gustan son los que no marcan tanto una diferencia temporal. Se pueden confundir con tangos de cualquier época. Por eso me gustan algunas cosas del “Tape” Rubín, de Acho Estol de La Chicana, Raimundo Rosales y muchos más. Pero no me gusta cuando siento que entran de manera forzada a decir que estamos haciendo un tango “de hoy”. Hay
cosas forzadas que no me llegan. Los tangos nuevos que a mí me gustan, son los que se parecen a los tangos de antes. ¿Además de “Tibieza” escribiste otros tangos, no? Sí, no muchos. Escribí uno más convencional, de historias de amor y desamor que se llama “Mar de Dudas”. Después hay otro que se llama “El Bondi“, entendiendo al bondi como la vida misma, el trayecto desde que nacés hasta que crepás y salís hasta la terminal. Una parte dice “Me sacaron el boleto y a este bondi me subieron“. Después hay uno que se llama “Viejas Glorias” que ya casi está. ¿Y por qué no los interpretás? No siento la necesidad. En cambio “Tibieza” lo canto. Me lo piden los veteranos, me lo piden los pibes, me lo pide un montón de personas pero a veces lo boicoteo yo. Lo canto sólo si me lo piden. En realidad fue hecho para nunca mostrarse, porque fue escrito en una sacada de mierda propia, en un día medio torcido, y había quedado guardado en un cajoncito. En realidad lo que pasó con ese tango fue casi por azar. En aquella ocasión en realidad me presento en el certamen Hugo del Carril como cantor, pero ya estaba el cupo lleno. Entonces desempolvo “Tibieza”, ya que todavía se podía presentar letras. Y al mes, un día llego de laburar y mi señora me pregunta “¿Vos te anotaste en un certamen?”. Habían llamado de la organización preguntando por qué no había ido a la entrega de premios ¡Había ganado! Algo impensable para mí. ¿Por qué “El tango vuelve al barrio”? La virtud que tiene esto es la honestidad en cuanto a
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entrevista
Compartiendo escenario con Ariel Ardit. Foto: Carlos Zito
Compañero de ruta: el gran Maximiliano “Moscato” Luna. Foto: Darío Caballes
una idea. Yo soy de este barrio, toda mi vida viví en tres barrios casi limítrofes, soy un tipo de barrio con códigos de barrio, mi viejo era un tipo de barrio y conocí este bar porque vivo a tres cuadras y mi viejo en su juventud era habitué de este lugar. Yo pasaba para ir a casa con el bondi y miraba para adentro y “El Faro” era un desierto, un bar venido a menos. Y yo decía “¡Qué lástima este lugar!”. En Villa Urquiza había tango, pero en baile. El tango cantado estaba en “Café de la U” en Roosevelt y Triunvirato, pero no había un lugar con esa cosa que tiene que ver con lo barrial, el vecino, con el tango empezando en el lugar del que nunca se debería haber ido, que son los barrios. Y cuando el tango vuelva al barrio, ya está. Y la cosa después creció... Para nosotros la intención era representar esa cosa más minimalista, más sencilla del cantor con el violero... y después, que puede pasar de todo. Por ejemplo, en la misma noche que vino “el Negro” Rubén Juárez, cantaron los “Chamuyeros” que en ese entonces se empezaban a foguear y eso hace a la mixtura del público. Y a la vez es el aporte del ciclo: empezar a mostrar que en el tango pasan otras cosas. Letras nuevas como las de Juan Seren, o Raimundo Rosales que ha recitado sus cosas acá también... y a la vez es común que te caiga Alberto Podestá. La idea es no renegar de lo que es el tango como historia y no renegar de lo que es el tango como presente. Me parece que todo eso hace a un mismo cuerpo que es el tango y vos después decidís qué te gusta, como pasó siempre. ¿A “El Faro” lo declararon Bar Notable después de la movida de ustedes?
Sí. Y lo más gracioso fue que lo clausuraron en 2010 como lugar de espectáculos, al mes de haberlo promulgado Bar Notable. Fue tan arbitraria la clausura como la posterior re apertura, que fue después de un año y medio, por pura burocracia. Cuando lo clausuraron, los vecinos nos preguntaban cuándo lo iban a volver a abrir ya que no fue por el lado de las quejas de ellos que lo clausuraron. ¿El tango se lleva bien con los lugares grandes? ¿O preferís los lugares chicos, como El Faro? No quiero generalizar, pero lo que me pasa acá, en el Faro, con Moscato y haciendo el repertorio que hacemos, no nos pasa en ningún otro lado, sea más grande, o mucho más grande. Me parece que hay algo que tiene que ver con “El Faro” como lugar, esas cosas que pasan y son inexplicables. Pero hay que hacer un festival de tango, como si fuera de rock, en el Luna Park. Yo creo que el tango está ocupando ese lugar que el rock hoy está dejando vacante. Y si bien el tango tiene su lugar intimista y de lugar chico, yo discrepo con los que dicen que el tango es para tocar en lugares chiquitos. Y entiendo a dónde va esa opinión. Pero creo que con la fuerza que tiene el tango, tranquilamente puede ser llevado a lugares grandes. Me parece que hay que darle una visibilidad al nuevo tango. Porque el tanguero, el tipo grande, no conoce. Ahora, si vos pasás por un Obras Sanitarias y ves un Festival de Tango, van a decir “¿que está pasando?”. ¿Y en cuanto a la llegada a un nuevo público, harías programaciones mixtas con otros géneros, como por ejemplo el rock? Yo no estaría cerrado al rock. Haría un festival todo de
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tango no por ser sectario, sino por una cuestión de prolijidad. Sólo por eso. Si me dijeran que es por una cuestión de principios, ahí ya me parece más una gilada. Pero ya que estamos haciendo este movimiento y este esfuerzo, me gustaría más que sólo sea de tango. Saliste en murgas de pibe, ahora, en el último carnaval “Tibieza” fue hecho por la murga “La Redoblona”... ¿Te pondrías la levita de nuevo? ¡Totalmente! Yo salía con “Los Mimados de La Paternal”. Mi hermano, 7 años más grande, bailaba y yo iba a los ensayos. Un día me calcé el trajecito en un carnaval y salí. Era mascota. Después seguí con el fútbol y otras cosas. Pero igual me encantaba ir a los ensayos. Antes, los ensayos de la murga eran una fiesta. Era toda la gente del barrio ahí, cual el propio corso. En cuanto al presente, el paralelo de la vuelta de los carnavales es un poco coincidente con la vuelta del tango. Como una recuperación de nuestras historias, que vuelven. Y además de la murga ¿te animarías a abordar otros géneros? Lo mío es el tango pero de hecho tuve mi banda de música rock y pop (NdeR: “Fiel a York“ de fines de los 80s y principios de los 90s) pero cerrarse, a nada. No me asusta para nada hacer otras cosas. De hecho con Mateo, mi hijo, hacemos otras cosas. Por ejemplo, en el Caff una vez tocamos “Plegaria para un niño dormido“ de Spinetta, como homenaje al Flaco. ¿En cuanto a grabaciones, se viene algo nuevo? Hay una idea de registrar un nuevo disco en vivo de “Cucuza y Moscato” acá, en “El Faro”. Pero más firme, está el proyecto de grabar varios temas de Acho Estol
y de “Alorsa” (NdeR: líder de “La Guardia Hereje”, fallecido en 2009) para el próximo disco de Acho, que se va a llamar “La calle del desengaño”, donde participarán también otros cantantes. Y también está la idea de grabar un disco de piano y voz junto con Sebastián Sazali pero también invitando a otros pianistas. Existe la frase que dice “el tango siempre te espera”. ¿Vos sentís esa cosa tan porfiada de que en el destino de los pibes esté escuchar tango en algún momento de su vida? No. No me parece que sea así, ni que haya que sufrir para escuchar tango. El tango te puede llegar a cualquier edad... o puede que no te llegue nunca. En relación a la convocatoria de público, esta nueva movida tanguera, a diferencia de lo que ocurría en otras épocas, se construye de una manera bastante voluntarista. Haciendo futurología, ¿vos pensás que el público crecerá de una manera exponencial? En esto voy a ser un poco pesimista para dejar de serlo casi inmediatamente. Yo creo que el techo del tango como movimiento cultural, como cantidad de público y de artistas, fueron los 40s y 50s. Pero hoy puede venir algo muy grande. Esto está en pleno crecimiento y se están viendo los frutos recién ahora. Para los pibes más jóvenes no hay otro momento vívido respecto al género, más que este. Es muy groso, ellos van a acordarse de esta época del tango como una época muy significativa. Me parece que del 2000 al 2010 es una época que va a quedar marcada. Es una época muy grosa. Sin embargo hoy, la hora de convocar un público numeroso, a la mayoría de los músicos les cuesta. Tiene que ver muchas veces con la garra que le mete
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entrevista
Bar El Faro Letra: Fabricio Castañeda Música: Pauline Nogues Parte Recitada Esconde Buenos Aires tantos rincones... Uno yira y al yirar vá dejando pedacitos de ilusiones sobre la mesa de un bar... Bar El Faro, de Villa Urquiza, barrio, tango, guitarra y cantor. Parte Cantada Si pienso en tus noches de extraña bohemia, si pienso en tus noches que no volverán, me llegan sus ojos, su triste mirar... Me queman sus labios que no he de besar. Soy la sombra, que se alarga, se deforma, soy la tímida nostalgia de un adiós. Ya nada me queda, hoy todo es ocaso, me falta su risa, no tengo su abrazo... Bar de mis amores, vanidoso espejo, aparta de mí su pálido reflejo. Recuerdos que no alcanzo, de amor y de dolor... Bar El Faro, tus noches, guitarra y cantor. Termina la noche, tus luces se apagan, un fueye en su llanto, te quiere nombrar, despierta fantasmas que ya no serán, sueña recaladas que no ha de alcanzar... Es un fueye, siempre triste, que deambula, es el tierno sollozar de un amor... Inventa caricias, destruye fracasos, ayer tuvo sueños, hoy quedan retazos... Bar de mis amores, vanidoso espejo, aparta de mí su pálido reflejo. Recuerdos que no alcanzo, de amor y de dolor... Bar El Faro, tus noches, guitarra y cantor.
Fotos: Darío Caballes
uno y con cuestiones azarosas. Hay grandes artistas y grandes músicos que no tienen la suerte de convocar. No siempre convocar tiene que ver con ser mejor o peor. Pero yo veo que hay un público joven tanguero, incipiente, pero hay. Como lo que pasa en Sanata bar, en el Boliche de Roberto o en el Caff. Tus abordajes del tango fueron en un formato más tradicional. Sin embargo hay otras propuestas tangueras que han flirteado con otros géneros contemporáneos, en mixturas y fusiones más o menos fuertes, según el caso. ¿Vale la pena hoy seguir levantando una fuerte identidad tanguera? Yo voy por levantar la bandera del tango, pero no por eso voy a intentar que lo otro no pase. A mí me gustaría que se arme un frente tanguero. Ahora ¿de qué tango hablamos? Hay que ver si lo que para mí es tango para vos es tango. ¿“La Chicana” es tango? Para mí sí, tiene raíces tangueras aunque después le escuchás sonidos que están relacionados con el rock. Y a veces escucho cosas que en teoría serían muy tangueras y sin embargo yo no las siento así, aunque haya un contrabajo o un bandoneón. En estas cosas, mejor que cada uno haga su aporte. ¿Estás cumpliendo el sueño de ese pibe de las peñas? Sí, yo siempre quise cantar. Esencialmente eso. Y me gusta. Además conozco gente. Encima encuentro gente amiga. Y la verdad, ya no puedo pedir mucho más que esto. (NdeR: Más allá de los dichos del entrevistado, esta historia continuará)
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Almagro, barrio de tango
El mostrador de El Banderín, donde se acodaron alguna vez, entre otros, Angel Firpo, Adolfo Pedernera, Pascualito Pérez, y Tato Bores. Foto: Carlos Zito
Por Carlos Zito
Almagro comienza con alma, y el barrio todo parece haberse contagiado de esa semántica. Como si fuera el corazón de Buenos Aires, late en medio de la ciudad, y tiene como columna vertebral su calle más emblemática: Corrientes, eje mayor de la porteñidad. Es uno de los barrios más auténticos y agradables de la capital por la belleza de sus viejas calles empedradas, su intensa actividad artística, su impresionante pedigree tanguero, sus teatros independientes, restaurantes y boliches. Los orígenes del barrio se remontan al año 1839, en que don Julián de Almagro adquirió una gran quinta con casa en lo que hoy es Rivadavia y Medrano. Desde entonces se conoció la zona como “la Quinta de Almagro”. El barrio heredó ese nombre cuando se lotearon sus tierras, etapa que Juan José Vieytes -bardo almagrense que a sus 88 años desborda de poética energía- evocó en versos bien porteños:
Madero, el rematador allá, en 1870 ponía esas tierras en venta "en lugar de lo mejor". Visionario, soñador, 200 lotes ofrecía, "y lo llevará el tranvía al futuro comprador". La línea oficial que delimitó luego este feudo nace en la esquina de Córdoba y Gallo, sigue por Estado de Israel y Ángel Gallardo, dobla por Río de Janeiro y continúa por Avenida La Plata, Independencia, Loria, Bustamante, salta las vías del Sarmiento por un viejo puente peatonal, cae en Díaz Vélez y sigue por Gallo, para cerrar el perímetro del barrio al tocar nuevamente la esquina natal.
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buenos aires / almagro
Allí dentro, en 222 manzanas, viven 128.000 almagrenses, es decir, un promedio de 576 personas por manzana. Es la mayor densidad de población de todos los barrios porteños: 31.269 habitantes por km2 (el doble de Belgrano o de Palermo). ¿Y quiénes se codean con Almagro? Del otro lado de la Avenida Córdoba ya entramos en Palermo o en Recoleta; cruzando Gallo es tierra de Balvanera; pasando la avenida Independencia se abre el barrio de Boedo; la vereda de enfrente de Avenida La Plata y de Río de Janeiro pertenecen a Caballito, mientras que para pasar a Villa Crespo basta con cruzar Estado de Israel. Linaje tanguero Para el tango y los tangófilos Almagro es tierra santa: Gardel, que frecuentaba mucho el barrio pues vivía muy cerca, dejó grabadas las estrofas del tango Almagro con una emoción que no se inventa. Otro vecino ilustre fue Osvaldo Pugliese, una de las más grandes figuras del género, y un hombre ejemplar. Pianista, compositor y director de una de las mejores orquestas típicas que se recuerden, vivió muchos años en Corrientes 3742. Allí falleció en 1995, y lo recuerda una placa en el frente del edificio. También habitaron Almagro otros célebres directores como Edgardo Donato, Osvaldo Fresedo y Juan Maglio (Pacho); los cantores Rodolfo Lezica, Ignacio Corsini y Carlos Dante, Beba Bidart, Azucena Maizani, Sabina Olmos y Charlo; el pianista y compositor Sebastián Piana, y por supuesto, Vicente San Lorenzo, compositor del tango que lleva el nombre del barrio. El tango vive pues, en Almagro, desde sus comienzos, como lo evoca Vieytes en su poema dedicado a esta barriada: Con coraje temerario moldeó sucios bodegones, donde robustos patrones al guapo, lo hizo canario. Bailongos de inquilinatos con sus fueyes y entreveros, hasta algunos tiroteos amenizaban sus ratos. Cafés y palcos de tango con escribas shomerías, de lápiz en lecherías y de rascas sin un mango.
Gardel y Pugliese, dos vecinos del barrio y dos iconos mayores del tango, en la fachada del Boliche de Roberto Foto: Carlos Zito
Pero Almagro no es sólo memoria de tango. Es sobre todo presente, ya que en su seno bulle la más vigorosa movida del género, con una constelación de locales donde el tango brilla, no gracias a una batería de reflectores iluminando un show, sino por las interpretaciones de artistas talentosos, auténticos, de un excelente nivel, que tratan con altura la música y la poesía. Y en este punto hay que hablar de una leyenda de Almagro: "El boliche de Roberto". Aunque muchos sostienen que existe, otros afirman que el "Boliche de Roberto" es sólo un espejismo que se produce por las noches en la calle Bulnes al 300, y que cesa a la mañana siguiente. En todo caso, allí, sin alfombras, sin lujos, sin brillo, se encendió hace más de quince años una brasa, una brasita nocturna que se fue avivando con el aliento de veteranos y jóvenes tangueros. "Todo comenzó allí" insisten quienes más conocen el fenómeno de resurrección del tango operado en Almagro. En los años 90s, en ese boliche turbio y polvoriento que debe haber inspirado la letra del tango En un feca cantaban gratis figuras hoy consagradas, como Ariel Ardit, Alejandro Guyot, Cardenal Dominguez o el inoxidable Osvaldo Peredo, que a los 81 años sigue emocionando a la concurrencia los martes y jueves a la medianoche, acompañado por el guitarrista Leandro Nikitoff. Por entonces, tocaban allí músicos que hoy son profesionales de primera línea como Lucas Furno, José Teixido, Juan Pablo Gallardo, Jorge Spessot y Colacho Brizuela. Y poco a poco, aquella tenue brasa nocturna se fue tornando incandescente, y prendió otra vez el fuego tanguero en todo Almagro. Hoy en día, la llama arde en Sanata, en el CAFF, en Musetta, en El Banderín, en La Catedral y en la Casa del Tango.
Estaños y té con masas El Boliche de Roberto es uno de los tres bares de Almagro que la ciudad de Buenos Aires declaró como Notables. Los otros son El Banderín, en Guardia Vieja esquina Billinghurst y la célebre confitería Las Violetas, en Medrano y Rivadavia.
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El Banderín yergue su ochava de ladrillo con aire de almacén de campo en Billinghurst y Guardia Vieja. Foto: Carlos Zito
Julio Coviello y su grupo se presentan todas las semanas en Musetta Caffé Foto: Carlos Zito
Las Violetas fue fundada originalmente en 1884, pero el actual edificio, una suntuosa construcción de estilo francés con grandes vidrios bombé, columnas de mármol italiano, y bellos vitraux, data de 1920. Fue lugar de encuentro de artistas y escritores: Carlos Gardel solía encontrarse allí con su amigo el jockey Ireneo Leguisamo; años más tarde podía verse en sus mesas a Alfonsina Storni o a Roberto Arlt, entre otros escritores. En la historia más reciente, durante la úl-
tima dictadura, las Abuelas de Plaza de Mayo se reunían en Las Violetas. Para no llamar la atención simulaban una salida de amigas para tomar el té, o un cumpleaños, y discretamente se intercambiaban información sobre la búsqueda de sus nietos robados, mirando en derredor para ver si eran seguidas. El Banderín yergue su ochava de ladrillo con un aire de almacén de campo en una de las zonas más bonitas del barrio; con calles empedradas, grandes ár-
Osvaldo Peredo y Leandro Nikitoff en “El boliche de Roberto” Foto: C. Zito
En un feca de atorrantes, rodeado de escabiadores, un malevo sus amores rememora sollozante. En tanto, los musicantes pulsando los instrumentos llenan de tristes acentos el feca tan concurrido donde chorros aguerridos tristes sueñan con el vento. "En un feca" (tango anónimo).
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buenos aires / almagro
Concierto de la Orquesta Típica Fernández Fierro en el CAFF Foto: Magdalena Ladrón de Guevara
boles y viejas casas con balaustrada. Este local nació a fines de los años 1920 como "El Asturiano" almacén y bar. De un lado estaban los fideos sueltos, los porotos y la yerba; y del otro, los vasos de Cinzano y las copas de ginebra que agrandaban las hazañas de algún malevo del Abasto vecino. Aunque en realidad, el público del lugar estaba compuesto en gran medida por "laburantes" del mercado que venían a hincarle el diente a un especial de jamón y queso para reponer energías. Luego, la pasión futbolera alimentó una increíble colección de banderines que hicieron cambiar el nombre del bar, uno de los más auténticos que quedan en Buenos Aires.
Teatro independiente y algo más Almagro es además uno de los barrios de la capital con más cantidad de teatros independientes. Caminando por Humahuaca, Guardia Vieja o Bustamante, es más fácil toparse con una sala off que con un quiosco de cigarrillos. Todos presentan piezas interesantes y muchas veces con actores de sorprendente nivel. Algunas salas son: Beckett Teatro, Del Pasillo, Elkafka, El Portón de Sánchez, El Camarín de las Musas, Espacio Callejón, Fray Mocho, La Tertulia, Abasto Social Club, Huella Club de arte, Teatro del Abasto, La Puerta Roja, Elefante Club de Teatro y Ladran Sancho. Y claro, después del teatro o de una velada tanguera, todos pensamos en lo mismo, ¿Dónde ir a comer? Claro que esto no es la Guía del Óleo, por lo tanto no citaremos los lugares por su gastronomía, sino en función de su historia con el barrio o por su aspecto auténtico o tradicional. Veamos: ¿no le gustaría cenar en
la cantina donde Piazzolla concurría a degustar sus pastas preferidas? Bueno, está en la esquina de Lavalle y Billinghurst, y se llama "Pierino", como el patrón, el mismo que aún dirige el servicio desde algún rincón de la sala, y que fuera amigo del gran bandoneonista y compositor. Al punto que instituyó allí la Esquina Astor Piazzolla, y puso dos robustas placas de bronce que lo recuerdan. Si la idea es arrimarse a una parrilla, hay un porteñísimo boliche en Humahuaca esquina Acuña de Figueroa, conocido como "Lo de Mary", famoso por sus tiernas entrañitas. Es una de las poquísimas parrillas dentro de un radio relativamente céntrico que de noviembre a abril tiene mesas en la vereda. Y lo más destacable, se trata de un auténtico boliche de barrio. A pocas cuadras de allí en la vereda de Billinghurst y Valentín Gómez lucen decenas de estrellas con los nombres de celebridades. Son los artistas que pasaron por la Cantina Don Carlos, algunos de los cuales tienen incluso una gran foto sobre la fachada, como Osvaldo Pugliese, Astor Piazzolla, Aníbal Troilo, Tita Merello y Juan D'Arienzo. Siempre en la zona noreste de Almagro, ya tocando el Abasto, hay toda una serie de restaurantes peruanos de reconocida gastronomía, de los mejores de Buenos Aires.
Basta de demoler El barrio de Almagro -permítaseme la metáfora- es actualmente un ciervo atado de pies y manos, sobre el que se abalanzan decenas de panteras enfurecidas. No es exagerada la comparación. La sistemática destruc-
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ción de sus casas antiguas y bajas, para construir en pocos meses los mismos edificios de departamentos con la misma entrada vidriada y los mismos recipientes con bambú como decoración del hall, está haciendo desaparecer el tradicional perfil de Almagro. Pensemos que en cualquier momento y con el visto bueno del gobierno de Mauricio Macri se pueden demoler construcciones típicas de Buenos Aires como la que alberga al bar El Banderín, ilustrado en esta nota. En el plano de Buenos Aires que se incluye al final de este artículo, se ve que Almagro queda muy cerca del centro, pero a la vez separado del mismo por el barrio de Balvanera. Éste amortigua el frenesí urbano y marca una transición que le permite a Almagro seguir siendo un barrio (por ahora). Surcado por las principales avenidas Córdoba, Corrientes, Díaz Vélez, Rivadavia, Independencia tiene muchos y buenos comercios, así como numerosos medios de transporte incluidas dos líneas de subte. Entre esas avenidas se conservan aún codiciadas calles, tranquilas y arbola-
das, sin parquímetros y sin el fragor de los colectivos: Valentín Gómez, Humahuaca, Potosí, Don Bosco, Yapeyú, Pringles, Rocamora. Esas tentadoras características, y la libertad con la que gozan las constructoras para demoler el patrimonio arquitectónico de la ciudad, convirtieron a Almagro en el coto de caza preferido de los depredadores inmobiliarios. La zona más atacada por las demoliciones es la comprendida entre Díaz Vélez y Córdoba, pues tiene mayor "nivel", ya que linda con Palermo, desde donde se viene extendiendo el "Soho" sobre Almagro. Allí, en calles cuidadosamente elegidas porque sus nombres tienen ecos de Barrio Norte (Bulnes, Sánchez de Bustamante, Billinghurst, Salguero) los nuevos edificios de departamentos se alzan oscureciendo el cielo de Almagro, y borrando su perfil de casas bajas con fachadas amistosas. Pero los vecinos comienzan a movilizarse en defensa de su barrio. Almagro bien lo merece
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Varias veces por año, la Casona de Humahuaca, junto a los vecinos, realizan un Corte Cachengue en su cuadra. Ver el excelente video http://www.youtube.com/watch?v=LhuWN19Q2Js Foto: Carlos Zito
intervenciones recreativas o emprenden movidas solidarias.
La Casona de Humahuaca
La gente de la Casona organiza además, varias veces por año, en algún fin de semana los llamados Corte Cachengues, en que ocupan la calle en Humahuaca al 3500, y desarrollan talleres, juegos callejeros, una radio abierta (FM LA TRIBU 88.7), obras de teatro (Grupo de Teatro del Oprimido Casonero y JUPSI), intervenciones y bandas en vivo (Maracatu, Cine Casonero, Poder Sikuri, Luz Buena, Tororà, Cafundo, Dum Don Tocata, Todopoderoso popular marcial, Cumbia Club La Maribel). Todo, en un ambiente de baile y de fiesta, en medio de la calle ¡y gratis!
En la calle Humahuaca 3508 funciona este centro cultural donde se trabaja en temas tan variados como la salud mental, la educación por el juego, el espacio comunitario barrial, o la práctica artística. Así se intenta armar un tejido social, para la reconstrucción de vínculos solidarios, "promover la cultura, difundir valores de salud y articular creativamente lo que esté pasando en el entramado social de que participa". La Casona asumió ese papel de referente barrial. Es un lugar donde los vecinos y talleristas atienden el bar, pintan murales en las casas, organizan milongas callejeras,
Pero una de las actividades más notables que tiene lugar en la Casona de Humahuaca es la fabricación y colocación de las "Baldosas x la memoria", a cargo del movimiento Barrios X Memoria y Justicia. Tal como declaran ellos mismos: "Los vecinos de Almagro decidimos marcar los pasos en esta ciudad de los militantes populares secuestrados asesinados por el terrorismo de Estado, antes o durante la última dictadura militar. Para ello colocamos baldosas con sus nombres donde vivieron, trabajaron, estudiaron, militaron, fueron secuestrados y/o asesinados".
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Almagro En 1839 Julián Almagro compró tierras en la zona, 18 hectáreas, y unos años más tarde donó terrenos para que se construyera la estación del primer tren que circuló en el país. Esa estación se ubicó en la esquina de Lezica y Ángel Peluffo. Funcionó durante 30 años, desde 1857. Por haber sido donado por Almagro, llevó ese nombre el cual luego se usó también para bautizar a los alrededores. Superficie: 4,1 km² Límites: Av. Ángel Gallardo - Estado de Israel - Av. Córdoba - Gallo - Av. Díaz Vélez Sánchez de Bustamante - Sánchez de Loria - Av. Independencia - Av. La Plata Av. Rivadavia - Río de Janeiro.
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Agronomía Almagro Balvanera Barracas Belgrano Boedo Caballito Constitución Coghlan Chacarita Colegiales Flores Floresta La Boca La Paternal Liniers Mataderos Montserrat Monte Castro Nueva Pompeya Nuñez Palermo Parque Avellaneda Parque Chacabuco Parque Chas Parque de los Patricios Puerto Madero Recoleta Retiro Saavedra San Cristóbal San Nicolás San Telmo Vélez Sarsfield Versalles Villa Crespo Villa Devoto Villa General Mitre Villa Luro Villa Soldati Villa Ortúzar Villa del Parque Villa Pueyrredón Villa Real Villa Riachuelo Villa Santa Rita Villa Lugano Villa Urquiza
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Mucha energía tienen los integrantes de la nueva Orquesta típica de Almagro. En la foto cuatro de ellos, de izquierda a derecha: Peredo, Falótico, Furno y Gallardo. Foto: Carlos Zito.
Sonido a lo grande: la nueva Orquesta típica de Almagro Por Carlos Zito
La efervescencia tanguera que existe en Almagro, sumada a la gran cantidad de artistas, músicos y cantores de tango que viven en el barrio, necesariamente tenía que cristalizarse en proyectos colectivos. Uno de los más interesantes es la formación de la flamante Orquesta Típica de Almagro. Hablamos con Lucas Furno, primer violín de la nueva típica y uno de los más activos impulsores de este proyecto. ¿Cómo está conformada la orquesta? La orquesta esta formada principalmente por amigos, compañeros de laburos, giras y noches, y también por músicos que fuimos convocando por su nivel: Juan Pablo Gallardo en piano (viene del Trío Boero-GallardoGómez), Juan Miguens en contrabajo (del Quinteto Viceversa), Nicolás Perrone en bandoneón (de Amores Tangos, y acompañante de Soledad Villamil), Ernesto Gómez, violín (Color Tango, y OCEV [Orquesta de cuerdas Elvino Vardaro] ), Javier Kase, violín (Astormentados, y OCEV), Karmen Rencar, violoncelo (Arre!, y OCEV), Nicolás Maceratessi, bandoneón (Sexteto Visceral), Santiago Arias (Misteriosa Buenos Aires), Lucas Furno, primer violín (Quinteto Viceversa, Amores Tangos, OCEV), y los cantores Osvaldo Peredo y el "Negro" Falótico.
¿Cómo surge la idea de crear la Orquesta Típica de Almagro, y por qué? En verdad es algo que siempre veníamos fantaseando con otros músicos amigos del barrio, cada vez que estábamos en algún lugar donde pasaban Di Sarli, Pugliese, Gobbi o Troilo, y escuchábamos esa sonoridad de masa, sobretodo el pulso rítmico con sus acentos. Tocar bien, en estilo, con las acentuaciones, en un grupo grande, es algo mágico. Nosotros pertenecemos a la agrupación Conciertos Atorrantes y venimos haciendo el ciclo de conciertos de Sanata y los conciertos de la Orquesta de cuerdas Elvino Vardaro. Además, organizamos el Festival de tango de Almagro. Pero nos estaba faltando una pata milonguera. Así es que nos juntamos los que teníamos esa misma inquietud. El nombre de la orquesta, simplemente representa lo que somos, músicos del circuito de Almagro, identificados con una misma manera de tocar, y que buscan recuperar ciertas sonoridades. Por otra parte, uno de los dos cantores que tenemos, es Osvaldo Peredo (81 años), al que junto a Juan Pablo Gallardo íbamos siempre a ver al Boliche de Roberto, y que nos sigue enseñando a vivir con pasión adolescente el tango. Este año decidimos arrancar con este proyecto, que va en etapas. Ahora la orquesta está grabando un disco únicamente con temas cantados por Osvaldo. Con la voz de este amigo-maestro buscamos una sonoridad como la que tenía la Típica Porteña de Garello cuando acompañaba a Roberto Goyeneche y a Floreal Ruiz. Las
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grabaciones actuales las hacemos con un sólo fueye, para que luzca más la voz de Peredo. Es un disco que nos debíamos hace mucho tiempo, donde el protagonista es Osvaldo. En la próxima etapa vamos a trabajar los temas instrumentales y los que canta el Negro Falótico. Después volcaremos todo eso junto en una milonga semanal, laburando en forma cooperativa con la orquesta. Mientras, tratamos de encontrar un espacio para organizarla, cosa casi imposible bajo la gestión de Macri, que con todas las trabas que hay para la música en vivo, parece que no quiere que existan espacios alternativos a las casas de tango for export. ¿Cuáles fueron las motivaciones musicales o estéticas, o de otro orden que los impulsaron a crear la orquesta? Más que de motivación podríamos hablar de "calentura": como la de sentir ese zummm zummm del bajo, el piano bordoneando, un unísono de la cuerda, una variación de los fueyes… Es la calentura por ese sonido gigante, al que tenemos que sumarle la voz de dos fenómenos y amigos, que saben decir las cosas. Todo eso junto, es felicidad. Aunque esto es algo que ya hicimos algunos anteriormente, en mi caso, con una típica en el 2001, La Nocturna, y varios otros intentos más. Pero con toda la inexperiencia que teníamos, se hacía cuesta arriba. Y lo que pesó mucho fue que los grupos nacían del rejunte de los pocos músicos que había en ese momento, entonces, a veces juntabas el agua con el aceite. Ahora está bueno retomar ese concepto de la típica con otra madurez, musical y organizativa, conociéndonos de memoria con los compañeros. Estéticamente, creo que es difícil reflejar el hoy cuando es algo que se está construyendo y hay tantos colores al mismo tiempo. ¿Hacia donde va el tango en manos de los jóvenes? El circuito está en crecimiento, pero no representa en
Siempre de buen humor, antes de un ensayo Peredo intenta tocar Canaro en París en una vieja trompeta. Lucas Furno lo admira, en todo sentido.
modo masivo la realidad del hoy. No podemos hablar de música de Buenos Aires cuando la representación ciudadana tiene más que ver con la cumbia y el rock. Pero sí es el hoy de la cultura tanguera que resiste. La topadora de los medios, discográficas y de los discjockey pasó por arriba al tango, e instaló otras representaciones. Por eso, quizás, a veces se trata de buscar obsesivamente una sonoridad nueva en el tango, que se acerque más a las músicas de masas y plantarla como el tango de hoy. Creo que son herramientas para expandir el circuito, que tiene mucho potencial para convertirse en una alternativa real a lo que determina la música masificada de hoy. Pero es un camino lento y de paso firme, que se va a ir dando con la diversidad de estilos y formas. Nosotros con este proyecto no buscamos fusiones ni inventar nada nuevo. Queremos investigar la parte más rítmica del tango y las sonoridades de los 70s, el sonido que se desarrolló paralelamente a la genialidad de Piazzolla, y que quedó en un segundo plano. Es un berretín que tenemos desde hace rato y que queremos desarrollar
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Javier Sara
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Las musas tomaron el tango por las astas Entrevista a
Marcela Vigide Marcela Vigide es violinista de tango y docente de violín y lenguaje musical en la EMPA (Escuela de Música Popular de Avellaneda) y en la Escuela de Tango Orlando Goñi. Realizó estudios musicales en el Conservatorio Astor Piazzolla. Formó parte de la UOT (Unión de Orquestas Típicas) e integró La Máquina Tanguera, movimiento cooperativo que con la Orquesta Típica Fernández Branca a la cabeza, abrió el juego a la recuperación orquestal del tango hacia fines de los 90s. Fue miembro fundador y primer violín en la Orquesta Típica Ciudad Baigón hasta mediados de 2010. Actualmente estudia arreglos con Julián Peralta y trabaja en un nuevo proyecto llamado Moradores Tango, agrupación que fue convocada este año por la Secretaría de Cultura y Educación y la Secretaría de Desarrollo Social como grupo representativo del tango dentro del Carnaval de Quilmes. En dicha oportunidad, Vigide participó como docente de entrenamiento musical en las actividades del Galpón Carnavalero de esa localidad.
Por Celeste Blanco Fotos: Magdaldena Ladrón de Guevara
¿Qué pensás cuando se habla de “tango nuevo”, teniendo en cuenta que ya hace por lo menos 15 años que existe esta movida? Una cosa son las obras nuevas en el tango, y otra cosa es la referencia a una nueva generación del tango. Esto último fue un resurgimiento que hace 10 años atrás estaba bien llamar así. En base a lo que pasa ahora y en relación al momento histórico que estamos viviendo como tangueros, me parece que nos tenemos que ubicar en el contexto actual y empezar a reconocer el contexto que estamos viviendo hoy. No hay ninguna duda de que este es un momento de explosión tanguera, lo más cercano a lo que se vivió en la famosa época de oro en la década del 40’. Me parece que es un momento muy importante pero que ya hay una generación instalada. Ahora comienza una nueva etapa, hay una brecha que ya saltamos y hoy estamos en un nuevo cambio de generación.
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entrevista
Si tuvieras que situar en un momento histórico el surgimiento de lo que hoy conocemos como “tango nuevo” ¿Cuándo lo harías? El género va enriqueciéndose y cambiando todo el tiempo. Pero no se puede decir que ahora el tango está volviendo a salir a las calles de Buenos Aires. Creo que desde fines de los 90’ se viene haciendo este trabajo y que ahora estamos instalados en una nueva etapa generacional. La cosecha de la generación que retomó el tango… Sí. A mí me gustaría que empezáramos a tomar conciencia de eso, y que empezáramos a disfrutar. Yo me siento así desde hace un tiempo: viendo los progresos, festivales independientes, revistas nuevas, cantidad de bandas con diferentes estilos, ya sea con un estilo picaresco, con estéticas no tan típicas, una cantidad de orquestas típicas impresionante, nuevas formaciones. O sea, dentro del estilo, un abanico de proyectos con diferentes propuestas, milongas en toda la República Argentina, en los barrios, en el conurbano. Buenos Aires es la capital del tango ya hace años, en las giras eso se nota muchísimo, la cantidad de gente que va a ver grupos de tango en Europa y la cantidad de gente que viene a la Argentina por el tango es cada vez mayor. Por eso surge también la necesidad de esta publicación. Porque hay algo para mostrar si bien no es un fenómeno prematuro. Es el resultado de una necesidad social de recuperación de lo propio, de tener referentes más cercanos, de reencontrarse con la música popular. En el marco de todo el movimiento que está viviendo Latinoamérica, no es casualidad. La Argentina tiene una historia madre, que conforma una identidad colectiva, por la cual cuesta un poquito reconocerse en la letra de un tango, aunque es algo cercano. En Bolivia la música tradicional es súper fuerte, también la vestimenta, o en Paraguay. En eso nosotros tenemos que seguir trabajando. ¿Crees que hay relación entre el momento que está atravesando el tango y la etapa histórica post 2001 en Argentina? Me refiero a la idea de que revalorizar lo propio es un paso que hay que dar si se quiere una reconstrucción verdadera y coherente. Bueno, en los 90s el tango fue un escudo ante tanta degradación social. Había recitales masivos de grupos extranjeros a precios inaccesibles. Fue una búsqueda artística en un momento social difícil para el arte. Sin embargo, hubo actividades concretas de gente que se ocupó de que pasaran cosas. Estaba la predisposición por la necesidad. Existía la EMPA que ya tiene 25 años y nos empezamos a juntar varios músicos para ver qué se hacía en ese momento. No solamente los músicos, los periodistas también. Por eso mismo creo que ya
hay que empezar a celebrar que hay un montón de nuevas agrupaciones luego de un trabajo de muchos años. Es un sueño que se hizo realidad. La idea de llenar la ciudad de orquestas típicas, en aquél momento era eso, apenas un sueño. Y me parece que es valedero empezar a disfrutar y a reconocer que estamos viviendo un momento muy bueno, y que hay discusiones que ya no son vigentes como por ejemplo si lo que hacemos es tango o no, si es nuevo o es viejo. A veces hay discusiones reiterativas que no me parecen el eje central de la cuestión. El tango ahora está viviendo un momento de felicidad. Hay que estar contentos de todo lo que se logró. ¿Pero tiene la difusión suficiente? No me refiero a los shows de tango pensados para el turismo, sino al fenómeno cultural en la ciudad. En este sentido me parece importante la idea de sacar el tango a la calle. Uno de los motivos por los cuales sé que esto se empezó a hacer, en San Telmo, fue para mostrarse pero también para decir: no tengo dónde tocar. Dónde voy a tocar, era la pregunta hace 10 años atrás porque sinceramente no había dónde. No había una milonga Andariega, no había un Goñi, un Tasso, un Orsai, un Caff, no había nada. Tocar en la calle trae aparejada la pregunta dónde nos metemos, en relación directa a las trabas burocráticas para habilitar lugares. No estoy en desacuerdo con cumplir lo especificado en referencia al cuidado de las personas en un lugar donde se dan conciertos, pero el tema es que llegar a cumplimentar todo eso es muy difícil en términos económicos. Al no haber lugares donde tocar, no hay prensa porque los lugares que podemos sostener por cuenta propia no tienen gran capacidad, por lo cual tampoco podemos tener entradas a precios populares porque en el precio tenemos que contemplar el trabajo de un montón de gente. Creo que también falta incentivar y educar socialmente a la gente, en eso los medios independientes son súper meritorios. Hay una mentalidad autogestiva. Da la sensación de que el músico de tango piensa estratégicamente, cubriendo cuestiones que exceden la música. El músico de tango y los artitas en general. En el cine y el teatro pasa lo mismo. Y eso es falta de educación cultural. Eso es muy complicado y lleva mucho tiempo revertir y el compromiso que hay que tener es muy grande. Creo que el músico popular tiene esa misión, o esa ambición de educar. Tal vez es un poco pretencioso creer que uno va a educar socialmente pero la verdad es que ese es el motor del trabajo diario. Creo que ser músico popular es eso, es tener la ambición de educar o de cambiar, de aportar algo a la cultura que a vos te apasiona. ¿Te interesa el efecto de tu trabajo? Es lo que más le interesa a un artista popular. Es como
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la levadura del pan. Tal vez sea una ilusión y no pase en realidad… pero hay como un romanticismo hacia el público. Uno realmente cree que al reversionar un tema va a contribuir a que la gente valore la cultura de su país, su poesía, sus calles, su idioma. Lo hacés únicamente desde ese lugar, y escribís o armás un grupo, o estás en proyectos que vayan por esa línea y ponés todo tu trabajo en función de ese objetivo. Querés ser parte de eso y buscás cuál es la ficha que va como en un rompecabezas, cuál es la ficha que encaja. ¿Qué lugar tiene dentro de este proceso social, la imagen estereotipada del tango de postal? No afecta. Ya nadie porque ve una mina con medias de red dice, eso es tango; ni alguien que ve a cualquier grupo nuevo dice, eso no es tango. Cortémosla porque ya fue. Yo entiendo que es complicado terminar de asumir que ya hay un montón de grupos nuevos. Hay que empezar a dejar esa idea de que el tango de postal interviene de alguna forma en el proceso social, soltarla. No me parece que haya que cuestionarse sobre estas cosas. Pero por algún motivo el tango se tiñó de cierto elitismo, en ciertos círculos… El tango se tiñó de cierto elitismo cuando dejó de estar de moda. Eso pasa cuando algo deja de estar de moda. Empieza a ser más caro. Eso pasa cuando algo no está vivo. Un mueble antiguo es más caro que uno moderno porque deja de tener vigencia entonces algunos conservan eso como una pieza de museo. Pero no creo que ese sea hoy el efecto colectivo del tango, el efecto de las nuevas orquestas y la gente que se empieza a acercar al tango. Hablando el otro día con una amiga, me contaba que en una de las orquestas escuela clásicas (dentro del proyecto de inclusión social a través de la música), varios de los alumnos le pidieron que querían tocar un tango, alumnos de entre 11 y 13 años. Hace 15 años atrás eso hubiera sido raro. No había milongas, ibas a una y no veías un tipo que tuviera menos de 50 años. Había gente grande y muy poca gente. No había extranjeros que se acercaran por el tango. No había músicos de tango jóvenes, de 40 años para abajo. Y no son tantos años atrás. Pero lo que pasa ahora, ¿con qué lo vamos a poner en contraste? ¿Con dos años atrás? Bueno sí, no avanzamos. ¡Ya estamos reversionando tangos nuevos, de gente que todavía vive! También hay gente de otros géneros que está haciendo tango, están reversionando, hay todo un movimiento, hay libros, hay revistas, hay radios. ¿El último grupo en el que participaste, antes del flamante Moradores Tango, fue en la Orquesta Típica Ciudad Baigón? Sí. Antes de eso tuve un período de varios intentos de proyectos. Por el año 2005, antes de Ciudad Baigón,
tuve un cuarteto de cuerdas que se llamaba Hechas las cuerdas. Estuve en Camino Negro alrededor de cuatro años, orquesta surgida de la Máquina Tanguera en 2003. Nunca dejé de hacer tango, ahora participo de la orquesta de cuerdas Elvino Vardaro con la que hacemos un repertorio de nuevos compositores. ¿Moradores es tu primer proyecto propio? Los proyectos siempre son colectivos. Moradores surgió como una relación espontánea entre los músicos. Estamos transitando juntos una experiencia a través de la cual queremos mostrar que el tango también es humor. Estamos empezando a jugar en escena. Con los músicos nos encontramos en el escenario desde ese lugar y nos resulta muy cómodo. Está bueno respetar esa sensación de juego y usar los recursos que surgen de ahí, o de los primeros tangos humorísticos de Gardel. Es un proyecto artístico que propone una idea del tango como espectáculo popular. ¿Qué te gustaría aportarle al tango de ahora en adelante? Cuando empecé a tocar tango lo que me impactó y me atrajo fue el compromiso con el género: una es como una enamorada del tango, como si el tango fuera no sé qué. El tango te atrapó y no podés salir más, te va a pasar a vos también (risas), vas a ver… Dentro de cada formación uno siempre trata de empujar desde un lugar. En los primeros tiempos hacer una orquesta típica ya era un trabajo gigante, armar una orquesta típica sin tener demasiadas herramientas, sin tener instrumentos, porque no había bandoneones ni dónde arreglarlos, siempre fue el desafío de empezar de cero. Con Camino Negro se empezaron a hacer tangos nuevos, después de haber reversionado tangos. Con Ciudad Baigón la idea fue formar un grupo con un carácter que renueve a las orquestas que hay, a la forma de tocar, a la sonoridad. Las cosas se van dando… y nunca sabés si pasan porque vos estás ahí, o si vos estás ahí porque las cosas pasan. Es social… por eso me es difícil pensar en cómo va a ser Moradores o qué impacto va a tener. No es calculado. Uno siente como una necesidad que le surge. En el caso de cada director, o uno como no director se compromete y se copa de la misma manera. Pero es como una misma bola. En Moradores hay una intención de incluir al público en nuestro juego, de generar un espacio de inclusión desde el escenario. Se va a trabajar con ese espíritu de apertura. Tal vez no sea casual justo en este momento en el que el tango está teniendo cierta apertura. Moradores nace así y vamos a ver cómo va, es un grupo muy nuevo pero el espíritu está puesto ahí. ¿Cómo surgió la propuesta de tocar en el Carnaval de Quilmes? Lo del carnaval se dio de manera espontánea cuando
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entrevista
El Tali (NdeR: “El Talibán” es Martín Crispo, uno de los cantores del grupo) tiró: “estaría bueno que vengan las murgas a bailar”. Y pensando un poco en el ritmo de una murga y en el de una milonga… se nos ocurrió que tranquilamente se los podía bailar así y quedó buenísimo. Lo que pasa con el carnaval es que hay mucha gente que viene trabajando desde hace muchos años, más allá de una predisposición social y cultural que hay, siempre hubo gente atrás empujando una tradición callejera y eso es muy valioso. Gente joven y no tan joven también, murgueros que sostuvieron esto. Las murgas ensayan en la calle y nunca hubo un corte, siempre estuvo viva. Pero tradicionalmente en los escenarios de los carnavales había tango, grupos de folklore, muchos artistas de tango. El carnaval no era exclusivamente de las murgas. Lo que pasa es que la murga supo sostener el formato del espectáculo carnavalesco. Que es muy valedero. El género de la murga porteña es un género muy popular y autogestivo. Contanos sobre tu participación como docente en los carnavales de Quilmes. Me invitaron este verano y lo primero que hice fue, porque me resulta interesante que los chicos tengan una noción básica de escritura y una inquietud por escribir música, o leer, enseñarles que existen herramientas muy básicas que ellos pueden entender y de las que se pueden servir. Cómo contar, cómo entrar a ritmo, qué es un ritmo, más allá de que en la música les resulte intuitivo, que manejen algunos conocimientos técnicos básicos para tener una mayor organización y para que después lo que hagan lo puedan enseñar más fácilmente y en menos tiempo. Porque la complicación de la música que no está escrita es que lleva mucho tiempo de ensayo. A mí me resultó interesante llevar esto a la murga. Fue una experiencia enriquecedora porque había chi-
cos que habían participado poco tiempo en otras murgas y otros no habían participado nunca, entonces más allá de que fueran murgueros o no, eran alumnos de iniciación musical con el objetivo de vivenciar la música popular. ¿Es difícil avanzar dentro del tango? Viéndolo como un campo donde hay ciertas reglas, actores viejos, nuevos, ciertas tensiones… No. En 10 años hicimos una primera milonga en San Juan y Boedo abierta a toda la gente, incluyendo a los que no sabían bailar. Parece una ridiculez lo que estoy diciendo pero era importante en ese momento hacer una milonga donde no se iba a bailar tango sino que se escuchaba a las orquestas sentado porque nadie de los que estaban ahí sabía bailar tango. A partir de ahí empezamos a expandir milongas de ese tipo, teatros, escuelas, radios, revistas, bandas. La única traba que hay en el tango es la falta de espacios. La falta de recursos económicos. Hay más festivales autogestionados que subvencionados a nivel provincial o nacional. En ese sentido faltan centros culturales, actividades a nivel local, propuestas de conciertos abiertos durante todo el año, o talleres didácticos, cualquier actividad que se te ocurra de las que hay, son todas autogestionadas. Hay una situación cultural muy interesante a nivel país que no está siendo apoyada por las autoridades. Hay mucha indiferencia política. Y por momentos muchas contradicciones. Pero creo que no hay que engancharse con la burocracia porque nos traba para generar nuevos proyectos propios. Hay que discutir qué propuestas o actividades podríamos instalar, qué referentes debemos apoyar, cómo podemos generar espacios nuevos, y que éstos logren una mejor articulación entre sí, cómo las orquestas acercarnos mutuamente y realizar actividades en conjunto. Trabajo colectivo
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Moradores Tango son: Voz: Martin Crispo y Gisell Torres Violín: Marcela Vigide Bandoneón: Javier Sara Contrabajo: Geraldine Carnicina Percusion: Martin Soria Piano: Hernan Gallegos Invitados Percusion: Sebastian Acuña Voz :Julieta Laso
"Reyes de un peón" Milonga campera Música: Juan Villarreal Letra: Pablo Jofré
Todo es rosa en el festín (de ese mundo jolgorioso) pero el cuore absorbe al fin va perdiendo lo esponjoso. Avivate porque es ley (en las quejas de cantinas) es que el tiempo no es el rey, es peón, pero camina. Lo que quizá precisás (si querés lucir tu orgullo) es cabeza con verdad y eso tiene de lo suyo. Lo más papa que embroqués (con paciencia, sin chamuyo) cuánto más bien lo lustrés más boleto hacia algo tuyo. Claro, arriba de ese tren (que no lleva aristocracia) sólo venden de sostén y a la gorra, tu acrobacia. Si del mazo te olvidás (aunque el pie te amure y raje) si es un quiero tu jugar serás vos quién lo baraje. Cada vez que te hable así (aunque suene demagogo) será un viento, pero sí, empujado por el bobo. Date un poco de razón (que lo bueno tiene un antes) y no hablés tanta canción que la lucha es otro arte.
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Entrevista
Raimundo Rosales: El poeta de Saavedra Por Vanina Steiner Foto: Darío Caballes
Atardecer de un jueves de otoño en Buenos Aires. Intento llegar de Congreso a Colegiales, la cita es en el taller de letrística de Raimundo Rosales en el Centro Cultural de ese barrio porteño. El tránsito está complicado, sin embargo logro integrarme a la última media hora de taller. Me encuentro con una dinámica charla-debate sobre los grandes temas de la poesía. Un ambiente de concentración, y a la vez muy cordial, me recibe como oyente; una infiltrada que quiere espiar lo que hacen estos letristas y su maestro. Finalizado el taller, tenemos tiempo para tomar café y charlar con el poeta de Saavedra.
¿El taller está enfocado a la letrística más allá del género musical tango? Sí, así es. Como lo que había estaba dedicado al tango, para este taller yo me propuse ampliarlo. Yo escribo letras de tango pero también vengo de haber escrito letras de rock. Soy generacionalmente del rock nacional, escuché a todos: Los gatos, Almendra, Spinetta, llegando hasta Las pastillas del abuelo, además me gusta mucho el folklore, me gusta mucho la música argentina en general. Y la música de cantautor. Para este taller tomé todo lo que conocía de otros talleres “ortodoxos” y le incorporé un montón de cosas mías, de mi experiencia. Yo empecé a escribir a los 13 años, y lo primero que escribí fue la letra de una canción. Lo que hice fue tomar una canción conocida y le cambié la letra para cantarla con la misma música. Esto es un gran ejercicio, luego lo hice con otra y con otra canción, y fui descubriendo que hay reglas que coinciden, estructuras que se repiten. Descubrí que me gustaba analizar estas cuestiones, y así, de manera em-
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pírica y sin mucha planificación fui descubriendo cosas que fui incorporando. Me apasiona buscar elementos en otras disciplinas artísticas, elementos que voy a aplicar a la canción. ¿Primero se escribe la letra o la música? ¿O las dos cosas a la vez? En mi caso siempre escribo primero la letra. Se puede trabajar al revés también. Hay músicos que vienen y me dan una música ya terminada para que yo les escriba una letra. Y ahí tenés que trabajar con mucho rigor. Un buen letrista no le cambia nada a la música, el desafío es tomar esa música y no cambiarle ni una sola sílaba, que todos los acentos caigan bien, que la parte de estribillo tenga concepto de estribillo, etc. Pero se puede trabajar de las dos maneras. Cuando empecé hacía primero la letra porque se ve que tenía una clara tendencia hacia lo literario, lo poético. Recién a los 17 aprendí a tocar la guitarra y ahí empecé a componer música y letra, y a cantar. Entonces, antes de empezar con la guitarra ya escribía poemas, aunque la letra de canción y el poema no son lo mismo, son “parientes” pero no son lo mismo. ¿En qué se diferencian, y por qué son parientes? La letra de canción, como hecho artístico, es una obra incompleta. Va a ser completada con la música y con la interpretación del cantante, de manera que, como va a ser completada por un melodista, necesita cumplir con ciertas leyes para que pueda ser musicalizada. Hay estrofas que serán cantadas con la misma música, éstas por ejemplo tendrán que respetar la misma métrica para que entren en esa música. Entonces se necesitan ciertas métricas, los músicos lo hacen por lo general de manera intuitiva, nosotros de manera rigurosa. Se necesitan conocimientos poéticos de versificación, para ver cómo se mide un verso, dónde caen los acentos, para que se cante con los mismos acentos, etc. En el caso del poema, sobre todo a partir del siglo XX, triunfó, por decirlo de alguna manera seguramente injusta, lo que se denomina el verso libre, que tiene una métrica y una musicalidad interna, pero libre. De manera que puedo escribir un poema de 4 líneas como hacía Pizarnik o un verso de cuatro páginas como César Fernández Moreno. En una canción ya sabés que, salvo excepciones, va a tener 4 ó 5 ó 6 estrofas. Por eso la canción está “atada” a más leyes externas. Esto en cuanto al aspecto más “explicable”, después están las cuestiones conceptuales, de por qué una canción va a ser canción y un poema un poema. Eso no lo puedo explicar. Yo escribo simultáneamente poemas y canciones. Me han pedido ponerle música a algunos de mis poemas a lo que yo respondo que no, que nació
División de bienes (Tango) I No siempre en el amor se dan las cosas o arriban al final imaginado y hoy llego a esta tarea fatigosa de dividir los bienes del pasado. Te traigo algunos libros de Galeano y una camisa vieja, mal planchada, quedate con la plancha y, ya que estamos, decime cómo sigue esta humorada. II (Estribillo) Quién se queda con qué parte de qué y cómo se resuelve aquel idilio, la lluvia en la ventana, y aquella madrugada leyéndonos las cartas del exilio. Dónde pongo el concierto de Serrat o aquel primer orgasmo adolescente, la muerte de los viejos, la nota en el espejo, y el miedo a equivocar lo que era urgente. I bis Te dejo un pedacito de mis sueños metido en el bolsillo de este saco, me llevo tu sonrisa y tus silencios ocultos en el disco del Polaco. Nos vamos arrancando los pedazos en esta división de lo que fuimos y acaso no esté mal, si en los zarpazos, rozamos corazones que quisimos. Repite estribillo Andando como un ciego entre recuerdos, mintiendo los olvidos del presente, no encuentro las palabras que me expliquen cómo es dejar la piel en otra gente.
como poema, si querés tengo canciones a las que podés ponerles música.
Empezaste a escribir de muy pibe, a los 13 años, siempre fuiste hombre de letras… A mí siempre me gustó la palabra escrita. Siempre me interesó el arte en general, pero sobre todo a través de
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la palabra escrita. Yo estudié periodismo, también estudié guión de cine, incluso hice algunos guiones de cine, hice una obra de teatro, o sea que cada relación que tuve con el arte fue siempre a través de la palabra escrita. Con el tiempo me quedé con el poema y la canción. ¿Siempre te gustó el tango? Sí, desde adolescente siempre escuché tango. En aquella época no era tan común que a los jóvenes les gustara el tango. Ahora sí está más entre los jóvenes pero en aquella época los adolescentes no lo escuchaban. Entre mis conocidos yo era el único. Siempre escuché a Piazzolla. Cuando escribía un poema me decían “qué tanguero que sos”. Yo me identificaba con los rockeros más tangueros, Pedro y Pablo, alguna cosa de Moris... sí siempre me atrajo mucho el tango. Las temáticas que abarcás son diversas, ¿cuál es la que más te interesa, en la que te sentís más cómodo? Hay una temática que siempre transito, que es la del amor y el desamor, y trato de hacerlo con una mirada contemporánea. Me atrae mucho el universo de la pareja. Pero la pareja que yo imagino es claramente de esta época. En el tango es un riesgo, y lo he charlado con colegas como Alejandro Szwarcman que es amigo mío, y hablamos de eso, de cómo escribir tangos hoy, de cómo nos costó desprendernos de los maestros. Es el gran desafío. Si bien el amor es lo mismo a través de los años, los conflictos son diferentes, hay elementos diferentes. Hay un tema interesante que es el de la culpa. La culpa se vivía de manera muy diferente en los años 40. El psicoanálisis marcó un quiebre, sobre todo en la cultura argentina, en los años 60 y 70, hay una lectura diferente sobre la pareja. El rol de la mujer de ahora no es el mismo que en los años 40. Y todo eso tiene que aparecer de alguna manera. A mí de los poetas clásicos el que más me gusta es Manzi, porque en un punto es el poeta más actual. Me gustan todos los grandes, pero en Manzi observo una mirada diferente. Por ejemplo en la cuestión machista, que no me ensaño en criticar porque en un punto me parece ingenuo hacerlo, pero lo que sí me parece curioso, es que Manzi no lo sea, y que sea el único que no lo sea. Cuando analizás las obras de tango sobre el desamor, éste aparece siempre de la mano del reproche y de la culpa. Pero en Manzi no. Cada vez que él toca la temática dice “no habrá ninguna igual”. Eso a mí me parece fantástico. Hay una línea del tango “De barro” de Manzi que dice “...pensar que puse en tus manos una culpa que era mía...” ¡hay que tener un coraje para decir eso en los años 40!
Tango para Elisa I Se subió a sus miedos más australes con un resto torpe de elegancia y tapó con rimmel de otros males los fantasmas turros de su infancia. Para Elisa, vida y sobrevida eran gotas de un licor barato que bebía en bares, como heridas, que curaba en noches de arrebato. II (Estribillo) Y en el lado oscuro de las horas es un piano ciego, es un Dios en llamas, una nube prisionera entre las ramas con la boca medio abierta y un silencio volvedor. Vagabunda y reina en buenos Aires, hoy camina sola por su historia helada, laberinto en línea recta hacia la nada con la vida hecha un bollito en el bolsillo del dolor. I Bis Si la pena está junto a sus manos como un ciervo herido junto al fuego, si devora el pan del desamparo ¿cómo habrá de ser su primer sueño? En la calle dicen que se ha muerto –pobre Elisa, ha muerto tantas veces– lo más triste es ver que siempre es cierto lo asombroso es ver que siempre vuelve.
De los letristas actuales ¿quién te gusta? Me gusta mucho Alejandro (Szwarcman) y también Bibi Albert. Bibi tiene un universo poético muy creativo, me gustan mucho los dos, son poetas con una gran solvencia técnica y emocional. Me interesa que se escriba bien, me interesa la búsqueda artística. Quiero decir, no todas las letras de canciones son poemas, pero a mí me interesa conseguir eso, voy hacia eso, y las letras que me emocionan, son poemas. Te doy un ejemplo, “Café la humedad” está muy bien, es un lindo tango, yo lo escucho con mucho placer, pero no necesito “Café la humedad” puedo vivir sin “Café…” pero no puedo vivir sin “La última curda”. ¡La
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última curda es enorme! Y pasa en todos los rubros, para seguir en el tango, hay muchos cantantes que cantan bárbaro. Pero no todos son artistas. Cuáles y por qué es más engorroso definirlo, y… las razones son subjetivas. Hay músicos brillantes, pero no todos son artistas. Ser artista es otra cosa. A mí me interesan esos casos. Por ejemplo Garello. Podés decir “hay tipos que tocan más rápido, que tocan mejor” pero vos escuchás un solo de Garello y se te cae una lágrima. Lo digo metafóricamente, claro, pero el tipo es un artista. Volviendo a los letristas, hay muchos muy buenos, los conozco a todos, son amigos míos. Pero ellos dos, Bibi y Alejandro, para mí, sobresalen. ¿Te parece que estamos viviendo un momento creativo en cuanto a la producción de letras y de música? ¡Sí, muy creativo! Creo que la gran esperanza que me da este momento es la incorporación de los jóvenes. Estoy diciendo algo que es un lugar común, pero es lo que realmente pienso. Y muy jóvenes, menos de 25 o 30 años. En los letristas no es tan así, no aparecen tantos letristas de esa edad, salvo alguna excepción, por ejemplo José Arenas, un chico uruguayo de 23 años, que me parece que está muy bueno lo que hace. A otros les falta rodaje… ¿Más rodaje en la vida? Bueno la verdad es que Manzi escribió “Viejo ciego” a los 14 años, Homero Expósito escribió “Naranjo en flor” a los 19 o 20. Seguramente eran adolescentes con un rodaje importante en la vida, Manzi se vino de chico a Buenos Aires desde Santiago. Siendo un adolescente casi, se crió en los bares de su barrio. Quizás sea cierto que hace falta un rodaje en la vida, más allá de la edad. Cuando yo era chico te decían, “cuando llegues a los 40 te va a gustar el tango”, pero… ¡en los años 40 todos eran pibes de veintipico! Entonces ¿cómo es eso? ¿a los 40 podés entender algo que escribió un pibe de 20? Así que es medio inexplicable esto. Pero bueno, estoy contento, hay mucho, hay muchas cosas buenas, con el tiempo se irá decantando ¿no? Hay gente que entra por esnobismo, hay como una corriente “pro tango” entre los jóvenes que se irá decantando, y entre los creadores también. Me imagino que pasará lo mismo que en los 40, que el 80% de los tangos que se están haciendo hoy quedarán en el olvido. Si pensamos que en aquella época se escribieron unos 20.000 tangos, ¿y cuántos recordamos hoy? ¿100, 200? ¿300? Y ya ahí hay unos cuantos que no son tan buenos... Viste cuando dicen “en aquella época (los 40) se escribía bien” y la verdad es que muchos son olvidables. El olvido es sabio en ese sentido, es un filtro maravilloso.
Hotel adiós (Tango) I Un hotel y dos palabras, frases de ocasión, historias lejanas de novela triste, el amor del mundo se apaga como el fuego, final de un viejo juego, el sueño terminó. Cirujeo enamorado por Constitución, refugio impreciso bajo dos tormentas y ese hotel de invierno mirando el cielorraso, no voy a hacerte caso perdido corazón. II (Estribillo) Las dos caras de una broma, ¿se miente más en los hoteles? ¿por qué un adiós en blanco y negro sin cartas ni claveles? Las dos caras de una broma y al final hotel y adiós se escribe siempre igual en todos los idiomas. I bis Muebles sabios de secretos, restos de licor, tus medias tiradas entre dos bostezos, fuimos la esperanza que se ahogó en silencio, actores indefensos / en busca de un autor. Un hotel y dos palabras, frases de ocasión historias lejanas de novela triste, lágrimas de nada, la piel por los pasillos, la fuga en un bolsillo / y un cuarto para dos.
¿Cómo empezó tu inquietud de enseñar? Empecé dando talleres de periodismo en la época de “La Luna”(1), descubrí que me gusta mucho transmitir. En 2001 me llamaron de este centro cultural porque necesitaban un docente de periodismo. Armé un taller y funcionó muy bien. En un momento me alejé de la profesión de periodismo pero seguía enseñando. Me di cuenta de que ya no amaba el periodismo como antes pero sí la tarea docente. Después propuse este taller y hacía los dos talleres, un día cada uno. Hasta que decidí dejar el taller de periodismo y quedarme con este de letrística. Tengo una gran vocación docente, lo disfruto mucho.
> (1) La Luna de Saavedra, revista barrial que creó y dirigió entre 1992 y 1999.
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¿Poeta se nace o se hace? La respuesta correcta sería que cualquiera puede serlo, se puede hacer. Pero yo tengo dudas, la verdad que no lo sé. Cuando digo que tengo dudas no es que estoy diciendo que se nace poeta, sino que realmente tengo dudas. Yo intenté durante un tiempo cantar y canté muchos años. En un momento me di cuenta, me dije “yo no puedo cantar más”. Siempre digo que dejé de cantar a pedido del público… (risas) Con mucho esfuerzo yo cantaba, pero no era cantor. Lo escucho por ejemplo a Cucuza, y él sí es un cantor. Y no es una cuestión de afinación o técnica, lo escucho a él como a muchos otros, y ellos tienen ese arte adentro. Hay gente pobre, marginal, que uno ve que de chica no aprendió nada, y canta. Por ejemplo los cantantes en la murga, un género que a mí me atrae mucho, hay pibes que no saben ni leer lo que van a cantar, y los escucho y pienso “¡mirá cómo canta ese pibe!” o aunque tengan la voz hecha mierda, son artistas. Y con la palabra pienso que ocurre lo mismo. Como docente tuve
Soy de un lugar (Tango) Música: Carmen Guzmán Soy de un lugar de luna y de malvón, de cielo sin balcón, sonrisa y madrugada. Donde las cosas guardan el aroma de aquéllos que enamoran la casa con su andar. Soy de un lugar que cuenta sin palabras los cuentos que una vez aprendimos a soñar, país en flor, memoria en pie, palabra y corazón de par en par. Vengo de una primavera y de alguna historia que valió la pena, donde la amistad era un mantel para demorar la sobremesa. Donde la distancia era algún sobre de papel y el mundo dos ojazos negros... Soy de ese lugar, llevo por mi piel grabado su ademán como un clavel. Cuando el dolor se asoma a ese lugar, también es mi lugar y sangro en sus heridas. Cuando el silencio invade su costado, mi canto enamorado le grita su verdad. Soy de un lugar que vuelve a recordarnos que el tiempo que pasó se merece al que vendrá... País de sol, de vos, de aquél, milagro de volver a comenzar.
experiencias muy impresionantes, con alumnos adolescentes, pibes con una formación muy pobre, marginales de verdad. Chicos casi de la calle. Yo veía como hacían ejercicios mal escritos, con faltas de ortografía, que bueno, eso es lo de menos, eso se corrige, se aprende. Y veía lo que escribían y pensaba “este pibe es un poeta”. Entonces me pregunto “¿dónde aprendió eso?” eso se lo dio Dios, si es que Dios existe, y si no algo similar… me ha pasado 2 ó 3 veces con pibes así, que tienen “algo” y que estoy seguro que los compañeros hasta se burlan de ellos “¡andá vos con la poesía…!” . Por eso tengo estas dudas. Porque pienso que claro, se puede aprender, hay muchas cosas que se pueden transmitir, pero en esto tengo más dudas que certezas. ¿Por qué es tan difícil generar público para el tango nuevo? Es difícil atraer al público a los conciertos. El fenómeno de “El Faro” es casi como una excepción, siempre lleno. Pareciera que en este momento hay más artistas que público. Yo creo que hay un público muy reducido. El público de “El Faro” es público de Cucuza y Moscato. La verdad es que sin Cucuza “El Faro” no existe. Y él puede cantar lo que quiera, porque tiene un carisma sobre el escenario que no se lo vi a nadie. Entonces, ¿qué pasa con ese público? ¿Es público de tango? No sé, es público de Cucuza, y si él no cantara y sólo hablara sería lo mismo. Por eso creo que no es representativo del panorama del tango, es casi una excepción. Yo no sé si Alejandro (Swarczman) no tiene razón cuando dice que no hay público para el tango, él en esto tiene una posición más tajante todavía. Héctor Negro decía hace 15 años, “en las difusoras de tango me dicen que no pasan tango nuevo porque la gente no lo pide. Pero ¿cómo lo van a pedir si no lo conocen?” Todos citamos esta frase de él, ¡pero es que es tan cierto! Tenemos una radio de la ciudad que pasa tango las 24 horas, y el 99% de lo que pasa no son tangos nuevos. No hablo de lo mío, sino en general, Alejandro tiene unos tangos preciosos, y no se conocen. ¿Cómo puede ser que la gente no conozca “La última tentación de Gardel”? o “Pompeya para Diego era París”. La gente que los conoce es la que está metida en el tango. También habría que preguntarse qué pasa con los compositores, me parece que en este momento hay más poetas que compositores, melodistas. Esto quizás resulte polémico, pero es que componer música para la canción cantada es muy difícil. Cuando vos ves la obra de Troilo, de Pontier, de Cobian, no sé si ahora hay compositores así. Pero poetas hay, tenés a Alejandro Swarczman, a Ernesto Pierro, Bibi Albert, Marta Pizzo,
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y tantos otros, te gustarán más algunos que otros, pero hay. A mí me gusta mucho Acho Estol que hace letras y música, y en mi parecer, sus letras son muy superiores a su música. Espero no se enoje con esto, porque nos llevamos bien, ¡y lo aprecio mucho! ¡El “Tape” (Alfredo “Tape” Rubín) es otro que escribe muy bien! Y para mí sus letras también están por encima de la música. Se están haciendo discos con producciones nuevas como por ejemplo el disco de Julián Peralta que acaba de editarse, son todas canciones de autores contemporáneos. Es necesario que se difundan más estas obras. Sí, pero fijáte que hay muchos que incorporan en un disco con “clásicos” 4 ó 5 tangos nuevos. ¿Y qué hacen en la radio? Agarran el disco y te pasan un clásico, porque “es conocido”, ¡es tremendo! ¡Y hay cosas tan lindas! María Estela Monti también sacó ahora un disco doble con tangos clásicos y nuevos. Patricia Barone también, viene cantando cosas nuevas desde hace 15 años. Yo la verdad que durante mucho tiempo me enojé con todo esto, hasta que dije basta, parezco uno de esos viejos tangueros protestando. Ahora simplemente escribo, ya no me preocupa tanto, no me importa la masividad en términos convencionales, sino, hubiera elegido otro género. Esto no me preocupaba por una cuestión individual, sino porque me enojaba que no se difundiera lo nuevo y porque el lugar común era decir que no hay poetas nuevos. Pero ¿cómo que no hay poetas? Pero ya no me enojo más. Me pasa también que hay cosas que no me gustan. Escucho a veces tangos nuevos que parecen escritos por un viejo, pobres poéticamente. Yo tuve oportunidad de hablar con algunos tangueros viejos, como Carlitos García, y otros, y todos insisten en algo: “pibe hay que estudiar”. Y me parece que es así. Que el arte tiene una complejidad necesaria. Por supuesto que se puede llegar a la paloma de Picasso, pero esa paloma de 4 trazos, tiene una gran complejidad. Para abordar una expresión artística hay que estudiar. El cantante tiene que aprender a afinar, vocalizar, el músico conocer cuestiones de armonía, contrapunto, lo que sea. Y el poeta también tiene que estudiar, quizás no hay un camino convencional, no vas al conservatorio, pero el poeta tiene que leer mucho. Leer a los poetas, leer a los maestros, ahí se aprende mucho. No digo que yo lo haya resuelto, quizás sea un objetivo. La complejidad del arte es un valor, no estoy hablando de que sea difícil, es otra cosa, la complejidad son una cantidad de elementos que confluyen.
¿Te parece que se aborda a la ligera? En general me parece que se estudia poco. Las cosas cambiaron desde la creación de la EMPA, hay muchos músicos que tienen buena formación, pero lo veo en los cantantes también, son muy pocos los que vocalizan, los que siguen estudiando. Parece que si te subís 3 ó 4 veces a un escenario ya está, ya no tenés que estudiar más. En el taller analizamos mucho la obra de Manzi, Discépolo, Cátulo Castillo, pero también de Spinetta, Lou Reed, Chico Buarque, también los grandes poetas como Neruda. Hay que leer, es una manera de estudiar heterodoxa, pero hay que leer y estudiar. Lo que
> Las manos de Horacio (Tango) Música: Raúl Garello A Horacio Ferrer En el barrio del perfume a otoño las palabras se han enamorado de un poeta con claveles rojos y caprichos de ángel desvelado. Pero cuentan que este amor en llamas no nació por su decir mundano, por su pinta o por su voz de langa, las razones fueron sus dos manos. Las manos de Horacio se ocultan en poemas trasnochados invaden territorios nunca vistos y brindan con el vino bienhechor. Las manos de Horacio se arrojan a los pies de la poesía y suben por debajo de su falda buscando los secretos del amor. Se aferran a la magia irrespetuosa de un tango encadenado en dios menor. Con sus manos de las dos orillas desmenuza voces ilusorias, acaricia, aprieta, rasga y brilla, y hasta escribe, aunque esa es otra historia. Y en las noches de café y nostalgia cuando el alma es un confín cercano se arrincona en la ciudad que lo ama y chamuya versos como manos.
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han hecho los grandes artistas es tan importante que nosotros tenemos que estudiar. No para competir, sino para merecer. Merecer el compartir con ellos este espacio. Yo reivindico mucho el esfuerzo. El esfuerzo en el arte es placentero. El esfuerzo como algo tortuoso si lo hablamos en términos laborales como lo vivimos en este mundo capitalista seguramente lo es. Pero en el ámbito artístico el esfuerzo es placentero, da mucho placer cuando trabajás y trabajás sobre una obra, el querer mejorarla. En este sentido el esfuerzo es un mérito. El estar orgulloso por “hacer algo en 5 minutos” tiene una pedantería implícita: “mirá qué talentoso que soy que lo hago en 5 minutos”. ¿Qué te inspira para escribir? Recién estabas en el taller cuando hablábamos de la pérdida. En poesía se dice que los temas son muy pocos, algunos incluso los reducen a la vida y la muerte. Yo creo que la pérdida es el gran tema de la poesía universal. Es la pérdida del amor, pero también la pérdida de la libertad, de la infancia o la juventud, implica hablar del paso del tiempo o de la finitud, son temas filosóficos muy complejos. La pérdida del país, del barrio, fijate todas las temáticas que aparecen: lo social, lo evocativo, lo nostálgico. Creo que el universo de las pérdidas es el gran inspirador de la poesía. Por lo menos para mí lo es. Después, a veces hay disparadores circunstanciales que van a ir a encajar en esto de las pérdidas. A veces, leyendo, veo una palabra que me gusta, por ejemplo “retrato” y pienso, cuánto hace que no escribo esta palabra… y me sale un poema a partir de esa palabra. O una imagen. A veces los disparadores son circunstanciales y no sólo tienen que ver con los grandes temas. A mí me gusta reflexionar sobre estos temas, no creo que sea necesario, pero a mí me gusta… hay creadores que producen y trabajan y son extraordinarios. A mí además de producir también me gusta reflexionar sobre estas cosas. La palabra es lo que nos diferencia ¿no? Hay otros seres de la naturaleza que danzan, que cantan, pero el hombre inventó la palabra, que es algo totalmente abstracto, es extraordinario. Esta cosa del lenguaje simbólico, de decir una cosa de otra manera. Nietzsche dice que el hombre es un ser metafórico, que todo lo que expresa lo hace de manera metafórica. Y podríamos hacer un ejercicio: yo te pregunto a vos qué es el tiempo, y no hay forma de que me lo expliques si no es a través de metáforas. Ya deja de ser un recurso poético y pasa a ser una necesidad. Porque para entender algunos aspectos de la realidad nos servimos
de la metáfora. La poesía toma la metáfora como principal recurso. La poesía, como la metáfora, es una necesidad… Gismonti decía que no hay música buena o mala, hay música que necesito y que no necesito. El hecho artístico es una necesidad. Aunque en un mundo con tantas injusticias es una audacia decir esto, hasta te diría que es irrespetuoso, hay una gran parte del mundo que antes que una poesía necesita alimentarse o necesita un montón de otras cosas. Tengo en claro esto. Y sin embargo, el arte también “salva” o “sana”... A mí me quedó muy grabada una imagen de un documental que vi hace muchos años, con pibes de la calle. Hablaba una piba de 15 años, que inhalaba, que vivía en una carencia total de cosas, de vida, de todo, y dijo “a mí me gusta la poesía” ¡y me quedó tan grabado eso! Decía que escribía y que los pibes la cargaban, escribía algo muy precario, y decía “yo algún día me voy a rescatar”... y la mayoría no puede hacerlo. Vos sos gran admirador de Horacio Ferrer, incluso le dedicaste un tango “Las manos de Horacio”. A los 15 años descubrí “Balada para un loco” y fue un disparador. ¡Entonces se puede hacer tango con un lenguaje actual! Y con una mirada totalmente loca, volada. Eso no existía en el tango. Este tipo abrió una puerta muy grosa. Ferrer tiene obras que son desconocidas y que son totalmente extraordinarias. En la letrística del tango hay un antes y un después de Ferrer. Aunque a muchos les pese. Se burlan porque está vivo, pero dentro de 20 o 30 años, Ferrer estará en el Olimpo junto con Manzi. Releé por ejemplo “La última grela”... la escribió en el 62, es muy impresionante si pensás en el contexto histórico en el que lo escribió
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Volver a ser Ernesto Pierro
Regin (Tango) Alfredo “Tape” Rubín Yo te conocí en el Buenos Aires de la fiesta ciega en los ‘90 cuando el cansancio y la miseria comenzaban a deambular por las calles hoy derrumbadas y a veces pienso si no habrás sido un espejismo para mi locura para mi corazón, sediento de fiebre de bailar que siempre encontró abierta tu mugre de tango tu brillo milonguero en celo, macho cadenero, viejo Regin I La noche ya pegó su salto de arlequín Escapa de la luz la estampa gris de un bailarín Y en la pirueta de la mañana Niebla de fantasmas empujando pa’ volver Volver a qué, Regin? Debí quererte bien, debí tomar mejor Debí gozarte mucho para odiar este dolor Rueda la milonga y se devora lo que fue Giraste y qué, Regin? ¿Cuánto baile diste, madre taura de bailar? Siempre más allá de lo posible, más allá... Cuando una por una iban palmando las demás mañanitas del Regin, ¿y quién las mentará? ¿Quién, pa’ cuando ya los veteranos no estén más, Guardará la fama de tu cueva de esplendor Y tu copa loca entre bombitas de color, Guapeando a la muerte, Regin? I bis Habrá que imaginar un nuevo berretín Bancando la tristeza que las cosas tienen fin Reina milonga de mis amores Ya se fue tu rumbo noche adentro en la ciudad Sentí mi adiós, Regin Me duele no saber aquella última vez El tango entreverado en la cintura que abracé Corazones juntos que han girado sin después Y ahora qué, Regin?
No estés a un lado. Vení, asomate. Mirá los pibes bailando tangos. Mirá la gente, ¡cómo defiende los viejos clubes de cada barrio! Si bien sufrimos perder terreno y nos robaron, casi, la vida. Miralo, hermano. Y vas a ver como logramos volver a ser. Somos nosotros. Somos distintos. Los del asado con buen tinto. Tan inocentes de tan soberbios que no parece que fuera en serio. Pero dispuestos a la gauchada. A darlo todo sin pedir nada. Y nostalgiosos —como se debe— por lo perdido, cuando se quiere. Sentimentales, exagerados, algo maltrechos de tan golpeados. Pero dispuestos —ya vas a ver— a levantarnos y renacer. Mirá ese fútbol incomparable de los "taquitos" y los "sombreros". Mirá las murgas, que son tan nuestras. ¡Mirá las pibas formando orquestas! Después de todo, por más que hicieron, no consiguieron domesticarnos. Miralo hermano, se puede ver como logramos volver a ser.
Pompeya para Diego era París (Tango) Letra: Alejandro Szwarcman Música: Javier González Cuando dejaba una frontera de neblinas detrás de un cielo y de un riachuelo de humo gris la vez primera que cruzaba Puente Alsina... Pompeya para Diego era París. Se persignó frente a la iglesia desteñida... Allá en Fiorito conocía otro país donde hay más huérfanos que platos de comida... Pompeya para Diego era París. Después vino el insulto, la elegía, la cruz donde mostró su cicatriz, la gloria del suburbio, la osadía y el gesto de su hora más feliz. Pero antes vio un país desconocido: El Sur, “que está de olvido, siempre gris..." Acaso cueste ser un elegido y ver al arrabal como París. Será tal vez que ese momento fue un destello y comprendió mejor que nadie a este país; este país que sueña siempre un rey plebeyo... Pompeya para Diego era París. O acaso fue que contempló un mundo perplejo que no existía en su niñez de barrio gris o vio un espejo, menos pobre, menos viejo... Pompeya para Diego era París.
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Lunfardo, letra y lingüística Por Guillermo Anad
Mano a mano Letra: Celedonio Flores Música: Carlos Gardel-José Razzano
Rechiflao en mi tristeza, te evoco y veo que has sido en mi pobre vida paria sólo una buena mujer, tu presencia de bacana puso calor en mi nido, fuiste buena, consecuente, y yo sé que me has querido como no quisiste a nadie, como no podrás querer. Se dio el juego de remanye cuando vos, pobre percanta, gambeteabas la pobreza en la casa de pensión. Hoy sos toda una bacana, la vida te ríe y canta, los morlacos del otario los jugás a la marchanta como juega el gato maula con el mísero ratón. Hoy tenés el mate lleno de infelices ilusiones, te engrupieron los otarios, las amigas y el gavión; la milonga, entre magnates, con sus locas tentaciones, donde triunfan y claudican milongueras pretensiones, se te ha entrado muy adentro en tu pobre corazón. Nada debo agradecerte, mano a mano hemos quedado; no me importa lo que has hecho, lo que hacés ni lo que harás, los favores recibidos creo habértelos pagado y, si alguna deuda chica sin querer se me ha olvidado, en la cuenta del otario que tenés se la cargás. Mientras tanto, que tus triunfos, pobres triunfos pasajeros, sean una larga fila de riquezas y placer; que el bacán que te acamala tenga pesos duraderos, que te abrás de las paradas con cafishos milongueros y que digan los muchachos: "Es una buena mujer". Y mañana, cuando seas descolado mueble viejo y no tengas esperanzas en tu pobre corazón, si precisás una ayuda, si te hace falta un consejo, acordate de este amigo que ha de jugarse el pellejo pa'ayudarte en lo que pueda cuando llegue la ocasión.
Se denomina lunfardo a una jerga rioplatense que utilizaban los ladrones (lunfardos) entre los años 1870 y 1920, aproximadamente. La Academia Argentina de Letras considera que los vocablos forjados durante ese período pertenecen al denominado "lunfardo histórico". Se trata de vocablos que, en su gran mayoría, son lexicalizaciones de términos de origen italiano. José Betinoti y Silverio Manco, entre otros, fueron los primeros payadores en incorporar el uso del lunfardo. También el periodismo costumbrista fue dando cuenta de este sociolecto, en textos de autores como Fray Mocho (José S. Álvarez), Félix Lima y Last Reason (Máximo T. Sáenz). Mientras tanto, el lunfardo seguía siendo objeto de estudio por parte de criminalistas, tal el caso del doctor Francisco De Veyga, profesor de la Universidad de Buenos Aires, quien en 1910 publicó su estudio Los "lunfardos": Psicología de los delincuentes profesionales. Más tarde, revistas como Caras y Caretas, PBT y El alma que canta difundieron textos que hacían uso del lunfardo. Finalmente, tangos y sainetes se convirtieron en los medios principales de literaturización del lunfardo, extendiéndose también hacia la narrativa de autores como Enrique González Tuñón y Roberto Arlt. Así, con el correr de los años, algunos de esos términos del lunfardo histórico fueron expandiéndose, alcanzando nuevas fronteras geográficas y abarcando distintos niveles socioculturales. En esta sección señalaremos con las iniciales LH a aquellos vocablos que pertenecen principalmente al lunfardo histórico y con LC a los lunfardismos de uso coloquial.
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lunfardo, letra y lingüística
Explicación de los términos lunfardos: bacana. (LC) De bacán: en general, persona ostentosa y que hace alarde de una buena posición económica: "Ahora vas con los otarios a pasarla de bacana", Celedonio Flores, Margot. remanye. De manyar (LC), término polisémico. En este caso, puede interpretarse como conocer. José Gobello da la siguiente definición de remanye: "acto y efecto de calar, de conocer las cualidades e intenciones de alguien". percanta. (LH) Mujer ("percanta que me amuraste" P. Contursi, Mi noche triste). otario. (LC) "Tonto, necio, fácil de embaucar" (Academia Argentina de Letras): "¿Qué culpa tengo si has piyao la vida en serio, / pasás de otario, morfás aire y no tenés colchón?", Enrique Santos Discépolo en ¿Qué vachaché? acamalar. (LH) Otro término de múltiples significados. En este caso, mantener, en el sentido de costear las necesidades económicas de alguien ("Primero yo, por más suerte / que te acamalé la guita...", Primero yo, José Rial y Rafael Rossi). cafisho. (LC) rufián, proxeneta. En lenguaje figurado, "el que vive a costa de otros o se beneficia del esfuerzo ajeno" (Academia Argentina de Letras). Admite la variante cafishio: "deschavate, farabute, no naciste pa' cafishio / al laburo dedicate, que allí está tu salvación", Farabute, de Joaquín Barreiro y Antonio Casciani.
turos". En efecto, a Celedonio Flores le cabe el mismo rol fundacional que Pascual Contursi. Si Mi noche triste y Flor de fango le habían dado al tango el tono que iba a predominar en el género -el tono del desencuentro-, los dos primeros tangos de Flores entran en clara relación de intertextualidad con los de Contursi: Margot lo hace con Flor de fango y Mano a mano lo hará con Mi noche triste. Más allá del campo tanguero, de Cortázar en adelante, los versos de Celedonio Flores contribuyeron a crear lo que podríamos denominar la conciencia tanguera de la literatura argentina. En un ensayo de 1953, el autor de Rayuela manifestó que Mano a mano era su tango preferido y en los años 70 escribió un poema en tono paródico titulado Rechiflao en mi tristeza. En la portada de la edición de marzo-abril de 1964 de la revista Barrilete, que dirigía Roberto Santoro, el nombre de Flores se destaca junto a otras figuras literarias como Pavese, Aragon y Cocteau. En Como en la guerra de Luisa Valenzuela, enuncia la voz narradora: "Se dio el juego de remanye, el efecto de rebote, eso de ir por lana y salir trasquilado". Es interesante destacar que estos versos aparecen sin ninguna marca tipográfica que indique que se trata de una cita de un texto ajeno. La voz narradora los ha internalizado, los ha hecho suyos. Podría decirse así que se trata de una voz narradora con conciencia tanguera. La literatura argentina parece haber reconocido que, sin el tango, algunos relatos no están completos. Y es que a los argentinos, el tango nos conoce muy bien. Nos tiene bien calados: se dio el juego de remanye
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Mano a mano En su libro de memorias, Enrique Cadícamo se refirió al impacto que le produjo el primer tango de Celedonio Flores, Margot, indicando inequívocamente el rol señero de este autor: "Cuando yo escuché aquel disco en la voz de Gardel cantando aquellos versos alejandrinos escritos por Flores -para mí un poeta nunca igualado en su género-, me parecieron más que un poema lunfardo, una escuela, un modelo, una fuente donde tendrían que ir forzosamente a abrevar los autores de letras de tangos fu-
Celedonio Flores 3 de agosto de 1896 - 28 de julio de 1947. Nació en el barrio de Villa Crespo en Buenos Aires. Fue un letrista y poeta culto y popular, autor de tangos famosos como Margot (1921), El bulín de la calle Ayacucho (1925) y Pan (1932).
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La contribución de la inmigración italiana al tango parte 4 Por María Susana Azzi
Los lugares del tango Muchos inmigrantes vivieron en atestados conventillos: españoles, italianos, polacos y criollos compartieron patios y baños. Los patios cumplieron diversas funciones, entre otras, fue un lugar para hacer música con la guitarra, el acordeón o la concertina, la mandolina, el violín y el bandoneón. Criollos y extranjeros intercambiaron gustos y conocimientos musicales de manera informal. También bailaron. Así, estos grupos compartieron la experiencia de la ciudad y fueron forjando un repertorio de emociones y una cosmovisión propia, hoy reflejados en el tango. Relata Roberto Maida, cantor: ‘Vine de Italia a los dos años y medio. Nací en un piccolo paese della bassa Italia. [...] Fuimos a parar a un conventillo que tenía cuarenta habitaciones. A mi papá le gustaba el tango, decía: el tango de la mujer abbandonata. Mi mama amasaba los fideos, le decían: ‘Eh, Doña Rosa, hoy mangiamo la pasta’. [1] Nos dice Sergio Pujol: ‘El paupérrimo patio del conventillo unificaba tensiones internas entre grupos inmigratorios y criollos (si bien esto no quiere decir que no existieran). Y en ese marco referencial, el italiano desempeñó un papel decisivo en la fusión integradora. [...] El tango, [...] necesitaba de espacios físicos medianamente aceptados por la sociedad. Los estrechos límites del prostíbulo, las academias céntricas y periféricas proponían un esparcimiento restringido, sistemáticamente marginado. Los bares y bodegones de la Boca, los pequeños teatros como ‘Sicilia’ (Necochea 1339), los restorantes de propietarios italianos y las cantinas eran ámbitos comunes para el fondo musical de dúos, tríos y cuartetos de la guardia vieja pero la vivencia del tango necesitaba del marco institucional, decente, para la práctica constante de ambos sexos. Y es también allí donde la colectividad italiana -junto a la española, principalmente- prestó sus salones para bailes más o menos improvisados. Puccia nos recuerda la existencia de gran cantidad de sociedades mutuales y regionales claramente orientadas en lo que a identificación se refiere: ‘Club Ciclista Italiano, ‘Giovani Calabresi’, ‘Los nuevos Garibaldinos’, ‘Nun Fa Comedia’, ‘Occariniati Italiani’, ‘Sociedad Conde di Cavour’, ‘Unione e Benevolenza’, ‘Fratellanza Militare’, ‘Sociedad Ligur’, ‘Margarita di Savoia’, ‘Il Risorgimento’, ‘Unione e Operari Italiani’, ‘Lago di Como’, ‘Sociedad José Verdi’, ‘L'Italia’, ‘Il bel Paese’, ‘Società Patria e Lavoro’, ‘Giovine Italia’, etc.[2]
Astor Piazzolla con sus padres, inmigrantes italianos de la ciudad de Trani, en la Puglia: Vicente Piazzolla y Asunta Manetti. Foto: colección Carlos Zito
‘Prostíbulos, “academias” de baile y clubes y salones familiares fueron las tres etapas en la paulatina socialización del tango como danza. [...] Los centros sociales y mutuales de la colectividad italiana utilizaron al tango para sus fiestas y reuniones familiares, lo “aburguesaron” en el sentido de despojarlo de sus connotaciones pecaminosas y pasó a ser un fenómeno artístico “policlasista”. Comenzó entonces el “alisamiento” del que hablaba “Viejo tanguero”, cronista anónimo del diario “Crítica’, que hacia 1913 observó que las figuras coreográficas del tango ya no eran tan procaces y eróticas como en los comienzos y que cada día más gente las adoptaba como baile propio’. [3] El tango que había sido exportado a París en 1907, fue allí aceptado por la alta sociedad e irradiado a otras capitales europeas y a Nueva York. Como consecuencia, y cuando el tango no se pudo bailar en Europa porque la I Guerra Mundial mandó a los hombres al frente y repatrió a los músicos argentino, el tango fue aceptado en Buenos Aires por mayor cantidad de gente; primero hubo que adecentarlo y limpiar los movimientos: el tango con cortes dio paso al tango liscio o liso. En la ciudad de Buenos Aires, la ópera era un género bastante popular: ‘Una vez que la inmigración se consolidó en el Nuevo Mundo, había un mayor incentivo para quedarse, especialmente para los cantantes que no eran de primer orden:
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historia
ahora tenían no sólo colegas italianos sino una audiencia italiana, en un país que era mucho más rico que el de ellos y con una competencia mucho menor [...]. Para 1879 había suficientes italianos en Buenos Aires como para mantener un Politeama con 4.000 butacas y un tráfico teatral intenso de obras y ‘grandes exibiciones panorámicas’ de hechos recientes así también como ópera’. ‘En el inmenso y lujoso Teatro Colón de Buenos Aires, en 1910-11, en la cresta del boom operístico, los mejores cantantes estaban en realidad haciendo grosso lucro’. ‘... sólo en España y en Latinoamérica era la ópera cantada en italiano todavía la norma’. [4] Sólo una minoría podía pagar una entrada para ir al Teatro Colón; sin embargo, la ópera influenció al tango. Los organitos callejeros tocaban tangos por las calles junto con arias de las óperas más conocidas; muchos de estos musiqueros eran italianos. Títulos de óperas italianas fueron también títulos de tangos, a saber: “Lucia de Lammermoor”, “Traviata”, “Rigoletto”, “Sonambula”, “Otello”, “Don Pasquale”, “Trovatore”, el autor fue Arnaldo Barsanti. La influencia italiana está presente en las letras, en la canción, en el gestual, en el drama, en alma que sufre. Al igual que en la ópera, los tangos cantados impactan más que la palabra del actor en el teatro. En el tango, la melodía predomina sobre la harmonía, se sobrevalora al cantor. Carlos Gardel (18901935) admiraba profundamente a Enrico Caruso y Titta Ruffo; los escuchaba con frecuencia y conoció a ambos. El cantante Agustín Magaldi (1901-1938) estudió con el Maestro Nicola Mignoni, y cantó fragmentos de I Pagliacci. Los primeros tangos tenían influencias camperas, luego el tango acriollado fue agringado; mucha gente se resistía al tango italianizado. Y cito a Jorge Luis Borges: ‘Recuerdo que hacia 1926 yo daba en atribuir a los italianos (y más concretamente a los genoveses del barrio de la Boca) la degeneración de los tangos. En aquel mito, o fantasía, de un tango “criollo” maleado por los “gringos”, veo un claro síntoma, ahora, de ciertas herejías nacionalistas [...] Además, los criollos viejos que engendraron el tango se llamaban Bevilacqua, Greco o de Bassi...’[5] Existen infinidad de tangos con títulos italianos: All' olio, de J.M. Mallada; Pepino, de C.H. Macchi; Mamerto, de F. Ricca; Aida, de M. Sorin; Gringo Vicente, de Giovanetti; El Gringo Cándido, de Domingo Bigeri; A Trípoli se van, de Rómulo Pane; El Gringo, de Rene Lyaz; El Tano, de José Fuster; Giulio Cesare, de Ramón Collazo; La tana Rosa, de Alberto Campos; El tango en Trípoli, de Ezio Dall'Ovo; La tanita, de Domingo Greco; Nu te digu ninte, de Isidoro Gómez; Florencia, de Domingo Greco; Avanti! A, Venti, de Gaetano Grossi; Ma qui fu, de Arturo De Bassi; Cu Ganguite, Nonsapuete, de Carlos Minotti; Cattaneo, de Francisco Peirano; Humberto di Savoia, de Carlo Vigeronis Flores; Ca' Polonio, de A.L.Rosquellas; Florencia, de Domingo Greco [hijo de italianos, rinde homenaje a Firenze]. El campeón, de Angelo Di Girolamo, ‘dedicato al campeone mondiale di lota Giovanni Raicevich...’ Giulio Cesare, barco muy conocido por la cantidad de inmigrantes italianos que después se afincaron en Buenos Aires y Locatelli, ambos de Enrique Delfino; el tango Minestron, sobre motivos de canzonettas populares, etc.
Por sobre todo, muchos músicos de tango fueron italianos o de origen italiano: Juan y Domingo Biggeri, Alfredo Mazuchi, Domingo Salerno, Orfeo D. Giudice, Antonio Scataso, Carlos Hernani Macchi, Héctor Polcineti, Eduardo Fornarini, Carlos Minotti, Antonino Cipolla, Alfonso Gagliano, Graciano De Leone, José Luis Roncallo, Emilio Marchiano, Angel Pastore, Alejandro Micheti, Gaetano Grossi, Alejandro Rollo, Juan D'Ambrogio, Juan Caruso, José Servidio, Rómulo Pane, Enrique Choli, Astor Bolognini, Luis Ricardi, Rodolfo A. Sciammarella. En 1921, Enrique Delfino, Agesilao Ferrazzano, Osvaldo Fresedo y Tito Roccatagliata fueron contratados por la RCA Victor para grabar discos de tango en los Estados Unidos. Fue la ‘Orquesta Típica Víctor’ contratada para grabar, no para bailar ni tocar música en público. Osvaldo Fresedo, El pibe de la Paternal (1897-1984) bandoneonista, compositor, director y arreglador; en 1924 tocó para el Príncipe Humberto de Saboya en el Abdullah Club de la calle Florida. El célebre tenor Tito Schippa visitó la Argentina en 1931 y grabó algunos tangos acompañado por Osvaldo Fresedo y su orquesta.
Francisco Canaro, Pirincho (18881964), violinista, director, compositor, empresario y activo dirigente gremial. Nació en Uruguay y de chico vino con su familia a la Argentina, tuvo nueve hermanos. Un zapatero le dio las primeras lecciones de música, su primer instrumento fue un violín de lata.
Juan D'Arienzo (1900-1976), violinista, compositor y director. El hijo mayor de un matrimonio italiano que se radicó en la Argentina, sus padres querían que fuera abogado. Eligió ser músico.
Carlos Di Sarli, pianista, compositor y director (1900-1960). Hijo de inmigrantes italianos radicados en Bahía Blanca, llegó a Buenos Aires como músico y captó la noche porteña.
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Julio De Caro es figura paradigmática. ‘Es el Gardel de los sextetos típicos’, me dijo un tanguero. Su biografía interesa porque pinta una época. Violinista, compositor, arreglador y director, nació en Buenos Aires el 11 de diciembre de 1899. Hijo de padres italianos, su padre José De Caro De Sica, -pariente de Vittorio De Sica-, fue director del Conservatorio de la Scala de Milán. Instalado en Buenos Aires, abrió un local de venta de instrumentos y partituras y un conservatorio donde Julio tomó sus primeras lecciones. De doce hermanos, cinco fueron músicos: Francisco, Julio, Emilio, Carlos Alberto y José. Julio adolescente era buenísimo ejecutante de violín. Era moneda corriente que los padres se opusieran a que los hijos tocaran tangos. Así ocurrió en la familia De Caro. Cuando Julio aceptó trabajar con Eduardo Arolas, su padre no quiso verlo más; recién se reencontraron veinte años más tarde. El sexteto de Julio De Caro integrado por Julio y Emilio De Caro (violines), Pedro Maffia y Luis Petrucelli (bandoneones), Francisco De Caro (piano) y Leopoldo Thompson (contrabajo), debutó en 1924. Dice Julio De Caro: ‘Al principio el tango sólo era apoyado por los milongueros. Las familias lo resistían, pero con nosotros al tango se le abrieron las puertas y toda la muchachada bien, toda la “crema de la sociedad” se volcó al tango por nosotros y hasta hicieron tangos y formaron orquestas y el tango roncó fuerte’[6].
Aníbal Carmelo Troilo Bagnolo, Pichuco, el Gordo (1914-1975), bandoneonista, compositor y director: un niño que fue grande. Nació en Almagro; su padre que era italiano falleció cuando sólo tenía ocho años.
Astor Piazzolla (1921-1992), hijo de Vicente Piazzolla y Asunta Manetti, compositor, arreglador, director, pianista, bandoneonista. Revolucionó el género, incorporando elementos del jazz y de la música clásica. La música de Piazzolla se toca cada vez más en los más diversos países, ya sea en arreglos originales o adoptados para nuevos instrumentos.
Enrique Santos Discépolo, (19011951) músico, compositor, director, poeta, actor, guionista y realizador cinematográfico. Hijo de padre italiano y de madre argentina. Osvaldo Pugliese (1905-1995), pianista, compositor, director y arreglador.
Osvaldo Pugliese (1905-1995), pianista, compositor, director y arreglador.
Y también: Anselmo Aieta, Juan Amendolaro, Osmar Maderna, Antonio Rodio, Orlando Goñi, Héctor Stamponi, Domingo Federico, Francisco Rotundo, Alfredo De Angelis, José Basso, Pedro Maffia, Florindo Sassone, Gabriel Clausi, Francisco Pracánico, Enrique Mario Francini, Edgardo Donato, José Libertella, José Bragato, etc.
Poetas Entre los poetas cito a: Pascual Contursi, Enrique Cadícamo, Enrique Santos Discépolo, Homero Manzi (Manzione), Dante A. Linyera (Francisco Bautista Rímoli), etc. Difusión de las letras Vicente Buccheri fue un siciliano que hizo cantar al país con El alma que canta, la revista que difundió letras y notas de tango. Cantantes Entre las mujeres: Pepita Avellaneda (Josefa Calatti), Tita Merello, Azucena Maizani , Mercedes Simone, Susana Rinaldi (la tana Rinaldi), etc. Entre los hombres: Agustín Magaldi, Ignacio Corsini, José Razzano (nacido en Uruguay), Alberto Marino, Francisco Fiorentino, Roberto Rufino, Roberto Maida
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[1] Citado en María Susana Azzi, Antropología del Tango. Los Protagonistas. (Buenos Aires: Ediciones Olavarría, 1991), p.126-7. [2] Sergio Pujol, Las canciones del inmigrante (Buenos Aires: Editorial Almagesto, 1989), p.87-8. Enrique H. Puccia citado en Pujol: Enrique Horacio Puccia: El Buenos Aires de Angel Villoldo (1860- 1919), (Buenos Aires: Edición del autor, 1976). [3] Ibid. Pujo, p.227. [4] John Rosselli, ‘The Opera Business and the Italian Immigrant Community in Latin America 1820-1930: the example of Buenos Aires’ en Past & Present, A Journal of Historical Studies, (Oxford: Oxford University Press, May 1990), p.188-9. Cita combinada, ps. 188-9, 145, 194. (La traducción es mía). [5] Jorge Luis Borges, ‘La Historia del Tango’ en Obras Completas (Buenos Aires: Emecé Editores, 1974), p.164-5. [6] Julio De Caro, citado en El Tango. Un siglo de historia. 1880-1980 (Buenos Aires: Editorial Perfil, 1980), p. 285.
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discos
Hernán Genovese "De púa y corazón" por Mariana Fossatti Hernán Genovese rescata lo mejor de la tradición del cantor nacional, es un intérprete con personalidad que sigue el camino que marcaron Gardel y Rivero pero con una mirada propia y sin reeditar el pasado, sino repensando el tango en cada producción, como es el caso de su segundo disco solista. “De púa y corazón” es un homenaje a Roberto Grela, guitarrista emblema del tango fallecido en 1992 y autor de una obra que aún hoy contiene joyas casi desconocidas. El álbum obtuvo el primer premio a la Mejor Producción Discográfica de Tango 2011 del Fondo Nacional de las Artes y contiene 14 temas: la mayoría de ellos compuestos por Grela y tres que lo tienen a Genovese como autor (otra faceta notable de este artista). El disco comienza con el clásico “Las cuarenta”, tal vez el más conocido de los tangos de Grela junto con “Callejón”, que también tiene en esta placa una versión impecable. Genovese recuperó del olvido el maravilloso tango “Balada de los recuerdos”, con letra de Horacio Ferrer, quien a su vez participa de este disco con un bello recitado en “Serenata a mi guitarra”. También fueron invitados otros compañeros de ruta de Roberto Grela: los bandoneonistas Raúl Garello (en "A Roberto Grela", de Garello y Genovese) y Leopoldo Federico (en "A Ernesto Sábato", de Grela, Federico y Genovese, quien puso la letra sobre la música original).
El acompañamiento musical está compuesto por una agrupación liderada por Fabián Bertero y otra conformada por guitarras; a las que se sumaron Matías Álvarez (piano), Juan Trepiana (piano), Rudi Flores (guitarra) y el Quinteto de los Santos. Otros momentos altos de este disco son “Tristería” (de Grela, Ferrer y Garello), en una versión con piano y violín; “Viejo baldío”, en el que Genovese realiza una auténtica creación; "Adiós San Telmo" y “Petit bar”, única obra compuesta por Grela y Homero Expósito. “De púa y corazón” es una de las producciones más destacadas del año, un homenaje realizado con respeto y admiración, que es el fruto de dos años de trabajo en los que Genovese no sólo se adentró en la obra de Grela sino que estuvo acompañado por las hermanas del guitarrista, quienes le revelaron al hombre detrás del gran músico y compositor. http://www.hernangenovese.com.ar/
Hernán Genovese De púa y corazón 2012
Av. Córdoba 1513 - Piso 10 A - (1055) CABA - www.astorpiazzolla.org
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Fernando Bitter y sus artesanos
Negro Falótico
“Chamuyo Arisco”
por Carlos Zito
por Sebastián Linardi
El último CD del Negro Falótico, acompañado por el quinteto de Aníbal Corniglio, nos depara algunas sorpresas, agradables todas ellas. Comencemos por mencionar lo amplio del repertorio, que incluye tangos clásicos, como Garúa, Rencor y Tarde, a la vez que incursiona en otros registros, incluyendo, por ejemplo, el poco difundido tema de los hermanos Expósito, Siempre París, y obras novedosas como Trampas, en la que se suma al acompañamiento la armónica de Franco Luciani. Un párrafo aparte merece la Milonga para Pablo, obra de Szwarcman y Basurto, que evoca con gran ternura a un personaje del hospital Borda. Otro tango que sobresale es Recién, de los pocos que compusieron juntos Homero Manzi y Osvaldo Pugliese. La escucha del disco se torna dulce cuando llega al célebre vals Desde el alma, que parece haber sido compuesto especialmente para la voz melodiosa y redonda de Falótico. La versión de Siempre París es una de las poquísimas que existen registradas de este tango expresionista, luego de la célebre grabación de Jorge Sobral con Piazzolla, en los años 1950. En Tarde, el clásico de José Canet, Falótico canta acompañado por Noelia Moncada, en un dúo muy logrado por el particular color de ambas voces. Por último, Sin lágrimas es el mejor tema del disco: Falótico se zambulle en ese tango que le va como anillo al dedo, y llena de emoción las sentidas palabras de Katunga Contursi. Este CD, que incluye además una picante versión de la milonga La Trampera, de Aníbal Troilo, es una carta de presentación del Negro Falótico, una figura joven que pertenece a esa corriente de intérpretes que eligen su repertorio con una lupa puesta sobre las letras y la música. ¡Y cómo se nota!
Segundo disco de este artista que aborda el tango desde una mirada fundamentalmente expresiva donde también confluyen los lenguajes del rock, el folclore y hasta el bolero. Compositor de la mayoría de las canciones, ya en su primer disco “Artesano” había llamado la atención con canciones potentes como “Carpotango”, dedicada a Pappo. En este nuevo material el artista mantiene esa línea, con tangos callejeros como “Milonga del Bostero”. También aborda el blues con “Oh! Carolina” y vuelve al bolero con bandoneón en el increíble “Amor Stone”. Apoyado por una banda sólida y poderosa (que en algunas canciones suma a artistas invitados como el Cardenal Domínguez), la apropiación del tango se da en una rara mezcla de poder con simpleza, que en ciertos momentos también logra alcanzar climas intimistas. Bitter mantiene en este disco sus dotes de buen cantor y recitador, que se podrían resumir en uno de los mejores elogios para un intérprete de tango: es un buen decidor. Lo confirma en algunas versiones de clásicos como “Te llaman malevo” (Troilo – H. Expósito) o en la interpretación de temas de autores contemporáneos como “Ni olvido ni perdón” de Juan Vattuone. Buen disco de veredas y sentimientos, hecho por un artista arrojado al encuentro de la expresión tanguera de su tiempo. Y lo logra
*_ “Chamuyo Arisco”, al igual que el disco anterior “Artesano” se consiguen escribiendo a: bitter2003@hotmail.com, o via Facebook: www.facebook.com/fernandobitter
Fernando Bitter y sus artesanos Chamuyo Arisco
“Hace tiempo”
Aníbal Corniglio Quinteto Piano: Matías Alvarez; violín: Cesar Rago; bandoneón: Lautaro Greco; contrabajo: Manuel “Popo” Gómez; guitarra: Jorge Giuliano; cello: Paula Pomeraniec; viola: Ignacio Porjolovsky; armónica: Franco Luciani; percusión: Gerónimo Peña; trompeta, Ricardo Culotta; guitarra y dirección: Aníbal Corniglio.
Negro Falótico Aníbal Corniglio Quinteto Hace tiempo
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discos
Compilado Radio Caff
Alfredo Piro
Un recorrido por el Tango del Siglo XXI
Una vuelta más
La Radio Caff es un emprendimiento de la Orquesta Típica Fernández Fierro, en el que intenta mostrar parte del panorama del tango actual con representantes que vienen renovando la escena. Se trata de una radio online que transmite las 24 horas, lanzada en diciembre de 2010. La Fernández Fierro creó en 2004 el Club Atlético Fernández Fierro, un lugar que comenzó como sala para la actuación de la orquesta y que con los años se convirtió en un lugar emblemático por el que pasan muchos de los principales exponentes de la actual música independiente.
El cantante Alfredo Piro presenta en su disco “Una vuelta más” un recorrido por los mejores temas de sus dos últimos trabajos como solista. “Una vuelta más” es un compilado remasterizado, compuesto por una selección de sus aclamados CDs (de ediciones agotadas) “Segundas intenciones” y “Oír de noche”. En “Una vuelta más” las originales versiones de “Ave de paso”, “Cambalache”, “Sueño de juventud”, “Tal vez será su voz”, “Ventarrón”, “Pequeña” o “Nada” conviven con originales propuestas como “Tango ballad” (The three penny opera) de Bertold Brecht y Kurt Weill, adaptado al espíritu tanguero; “No seas parca” de Juan Subirá y Pepe Céspedes (de Bersuit Vergarabat); el irónico vals criollo “Los argentinos” o “”Cerca de mí”, el tema de The Cure versionado al estilo rioplatense. Acompañan a Alfredo Piro en este disco reconocidos músicos como Horacio Romo, Pablo Agri, Hernán Reinaudo, Quique Condomí, Ariel Argarañaz, Federico Ghazarossian (entre otros) e importantes arregladores y directores invitados como Osvaldo Piro en “Cambalache”, Juan Carlos Cuacci en “Sueño de juventud” y Bartolomé Palermo en “En un feca”. Durante el 2012, Piro realizará una serie de conciertos presentando a su nueva agrupación y entrará a estudios para grabar la que será su nueva placa.
Radio Caff presenta esta producción, un primer compilado que reúne 15 temas de 15 discos grabados en los primeros 10 años de este siglo. La selección incluye pistas de los grupos 34 puñaladas, Rascasuelos, Tape Rubín y las guitarras de Puente Alsina, La Chicana, Dema y su orquesta petitera, Futre, El Arranque, Ramiro Gallo Quinteto, Astillero, Cuarteto de Julio Coviello, Posetti-Bolotin, La Camorra, Derrotas Cadenas, y las orquestas típicas Agustín Guerrero y Fernández Fierro. El criterio de selección muestra un panorama y una estética que relaciona a estas agrupaciones que proponen una mirada renovadora del género.
Alfredo Piro Una vuelta más
Radio Caff Un recorrido por el Tango del Siglo XXI
Editorial dedicada a los artistas argentinos.
LUDEL EDICIONES
Libro "Testimonio de una Vida" de Beba Pugliese. Partituras de tango y folklore en PDF para todo tipo de formación. Transcripciones para el boletín de declaraciones de SADAIC. Libros de dramaturgia y filosofía en PDF. Academia de piano todos los niveles. Contacto: musicaludel@yahoo.com.ar
La Casa del Bandoneón Salta 696, Buenos Aires
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Ventanas del presente (Autores varios, M.Liska coord, CCC) por Ignacio Amatriain Las expresiones vitales del tango actual han comenzado a ser materia de investigación, más allá de las repetidas historiografías conservadoras y compilaciones en torno del repertorio y las figuras de la guardia vieja y la época de oro del género en el siglo pasado. En este incipiente campo destaca el presente trabajo colectivo, “Tango. Ventanas del presente”, coordinado por la etnomusicóloga Mercedes Liska, miembro del área Ciudad del Tango del Centro Cultural de la Cooperación, que auspicia esta publicación y cuyo ciclo “Tangos de Miércoles”, organizado por Walter Alegre, constituye un espacio esencial de la nueva escena tanguera. El libro es acompañado por un CD, que oficia de conveniente apoyo musical de las tesis del libro, con una lista de 18 pistas representativa de los artistas y canciones aludidos en sus páginas. El enfoque del libro, dirigido a los tangueros pero accesible a un público general, se concentra en las estéticas y experiencias musicales. Como reza su título, busca abrir “ventanas del presente”, abarcando las experiencias de la joven guardia que marca el pulso del renacimiento y renovación del género desde mediados de los años noventa hasta hoy. Los autores provienen de las carreras de artes, etnomusicología, sociología y comunicación, y pivotean entre el tono de divulgación y el académico. Conviven así materiales como testimonios, entrevistas y fragmentos de letras, junto con análisis de sistemas y subsistemas musicales, y abordajes semióticos de distintas “intertextualidades”: la persistencia de los repertorios y códigos del tango clásico y su resignificación en nuevas versiones, el diálogo con los códigos del rock y la cultura juvenil, las variantes interpretativas del jazz y la modernidad de los nuevos arreglos orquestales, la tensión entre el ayer y el hoy, entre lo local y lo global. Los ocho artículos abren un espectro diverso, que incluye estudios específicos de artistas (los de Juárez y Virgili, Greco y Di Cione, respectivamente sobre la Orquesta Típica Fernández Fierro, 34 Puñaladas y Alfredo Piro), junto con la consideración general de las nuevas estéticas musicales (Liska), las interpretaciones en las voces jóvenes y las poéticas de las nuevas letras (Cecconi y Linardi), y también testimonios de experiencias sociales y políticas culturales, en torno por ejemplo del problema de la conservación y fabricación de bandoneones (Venegas), o las lógicas de organización cooperativa que distinguen a muchos de los nuevos proyectos y formaciones orquestales (Marcos). La esencial tensión entre tradición y renovación, motivo de discusión recurrente en el campo del tango actual, también atraviesa el libro como eje central de lectura. El tango como tradición, desde un interés revisionista: mirada sobre la cultura popular (con inevitable sesgo de clase media, respecto de la marginalidad y violencia, repuestas con viejas sonoridades guitarreras y lunfardismos reos por 34 Puñaladas; o la alternativa festividad plebeya de las milongas, el candombe y la murga rioplatenses, en el repertorio de Piro y otros); memoria de Buenos Aires, entre la vieja
añoranza del “arrabal” y la mirada global de la ciudad en la nueva letrística; y acervo de estilos interpretativos, de la original vertiente campera a los cantores urbanos y de orquesta, replicados aún hoy por muchos jóvenes cantantes en boliches del circuito independiente. El tango actual, también, reinterpretado desde la cultura juvenil: performances y versiones en diálogo con la cercana tradición rockera (la estética y actitud punk de la OTFF, o relecturas del rock nacional por Altertango y otros), cuya oscuridad y dramaticidad el tango sabe retomar, acaso como respuesta al contexto de crisis del país. Esto se plasma en nuevas letras (nuevo verosímil urbano y tono de protesta, sin concesión al melodrama y la nostalgia), y también tiene expresión simbólica a nivel musical (sonido “oscuro”, arreglos orquestales con aglutinación de armónicos, tonos menores y disonancias, en un recurrente continuum sin distensión que destituye el diseño melódico clásico). Así lo resumen los autores: “se escucha tango, se siente rock”. El otro eje de lectura, es la apreciación de la innovación artística como gesto “contrahegemónico”. Esto resulta más evidente en la evaluación de los emprendimientos cooperativos (el primigenio antecedente de “La Máquina Tanguera”, y la Unión de Orquestas Típicas, todos herederos de la orquesta del maestro Pugliese), pero también se sugiere en ciertas críticas al tango “oficial” o más comercial “for export”, resistiendo la exotización y el pastiche posmoderno de una world music globalizada por la industria cultural. Eludiendo el maniqueísmo (el binomio “comercial” vs. “independiente”, cuyos lindes son imprecisos y complejos), se reivindica la politicidad de los nuevos proyectos, que acaso insinúan nuevos horizontes artísticos, ideológicos, socioculturales.
Tango Ventanas del presente Autores varios
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libros
“Poesía del Carnaval en Buenos Aires” Compiladores: Alicia Martín, Hernán Morel y Analía Canale. Editorial “Antropofagia” (www.eantropofagia.com.ar) 2010 Por Sebastián Linardi
La poesía de la murga porteña existe. Pero a la vez, es evanescente. Palabra de esa expresión folclórica urbana, nace con el único fin de existir en su fiesta. No sólo eso, es probable que al año siguiente varias de las letras que acompañaron a una murga sean reemplazadas por otras. Hay algunas excepciones, como los versos del poeta ya fallecido, Jorge “Guigue” Mancini, que se terminaron convirtiendo en patrimonio de toda la “murgueridad”. Este libro, cual red contra el tiempo, logró compilar poesías de 58 autores contemporáneos del género, gracias a la excusa de un concurso de letristas que, luego de muchos vaivenes, finalmente tuvo el premio más importante para cualquier autor: ver su obra publicada en un libro. Por eso, esta edición es una ocasión única para poder acceder al mundo maravilloso de las actuales glosas y canciones del género porteño del carnaval.
Poesía del carnaval de Buenos AIres Alicia Martín, Hernán Morel y Analía Canale.
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El Bar de Julio Tango todos los días desde las 19 hs. Diagonal Norte y Cerrito Buenos Aires
Milonga Andariega Perú 571 - Buenos Ayres Club - San Telmo Todos los domingos: 21hs: clase de tango con Gustavo Benitez y Juli Feuerbaum 23hs: Orquesta Típica Andariega en vivo!
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Walter “Chino” Laborde y Diego “Dipi” Kvitko Fotos: Darío Caballes
Hernán “Cucuza” Castiello y Maximiliano “Moscato” Luna